Porque Me Abandonaste (ryosaku)

Re: Porque Me Abandonaste (ryosaku)

HOLA CHICAS, ACÁ LES TRAIGO EL SGTE CAPI, ESPERO QUE LES GUSTE… XD



26 Capítulo


—Adiós y cuídate—dijo el ambarino sin mirarla.

—Adiós—dijo la castaña, mientras habría la puerta del auto.

Sakuno salió y camino hacia su casa, y antes de que pudiera llegar a la puerta, Ryoma ya había acelerado y se había marchado del vecindario de la castaña.
Cerró la puerta, y apoyó su espalda en esta, recostó la cabeza y cerró los ojos.
Habían pasado muchas cosas ese día, en verdad estaba muy agotada, y también triste, el mismo sentimiento que sintió hace años cuando Ryoma se marchó, comenzaba a apoderarse de ella otra vez; el miedo, la angustia y el terror, eran sentimientos, que pensó no volvería a sentir; pero… los estaba sintiendo de nuevo; y otra vez por él.

—No puedo sentirme así, ahora todo es diferente, ahora yo quiero a Eiji…—pensó la castaña, tratando de rechazar lo que sentía en esos momentos.

— ¿Estas bien? — preguntó Kyo, mientras la miraba preocupado.

— Kyo… ¿Qué haces aquí? — dijo algo asustada, Sakuno, temía que Kyo la halla visto llegar con Ryoma.

—Bajé por una Ponta, pero… ¿Estas bien? —volvió a preguntar mientras alzaba una ceja.

—Sí, claro que estoy bien, sólo un poco cansada; así que ya subamos, que mañana tienes que ir a la escuela— dijo tratando de disimular la angustia que sentía.

Kyo asintió con la cabeza, y empezó a subir.
La castaña detrás de él dio un suspiro, al parecer Kyo no la vio llegar con Ryoma.

— ¿Qué paso con tu auto?— preguntó el pequeño, sin voltear a verla.

—Se malogró, y lo dejé en el estacionamiento— contestó la castaña algo nerviosa, al parecer Kyo la había visto.
Pero no le podía dar darle más explicaciones, ya que no sabía como explicar lo sucedido.

—Ya veo… hasta mañana mamá— dijo el pequeño, antes de entrar a su dormitorio.

—Hasta mañana, amor—contestó Sakuno.

La castaña, se dio un duchazo, y aunque estaba cansada, no podía dormir; pensaba en su hijo; si es que él merecía saber la verdad acerca de su padre.
Y sí acaso Ryoma si decía la verdad, y la quería… debía decirle que él era el padre de Kyo.
Pero… si todo era mentira, no quería que su hijo sufra.

—Acaso mereces saber que eres el padre de Kyo… Ryoma— se dijo la castaña, mientras se tapaba la cara con las manos.

Agarró su celular, y marcó el número de Tomoka.

—Alo Tomo… ¿ya estas durmiendo? —preguntó la castaña a su amiga.

—No, arreglaba unos papales para mañana, ¿Por qué? ¿Ocurre algo?— preguntó algo preocupada.

—Quería hablar contigo, es que pasaron algunas cosas hoy, ¿Crees que puedes venir a mi casa? Por favor amiga— dijo con voz preocupada la castaña, mientras acomodaba su almohada.

—Claro que sí puedo, no te preocupes amiga, llego en treinta minutos — dijo Tomo, le preocupaba su amiga.


Una vez que Tomoka llegó, Sakuno la hizo entrar en silencio a su dormitorio, para que Kyo no se despierte.

—Gracias por venir Tomo, sé que es muy tarde… — dijo la castaña, mientras se sentaba junto con Tomo en su cama.

—No te preocupes amiga, ¿Es Ryoma no? ¿Qué paso? —preguntó Tomoka preocupada.

—La cosa, es que lo encontré en el estacionamiento. Mi maldito auto se malogró, y yo me dirigía a tomar un taxi; cuando siento que alguien me abraza por la espalda, y era él; no sabes lo nerviosa que me sentí… — dijo la castaña, mirando apenada a su amiga.

—No lo puedo creer, ¿en verdad hizo eso? Pero… ¿tú que hiciste? —preguntó sorprendida.

—Le dije que me soltara, pero él se negaba, me pedía que lo deje llevarme a mi casa; pero eso no es lo peor Tomo… nos besamos— dijo muy avergonzada la castaña.

— ¡Besaste a Ryoma!... no me digas que… ¿Aún lo quieres, Sakuno? —preguntó Tomoka.

—No, no lo quiero ¡lo odio… por abandonarme, por largarse y dejarme sola! —dijo la castaña molesta.

—Vamos Sakuno, sé que aún estas dolida, porque te abandonó, pero… acaso estas segura que ya lo olvidaste —dijo Tomo, tratando de aclarar un poco la cabeza de su amiga.

—No Tomo, ¡lo odio!—dijo entre sollozos la castaña, las lágrimas de cólera, comenzaban a salírsele.

— ¿Segura amiga?— dijo Tomo, mientras abrazaba a su amiga.

— ¡Sí lo odio! — volvió a repetir la castaña, mientras las lágrimas le brotaban.

— Y si estas tan segura, ¿Por qué, lloras Sakuno? —dijo Tomo, que ya sabía lo que pensaba su amiga.

—Lo odio, y lloro porque sé que aún quiero a ese idiota —Tomoka acariciaba a su amiga, tratando de calmarla— pensé que lo había olvidado, Tomo.
Pero sentir sus brazos en mi cuerpo, sus caricias, sus labios; su voz, su aroma, su mirada en mí; me hizo sentir todo de nuevo, no sabes como luche para no hacer el amor con él, sino hubiera sido por la poca cordura que tenia en ese momento, no sé que hubiera hecho.
¿Por qué tengo que seguir amándolo? ¿Por qué no puedo querer a Eiji de esa manera? — se recriminaba la castaña en el hombro de su amiga.

— ¿Qué piensas hacer Sakuno? —pregunto Tomo, a la vez que le alcanzaba un pañuelo a su amiga.

— No lo sé, encima Eiji siempre me pide que nos casemos, y el otro día me dijo que quería tener un hijo conmigo… la verdad, no puedo dejar a Eiji, por más que lo que sienta por Ryoma sea diferente a lo que siento por él; no podría, Eiji siempre estuvo a mi lado, siempre me cuido, y estuvo ahí cuando más necesite de Ryoma —dijo la castaña, aún derramando algunas lágrimas.

—Lo sé, pero ¿un hijo?, Sakuno imagino que te estas cuidando, ya tienes a Kyo, no creo que sea buena idea otro hijo por ahora— Dijo Tomo, muy preocupada.

—Claro que me cuido, yo tampoco quiero tener hijos por ahora, solo tengo 21 años. Si tuve a Kyo no fue por decisión propia. — Dijo la castaña, más calmada.

—Entonces… seguirás con Eiji— dijo Tomoka, mirando a su amiga a los ojos.

—Sí… Ryoma se marchará dentro de poco, y todo seguirá como siempre—dijo con la voz triste y la mirada en su amiga.

—Ni siquiera, piensas contarle a Ryoma que Kyo es su hijo. Yo sé que se portó mal, pero… igual creo que tiene el derecho a enterarse; y más si ahora él y Kyo se conocen, no es justo ni para Ryoma ni para Kyo— dijo, tratando de hacer entrar en razón a su amiga.

Sakuno alzó la mirada, y miró a su amiga con inseguridad, las palabras de Tomoka, la habían hecho dudar un poco.

—No puedo Tomo, si él se vuelve a marchar y deja a Kyo… así como me dejó a mí. No quiero que mi hijo sufra —Dijo la castaña, esto último, mirando una foto de su hijo, que tenía en su velador.

—Piénsalo Sakuno… él ya no es el chiquillo de dieciséis años. Tómate tu tiempo y piénsalo ok amiga— dijo de forma muy comprensiva Tomoka.

—Esta bien amiga. Gracias por venir hasta acá, no sé que haría si tú no estuvieses a mi lado… gracias— dijo la castaña mientras abrazaba a Tomoka, y le mostraba una pequeña sonrisa.

—No tienes nada por que agradecerme, siempre estaré cuando mi amiga me necesite— contesto también sonriendo.


La conversación llegó a su fin. Sakuno y Tomoka se fueron a dormir, esta última al cuarto de huéspedes.

A la mañana siguiente, salieron a trabajar muy temprano, Tomoka había llevado su ropa, así que no tuvo que regresarse a su casa.
Ambas fueron juntas a trabajar en el auto de Tomoka.

— ¿Y que tal dormiste?— preguntó Tomo a su amiga, mirándola de reojo.

—Estuve pensando en lo que me dijiste, no pude dormir muy rápido— contestó la castaña, mientras bostezaba.

— ¡Oh! Lo siento, no quise que te desvelaras por mi culpa— dijo Tomoka mientras manejaba.

—No te preocupes amiga, igual con todo lo que paso ayer, era inevitable que pudiera dormir.

—Lo sé amiga, tampoco es que esperabas verlo de nuevo. Fue una sorpresa para todos —dijo mientras entraba al estacionamiento del edificio.

—Pensé que nunca más vería a Ryoma… — dijo la castaña, bajando del auto.

— ¿Y ya has decidido si vas a hablar con Ryoma?— preguntó Tomo, mientras apretaba el botón del ascensor.

—Quiero conversar esto también con Eiji, sabes que él siempre ha cuidado de mí, y sabemos que obviamente se lleva mal con Ryoma, así que quiero hablar con él antes.
Hoy en la noche iré a su departamento — Dijo la castaña algo preocupada.

—De todas formas Sakuno, así Eiji no quisiese que le cuentes a Ryoma la verdad, sólo tú puedes decidir eso ok— dijo Tomoka.

—Sí ya lo sé… Nos vemos luego Tomo— dijo la castaña mientras bajaba del ascensor.

La castaña entró a su oficina, y vio en su agenda que la sesión de fotos de Ryoma, sería en la noche.
Empezó a recibir los documentos que su secretaria le había dejado en el escritorio, y vio las fotos que el día anterior le habían tomado a Ryoma.
Sakuno empezó a ver las fotos detalladamente. Se ruborizó un poco al ver lo bien que salía Ryoma en todas las fotos.

—Debes tener a muchas chicas detrás de ti… — Pensó la castaña mientras los celos se apoderaban de ella.
— Como has cambiado… estas más alto, y tus músculos se han desarrollado… — pensó la castaña, muy ruborizada, recordando el abrazo que la noche anterior le dio Ryoma.

La castaña apartó las fotos de su escritorio, y las colocó en uno de sus cajones, no quería seguir pensando en Ryoma.

Luego de una mañana y una tarde muy agitada, Sakuno y Tomoka, se fueron a comer a la cafetería del edificio.

— Hasta que por fin, podemos descansar —dijo Tomoka mientras estiraba sus brazos.

— Sí, hoy fue un día muy estresante — dijo la castaña, mientras pensaba que todavía faltaba la sesión de fotos con Ryoma.

— ¿Y a qué hora llega Ryoma?—preguntó Tomoka, que con sólo ver a su amiga, sabía que estaba pensando en él.

— Dentro de una hora —contestó la castaña mirando con tristeza a su amiga.


La hora paso y Ryoma llegó junto con Ryoga a la empresa, ambos subieron, hasta el piso donde se encontraba el estudio fotográfico.
Ryoma por su parte, estaba de muy mal humor, y Ryoga lo sabía muy, ya que todo él día estuvieron discutiendo.

— Ya cambia esa cara… pronto verás a tu querida Sakuno — bromeó Ryoga, quien fue fulminado por la mirada de su hermano.

La presidenta, Sakuno y Tomoka, que ya se encontraban en el estudio, esperaban la llegada de Ryoma.

Tomoka arreglaba unos papeles, y Sakuno escribía en unas hojas, cuando de repente escucharon la voz de Ryoma, que saludaba a la presidenta.

— El viene para acá —dijo Tomoka en susurros, mientras se le adelantaba a la castaña y saludaba a los hermanos.

— Hola Ryoma… — dijo muy entusiasmada Tomoka, mientras le sonreía.

— Hola —contestó fríamente Ryoma, quien no quitaba la vista de Sakuno, que también lo estaba mirando.

— Hola… —dijo el ambarino a la castaña, sin dejar de mirarla.

— Hola Ryoma — contestó Sakuno.

— Hola Sakuno soy Ryoga, hermano de Ryoma, gusto en conocerte, el otro día tuve que irme temprano, así que no pude saludarte — expresó Ryoga con un gran sonrisa, esto hizo que la castaña dejase de mirar a Ryoma, voltee en dirección a Ryoga.

— Hola, el gusto es mió —dijo la castaña con una leve sonrisa.

— ¿Y cómo esta Kyo? —pregunto Ryoga, para sorpresa de Sakuno, que no recordaba que ellos ya se conocían.

— ¿Conoces a mi hijo?—preguntó sorprendida.

—Claro lo conocimos en su club de tenis, ¿no Ryoma?—aseveró Ryoga.

—Sí, ya recuerdo —dijo la castaña, recordando que ese fue el día que volvió a ver a Ryoma.

—Ryoma, ven por acá para que te den tu vestuario—dijo Tomoka, mientras le indicaba el lugar.

Ryoma lanzó una de advertencia a su hermano, para que se aleje de Sakuno mientras el no estaba. Ryoga por su parte solo le devolvió una sonrisa, todavía no pretendía dejar de hablar con la castaña, aún tenía unas cuantas preguntas para ella.

—Es bien lindo mi hermano, ¿no crees?—dijo Ryoga, mientras veía como Ryoma se iba a cambiar.

La castaña no contestó su pregunta, y solo se limitó a sonreír.

— ¿Cuántos años tiene Kyo? —preguntó Ryoga de lo más tranquilo.

La pregunta de Ryoga desconcertó a la castaña, quien dejo de escribir, y alzó la vista para verlo.

—Cuatro años — contestó la castaña sin dejar de mirarlo.

—Vaya… casi el mismo tiempo que Ryoma esta en Estados Unidos— dijo Ryoga, mirando al ambarino que acababa de salir del vestuario.

La castaña no podía dejar de mirarlo, sabía muy bien que Ryoga sospechaba que Kyo era hijo de su hermano.

— No te preocupes Sakuno… no pongas esa cara, no pienso decirle nada a mi hermano. Este es un problema de ustedes, así que no pienso meterme — dijo Ryoga ante la mirada de terror de Sakuno, que se había quedado fría al escucharlo hablar.

— ¿Cómo lo supiste? — preguntó la castaña nerviosa.

—Desde que lo vi jugar tenis, el parecido del juego de esos dos es impresionante, y claro tiene la misma actitud arrogante de Ryoma— no podía ser más que su hijo, y mis sospechas se confirmaron, cuando Kyo te llamo mamá.

—Yo… estoy pensando en contarle todo a Ryoma. Pero… tengo miedo de que él rechace a Kyo, no quiero que mi hijo sufra —dijo la castaña mirando al ambarino.

—No sabes lo torturante que fue para él saber que Kyo era hijo de Eiji contigo.
Ryoma realmente ha quedado muy impresionado con Kyo… sabes que hasta jugaron un partido de tenis. Ryoma lo ayudó a perfeccionar su saque twist… nunca pensé ver a Ryoma enseñándole a un niño, ya sabes la actitud que él tiene siempre, pero con Kyo fue distinto, ambos conversaron de lo más bien. Así que no tengas la menor duda de que Ryoma se alegrará de saber que Kyo es su hijo— dijo Ryoga ante la mirada atenta de la castaña, que escuchaba sorprendida todo lo que contaba.

— ¡Sakuno! — llamó la presidenta, haciendo que la castaña reaccionara.

—Gracias Ryoga—dijo Sakuno y le mostró una sonrisa, que no pudo dejar de ver Ryoma, quien no entendía que era lo que tanto hablaban Sakuno y Ryoga.

La sesión duró cerca de cuatro horas, y ya eran casi las once de la noche, todo el mundo se retiraba del estudio, excepto Ryoma y Ryoga que estaban conversando.

—Vámonos ya Ryoma— dijo Ryoga apresurando a su hermano.

— ¿Qué era lo que hablabas con Sakuno? —preguntó el ambarino muy intrigado.

—Bueno Ryoma tengo que irme ya, tengo una cita. Nos veremos en la casa—dijo Ryoga saliendo casi corriendo del estudio, que ya estaba completamente vacío, a no ser por Ryoma, que estaba que echaba humo por culpa de su hermano.

El ambarino estaba muy cansado, así que decidió echarse en el sofá en donde se había tomado las fotos.

Por otro lado Sakuno y Tomoka ya se encontraban en el estacionamiento, cuando de repente la castaña recordó que había dejado su celular en una silla en el estudio, así que se despidió de su amiga y subió de nuevo por su celular.
El edificio, estaba ya casi vacío, y Sakuno ya no encontraba gente en los pasadizos.

—Que tonta soy, como me voy a olvidar mi celular— pensaba la castaña mientras entraba al estudio.
Abrió la puerta, y de casualidad se golpeo con esta, y de cólera tiró un patadón a la puerta e hizo que esta se cierre.

Camino enfurruñada directamente hacia la silla donde había dejado su celular, y no prestó atención a la presencia de Ryoma, que estaba recostado en el sofá.
Encontró su celular y volvió a caminar hacia la puerta, intentó abrirla, pero no podía, al parecer se había atascado, intentó una y otra vez, pero todos sus intentos fueron en vano, la puerta no se abría.
Desesperada y molesta por lo que le estaba pasando, la castaña empezó a patear la puerta.

— ¡Maldita sea! ¡¿Por qué no te abres?! —grito fastidiada la castaña.

—Con eso sólo estas logrando que se atore más— dijo aún echado Ryoma.

La castaña, volteó de un salto al escuchar la voz de Ryoma. Como el ambarino estaba echado no lo podía ver; camino unos pasos hacia el sofá y lo encontró echado y con los ojos cerrados, utilizando sus manos como almohada.

— ¿Qué haces acá? —preguntó intrigada al verlo.

—Intentaba dormir, hasta que alguien entró y comenzó a hacer un escándalo— contestó el sin abrir los ojos.

— ¿Escándalo?… ¡idiota!... que querías que haga, que me quede tranquila encerrada acá. Ya levántate y ayúdame a abrir la puerta—dijo la castaña algo molesta por el comentario del ambarino.

— ¡No! —contestó el ambarino secamente.

— ¿Cómo que no? Acaso no te importa quedarte acá encerrado—dijo la castaña confundida con las palabras de Ryoma.

—No me importa… porque tú estas conmigo—contestó Ryoma, sus palabras hicieron que la castaña se paralizara, y su corazón comenzara a latir desesperadamente.

—Ryoma… —dijo la castaña, arrodillándose, y quedando a la altura de la cabeza del ambarino.

Ryoma al escuchar la voz de la castaña tan cerca abrió los ojos para mirarla, y se encontró con los ojos de ella mirándolo con ternura.

— ¡Idiota! —dijo Sakuno mientras le tiraba un manazo en el brazo del ambarino— ¿Por qué dices esas cosas? — dijo la castaña volteando la mirada y reclamándole por las consecuencias que causaban en su corazón.

Ryoma se levantó, y también se arrodilló al lado de ella, y alzo con su mano el rostro de Sakuno, para que lo mirase.

— ¿Te molesta que diga esas cosas? Pero… que quieres que te diga, quedarme acá contigo es lo mejor que me ha podido pasar — dijo mientras la miraba a los ojos, y con la otra mano le acariciaba el rostro.

La castaña lo miraba con ternura y preocupación.

—Me voy en dos días Sakuno… — dijo el ambarino mientras la acariciaba.

—Tan pronto—dijo sin pensarlo la castaña con mucha preocupación.

— ¿No quieres que me valla? —preguntó el ambarino al mirarla tan afligida.

Lo que pasa es que tengo algo que hablar contigo… —dijo Sakuno mientras le tomaba la mano con la que él le acariciaba.
Ella se levantó y se sentó en el sofá, aún agarraba la mano de Ryoma, que también la siguió y se sentó a su lado.

— ¿Qué es lo que tienes que decirme? —preguntó el ambarino, mientras sujetaba más fuerte la mano de la castaña.

Sakuno, estaba a punto de contarle a Ryoma la verdad, sí él se iba tan pronto, no tendría otra oportunidad de contarle.
La castaña lo miró preocupada y empezó a decirle.

— ¿Recuerdas lo que paso entre nosotros la última noche antes de que te fueras?—dijo la castaña mirándolo a los ojos.

— Fue la mejor noche de mi vida…—contestó el ambarino.

— Después que te fuiste, Ryoma, a las semanas comencé a sentirme mal—dijo Sakuno mientras veía como la expresión de Ryoma cambiaba— tenía nauseas y mareos… Estaba embarazada, Ryoma.

El ambarino soltó la mano de la castaña, su expresión cambio bruscamente, tenía la mirada perdida, y se tomo la cabeza con las manos.

— Kyo… es tu hijo Ryoma —dijo Sakuno que empezaba a preocuparse por la reacción de Ryoma, que sólo estaba ahí congelado su lado.



HASTA LA PROXIMA
SE ME CUIDAN XAUSITO =)

 

Re: Porque Me Abandonaste (ryosaku)

HOLA CHICAS, TRAJE EL CAPI,
NO ES MUY LARGO,
PERO ESPERO QUE LES GUSTE…
VISTE POLIN LO PUSE RÁPIDO JAJAJA
BUENO… FELIZ NO CUMPLEÑOS A MÍ ¡!!1 HAHAHA

27 Capítulo

El ambarino soltó la mano de la castaña, su expresión cambio bruscamente, tenía la mirada perdida, y se tomo la cabeza con las manos.

— Kyo… es tu hijo Ryoma —dijo Sakuno que empezaba a preocuparse por la reacción de Ryoma, que sólo estaba ahí congelado a su lado.


— ¿Ryoma? — Llamó Sakuno al ambarino, que estaba totalmente paralizado y con el rostro desencajado

— ¿Estas bien? —dijo con un tono de voz muy preocupado, mientras se arrodillaba delante de él y le tomaba de los hombros.

— Vamos, dime algo… no te quedes callado — dijo la castaña, mientras le tomaba el rostro, tratando de hacer que reaccione.

—Mi… hijo…— dijo al fin el ambarino en susurros.

—Sí… Kyo es tu hijo… —dijo la castaña mirándolo aún preocupada.

Ryoma aún estaba en shock por la noticia; nunca pensó en esa posibilidad antes, y recién ahora su cabeza comenzaba a inundarse con recuerdos; desde el día que estuvo con Sakuno, hasta sus últimos encuentros con Kyo; la manera de jugar de él pequeño, el saque twist, su edad, y todas esas cosas, que ahora comenzaban a tener sentido para él.

— ¿Por qué nunca me lo dijiste…? —dijo el ambarino un poco más calmado, mirando por fin a Sakuno con el rostro desencajado.

— Tú… estabas en Estados Unidos, te fuiste sin decirme nada, ¡me abandonaste!... — dijo la castaña soltando el rostro de Ryoma, y mirando a un lado.

— ¡Sakuno!... si hubiera sabido esto, hubiera regresado de inmediato ¡¿Por qué no me lo contaste?! — dijo un poco exaltado Ryoma.

— Ya te lo dije… ¡me abandonaste!, te largaste después de hacer el amor conmigo, sabes todo lo que sufrí, sabes todo lo que tuve que pasar… aquella mañana, me levanté de lo más feliz creyendo ilusamente, que me habías escogido a mí y no a ella.
Pero luego vi tu nota, fui a tu cuarto y me di cuenta de que te habías marchado.
Yo… no tenía la más mínima idea de donde podrías estar, fue Tomoka la que luego me contó que estabas en Estados Unidos, tus padres se lo dijeron.
Luego me enteré de que estaba embarazada, pero… nunca pensé en contártelo sabía que ibas a rechazar a mi hijo, de la misma forma en que me rechazaste a mí. Yo… yo te odiaba… —dijo esto último sin mirarlo y con lágrimas en los ojos, mientras Ryoma la miraba y se sentía el ser más infeliz de la tierra por todo lo que le había hecho.

— Entiendo… y lo siento tanto… Tienes razón en odiarme… —dijo el ambarino mientras recostaba sus brazos en sus rodillas y se tapaba la cara con las manos.

Sakuno que estaba a pocos centímetros de él, se arrepintió de haberle dicho esas cosas, pensó en que no debió decirle que lo odiaba.
Luego de unos minutos la castaña no sabía que hacer, se sentía culpable por haber hecho sentir tan mal a Ryoma.
De repente, Sakuno se acercó a Ryoma y apegó la cabeza de él contra su pecho y empezó a acariciar sus cabellos muy suave y delicadamente, así como tiempo atrás lo había hecho.

— Lo siento… dije que te odiaba, pero… la verdad es que nunca pude odiarte; lo que siento por ti siempre fue más fuerte…—dijo mientras recostaba su rostro sobre la cabeza de Ryoma.

Ambos estuvieron en esa posición durante varios minutos. Sakuno no dejaba de abrazar y acariciar el cabello de Ryoma.

— Tenemos un hijo… —dijo el ambarino alzando el rostro y mostrando una incrédula sonrisa.

— Sí… tenemos un hijo —dijo Sakuno también sonriendo.
— No puedo creerlo… un hijo tuyo y mío…— dijo el ambarino tomándose la cabeza y sonriendo otra vez.

La castaña sólo lo miraba y sonreía con las cosas que hablaba Ryoma, nunca pensó una reacción así de su parte, estaba contenta.

— Gracias… —dijo el ambarino luego de hablar un montón de cosas sobre Kyo.
Miró tiernamente a Sakuno quien se quedó sorprendida por lo que había escuchado.

— ¿Gracias por qué Ryoma? —dijo la castaña.

— Por contarme sobre Kyo… no sabes lo feliz que me has hecho, todavía no puedo creer que él sea mi hijo —dijo el ambarino sonriendo.

—Siempre tuve miedo de la reacción que tendrías al enterarte… —dijo la castaña mirándolo.

— Lo siento pequeña… por haberte hecho pasar por tantas cosas, te juro que si me hubieras dicho que estabas embarazada, hubiera regresado por ti y dejado todo.
Cuando regresé y te vi con Eiji, pensé que Kyo era hijo de ustedes; no sabes como envidié a Eiji, por tenerte a ti, y por tener un hijo como Kyo.
Pero… ahora que sé que Kyo es nuestro hijo, nada impide que tú y yo estemos juntos Sakuno —dijo el ambarino, mientras tomaba de las manos a Sakuno.

— Ryoma espera… no confundas las cosas, yo… no puedo dejar a Eiji —dijo la castaña con mucho fastidio en la mirada mientras el rostro del ambarino cambiaba al escuchar las palabras de Sakuno.

— ¿Por qué? Yo sé que tú me quieres, me lo acabas de decir; que nunca pudiste odiarme porqué lo que sientes por mí es más fuerte —dijo el ambarino acercándose más a ella.

—No puedo dejarlo, él siempre estuvo a mi lado… —dijo la castaña, bajando la mirada, ya que la mirada fría de Ryoma comenzaba a aparecer, ya que el ambarino no entendía porqué Sakuno no podía dejar a Eiji.

— ¡No lo entiendo Sakuno! Si tú me amas y yo te amo ¿Por qué no podemos estar juntos? —dijo el ambarino, girando el rostro de la castaña para que lo mirase.

—Yo quiero a Eiji… —dijo la castaña forzándose a mirar los ojos de Ryoma, que ardieron al escucharla.
Sakuno sabía que no mentía, sí quería a Eiji, pero… ese cariño, no se podía comparar con lo que sentía por Ryoma.

— ¡Perfecto Sakuno!... —gritó el ambarino soltándola y dándole la espalda.

La castaña se asustó con la reacción de Ryoma, pero que podía hacer, no podía hacerle eso a Eiji, era muy injusto para él.

Ryoma volteó, aunque trataba de poner una expresión más tranquila, se notaba que aún estaba molesto.

—Sakuno lo siento… pero entiéndeme, tenemos un hijo, quiero estar con ustedes.
Te necesito… ahora mismo muero por besarte de nuevo, ya no quiero que Eiji te vuelva a tocar, quiero que seas sólo mía… — dijo el ambarino acercándose a ella.

Sakuno no dijo ni una palabra, ella también se moría por besar a Ryoma, ansiaba tanto estar con él.

— Te necesi… —dijo el ambarino, que no pudo continuar hablando.

Sakuno no resistió más y se lanzó contra Ryoma, agarrando su cabello delicadamente con las manos, atrayéndolo hacia ella, para que pudiera besarlo.
Sakuno besaba tan intensamente a Ryoma, que hizo que este caiga sentado en el sofá, donde siguieron besándose apasionadamente hasta que Sakuno quedó echada sobre Ryoma.
La pasión que sentían ambos era inmensurable, ninguno de los dos pretendía parar.
Sakuno no dejaba de acariciar los cabellos de Ryoma, mientras este le subía su blusa.

—Te amo… —dijo Ryoma mientras besaba el cuello de la castaña, que al escucharlo se lanzó nuevamente contra los labios de Ryoma, besándolo y comenzando a desabotonar su camisa.
Y así nuevamente ambos pasaron la noche juntos.

Eran cerca de las seis de la mañana, cuando de repente ambos sintieron unos golpes en la puerta.
Sakuno se levantó y empezó a vestirse apresuradamente, al igual que lo hacia Ryoma, quien no dejaba de besarla en el trayecto, haciendo que esta se demorase.

—Para Ryoma— dijo la castaña mientras se colocaba la blusa y le sonreía.

Ryoma quien ya había terminado de cambiarse, sonrió al ser regañado por Sakuno, y se sentó en el sofá, mientras la miraba.

— Qué estará diciendo Enma… Kyo debe estar muy preocupado…—dijo la castaña mientras se acomodaba el cabello y era observada atentamente por Ryoma.

De pronto la puerta por fin se abrió, era el portero del edificio, que se sorprendió al encontrarlos ahí. Sakuno le contó los sucedido y luego salió hacia su oficina, al lado de ella iba Ryoma, que la tomo de la mano, haciendo que Sakuno volteara sorprendida.

HASTA LA PRÓXIMA
SE ME CUIDAN BYE
MUY PRONTO EL GRAN DESENLACE DE ESTE FIC
BUAHAHAHA XD