Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Después de almorzar, Inuyasha me sentó en la silla de ruedas y me enseñó toda la casa.
Todo el departamento me parecía enorme. Con lo grande que era la casa, podía vivir una familia de ocho personas, y sólo ibamos a vivir tres personas- o al menos de momento.
Cuando llegamos al cuarto donde ibamos a dormir Inuyasha y yo, me quedé algo impresionada ya que era muy grande y todo estaba muy ordenado.
-Inuyasha...- le llamé impresionada mientras miraba la habitación. Pero é aludido solo se limitó a reirse por mi reacción.
-Parece que te gustó.- dijo sin parar de reir.
Inuyasha me acercó a la cama, y después me levantó de la silla de ruedas y me tumbó sobre la cama, la cual era de matrimonio.
-Descansa mientras que yo ordeno las cosas, ¿vale?- me preguntó mientras se echaba un poco sobre la cama y depositaba un beso en mi frente.-No tardaré mucho, para estar con vosotros.
Asentí con la cabeza, e Inuyasha se incorporó y se marchó a ordenar.
Me recosté un poco para estar más cómoda y relajé mi cuerpo. Me puse a pensar. Empecé a imaginar lo que seria tener a mi hijo entre mis brazos. Pero entonces, lo noté. Noté un pequeño golpecito en el estómago.
Me asusté un poco, pero al ver que no sentía dolor no le tomé mucha importancia. Pero si me asusté cuando, al rato de notar ése golpecito, sentí otro.
¿Qué era lo que estaba ocurriendo?
No lo sabía, y me sentí muy asustada. ¿Y si algo andaba mal con mi hijo? Intenté borrar eso de mi mente, y asustada, posé mis manos sobre mi vientre, o como decía Inuyasha, en la pequeña pancita.
Cuando puse mis manos, esperé un ratito para ver si notaba algo, y al rato lo pude notar de nuevo, haciéndome caer en la cuenta de lo que enrealidad se trataba. Era el bebé que se estaba moviendo, y me estaba dando pataditas.
-Me has asustado pequeñin...- dije en voz baja mientras sonreía. Dirigí mi mirada hacia la puerta de la habitación, para ver si veía a Inuyasha, pero no le veía.
Podía escuchar el ruido que hacía al ordenar las cosas que estaban en el salón.
-Inu,- le llamé.- por favor, ven.
Pude escuchar como Inuyasha dejaba algo en el suelo y empezaba a acercarse a la habitación.
Cuando llegó a la habitación, le indiqué que se sentara a mi lado en la cama. Inuyasha obedeció, pero notaba su confusión.
-Inu, acercate, quiero que sientas ésto.- le dije. Él asintió aún confuso. Tomé su rostro con cuidado y lo acerqué a mi vientre.-Espera un ratito, y luego, dime que sentiste.
Inuyasha estubo un rato esperando con su rostro encima de mi vientre, cuando entonces noté otra patadita. Inuyasha abrió los ojos sorprendido y con cierto brillo en ellos.
-¿Es el bebé?- me preguntó mientras alzaba su rostro un poco para mirarme. Cuando le pude ver fijamente a sus ojos, no dudé de que dud ojod brillaban. Asentí mientras veía como volvía a apoyar su rostro en mi vientre.- Hola pequeño, ¿cómo estas? Yo soy tu papi, y mami y yo deseamos que crezcas fuerte y sanote para que luego podamos jugar juntos a la pelota, y aunque mami se niegue, también jugará.
Inuyasha empezó a hablar con su hijo através de mi vientre, y se tiró un buen rato hablando con él. Se veía tan tierno.
-Kagome, ¿crees que me habrá escuchado?- me preguntó cuando terminó de hablar. Parecía tan preocupado por si su hijo le había escuchado.
-No lo sé, pero creo que si.- le dije mientras respondía a su pregunta.
-Bueno, será mejor que descansemos, ya que mañana será un nuevo día.-dijo mientras se recostaba a mi lado.-Ven; recuéstate en mis brazos para que estés más cómoda.
Obedecí y me recosté en él.
-¿Estás cómoda?-me preguntó mientras me miraba.
-Si, pero ¿y tú?-le pregunté.
-Yo estoy muy bien, pequeña.-me respondió. Dejé escapar un suspiro.
-Que duermas bien.-le dije mientras iba cerrando mis ojos para dormir.
-Que tengas dulces sueños, pequeña.- dijo mientras me daba un beso en la frente.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

hola
siento haber tardado mucho :(
la conti es algo corta pero me an surgido algunas cosas que me tiene ocupada
lo siento :(


Entre el silencio que gobernaba en la habitación, pude escuchar el intento de sigilo de unas pisadas en la habitación.
Entreabrí mis ojos adormilados, y pude ver el rostro de Inuyasha el cual estaba a escasos milímetros de mi. No pude evitar abrir al máximo mis ojos por sorpresa, cuando noté que me daba un beso en la frente.
Luego, Inuyasha, se separó un poco de mí, y pude comprobar de que estaba vestido con ropa de calle. Le miré extrañada. ¿Es qué se iba a algún lado?
-Te despertaste temprano, pequeña.- dijo mientras se alejaba un poco para poder mirar mi rostro.
-Si.-dije mientras asentía con la cabeza. Agaché mi mirada, y pude ver la sudadera de color blanco de Inuyasha.-¿Qué hora es?
-Las 6:30 Am.- dijo mientras reía.- Muy temprano.
No pude evitar reirme también. La verdad es que era muy temprano.
-Kagome, a las 9:00 Am vendrá Sango para que no estes sola tanto rato.
-¿Te vas?- le pregunté.
-Si, me voi a trabajar.- me respondió.
-¿Trabajas?- le pregunté confusa. La verdad es que no sabía de Inuyasha trabajaba.
-Si, bueno trabajo por las noches en la discoteca a la cual te llevé, pero me han llamado hoy, ya surgido una cosa, y e de ir por la mañana.
-¿Las discotecas abren por la mañana?- le pregunté algo sorprendida.
-A mí también me sorprende.- dijo mientras reía.
-Y más o menos, ¿a qué hora regresaras?- le pregunté.
-No tengo ni idea, por no decir que ni sé que es lo que ha pasado tan temprano.
-Valla...-dije entendiendo todo.
-Sango vendrá para estar contigo y hacerte compañia durante el día.
-Y para cuidarme, ¿verdad?- le pregunté para hacerle entender de que sabia que mi hermana venía mayormente para eso.
-Si, también para eso.- añadió mientras se rascaba la cabeza.-Por favor descansa todo lo que puedas y reposa.
-Si, si, tranquilo, lo haré.- dije mientras cerraba los ojos. Que vida más monótoma tenía...
-Bueno..., y ¿quieres ya tu desayuno?- me preguntó.
-No, gracias.- le respodí mientras negaba con la cabeza.- Aún no.
-Bueno yo te lo voy a preparar y te lo voy a deja en la mesa de que tienes al lado, por si acaso.
-Esta bien.- dije mientras rolaba los ojos.
Inuyasha se fue y se dirigió a la cocina a preparar mi desayuno mientras que yo me quedé ahí en la cama pensando.
-Aburrida y monótona, es quedarse corto...- susurré mientras pensaba en mi vida.
Al rato, Inuyasha entró a la habitación, y dejó una bandeja con una gran cantidad de cosas alimenticias. Miré con horror la bandeja, la cual estaba repleta de comida. ¿Es qué acaso eso era mi desayuno?
-¿Todo eso no será para mí?- pregunté sin apartar mi mirada de la "vacia" bandeja.
-¿Ves a alguien más aquí?- me preguntó mientras se sentaba en la cama.
-¡Inu!¡Si me como todo eso, dudo que la cama resista¡
-No te preocupes por la cama, resistirá.- dijo mientras daba unas suaves palamaditas en mi regazo.-Bueno he de marcharme ya.
Inuyasha se levantó de la cama después de darme un beso.
-Que te lo pases bien trabajando.
-Si, como no.- dijo mientras se reía.-Haz lo que te he dicho.
-Si...- dije.-Ten por asegurado de que no se me olvida.
Inuyasha volvió a reirse.
-Luego nos vemos, amor.- se despidió mientras salía de la habitación y hacía un gesto con la mano.
-Hasta luego.- dije un poco más alto de lo normal para que me escuchase.
Después, escuché la puerta abrirse para luego cerrarse, y luego solo hubo silencio infinito.
-¿Y ahora que hago yo?- me pregunté a mí misma mientras cruzaba los brazos a la altura del pecho para buscar una cosa que pudiera hacer sin moverme de la cama.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Ninguna idea se pasó por mi cabeza, aún me quedaban y me moría del aburrimiento.
Alargué un poco mi mano, y abrí el cajón de la mesita de noche que estaba al lado de la cama. Busqué algo con que entretenerme esas horas, pero no encontré nada con lo que pudiera distraerme.
Decidí tumbarme, porque ya me resultaba algo incómoda estar sentada. Cerré mis ojos mientras que notaba mi cuerpo relajarse.

Noté como alguien me zambaleaba con suavidad. Apreté mis ojos molesta.
-Vamos Kagome.- dijo una voz que conocía.-Vamos, despierta.
Me senté en la cama mientras me restregaba los ojos. ¿Me había dormido? La verdad es que no recordé a que hora me quedé dormida, pero lo que más raro era que, antes, no tenía sueño.
Miré a la persona que me había zambaleado, y vi a mi hermana sonriendo.
-Mis esperanzas de encontrarte despierta, tal como me dijo mi cuñado, fueron vanas.-dijo divertida Sango mientras me miraba.
-¿Has hablado con Inuyasha?- le pregunté.
-Si, me llamó para decirme que te habías despertado, pero cuando llegué estabas durmiendo como un tronco.- dijo mientras reía.
Dejé escapar un suspiro resignada al ver a mi hermana acercarme la bandeja, la cual me trajo antes Inuyasha, hasta ponerla en mi regazo.
-Debes de desayunar.- me ordenó Sango.-Voi a poner a lavar la ropa, y cuando llegué de vuelta, quiero verte comer, señorita.- dijo mientras me miraba con una cara que no supe descifrar.
-Si...- dije mientras cogía una manzana roja de la bandeja, para luego darle un mordisco y enseñarselo.- Ves, estoy comiendo.
-Me alegro.- confesó mi hermana.-No me gustaría que volvieras a hacer eso que...
-No.- dije interrumpiendole al saber como iba a terminar. No iba a hacer eso, y mucho menos ahora.
-Me alegro.- dijo mi hermana mientras sonreía.