Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Abrí los ojos al sentir que Inuyasha se movía en la cama. Pero me sentí un tanto desorientada, porque al abrir mis ojos no ví a Inuyasha, a pesar de haber notado moverse.
-¿Inu...?
-Kagome, estoy aquí.
Me giré hacia el lugar de donde provenía su voz, y me lo encontré terminando de abrocharse sus pantalones y sin su camisa. Obsevé su bien formado pecho desde la cama, y reconozco, que también me lo estaba comiéndo con la mirada.
-¿Tan atractivo soy?- me preguntó mientras me sonreía con una sonrísa que mostraba picardía y diversión. Me había pillado, y un calor en mis mejillas me inundó.
Atractivo es quedarse corto...
-Respónde a mi pregunta.- dijo mientras se acercaba a la cama y sin quitar su sonrísa.
-¿A-a tu pr-regunta?- dije aún sonrojada.
-Si.- Inuyahsa apoyó sus brazos en el cabecero de la cama, creando así una jaula, en la cual, yo era la presa.- ¿Soy atractivo o no?
-¿Eh?... Etto... yo...- dije mientras me sonrojaba más.
-¿Si?- dijo mientras se acercaba un poco a mi y se hacía el inocente.
-Si, ¡¿vale?!- grité al ver que no podía aguantar más a semejante presión.- ¡Eres un poco atractivo!
-¿Un poco nada más?- me preguntó incrédulo.
Asentí con la cabeza intentando sonreír, pero tal era mi sonrojo, que al intentarlo me solieron mis mejillas.
-Pues por tu reacción yo diría que te parezco muy atractivo...
-Ah, no sé, tú eres el que dice que soy predecible, ¿no?- le pregunté.-Pues averigualo.
-Si, eres predecible pero prefiero escucharlo salir de tus labios.- me dijo para luego besarme. Su acción me pilló tan desprevenida, que todo lo que tenía en mi mente, se esfumó.
-Eres malo.- dije cuando se separó un poco de mi, mientras inflaba mis mejillas.
-Eso ya lo sé, pequeña.- dijo mientras desinflaba mis mejillas con sus dedos indices.- Y no sabes cómo disfruto.
Después Inuyasha se levantó, se puso su camisa.
-Venga vistete.- me dijo mientras reía.- Que ésta vez, no necesitarás una manta o sábana para taparte.
-¿Te vas?- le pregunté incrédula.
-Si, voi a bajar a desayunar que tanta marcha me dejó hambriento.- me dijo. Ante tal comentario, me sonrojé y mi acción pareció divertirle mucho.- Además, sino, jamás te vas a vestir.
Le ví salir de la habitación mientras el reía. Al parecer, verme sonrojada no solo le gustaba, sino que también le divertia.
Giré sobre la cama, y empecé a vestirme lo más rápido que pude, porque la verdad, es que yo también tenía mucha hambre.
Cuando acabé de alistarme, bajé corriendo las escaleras hasta bajar al comedor, donde me encontré a todos desayunando y a Måne cocinando.
-Buenos días.- dije mientras saludaba.
-Buenos días, Kagome.- me saludaron Måne y Kouzla.
-Kagome, ¿quieres tostada?- me preguntó Måne.
-Si, gracias.- le dije mientras me sentaba en una silla.
Estábamos en completo silencio, hasta que Kouzla, rompió el silencio.
-Inuyasha, Kagome, ¿estaís seguro que no os quereís quedar unos días más?.- nos preguntó Kouzla.
-Si, estamos seguros, además debemos de volver.
-Pues... tened mucho cuidado.
Måne puso el plato con la tostada delante de mi.
-¿Pero de qué debemos tener cuidado?- le pregunté.
-Eso no os lo puedo decir, porque el futuro no está escrito en piedra, pero Inuyasha, no debes de dejar que ocurra nada malo a Kagome, debes de intentar cambiar ése mal destino que vi.- nos dijo Kouzla.-Y sobre todo, cuidala, por favor.
-Esta bien.- dijo Inuyasha con el ceño frucido.
Cuando acabamos de desayunar nos volvimos a despedir de ellos y cojimos nuestras cosas y nos marchamos.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Llegamos a mi casa, la casa estába vacía. No había nadie. Dejé la mochila que llevaba en el suelo, y me dirigí a la cocina.
En la cocina abrí la nevera de un jalón, y miré con detenimiento cada cosa que se encontraba en ella. Tenía mucha hambre y se me apetecía comer algo dulce, por eso cojí un trozo de chocolate.
Cuando terminé de comerme el trozo, me fui a mi habitación y me tumbé sobre la cama. Estube un rato contemplando el techo sin saber que hacer, hasta que me giré a un lado y cerré mis ojos.
-Inu, se que estás ahí.- dije mientras me levantaba un poco, y miraba debajo de la cama. Había escuchado un pequeño ruido, cosa que le delató.
Me lo encontré ahí, tumbado, observandome con sus ojos dorados.
-¿Cómo me has pillado?- me preguntó.
-Te has delatado tú solito.
Inuyasha rodó y después, se levantó del suelo para luego tumbarse en la cama.
-Deberías ducharte, estas lleno de polvo.
-¿Por qué no nos duchamos los dos?- me preguntó con una sonrísa pícara.
-¡Inuyasha!
-Esta bien, me baño yo solo...- dijo resentido.
Dejé escapar un suspiro mientras me recostaba de nuevo en la cama, para luego cerrar mis ojos.

Abrí mis ojos al sentir naúseas. Me levanté y fui al baño lo más rápido que pude y comencé a vomitar.
Me sentí tan cansada después, que apoyé mi cabeza en el muro de la bañera, y cerré mis ojos.
-Kagome, te ves pálida.- dijo una voz que reconocí inmediatamente, después de tanto tiempo. Era mi hermana, Sango.- ¿Te sientes bien?
Moví mi cabeza en forma de negación. Me encontraba fatal, me sentía débil, y tenía mucho sueño.
-Venga seguro que es por el cansancio del viaje.- dijo Sando, mientras me ayudaba a levantarme del suelo, y me guiaba a mi cama.- Descansa, que te hará bien.
-Esta bien...- dije mientras cerraba mis ojos y respiraba profúndamente.
-¿Te traigo una manzanilla?- me preguntó.
-No, no quiero volver a vomitar.
-Kagome, la manzanilla es para que vomites y así te encuentres mejor.
-No, gracias.- le dije mientras me cambiaba de lado.-Solo quiero dormir.
-Esta bien, que descanses Kagome.- dijo mientras salía de la habitación.
Inspiré y expiré un poco de aire, mientras miraba el techo de la habitación.
-Mañana me encontraré mejor...- me dije a mi misma mientras volvía a cerrar mis ojos, sintiéndome agotada.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Me levanté un poco cansada de la cama, y me dirigí abajo. Sentía mi cuerpo pesado por el cansancio.
Un vez que bajé, fui al salón y me recosté, con las piernas entre mis brazos, sobre el sofá.
Escuché pasos en la planta de arriba, después, pude ver bajar las escaleras a Inuyasha.
-Kagome, ¿te encuentras bien?- me preguntó mientras se acercaba a donde yo estaba y se ponía de cuclillas, para así estar a mi altura.
Negué con la cabeza. Inuyasha puso una de sus manos en mi frente para mirar mi temperatura.
-No tienes fiebre...
-Estoy muy cansada.- le expliqué.
En esos mometos, escuché otra vez pasos en la planta de arriba, y al rato, pudimos ver a mi hermana Sango bajar.
-Kagome, ¿te encuentras ya mejor?- me preguntó Sango mientras me miraba.
-¿Cómo?¿Ayer también te encontrabas mal?- nos preguntó Inuyasha exaltado.- Y, ¿por qué no me lo dijistes?
-Inuyasha, tranquilizate que seguro que es por culpa de tan largo viaje.
-Eso espero.- dijo Inuyasha un tanto preocupado al ver mi rostro.
-Bueno, voi a preparar el desayuno.- dijo Sango mientras se dirigía a la cocina.-¿Quereís tostadas o sanwiches?
-Yo no creo que deba comer...
-Kagome, vas a comer.- me ordenó Sango.
Inuyasha me ayudó a levantarme y me condujo hasta la cocina, y luego me ayudó a sentarme en una silla de madera. Ví a Sango abrir la nevera y sacar algunas cosas.
Cuando empezó a cocinar, empecé a sentir como un nudo en el estómago y empecé a sentir naúseas.
Me levanté de la silla, ante la mirada de sorpresa de mi hermana y de mi novio, y me dirigí al baño corriéndo.
-Que asco...-dije para mi misma cuando terminé de vomitar.
-Kagome ¿estas bien?- me preguntó preocupado Inuyasha desde el otro lado de la puerta.
-No.- le contesté mientras hacía un mohín ante el mal sabor de boca que tenía.
-¿Quieres ir a un médico?- me preguntó.
-No, creo que ya se pasará.- le dije a la vez que volvía a sentir naúsesas, y volvía vomitar.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Hola
me alegra que os gustara la conti
g1@dY5 no pasa nada asi que no te preocupes
y bueno a que te refieres con que no se
hagan los dos?¿
Jesireth me vas a matar un dia de la risa
bueno aunque ya lo estas intentando xD

Habían pasado cuatro días, y aún, continuaba vomitando, encontrándome un poco débil y sintiendo malestares, aunque lo intentaba mantener en secreto, aunque pienso que no les engañé demasiado con esa idea.
Pero no quería que se preocuparan por mi, y mucho menos, ir a un médico.
Ya me pondré bien....
Cuando fui a levantarme del suelo, me empecé a sentir mareada y como mis piernas empezaban a temblar.
-I-Inu...- le llamé mientras me apoyaba en la pared del baño. Mi voz sonaba un poco patosa por la debilidad que sentía.
Dejé mi cuerpo incosciente caer sobre el frío suelo, al ver que no podía soportar un segundo más depie.

Abrí mis ojos al sentir un olor fuerte en mi nariz, viéndo así manchas borrosas que poco a poco, se fueron haciéndo más claras. Pude ver los rostros de Inuyasha y a Sango, que me miraban preocupados.
-¿Qué pasó?- les pregunté, mientras me sentaba sobre la cama.
-Kagome, te has desmayado.- me respondió Sango.-Kagome estás pálida y tienes ojeras... Hermana, te ves muy mal....
-No os preocupéis, me encuentro bien...- le dije tranquilamente, pero mi rostro cambió repentinamente, al sentir núseas de nuevo.
Inuyasha me dió un cubo para que no me moviése de la cama. Seguro que no se fiaba de que me pudiese mantener depie.
-Si, claro Kagome, lo que tú digas...- dijo irónicamente Inuyasha.- Kagome, ya hemos estado callados por un tiempo, mejor dicho, bastante tiempo. Y hoy irás a un médico.
-No.
-Kagome, vas a ir a un médico quieras o no.- dijo enfadado Inuyasha.-Ya empezaste así un vez, y tenías apendicítis; no pienso dejar que te mueras por algo raro como la apendicítis.
-Inuyasha.- le llamó Sango.-La apendicítis nada más que es una vez.
-Bueno da igual, pero va a ir a un médico quiera o no.
Intenté retorceder, pero el cabecero de la cama no me lo permitió.
-No quiero.- le dije mientras me aferraba a la colcha.
Vi como los brazos de Inuyasha me agarraban. Intenté aferrarme a la cama, pero no tenía apenas fuerza, por eso me cogió como una pluma a pesar de mis intentos de no déjarme coger.

 

Re: Las lágrimas de una noche mágica (Inu&Kag)

Bajó la escalera con cuidado, mientras me cargaba sobre su hombro como si fuese un saco de patatas.
Yo pataleaba con las pocas fuerzas que me quedaban mientras lloraba. No quería a ir a ese establecimiento.
Ibamos por la misma calle por la cual se encontraba mi peor pesadilla: el hospital.
-¡No, por favor, te lo suplico no me lleves!.- dije mientras lloraba y me intentaba agarrar a todo lo que estaba a mi alcance, al ver que por mucho que patalease no conseguía nada.
-Kagome, no me supliques nada, porque te pienso llevar.
-¡No!- dije mientras forcejeaba para que me soltase.
-Kagome deja de forcejear, que te puedes hacer daño.
-Me da igual, porque tú me quieres llevar a un médico.- dije sin parar de forcejear.
-Kagome llevas varios días encontrándote mal y muy débil; y mírate, tienes muy mal aspecto.
-Me da igual.- dije mientras forcejeaba.
Inuyasha paró, cuando estábamos enfrente de la entrada.
-Bueno aquí estamos.- se dijo para él mismo, mientras miraba la puerta movidiza de cristal.
-¡No!

Entramos en una gran sala blanca con tres puertas en tres paredes, y suelo azul; donde había muchas personas y muchos enfermeros y enfermeras que hiban de un lado para otro.
Olía a medicinas, y ese olor se mezclaba con el olor viejo del establecimiento. Se me formó un nudo en el estómago cuando se mezcló a ese olor, el olor a óxido y a sal que inundó la sala, cuando entró un niño con una gran herida, en la cual se podía ver hasta el hueso, en una silla de ruedas.
Me tapé la boca con la manos al sentir de nuevo ganas de vomitar, e Inuyasha, el cual lo notó, se acercó rápidamente a una enfermera.
-Por favor me puede decir dónde están los servicios.
-Siguiéndo recto a la derecha, y después siguiéndo el pasillo que hay a la izquierda.
-Muchas gracias.- dijo mientras que salía corriendo aún cargándome en su hombro.
Llegamos a los servicios e Inuyasha, se coló en el de señoras y me metió lo más rápido que pudo en uno de los baños. Inuyasha esperó sentado en los lavamanos del servicio hasta que terminé.
-¿Tienes aún más ganas de vomitar?- me preguntó mientras veía mi pálido rostro. Negué con la cabeza a la pregunta que me formuló, y me volvió a cargar en sus brazos. Ésta vez, no resistí a que me cargara, ya que me sentía muy cansada y débil.
Cuando volvimos de nuevo a la sala de antes, Inuyasha se sentó en una silla mientras que me sentaba en su regazo. Apoyé mi cabeza en su pecho mientras cerraba mis ojos.
Notaba como la mirada preocupada de Inuyasha, estaba clavada en mi sin apartarse.
-Kagome Higurashi.- me llamó al rato una enfermera, desde una de las puertas que llevaban a una habitación.
-No quiero ir, Inuyasha.- le dije mientras le miraba. Mi voz sonaba muy débil por la escasez de fuerzas, pero aún así, Inuyasha me escuchó.
-Kagome, debes ir es por tu bien y por tu salud; además me tienes muy preocupado.- me dijo mientras me miraba a los ojos. Su mirada, sus ojos dorados, estaban llenos de preocupación.
Volví a apoyar mi cabeza en su pecho, mientras que Inuyasha, me introducía en el interior de una habitación.