El Pianista (sesshXkago)

Re: El Pianista (sesshXkago)

se viene un concursito para participacion estrella!!!... la que me de la idea mas original POR PM de como tendria que seguir mi fic (a tener en cuenta mis constumbres macabras) aparece en un cap en participacion especial ;)

les intereza?

les dejo hasta el... amm Lunes o Martes para que me manden sus ideas... si aparecen, ya saben lo buena que soy con las parejitas ;)

la pomy

 

Re: El Pianista (sesshXkago)

Pan-chan: mi fiel amiga!! Fuiste priii… ^^ bueno ya habras aprendido que conmigo, o te pongo las contis asi de rapido… o así de lento xD y en cuanto a sessh… sorpresas!

Alania: mi fiel criticante… para cuando tu conti!?? Y parece (pareecee) que tomas mas que yo… y que no se note taanto no quiere decir que no lo sea… ja y bueno… me alegra que haya MEJORADO… >.<

Sesshokag: ja si es triste y aburrida su vida… no? Vamos a tener que agregarle azuuuukitaaaa… xD

Icoshimy: muchas gracias por tus alagos!!! Me coloraste xD

Atropos_dian: tenes razon… en este mientras lo escribia me aburria y encima cuando lo lei tuve la corazonada de que algo no estaba bien… me alegra que lo notaras!! Gracias… voy a seguir tu consejo, uno de los mejores.

Ladymary: hay bueno no podria dejar de contestar a quienes me contestan, muchas gracias por pasarte, y me da una ligera alegria saber que te llegó la historia ^^

Kokoroyami: me alegra que esperes tanto la conti… xD asi se que te hago esperar… que cruel soy jaj

Inu_*Kagome*: jaj… te acordas cuando leias mis otros fics??... bue dejo de desbariar… me alegra que te guste como quedo… y ahora vamos a ver que pasa con este trabajo jee

Victoria_7: y si, pobres, no los mato pero los hago tristes… grxs! Por pasarte y comentar :D

Cinyoh: me alegra que te vayan gustando mis caps… aunque ja… xD nada deja, grxs por pasarte…

Bellatrixe b: jajajaja te imagine “chillando” jajaja… y bueno, cosas de la vida… aunque todo tiene su forma de ser ;)

Icoshimy: ya esta cansada? Entonces… la puedo pòner a dormir, eh? xD na mentira jaja… besoo

*joha.suki* ja esa fuerza para gritarme PORQUE me dio gracia xD… y bue… quedate con la duda hasta que me decida poner conti :D grxs por pasarte

sesskag: che notaste que tu nick es casi identico a otro? xD me gusto la cxomparacion de la pelota de futbol jaja si alegria, mas alegria?? Mas alegria que Jakotsu!!?? Jaja… xD

pan-chan: ja de nuevo hola xD sos re fiel en cerio… te voy a decir perrita xD

shinfua: hola! Me alegra que te pasaras por aca tambien, hoy voy a tratar de poner contis en mis dos fics, aunque dudo poner siquiera en uno xD no me tardo igual!! Y si,., aca Inu es MALO.

Diana: casi me olvido de vos!! Estabas re perdida… me alegro que te guste, aunque dudo que vuelvas a pasarte >.< al menos en 2008


Bueno nadie se digno a contestar para mi mini-concurso, ustedes de lo pierden xD ahora me pongo yo que soy la unica que tiro ideas jaja… y por cierto, la conti la pongo en un dia creo. Esperen que falta poco!

 

Re: El Pianista (sesshXkago)

para los que me acusan de rata... un super cap xD, diana espero que pases >.< y a ver quien firma primera!




Los relojes no existen en el mundo utópico. La perfección tal vez se base en el hecho de que el tiempo no está detrás de mí, molestándome, apurándome.

Las sendas de los árboles no son ahora más que hojas caídas, el ruido de los pasos son un escrutinio a lo que sucedió y siquiera sé hace cuanto. Y es que es irónico cómo el tiempo, aun en su ausencia, corrompe mi corazón y lo molesta. Podría ser hace segundos que la vi por ultima ves, o bien podría ser una eternidad, no lo sé, pero el suelo es duro y frío ahora que me siento solo a esperar alguna idea que la traiga de vuelta.

-¿te encuentras bien? Hace frío aquí afuera

-si –contestó con el mismo tono gélido que el frío al susurrar entre los árboles los cánticos otoñales, anunciando la llegada del invierno

-oye-dijo apoyando una mano en el hombro del sufrido- ya lo hemos hablado, falta poco, casi nada contando contigo, para que descubramos lo que debemos hacer. Solo se trata de paciencia. –su voz comenzó a perderse con el viento mismo, al menos eso pensó al notar que su amigo no lo escuchaba. Se sentó a su lado y por largos minutos, o tal ves un instante, ambos quedaron pensativos. –realmente la amabas…

-la amo-corrigió al instante, como si el mismísimo dios lo obligara a corregir esa blasfemia… no se hablaría jamás en pasado de ella, por que ella seguía allí, con él, en el fondo de su corazón

-kikyo…ella aun sigue sosteniendo que cuando pasaron los últimos días, ambos estaban raros. Sesshomaru… si sabes algo más…

-no sé nada… todo lo que ustedes saben y nada más. Y no es suficiente, lo se-respondió a lo ultimo con ironía, mirando su mano que había chocado secamente contra la tierra apelmazada, única, cobijada, apretada en contra del frío mismo.

-deja de torturarte –reprochó, poniéndose de pie y cruzándose de brazos –te la pasas aquí, sesshomaru, solo, sentado en silencio. Esta mal…

-¿y que tiene de malo? –interrumpió y causo algo de miedo al chico detrás de él, conocía los tonos de su íntimo, lo quería y conocía, pero últimamente se hacia cada ves más lúgubre y amenazante.

-…es solo que… no es natural Sessh… -respondió una dulce voz detrás de ambos. Bancotsu volteó y sonrió suavemente al ver dibujarse la figura de la chica avanzando, se veía hermosa como siempre. –las horas que pasas aquí, entre el frío… te enfermaras –planteo ella, aun con un leve temblor, ya sin la otra chica las cosas no eran iguales.

-¿y a ustedes que demonio les importa? Si tanto les molesta, vayan y enciérrense y sean felices… -contesto con determinación –apártense de mi camino –finalizo mirando directamente a Bancotsu, que era quien no lo dejaba pasar al camino que internaba aun más en el bosque

-sesshomaru, sabes que tu salud… -se detuvo al oír un leve gemido de advertencia, trago en seco. Su amigo era más alto y fuerte, su postura era más que amenazante, era mortífera y últimamente las chances de que matara a golpes a alguien crecían en cuestión del paso de los soles… cada ves se cerraba más su personalidad, y era hasta peligroso para su problema de asma. El problema es que no era él ni kikyo los que debían hacerle entender esto, él siquiera los escuchaba.

-no lo repetiré –anunció él y Bancotsu se apartó bajo la mirada furiosa de kikyo

-¿quieres que me mate? –reprochó cuando su amigo ya se perdía entre las sombras

-no seas estupido –dijo ella y comenzó a correr detrás de sesshomaru –Sessh! Espera… esperame!

Aunque el alto chico no se detuvo, tampoco reprochó que lo siguieran, y kikyo pacientemente caminó detrás de él hasta que por primera ves entraron juntos a un claro que ella no sabia que existía. Había una clase de bancos hechos de madera y lijados en el piso, y había unos cuantos árboles juntos que creaban unas especies de paredes. El platinado tomó asiento con tranquilidad, como si de ningún problema se preocupara ahora, mientras sentía con su oído los torpes y sorprendidos pasos de sus amigos.

-es… hermoso –finalmente reconoció kikyo, quien al sentarse frente a Sesshomaru, sintió a su ves un electrizante aroma a Camelia, una flor rara de Japón que tenía una exquisitez similar a las rosas azules. -¿Dónde…?

No llego a terminar la pregunta cuando su amigo extendió su brazo y señaló una flor grande y roja en medio del paisaje amarillo entre los arbustos. Kikyo quedó en silencio una ves más, esta ves perdida en el aroma y belleza de la flor, tal ves apropósito, queriendo ignorar el sufrimiento de su amigo, mientras Bancotsu aun se mantenía en pie.

-aquí es adonde venían, entonces –dijo con nostalgia, sintiéndose mal y comprendiendo ahora más a su amigo, que de tan cerrado, jamás le había contado nada de este nido de amor.

-aquí fue la primera ves que nos conocimos realmente –contestó él con sus orbes cerradas, como concentrado.

-sesshomaru… -susurró triste kikyo-escucha, esta noche se festeja el baile de fin de curso. Sé que no te interesan esas cosas… pero piénsalo, puede al menos mantenerte ocupado. Y no será gran cosa… pero al menos ve.

-si amigo… una copa o dos no te vendrán mal –contesto con júbilo Bancotsu, aunque kikyo no evito insultarlo por otro de sus comentarios desubicados.

-prefiero quedarme aquí –dijo sesshomaru, ignorando por completo las miradas de la pareja

-para esta noche, el frío dicen que será espeluznante hasta para nosotros, ve y toma algo antes de venir

-deja de tratarlo de alcohólico, Ban –dijo kikyo resignada –Sessh… por nosotros. Ve

-no quiero –dijo el otro, mirando ahora también la flor. Él esperaba encontrar una solución a los problemas que se le habían presentado para después volver a estar con ella una ves más y esta ves sí poder decirle todas esas cosas que no había logrado expresarle. Y perder el tiempo en una estúpida fiesta no estaba entre sus planes –iré con mi piano –dijo marchándose y dejando solos a los otros dos, que no llegaron a seguirlo y luego estuvieron una buena media hora perdidos entre los troncos.

Llegó silenciosamente doblando varias esquinas hasta que entró al recibidor, donde tres puertas estaban cerradas. Miro la derecha, allí el trémulo piano, su arma, su pasión lo esperaba. Luego miro a la izquierda y no evitó recordarla, su canto, su pasión propia.

Camino y entro a la habitación, el aroma de antaño, el que sentía estando con ella. Recordó cuando la oyó llorar, cuando el maldito de Naraku ingresó al cuarto, cuando todo. Y se golpeó a si mismo, una y diez veces al plantearse las cientos de ocasiones en que podría haber hecho algo más… algo para que ella siguiera allí. ¿Estaría bien? Ahora estaba sola, sola con ese hermano que ella le había contado. Y que fría debía ser la vida de su alegre flor.

Salió del lugar, lo lastimaba demasiado. Subió a la habitación, decidido a retomar el piano cuando la fiesta empezara, al menos así evitaría encontrarse con Bancotsu y Kikyo y pensaría tranquilo. Al sentarse en la cama, se movieron unos cientos de hojas, recortes de periódicos, anotaciones.

Las miro un instante y luego tomó algunas, las repasó con la vista, ya se las sabia de memoria. Eran cosas, relatos y señales de Naraku, hasta tenía su biografía, maldito hipócrita, se había hecho su propia biografía.

-como si a alguien le interesase –dijo mirando con rabia al best seller de algunos años anteriores.

Estuvo unas cuantas horas leyendo mientras escuchaba el susurro del viento contra la ventana, cuando escucho algunos pasos en el pasillo. Dejó el libro, ya casi terminado por centésima vez, y caminó hasta su closet. Era hora de bajar con su piano a hacerle compañía. Tomó un tapado negro largo, muy clásico y elegante, con cuello y trazo cruzado, y se lo colocó. Se miro un instante en el espejo del baño. Vio en su reflejo a un hombre algo demacrado, con ojeras, pero aun conservaba su porte. Solo tenía los rastros de un hombre sin su mujer, aunque no había dejado jamás su belleza y porte señorial. Salió de la habitación y caminó veloz, sin evitar las lujuriosas miradas de las chicas de cuarto y quinto grado, quienes pensaron en seguida que estaba vestido así para ir al baile y comenzaron a apurarse y arreglarse mejor.

-al fin olvido a la mosquita muerta aquella.

-¡al fin mi posibilidad!

-será mío

Algunas cosas así comenzó a escuchar mientras subía del brazo de kikyo. Miro a todos lados y no vio a nadie en los pasillos, todas las puertas se cerraron de un portazo. Ambos se miraron incrédulos y se dirigieron al cuarto del chico, comprendiendo que sesshomaru había escapado de ellos… y sabiendo qué querían esas chicas.

-¿crees que vaya? –pregunto kikyo, sentada en un sillón delante del violoncelo

-lo dudo –respondió Ban saliendo del baño ya sin casi nada de ropa mas que su pantalón –oye… que te parece si tomamos un baño… juntos –propuso lujurioso y a kikyo se le dibujo una sonrisa en sus labios, aunque no le parecía correcto porque podría entrar sesshomaru… bien ambos sabían que el otro chico no volvería hasta altas horas de la mañana –tengo tu vestido aquí… -termino, abrazándola y levantándola del sillón mientras se dirigían al baño entre risas cómplices.

Entró casi corriendo al cuarto y cerró la puerta agitado, no le hacia nada bien acelerar sus latidos. Miró algo hambriento la negra figura que se extendía por la habitación y se sentó veloz en el taburete. Abrió cuidadosamente la delicada tapa y apoyo sus manos sobre el teclado antes de respirar más calmado, al fin en su mundo. La música se extendió intensa y vibrante como siempre solía hacerlo al tecleo firme de sus manos, y cerrando los ojos comenzó a sentir como su energía se transmitía en la música.

Recordó, siempre recordaba cosas, situaciones. Era extraño como unos cuantos días, unas pocas semanas, constituían de repente toda su vida. Sus pensamientos viajaron, siempre en torno a ella, las sonrisas, la pasión, y luego la noticia de la cabeza, la espeluznante situación con la madre de ella, el hecho de la amenaza hacia ella que él había recibido si se llegaban a hablar o ver, la falta de noticias sobre la vida de ella. Repasó fragmentos del llanto de kikyo, de las proposiciones alocadas de Bancotsu, el revuelo en la escuela ante la noticia de la muerte de Naraku, el llanto de kagura, el cambio de colegio de Kanna –siempre pensando en lo mejor para ella- el cambio de su tío para cuidar a su sobrina. Se había quedado solo, solo sin su profesor y padre (aunque no lo reconociese, él representaba eso), sin su hermana, sin su propia cordura… y sin ella, sin Kagome.

El piano resonó con notas más graves y sonoras, lloraba, gritaba a través de la música, y desde afuera, quien fuera que escuchara esto, podría hasta llorar llevado por la melancolía de esta melodía. Su energía fluía a través del teclado más intensamente, sus latidos estaban tranquilos y sus labios sellados, era él, él era el piano. Su música era exquisita, aunque nunca bien acompañada sin la voz de su dama, cosa que le fascinaba escuchar antaño.

Siguió repasando, esta vez más decididamente, qué demonios sucedía allí. ¿Cómo era que Naraku estaba muerto pero las amenazas seguían llegando? ¿Quién deseaba la herencia de su familia si solo estaban ahora ellos dos con esa sangre? ¿Quién lo odiaba así?

Entonces pensó en lo que haría si lograra descubrir de quien se trataba. No sabía si era alguien realmente peligroso ahora que el poder de Naraku había quedado en el aire, pero tampoco podía hacer peligrar la vida de ella. Paciencia, siempre paciente, él tocaba el piano, perdido una ves más en él y sin tiempo que lo apurara… cuando sus manos cayeron de golpe y desafinaron todo… abrió sus ojos de golpe… que estupido había sido.

Se levanto y corriendo abandonó el lugar. El frío y el viento le golpearon duro el rostro cuando sus cabellos se revolotearon en medio del patio, y no evito abrazarse a sí mismo. La música movida y vulgar a sus oídos se izo cercana, miró las ventanas de los cuartos, todas oscuras. Claro, el baile, ese que kikyo había comentado. No podía esperar, debía comunicárselo a la pareja… ellos lo ayudarían, estaba tan cerca. Había dado de golpe un paso agigantado, y siempre había estado frente a sus narices.

Llegó agitado a la puerta y se detuvo contra la pared a recuperarse, cuando notó que las puertas estaban cerradas. Arreglo un poco sus ropas, que quedaban casi del todo cubiertas con el tapado negro… pensó en el contraste que debía hacer su blanca piel, pero no le interesó mucho. Reconoció en sus pensamientos la constantes ganas de pensar en otra cosa, estaba desesperándose… cuando se dio cuenta de otra realidad. Apoyo la mano en el picaporte… el frío debía estar espantando los corazones de esos chicos… se quedó trémulo pensando, ¿estaba bien lo que planeaba? Era un cálculo apresurado, pero… tan genial.

Abrió las puertas y de repente todos voltearon al sentir la helada recorrerlos. Muy pocos bailaban y muchos estaban en sus mesas, sentados hablando o comiendo, cuando varias muchachas suspiraron ante la figura que por allí entraba. Con las puertas aún abiertas cruelmente de par en par, y con sus manos en los bolsillos, la alta y negra figura de cabellos plateados dejo sin aire a más de una. Caminó distante pero mirando cada mesa, recorriendo los rasgos de las chicas, sorprendiendo de sobre manera a todos aquellos que sabían de su existencia… ¿que le había picado al pianista de hielo?

Era un sueño de oro y diamantes, allí estaba él, caminando entre las mesas. Hasta la música parecía haberse callado, expectante a sus movimientos. Su porte tan hermoso y seguro de si mismo, sus labios tan deseables, su piel, tan suave, sus ojos tan fríos.

Lo veía caminar en un leve zigzag y cada ves más se acercaba a su mesa. Miro de reojo a las demás muchachas y noto la emoción de cada una, enseguida arrojo sus piernas fuera de la mesa, acomodándolas para que quedaran a la vista. Ese chico era hermoso, y lo mejor, como todos reconocían, era un genio. Todas lo amaban… pero él estaba caminando hacia ella. Ella era la princesa, y él tenía su zapatito de cristal.

Finalmente, aunque en su mente varias veces hubiera vacilado la idea de que pasara algo así y aunque estos últimos segundos se preparara para algo como esto, su corazón se detuvo al mirar desorbitadamente la mano blanca y suave del chico ofreciéndole bailar. Lo miro incrédula, sintiendo su propia respiración y el silencio de los demás.

-¿bailamos? –pregunto sensualmente el chico… tenia una voz hermosa, eso pensó ella mientras sin decir nada se ponía de pie.

Bancotsu y Kikyo se abrazaron al ver la sonrisa del chico. Notaron que la tensión en el lugar crecía, más cuando vieron la figura de la chica ponerse de pie, casi en la misma altura que él y caminar juntos con un porte real hasta el centro de la pista. En ella se veía una luz encandilante en sus ojos, en él… simplemente un gesto siniestro, jamás antes visto de esa manera.

Para los demás, la mirada fija y determinada de él señalaba la pasión y lujuria del chico por quien tenía delante, pero para sus amigos, ese gesto corrompido de maldad y venganza… significaba una sola cosa. Un plan.

Bailaron una pieza suave, aunque al principio solo se miraban a los ojos y ella no evitaba sonrojarse levemente ante los suspiros que daba, él notó que los demás comenzaron a inundar la pista con algunas chicas bailando enfadadas. Sonrió orgulloso para sus adentros al ver que los movimientos de la chica eran algo torpes, imaginando que si fuera otra, si fuera su Kagome, los dos bailarían como estrellas fugaces en el cielo.

Para ella este era el cielo y una dulce sonrisa la adorno cuando la pieza se izo mas romántica y el la acerco a su cuerpo. Así, esa noche fue de ensueño y aunque bailaron más que hablar… a ella no le importo, la mirada del chico la había hipnotizado.

Durante toda la noche, su amigo lo había seguido y tratado de hablar desesperado, estaba seguro de que así iba a reaccionar, mientras kikyo solamente los miraba fijamente. La chica, celosa y convencida de que los malos eran esos dos, los termino insultando, causando una sonrisa aun más siniestra y “encantadora” en el príncipe de plata.

Cuando se resignaron y decidieron tratar de disfrutar, la velada casi terminaba, y lo que iba a ser una noche perfecta para la pareja, era ahora una tenebrosa espina encarnada en sus pies… ¿Qué planeaba hacer sesshomaru? eso se preguntaban, cuando al tratar de encontrarlo, no lo vieron y a ella tampoco.

-¡¡esta enloquecido, Bancontsu!! No podemos dejarlo solo, ¡quien sabe que hará!

-vamos kikyo, sesshomaru es realmente inteligente. Dudo que le haga algo.

-¿al menos sabes como se llama ella? Le pregunte a unas chicas de primero, se llama Kagura, entiende Bancotsu, ella era amiga de Kagome… y era la protegida de Naraku. ¡¡Sesshomaru la va a matar!! –dijo moviéndose exageradamente

Bancotsu se quedo en silencio ante la histeria de su amada, ahora comprendía. Bueno, el había preguntado y sabía quien era la chica, pero… aun no podía creerlo. No había tomado en cuenta este factor, solo sesshomaru había recordado el detalle. Y sí, era posible que la chica entonces tuviera algo que ver, pero también era probable que no supiera nada, después de todo solo era una chica.

Miró a kikyo, solo una chica… pero ella había matado a Naraku y también solo era una chica… no cualquiera, pensó mientras la abrazaba, Kikyo era su chica. Pero ¿quien aseguraba que kagura era a quien buscaban?

-dudo que sesshomaru le haga algo, kikyo. Tal ves… piensalo, ella no es fea. Tal ves decidió olvidar a Kagome, dejarla ir. No se… -dijo mirando a kikyo, ambos sabían que eso no era cierto… pero decidieron creerlo por esa noche.

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Amanecía un nuevo día y la bocina del camión la izo torpemente caer por la escalera.

-¡ya va! –grito algo agudo mientras se sobaba la rodilla, cada día mas torpe. Media dormida y despeinada, se asomo por la puerta – ¡en un momento salgo!

-¡Kagome! Ya esta el desayuno, hija.

-si, ya voy a abuelo, espera que me cambio y hablo con la gente de la mudanza.

-esta bien, ve, pero no tardes que se enfrían los huevos –dijo el anciano sonriente apoyando el plato sobre la mesa y viendo correr y gritar a la nieta. –no debería correr descalza –sonrió –hola Sota, ¿como dormiste?

-bien abuelo, aunque mi hermana parece que durmió mejor. No se quería despertar –dijo sonriendo graciosamente mientras comía y el abuelo le palmeaba la cabeza –será mejor que le compremos otro despertador

-así es-dijo mientras se dirigía afuera –iré a atender a estos chicos antes que se vallan, pórtate bien

-si abuelo –dijo comiendo sus cereales.

Kagome corrió de lado a lado hasta que finalmente termino cambiada y a medio peinar. Se asomo a la ventana pero al ver a los hombres ya cargando cosas, adivino que su abuelo la había ayudado y suspirando, decidió tranquilizarse y pararse un instante delante del espejo. Se miró, su blanca piel brillaba con la luz de la mañana, sus largos cabellos negros decorados con mechones rojos y rosas, obra de su jefa, algo alborotados. Y finalmente vió su cuerpo, adornado con unos jeans negros y una remera celeste con un cuello escocés negro y blanco. Arreglo un poco la imagen y se maquillo levemente para bajar y desayunar. Suspiro de cansancio.

-¿es necesario tanto arreglo? –pregunto su hermano, terminando de comer mientras miraba los ojos delineados y los labios a medio pintar de su hermana, que ahora parecía más grande con tanto color en el pelo

-si, ya sabes. A mi jefa le encanta que esté arreglada y bueno –dijo comiendo de golpe un tazón entero de cereales y yogurt –oye sota, pórtate bien mientras no esté. Hazle caso al abuelo y estudia en la escuela. No tardaré mucho, lo prometo.

Su hermano la miro nostálgico, mientras sonreía tímidamente.

-ve hermana, se te hace tarde –contesto cortando la tensión del momento y parándose para salir al colegio –por cierto…

Kagome lo miro atenta.

-no te caigas en el camino –dijo saliendo y evitando una zapatilla voladora de parte de su hermanita.

Mientras recogía su zapatilla, miro por la ventana un segundo, este último tiempo había corrido que aquí para allá… quien le diría que ahora, antes de ser mayor de edad siquiera, conocería otro país. Resultaba reconfortante tener este trabajo, conocer lugares… pero no era lo que ella había soñado algún tiempo atrás.

Miró de soslayo la puerta, donde entraba su abuelo. Suspiro por última vez

-Kagome, ya llego el auto.

-si abuelo –dijo tomando unas maletas a la altura de la puerta.

-que te vaya bien en china –dijo besándole la frente – que la fuerza te acompañe (xD perdón, momento de debilidad de la escritora)

-si… adiós –dijo ella triste, ahora sí… dejaba todo atrás, incluso a su amor.


les guto'?? :D

la pomy