(``♥ El Destino del Angel ♥ ´ ´)

Re: (``♥ El Destino del Angel ♥ ´ ´)

Bueno, cumpli con la fecha, aqui les traigo el sgte capitulo!!! Ojalá les guste, he decidido dejarlos con la intriga en el final =P
Ojalá no me maten, sobretodo tu inner Ragna xD

Disfrútenlo!!!!!


~~Chapter 11~~


El miedo… Existen muchos y diferentes tipos de miedo, está aquél miedo que hace que tus huesos se congelen, que por tu espalda caiga lentamente una corriente de agua fría, aquel miedo, que te hace estremecerte, aquel miedo que no sientes hasta el momento en que ya está en su máximo poder… Pero también está ese miedo que te toma por sorpresa, que te da mala espina, que produce sentimientos extraños… Incluso nauseas, bueno, para no dar más rodeos, digamos que… Megu tenía ese miedo. ¿Por qué? Solo porque se había encontrado algo realmente extraño frente a ella…

-¡Que horrible! – Gritó poniéndose de pie de un solo saltó y escondiéndose detrás de Ryu.
-Lechuga, eres una miedosa… Sólo es un cadáver.
-¿SOLO UN CADÁVER!? – Gritó - ¿Cómo te atreves a decir eso?
-Tranquilos chicos. – Dijo Sira que estaba arrodillada junto a el brazo que sobresalía de la tierra. (Ya que no se veía nada más) .- Aun está vivo, su cuerpo esta tibio.
-¡Hay que sacarlo! – Grito Sanaki con una pala en su mano.
-¿De donde sacaste esa pala? – Preguntó Megu.
-No tengo idea… - Respondió el chico peliazul. – Pero hay que sacarla de alli.
-No se preocupen, yo me encargo de eso. – Dijo Ryu seriamente, luego puso sus manos juntas, y concentró chakra.


La arena que estaba debajo de ellos comenzó a moverse, y un agujero se hizo frente a ellos, todos se asomaron, y en el fondo, se podía divisar el cuerpo… Sira descendió, tomó el cuerpo en sus brazos, y de un salto lo llevó a donde se encontraban los demás. Todos se quedaron observándola detenidamente.


-Esto no es normal. – Decía sanaki.
-Tienes razón, no pareciese que haya sido atacada…
-No hablo de eso. – Contradijo Sanaki. - ¿Viste el color de su cabello? ¡ES ROJO!
-¿Y qué? – Preguntó Sira. – El tuyo es azul, y nadie reclama.
-Si, pero el mio no es de un color tan fuerte…
-¡Solo cállate! – Gritaron todos.
-¿Qué hacemos? – Preguntó Ryu.
-Hay que despertarla… - Opinó Sanaki.
-¿Cómo? – Preguntó Ryu.


Megu metió su mano en el bolsillo, y pegó su oreja al pecho de la chica… todos guardaron silencio.


-Su corazón late, pero está débil, hay que despertarla como sea. – Dijo.
-Eso ya lo sabemos, bakka, pero ¿Cómo? – Preguntó Ryu.


La chica sacó la mano de su bolsillo, y extrajo una cantimplora pequeña, la abrió lentamente, y apoyó la cabeza de la chica en sus piernas. Abrió la pequeña botella, y la posó sobre los labios de la niña, pero antes de verter el agua, miró a Ryu.


-Oye, antes de darle agua, necesito que le extraigas la arena que tragó, podría obstruir el paso...
-Está bien. – Ryu obedeció, y con la técnica de antes, poco a poco, extrajo trozos de arena seca de la boca de la chica.

Cuando hubo acabado, Megu le sonrió, le agradeció, y miró a la pelirroja, nuevamente repitió el proceso, y posó el agua en sus labios, vertiéndola suavemente para no derramar ninguna gota. Se detuvo en el momento en que la pelirroja comenzó a toser, su garganta se notaba seca, cuando se detuvo, la chica abrió lentamente sus ojos, eran rojos, tan rojos como su cabello, y miraban a Megu detenidamente.

Poco a poco se levantó, pero calló sentada al suelo, nuevamente junto a Megu, ésta se puso de pie primero, y le estiró el brazo para que se levantara.


-¿Quién eres… tú? – Preguntó suavemente la pelirroja, que apenas podía levantarse.
-No es necesario responder ahora, tú solo tranquilízate, te llevaremos al lugar de descanso más cercano.
-Gracias…


Durante todo el recorrido, nadie dijo nada más, Megu decidió que ella cargaría a la chica, no sabía por qué, pero quería ser ella quien la cuidara, los demás se quedaron callados y la dejaron concentrarse en su “Misión Auto-Impuesta”. Para el final de la tarde, llegaron a una cueva que se encontraba a mitad del desierto, parecía una cueva subterránea… Sira le explicó que en las noches, el frío del desierto era insoportable, a la persona que se extraviara en aquel lugar, si no moría de hambre, seguramente moriría de frío.


-Asi que tienes suerte de que Megu haya tropezado contigo niña. – Le decía la Sensei a la joven pelirroja que la miraba un poco sorprendida. – Si no, quién sabe qué hubiese pasado contigo.
-Es verdad, que alivio que te encuentres a salvo ¿Te sientes bien? – Preguntó Megu dándole un pedazo de pan a la chica.
-Si, gracias… - Se interrumpió en el momento en que observó el trozo de pan. - ¡Comida! – Gritó desesperada tomándolo y, sin exagerar, tirándolo dentro de su boca, para comenzar a triturarlo con gusto.


Megu solo la observó comer, no se podía ni imaginar el hambre que la pobre debió haber estado pasando, jamás había visto a alguien comer asi, metió su mano en su bolso y le paso una manzana, roja, se veía tan jugosa, que la chica no pudo resistirse, y estiró la mano para coger aquella dulce fruta, y en menos de 15 segundos, ya ni cuesco había de ella.


-Vaya, qué manera de comer! – Exclamaba Sanaki con los ojos como platos al ver como tragaba la muchacha. – Y yo que pensaba que mi papá era rápido, pero lejos eres la campeona.
-Creo que tomaré eso como un cumplido. – Sonrió la chica.
-Oye… Y ¿Cómo te llamas? – Preguntó Megu. – Mi nombre es Hyuuga Megumi, pero casi todos me dicen Megu.
-O lechuga. – Interrumpió Ryu.
-¡Cállate! Mejor preséntate. – Gritó la castaña.
-Yo me llamo Ryu, hijo del Kazekage. – Respondió seriamente.
-¿Son pareja? – Preguntó la chica señalando a Megu, que miraba furiosa a Ryu, y éste no la miraba, pero ambos miraron a la chica con ojos de (O.O).
-¡Claro que no! – Gritó Megu. – Ni loca.
-No soy vegetariano. – Respondió a su vez Ryu.
-Ya entendí… - Esta vez miró al chico peliazul que se encontraba sentado sobre el suelo pedregoso de la cueva. - ¿Y él?– Preguntó.


El chico se puso de pie, y se limpió los pantalones, llevó su mano señalando su rostro con el dedo pulgar y dio una gran sonrisa, sus dientes brillaron.


-Mi nombre es Imade Sanaki, mi padre era Imade Shouka, y mi madre es Hanaziku Saika de Imade, soy hijo único, y siempre estoy activo, y en mis mejores condiciones. – Dijo alegremente. – Mucho gusto en conocerte.
-Vaya presentación. – Aplaudió la pelirroja.
-Sólo falto yo. – Sonrió la Sensei. – Mi nombre es Yanaki Sira, soy la sensei del grupo 8, que es éste.
-Asi que un grupo de Suna…
-Bueno… No exactamente. – Dijo Sanaki siendo interrumpido por Megu, que no quería hablar del tema, Sira y Ryu se dieron cuenta de eso, pero Sanaki sólo se sintió interrumpido y se giró molesto.
-¿Qué hay sobre ti? ¿Cómo te llamas? – Preguntó Megu.
-Bueno… - La chica respiró profundamente, y sonrió de una manera similar a como Sanaki lo había hecho. – Mi nombre es Lian, yo soy una ninja errante, eso quiere decir que no pertenezco a ninguna aldea en particular… O al menos eso creo. – Finalizó bajando la cabeza un poco pensativa y triste.
-¿Qué quieres decir con “eso creo”? – Preguntó Ryu.
-Bueno, la verdad… Es que no recuerdo absolutamente nada, solo mi nombre… El último recuerdo que tengo es… El de un par de ojos negros como la oscuridad, negros y malignos, tan negros que te congelan el alma de miedo, esos ojos me miraban, recuerdo que no podía moverme, no sé de quién habrán sido aquellos ojos… Solo sé, que nada sé.
-Que extraño… ¿Lian, cierto?
-Si, por suerte al despertar recordaba quién era.
-¿Y donde despertaste? – Preguntó Sira.
-Ya ni de eso me acuerdo, solo puedo recordar, que me puse de pie, con los ojos cerrados, mi cabeza me dolía como caballo, y estaba mareada, desorientada, y apenas me mantenía en pie, pero yo soy una chica fuerte, y nunca me rindo.
-¿Puedes recordar tu edad? – Preguntó Sira acercándose un poco más a donde se encontraban Lian y Megu.
-Bueno… - La chica colocó su dedo índice en señal de gran concentración, todos guardaron silencio, todos esperando la respuesta, pero al no recibirla, de hecho, al no recibir ruido alguno, Sira preguntó.
-¿Y bien?


No hubo respuesta, todos se acercaron a Lian para ver qué había pasado, y de un momento a otro, todos se fueron de espalda al ver un globo de aire salir de su nariz, se había quedado dormida.


-Supongo que es una forma de decirnos que ya es tarde… - Opinó Megu. – Si no les importa yo dormiré aquí, acompañaré a Lian, para vigilar su recuperación.
-Esta bien Megu, te lo agradecería… - Respondió la Sensei. – Chicos, ustedes 2 dormirán al fondo de la cueva. – Suspiró y se giró mirando la salida. – Duerman tranquilos, yo vigilaré toda la noche.
-¿Toda? – Preguntó Megu.
-Si, tranquila, puedo soportarlo. – Sonrió Sira, ahora vete a dormir, necesitas descansar.
-Si, Sensei.



Durante la noche, Megu durmió plácidamente hasta aproximadamente más de media noche, pero un suave movimiento la despertó, al abrir sus ojos se dio cuenta de que Lian se estaba poniendo de pie y se disponía a salir de la cueva en ese momento, Megu esperó a que se levantara completamente y saliera, para ir tras ella…
Le sorprendió, pero también le hizo gracia, el hecho de ver a su Sensei completamente dormida, sobre una roca en mitad de la cueva.


-“Que resistencia” – Pensó.


Salió de la cueva, afuera hacía un viento bastante helado, miró hacia todas partes, y finalmente divisó a Lian parada unos metros más allá mirando la luna, o al menos parecía que miraba la luna, se le acercó y la miró, la pelirroja le devolvió la mirada, y sonrió mostrando un pequeño colmillo sobresalir de su boca.



-¿Por qué saliste a estas horas? – Le preguntó Megu luego de un largo silencio por parte de ambas. – Hace frío…
-Siempre me ha gustado, salir de noche. – Respondió Lian sin despegar la vista del cielo, Megu también miraba los astros.
-Vaya, y pensé que yo era la única… - Rió.
-¿Sabes Megu? Ahora que lo pienso… No te he agradecido correctamente, te debo un gran favor.
-¿Eh? ¿De qué? – Preguntó ésta.


Lian le tomó ambas manos, y la miró de forma directa a los ojos, causando un escalofrío correr por la espalda de Megu, sus ojos rojos causaban una sensación de miedo, pero el miedo desapareció cuando vio aparecer una sonrisa en su rostro.


-Tú me salvaste la vida. – Le dijo. – Te debo mi vida Megu.
-Eto… - Estaba nerviosa. – No, no, de eso nada, no… No me debes nada Lian, tranquila.
-Bueno, si insistes. – Sonrió y la soltó. – Pero tengo que hacer algo para compensártelo, ya veré que hago conforme vayamos avanzando.
-Si tú lo dices… Oye y ¿Cuál era tu apellido?
-No lo sé. – Sacó la lengua.
-Entiendo…
-Oye Megu… ¿Y cuál es tu historia?
-¿Segura que quieres saberla? Es un poco larga…
-Si, quiero saber, además, no tengo sueño, una historia larga me haría bien.
-Bueno, que conste que tú lo decidiste… - Suspira. – Nunca me ha gustado adentrarme mucho en mis recuerdos, ya que siempre me deprimo, pero… Creo que necesito hablarlo con alguien.


Se acomodaron en la entrada de la cueva resguardándose un poco del frío de la noche, se sentaron una junto a la otra, para brindarse calor, Megu tomó un largo trago de aire, y comenzó, lentamente, a contarle cada uno de sus recuerdos, o de lo que le habían contado, sobre su vida… Desde lo que sucedió el día de su nacimiento, hasta el día en que dejó Konoha, para vivir con su madrina y su amiga, le contó todo, o casi todo, pues habían detalles que quería guardar para sí misma.

El aura estaba relajada, pero silenciosa, Lian se mantuvo en silencio, aquella “historia” no le causaba sueño, pero seguía escuchando atentamente, se sorprendía, le daba pena, y sonreía también en los momentos adecuados, escuchó atentamente cada palabra, hasta que finalmente, Megu terminó.


-En fin… Mi vida no ha sido fácil. – Dijo abrazando sus piernas y mirando el techo. – Sobretodo pensando que algunas personas pueden odiarte por parecerte a tu madre, o por el simple hecho de haberte robado su vida, cuando obtuviste la tuya…
-Ya te digo… - Respondió Lian.
-Bien, no me preocupo mucho, la verdad, no me siento tan mal como me sentía hace unos años atrás, creo que he madurado mucho la verdad…
-Eso puede ser, o simplemente te has acostumbrado a este estilo de vida ¿No crees?
-Si, también lo he pensado, pero la verdad tengo terror a pensar que me acostumbraré a una vida triste y solitaria… Prefiero pensar, que son obstáculos que la vida me impone, y que debo saltarlos, para seguir avanzando en mi camino…
-Al menos sabes que realmente no estás sola…
-Esque de eso no estoy segura, las únicas personas en las que puedo confiar son… Mi padre, Temari-San y… supongo que Hisui, pero a ésta le gusta tomar las cosas como bromas, no quiero abusar de Temari-San, y mi padre… Bueno, él está lejos ahora.


Lian se mantuvo un tiempo pensativa, no sabía que responder para que la atmósfera cambiara un poco, solo un poco, estaba demasiado densa, y no le agradaba, de repente, se le ocurrió algo perfecto para decir.


-Pero no estás sola, ahora también me tienes a mí.



Megu la miró con intriga, pero, si acababan de conocerse ese mismo día, ¿Cómo podía decir que podía confiar tanto en ella? Bueno… Le acababa de contar la historia de su vida, pero omitió detalles… ¿Por qué le había dicho eso?



-¿Qué quieres decir? – Preguntó.
-Quiero decir, que te devolveré el favor de esta manera, tú me salvaste la vida, para compensarte, voy a ser tu diario de vida andante ¿Si? Te prometo que todo lo que me digas estará seguro dentro de mi boca. – Hizo un movimiento con la mano, pasándola de un extremo a otro de su boca, como si la cerrara con un broche. – Lo prometo.


Megu no sabía qué responder, pero la mirada de Lian, era tan… Llena de seguridad y honestidad, que finalmente, cedió, sonrió, y le estiró la mano como saludo.


-Muchas gracias, Lian.
-No es nada, no es nada. – Le devolvió la mano. – Ahora… será mejor que…
-…Que entremos, porque hace mucho frío.
-Si, además ya me…
-…Ya me regresó el sueño.
-¡Deja de terminar mis oraciones!
-Lo siento. – Rieron juntas.




A la mañana siguiente, las 2 chicas fueron las últimas en levantarse, el primero fue Ryu, quien, al pasar por junto a ambas, se quedó mirando con intriga a Lian por un momento… Luego pasó la mirada a Megu, la cual dormía plácidamente, la observó un rato, y luego salió de la cueva; la segunda en despertar fue Sira, quien se sobresaltó al darse cuenta que ya había amanecido, y que no había vigilado casi nada, pero se relajó al ver a Ryu fuera del refugio; después de ellos despertó Sanaki, quien, con un peinado horrible, se dirigió también a la salida, donde, Sira, le arregló el despelote de su cabeza, y los 3 se sentaron a esperar que las 2 chicas despertaran… Cosa que no sucedió pronto.



[Megu’s Dream]



-¿Qué me pasa? ¿Por qué está todo tan oscuro? ¿Qué significa esto? ¡Hay alguien aquí! ¿Dónde rayos estoy? ¿No hay nadie aquí?... No me queda más que caminar… . . . . . ¡Auch! ¿Qué rayos? ¿Choqué con algo? ¿Qué es esto? ¡No puedo ver nada! ¡Dios! Cuanto silencio … No soporto tanta tranquilidad… Me ¡Ahogo!
-Megu…
-¿Eh? ¿Quién es? ¿Quién esta ahí?
-Megu…
-¿Quién es?!!!



[Fin Megu’s Dream]



-Megu… Ya despierta ¿Quieres? Se nos va a hacer tarde. – Se quejaba la Sensei sacudiendo a su nueva “alumna”, la cual comenzó, poco a poco a abrir los ojos.
-¿Qué me sucedió? – Preguntó, aun confundida por el sueño.
-No te ha pasado nada, solo que no despertabas con nada… ¿Lista para irnos?
-¿Si no lo estuviera cambiaría algo?
-No.
-Pues vamos…
-¿Vamos? ¿A dónde? – Preguntó Lian que acababa de despertar también. – Estaba soñando con tortillas y pastas…
-Tenemos que irnos, para continuar con la misión.
-Pero… ¿Y qué pasará conmigo? – Preguntó Lian.
-Bueno…
-Sira-Sensei, porfavor, deje que Lian nos acompañe. – Rogó Megu. – Porfavor.
-Si, señorita Sira, prometo ser de utilidad, pero llévenme con ustedes. – Acompañó a Megu.
-Esque…
-Porfavor! – Dijeron las 2 niñas a coro.
-Esque… - Suspiró.- esta bien, Lian, puedes acompañarnos.
-¡Excelente! – Gritaron juntas, se levantaron de un salto, bebieron agua, se lavaron la cara, tomaron sus cosas, y ya estaban listas.
-Bien, podemos irnos. – Acto seguido, todos se pudieron a caminar juntos bajo el abrasador calor del desierto…



No se puede calcular bien cuanto tiempo estuvieron caminando, porque para algunos, el tiempo volaba, mientras que para la gran mayoría, era demasiado lento para su gusto…


-¡Dios! ¿Cuándo vamos a llegar?!!! – Gritaba un desesperado Sanaki que ya no soportaba la presión del silencio y el calor. - ¡Me estoy muriendo!
-Cálmate, no falta mucho… - Le decía su Sensei.
-¡¡Llevas diciendo eso desde hace 3 horas Sensei! – Le respondía cada vez más fuerte.



Para Lian y Megu el tiempo no iba tan lento, se pasaron todo el camino conversando sobre todos los temas posibles, desde la comida, hasta las técnicas, el pasado, el futuro, incluso el presente, también hablaron sobre chicos, cosa que no puede faltar en una conversación de niñas, y sobre temas un poco más personales, Megu se disponía a aprovechar su diario de vida al máximo!



-¿De verdad pasó eso? – Preguntó Lian intrigada por una de las tantas historias que se llevaban contando.
-¡Si! Ni te lo imaginas! Fue bastante chistoso, aunque casi nos expulsan de clase por eso… Pero al final todo salió bien, claro que no me libré del castigo.
-¿Eras muy traviesa de pequeña?
-De vez en cuando lo era… La verdad tengo algo asi como una doble personalidad, a veces soy fría y seria, como papá, pero a veces me comporto un poco más infantil, como mamá… Pero creo que eso de las travesuras fue por escuchar muchas historias sobre mi tio Naruto.
-¿Tu tio?
-Si, mi tio es el Hokage de Konoha.
-Ya veo… Tienes suerte, provienes de una gran familia, y muy poderosa… Tu tío tiene al Kyuubi dentro de él, tu familia posee el Byauntugan…
-Byakugan. – La corrigió.
-Eso mismo, tu madre era una maestra de armas… ¿Me falta algo?
-El mejor amigo de mi papá es un genio en Taijutsu, mi madrina es la hermana del Kazekage, aprendí a usar un poco de jutsu médico con una de las amigas de mi mamá.
-Vaya que si me faltaba algo…
-Pues… - Rió. – Ahora que lo dices no me había dado cuenta de cómo era mi familia.
-Espero que te haya servido de algo.
-¡Claro que si! Muchas gracias Lian.

-Chicas, estamos llegando. – Les avisó Sira para sacarlas de su mundo propio, y traerlas de vuelta a tierra. – Deben estar atentas a partir de ahora.
-¡Hai! – Respondieron ambas.



Megu levantó la vista intentando ver a qué se estaban acercando, y se sorprendió mucho al ver que solo era un pueblo muy pequeño, no debía tener más de 25 casas, pero era muy bello, se encontraba justo dentro de un oasis, tenía palmeras, un gran lago, vegetación, y frutas…


-Espero que éste no sea un espejismo. – Opinó Lian.
-No lo creo, todos lo estamos viendo. – Respondió Sanaki.
-Sira-Sensei ¿Por qué dijo que tenemos que estar atentos a partir de ahora? ¿Hay enemigos? – Preguntó Ryu… Megu pensó que esa era la primera vez que hablaba en todo el día.
-En una misión, siempre existe el peligro, al igual que la mayoría de las veces, hay enemigos cerca que quieren impedir el cumplimiento de la misión, solo les digo que abran bien los ojos.
-Por mi no hay problema con eso. – Dijo Megu, comentario que hizo que Sira se detuviese.
-Es cierto, lo había olvidado… Megu, necesito que utilices tu técnica, e investigues los alrededores, si hay enemigos cerca, avísanos.
-¡Hai! – Hizo un movimiento con las manos y levantó 2 dedos frente a su nariz, en posición de concentración. - ¡Byakugan! – Gritó abriendo los ojos de par en par, activando su técnica.



Todos se quedaron sorprendidos con eso, nunca la habían visto en acción, y ahora que la veían, por un momento les apreció un poco terrorífica, pero luego de dieron cuenta de que al parecer requería concentración, y, mirándola bien, no daba tanto miedo como creían en un principio, podían llegar a acostumbrarse ponto.
Megu desactivó su técnica, bajó las manos, y suspiró.


-El camino está libre, por lo menos hasta la aldea. – Sonrió. – Podemos seguir avanzando.
-¡Bien! ¡Vamos! – Gritó la Sensei comenzando a correr, siendo seguida por los demás.



Al llegara la aldea, Sira les dijo que se dieran una vuelta sin alejarse mucho, ya que ese lugar, era solo una parada de la misión, allí debía recoger un pergamino, y luego debían ir a entregarlo a la punta de la montaña blanca.
Los chicos y las chicas obedecieron, y se separaron… Sanaki fue a dormir un poco sobre una palmera, Ryu se sentó bajo un pino para descansar un poco bajo la sombra, Lian fue directo al lago, para sacar frutas y beber agua, mientras que Megu no descansó y recorrió la aldea buscando algo de interés, estaba aburrida, y esa aldea llamaba su atención. Pero lamentablemente no encontró nada, de hecho, todas las casas se encontraban vacías, parecía como si la gente hubiese desaparecido de un momento a otro sin dejar rastro alguno. Siguió caminando, llegó al lago donde se encontraba Lian durmiendo sobre una roca con la boca manchada de color naranja por tanto comer fruta.

Megu también bebió, y se disponía a sentarse cuando apareció Sira tras de ella, y llamó su atención tomándole el hombro.


-Listo, es hora de irnos ¿Dónde están los demás?
-Creo que en el sector de árboles.
-Bien, despierta a Lian, yo iré a por ellos…



En unos minutos ya estaban listos para continuar el viaje, Sira se estaba encargando de dar nuevas indicaciones, pues ahora la misión se volvería un poco más peligrosa por el cambio de paisaje tan brusco…


-Tenemos que escalar esa montaña nevada, todos los días hay tormentas de nieve y, o, granizo, hay que tener mucho cuidado, podemos resbalar, caer al vacío, y ese sería, seguramente, nuestro fin.
-¡Entendido! – Dijeron todos.
-Lo más recomendable es armar parejas, pero no lo haré, por el contrario, solo les diré que se mantengan siempre cerca de alguien del equipo, no importa quien sea, si se pierden, hagan lo posible por buscarme o por buscar a alguien más, es mejor estar perdido con alguien, que perderse solos ¿Cierto?
-Es verdad… - Dijo Sanaki.
-Bien, entonces, ya esta todo listo, podemos irnos.



No necesitaron caminar mucho para llegar al pie de la helada montaña que se erguía frente a ellos, todos miraron hacia arriba, intentando encontrar la punta, pero era imposible, un humano común y corriente tardaría días en escalar esa montaña, pero para ellos… Quizás solo un día y una noche, el único problema, era que el camino para subir, era tan angosto, que apenas si cabía una persona en él.


-Yo iré primero, luego ira Sanaki, después Lian, Megu, y cerrando la fila irás tú Ryu, sé que puedes valerte por ti mismo.
-Hn… - Respondió.
-Bueno, ¡Adelante!



Al principio el camino se les hizo fácil, luego un poco más difícil, pero lograron llegar a salvo y enteros al claro de la montaña, pero eso apenas era un cuarto de lo que tenían que caminar. En ese momento, Sanaki y Lian se pusieron de pie luego de un rato de conversar.


-Sira-Sensei… Lian y yo decidimos que iremos a investigar a los alrededores.
-No, es muy peligroso. – Respondió secamente la mujer.
-Ya lo pensamos, pero somos quienes tenemos el mejor sentido de orientación aquí, y buena vista, podemos recordar el camino… No nos perderemos.
-¿Y qué pasaría si se pierden?
-Bueno… Es mejor perderse con alguien que perderse solo ¿No? – Dijo Lian, haciendo que Sira-Sensei sonriera.
-Esta bien, vayan.
-¡Yuhu! – Gritaron ambos. - ¡Nos vemos! – Y salieron corriendo de alli.


El tiempo pasaba lento, el viento soplaba fuerte, y hacía un frío atroz, Megu, Sira y Ryu se sentaron frente a una fogata improvisada, y comieron algo de fruta que habían recolectado, se quedaron en silencio… Pero de repente, un sonido extraño llamó su atención y se pusieron todos alerta.
Sonaba como si algo, o alguien se moviera entre los arbustos, no era un animal, eso era seguro, Sira se puso de pie, mirando en todas direcciones, sacó una Kunai de su bolsillo, y la arrojó entre los arbustos.


No podían creer lo que estaban viendo, una cantidad incontable de Ninjas aparecieron en el cielo, dispuestos a atacarlos, no llevaban banda con ninguna aldea, parecían solo ninjas contratados, para atacarles.


-Espero que Sanaki y Lian estén bien. – Pensaba Sira mientras se ponía entre ambos chicos para defenderse.


Para Megu no fue complicado acabar con todos, gracias al Kaiten podía defenderse, para Ryu tampoco, podía usar ataques tipo tierra, y arena, cosa que había heredado de su padre, y los usaba como escudo, Sira tampoco se encontraba muy mal, no le era complicado luchar contra un montón de ninjas sin experiencia, parecía que la batalla había sido ganada cuando…


-¡Megu! ¡No te acerques mucho al barranco! – Gritó Ryu, pero Megu no podía hacer nada, estaba siendo acorralada por unos ninjas, y esa era la única dirección hacia donde podía escapar. - ¡Es peligroso!
-¡Lo sé! ¡Peor no puedo hacer nada! – Le respondió.


Un crujido atravesó el oído de Ryu, se dio cuenta que la nieve bajo los pies de Megu estaba partiéndose, se deshizo rápidamente de los ninjas que le rodeaban, y corrió hacia donde se encontraba Megu.

Ésta no se dio cuenta del momento en que el suelo se partió bajo sus pies, y lentamente comenzó a caer. Ryu llegó a tiempo para patear a los ninjas que la atacaban y logró atrapar su mano.


-Resiste… Megu. – Le dijo.
-No me sueltes Ryu… - Le rogó.
-No lo haré. – Comenzó a tirar de la chica para que no cayera, pero, otro crujido le hizo sobresaltarse, la nieve bajo sus propios pies se estaba partiendo.
-¡Ryu! – Gritó Megu al darse cuenta que éste también iba a caer.
-¡Kuzó!


Ya era tarde, la nieve se partió y ambos comenzaron a caer, la chica gritó fuertemente, Ryu tiró de ella, y la abrazó para que no se separaran en la caída, Megu se golpeó la cabeza con una roca que sobresalía, y quedó inconsciente en los brazos del chico.


-¡No! ¡Megu! – Gritó éste al darse cuenta de la condición de Megu.

-¡Ryu! ¡Megu! – Gritó Sira desde la punta… - Resistan… ¡AAAAAAAAH! – Un grito de dolor salió de la boca de la mujer, Ryu se asustó, no sabía qué estaba pasando allá arriba, aún quedaban muchos ninjas, Sira no podría con todos ¿La habían asesinado? ¿Qué había pasado? Miró a Megu, y la presionó contra su cuerpo mientras seguían cayendo, al menos no moriría solo, pero quería que se salvara… Que ambos se salvaran…


Miró hacia el cielo, parecía el fin, él no quería que su vida acabara asi, no, él esperaba algo mejor… Apretó a Megu, y dio un fuerte grito mientras se perdían juntos en la densa oscuridad del abismo…



~~Fin Chapter 11~~


Ojalá les haya gustadoo!! A mi si me gusto, aunque, no se, una escritora nunca queda conforme ¿Verdad? xD Bien, comentenle ¿Si?!!


Fecha proximo capitulo = Abril 19 (Ahora si)


Espero continuén siguiendo mi fic
¡Matta Ne Minna!

 

Re: (``♥ El Destino del Angel ♥ ´ ´)

AAH!
LO LOGRE!
HICE 12 PAGINAS DE WORD Y MI MAMÁ NO EM DIJO Q APAGARA EL PC
WIIII!!

Lastima q Dasai se haya ido... Lo siento, perdoname ToT
Le dedicaré este capítulo a Dasai y a Hermyx, que estuvieron esperando, lamentablemente me tardé mucho... Gomen!

Bueno, no quiero retrasarlos más, espero les guste!
(Megu: Quedo horrendo! Yo: No quedó tan mal! Megu: Si, esta bien ^^)

Disfrutenlo!


~~ Chapter 12 ~~


“No puedo olvidarte, no puedo no pensar en ti, tu voz tus ojos tu mirada, tu sonrisa que mas da… Que daría por tenerte, conmigo un segundo más, daría todo por saber, que también piensas en mí... Y aunque el viento te alejó, y tu cara ya no esté, y me quede frente al mar, solo como un pez… Ojala que al despertar, trates de pensar en mí, porque yo no te olvidé… Y es que… Tú, eres todo para mí, todo lo que tengo yo, y sin ti no seguiré viviendo... Tú, si es que puedes entender, yo jamás te dejaré, aunque traten de alejarte de mi…”


Neji había dejado de sentirse tan decaído como antes, su vida había vuelto a tomar su recorrido normal, continuaba trabajando como rastreador, y sonreía bastante seguido, aunque Hinata pensaba que solo sonreía para esconder la tristeza que llevaba dentro, pues jamás se puede olvidar a quien se va… Ella no olvidaría a su Naruto, ni a su Sanaki si los perdiera, y sabía que Neji jamás olvidaría a su Tenten ni a su Megumi…
Esas 2 chicas significaban mucho para Neji, no, significaban TODO, si perdía a Megu… Si algo le pasaba, se había jurado a sí mismo que esta vez, no dudaría en acabar con su propia vida, quizás esa sería la única forma de reunirse con ellas…


-“Y Una mañana te diré… como duele el corazón… De solo pensar que estás, escondida en un rincón… preguntándote por qué…” – Cantaba Neji suavemente mientras se recostaba de noche en su cama, miró el reloj, eran las 20:00 (8:00) Y ya estaba bastante oscuro, se sentía preocupado, una extraña presión lo embargaba, tenía un… Mal presentimiento. – “Yo no te olvido, yo no te olvido, yo no me olvido… De ti…” – Concluyó, se giró mirando en dirección al cielo, y vio aquella estrella tan brillante que le observaba, sintió como si la estrella le sonriese, y éste también lo hizo, pero aquella expresión desapareció de su rostro casi enseguida. – Ten… Tengo un mal presentimiento… - Y se quedó dormido completamente destapado con la ventana abierta, y en una fría noche…



Aquel lugar se encontraba completamente silencioso… Lo único que se podía escuchar era el gotear del agua cayendo al suelo, perforando un eco en el aire…
El lugar estaba silencioso, pero ¿Qué lugar era?

Megu abrió sus ojos lentamente y quedó con su mente flotando en la nada, cuando volvió en sí, sintió su cuerpo pesado, y estaba dolorida, pero no trató de levantarse, sino que se quedó recostada allí mismo, sumida en sus pensamientos, aunque no pensaba nada, solo sentía, con su mente, era un sentimiento extraño de explicar, finalmente, pudo pensar, y meditó sobre todo lo que podía recordar… ¿Cómo había llegado allí? Y principalmente ¿Dónde estaba exactamente?.
Estaba pensando en todo esto, cuando, por fin, se dio cuenta de que su cabeza no estaba directamente apoyada sobre el suelo, sino en algo mas acogedor y… Que se movía.
Lentamente, levantó la vista, sin poder moverse aún, y casi le da un paro cardíaco cuando se dio cuenta de que su cabeza estaba sobre el pecho de Ryu, y este estaba completamente inconsciente, rasguñado, sangrando, pero, aun asi, abrazándola fuertemente.
La chica se sonrojó como un verdadero tomate, y se quedó quieta, en ese momento recordó que Ryu le había sujetado, pero también había caído, recordó aquellos brazos rodeando su cuerpo, y también aquel fuerte golpe en la cabeza, el cual al recordarlo, la despertó de su trace, y logro separarse del chico con un rápido movimiento.


-“Ryu…” – Pensaba aun sonrojada, mirando al chico inconsciente frente a ella…


Se arrastró hacia él, aun le dolía su cuerpo, asi que apenas podía sostenerse, cuando llegó a su lado, se sentó, y puso su mano en la frente del joven, se sentía un poco caliente, si no se abrigaban ahora, comenzaría a darle fiebre, pero no había ningún lugar en el cual pudieran resguardarse.


-Joder ¿Y ahora que hago? Este es un gran problema… Con lo débil que estoy no podría cargarme a Ryu ni 2 metros… - Susurraba la chica mientras de mordía un dedo, pero justo en ese momento, fue interrumpida por un movimiento de Ryu. - ¿Are? – Se acercó un poco más, y se dio cuenta que el chico estaba abriendo los ojos, se quedó mirándolo, pero desvió la mirada en el momento en que Ryu posó la suya en sus ojos.
-¿Megu? – Preguntó éste, rápidamente, a diferencia de Megu, recordó todo lo que había sucedido y se sentó en una rápida reacción. – Oye ¿Estás bien? – Le preguntó tomándola por los hombros, pero en ese momento sintió una fuerte punzada en el estómago, y se dio cuenta de que estaba sangrando. – ¡Itae! – Se quejó sujetándose el costado.
-Si, estoy bien, mejor que tú seguro. – Le respondió.- Ryu ¿Qué pasó?
-Eeeh… - No sabía que responder, no quería decirle lo que en realidad había sucedido, aunque él no sabía que Megu si lo recordaba, pero ésta quería saber lo q le respondería. – Bueno… Caíste por el barranco… Y, traté de sujetarte, pero, caímos. – Fue lo único que quiso decir.
-Ya veo… - Respondió algo desanimada. – Bueno, donde sea que estemos, creo que lo mejor será buscar un refugio, pronto comenzará una tormenta de nieve.
-Hn…


Megu ayudó al chico a levantarse, pero éste volvió a caer, la chica no quiso decirle nada ni molestarle con ser debilucho, pues creía que para que Ryu cayera, realmente debía doler bastante, asi que solo pasó el brazo rodeándole la cintura, y puso el brazo del chico sobre su cuello, también ella estaba muy dolorida, pero tenía que ser fuerte, por él.
No tenían forma de saber la hora exacta, no estaba el sol, todo estaba negro, lo único que sabían, es que tenían frío, hambre y miedo… Si no encontraban una cueva rápido, ambos morirían congelados.

Finalmente, pudieron divisarla, casi a 50 metros de donde ellos se encontraban, entre la densa neblina, se divisaba una cueva que se veía tan confortable, Megu miró a Ryu y le sonrió, avanzaron lo más rápido que su cuerpo les permitía.
En el momento en que se adentraron en ella, pudieron sentir como un poco más de calor los embargaba, pero aun asi, el frío era insoportable.

Ryu apenas si podía sostenerse en pie… Mientras caminaba hasta el fondo de la cueva intentaba pensar en por qué le dolía tanto el cuerpo… Y en ese momento lo recordó.
Cuando saltó a atrapar a Megu, la abrazó fuertemente, y no quiso soltarla, por su cabeza pasaron un millón de cosas en el momento en que caían, y pudo recordar claramente la imagen del piso cubierto de nieve que se acercaba a él a una gran velocidad, cerró los ojos, y giró para que su cuerpo quedara en dirección al suelo, y no el de Megu… Luego de eso, no recordaba más… Solo hasta que abrió los ojos y se encontró con Megu mirándole.


-“¿Por qué… Hice eso?”- Se preguntaba a si mismo. – “¿Por qué expuse mi vida para salvar la suya? Ella no es tan importante… ¿O si?”.
-Oye Ryu… ¿Cuándo crees que termine la tormenta? – Preguntaba Megu algo preocupada.
-“Debo recuperar la imagen que estoy perdiendo con ella…”.- Pensó. - ¿Y como rayos quieres que yo sepa eso? – Preguntó mirando hacia otro lado.
-Vaya pero que pesado… - Infló los cachetes. – Ah es cierto… -Sacó algo de su bolso. – Déjame curarte esas heridas…
-¡No necesito tu ayuda! – Gritó golpeando el frasco de medicina que tenía Megu en la mano y tirándolo lejos de un mantazo.


Megu guardó silencio, una mezcla de sentimientos llegó a ella en ese momento, y ninguno era bueno, principalmente sentía… Odio, por supuesto, una Rabia increíble, incomprensión, duda, e incluso… Dolor. ¿Por qué había hecho eso? Si hace rato estaba tan bien… Una solitaria lágrima que contenía todos esos sentimientos rodó por su mejilla.
Ryu se percató de eso, pero cuando intentó corregirlo se contuvo.


-Eres… ¡Un idiota! – Gritó Mego lanzándole la caja de vendas y parches en la cara al chico, golpeándolo fuertemente.
-¡Si serás bruta!
-¡Cállate! ¡no me hables!
-¡Bien! ¡Asi estaremos mejor!
-¡Bien!
-¡Bien!
-¡Bien!
-¡BIEN!


La chica se puso de pie, y comenzó a retirarse, pero antes levantó la pierna dando una patada hacia atrás, pero no golpeó al chico, sino que le tiró nieve en la cara, aun asi, su cuerpo estaba delicado y le dolió, pero él no dijo nada y solo gruñó.

Megu salió de la cueva y se sentó en la parte de afuera, rodeó sus piernas con sus brazos, y apoyó el mentón en éstos…


-No puedes ser más cruel… - Susurró para sí. – No puedo creer que exista alguien asi.


Sintió como el viento rozaba su rostro suavemente, pero tenía frío, mucho frío, pero su corazón estaba más frio que su cuerpo y su orgullo le impedía entrar a refugiarse, no le importaba nada en ese momento, lo único que quería era alejarse de él… En ese momento recordó todo lo pasado desde el día en que lo conoció hasta ese momento, y aunque en algunas partes se molestaba, también en otras sonreía… Ryu no era como ella pensaba en un principio…


-“Es peor…” –Concluyó. –“Pero trataré de hacerlo cambiar un poco.” – Se puso de pie y entró a la cueva lentamente, al llegar al fondo, vio que Ryu seguía despierto mirando el techo… ¿En qué estaría pensando? –Se preguntó.


Cuando llegó junto a él, se le quedó mirando, pero éste no la observaba… No sabía qué decirle, no sabía que hacer, tenía que acabar con todo eso del orgullo en ese momento… Tenía que hacerlo, quería hacerlo…


-¿Qué quieres? – Peguntó Ryu sin mirarle.
-Lo siento. – Respondió rápidamente la chica, haciendo que Ryu se girara a verla sorprendido.
-¿Qué?
-Discúlpame, no debí lanzarte cosas a la cara, me comporté terriblemente Ryu, yo no soy siempre asi… Pero la verdad, tú causas que estalle y…
-Perdón. – La interrumpió el chico.
-¿Eh?
-Sé que soy yo quien te hace enojar siempre, pero es que me gusta discutir contigo… Aunque la verdad si estoy molesto, y sé que tú también, ya que… Yo tampoco actué como debía, no debí rechazarte asi, si tú solo querías ayudar…
-Escucha Ryu… Observa la situación, desde mi punto de vista no creo que sea el mejor momento para ponernos a discutir ¿No lo crees? – Se arrodilló junto a él y tomó su mano apretándola entre las suyas y mirándolo directamente a los ojos. – Discutamos o no, Ryu, ahora es cuando debemos estar más unidos que nunca, no debemos separarnos, ni alejarnos, tenemos que estar juntos todo el tiempo, como un verdadero equipo, aunque para ti yo no valga como una verdadera compañera, pero, tenemos que estar juntos… ¿De acuerdo? Propongo que hagamos una tregua.
-¿Tre…Tegua? – Preguntó algo nervioso por tenerla demasiado cerca.
-Si, una tregua ¿Te parece? Nada de discusiones tontas, ni molestarnos, ni nada que provoque una pelea entre nosotros, porque realmente, yo te necesito ahora… Y tú a mi también.
-Si…
-Muy bien, entonces ¿Qué me dices? ¿Crees que podamos sobrevivir 2 días sin discutir?
-Claro. – Sonrió.
-Perfecto, ya es un trato… ¡Achís! – Estornudó fuertemente.
-¿Tienes frio? – Preguntó el chico.
-No fue una buena idea el quedarme allá afuera ¿Sabes?. – Respondió mientras se restregaba la nariz. - ¿Cómo pasaremos la noche?
-Toma. – Dijo el chico pasándole a Megu una manta que traía dentro de su bolso. – Duerme con esto.
-Pero… ¿Y tú? – Peguntó la Megu.
-Bah! No te preocupes por eso… - Respondió él. – Puedo aguantar el frío…


Pero no pudo continuar, pues quedó sorprendido al ver a Megu sentándose entre sus piernas y apoyando su cabeza en su pecho, mientras se tapaba con la manta.

-¿Me…Megu? – Preguntó el chico algo sonrojado. - ¿Qué haces?
-Es la única forma en la ambos recibiremos calor… No digas nada, solo duerme ¿De acuerdo?
-Bien…-Respondió aunque estaba algo incómodo, pues no tenía lugar para apoyar sus brazos, pero Megu tomó sus manos e hizo que sus brazos rodearan su cintura en una especie de abrazo, mientras volvía a apoyar su cabeza en el pecho del chico.


-¿Mejor? – Preguntó Megu.
-Buenas noches… - Le dijo el chico sin responderle, pues estaba bastante avergonzado.
-Buenas noches… - Respondió Megu acomodando su cuerpo.


De esa manera ambos se quedaron dormidos brindándose calor mutuo, Megu dándole calor a Ryu, y la manta de Ryu dándole calor a Megu, solo faltaba que al día siguiente la tormenta hubiese cesado…


Y asi fue… Al día siguiente, Ryu abrió lentamente sus ojos, y recibió directamente los rayos solares que atravesaban las nubes, se sentía liviano… Y descubrió el por qué… ¿Dónde estaba Megu?
En el momento en que se iba a poner de pie, se dio cuenta de algo… Su cuerpo estaba vendado, y su cara tenía algunos parches, además de que las heridas no le dolían tanto, había sido Megu…


-Gracias… Megu. – Susurró. – Justo en ese momento, sintió pasos en la entrada, y vio aparecer a Megu con unas frutas extrañas en sus brazos… Una sonrisa radiante apareció en el rostro de la chica que corrió a donde él se encontraba, depositó las frutas en el suelo, y le abrazó.
-Porfin despertaste! Ya pensaba que estabas inconsciente denuevo. – Rió. – Ten, te traje algunas frutas, debes recuperar energías.
-¿A dónde fuiste? Se supone que no debemos separarnos Megu.
-Lo sé, lo sé, pero…
-Pero nada, la próxima vez espera a que yo despierte.
-¡Bien! Ya entendí, no discutamos ¿Bien?
-Es verdad… Lo siento.
-¿Cómo te sientes Ryu? ¿Te duele mucho aún? Espero no te haya molestado que…
-Me siento bien, no me duele tanto, y no te preocupes Megu, gracias a ti estoy bien…


Megu se sonrojó y desvió la mirada.


-En cuanto termines las frutas, nos iremos ¿De acuerdo?
-Megu…
-¿Si? – Preguntó girándose sonriente.
-Ah… No, nada olvídalo… - Quería contarle lo que había pasado con Sira-Sensei, pero Megu se veía tan feliz, que no quería arruinar aquel momento, le gustaba verla feliz, no quería que, nuevamente, por su culpa, la felicidad se acabara… No, aun no.
-Como quieras… Te acompañaré. – Se sentó junto a Ryu y cogió una manzana blanca, y luego comenzó a comerla con gusto.



Al parecer el clima estaba mejorando bastante, apenas si caían unos pocos copos de nieve, el viento cesaba, y el sol comenzaba a salir, a pesar de que las nubes aún lo escondían, la nieve de las montañas destellaba un color blanco impresionante, era lo más bello que Megu jamás hubiera visto.
Los chicos caminaban lentamente, sin dirección especial, solo esperaban encontrar alguna salida en la montaña que les permitiera escalar a la cima, pero llevaban horas caminando y nada sucedía.

Ryu no hablaba, estaba preocupado, tenía que cargar con el recuerdo de lo sucedido con Sira, y le dolía ver a Megu sonriente, sabiendo que no se había enterado, y no quería… Que se preocupara, pero la verdad, ya no soportaba más.


-Megu, oye…
-¿Sabes? Hace tiempo que no estábamos juntos sin discutir.- Le interrumpió la chica.- La última vez, fue cuando me dijeron que debía estar de misión contigo, y yo me puse a reclamar, al final te fuiste, luego di un portazo y subí al techo ¿Recuerdas?
-Si… - Se sonrojó un poco al recordar aquella vez, la primera vez que se había preocupado por ella…
-¿Por qué lo hiciste?
-¿Qué cosa?
-Me cubriste con tu chaqueta… ¿Por qué?


Esa pregunta dejó a Ryu un poco helado ¿Qué podía responder? Megu podría pensar cualquier cosa… Fuese o no fuese verdad, pero él no quería que pensara la verdad…


-Yo… - Quiso responder.
-¿Sabes qué? Mejor olvídalo. – Le interrumpió Megu. – Creo que prefiero no saberlo…


Caminaron durante un largo trecho, estaban agotados, nada interesante sucedía, de repente, algo “interesante” sucedió, un extraño ruido les alertó, no sabían de donde provenía, y cuando lo descubrieron, pensaron que quizás hubiese sido mejor nunca haberlo hecho…


-¡Avalancha! – Gritó fuertemente Megu, tomando la mano de Ryu y tirando de él, ambos comenzaron a correr.
-¡Corre Megu! – Le gritó Ryu soltándose de ella. – Yo estoy débil, no puedo correr rápido, apúrate y vete…
-¡NO! – Le interrumpió volviendo a tomar su mano, se sonrojó un poco por lo que iba a decir. – Te dije que no te dejaría solo, tenemos que estar juntos ahora, me quedaré contigo, pase lo que pase.
-Megu…


En ese momento miraron hacia atrás, ya era tarde, la avalancha los había alcanzado, una ola de blanca nieve estaba justo encima de ellos, ambos pensaron que ya no había razón para correr, y se detuvieron.
Se miraron un momento, y se tomaron las manos, apretándolas fuertemente, cerraron los ojos, y de un impulso se abrazaron, fuerte, muy fuerte, para no separarse.


-Nos vemos… - Susurró Megu.
-Nos vemos… - Le respondió Ryu.





Neji despertó sobresaltado, ¿Qué hora era? Joder, que ya era bastante tarde, había dormido demasiado… Que vergüenza, despertarse a las 2 de la tarde no es muy agradable, sientes que el cuerpo te pesa, y no te quieres levantar… Se sentía extraño, aun tenía aquel presentimiento, se preocupó, su instinto paternal le decía que algo había sucedido ¿Pero qué?


-Tenten, cuida de Megu. – Susurró mirando el cielo desde la ventana. – Porfavor… - Se apoyó en el marco de la ventana y descansó su cabeza en su brazo. - ¿Qué es esto… Que siento? Tengo miedo…



Nuevamente, los ojos de la chica se abrieron, que frío, apenas si pudo sacar la nieve que estaba sobre ella, bastante pesada además, estaba enterrada a por lo menos 2 metros bajo nieve, y cuando por fin sacó una mano, y sintió la brisa, se alivió de que no estaba muerta, pero rápidamente se preocupó… ¿Y Ryu?
Salió del agujero en el cual estaba, para caer sentada en otro más pequeño, la nieve estaba bastante blanda, se arrodilló, y comenzó a escarbar rápidamente… Pasaron algunos minutos, pero nada pasaba, comenzó a desesperarse, no lo encontraba, y no había rastro de él, comenzó inconscientemente a llorar, y sus movimientos se hicieron más rápidos y desesperados… Si no lo encontraba… Si no lo encontraba… Perdería algo importante… Tenía que encontrarlo.

En un momento, sintió algo suave bajo sus dedos, lo había encontrado, comenzó a sacar la nieve un poco más delicadamente, y allí estaba, se encontraba frente a frente a su rostro, tan pálido, el frío le estaba congelando el cuerpo completamente, tardó en liberar su cuerpo completo de toda la nieve, cuando lo hizo, lo arrastró hasta la sombra de un árbol cercano, se sentó junto a él, y lo miró… Su rostro se veía tan pálido, se asustó, parecía muerto, sus manos frías, su rostro blanco, no se sentía su respiración, parecía que estaba realmente muerto…
Puso su oído junto al pecho del chico, y, suspiró largamente al sentir latir su corazón de forma normal… Le volvió a mirar, si no conseguía darle calor, corría el riesgo de morir realmente, que su corazón dejara de latir, incluso de una fuerte hipotermia, no podía permitir eso…

Le abrazó, fuertemente, apoyó su cabeza en el hombro de Ryu, tomó sus manos entre las suyas y se acostó casi sobre él, pero teniendo cuidado de no aplastarlo demasiado… Se sonrojó al pensar en lo que hacía, pero solo lo hizo porque quería brindarle calor, quería que sobreviviera…

Estuvo mucho tiempo en esa posición, al final solo se dejó llevar por la comodidad, y se relajó, pasaron minutos, más minutos… Una hora, un poco más, el tiempo le parecía tan lento, y al mismo tiempo le pasaba velozmente, levantó la vista nuevamente, y se alivió al ver que el blanco rostro del chico ya había regresado a su color original, sintió sus manos, que ya estaban tibias, y sonrió… Lo había salvado.

Justo en ese momento, Ryu comenzó a despertar, lentamente, nuevamente se sentía dolorido… -“Este no es mi día”- Pensó.
Luego desvió la mirada hacia donde se encontraba Megu que lo miraba como embobada, no podía creer que Ryu había despertado, éste por su parte se puso nervioso al sentirla tan cerca de él, y se dio cuenta que tenía sus manos entre las de ellas… ¿Qué rayos había pasado mientras dormía?


-Megu… - Dijo suavemente mirando a la chica directamente a los ojos.
-Ryu… Tú… - Se lanzó a abrazarlo en un solo movimiento, que casi hace que Ryu perdiera el equilibrio, pero se sujetó.
-Me… Megu… ¿Qué haces? – Preguntó sonrojado.
-Ryu… Estás vivo… - Susurró. – Sobrevivimos… Ambos, estamos juntos Ryu…


Ahora lo entendía… Por qué razón se encontraban tan cerca el uno del otro, por qué razón Megu tenía sus manos apretadas, por qué razón le abrazaba asi… Le había ¿Cuidado?


-Tienes razón… Estamos a salvo. – Le apretó las manos. – Seguimos juntos.
-¿Te duele algo? – Le preguntó soltando las manos de Ryu un poco avergonzada.
-Sería más fácil decirte qué no me duele… - Se quejó, la chica rió a tal comentario. – Oye, que lo digo en serio. – Protestó Ryu.
-Ven, será mejor que sigamos caminando…
-Hoy nos han pasado demasiadas cosas, espero que nada más suceda.
-También yo…


Se pusieron de pie, y les costó caminar sobre aquel montón de nieve tan profundo que les llegaba mas arriba de las rodillas, en el caso de Megu, a Ryu solo hasta las rodillas.
A unos cuantos metros más allá, la nieve comenzó a hacerse menos profunda, y pudieron caminar mejor, pero justo en ese momento, Megu calló al suelo.


-¿Qué te sucede? – Preguntó Ryu cuando se agachó para ayudarle.
-Mi… Tobillo. – Se quejó la chica sujetándose el tobillo con ambas manos.

Ryu retiró las manos de la chica, y sus ojos se contrajeron al ver lo que veía… Ese tobillo estaba destruido, inflamado completamente, estaba roto, de un color rojo intenso, realmente debía doler.

-¡Tonta! ¿Por qué no me lo dijiste antes? – Le gritó a Megu, molesto, pero preocupado.
-Porque no quería causar más molestias… - Respondió la chica en tono triste. – Perdón.
-No te disculpes, ven. – Le ordenó poniéndose en cuclillas dándole la espalda a Megu diciéndole que subiera a su espalda.
-Pero Ryu… Tú…
-No te preocupes por eso, ya no me duele nada. – Mintió. – Anda, sube…
-Está bien…


La chica obedeció y se subió a la espalda de Ryu, el cual sonrió, no le dolía… Tanto, pero se lo debía.
Caminaron asi durante otro largo recorrido, nuevamente el sol comenzó a asomarse un poco, Megu miró el cielo, tenía una extraña sensación…

Ryu también sentía algo extraño… Por alguna razón, sentía, que si el sol salía, era porque algo malo iba a suceder…
Y realmente algo malo sucedió, nuevamente… El sol había ablandado anteriormente la cumbre de la montaña, y eso provocó aquella avalancha, ahora, todo lo contrario, aquella gran cantidad de nieve acumulada por la ya dicha, comenzó a derretirse y ablandarse bajo sus pies, Ryu se dio cuenta de esto, e intento correr, dio un salto, pero ese fue el peor error que pudo haber cometido…
Al aterrizar con ambos pies, provocó un gran peso que hizo que la nieve se partiera en pedazos, y un agujero que quedaba en dirección al barranco se formó bajo sus pies…
Soltó a Megu, y la tiró lo más lejos que pudo, ésta gritó al ver como Ryu desaparecía de su vista, y corrió hacia donde estaba, logró alcanzar su mano, de la misma forma en que él había agarrado la suya anteriormente.


-Ryu… Sujétate.
-Megu, suéltame! – Gritó Ryu mirándola con una enorme seguridad. – Si me sostienes, ambos volveremos a caer…
-¡No me importa! – Le respondió. - ¡Estamos juntos en esto! ¿Recuerdas?
-Pero Megu, yo… ¡Yo no quiero que salgas dañada denuevo!
-¡No te soltaré! ¡No me importa lo que suceda!
-Lo siento… Megu. – Ya que Megu no le soltaba, éste soltó la mano de la chica, dándole a ésta, menos posibilidades de sujetarle.
-¡No Ryu! – Le apretó el brazo. – No quiero…
-Megu, yo… - Quería decirle algo…
-Ryu, yo… - También ella quería decirle un algo… Pero ya era demasiado tarde, la tierra comenzó a temblar, parecía un terremoto, aquel movimiento, hizo que la mano de Megu resbalara por el brazo de Ryu.
-¡Ryu! – Gritó tan fuerte que su voz hizo eco en la montaña… Aquel sonido le perforó los oídos.


Éste comenzó a caer, lo último que Megu pudo ver de él, fue que le sonreía, y le miraba como nunca antes lo había hecho… De una manera tan… ¿Dulce?.
Comenzó a llorar en el momento en que ya lo perdió de vista, lo había dejado caer, él había arriesgado su vida para salvarle, calló junto a ella, la protegió, expuso su cuerpo… ¿Y ella? Lo había dejado caer sin esforzarse ni un poco…
Un extraño ruido la sacó de sus pensamientos… Giró la cabeza para ver tras de ella… Sus ojos se contrajeron y su cuerpo se entumeció al ver como un árbol comenzaba a caer producto del fuerte movimiento, se paralizó, no podía moverse, ya le habían sucedido demasiadas cosas en ese día… Cerró sus ojos esperando el final, sintiendo como el árbol se encontraba cada ves más cerca de su cuerpo…



Una fuerte clavada atravesó el corazón de Neji, éste se apretó el pecho, se le erizaron los pelos de la nuca, y calló sentado al suelo…

-¿Qué pasó? – Se preguntaba. - ¿Qué… pasó? – Y calló desmayado al frío suelo.



Sentía que el calor cubría su cuerpo, que extraño… Pero si se encontraba en una montaña con nieve… ¿Acaso estaba…? ¿No había…? ¿Muerto? ¿Había muerto y estaba… en “ese” lugar?
Escuchó voces, algunas familiares, y otro par de voces desconocidas… Abrió sus ojos lentamente, su vista estaba nublada, cando se aclaró, distinguió un techo de madera, desvió lentamente la mirada, se encontraba en una habitación pequeña ¿Dónde estaba ahora? Primero despierta en un frío claro cubierto de blanco, luego despierta enterrada bajo quién sabe cuántos metros de nieve, y ahora, de un momento a otro, despierta sobre un cómodo futón, dentro de una cómoda habitación, en un agradable lugar con un ambiente perfecto.
Se puso de pie, su cuerpo le dolía más que nunca… De repente recordó a Ryu, sus ojos se entristecieron rápidamente… ¿Lo había perdido…? ¿…Para siempre?
Salió de la habitación, a penas si podía caminar, estaba vendada casi de pies a cabeza, parecía una momia… Su tobillo estaba especialmente cubierto por trapos húmedos.
Al salir se encontró con Lian y Sanaki, que al verla, corrieron a abrazarla, en caso de Lian y… Bueno, también en caso de Sanaki.


-¡Estás bien! – Gritaba emocionada Lian. – Estaba realmente preocupada.
-Megumi No Hime (-Princesa Megumi-) Que alegría verte sana y salva… - Continuaba Sanaki.
-¿Crees tú que estoy sana y salva? ¡Mírame! – Gritó indicando su cuerpo cubierto de vendajes, comenzó a llorar. – Además… Además… - Calló al suelo de rodillas, las lágrimas corrían como verdaderos ríos por sus mejillas. – Ryu está… Ryu está…
-Si te refieres al chico pelirrojo… - La interrumpió una ancianita que se encontraba presente. – Pequeña, él está vivo…


Megu no creía lo que escuchaba… ¿Vivo? Pero si ella misma lo había visto caer, y perderse en la oscuridad…
No dijo nada, no preguntó nada… Se puso de pie, y corrió hacia una de las tantas habitaciones de la cabaña, como si siempre hubiese sabido cuál era la correcta.
Entró sin golpear, ni esperar, se detuvo en la entrada de la puerta… Era verdad, allí estaba él, dormía sobre un futón, su cuerpo cubierto de vendas, al igual que ella, se acercó a él, y calló sentada junto a su cuerpo, continuó llorando, tomó la mano del chico, ambas manos de ambos chicos estaban vendadas, pero podía sentirlo… Estaba tibio, su rostro tenía color, la chica sonrió.
De repente, Ryu se movió, y abrió los ojos, quedó mirando el techo, al parecer al igual que Megu, esperando que se le aclarara la vista, finalmente, giró la cabeza hacia donde se encontraba ella, la cual lo observaba… Cómo todas las veces anteriores.


-¿Sabes? Ya me estoy acostumbrando a ver tu rostro al despertar Megu…
-Ryu yo… - Secó una de las lágrimas que tenía en su mejilla, pero al hacer esto, volvió a expulsar unas nuevas. – Porfavor Ryu… ¡Perdóname!. – Gritó abrazando al chico apoyando su cabeza en su pecho nuevamente. - ¡Perdóname porfavor!


Sanaki que observaba desde la puerta, se preocupó por la actitud de Megu, e hizo ademán de entrar en la habitación, pero Lian le detuvo.


-No, déjalos… Tienen que arreglar esto juntos…
-Pero…
-Vamos, tenemos algo que hacer, ya sabes con quién…
-Si…


-¿Por qué debería perdonarte? – Preguntó Ryu dejando que la joven llorara en su pecho. – No hiciste nada…
-¡Exacto!.- Gritó.- Cuando yo caí por el barranco… Tú caíste conmigo, me abrazaste, me protegiste Ryu… - El chico se sonrojó. - ¿Crees que no me di cuenta? ¡Pues si lo hice! Y Ryu… Te estoy muy agradecida, pero yo… - Apretó sus puños. – Yo sólo… - Continuó llorando. - ¡Yo no hice nada para impedir que tú cayeras!
-Megu… ¡No digas más! Si mas lo recuerdo, fui yo el que se soltó de ti, no tú de mí…
-Yo te tenía sujeto, pero aquel temblor hizo que… Que me distrajera y…
-No importa, Megu, no fue tu culpa.
-De verdad, perdóname… Sólo quería devolverte el favor…
-Ya lo hiciste.
-¿Eh? Pero… ¿Cómo?
-Jamás nadie… Se había preocupado tanto por mí… Ni mi propio padre lo había hecho. – Tomó suavemente la mano de Megu. – Eres la primera persona que conozco que se preocupa cuando me pasa algo… Y que se queda conmigo hasta el final, soy yo quien debería agradecértelo Megu.


Esas palabras hicieron que realmente el corazón de Megu cayera destrozado, ahora lloró todo lo que no había llorado en 3 semanas… Ryu solo sonrió, y puso su mano sobre la cabeza de la chica.


-Gracias Ryu… - Dijo Megu entre sollozos.
-Gracias a ti… - Respondió el chico sentándose en la cama, posó su mano en la mejilla de Megu, y secó las lágrimas que corrían por esta, Megu se sonrojó terriblemente.
-Ryu…
-Perdóname… No quiero volver a verte llorar nunca más, por mi culpa.
-No lo haré.– Sonrió Megu secándose las demás lágrimas con su mano, y luego tomando la de Ryu entre las suyas. – Es una promesa. - Le sonrió.



Cuando Ryu logró ponerse de pie, Megu le contó que un árbol le había aplastado, y que por eso también ella estaba cubierta de vendas, el chico se preocupó, le preguntó por su tobillo, la joven le respondió que ya estaba mejor, que no le dolía tanto, pero le costaba caminar, aunque prefirió no decirle que de alguna manera pudo correr hacia donde él se encontraba.
Al llegar al salón, saludaron a la anciana que era la dueña de la cabaña y a su esposo, tan anciano como ella, ambos les sonrieron, los 2 jóvenes les agradecieron sus cuidados, se sirvieron una taza de chocolate caliente, y entablaron conversación sobre todo lo que habían pasado, claro, omitiendo algunos detalles un poco vergonsozos, en ese momento, Ryu se acordó de Sira-Sensei, preguntó por ella susurrándole a la anciana, ésta bajó la mirada, Megu miraba intrigada, Ryu se preocupó por el gesto de la señora, pero luego ésta sonrió, y alivió al chico.


-No te preocupes… Ella se encuentra bien.




~~ Fin Chapter 12 ~~


¿Les gustó? Diganme que si!! *-*
Se habrán dado cuenta que puse un poco de Song-Fic, pero no tanto...
Si no lo conocen es la canción TU de Kudai... la encontré perfecta proque en el videoclip de la cancion, muestran a un padre que lo separarpon de su hija... Etc. (No me gusta el grupo Kudai, pero esa canción een especial es linda)

Bueno, cambiando el tema...
¿Ven? Los hice sufrir un poco... Pero no he matado a nadie!!

Ah, si, a los preocupados por Neji... Tranquilos, que está bien ;) Solo era para poner algo de instinto paternal, pero ya se recuperará, no pasa nah =P

Espero lo hayan disfrutado
Adiosiiitooo!!!


Pdta: Y PARA LOS Q SEAN FANATICOS DE TENTEN UNIRSE AL TENTEN FAN CLUB EN LA SECCION DE GRUPOS!!!!!! Adelante q necesitamos gente ;)

 

Re: (``♥ El Destino del Angel ♥ ´ ´)

~~ Chapter 13 ~~


Sólo te das cuenta de la verdadera importancia de algo, en el momento en que esto es alejado de ti… Y si no reaccionas a tiempo, quizás la oportunidad de recuperarlo, se te irá para siempre…
Pero existe una forma… Así es, solo una, de impedir que te quiten aquello tan preciado, y es oponiéndote, esforzándote, dando todo, con tal de recuperarlo… Pero ¿Por qué es tan difícil darse cuenta a tiempo de que quieres lo que quieres?
Para él no… No le había sido difícil, pues solo quería una cosa, se podría decir que dos… Pero ya no, si, aún la amaba, la extrañaba, la necesitaba, pero no estaba, y ya lo había aceptado, pero desde que Megu también se había ido… Todo se había vuelto a derrumbar.

Un fuerte dolor en el corazón le había oprimido, pero había cesado, claro, después de desmayarse…
Sus ojos comenzaron a abrirse muy lentamente, como si le costara asimilar que existía, sentía que su vida estaba vacía...
Aún sujetaba su pecho fuertemente, unas débiles punzadas eran lo único que quedaba de aquel intenso dolor que antes había sentido…

Se puso de pie, sujetándose de las paredes, y de todo lo que tenía cerca, cuando recuperó la memoria, se sujetó la cabeza, le dolía terriblemente, pero no importaba… Sonrió, aquel presentimiento tan horrible había desaparecido. Se dirigió a la cocina, y lleno un vaso con agua, lo dejó sobre la mesa, y se asomó por la ventana del balcón a tomar un poco de aire…
Y pensar que en ese mismo balcón había explotado en llanto, se había desesperado, había salido de sus casillas… Gracias a Kami, Hinata le había ayudado esa vez… Pero le había mentido, le dijo que el no sería capaz de quitarse la vida, pero aquella vez, en su desesperación, estaba seguro de que lo habría hecho. Si Hinata no hubiese llegado…


-Perdóname Tenten…, discúlpame de verdad… Sé que te defraude, yo.., yo.., - Suspiró. – Te juro que no volveré a hacer algo asi mientras viva, Tenten, lo juro… Debo empezar a valorar mi vida…


Sintió como una suave ráfaga de aire entraba por la ventana, acariciando su rostro, jugando con su cabello, atravesando cada parte de su cuerpo… Un tranquilidad lo embargó, una melancolía inundó su corazón… Una lagrima rodó por su mejilla… En ese momento, sintió como si Tenten jamás se hubiese ido, como si se encontrara alli mismo, tras de él… De verdad sentía su presencia… Pero… ¡Un momento!


-¿Ten…ten? – Neji se giró lentamente, temiendo estar realmente acompañado… No por alguien, sino por… Ella…


Cerró los ojos, cuando terminó de girarse completamente, los abrió… Lo que había ahí, era algo que, él, jamás hubiese esperado ver… Le heló la sangre, pero al mismo tiempo le derritió el corazón, una presión apareció en su rostro, ésta produjo que otra lagrima rodara por su mejilla…

Una perfecta figura femenina había sido formada de alguna manera por el viento… Podía notarla, estaba ahí, sus facciones, su cuerpo, todo igual… Aquel peinado tan peculiar que amaba…


Refregó sus ojos, sin creer lo que veía, pero al hacerlo, la imagen se le aclaró, pudo verla sonreír… “Tenten” dio un paso hacia donde él se encontraba, Neji no retrocedió, no tenía miedo, no podía temerle a ella… La figura le sonrió, mientras Neji lloraba aún impactado. Ya se encontraba junto a él, podía sentir su proximidad… La miró por última vez… Y cerró sus ojos en el momento en que la figura juntaba sus labios con los de él… Apenas podía sentirlos, era como besar el aire, pero sintiéndola con él, si hubiera podido moverse en ese momento la hubiera abrazado, acariciado, besado hasta mas no poder, pero no podía hacerlo… Solo disfruto del momento que le brindaba el destino… Aquel tan extrañado beso… Luego de eso, sin romper el beso, la figura desapareció esfumándose en el aire… Todo quedó en silencio, como si nunca hubiese sucedido nada… Neji volvió a abrir sus ojos, ahora podía moverse normalmente, sonrió…


-Te lo juro… - Susurró.


Pasó unos momentos en silencio, mirando unas hojas que flotaban por el aire, como si siguieran un camino en particular, cuando en realidad solo se dejaban llevar por la brisa, a donde esta las llevara…
Caminó hasta la cocina, todo iba bien, ese día no estaba tan malo… A pesar de que había dormido por horas, aquel sentimiento tan horrible se había esfumado… La había visto denuevo, pudo sentirla… Estaba todo bien… Pero ¿Por qué siempre los buenos momentos se arruinan?
En el momento en que tomó el vaso de agua para beber, éste se rompió haciéndose añicos en la palma de su mano.


-Hay no… ¿Por qué me pasa ésto a mí? – Se lamentaba. – Un mal presagio…


En ese momento alguien comenzó a golpear la puerta desesperadamente, alertando a Neji, haciendo que un escalofrío bajara por su espalda…


-¿Qu… Quién es? – Preguntó algo nervioso.
-Neji-Sama, soy un integrante de la 3era división ANBU de Konoha, le traigo noticias importantes, por favor, abra la puerta. – Le respondieron.

-¿Qué sucede? – Preguntó Neji luego de abrirle y sentarse a tomar otro vaso de agua.
-Neji-Sama, hemos recibido noticias de… Suna. – Dijo lentamente. – Sobre su hija.
-¿Qué sucedió?
-Bueno… Hace unos 4 de días fue enviada a una misión que debía durar 3 días como máximo, pero aún no se sabe nada de ella… Ni de su equipo.

---Neji guardó silencio---

-Neji-Sama…
-Tengo que ir… - Le interrumpió. – Debo ir donde está ella…
-Lo lamento señor, eso es imposible, usted no esta autorizado para esa misión, pues ya se le ha asignado a alguien más…
-¿Ah asi? ¿Y a quién?



La fogata ardía calentando el ambiente dentro de esa pequeña cabaña… Todos guardaban un sobrio silencio, Ryu miraba su taza de chocolate calientes, luego levantó la vista y sonrió.


-Que alivio… Me alegra que esté bien.
-¿Qué sucede Ryu? – Preguntó Megu viéndole algo preocupada.


Ryu miró a Megu, su rostro detonada miedo, inseguridad y duda… Se sintió culpable por eso, si tan solo…


-Megu, perdóname. – Le dijo cortantemente.
-¿Eh? ¿Perdonarte? ¿Sobre qué?
-Debí decírtelo antes… -Suspiró.- En el momento en que caímos por el barranco la primera vez, luego de que quedaras inconsciente… Escuché… A Sira-Sensei gritar de dolor… Al parecer le habían atacado, un grito agudo, hizo mi corazón saltar, y no supe nada más de ella…

El estómago de Megu se dio vuelta en ese momento, y unos nervios terribles se tomaron su cuerpo, comenzó a temblar, pero no de miedo, sino de rabia.


-¡¿Y ahora vienes a decírmelo?! – Le gritó a Ryu en la cara.
-Discúlpame…
-¡¿Por qué no lo hiciste antes?! – Lo interrumpió.
-Porque…
-¡¿Por qué?!
-Pues…
-¡¿Por qué?!
-Porque…
-¡¿Por qué?!
-¡Porque no quería verte desanimada! – Gritó en cara de la chica…


Se quedaron frente a frente, rozando sus narices, por algunos segundos… Luego se sonrojaron y se alejaron rápidamente sentándose cada uno a una esquina del sillón.
Megu estaba roja como tomate, mientras que Ryu podía disimularlo…


-¿Qu… Qué quieres decir con eso? – Preguntó la chica aún nerviosa.
-Ve… Verás... –Tragó saliva. – La preocupación en ese momento me hacía tener el ánimo bajo, y estaba demasiado, preocupado, nervioso… Pero, Megu… Tú estabas de buen humor, animada… Siempre sonriente, y gracias a eso, pude sentirme mejor… Y al verte sonreír asi, no quería hacerte sentir como yo en ese momento… Necesitaba de tu sonrisa… Para poder yo también sonreir…


Esas palabras hicieron a Megu sentirse un poco incómoda, al no saber qué responder, pero también le habían agradado… Ryu estaba cambiando… ¿De verdad sentía eso por ella? ¿La necesitaba? No… Quizás cualquier persona que le hubiese sonreído en ese momento podría haberle subido el ánimo a Ryu, no sólo ella… Eso la desanimó un poco.


-Entiendo, yo… Lo siento. – Se disculpó. – Girándose a verle.
-No, yo lo siento… - Respondió girándose para quedar frente a ella denuevo…
-No, yo…
-No, yo…
-Ryu, yo… - Comenzó a acercarse a él lentamente…
-Megu, yo… - Imitó a su compañera acercándosele también.
-Yo… - Cerró sus ojos lentamente…

-Que lindos se ven juntos ¿No? – Opinó la ancianita que había estado observando todo desde el principio… Mas bien, nunca se había ido de allí.


Ambos chicos salieron de su trance, dándose cuenta de lo cerca que estaban uno del otro… Pero no se separaron al instante, tampoco se sonrojaron, solo se separaron lentamente, y ambos bajaron la mirada a sus rodillas, pensativos…


-“¿Qué estuve a punto de hacer… Acaso…” – Se preguntaba el chico.
-“¿Eso fue…? ¿Acaso yo… Iba a…? ¿Sería capaz?” – Se preguntaba Megu mirando de reojo a Ryu, pero luego sacudió su cabeza y miró a la anciana que sonreía frente a ellos. – Disculpe… ¿Entonces Sira-Sensei está bien?
-Asi es…
-¿Podemos pasar a verla? – Preguntó esta vez Ryu.
-Claro que si, pero, porfavor no hagan mucho ruido.
-Claro… - Respondieron ambos.



Siguieron a la anciana por toda la casa, que no era tan grande, ésta los guió hasta una habitación que estaba casi al fondo, al parecer, muy resguardada.


-Por favor, pasen. – Les dijo cuando estaban parados fuera de la habitación. – Pero no la despierten.
-De acuerdo…
-Si señora…


Cuando se encontraban dentro de la habitación pudieron observar el estado de su Sensei… Realmente estaba mal, estaba más vendada que ellos 2 juntos, y eso era demasiado, pues ya parecían momias andantes.
Se sentaron frente a otra chimenea, cada uno en una silla… Ninguno dijo nada, pero mientras miraban el fuego… Ryu recordó algo.


-Megu… - Habló suavemente. – Hay algo que tengo que decirte…


Esa oración puso a Megu bastante nerviosa, es decir, solo podía significarse una cosa… Era algo que, cierta parte de su corazón quería escuchar, pero, realmente estaba confundida, no sabía a quien querer… No sabía a quién amar…


-¿Qué cosa…? – Preguntó intentando esconder su nerviosismo.
-Acabo de recordar algo que me sucedió, en el barranco, cuando estaba cayendo… Solo.


Los ánimos de Megu nuevamente de desvanecieron, pero no debía demostrarlo… Cambiando el tema ¿Qué le había sucedido?


-¿Qué te paso Ryu? – Preguntó
-Megu… ¿Cómo era tu madre? – Preguntó el chico desviando la conversación.
-Bueno… Ella era una mujer muy hermosa, la he visto en fotografías, según me han dicho, es muy parecida a mi… Excepto que su cabello era más corto y por los…
-Los ojos. – Interrumpió. - ¿O me equivoco?
-Pues, no, no te equivocas… ¿Cómo…?
-Megu… Yo vi a tu madre.


Esa oración quedó flotando en el aire, como un ave en una corriente aérea… Megu apenas si procesaba la información, no sabía si había escuchado bien… Aquellas palabras sonaron en su mente una, y otra, y otra vez… Hasta que al final estuvo segura de que era realmente lo que había escuchado… Y comenzó a titubear.


-¿Qu… Qué quiere.. s dec… decir con e… eso? – Preguntó.
-Verás… - Continuó sin mirarle. – En el momento en que me solté de ti, y comencé a caer… Pensé que ese era mi fin… Y cerré los ojos esperando el golpe final…
-Cuando hablas asi me pones nerviosa…
-No me interrumpas.
-Lo siento.
-Bien, continúo… Lo que sucedió después, fue que sentí que un rayo de luz me iluminaba, y me obligaba a abrir los ojos…
-Que extraño, cuando hay luz, yo los cierro…
-¡Que me dejes de interrumpir!
-Vale, vale, pero que irritable…
-Continúo… Cuando apareció esa luz, abrí los ojos… Al principio no vi absolutamente nada, pero… Poco a poco mi vista empezó a aclararse, y cuando lo hizo… La vi.
-¿A mi mamá?
-Si…
-¿Pero cómo sabías que era ella?
-Bueno… Fue porque, en un principio, pensé que eras tú.
-¿Yo?
-Si, pensé que eras tú con el cabello suelto… Pero luego vi los ojos.
-Entiendo… ¿Cómo era? – Preguntó un poco melancólica.
-Pues… Estaba vestida completamente de blanco, y tenía alas…
-¿Alas? ¡¿Era un ángel?!
-Eso parece…
-Continúa porfavor…
-Esque de ahí no recuerdo más… Sólo que desperté y vi tu cara…
-Que decepción…
-Lo siento…
-No es tu culpa…



Se mantuvieron un rato en silencio, después de un largo período de tiempo, se pusieron de pie sin decir nada, y salieron silenciosamente de la habitación, dirigiéndose hacia donde se encontraban Lian y Sanaki que estaban… ¿Lavando ropa?


-¿Qué rayos están haciendo? – Preguntó Ryu con una media sonrisa en su rostro.
-¿Qué parece que hacemos?! – Le gritó Sanaki. – La anciana nos pidió algo de ayuda…
-Es la mejor forma para pagarle, pero detesto trabajar… -Se quejó Lian.
-¿Quieres que te ayude? – Preguntó Megu acercándosele. – Si quieres yo puedo…
-¡No! – Le interrumpió la pelirroja mirándola con unos ojos fulminantes. – Tú tienes que descansar, y Ryu también. – Reclamó mirando esta ves al chico. – Asi que los dos ¡Adentro! ¡AHORA! – Concluyó dejando a ambos bien helados.


-Vaya carácter… - Susurró Ryu después de entrar denuevo a la cabaña.
-Sólo se preocupa por nosotros. – Defendió Megu.
-No estoy diciendo lo contrario, solo que debería calmarse…
-¡¿Por qué mejor no te calmas tú?! – Le gritó la chica.
-Pero… ¡¿Y ahora por qué me gritas?!
-¡Eres un tonto!
-¡¿Qué hice?!
-¡NO HAS HECHO NADA! – Y salió corriendo.
-Megu… - Apretó los puños. - ¿Y ahora qué le pasó?


La chica apenas si podía correr, le dolía todo aún, por eso tropezó en el pasillo, se puso de pie, y entró a la habitación en cual había despertado, cerró la puerta con llave, y se tiró sobre el futón, abrazando una almohada sobre su rostro.


-¿Por qué hice eso? – Se preguntaba. – Él no había hecho nada… Y yo… -Sollozó. - ¿Qué rayos me pasó? .- Se quitó la almohada de la cara y miró el techo. – Siento que ya no soy yo misma, este cambio me ha hecho algo… ¿Cómo estarás papá? Quiero verte…

*Toc Toc Toc*


-¿Y ahora qué? ¡VÁYASE! – Gritó.
-Megu, soy Lian ¿Podemos hablar un momento por favor?
-¿Lian?... No quiero hablar con nadie…
-Pero yo no soy alguien, yo soy tu diario de vida.
- . . . – Se puso de pie y abrió lentamente la puerta. – Entra…


-¿Qué te sucedió? Escuché un fuerte portazo, y cuando entré, supe enseguida que habías sido tú quién lo había hecho… ¿Sucedió algo malo?
-No sucedió nada…
-¿Qué pasó? – Insistió
-Nada. Solo que soy una idiota.
-¿Eh? ¿Y Por qué lo dices?
-Pues… Porque le grité a Ryu…
-Eso no es anormal… ¿Qué te hizo?
-Nada… - Susurró.
-¿Eh?
-¡NADA!
-¿Qué? ¿Cómo…?
-Le grité sin razón alguna, él no había hecho nada y yo le dije que era un tonto, ¡Por nada!
-Pero algo debió hacer para…
-Él no hizo nada, ninguno de los dos hizo nada…
-¿Entonces?
-Creo que… Bueno, yo… Creo que estaba un poco nerviosa.
-¿Nerviosa? ¿De qué?
-Yo… - Suspiró. – Lian, ¿Puedo confiar en ti?
-¡Claro! Soy un libro con piernas, puedes decirme lo que quieras!
-Casi beso a Ryu.


Esas palabras quedaron colgadas en el aire dando vueltas en la habitación y en la mente de Lian… La forma tan inesperada en que lo había dicho la había dejado confundida… Megu, nerviosa, sólo movía sus dedos sin parar, mientras miraba sus rodillas, Lian, por su parte, aun no procesaba completamente la información, le costaba imaginarse a Megu…


-¿Beso…? ¿Qué quieres decir con besarlo?
-Pues eso, lo que significa, casi nos besamos…
-¿Ambos?
-Si
-¿Cómo?
-No lo sé… Estábamos discutiendo, y, y nos miramos… Nos acercamos lentamente y… Y la anciana, gracias a Dios, se interpuso…
-¿Gracias a Dios? ¿Es que no querías besarlo?
-¡Pues claro que no!… Cuando era pequeña, decidí que sólo recibiría mi primer beso con la persona con quien pasaría el resto de mi vida… Y Ryu no es precisamente la persona que he estado esperando…
-Yo creía que te gustaba… Por como… Se comportan…
-¡Por eso te dije que no la primera ves! A mi no me gusta Ryu. – Se sonrojó. – Además, aunque él me gustara, no podría ser…
-¿Y por qué no?
-Porque en cuanto termine mi período en Suna, regresaré a Konoha sin pensarlo dos veces… Necesito a mi familia, a mi padre, mis amigos… No me siento cómoda aquí en el desierto, no es mi hogar, no soy yo la que está aquí… Sino una Megumi completamente diferente a la Megumi de Konoha… Allá Soy Hyuuga Megu, acá soy… - Suspiró. – Lechuga Keru…
-¿Qué es Lechuga Keru?
-¿Eh? – Salió de sus pensamientos. – Ah! No, no es nada… Bueno, en fin, a lo que me refiero es a que cuando estoy con la gente que quiero de verdad, soy una chica alegre, un poco egocéntrica y controladora… En cambio aquí, no estoy de buen humor, ando preocupada por cosas muy superficiales, y siento que yo soy la controlada…
-Osea que… ¿Le dijiste tonto a Ryu porque estabas confundida?
-Si…
-Bien, eso lo explica todo, lo único que tienes que hacer entonces, es disculparte y explicarle que fue un malentendido… Claro, no diciéndole lo mismo que a mí, pues podrías dañarlo…
-¿Dañarlo? ¿Por qué lo dices?
-Porque él a ti si te quiere…
-¿Qué me quiere? ¡No seas ridícula!
-¿No lo crees?


Las chicas no se dieron cuenta de la presencia de otra persona a través de la puerta, al parecer se había detenido para escuchar con el oído apegado a la pared, la conversación…


-¡Claro que no! De echo a veces siento que le odio… Si es precisamente él quien siempre me está molestando, me baja el ánimo, me hace sentir pésimo, me hace extrañar más a mi aldea, y más ganas me dan de alejarme de aquí… A él le gusta molestarme porque también es precisamente él quien más quiere que me vaya… Quiere que su equipo regrese a ser como era antes, sólo con Sanaki, Yuki, Sira-Sensei y él… Quiere que me vaya, y que lo deje continuar su vida en paz… ¡Y eso me lastima! – Comenzó a llorar. - ¡No fue mi decisión venir por un año a Suna! ¡No fue idea mía pertenecer a su equipo! ¡No era mi deseo entrar en su vida a destruirla ni que él destruyera la mía!… ¡No sabe cómo me siento! ¡Quiero ver a mi papá denuevo! ¡Quiero vivir una vida normal con al gente que quiero, en la aldea que quiero y como yo quiera! No una vida obligada en una aldea… Tan horrible…
-Sé que has sufrido mucho Megu, pero… Pero, no hay nada que puedas hacer, más que aceptar las cosas tal y como son ¿O me equivoco?
-Sé que debo hacerlo, si no lo supiera… Hace mucho que me habría acercado a Gaara-Kun, ¡Digo! Gaara-Sama y le hubiera preguntado si existía la posibilidad de regresar a Konoha… Pero no lo hice, porque pienso que quizás, mi padre se hubiese decepcionado de mí… Y eso es lo que menos deseo…
-¿Qué te parece si mejor dejamos esta conversación y nos relajamos un poco? Mira… discúlpate con Ryu, y que todo vuelva a la normalidad ¿Si? Yo te espero abajo para cenar, hemos preparado una rica pasta – Babeando.
-Vale, muchas gracias…
-Para nada, cuando quieras.
-Nos vemos… Querido Diario.



Megu subió las escaleras hacia el comedor unos 10 minutos después que Lian… No quiso reflexionar qué iba a decirle a Ryu, pensó que lo mejor sería hablar con el corazón, fuese lo que fuese lo que el destino le tuviese preparado, ella lo iba a aceptar, aunque tenía claro que el destino de una persona puede ser cambiado… Claro que, sólo el dueño de su destino puede cambiarlo, pero no era su intención hacerlo, sólo dejaría las cosas correr normalmente.
No quería encontrárselo aún, pero, para su mala suerte, mientras subía las escaleras, justamente en ese momento, venía bajando él…


-“¿Por qué ahora?” – Se preguntaba la chica. – “¿No podía ser después?”
-“Megu… ¿Debería hablarte?” – Se preguntó Ryu. – “O es que acaso…”


Cruzaron miradas un momento, finalmente, Megu no lo resistió más, y bajó su vista a sus pies, luego, continuó subiendo los escalones.


-“Lo suponía…” – Pensó Ryu. – “Continúa molesta…”
-¿Podemos hablar un momento? – Le preguntó Megu sobresaltando al chico, el cual no se había movido de su lugar, sumido en sus pensamientos. – Necesito decirte algo…



Ryu no contestó, sólo sintió cómo Megu le tomaba la mano, y lo tiraba escaleras abajo, en silencio… Lo arrastró hasta el salón, el único lugar que parecía ser el más alejado del comedor, en ese lugar, se giró a verle. Ryu pudo vislumbrar en el rostro de Megu algo de nervios, y también culpabilidad o algo de tristeza, quizás.


-¿Qué…? – Intentó preguntar pero fue interrumpido.
-Ryu, yo sólo quería pedirte perdón…
-¿Por qué? – Preguntó.
-Por… Lo que hice antes… Bueno. – Cerró los ojos y respiró. – Discúlpame por haberte gritado… La verdad es que, no había razón para hacerlo, me sentía rara en ese momento, y sin quererlo me descargue contigo…
-No tienes que disculparte, Megu, sólo me alegra que aún me hables…
-¿Y por qué no lo haría?
-Porque… Porque tú me odias.
-¿Qué?! – Le miró impactada. - ¿Qu…? ¡¿Qué rayos dices Ryu?!
-Megu, yo…

-¡Chicos! ¡Hora de comer! ¡Suban ahora antes que se les enfríe!

-Ryu…


Una suave aura de silencio vacía inundó por unos segundos el lugar, Megu se llevó la mano al pecho en forma de puño, y su mirada estaba llena de intriga y angustia… Ryu por su parte, apretó ambos puños, y desvió la mirada lejos de la de Megu, se mordió un labio, y cerró sus ojos.


-Ryu…
-¿Sabes? Mejor dejemos esta conversación para más tarde… Y vamos a comer…
-Pero… - Ryu le tomó la mano, y la arrastró escaleras arriba de la misma manera que ella lo había hecho antes, aunque se hablaban, sentía que Ryu no estaba normal… ¿Acaso estaba molesto? No, no era eso… Pero algo le perturbaba, y quería saber qué era ese algo…


El chico le soltó la mano justo antes de entrar al comedor, para que nadie pensara nada sobre ellos, se detuvo en seco, justo después se separarse de Megu, se giró y le sonrió de una manera en la que jamás lo había hecho… De una forma tan… ¿Tierna?


-¿Te sientas junto a mi? – Le preguntó a la chica, la cual se sonrojó débilmente.
-Eehh… Claro ¿Por qué no? – Le devolvió la sonrisa, y entraron juntos al comedor.


Lian miró a Megu levantando una ceja en señal de pregunta, Megu le respondió guiñándole un ojo, para luego tomar asiento entre Ryu y la anciana.
La cena estuvo deliciosa, pero lo más gratificante fue, cuando en mitad de la comida, la puerta se abrió, y apareció una momia envuelta en vendas blancas, que resultó ser Sira-Sensei, la cual, luego de comprender dónde se encontraban, y qué había sucedido, tomó asiento y también comió un buen plato…


-¿Cómo fue que llegamos aquí? – Preguntó Ryu de repente. – Ahora que lo pienso, nunca nos lo explicaron…
-Es verdad… - Le apoyó Megu. - ¡Exijo una explicación!
-Yo puedo explicártelo. – Interrumpió Sanaki. – Verás, cuando Lian y yo regresamos de investigar los alrededores, que por cierto, encontramos esta cabaña, nos encontramos con la sorpresa de encontrar a una desmayada y muy ensangrentada Sira-Sensei en el piso… Nos desesperamos, y decidimos que yo la traería aquí, mientras Lian los buscaba a ustedes dos…
-Entonces. – Continuó Lian. – Me separé de él, y miré hacia el lugar donde acababan las únicas huellas más pequeñas, que, obviamente, debían ser de ustedes… Y me asusté al ver que el lugar en donde acababa era un gran barranco… Entonces, comencé a descender, y cuando iba a medio camino, me di cuenta que había un sendero para descender justo al lado mío y la muy YO bajó por el lugar más peligroso… El caso es que cuando llegué al fondo, no encontré nada, y en todo lo que me tardé en bajar, Sanaki ya había regresado, y bajó por el sendero para encontrarme…
-Caminamos juntos. – Siguió Sanaki. – Buscando algún indicio de ustedes, pero sólo nos encontramos con una cueva con restos de manzana blanca de las montañas… Luego continuamos, y nos encontramos esta vez con un montón de nieve acumulada que parecía ser lo que quedó de una avalancha, entonces nos asustamos y comenzamos a deslizarnos por la nieve.
-¡Fue genial! ¡Snowboarding! – Fue interrumpido por un golpe de Lian.
-¡Cállate que eso no es lo que importa!
-Vale… - Se quejaba con lágrimas en los ojos y un chichón en la cabeza.
-Bueno, cuando llegamos a la base, encontramos rastros de huellas, las seguimos, y más allá vimos un árbol en el suelo…
-Bajo ese árbol… - Susurró Megu.
-Asi es. – Respondió Lian. – Bajo ese árbol estabas tú aplastada, y aún me pregunto cómo sobreviviste.
-¿Aplastada? –Preguntó Ryu. – Entonces… ¿El árbol te cayó encima?
-Asi es… - Respondió Megu sacando la lengua. – Esque… - Sus ojos se pusieron un poco melancólicos. – En ese momento, sentí que mi cuerpo se había paralizado, y no me pude mover… Estaba… No podía pensar, y no tuve la fuerza para escapar.
-Ya veo…
-¿Me dejan continuar? – Preguntó Lian.
-Ah! Si! – Respondieron los dos chicos.
-Bueno, entonces decidí que yo llevaría a Megu, mientras continuábamos buscando a Ryu.
-¿Cómo supieron que me encontraba barranco abajo? – Preguntó el joven pelirrojo.
-Lo sacamos por lógica…
-¿Lógica?
-Asi, es, nos dimos cuenta que Megu tenía el brazo estirado hacia el borde del barranco, y eso nos hizo pensar que tal ves había intentado sujetarte mientras caías, lo intentamos, y nuestra suposición fue acertada.
-Entonces los cargamos a ambos hasta aquí, y asi fue como logramos reunirnos todos. – Concluyó Sanaki.
-Vaya historia... – Dijeron a coro Sira, Megu y Ryu.


-Chicos. – Llamó Sira-Sensei después de un rato. – Ya que todos estamos mejor, descansaremos el día de hoy, y mañana por la mañana regresaremos a la aldea, la misión ha sido cumplida.
-¿Ah si? – Preguntó Ryu. - ¿Y cómo?
-Nuestra misión era entregar un pergamino al anciano de la cabaña de la montaña, pero… Resulta que hablando con la dueña del lugar, era a su esposo a quien debíamos de entregar el pergamino… Lamentablemente él no se encuentra en este momento…
-¿Ah no? ¿Y dónde está? – Preguntó Sanaki con una sonrisa, la cual desapareció enseguida de su cara.
-Él murió…


Esa noche, todos durmieron plácidamente… Megu tardó un poco en quedarse dormida…


[*]

(Esto quiere decir que habrá algo especial al final del capítulo que va en este espacio)


A la mañana siguiente, el equipo completo se levantó temprano, y todos hicieron fila en el único baño de la cabaña… Ryu llegó después que Megu, y cuando la miró sonrió en modo de burla.


-¿Qué me ves? – Pregunto Megu con cara de (¬¬)
-¿Qué es esa cosa peluda que tres como cabello?
-¡NO MOLESTES!


Cuando el sol había salido, pero se encontraba tapado por las nubes, salieron de la cabaña, ya vestidos y peinados…


-Bien, supongo que nos veremos luego. – Se despidió sira-Sensei de la anciana. – Cuídese.
-No me digas eso a mí, cuídense ustedes. – Miró a Ryu y a Megu con una expresión algo pervertida en el rostro. – Sobretodo ustedes dos…
-“¿Qué habrá querido decir con eso?” – Se preguntaron ambos chicos.

-¡Adios Nos vemos! – Se despidieron todos levantando la mano.


Ryu se llevó a Megu un poco aparte mientras los demás se adelantaban caminando, entonces, Megu entendió que había llegado el momento de terminar con la conversación que antes habían empezado…


-¿Qué sucede? – Preguntó la chica.
-Megu… Iré directo al grano… - Suspiró. – Ayer, escuché la conversación que tenías con Lian en tu habitación.


Esas palabras congelaron a Megu… ¿Lo había escuchado?


-¿Qu… Qué tanto escuchaste? – Preguntó nerviosa.
-Lo suficiente para saber que tú me odias porque soy yo el único que te hace sufrir aquí… Y me siento terrible por eso, lo siento, pero… Creo que lo mejor sería que te alejaras de mí.
-Ryu, no…
-Discúlpame Megu, pero no quiero causarte más dolor… - Y se retiró de ahí dejando a la chica sola, viendo como se alejaba su compañero…
-Ryu yo… - Pero no pudo decir nada, y sólo se reunió con su grupo, sin mirarle más que de reojo, y siguieron caminando como si nada…


Cuando se encontraban a mitad del desierto, Lian se detuvo en seco, y los miró a todos, los cuales se giraron intrigados.


-Creo que aquí me retiro yo… - Dijo suavemente.
-¿Qué? – Preguntaron todos a la vez.
-¿Qué quieres decir con eso? – Preguntó Megu sorprendida. - ¿Te… Vas?
-Pues si… Aquí me encontraron, y aquí me despido chicos… Gracias por todo.
-Gracias a ti. – Dijo Sira.
-Nos vemos pronto. – Continuó Sanaki.
-Adiós. – Se despidió Ryu…
-¡No! – Gritó Megu abrazándola. – Lian no te vayas… Te necesito, necesito poder hablar contigo.


Ryu se giró para no ver a Megu, y caminó alejándose para no escucharla… Sira y Sanaki, le siguieron, pero sólo para dejar solas a las chicas…


-Megu, gracias por confiar en mí, pero no siempre dependerás de alguien. – Suspiró. – Escucha, me alivia que las cosas entre tú y…
-¡Te equivocas! – Interrumpió la castaña. – Las cosas han empeorado… Ryu escuchó nuestra conversación de ayer…
-¿Cómo?!
-Al parecer no toda, pero escuchó lo que te dije sobre… Sobre que las cosas que él me hacían me dañaban, y hoy me dijo que lo mejor sería que me alejara de él… Y no me hablará.
-Megu… - Bajó la mirada, pero luego sonrió. – Tranquila, que las cosas estarán bien, de verdad.
-¿Cómo?
-Solo el tiempo lo sabrá…
-Lian, yo… ¿Volveré a verte?
-¡Claro! ¡En cualquier momento apareceré! El Rayo rojo aparece en el momento menos esperado…
-Lian…
-Seguro que nos volvemos a ver… Lo siento en el corazón.
-También yo…
-Bueno, entonces. – Le tendió el dedo meñique. – Hasta la próxima.
-Hasta la próxima… - Respondió enganchando también su dedo con el de Lian.
-Cuídate. – Se giró y comenzó a caminar hacia el oeste.
-¡Oye! ¡¿Y a dónde irás?!
-¡A donde el viento me lleve!



Megu corrió el corto trecho que sus compañeros habían caminado… Cuando se juntó con ellos, miró a Ryu, el cual miraba el cielo… El sol brillaba más que nunca.


-Tengo un mal presentimiento… - Susurró Ryu.
-También yo. – Respondió Sira-Sensei. – Será mejor que corramos, ya que partimos muy temprano, no será necesario acampar, pero llegaremos muy avanzada la noche.
-¡Vale!



Parecía que el camino no acababa nunca… Kilómetros y kilómetros de desierto, un montón de arena en los pies, y un calor sofocante… Ninguno de esos factores acompañaba muy bien al momento…

Habían estado corriendo, trotando y caminando el día entero, apenas se detuvieron tres veces a beber agua, y se les hizo poco, pero finalmente, en el horizonte, se divisaba la entrada a La Aldea de la Arena… Atravesaron los muros, al principio una sensación extraña los embargó, y luego se dieron cuenta de lo que era…


Todo estaba destruido…



~~ Fin Chapter 12 ~~



[*] (Dedicado a Ragna como día de cumpleaños] (Sé que es pequeño, pero esque no sabía qué más poner para que no quedara tan aburrido)


Megu no podía cerrar sus ojos, no tenía mucho sueño, asi que decidió sentarse un momento en el marco de la ventana, a hacer lo que más le gustaba… Mirar el cielo.


-[[Sora|Sora]] no hoshi, Kazaritsuke ni dekakeru no kono Hitori no Your… - Cantaba.
-¿Megu?
-¿Ryu?
-¿Qué haces?
-Sólo miro el cielo…
-¿Qué ves en el cielo? –Preguntó sentándose también en el marco de la ventana.
-Pues… Verás… ¿Ves esa estrella? – Preguntó apuntando una de las estrellas más brillantes del cielo.
-Si…
-Bueno… Desde que soy pequeña, siempre he pensado… No, más bien, sé que esa estrella es mi mamá.
-¿Tu madre?
-Asi es… Es mi madre que me mira desde el cielo, desde lo más alto, desde donde puede protegernos a todos al mismo tiempo…
-Yo nunca he pensado que mi madre puede ser una estrella.- Dijo el chico. – Al parecer he sido criado de una manera distinta a ti Megu…
-Asi parece, pues a mí me enseñaron que todas las estrellas, son ángeles que no han encontrado aún su camino al cielo.
-Es un lindo pensamiento…
-¿Cierto?
-Si… ¿Y por qué sigues despierta?
-Bueno… Supongo que simplemente no tengo sueño.
-Mañana debemos despertar temprano…
-¿Y tú? ¿Por qué estás despierto? Además, si supuestamente yo estoy durmiendo… ¿Para qué vienes a mi habitación?
-¿Eh? Ah no por nada – Sonrojado. – Ya me voy.
-No, espera. – Le toma la mano. – No te vayas aún porfavor…
-Megu…
-Esque… Yo…
-Ve a acostarte, yo me quedaré un rato.
-¿Eh? – Sonrisa. – Gracias.


El chico se quedó mirando aquella estrella que Megu le había dicho en silencio… Hasta que sintió que se había dormido, entonces dio una última mirada a la estrella, y se el ocurrió algo…


-Si realmente eres la madre de Megu… Gracias por salvarme la vida, Tenten-San.






[[Sora|Sora]] no hoshi, Kazaritsuke ni dekakeru no kono Hitori no Your
(Estrella del cielo, ayúdame a salir de esta noche solitaria.)

--------------------

Espero que les haya gustado el capitulo
y ojala lo hayan encontrado un poco más largo de lo habitual ^^ Que realmente no ha sido poca diferencia...

Megu: 3 hojas no es poco!!!! >.<
ES MUCHO!


Bueno, nos estamos viendo amigos
Saludos a todos y a Ragna por su cumple!

Pdta: Baldur, que en el proximo capitulo si sales ;)