- La Protegida del Rey [Inu&Kag] -

- La Protegida del Rey [Inu&Kag] -

El Rey Naraku planea apoderarse de todas las tierras de Shikon. Kagome, a quien mantiene a su lado con amenazas, intentará revelarse, y terminará envuelta en un secuestro. Los 4 principes y ella tendrán que escapar para revelar la verdad y evitar el asesinato de los demás reyes y la caida inminente de los 4 reinos.

Ya sé que yo prometí un FF de la antigua Grecia, peor aun no está listo y tiene demasiados errores históricos, asi que para que no se enojen les traje este, que es una historia que vengo escribiendo desde hace bastante.
Besos y espero que les guste!

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La protegida del Rey
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La edad de oro en las tierras de Shikon no duraría para siempre. Su reina, la gran Midoriko, sabía que su muerte llegaría pronto y debía preparar el reino para el futuro rey, el mayor de sus hijos. En sus últimos días de vida, llegó a sus oídos un rumor que circulaba fuertemente por el reino. Sus otros hijos, quienes habían heredado la avaricia de su fallecido padre, planeaban quitarle el reino a su hermano mayor, llegando a matarse entre sí de ser necesario. Temerosa de que eso pudiera desencadenar una guerra, decidió dividir las extensas tierras de Shikon en 4 reinos, una para cada uno de sus hijos. Fue así como nacieron el reino del Este o Kazaana; el reino del Oeste o Tessaiga; el reino del Sur o Hirakotsu y el reino del Norte o Ah-un. Los príncipes no estaban muy conformes con la división, pero decidieron aceptar la última petición de su moribunda madre. Pero la tranquilidad no duró demasiado en las tierras de Shikon. Los 4 jóvenes reyes se juntaron a establecer un tratado de alianza en entre los reinos, pero comida en mal estado – o tal vez envenenada – acabó con sus vidas. No había descendencia ni reina a quien entregar los reinos, y debían actuar rápido antes de que los pueblos entraran en conflicto y los nobles comenzaran una guerra por el poder. Entonces, el General del ejército real, en el caso del reino del Oeste, el consejero real, en el caso del reino del Norte y del reino del Sur, o el noble más poderoso, en el caso del reino del Este, asumieron el poder colocando la tan preciada corona en sus cabezas. Así, una nueva dinastía se instauraba en cada reino. Pasaron los años, con ellos también las generaciones y algunas guerras y crisis, pero ahora los 4 reinos estaban en paz. Pocos eran los que sabían que una mente ambiciosa y siniestra planeaba devolver las antiguas Tierras de Shikon a su estado original, adueñándose de todo el poder. Es aquí, donde nuestra historia comienza…

* * *​

Las cosas iban tal como las había planeado, y si lograba aquel tratado con el Rey de la tierra vecina pronto se apoderaría de todo la zona.
-Tráiganla-ordenó con voz grave
Él era Naraku, el Rey de las tierras del sur o Ah-un. Tenías unos ojos escarlata que podían ocultar sus oscuros pensamientos, el cabello largo y negro que hacía resaltar su corona de oro con incrustaciones de jade, y una avaricia que arrasaba con todo. Quería quedarse con todas las tierras de la región y pronto lo conseguiría. Ya tenía las tierras del este aseguradas con el compromiso de su hija Rin con el príncipe de Kazaana, Miroku, y pronto se haría de las tierras del Oeste. Una vez que tuviera completa dominación de los tres Reinos, arremetería contra las tierras del Sur, obligándolos a someterse a él o serían aniquilados.
-Quería verme, mi señor-dijo una joven de ojos chocolates, y aunque sus palabras fueran amables su voz denotaba fastidio y rebeldía
-Oh, linda, ya llegaste. Vamos, toma asiento-dijo Naraku
La joven entró y se sentó en el sillón aun con el ceño fruncido. Ella era Kagome Higurashi, de ojos chocolates que podían contagiar alegría o matar con una mirada, un cabello azabache con unos hermosos rizos en las puntas, un cuerpo curvilíneo que tentaba a todos los hombres y era la hija del General Higurashi. Naraku había convencido a su padre de que ella fuera a vivir al castillo real, según él era para que no quedara desprotegida mientras el general estaba fuera de la ciudad, pero ella sabía que no era así. El rey del Sur tenía un especial interés en la muchacha, y la única razón por la que aún no se atrevía a tocarla era por respeto a su padre. El general Higurashi era el mejor estratega de todo el reino, si llegaba hacerle daño a su hija seguramente se enojaría con él y se iría. Eso no le convenía, ya que conocía todos los secretos del ejército real, y si se unía al reinado del Sur, sus enemigos, podría ser devastador para él.
-¿Qué desea, señor?-dijo Kagome aún hablando entre dientes
-Sabes que lo que más me gusta de ti es tu rebeldía. Solo quería avisarte que en cualquier momento llegaran los Príncipes del Oeste, cosas de reinado-dijo el de ojos carmesí sentándose a su lado, demasiado cerca para el gusto de la joven.
-¿Y eso a mi en que me concierne?-dijo la muchacha alejándose sin mucho disimulo
-Oh, no en mucho, solo quiero que te mantengas alejados de ellos, no queremos que ningún incidente nos traiga problemas en este tratado que hace tanto estamos buscando, verdad?-dijo Naraku
-¿Acaso piensa que soy una cualquiera? No se preocupe, no tengo ningún tipo de interés en el futuro rey de Tessaiga-dijo la azabache con la frente bien alta
-No es el Príncipe Sesshomaru quien me preocupa, si no su hermano menor, Inuyasha. Verás, pequeña, no digo que seas tú la que tenga intenciones con él, si no él contigo. Inuyasha tiene fama de rompecorazones, y no quiero que nadie se atreva a tocar a mi dulce Kagome-dijo Naraku acariciándole la mejilla
-Señor, permítame recordarle que usted tiene esposa, quien precisamente es mi Reina-dijo Kagome quedándose estática ante aquel contacto
-Kagome, sabes que Abby solo es protocolo, además ella ha pasado miles de noches fuera del castillo, por que yo tendría que abstenerme a disfrutar el hermoso cuerpo de una mujer como tú cuando mi esposa me ha sido infiel en contadas ocasiones? Kagome, soy un hombre, y tengo mis necesidades, y si mi esposa no puede satisfacerlas, tendré que buscar a otra persona.
-No le digo que se abstenga, si quiere acostarse con alguien supongo que es libre de hacerlo, este es su reino, y si usted cree que su esposa no tendrá problemas supongo que puede hacerlo, pero no lo hará conmigo –dijo la azabache con una mirada desafiante
-Dulce e ingenua Kagome, tú sabes que aún no te he hecho nada por respeto a tu padre. Pero me temo que el general es un hombre de guerra, y como están las cosas hoy en día no creo que dure mucho tiempo con vida. Y cuando él ya no esté en este mundo, quedarás totalmente indefensa ante mi-dijo el Rey del Sur pasando una de sus manos por el cabello de la joven
Kagome iba a contestar pero tocaron a la puerta y luego alguien entró
-Lamento interrumpir, señor, pero los príncipes del Oeste están aquí-dijo una mujer de unos 20 años
-Muchas gracias, Ayame, hazlos pasar-dijo Naraku
Por la puerta entraron dos hombres de ojos dorados y cabello negro y largo. El primero era más alto, de unos 25 años y con una mirada de hielo. El segundo, en cambio, parecía más carismático que su hermano mayor, aproximadamente de 20 años. Los dos vestidos elegantemente y con sus respectivas coronas.
-Con su permiso me retiro.-dijo Kagome y salió lo más rápido posible.
-Lamento los modales de la señorita Kagome, su padre esta de viaje y ella no se encuentra en un buen estado, se encuentra preocupada de que su padre, el general por cierto, pronto deberá ir a la guerra.-dijo Naraku levantándose para recibir a los príncipes.-Pero pasemos al tema que nos interesa, el tratado
-Me parece lo más correcto-dijo Sesshomaru
-Por favor tomen asiento-dijo Naraku
-“¿Con que un alma en pena eh? Y quien mejor que un príncipe para consolar a tan hermosa doncella”-pensó Inuyasha-Si me disculpan, el viaje me ha dejado algo agotado y no me siento muy bien, y como estos asuntos los maneja Sesshomaru, si no les molesta preferiría tomar algo de aire fresco, y de paso visitar los tan famosos jardines del Reino del Sur
-Claro, no se preocupe que nosotros nos ocupamos. Cualquier cosa puede pedirle a alguno de los sirvientes-dijo Naraku con una sonrisa amable
-Inuyasha…-dijo Sesshomaru en tono de advertencia, como si sospechara las intenciones de su hermano menor
-No te preocupes, hermano, volveré para irnos al anochecer-dijo Inuyasha con una sonrisa
-Pero príncipes, con todo respeto, pero esta por desatarse una tormenta, y no es seguro viajar de noche hoy en día, por favor permítanme invitarlos a pasar la noche en el palacio-dijo Naraku
-Será un placer-dijo Inuyasha complacido-ahora si me disculpan, me voy
Inuyasha salió de allí y se preguntó por donde empezar a buscar. Decidió dar una vuelta por el lugar a ver si encontraba a la misteriosa doncella de cabello azabache.
-“Solo esperó que no esté en su habitación, allí no podré ir…”-pensó el ambarino-“Naraku la llamó ‘señorita Kagome’, un lindo nombre, pero me pregunto que clase de relación tendrá esa muchacha con su rey…”
Pasó por varias habitaciones y pasillos, pero nada, el castillo parecía desierto. Su madre le había contado sobre las costumbres tan ‘familiares’ del Reino del Sur. Y una de ellas era de que la familia real vivía en un reino apartado, lejos de la corte y los demás nobles que estaban en castillos más pequeños por los al rededores. A su vez, un gran castillo ubicado cerca del palacio real servía de punto de encuentro del rey y los demás dirigentes, como el concejero real, el general, etc. Eso hacía que la presencia de la ‘señorita Kagome’ en el castillo de la familia real fuera aún más misteriosa. En eso, escuchó una voz a lo lejos
-Rin esta esperándote en su cuarto hace media hora, si no vas a presentarte por lo menos ten la delicadeza de avisarle a la niña-dijo la voz severamente
-Lo siento, mi reina, surgió un inconveniente, pero en estos momentos estoy yendo en camino-respondió otra voz, y él estaba seguro que era la de ella.

Continuara...^^

 

Re: - La Protegida del Rey [Inu&Kag] -

hola kirara 92, solo queria decirte que tu ff es de los que me gustan, de esos que manejan castillos y todo eso, y para que sea mejor, añadiste los personajes de inuyasha, me encanto, siguelo pronto, quiero ver que pasa con inu y kag

 

Re: - La Protegida del Rey [Inu&Kag] -

0la*!!
soy nueva aki en el foro
y he leeido tu fic y me encanto
*-* me parece muy original
y lindo me encanta como escribes
ñ_ñ bueno espero que lo continues
pronto!!!!!

b*Y*e n___n

 

Re: - La Protegida del Rey [Inu&Kag] -

hola esta muy
bueno tu fic
jajaja inuyasha es un rompecorazones
espero que lo sigas pronto

sayonara

 

Re: - La Protegida del Rey [Inu&Kag] -

Gracias a todas por el apoyo! dedicado a todas ustedes, el 2do capitulo!!

Capitulo anterior
En eso, escuchó una voz a lo lejos
-Rin esta esperándote en su cuarto hace media hora, si no vas a presentarte por lo menos ten la delicadeza de avisarle a la niña-dijo la voz severamente
-Lo siento, mi reina, surgió un inconveniente, pero en estos momentos estoy yendo en camino-respondió otra voz, y él estaba seguro que era la de ella.
Capitulo 2 “Buscando encontrarte”

Rápidamente se dirigió a la habitación donde creyó que el sonido provenía, pero cuando entró vio una cascada azabache desaparecer tras la puerta, y junto con ella desaparecían sus esperanzas de encontrársela ‘casualmente’
-Oh, príncipe Inuyasha, que sorpresa verlo por aquí, ¿acaso negocios con mi esposo?-dijo la primera voz que escuchó
-Hola, Reina Abby, es un placer volver a verla. Y si, más o menos. Pero de eso se encarga mi hermano, yo quise salir a dar una vuelta pero creo que me perdí, ¿podría decirme donde están los tan famosos jardines reales?-dijo Inuyasha
-Si claro, querido, hay una salida a ellos al fondo de este pasillo, me encantaría acompañarte pero estoy ocupada-dijo la Reina
-No se preocupe, la comprendo a la perfección-dijo Inuyasha
-Con su permiso, me retiro-dijo la reina
El ambarino hizo una pequeña reverencia a la que la reina respondió y cada uno se fue por su lado. Pensó que debía desistir en la búsqueda de la doncella, tal vez la vería al día siguiente. Tal como se lo indicó Abby, al final del pasillo se encontró con el Jardín. Al lado de la puerta de salida vio unas escaleras, las subió y como supuso se encontró en una especie de terraza. Desde allí podía ver todo el jardín, y debía admitir que era hermoso. No eran mentira los rumores sobre su variada vegetación y colorido floreado. Seguramente el reino invertía mucho dinero en ese jardín. Algunos decían que la razón de mantener con tanto cuidado el parque real era una obsesión de la reina, otros decían que los hacía el rey para consentir a la princesa. Pocos sabían que el rey lo hacía para Kagome, ella pasaba horas en ese lugar y el quería darlo todos lo cuidados. Escuchó un voz, más precisamente esa voz.
-Bien, Rin, ¿lista para tu entrenamiento?-dijo Kagome
-No entiendo porque tengo que aprender estas cosas, si al final terminaré casándome con un hombre al que no amo y todos me verán como la ‘esposa del Rey de Kazaana’-se quejó la niña caminando a su lado
-No, todos te verán como una Reina. Además, no puedes depender de tu esposo toda tu vida, tienes que brillar por tus propios méritos. ¿No quieres impresionar al príncipe Miroku con tus conocimientos?-dijo la azabache
-No me interesa en lo más mínimo impresionar a ese hombre, lo detesto
-Rin, como puedes odiar a una persona que ni si quiera conoces?
-¡Justamente por eso! El me va a quitar mi libertad, ¿Por qué no puedo elegir casarme con el hombre que quiera?
-Vamos, debes darle una oportunidad al Príncipe Miroku.
-Odio ser princesa-dijo Rin
-“Ah, con que esa es la pequeña Princesa del Norte? Bastante rebelde la niña”-pensó Inuyasha desde una pose machista
-¿Sabes? Todas las niña sueñan con ser princesas, y tú que si lo eres te quejas-dijo Kagome
-¡No es lindo ser princesa! Tienes obligaciones, clases de baile, clases de educación, clases de geografía, clases de economía, clases de escritura, ¡Nunca te dejan un momento libre! Siempre tienes que estar elegante, y te comprometen a los 9 años con un hombre al que no conoces!-dijo la niña
-Vamos, no puede ser tan malo-dijo Kagome divertida
-¡Es horrible! Sabe, sus clases son una de las pocas cosas que disfruto… ¿usted también soñó con ser princesa alguna vez?-dijo la niña
-Claro, siempre soñaba que mi príncipe viniera a rescatarme de las tinieblas, y que me llevara a su reino donde seriamos felices por siempre y tendríamos una enorme familia-dijo la azabache con ojos soñadores
-“La típica chica que sueña casarse con un príncipe”-pensó Inuyasha-“Bueno, por el momento es mi ventaja…aunque eso a veces me trae problemas”
-Pero eso era antes, ahora ya me resigne a esperar que alguien venga a rescatarme, no me importa si es de sangre real o extranjero, solo quiero alguien que me quiera-dijo Kagome
-Yo la quiero mucho.-afirmó la princesita
-Gracias, Rin-dijo Kagome entre divertida y enternecida
-Pero, ¿rescatarla de que?-preguntó la niña curiosa
-Creo que no tienes edad para saber algunas cosas, y nosotras ya deberíamos empezar el entrenamiento antes de que anochezca-dijo Kagome intentando cambiar de tema
-¿Acaso no es feliz, Srta Kagome?-preguntó la niña, insistiendo con el tema mientras tomaba el arco que su maestra le pasaba
-Claro que soy feliz, yo no dije eso-dijo la azabache pasándole una flecha
-Es que dijo que querían que la rescataran, y aunque no sepa de que, me da a entender que no le gusta su vida-dijo la niña poniéndose en pose para lanzar la flecha
-No es que no me gusta mi vida, es mi futuro lo que me preocupa-dijo la azabache con un leve suspiro
-A mi me gustaría tener su vida, Srta Kagome
-¿Ah si? Y que es lo que te parece interesante de ella
-Es que no es princesa, por lo que no tiene las obligaciones de una princesa, pero tampoco es sirvienta, y aun así vive en el castillo real y es la protegida del rey-dijo la niña y lanzó la flecha
-Je, ‘protegida del rey’ supongo que es una…forma…de llamarlo…-dijo Kagome sin encontrar las palabras adecuadas
-“¿Protegida del rey? ¿A que se refiere? Aunque si es lo que me parece no creo que pueda acercarme a ella”-pensó Inuyasha
-¿Cómo lo hice, Srta Kagome?-dijo Rin al ver que su maestra parecía perdida
-¿Eh? Ah, lo hiciste muy bien, ya casi perfeccionas la postura-dijo Kagome con una sonrisa
-Pero miren que hermosas flores me encontré en el jardín hoy-dijo una voz y las dos muchachas se voltearon
-¡Sr Kouga!-dijo Rin corriendo hacía el hombre
-“¿Y ese quién es?”-se preguntó Inuyasha, celoso al ver a otro hombre cerca de su ‘presa’
-Hola, señorita Rin, esto es para usted-dijo el hombre dándole una flor amarilla
-Muchas gracias-dijo Rin sonriente
-Y para usted, bella doncella, tengo esto-dijo Kouga dándole una rosa blanca a Kagome
-Muchas gracias, Kouga, tú siempre tan tierno-dijo Kagome recibiendo la flor
-Cualquier cosa por ti, encanto-respondió Kouga
Kouga era uno de los jardineros del reino, pero era él único que vivía en el castillo, los demás venían 3 días a la semana. Era alto, de la misma edad que Kagome, de ojos azules y cabello marrón, usualmente atado en una coleta alta.
-¿Señorita Kagome?-dijo Rin
-¿Que sucede, Rin?-dijo Kagome
-Cree que yo y Miroku, ¿podríamos llegar a amarnos como usted y el señor Kouga?-dijo la pequeña. Lo dos jóvenes se miraron y luego se rieron.
-No, Rin, Kouga y yo solo somos amigos. Nos conocemos desde hace mucho y nos queremos mucho, pero entre nosotros no hay nada más que amistad-dijo Kagome sonrojada
-Aunque yo quisiera que fuéramos más que eso-dijo Kouga abrazando a Kagome de la cintura, pero ella sabía que estaba bromeando.
Inuyasha veía todo de la terraza ardiendo de celos. Él había tomado como su propiedad a Kagome desde la primera vez que la vio, y no podía soportar que otro hombre la tocara cuando él ni si quiera había podido cruzar 2 palabras con ella.
-Rin, hay que volver a la práctica-dijo Kagome
-Está bien-dijo la niña
-Bien, señoritas, las estaré vigilando mientras veo en que estado está el jardín-dijo el de ojos azules
* * *
-Bien, ¿hay algún otra duda sobre el tratado?-preguntó Naraku
-Bueno, mi padre no tiene más dudas que las que ya se han aclarado, pero a mi no me convence el último punto-dijo Sesshomaru
-Sabía que me preguntaría por eso, y entiendo que sienta su trono amenazado. Déjeme explicarle, decidí poner la condición de que si un rey era asesinado en guerra, el otro rey pasaba a ser poseedor de sus tierras, más por mi que por ustedes. Verá, no es que dude de que en caso de que, dios no lo permita, su padre falleciera usted no podría hacer un buen reinado, pero en mi caso, ya que mi única hija tiene 9 años, mis tierras pasarían a ser de mi esposa. Es una mujer excelente y agradable, pero sinceramente no esta lista para manejar un reino, es por eso que preferiría conferirle mis tierras al reinado del Norte. No es que este asumiendo que yo o el Rey del Oeste pudiéramos morir, pero usted sabe que esta alianza es para defendernos de un posible ataque del Reino Hirakotsu y prefiero cubrir todas las posibilidades-dijo Naraku-De esta forma yo tengo la seguridad de que mi reino estará en buenas manos si algo me pasara, pero no se preocupe, soy un hombre de ética. Si el caso fuera al revés, inmediatamente le devolvería el reino a la familia Taisho
-¿De verdad piensa que Hirakotsu esté preparando una emboscada?-preguntó Sesshomaru
-Bueno, los rumores ciertamente son muy fuertes. El reino del Sur está resentido con mi reino debido a que piensan que no enviamos tropas de ayuda cuando los atacaron, pero ellos no quieren escucharnos cuando les decimos que las tropas fueron enviadas, pero el enemigo las esperaba y las aniquiló antes de llegar a destino. Tenemos fuertes sospechas de que estén preparando una venganza y por eso hemos estado estudiando sus estrategias de guerra. Descubrimos que lo que hacen usualmente es atacar a los alrededores y luego aniquilar al objetivo central. A esto le sumamos las contadas veces que el Rey del Sur ha dicho que le gustaría quedarse con todas las tierras, por lo que pensamos que si piensan atacarnos, también atacarían a su Reino y al Reino del Este. Como ya tenemos la alianza del Reino del Este con el compromiso de mi hija, decidí proponer este tratado para fortalecer fuerzas y aminorar las esperanzas del Reino del Sur de poder ganarnos.-dijo Naraku
-Mi padre quiere que tenga bien en claro que no tiene deseos de atacar al reino del Sur a menos que ellos cometan una provocación, no tiene intenciones de romper vínculos con nadie solo por algunas sospechas-dijo Sesshomaru
-No esperaba menos del honorable Inu Taisho. Yo tampoco deseo atacarlos sin razón, esto es solo prevención. Si el reino del Sur sabe que los tres reinos nos hemos unido, desistirá en sus planes de ataques, si es que existen. No entiendo esa avaricia de querer más y más tierras, ya es suficiente complicado gobernar un reino, imagínese 4-dijo Naraku
En eso, alguien toco la puerta
-Adelante-dijo Naraku
-Señor, la cena estará lista en unos momentos-dijo Ayame
-Muchas gracias-dijo Naraku y la muchacha se retiró luego de una reverencia
-Bien, ¿pasamos a cenar? Creo que todo ha quedado aclarado-dijo Naraku
-Si así es. ¿Qué le parece si busco a mi hermano y luego nos reunimos en el comedor? Conozco el castillo-dijo el Príncipe
-Claro-dijo Naraku-me parece perfecto
La sonrisa era evidente en los labios de Naraku, parecía que todo estaba saliendo a la perfección
* * *
Inuyasha había quedado ensimismado viendo como Kagome le daba clases de arquería a la princesa del reino, tanto que no se dio cuenta que ya era de noche. Escuchó que gritaba un nombre y bajó de la terraza antes de ser descubierto.
-¿Me buscabas, Sesshomaru?-dijo Inuyasha
-Pensé que estarías con esa chica, ya le rompiste el corazón?-dijo Sesshomaru
-No, no pude ni acercármele. Parece que es la ‘protegida del rey’-dijo Inuyasha
-Pues entonces ni se te ocurra tocarla-dijo Sesshomaru en tono severo-a mi no me termina de convencer esta alianza, pero papá parece muy feliz, y no quiero que lo eches a perder por una de tus aventuras
-¿Y para qué me buscabas?-dijo Inuyasha
-Vamos a cenar-dijo Sesshomaru empezando a caminar
-Y, Sesshomaru, ¿hasta cuando nos iremos?-preguntó Inuyasha
-Lo más pronto posible-dijo Sesshomaru-este reino me da escalofríos
-¿Ah si? A mi me los da su rey, pero el reino parece tener cosas bonitas
-¿Cómo esa muchacha?
-Ay como me conoces, hermano
-Te lo repito, no crees problemas.
-Ya, relájate un poco, deberías conseguir una novia, sabes-dijo Inuyasha poniéndole una mano en el hombro, y recibió como respuesta una mirada asesina.
* * *
Odiaba las cenas con protocolo. Ella ni si quiera tenía la obligación de estar allí! No era reina, no era princesa, apenas era la hija de una duquesa y el General del Ejército real. Pero debía ir, porque Rin se lo pedía. Pero mientras menos tiempo pudiera pasar con Naraku mejor. Odiaba a ese hombre, era de él que quería que la rescataran! Ahora tenía que usar esos vestidos incómodos para esa dichosa cena. Pero antes de doblar por el pasillo, unos brazos la metieron a una habitación
-Hola, preciosa-dijo quien la había metido a la habitación
-No me parece correcto estar en la habitación real a solas con el Rey-dijo Kagome enfadada
-Ahí vamos con la rebeldía. ¿Algún día te cansaras y te dejarás domar como un dócil gatito?-preguntó Naraku
-Puedes seguir esperando tranquilo, que eso nunca pasará-dijo Kagome manteniendo la distancia
-Solo quería decirte que te comportes esta noche, necesito obtener esta alianza, y no quiero que tú con tu carácter lo arruines.
-No sé que pretende con esa alianza, pero estoy segura que no es nada bueno. Haré mi mejor esfuerzo para comportarme ante los Príncipes del Oeste, pero le pido no me provoque durante la cena si no quiere mi reacción-dijo Kagome
-Tú eres la que no tiene que provocarme, linda-dijo Naraku tomándola firmemente del mentón-tú sabes que yo soy el rey, y podría matarte haciendo quedar todo como un simple accidente
-¿y por qué no lo haces de una vez?-dijo Kagome
-Je, tienes usos más útiles, y voy a esperar paciente hasta que pueda tocarte, ya sabes lo que eso significa-dijo Naraku
-Mi padre es un de los mejores estrategas, jamás será asesinado en batalla-dijo Kagome con seguridad
-Esperemos que así sea, querida, porque tu padre es un punto clave para ganar la futura guerra con el Reino del Sur, sabes que esa es la única razón por la que no lo he matado-dijo Naraku
-Maldito…-musitó Kagome
-Ahora vamos a cenar. Estas preciosa y no puedo esperar a que los príncipes te vean, lastima que no podrán tocarte, verdad?
-No soy un objeto para que me ande exhibiendo
-Me parece que desde tú postura no puedes elegir eso. Ahora vamos, Rin debe estar esperándote. Sabes, linda, serías una estupenda madre, mejor de lo que Abby jamás fue-dijo Naraku
-Si me disculpa, no me parece que los Príncipes vean bien que llegue a la cena junto a usted, así que le propongo que usted vaya con su esposa y yo iré por Rin-dijo Kagome
-Je, no se te escapa nada, no, encanto?-dijo Naraku
* * *
Al fin la hora de la cena. Inuyasha se sorprendió al ver presente en la cena a Kagome, y se pregunto si eso era parte de ser ‘protegida del rey’. Frente a frente era mucho más hermosa, y aunque le sonreía a Rin, por momentos su mirada se perdía. Sintió curiosidad por saber que estaría pensando, pero iba perdiendo las esperanzas en que pudiera pasar algo con esa mujer. Al día siguiente se irían y seguramente Sesshomaru querría irse temprano. La charla que había comenzado en un comentario sobre como el reino de Kazaana explotaba sus minas de plata y oro, derivó en una conversación profunda sobre las economías de los reinos. Naraku notó cómo casi todos estaban muy metidos en la charla, incluso Rin prestaba atención, y aprovechó el momento para hacer alguna maldad. Su mano disimuladamente fue escabulléndose debajo de la gran mesa y terminó en la pierna de Kagome. Él tenía un especial gusto por torturar a la hija del general, decía que cuando se enojaba se veía más hermosa. Kagome quitó la mano del rey de su pierna, pero Naraku siguió insistiendo. Ella sabía que debía mantener la calma, no podía iniciar un escándalo o le daría el gusto a Naraku. Decidió intentar ser indiferente, pero Naraku quería hacerla perder el control. Kagome pensó en que parecía un niño pequeño queriendo hacer travesuras, mientras cerraba los ojos en un gesto de autocontrol. Sentía como Naraku frotaba su mano con su pierna, y ahora que lo notaba parecía estar más cerca. Le pidió que se comportara con una mirada, pero él solo sonrió. Eso se estaba convirtiéndose en una tortura, y ahora Naraku también frotaba su pierna con la de ella. Frunció el seño, era hora de sacar su as bajo la manga. Cuando obtuvo contacto visual con Rin, tomó su cuchillo, lo miró con curiosidad y volvió a colocarlo en la mesa dado vuelta. La princesa entendió el mensaje e hizo su parte del plan
-Señorita Kagome-dijo la niña interrumpiendo la charla-se ve algo pálida, se siente bien?
-Yo la veo bien-dijo Naraku
-La verdad es que me duele un poco la cabeza
-No creo que deba estar aquí si no se siente bien, podría hacerle más daño-dijo Rin
-Kagome, deberías ir a descansar-dijo la Reina Abby cayendo ingenuamente en el truco
-Bueno, si no les molesta, preferiría ir a dormir-dijo la azabache
-No hay problema. Ve a descansar-dijo la Reina Abby mientras Naraku fruncía el ceño como un niño pequeño a quien se le había frustrado una jugarreta.
-Padre, puedo acompañar a la señorita Kagome?-preguntó la princesa de Ah-un.
-No, Rin, será mejor que te quedes-dijo Kagome-Buenas noches
-Buenas noches-respondieron los demás.
Inuyasha la observó mientras se retiraba. Frunció el seño. Ella no estaba pálida, la había estado observando toda la noche, se hubiera dado cuenta. No parecía sentirse mal. Aunque por momentos parecía como si le molestara algo.
* * *
Los pasillos del castillo llegaban a ser tétricos en la noche. Apenas estaban alumbrados por algunas antorchas. Mientras caminaba iba maldiciendo a Naraku. Lo odiaba. ¿Por qué siempre tenía que molestarla? ¿Por qué se abusaba de su condición? Sabía que ella estaba limitada. No quería traerle problemas a su padre, y Naraku ya la había amenazado en contadas veces con matarlo si no lo obedecía. Entonces empezó a pensar en su padre mientras la melancolía se iba acentuando dentro de ella. Era su único familiar vivo. Aún recordaba cuando su familia estaba unida, cuando ella realmente podía decir que era feliz. Hasta que uno de los enemigos de su padre los atacó. Acabó con la vida de su madre y su hermano y la dejo ella muy malherida. Ese fue el hecho que terminó de convencer a su padre de mandarla a vivir al castillo real. Por un lado empezó a hacer amigos, conoció a Ayame, Kouga, Rin, Hoyo. Pero también estaba Naraku. Solo por él deseaba huir de ese castillo. Desaparecer. Pero no podía, Naraku la buscaría, podría poner a su padre en peligro y no podía dejar sola a Rin. Una lágrima cayó. Era increíble como Naraku siempre la hacía llorar. Eran lágrimas de furia, de impotencia. Lloró tranquila pensando en que estaba sola. Pero no. Alguien más estaba allí.
-¿Kagome?-dijo una voz
-Son ustedes…-dijo la chica
-Kagome, que sucede, ¿por qué lloras?-dijo Ayame
-No es nada…es solo que extraño a mi papá-dijo Kagome
-Kagome…te vimos bajar al comedor con Rin…Naraku no te habrá hecho algo otra vez, verdad?-dijo Kouga
Fue en ese momento, en que Inuyasha los encontró. Otra vez se puso a espiarla, por segunda vez en un mismo día. Es que era inevitable, esa mujer era tan misteriosa que necesitaba saber más de ella. Y su belleza deslumbrante le hacía desear escabullirse en su habitación por la noche y no salir hasta haber calmado su insaciable sed. Pero ahora aquel hermoso rostro estaba empapado en lágrima de las cuáles desconocía la razón. Lo que si conocía, era su debilidad por las lágrimas de las mujeres y creía que si la situación seguía así saldría de las penumbras que lo escondían para abrazarla y susurrarle dulces cosas al oído hasta que se calmara. Y quizás, luego podrían terminar en la cama más cercana. Pero otra persona se encargo de calmarla antes de que él perdiera el control. Fue el joven jardinero quién la recibió en sus brazos mientras Ayame buscaba su pañuelo celeste, tantas veces usado en situaciones parecidas.
-Oh, Kagome-masculló Ayame al escuchar los sollozos de la azabache.-No entiendo como Naraku puede ser tan desconsiderado! No importa cuanto daño te haga, ese maldito no piensa detenerse
El misterio que acompañaba a Kagome desde el punto de vista de Inuyasha aumentaba. Quizás, sin saberlo, ellos le dirían que relación tenía Kagome con su Rey.
-No, Ayame. Ya no importa-dijo Kagome
-¡¿Cómo que no importa?! Por dios, Kagome, te esta destruyendo literalmente!-dijo la pelirroja
-¿Pero es que más queda? Ya tendría que estar acostumbrándome a estos abusos de Naraku, después de todo, es mi destino-dijo Kagome con la voz aguada por las lágrimas
¿’Abusos de Naraku’? Esa historia se volvía cada vez más extraña para el príncipe de Tessaiga. Y ya no sabía si realmente quería quedar envuelto en algo tan complicado.
-¡Kagome! No digas eso!-dijo Kouga
-¡Pero es así! Naraku tiene razón. Una guerra se avecina con el reino del Sur, y aunque mi padre sobreviviera Naraku lo mataría y así tener la vía libre. Es el rey, es quien tiene más impunidad en todo el reino ¿Dime como puedo combatir con eso? No. Ya no queda nada. Todo saldrá como Naraku desee-dijo Kagome
¿Vía libre para qué? Se preguntó Inuyasha, aunque por dentro estaba sospechando de qué se trataba, y por alguna razón un fuego furioso se encendía en él.
-No lo sé, Kagome, pero algo debe haber. No entiendo, ¿porqué no escapas?-dijo Kouga
-¡No podría hacer algo así! Naraku me tiene amenazada, podría matar a mi padre y a ustedes. No, escapar sería algo muy peligroso. Además de que los guardias me siguen a todos lados! ¿Crees que una joven como yo podría escapar del ejército real? Además a donde iría! No. Definitivamente es una locura-exclamó la azabache
-Tsk, puedo asegurarte que eres más inteligente que la mitad de los que están como perros falderos detrás de Naraku-dijo Kouga
-¿y porqué no le dices a tu padre?-sugirió Ayame
-¡Imposible! Mi padre tiene suficientes problemas como para que yo me convierta en una carga, además de que serviría? Cualquier rebelión importante de mi parte podría significar la muerte de alguien cercano-dijo Kagome
-Naraku se aprovecha de tu afecto a los demás…-dijo Kouga
-Es un maldito descarado. Hasta a mi se me ha insinuado el muy sinvergüenza! Pero a quien le ha tocado más fuerte es a ti, Kagome-dijo Ayame
-Pues más vale que ese ‘maldito descarado’ se mantenga alejado de mis chicas-dijo Kouga abrazando a Kagome y Ayame de la cintura. Las muchachas rieron un poco mientras la tensión se iba dando a la fuga
-Será mejor que me vaya a dormir. Mañana tendré que enfrentar a Naraku y por lo menos quiero pasar una buena noche-dijo Kagome
-Parece que va a llover, amo dormir con tormenta-comentó Ayame
-Eres rara…-dijo Kagome-Yo las odio. El sonido de los truenos…me recuerda al sonido de las balas…
Kouga y Ayame pudieron leer en la mirada de la azabache que estaba recordando aquella noche en que su madre y su hermano fueron asesinados. El silencio fue quebrado por la voz de Kagome que se despedía, y cada uno siguió su camino. Inuyasha quedó allí, entre la oscuridad y teniendo cada vez más curiosidad por saber quien era esa mujer.
Pero el día siguiente fue un día nuevo, y eso traía pensamientos nuevos. Kagome había tenido toda la noche para pensar, y nuevamente se refugiaba en su actitud rebelde para darse valor y enfrentar a su rey. Si aquella noche en que los enemigos de su padre los atacaron su madre no hubiera luchado hasta el fin, quizás ella no hubiera sobrevivido. Así que ella tampoco bajaría los brazos, y defendería su vida por la que su madre se habría sacrificado. Lucharía por ella y por los demás. Decidió apostar a futuro y haciendo uso de su optimismo se dijo que era momento de ser improvisada y actuar según como surgieran las cosas. Tal vez ella no tenía planes ‘fríamente calculados’ como Naraku, pero era astuta y creía que podría salir de esa. O por lo menos eso quería creer. Y mientras afianzaba esos pensamientos para fortalecer su confianza, no tomo precauciones al girar por el pasillo y terminó chocando contra una pared. Bueno, quizás no era una pared exactamente.
-Oh, lo siento-dijo Kagome a aquella pared con quien chocó.
-No, fue mi culpa. Discúlpeme-dijo una voz varonil-creo que nosotros ya nos conocemos, pero nunca tuvimos la oportunidad de hablar frente a frente. La señorita Kagome, verdad?
-Si, y usted es el Príncipe Inuyasha Taisho, ¿estoy en lo cierto?-dijo la azabache con una sonrisa amable

Continuara...^^

Espero sus comentarios
Besos, Sofi =) [hacía mucho que no me despecía así xD]

 

Re: - La Protegida del Rey [Inu&Kag] -

¡Hola!

Ayy me encantò la conti!! Lo dejaste muy intrigante , y ya quiero saber lo que se van a decir Inuyasha y Kagome .Ese pervertido de Naraku ... uish! si lo agarrara ¬¬ En fin que me gustò mucho y que espero que lo sigas pronto
Suerte