A quien me recuerdas

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por DeboraAnabe, 3 Noviembre 2007.

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  1.  
    DeboraAnabe

    DeboraAnabe Guest

    Título:
    A quien me recuerdas
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    38
     
    Palabras:
    11128
    Re: A quien me recuerdas

    Los personajes de esta historia no son míos, esta historia esta pensada y escrita por Debora Anabel para fans. De INUYASHAXKAGOME
    La clasificación de esta historia aun esta pendiente diría que es M

    A quien me recuerdas
    Inuyasha ha amado mucho a una joven mujer, al volver de un viaje se entera que ha desaparecido cegado por el dolor se niega al mundo, hasta que es necesitado por alguien tal vez con un destino más miserable que el suyo.

    Esta historia esta ambientada en la época antigua es decir, caballos carruajes, pero sin olvidar algunos objetos de modernidad, los primeros teléfonos, telégrafos, autos.
    ".........." PENSAMIENTOS
    - DIALOGOS-
    &&&&& CAMBIO DE ESCENA
    /NOTA DE AUTORA/ N/A
    //// FLASHBACK////
    Canción: You’re still You Josh Gorban

    Capitulo XXIV: De las tinieblas a la luz.


    El viento mecía su cabello, provocando que flotara por la velocidad a la que conducía-
    - No te preocupes, no permitiré que ese sacerdote infernal se te acerque- Kagome estaba a su lado cubierta con mantas.
    - No me importa lo que digan todos, "vivirás".......

    &&&&&&&&&&&&&&&

    Aun perplejos en el umbral de la puerta, se encontraban todos los que segundos atrás con gran pesar se disponían a despedir a alguien muy querido.

    - Kagome- Sango corrió junto a la cama y levanto las delgadas mantas que momentos atrás cubrían a su amiga aun sin poder creer que no estuviera.
    Miro a Hoyo pensando que quizás por algún macabro motivo y a modo de broma hubiese ocultado la milagrosa recuperación de su hermana y que en cualquier momento la vería salir tras él, riendo diciendo que era una sorpresa, pero el joven medico estaba tan desconcertado como todos.
    Tiro nuevamente de las cobijas descubriendo la cama hasta el colchón, quito hasta lo ultimo, nadie la detuvo hasta que intento a duras penas levantar la cama.
    Miroku sujeto sus manos ayudada por Kohaku para que soltara la pesada cama, que no supieron como había levantado.
    De seguro la desesperación
    - Suéltenme, quizás esta atrapada bajo la cama
    - Eso no es posible - insistió Miroku tirando de ella
    - Claro que si, suéltame ¡Kagome!, ¡Kagome! - grito
    Sango estaba fuera de sí, tanto que la única forma de calmarla fue que Kohaku levantara la cama ayudado por su padre para que comprobara que Kagome realmente no estaba allí.
    - Mira bien, no hay nada debajo
    - Entonces, se fue, ¿donde pudo ir? - se giro a Miroku – debemos buscarla esta muy frío afuera puede enfermar mas aun
    El joven de cabellos negros miro a los ojos a la muchacha, tomo su mano y hablo como si le hablara a un niño- Ella no se fue sola, de seguro alguien se la llevo.
    El horror deformo el rostro de la joven – Un secuestro, pero ¿quién?, Ella es tan bondadosa. ¿Quién se atrevería a hacer algo así? - se giro a su padre y hermano – debemos llamar a la policía- suplico
    Todos permanecieron inmovibles salvo Inutaisho y Miroku quienes intercambiaron miradas, sabían perfectamente quien era el responsable y no importaba cuantos agentes de policía fueran tras él, incluso el mismísimo ejercito seria incapaz de detenerlo.
    Sango continuo gritando para que llamaran a la policía.
    Hoyo recobro la movilidad a la que la sorpresa lo había sumido y salió corriendo fuera de la habitación seguido del padre Renkotsu pidiendo por un policía.
    Inu Taisho se asomo por la ventana para ver en la lejanía una estela de polvo
    - Hijo, ¿qué hiciste? - murmuro mientras tras él reinaba el caos

    &&&&&&&&&&&&&&&&

    Conducía lo más rápido que el vehículo le permitía, dejando atrás todo aquello que lo perturbaba. Dejando atrás a todas las personas que intentaban quitarle a su Kagome.
    - Nunca me la quitaran es mía.- musito para sí observando a la joven.
    Si, era un pensamiento demente, lo sabia. Sus conjeturas y suposiciones eran descabelladas y rayaban la locura, pero lo prefería. Prefería parecer un demente, prefería dejarse llevar por sus locuras, prefería todo, antes que enfrentar por un momento como una realidad la posibilidad de que la joven de ojos chocolates que lo salvo de la miserable vida que llevaba, lo dejara.
    No, eso era impensable, ella no podía morir o él iría tras ella.
    Un par de horas mas tarde se encontraban ya muy alejados de cualquier tipo de civilización, el automóvil se movía lentamente entre los arboles. Penetraban un bosque cubierto de pinos, un par de metros adelante pudo distinguir una vieja construcción de madera con una chimenea de piedra en el techo.
    Rodeo la cabaña detuvo el motor frente a la puerta de la casa.
    El frente estaba bastante descuidado parecía desde hace mucho deshabitada, junto a la casa un pozo de agua y un par de metros mas adelante un hermoso lago el cual reflejaba la luna como un espejo maravilloso.
    Dejo salir con fuerza el aire que había contenido todo este tiempo en sus pulmones apoyo su cabeza en el volante, una brisa fresca meció sus cabellos, la temperatura era bastante agradable.
    Giro su cabeza aun afirmada sobre el volante y la vio tranquila aun a su lado.
    Finalmente se bajo del auto, lo rodeo abrió la pequeña puerta del acompañante y llevo sus manos al rostro de la muchacha, su cuerpo estaba caliente, no sabia sí por la fiebre o por las mantas que había puesto sobre ella.
    La tomo en sus brazos y la levanto, no pesaba mas que una pluma. No pudo evitar una sonrisa cuando sintió levemente una brisa proveniente de sus labios, aun respiraba.
    Los latidos de su corazón eran débiles pero aun estaban allí. Ella aun no, se rendía.
    - Gracias Kamisama. – susurro - "Pero no creas que te he perdonado"- penso
    Con Kagome en brazos se dirigió a la añosa puerta de madera la abrió y resoplo con cansancio, el panorama dentro de la casa no era muy distinto del de fuera, estaba todo desordenado y sucio.
    Era una cabaña realmente pequeña, solo tenia una gran cuarto que era habitación y cocina al mismo tiempo, en el fondo una pequeña puerta donde quedaba el tocador.
    Por lo menos tenia una chimenea, de frío no moriría, en el centro de la gran habitación estaba una gran cama que era mas que suficiente para ambos, del otro lado una cocina de leña y una mesa con dos silla, era muy diferente de su mansión.
    Con pesar avanzo lentamente, no podía creer que se hubiera visto casi obligado a traer a Kagome a un lugar tan precario, pero en fin..... sonrío viéndola aun dormida en sus brazos.
    Afortunadamente su Kagome era una persona de gustos simples y lo único importante ahora era tener un lugar donde poder estar juntos, "si", eso era lo más importante estar junto a ella y cuidarla hasta que se sintiera mejor.
    Luego de ese pensamiento pudo ver la habitación con otros ojos, limpiaría todo y quedaría muy bien.
    - Estamos en casa pequeña- susurro

    &&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

    Aun después de explicarle a Sango con paciencia que Kagome no había sido secuestrada por ningún pirata de ascendencia árabe que de seguro la había llevado a su país para hacerla su esposa, ya que las mujeres inocentes en su país no abundaban, Miroku suspiro en verdad esta chica lo sorprendía mas y más, su imaginación era, en verdad prodigiosa. Estaba seguro de sus aptitudes como escritora de novelas Fantásticas.
    - ¡Escuche, le digo que mi hermana fue secuestrada por piratas!- Miroku suspiro por milésima vez desde hacia un par de horas estaban en la estación de policía dando parte sobre la desaparición de Kagome.
    El joven de cabello corto suspiro otra vez, con la cantidad de veces que había estado allí por uno u otro motivo, lo mínimo que deberían haber hecho es ponerle su nombre a una de las celdas, "Celda Miroku" penso con diversión, claro que el ambiente distaba mucho de ser algo entretenido, si quiera el ser algo lógico.
    Sango se había encargado de amenazar a cada hombre uniformado que había hallado en su camino.
    Incluso amenazo a un joven que repartía cartas, solo por que el uniforme era similar.
    Entendía que estaba desesperada, la condición de Kagome no era algo para bromear, estaba a un pie de la tumba y luego fugitiva o para el caso secuestrada.
    Pero si quien te secuestra es tu esposo, es realmente secuestro o tal vez se lo puede tomar como un viaje de bodas. Se amonesto mentalmente por sus pensamientos sin sentido.
    Levanto el rostro solo para ver a Inu Taisho con una expresión sumamente seria conversar con el Padre Renkotsu, de seguro le informaba quien era el supuesto secuestrador. Junto a ellos sentado tomándose continuamente el pulso, preso de la culpabilidad el joven Medico Hoyo, quien no hacia mas que repetir, "lo siento", "lo siento". Y junto con Sango tras él discutiendo con todo agente que se parara frente, incluso el hombre que barría el piso de la estación, el cuadro era demencial.
    Regreso a su mente la estela de polvo que pudo divisar a la distancia, quería decirle a la joven de cabello castaño lo que había ocurrido con su amiga pero cada vez que lo intentaba ella salía con otra idea más ridícula que la anterior, decidió dejarlo así hasta que se calmara. Por que se calmaría o ¿no?

    La miro nuevamente discutir con alguien que acababa de llegar, esperaba que, no alguien que decidiera seguirla en alguna de sus suposiciones mas que complejas y completamente desacertadas, pero para su sorpresa la persona ordeno a los hombre que emprendieran la búsqueda exhaustiva de la joven, empezando por cada barco que estuviera anclado en la bahía.
    - "¿Quién podía ser tan insensato?"- penso Miroku, al ver bien al joven, su sorpresa fue mayúscula al ver frente a Sango al propio jefe de policía- Bankotsu.- murmuro, esto si que seria un gran problema. – Amigo mío, espero que hallas encontrado un buen escondite -

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    Acomodo lo mejor que pudo la habitación, retiro todo el polvo y las colchas sucias. Kagome dormía ahora en la gran cama e Inuyasha permanencia a su lado en una silla observando cada movimiento.
    Le desesperaba no saber exactamente que hacer por ella. Desde que habían llegado no había reaccionado y el movimiento de su pecho lo perturbaba, parecía que la tranquilidad en la que había permanecido durante el viaje se hubiera roto ni bien la dejo en la cama, otra vez esos horribles sonidos en su pecho, la respiración forzada y lo que antes hubiera sido una leve calentura ahora era una gran fiebre, tal vez debió de haberla dejado en la clínica.
    Sudo frío al pensar que quizás había actuado impulsivamente, tal vez de haberse quedado estaría mejor ahora. – ¡No! - menciono en voz alta como intentando acallar las voces de su cabeza – Ella esta bien conmigo- puso su mano en su cabeza – Solo conmigo.
    Salió fuera de la cabaña extrajo algo de agua del pozo y volvió donde la joven para aplicarle paños fríos, la temperatura parecía subir mas y más, recordó que en el baño había una bañadera lo mejor seria meterla en agua fría para bajar su fiebre pero en cuanto se dispuso a correr las sabanas para llevarla a la bañera, escucho esos terribles ruidos provenientes de su pecho mas fuertes cada vez, como si se estuviera ahogando. La tapo nuevamente e intentando no caer preso de la desesperación, exprimió con fuerza un paño y lo puso en su frente.
    - Todo estará bien, todo estará bien- repitió- No me dejes, quédate conmigo.- susurraba.
    El amanecer lo alcanzo sumido en la desesperación, se había pasado toda la noche combatiendo la fiebre de la joven, entraba y salía cada cinco minutos por agua más fresca.
    No sabia por que continuaba haciéndolo, tal vez por que no, tenia otra forma de ayudarla, que podía darle. Si pudiera le entregaría sus malditos pulmones para que ella pudiera respirar con tranquilidad.
    Lo peor ocurrió cerca de las siete de la mañana cuando salió por milésima vez en esas pocas horas al pozo por agua.
    - ¡Nooooo!- el grito proveniente de la casa lo sobresalto tanto que soltó el balde de madera que tenia en sus manos, estaba tan pesado que al instante se quebró en varias partes
    Entro corriendo a la habitación para escuchar terribles gritos de la joven.
    - ¡¡¡Noooo!!!, ¡¡Auxilio!! ¡¡Me ahogo!!, ¡¡Noooo!!
    - Kagome, ¿qué pasa? - se paro junto a ella y trato de sujetarla a la cama, puesto que la muchacha intentaba liberarse a toda costa de las sabanas
    - ¡¡Auxilio!!, ¡¡Me ahogo!! - gritaba
    - Tranquila aquí no hay agua- intento sujetarla a la cama, pero ella se movía demasiado
    - ¡¡Noooo!!, ¡¡Auxilio!!, ¡¡Mama!!, ¡¡Mama!!, ¿Dónde estas?
    - Kagome reacciona
    Su cuerpo estaba tan caliente que penso que las cobijas pronto arderían, su piel ardía.
    - Mama, me ahogo - se agitaba dentro de las colchas intentando levantarse y sujetar con sus brazos una rama que se encontraba demasiado alta.- ¡¡Mama!! - grito una vez mas mientras su pecho subía y bajaba con mucha fuerza
    - ¡Kagome!, ¡Reacciona!, ¡Kagome soy yo!- repetía mientras la sujetaba de los brazos para que no, se levantara.
    Todo era demasiado confuso, su cabeza estaba repleta de imágenes pero todas distorsionadas. Kagome no podía pensar nada con claridad solo sabia una cosa que se estaba ahogando y que quería a su madre.
    Levantaba sus brazos en esa especie de sueño en la que se encontraba intentando dar con algo conque sujetarse pero todo lo que sentía a su alrededor era el agua. Esa pesada sustancia que la empujaba hacia abajo, hacia el fondo.
    Abrió un poco sus ojos y pudo distinguir una luz, era su madre, su madre que había venido a buscarla.
    - Mama- susurro.
    Sintió como Kagome detenía su forcejeo y se quedaba tranquila en sus brazos, suspiro con pesadez, cerro los ojos intento acostarla nuevamente cuando vio a la joven estirar uno de sus brazos hacia delante como si quisiera alcanzar algo.
    Incluso le pareció escucharla susurrar algo.
    - ¿Que pasa pequeña?- pregunto con cariño- ¿qué hay ahí?
    - Mama- dejo escapar levemente la muchacha, pero aunque fue algo mas fuerte no pudo escucharla con claridad
    Se incorporo aun más para enfrentar su rostro y para su alegría, ella tenia los ojos abiertos.
    - ¡Oh!, Pequeña estas despierta- la abrazo levemente, pensado que ello significaba que se recuperaría pero la escucho hablar una vez mas
    - Mama vino por mí- Inuyasha abrió los ojos de desmesuradamente y miro allí donde la muchacha señalaba, donde parecía querer dirigir su brazo
    - Allí no hay nada, tu, té quedas conmigo- le dijo serio
    - Mama- seguía repitiendo
    Inuyasha se asusto mucho más en ese momento le tomo del rostro y la vio directamente a los ojos- ¡Allí no hay nadie! - casi grito
    - Si- le dijo la muchacha- Mama vino por mí
    Inuyasha dirigió sus ojos hacia el frente, una luz brillante comenzaba a llenar todos los espacios, sudo frío de pronto pensando que quizás en verdad su suegra había venido del mas allá para arrebatarle a Kagome.
    Sin pensarlo dos veces tomo un jarrón que descansaba a un lado de la cama y lo arrojo con todas sus fuerzas donde estaba aquella luz dorada al grito de...
    - ¡Ella es mía! - Se sintió el ser más estúpido de la tierra cuando el jarrón choco con la ventana que estaba frente a ellos, la cegadora luz que se aproxima no era otra que el sol que se movía en el horizonte.
    Miro a la muchacha quien aun permanecía fuertemente sujeta a sus brazos, sus ojos abiertos, pero su mirada perdida.
    Ella aun continuaba soñando, solo que con los ojos abiertos.
    - Maldición, no me hagas estas cosas- Apoyo su frente en la cabeza de la muchacha y la sintió aun hirviente, pero mas tranquila.
    La recostó nuevamente y puso otro paño en su cabeza.
    Beso su frente, hasta ese momento recién se percato que su corazón corría desbocado en su pecho casi al borde de la arritmia en verdad esta muchacha lo llevaría a la locura o a la muerte.
    Cambio nuevamente el paño de la frente de la joven
    - Afuera esta muy bonito – comento como si ella pudiera oírlo – cuando te sientas mejor te llevare a pasear. Cuando éramos pequeños mi Padre solía traernos aquí a pescar.
    Tomo otro paño de la fuente con agua que mantenía junto a la cama y lo paso por su rostro, casi como en una caricia.
    Su rostro estaba muy pálido, sus mejillas y frente muy sonrosadas producto de la fiebre, bajo sus ojos tenia ojeras.
    Detuvo el camino del paño junto a sus labios estaban resecos, seguramente tenia sed, tomo otro paño lo humedeció mas y lo apretó levemente contra sus labios.
    - Vamos, tienes que beber- le puso sobre los labios algo mas del liquido vital y cambio nuevamente todos los paños.
    Observo el cuerpo de la muchacha sin saber que más podía hacer además de cambiar paños y darle agua, cuando una verdad más grande que una casa lo golpeo.
    "Enfermo que come, no muere" había escuchado una vez, eso era, prepararía una sustanciosa sopa para su esposa, así ella se sentiría mucho mejor.

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    - Le preguntare una vez más señor Abdul, que tiene que ver usted con el trafico de mujeres al extranjero.
    Un anciano hombre con barba larga y un gran turbante sobre su cabeza era interrogado en la estación de policía por el ilustrísimo jefe Bankotsu.
    - Responda maldición, ¿qué tiene que ver usted con el secuestro de mujeres?
    El anciano hombre le enseño una desdentada sonrisa y eso fue lo que colmo la paciencia de Sango.
    - Confiese anciano, usted secuestro a mi hermana, dígame ¿donde esta? - no podía soportando el silencio del anciano que solo sonreía, seguramente intentando montar alguna artimaña para luego alegar demencia, se sujeto a la ropa del hombre y comenzó a agitarlo- confiese que usted planeo el secuestro para venderla al extranjero, confiese anciano del demonio.
    El anciano tan solo se sonrojo y le sonrío mas aun a Sango, quien desesperada comenzó a zamarrearlo con tal fuerza que amenazaba con acabar con los huesos del pobre.
    - Detente- intervino Bankotsu, había estudiado sobre métodos interrogatorios pero nunca había visto métodos como los de aquella muchacha, de pronto se sintió muy aliviado de no ser un extranjero.
    Intentó a duras penas sujetar a la muchacha, pero parecía tener la fuerza de diez hombres, no pudo hacer mas que llamar a quien estuviera fuera de la oficina para ayudarlo.
    Miroku entro tras los dos guardias que intentaban sin éxito separa a la muchacha quien tiraba del anciano como si no hubiera mañana.
    - Suéltelo, señorita que lo dejara sin piel.
    - No, hasta que me diga donde esta Kagome.
    - Y como sabe que es él quien la secuestro.- dijo el joven, finalmente pudo separarla del viejo.
    - Míralo- señalo al anciano- tiene turbante y... - Miroku espero la continuación de las acusaciones de Sango pero ella no pudo pensar en nada mas que sustentara su acusación, de pronto pareció ocurrírsele una idea
    - Además, no habla- finalizo como si eso fuera suficiente para una condena.
    - Pero eso que tiene que ver- acoto
    - El que calla otorga díganme sino, por que no, se defiende
    Bankotsu observaba atónito la escena sin entender nada muy bien. Sango dijo que Kagome fue secuestrada por piratas, supuestamente de ascendencia Arabe por lo que se había esforzado en conseguir a cualquier Arabe.
    - Pero señorita usted me dijo que el señor, era el secuestrador de mujeres.
    - Si lo es. - afirmo
    - Pero señorita, en que se basa para decir algo tan grave- Sango hizo una mueca como si fuera a enumerar lo motivos que ya había enumerado. – Además del turbante.
    - Hasta ahora no sé a defendido ni ha negado los cargos, eso quiere decir algo verdad - se giro a Bankotsu quien le hizo un gesto de tal vez – Ya vez, hasta el jefe de policía me da la razón, él es culpable y hay que arrancarle las uñas si es necesario para que confiese, sujetarlo de la parte más delicada de su anatomía con tenazas ardientes, hasta que escupa toda la verdad- Miroku y Bankotsu hicieron una terrible mueca de dolor acompañada de un quejido, esta chica si que era sanguinaria.
    Ni bien termino de decir aquellas palabras se giro donde el viejo para verlo intercambiar algunas palabras con Miroku en algún dialecto que no entendió.

    - Por que no me dijiste que no hablaba nuestro idioma, quede como tonta frente a Bankotsu, ahora no quiere que participe en la búsqueda de Kagome.- Desde hacia un par de minutos discutían fuera de la estación de policía, después de que el jefe los había invitado amablemente a largarse y no intervenir en la investigación con conjeturas absurdas.
    - Usted, nunca me pregunto, además es lógico, si es Arabe-
    - No, lo lógico es que si vienes a vivir a un país extranjero sepas el idioma- comenzó a caminar apresuradamente cuando su paso se vio interrumpido por un burro de color gris. - ¡Ha!- grito espantada por la repentina aparición – ¿Qué diablos es esto? - Pregunto con rabia luego de recuperarse de la impresión.
    - Es un burro- respondió tranquilamente Miroku
    - Eso, lo sé, pero ¿qué hace aquí?
    La respuesta llego cuando el anciano de momentos atrás se paro frente a Miroku le extendió las riendas del animal e intercambio un par de frases con el. A lo que el joven de cabello corto solo negaba sonriente.
    - Que pasa, que quiere – Miroku solo la miro y continuo hablando con el anciano – Si lo que quiere es otra disculpa que lo olvide, ya le ofrecí suficientes.- pero ellos continuaban conversando sin siquiera percatarse de sus palabras, eso no lo soportaba, no le gustaba nada la manera en la que la estaban excluyendo- ¡Dime que demonios quiere!- grito cerca del oído de Miroku provocando que sus tímpanos casi reventaran.
    El joven finalmente le hizo una seña al viejo y le hablo a la muchacha- El Señor, quiere saber si este burro es suficiente para comprarte.
    La chica quedo boquiabierta un par de minutos – ¿Cómo? – pronuncio finalmente
    - Al parecer en su cultura es costumbre dar algo en compensación por la mujer que uno quiere, piensa que soy tu dueño y quiere comprarte. Se giro al anciano y este le extendió nuevamente el burro a Miroku a lo que este solo reía.
    - Esta loco, eso es todo lo que valgo para ti- el anciano sonrío- un burro, viejo tacaño
    - Eso es justamente lo que yo le dije- se llevo la mano al mentón a modo pensativo- lo mínimo serian diez burros, ¿no crees? – comento con alegría
    Sango no tardo en darle una terrible patada en la espinilla.
    El anciano observo la escena y algo contrariado de acerco al oído de Miroku provocando que este sonriera
    - ¡Que te causa tanta gracia!
    - Él dice que desiste de ti, eres demasiado voluntariosa para su gusto, prefiere una cuadrilla de ancianas antes que una joven tan salvaje como tu.
    - Pues ni quien quisiera andar con un vejestorio como ese, primero muerta- luego de terminar esa declaración Miroku hablo con el anciano, este levanto sus hombros le dijo un par de palabras al joven y se paro frente a, él esperando la respuesta. – ¿Que te dijo?
    - Bueno... - Miroku la miro con los ojos llenos de picardía- dice que, si quiero podría darme el burro por una sola noche contigo, por algún motivo cree que debes ser extremadamente apasionada.
    Las venas de la cien de la joven se inflamaron en el acto al oír semejante declaración y de una patada mando a pasear a su país de origen al anciano junto a su querido burro.
    - Anciano asqueroso y libidinoso- mascullaba mientras caminaba llena de rabia por la calle seguida de Miroku. Quien intentaba contener estoicamente una sonora carcajada.
    Había planeado hacerle una broma a Sango pero no penso que saldría tan mal para el pobre anciano quien había ganado una paseo por las nubes "por preguntar la hora".
    Nunca le diría la verdad acerca de ese pequeño suceso o de seguro lo enviaría a conocer las lejanas tierras junto a ese viejecillo.
    - Por lo menos ya esta en casa- musito Miroku observando el trayecto en el horizonte por donde había sido disparado el anciano, cayo al suelo sin poder contener mas la risa, siendo observado por una muy malhumorada Sango.
    Luego del incidente Miroku y Sango se dirigieron casa de Inuyasha ya que el muchacho decidió revelarle lo que había visto el día anterior por la ventana del hospital, luego de la confesión abrió los brazos para recibir a la chica y consolarla pero lo único que recibió fue un puñetazo que le aflojo los dientes.
    Llegaron a casa de Inuyasha pasadas las tres de la tarde, la casa era un caos tal como Miroku le había contado, el huracán Inuyasha había arrasado con todo.
    Entraron por la cocina, casi muere del susto cuando Hanyo y Shikon salieron por sorpresa de debajo de la mesa de la cocina.
    Se paro tras el joven de cabello corto escudándose con él.
    - Tranquila, no te harán daño, te protegeré-
    Sango sé avergonzó por lo que había hecho, salió de allí caminando lo más rápido que pudo hacia la habitación de su hermana.
    La habitación estaba igual que el resto de la casa, un total caos, parecía como si asaltantes hubieran intentado dar con un buen botín pero sin suerte.
    Levanto una par de cosas de su camino y recogió un poco de la ropa que estaba esparcida por el suelo.
    Salió y en el pasillo se topo con Miroku.
    - ¿Encontraste algo?
    - No, la habitación de Inuyasha esta incluso peor que el resto de la casa
    Se dirigieron a la sala, no estaba tan desordenada por que días atrás Inu Taisho y Miroku había recogido un par de cosas.
    Observaron minuciosamente el lugar pensando que tal vez Inuyasha había dejado alguna pista de su paradero
    Y allí clavada en la puerta principal estaba su respuesta.
    Un sobre blanco con la letra casi ilegible de Inuyasha.
    - Una carta- estaba clavada con un puñal en la puerta, parecía una intimación de un pirata, Sango abrió el sobre y trato de leer algo del contenido del papel que estaba dentro pero eran casi garabatos.
    - No entiendo nada, tu amigo el animal escribe con los pies
    Le extendió la carta a Miroku quien empezó a leerla, ya estaba acostumbrado a la letra de su amigo.
    Miroku:
    Me lleve a mi mujer, ni siquiera se les ocurra buscarnos. Todos ustedes son unos malditos que no buscan mas que separarnos.
    La cuidare hasta que se sienta mejor.
    Encárgate de la casa y los negocios, haz uso del documento que té firme.
    P/D. Dile a la bruja y a ese medico de pacotilla que Kagome es mía y nunca la alejaran de mi lado
    Sango arrugo la frente.
    - ¿Eso es todo? - pregunto la muchacha, Miroku la miro encogiéndose de hombros.- ¡Solo eso! - agrego exaltada, el joven asintió – No es verdad, tiene que haber algo más.
    Le arrebato el papel y le dio vueltas intentando deducir algo entre los garabatos, pero eran solo eso, garabatos. Rabiosa le arrojo el papel a la cara.
    - ¡Tu! - casi le escupió- ¡Lo estas cubriendo!, Dime ¿qué más dice esa carta?
    - Solo eso, lo juro- Sango le vio allí frente a ella con sus ojos que mostraban sinceridad, entonces estuvo segura, ese maldito Miroku le estaba mintiendo
    Lo empujo con fuerza y salió por la puerta como un vendaval gritando
    - ¡Que ni crea ese maldito que puede hacer su voluntad!, ¡Ella es mi hermana antes que su esposa!, ¡Dile que se cuide por lo buscare hasta debajo de las piedras si es necesario!
    Cerro la puerta con tanta fuerza que casi la arranca de las bisagras.
    Esa mujer si tenia carácter, Y como le gustaba, cada vez mas y más.
    Sonrío como un tonto abrió la puerta
    - Espérame Sanguito, el gran Miroku te ayudara

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    - ¡Maldita sea! - se dejo oír en todo el bosque, provocando que algunos pájaros huyeran del lugar. Inuyasha intentaba cocinar desde hacia rato pero nada le salía bien, prueba de ello un par de ollas perforadas se encontraban tiradas en el suelo. Junto con partes de lo que podrían haber sido cucharas y tenedores.
    - Por que demonios no sabe bien - Escupió lo que se había llevado a la boca con una cuchara. Estaba molesto le había tomado mas de una hora hervir correctamente el agua y después cuando le agregaba los ingredientes la sopa quedaba demasiado salada, desabrida, picante (sin saber por que ya que no había agregado nada picante a la preparación) o terriblemente amarga. Sin contar con la infinidad de veces que casi había perdido un dedo o casi incendiado la casa en sus intentos. No entendía como algo tan simple podía haberse convertido en algo tan complicado.
    Muchas veces había visto a Kagome preparar la cena, por que, ahora resultaba tan difícil. Recordaba perfectamente que lo único que debía hacer era poner agua en la cacerola y agregarle todos los ingredientes o ¿no?.
    Claro que a Inuyasha ni siquiera se le había cruzado por la cabeza el que tuviera que hervir primero el agua o que debía de quitarle las escamas al pescado además de las entrañas aunque también se le olvidaba el pequeño detalle de pelar las verduras antes de ponerlas.
    El resultado era siempre el mismo un Inuyasha muy furioso gritando a viva voz y destrozando cada cacerola o cucharón en su camino culpándolo por su falta de éxito en la simple preparación.
    Apunto estaba de prenderle fuego a la cocina de leña preso de la indignación culpándola por no poder cocinar satisfactoriamente, cuando leves sonidos provenientes de la joven que permanecía recostada a pocos metros de, él llamó su atención.
    - Kagome- corrió junto a ella, parecía moverse algo incomoda entre sueños nuevamente pero esta vez en suaves murmullos seguidos de una tos muy fuerte que parecía dañarle el cuerpo. Estaba muy débil. El muchacho trago con fuerza algo asustado, sobre la pequeña mesa descansaba la única cacerola que aun permanecía intacta. – Esta vez, saldrá bien- afirmo
    Una hora mas tarde luego de alrededor de cientos de maldiciones, diversas cortaduras y quemaduras, finalmente una delicioso sopa..... bueno por lo menos comestible.
    El brebaje... perdón, sopa era de color gris con trozos de verduras o frutas no estaba muy seguro, parecía un preparado de bruja. Se arriesgo a llevarse una cucharada a la boca no sin antes despedirse de la joven en caso que el preparado fuera mortal. Para su sorpresa estaba..... aceptable, bueno casi... agrego algo de sal y lo sirvió en un pequeño plato.
    Apilo un par de almohadas para elevar la cabeza de la muchacha, acerco una cucharada de preparado e intento hacer que lo bebiera. – Ten pequeña, tienes que comer algo.- Un par de veces fallo al intentar de ponerlo en su boca, su mano temblaba demasiado, logro poner una cucharada completa en su boca y espero su reacción. Al parecer la había tragado sin problemas, pero cuando intento poner una segunda la muchacha comenzó a toser con fuerza devolviendo el liquido que casi había tragado.
    Inuyasha la sostuvo de los hombros, pero ella continuaba convulsionando. Luego de terribles segundos pareció calmarse, la recostó. Tomo el plato que había dejado junto a la cama lo miro con odio y lo estrello contra la puerta.
    - En que diablos estaba pensando al darte esa porquería, ni siquiera un animal lo comería.
    Kagome comenzó a toser de peor forma que minutos atrás, pero esta vez ya no puedo soportarlo, salió corriendo de la casa tan rápido como pudo. Esta vez el miedo lo había vencido.
    El miedo que lo corroía cada segundo desde que ella lo perdono en el hospital, el terror de saber que nunca volvería hablar o con ella o siquiera de saber que en algún lugar estaba con vida. No, no podía verla morir.
    Tal vez sonaba demasiado egoísta pero, no quería estar solo.
    Su carrera lo llevo un par de metros fuera de la casa, en el lago donde se quedo de pie observando su reflejo distorsionado en el lago, cada vez una de sus lagrimas caía en sus aguas. De su bolsillo extrajo el amuleto que le entrego aquella anciana en el puerto.
    - Y se supone que tu debías protegerme, ¡Ha! Porquería – lo arrojo hacia atrás mientras intentaba secar sus ojos.
    - ¡Auchh!- una voz se escucho tras él, provocando que se girara inmediatamente para quedar frente a una anciana delgada con la ropa rota y acompañada por un gran chancho.
    - ¿Quién es usted? - pregunto poniéndose a la defensiva
    - Jovencito maleducado, debería pedir disculpas primero.
    - Y ¿por qué? - pregunto de mal genio
    La anciana le enseño el amuleto de colmillos y refregó su cabeza como si con ello respondiera
    ¡Fhe!, No le pedí que se parara detrás, usted es la única culpable, además por que debería disculparme. Esta es mi propiedad.- respondió con altanería.
    - Eres testarudo y orgulloso- río la anciana. – Y cuéntame muchacho testarudo ¿ Por qué estabas llorando?
    - No, estaba llorando.
    - ¿A no? - la anciana estaba frente a, él levantó su mano y dirigió unos de sus dedos a la cara del joven de donde quito una gota salada.
    El joven la miro contrariado se limpio con fuerza los ojos.
    - ¡No!- grito.
    La anciana sonrío y se quedo viendo una rato sus ojos dorados.
    - Entonces muchacho ¿por qué no estabas llorando?- Inuyasha esquivo la mirada
    - No le importa, en lugar de eso dígame que hace usted en mi propiedad.
    - Bella y yo venimos de ver en cuando a beber un poco de agua del lago, este lugar es hermoso - dijo señalando al animal quien hizo un par de ruidos como el hocico como si asintiera.
    - Y ¿donde vive?- la anciana señalo a un punto en cualquier lugar sin ser muy especifica- Es extraño, nunca he sabido de una construcción cercana a esta, hace cuanto que vive aquí.
    - Demasiados años, a veces creo que toda la vida.- sonrío
    Inuyasha intento recordar si en algún momento había visto alguna construcción, pero no recordaba nada, medito durante un rato y luego penso en Kagome.
    No podía perder tiempo en esas cosas, le hizo una seña con la mano a modo de despedida y camino de regreso.
    - Oye, estas olvidando tus Acopios
    Se giro extrañado, la vieja mujer le extendió el amuleto de piezas en forma colmillos. Continuo su paso sin darle importancia a esa cosa inútil.
    - ¡Muchacho demonio! - grito la anciana al ver que el no hacia caso
    - ¿Cómo me llamó? - Inuyasha la encaro, esta vieja lo había llamado igual que la adivina.
    - Estas semillas son muy importantes no debes perderlas.
    - ¿Semillas? ¿De que habla? - la anciana tomo uno de sus brazos y puso en su mano el collar – no quiero esta porquería, son solo un estorbo- levanto el brazo dispuesto a arrojarlas al lago
    - Arrójalas si quieres, pero son curativas- en ese momento el joven detuvo su acción.
    - ¿Curativas?
    La anciana asintió, - Mi madre decía que una infusión de esas semillas podía levantar a los muertos.
    - Es mentira- miro el collar en su mano y negó con la cabeza.
    - Piensa lo que quieras testarudo-
    - Y ¿cómo se prepara?- pregunto esta vez muy interesado pero la anciana ya no estaba frente a, él.
    Miro en todas direcciones pero no pudo ver a la mujer ni al cerdo en ningún lugar.
    - ¡Anciana! - grito pero solo escucho al viento que movía el pasto alrededor- Anciana como lo preparo- grito nuevamente
    Puso la mano en el picaporte para entrar cuando – "muélelo y hiérvelo"- fue la respuesta que le trajo el viento, no pudo evitar que una corriente de aire frío se colara por su espalda, provocándole escalofríos.
    Los colmillos como él los llamaba no lo eran, la anciana tenia razón era alguna clase de semilla, quito una del collar y comenzó a molerla, hasta que quedo hecha polvo.
    Kagome no había respondido de ninguna manera en varias horas, miro la infusión y luego penso – Que demonios, que más puede pasar.
    Acerco el té a la muchacha e intento que lo tomara, le costo mas de tres intentos pero finalmente consiguió que bebiera un poco sin devolverlo.
    Continuo poniéndole paños un tiempo mas, pero la fiebre no parecía querer ceder, los cambiaba una y otra vez. Estaba cansado, no había comido casi nada, su aspecto era deplorable sus ojos se cerraban. Meneaba la cabeza intentando despejarse hasta que no pudo mas y se quedo dormido sentado en la silla y algo recostado en la cama.
    La noche estaba muy fría, los truenos se dejaron escuchar anunciaban la lluvia, fue lo que lo despertó. Abrió lentamente los ojos la casa estaba en penumbras se levanto de su incomoda posición, estiro sus extremidades, se dirigió donde la pequeña mesa tomo una vela la puso en un candelabro y la encendió.
    Estaba demasiado frío, Miro por la ventana la lluvia era demasiado fuerte, se maldijo por no haber recogido leña durante la tarde.
    Camino donde Kagome puso su mano en la frente para sentir su temperatura y para su sorpresa estaba fría, puso ambas manos en su rostro hasta su cuello la destapo un poco y efectivamente fiebre había bajado.
    Sonrío, en verdad la semilla debía funcionar, apresuro el paso hasta donde estaba la preparación sirvió un poco en una taza y se la acerco a la joven. Esta vez bebió un poco sin problemas la recostó y arropo nuevamente.
    Se preparo un café una vieja cobija que encontró en un baúl se la puso alrededor del cuerpo y se sentó nuevamente junto a la cama, hacia mucho frío pero no le importaba mientras ella estuviera bien.
    Alrededor de las dos de la madrugada el sueño amenazaba con llevárselo otra vez, se levanto para evitar dormirse se acerco a la joven y beso su frente continuaba fría pero ahora que él había entrado un poco en calor se percato que estaba demasiado fría.
    El sueño se le quito de inmediato, la cobija que tenia en sus hombros se deslizo por sus hombros, encendió otra vela la acerco a la cama y pudo verla con claridad.
    Su rostro estaba pálido tanto que sus venas eran casi visibles, sus labios amoratados, palideció aun más que la muchacha quito las mantas y pego su oído en el corazón de Kagome.
    Intento tranquilizarse, para poder oír mejor aun esos horribles sonidos que hacia horas atrás su pecho lo abrían tranquilizado, pero no lograba oír nada.
    - No, no, ella esta bien, esta bien- repitió, quedo recostado sobre el cuerpo de la muchacha evitando caer en la desesperación intentado clamar su corazón y finalmente pudo escucharlo.
    Ella estaba viva, pero estaba demasiado fría, se paro y puso sobre ella todas las mantas y cobijas que encontró en su camino pero no parecía afectarle en nada aun continuaba con la misma palidez.
    Miro la chimenea, eso era, debía prenderla – leña, necesito leña- abrió la puerta pero afuera aun llovía copiosamente, todo debía estar mas que mojado.
    Miro a todos lados buscando que quemar corrió donde los baúles y encontró un par de libro le arranco todas las hojas e intento encender la chimenea pero la llama era demasiado débil.
    - Te..ng..o fri..o- se giro a la cama para escuchar a Kagome finalmente quejarse, debía de estar algo aplastada por el peso de las mantas que había puesto sobre ella pero aun se quejaba.
    No lo penso dos veces rompió las dos sillas de madera y encendió la chimenea. Volvió a la muchacha quien aun se quejaba por el frío incluso sus dientes parecían castañas. Pero no entendía por que si él estaba hirviendo el lugar estaba caliente ahora.
    Toco la frente de Kagome, aun estaba muy fría, que más podía hacer.
    Penso un par de segundos y lo único que se le ocurrió fue, quitarse la camisa y recostarse junto a ella cubriendo su cuerpo con el suyo en un abrazo.
    La sintió tiritar a su lado. – Vamos pequeña resiste- dijo al tiempo en que intentaba acercarla mas a su cuerpo casi fundiéndose con el suyo- Padre nuestro que estas en los cielos- enredo sus piernas con las suyas y comenzó a rezar, cedía su vida a Dios a cambio de la vida de Kagome- santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad- cuando llego a esa parte rogó por que su voluntad no fuera llevársela. Rogó para que hubiera un mañana para Kagome, un mañana para los dos.
    La lluvia finalmente cedió, las nubes negras que había cubierto el cielo durante la noche le dieron paso al glorioso sol, que cubrió todo con su calor.
    Los rayos que se filtraban por la ventana, finalmente lo despertaron. Su cuerpo estaba demasiado caliente y las mantas sobre él ejercían un gran peso. Aun cono los ojos cerrados aprisiono mas contra su cuerpo el cuerpo de la joven, pero este se sentía curiosamente demasiado "blando", abrió los ojos para ver que entre sus brazos no había nada mas que una almohada.
    Quito todas las mantas de golpe, la cama estaba vacía, su corazón comenzó a golpear con fuerza en su pecho – "No pudo haber desaparecido o ¿sí?".....- penso, se bajo de la cama de un salto- Kagome- grito, penso en ir afuera pero sintió un ruido detrás proveniente del baño.
    Kagome estaba parada allí, con los cabellos algo desordenado descalza, llevo una de sus manos a la boca para cubrir un bostezo. Entonces lo vio allí parado frente a ella. Le sonrío – Buenos días, Inuyasha ¿Dónde.........? - la pregunta murió en sus labios cuando el Ojidorado puso sus bazos alrededor de su cuerpo atrapándola en un abrazo – Que ocurre... – fue otra pregunta que no tuvo respuesta.
    Inuyasha permanecía fuertemente sujeto a ella, rogando por que este no fuera un sueño. Supo que no cuando ella cerro sus brazos alrededor de él, devolviéndole el abrazo.

    &&&&&&&&&&&&&&&&&&&
    - Responda, Usted tiene que saber ¿donde esta?- Sango estaba nuevamente exasperada.
    - Lo siento querida pero, no se en donde esta- respondió tranquilamente.
    - ¡Mentira!- Grito- es su hijo, seguramente usted también lo esta encubriendo – No se por que abría de extrañarme si Usted engendró a esa alimaña.
    - ¡Sango! - interrumpió Miroku- Por favor mide tus palabras, el señor Taisho no...
    - Él Gran señor Taisho no es mas que un mentiroso
    Miroku se quedo de piedra quiso reprender a Sango pero Inu Taisho se lo impidió.
    - Escucha querida- puso su mano en el hombro de la joven- entiendo tu preocupación estoy igual de preocupado por Kagome.
    - ¡Ha!- fue lo que dijo cuando se sacudió el brazo de Inu Taisho como si le quemara la piel – Usted nunca podría entenderme, su hijo se llevo a mi hermana casi agonizante, quizás ella - se callo cuando las lagrimas amenazaron con surcar su rostro, al pensar en la posibilidad que Kagome ya no perteneciera a este mundo- Usted no tiene idea de lo que siento, solo esta aquí sin hacer nada para encontrarlos.- El padre del Ojidorado lo miro con expresión triste- guarde su compasión para cuando encuentre a ese bastarlo, por que ese será su ultimo día con vida.
    Sango salió de la lujosa habitación del hotel golpeando la puerta fuertemente.
    Miroku se disculpo débilmente y salió tras la muchacha.

    En ese momento Hakudoshi entro a la habitación.
    - ¿Ocurrió algo? Tío
    Inu Taisho meneo la cabeza – ¿Averiguaste algo?
    - No, envíe sus datos a todos los puertos y jefaturas de la región, pero aun no hay nada- Inu Taisho se giro a la ventana y suspiro – No se para que hace esto, esta visto que mi primo ah perdido la razón, quizás lo mejor seria de un vez ocuparme de la transportadora.
    Inu Taisho no respondió nada y Hakudoshi salió de allí dando un portazo.
    - Te encontrare dijo una vez fuera, te encontrare y le demostrare a mi tío que no eres mas que un maldito demente que no puede hacerse cargo ni de sí mismo.- Con ese pensamiento abandonó el pasillo, Inuyasha no lo sabia pero le había dado todas las armas para quitarlo finalmente de su camino.

    &&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
    La brisa mecía su cabello, observaba risueña su reflejo en el lago. Tres días habían pasado desde su mejoría, Inuyasha le había contado muchas cosas de los pasados días, eso le había ayudado para finalmente tomar una decisión. Dejaría libre a Inuyasha, ya había abusado demasiado de su bondad.
    Se giro para verlo venir corriendo de uno de los extremos del lago cargando varios peces que dejo caer cerca de sus pies.
    - Buen Día Kagome, ¿cómo estas?- ella sonrío
    - Muy bien, además- suspiro llenando sus pulmones del aire fresco y puro.- además este lugar, es maravilloso.
    - Que bueno que te parece si desayunamos- dijo recogiendo los peces del suelo- No se como preparar una sopa, pero puedo asar peces ¿qué opinas?- pregunto sonriente.
    La muchacha asintió pero, cuando el se dispuso a buscar las cosas para asar los peces, ella lo
    Detuvo.
    - ¿Qué ocurre?, ¿Te sientes mal?, ¿Que te duele?- dijo tomándola de los hombros e inspeccionándola levemente.
    Recorrió su rostro minuciosamente desde sus hermosos cabellos pasando por sus sonrosadas mejillas, sus apetitosos labios y maravillosa piel. Comenzó a menear la cabeza para alejar esas ideas que se formaban en su cabeza, intentando volver a su objetivo principal, averiguar sobre su salud. Se la veía realmente bien, muy bien, se quedo observándola incontables minutos hasta que la voz de Kagome lo trajo de sus pensamientos.

    - Inuyasha tenemos que hablar- dijo y él sintió de pronto un vacío en lo profundo de su estomago, como si su cuerpo le dijera que lo que debía decirle no era nada bueno.

    &&&&&&&&&&
    - Señor Taisho, ya llegaron las persona que esperaba- le hizo señas para que lo dejara pasar
    El empleado del hotel dejo pasar a los dos sujetos que esperaban fuera de la habitación.
    No entendía como un hombre tan refinado podría juntarse con gente de esa calaña. Si hasta matones parecían.
    &&&&&&&&&&&&&&&&&&&
    - ¡Por qué!- Inuyasha elevo la voz desesperado.
    - Creo que, será lo mejor.
    - Lo mejor, lo mejor ¿para quién?- pregunto empezando a enfurecer- para tu hermana, para tu tía, tu padre o quizás lo mejor para esos pretendientes que tiene por ahí- finalizo herido.

    - Eso es absurdo Inuyasha, agradezco todo lo que hiciste por mí, pero...
    - Es por lo que dije de tu madre, ya te pedí perdón muchas veces, fui un estúpido pero no me dejes...
    Kagome se acerco y acaricio con sus manos el rostro de Inuyasha logrando que se calmara.
    - No es eso, Inuyasha yo te quiero con todo mi corazón pero mi presencia lo único que te trajo es un sin numero de problemas- el Ojidorado negó con la cabeza pero- No, eres muy bueno y creo que ya es hecho demasiado por mí- se alejo unos pasos, provocando que un terrible frío interno se apoderara del muchacho, como si de pronto el sol hubiera dejado de existir- Estoy segura que encontraras a alguien que haga de ti, alguien dichoso- la joven se giro y camino rumbo a la casa dejando a Inuyasha de pie junto al lago sin saber como debía reaccionar.
    - Es lo mejor, es lo mejor- repetía Kagome intentando contener las lagrimas, no podía ser egoísta ella amaba a Inuyasha pero no podía condenarlo a vivir a su lado solo por que él había prometido cuidarla- Es lo mejor- repitió secándose las lagrimas y entrando a la casa para preparar sus cosas.
    Se quedo allí parado sin saber que más hacer, a su mente llegaron todos los recuerdos de los pasados días junto con las palabras que había dicho Kagome, "Debemos separarnos" Es lo mejor" "Te quiero con todo mi corazón" "encontraras a alguien que haga de ti, alguien dichoso" esas palabras fueron las que le llegaron a lo mas profundo, como podía insinuar siquiera la posibilidad de que la olvidara y se fuera con otra, eso era inaceptable por que aunque le costo mucho aceptarlo, siempre amo a una sola persona, solo a una. Y ahora que era consiente de ello no permitiría que se alejara de su vida, nunca.
    - ¡Nunca!- grito
    Kagome se exalto y dejo caer el vestido que estaba doblando, Inuyasha había entrado de improviso dando un grito. Se repuso luego de unos instantes y se giro.
    - ¿De que hablas? - pregunto
    - Nunca té iras de mi lado, no puedes estamos casados- agrego como si eso fuera el gran impedimento para la separación.
    - Inuyasha, ya hemos hablado de esto, es lo mej......
    - No te atrevas a decir que es lo mejor, por que no creo que sea nada bueno para ninguno de los dos, tu me quieres y si nos separamos sufrirás.
    Ahí estaba otra vez, no quería causar la lastima de Inuyasha y obligarlo así a permanecer a su lado, suspiro cansada y hablo.
    - No hay marcha atrás Inuyasha, esto esta decidido me voy por mi lado y tu sigues el tuyo
    - ¡Te dije que no!- fue a uno de los baúles donde extrajo las sortijas que debían adornar sus manos y las puso sobre la mesa- estamos casados hasta que la muerte nos separe-
    - Sabes bien que eso no tiene importancia Inuyasha, nuestro matrimonio- estaba mirándolo a los ojos pero desvío la mirada- nuestro matrimonio no fue consumado y cuando el medico del pueblo lo certifique eso será todo.- se quedo callada sin mirarlo un buen tiempo.
    - Eso tiene solución- musito Inuyasha al tiempo en que acorto la distancia entre el y Kagome. La sujeto de los hombros y poso sus labios sobre los de la muchacha sin darle tiempo a protestar.
    Sus labios se movían impetuosos sobre su boca incitándola a que la abriera y dar paso a una caricia mas profunda, la empujo lentamente hasta chocar con el borde de la cama.
    Ella intento soltarse pero solo provoco que la sujeta mas fuerte, abandonando sus labios para recorrer su cuello con sus besos. Intento empujarlo pero cada vez que él le daba un nuevo beso o caricia perdía el sentido de la realidad.
    Cuando recobro la conciencia Inuyasha ya se encontraba sobre ella en la cama moviéndose provocándola para lo besara con el mismo ímpetu.
    Esa presión y el peso del cuerpo la llevo inconscientemente a un terrible recuerdo de una situación similar con la misma persona. La vez que había intentado someterla contra su voluntad. Ese pensamiento la aterro, haciendo uso de todas sus fuerzas logro que él, se levantara y ambos quedaran sentados frente a frente observándose agitados.
    - ¿Que pasa?- pregunto el Ojidorado, el rostro de ella reflejaba pánico, estaba asustada, ese rostro era el mismo que había visto cuando..... bajo los ojos avergonzado lo único que había hecho desde el momento en que se caso con ella era lastimarla mas que cualquier otra persona, mas que si fuera su peor enemigo. Casi río sarcásticamente al recordar lo que le había dicho Kagome "eres muy bueno y creo que ya haz hecho demasiado por mí" que derecho tenia de pedirle que se quedara con él después de todo lo que había pasado.
    Kagome le vio levantar los ojos completamente desanimado se inclino sobre ella y beso su frente con un cariño.
    - Te quiero tanto que... – sonrío con tristeza- Tienes razón esto será lo mejor- menciono al tiempo en que descendía de la cama, su corazón estaba hecho pedazos.
    La expresión de Inuyasha era desgarradora como si agonizara, penso dejarlo ir pero lo sujeto con fuerza abrazándolo por la espalda.
    - Kagome- solo pudo decir eso cuando ella comenzó a besar su cuello- ¿qué haces?- musito girándose y mirándola a los ojos- No quiero que... – ella puso su dedo índice sobre sus labios casi ordenándole que guardara silencio.

    Though the darkness, I can see your ligth​
    A través de la oscuridad, Puedo ver tu luz​
    And you always shine, And I can fell you Heart in mine​
    Y siempre brillaras, Y puedo sentir tu corazón en el mío​
    Your face I’ve memorized, I idolize yust you​
    He memorizado tu cara, Simplemente te idolatro​

    Retrocedió sobre la cama se quito los zapatos y extendió su brazo a Inuyasha para que la acompañara. Él dudo pero al ver la sinceridad de su petición, tomo su mano y avanzo a gatas hasta posicionarse sobre ella.
    Ella le sostuvo el rostro y comenzó a besarlo primero la frente, las mejillas, sus ojos estaban tan brillantes acerco sus labios a los suyos y lo incito para que la besara como momentos atrás.
    Abrió la boca para permitir que la lengua de Inuyasha ingresara enredándose con la suya provocando en ambos una sensación extremadamente placentera.
    Las manos de, él comenzaron a recorrer lentamente su cintura presionándola, mas cada vez que profundizaban el beso y las manos de ella aun que muy temblorosas producto de su nerviosismo rozaba su espalda. No sabia de donde había sacado el valor para iniciar algo como esto pero no, se arrepentía. Los besos del Ojidorado la dejaban sin aliento y amenazaban con provocarle un desmayo.

    I look up to, Everything you are​
    Miro hacia todo lo que eres,​
    In my eyes yo do no wrong, I’ve loved you for so long​
    Para mis ojos no eres malo, Te he amado por mucho tiempo​

    Las caricias de Inuyasha hasta el momento habían sido delicadas, recatadas, casi contenidas pero en cuanto escucho el primer gemido de la boca de la joven no pudo evitar pegarse mas a ella y acariciarla con mayor fuerza.
    Arrastraba la ropa con sus dedos con tal fuerza como si quisiera desgarrarla, necesitaba sentir la piel bajo aquel vestido.
    Las caricias de Inuyasha se habían vuelto tan impetuosas, tan poderosas le provocaban una cálida sensación que le quemaba por dentro, sintió como la incorporaba un poco para alcanzar con sus manos el cierre del vestido sintió escalofríos en todo el cuerpo cuando él sin dejar de besarle el cuello abrió el vestido y comenzó a bajarlo dejándola solo con una camisola delgada que usaba debajo.
    Al sentir la calidez de la piel, aun cubierta por esa delicada camisola se sintió arder, - ¿No usas corsé? - pregunto entre gemidos.
    - No trajiste... nin... guno- respondió a duras penas
    - Mucho mejor- dijo al tiempo en que desgarraba por la espalda con relativa facilidad la prenda, acaricio la espalda desnuda provocando mil sensaciones en el cuerpo de la joven y en el suyo también. Sus caricias se volvieron cada vez más ardientes, cada vez mas demandantes – ¿Puedo?- pregunto con las pupilas algo dilatadas, quería saber si ella le permitiría quitar toda la ropa- asintió algo avergonzada y él sonrío seductoramente, penso quitarle el vestido con delicadeza pero cuando lo estaba haciendo sintió como Kagome colaba sus manos por debajo de su camisa provocando un sin numero de sensaciones que lo quemaban en especial en sus partes bajas, ella lentamente lo despojo de su camisa y comenzó a acariciar su espalda. Él en cambio rasgo el vestido convirtiéndolo en solo jirones, observo su cuerpo desnudo unos instantes provocando que Kagome se sonrojara profundamente – "perfecta"- penso, al tiempo en que comenzó a besar su cuello
    And after all said and done, You’re still you​
    Y después de todo esta dicho y hecho, Aun eres tu.​
    After All, You’re still you​
    Después de todo, Aun eres tu.​

    Kagome sentía su cuerpo en llamas, cada vez que él le daba otra caricia otro roce, ella sentía que estaba en medio de una hoguera, provocando algo que jamas en su vida experimento.
    Acariciaba la espalda de Inuyasha sus musculosos brazos intento tomar su rostro para que la besara una vez mas y el acepto se movió a sus labios besando y acariciando su cara mientras sus manos viajaban hasta sus pechos presionándolos, provocándole una deliciosa agonía. Quería brindarle algo igual de placentero a Inuyasha pero no sabia como hacerlo, solo continuaba acariciando su espalda, sus brazos mientras la besaba, ella deslizo sus dedos por su pecho hasta su abdomen, subiendo y bajando provocando en el muchacho un gemido contenido, al parecer eso le gustaba, continuo haciéndolo cada vez mas rápido mientras Inuyasha se presionaba mas contra ella. Entonces fue cuando sintió una presión mas fuerte cerca de su intimidad, en el punto donde sus cuerpos parecían rozarse más.

    You walk past me, I can feel your pain​
    Caminas detrás de mí, puedo sentir tu dolor.​
    Time changes everything, One truth always stays the same​
    El tiempo cambia todo, una verdad siempre permanecerá igual​
    You’re still you, after All​
    Aun eres tu, Después de todo​
    You’re still you​
    Aun eres tu.​

    Sus ojos brillaron y en ese momento lo supo, ya no seria doncella. Mas que eso sabia que de ahora en adelante sus almas serian una por toda la eternidad.
    I look up to, Every thing you are​
    Miro hacia todo lo que eres​
    In my eyes you do no wrong, And I believe in you​
    Para mis ojos no eres malo, Yo creo en ti​
    La entrega fue apasionada, dulce y sincera, por sobre todas las cosas por que ya no había duda en ninguno de los dos, se amaban y aquello era definitivo.


    Although you never asked me to, I will remember you​
    Aunque nuca me lo haz pedido, te recordare​
    And what life put you through​
    Y lo que la vida puso a través de ti​


    La vio sonreír tímidamente abrazarlo y cerrar los ojos comenzando poco a poco a quedarse dormida.
    Inuyasha quiso en ese momento reconciliarse con dios pedirle perdón y agradecerle por la vida nueva que le había brindado junto a esa joven mujer, su Kagome. Suya mas ahora que nunca antes.
    - Te amo- dijo sujeto a su cintura aprisionándola en su pecho
    And in this cruel and lonely worl, I found one love​
    Y en este cruel y solitario mundo, He encontrado un amor.​
    You’re still you, After all​
    Aun eres tu, Después de todo​
    You’re Still you​
    Aun eres tu.​

    - Te amo- repitió
    &&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
    - Están seguros que podrán hacerlo- el joven parado en frente sonrío de forma arrogante y le hizo una seña a su compañero apoyado en la ventana.
    - Somos profesionales señor Taisho- le extendió un saco con monedas de oro que abrió y luego sonriente le arrojo a su compañero- en un par de días tendrá a su querido primo por aquí, trataremos de no maltratarlo mucho.
    - ¡Ja!- se acomodo en el sillón y giro con él- no me importa como este, solo tráiganlo- los hombres saludaron y cuando salían por la puerta Hakudoshi le llamo- Si la mujer esta con él, no la toquen, entendido- intercambiaron miradas y sonrieron.
    Camino hasta la mesa donde descansaban un par de botellas tomo un vaso se sirvió algo de Licor y encendió un puro- Querido primo, a tu salud- levanto su vaso al cielo y luego comenzó a reír como un demente.

    Continuara....................................
    N/A: Hola como están, espero muy bien, antes de mis acostumbradas disculpas por la demora ( mucho trabajo, estudios, cumpleaños, etc..) finalmente escribí el lemon, aun que la verdad no tengo idea como me salió, ustedes me dirán. La canción que utilice se llama "You’re Still You" de Josh Gorban, cambie un montón de veces de canción, esa fue la que más me gusto y la ultima que escuche. Pense que seria más sencillo escribirlo pero me resulto complicado. Espero que a pesar de todo lo encuentren de su agrado y si por algún motivo no les gusto pues díganme y veré como puedo corregirlo.
    Desde ya muchas gracias a todos por continuar leyendo en especial un gran cariño para mis niñas de cemzoo por la paciencia, no se porque siempre tengo problemas con esta cuenta y casi nunca puedo actualizar a tiempo, mis disculpas chicas, con respecto al lemon esta recortado pero les dejo las direcciones donde esta completo el capitulo.
    La pagina del foro Sgteam
    A Quien Tu Me Recuerdas (inuyasha Y Kagome) - Foro de SGTeam
    o también en la pagina de fanfiction.net
    A quién tú me recuerdas, an Inuyasha fanfic - FanFiction.Net
    Si tiene algún problema o cualquier cuestión me avisan a mi correo, mil gracias hasta pronto
    Deborasagitario14@hotmail.com
    Cualquier duda, comentario, manifestación en contra de que vuelva a escribir un lemon, corrección, amenaza u/o felicitación, ya saben que hacer...
    Muchas gracias por leer y comentar mi fic. Especialmente a:
    Inu-Kagome15 (excelente resumen en verdad) Yesslin Kalitz Cullen, Merlina (gracias y perdón la demora en serio que merezco un buen castigo por la tardanza)
    Yic@ Mil perdones, es serio tarde mucho espero te halla gustado el capitulo)
    Finalmente a todos aquellos que me halla olvidado nombrar alguna vez.
    MUCHAS GRACIAS Y BESOS A TODOS.
    Debora Anabel
     
  2.  
    Chrisst

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    Re: A quien me recuerdas

    ola!!!
    jejejej gusto el resumen? pues aqui va otro, pero bueno a lo que venia...
    Hayyyyyyy que bien que estaaaa!!! Inuyasha se llevo a Kagome a donde iba antes de pequeño jejeje y El collar era unas semillas curadoras que imaginacion!! y eso que yo me quedo corta en mi fic y por la mañana se despierta y Kagome estaba en el baño como si nada y luego diciendo que era lo mejor,como que lo mejor? si le hace daño a el y a ella misma fuuu y Snago le dio un ataque cuando vio que Kagome no estaba jejeje
    estubomuy bien de verdad me gusto mucho, ya espero impaciente la conti, pero he de ser paciente jejeje
    Hastala proxima conti!!!

    Animo!!!
    Chao!!!Besos!!!
     
  3.  
    machi_ritsuk

    machi_ritsuk Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    14 Octubre 2005
    Mensajes:
    131
    Re: A quien me recuerdas

    wau en verdad te demoraste mucho pero viendo lo que escribiste yo diria que obtuvimos una buena recompensa
    bueno sin mas que decir que en verdad esta genial
    chaito cuidate
    chaito
     
  4.  
    Ghosty Autumn

    Ghosty Autumn Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    11 Marzo 2007
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    164
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    Konnichiwa!!

    ¡Vaya!, me quedé realmente atrasada en comentar. Pero que te digo, ¡Fantástico! (Como siempre).

    En el capítulo anterior sentía que moriría al tratar Inuyasha de esa manera a Kagome =(, y luego la deseperación de él y Sango por el estado de Kagome; me tenías con toda la preocupación del mundo >o<, no leía otra cosa más que estaban desesperados!! xD
    Pero en este capítulo todas las preocupaciones se despejaron. Inuyasha apesar de su fuete carácter es una persona MUY bondadosa, estuvo dispuesto a safrificar su salud por la de su amada, y vaya que ya era hora de aceptar que estuviera enamorada de ella. Y en cuanto a la forma de demostrar su amor a ella: ¡Me dejaste traumada! Sentí escalofríos de solo imaginarmelos =o.o= . Pero estuvo bien hehe.

    Solo que una pequeña cosa, aquí no está permitido poner lemons, por lo que espero que no tengas problemas. Así que mejor avisanos en un tu otra página para que no te regañen ;).

    Y no te preocupes por el tiempo (Bueno solo un poco xD), siempre estaremos dispuestas a esperar otro de tus escritos *-*
    P.D: Ese Hakudoshi me está empezando a hacerme enojar más que Inuyasha xD!!

    Sayonara...
     
  5.  
    Tirabuzones

    Tirabuzones Usuario popular

    Acuario
    Miembro desde:
    30 Diciembre 2006
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    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    Bueno, no escribí antes, lo siento.


    Me encanta, como siempre, menos mal que Kagome se quedó con Inuyasha y menos mal que ya consumaron el matrimonio, ya tardaban XDD
     
  6.  
    Kxito-chan

    Kxito-chan Iniciado

    Aries
    Miembro desde:
    27 Diciembre 2007
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    31
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    me encanta tu fanfic, esta quedando muy guay, espero lo continues pronto, me alegra que Inuyasha y Kagome ya se hayan arreglado.
    Bueno solo espero que lo continues lo antes posible ya que esta buenisimo
    me empizo a despedir, chao cuidate
     
  7.  
    merlina

    merlina Guest

    Re: A quien me recuerdas

    Hola!!!
    Si te mereces un castigo pero yo no te haré nada (las ganas no me faltan), prefiero que sepas que eres una persona malvada ya que me hiciste sufrir mucho :(.
    En cuanto al lemon...¡¡me encanto!!, aunque aqui lo cortaste bastante, igual lo lei completo asi que no me complico la exitencia.
    En cuanto a los errores vi muy pocos, una que otra coma y se olvidaban algun guión de diálogo. Creo que has mejorado bastante en cuanto a comas y puntuación, mi única queja es que nuevamente se te olvido separar las estrofas con un enter.
    Pero me encanto este capitulo, en sí hace ya tiempo que no leia un lemon bueno eso si un de las partes que más me gusto fue lo que ocurrio con el viejito árabe, cuendo le pregunto la hora a Miroku xdxd me reí mucho con eso.
    En fin, no seas tan malvada en el próximo capitulo con Inuyasha y Kagome por que estoy segura que algo tramas con esos dos matones que contrato Hakudoshi. Trata de no demorar demaciado en actualizar y cuídate mucho.
    bye.
     
  8.  
    Bitme

    Bitme Usuario popular

    Géminis
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    19 Junio 2007
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    762
    Pluma de
    Escritora
    Re: A quien me recuerdas

    ahhhhh
    no te preocupessss!!!
    que la espera valio la penaa ! ToT
    estuvo muy lida la contii!!!
    y espero que pongas
    la otra prontoooo

    que lendooo
    kagome se curoo!
    y.. y..
    bueno...
    ya sabenn!!
    ... con inu -///-

    q hara el maldito perro del primo de inuuu ¬¬#
    como lo odio

    kiss kiss

    CONTY PRONTOO
     
  9.  
    LëT@

    LëT@ Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    22 Enero 2007
    Mensajes:
    59
    Re: A quien me recuerdas

    Hola wapa!!!
    Que tal todo? Hacia muxo q no comentaba, perdon... es q e estado unos meses con muxa faena y no he podido ir comentando, pero cuando podia iba leyendo.
    El fic esta muy bien, espero q lo continues pronto porque lo has dejado en una parte muy interesante, ok?

    Xitus y hasta pronto!!!
     
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