Saint Seiya Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por AMMU TEIKOKU YUDAINA, 5 Noviembre 2025 a las 1:02 PM.

Cargando...
  1.  
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    3213
    Una hermosa dinámica que se llevo acabo gracia a la participan de la Familia Terrón de azúcar.

    Aquí encontraran varias parejas del universo de Saint Seiya, bastante yaoi y amor, como toques de lemon.

    Sí desean descubrir mas, cada día pasen por aquí y encontraran un nuevo capitulo, shipp y una temática loquillosa como buena por catorce días.

    Los personajes le pertenecen a Masami Kurumada

    --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Entre la oscuridad del escenario, detrás del telón del espectáculo, se pueden escuchar palabras de muchas personas.

    Destacando entre ellos los nervios, la soberbia, miles de alegrías, como ansiedad y extremo temor a fallar.

    En el aire se puede notar que todos van a cumplir un sueño en específico, ya sea por mera diversión o deseos incontenibles de triunfar en algo que adoran.

    La voz del presentado anuncia que la competencia ha iniciado, y con eso una verdadera batalla se de paso.

    Esto aumenta los nervios en todas aquellas parejas que están esperando su momento de brillar.

    Se escuchan los nombres de los primeros competidores, ambos se notan orgullosos, con una enorme confianza en su ser, mientras dedican una mirada déspota a los demás.

    El telón se abre, para que las lámparas los bañen en una luz amarilla y blanca, y entre aplausos, todos callan sus halagos para que el son de aquella pieza se escuche; y con esto, claramente ellos inician su danza a un ritmo sumamente sincronizado como bello.

    Y así comienza aquella competencia.

    Todos atrás, se encuentran entre confiados y nerviosos, creyendo tener una oportunidad para ganar y otros pensando en tirar la toalla de una vez.

    Sobre todo… Alguien en particular se muestra ciertamente desinteresado en el ambiente del lugar, pero su compañero posee un estado de ánimo contrario al suyo.

    Mordiéndose las uñas de las manos y con algo de sudor en las mismas, se acerca al de cabellera aguamarina, frunciendo el ceño en señal de angustia.

    -Cubito… ¿Me recuerdas por que hacemos esto?- Pregunta con un tono desconfiado e incómodo, por el traje de dos piezas que debe usar para su baile.

    Un suspiro deja escapar el contrario, cerrando sus ojos y girándose hacia el pelicerúleo.

    -Por qué alguien rompió el jarrón chino de porcelana que el viejo maestro le regalo al patriarca, y era su tesoro más preciado- Lo fulmina con la mirada, mostrándose también incomodó por la ropa que porta, fingiendo ser una joven mujer con ese vestido entallado para que sus movimientos se marquen bien al bailar, pero a la vez tenga libertad.

    -Ay…- Aquello desde luego le cae como un balde de agua fría encima -Pero fue un accidente- Baja su mirada avergonzado, ya que de solo recordar cómo se metió e involucrado al Acuariano en este embrollo le da mucha pena.

    Gira sus ojos, con los brazos cruzados denotando molestia, pero resignación a la vez -¿Cómo se te pudo ocurrir ir hasta el salón Patriarcal para ponerte a jugar con ese palo de hockey?- Sus palabras van cargadas de cierto resentimiento, como ira, y una mirada fulminante.

    Sin duda el caballero de Escorpio se siente tan pequeño ante la furia de su compañero, y más al sentir el frío rodeándolo, que obviamente está siendo controlado para no congelar todo el lugar y a las demás personas.

    -Es que… Fue una pequeña apuesta…- Habla con los nervios de punta, intentando no mirar hacia los ojos violetas que lo desean matar -Death y Kanon… Me… Me… Dijeron… Que… Sí lo hacía… Me darían… Cuarenta y cinco euros…- Baja su mirada juntando sus dedos índices y haciendo un pequeño puchero… -Y con ese dinero… Quería invitarte a cenar a Rodorio… Esta noche- Su tristeza es evidente al sentirse culpable por haber metido a su adorado cubito en este desastre y más al no haber podido obtener el dinero para la cena que planeaba.

    Aquellas palabras claro que conmovían el frio corazón del mago de hielo y agua, pero por intentar mantener su postura siempre estoica, sonrió levemente, ruborizándose y a la vez tratando de evitar ser mirado por el contrario, pues ese hombre y sus tonterías dulces son su mayor debilidad.

    -Aun así… Romper el objeto más preciado del patriarca, meterá a todo el santuario en problemas- Refuta aquella ternura, con un disgusto más y su ceño fruncido.

    -No quería romperlo…- Baja su mirada, sintiéndose mal por el tema –Pero… Sí vemos el lado positivo…- Cambiar su semblante abruptamente a una pequeña sonrisa –Vamos a poder arreglarlo- La calma parece querer instalarse en el ambiente -Es una suerte que Aldebarán encontrará otro por Internet con envió inmediato hasta Grecia- Pensativo para analizar sus siguientes palabras -Aunque es una imitación nos funcionará. No creo que lo note nadie, ¿Cierto, cubito?- Intenta que el otro siga la conversación para olvidar el asunto.

    Pero claramente Camus esta en otro plan -Y aún así cuesta ochenta Euros, y en total son cien con envío de veinticuatro horas- Frunce el ceño y avergonzado por seguir acomodándose los tirantes del vestido. Para su mala suerte tenían que ser tan delgados, que le quedan algo flojos -Mmmh… Se están bajando mucho…- Se nota su incomodidad por este inconveniente.

    Claro que eso no va a pasar desapercibido para el Escorpión dorado, y como si todo fuera anticipado, saca del bolsillo de su pantalón un pequeño estuche de costura -Que bueno que Afrodita me dio esto- Muestra el objeto y lo abre, evidenciando los elementos de costura que posee -Por sí llegara existir alguna emergencia- Sonriente, toma el hilo color turquesa y la aguja aun no enhebrada.

    Sus ojos se posan en estos objetos, deja escapar un suspiro para asentir y colocarse de espaldas a Milo, alzándose el cabello -¿Sabes lo que haces?- Esta algo preocupado por esto, pero no tiene de otra.

    -Solo meto el hilo en la aguja, hago nudo y lo enredo en el vestido con la aguja, y tendré todo el cuidado del mundo para no lastimarte, mi cubito hermoso- Asiente confiando -Lo tengo- Su sonrisa muestra determinación, pero sus acciones demuestran algo de confusión.

    Se resigna sin duda, pidiendo hacia sus adentros no ser picado en la piel por el Escorpio -No entiendo como Afrodita pudo hacer un vestido en tan solo una hora- Se cruza de brazos, mirando hacia el suelo, mientras su pareja de baile y algo más le arregla como puede los tirantes.

    -Sabemos que le gusta mucho la moda, además es muy bueno en la costura- Cuidando de no perforar la piel de su amado, va haciendo un desastre con la aguja e hilo en donde si ajusta los tirante, pero se ve bastante mal hecha aquella compostura –Es genial que cada amigo nuestro, tenga una vialidad especial aparte de combate y cosmos, ¿No crees?- Sonríe delicadamente aunque se encuentre algo tenso al decir aquello, pues en su mente una escena se le muestra y muerde su lengua de inmediato ante esos temas en particular.

    -Cierto, todos tienen habilidades especiales… Como por ejemplo Mu. Él pudo haber reparado el jarrón con su cosmos y tal vez un poco de polvo estelar- Frunce el ceño aunque no sea visto por el pelicerúleo, y su vos desde luego cambia a un pequeño reclamo -Pero alguien tuvo que tirarlo por error desde las escaleras de la sala patriarcal, hasta Piscis y lo dejó medio inconsciente- Camus de nuevo da otro punto y razón por lo cual están en ese lugar.

    -Fue sin querer- Rápidamente se trata de excusar -Entre en pánico y sin quise empujar- Pone su carita más angustiada y a la vez sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda -Además Shaka casi me mata por hacer eso, sino fuera por que Aioria y Shura lo detuvieron, creo que no hubiéramos podido competir- Una risita nerviosa se le escapa a la vez que corta el hilo con sus dientes, indicando que acabo con un tirante y seguirá con el otro -Pero, además… Fue una suerte que Marin nos dijera sobre esta batalla de baile. Así podremos ganar para comprar el jarrón- Un halo de alivio se le presenta en su ser, a la vez que vuelve a sonrojarse y animarse -Y bueno… Hasta nos sobra para ahora si invitarte a cenar como es debido- Sigue con su idea y una sonrisa tranquila, como sí ahora no se diera cuenta de la magnitud del problema en que están metidos todos los dorados.

    -Primero acabemos con esto y…- Se pasar a un semblante serio y enojado, pasa a uno de sorpresa y muy leve dolor, a la vez que un sobresalto -Ay…- Sintió un pinchazo en su espalda, dándose cuenta que su bichito lo pico sin querer.

    -¡¡¡LO SIENTO MUCHO, CUBITO!!!- Se disculpa de inmediato a voz alta, sintiéndose lo peor del mundo y lo deja ver en su cosmos.

    -Este bien- Es lo único que responde tranquilo, mientras trata de superar su incomodad por la situación tan absurda en que están enredados -Como sea… No vamos a dejar que te castiguen- Dice esto en un tono sutil y serio, denotando que su enojo está pasando, y más por ver al otro con un rostro triste y culpable.

    No respondió el octavo dorado, sólo se limitó a asentir y terminar su trabajo.

    Justo en ese momento anuncian la entrada de la pareja que va antes que ellos.

    Cosa que llama la atención del decimoprimer dorado.

    -Milo, pronto va a ser nuestro turno- Alerta esto rápidamente, a la vez que vuelve arreglar su cabello, una coleta alta con dos trenzas de cada lateral de la cabeza para darle una linda apariencia, y a la vez espera cubrir el pésimo arreglo que hizo su pareja.

    Se gira para ver al pelicerúleo a la cara, pero ve de inmediato el semblante lastimero que tiene.

    Cosa que desde luego preocupa al acuariano, y aun así no es capaz de expresarlo por completo -¿Qué ocurre?-

    Guardando lentamente el estuche de emergencia, baja su mirada y suspira melancólicamente -Perdón, mi Camus- Sus ojitos se notan casi aguados, y su rostro se tensa a la vez por la culpa -Siempre te meto en problemas, siempre hago tonterías y ocasionó un desastre, y termino arrastrándote a las consecuencias de mis actos- Esta realmente contrariado y arrepentido de sus actos, pues la situación en que se encuentran, el tener que competir en una batalla de baile por un premio económico no es precisamente la definición de diversión para Acuario.

    Pero sus palabras no han terminado aún, ya que mientras sujeta su brazo derecho con la mano izquierda, mira para otro lado -Además… Estoy algo nervioso. Yo no sé bailar nada de música clásica. Y aunque me enseñaste mi cubito… Siento que… Haré un desastre, y te pondré en vergüenza y querrás terminar conmigo y me vas a odiar porque todos se van a reír de nosotros y…- Sin duda los nervios, y el pánico por el baile le están jugando una muy mala pasada.

    Algo bastante rara, por que usualmente es un bicho extrovertido, pero el hecho de hacer pasar el ridículo a su Cubito, es algo que no puede siquiera concebir y más si puede provocar que lo odie.

    El hecho de que Milo piense que ese sea un motivo para que terminen su relación, sin duda provoca un nivel de confusión y sorpresa en Camus. Puede que sea un hombre serio, a veces desinteresado por los demás y sus vidas, pero siempre que se trate de Milo o de Hyoga hace su mayor esfuerzo para entenderlos y calmarlos, mostrándoles que nada de lo que hagan, hará que cambie el hecho de que son sumamente importantes para él, claro que de diferentes maneras.

    Y así pues en un acto de espontaneidad, da unos pasos hacia el frente, tomando el rostro del Escorpión dorado para verlo directamente a los ojos azulados, tiñendo sus mejillas en un bonito sonrojo, y de manera fugaz como discreta, darle un beso en los labios.

    Esto desde luego logra poner como tomate a Milo, en donde deja en claro su felicidad por disfrutar de estos raros pero preciosos momentos en que su Cubito es un poco atrevido, y lo besa guiándose por el fuerte amor que le profesa. Quedándose hasta mudo por este hermoso hecho.

    -Espero que te sirva para que tengas la confianza suficiente- Resta importancia a la preocupación inicial, mientras toma la mano del escorpión dorado, para guiarlo hacia el punto en donde las parejas esperan que el telón se abra de par en par para ellas -Tenemos que dar nuestro mayor esfuerzo, sino queremos que el patriarca nos castigue a todos- Dice esto con una mirada fría cual tempano, y una voz neutra, mas sus mejillas están coloradas por haber besado a su novio de esa manera.

    No pasaba nada por esas demostraciones, en este concurso se especificó que sólo podían participar parejas conformados por un hombre y una mujer. Son reglas anticuadas, pero en cierta forma muchos aun las disfrutan de esta manera. Y pues no iban a perder la oportunidad del primer premio de ciento cincuenta euros y preservar la vida.

    Con la suerte de un beso de su amado cubito, mientras fingen ser una pareja heterosexual, solo por esta competencia, donde Camus sin duda posee una belleza que no le pide nada a la femenina, ocultando bastante bien con el vestido, el cabello y sus preciosos rasgos, su verdadero genero anatómico. Ambos están listos para lo que sigue.

    Milo está orgulloso del hombre que toma su mano, lo ama con todas sus fuerzas, y el saber que le corresponde, que lo ama a pesar de ser un atolondrado que a veces mete a todos en problemas, es la mejor manera de hacerlo entender que está a su lado, y que pase lo que pase estarán juntos en todo momento.

    -Mi amado cubito, ahora estoy seguro de que podremos ganar- Aprieta aquella mano con cierta fuerza, para demostrarle que le ha logrado ayudar a calmar sus inseguridades y nervios, aspirando profundamente y desvaneciendo sus temores, ya que ahora deben tener la confianza necesaria para superar esta curiosa prueba de amor.

    -Continuación la pareja conformada por Milo Bichencio y su pareja la señorita Camus Hielariti-

    Todo debía seguir conforme el plan, y no eran mentiras algunas cosas. Sí son sus verederos nombres, solo que con apellidos inventados.

    -Recuérdame matar a Death Mask por inventarios esos nombres tan ridículos para la inscripción- El noveno dorado está furiosos por esa tontería que hizo el cuarto dorado, pero no tiene de otra.

    -Sí, mi cubito- Sonriente y asiente, dando unos pasos hacia el frente, junto a su pareja para salir detrás del telón. Pero antes unas palabras para la buena suerte -Te amo, Camus-

    Una débil sonrisa se dibujada en el rostro del peliaguamarino al escuchar aquellas dulces palabras.

    Ambos son recibidos con aplausos en el escenario, notan que algunos de sus compañeros están allí presentes para animarlos. Escorpio y Acuario se acomodan para iniciar, mientras de forma discreta y rápida unas palabras salen del corazón del noveno -Te amo mucho… Milo-

    Y dándose de esa forma el deseo de la buena suerte, es como inician su danza clásica para la competencia en que están involucrados, para llevarse el primer premio al santuario, y así reparar el desastre ocasionado.

    Una hora después…

    Lamentablemente no lograron ganar el primer premio, fueron superados por una de las parejas favoritas de la noche, y no eran para nada los presumidos e insolentes que abrieron la competencia.

    Sin embargo no todo estaba perdido aun, Camus y Milo lograron el segundo lugar con la suma de setenta y cinco Euros.

    No era suficiente para pagar el jarrón, pero mínimo ya era menos lo que le faltaba.

    Todos los dorados con expresión de Aioros Y Saga que se encuentran en misión, dieron algo para completar los cien euros, y así poder encargar el jarrón, siendo ayudados por una persona de Rodorio que tiene tarjeta de crédito.

    Sin duda eso los salvara de no recibir la terrible furia del patriarca, ya que nadie quiere ser castigado por él.

    Además, mínimo Camus y Milo pasaron una noche bastante divertida y algo curiosa. Jamás pensaron que algún día Escorpio estuviera con los nervios de punta, y dudando de sí mismo, ni tampoco ver a Camus reaccionar tranquilo por ser el centro de atención.

    Sin duda, para estos dos dorados estar haciendo lo que sea, junto a la persona que más aman, los llenó de una enorme calma y paz para concentrarse en el objetivo, para que el bichito no fuera castigado. Aun así aprendió su lección y no volver a jugar hockey en la sala patriarca. Además de que todos acordaron no volver a hablar del tema, pues si llegara a enterarse el patriarca después, no sería bonito para ninguno.

    Además, ahora Milo le tomó el gusto al baile clásico y Camus disfruta también enseñarle en la privacidad de su templo, hasta que ambos terminan cansados y deciden seguir disfrutando su noche de otra manera, pero eso es un tema para otra ocasión.

    ---Días Después---

    -Oye borreguito-

    -¿Qué pasa Dohko?-

    -¿No notas como que el jarrón que te regale esta raro?- Lo mira meticulosamente, pues si puede ver los patrones de colores diferentes y por extrañó que pareciera, aunque no lo hubiera visto hace tiempo, lo pude recordar bastante bien, pues fue el primer regalo que le hizo a su amado ya siendo pareja.

    -¿Algo raro?- Saca su cara de los pergaminos para alzar la mirar al contrario -¿Cómo que?- Pregunta mientras se levanta del asiento.

    -Pues, los colores… - Se gira un tanto brusco para ver al patriarca, pero el aire que se produce ante un movimiento cercano a un objeto y más llevando ropas sueltas de origen oriental, sin querer golpea el pilar donde está el jarrón y con la misma cae al suelo partiéndose en miles de pedacitos.

    Cosa que desde luego deja con la boca y ojos bien abierto a ambos.

    -Ay no…- Rápidamente el lamentó llega -Lo siento, mi borreguito… Voy a…- Ni tiempo tuvo de decir nada, cuando Shion lo fulmino con la mirada, al ver los pedazos de su amado jarrón.

    -¡¡¡DOHKO DE LIBRA!!! ¡¡¡¿POR QUÉ NO TE FIJASTE?!!!- Ya estando enojado, pues conservaba ese regalo con orgullo, demostrando que era su mayor tesoro por ser dado por la persona que ama.

    -No fue mi intención- Niega rápidamente, tanto con sus palabras, como con su cabeza y manos, dando unos pasos hacia atrás, sintiendo la fura del peliverde tanto en rostro como en cosmos -Puedo conseguir otro. Perdóname… No fue mi intención- Intenta calmar las aguas lo más que puede.

    -¡¡¡NO QUIERO OTRO!!! ¡¡¡YO QUIERO EL MISMO!!!- Hace un puchero, para mirar feo a su castaño, al mismo tiempo que se da media vuelta para irse hacia su escritorio, enojado e ignorando al pobre de Libra.

    Cosa que Dohko desde luego intenta reparar, pero claramente no podrá hacerlo ahora mismo. Sin duda los caballeros de Atena no terminan de salir de un embrolló para meterse a otro.
     
  2. Threadmarks: Capítulo 2 (Noche En El Desierto) [DohIon]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2460
    -No… Puedo creer… Que esto… Nos este pasando a nosotros-

    -Shion, ¿Te sientes bien?-

    -No- Niega lentamente con la cabeza -No lo estoy- Frunce su ceño, jadeando un poco por el ambiente en que se encuentran -Estoy sudando demasiado- Denota en su rostro unas mejillas bastante rojas y sudor en su frente, al igual que el hecho de tener sus ropas civiles todas mojadas por el ardiente calor.

    Su cara de preocupación es evidente, mientras se acerca al de cabellos verdes y muy largos, para sujetar aquella melena lo más alto que pueda por su altura, y a la vez abanicándolo un poco con su mano libre.

    -No estas muy acostumbrado al calor…- Dice esto sin siquiera pensarse que en Grecia la temperatura es bastante alta, pero en donde se encuentran es aún peor -Se supone que si debería- Baja su mirada, bufando por el ardiente calor, a la vez que sigue limpiándose el sudor de su frente -Pero, Lemnos es un lugar con temperaturas terribles- Cierra sus ojos, acompañando esta acción con un jadeo y denotando malestar -Si mal no recuerdo, al ser el único desierto en Grecia, era… Un sitio de exilio y perpetuo castigo- Niega con la cabeza, sintiendo el calor que aún se presenta en el ambiente –Sera mejor descansar un poco Dohko. Al menos hasta que el sol caiga por completo-

    Asiente de inmediato el castaño, el cual intenta ayudar al contrario lo más que pueda. Buscando con la mirada algún tipo de sombra, un montículo de rocas o la vegetación.

    Su preocupación es sumamente evidente, el ver como este clima está afectando al Lemuriano. Se supone que por su cosmos están preparados para enfrentar cualquier situación de este tipo. Pero… Allí está el detalle en este desastre.

    Logran encontrar refugio detrás de unas rocas que tapan bien los últimos potentes rayos de la estrella amarilla.

    El actual Aries se sienta sobre una de esas rocas, apoyando su espalda contra las calientes piedras, lanzando un suspiro cansado.

    -Esto es ridículo… Y demasiado vergonzoso…- Su pena se ve, al igual que el sonrojo en sus mejillas por el calor -Soy un caballero dorado de Atena, y estoy sufriendo un golpe de calor- Un jadeo deja salir mientras baja su mirada y se abanica con sus propias manos.

    Para Libra ver a su compañero de armas y amor secreto en este estado, lo hace desde luego sentir su corazón y mente destrozarse, ya que tiene algo de peso en este problema.

    -Shion…- Lo llama en un susurro, apenas audible.

    -¿Mmh?- Su contestación en esto es breve, pues intenta mantener la calma lo más que pueda por su estado físico.

    Había decidido sentarse sobre la arena, bastante cerca del otro. Alza su mirada esmeralda que denota una tristeza intensa, pues expresa el terrible pesar que tiene en su ser.

    -Lo siento mucho- Su ceño fruncido, mientras se muerde los labios por el malestar del contrario -Todo esto es mi culpa-

    La sorpresa en el Lemuriano se implanta en sus cuarzos, mirando atentamente al chino en donde encuentra ese sentimiento de dolor que tanto odia ver en él.

    Niega con la cabeza, sintiéndose un poco mejor al no estar de pie y sin que el sol le pegue de lleno -Nada de esto es tu culpa, Dohko. Esto es algo que nos afecto a ambos por no ser precavidos- Habla lo más serio que puede al limpiar el sudor de su frente, y cuidando de que la Pandora Box de Aries esté a su diestra, junto a la de Libra.

    -Pero…- Titubea un momento, la culpa lo sigue invadiendo -Nada de eso hubiera pasado, sí es que yo esperaba para a atacar al enemigo como me lo dijiste- Baja su mirada, apretando sus puños, mostrándose colérico, sin manifestar cosmos alguno -Y así… Se habría evitado el que te sentirás mal…- Evidencia su angustia primordial que tiene en nombre de su compañero y mejor amigo.

    Pueden ser solo palabras que el viento se llevan, pero… Son únicas, ya que la persona que quiere tanto se las decida, demostrando que es sumamente importante para Libra, aunque sea como amigos.

    El sonrojo puede ser tanto por el calor del desierto, como por la sensación de calidez en su corazón por la dulzura que Dohko le dedica.

    -Eso… No es tu responsabilidad- Un poco nervioso, componiéndose de a poco de su golpe de calor, para intentar calmar la preocupación del Chino -Yo también fui imprudente- Se señala a si mismo con la mano izquierda extendida hacia su pecho -No me di cuenta que caímos en una trampa, y que… Aunque logramos derrotar al enemigo- Aprieta su mandíbula por la sensación de impotencia que esto le produce –No pudimos evitar que sellaran nuestros cosmos. Y por instinto nos teletrasporte aquí…- Lanza un suspiro, para negar con su cabeza –Todo eso es mi culpa- No puede evitar mostrar la pena por sus acciones.

    -Pero, sino no nos hubieras traído aquí con el poco cosmos que tenías a tu disposición, habríamos terminado peor…- Frunce su ceño conflictuado, mientras abraza sus piernas y mira hacia el suelo -De lo que ya estamos- Lanza un suspiro, sintiendo igual que poco a poco va refrescando el lugar -Nos salvaste, Shion- Una pequeña sonrisa deja en sus labios, para elevar su rostro y toparse con la mirada brillante del Lemuriano, el cual posee una cara de sorpresa, como un teñido rojizo en sus mejillas.

    -No… No fue nada…- Siente pena al ver esas esmeraldas tan luminosas y preocupadas, sin embargo, tampoco quiere dejar de contemplarlas, por que el solo tenerlas delante hacen que su corazón palpite sin poder controlarlo -No iba a dejar que…- Desvía levemente su mirada, pues siente que ya no puede soportar tener a Dohko de frente, sin que el deseo de decirle palabras que juro sellar en su corazón lo envuelva -Te lastimaran…- No puede decir aquello directamente a su compañero, pero… De esta manera, al menos logra sacar un poco de sus sentimientos sin verse evidente, y más por cómo muerde sus labios, bajando sus cuarzos en dirección de la arena.

    Libra queda sorprendido y bastante maravillado.

    ¿Acaso había oído bien?

    Shion, ¿Le está mostrando el mismo nivel de preocupación que tiene por él, y también el mismo semblante…?

    Ambos son evidentes en su sentir, pero ninguno es capaz de decirlo de frente, pero sí de hacer cosas que dejen algo en claro sus sentimientos. Más ninguno es capaz de darse cuenta a tan corta edad.

    Es normal, solo tienen quince años, y aunque sus deseos siguen y crecen desde el primer instante en que se vieron, ninguno ha sido capaz de avanzar más allá de una preocupación evidente, y acciones que demuestran más que mil palabras.

    Por haber visto la preciosa carita del ariano, donde brillan los secretos sentimientos… Dohko, cree que podría tener su momento ideal para confesarse, expresar sus más profundos y valiosos sentimientos

    Decidido, se levanta de la arena que poco a poco se torna fresca, pues el sol ha caído y la luna como las estrellas se van manifestando.

    Si pudiera pedir ser valiente por tan solo un segundo, debería hacerlo justo ahora.

    En este momento, ambos pueden pasar muy bien por dos personas comunes y corrientes, ya que sus cosmos están restringidos y deberán regresará lo antes posible al santuario de Atena para que puedan ser aliviados de este mal.

    Dohko, cree que puede tener su única oportunidad en este momento…

    Estando de pie, esta un poco más alto que el Lemuriano que se encuentra aún sentado.

    Lanza un suspiro, el corazón le late a mil por hora, mientras pasa un poco saliva de los nervios.

    Dándose cuenta que el chico de sus sueños está con la cabeza para el flanco izquierdo un poco elevada.

    No existe duda, eso significa que esta distraído, y podría simplemente atreverse a tomar su mano y no dejarla ir nunca, para gritar con todas sus fuerza un “Te Amo”

    Sus manos tiemblan, su deseo de querer proteger y mantener a salvo al otro es extremadamente enorme, aún tiene una terrible culpa en su ser, pero quiere arreglar este error suyo de cualquier forma.

    Está nervioso, respira hondo para preparar sus palabras y que sean capaces de llegar al otro.

    Pero al estar con sus esmeraldas bien puestas sobre el actual Aries, contemplando su larga cabellera y contorno de su precioso rostro, se cree capaz de todo.

    -Shion… Te a…-

    -¡¡¡DOHKO!!! ¡¡¡MIRA!!!- Su voz resuena en un potente grito, cargado de emoción, como el hecho de que se levanta de aquel asiento de piedra rápidamente, alejándose sin querer del castaño.

    El brazo derecho del Carnero dorado señala al cielo en son de ensoñamiento, guiando así a su compañero de armas a lo que desea mostrarle.

    Libra desde luego siente que de nuevo ha perdido la oportunidad, pero la curiosidad igual le gana.

    -¿Qué sucede?- Pregunta con tono de confusión, pero cuando alza la vista, logra observar lo que impresiona al Ariano -Wow-

    Ambos jóvenes caballeros dorados, quedan por completo prendados por el precioso espectáculo nocturno que contemplan.

    Aquel firmamento azul oscuro en medio del desierto, con la luna de testigo, presencian una hermosa y amplia lluvia de estrellas que se lleva acabo en un lugar tan remoto, como extremo de climas.

    Los dos se quedan maravillados por como aquellos astros surcar el cielo nocturno. Asombrados por el fulgor y la belleza de ese momento que están viviendo.

    Sin duda, este puede ser uno de esos momentos que te enseñan que todo lo malo tiene su lado bueno.

    A pesar de lo que tuvieron que pasar en su misión, saliendo algo mal el resultado, sin cosmos que los ayude a llegar rápido a su hogar o resistir muchas dificultades, están ahora apreciando un evento que al parecer ninguno tenía conocimiento de que sucedería.

    Shion, está asombrado cual niño pequeño por ver las estrellas caer. Se sabe que él posee una habilidad similar referente a esos hermosos puntos de luz, pero verlo de la viva naturaleza es algo que lo emociona y hace pensar que la vida es simplemente hermosa como sencilla.

    Dohko a su vez, se acerca hasta donde está el Ariano, perdido en la belleza brillante del cielo despejado de aquel desierto, maravillado por ver algo tan asombroso.

    Bueno, por ver lo segundo más asombroso en su vida, ya que lo primero está a su lado, admirando las estrellas con esos cuarzos que ha amado desde el primer segundo los vio.

    Podrá mirar atento aquella lluvia de estrellas, pero sus esmeraldas desean más ver la verdadera belleza de este mundo.

    Su corazón no puede dejar de latir ni un solo segundo por Shion, sus manos siguen queriendo buscar las del contrario, para tomarlas aunque fuera un segundo, sentirse tan unido como sea posible a él.

    Un suspiro de nuevo para calmarse, y esta vez, sí atreverse a algo más.

    Aries está muy atento, contemplando aquel fenómeno natural, cuando siente como su mano derecha es sujetada con fuerza por otra. Esto lo saca de sus pensamientos y embobamiento, obligándolo a mirar a quien hace esto.

    Desde luego se imagina que se trata su mejor amigo, pero verlo de perfil, que disimuladamente se ha puesto a ver el cielo, como si fuera una mera casualidad el que sus manos estén unidas.

    Las mejillas del Lemuriano de colorean, su corazón desbocado se evidencia, sus tikas se juntan en un ceño fruncido por el asombro, al igual que el hecho de no saber que decir o hacer. La mano izquierda la aprieta levemente, llevándola hacia su boca como signo de confusión total.

    Sus palabras quieren expresar algo de suma importancia, desean expresar su verdadero sentir también, gracias a esta muestra de valor.

    Sin embargo, no tiene tiempo de hacerlo.

    -Hacia mucho que no veía una lluvia de estrellas- Su voz suena lo más calmada posible, intentando ocultar los enormes nervios de su corazón, dedica una sonrisa hacia el cielo.

    Quiere que sea un momento natural, único, y tranquilo, solo para disfrutarlo y que nada sea incómodo.

    Aquellos cuarzos lo miran atento, parpadeando varias veces, pero entendiendo un poco el significado oculto.

    -La última vez que hubo una lluvia de estrellas en Jamir, fue cuando yo tenía como tres años- Un suspiro sale de sus labios -No recuerdo nada de eso- Confiesa, para seguir la conversación.

    Esto sorprende mucho a Libra, tanto que debía girarse para ver al contrario, por las palabras que le compartió.

    -Entonces, ¿Es tu primera lluvia de estrellas?- Pregunta como si no conociera la reciente respuesta.

    Una risa escapa de aquellos duraznos labios y asiente por la manera ocurrente de ser del otro -Si, es mi primera vez viendo una— Confirma aquello para que de buenas a primeras sus mejillas se ruborizan aun mas, y ahora ser quien deba mirar al cielo para no ser evidente -Y me alegra tanto que sea contigo-

    Una revelación del corazón sintiendo felicidad de que este instante único y especial sea solo compartido con quien robo su amor desde un inicio.

    Ahora sí, Dohko no podría ser más feliz por este momento.

    No sólo Shion ha dejado que sus manos sigan unidas, sino que le ha dicho algo bastante hermoso, que hace que su felicidad como amor solo crezcan.

    -Entonces… Estemos por siempre juntos, para disfrutar de muchas cosas por primera vez- Alza su vista al firmamento, sin dejar de sostener esa delicada mano a su parecer y sonreír, teniendo las mejillas sonrojadas y los nervios de punto por una felicidad que no tiene precedentes.

    Una promesa que se hacen bajo una lluvia de estrellas tomados de las manos, sintiendo que sus vidas están unidas por el sentimiento que crece en ambos.

    Claramente aun no son lo suficientemente fuertes como para declarar lo que sienten abiertamente, sin embargo, sí que lo están dejando bastante implícito.

    Asiente con firmeza, dedicando una sonrisa al cielo, sus palabras salen detrás de un suspiro –Si- Asiente, con las mejillas rojas -Sera una promesa, Dohko- Y con eso, se sella el pacto que acaban de proponerse. En donde prometen que sus experiencias únicas y primeras veces de ahora en adelanté sólo será a lado de la persona que tienen tomada de la mano, en donde no existen deseos de dejar ir a quien aman.

    Al parecer en esta noche desértica, el amor está en el aire, como una preciosa lluvia de estrellas. Pero sobre todo… Aquellas que forman dos constelaciones brillan con un gran fulgor a pesar de no ser de quienes profesan unos hermosos sentimientos en secreto.

    Es como si Sagitario y Géminis fueran los mudos testigos de la felicidad de Aries y Libra.
     
  3. Threadmarks: Capitulo 3 (San Valentín) [AioSa]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2022
    -Mi corazón, ¿Seguro que no estas viendo?-

    -Aioros… Me pusiste una venda desde que salimos y no me has dejado quitármela. Creo que es imposible ver algo ahora- Lanza un pequeño suspiro y una diminuta sonrisa se le escapa -¿A dónde vamos?-

    Estas palabras lo hacen sentirse aliviado, ya que su amado peli azul está cumpliendo la parte del compromiso que le propuso. Por lo cual esta seguro de que todo saldrá bien.

    -Es una sorpresa. Por favor no te quites la venda mi Sagita hermoso- Sus palabras van cargadas de una enorme emoción y alegría, sintiendo el corazón acelerarse a todo lo que da. Pero calmándose lo más posible, pues está noche tan importante tiene un enorme significado para los enamorados.

    Asiente, mientras está sentado en el asiento del copiloto del auto del castaño, con el cinturón puesto bien puesto, y sujetándolo con cierta fuerza con las manos por la cero visibilidad -Esta bien… Aioros- Lanza un leve suspiro algo nervioso -Solo por que confío en ti no me la eh quitado, pero… No me siento muy seguro, y más por el camino-

    Se nota desde luego que el auto se va moviendo algo brusco, pues el camino no está para nada pavimentado, pero es transitable. Con algunas piedras, baches y demás, pero sin duda deben atravesar este paso para llegar a su destino.

    Una risa nerviosa de aporte del castaño sale, estando muy atento al frente -No te preocupes mi corazón, vamos a llegar muy pronto- Aprieta el volante, tragando saliva, sintiendo que el sonrojo en sus mejillas se vuelve fiebre por los nervios que siente en todo su ser.

    El peli azul asiente más tranquilo. Es evidente sentirse algo confuso por cómo va en el auto de su novio, sin embargo va confiando en que nada malo puede ocurrir; ya que podría confiar su vida ciegamente a Aioros, y siempre estará a salvo.

    Esos dos jóvenes hombres, desde una corta edad pasaron por muchas cosas para poder está juntos. El Doncel peli azul tuvo una terrible infancia, llena de maltratos, golpes y humillaciones por parte de su familia. Siempre fue consolado y querido por solo una persona, que gracias a ese ángel castaño de ojos verdes brillantes, el cual le brindo todo su apoyo y ayuda para que lograra encontrará a la familia que de verdad le diera amor y protección a Saga y a su hermano menor.

    Aioros siempre hizo y hará todo lo que está en sus manos para proteger y sacar sonrisas en aquel niño que amo desde que lo conoció en la escuela.

    Llegaron momentos que los hicieron separarse, por los temores de Saga, de que el castaño saliera herido, y aunque sí llego a suceder, eso no impidió que el terco joven siguiera a su lado hasta el día de hoy.

    Ya son nueve años de su relación, tiempo en donde pasaron de todo, pero eso sólo ha fortalecido su relación hasta el día de hoy.

    Han sido tan felices, pues sus vidas tienen amor por montón.

    El auto es detenido.

    -Espera un segundo, mi corazón- Rápido indica al peli azul, para abrir la puerta y bajar, y con la misma hacer lo mismo con la del copiloto.

    Ni tiempo de decir algo tuvo el Doncel, cuando su puerta es abierta y una mano sujeta la suya.

    Está confiado ahora, puede sentir el suelo debajo de sus pies y eso significa que no existiera peligro alguno de nada, aunque nunca lo hubo en sí.

    Se pone de pie, con cuidado de no golpearse la cabeza, aunque Aioros lo tiene todo bien calculado.

    -¿Dónde estamos?- Tiene que preguntar por la incertidumbre.

    Una pequeña risita nerviosa se escapa del joven, pero mantiene la compostura lo mejor posible.

    -Sigue siendo una sorpresa. Solo ten paciencia mi dulce Sagita- Cierra aquella puerta del auto, y con paso cuidadoso, guía a su amado peli azul en medio de aquel sitio.

    -Pero, no estamos en la ciudad. No escucho el sonido de autos, ni de personas, no siento que el camino sea tan duro como el pavimento, y tampoco estamos en un parque- Sin duda el tener los ojos vendados le hace prestar más atención a su alrededor.

    -Es que… Necesito que para esto, tengamos toda la privacidad posible…- Los nervios se le notan, como el sonrojo en sus mejillas y los suspiros que lanza, pero vuelve a controlarse.

    -¿Por qué?- La duda en Saga sigue creciendo.

    Mas el castaño se queda levemente callado, pues el destino ya está adelante.

    Cuidando de que no tropiece el Doncel con alguna piedra, lo coloca de frente hacia donde quiere que vea.

    Mientras él se posiciona detrás, sujetando con delicadeza los brazos contrarios, respirando profundamente, en donde se da valor e inhala el dulce perfume que tiene su amado.

    Ambos están tan elegantemente vestidos, trajes de dos piezas, uno color gris para el castaño y uno negro para el Doncel. Ambos deben están mucho más guapos de lo normal, pues este día es el más especial para todos los enamorados. Y aunque Saga ya le diera su regalo, Aioros tiene una idea muy hermosa como importante para ambos. Ya que este San Valentín lo ha estado esperando para que aquella decisión sea mucho más memorable a su ver.

    Suspira suavemente en el oído contrario, sintiendo la tersa piel de su amado, pues tiene que tomar el valor necesario -A la cuenta de tres, abre tus lindos ojos- Aprovecha para darle un tierno beso en la mejilla derecha.

    Desde luego, esto estremece al contrario, al grado que se ruboriza y siente el corazón latir como loco, mas asiente ante tales indicaciones.

    De forma delicada, suelta el nudo que hizo en aquella cinta roja alrededor de la cabeza del peli azul.

    Al dejar de sentir aquella opresión y que sus ojos no tienen ya ninguna atadura… Escucha atento la voz de su amado novio.

    -Uno… Dos…- Siente que debe tragar salva, pues en el instante que termine, no habrá marcha atrás -Tres-

    Saga como lo entendió, abre sus ojos en ese instante y su mirada se topa con un espectáculo que nunca espero.

    Ante sus ojos color viridian, se reflejan las luces de rojas que bañan el cielo nocturno, y dejan que el sonido de los fuegos artificiales se expanda.

    El cielo nocturno, las estrellas y la luna, son el fondo perfecto para aquella leyenda que se forma.

    Sus ojos lo aprecian con suma atención, y estos mismos se llenan de lágrimas al instante que sigue leyendo aquello sin poder creerlo.

    -¿Quieres… Casarte con… Conmigo?- Lo pronuncia titubeante, como si la pregunta fuera doble, por no poder entender si es verdad o no.

    Deja de sentir en ese momento las manos en sus brazos, y a la vez escucha la voz del castaño llamando su atención.

    -¿Me concederías tal honor?-

    Aquella pregunta resuena en su mente y por inercia se da media vuelta para encontrar a su adorado novio, arrodillado, mirándolo directamente a los ojos y con una cajita de madera hermosamente barnizada con el nombre de su mayor amor gravada, en el interior un cojín de color azul rey y sobre este un anillo de plata sencillo.

    Saga se queda impactado ante esto, a la vez que nota como al alrededor de ellos está formado un corazón con pétalos de rosas de diferentes colores, al igual que hermosas velas adornan aquella colina de donde se puede apreciar toda la ciudad.

    Se cubre de inmediato la boca, sus lágrimas brotan por la felicidad y emoción.

    Siente que sus palabras no salen por el nudo en su garganta, pero sabe muy bien lo que su corazón desea.

    Asiente miles de veces, cerrando sus ojos, mientras se sonroja por la inmensa felicidad –Sí… Sí… Sí…- Lo dice tanto como puede, mientras, sus piernas parecen flaquear por esta preciosa sorpresa que no pensaba que llegaría esta noche.

    Habían hablado muchas veces de ese gran paso, pero… Solo eran conversaciones de vez en cuando. No creía que fuera posible que en este San Valentín, llegara su atrevido arquero a proponerle matrimonio de la manera más dulce e impresionante posible.

    Aioros al escuchar aquella afirmación, sonríe, notando que Saga está demasiado emocionado. Conoce su manera de ser y actuar.

    No puede esperar más, y aunque planeo todo de manera meticulosa hasta el último detalle… Su instinto de protección es mayor.

    Rápidamente se levanta de aquella postura, y de manera audaz abraza a su hermoso peli azul, para evitar que caiga de emoción.

    Sujetándolo fuertemente con un brazo, rodeándolo por la cintura, mientras su mano libre sostiene con firmeza la cajita para que el anillo permanezca en su lugar.

    -Gracias, gracias, mi preciosos Saga. Muchas gracias por aceptar a este atolondrado y torpe caídas locas- Sus lágrimas también se escapan de sus orbes verdes cual bosque.

    -No… No te digas así…- Su voz quebrada, resuena en una negativa, aspirando por la nariz y sintiendo que sus manos tiemblan al rodear a su amado.

    -Sabes que si lo soy…- Sonríe con la más grande felicidad en su rostro, mientras admira la belleza única de su ahora prometido que tiene.

    -Te amo Aioros- Se aferra al cuerpo ajeno… Dejando que sus lágrimas de emoción salgan. Hacia tanto que no lloraba, pero no le molesta que suceda en este día tan especial.

    Escuchar esas palabras por millonésima vez, causan la mejor sensación de todas.

    -Te amo Saga. Te amo tanto que no puedo seguir viviendo sin ti a mi lado- Besa la frente del contrario, para con cuidado separarse un poco de él y de forma fugaz verlo atentamente a los ojos.

    Un beso robado por Saga se hace presente, entre la timidez y el sonrojo…

    Para acto seguido, el castaño sonría y un suspiro de emoción salga de sus labios, mientras coloca ese hermoso y sencillo anillo en el dedo anular de su preciado amor, y decirle unas tiernas palabras al oído.

    -Feliz día de San Valentín. Espero que mi regalo te guste- Con cuidado lo guía, sin dejar de abrazarlo, revela la segunda parte del evento.

    Simplemente, Saga no puede creer que tantas cosas estén pasando en este día de los enamorados.

    -Mi Aioros…- Se conmueve porque en efecto, su amado ha tenido miles de detalles hermosos con él en este día -Pero todo esto…- El ver una manta roja en el suelo, junto a una canasta, y velas encendidas, es sin duda una cena romántica que es solo para ellos.

    -Nada es suficiente para el amor de mi vida. Quiero hacerte tan feliz, como tú lo has hecho para mi toda la vida- Lo rodea de la espalda hacia el pecho… Besando miles de veces esa cabellera azul, mientras lo mima con tanta devoción.

    Sonríe, para sujetar las manos del mayor y bajar la mirada de felicidad, sintiendo como sus lágrimas se controlan -Ya lo haces, mi amor- Se aferra a esos fuertes brazos que lo rodean y asiente con toda la emoción del mundo -Feliz noche de San Valentín. La más perfecta y asombrosa de todas-

    Ambos enamorados se abrazan, sintiendo como sus corazones laten al unísono, mientras el calor entre ambos se eleva.

    Esta noche quedan oficialmente comprometidos, y lo más seguro es que después de la hermosa velada que tienen en esta colina, que mira hacia la ciudad, regresaran a sus hogares, donde Aioros pedirá de una vez la mano de Saga a sus tíos y hermano. Pues preparo todo, con el fin de que sólo, su ahora aprometido no supiera absolutamente nada.

    Por esa razón, tenía todo preparado, claro que recibió bastante ayuda de sus amigos y familia. Todo para que el amor de ambos se selle con una promesa de matrimonio.

    Además que el buen Aioros, fue capaz de pedirles a unos amigos que igual están en pareja, de ocuparse de tomarles miles de fotos a estos dos enamorados en secreto. Así tendrían miles de recuerdos de esta preciosa noche.

    Sin duda Afrodita y Death Mask, le cobrarán doble por la espinada que se dieron en los matorrales.
     
  4. Threadmarks: Capitulo 4 (¿Celos?) [DeathMaskXAfrodita]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    4164
    -Muchas gracias, Death. Prometo devolvértelo pronto-

    -Tsk, no tienes que hacerlo. Solo es un favor sin importancia-

    -No, aún así. Un préstamo es un préstamo. Cuando las cosas vayan mejor, te devolveré cada euro, lo juro-

    -Bah, como quieras Elena-

    Aquel joven de cabellera morada corta, desvía su mirada de rostro desinteresad, mientras la sonriente chica se ve bastante feliz por el favor que él otro le está haciendo.

    Sin embargo, ninguno se da cuenta que son observado sigilosamente por un par de ojos celestes, a igual que unos jades que solo prestando atención por haber sido arrastrado hasta este lugar.

    Ocultos detrás de unos pilares de aquel instituto educacional, solo ven la interacción de los dos ajenos, y claramente a uno no le agrada para nada esto.

    -¿Qué demonios esta haciendo Death Mask con Elena?-

    -No lo sé. ¿Por qué no se lo preguntas?-

    -Ese idiota. Dijo que tenía algo importante que hacer, que por eso regresaría temprano a su casa y que por eso no podía iniciar con nosotros el trabajo grupal hoy- Aprieta sus puños denotando cólera -Y sólo quería platicar con Elena, el infeliz-

    Una ceja levanta el de cabellera verde, entendiendo el por qué de este comportamiento de uno de sus mejores amigos.

    -¿Te molesta mucho el que platique con Elena?- Pregunta como si no conociera la respuesta.

    Esto desde luego hace que el peli celeste se piense las cosas dos veces, y bufa contrariado para dar la espalda a la escena de esos dos buenos amigos -Me molesta que nos mienta para hacer cosas a escondidas. ¿Qué tan difícil es que no diga la verdad?- Alza sus brazos enfatizando su enojo.

    -Afrodita… Esa no es la verdadera razón por la que estas molesto ¿Cierto?- Ante sus ojos, su amigo es un libro abierto.

    Repentinamente es desarmado, solo se gira para ver al otro y con la cara roja por los nervios, pero a la vez de colérica, muestra sus dientes en señal de enojo -¡¡¡CÁLLATE SHURA!!! ¡¡¡NO DIGAS TONTERÍAS!!!- Se enfrenta a los jades -¡¡¡¿A QUIEN LE IMPORTARÍA LO QUE HAGA ESE CANGREJO IDIOTA?!!!- Y como si el tema le fuera tan repelente, prefiere irse y dejar a su amigo con la palabra en la boca, allí parado.

    Shura, muestra un rostro de obviedad, pues sus amigos se podrán engañar a sí mismos, pero no a él.

    -Si no eres sincero, las cosas van a salir muy mal- Solo dice estas palabras, para mirar hacia dónde su otro amigo se encuentra, y se da cuenta que entre esos dos sólo existe una amistad. Lástima que Afrodita piense otra cosa.

    ---Al Día Siguiente---

    -Muchas gracias, Saga-

    -No te preocupes Afrodita. Es un placer ayudar a un estudiante que se esfuerza tanto-

    -Trato de siempre tener las mejores calificaciones, y demostrar que no soy solo una cara bonita, como todos piensan- Cruza sus brazos con un rostro de puchero.

    Esto le da cierta ternura al mayor de cabellera azul, quien le es imposible no acariciarle la cabeza al menor -Ya lo haces. Eres de los mejores promedios en tu grado, y lo mejor es que haz callado la boca de quienes han dicho alguna vez lo contrario- Conociendo del pasado de Afrodita, siempre lo anima a impulsarse a más.

    Avergonzado y levemente sonrojado, baja su mirada y le regala una pequeña sonrisa -Gracias-

    Por fuera de la biblioteca, justamente por la ventana, unos ojos inyectados en furia se posan en esa imagen de los dos jóvenes que se muestran bastante cercanos.

    Aprieta con todas sus fuerzas el muro, claro que no lo va a romper, pero sí que se puede hacer daño en las yemas de los dedos.

    -¿Por qué le hace tan feliz a Afrodita, el que ese tipo le ayude?- El rechinar los dientes, fruncir el ceño y apretar sus puños es como demuestra su enorme cólera.

    -Es un tema complicado y lo sabea. Además Saga siempre le ha ayudado ¿Cuál es el problema de eso ahora?- La mirada cual jade se fija en el peli morado.

    -¿Problema?- Pregunta en forma de sarcasmo -Ninguno. Solo que parece muy desesperado por la atención de ese idiota- Bufa molesto, formando en sus labios una mueca de desagradado total.

    -Es normal. Afrodita a dicho que lo admita mucho, y al ser ambos cercanos por sus familias, lo ve como a un hermano mayor. Y es de los pocos que no se burlan de él por su apariencia y no pone en tela de juicio sus buenas notas- En esto último fulmina al contrario con la mirada.

    -Tsk… Solo son bromas. No debe ser tan sensible- Gira sus ojos con enorme fastidio -Bien, si prefiere pasar el descansó con ese idiota, que comer con sus amigos, que lo haga ¿A nosotros que nos importa?-

    Solo gira sus ojos, ya que se da cuenta que es el mismo drama con ambos -A mi no me molesta, pero al parecer a ti si- Rápidamente le cuestiona.

    -¡¡¡¿QUIÉN DIJO QUE ME MOLESTA?!!!- Agresivo como él mismo, se le encara al peliverde, sumamente enfurecido a mas no poder.

    Sin duda, Shura solo tiene que suspirar, y dar por hecho que tiene dos amigos muy tontos, y ciegos.

    ---Días Después---

    -Muchas gracias, señor Death Mask-

    -Si, si, si, mocoso- Revuelve la cabellera blanca de un niño -Solo recuerda practicar más, y vas a poder hacerlo bien-

    -Es usted genial- Esa mirada de ensoñamiento que presenta el preadolescente de mirada plateada, denota una enorme admiración, como posiblemente algo más por esos sonrojos pocos disimulados.

    -Claro que si- Y para variar el de cabellos morados, se siente bastante orgulloso y creído por esas halagadoras palabras -Soy el mejor líder de club- Se pasa una mano por la cabeza -Pero no por eso seré suave contigo- Señala al menor con el dedo índice y una sonrisa arrogante.

    -Entendido- Asiente, con un enorme entusiasmo y unas mejillas bastantes coloradas.

    Hasta parece chiste, pero de nuevo el peli celeste se encuentra observando esa escena que le causa una sensación que le es sumamente difícil de explicar.

    Aprieta sus dientes, frunce el ceño, pero esta vez se trata de tragar su coraje, pues es demasiado temprano por la mañana.

    -Afrodita, vamos al salón-

    -¿Qué demonios hace Death con ese mocoso de Mei? ¿Acaso no es muy temprano para los planes de club?-

    -Es el miembro más joven del club de ocultismo, y un admirador de Death desde que se conocen. Es normal que se encuentren en las mañanas por concejos o tonterías-

    -No le veo nada de normal- Niega con la cabeza, mientras mira con enojo a los que están más lejos -Yo no tengo a los más jóvenes de mi club tan temprano detrás de mi- Aprieta sus dientes y se muestra un más enojado.

    Este tema ya le esta cansando al peliverde.

    -¿Acaso estas celoso?- Su pregunta se escapa, solo para llegar a los oídos del peli celeste.

    Para que de buenas a primeras se gire con la cara ruborizada, y al estar bastante enfadado lo mire mal -Ni que estuviera loco. Death Mask seria el último por el que sentiría celos- Dicho esto, prefiere irse lejos del lugar, pues aunque las clases estén a poco de iniciar, la sensación rara en su corazón aumenta a cada segundo y no se cree capaz de controlarse.

    Para el amigo de ambos, está más claro que el agua lo que ocurre entre los dos, pero ellos no son capaces de darse cuenta.

    Deja que un suspiro se le escape y ve de reojo como el peli morado se despide del menor y dirige sus pasos al aula donde los tres estudian.

    -Este va hacer un largo día-

    ---Hora De Los Clubes---

    -Pre… Presidente Afrodita- Un niño de cabellera verde llama al mayor.

    -¿Qué ocurre Shun?- Sonriente se acerca a quien lo llamo, con su delantal de jardinería y herramienta en mano.

    -Esto… Es… Para… Usted- Rápidamente le entrega una carta.

    -¿Pará mí?- Le pregunta señalándose a sí mismo, mientras toma la carta entre sus manos.

    -Si…- Estando muy sonrojado y nervioso, baja la mirada, mientras aprieta sus labios -Por favor… Acepte mis sentimientos- Confiesa estando al borde del colapso, entre un temblor, y sus manos vueltas puño.

    Esto provoca que los celestes ojos se abran de par en par, al entender que se trata de una confesión romántica.

    Mientras que de nueva cuenta, los ojos azulados miran aquello con una enorme molestia en su ser, casi queriendo entrar al club de jardinería para mandar a volar a ese atrevido mocoso.

    -¡¡¡¿CÓMO SE ATREVE ESE NIÑO IDIOTA?!!!- Grita sin pensar mucho en su frustración.

    -En primer lugar, ¿Crees que Afrodita lo acepte?- Hasta para Shura esto es bastante sorprendente.

    -Pues no sé- Afila sus ojos casi echando chispas de estos -Pero conociéndolo, y como le encaaanta la atención, querrá tener a alguien babeando por él las veinticuatro horas del día- Rechina sus dientes con fuerza, mientras sus manos se formen en puño.

    Los jades de nuevo miran en señal de negación al contrario y deja escapar un suspiro de desesperación -Si tanto te molesta, deberías decirle que estas celoso, y que te gusta- Ya está algo harto de que sus amigos actúen así de idiotas, siendo ya unos jóvenes en los últimos años de instituto.

    Esto torna la cara del peli morado de color rojo, y sorprendido se gira para ver al otro -No sé de qué estás hablando, cabra-

    -Es obvio que sientes celos ¿Es tan difícil admitirlo?- Sus palabras van desde su corazón, pues le causa cierta preocupación como tristeza que estos dos se comparten así.

    Sus ojos se afilan, frunciendo un poco sus labios, tomando una actitud tan distinta a la cotidiana -No se puede admitir algo que no es verdad- Y así como expreso aquellas palabras, se va en un estado bastante deprimente.

    Por lo cual, su amigo se queda confundido por ese actuar tan repentino.

    Dándose cuenta que las inseguridades de ambos son peligrosas.

    -Ay no…-

    ---Esa Misma Tarde---

    Al fin se habían reunido para trabajar en su proyecto de historia, que deberán entregar en una semana. Apenas están iniciando y deben hacer todo lo mejor y antes posible.

    Empezaron bien, buscando la información necesaria, claro que el ambiente se siente bastante tenso, ya que dos de ellos no hablan en lo más minino. Y quien sí, parece que tiene que intervenir para que estos digan algo o expresen alguna idea.

    Se sienten todos incómodos, y sus miradas se posen en quien les provoca fuertes sentimientos, es evidente que se retiren de eso cuando se pueden ver descubiertos.

    Desearía poder intervenir, pero sabe que es mejor evitar una confrontación.

    Así seguirá el ambiente todo el día, y el de mirada jade lo sabe muy bien.

    Un celular suena, indicando que una notificación ha llegado.

    -Oh, es Saga- Solo menciona este nombre para tomar su teléfono y con esto contestar el mensaje.

    Algo que hizo enojar a uno de los allí presentes.

    -¿Qué pasa? ¿Tu novio no te puede dejar solo ni un minuto?- Una pregunta ácida sale de aquel peli morado… Con una cara bastante decepcionante como maliciosa.

    La mirada celeste se planta en el hablador, dejando su celular de lado sobre la mesa -¿A ti que más te da, sí así lo fuera?- Responde molesto ante esto.

    Un balde de agua fría es arrojado a su ser, pensando que fuera eso posible, ya que duele tanto con solo imaginarlo -Entonces, ¿Qué pasa con Shun? ¿Ese mocoso se te declaro y lo engañas?- Sonríe de lado, con una mirada dolorosa fingiendo burla -No te creía así, Florecita infiel-

    Odia tanto esa palabra, detesta el concepto y todo lo relacionado con la infidelidad, que se levanta de su asiento enfurecido para encarar al otro -¡¡¡¿QUÉ DEMONIOS DICES?!!! ¡¡¡YO NO ESTOY SALIENDO CON NADIE!!! ¡¡¡¿Y COMO SABES LO DE SHUN?!!!-

    Con esto debería enfrentar la verdad, más solo traga saliva -Lo escuché…- Igual se levanta para enfrentarse al doncel -¿Entonces, no aceptaste su carta?- Debe investigar, pues siente algo muy extraño en su ser.

    Por alguna razón, el que él otro le pregunté esto, causa un calorcito en su ser, pero también cólera por haber sido espiado -No, no lo hice- Niega con la cabeza al mismo tiempo que frunce el ceño -¡¡¡¿Y A TI QUÉ TE IMPORTA SÍ LA ACEPTABA O NO?!!!-

    Aprieta sus puños, pues no le puede confesar que siente un horrible sentimiento cuando lo ve con otros -¡¡¡SOLO PREGUNTE!!! ¡¡¡NO TE TIENES QUE ENOJAR!!!-

    -¡¡¡PUES NO PREGUNTES COSAS ESTÚPIDA!!! ¡¡¡YO NO TE ESTOY PREGUNTANDO POR TUS ENCUENTROS CON MEI Y ELENA EN SECRETO!!!- Señala con el dedo índice al otro pegándole justamente en el pecho.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡¿CUÁLES ENCUENTROS?!!!- Indignado, pero a la vez lo mira pícaramente -¡¡¡¿ME HAS ESTADO ESPIANDO?!!!-

    Las mejillas de Afrodita rápido se tiñen de rojo carmesí -¡¡¡NI QUIEN TE QUIERA ESPIAR IMBÉCIL!!!- Desvía su mirada, pues no le gusta estar atrapado en algo que ni él mismo entiende, y menos al verse evidente en unos fuertes sentimientos sumamente abrumadores -¡¡¡YA!!! ¡¡¡ME LARGO DE AQUÍ!!!- Toma sus cosas lo más rápido posible para salir de aquella casa, mientras azota la puerta de aquella habitación.

    -¡¡¡A NO!!! ¡¡¡TÚ NO TE VAS!!!- Toma sus cosas también apresurado, para salir furioso -¡¡¡YO ME LARGO PRIMERO, PARA TENER TODA LA DISTANCIA POSIBLE DE TI!!!- También vuelve a azotar la pobre puerta.

    Quedándose solo y muy desconcertado Shura el cual presencio la discusión, pelea y huida de sus amigos por no ser valientes.

    Un suspiro deja salir, decaído, para negar a la vez con la cabeza -Son unos cobardes-

    Los días pasan, y las cosas parecen aún no ir nada bien.

    La triada parecía separarse de a poco, sólo Shura es el único que le habla a ambos…

    Cada uno preguntaba a su manera por el otro, pero al verse parecían dos extraños que no desean hablar de nada.

    Demasiado obstinado y cobarde de su parte, pero no podían decir nada más, sin sentir que sus palabras y corazón los traicionan.

    Así que de manera errónea, decidieron entonces aceptar que quienes aman, la persona que les ha hecho surgir sentimientos de enojo y dolor, como inseguridades en su ser, debe ser libre.

    Aunque nunca hayan sido nada.

    -¿Aceptarías salir conmigo?-

    -¡¡¡¿QUÉ ESTAS DICIENDO, MOCOSA?!!!-

    -¡¡¡NO SOY NINGUNA MOCOSA!!! ¡¡¡QUIERO SALIR CONTIGO, DEATH MASK!!!- Una joven de cabellos cortos y castaños, mirada bastante fría y seria al contario, aunque un leve sonrojo se le escapa.

    Esto desde luego sorprende al joven, pero también lo incomoda mucho, aunque no puede evitar mostró una leve confianza -Bah, no sabes lo que dices niñita- Solo se burla para referirse a ella y sus sentimientos.

    -¡¡¡CLARO QUE SI!!! ¡¡¡ME GUSTAS Y QUIERO SALIR CONTIGO!!!- Se acerca peligrosamente al otro, invadiendo su espacio, casi como si deseara robarle un beso.

    -¡¡¡OYE, HAZTE PARA ATRÁS!!!- Claro que la aleja de inmediato.

    Pero ella está muy decidida en ser escuchada.

    Ante aquella escena, se creería que están por completo solos, pero no es así… Sin embargo el actuar de parte de alguien está vez, es sumamente diferente.

    Aquellos orbes celestes están muy atentos, pero bajan al darse cuenta que ha perdido.

    Un suspiro deja escapar de sus rosados labios, con el corazón dolido por lo que contempla.

    Aquel que lo acompaña, divisa el dolor en su mejor amigo.

    -¿Afrodita?- Lo llama cuidadosamente.

    -Creo que Death esta ocupado. Será mejor que nos vayamos- Tranquilo es su hablar, pero el tono tiene algo más impreso.

    -No debes seguir callándolo. Afrodita, dile lo que sientes- Ve la tristeza en su amigo, quiere animarlo

    -¿Para qué?- Contesta mientras da unos pasos, alejándose de aquel lugar -Sí yo no siento nada por él- Decide irse rápido, casi corriendo, mientras sus manos en puño se muestran y sus lágrimas caen por el dolor.

    Se acaba de dar cuenta que quien le gusta, y pensó que jamás lograría entender, ya tiene a alguien más… Una persona que le podría seguir el ritmo, y que él ame.

    -Esto no está bien- La angustia en el rostro de Shura se ve evidente, mientras se gira para notar como el peli morado aleja un poco brusco a la joven, y le deja muy en claro que nunca le podrá corresponder, por qué ya tiene a alguien más en su corazón.

    Niega con la cabeza y frunce el ceño -Debes decirle lo que sientes- El peli verde se planta delante del pupitre de Death, aprovechando que solo los dos están en el salón.

    -¿Eh? ¿De qué estas hablando, cabra loca?- Alza su ceja y se pone de pie molesto

    -Death Mask Cáncer- Serio y con los brazos cruzados, dice el nombre completo del contrario.

    Solo siente el sudor frío recorrerle la nuca, pues sabe que con aquellas palabras las cosas pueden ir mal -¿Qué pasa?- Ahora sí esta asustado.

    -Basta de que estén actuando como un par de niños tontos y miedosos- Regaña seriamente al peli morado

    Ante esto la confusión se presenta -¿A qué te refieres?-

    -A qué a ambos se les nota que se tienen un gran cariño, pero ninguno es siquiera capaz de decir algo- Frunce su ceño enojado, con los brazos cruzados -Solo se ponen celosos, enojados y mal cuando están con otras personas- Señala al contrario con una mano que sale del cruce -Se ponen a burlarse, discutir de lo que sucede, pero nunca son capaces de expresar lo que en verdad quieren- Niega con la cabeza, bastante molesto -Son unos estúpidos sin remedio. Pero debes hacer algo ahora mismo, ya que Misty se le va a declarar y, Afrodita esta dispuesto a darle una oportunidad para olvidarte- Le confiesa aquella información secreta, pero ya está desesperado, pues sabe que si eso llagara a pasar sus dos mejores amigos van a sufrir demasiado, y no lo piensa permitir.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!!- Siente como la vida se le va por esa confesión, un balde de agua fría sería menos impactante que esto -¡¡¡¿QUÉ ESTÁS DICIENDO?!!! ¡¡¡ESO NO PUEDE SER VERDAD!!! ¡¡¡ESE IDIOTA NO PUEDE ACERCARSE A AFRODITA, NI MUCHO MENOS SER SU…!!!- Un segundo se queda callado por el terrible miedo de aquella posibilidad -Pareja- La cólera se proyecta en sus orbes, como en sus facciones, siente hervir la sangre, al igual que la desesperación en su cuerpo.

    -Si quieres hacer algo ve rápido al jardín trasero- Mira su celular para denotar la hora exacta -Allí están ahora mismo-

    Su miedo, sus celos, su desesperación y angustia se incrementan de solo pensar que el amor de su vida puede ser robado por su cobardía -No, no… Yo no…- Sale corriendo directamente hacia fuera del salón -¡¡¡NO LO VOY A PERMITIR!!!- Para dirigir sus pasos hacia aquel jardín.

    Ante los ojos color jade, una posible calma y tranquilidad se hace presente como un halo de esperanza, porque sus amigos al fin se lograran entender, al igual que sonríe por que pueden tener una oportunidad de ser felices, pero eso… Ya dependerá de ellos.

    ---Jardín Trasero---

    -¿Quieres ser mi novio?- Hace una pregunta muy importante de manera despreocupada y bastante confiada, ante unos tristes ojos celestes.

    -Si…- Contesta sin darle mayor importancia al asunto, prefiere evitar la mirada del rubio, pues sabe que está mintiendo.

    -Perfecto, de ahora en adelante seremos la pareja con mayor belleza de toda esta insulsa escuela- Se acerca al otro, para sonreírle socarronamente y levemente sonrojado, mientras sujeta el contorno del rostro de Afrodita -¿Lo sellamos con un beso?- Pregunta ante una sonrisa coqueta.

    Como desearía decirle que no, pero su orgullo y el compromiso que acaba de hacer va de por medio.

    Le puede romper el corazón, y ya no existe marcha atrás -Si…-

    Misty sonríe arrogante -Te prometo que será el mejor de toda tu vida- Orgulloso, lo sujeta de la cintura, para dirigirse a esos labios que le habían tentado tanto por ese lábil rosa pálido.

    Afrodita solo cierra sus ojos, esperando ese toque, el cual sería su primera vez, claramente no quería que fuera con él, pero no hay de otra.

    Espera aquel contacto que nunca se dio.

    Pues siente cómo lo sueltan con algo de brusquedad, y un jadeo de enojo inunda sus oídos, tanto es así que lo hace abrir sus orbes con confusión, y más al sentir que le toman la mano con fuerza.

    -¡¡¡NO TE ATREVAS A PONERLE UNA MANO ENCIMA A MI AFRODITA!!!-

    Sus ojos celestes se abren de par en par al ver aquella cabellera morada y corta delante de él -¿Death?-

    Su labio fue partido y la sangre escurre de su boca, se fija en este detalle al sentirlo con su mano y se enfurece por haber sido lastimado -¡¡¡MALDITO DESQUICIADO!!! ¡¡¡¿CÓMO TE ATREVES A GOLPEARME?!!!-

    Sonríe triunfante y lo señala con el dedo índice -Me atrevo por que no voy a permitir que toques a quien amo y a quien haré mi novio justo ahora- Mira hacia el peli celeste y sonríe, mientras se sonroja por la valentía que presenta –Claro, si quieres-

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡¿HABLAS ENSERIO?!!!- Afrodita se sorprende por estas repentinas palabras, mientras su cintura es sujetada con fuerza por Death.

    Lanza un suspiro, ignorando los gritos del rubio caído -Fui demasiado idiota como para darme cuenta que lo que yo sentía al verte con otros eran celos. Malditos celos que me confundían y aterraban- Una sonrisa socarrona inunda su sabios para mirar al Doncel de manera picara -Al igual que tú. Te dieron celos al verme con alguien más ¿No?- Sin duda quiere hacer caer al peli celeste en su juego.

    Afrodita quiere decirle que no es así, desea quedarse con su orgullo en alto, pero… Al mismo tiempo, su corazón quiere avanzar y ser honesto. Infla sus mejillas como un puchero y desvía su mirada -¿Y que sí así fuera?- Ruborizado y molesto por verse evidenciado.

    Su alegría se muestra por el inevitable triunfo, pues ya ha ganado en la vida.

    -Entonces, seamos novios ¿Sí?- La declaración tan poco convencional pero es suficiente para ellos.

    -¿Crees que aceptaré así como así, cuando ya tienes a Erda?- No va a dejar su enojo de lado.

    Niega con la cabeza y lo mira directamente a los ojos -Si te hubieras quedado más tiempo, te hubieras enterado que la rechace y le dije que ya existe alguien mucho más hermoso y perfecto a quien amo- Acariciar esa sonrojada mejilla contemplando la sorpresa en los celestes ojos.

    -¿De verdad?- Tiene que preguntar para asegurarse de que esto sea cierto.

    -Sí, solo quiero estar a lado de ti, mi agresiva y hermosa Florecita- No pide permiso alguno para robarle un beso.

    Afrodita nunca pensó que el primero fuera de esta manera, pero sí la persona que se lo roba.

    Olvidan los gritos de protesta y enojo de Misty. Se debe entender que aquella recién hecha relación se rompe, pues el Doncel al aceptar el beso y disfrutarlo tanto al grado de cerrar sus ojos y enredando sus dedos en los cabellos morados del contrario.

    Sabemos que en muchas ocasiones los celos no son nada buenos y hacen a uno pensar de más, creyendo cosas que no son ciertas, y en otras que causan mucho dolor como confusión.

    A veces ayudan a darse cuenta que sientes y que sienten por ti.

    Y estos dos lo van a disfrutar mucho más de lo que piensan, pues con una aclaración, confesión y beso, se queda registrado que ya son una curiosa y poco convencional pareja.

    También le deben un “Gracias” a su mejor amigo, quien los apoyo y les desea toda la felicidad del mundo, y que ya no le colmen la paciencia.

    A pesar de que Misty está que echa chispas, realmente no les importa.

    Ni siquiera prestan atención a los ojos color violeta que miran la escena, y al parecer le recuerdan a una muy particular, que justamente tiene a los padres de Afrodita como protagonistas.

    -Albafica… La historia se repite. Dejan a quienes darían y harían lo que fuera por ustedes, y prefieren a un imbécil que no sirve de nada- Esos ojos fulminan aquella escena, la cual le recuerda su terrible pasado. Justamente en esos mismos pasillos, estando en el lugar de Misty y los padres de Afrodita en donde él y Death están.

    A veces las viejas heridas del pasado a veces no sanan, y Minos lo sabe muy bien.
     
  5. Threadmarks: Capitulo 5 (Reencarnación) [MinosXAlbafica]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2653
    -Desde hace tiempo, he tenido unas horribles pesadillas-

    -¿De que tratan?-

    -No sé con exactitud en que época sucede… Solo sé que es de un tiempo muy, muy antiguo-

    -¿Qué sucede en ellas?-

    -Sigh… No… No sé si pueda decirlo…-

    -Minos- Su mano se posa suavemente en la espalda ajena, para sonreírle y brindarle su total apoyo –Solo cuéntame, no existe nada en este mundo que pueda hacerme dejar de amarte- Una preciosa sonrisa se refleja en ese hermoso rostro.

    Verlo de esa manera, sonrojado, feliz, algo preocupado, pero atento a sus palabras, provoca que aquel peliblanco, no pueda evitar el admirar ese dulce rostro, y sentir como su corazón se estremece al momento en que miles de imagines extrañas invaden a su mente de golpe.

    Ilustraciones de la cara de su esposo, llena de sangre, dedicándole una expresión de odio y dolor, que no puede resistir y desvía su mirada, mientras frunce el ceño, como el apretar sus dientes y, sentir una desesperación insuperable en su corazón.

    -Eso lo sé. Pero eso no evita que tema tanto el decírtelo, porque… Creo que existió un momento en que sí me odiaste- Sus palabras se contradicen un poco, al mismo tiempo que pasa saliva, y parpadea varias veces para impedir que sus ojos se aguaden.

    Estas acciones provocan que el peli celeste se incorpore un poco de aquel cálido lecho, para ver con mayor atención a quien demuestra una expresión tan dolida y llena de angustia. No entiende come es posible que unas pesadillas logren algo así en su amado esposo.

    -¿De qué hablas?- Ambas manos se posan sobre una de las de aquel hombre, que yacen sobre sus rodillas.

    -Albafica…- Sentir el tibio tacto de quien su corazón añoro siempre tener, como si fuera casi una necesidad permanecer a su lado, y temiera que en cualquier momento alguien se lo arrebatará.

    Sus ojos color violeta se fruncen en son de preocupación, muestra sus dientes desesperado, sus manos se posicionan en puño, para que en un acto repentino, rodee con todas sus fuerzas el cuerpo de aquel joven doncel, aferrándose al camisón blanco que porta.

    -¿Minos?- Esto toma demasiado desprevenido al peli celeste, sin embargo es no le impide abrazar de vuelta a su preocupado esposo, para tranquilizarlo, acariciándole suavemente la espalda cubierta.

    -No entiendo el ¿Por qué? No sé… El ¿Cómo?... Pero…- Muerde sus labios para callarse un instante, en donde aprieta sus ojos para retener las traicioneras lágrimas, aspirando el dulce perfume de rosas que pareciera natural en su amado, al igual que eso le da un terrible presentimiento –Cada que tengo esas pesadillas… Solo puedo ver tu rostro manchado de sangre… Maldiciéndome y odiándome…-

    Aquella revelación sorprende al doncel, el cual abre sus preciosos ojos celestes en son de confusión, sin comprender bien ni una sola palabra, y aun así entendiendo que eso nunca podrá ser su realidad –Pero es solo una pesadilla, sabes que eso nunca llegaría a pasar- Le explica con una dulce voz, mientras le dedicándole suaves caricias a quien ha amado desde hace años.

    -Eso lo puedo comprender cuando despierto. Pero… Cuando estoy en mis sueños…- Cierra sus ojos un instante, los mismos que enmarcan unas ojeras, como si no hubiera tenido un apropiado descanso reparador por semanas.

    Un suspiro lanza en señal de cansancio y entendimiento.

    -Puedo ver cosas terribles…-

    -Solo cuéntame, y te diré que nada de eso es verdad. ¿Sí?- Albafica confía plenamente en que jamás existirá algo que lo haga dudar o dejar de amar a este aristócrata que lo cautivo por completo.

    No está muy convencido, ni confiado en hablar a viva voz sus pesadillas, pero… La insistencia, y preocupación por parte de Albafica, a la vez su enorme necesidad de que en efecto, su amado le diga que eso solo son horribles sueños, productos de posibles miedos, y no una realidad que fue.

    -Ambos… Vestíamos armaduras… La mía… De un color negro, morado… O azul… No sé con certeza- Frunce el ceño -Recuerdo más unas enormes alas que salen de la misma. Yo luzco igual, pero mis ojos, mi rostro, el sentir, el emocionarme por asesinar a personas inocentes, me volvían tan frio y sádico, disfrutaba dañar a los demás…- En su mente, aquello que logra ver, simplemente debía es algo por completo inconcebible, una situación que jamás podría ser verdad.

    El doncel escucha atento a su marido, no se ven a los rostros, pues el peliblanco prefiere seguir abrazándolo, aferrándose para continuar su relato. Albafica guarda silencio, pues sabe que es lo correcto ahora.

    -Yo partencia a un ejército lleno de oscuridad, como maldad… De un Dios griego… ¿Hades…?- Lo menciona en forma de pregunta, pues no está del todo seguro -Y tú… Defendías a una joven mujer, una Diosa. La armadura que llevabas con orgullo, era dorada, representando a alguna constelación, pero tenía algo que ver con rosas- Asiente, abriendo sus ojos, suspirando, y poco a poco incorporarse, para sin dejar de rodear ese cuerpo, y así quedar de frente al peli celeste.

    Sus ojos violetas se cristalizan un poco, pues aquello solo era la introducción a su dolor. En donde iniciaba el mismo infierno.

    -Cuando te vi… Mis palabras te enfurecieron- Frunce el ceño, mirando directamente a las sabanas azules de la cama.

    “-Así que al fin conozco al hermoso caballero de Piscis-“

    “-No te permito que me hables de esa forma-“

    -Me portaba como un verdadero idiota. Atacaba como si tuviera magia- Su rostro muestra la confusión en sus palabras, porque lo que dice no tiene sentido alguno -Hilos salían de mis dedos, podía manipular lo que fuera como marionetas. Te lastimaba, te hería y tú seguías luchando, protegiendo un lugar, protegiendo un pueblo-

    Por aluna razón, Albafica al escuchar todo eso de manera atenta, su expresión cambia de una calmada y preocupación a una de fuerte impresión, como si todo eso lo estuviera también viviendo en su mente en cierta forma.

    -Me atacabas igual, las rosas eran tus mejores aliadas, como el veneno. Tu sangre era un arma mortal, pero… Aun así, no podías detenerme y yo tampoco lo hacía-

    Una mano la aleja de aquel frágil cuerpo, para posar sobre su rostro, justamente al nivel de sus ojos, lanzando un sonoro suspiro.

    “-Podrás romper mis brazos, mis piernas, mi rostro, pero nunca… Podrías detenerme-“

    “-Ja. Eso lo veremos, hermoso-“

    -Odiabas que te dijeran hermoso, que te subestimaran solo por tu belleza… Y más lo hacía, decía ese tipo de cosas para enfurecerte y provocarte…- Tiembla, pues es allí que sus lágrimas se derraman.

    -Pero… Eso… Si es verdad…- En su mente… Tiene recuerdos, de su niñez y adolescencia, en donde detestaba que los demás niños le digieran lo hermoso que es o que la gente lo considerara tan frágil e inútil como para que solo sea un muñeco de aparador, no creían en su fuerza, inteligencia o habilidades, por eso le tenía tanta repelencia a la palabra “Belleza”, ya que venía de esa época.

    Asiente desoladamente –Por eso… No entiendo que significa…- Baja su cabeza, apoyándola en el hombro del contrario –Moriste protegiendo un pueblo cercano a los territorios de aquella Diosa. Pensaba que había sido todo, dejando tu cuerpo en donde te conocí, pero seguiste hasta el final…Me lanzaste unas rosas rojas y bancas, una dio en mi pecho, envenenando mi sangre y a la vez extrayéndola… Me diste muerte primero, pero yo… Provoque tu muerte también y eso…- Sus lágrimas ya no pueden ocultarse y las exterioriza con mayor énfasis, de nuevo aferrándose al doncel, temblando desesperado –No me puedo perdonar, no comprendo que significa esto, pero… Es de lo peor que puedo soñar-

    Mas la confusión sigue creciendo en su mente… Algo extraño, el dolor en su pecho se forma de manera abrumador, pues al escuchar aquello, las imágenes parecen abrirse campo en su mente.

    ¿Cómo es posible con datos que no poseen mayor detalle, pueda armarse algo que creía imposible de imaginar?

    Se vio por unos instantes en aquella época…

    Ver morir a quien ama ahora… Causándole un alivio que no entiende, pero también una amarga tristeza, pues dejaba el mundo en presencia de otros, porque él ya no podía protegerlo.

    Era como si le quitaran la vida, aun sabiendo que su hijo se quedaría solo en este cruel mundo.

    Dolor, tristeza, confusión, desesperación y angustia, es lo que en su ser se remolinea.

    Por alguna razón ambos se sienten con una terrible mezcla de esas emociones, que destruyen de a poco su tranquilidad.

    -A veces, solo sueño ciertas cosas y en otras… Toda la batalla. Puedo escuchar tu dolor, tu preocupación, pero aun así… Aunque deseo despertar, no puedo hacerlo, como tampoco logró detener a mi yo del suyo, que disfruta el hacerte sufrir, pero a la vez…- Niega con la cabeza, frunciendo su ceño –Ese maldito loco, no soy yo, dice estar interesado en quien asesina, pero… ¿Cómo puede alguien hacer eso?-

    Los celestes ojos se clavan en la pared de atrás de su amado, parpadeando varias veces, siente como sus lágrimas caen por sus orbes, sintiendo ese pesar en su ser por una pesadilla que pareciera recordar, pero sin poder entender el porqué de eso.

    -Solo… Fue una pesadilla…- Murmura eso, intentando también conversarse a él mismo como a su peliblanco.

    -Lo sé… Eso lo sé perfectamente, pero… No solo te veo a ti… Si no a otros, personas que conocemos. Tu amigo Shion esta allí y la pequeña sirvienta que se encarga del jardín de rosas que amas- Cierra sus ojos un instante, para abrirlos rápido -Ellos eran tus aliados, a quienes querías proteger de mi- Sin duda cada detalle que revela más dolor le provoca, pensando que esto debe ser una terrible coincidencia de un sueño enfermo.

    -¿Agasha?- Pregunta el nombre de aquella jovencita que le brindo su amistad cuando recién había llegado a esa ciudad.

    -Si…- Asiente, mientras aleja su cabeza del hombro que ha empapado, tomando aquellas delicadas manos entre las suyas –Puedo repetirme las veces que sea, que solo son sueños, pero cada día, pienso que aquello… Puede ser una premonición o… Un recuerdo de un mundo fatídico- Minos deja que sus palabras expresen un poco de su miedo, mientras baja su mirada, y besa esos delicados dedos uno por uno.

    Con eso, la mente de Albafica pareciera tornarse en una fuerte duda, como sí algo le diera sentido a ese hecho, abriendo sus ojos, estremeciéndose como si un balde de agua helada se presentará en todo su ser, estando sentado de rodillas sobre la cama, consolando a su marido -Cómo… Sí fuera un recuerdo de una vida pasada- Deja salir su duda, calmando sus lágrimas, con el corazón latiendo mil por hora, sintiendo un terrible miedo y desesperación.

    -¿Vida pasada?- Su pregunta resuena en aquellas habitación, y es allí que igual siente una extraña sensación -¿Una reencarnación, nuestra?- Es la idea que se le viene al ver la expresión de angustia y miedo que posee el doncel, desesperándolo de golpe –Albafica… ¿Tú crees…?-

    No logra terminar cuando alguien abre la puerta de su habitación. Unos pequeños pacitos y una risa de alegría se hacen presente.

    -¡¡¡PAPIS!!! ¡¡¡PAPIS!!! ¡¡¡DESPIERTEN!!! ¡¡¡HOY ES EL DÍA QUE IREMOS AL ZOOLÓGICO!!!- Sin pedir permiso alguno, y aunque sea pequeño, el niño de cabellos turquesas, con ojos celestes iguales a los de su papá y con el mismo lunar debajo del ojo izquierdo, sube a la cama para abrazar a los dos adultos que siguen en su terrible confusión.

    Pero con la energía y hermosa presencia de su hijo, es como si las nubes negras de aquellas pesadillas y recuerdos de cosas que nunca vivieron en esta vida, se esfumaran de golpe, para abrir sus brazos y recibir a su pequeño niño con tanto, el cual le sonríe a su papá con tanta alegría, mientras mira a su padre con atención.

    -¿Durmieron mucho hoy?- Pregunta, al notarlos aun algo cansados a su ver.

    Minos rápidamente y de manera discreta se limpia los vestigios de sus lágrimas, para sonreírle a su pequeño –Sí, de hecho… Yo fui quien despertó tarde, Afrodita-

    -¿Por eso luces tan cansado, padre?- Ladea su cabecita, mientras se recarga en el pecho del doncel.

    -Sí, un poco- Asiente, ya que su calma esta en ese niño que no necesita saber la verdadera razón por la que han tardado tanto en ir con él.

    -Hoy te despertaste muy temprano, mi pequeño botón de rosas- Albafica besa con dulzura la frente del menor, abrazándolo con cierta fuerza, pues el temor se aleja de a poco y eso lo tranquiliza mucho,

    -Es que quiero ir al zoológico, también al invernadero de la ciudad- Asiente decidido con una bella sonrisa –Por eso me levante muuuuy temprano, para vestirme y arreglarme y dejar todo ordenado- Orgulloso se muestra el niño –También ya le di de comer a mis pececitos-

    -Eso es muy importante, nunca debes olvidar tus responsabilidades- Minos, le sonríe al pequeño, para acariciarle la mejilla y así tratar de olvidar aquellas terribles pesadillas, pues su presenté es otro, y no va a cambiar por nada del mundo esa fortuna.

    Su instinto le indica que debe tranquilizarse, y pensar que eso será olvidado algún día. Por ahora… Solo debe abraza a su familia, darle tanto amor como pueda y hacerlos inmensamente felices, porque de esa forma él también estará bien.

    -¿Qué te gustaría desayunar Afrodita?-

    -No lo sé… Podría ser un pan tostado con leche y chocolate- Sonríe con mayor entusiasmo como todo un niño pequeño, y tiene un gran deseo de comer mucha azúcar.

    La risita de Albafica resuena en la habitación –Bien, eso será-

    Ninguno pudo prevenir el hecho de que son capturados por los fuertes brazos del peliblanco, que con pijama aun puesta, los abraza a ambos con sumo cuidado, y una sonrisa radiante les dedica, al igual que unas bonitas palabras –Los amo tanto-

    Ambos se sorprenden por repentinamente ser abrazados, pero para el niño eso es lo más lindo del mundo –También te queremos mucho padre- Su inocencia no le permite ver más allá de lo que conoce.

    En cambio Albafica, entiende de donde viene esa reacción y con una sonrisa, al igual que un suspiro, rodea con una mano a su esposo –También te amos mucho, mi valiente Minos-

    Las pesadillas, los recuerdos, y vivencias del pasado no son nada ahora para ellos, pues… En esta vida están juntos, se aman y tienen una hermosa familia y eso es lo único que importa.

    Aunque… Sí existen personas que están dispuestas a lo que sea a cambio de un poco de dinero, sin importa que hagan daño a los demás.

    -No funcionó-

    -Claro que sí. Estamos logrando que tengan memorias de su pasado donde se odiaron a muerte-

    -Entonces, solo necesitamos que eso siga creciendo al grado que no lo soporten más-

    -Deberán recordar muy bien lo que en su vida pasada los separo-

    -Ja, ja, ja, perfecto. Nos darán el resto del dinero cuando terminemos el trabajo-

    -Aun no cantes victoria, Kardia. Esto sigue teniendo sus trabas… Mmmh, es como si el destino en esta vida no quisiera ser cambiado-

    -Oh vamos, Degel. Eres el mejor hechicero del mundo. El destino o esas tonterías, no son obstáculo para ti-

    -Gracias por el apoyo. Lo volveré a intentar cuando el sol caiga. No vamos a fracasar en este trabajo que ese tal Manigoldo nos dio-

    -Me gusta cuando tienes el destallo del mal en tus precisos ojos violetas, mi Degelcito-

    -Concentrarte Kardia, necesitaré el corazón de un cerdo para pudrir el de Minos, y así corromperlo por completo, y ya no pueda detener lo que fue en el pasado-
     
  6. Threadmarks: Capitulo 6 (Vampiros) [KardiaXDegel]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2497
    Una habitación a oscuras.

    La noche haciendo acto de presencia.

    La luz de la luna es incapaz de adentrarse entre las cortinas, pero unos muy débiles rayos quieren hacerse presentes.

    Aquel lugar pose un fuerte olor a sexo en el ambiente.

    Ropas regadas en el piso de madera, los espejos se han cubierto.

    Un buen vino, un poco de queso y uvas en un recipiente, que casi habían sido consumidos en su totalidad.

    Una cama distendida, las sabanas desacomodadas, y dos cuerpos que parecían haber tenido una noche muy activa.

    Desnudos, sudados, los jadeos que despiden se pueden considerar por el sexo que se había estado mantenido entre aquellos dos amantes hacen, o personas que no desean mantener un vínculo más allá del placer.

    Se supone que eso último debería significar sus encuentros casuales durante las noches.

    En donde la lujuria reina en su ser, disfrutando del cuerpo ajeno, y perdiéndose entre cada beso, pliegue y deseo carnal.

    Sin embargo… En un punto cruzaron el vínculo de amantes. Siendo necesitados siempre uno por el otro y viceversa. Deseando que no se aleje de su lado aquella persona al salir el sol.

    Esto debía acabar, la muerte de uno pondría fin a este vínculo… Pero ninguno podía hacerlo.

    Jugaron demasiado bien sus cartas, las tácticas de seducción y deseo fueron suficiente para cautivar a su presa, pero fue bastante contraproducente, porque se volvieron débiles ante sus mayores deseos.

    Un cuerpo frio, y uno caliente…

    Un ser radiante de locuras, y otro sensato como reservado.

    Uno vive oculto para salir en la noche, y el otro puede pasearse libre bajo el sol, a la vez que en entre la oscuridad buscar a los seres que debe acabar.

    Pensaron solo divertirse con su objetivo, para que así baje la guardia y puedan acabar con su miserable vida, pero… Llegado a este punto es cadi imposible.

    Donde ambos desnudos, se miran con ferocidad y una plena tristeza…

    Los colmillos del peliverde se han manifestado de forma desesperada, picando y anhelando tanto clavarlos en la cálida piel de aquel peli azul alborotado que lo mira con una hermosa sonrisa, pero una tristeza que no puede parar.

    No quiere atacarlo, no desea hacerlo, pero sus deberes, las obligaciones que deba seguir y la presión de mantener a los suyos a salvo lo están acabando momento a momento.

    Después de haber sido penetrado por ese cazador de su especie… Y haber compartido tantas cosas noches atrás, le era simplemente difícil poder hacerlo.

    Y más que el otro ni siquiera ponía resistencia alguna.

    -¿Por qué…?-

    -¿Por qué…?-

    -¿Por qué no haces… Nada para detenerme?- Sus palabras en un susurro desesperado, al apretar sus labios, y sentir como aquella sangre lo atrae, ese aroma, el deseo de alimentarse de él y matarlo… Es cada vez más grande, al igual que un sentimiento que nunca debió presentarse, y lo derrota a cada segundo.

    Sonríe descaradamente, no es que este confiado en sus habilidades, pero… No deja de lado su actitud arrogante –No quiero lastimarte, Degel- Responde sin pisca alguna de duda en su voz.

    -¿Qué?- Confundido, estando sobre el otro, sus brazos colocados a los laterales de aquella cabellera azul y sus rodillas a los lados de las piernas ajenas. Simplemente no puede entenderlo -¡¡¡ESTÁS LOCO!!! ¡¡¡DEBERÍAS ATACAR!!! ¡¡¡ESTOY A PUNTO DE ASESINARTE!!!- Le grita, para volver a mostrar sus colmillos puntiagudos y sus orbes color violeta que brillan cual luna en su máximo esplendor.

    Es una advertencia que no se le debería dar al enemigo.

    -Entonces, moriré feliz- Ladea su cabeza, sin dejar que sus preciosos ojos azules como la noche pierdan de vista a su amante y atacante.

    Con solo aquellas palabras, es suficiente para que sus ojos desafiantes, que están listos para desgarrar esa piel y succionar hasta la última gota del líquido carmesí, se calmen, a la vez que se abren un poco más, sus pupilas se dilatan por aquella sorpresa.

    Sintiendo como su viejo corazón se contrae por el dolor, uno que jamás había podido sentir, pues sus presas nunca habían representado más que solo noches de sexo salvaje, en donde al final los acababa drenando su vitalidad, para seguir alimentándose hasta el final de los días.

    ¿Por qué este sujeto tenía que ser diferente?

    ¿Por qué duda?

    ¿Por qué siente miedo de perderlo?

    Si incluso, la misma vida se encargaría de separarlos con el pasar de los años.

    No podía simplemente hacer su deber sin que su corazón se lo impida.

    Es allí que niega con su cabeza, tratando de despejar sus dudas y miedos, para solo dejarse guiar por sus salvajes instintos. Tiene el cuello de su víctima descubierto, sin que se oponga, puede hacerlo, con una simple mordida la sangre seria drenada, directo a la yugular, tan profundo como pueda para que se desgarre y beba de él.

    -¡¡¡ERES UN IMBÉCIL!!!- Es el grito que dedica, antes de que su cabeza se incline contra aquel hombre, directamente a su objetivo.

    Esté solo cierra sus ojos, esperando sentir el dolor de ser consumido por el amor de su vida.

    Había caído bajo a su embriagante hechizo de amor, pero no le importaba.

    Sí, se enamoró de un ser de la oscuridad, una asesino sin escrúpulos. Había pasado su vida entera entrenando para lograr acabar con cada uno de ellos, y si bien al principio había hecho ese deber al pie de la letra… Al conocer a este hermoso monstrua, algo lo hizo querer jugar más de la cuenta con él, al grado de ya no poder seguir con el plan inicial.

    Tantas oportunidades para matarlo tuvo, pero ninguna la aprovechó, pues en su mente se engañaba al pensar que el sexo era tan bueno, que lo rehabilitaba tanto el acabar en ese interior.

    Al final se dio cuenta que su débil corazón había caído por completo ante ese peliverde de ojos violetas, que había robado su aliento desde la primera vez que lo vio jadear por el sexo.

    Nada perdonara la sangre que tiene en sus manos, pero… No podía ser él quien lo asesinará, aunque estuviera haciendo un bien mayor a la humanidad.

    Simplemente, quería que Degel siguiera con vida, aunque fuera un monstrua que debía acabar con otros para continuar adelante. Ya no podía ser su verdugo.

    La sorpresa se mantiene en su ser, al no sentir ningún dolor en su cuerpo, ni siquiera que el líquido caliente y vital para los seres humanos se escape de su cuello.

    Abre los ojos con lentitud, sintiendo que en efecto, algo que sí moja su piel… Pero no es lo que esperaba.

    -¿Degel?- Lo llama con un susurro.

    -No puedo… No puedo… No puedo hacerlo…- La voz se desquebraja en un llanto lastimero, mientras su cabeza se posa en el hueco del cuello y hombro izquierdo de su amante.

    Escuchar lo que el peliverde siente, que es incapaz de darle fin a su vida, con el llanto que le dedica, le conmueve saber que están en las mismas condiciones.

    Traicionando sus ideales y deberes, porque no son capaces de acabar con alguien que posiblemente les da algo de felicidad a sus inhóspitas vidas.

    Lo rodea con sus brazos, la mano derecha sujeta la cabeza del vampiro y la izquierda toma posesión de la estrecha cintura.

    El contraste de pieles, el calor en quien yace boca arriba, y el helado toque de quien está sobre él.

    Ninguno puede acabar con la vida del otro, son incapaces de hacerlo.

    Saben muy bien que sí en esa noche no han dado fin a la vida del enemigo… Alguien más lo hará.

    Ambos están amenazados y advertidos.

    Degel, debe asesinar con sus propias manos a Kardia, para que así los vampiros estén seguros de que aquel cazador no podrá seguir acabando con su gente, y de esa manera continuar con su deseo de consumir a la humanidad.

    Pero no puede hacerlo, llego a su límite y sus fuerzas no son suficientes para controlar a su podrido corazón, que no quiere hacer caso a sus maliciosos impulsos.

    Kardia por su parte, tiene el deber por la misma iglesia de matarlos a todos, un inquisidor oculto para asesinar a monstruos de todo tipo, que amenazan la paz y gracia de la humanidad, los devotos a un Dios, que desea proteger a la humanidad.

    Juro que ninguno se le escaparía mientras su corazón siguiera latiendo, cosa que puede ser peligroso, ya que su mal de nacimiento de a poco le cobrara factura hasta hacerse viejo.

    Conoció a Degel, a ese vampiro que sería una de las mejores presas, en un lujoso bar de aquella vieja ciudad Francesas, donde el frio reina la mayor parte del año, por la presencia de estos seres que no tienen remordimiento alguno de sus terribles actos.

    Pensó que sería fácil, verse como un humano insolente y coqueto, pero… Descubrió su fracaso en el primer instante en que se poseyeron.

    No era una presa común y eso le gusto tanto que término enamorándose perdidamente de un monstruo, el monstruo más hermoso que hubiera podido ver en toda su vida mortal.

    Están atrapados, esta será la última noche en donde podrán verse, en donde sus cuerpos se vuelven uno, y sus corazones laten al unísono.

    Después de este instante de cobardía por amor, saben que los contrarios de su ejército no van a descansar hasta darle muerte al enemigo que hizo cambiar a uno de los mejores aliados

    Por esa razón, debían acabarse mutuamente, pero no eran capaces de hacerlo.

    Tampoco el de convertir a uno en inmortal, o hacer que el ser de oscuridad vaya a la luz, no soportarían nada de eso, aunque fuera por amor.

    Tan pocas opciones y ninguna les puede garantizar el ser felices a lado de quien aman.

    Morir era la única solución que podían ver, pero… Ninguno es capaz de aceptar que el otro pierda su existencia.

    Desean que su amado sigua con vida, pero eso significaría que tarde o temprano alguien más los mataría.

    Huir tampoco es opción, los encontrarían en algún punto, o la luz del sol acabaría con uno, como el hecho de que la oscuridad consumirá a quien necesita comida humana para sobrevivir.

    Sus mundos son distintos, sus cuerpos y sus necesidades no se pueden acoplar más allá del deseo carnal y el amor.

    Por eso Degel llora, por esa razón Kardia lo abraza y derrama de manera discreta lágrimas, por eso… Sus últimos besos que se dedican saben a la hiel, a la terrible despedida, al hecho de que después de este momento, jamás volverán a verse.

    Deberán escapar, pero no juntos… Si no por separado.

    Y eso ya es una enorme crueldad para los dos, sin embargo es la única posible y sensata opción que queda.

    -Kardia… Mátame… Por favor… Hazlo…- Le ruega al romper el apasionado beso, en donde el aliento caliente del peli azul lo invade.

    -No lo haré- La respuesta es ronca y lastimera, mientras ve como esas pálidas mejillas contrasten tan hermosamente con los orbes violetas cristalizados que adora –Mejor, tú acábame a mí-

    -¡¡¡JAMÁS LO PODRÍA HACER…!!!- Baja su mirada, apretando sus labios, dejando que el dolor líquido caiga por el contorno de su rostro.

    -Entonces…- Aun existe una última opción, la que no debería nadie tomar, la que no los conducirá a nada bueno, pues sus almas desde el momento en que uno acepto el beso de la muerte como segunda oportunidad se condenó –Acabemos nosotros mismos con nuestras vidas- Esta desesperado, sabe que al final nada mas podrá funcionar, entrega una estaca al peliverde que yace ahora sentado sobre la cama de rodillas, y el peli azul se queda con un cuchillo en la mano.

    -Kardia… Eso…- Ver aquel instrumentó para acabar con los de su especie, en su propia mano… Claro que le da la peor idea, solo debía clavarla en su corazón, pero… No podía resistir que el humano se matara por él.

    -No tengo dudas. Si no puedo estar a tu lado, mi vida no tendrá ningún sentido- Le dice tal cual su terrible pesar, colocando el cuchillo cerca de su cuello, listo para el mismo darse fin.

    Eso estremece al vampiro, que rápidamente impide aquella locura que el peli azul esta por cometer -¡¡¡NO LO HAGAS!!!- No le interesa que sus manos se hieran al tocar aquella hoja afilada, después de todo, esas heridas rápidamente se curaran.

    -Es la única manera para…- Sus ojos se entristecen, al parecer esta perdiendo la cordura que casi nuca ha tenido.

    -¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO LO ES!!!- Responde con firmeza el inmortal, dejando que sus lágrimas caigan sobre aquella cama, mientras arrebata y arroja lejos ese cuchillo de la mano del pali azul, al igual que esa estaca.

    Ambos se miran directamente a los ojos, enfrentando la realidad de sus actos, el pasado, presenté, y el futuro… No existirá para ellos.

    Kardia por primera vez en su vida, no sabe que decir, como si estos actos le hubieran detenido la lengua.

    Y más duele, al ver como Degel sufre, aunque se supone que ellos dejan de sentir cualquier cosa, al volverse un vampiro.

    Entre sus lágrimas, toma las manos del contrario para llevarlas a su rostro, y temblando porque su alrededor y vida se volverán de extrema oscuridad, sonríe para dedicarle la última felicidad de su vida a este cazador –Para poder seguir… Yo necesito saber que estas con vida, al igual que yo sé… Que tú… Quieres que yo siga existiendo- Hace un enorme esfuerzo por no quebrarse, para que su amado lo vea de verdad bien.

    Kardia siente una punzada en su corazón, rompiéndose al ver esa preciosa carita, y escuchar la verdad en palabras entrecortadas…

    No puede soportar más, su llanto se presenta, y abraza de manera desesperada al vampiro…

    Ambos saben que nada puede ayudarlos para seguir juntos, pero al menos esta noche, lo que queda de ella, será solo de ellos… Para amarse un poco más, besarse, mientras sus lágrimas y recuerdos se escapan, como las débiles palabras cliché cuando declaras tu más valioso sentimiento.

    Es cruel y doloroso, pero así será de ahora en adelante y aunque no quieran, deben aceptarlo… A pesar de que allá afuera… Muchos esperan a darle fin al enemigo, si es que ellos no cumplieron su misión…

    Es evidente ver como dos vampiros están vigilando, atentos a que cualquiera salga. Aliados de Degel, preparados para acabar con el humano, aunque… Entienden en cierta forma la situación, pues sus sentimientos también han reinado entre ambos, salvo que ellos sí pueden estar juntos.

    Al fin de cuenta, Julián y Sorrento son seres inmortales, que asesinan juntos para que sus vidas no terminen, pues prometieron seguir amándose y deseándose, hasta que el mundo acabe y desde luego no dejaran que eso pase, mucho menos por la ineptitud de un vampiro enamorado, y cobarde.
     
  7. Threadmarks: Capítulo 7 (Embarazo) [SorrentoXJulian]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2954
    -¿Uhg?- La sorpresa presenté en aquella voz, pero la normalidad vuelve cuando se da cuenta de quién se trata –No tienes que hacer esto-

    -Lo sé, pero quiero hacerlo- La voz tímida, sus manos recorriendo aquellos fuertes hombros, para irles dando un pequeño y relajante masaje –Lo he notado algo tenso últimamente- Baja su mirada, es incapaz de hacerle frente a quien gobierna el mar.

    Un suspiró sale de sus labios, cerrando sus ojos, disfrutando algo de ese tacto delicado en sus hombros que lo van relajando poco a poco –Estas imaginando cosas. Es el estrés normal al que estoy acostumbrado- Revela sin mayor queja aquel hecho, aunque no puede negar que esas manos lo hacen sentir muy bien.

    -Aun así…- No quiere protestar o estar en desacuerdo con aquel joven hombre, pero no puede evitar sentir preocupación por él y su estado –No es sano para usted-

    Niega levemente con la cabeza, dedicando una pequeña risita –Solo estoy embarazado, no enfermo. No debes exagerar- Le contesta sin mayor importancia al asunto, a pesar de que su vientre en efecto ya está algo pronunciado, y se marca muy bien en aquella túnica blanca.

    No contesta nada, solo sigue dedicándole un poco de su atención, y regalándole un poco de calma a ese hombre que ama en secreto, a pesar de que han pasado muchas cosas juntos.

    ---Tiempo Después---

    -Señor Julián, debe tomarse un descanso y comer apropiadamente- Aquel marina de cabellera lila y ojos rosas, lleva entre sus manos una bandeja con algo de sopa, vegetales y un poco de agua. Sus pasos se dirigen firmemente hacia el escritorio de quien se nota debería estar tomando más enserio su condición.

    -Ya comí hace poco, Sorrento- Sin siquiera desviar la mirada de unos documentos, denotando que ha estado más preocupado por su trabajo, que por su propia vida y situación.

    -Pero, mi señor- Su rostro se torna de preocupación al ver cómo, en efecto, sí ha comido algo el emperador del mar o mejor dicho el recipiente de esté, pero solo ha sido medio sándwich y un poco de jugo zarzamoras, que no son muy conveniente a su dieta, por el alto contenido de azúcar.

    -Ya, deja de preocuparte tanto- Resta importancia a su estado, volviendo a tomar una hoja de papel, para leer su contenido, mientras intenta buscar una mejor posición para la espalda, pues le duele un poco, gracias al peso extra que carga en su vientre.

    Portando sus ropas civiles… Cosa que es obvia al estar en la tierra, en la empresa familia del peli azul, deben ocultar por completó el hecho de usar sus escamas. Baja la mirada levemente, pensado en que debía hacer caso, pero a la vez ejercer su cierto derecho a pedirle al otro que debe procurar que su estado de salud sea lo mejor posible, sin importar que pueda ser regañado –No puedo hacerlo- Contesta, para caminar directamente hasta el escritorio de manera firme y decidida.

    -¿Acaso me estas desafiando, Sorrento?- Pregunta de forma preocupada, siguiendo ignorando al otro, pero sorprendiéndose a la vez que nota como aquel hombre de apariencia delicada, mueve algunos de sus importantes documentos, para darle espacio a la comida, y bajando los papeles que lleva en su mano, para que lo vea por completo -¿Cómo te atreves?- Le responde con un tono algo molesto, aunque pasa rápido ese malestar al notar la deliciosa comida casera que este le preparo.

    -Aunque no debería hacerlo. Quiero cuidar de ambos. Y usted… Sabe por qué lo… Deseo hacer- Solo contesta esto, mientras deja todos los platos sobre el escritorio del otro, y a la vez poner unos almohadones en el respaldo de la silla para mayor comodidad del contrario.

    Se supone que debería ser obedecido, no estar obedeciendo palabras de un subordinado, pero claramente Sorrento no es uno común como se podría pensar.

    Un suspiro deja escapar, aceptando su derrota sin mayor protesta, sintiendo agradable el hecho de que su espalda no está siendo torturada, a la vez que nota que el hambre se ha multiplicado. Es necesario tomar un descanso, después de toda la gestación ha ido bien, pero ha sido sin duda gracias a quien es su mano derecha lo ha cuidado con bastante devoción, a pesar de las protestas de otro, lo intenta consentir a su manera.

    ---Unos Días Después---

    -¿Ya tomo las vitaminas?-

    -Sí, ya lo hice-

    -¿Cómo se ha sentido?-

    -Bien, últimamente más cansado de lo normal. Y los pies los siento algo incomodos-

    -En un momento le daré un masaje. Por favor, dígame cualquier malestar que sienta-

    -¿No crees que te estas tomando demasiadas molestias? Es solo un embarazo, no es nada de que preocuparse en si-

    -Mmh… No es solo un embarazo para mí-

    -Sorrento, entiendo bien que te sientes unido a esta criatura, pero no es para que estés actuando de manera sobre exagerada conmigo- Y con estas palabras, sigue sin darle importancia a su condición, y el lazo que une a ambos jóvenes hombres.

    Sus ojos color rosa son cerrados en son de desesperación, no querría escuchar justamente algo como eso… Menos de quien hacía años ama. Pero, lamentablemente es verdad… Su acuerdo es de esa manera, más… No puede aceptarlo por completo. Sus orbes son abiertos de nuevo, para seguir aquella conversación –No puedo evitarlo, mi señor. No quiero que nada malo les pase a ninguno de ustedes…- Su voz es suave y calmada, es imposible para él levantarle la voz al recipiente de Poseidón, y menos a quien lleva a su hijo –Sé perfectamente que debería mantenerme con normalidad y al margen de su estado, pero… También quiero…- Lanza un suspiró triste -Aunque sea un poco, ser parte de su embarazo… Quiero ayudarlo, asegurarme que estén bien, que nada les falte, yo…- Sin poder entenderlo, ni prestar atención… Su instinto se dispara, se acerca al contrario para tomarle de la mano, fruncir el ceño en son de angustia –Aunque no debería estar tomando un papel que usted mismo me ordeno no atribuirme, aunque… Sea verdad… Y firme un contrato que me lo designa y obliga… No puedo evitarlo…- Niega con la cabeza -Lo siento…- Se disculpa, bajando su vista, a la vez que suelta aquella mano, dándose cuenta que por más que ruegue nada cambiara.

    El ahora dueño de las empresas y millones de los Solo, queda algo perplejo por esta actitud de su marina. No puede entender a que viene todo este actuar, se supone que deben mantener esto solo como un mero contrato, algo que ayudará a que el futuro heredero sea asegurado, y de esta forma no tener de por medio un segundo eslabón que pueda ocasionarle problemas a futuro.

    Sorrento es la mejor opción, lo escogió especialmente él, porque sabía que sería alguien que lo podría ayudar con esto de forma efectivo, pero ahora… Cada actuar y manera de cuidarlo de forma excesiva, lo deja en un limbo entre el enfado por ser desafiado, pero a la vez un sentimiento que había preferido mantener lejano de su cabeza se manifiesta por cada detalle del moreno pelilila.

    Algo que lo hace dudar un poco, de que sí esta actitud que prefiere mantener y contrato que tenían de por medio es aun conveniente, pues… Aunque no desea tener como tal a alguien atándolo, tal vez no le molestaría que ese “Alguien” sea su más leal servidor.

    ---Ocho Meses De Gestación---

    La suave melodía de una flauta se ha hace presente, siendo de noche en los territorios del Dios Poseidón.

    Dos personas se encuentran en aquella habitación submarina, uno con ropas ligeras para dormir, pues sus días eran cada vez más pesados, y debía retirarse a descansar más temprano de lo normal, a la vez que su cuerpo se lo exige constantemente, al igual que quien le dedica las notas más tranquilizadoras para calmar a ambos.

    Recostado en la cama, escucha atento aquella música, sus ojos entrecerrados para disfrutar el momento y a la vez para notar a detalle los rasgos de quien ejecuta lo único que logra hacer que él y su bebé puedan conciliar el sueño.

    Por su parte, Sorrento pone total empeño en su manera de tocar la flauta, todo para que Julián Solo, logre tomar un perfecto descanso. Aunque el bebé que aun yace dentro de aquel vientre sea muy activo en las noches, y más en aquellas de luna llena, es su manera tan curiosa de hacerse notar en varias ocasiones, sin duda se nota la conexión con el océano.

    Le agrado tanto descubrir ese hecho, que con solo hacer que las suaves notas se presenten para que el hijo de ambos, producto de una noche en donde estaban de acuerdo en hacer lo necesario para asegurar el futuro de la familia Solo.

    Es casi como sí pudiera reconocer que es él, su padre quien le dedica preciosas melodías para que su calma sea enorme, y aunque se mueva de manera brusca dentro de ese vientre, poco a poco se tranquiliza, para así lograr que su papá concilie el sueño. A Sorrento le alegra tanto saberlo, que su hijo lo reconoce, que sin que se conocerse aún se dé cuenta cuando le dedica sonatas no mortales.

    Claro que no son en sí una pareja; el recipiente del gobernante del mar así lo ha querido, solo por mera conveniencia, pero… Poco a poco mucho de ese pensar parecía ir cambiando, aunque no lo desee admitir en su totalidad.

    Cuando al fin la suave melodía se detuvo, y viendo que el sueño se apodera al fin de su amado. Solo le dedica una reverencia en silencio, indicando así que se retira para no molestarlo y pueda descansar adecuadamente, sin embargo no espero escuchar de aquellos labios lo que siempre deseo.

    -Quédate a dormir con nosotros, esta noche- No es una orden, pareciera más una pequeña petición.

    Desde luego eso tomo desprevenido a Sorrento, su rostro no pudo evitar expresar una gran sorpresa, su boca apenas se abrió, pero no sabía que decir… Y claro que oponerse nunca sería la opción que tomaría en esta situación.

    -Como ordene- Responde de inmediato, sin olvidar una pequeña reverencia. Primero se retira su escama para quedar en ropas civiles, aunque si se sacó el saco de encima y los zapatos, para poder acomodarse en esa cálida cama, que recordaba muy bien, pues fue el lugar donde concibieron aquel pequeño ser que aún no nace.

    No sabe si debe decir o hacer algo o solo dormir. Si puede mirar a quien ama o debe darle la espalda para no incomodarlo. Simplemente está confundido y tenso, aunque el deseo de volver a sentir por solo un segundo ese bonito vientre que lleva al hijo de ambos, es enorme, tanto que se trata de controlar.

    Pero sus pensamientos son olvidados de golpe, cuando siente como la cabeza del emperador del mar se acomoda a su lado, tan cerca de su hombro, y este solo deje escapar un suspiro, acomodándose perfectamente a su izquierda, ya con los ojos cerrados, pues su deseo de dormir ya es enorme, y por alguna razón tener a Sorrento cerca, lo hace sentir sumamente cómodo a pesar de que a veces es abrumad por sus extremos cuidados.

    Por su parte la marina se queda estático un segundo, sus manos no saben si deberían atreverse a rodear el frágil cuerpo del peli azul o quedarse quieto sin siquiera respirar para no molestarlo.

    Pero decidió hacer caso a su instinto, y abrazarlo un poco a él, hasta sentir por completó la calidez de su cuerpo, mientras le entrega el suyo como descanso, y siente por primera vez que de esta forma podrían ser una verdadera familia, una que desea tanto tener solo con él.

    Julián, es sin duda de sueño rápido y pesado, quedándose por completo dormido casi de inmediato, sin pronunciar ni una sola palabra después de acomodarse a su mero gusto. Está demostrando una posibilidad de unión para ambos.

    Aquella mariana piensa que si tan solo por un segundo el contrato es olvidado, y sí le permitirá estar a su lado no solo como su mano derecha, sino como su amante, el padre de su hijo, sería sumamente feliz, no necesitaría nada más, incluso el tener que casarse para permanecer a lado de Julián Solo no era necesario, siempre le seria fiel a su señor y más grande amor.

    Con cuidado se atreve a acariciar ese abultado vientre bastante pronunciado, pues en pocas semanas llegara esa pequeña vida con ellos, y eso lo hace sentir mucho más emocionado, como entusiasmado por lo que se aproxima.

    Cierra sus ojos, por un instante para poder sentir como una enorme felicidad se apodera de él, a la vez que una mezcla de sentimientos lo hacen derramar lágrimas de una emoción imposible de describir –Mi señor… Por favor, deje que este a su lado, quiero estarlo. No importa que condición ponga, solo… Permítame permanecer con ambos, se lo ruego…- Susurra estas palabra de la manera más sincera posible, deseando que todo llegue a los oídos del dormido peli azul y a la vez que su pequeño hijo, quiere que sepa que su padre lo ama tanto, y siempre será así sin importar las circunstancias.

    Sí viera que en los labios de Julián, una peque sonrisa, como un leve sonrojo se haces presentes, entendería que está ganando más que solo una noche de sueño a lado quienes ama.

    ---Días Después---

    -Aaaaah… Pero… ¿Por qué nuestro señor, escogió a Sorrento para estar con él?-

    -Porque él tiene algo que tú no-

    -¡¡¡¿Y QUÉ ES ESO EN ESPECÍFICO?!!!-

    -Algo que solo los hombres tenemos entre las piernas y las mujeres no. Ja, ja, ja, ja-

    -Ay… ¡¡¡CÁLLATE KASA!!!- La joven rubia, esta toda roja de la ira por aquel desagradable comentario.

    -Ja, ja, ja, ¿Para qué preguntabas? Si sabes muy bien, que el recipiente de Poseidón, o sea nuestro señor Julián Solo es un doncel, que necesita a alguien para quedar embarazado- Un hombre de cabellera negra y corta, con piel grisácea y ojo caídos de color amarillo, se burla de la única mujer presenté.

    -Me pude haber sacrificado, para darle todos los hijos que quisiera mi señor- Posa su mano sobre su pecho con orgullo y algo dolida por su mala suerte.

    -Sabes que así no funciona Tetis. Al ser un Doncel el recipiente de nuestro Dios Poseidón, y según las reglas de la familia Solo. Un hombre Doncel debe quedar en cinta, ya que de esa manera se mantiene la pureza de su linaje, si fuera una mujer sería igual, y si no tuviera dicha condición, tal vez si te hubiera tomado como la madre de sus hijos- Habla una marina de cabellera blanca y piel morena oscura, que esta tan tranquilo mientras toma algunos papeles decorativos entre sus manos.

    -Ja, ja, ja. En ese caso, creo que nuestro señor hubiera preferido a una mujer más bonita y de una buena familia, no a un pececito- No puede evitar seguir burlándose de la joven rubia.

    -¡¡¡YA VERÁS!!!- Sin importarle que están preparando algunas cosas en específico, decide dejar de inflar los globos, y perseguir al tipo que sigue recortando unas decoraciones azules, sin que se preocupe por ser perseguido por ella. Pues hace eso para seguir con su burla.

    Las demás marinas no hacen caso a este escándalo, prefieren seguir preparando el evento que se llevará acabo en poco tiempo.

    -¿Alguien ha visto a Kanon?-

    -Creo que fue al santuario de Atena-

    -¿Para qué?-

    -Va a invitar a los caballeros de Atena, por pedido de Sorrento para el el Baby Shower sorpresa de nuestro señor-

    -Mmh… ¿Para qué invitar a esos aburridos?-

    -Porque de esa forma recibirán más regalos. Es un ganar a ganar-

    -Oh, no encuentro fallas en su lógica-

    ---Santuario de Atena---

    -Esta es su invitación, recuerden ser discretos y llevar un buen regalo-

    -Es muy amable de tu parte invitarnos-

    -¿Qué va? Si ustedes me regalaron cosas muy utilices para cuando Aldebarán y yo tuvimos a nuestros gemelos-

    -Solo nos invitas porque llevaremos regalos ¿No?-

    -No se te escapa nada, cabra- Una palmada en la espalda recibe el Español por parte del Dragón Marino –Bueno, debo ir a entregarle su invitación a mi hermano y a su caídas locas, y de paso ver a mis bonitos sobrinitos, adiós- Con una sonrisa y una actitud divertida se aleja de aquellos recién padres primerizos.

    -Aun así, creo que es amable de su parte, y además esto puede ser bastante positivo para los tratados de paz-

    -Sería una descortesía rechaza una invitación, y más tratándose de esta índole-

    -Entonces, vamos comprar un lindo regalo hoy en la tarde- Ya ilusionado por la salida, además de otra idea que se le viene a la mente -El aire fresco le sentara de maravilla a nuestra pequeña cabrita-

    Imposible negarse a cualquier pedido que le haga el León dorado, a quien ama con todo su ser –Esta bien, pero recuerda que no caminarás más de lo necesario. Aun estas convaleciente del parto- Las advertencias nunca están de más entre estos dos.

    -Sí, si- Un abrazo, para salirse con la suya siempre surte efecto –Me encanta que nos cuides mucho. Por eso te amo tanto, Shura- Le dedica un beso a su amado capricornio, y con eso cierra el pacto Aioria demostrando que tiene una manera curiosa de manipular al Español, y aunque se dé cuenta no le molesta, al contrario, le parece bien… Aunque ya tiene pensado que cargar a su León e hija al buscar el regalo, será lo mejor.
     
  8. Threadmarks: Capítulo 8 (Escapistas) [ShuraXAioria]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    4169
    -Que hermoso lugar-

    -Me dijeron que era el mejor de Rodorio-

    -Pues no mintieron. Es muy bonito y… romancito-

    -Eso me alegra mucho. Que te guste y podamos estar…- Lentamente su mano izquierda va tomando la derecha de aquel joven hombre, ambos teniendo las extremidades sobre la mesa, para delicadamente acariciarla y dedicarle una sonrisa, con las mejillas levemente sonrojadas –Al fin, solos-

    Su sonrojo en las mejillas, no puede esperar, con una pequeña sonrisa tímida en sus labios, mientras siente el corazón latir a mil por segundo –Sí, es cierto. Shura, por fin podemos… Hablar sobre- Los nervios lo traiciona, pues debe reformular sus palabras -Bueno… Tener una cita en donde…-

    -¡¡¡HOLA, HERMANITO!!!- El repentino llamado todo alegre por parte de un castaño Griego, bastante sonriente aunque oculta su enojo detrás de una fachada alegre, aunque venita saltada en su frente evidencia su verdadero sentir –Hola, Shura- El tono cambia a uno bastante serio y hasta aterrador.

    -¡¡¡¿AIOROS?!!! ¡¡¡¿QUÉ ESTAS HACIENDO AQUÍ?!!!- La sorpresa invade al menor, tanto que por inercia soltar la mano del Español.

    -Solo vine a probar sí es que la comida de aquí es tan buena como dicen. Ya que mi lindo Saga esta en misión, y quiero llevarlo a nuevos y buenos lugares a su regreso- Una sonrisa que quiere parecer inocente y casual, que desde luego no lo es, su enojo se nota demasiado -¿Y ustedes que hacen aquí?- Como si no conociera la respuesta, de manera evidente sigue en su malévolo plan.

    -Invite a cenar a Aioria- Responde Capricornio con un toque muy fuerte de enojo, pero aún se siente intimidado por Sagitario –Ya que estamos en una cita- No se corta la lengua en decir aquellas palabras, clavándole un poco los jades al contrario.

    La tensión entre ambos se nota, uno celos por que el otro le está robando a su pequeño hermanito, y aunque Sagitario sea su amigo y en cierta forma fue su mentor, no va a dejar que estropeé su tan deseada cita romántica con su novio.

    Sin embargo, lo que menos quiere León dorado es una discusión entre su hermano y su amado Capricornio.

    -¿Así que una cita?- Ladea su cabeza, fingiendo una sonrisa de tranquilidad –Con mi hermanito, y sin que ninguno me digiera nada. Eso no está bien, deben avisarle a alguien por si algo malo llegara a ocurrir, ¿No lo creen?- Su punto de ver, es simplemente de tratar al quinto dorado como sí aun fuera un niño, y a Shura verlo a semejanza de una persona incapaz de proteger a Aiora.

    -Somos adultos, no tenemos que informarte de lo que hagamos o no- El Griego castaño claro sin duda, también habla por que ya se está molestando demasiado.

    Pero al parecer Aioros no entiende indirectas, o si las llegara a entender no hará caso alguno a ellas. De hecho es tanto su atrevimiento y descaro, que se sienta a lado de su hermanito, jalando una silla de una mesa vacía, como sí no le importara arruinar esta mágica velada para los otros dos.

    Lamentablemente para los otros, aunque molestos e incomodos, no son capaces de mandarlo lejos al noveno dorado, pues puede que no haga nada contra su hermanito, pero sí contra capricornio y es lo que se desea evitar de nuevo.

    Solo un suspiro dejan salir al unísono, derrotados por que otra vez esta pasando lo mismo. Aioros llega para arruinarles el momento tan romántico y mágico que tienen, y nunca logran completar su mayor deseo.

    Ya tienen poco más de dos meses saliendo. Se habían declarado su amor en una mañana, antes del entrenamiento de aquel día, donde Capricornio no durmió porque ya no resistía más tiempo lejos de aquel hombre que ama, y el León, igual se la paso en vela, planeando como dedicarle sus más sinceros sentimientos al décimo dorado que adora con todo su corazón, a pesar de todo.

    Los dos recibiendo concejos de diferentes camaradas, y al final entendieron que ellos mismos deben encontrar la manera correcta de hablar de lo que sienten con esa persona especial.

    Justo en ese tiempo, Aioros no estaba en el santuario, había salido de misión en solitario, y bueno fue el momento oportuno para hacerlo sin duda.

    Fue una declaración sencilla, simple, justo al amanecer de un precioso día. Ambos se pueden considerar adultos, que pueden ya hacer lo que deseen. Uno es impulsivo y el otro maduro, pero no por eso, son lo suficientemente valientes como para hacer algunos movimientos propios de una pareja recién formada

    Muchos a veces no son capaces de tomar la mano de su pareja en el primer instantes, otros tienen tanto miedo de hacer algunas cosas, por pensar que van demasiado rápido para decir un “Te amo” y a otros les aterra tanto dar un dulce beso.

    Y justamente ese último punto es el que aqueja a estos dos enamorados.

    Pues, después de su declaración, sí que hubo abrazos, tomadas de manos, momentos lindos en donde hablaron de cómo fue que surgió su amor, recuperaron la confianza perdida, y miles “Te amo” se dedicaron. Sin embargo un beso, es lo que aún les hace falta… Y aunque ya tenga dos meses de relación, casi tres, aún no han podido darlo… Y menos si el hermano mayor del León les interrumpe en todo momento.

    De una manera curiosa, no pudo objetar en la recién formada relación de su hermanito, pero eso no significa que aceptara del todo a Shura.

    Su instinto sobreprotector de hermano mayor y muy celoso surgió de golpe, activándose de una manera poco convencional, no estaba del todo en contra que Aioria tenga un novio, pero no puede depositar toda su confianza en el décimo dorado, ni siquiera un mínimo.

    Mantenía una constante vigilancia cuando estos dos están juntos.

    Por más que ello intenten tener citas románticas, paseos, entrenamientos juntos, vigilancias, y hasta en misiones, busca la forma de que no estén por completo solos.

    Sí Capricornio organiza un bonito y lindo picnic para Aioria, Sagitario está entrenando cerca con sus flechas y arco… Y casualmente una da en la camisa de Shura para dejarlo atorado en un árbol, y claro que una disculpa es lo que menos quieren recibir ambos enamorados.

    En otra ocasión, ocurrió que una misión que sería llevada a cabo por la pareja. Estaban muy felices pro ese hecho, por al fin tendrían un momento a solas. Y aun así, de alguna forma… Sagitario convenció al patriarca, para que ambos llevaran a los cuatro de bronce que estaban en ese entonces en el santuario, ya que en misiones de esa índole tenían muy poca experiencia.

    Y bueno, ahí ven a Leo y capricornio llevando una guardería de adolescentes con ellos, y claro que ni oportunidad de estar a solas tuvieron.

    La última fue justo cuando Shura se hartó de todo este maltrato, y se enfrentó al noveno dorado. Claro que tiene el derecho de hacerlo, ya tienen dos meses de pareja y quiere tener un lindo detalle con Aioria, lo invito a ver algunas películas en Capricornio. Lo bueno es que la Atena actual ha modernizado el santuario y con ello muchos entretenimientos nuevos también se han implementado, para que sus guerreros no se aburran y piensen que lo único en su vida es entrenar.

    Aioros, por malas lenguas se enteró que ver películas en la casa de tu novio o pareja, puede significar otra cosa. Entro sin ningún permiso al décimo templo, justo cuando los dos estaban a nada de darse un beso, por la linda y romántica atmosfera que la peluca les estaba dando… Y bueno los separo con brusquedad el noveno dorado.

    El español le grito que los dejara al fin solos, el Griego no lo tomo bien y ambos terminaron destruyendo Capricornio y Sagitario en el proceso ante la mirada e intentos en vanos de separarlos por parte del Aioria.

    Pasaron dos días en la enfermería del santuario, y recibieron unos buenos regaños por parte del patriarca y el viejo maestro, pero ni aun así Sagitario entendió.

    Y se dieron cuenta de eso con momentos igual de molestos e incomodos que vivieron después. Sin embargo, ambos ya están hartos, y simplemente ya no pueden soportar las interrupciones molestas del noveno, y esta vez no están solos.

    Shura tiene amigos que lo aprecian mucho y harían cualquier cosa por él, ya que sin duda Capricornio ha hecho mucho por los dos.

    Cáncer y Piscis, harán que estos dos tengan una bonita velada sin interrupciones parentales, además que Seiya se sintió algo mal por arruinarles la misión a su amigo la otra vez, por ende hará lo que sea para evitar que esto sigua, al menos por un rato.

    Y sin contar que Aioria, últimamente se volvió cercano a su cuñado Géminis, y esté igual les dará su ayuda, ya que Sagitario sí que está exagerando a su ver.

    Gracias a esa ayuda, sin duda podrán tener su escapadita nocturna a la bonita feria, que se llevara a cabo en Rodorio esa misma noche.

    Primero, durante toda la tarde, Seiya pidió como un niño chiquito la atención de su maestro, para entrenar mas no poder. Se sabe que el Pegaso es muy hiperactivo, y Aioros ya no está para esos trotes.

    Primero cansarlo será lo más conveniente. Tal vez no lo lograra como tal, porque es un dorado entrenado, están acostumbrados hasta desfallecer dar lo mejor de sí mismos.

    Para esta hora, justo cuando la noche cae, Shura ya ha pasado por Aioria a Leo, teniendo la vigilancia de los dos mejores amigos de Capricornio para advertirles sí en su caminar se llegarán a cruzar con Sagitario.

    Parecían dos amantes ocultándose entre la noche para poder verse, pero era la única manera para obtener su momento de amor inocente y bonito.

    Aioria había soñado con algo en específico para su primer beso, y Shura se lo quiere cumplir, sin interrupciones de terceros, ni de nadie más. Así que la segunda parte del plan está a cargo de Cáncer y Piscis

    Divisaron por donde pasaría Aioros después de entrenar toda la tarde a Seiya, y cuando notaron que el cosmos de Aioros de volvía inquieto… Como sí supiera que su hermanito va en la dirección contraria… Todo esto gracias al cosmos que deja sentir por su alegría inmensa de al fin poder tener un instante con el amor de su vida… Por ende, ellos dos atacaron.

    -¡¡¡ERES UN IDIOTA DEATH!!!-

    -¡¡¡¿QUÉ TE PASA?!!! ¡¡¡¿POR QUÉ DICES ESO?!!!-

    -¡¡¡TÚ BIEN SABES POR QUÉ!!!-

    -¡¡¡SI NO ME DICES!!! ¡¡¡¿CÓMO DEMONIOS QUIERES QUE LO SEPA?!!!-

    Los ojos verdes cual bosque oscuro de Sagitario se quedan impactados por esta escena algo común de ellos, aunque gracias a ellos ignoro por un segundo el leve el cosmos de Aioria, y se detiene a ver a esta pareja por completo.

    -¿Qué les sucede?- Pregunta curioso y preocupado.

    -Oh, Aioros- Afrodita rápidamente lo mira y pone su mejor cara de tragedia para comenzar el plan -¡¡¡DILE A DEATH QUE SÍ SE COME MI ENSALADA, ÉL DEBE PREPARARME OTRA!!!-

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡¿ES ENSERIO QUE AUN SIGUES CON ESO?!!!-

    -¡¡¡SI!!! ¡¡¡Y LO HARE HASTA QUE ME PREPARES LA ENSAÑADA QUE ME DEBES!!!-

    -¡¡¡AY, ERES IMPOSIBLE!!!-

    -¡¡¡SER IMPOSIBLE ES UNA DE MIS MEJORES HABILIDADES!!!- Frunce el ceño, notando que su objetivo esta desconcertado y prefiere dejarlos solos, pero ambos deben impedir que se vaya -¡¡¡TE VOY A ENSEÑAR A RESPETAR MIS COSAS!!!-

    Y sin más lanza una rosa con un nivel de veneno bajo, que suficiente para paralizar a su objetivo, Death ya conocía el plan, y como ya lo tenían en posición, le fue fácil esquivar aquel ataque, pero lamentablemente para Aioros, eso no lo pudo hacer a tiempo, y termino recibiendo el impacto en el brazo derecho, un punto donde sí le hará efecto, pero no para llegarle a hacer daño al corazón.

    Y con esto, aseguran que el objetivo de su mejor amigo con su pareja será muy afortunado.

    Obviamente deben fingir preocupación, y llevarlo con la única persona que “Podría ayudarlo”

    Mientras tanto en la feria, Shura y Aioria ya estaban disfrutando un poco de esa noche en soledad para ambos.

    Primero los juegos para que ambos compitan entre sí, propuesta de Aioria, pues su instinto de lucha es enorme, y le gusta demostrar su fuerza y poder. Juegos de destreza, encajar un aro en el cuello de una botella, tirar dardos a unos globos ganar premios, por eso… Y sí bien sus habilidades son superiores al humano promedio, deben mantener un bajo perfil y no exagerar, fingir un poco que sus manos no siempre acierten.

    Aioria gano algunos peluches, pero le dio algunos a su amado Capricornio, como un bonito detalle romántico, y Shura no se queda atrás… Por accidente se metió en un concurso para ganar una dotación de Gyros, carne asada, con pan de pita, verduras y salsa por todo un año. Solo debió adivinar cuantas canicas había en un frasco, y lo hizo, adivinando la cantidad exacta… Como si hubiera calculado mentalmente la dimensión, el diámetro, circunferencia del recipiente cilíndrico de vidrio y su capacidad.

    Terminó con una dotación entera, y siendo la envidia de muchos que lo intentaron y él lo logro con solo un boleto participante. Aioria no podía estar mas orgulloso de su novio, que no dudo en abrazarlo, y sentirse afortunado por la suerte de Shura, aunque siempre se vea serio y algo amargado, tiene sus habilidades y un muy lindo sentido del humor.

    Después de ello, Aioria quería ir a los juegos de velocidad y destreza, por ende es mejor no comer aun, aunque ninguno quiere hacerlo, pues existe un evento que esperan ambos con suma emoción. Pero deberán esperar hasta el final, en donde Shura ha tenido que hablar con algunas personas, para tener cada detalle bien definido.

    Así pues, un carrusel es su primer objetivo, algunas vueltas dieron, subido en curiosos asientos en forma de animalitos, subieron y bajaron varias veces en un juego mecánico para que los adultos puedan subir, mas precisamente en donde subes a un tipo avión que se eleva por los aires y da vueltas varias veces. Aioria, parece un niño chiquito, y Shura, solo demostró que el movimiento rápido en círculos lo marea un poco, pero no va arruinar la hermosa cita que están teniendo, y al final de todo, un bonito paseo sobre una montaña rusa de baja velocidad.

    Y unos minutos después, en cuanto termina el último paseo, es el instante indicado para ir a un paseo sobre bote en un túnel del amor que tiene tanto cueva como partes al aire libre.

    Claro que durante esta estadía en la feria, Aioria dejo en claro que esta tan feliz, que su cosmos le es difícil de controlar y lo ha dejado en evidencia. Aunque realmente ninguna persona que sepa manejarlo y controlarlo le toma importancia, salvo por una sola persona.

    Y justo en el santuario, el antídoto suerte efecto en el centauro, pero esta con el enojo a flor de piel… Y apenas si se pudo mover, se quería ir directamente hacia Rodorio, y acabar con Shura por llevarse a su hermanito, pero aún existe un as bajo la manga, y estando en soledad surtirá mayor efecto.

    -No iras a ningún lado-

    -Pero, Aioria… Está en peligro, y Shura…- No pudo completar su oración cuando entiende por qué Saga, lo había dejado solo después de ser llevado por los otros, y portaba una ligera bata al estar solos -¿Saga?- Traga saliva.

    -Esta noche deberás cumplir tu deber como mi novio, quieras o no- Sin duda, Géminis está en un modo seductor para ayuda a su cuñado, y de paso controlar a su novio con el deseo y la tentación del cuerpo, es sin duda un ganar a ganar.

    Es allí que el mismos Sagitario se da cuenta que existen muchos mejores momentos, los cuales son pasar buenas noches con su novio, que estar arruinando los instantes románticos de su hermano con Capricornio.

    -Yo…- Rápido es reclamado por un beso, y una preciosa imagen ardiente de la desnuda anatomía del Géminis, y todo para el castaño.

    -Shhh, solo olvida todo… Y quédate toda la noche aquí- Con una voz seductora, levemente ronca y sin mayores opciones, logro obtener la atención completa de su Sagitario, entre besos, abrazos y caricias, eso no era lo único que en esta noche habrá para ellos.

    Aunque, para otras parejas más calmadas e inocentes, eso ya son cosas mayores, prefieren mantener todo con calma dentro de ese bonito bote.

    La luna en su máximo esplendor, bueno no tanto, son alrededor de las diez de la noche, y la feria cierra a las once, así que es el momento perfecto.

    Subidos en un bote bastante espacioso y decorado con colores rosas, rojos y blancos, en la parte de la cueva, todo está adornado con imágenes referentes al amor, corazones, flores rosas, rojas, querubines, flechas, nubes y demás preciosuras plasmadas en las paredes. Dejando ver en las partes sin cueva la hermosura de la noche, como algunos tipos de iluminación, para hacer más armonioso el ambiente.

    El León está por completo perdido en ese deslumbrante escenario, asombrado por cada detalle hermoso y perfectamente decorado, sintiéndose como un niño, emocionado, llamándole la atención cada imagen linda alrededor, Shura entiende que es hermosa la cueva, y la ha contemplado bastante, pero lo que más ama es ver la sonrisa del Griego a su lado.

    Preparó todo con antelación, aunque el estar con el bote lleno de bastantes peluches por un lado, los premios de su leoncito y el, como regalos de cada uno para el otro no lo previo, pero no existe mucho conflicto en esto.

    Un suspiró deja salir, pero es rápidamente interrumpido antes de que abra la boca.

    -Es perfecto ¿Cierto?- Aioria lo mira atento, con una linda sonrisa y las mejillas sonrojadas.

    Entiende la situación, asintiendo con una sonrisa también, y sus mejillas carmesí –Sí que lo es… Más porque estamos juntos-

    -Y porque mi hermano no va a venir a interrumpirnos- Se queda pensativo un segundo, para imaginar algunas cosas raras –Al menos que se esté ocultando debajo del bote- Esto sí lo pone algo nervioso, pues el castaño claro hasta se fijó un poco en el agua, por si veía alguna sombra.

    Toma la mano del León, para darle calma y llamarle la atención –No creo, su cosmos no se siente cerca. La última vez que pude apreciarlo estaba en el santuario en Géminis- No pensó nada malo, solo que Saga los está ayudando.

    Una risita aparece en los labios del León, aunque luego a una de incomodidad –Creo que pasar por Géminis de regreso será algo complicado- Sí se imagina algunas cosas, pero le parece bochornosa esa situación sin duda.

    Shura comprendió esto de inmediato, pero realmente no le quiere prestar más atención… Si no, hacer su primer movimiento.

    Toma aquella preciosa mano, inclinándose a su frente, pues está en el asiento contrario, y rápido sujeta ambas, para mirar con esos precisos jades a su amado León, que lo mira con los más bellos ojos cual bosques luminosos de vida, que le costó tanto admirar sin sentirse culpable del pasado.

    Esto solo logra que Aioria se sorprenda, y con las mejillas rojas, además que ser tomado y acariciado así por las manos, lo hace sentirse mimado y consentido, tanto es así que se inclina para quedar cerca de su peliverde

    -Me alegra que podamos estar de esta forma-

    -En un bote del amor- Le da cierta gracia al quinto dorado -Jamás pensé que sería tu estilo para una cita- Una pequeña broma por parte del León.

    Un suspiró sale de sus labios, para que una risita débil se proyecte –No es tanto mi estilo, es verdad… Pero deseaba algo muy especial solo para ti- Sus jades se centran hacia el exterior que el andar del bote deja ver, nota como el cielo esta hermosamente estrellado, entendido que su plan sigue en marcha.

    -¿Especial?- Pregunta el León dorado, para de repente ver el exterior del túnel y contemplar que aun falta algo de camino, bajo la luna plateada, cosa que lo hace mirar hacia los lados, por el ambiente ha cambiado, a uno lleno de luces bonitas como figuras de lindos leoncitos y cabritas enamorados -¿Qué es esto? Es tan bonito- Sonríe prendado de estas imagines.

    -Aioria- Es llamado por Shura rápidamente, en un tono necesitado.

    -¿Si?- Solo pregunta, y se sorprende al sentir como las manos de su novio se alejan de las propias, para capturar los laterales de su rostros, y ser observado por esos preciosos ojos que lo miran tan atento, con un destello de pasión incluida y amor.

    No supo que decir, enmudeció justo allí, ya que las siguientes palabras le llenaron el corazón de felicidad.

    -Hice todo esto, preparé todo hasta el más mínimo detalle, porque quiero que algo así de especial, que deseo tener de ti como tú de mí, debe ser dado en un momento único para los dos…- Sus ojo se centran en esos labios carnosos y que levemente se muerden, tetándolo tanto -Y espero que sea lo suficientemente perfecto para ti. Mi salvaje Aioria- Sus mejillas rojas, su rostro mira hacia abajo al castaño claro, pues se ha incorporado un poco sin desequilibrar el bote, pero por su inclinación, es suficiente para cortar la distancia con su pareja.

    -¿Shu… Ra…?- Entrecortado dice el nombre de quien le ha roba el aliento, y hace que su corazón palpite tan rápido, sintiendo que sus alientos chocan, provocando que el calor suba entre los dos, y sus manos también tomen las del décimo dorado, sentido que la situación es similar a esas escenas románticas que ha visto en películas recientemente, y lo han hecho soñar en secreto.

    No existen más palabras, pues justo en ese instante, Capricornio decide seguir inclinándose, para probar esos virginales labios, y Aioria no va a poner resistencia, la distancia se destruye, para que ambas bocas se una en un beso, uno que es torpe, inocente, pero poco a poco intenta dar una imitación a lo que han visto antes, moviendo con lentitud sus labios para sentir mas al contrario.

    Sin romper el tacto de sus manos y con el fondo del celo nocturno, el pequeño lago artificial por donde va el boto, las hermosas ilustraciones de Cabras y Leones enamorados, al igual que preciosas luces tenues que dan el ambiente perfecto, y como el hecho de que unos fuegos artificiales explotan en ese momento en donde entregan su primer beso a la persona que más han amado en esta vida.

    No cabe duda, Shura es bastante romántico y dedicado cuando lo quiere, y Aioria está de por medio, que a su ver se merece todo y más.

    Qué lindo momento íntimo, donde nadie va a ir a interrumpir su primer beso, pues Aioros esta ocupado con Saga.

    Y los mejores amigos de Capricornio ya se han encargado de su deber, al igual que Seiya… Y ya solo deberán esperar para saber el resultado de toda esta treta. Aunque si queda en claro que Aioros deberá entender con el tiempo que Aioria ya no es un niño, pero eso se irá viendo con el tiempo.

    La pareja tóxica del santuario van hablando tranquilamente templo arriba, diciendo cualquier cosa para reír, mientras cáncer tiene algunas cosas de mas, que le ayuda a decir tonterías sin medida.

    -Oye, florecita- Su tono ebrio arrastra algo las palabras.

    -Ja, ja, ja, ja. Ya estas borracho Death- Niega con la cabeza, aunque no el algo que le molesté del todo.

    -¿Te imaginas… Si… Pudieras escarchar las armaduras, con sus relatos de hace tiempo?- Su pregunta es algo rara en pronunciación, pero curiosa.

    -Muy bien, te llevare conmigo, porque si te quedas en Cáncer iras a molestar a los demás- Lanza un suspiró, pues tendrá que cargar con un ebrio, pero es su ebrio.

    -Las historias… Que nos dirían… Ja, ja, ja, ja, ¿Crees que nuestros antecesores… ¿Mani… Mani… Gordo…? Y ¿Alfa… Bica…? ¿Alguna vez ayudaron a su Cabra y al León de su época?-

    -Pues eso me asustaría, porque Capricornio y Leo de esa época, tenían muchos años de diferencia, y uno seguía siendo un mocoso- Niega con la cabeza, y lo sigue arrastrando templos arriba para llevarlo hasta Piscis, darle un baño helado para ayudarlo, y calmarle su ebriedad.

    No es una buena ocasión para tener sus momentos íntimos, pero tampoco lo va a dejar solito en ese estado.

    Después de todo, algo que han aprendido a lo largo de su nueva vida los valientes enamorados, es apoyar, cuidar y velar por el bienestar de su pareja, siempre y cuando no invadan su intimidad.
     
  9. Threadmarks: Capitulo 9 (Cita Perfecta) [ManiFica]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    5101
    ¿Qué puede pasar cuando haces enojar al amor de tu vida?

    Mas, sabiendo que esa persona con un solo ataque de hermosas rosas, te puede mandar al otro mundo. Aunque tú tengas la valiosa habilidad de regresar del Yomotsu.

    Claramente no te gustaría ser atacado, y que tu florecita se enoje contigo al grado en que no quiera hablarte por nada del mundo.

    Casi haciéndote la ley del hielo e ignorándote.

    Bueno, eso le está pasando a cierto cangrejo de siglos pasados, que por estar creyéndose muy impune de sus actos, nada malo le podría pasar.

    Tampoco es que fuera a hacer algo que pusiera en duda su amor por el pececito de antaño, pero sí hizo algo que no solo le cobro fractura a él si no igual a su yerno.

    Teniendo una bofetada bien marcada en su mejilla derecha, sentado en las escaleras traseras de Cáncer, pues su pececito le prohibió ir hasta Piscis… Aunque este ya no sea su actual guardián, pero bueno.

    Todo decaído, con el ceño fruncido y los brazos cruzados, pensando que sus actos no eran para tanto, pero la culpa por hacer enoja a su esposo lo hacía sentirse peor consigo mismo, y eso le molesta tanto.

    Solo pensaba que tanto mal podría ser sus actos, si no eran tan malos… Solo fue una tontería que quiso hacer, aun sabiendo que es algo que hace enojar mucho a su pececito, por ende comprende muy bien que tendrán una fuerte consecuencia sus actos, más de lo que ya han tenido.

    Aun así, Manigoldo cree que Albafica está exagerando, pero…

    ¿Cómo podría arreglar las cosas?

    Si bien, no busca para este punto quien está mal o bien… Solo quiere estar con su florecita y hacerlo sonreír, sin embargo lo conoce muy bien, y el enfado no se le pasa tan fácilmente, y eso lo frustra aún más.

    Así que, aprovechando la soledad, intenta pensar y encontrar una formar de hacer las paces con su amado y ser perdonado.

    -¿Flores?- Niega con la cabeza –Tiene un jardín mortal repleto de rosas, más… No le gustarían-

    -¿Chocolates?- Suspira y frunce el ceño –Es alérgico y no quiero causarle algo peor-

    -¿Bombones?- Risita socarrona y atrevida –Seria canibalismo, porque es un delicioso bombón- De solo imaginar ciertas escenas en donde su intimidad es el punto más importante, provoca que el calor en su cuerpo aumente –Aunque… Él no disfruta mucho del dulce, prefiere las comidas picantes…-

    Se pone serio, cruzado de brazos, espalda recta y ceño fruncido nuevamente -¿Y si le preparo una sopa con ají, pimienta, rábanos y… Un buen vino?- Se pregunta en voz alta su duda, y luego su rostro cambia a uno de malestar –A mí me dolería el estómago por tres días, y no quiero ni pensar en el resultado final- Esto lo hace desanimarse un poco de su curiosa idea.

    Raro es ver al caballero dorado de Cáncer de siglos pasados, ponerse así de mal y deprimente por no encontrar una solución o respuesta divertida a algún problema que le aqueje. Usualmente la alegría en sus ocurrencias le traían una luz al final del camino, o que no tomara las cosas tan enserio, pero… Se trata de Albafica, su más grande amor y única amor, la persona que lo soporta, comprende, y lo ayuda a ser mejor persona… Le ha dado incontables momentos de felicidad… Un hijo, una familia… Incluso gracias a su Florecita, la herencia de esa belleza única está en sus genes para haber logrado tener un bonito nieto, y un yerno que no le cae nada bien, pero mínimo lo ha llegado a soportar.

    Sin contar varias verdades que jamás pensó conocer, pero esos puntos no son importantes ahora. Lo principal es encontrar una forma de que su pececito lo perdone, pero todas sus ideas, según él caen en lo cliché o no le convence para nada.

    Un suspiró lanza, mirando hacia el horizonte, contemplando la calma alrededor que él no tiene –Necesito buenas opciones, porque ninguna me está ayudando-

    -¿Padre? ¿Está bien?- Una vocecita suave llama al mayor.

    -Oh, hola… Afrodita- No puede estar como siempre, pero intenta fingir bienestar al menos delante del joven -¿A mi Florecita ya se le paso el enojo?- Sonríe, intentando dar a entender que esta algo quitado de la pena.

    Niega con la cabeza rápidamente –No, y no creo que sea pronto- Desvía la mirada, mostrándose incómodo por la situación.

    -Ni modo, me tocara dormir en Cáncer por hoy- Ríe decaído, dándose cuenta que por ahora no tendrá manera de arreglar las cosas.

    Sin embargo, aún no entiende que a diferencia de antes, ahora puede tener la ayuda de su familia.

    -¿No le gusta estar enojado con mi papá?- Aun pregunta como si no viera la respuesta en la cara del contrario, pero al heredar el mismo carácter que el anterior Piscis, lo hace entender el enfado de este, aunque no niega que también tiene cualidades del cangrejo de enfrente.

    -¿A quién le gusta estar enojado con el único amor de su vida?- Le cuestiona de inmediato, para lanzar otro suspiro melancólico –Por lo menos a mí no, y quiero enmendar mi error, pero ¿Cómo lo hare? Si mi Albafica no me deja ni acercarme a él…- Niega con la cabeza -Lo veo imposible- Pone sus manos debajo de su cara, apoyando sus codos sobre sus rodillas.

    Sin darse cuenta ya ha establecido un fuerte vínculo con su hijo, aunque tuvieran tan poco de conocerse nuevamente –Incluso pensé que podría hacer miles de cosas que sé que le gustan mucho, pero… No estoy seguro sí serán suficientes para ser perdonado- Revela su sentir melancólico, para cambiar de postura, inclinando la espalda hacia atrás, apoyando sus brazo en el piso y la cabeza igual para ver un poco el cielo de color celeste, siendo del mismo tono de cabello de su Florecita.

    Escuchar esas palabras de parte del peli azul, lo hace recordar en cierta forma a su propio cangrejo, que igual recibió regaños por su parte por ir a ese bar junto a su padre. Aunque Death Mask, lo hizo más para evitar que el mayor se metiera en problemas, y no le resultó nada bien. Pero los malos entendidos entre los jóvenes están ya arreglados.

    Afrodita, se da cuenta del fuerte amor que sus padres se tienen mutuamente, y que claramente ninguno quiere perder al otro por una tontería. Es obvio… Sí amas a alguien y no has hecho nada cuestionable, se pueden arreglar las cosas, el respeto sigue allí, al igual sentimiento, y es lo principal.

    -Entonces- Sentándose a lado de Manigoldo, posando su mano izquierda sobre el hombro derecho de otro, y con una sonrisa confiada en los labios, acentúa la herencia genética de Albafica –Déjeme ayudarlo padre, a hacer la cita perfecta de reconciliación- Le está proponiendo una buena idea, demostrando que su hijo lo apoyara sin importar el resultado, y bueno, irse con cuidado es primordial, ya que los gustos de Afrodita pueden no ser precisamente similares a los de su Pececito –Primero, dígame todo lo que le guste a papá, lo que le haga sonreír mucho, y hare un plan maestro para que mañana mismo lo perdone-

    -¡¡¡¿HASTA MAÑANA?!!!- Grita su peor terror, con los ojos bien abiertos.

    Asiente algo intranquilo –Si… Ahora mismo no quiere verlo. Prefiere mantenerse tan lejos de ti como sea posible, incluso se puso a jugar con Egil para decir que está muy ocupado- Dice exactamente más mismas excusas que el peli celeste utiliza para no intentar arreglar la situación.

    Manigoldo comprende que de verdad está más que molesto su pececito, pero… No va a darse por vencido, y claro que la ayuda de su hijo la va aceptar sin falta.

    Aunque este atardeciendo, tienen mucho tiempo para preparar todo al pie de la letra todo lo necesario. Y bueno… Death Mask, como Egil, no van a quedar fuera de esto, pero serán informados cuando Albafica no esté presente.

    Manos a la obra se pusieron, para tener una lluvia de ideas y quedarse con las mejores.

    ---Al Día Siguiente---

    Desde que despertó, conoce lo que es no tener espacio personal…

    Topándose con un pequeño niño que adora tanto, pero que después de darle un abrazo y beso de “Buenos Días”. Son esos privilegios que antes no podía disfrutar por temor a dañar a los que más ama. El pequeño futuro cangrejo dorado, le entrega una pequeña notita.

    Claro que Albafica, se imagina quien es capaz de utilizar al pequeño Egil para estas maniobras tontas, pero debió abrirla y leerla, por pedido de su nieto, y que esté no se enterará del enojo entre sus abuelos.

    Sin duda las habilidades manipuladoras heredadas de Afrodita, son buenas en estos casos.

    Termina cediendo, para encontrar algunas palabras que sin duda revelan al autor.

    Te espero en Rodorio en media hora.

    Por favor ven.

    Quiero disculparme contigo.

    Y por favor, usa la ropa que tienes enfrente

    Sé que te verás muy bien con ella.

    -¿Eh? ¿Qué…- Confundido ante este pedido, levanta su vista y nota que en efecto, en un gancho de ropa, colgado en la puerta del armario esta una camiseta color azul marino y unos pantalones marrón oscuros. Es algo bastante casual y no tan llamativo como le gusta al peli celeste –Ropa?- Lo último dicho en un susurro y un suspiro se escapa a la vez. Entiende ahora que toda su familia está involucrada, y ya no tiene de otra lo más seguro.

    Igual desea hacer las paces con Manigoldo, pero no de esta forma… Aunque por la emoción que Egil tiene y los ánimos que también le da, lo hace pensar que jugar a este juego no será tan mala idea.

    Se alista lo antes posible… Aquel niño peli turquesa lo deja solo, y de hecho… Aunque puede notar los cosmos de su pequeña familia, no los llegó a ver antes de irse, no piensa nada raro, ni se preocupa por este hecho.

    Siempre y cuando el menor de toda la familia este con sus padres y a salvo, no se angustiara por nada.

    Aunque si le causa cierta curiosidad lo que planea su cangrejo, no lo va a admitir.

    Al llegar a Rodorio, no tardó mucho en reconocer al hombre de sus sueños, aunque este molesto con él. Sabe reconocer que la elegancia salvaje que tiene le causa fuertes latidos en su corazón, pero el orgullo lo mantiene en alto.

    Sin embargo, Manigoldo apenas si lo diviso, le dedica una sonrisa coqueta y socarrona, acortando la distancia entre ambos, pues el peli azul no podía esperar por tenerlo de frente.

    -Me alegra tanto que vineras, Florecita- Le saluda de manera casual, mientras se posiciona en una postura despreocupada, trayendo algo en su mano derecha que oculta entre su espalda y hombro –Luces precioso el día de hoy-

    -Gracias- Contesta sin muchas ganas –Fue un truco sucio hacer que nuestra nieto me entregara esa carta- Rápido el recrimina con cierto enfado y los brazos cruzados.

    -Lo sé- No muestra vergüenza o arrepentimiento por esa acción –Pero era la única forma para que vinieras a nuestra cita- Para este punto, pone los pies bien firmes en el piso, para tomar con ambas manos el enorme ramo que estaba ocultando más o menos, para y dárselo a quien es el dueño de su corazón y quincenas si tuvieran –Además, quiero que disfrutemos este día, y me disculpes por ser un tonto-

    Sin mayor dilatación, un buque enorme de hortensias celestes y azul intenso se dejan en evidencia, ante los preciosos ojos claros de Albafica, que queda impactado por tan lindas flores… Pero sobre todo, porque son sus favoritas.

    Si, ama las rosas, les tiene mucho cariño y aprecio, pero… No, no son como tal sus favoritas por ciertas cosas relacionadas a situación que lo marcaron de pro vida.

    Las hortensias en particular, se volvieron sus predilectas, porque fue la primera flor que Manigoldo le regalo cuando eran adolescentes, y como quería que ese hecho fuera por siempre especial, no podía solo amar a las rosas rojas.

    Sonrojado y un poco titubeante, toma aquel enorme ramo para sentir el dulce aroma y notar que son sumamente preciosas –Gracias…- No puede evitar sonreír, pues le recuerdan a los momentos más hermosos que ha vivido con su amado cangrejo, pero eso no le hará perdonarlo fácilmente –Son muy bellas-

    -No tanto como tú, mi florecita- Sin perder ni un solo segundo más, toma esa mano, que aunque parezca delicada, es capaz de acabar con cientos de enemigos con un solo movimiento de ellas.

    Se supone que debía aun permanecer enojado y poniendo un límite a este peli azul, pero… Verlo tan entusiasmado por la propuesta de un lindo día… Lo hace dudar si el enojo de ayer vale la pena para seguir en ese plan y no perdonarlo, aunque la disculpa ya está implícita.

    La primera parada, un pequeño restaurante en aquella ahora ciudad. Que solo porque saben que está a lado del santuario, pose el mismo nombre y su hijo le confirmo que es el mismo pueblo de su época, hubieran pensado que se trata de otro lugar.

    En aquel local al aire libre, con mesas y sillas afuera… Manigoldo pidió dos manjares exquisitos, con algo de fruta para que el desayunó inicie muy delicioso, pues ningún alcanzo a comer algo antes de salir.

    Un pan tostado, con un poco de crema mezclada con miel sobre este, a lado frutas como uvas, fresas y un poco de rodajas plátano, al igual que mermelada a un lado, un jugo naranja para Albafica y café para Manigoldo.

    Sencillo y no muy elegante en si la presentación, pero delicioso en aroma y sabor.

    Algo diferente de lo acostumbrado, pues no fue preparado por ninguno de ellos, obviamente se nota una diferente sazón que no es para nada malo.

    Albafica le toma bastante curiosidad este alimento, diferente a como era preparado en su época, de manera más sencilla antes. Tiene un poco más sabor como dulce, que si bien no le agrada por completo, ya que se puede empalagar, pero eso no va a resultar así, la crema da un poco de acides, para que no se sienta el malestar de tanto azúcar en su boca.

    Y esa felicidad la noto el cangrejo, que solo necesita ver la felicidad en su amado para saber que esa primera parada ha sido una excelente idea.

    Para el siguiente punto, ya están algo cerca del medio día…

    Así que como lo tiene planeado, van a estar turisteando en el lugar que varias veces ahora han conocido.

    Manigoldo guía al peli celeste, pues aunque se supone que es una caminata casual, sin ningún destino en particular, al parecer no es tan así. La siguiente parada, se trata de un teatro callejero, donde se narran historias de fabulas antiguas, incluso momentos que ellos mismos llegaron a vivir, pero endulzados con gracia para que los niños no se asusten.

    Cuentos donde los Dioses se portaban de una mejor forma de lo que ellos conocían. Dándoles algo de gracias como los chistes no quedan con las personalidades de las deidades griegas, pero les parece interesante.

    Escuchar que Albafica se ríe, molesta, o incluso le gana algo el sentimiento por cada historia interpretada por marionetas, es algo mágico para Manigoldo.

    Ambos están de pie, detrás del público en su mayoría niños, pueden sentir la diferencia de las épocas y del ambiente. No existe miedo en los humanos cotidianos, no saben que el peligro podría arruinar de alguna manera su vida normal en cualquier momento…

    Es un poco difícil para ambos, acostumbrarse a esta sensación de paz y no tener la necesidad de entregarse a cada instante a un terrible entrenamiento, para sentir que hacen una enorme diferencia.

    -Ja, ja, ja, A lo que tengo entendido por Degel, Poseidón no era de esa manera antes-

    -Eso era porque su recipiente de aquella época poseía mas sentido común, que el que tiene ahora. Aunque no se le niega que ayudo a esta generación de dorados para que Hades no destruyera este mundo-

    -Cierto… Es curioso como todo cambia… Aunque para nosotros- Un semblante triste se queda en sus ojos, bajando un poco su mirada, pues los recuerdos de su época antigua aun lo persiguen –No pudimos tener esa transición de saber, conocer y entender el futuro. Bueno, aún es muy difícil asimilar todo esto de golpe-

    Aunque no quiere tampoco demostrar cierta tristeza, entiende bien a su florecita y su sentir, ya que es el mismo –Cuesta… Entender, como funcionan ahora las cosas- Pero no quiere que el ambiente se torne triste, si tiene aún más de medio día por disfrutar –Pero los celulares inteligentes- Saca un móvil sencillo táctil, con el que está aprendiendo –Son muy utilices, además…- De su bolsillo saca una tarjeta de crédito que alguien le prestó para esta cita –Esta cosita de plástico ayuda mucho para pagar cualquier cosa- Sonríe, demostrando una de las pocas ventajas que él ve de este nuevo mundo. Ríe levemente, para que Albafica prefiera hablar de otra cosa o se burle de él.

    -¿Cómo un pequeño pedazo de plástico, puede pagar comida?- Alza una de sus delgadas y finas cejas, curioso por este hecho –No entiendo aun ese concepto- Mira atento al contrario –Y Manigoldo, ¿De dónde sacaste eso?- Señala aquella tarjeta.

    Claro que no le va a decir para nada, y solo pone su dedo índice delante de la boca ajena, para atreverse acercarse al peli celeste –Ese será mi pequeño secreto, florecita- Sin dudar más tiempo, y dándole igual el lugar en que están, roba un besos de esos labios que lo tientan con ese color rosa tenue que es solo suyo.

    Sorprende al contrario, más el anterior piscis, rápido lo empuja para alejarlo un poco, y aunque sonrojado, sigue en su actitud de no caer en los encantos de Manigoldo por mucho que lo desee –Recuerdo… Que aún estoy molesto contigo- Su rostro es desviado, pero sus nervios son demasiado evidentes.

    Manigoldo no se lo toma nada mal, sabe que debe hacer mucho para ser perdonado por ir a un bar, y aunque le intento explicar antes, claramente estando enojado no le creería ninguna de sus palabras, pero se lo demostrara con hechos.

    -Eres tan lindo, y me encantas aun estando enojado- No es que se burle del peli celeste, son cumplidos bien intencionados, y para acto seguido capturar una foto de ambos en ese momento de alegría, al igual que lo hizo en el desayuno, pero de forma que su Florecita no se diera cuenta, aunque esta vez sí que lo hizo para que lo supiera.

    Aunque intento cubrir su rostro con el ramo de hortensias.

    Al termia aquella puesta en escena…

    Un lindo paseo alrededor del nuevo parque… Comer una comida callera bastante buena, aunque no fuera del todo agradable para Manigoldo. Nunca le han gustado ciertos alimentos, y justamente este alimento contiene ingredientes que a Albafica le encantan mucho pero a él no. Los Falafel, son una especie de pasta, cortada en trocitos y hervida, con ciertas especies encima, pedazos de carne bañados en salas con sabores fuertes y un poco de verduras a un lado.

    Un manjar para Albafica, que disfruta de estos sabores muy específicos y fuertes, que curiosamente no le causan malestar en el estómago, o consecuencias poderosas. Pero sin duda Manigoldo debió pedir el suyo con menos picante de lo usual, pues no quería arruinar este día con problemas en sus intestinos.

    -No tienes que comer si no te gusta-

    -¿Bromeas? Esta delicioso- Se traga sus palabras al pasar el primer bocado –Aunque sí es algo fuerte…-

    -¿Por qué mejor no vamos por un helado para ti?- Le propone, mientras el paseo en el parque se lleva a cabo.

    -No es mala idea…- Sonríe nervioso, pero no va desperdiciar la comida, no es algo que pueda hacer.

    Durante el paseo, pueden ver la flora y cierta bonita fauna local, algo que antes no era tan común ver estas especies aquí, claro que les llama la atención a ambos antiguos dorados, ver fuentes con agua cristalina, asientos de madera, juegos para los niños, les llama tanto la atención, aunque saben que ya no podrían divertirse en esos columpios o pasa manos como uno lo hizo antes y otro no lo pudo disfrutar, la nostalgia los invade de a poco.

    Los niños gritando, ríen, cantan y juegan, todo eso los pone a pensar que todo lo que hicieron antes, fue lo mejor para salvar esta felicidad.

    Aunque, causa que en sus corazones sientan un terrible vacío. No pudieron pasar momentos así de lindos e importantes con su pequeño Afrodita, como esos padres con sus niños ahora… Sin embargo ninguno quiere pensar en tormentos, y menos si estos instantes juntos son sumamente lindos.

    -¿Estas bien?- Reconoce que el cosmos del peli celeste se nota algo entristecido.

    Una sonrisa melancólica, acompañado con una pequeña lagrima que es limpiada de inmediato se hace presente en ese bonito rostro, sin embargo quiere seguir manteniendo la calma –Si, es solo que… Me gustaría que trajéramos a Egil aquí, para que juego y se divierta con otros pequeños. ¿No crees que sería una linda idea?- Su propuesta para no derramar más lagrimas es mencionada. No es que su nieto sea un sustituto de lo que no pudieron vivir antes, pero… Quieren darle tanto amor como sea posible, pues tienen tanto en su corazón para toda su linda familia, que no pueden esperar para darles todo.

    Ver la preciosa sonrisa de su Florecía es lo mejor del mundo, y aunque también la nostalgia y tristeza se apodera de él, quiere que todo vaya de maravilla –Si, lo vamos a traer muy pronto y se va a dividir mucho de seguro- Aunque se pone algo pensativo de forma fingida -Solo espero que por estar tan alegre su cosmos no se descontrolé y se lleve todo al Yomotsu- Le da risa la manera de ser tan responsable que tiene ahora –Vaya, sueno como un padre-

    -Eres un padre y un abuelo- Le recuerda el verdadero hecho de lo que es ahora su vida, que no solo se deberá centrar en ser caballeros dorados, unos guerreros de elite, si no también simples humanos.

    Después de comer aquellos alimentos picantes, y un poco dulces… Sus estómagos están aún llenos, perfectos para la fase más divertida de esta perfecta cita.

    Aunque existe una parada previa para a su pececito, y que no había tenido oportunidad de mostrarle antes

    -¿Este lugar es…?- Sus ojos celestes son presa de la sorpresa, a la vez que se comienzan a cristalizar.

    No duda en abrazarlo con todas sus fuerzas, lanzado un suspiro. Este lugar no era por completo parte de sus planes, pero… Debía ser un recuerdo hermoso ¿No? –Sí, es la florería de la pequeña Agasha- Mira atento el nombre, y entiende que significado tiene –Investigué un poco… No fue difícil describirlo. Ella siempre estuvo agradecida contigo por el sacrificio que hiciste por todo Rodorio… Y por eso, toda su familia siguió la labor de las flores- Acaricia la espalda del contrario, para consolarlo y sentir la melancolía fe la que fue presa en aquel entonces él también -Y sé que es su manera de siempre recordar tu valor y amor por todos ellos- Es lo que intuye, tampoco es que para que hubiera hablado antes con aquella familia, pero… Le gusta darle un significado a su pensar, para que su amado lo vea de esa forma, aunque le cause tanto sentimiento que le es imposible no derramar lágrimas ante aquel hecho.

    Ver que ese lugar se volvió tan famoso, por ser la floristería más antigua de la ciudad, aun siendo manejada por la descendiente de los primeros dueños… Y un lindo nombre en letras griegas adorna el frente del enorme establecimiento… El significado es obvio para los habitantes y turistas que conocen el idioma, pero si es que no se entiende… “Piscis” es como se llama.

    En honor a aquel caballero dorado que salvo hace más de dos siglos este pueblo, y a la pequeña niña que siguió con el trabajo familia y enseño ese oficio a su descendencia, hasta volverse lo que es ahora, tan hermoso, y elegante es el lugar, pero conservando el toque rustico antiguo.

    La felicidad en Albafica es enorme, puede llorar de nostalgia en esos brazos que acepta, ya que por más enojado que estén… Nunca se dejaran de proteger y cuidar mutuamente.

    Poco después de ese momento triste, el sol comenzó a caer…

    Dejando ver que la noche se aproxima… Y con esto… La penúltima parada…

    -Sé que disfrutas mucho ver a la gente bailar, pero…-

    -Manigoldo… Yo no soy bueno en esto-

    -No te preocupes, yo voy a guiar. Tú solo déjate llevar-

    -Pero…-

    No logra protestar más el peli celeste, cuando su amado lo lleva hacia donde la danza y personas bailando se acoplan en una sonata suave, que cambia segundo el ritmo de la música que se da.

    Albafica nunca fue bueno con el baile, de hecho no logro aprender esa actividad antes, ya que no lo creyó necesario y por eso, al intentar bailar ahora, parece que tiene dos pies izquierdos, y sin quererlo le pisa los pies a Manigoldo cada tres segundos.

    Se siente realmente tonto y agobiado, pero… La manera siempre tan dulce y graciosa de ser de Manigoldo con él… Lo hace calmarse un poco.

    Esa sonrisa nunca reflejo burla, o incomodidad para Albafica, solo puede significar que lo desea impulsar e invitar a hacer cosas nuevas juntos

    Sigue siendo el mismo atolondrado y dulce cangrejo que ama, que a veces no piensa las cosas con sensatez, pero… Nunca con mala intención.

    Lo comprendió en el momento en que le declaró su amor en el pasado, y lo vuelve hacer ahora, al notar la paciencia que le tiene al enseñarle desde cero.

    Claro que nunca está de más unas buenas clases de baile después, pero… No están quedando en ridículo ninguno. Al bailar en pareja y guiar el cangrejo a su pececito.

    Para terminar la más perfecta y bella cita de todas…

    Solo algo más se necesita para coronar el final de la mejor cita de todas.

    Una cena romántica, de noche, en el bosque que está en la colina más alta y cercana al santuario. Sí, es algo cliché y ya muy usado, pero no por eso deja de funcionar.

    Platillos de diferentes presentaciones, pero con el mismo origen… Lasaña, Raviou, Risotto milanesa, y un tiramisú de postre, ambos estando sobre una manta larga y cómoda, de tonos azulados y blancos, teniendo dos bebidas para escoger, una soda italiana y un coctel sin alcohol, pues eso había sido el problema de sus primeros males.

    -Lamento lo que hice ayer-

    -No- Niega rápidamente con la cabeza, mirando su soda y recargándose en el pecho del contrarió, mientras ambos están sentados –Yo exagere… No debí enojarme tanto, y negarme a escucharte-

    -Albafica, sé que odias que beba alcohol, y al verdad… No lo iba a hacer. Pensaba que era un lugar en donde podríamos ir después a divertirnos, sin beber nada… Solo comer y pasarla bien- Sonríe, para suspirar –Sé que, nunca te ha gustado que haga eso… Y si bien, hice tonterías antes al hacerlo, era más joven y tonto-

    -Tenías diecinueve años, no eras tan joven, ni tan inmaduro para esa época- Alza una ceja cuestionándolo.

    -Bueno, pero ya a mis veintitantos años o doscientos y no sé cuánto… Ya madure y crecí- Se escusa con rapidez.

    Nunca se va a aburrir de él nunca y eso le gusta –Esta bien… Discúlpame por no escucharte, y yo te perdonare por haber ido a ese lugar, y arrastrar a nuestro yerno para que no hicieras nada malo-

    -No, de eso no te disculpes- Rápidamente le cambia la cara demostrando el desagrado que le da el cangrejo actual –Ese tipo… Ni siquiera sé que le vio nuestro hijo, para hacerlo padre de nuestro nieto- Se nota la poca alegría que le da el que el actual cuarto tenga una relación con Afrodita.

    -Ja, ja, ja, no es tan mala persona, Te ayudaron a hacer todo esto ¿No?- Sabe que teniendo el tiempo necesario Manigoldo hace maravillas, pero… Con el poco que tenía disponible, y estando sumamente preocupado, una ayudadita nunca está de más.

    -Solo diré que Afrodita y Egil son los mejores aliados que pudiera tener- No niega la ayuda de quienes si les importa, abraza con mayor fuerza a su amado.

    Entiende que es la persona más linda y perfecta para él, pues si está dispuesto a hacer todo esto para ganarse su disculpa y arreglar los malos entendidos, es sin duda alguien que jamás se rendirá ante cualquier dificultad.

    -Que raro… ¿Por qué las constelaciones de Aires y Virgo están brillando tanto?- En eso se fija el cangrejo con cierta confusión en sus mirada.

    -Manigoldo- Un llamado suave es pronunciado por el anterior Piscis.

    -¿Si, Florecita?- Apenas sí voltea para verlo, y se topa con el contacto de unos cálidos y suaves labios, que lo sorprenden de forma grata, pero poco eso le importa, pues se apodera de aquel control rápido, para continuar el ritmo de ese beso apasionado que Albafica inicio. Ama cuando lo hace el contrario, pues… Solo tiene un significado de por medio.

    Y claro que eso se va a dar, al instante en que el Italiano de acerca de manera juguetona y tosca, recontando el delicado cuerpo de Albafica, que lo sigue besando sin importar la posición que tengan.

    Y sí, el hecho de que la cita ha sido perfecta, ha provocado que sus corazones estén tan alegres como conectados, dando paso a un encuentro mucho más íntimo entre ambos, solo teniendo de testigos a la noche y la soledad del lugar. Saben que nada malo podría pasar, pues… Ese punto es casi un secreto para los demás, ya que antes han estado allí y nunca nadie los ha interrumpido.

    Tiene un gran significado para los dos, pues justo en ese lugar… Concibieron a su pequeño niño que hoy en día es el heredero de su papá, ya siendo un precioso adulto.

    Claro que ahora concebir es imposible, pero el buen momento no se les va a escapar.
     
  10. Threadmarks: Capitulo 10 (Deidades Y Bestias Místicas) [AsmitaXAtla]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    3390
    Oye, ¿Aun lo puedes recordar? Fue aquí… En este mismo lugar que te conocí.

    ¿Cuantos años pasaron?

    ¿Diez?

    ¿Cien?

    ¿Miles?

    Ja, ja, ja, no lo puedo recordar, pero no es importante ¿Cierto?

    Estás conmigo ahora, y es lo único que me interesa.

    Aun así… Es imposible no recordar cómo fue que me enamoré de ti cada día de mi vida…

    Los humanos son lo peor que le pudo haber pasado al mundo…

    Tú lo sabias mejor que nadie, y aun así pensabas que podían tener redención.

    Claro, lo pensabas porque te veían como un Dios, alguien todo poderoso, que podría salvarlos y darles paz a sus atormentadas vidas…

    Siempre, siempre buscan a alguien que los salve y ayude, en vez de hacerlo por si solos…

    Me enferman tanto, los odio a todos… Mataron a todos los míos.

    Sí, es verdad… SOY UN MONSTRUO, UNO DE LOS PEORES.

    Mi sed de acabarlos, de matarlos, de hacer que se extingan de una vez por todas, nunca parecía acabar en aquel entonces, pero no podía hacerlo…

    En ese entonces, tenía poco más de mil cien años… Los humanos acabaron con nosotros…

    Éramos pacíficos, nunca quisimos nada más que una tierra fértil, para sobrevivir y cuidar a los animales que nos alimentaban y daban abrigo… Nunca le hicimos daño a nadie, nunca pedimos más de lo que necesitábamos.

    Nos alejamos de los humanos tanto como pudimos, pero…

    Las personas están locas y creen en estupideces…

    El rey de aquel entonces… Mando a destruirnos a todos, porque creía que con nuestros huesos se podría crear el tan valioso polvo estelar, que nosotros protegíamos de todo mal, por encargo de los Dioses.

    Fue un deber que se nos concedió por ser criaturas místicas y de una longevidad muy larga, que confinados a las montañas, teníamos un perfecto refugio de los humanos.

    Nosotros, nacimos por voluntad de los Dioses, crearnos era la bendición para esta tierra, manteniendo un equilibrio en secreto… Aprendimos a curar males, a proteger nuestro territorio, conservar la pureza del agua, el aire, la tierra. Aun ahora, no conozco todo lo que nosotros éramos capaces de hacer, pero acabar, destruir, y matar a los humanos era algo prohibido…

    Por eso, nadie se defendió y todos murieron…

    Los cuerpos de mis hermanos, de mi gente, mis padres… A todos lo vi siendo llevados, tenía tanto miedo… Que solo tome lo último que quedaba de aquel polvo de estrellas, el cual podía incluso provocar milagros para salvar la vida al borde de la muerte.

    Aunque no fuéramos malos, nos catalogaron como seres hermosos, pero sumamente peligrosos, que poseíamos habilidades de brujería… Solo es telequinesis, la posibilidad de hablar con la naturaleza, y tener una vida longeva…

    Escuche terribles palabras de nosotros y tanto odio después, pues los huesos de mi gente no servirían para recrear lo que buscaban…

    Paso tanto tiempo, hasta que yo te conocí…

    A punto de acabar con esa gente, que tiempo atrás mato a los míos, quería venganza, destruirlos a todos…

    Se burlaban de mí, de mi apariencia, de mi corto cabello color lila, de las marcas en mi frente que indicaban mi origen, pero ellos no sabían nada de eso, y aun así… Yo era el monstruo solo por ser diferente.

    No necesitaba comida como ellos, podía pedirla a la naturaleza lo que necesitara, igual un refugio y me lo daba, pero… Me corrompía cada día, olvidaba el deber que los Dioses nos dieron…

    Quería matar a cada uno de los humanos… Deseaba hacerlos derramar lágrimas de dolor a todos, y Recordarles… QUE YO ATLA… EL ULTIMO DE LOS LEMURIANOS QUE QUEDABA CON VIDA, LOS MATARÍA A CADA UNO SIN PIEDAD.

    Ya no me importaba nada, quería atravesarlos con sus propias armas, mis habilidades para controlar utensilios sin tener que tocarlos. Todo ese poder nunca debió ser para el mal, pero ya no podía soportarlo más.

    Estaba tan furioso, cegado y lleno de dolor, que solo era cuestión de segundos para que manchara mis manos de sangre.

    Pero, tú… Tú llegaste, con una gentil sonrisa y una fuerte voluntad. Te posicionaste a lado mío y me defendiste, diciéndole los demás que sus palabras tan crueles no tienen justificación alguna.

    La gente ante tu presencia, se quedaron callados, arrodillándose ante ti, y pidiéndote una disculpa por atreverse a ofenderte.

    No entendía nada, pero me sentía en cierta forma curioso ante ti.

    Los perdonaste por la crueldad que cometían contra mí, pero… Pediste que se disculparan también conmigo.

    A regañadientes lo hicieron y yo… Aun quería destruirlos…

    -A veces el perdón es más una señal de fuerza, que la capacidad de acabar con los demás-

    No entendía tus palabras, porque apenas si las escuche… Ya que al ver tus lindos ojos azules, y tus largos cabellos dorados cual hebras de oro, me cautivaron…

    Sentí por primera vez que mi corazón volvía a latir y un calorcito en mí crecía, tanta era mi felicidad que me hacía sentir mejor.

    Tus ropas eran tan humildes, túnicas de color beige, y aun así la gente te trataba como si fueras un ser divino…

    -¿Quién eres?- Esa fue mi primera pregunta

    Me sonreíste, y acariciaste mis cortos cabellos lilas.

    -Me llamo Asmita-

    Asmita, Asmita, Asmita… El nombre que nunca voy a olvidar por nada del mundo y siempre conserve en mi corazón.

    No sé qué fue, el por qué te debí conocer en mi peor momento cuando estaba por caer a un abismo sin retorno, pero me salvaste…

    No confiaba en los humanos y tú parecías uno… Pero me sentía tan atraído a ti, tan curios, que no quería alejarme…

    No entienda en ese momento, por qué… Hasta que supe como eras llamado.

    ¿Una reencarnación?

    La reencarnación de una Deidad…

    Pero una deidad bastante humilde, que a pesar… De haber nacido en un lugar lleno de lujos, preferías viajar de pueblo en pueblo, ayudando a los demás, con un poder que claramente era de un Dios…

    Aliviabas males, traías calma a los demás, tu sola presencia era suficiente para que los humanos entendieran la verdad y la humildad del mundo.

    No te gustaba que nadie te siguiera en tus viajes, pues preferías que los adeptos a tus ideales se quedaran en sus lugares de origen para que siguieran repartiendo tus conocimientos a los demás.

    Entonces… ¿Por qué me lo permitiste a mí?

    ¿Qué tenía yo de especial?

    Si, al principio me pediste que me quedara en aquel lugar, pues tu viaje no era para un niño…

    Tenía en ese entonces mil trecientos años, pero aun parecía un adolecente humano… En la normalidad, crecemos lentamente…

    Te pedí que no me dejaras, que te seria de utilidad, roge por acompañarte… Y te revele lo que yo era…

    Mis miedos, mi odio, mi desagrado por la humanidad, y que… Yo no entendiera como tú me habías salvado.

    No sé cuántas lágrimas fui capaz de derramar en ese momento, porque me sentía tan desesperado porque no me abandonaras, que quería de verdad estar a tu lado de cualquier forma…

    Al final… Te compadeciste de mí… Y aun sabiendo quien era…

    -Está bien, pero me debes prometer que pase lo que pase, jamás vas a dañar a nadie, ¿Lo entiendes?-

    Como podía decir que no, tu sonrisa me podía traer toda la calma del mundo, para no hacer nada malo.

    -Sí, lo prometo. Se lo juro-

    Habían pasado años sin sentirme bien, sin pensar en mi desprecio hacia los humanos.

    Me cuidaste por tanto tiempo, me enseñaste a que el poder dado a mi gente fue un regalo de los Dioses para ayudar a la humanidad, no para destruirla…

    -A veces los humanos hacen cosas crueles, desesperados porque quieren salvar a alguien que aman, o igual… La maldad en sus corazones existe, y es algo que nos hace entender que nuestra mayor creación, tiene una enorme imperfección-

    Tus palabras las recuerdo tan bien. Deseabas salvarlos a todos, cuidarlos y enseñarles que los Dioses pueden perdonar, pero igual les darán un castigo al final, por los males cometidos.

    La reencarnación de un Dios como tú, me trae tanta paz a pesar de ser humano… Varias veces me consolaste y ayudaste a que mis recuerdos se esfumaran…

    Me abrazaste, me contaste historias de tus vidas pasadas y que pocas veces lograste encontrarte con algún Lemuriano, pero cuando lo hacías, siempre fue para ayudarse mutuamente.

    Aprendí a controlar mi poder y quería hacer el bien al igual que tú… Conocí buenas personas, esa era la verdad que me contabas, que no puedo juzgarlos a todos por igual, ya que los que no cometieron mal, podrían pensar en alcanzar el Nirvana… El cielo o paraíso que se les prometía.

    Algunos si eran crueles y hasta te juzgaban por traer a un monstruo como yo a tu lado… Pensaba que por esas palabras me despreciarías, pero no, no fue así…

    Me defendiste y no permitiste que me insultaran.

    Yo era tu protegido a quien cuidabas tanto como… No, no quiero pensar que alguna vez me vieras como a un hermanito o hijo, porque eso no puede ser posible.

    Asmita… Yo con el pasar del tempo… No te podía ya solo ver como la persona que me salvo y me cuido con mucho cariño, si no como… Algo más…

    ¿Cuándo ocurrió? No lo sé, pero… ¿Es siquiera importante eso?

    Lo único que vale, es que yo quería protegerte con todo mi corazón al grado de darme igual mi propia vida…

    Varias veces me enfrente a personas que desafiaban tu imagen, tu palabra y tu bondad, y aunque tú no fueras capaz de levantar un solo dedo para detenerlos, permitiendo siquiera que te herirán, yo no lo iba a permitir.

    Yo los detuve con telequinesis y los apartaba de tu camino, ahora yo había crecido un poco… Fue mi deseo de estar a tu lado el que me permitió madurar un poco más rápido, pero no era suficiente…

    No te gustaba que hiriera a los demás, pero solo los alejaba para que no se atrevieran a herirte y si me llamaban monstruo, no estaban lejos de la realidad, pero por defenderte… Haría lo que fuera, igual como me protegiste en aquella vez y las siguientes.

    Nunca quería apartarme de ti, te acompañaba a todas lados, aunque te molestara que fuera protector contigo, no me alejabas y sonreías por mis ocurrencias…

    Incluso cuando regresaste a tu hogar, me llevaste contigo y la familia que te crio, tu familia… No me vieron con muy buenos ojos por mi apariencia y origen, pero aceptaron que era tu protegido, posiblemente pensaban que solo me utilizabas para cuidarte, pero sé que nuca fue así.

    Me siempre la libertad de hacer lo que quisiera e ir donde deseara siempre y cuando no fuera para herir a alguien.

    Una vez… Me dijiste que debía conocer a alguien algún día, para ser feliz y formar una bonita familia.

    ¿Por qué me pedias eso?

    Habíamos pasado ya años juntos… Tú también habías crecido, ya no eras un joven de veinte años, pero… Aunque los años pasaran, me parecías el ser más hermoso e importante del mundo, que solo quería proteger de todos.

    Mi corazón no podía estar lejos de ti, ni un solo minuto… Me aterraba que eso llegara a pasar y que algún día ya no quisieras estar a mi lado, que… No pude callarme más y te dije mi verdad…

    Mis sentimientos se intensificaban con cada día…

    -Lo amo, por favor… No me pida que me aleje de usted-

    Te rogué con desesperación, porque me pediste que en tu próximo viaje yo me quedara aquí, en tu país natal, y fuera feliz con alguien más… Pero eso no podía ocurrir… No lo iba a permitir.

    Fuiste amable, me enseñaste tanto, me entendiste y comprendiste, pero me hiciste ver la luz en mi propio infierno, me trataste como un ser vivo, uno que aunque fuera diferente, nunca me viste con desprecio.

    Pero, debía entender que al verme más joven, o al saber que tu no podías enamorarte, pues al ser la reencarnación de una Deidad, esos sentimientos no existían en ti, debías mantener tu castidad de todas las formas posibles…

    -Lo siento… Pero no te puedo corresponder-

    Fueron tus palabras, que no necesitaron mayor explicación que esa expresión triste, y palabras que me dolieron en el alma.

    -Pero… Aun así, no… No me deje solo…- Derrame mis lágrimas de desesperación, me aferre a ti como un niño…

    Era eso aún, un niño que aunque tuviera mas años que tú, me volví tan dependiente de ti, y tenía miedo de nuevo a estar solo.

    -Atla, será mejor… Que te quedes aquí. Si sigues a mi lado, te seguirás confundiendo y pensando cosa que no son verdad-

    -No… ¡¡¡NO ME PIDA ESO, POR FAVOR!!!- Me arrodille ante ti, me aferre a tus piernas y rogué que no me dejaras.

    Si no podías amarme, al menos me hubieras permitido estar a tu lado, no podía quedarme sin verte.

    -Ya lo eh decidido, Atla. Te quedará aquí o donde tu quieras, menos a mi lado- Fue la primera vez que te veía tan enojado.

    Temblé ante tus palabras, me quise aferra más a ti, pero no me lo seguiste permitiendo…

    Es allí que entre mi atrevimiento y mi manera algo salvaje de ser… No me contuve, y te bese… Bese tus labios que jamás debieron ser tocados por otra persona.

    Robe la pureza de ellos, porque no pensé antes de actuar…

    Nuestras pieles pálidas se sonrojaron, la mía de felicidad y desespero por estar a tu lado, y la tuya de cólera y enfado, por ser un atrevido.

    Me dolió verte así… Y más tus duras palabras.

    -¡¡¡NO TE VOLVERÁS A ACERCAR A MÍ!!!-

    Gritaste una fuerte orden, que con tu poder divino… Se hizo una ley en el universo, y logro separarnos a ambos en ese entonces…

    Yo no podía acercarme a ti por nada del mundo. Cuatro mil kilómetros de distancia nos debían separar por siempre, la misma fuerza de la naturaleza así lo demando…

    ¿Por qué lo hiciste?

    ¿Me odiaste por eso?

    Ya no pude ver más tus preciosos ojos como el cielo… Que podía ver como se apagaban desde hace tiempo, tus largos cabellos ya no podrían ser mi refugio al ser abrazado por ti…

    Quería volver a verte, no sabía que hacer… Terminé tan lejos de ti, por expresar mis sentimientos, mi amor… Y por ser un maldito idiota al besar.

    De nuevo empecé a ser hermético en mi corazón, deseando que nadie que no fueras tú, se acerca a mí…

    Pensaba en ti todo el tiempo, soñaba contigo y rogaba a mis antepasados que me dejaran de nuevo vivir a tu lado…

    Pedí a los Dioses que me permitieran volver a ti.

    Asmita, te he amado tanto tiempo que ya había olvidado lo que era el infierno en la tierra…

    Sabes… Cortaba mi cabello cada que crecía, lo mantenía del corto que siempre te gusto,

    Mis ojos verde oscuros solo deseaban verte…

    Aunque crecía, mantuve conmigo la bufanda roja que me regalaste y las túnicas blancas que me diste para que siempre estuviera cómodo, y no siguiera usando aquellas prendas viejas y sucias.

    Llegue a un punto en que creía iluminar mi camino con una idea… Sí hacia el bien, sí lograba seguir tus pasos, y proteger ahora a los humanaos, seria perdonado por ti… Para que los Dioses me permitieran estar a tu lado en este mundo.

    Así que seguí tus enseñanzas a pesar de que nunca más pude volver a verte… Mis habilidades de nacimientos sirvieron mucho, y me seguía entrenando, si podía purificar el agua, la gente bebería, sí el aire era fresco y limpio, las personas no enfermarían… Si lo tierra era fértil ayudaría a que tuvieran alimento.

    Me volví algo como un héroe para ellos, y protegí a muchos, igual como tú me lo enseñaste.

    Creí… Que sí pasaba mi vida así, en algún momento me perdonarías y podría de nuevo acercarme a ti…

    Pero no tome en cuenta algo… Algo que nunca es perdonado…

    El tiempo…

    Cuando sentí que aquella fuerza ya no me impedía estar cerca de ti, la barrera que me oprimía si intentaba pasar los cuatro kilómetros…

    No sabía que significaba, pero… Me sentí feliz… Ya no era por completo un niño… Mi crecimiento se aceleró, porque deseaba ser digno de ti…

    Llegue a tu país… Estaba algo cansado y muy agitado… Y sin embargo tan feliz. Pero… Lo que encontré fue lo por que pude conocer…

    Todos de luto, tu imagen con tu idioma expresando el dolor por tu partida…

    No podía creerlo… Mis manos temblaron, el dolor se apoderó de mí… Quería verte, quería que todo fuera una maldita mentira, pero… Pero no, no fue así…

    Me dio igual la seguridad, los guardias, todo… Incluso si hería a quienes me intentaban detener.

    Serias incinerado, quemarían tu cuerpo para que ascendieras… No, no quería que eso pasara…

    Fue la primera vez que mate humanos, no me arrepiento aunque yo te lo prometí… Estaba tan desesperado que solo quería abrazarte una vez más…

    Lo hice, pude sostenerte entre mis brazos, y me di cuenta que el tiempo paso en ti más rápido de lo que pensaba.

    Yo era un joven, tú ya un anciano, pero eras mi Asmita, mi salvador, el amor de mi vida…

    Mi corazón se rompió y perdí el control…

    Solo supe, que… Cuando pudo volver a ver el mundo, todo estaba de un color rojo carmesí y seguía aferrado a tu cuerpo…

    Siempre me dijiste que yo no era un monstruo… Pero te equivocaste, si lo soy… Y siempre lo seré, por que no importo lo bueno que hiciera en mi vida, lo bueno que todos hiciéramos en nuestro tiempo, nada nos asegura que obtendremos cosas buenas.

    Solo pedí estar a tu lado una vez más… Para demostrarte el inmenso amor que te tengo.

    En aquel tiempo no pude hacerlo… Te fuiste sin haberme perdonado por mi atrevimiento.

    ¿Pensaste en mi alguna vez?

    ¿Me odiaste todo ese tiempo?

    ¿Seguirías haciéndolo ahora?

    -Buaaaa… Buaaaa… Buaaa…-

    -Oh… ¿Qué tienes?-

    No me importo tener que esperar años o siglos para que de nuevo pudiera encontrarte…

    Tu esencia la conozco muy bien, volviste después de tanto tiempo, que no iba a perder esta oportunidad para volverte a tener a mi lado.

    Al fin vuelvo a sonreír, al fin me siento paz… Porque de nuevo estás conmigo…

    -Asmita, volviste a renacer… Eres tan adorable siendo un bebé. Esta vez nada nos va a separar, te lo juro-

    -Calmare tu llanto, lo haré ahora… Te alimentaré, te protegeré, te enseñare lo que debes conocer sobre ti, seré quien te guie ahora… Y esperare el tiempo que sea necesario para que tu corazón pueda reconocerme-

    Te abrazare y protegeré del frio, del calor… No dejare que nadie te hiera, ni diga nada malo de ti…

    Ahora que soy un adulto al parecer de los humanos, sigo usando el cabello corto color lila, mis marcas rojas de la frente son iguales, mi sonrisa solo para ti… Y mis ojos verdes te siguen viendo a ti una y otra vez…

    Te meceré entre mis brazos, mientras estoy sentado sobre una montaña de cadáveres, de todos aquellos que intentaron alejarme de ti en esta vida…

    -Me llamo Atla, Asmita… ¿Lo puedes recodar?-

    -Llámame Atla, una vez más por favor… Para de llorar y dame una sonrisa, que juro cuidarte por toda mi vida-

    -Porque te amo, te amo tanto… Que agradezco que renacieras de nuevo-

    Besare miles de beses tu frente, igual como tú lo hacías cuando me sentía solo… Tu Bindi, lo que indica que eres la reencarnación de Buda… Ese punto rojo siempre me pareció lindo, y ahora te puedo decir cuánto te quiero y te eh extrañe.

    Lloro de felicidad, porque ya no más será de tristeza. Solo te ruego que no me veas como un hermano mayor o un padre, veme como Atla, el monstruo que se enmaro de un ser divino, y que no volverá a permitir que nada nos aleje.

    A pesar de que pueda sentir las flechas y cornamenta de aquellos sirvientes que renacen para ti, cada vez que vuelves. Nos buscaran, pero no dejare que Sagitario y Capricornio nos encuentren. Te lo juro Asmita.
     
  11. Threadmarks: Capitulo 11 (Familia) [AiorosXShura]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    3514
    -Como ha pasado el tiempo-

    -Sí, parece como si hubiera sido ayer que luchábamos contra los Shadow’s para defender a todos-

    -Tal vez no fue ayer, pero sí, poco más de dos años-

    -Ja, ja, ja, es cierto- La risa se le escapa, estando delante de aquella mesa de madera, contemplando lo más precioso qué tiene en esta vida.

    -Hermano Shura, ¿Puedo llevar a Connor a jugar?-

    -Después de que desayunen y hagas tus deberes- Lanza un suspiro el peli verde, mientras limpia la mejilla de su pequeña niña de un año de edad, quien experimenta el estar comiendo sólita y haciendo un desastre matutino.

    -Oooh… Pero no quiero hacerlos- El puchero de aquel adolecente se hace presente.

    -Aioria, sabes que debes hacer caso y seguir con sus deberes, tanto educativos como matemáticos, ya que has avanzado muy bien. Se nota que eres muy inteligente- Nunca pierde la oportunidad de alagar a aquel hermano perdido qué volvió a él.

    Aunque los viejos recuerdos de desconfianza hacia los humanos aun siguen en su mente, saber que su hermano mayor, aquel qué siempre lo extraño y añoro, le ha tenido tanta paciencia y cuidado desde su regreso…

    Aioros lo quiere tanto a pesar de al principio no creía la relación que poseen y el ser diferentes por uno ser fauno y el otro no lo hizo dudar bastante, aunque ahora se ha dado cuenta que puede confiar ciegamente en el castaño y que jamás le representarán algún tipo de amenaza.

    Sus pucheros son algo fingidos, pues… Sí, el castaño o el peli verde fauno le dicen lo que debe hacer o le piden algo es obediente. Pero a veces el sonrojo y algo de pena se implantan en su regordetas mejillas, aunque usualmente tiende a ser muy salvaje para ocultar esa vergüenza.

    -Está bien…- Contesta algo derrotado, mientras come uno de sus tres huevos cocidos qué su hermano y cuñado le prepararon -¿Pero, puedo jugar con la cachorra?- Su felicidad por siempre estar con la más pequeña de la familia es enorme, sobre todo por qué se nota el inmenso cariño que ambos se tienen.

    -Mmmh, ¿Podrían jugar después de sus clases?- Pregunta en son de duda exagerada, como algo de sobreactuación, hacia el fauno cabrío -¿Qué dices, Shura? ¿Los dejamos?-

    El fauno de cuernos limados, mira con cierta seriedad al Alfa menor, mientras carga a su pequeña, para alimentar apropiadamente, pues es muy juguetona, como inquieta -Solo depende de que no sean muy brucos-

    -¿Eh?- Se sorprende por aquello, hasta su rostro muestra una enorme preocupación -Pero, yo no soy brusco con Connor- Sus ojos verdes claro se posan con angustia sorbe el fauno herbívoro -Jamás le haría daño a la cachorra- Se nota que le angustia muchos el qué Shura piense de esa manera de él, tanto es así, que siente miedo de que por pensar que no sea cuidadoso al jugar con la bebé, ya no lo dejen jugar con su sobrina.

    Lanza un pequeño suspiro, dedicando una muy pequeña sonrisa, denotando qué la cabrita fauno es sumamente importante por el impetuoso, algo rebelde, pero amable joven león.

    -No me refiero a ti, sino a ella- Mira como la nenita de un año y pocos meses sigue comiendo con las manos los restos de su desayuno a bases de frutas y verduras cocidas, y al notar los preciosos jades de su papá Omega, el fauno que le dio a luz, estira las manitas para tocarle la cara.

    Como había soñado con ese momento, desde el día que entendió que su salvador no era un monstruo, y lo rescato de aquella horrible vida.

    En donde solo fue consumido por la maldad Alfa y humana… Cuando le arrebataron su deseo de traer al mundo a alguno de aquellos bebés qué le hicieron abortar… Aunque fueran producto de constantes violaciones, no las podía odiar.

    Aquella pequeña niña, era el fruto más preciado y delicado qué tiene… La hija del amor de su vida y él. Del único humano que puede considerar de toda su confianza.

    Shura al fin es feliz, el gremio de Atena acepto la relación del primer líder con él, se olvidaron los votos de castidad, gracias las ocurrencias de uno y aceptando qué pueden continuar así sus vidas, cuando cumplieron un trato, pues ya no necesitaban seguir guardándose para combatir una amenaza qué al fin se había acabado.

    No entendía por qué… A veces simplemente al verla, podía sentir que los malos recuerdos se iban y la felicidad lo inundaba, como si no pudiera creer del todo qué al fin podía estar en paz, si temer, ni derramar lágrimas de amargura.

    Aunque en otras ocasiones lo hacía, sin darse cuenta.

    -¿Shura?- El llamado gentil de su ahora esposo, lo saca de sus pensamientos, se puede notar que lo ha estado llamando varias veces antes, mientras ambos Alfas preocupados lo miran atentos.

    -¿Eh?- Se pregunta la duda por ser sacado de sus pensamientos de golpe, pero a la vez notando que su pequeña está un poco incómoda y eso lo confunde aún más.

    -¿Por qué etas llorando, hermano Shura?- Aioria ya tiene la costumbre de llamar de esa forma al cabrío a pesar de que no tengan esa relación, pero llamarlo cuñado seria lo último que haría, no le agrada para nada usar palabras que a su pensar son más de humanos.

    Para Aioros, esto es algo que comprende bien, claro que no necesita que Shura le de alguna explicación de aquellas lágrimas por ver a la linda bebita de ambos.

    Su amado Omega le conto que aquellos recuerdos de su amargo pasado, lo volvían a atormentar en las noches cuando aún estaba embarazado, le hacia tanto temer por el futuro que podría correr la criatura que llevaba en su vientre, que por azares del destino llegara a tener la misma condición que él.

    Aquel Alfa tan dulce y bueno, que nunca dejo de luchar por quienes más ama en este mundo. Jamás abandonaría a su familia por nada de lo que ocurriera, siempre ha tenido la paciencia y el corazón para comprender cualquier temor, miedo, y dolor… Y ser lo suficientemente fuerte para ayudar a Shura o su hermanito a manejar y superar lo que les atormenta. Igual… Cuando su pequeña crezca esa misma paciencia y amor será también para ella.

    Sabe muy bien que hacer en estos casos, se levanta de su asiento para por atrás, aunque la silla tenga un respaldo que le estorbe, posa sus manos sobres esos fuertes y a la vez delicados hombros, para hacerlo entender que está a su lado, para cuidarlo y hacerlo ver que no está solo, mientras libera suaves feromonas para calmar a su Omega y cría.

    -Shura… Mi amado y hermoso Shura. Todo está bien y siempre lo estará, ¿Si? No tienes nada de que temer- Sonríe, bajando levemente la vista, para encontrarse con esos ojos iguales a los de su precioso marido, junto a una mirada curiosa y calmada de la pequeña -Nada malo va a pasar, te lo juro… Todo ha quedado en el pasado. Y solo debes pensar en el futuro tan hermoso qué tenemos delante- Le da ánimos, le dedica las más lindad palabras que necesita escuchar, pues con eso puede lograr calmarlo, como varias veces antes lo hizo…

    Al abrazarlo, hacerlo recostarse en su pecho, sobre la cama o regazo, para acariciarlo y limpiarle las lágrimas que lleguen a escapar y hacerlo recordar que nada malo puede pasarles al estar juntos. Pues el Alfa va a luchar por su familia sin importar lo que ocurra...

    Sentir el tacto de su Alfa, aquel que con mucho amor lo marco y lo ha tratado con todo el amor del mundo, gracias a eso lo logra hacer sentir mejor, sin embargo… Es difícil poder alejar los miedos qué se implantaron en él, cuando llego a conocer la maldad humana en su máxima destrucción.

    Siente como su cuerpo tiembla, sus brazos se aferran a la bebita qué puede sentir los cambios de humor de su papá Omega, el labio inferior tiembla y no sabe que hacer para olvidar aquellos malos momentos, cuando la felicidad está por completo en su posesión.

    No quiere que las lágrimas toquen a la inocente fauno, qué en su cabecita de suaves cabellos castaños oscuros se ven aquellas protuberancias, herencia de la especie del Omega. Ese hecho es el que le aterra, le duele y le lastima.

    ¿Cuantas veces en la privacidad de la habitación de los dos, pidió entre los brazos de su Alfa, qué su bebé no fuera nada parecido a él, que todo lo heredara de Aioros, que fuera su viva imagen, para que no tuviera la el infortunio de ser un Fauno o un Omega?

    Al ver que su deseo se cumplió a medias, la felicidad reino en su corazón, pero la incertidumbre también… Pues la pequeña nació siendo una Fauno.

    Veía reflejado en los pequeños ojitos jades, su propio pasado antes de la luz de su amado destinado Aioros, y temía que eso se repitiera.

    Habían sanado algunas heridas, pero… Otras aún no han podido ser aliviadas del todo.

    El Alfa humano, lanza un suspiro y entiende aquel dolor. No va a permitir qué sigua haciendo sufrir a su Shura, la da igual el estar incomodo en aquella posición; su más grande deseo es abrazar al peliverde cabrío tanto como pueda, si debe estar de rodillas, de lado, o como sea, le dará un abrazo para rodear a ambos con sus fuertes brazos, para darles la calma qué necesitan.

    Pues la bebita esta quejándose por la conexión qué tiene con sus padres, y el lograr sentir que uno está mal, le inquiera mucho.

    -Todo estará bien, Shura… Nada malo le va a ocurrir a Connor, jamás lo voy a permitir, ni a ti ni a ninguno de nosotros- Su mirada levemente se afila, mientras deposita un beso en la mejilla del cabrío qué no puede dar la cara, pues sus lágrimas siguen cayendo entre la desesperación de los terribles recuerdos -Yo haría lo que fuera por protegerlos a todos y lo sabes, mi valiente Omega de ojos cuales jades preciosos… Mi Shura, qué es invencible y es mi mayor fuerza- Le dará los cumplidos más sinceros y certeros posibles, siempre le ha hablado con la verdad y la razón que posee una fuerza inquebrantable en su corazón.

    Ante la mirada verde claro, esto no tiene mucho sentido. Había veces que si notaba los cambios de feromonas en el Omega, pero creía que era porque estaba encinta, y la sensibilidad le ocasionaba molestias… Pero, era la primera vez que Shura dejaba ver ese lado qué desconocía y le hacía preocuparse tanto.

    Aunque Aioria es el hermano de Aioros de sangre, más ve al fauno como si él lo fuera de verdad, por ser ambos de la misma condición de especies.

    Por eso logro confiar en él de manera rápida y le hacía mayor caso ante sus palabras, solo por Shura, fue creyendo que el castaño no es un humano malvado.

    Puede que las feromonas de ninguno de ellos le afecten, más allá de ponerlo algo alerta, pero le provoca cierta angustia. Pues es su familia y la ama mucho, aunque no entienda aun por completó todos los estos sentimientos.

    -Yo… Yo… No quería… Que ella fuera… Un fauno…- Revela su sentir a su destinado –Lo único que no… No quería… Era que se pareciera a mí… En algo-

    El primer líder comprende este hecho, y claro que no le va a recriminar nada, pues entiende muy bien a que se refiere, su Omega.

    -Pero… Gracias a que es similar a ti, es la fauno más linda, adorable y activa del mundo, será muy fuerte y valiente al igual que tú y…- Con cuidado besa una de las manos del Omega, para darle todo su apoyo -No vamos a dejar que nada malo le pase, mi amor- Aioros demuestra que su ternura es inmensa, como su paciencia y comprensión. Sabe que solo debe abrazar al peliverde, para ir lo calmando y así pueda desahogar su pesar.

    -Pero… Aioros- Su voz tiembla… Sintiéndose muy mal por decir algo como eso en presencia de Aioria. Por ende se siente tan débil y estúpido, por no poder aguantar aquellos terrores –Solo pido… Que por favor… Ella no sea una Omega… Es todo… Lo que ruego…- Su llanto se incrementa en un silencio, mientras aprieta levemente sus labios -Que no lo sea… Que ella… Nunca sea herida, jamás… Yo… No quiero eso para Connor- No puede evitar aferrarse a la bebé, a ese pequeño cuerpo que no puede soportar la idea de apartarse mucho de su hija… Ni dejarla al cuidado de cualquiera que no sea de él mismo, su amado destinado o el joven fauno carnívoro. Fuera de ellos no es capaz de soltarla a nadie más.

    Le duele en el corazón el darse cuenta que aquel pasado aun hace estragos en la mente del cabrío. En cierta forma sabe que es normal todo eso, ya que los traumas tan aterradores no son fáciles de olvidar, incluso el mismo a veces suela pensar o soñar con aquella horrible noche donde se le arrebato toda su familia, pero trata de nunca dejarse vencer, pero en cambio Aioros dejara qué Shura se desahogue y saque todo su pesar las veces que sea necesario él será su hombro pata llorar, y su pilar para que nada se derrumbe.

    Con cuidado, rodea la espalda del Omega con una mano, y la otra justo al nivel de la bebé que está muy inquieta.

    -Nada malo le pasara, estaremos siempre para ella. Sabes muy bien que vamos a protegerla toda nuestra vida, fuerza y amor, mi lindo Shura- Le dedica una mirada cariñosa y tan llena de sinceridad -Así que, no tienes que temer por nada de este mundo- Besa ahora la cabecita de la nenita –Mientras yo viva, nada malo le pasara a ninguno de ustedes- Lanza un suspiro para intentar ver esos precioso jades –Esa es la promesa que te hice el día que nos casamos mi amor-

    No puede ser razonable ahora mismo, sus terrores aumentan con cada pensamiento. Pero poco a poco el amor lo puede hacer calmar ese dolor.

    -Pero… Y sí… ¿No somos… Suficientes…? Yo…- Levanta la cabeza dejando ver su empapado rostro, como los hinchados jades, la agitación en su respiración es notoria de pánico, al igual que las mejillas rojizas -No quiero qué sea nada parecida a mi… Nunca quise darle una horrible maldición… Como el ser como yo… Ella no merece tal destino- Sin duda en el embarazo pensó muchas cosas que le lograron perturbar mucho la mente, haciéndolo creer que sí su bebé fuera un Fauno y Omega como él, le daría el peor resultado del mundo.

    Es allí qué la misma bebé, ya no puede soportar más la angustia de sus progenitores y rompe en un fuerte llanto.

    -Buaaaaaa… Buaaaa… Ma… Má… Pa… Pá… No… Lloles…- Es bastante sensible, sobre todo a los sentires del Omega, solo pudiendo ser un poco calmada por su padre Alfa, pero llegando a un punto que la ha desesperado tanto. Y a pesar de su corta edad, entiende muy bien que su papá está mal.

    Shura al verla llorar, al escucharla llamándolo y notar las tenues lágrimas qué caen de esos lindos y delicados jades, lo hacen de a poco volver a la cordura. Como si aquella ansiedad por el pasado y la desesperación por el pasado, se esfumaran de a poco, y lograra entender qué está en un presente tan maravilloso qué no debería manchar.

    -Connor…- La llama a la vez que sus lágrimas también caen, pero son delicadamente limpiadas por el Alfa más dulce del mundo -Lo siento…- La culpa por verla así crece de a poco -Perdóname… Por hacerte llorar… Mi… Niña…-

    Uno de sus sueños era tener a una cría, una qué pudiera cargará, amar, cuidar y que fuera suya a la vez de quien amara con todas sus fuerzas. Se le cumplió el deseo, pero el temor de que todo lo que le ocurrió por su condición le pase a ese pequeño ser es enorme, y a veces no lo pude controlar… Sin embargo, la diferencia de su pasado y su presente, es que él ya no está solo y jamás lo volverá a estar y mucho menos la pequeña fauno lo estará.

    -Shura, esta todo bien… Connor solo se preocupó por su papá…- La sonría del Alfa mayor es cálida, para acariciar esos cabellitos como los suyos y las pequeñas protuberancias -Quiere que también sonrías y estés bien- No niega qué algunas lágrimas se escapan de sus orbes, pues el ver llorar a quienes ama es algo difícil.

    Se da cuenta que en efecto, la bebita estira sus manitas sucias hacia él.

    Ya no siente rechazo hacia la suciedad como antes lo hacía… Aquellos traumas de esa índole se fueron poco a poco con el pasar del tiempo, al entender que los bebés no son del todo limpias y los padres deben mantenerlos aseados. Así que ahora ser tocado por manitas manchadas de frutas y verduras, no le afecta en nada.

    Igual, gracias a cierto corderito fue aliviando algunos males, así que aquello le ayuda un poco en su presente también.

    Pero de repente se da cuenta el Omega qué aparte de sentir a su Alfa el flanco izquierdo, puede notar como una mano un poco más pequeña de aquellas qué lo rodean, pero más grande de la diminuta que le acaricia la cara.

    -Hermano Shura…- Aioria, siendo ahora un león fauno de quince años, se acerca a él, del lado derecho -No sé que este pasando… Pero… Lo que sea- Serio se muestra, aunque su rostro también de angustia esta presente -Puedes también contar conmigo, para cuidar a la cachorra, y no dejaré que nada malo le pase- Frunce el ceño, mostrando sus afilados colmillos, denotando su naturaleza salvaje y protectora -Y si alguien llegara a acercaré o intentar algo… No me importara quien sea, por que lo voy a destruir en ese mismo momento- Se nota el salvajismo en sus palabras, como el hecho de querer proteger a su sobrina y dar tranquilidad al peli verde.

    Aquel Omega, puede ver está rodeado de dos bondadosos y ocurrentes Alfas. Uno siendo aquel que lo salvo y enseñó qué la cruel de los humanos no siempre está en todos, pues lo entendió al estar en ese gremio, y el más joven le mostro que la bondad de un fauno Alfa y bastante salvaje, puede existir igual para proteger a los suyos.

    Pero también algo más aprende en este mismo momento, algo que conoce bien… Y comprende, pero sus terrores qué se vuelven grandes, lo hacen olvidar su hermosa verdad.

    Una que ahora tiene presente y nunca se ira

    -Gracias… A los tres…- Es difícil para él poder expresar sus sentimientos de cualquier índole, es complicado incluso controlarlos cuando algo negativo lo amedrentar. Pero… El amor de su vida, su pequeña niña y el adolescente qué es su cuñado.

    Los tres hacen lo que sea para hacerlo olvidar sus peores momentos antes vividos.

    Que si bien… Jamás dejara qué Aioria, ni Connor conozcan su pasado, no va a permitir que se llegue a repetir con ningún Fauno u Omega.

    Solo de verdad pide para sus adentros qué su pequeña hija, qué ha parado de llorar y le dedica una pequeña, bonita e inocente sonrisa, nunca sufra nada de esa crueldad.

    Aquella sonría qué desea proteger con todo su corazón, le hace sentir una inmensa felicidad, mientras siente el amor de Aioros, asiente, para también darle una pequeña sonría a la hermosa familia que tiene, y que a pesar de sentir los tormentos qué no se han ido del todo de sus pensamientos… Al estar ahora rodeado de ese amor que jamás le va a faltar y lo seguirá inundando de calma, como de paz por siempre.

    La hermosa escena familiar, se da a cabo en una modesta casita que es el hogar de estos cuatro.

    Mientras en una pared se puede ver uno hermoso dibujo de ellos feliz, al igual que a un lado dos cuadros con personas diferentes, uno con los padres de los hermanos Alfas y otro donde esta el padre del Omega.

    El sueño de aquel Omega fauno, de que sus dos hijos volvieran a estar juntos y sean eternamente felices se ha hecho realidad.

    Regulus, como su Alfa y el padre de Shura, podrán al fin descansar en paz, lejos de toda esa maldad qué se inició con la crueldad de muchos, y entre ellos el nombre de Aspros se pudo conocer, pero terminó con el nombre de otro loco.

    Más eso queda en el pasado, al ver que el amor puede vencer al odio al final.

    Y es lo que todos ellos intentarán proteger hasta el final de sus días.
     
  12. Threadmarks: Capitulo 12 (Profesor Y Alumno) [SagaXCamus]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    1834
    Una escuela, una institución educativa, una universidad.

    Son lugares donde claramente se debe ir a aprender, estudiar, comprender temas, obtener herramientas que servirán para el futuro, en el área qué desees especializarte para el mundo laboral.

    Los alumnos tendrán cierto nivel de conocimientos previos, disciplina, estar dispuestos a aprender, a hacer sus tareas, trabajos, proyecto y tesis. Como respetar su institución, los profesores y máximas autoridades, siempre cuando sus derechos tampoco se vean comprometidos.

    Los maestros deberán de ser capaces de traspasar sus conocimientos de cada materia que se les asignes, sean sumamente competentes para esa área, trata a sus alumnos con el mismo respecto qué le den. Tener la paciencia necesaria para dar cátedra y responde todas las dudas posibles.

    Por ende, si, se puede llegar a tener una buena relación con sus profesores y alumnos para que la comunicación sea amena y nunca se sienta la incomodidad en ningún sentido.

    Los alumnos en estas etapas hacen relaciones entre sus compañeros para el futuro, tanto de amistad, conveniencia… Y tal vez algún tipo de atracción o relación sentimental, ya que todo eso puede suceder estando estudiando.

    Pero, siempre va a existir una delgada línea entre algunas cosas y prohibiciones, qué se suponen nunca se deberían romper o traspasar por nada del mundo.

    -Aaaghh… Aajgaahhhaa… Pro… Ay…-

    -Aguanta… Ratg… Estas demasiado apretado-

    -Yo… Escucho… Amm-

    -Shhhh, no querrás que nos escuchen ¿O sí?-

    La delgada línea entre lo que es el respeto alumno y maestro… Y el deseo entre ellos… Cumpliendo una prohibida fantasía de esta índole.

    En aquella aula de informática, ya cayendo la tarde, dos figuras están atrapadas entre la pasión y la lujuria…

    El escritorio del profesor es la zona perfecta para hacer temblar aquellas piernas blancas y torneadas, qué están adornadas con la falda del uniforme femenino, sin llevar zapatos y las medias, estando una abajo y la otra a medio muslo, mientras algunos fluidos corporales, como el sudor, saliva y semen se mezclan para caer al piso.

    Estando empinado el omega contra el escritorio, su torso sobre este, con la camisa del uniforme abierto, dando la espalda al hombre de cabellera azul qué está contra él, arremetiendo contra su ano qué enguiñe aquel grueso pene una y otra vez, desde hace un buen tiempo.

    Se nota el semen qué han manchado los labios color durazno del joven peliaguamarino, sus ojos violetas cristalizados por sentir aquel trozo de carne caliente, entrando y saliendo de su cuerpo.

    A comparación con el hombre detrás de él, es pequeño y de musculatura muy suave…

    Las toscas manos aprietan sus caderas, atrayéndolas más y más a él, para encertarlo tan profundo como sea posible, hasta que pueda tocar aquel punto de placer indescriptible qué hace a ambos gemir y sentir que alcanzan la gloria.

    Ambos hombres se habían entregado al deseo y un lujurioso amor desde hace un tiempo, querían probar lo prohibido por sus rangos, saciarse mutuamente los deseos más bajos y casi insanos.

    Aquel profesor de apariencia sería y actitud recta, fue corrompido por la sensualidad mental y física de su alumno predilecto, que desde primer año se notaba el interés en este, pero claramente era tímido para hacer su movimiento con aquel atractivo hombre.

    Lo único que ambos tienen a su favor en este punto que es son adultos, poseen la mayoría de edad para que uno no sea remetido a la cárcel por estupro. Aun así la diferencia de edades es de diez años…

    Mientras uno está en sus primeros veinte inviernos, el tercero está en sus treinta primaveras, pero eso no impide, que ahora estén disfrutando del cuerpo ajeno.

    Aquel salón ha sido testigo de tantos encuentros.

    La confesión del alumno hacia profesor.

    El hecho de que en esa vez fue rechazado, y le dolió tanto. Pero Camus, no se dio por vencido y aunque su maestro favorito Saga, quiso poner límites… Le Fue imposible al darse cuenta qué su deseo y amor se mezclaba con celos al ver a su alumno cerca de otros Alfas, dispuestos a tomarlo por amor.

    -Aaaahhht… Por… Favor… Más… Mas…- Sus brazos sobre el escritorio, las manos al nivel de su rostro, la cara de lado mirando de reojo como el cuerpo bien formado de su maestro lo aprisiona como un animal salvaje, qué destroza su trasero para llegar hasta el fondo.

    Una sonrisa lasciva se dibuja en el mayor, disfrutando de ese pequeño cuerpo que golpea en cada estocada, escuchándolo gemir, y decir su nombre cada que toca aquel punto preciso, donde cada sensación satisfactoria provoca qué el ano se contraiga y apriete su miembro.

    -Pequeña zorra… No tienes nunca suficiente-

    -Lo siento… Oohgggt- En un punto es levantado por los brazos, haciendo que su espalda se arquee y sea inmovilizado por detrás, temblando de las piernas, mientras de su entrada sigue goteando espera previamente depositado, su propio pené deja escapar su semilla infértil, pues las manchas de sudor y semen han ido cayendo tanto al piso como al escritorio -Profesor Saga… Se siente muy bien…- Su mirada perdida con cada estocada al grado de casi perder la razón… La camisa blanca rasgada de los botones, la falda tan corta no baja de esas frondosas nalgas que la mantienen sobre estas, la parte delantera cayendo por encima del pene de Camus, dejando ver su gran humedad.

    La voz aguda del más joven se hace presente a cada instante qué el vaiveneé se mantiene a un ritmo desenfrenado y frenético.

    -Entonces, grrrrt… Te mas… Mucho más…- Bruscamente atrae a su desnudo alumno, mientras su pecho choca contra esa caliente espalda, acercándose al oído de esté, le susurra de amera ronca y provocativa -Te embarazare aquí mismo… Y ya nada nos va a poder separar-

    Esto sonroja al peliaguamarino, sus jadeaos se disparan al sentir como lo sigue penetrando con tal intensidad qué toca su próstata, y sin poder controlar nada de su ser, su mente se nubla un instante, y el hormigueo del orgasmo en el se dispara, justamente cayendo sobre el escritorio aquel esposo liquido blanquecino.

    -¿Ya terminaste, Camus?- El tono de burla se mantiene, mientras sus estocadas no parecen terminar.

    El sonido de ambas pieles chochando por la fricción y el chipoteo de aquellos jugos. Es sin duda el ambiente del sexo y amor prohibido entre dos qué no debería tener este tipo de relación.

    -Espere… Por favor… Sí me embarazo… No podré… Aaahn la universidad…- Siente tan placentero el ser la pareja sexual de su profesor.

    Los largos cabellos aguamarinó se pegan a su espalda, arqueándola, pero siendo sujetado por la mandíbula con fuerza para seguir siendo penetrado hasta que la eyaculación del mayor llegue.

    -No importa- Le susurra fuertemente en el oído, para jadear con pesadez y arremeter contra ese pequeño agujero qué ha expandido y a moldeado a su forma.

    -Serás mío y no necesitarás nada más- Lo sujeta fuertemente por la cintura, como de la mandíbula para no perderlo de vista.

    Necesita tenerlo bajo control, pues su corrida esta a nada de llegar.

    -Camus, esto te lo buscaste por provocarme a diario… Aattrg… Realmente no te importa nada más qué mi pene dentro de tu culo, ¿Cierto?- Con fuerza da dos estocada más.

    Ya está derrotado, pues su corrida lo dejo sensible, pero cada sensación es demasiada buena como para ser sensato, así que deja salir su verdadero y lujurioso ser.

    -Es cierto… Lo amo profesor Saga, solo quiero que me penetre todo el tiempo… Ya no me importa nada más… Que usted ¡¡¡AAAAHOGT!!!- Deja sale aquel fuerte gemido, que no le importa ya sí alguien llegará a escuchar.

    Pues ser apretado de esa forma alrededor de su cintura, como el sentir el cálido fluido seminal de su amado y codiciado profesor que lo inunda por completo, le provoca un gran placer.

    -Ahhgt… Me encantas Camus…- Sentir como es exprimido por tercera vez, todo en ese cálido interior le pertenece y lo reclama a cada instante para nadie se lo vaya a arrebatar.

    Entre su corrida y el placer, necesita tomar ese rostro sudado y sonrojado como el suyo, para besar con pasión y ferocidad.

    El joven alumno se deja hacer lo que desee el contrario, total acepto ser de su propiedad desde que el mismo profesor celoso lo reclamo como suyo y le encanto.

    Aquel beso necesitado se da, mientras el mayor aun esta dentó del más joven, no le importa a ninguno qué al final de esto el omega quede encinta. Claro que sería un escándalo a voces, pero eso no los podría separar.

    Se desean, se aman y se necesitan para poder ser inmensamente felices.

    Ya han olvidado por completo qué están en un aula escolar, olvidan qué aun están dentro de la universidad, y desde luego tanto alumnos como maestros aún quedan, y los pueden atrapar.

    Por aquel placentero beso y ruda penetración, no han escuchado aquellos pasos que apresurados se acercan a aquella aula.

    Apenas se rompe el contacto labial por la falta de aire, siendo sostenido por los fuertes brazos de su profesor, que lo puede poseer cada que lo deseen.

    Camus, deja que sus pequeñas perlas saladas caigan por sus orbes violetas y mejillas, estando tan rojo de la cara y jadeante, por haber sido tomado de manera tan brusca, sus delicados dedos se enredan en la larga cabellera azul del mayor.

    No puede evitar sentir su corazón latir al ve el rostro tan atractivo del profesor, estando jadeante y sonrojado al igual que él, deseando de manera desesperada volver a hacer suyo.

    -Lo amo, profesor Saga…- Se aferra al pecho contrario, chocando su espalda contra él sintiéndose tan amado al ser abrazado por quien añoro tanto.

    -También te amo, Camus… Quiero todo de ti- Su desesperación por ese delicado cuerpo de ese Omega qué desea marcar tanto, pero espera el momento adecuado para hacerlo.

    La intensidad de un Alfa es feroz, desando qué a quien ama no se aleje a pesar de la diferencia de edades y jerarquía…

    Tal vez eso no les importa a ellos, pero existen otros que si le dan importancia…

    -¡¡¡¿SAGA?!!! ¡¡¡¿QUÉ ESTAS HACIENDO CON UNO DE TUS ALUMNOS?!!!-

    -Ay no… ¡¡¡HIJO!!! ¡¡¡¿EN QUE ESTAS PESANDO?!!!-

    El que se rompa el momento ante los dos pares de ojos azules, uno eléctrico y otro tenue.

    Ambos han sido sorprendidos en una posición sin duda muy comprometedora.

    -¿Diré… Director… Aspros? ¿Profesor… Regulus…?- El omega se queda impactado por ser encontrado en ropas diminutos y aun con el miembro del mayor dentro de su cuerpo.

    -¿Padre, papá?- El Peli azul también siente que se le helada la sangre, pues sin. Duda sus progenitores lo van a sentenciar.

    Aunque… No deberían decir nada, pues ellos también tuvieron una relación así, y el hecho se tuvieron que casar antes de tiempo, porque tanto el peli azul como su hermano gemelo venían encaminó en el vientre del omega de cabellos rubís oscuros.
     
  13. Threadmarks: Capitulo 13 (Matrimonio Arreglado) [AsprosXRegulus]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2365
    -No puedo creer la suerte que tengo-

    -¿Crees que es suerte?-

    -¿Por qué lo dices?- El tono se escucha preocupado, mientras come un pequeño panecillo de crema

    -Regulus, acabas de comprometerte con el sujeto más insoportable, creído, arrogante y con aires de grandeza de todo el mundo- La jovencita rubia, de ojos azules y aspecto delicado, esta sumamente enojada como desolada, mientras aclara sus palabras con gesticulaciones -Y tú…- Mira al omega qué le dedica una mirada de confusión, provocando qué por esos bonitos ojos azul tenue su corazón lata desbocado y sus mejillas se sonrojan -Eres alguien muy dulce, amable, bondadoso y travieso… ¿Piensas que él te dejara ser feliz o libre para seguir jugando y divirtiéndote?- Le hace aquel cuestionamiento, con la angustia a todo lo que día, mientras sus sentimientos traicionan su compostura.

    Aquel omega de cabellera rubia oscura, mira a aquella amiga de siempre, con una expresión de incomprensión -Connor, yo ya he crecido, sé que ya no debo hacer esas cosas- Mira su taza de té, lanzando un suspiro, mientas aprecia su propio reflejo y dedica una sonrisa, como un sonrojo -Pronto me casaré con el joven Aspros, seré su omega… Tengo que comportarme a la altura de sus expectativas y, convertirme en el esposo y madre de sus hijos cuando él lo quiera- Sus palabras son decididas, llenas de determinación, como de aquello que siempre le enseñaron.

    Al principio no le agradaba para nada la idea, prefería jugar, divertirse como cualquier otro niño, odiaba las clases de etiqueta, el tener que estudiar un enorme protocolo para aprender a vestirse adecuadamente, todo lo que un futuro omega de un alto estatus quo necesitaba aprender para cuando llegara el momento de desposarse.

    Antes, todo eso le parecía lo más aburrido y tedioso del mundo, prefería jugar con su mejor amiga, la alfa rubia qué lo sigue mirando como cuando solo eran par de niños ocurrentes. Ahora ya son unos jóvenes, que están entrando a la vida adulta de su sociedad.

    Regulus pensaba que de todo lo que existía en este mundo, relacionado con casarse, tener hijos, ser un omega adecuado para la sociedad, era lo más aburrido de la vida, pero…

    Cuando lo conoció, cuando lo vio por primera vez en aquel baile, todo a su alrededor cambio.

    A tan corta e inocente edad, se quedó prendado ante la admiración que sintió por aquel apuesto joven que estaba siendo tan asediado por jovencita y omegas cercanos a su edad…

    Regulus no se creía siquiera capaz de robar su atención, pues solo era un niño, sin embargo, también era el primer baile en donde podía ya entrar a ese mundo.

    Le sorprendo como los padres de aquel espectacular peli azul, se acercaron a los suyos y a la vez, ambos hijos de aquellas familias prestigiosas se presentaron.

    Y ante la reverencia qué el Alfa le dedico al omega como muestra de respeto y saludo, impresiono al menor y logro hacerlo sentir como en un maravilloso cuento de hadas…

    Sus días se centraron en volverse más cercanos…

    Regulus añoraba los momentos en que veía a Aspros, él mayor aunque algo callado y reservado, le dedicaba toda su atención al alegre omega atención, sin invadir su espacio personal. Prefería escucharlo y sonreírle cuando era necesario, y esos detalles como miradas dulces agradaban cada vez más al menor.

    La alegría que sintió cuando a sus quince años, le informaron qué su prometido ya estaba decidido, solo rogaba en su interior qué no fuera nadie más que el alfa qué ya amaba.

    Su dicha fue grande cuando así se lo confirmaron.

    Y anunciaron su compromiso, todos los pertenecientes a la alta sociedad se enteraron y muchos envidiaban a los prometidos.

    Cuando llego el momento de poner un anillo de promesa en el dedo del omega, Aspros se arrodilló y le prometí hacerlo feliz.

    Si era solo por compromiso o verdad, Regulus ya era feliz por su enorme suerte. Y, ya estaba dispuesto en hacer todo para que Aspros este orgulloso de él como pareja y esposo… Le daría todo de él para que nunca lo pudieran humillar por su causa.

    -Solo, ¿Te conformaras con darle hijos y ser un adorno?- Aquella alfa se siente tan decepcionada de su mejor amigo, qué se levanta de su asiento, para encarar al rubio oscuro, y tomar sus manos qué aun sostienen ese té de miel -Regulus, tus sueños, tus deseos de ser más que solo un omega común, qué dará a luz a los hijos de otro alfa para consagrar un linaje y ya ¡¡¡¿Y YA?!!! ¡¡¡¿ESA SERÁ TU VIDA CON ESE ALFA?!!! ¡¡¡¿CON ESO TE VAS A CONFORMAR?!!!- Ella no está siquiera en sus cinco sentidos por los enormes celos y desesperación por saber que perdió a alguien que nunca pudo tener.

    Regulus se sorprende por este peculiar actuar, no entiende esa manera de ser de su mejor amiga de la infancia, pero no le agrada para nada el tono que está proyectando.

    Aparta sus manos de aquel agarre, como el hecho de igual levantarse de la silla.

    -Connor, yo amo al joven Aspros- Le dice aquellas palabras directamente, mientras la enfrenta, con el ceño ligeramente fruncido -Soy feliz de saber que nos casaremos al término del otoño. No voy a anteponer aquellos tontos pensamientos por sobre lo que ahora yo quiero- Se mantiene firme ante sus ideales, mientras esta dispuestos a alejarse de aquella chica -Sí a ti no te gusta para nada mi decidió y el hecho de que estoy profundamente enamorado de mi futuro alfa. Entonces… Espero no verte en mi boda… Y- Le duele un poco tener que alejarse de ella, pero cree que es lo mejor -Connor, será mejor que te vayas- Esta dispuesto incluso a renunciar a una amistad tan antigua, porque ya está harto de que siempre le diga algo malo o cruel, cuestionando su felicidad.

    Ella simplemente escucha, esto pero no lo puede entender, sobre todo le parte el alma saber que Regulus prefiere al otro por encima de ella. Y eso, simplemente no puede ser posible.

    Sin importar las palabras del contrario, lo sujeta de la mano fuertemente y repentinamente acercar a él para robarle un beso, uno desprevenido y que sorprende al pobre omega.

    Este sorpresivo acto desconcierta desde luego al rubio oscuro, mas reacciona casi de inmediato, apartándola bruscamente por los hombros…

    Sintiéndose realmente mal, como asqueado y molesto por este terrible acto.

    -¡¡¡¿QUÉ ESTAS… HACIENDO?!!!- Cubre sus labios con su antebrazo, mirando enfadado a su amiga.

    -Regulus…- Susurra, sonrojada, dándose cuenta de lo que acaba de hacer, arrepintiéndose de inmediato al ver ese rostro enfadado de su amor imposible -Lo siento, yo…-

    -¡¡¡ALÉJATE DE MÍ!!!- Un grito de enojado sale de su ser, porque sus labios han sido tocados por ella y no por su verdadero amor.

    No la deja hablar, pues se aleja de inmediato del jardín de su propia casa, pues un sentido de culpa se le implanta en el corazón, ya que sus labios debieron haber sido solo para su futuro marido, como su corazón, pensamientos y cuerpo.

    Connor no fue detrás de él, se acaba de dar cuenta que nunca será correspondida, y le tomo casi toda su vida hasta ahora, para comprenderlo.

    Sus pasos son apresurados para ir directo a su habitación y refugiarse en su cama, pues no sabe como podría explicarle esto que acaba de ocurrir a su prometido… El qué alguien ya tomo la virginidad de sus labios y es algo que ya lo está atormentando.

    Más se topa con un imponente y fuerte pecho qué rápidamente lo sujeta por la cintura, para que no caiga al piso.

    -¿Eh?- Se sorprende por esto, pues conoce aquel aroma a roble qué siempre ha despedido la persona de la que se enamoro

    -Regulus, ¿Qué sucede?- El tono serio de siempre, pero con un destello diferente en sus orbes eléctricos se manifiesta.

    -Joven… Aspros…- Justamente no podía encontrarse con él, y más con sus ojos llenándose de lágrimas a punto de romper en llanto.

    Esa mirada fría de siempre no está presente ahora… Algo más ocurre en él.

    Y claro que el menor se comienza a sentir mucho peor al verlo a los ojos.

    Inconscientemente, tiene que esquivar aquella seductora mirada, al sentirse mal por no haber evitado aquel beso no deseado.

    Entrecierra sus ojos, pues nota la diferencia de actitud de entre su alegre omega del cual esta comprometido y a la vez bastante prendado, con el que ahora se presenta ante él. No deja de sujetarlo por la cintura, al contrario lo acerca un poco más a él.

    -¿Algo paso?- Pregunta levantando una de sus cejas, frunciendo su ceño, como si lo estuviera analizando a detalle.

    Rápidamente niega con la cabeza, mientras se agacha para no ser visto. No desea que nada lo aparte de su amado, por eso las lágrimas de desesperación están cayendo.

    Saber que ese llanto está presente en el omega, y más conociendo la razón… Lo hace enfurecer, pero no es su estilo en demostrar su cólera y más al creer, que el rubio oscuro no le corresponde.

    -Regulus, ¿Podrías hacer un retrato de nosotros?- Un pedido en un tono suave, mientras sin poder evitarlo abraza a su prometido.

    Esta propuesta saca de sus pensamientos al menor, tanto que eleva su rostro hacia el Alfa, para intentar comprender lo que ha escuchado.

    -¿Como dice?- Sin limpiar sus lágrimas, su rostro sonrojado y sorprendido por aquellos recuerdos mira atento al de cabellos largos y azules.

    Ladea un poco su cabeza, el aroma a roble se hace cada vez más fuerte, pues el mayor intenta reconfortarlo con sus propias feromonas, aunque no están aún unidos por la marca, se debe acostumbrar Regulus a estas atenciones.

    Limpia aquellas lágrimas con cuidado, con el dorso de esas toscas manos, y una sonrisa muy tenue le dedica -Antes, solías pintar mucho, retratar a personas, flores, paisajes hermosos- Su postura seria calmada se mantiene -Un prodigio de la pintura a una muy corta edad- Siempre ha estado atento a los talentos del más joven. Y al escuchar a escondidas y sin querer aquella conversación… Se dio cuenta de algunas cosas -No quiero que te detengas por complacer las expectativas de los demás, o creas que debes satisfacer las mías- Sin poder detenerse, toma con cuidado la mejilla derecha del contrario, sintiendo esa tersa piel qué en pocos meses, podrá sentir en su máximo esplendor, mas puede aún esperar -Solo sé quién siempre has sido Regulus, y con eso… Yo seré el alfa más feliz de la vida, porque tu verdadera sonrisa volverá-

    ¿De donde sacaba esas palabras tan cursis y preciosas?

    Ni siquiera el peli azul sabia porque lo decía justamente ahora, pero comprendía bien que solo debía decirlo, hablarle sobre ese tema aunque fuera un poco…

    Odio pensar que Connor, esa alfa qué desea robarle a su único amor, tuviera siquiera razón. Nunca se perdonaría sí por su causa, Regulus de verdad solo se complaciera con ser un esposos omega, dar a luz y ser parte de la sociedad, cuando… Las veces que lo vio a escondidas, qué fue pensando en él como su pareja ideal y destinada… Le demostró otra cara.

    Amaba verlo libre y rebelde… Practicando su mayor talento y sonriendo. No va a permitir qué eso se pierda y, hará lo que sea para impedirlo.

    No podía creer lo que está pasando, sentir al contrario tan cerca, tomándolo de la cintura, estrechándolo contra su pecho y tenerse tan cerca… Era la primera vez que algo así sucedía, el ser tomado de la mejilla por él.

    Y más las dulces palabras que hablan sobre aquello que abandonó para ser y cumplir las expectativas que le impusieron…

    -¿Joven… Aspros?- No podía creo lo que estaba ocurriendo, su respiración se agita, su sonrojo se eleva y no logra entender nada, solo que su corazón galopa y está sumamente feliz.

    -No me digas así, solo llámame Aspros. ¿Si?- Un pedido qué no había podido hacer, ya que no quería romper aquellas tradiciones qué aún mantiene su familia, y tampoco deseaba ofender al menor.

    Regulus no podía creer de nuevo su suerte. ¿De verdad podía sentir que su corazón y su amor son correspondidos más allá del deber?

    Se preocupa por él, le que ir ver sonríe y ser feliz…

    El rubio no podía creerlo y tampoco hacer caso de sus advertencias…

    Su prudencia como omega de alta sociedad le pedía que se detenga, pero su corazón e instintos, le ruegan qué haga algo.

    El olor a mandarina se hace presente, sus mejillas rojas y su sonrisa, como el hecho de que las lágrimas de han ido… Solo lo hacen aventarse a su mayor deseo… Y olvidar lo que le ha ocurrido.

    Cierra sus ojos para plantar un beso en los labios de su prometido, poniéndose de puntitas, estirándose para llegar a él…

    Esto primero sorprende al peli azul tanto, que abre sus ojos como platos, pero… Luego eso pasa a segundo plano, para abrazar con mayor fuerza al menor, y seguir el ritmo del beso qué de a poco deja de ser tierno y tímido, para volverse demandante y apasionado…

    Un momento solo para ellos, qué puede ser algo delicado aun en su posición de prometidos, pero toman el riesgo para demostrarse mutuamente, que algo más que solo deber existe en la felicidad de que próximamente serán esposos.

    ---En Otro Lado De La Cuidad---

    -La invitación a la boda del pequeño Regulus y Aspros ya ha llegado-

    -Entendido, ¿Qué te gustaría usar?-

    -Como pasa el tiempo… Aun recuerdo nuestra fiesta de compromiso-

    -Fue bastante hermosa por ti-

    -Oh, Shijima. Para mi fue la primera vez que te vi y, te caíste en la fuente, jejeje-

    -Caí rendido ante tu belleza Cardinale. Fue tu culpa-

    -Bueno, mientras siempre te haga caer ante mí, todo está bien-

    Sin duda el compromiso por bodas arregladas desde antes del nacimiento de alguno de los involucrados, no siempre es algo negativo, a veces… Ayuda a encontrar al verdadero amor.
     
  14. Threadmarks: Capitulo 14 (Amor A Primera Vista) [ShijimaXCardinale]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2411
    -¡¡¡NO, NO, NO Y MIL VECES NO!!! ¡¡¡NO ME VOY A CASAR CON UN PERFECTO EXTRAÑO!!!-

    -¡¡¡YA ESTA DECIDIDO CARDINALE!!! ¡¡¡TE CASARAS CON SHIJIMA DE LA FAMILIA VIRGO Y, FIN DE LA DISCUSIÓN!!!-

    -¡¡¡NO ME PUEDES OBLIGAR!!!-

    -¿A no? Solo mírame-

    ---Días Después---

    -Y así termine en este espantoso lugar-

    -Por eso ha estado todo el tiempo intentado escapar de su hogar-

    -Así es Izo, quiero escapar de mi casa- Su voz se nota enfurecida y, con el puchero en su rostro se nota su frustración también -No pienso casarme con alguien que ni conozco- Aprieta sus puños, golpeando el aire a la vez -El hecho de sea un omega, no le da ningún derecho a mi padre, ni a nadie de comprometerme con un sujeto, qué ni siquiera conozco- Da unos pasos hacia el frente, mirando el enorme jardín de preciosos lotos, qué si no fuera por su furia los estaría contemplando a detalle -¡¡¡¿QUÉ ME IMPORTAR SI ES HIJO DE LOS AMIGOS DE MIS PADRES?!!!- Pone las manos en sus caderas, haciendo pantomimas de burla y desprecio –O que es un Alfa qué heredara una gran fortuna y poder… Y que me conviene para que ambas familias y negocios se unan y bla, bla, bla- Frunce el ceño, rojo de la cólera -Yo puedo encargarme de los negocios familiares- Se señala a si mismo -Fui educado para hacerlo por mí mismo y no me lo reconocen por qué a fuerzas debo casarme con un estúpido alfa- Cruza sus brazos, dándole la espalda al de cabellos largos verdes y atados en una coleta baja.

    Para aquel rubio de coleta también baja adornando con una rosa roja, de ojos verdes, aquella noticia le causa bastante enojo…

    Se había estado sintiendo realmente mal, e incluso se sentía inferior a los demás, una sensación qué le desgarra tanto el corazón.

    No quiere desposarse, solo desea tener la posibilidad de algún día enamorarse por sus propios medios. Y no casarse con un sujeto qué ni siquiera ha podido ver por ningún medio.

    Miles de ideas se plantaron en su mente desde que conoció su destino.

    Desde creer que es un enorme inútil, como para que sus padres creyeran qué a fuerzas necesita un alfa. Sí toda su vida lo habían criado para que fuera más que solo un bonito omega qué ya es…

    Por otro lado, ya odia a su futuro prometido sin conocer nada más que el nombre “Shijima”. Ya desprecia ese nombre sin siquiera haberlo visto a la cara… Y justo hoy, deben presentarse.

    Odia ese hecho, desprecia sentirse como una moneda de cambio. Jamás creyó que sería así su vida… Pensó que algún día tendría la oportunidad de escoger a un alfa qué de verdad amara para casarse y formar una familia. Pero resulta que él debe ser escogido, y no al revés.

    No piensa permitir que eso suceda.

    Ya ha llorado bastante, y teniendo a un amigo y sirviente leal a su lado… No se va a dejar vencer tan fácilmente

    -¿Joven Cardinale?- Es llamado por una voz ronca, qué se nota preocupado a la vez que deja ver un cierto cariño.

    -¡¡¡YA ME DECIDÍ!!!- Sonríe, tomando los brazos del alfa de menor estatus social -¡¡¡ME VOY A ESCAPAR Y TÚ ME VAS A AYUDAR!!!- Se acerca al contrario, pensando en su maravilloso plan. Y de paso asustando al de cabellos verdes.

    ---Por Otro Lado De La Mansión---

    -Recuerda comportarte-

    -No tiene que decirlo, padre-

    -¿Podrías cambiar esa actitud seria y desinteresada de siempre?-

    -No tengo otra manera de actuar, sí ya decidieron qué en esta vida, me debo atenerme al destino qué me están imponiendo-

    -¡¡¡DEJA ESO DE UNA BUENA VEZ!!! ¡¡¡TE VAS A COMPROMETER Y CASAR!!! ¡¡¡NO ES EL FIN DEL MUNDO!!! ¡¡¡MI HIJO NO VA HACER UN MONJE PARA QUE POR SUS TONTERÍAS Y PENSAMIENTOS RIDÍCULOS, PIERDA TODO EL TRABAJA DE LA FAMILIA VIRGO, Y NO PROCREE UN HEREDERO DIGNO!!!-

    -Mmh… Como quiera, padre-

    -¡¡¡¿A DÓNDE CREES QUE VAS?!!! ¡¡¡NO HE TERMINADO DE HABLAR CONTIGO SHIJIMA, DEBES PREPARARTE PARA RECIBIR A TU PROMETIDO!!!-

    No hay más respuestas que solo ver al joven alfa de cabellera roja suelta, alejarse… Decido a no prestar más atención a su progenitor.

    Su ceño fruncido, su semblante qué le dice a todos que siempre ha deseado otra cosa que solo un matrimonio.

    Se había dedicado a pensar y vivir miles de temas consagrados, místicos y maravillosos para algún día alcanzar la iluminación. No solo pensar en el deber alfa que tiene y que su familia le ha impuesto.

    Pensó miles de veces solo dejarlo en manos de otra persona.

    No desea amor, no había conocido a nadie que le hiciera despertar ese sentimiento, y creía que de esa forma… Todo estaría bien.

    Desde que tuvo conciencia, hasta el día de hoy… Quería solo hacer su deseo realidad y volverse en un monje recluido y dedicado a la meditación, con votos y dedicación para obtener la posibilidad del conocimiento infinito y la gracia de la iluminación.

    Ese es su mayor deseo… Solo quería hacer lo que le parecía mejor para él. Y el tener qué casarse y atarse a un omega qué ni siquiera conoce, le parece lo peor que le pudo haber pasado.

    Quería solo alejarse un poco de su alrededor y aprovechando que su futuro prometido aún no ha llegado, decide Ir un momento al jardín de lotos, aquel que el mismo pidió y se dedico a cultivar desde cero..

    Sentarse a meditar, para encontrar la luz al final del camino qué tendrá que hacer…

    Escuchar el agua correr, para no pensar en cruel desagradable destino…

    Se imagina que no llegara a congeniar con aquel omega, pero... No dirá más. Tampoco es su estilo hablar más de lo necesario.

    Un suspiro cansado, una cara larga, con una mirada desolada…

    Shijima, ese alfa de cabellos rojos, ojos azules y decepcionados de la vida… Camina lentamente, para alejarse de todo, portando con orgullo y elegancia aquel traje de color claro qué le da igual ensuciar.

    Solo quiere perderse un momento en sus pensamientos.

    -¿Cómo puede alguien casarse por conveniencia… Sin siquiera estar internado en esos temas?- Sus preguntas en son de confusión qué sólo él lograra entender.

    Cierra sus ojos, con los brazos detrás de su espalada, admirando el jardín qué le trae paz y tanta calma que necesita.

    Pero antes de poder meditar, antes de sentarse delante de aquellos árboles tan antiguos de su hogar, mientras la fuente siempre se encontrará ante sus ojos…

    Escucha unos ruidos qué lo dejan confuso, pues en su hogar nadie es tan escandaloso.

    No lo piensa dos veces, y molesto por saber quién está perturbando la quietud su jardín se dirige a buscar a los alborotadores. Para encontrar algo que jamás pensó.

    -Solo un poco más… Izo, estírate-

    -Joven Cardinale… Esto… No creo que sea una buena idea-

    -Claro que si… Solo… Debo alcanzar la orilla de la barda y… Podre…- Su brazo es estirado y su mano al fin pude sujetar el final de aquel muro -¡¡¡SI!!! ¡¡¡YA LO TENGO!!!- Feliz porque a logro su cometido.

    -Que bueno…- Algo angustiado y preocupado por que las locuras de Cardinale puedan lastimar al rubio

    Izo sujeta fuertemente por las piernas al de traje rojo, cuidando de que no caiga a pesar de los improvisados escalones para elevar la atura que han puesto.

    -¡¡¡¿QUÉ CREEN QUE ESTÁN HACIENDO EN ESTE LUGAR SAGRADO?!!!- La potente e imponente voz del recién llegado, saca a ambos de golpe de sus actos.

    Asustando a los más jóvenes y provocando qué el peliverde pierda el equilibrio por estar de puntas, provoca que caiga y suelte al rubio que se ve en peligro y con ambas manos sujeta la orilla de aquella barca que buscaba alcanzar.

    Claramente, Cardinale no tiene la fuerza necesaria para sostener todo su peso con los brazos, y sin tener a alguien que le de soporte, no podría resistir por mucho tiempo.

    -Ay no… ¡¡¡AUXILIO IZO!!!- Pide ayuda a la única persona en la que confía en ese lugar.

    El mencionado no puede reaccionar a tiempo, pues la caída lo destanteo un poco… Más sin embargo quien los ha descubierto nota aquel problema en que se encuentra el rubio, y rápidamente se pone debajo para atrapar a aquel atrevido jovencito.

    Rápido lo logra atrapar, cargándolo muy bien al estilo princesa…

    Sintiendo que su peso en sí no era mucho, pero eso no quita lo molesto que esta por estas ocurrencias.

    -¡¡¡¿QUÉ TONTERÍAS SE SUPONE QUE ESTABAN PENSANDO, PARA HACER ESTO?!!!- Apenas lo recibe, le comienza a recriminar, sin verle bien el rostro al rubio.

    -Ay, no…- Decepcionado por no haber podido cumplido su cometido, y con el ceño fruncido abre sus ojos, ya que los cerro gracias al pánico que sintió al pensar que se caería, y así encara a quien le grita -¡¡¡YO SOLO QUERÍA ESCAPAR DE UNA ESTUPIDEZ!!! Y…- Sus orbes verdes se topan con unos azules topacios, se queda sin palabras, al igual que un sonrojó se implanta en sus mejillas.

    Pero no es al único que le pasa algo así, el pelirrojo al ver esos verdes ojos de un tono tan brillante y hermoso… No sabe que decir, ni siquiera es capaz de tragar la saliva que se le ha acumulado en la boca por la emoción de encontrar a una persona tan preciosa, que literalmente cayó en sus abrazos, cual ser místico de alas blancas y puras.

    Sin darse cuenta, Cardinale rodea el cuello del extraño con sus delicadas manos… Pero ninguno dice nada, era como si sus corazones se hubiera sincronizado y el tiempo detenido.

    La impresión no cabe en sus rostros, por ver al ser más hermoso del mundo. El pelirrojo alfa no sabe qué hacer, ni que decir… Pero sus pies rápidamente se sienten torpes… Y sin razonarlo, empieza a caminar hacia atrás, ya que se acaba de dar cuenta que tiene a alguien tan lindo y frágil. Por primera vez, siente que no puede resistirse a alguien.

    Aunque aún este perdido en esa mirada azul, se da cuenta del rumbo qué está tomando este apuesto hombre y le advierte de inmediato -¡¡¡CUIDADO, LA FUENTE!!!- Señala esto de inmediato.

    -¿Qué?- No logra reaccionar a tiempo, cuando siente como sus pies tropiezan por detrás con aquella orilla de la fuente. Tambaleándose al momento en que se va para atrás, y aunque no quería… Decide soltar al rubio, para que este a salvo y seco en el pasto…

    Aunque él no lo este.

    La caída en el agua se escucha, y Cardinale solo siente el leve impacto de caer en el suelo, con algunas gotas salpicándole... Pero reaccionando rápidamente al accidente que ha tenido el valeroso y torpe peligro que lo ha salvado… Se preocupa más por este recién conocido, que por el otro que le estaba ayudando a huir.

    -¡¡¡¿ESTAS BIEN?!!!- Se pone rápido de pie y va directo a la fuente.

    No era profundo aquel lugar, y al estar apoyado con las palmas de sus manos y pies… Pero se nota que ha quedado por completo todo empapado.

    -Sí… ¿Y tú?- Se quita unos pétalos de loto de la cara para seguir viendo ese lindo rostro qué por alguna razón lo hace pensarse tantas cosas nuevas, como sensaciones extrañas.

    -Bien y seco a diferencia de ti- Un pequeño chiste le dedica, para ladear su cabeza y sonreírle coquetamente -Gracias… Por salvarme dos veces-

    -Yo…- Sus mejilla se sonrojan, al quedar impactado por esa bonita sonrisa -No fue nada- No sabe que decir… Solo siente que todo se torna de un color maravilloso y un aroma mucho más dulce y placentero que el incienso rojo que es su favorito.

    Se ponen de pie para salir de la fuente, aunque claramente al estar escurriendo, no podría acercarse.

    Pero no le importa eso, incluso se pierde en esa sonrisa, para también dedicarle una.

    -¿Así que aquí están?-

    -¡¡¡SHIJIMA!!! ¡¡¡¿QUÉ TE PASO?!!!-

    -¡¡¡CARDINALE!!! ¡¡¡¿POR QUÉ TIENES EL TRAJE ROTO DE LA MAGA?!!!-

    -¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE PASO AQUÍ?!!!-

    Escuchar los nombres que menos querían recordar, y que justamente sean de quienes acaban de conocer y quedar prendados de ese extraño que juraban odiar…

    Al unísono gritaron un -¡¡¡¿QUÉ?!!!- Se miran mutuamente, sintiéndose confundidos y sin entender que es lo que deberían hacer, sentir o pensar ahora.

    Solo entienden que algo nuevo sucede en sus corazones al estar cerca de quien acaban de conocer, pero… ¿Qué les significara eso?

    ---Tiempo Después---

    -Y así fue como conocí a tu abuelo. Y que los matrimonios arreglados a veces no son tan malos- Piensa por un segundo este detalle -Aunque a tu papá lo dejamos escoger a tu padre… Así que no fue tan arreglado… A veces función otras no-

    -Entonces… ¿Estaría bien, sí quiero que Mu sea mi prometido?-

    -Oh… ¿Tan pequeño y mi querido nieto Shaka, está enamorado?-.

    Rojito aquel niño se presenta, evitando la mirada verde de su abuelo –Sí… Y Mu es un omega… Así que… Podríamos casarnos… Cuando seamos grandes…-

    -La verdad, no creo que sea mala idea- Sonríe y junta sus manos con las del pequeño rubio -Mu es un niño muy bonito y, se nota qué eres correspondido-

    -Mmmh… Solo quiero que sea feliz… Y verlo sonreír siempre- Baja su mirada nervioso por las palabras de su abuelo.

    -Pues verás que lo vas hacer… Y tú igual lo serás- Mira a los ojos al pequeño, dándole unos bonitos concejos -Además, cuando llegue el momento de tu boda todos estaremos allí, y mi apuesta nieto conocerá lo bonito del amor y lo especial que es ese momento con la persona correcta-

    -Debe ser lindo, si me permite estar junto a Mu- Una débil sonrisa se implanta, entre sus rojas mejillas.

    Entendiendo que sus mayores deseos se pueden hacer realidad y, más al escuchar los relatos de sus familiares e imagínese una vida a lado de la persona que más ama a una tan corta edad, al igual que todos sus conocidos han hecho…

    Es un deseo, para un futuro qué sin duda se hará realidad, en donde el joven Shaka y el pequeño Mu, estarán juntos por siempre.
     
  15. Threadmarks: Capitulo 15 (Noche De Nacimiento) [ShaMu]
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    469
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mezcla De Amor (Variadas Shipp Yaoi) [Toques De Lemon]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    1947
    Fue un camino muy difícil, fueron momentos bastante complicados a pesar de tener todo a nuestro favor…

    Desde niños había decidido qué tú serias mío…

    Sueno demasiado egoísta, pero era lo que siempre he sentido, el querer tenerte a mi lado, jamás soltar tu mano y nunca permitir que alguien me aparte de tu lado.

    Compartimos desde pequeños todos nuestros sueños, y a pesar de que en un inicio nos criaron como familia, como primos en sí…

    Eso no impidió qué nos enamoráramos, y lográramos vencer cualquier obstáculo.

    Cierto, existieron dificultades qué pudimos vencer para que nuestros sentimientos florecieran…

    Nuestro amor nunca ha sido frágil, y jamás permitiremos que sea así.

    Tantos momentos maravillosos hemos vivido juntos, pero… El más preciosos y el que casi sentía morirme… Es este instante…

    -¿Mu?-

    -¿Mmh? ¿Shaka?-

    -Qué alivio… Estás bien-

    -¿Qué me…?- Un pequeño sobresalto deja escapar quien yace en aquella cama de hospital. Aunque su cuerpo no le permite incorporarse por completo por el dolor -¡¡¡KIKI!!! ¡¡¡¿DÓNDE ESTA?!!! ¡¡¡¿ÉL ESTÁ BIEN?!!!- Sus ojos llorosos por la impresión inicial, la respiración agitándose de golpe, el corazón casi se le sale del pecho por recordar lo que paso previo a desmayarse.

    Aquel rubio, rápidamente intento calmarlo, aunque sea con una sola mano, para que no se sobresalte de más y se intente parar.

    -Mu, tranquilo. Kiki está bien- Le habla con cuidado, lanza un leve suspiro, mientras siente en su alma una paz infinita -Mira- Con una pequeña sonrisa, y mostrándole a quien lleva entre sus brazos, a quien cuidando con toda la dedicación y amor del mundo, sin llegar a apartarse ni un solo segundo de lado de su amado esposo.

    Un pequeño bebé, un recién nacido, con una pelusita color rojiza en su cabeza y los ojos aun cerrados, esta algo inquieto entre los brazos de su padre, sin llorar, cubierto con una cálida frazada de color amarilla con borreguitos lilas dibujados.

    -Kiki, ya estado esperando a que despertarás. También ha estado preocupado por ti- Aquel tono que solo usa con el pelilila presente, siendo delicado, suave y tierno, demostrándole el inmenso amor que le ha tenido desde que tiene uso de razón.

    Su labio tiembla, sus manos qué primero retrocedieron hacia su boca, para luego sin poder detenerse, las estira, derramando lágrimas de infinita felicidad, al igual que una pequeña sonrisa.

    Esa es la señal y el deseo de querer tomar a aquel bebé entre sus brazos, y brindarle su calor como inmenso amor por su hijo.

    Aquel rubio de ojos azules y Bindi en la frente, entiende muy bien aquel pedido sin que el Doncel pronuncie ninguna palabra y, claro que sede al bebé. El cual se mueve algo malhumorado y con hambre…

    Con sumo cuidado, va depositando al pequeño fruto del amor de ambos, entre los brazos de su papá, de aquel Doncel qué lo llevo dentro de su cuerpo con tanto amor por nueves meses y al fin lo logra conocer.

    El corazón del pelilila se remolina en su pecho, el fuerte latir porque conoce a su hijo, el tenerlo entre sus brazos, el maravilloso sentir de ese hecho, apreciar cada uno de sus pequeños rasgos, el emocionarse es inevitable, ya que su bebé, ese pequeño ser que le pertenece ambos… Es la mayor prueba de que fueron uno, que su entrega fue más que solo pasión… Se envolvieron en un inmenso y puro amor, el cual se convirtió en lo más anhelado para los dos.

    Las lágrimas escapan, mientras lo acomoda contra su pecho y, como sí el mismo bebé entendiera qué está con su papá, quien con su calor al igual que el rubio, le brinda confort, a la vez que su instinto se dispara y aun con los ojos cerrados, busca su alimento más anhelado.

    Sin más que hacer, y usando aquella bata de hospital, se descubre un poco su pecho, para que el pequeño tenga espacio, además que su propio cuerpo reacciona, para proporcionarle lo necesario a su hijo.

    Para Mu, el hecho de estar al fin en este momento que tanto anhelo y soñó por tanto tiempo, es simplemente maravilloso que se haga realidad.

    Su cuerpo está sumamente agotado, el haber parido hace unas horas atrás le ha hecho grandes estragos en su ser, sin contar el motivo por el cual su condición empeoro en minutos.

    Apenas si se puede incorporar, las almohadas de inmediato son acomodadas por su rubio favorito, para que tenga apoyo en su espalda y comodidad al momento de darle de comer a su pequeño…

    El amor de su vida, cargando al bebé que ambos hicieron, verlos felices, tranquilos, sanos y a su lado…

    No puedo evitar que de sus orbes azules las lágrimas escapen, al igual que suspiros de alivio.

    El terror qué paso en el momento en que el bebé nació y su llanto se escucho… Creía que todo estaría bien justo en ese instante, que nada malo podría pasar, Mu aún estaba consciente, pues el parto había sido natural, se supone que todo estaría bien de ahora en adelante…

    Pero cuando las enferman le cedieron al bebé y lo pudo contemplar, quiso mostrárselo a su amado, el cual se lo pedía con una voz temblorosa, y sus manos no se podían mover por el enorme cansancio.

    Lo vio perder la conciencia en un abrir y cerrar de ojos, llenándolo de terror y pavor al imaginar que lo peor estaba pasando.

    Vivió el momento más aterrador de su existencia, pensando que su único amor se iría y los dejaría a ambos…

    Se rehusó a apartaran a su hijo de su lado, él lo protegió y cobijo entre sus brazos, mientras esperaba noticias de su amado…

    Sufrió en silencio, como es su costumbre. Se encontraba soló, pues su familia no estaba siquiera en la ciudad, ni tampoco la de su esposo… Aviso como pudo, conteniendo su desesperación lo más que podía…

    Cuando lo pudo ver, y estar a su lado… Le suplico a cualquier Dios, que Mu estuviera bien.

    -Despierta, por favor…-

    -Mu… Kiki y yo te necesitamos…-

    -No me hagas esto, no lo hagas… Solo… Abre tus ojos, y dime que estará bien todo… Como siempre lo has hecho-

    Calmo como pudo a su pequeño, entre las lágrimas y preocupación de pensar que en cualquier momento la salud de Mu empeoraría.

    Aunque le dijeran que solo necesitaba descansar, para recuperarse por la pérdida de sangre, el miedo a perderlo no se lograba esfumar.

    Al fin sentía un poco de paz, qué su vida volvía a tener un rayo de luz que lo iluminaba…

    Verlo acomodado, cargando al hijo de ambos, alimentándolo y como esas esmeraldas contemplan con tanta dulzura a esa criatura, simplemente le parece lo más encantador del mundo.

    No puede evitar que más lágrimas escapen de sus ojos, para acercarse y rodear con un brazos a su amado, mientras este solo mira al bebé que al fin esta en paz.

    Ver las levemente sonrojadas mejillas de ambos… Es una felicidad tan fuerte, que nunca imagino experimentaría más.

    Su mano libre derecha, ayuda a sostener al pequeño, no quiere que Mu cargue solo con Kiki.

    Entrelaza sus dedos, para sierpe sentirse unidos…

    Shaka no pierde tiempo alguno y un beso regala en la mejilla al pelilila de sus sueños.

    Este reacciona con una bella sonrisa, y apartando un solo segundo sus esmeraldas del pequeño bebé, para lograr ver los zafiros qué siempre lo han contemplado con amor…

    Su sentir se deja escapar entre lágrimas de felicidad.

    -Shaka, Kiki es lo más hermosa que hemos hecho juntos- Sin dejar de sujetar con toda la fuerza posible a su hijo, para que siga alimentándose, declara un bello sentir a su amado esposo.

    Al escuchar aquellas hermosas palabras, el rubio se llena de un sentimiento único que conmueve su corazón, pensando en las maravillas que siempre soñaron y han logrado hacer realidad hasta el día de hoy.

    Un suspiro y una sonrisa que jamás oculto para él, le dedica con tanto amor

    -Mu, este momento es el más perfecto de todos…- Conmovido, feliz, emocionado y lleno de amor como siempre solo por Mu, besa esos delicados labios qué ahora están algo pálidos, por la pérdida de sangre, aunque conservan un tenue tono rosa, que es tan tentador besar.

    Un toque suave y discreto, para no incomodarlo, ni moverlo, con tener entre sus brazos a los dos seres qué jamás querrá perder, es suficiente.

    Para Shaka, ellos dos son lo más valioso en su vida, y jamás permitirá que alguien los llegue a herir.

    El beso dura solo pocos segundos, pero aun así se siente como lo mejor y más necesario de este mundo.

    -Gracias… Por amarme Mu. Por corresponderme y por… Ser tan fuerte, y dar a luz a nuestro hijo…- Su voz se quiebra, vivió el momento más aterrador de su vida, pero el ver que ahora nada alejara a su amado borreguito de su lado, lo tranquiliza tanto.

    -Gracias a ti Shaka… Tú, has sido el amor de mi vida desde siempre, me has cuidado siempre y, me has entregado tanto amor, que… Jamás podría dejarte solo, ni a ti, ni a Kiki- La felicidad crece en su corazón, pues expresa lo que ese rubio ha representado en él, desde la infancia -Los amo tanto a ambos-

    Los dos padres primerizos están llenos de amor el uno por el otro, y ese sentimiento envuelve al pequeño que ha nacido en una familia qué lo ha amado con todo su corazón desde el momento en que supieron que venía en camino.

    -Yo también los amo mucho… Por favor… Nunca se alejen de mí- Aunque el peligro ya paso, Shaka demuestra que tiene un pequeño terror a perderlos, y es bastante justificable…

    Por un suceso que ocurrió hace algunos años… Y casi costaba la vida de uno de ellos.

    Pero eso no es importante ahora. Es mil veces mejor recordar que en aquella habitación de hospital donde ambos corazón que se han amado desde una muy tierna edad, ahora cargan y cuidan a un bebé que es suyo y, el resultado de su ferviente, fiel y fuerte amor.

    Nunca nadie los ha podido separar y mucho menos lo podrán lograr ahora. Ambos están casado, son padres y nunca ha existo el menor motivo para separarse.

    Se juraron amor eterno desde su adolescencia, se prometieron qué nada los podría alejar y lo han cumplido… Y lo seguirán haciendo por siempre.

    En esta vida, en la próxima, en algún mundo ajeno, dimensión o lo que sea… Los dos saben que van a estar juntos toda la eternidad, porque sin importar cuál sea la situación, nada los va a alejar y, es una dicha que en este momento eso se cumpla sin ningún obstáculo… Más allá de un susto que pudo pasar a mayores, pero que gracias a su Diosa nada de eso pasó.

    Ahora solo necesitan calmar sus nervios, para que el pelilila y el pequeño pelirrojo descansen, pues el rubio desea tanto poder contemplarlos tanto esta noche, como toda la vida sí es posible…

    Aunque lo más seguro que suceda, es que cuando lleguen las familias de ambos, ellos los ayuden un poco a cuidar a su bebé, para que puedan descansar y recuperar sus fuerzas… Pues sin duda de ahora en adelante, aunque sea un camino algo desconocido la paternidad, no existe nada que los dos no logrén hacer si van de la mano, dispuestos a salir adelante juntos, gracias al inmenso amor que se tienen, por que son un equipo único donde su amor también lo ha sido siempre.

    -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Gracias por leerme.
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso