Explícito Bestia de la Humanidad

Tema en 'Novelas' iniciado por Sylar, 4 Noviembre 2025 a las 11:29 AM.

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    Sylar

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    Bestia de la Humanidad
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2345
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    SINOPSIS: Imagina ser diagnosticado con un avanzado estado de cáncer único en su tipo, con tan solo una semana de vida.

    Transportado de manera inexplicable a un mundo de fantasía con magia y monstruos, en donde la raza predominante son elfos, el género dominante tanto físico como social sean las mujeres y aceptar un trato para curar aquella afición cancerígena es el precio de tu humanidad.

    Esta es la historia de Shogg A. Reksew, un muchacho de 20 años, adaptándose al inhóspito entorno que le rodea, mientras su cuerpo sucumbé a los cambios de la licantropía.

    ADVERTENCIA: Esta novela contiene escenas explicitas de violencia gore, lenguaje soez y sexo.


    ———————————————————————

    CAPITULO 1


    [AULLIDO 1]: “Bienvenido a Uxile”

    WARATUK: Es un país insular ubicado a unos 404 kilómetros de Ecuador y Colombia, con un tamaño aproximado de 620.548 km² y una población de alrededor de 50 millones de habitantes estimados. Su lengua oficial es el español, su moneda es el peso Waratuk y su actual gobernante de toda la nación, es el general Felipe Rafael López.


    [30 de abril de 2019 de las 16:40 PM – Clínica Zenextra – Ciudad Lambass – País de Waratuk]


    —Lo siento… tiene cáncer -Fue el nefasto comunicado de un doctor con los resultados en una hoja que llevaba sobre sus manos.


    Su paciente era un muchacho de peinado corto de cabellera negra, ojos marrones y una marca de nacimiento con forma de “A” en la nuca, vistiendo una bata azulada mientras se encontraba sentado en el consultorio de un hospital. La hoja del médico ponía sobre un apartado datos del joven paciente.


    [NOMBRE: Shogg A. Reksew]


    [SEXO: Hombre]


    [EDAD: 20 Años]


    [Altura: 150 centímetros]


    [GRUPO SANGUÍNEO: ¿?]


    [NACIONALIDAD]: Waratuk (Waratukense)


    —Entonces, estoy jodido, ¿verdad? -Le pregunto el muchacho con un rostro indiferente.


    La delgades que presentaba ya era un síntoma bastante destacable, una evaluación de su índice de masa corporal o IMC, mostraba resultados con valores por DEBAJO de los normales, con un peso inferior acorde a alguien de su altura y edad, dejando en evidencia el diagnóstico final del médico.


    —El cáncer que posee es algo… inusual…


    El doctor le explico que su cáncer se encontraba en el tronco, principalmente en la pared torácica, extendiéndose cada día hacia los pulmones, esófago, vasos sanguíneos y el propio corazón, y que prevé que el resto del organismo terminaría proliferando.


    —Tu cáncer es tan avanzado y con una naturaleza de proliferación bastante UNICA en su tipo, nunca he visto algo así en mi vida, casi parece algo… sobrenatural -Expreso el doctor con sinceridad y asombro —Cualquier en tu misma condición ya estaría postrado en cama, conectado a aparatos de soporte vital, incluso dudo que estuviera consciente, pero en tu caso… aun con toda esa formación cancerígena en su interior, únicamente padeces fatiga y debilidad constante, pero eso no quita que más síntomas lleguen a manifestarse eventualmente con una intensidad grave -Opino el médico —Los datos sobre su cáncer son tan peculiar y confuso, se necesita más estudios, personalmente me gustaría llevar a cabo esta investigación, yo mismo me encargare de todos los gast…


    —¿Cuánto me queda? -El muchacho interrumpió abruptamente —Solo dígame, ¿CUANTO me QUEDA de VIDA?


    —Según mis cálculos… una semana, quizás un poco más con suerte, de verdad, lo siento.


    El muchacho suspiro, y se puso de pie, despidiéndose del médico, rechazando su propuesta de estudiar su enfermedad con su propio bolsillo.


    [–––––––]

    Cambio aquella bata de hospital por una gabardina roja con una camisa blanca abajo, pantalones negros con un cinturón café y botas oscuras, sentado sobre un banquillo de una plaza cerca del hospital al que acababa de salir, miraba fijamente a varios niños jugando alegremente, mientras apretaba sus puños con frustración, comienza a toser incontrolablemente, al terminar se sentía como se debilitaba.


    —Tienes tan mala cara como aspecto, malas noticas, ¿eh muchacho?


    —Es usted, vieja Nora.


    Una señora mayor de abrigo oscuro y pantalones marrón se sentó a su lado, su larga cabellera blanca resaltada con su cuidada piel, en sus manos llevaba un bolso gris, mirando detenidamente la cara del muchacho, se percató de observar a los niños jugando.


    —Entonces sin rodeos, te dieron la verdad, por tu decaído animo… estimo lo peor, ¿no es así?, muchacho -Dijo la señora mayor.


    —Es usted muy perspicaz, vieja, para haberla conocido en tan solo dos ocasiones.


    —Con esta ya serian tres, me caes bien, muchacho.


    —Bueno… al menos voy a estirar la pata, sabiendo que le caigo bien a alguien.


    La mujer mayor, entonces muestra una expresión seria, abre su bolso y le entrega a Shogg una carta.


    —Ve a esta dirección, y espera hasta cerca del anochecer -Le dijo con palabras.


    —¿Qué es esto?


    —Una oportunidad, ¿quieres restaurar tu moribundo cuerpo y vivir?, te ofrezco esa opción.


    —¿Opción?, ¿de qué?


    El muchacho miro la carta, ambos lados estaban en blanco, pensó que se trataba de una broma de la vieja, cuando volteo exigiendo que se explicara, ella había desaparecido, sin el más mínimo ruido, sin el más mínimo rastro, estaba a centímetros de su lado, y luego, simplemente desapareció.


    —¿Cómo hizo eso?, ¿la vieja es alguna clase de ilusionista?, tsk… da igual.


    Entonces escucho un sonido extraño viniendo de la misma carta, la volvió a mirar, uno de sus lados en blanco empezó a dibujarse por sí solo, un paisaje se grababa en este, Shogg reacciona alarmado soltando aquella carta por temor ante un evento extraño.


    —La carta… ¿qué mierda?, ¿qué truco es este?


    El dibujo culmina, mostrando un bosque con cuatro anormales arboles de crecimientos torcidos como una columna con escoliosis, situados en puntos especifico en una posición cardinal cada uno, hacia alegoría a la formación de un círculo en el suelo, cada uno llegaba a medir casi tres metros de alto.


    —Ese lugar… mierda, lo conozco -Recogió con asombro y dudas la carta.


    Volvió a escuchar otro sonido, viniendo del otro lado de esa carta, al voltearla, letras empezaron a aparecer, una escritura sobrenatural en palabras oscuras, todo esto perturbaba a Shogg, pero se resistió de volver a tirarlo, espero a aquel mensaje terminara de manifestarse para leerlo


    “[La salvación o la muerte se haya para los bienaventurados, encuentra el camino señalado, adéntrate al círculo y reclama lo que anhelas en este presente antes del anochecer, pero una advertencia se te da, un precio es de pagarse, que tu libre albedrio decida]”


    —El bosque Baquiu…


    Las zonas boscosas de la ciudad Lambass tenían la reputación de ser un sitio de sucesos anormales, las desapariciones eran cosas aparte, pero los incontables relatos de atestiguar a “criaturas” en sus alrededores eran de los más populares. El sentido común de toda la población solo advierte una regla simple, “NO ENTRES AL BOSQUE POR LA NOCHE”


    —«¿Vale la pena arriesgarme y hacerle caso a lo que pone esta carta»


    Había presenciado una autentica experiencia paranormal, era difícil eludir que aquella percepción fue de algún truco mágico de un ilusionista callejero, el muchacho se convencía de que algo sumamente sobrenatural estaba oculta tras aquella pista, pues conocía el lugar marcado. Recordó las palabras de la vieja Nora antes de desaparecer.


    —«“¿quieres restaurar tu moribundo cuerpo y vivir?”, carajo que quiero… pero todo esta es tan jodidamente ridículo… y demasiado fantástico…»


    Una furgoneta blanca y marrón se aproxima hacia él, era más que suficiente para salir de sus pensamientos y captar su atención, ese vehículo lo reconoció al acto, estaba asociado a problemas para su persona.


    —Hora de irse…


    Aun con su condición declive de salud, aún era capaz de esprintar sin perder rápido su aliento, corría alejándose de la furgoneta, pero este le perseguía en el estacionamiento de la clínica. Pronto su camino se estaba por terminar con un muro de 2 metros de alto, las ventanillas traseras del vehículo se bajan y voces groseras se dirigen al chico.


    —¿¡Pensaste que ibas a salirte con la tuya!?


    —¡Ya te tenemos hijo de puta!


    Pero el muchacho no se detuvo y corrió todo lo más rápido que podía, y a ojos de todos los presentes, salto, desafiando la lógica de los limites humanos, brincando más allá de los 2 metros de altura y aterrizando con leve daño en los tobillos, pero dañando sus zapatillas.


    —Mierda, era mi último par sano… -Expresa molesto el muchacho y sigue corriendo.


    La furgoneta se detiene de golpe, cuatro personas con apariencia de pandillero se bajan de esta, dos armados con pistolas, estaban atónito ante lo que habían presenciado.


    —¿Cómo mierda hizo eso?, ¡salto la puta pared de 2 metros!, ¡es un fenómeno!


    —Nos habían dicho que era un tipo… peculiar, el jefe nos va a joder si no volvemos con él.


    —¿Crees que vamos a alcanzarlo?, tenemos dar un giro completo, para entonces ese fenómeno ya se habrá ido lejos.


    —No puede escapar, no tiene a donde ir, toda nuestra gente en Lambass lo estará buscando…


    [–––––––]

    —No pensé que vendrían tan pronto, estoy hasta los huevos.


    Un inquieto Shogg caminaba adentrándose al bosque, eran las 19:00, la noche empezaba a caer, la razón de haber tomado la opción de hacerle caso a aquella carta, era tan simple.


    —La gente de “Skrat” ya está tras de mí, y ese traidor hijo de puta se está saliendo con la suya, lo jodio todo… ME JODIO a mi


    Cierra sus puños con rabia, recordando el rostro sombrío de un joven de lentes, deseos de muerte eran imaginado hacia esa figura que pronunciaba todo su odio, hacia rechinar sus dientes del mero rencor.


    —Ahora no es el momento… ya estoy aquí.


    Detuvo sus pasos, había llegado a una parte específica del bosque, una donde cuatro arboles anormales separados entre sí y de un crecimiento torcidos formaban un círculo en el medio, cada uno señalando un punto cardinal.


    —No he estado aquí desde hace años, ¿esos árboles crecieron aún más?


    Haciendo caso al mensaje de la carta, debía esperar hasta antes de la noche, y debía hacerlo “dentro del círculo”


    —Con que tengo que estar en medio de esos árboles siniestros, mierda, la cosa más tranquila del día.


    Se situó entre los árboles, y allí se quedó esperando sentado hasta llegar la hora, comienza a toser, una tos continua y violenta, cubriéndose con una mano, siente como la respiración se le agita y la tos cesa, no sin antes observar sangre en su palma, escupido de su propia boca.


    —Está empeorando -Se hecha a reír mientras recuperaba el aliento.


    Se recuesta en el suelo, tratando de calmarse, sus ojos se cierran y descansa hasta aguardar la hora acordada.


    [–––––––]

    Sus ojos se abren, despierta y poniéndose de pie en la oscuridad que inunda el bosque, no escuchaba nada, ni siquiera a los insectos o animales nocturnos, tenía un mal presentimiento, pero le dio importancia primero en averiguar la hora con el sacar de su celular, un modelo viejo, pero que aún funcionaba.


    —23:50 -Dicto la hora actual —Ya casi es la medianoche


    Ilumino la carta que lo había llevado hasta allí, aun ante lo anterior visto, empezó a dudar y a frustrarse de que quizás todo era en vano, hasta que pronto siente como la misma presión del aire se volvió pesada y la temperatura se redujo considerablemente.


    —Que frio… ¿por qué el ambiente se volvió tan incomodo de repente?


    Todo su cuerpo se hecha contra el suelo, su celular es aplastado por una fuerza desconocida, siente como algo estuviera atrapándolo y lo mantenía inmóvil.


    —¿¡Que carajos está pasando!?... no puedo levantarme, no puedo moverme… ¿qué es esta sensación?


    Un ruido a lo lejos se oye, era el sonido de vehículos acercándose, cinco cuatrimotos aparcan en la cercanía, bajándose de ellas hombres armados con rifles de asalto y uno con una escopeta automática, un moreno calvo de lentes oscuros quien empuñaba la escopeta, fue quien lideraba al grupo y hablaba por todos.


    —¡Pequeño trozo de mierda!, ¡el jefe Skrat quiere tu culo!, y nos vas a acompañar AHORA.


    Miembros de la banda de Skrat, un nombre del que Shogg huía para salvar su pellejo, ¿pero ¿cómo?, ¿cómo habían dado con él?


    —¡Ponte de pie y camina hacia aquí malparido de mierda!


    Pero el muchacho era incapaz de cumplir su exigencia, estaba totalmente paralizado, incluso su propia voz ya era incapaz de pronunciarse, aquello que le inmovilizaba, también lo había silenciado.


    —Que pelotas tienes para ignorarme, y te las vamos a arrancar.


    Tomo un machete guardado en el cuatrimoto y corrió hacia el chico con intenciones de atacarlo, hasta que una fuerza invisible lo golpea y lo manda a volar varios metros hacia atrás. Sus hombres le asisten para ayudarle a ponerse de pie, su líder estaba ileso, molesto, adolorido y confuso.


    —¿¡Que mierda paso!?, siento haber chocado contra algo y luego me empujo, ¡y duele!, ¡esto me enfurece!


    Un ataque de ira hace que tome su escopeta y dispare varias veces en dirección contra el muchacho, todos los perdigones son detenidos y quedan suspendido en el aire antes de alcanzar alguno de los árboles torcidos.


    —¿Esto… esto es real?, ¿qué mierda está sucediendo en este sitio? -Aquel calvo soltó su escopeta retrocediendo con temor hasta tropezarse



    Todos sus subordinados estaban tan abrumados como atemorizados, los perdigones se dejan caer al suelo como si aquella fuerza que los detuvo los hubiera soltado, pronto un terremoto se manifiesta y un círculo palpitante de energía de cinco lados es invocado entre los cuatro arboles torcidos, estaba conformado por símbolos de un idioma desconocido complejo.


    Los pandilleros con pavor corren hacia sus vehículos y huyen a toda velocidad de allí, mientras un alarmado Shogg solo podía observar quiero y silenciado como aquel circulo sobrenatural comienza a emitir un brillo cegador.


    —«¿¡qué demonios me va a pasar!?, ¡mierda MIERDA MIERDA!, ¿¡en que carajos termine metiéndome!?» -Exclamo agobiado en sus pensamientos.


    El terremoto culmina y un haz de luz ciega a Shogg, de repente todo se volvió silencio y oscuridad TOTAL.


    [CONTINUARA]​
     
  2. Threadmarks: CAPITULO 2
     
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    CAPITULO 2

    [AULLIDO 1]: “Bienvenido a Uxile”

    La luz retorna, sus ojos vuelven a abrirse para despertar desorientado, poniéndose de pie mira a su alrededor encontrándose en un bosque sospechosamente diferente, los cuatro arboles torcidos estaban ausente y mirando arriba observo un cielo nocturno estrellado con tres lunas amarillentas en el cielo.


    — Esto no es el “bosque Baquiu”, esto parece cosa… de otro mundo -Exclamo boquiabierto mirando los tres astros —Mi ropa… ¡no está!


    Se percata de estar completamente desnudo y desprovisto de toda pertenencia material que poseía con anterioridad, en vano busco su ropa en los alrededores, estaba varado en un sitio desconocido y sin nada encima. Pronto sus oídos captan algo, unas especies de voces.


    —«¿Hay alguien cerca?»


    Guiándose por la procedencia de las voces, cruza por follajes con incomodidad al no tener calzados, salió del bosque para dar con unas ruinas de lo que alguna vez fue un pueblo hace mucho tiempo.


    —«El bosque de Baquiu no tenía ruinas como estas antes» -Entonces Shogg confirmo la temible verdad —«Estoy varado en otro lugar completamente distinto, quizás ni siquiera este en Waratuk, suena una locura, ¿pero algo de esto tiene sentido?»


    Perdido desde una ubicación desconocido por fuerzas sobrenaturales, completamente desnudo e incomunicado al no tener su celular consigo, vuelve a oír aquellas voces que prestando atención con claridad, sonaban de personas.


    —«Quien sea que este cerca, está en esas ruinas»


    Los restos de numerosas casas y estructuras en los alrededores parecían llevar bastante tiempo en abandono, sea de quien fuera las voces, era la mejor opción para intentar comprender donde se encontraba, por supuesto, existía el riesgo de que fueran individuos peligrosos, pero era su mejor opción para su desorientada situación.


    Mientras se acercaba a la fuente del origen de los sonidos, sintió un inmundo aroma venir del interior de uno de las casas, con curiosidad se acercó despacio y se adentró al interior de este. Todo estaba a oscuras, hasta que vio cerca de la puerta aun con la iluminación del exterior, lo que parecía ser un farol pegado a la pared, tenía una palanca y al girarla un poco, una pequeña esfera de luz se manifestó en su interior iluminando, lo suficiente para descubrir lo que había allí dentro.


    —«¡QUE MIERDA!» -Exclamo con intensa estupefacción


    Cadáveres cercenados se encontraba colgados en palos de madera como trozos de carne en una carnicería y otros en una mesa de madera, algunos partidos a la mitad y conservando la parte superior, eran restos de cuerpos de personas, pero había algo extraño con dichos cadáveres.


    —Sus orejas y dedos…


    Cadáveres con orejas puntiagudas y que anatómicamente solo tenían cuatro dedos en las manos, faltándole el anular, había otro cuerpo con la mitad inferir que tenían cuatro dedos en los pies en cada pierna, faltándole el cuarto dedo ambos pies. Una cabeza decapitaba mostraba a otro individuo con la misma proporción de orejas puntiagudas, y otro cuerpo cercenado con el brazo intacto tenia cuatro dedos en su mano, no parecía ser una deformación de nacimiento ni forzado por fuerzas violentas.


    —«Esas orejas puntiagudas… ¿elfos?, ¿cómo los de esas historias de fantasía?» -Se planteo esa cuestión –«Una luz anormal que me teletransporta a un sitio distinto desconocido, tres lunas en el cielo y cadáveres de seres de fantasía, esto se hace cada vez más absurdo»


    Centrando en los cuerpos hallados, la impresión de los restos devorados daba a preocupar, Shogg se percató de que algunos aún se mantenían frescos, no llevaban menos de un día en defunción, algunos parecían más frescos, quizás un par de horas.


    —«¿elfos caníbales?, genial, la cosa mejora» -Fue su conclusión sarcástica ante la mera observación.


    La situación se tornaba tanto extrañas como más alarmante, los cuerpos descuartizados de seres élficos guardados, indicaban un posible consumo de estos como alimento. Sobre restos en una mesa de madera, encontró entre su roja esencia pintada en todo el mueble algo que capto su atención, un arma.


    —«¿Un revolver?»


    Un arma de fuego, un revolver de tosca y primitiva apariencia, recordaba a aquellos modelos antiguos del siglo XIX, de un color bronce, estaba medio oxidado, pero abriendo su tambor se encontró con cinco de los seis huecos cargados con balas.


    —«Su condición deja mucho que desear, probar su funcionalidad es mala idea, pero es mejor que un cuchillo improvisado» -Se hizo con el arma portándolo en su derecha.


    Tomo precauciones de un escenario peligroso, avanzando lentamente del edificio se aproximó al sitio de donde venían las voces, se situó sobre el costado de una pared, desde el otro lado se encontraba la fuente de aquellos sonidos.


    —«Una mirada rápida, y veamos cuantos son… pero estos sonidos…»


    Estando tan cerca, se podía oír con más claridad, todas eran voces femeninas resonando como intensos gemidos de índole sexual.


    —«¿Los caníbales devoran a los hombres y mantienen a las mujeres cautivas como prisioneras sexuales?, je… sin importar la raza, un pensamiento predecible cuando lo planteas con la verga» -Dedujo en sus pensamientos.


    Se situó a un costado de una pared y con total sigilo asomo su cabeza, encontrándose con un escenario completamente descabellado, varias mujeres prisioneras con orejas puntiagudas, elfas como los seres en obras de fantasía, todas ellas desnudas y sometidas, pero no por hombres de su raza o seres semejantes a humanos.


    –«Esas cosas…» -Reacciono con asombro.


    Humanoides de piel verde como orejas puntiagudas y un par de colmillos inferiores visibles fuera de la boca, algunos de un torso tonificado y otros con barriga, pero de brazos y piernas de constitución fornida, vistiendo con atuendos tribales, marcas de tatuajes, algunos poseían cuero cabelludo con peinados de cola de caballo, la mayoría tenía una altura casi aproximada de casi 2 metros.


    –«Orcos» -Reconoció aquellas criaturas de fantasía.


    Una orgia salvaje se desataba con un intenso hedor a suciedad y lujuria, elfas impregnadas de fluidos y mugre, siendo profanadas en todos sus orificios, cuando un orco llegaba al clímax liberaba una carga voluminosa que salpicaba en cantidad hacia afuera, luego era empujado por otro orco a su lado y tomaba su turno para saciar sus deseos carnales. En su total desnudez noto el detalle de que todos poseían cuatro dedos en pies y manos, tanto las criaturas verdes como las féminas de orejas puntiagudas.


    —«Orcos y elfas cogiendo salvajemente bajo un cielo de tres lunas, que panorama digno de un cuento de drogadictos»


    Algunos pocos se corrían llenando la intimidad de aquellas elfas, para detenerse unos segundos y seguir empujando por otra ronda, sin darle su turno a otros, se mostraban más grande y feroz que el resto de los suyos.


    Un suelo lleno de fluidos, sangre y trozos de carne, un orco esperando su turno devoraba un brazo, otro mientras mordisqueaba los restos de carne de un torso con una mano, usaba la otra para forzar una felación de su erecto tronco contra la fémina de ojos llorosos, se corre en cantidad haciendo que la mujer tosa su carga casi ahogándose, solo para estar lista para recibir otra monstruosa masculinidad.


    Jaulas en las proximidades encerraban a puñado de elfas que no participaban en tales actividades, sus vientres hinchados dejaban en claro la razón, algunos tenían más tiempo que otros.


    —«Esas deben estar viviendo en estas ruinas desde hace un buen tiempo, entonces… capturan a los hombres para usarlos de comida y las mujeres como medio de reproducción»


    La ausencia de mujeres entre los seres de pieles verdes afirmaba tal punto, las mujeres elfas cautivas para su desgracia eran usadas para saciar sus impulsos carnales y a la vez engendrar de ellos.


    —«Esas criaturas deben tener un comportamiento territorial, me mataran apenas me vean por ser hombre, tengo que irme de aquí»


    La huida era su mejor elección, empezó a alejarse discretamente hasta que oye una voz femenina sollozando acercándose a su posición.


    —¡Aléjate de mí!


    Una herida elfa desnuda, con su pierna izquierda muy lastimada huye tropezándose cerca de Shogg, esta al verla, entre lágrimas le pide ayuda.


    —¡Por favor sácame de aquí!, ¡POR FAVOR NO QUIERO VOLVER!...


    Un orco la atrapa con una sonrisa diabólica y su masculinidad palpitando, pero su lasciva aptitud desaparece cuando se percata de la presencia del muchacho, su rostro se torna en ira y toma aire para luego emitir un ensordecedor rugido.


    —¡GROOOOOOOOAR!


    Todos los orcos que oyeron aquel rugido, dejan de profanar a las elfas y se acercan a la procedencia del ruido, con un arma a la mano, otros orcos quedan atrás para custodiar a las cautivas féminas para impedir cualquier escape.


    Shogg es atacado por el orco que alerto al resto, usaba un garrote de hierro, el muchacho se hace para atrás y observa como golpea el suelo con considerable fuerza dejando un pequeño hueco en este.


    —«Con un golpe de semejante presión… ¡estoy muerto!»


    La situación empeora cuando otros orcos llegan a escena, armados con espadas, lanzas, hachas y garrotes, el muchacho toma distancia y apunta con el revolver.


    —¡No voy a dejar que me mates!, ¡hijo de puta!


    Jala del gatillo y dispara en el acto, el arma seguía funcionando, asesta contra el orco más cercano a solo escasos metros la bala golpea justo en la frente, antes de que pudiera hacer una mueca de satisfacción, su rostro se tiñe de total incertidumbre.


    –No me jodas…


    La bala muy a pesar de haber golpeado en un punto vital tan de cerca, no le había hecho absolutamente NADA, ni siquiera un misero moretón, era como si el proyectil hubiera chocado contra algo increíblemente duro y anulando toda la inercia de su choque.


    Shogg reacciona con otros dos disparos, buscando algún otro punto vulnerable, uno da en el torso y el segundo en la yugular, ninguna le hizo daño alguno, la criatura era inmune a las balas. El orco responde con otro garrotazo, el muchacho logra hacerse para atrás esquivándolo a tiempo con escasos centímetros de casi ser alcanzado, tropieza cayendo de espalda contra el suelo.


    El monstruo aprovecha y levanta en alto su arma sosteniéndola con ambas manos, brinca hacia el muchacho para propinarle un fuerte golpe, Shogg era consciente, no le daba tiempo a moverse y estaba a merced de recibir el garrotazo, era su fin. Su cuerpo la tembló, pero no se paralizo, en su subconsciente anhelaba su supervivencia.


    —«No quiero morir, no pienso morir… ¡no voy a morir!»


    Su instintivo por sobrevivir le insta apuntar con el revolver, aun siendo consciente de que no le haría nada, su dedo se sitúa en el gatillo. Entonces sin tener conocimiento de ello, una enigmática energía blanca de índole sobrenatural se manifiesta por su brazo hasta alcanzar su mano y el arma, esta misma se filtra e imbuye en el interior del revolver.


    El disparo es ejecutado con una peculiar diferencia, la bala estaba imbuida en esta misteriosa fuerza, esta al dar en el pecho del orco, en la parte superior del tronco para arriba, acto seguido es destrozada en incontables trozos que se esparcen por los alrededores, la parte inferior es empujada hacia atrás tocando el suelo. La magnitud de los restos del monstruo que quedo tras explotar, no concordaba con la cantidad, como si la mayor parte hubiera sido pulverizada dejando pequeñas migajas irreconocibles.


    Los orcos retroceden tras presenciar la brutal aniquilación de uno de los suyos, Shogg no entendía que acaba de ocurrir y cómo fue posible que un arma que no le hizo nada al principio, ahora funcionara con una letalidad absurda, pero aprovecha la situación, poniéndose de pie y apuntar al resto de las criaturas pieles verdes.


    —¿¡Quién es el próximo valiente hijo de puta!?


    Ninguno de los orcos se acercaba, todos mantenían su posición con sus armas en mano, incluso aquellos con lanzas que podían ser arrojadas, dudaban de solo pensar en atacar, hasta que de repente unos gruñidos hacen eco, el propio Shogg sintió algo abrumante aproximándose.


    Un orco en concreto se acercó, llegaba a medir casi 3 metros de alto, con un físico esculpido casi perfecto, un peinado punk, y marcas rojas sobre su hombro como rostro en la parte inferior, una gruesa piel de oso era su única vestimenta en su entrepierna, portaba además un brazalete plateado en su brazo derecho.


    De una penetrante mirada de ojos verdes con esclerosis oscuras, su sola presencia intimidada a todos los orcos, sentían más miedo por aquel individuo que por el mismo muchacho. Shogg podía sentir como su presencia le hacía sudar, las piernas le temblaban y de los nervios los latidos de su corazón aumentaban, el mismo ambiente se sentía pesado con su aparición.


    —«Esa cosa… ese monstruo, ¡puedo sentir que es jodidamente más peligroso que cualquiera de todos!» -Fue su intuición.


    Sentía si llegara a intentar dispararle, no solo no le causaría nada, encontraría su muerte, por lo que mantuvo su distancia, a los costados del aquel poderoso orco, llegan cuatro individuos de gruesas capas de tela que utilizaban cráneos bovinos para cubrirse la cabeza, cada uno portaba un bastón de hierro con un cristal azul en la parte superior de esta.


    El orco intimidante miraba fijamente al chico, y replica con su voz un “tsk” con un tono de decepción, otro orco se aparece a un lado de los que portaban bastones y cráneo bovino, en sus manos empuñaba un rifle sin mirilla tosco y de apariencia antigua.


    —«¿Una de esas cosas tiene un rifle?» -Pregunto para su sorpresa.


    El orco con el arma a distancia apunta a Shogg, este reacciona alarmado, pues estaba expuesto y la cobertura más cercana estaba a un puñado de metros, no lo alcanzaría antes de que la criatura jalase del gatillo. Pero es detenido por el orco de cabellera punk, en un parpadeo, se manifiesta a su lado agarrando su arma y mirándolo fijamente.


    El orco del rifle se asusta, agacha la cabeza y temblando retrocede como si fuera puesto en penitencia, el orco intimidante levanta su mano y señala a tres de los suyos, luego señala a Shogg y emite una palabra a modo de orden que el mismo muchacho pudo comprender


    —¡¡¡MATAR!!!


    Los tres orcos señalados sin titubear se mueven y corren hacia el muchacho, el temblor de las piernas de Shogg desaparece, dando la media vuelta y emprende la huida, alejarse de aquel poderoso monstruo de presencia amenazante era lo más idóneo, aun podía sentir pequeños síntomas de temblores menores en las piernas, pero no le impidieron correr y solo cuando se alejó lo suficiente del orco de cabellera punk, todo rastro de temblores ceso.


    [–––––––]

    Shogg sentía como su condición física le permitía seguir corriendo sin parar, pero se encontraba en persecución con tres orcos, había conseguido salir de las ruinas de aquel abandonado poblado, por un campo abierto, y su siguiente ruta era un bosque que estaba a pocos metros de alcanzar.


    —«Tengo que perder a estas cosas en el bosque o me convertirán en carne de reserva como a esos otros pobres diablos»


    Pero otra preocupación se hizo evidente, aquellas criaturas le estaban alcanzado, el muchacho se dio cuenta y vio como sus armas en altos se preparaban para machacarle apenas lo tuviera a la mínima distancia en centímetro de su alcance. Y para ponerlo peor, solo le quedaba una última bala en la recamara del revolver, incluso defenderse contra los tres no era opción.


    —«¡Un poco más!, ¡necesito apresurarse!, ¡necesito ser más RAPIDO!»


    De sus intentos pensamientos de escapar y sobrevivir, en lo más profundo de su psiquis anhelaba ser más rápido que sus persecutores, y nuevamente aquella energía blanca sobrenatural se manifestó, vuelve a hacer acto de presencia con total desconocimiento de ello.


    Sus piernas son imbuidas, y en un segundo empezó a correr más rápido que los propios orcos, dejando bien atrás a aquellas monstruosidades, consigue alcanzar y adentrarse al bosque, sin ser consciente de que se desplazaba a una velocidad inhumana y con reflejos absurdos para esquivar árboles y todo obstáculo en su camino.


    —«Los estoy dejando atrás, voy rápido… ¡demasiado rápido!»


    Huyendo a un ritmo en velocidad del cual no estaba acostumbrado, en su descuido tropieza y cae violentamente contra el suelo rodando en este.


    —Mierda… me duele todo el cuerpo…


    No sentía nada roto, pero aquella caída lo dejo bastante adolorido y atontado, lo suficiente para que los tres orcos consiguieran alcanzarle, estos se detienen hasta estar a solo un par de metros del muchacho, ríen con indiferencia y satisfacción.


    —Hijos de puta… voy a quitarles esa sonrisa de… -Dijo intentando apuntarle con el revolver, hasta que una tos repentina le sacude —«No ahora… estoy empezando a sentirme débil…»


    Fue solo en un instante a la vez que su tos se calmó, algo veloz y rápido ataca a los pieles verdes, no era uno, sino varios seres que actuaban en conjunto, tomaron por sorpresa a dos de ellos, con garras en manos de cuatro dedos y colmillos son despedazados sin misericordia, el tercero intento defenderse con su lanza, pero los agresores de un zarpazo le quitan su arma. En su desesperación se defiende con los puños lanzando golpes al propio aire, su vientre es desgarrado y de una mordida sus entrañas son sacadas hacia afuera, cae de rodillas para ser mordido desde el cuello por numerosas bocas y su cabeza pulverizada en trozos a mordidas, su masa encefálica es salpicada como una piñata reventada.


    —«Puta madre… me deshice de los orcos… ¡pero me encontré con ALGO PEOR en el bosque!»


    Los responsables de la carnicería contra los pieles verdes, eran un grupo de siete mujeres desnudas de pie a cabeza con rasgos animales de lobo, un grueso pelaje sucio y desliñado les cubre sus extremidades superiores e inferiores, buena parte del torso, espalda, entrepierna y hombro, se extendía hasta con unas orejas puntiagudas, triangulares y erguidas de apariencia lupinas, con una cola o rabo animal característico, sumado a penetrantes ojos amarillos y esclerosis negras, colmillos sobresalían de su boca y sus garras poco o nada tenían que envidiar al filo de cuchillas.


    —«Esas características de una bestia con rasgos humanos, estas cosas son como… ¿licántropos?» -Shogg los Reconoció


    Rasgos provenientes de una criatura mitológica en el seno cultural de su mundo de origen, pero aquí ante sus propios ojos era capaz de atestiguar su auténtica existencia, mitad bestia y mitad humano, auténticos hombres lobos como eran conocidos.


    Retrocede lentamente, sin embargo, las salvajes féminas le olfatean y levantan sus puntiagudas orejas peludas, sus agudizados sentidos se enfocaron en Shogg, gruñidos salen de su boca, ignorando los cuerpos frescos de los orcos que estaban consumiendo, relamiendo sus labios ensangrentados, avanzan de forma cuadrúpeda lentamente como depredadoras famélicas.


    Todo el cuerpo del muchacho se estremecía, aquellas bestias le superaban con un amplio margen en números y demostraron una rapidez abrumante ante sus ojos, las posibilidades de sobrevivir aun huyendo eran considerablemente BAJAS.


    —¡Feranias!


    Una voz exclamo y a espaldas del muchacho tres guerreras surgen aterrizando en las cercanías sobrehumanamente para lidiar contra las salvajes féminas blandiendo armas cuerpo a cuerpo en sus manos, pero observo que aquellas combatientes no eran humanas, ni menos elfos.


    —«¿Mas bestias?»


    Vistiendo atuendos ligeros de tela y pieles, algunos con pecheras de cuero endurecido y pantalones que les llegaba a los tobillos, blandiendo espada, lanza y hacha, las guerreras eran jóvenes mujeres de un físico en forma con estaturas promedio de 180 centímetros, poseían orejas puntiagudas envuelto en pelaje grisáceo menos grueso, dicho pelaje se extendía en pequeña proporción por el cuello y recubría casi toda sus extremidades superiores e inferiores, de su boca poseía dos pares de colmillos y un rabo animal, con ojos amarillos y esclerosis negras, tales características animales recordaban a un lobo.


    —¡Que ni una “Ferania” quede! -Exclamo a la orden una de las guerreras de rasgos animales.


    —«Se ven similares a las otras bestias, pero visten ropa, tienen un pelaje más liso y menos grueso, y lo más importante es que pueden hablar, tienen uso de la razón»


    Shogg observa como el cuerpo de aquellas guerreras bestias y sus armas se envuelven en un aura blanca sobrenatural, las bestias salvajes a pesar de poseer la ventaja numérica, eran abrumadas por el trio, su velocidad, fuerza y agilidad había aumentado notoriamente con la presencia de aquella aura sobrenatural.


    Torsos cortados, extremidades arrancadas y cráneos perforados, fueron de las tantas bajas de las salvajes, los pocos que aún quedaba en pie emprenden la huida, perdiéndose entre los densos follajes.


    —Dejen que huyan, encontramos algo interesante esta noche -Una de las guerreras voltea señalando a Shogg


    Los ojos de las tres vuelven a la normalidad, con sus esclerosis tornándose en blanco y pupilas ordinarias de un color más humano, el pelaje en sus extremidades se reduce cubriendo en el brazo sus muñecas y en sus piernas alrededor del pie, el grosor de pelaje en sus orejas disminuye como también el del cuello. El trio de mujeres bestiales mira fijamente al muchacho con asombro, mas concretamente sus características físicas.


    —Sus orejas son redondas…


    —Con cincos dedos en manos y pies…


    —¿Acaso es…?


    Sin tomar en cuentas las orejas largas envuelta en pelaje, tanto las guerreras bestias como las salvajes, compartían la misma característica anatómica de tener cuatro dedos en manos y pies, igual a los orcos y elfos anteriormente vistos, pero el rostro del trio femenino se mostraban aún más perplejas que el propio chico.


    —Es correcto, la criatura frente a ustedes, es un HUMANO.


    Una cuarta mujer se muestra a espaldas de Shogg, con una apariencia de alguien de la tercera edad, pero de un exagerado físico tonificado y una estatura de 210 centímetros, largo cabello canoso, poseía un pelaje bestial negro en extremidades, en unas orejas puntiagudas y en pequeña proporción sobre su cuello. Vistiendo gruesas pieles y un brazalete plateado en la muñeca, dejaba en claro que su naturaleza era la misma que el trio de bestias guerreras.


    —Sin duda, es un auténtico HUMANO -Volvió a declarar la mujer canosa bestial con una inquietante sonrisa


    [CONTINUARA]​
     
  3. Threadmarks: CAPITULO 3
     
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    CAPITULO 3

    [AULLIDO 1]: “Bienvenido a Uxile”

    —Si, un Humano -Pronuncio con una inquietante sonrisa


    Empezó a aproximarse hacia Shogg, quien, recobrando la compostura, le apunta con el revolver, la mujer detiene sus pasos con un rostro en relativa calma, esto hace que las tres guerreras de rasgos bestiales reaccionan con hostilidad con deseos de desenfundar sus armas en contra del muchacho.


    —¡ALTO!, ¡que ninguna de ustedes interfiera! -Les ordeno seriamente la bestia mayor.


    Ninguna de las tres guerreras desafío su orden, con fidelidad cumplieron y como estatuas allí se quedaron haciendo de meras observadoras, mientras la fémina mayor se echaba a reír rebosante de confianza.


    —Humano, puedes entenderme, ¿no es así? -Pregunto ella con los brazos en la espalda.


    —Si, ¿qué carajos son ustedes?, me he cruzado con todas clases de fenómenos.


    —Nosotras somos guerreras y cazadoras de la orgullosa raza Licántropa.


    —Je, ustedes se parecen BASTANTE a esas salvajes desnuda que chillaban como animales silvestres y querían devorarme


    Las tres guerreras lobas reaccionan entre gruñidos al oír el comentario despectivo del muchacho, siente las auras sobrenaturales de energía que envuelve a las tres y percibe la presión de su sola presencia. La bestia mayor emite un aura más intensa que el trio, mirándolas a la vez con un claro desdén, acto seguido todas cesan sus quejidos como también la manifestación de sus poderes.


    —Ah, te refieres a las “Ferania”, nuestros “primos salvajes” sin salvación, carente de todo rastro de inteligencia y elegancia digna de nuestra raza -Aclaro —Mas allá de compartir la bendición de pertenecer a la raza “Licántropa”, no compartimos ningún otro parentesco con ellas -Afirmo la canosa licántropa con una breve pausa —Lo que trato de decir mi estimado humano, nosotras somos auténticas LICÀNTROPAS, mujeres lobas, que el “espíritu lobo” me castigue si miento.


    Cuando intenta volver a acercarse, el propio Shogg le amenaza de detenerse.


    —¡Ni un paso más!, otro centímetro que te acerques y disparo.


    —Jejeje, que adorable es tu vana perseverancia, intentando “detenerme” con un arma encantada de PODER MÁGICO bastante mediocre -Añadió ella entre risas.


    —“¿Arma encantada?”, “¿Poder mágico?” -Replico confuso el muchacho tales palabras en voz alta.


    —Oh, esa tierna reacción de desorientación comprensiva que delatas con esas palabras, ah… ya lo entiendo, ahora tiene más sentido, jajaja… -La licántropa se echa una risa más sostenida—¡Tú!, ¡mi querido humano!, ¡acabas de llegar a Uxile hace poco!, ¡acabas de llegar a ESTE MUNDO hace casi nada!, ¿acerté?


    La mujer licántropa era más perspicaz de lo esperado, fácilmente intuyo que el humano era un novicio total en el hostil entorno innatural que le rodeaba, y a su vez le revelo que el sitio en el que se encontraba era en efecto, OTRO MUNDO.


    —«¿Uxile?, ¿otro mundo?, mierda… esto no parece un sueño de esos largos y realistas» -Fue la reacción abrumante del muchacho en sus pensamientos —«Realmente este lugar, TODO esto a mi alrededor, es otro jodido mundo.


    Una revelación que ciertamente seria una locura de creer, pero con todo lo recientemente experimentado, negarlo seria como ponerse una máscara de su propia demencia.


    —¡Esto es PERFECTO! -Exclamo con emoción la mujer loba canosa con el chocar de sus manos —Es necesario una demostración de la “realidad” de este mundo que debes comprender, dicho esto… dispárame.


    —¿Qué?


    Sonríe con una exorbitante confianza, levanta sus brazos y se mantenía inmóvil como una diana de práctica, a solo 4 escasos metros de distancia, la mujer mayor de rasgos bestiales, le incentivaba a disparar del revolver.


    —¿Realmente quieres que te dispare?


    —Insisto y POR FAVOR en que lo hagas, te recomiendo ponerte de pie para apuntar mejor, y dispara hacia AQUÍ -Señalo con su dedo su frente.


    —Je, como quieras.


    Una vez de pie, cumple con satisfacción su petición presionando del gatillo mientras apuntaba a su cabeza, sin darse cuenta, una energía blanca sobrenatural imbuye el revolver al momento de efectuar el disparo y en ese instante que la bala es expulsada, en solo menos de 1 segundo, se oye un estruendoso eco del proyectil.


    —Carajo… -Fue la abrumante reacción de incredulidad de Shogg.


    Un disparo a quemarropa y la bala nunca llego a impactar, esta había sido detenido con tan solo dos dedos de la mujer licántropa mayor, el proyectil en movimiento fue fácilmente atrapado con solo dos dedos de una mano que anatómicamente tenía cuatro. Acto seguido, el revolver que empuñaba es cortado a la mitad quedando inutilizado, no solo detuvo una bala sino a la vez destruyo el arma.


    En ese preciso momento, el muchacho sintió como vio que la mujer licántropa emanaba una enigmática energía blanca, esa misma fuerza sobrenatural que había presenciado tanto en los orcos como en el trio de las guerreras bestiales.


    Los brazos de la fémina canosa estaban envueltos de esa fuerza sobrenatural, no solo perceptible a la vista sino también en sus sentidos y con ello realizo proezas físicas que, desde su lógica humana, serían RIDÌCULO e IMPOSIBLE.


    —En este mundo la auténtica magia existe -Revela la mujer licántropa —Tan enigmática y poderosa, su misma existencia data desde los inicios del principio de este mundo, aquellos capaces de manipularla y controlarla a voluntad, ejercen el auténtico PODER -Explica con seriedad —Aquel revolver que utilizabas, estaba encantada con magia, pero solo poseía una insignificante proporción de esta, que contra otro “poder” más formidable fue superado, es como querer derribar un árbol con un palito delgado y endeble.


    Una explicación fundamentada que sonaba descabellado, pero el propio Shogg fue testigo de ello, la existencia de autentica magia, choques de fuerzas sobrenaturales capaces de realizar proezas y reflejos más allá de la lógica que conocía, dejaba en ridículo a las armas de fuego que conocía de su mundo natal.


    El muchacho comienza a toser, una tos violenta que le hizo ponerse de rodillas y escurrir sangre hacia el suelo, sus labios y mentón estaban manchados de su roja esencia, respirar se le dificultaba, su visión se tornaba borrosa.


    —«Otro ataque… y para peor, estoy… sucumbiendo…»


    Podía sentir como el malestar de su interior se gestaba a un ritmo alarmante, calma la frecuencia de su respiración, su vista vuelve a la normalidad y al voltear hacia la mujer licántropa, observa como ella, ya no estaba allí, en su lugar se desplazó con un sigilo sobresaliente a su retaguardia, y le sujeto con un abrazo suave.


    En vano Shogg forcejeaba para intentar liberarse, ella empezó a oler su cuerpo, acompañándolo de lamidos en su torso y mejilla, le dio una olfateada de pie a cabeza, tan curiosa como lasciva.


    —Mis sentidos lo perciben, pueden sentir que estas MURIENDO -Afirmo ella con contundentes palabras.


    El muchacho dejo de resistirte al oír la cruda verdad de los hechos, sentía la fatiga misma apoderándose de su ser, enfermas raíces extendiéndose sin control en su organismo, ¿qué posibilidades tenia de sobrevivir en un entorno tan inhóspito con monstruos y magia teniendo un cuerpo enfermo?


    —Que injusto es el destino, llevándose tus esperanzas, arrebatando tus ambiciones y despojándote lentamente TU VIDA –Le susurro al oído —El cruel destino te maldijo con una vitalidad frágil, queriendo arrebatarte TODO, pero tu alma y esencia HUMANA prevalecen, resistiendo lo inevitable y me interesa POSEERLO.


    —¿Quién carajos eres? -Pregunto un debilitado muchacho.


    Sintió su respiración en el oído, su lengua pulsante y babeante saborear su cuello, con las carismáticas palabras de un diablo, continuo su monologo.


    —¿Quién soy?, una loba amiga con MUCHO interés en tu humanidad, y te ofrezco CURAR tu moribundo cuerpo -Declaro con sus escleróticas teñidas de oscuridad y sus ojos amarillentos —¿Qué quiero a cambio con tal “generosa” oferta?, un poco de tu buena fe humana, por supuesto, puedes rechazar mi ofrecimiento y aceptar morir miserablemente como otro pobre diablo más del montón.


    Las palabras susurradas por la mujer licántropa, eran tan tentadoras, tan esperanzadoras y a la vez envuelto en enigma e incertidumbre, su consciencia debatía sobre aceptar o declinar tal peculiar oferta.


    —No tienes por qué morir tan joven, puedo AYUDARTE, puedo CURAR tu fragilidad, puedo FORTALECERTE, salvarte del cruel destino, si muestras un poco de tu fe humana, si confías en mí y aceptas mi “regalo”


    —Yo… -Responde a medias por una tos enfermiza —Acepto tu “regalo”


    La loba de cabellera canosa replica con una sonrisa de tinte diabólico en su rostro


    [–––––––]

    Su cuerpo yacía boca abajo atado de extremidades con grilletes sobre un altar en una capilla abandonada, con el techo desmoronado que dejaba a la vista el paisaje del cielo nocturno con las tres lunas amarillas. A su lado se encontraba únicamente la mujer licántropa de cabellera canosa, en sus manos sostenía una gruesa piel oscura de un anormal lobo gigante de siniestra apariencia


    —Humano, te ofrezco este “regalo”, una “piel de licántropo”, bajo esta esplendorosa noche de lunas llenas, ¡Yo Vazil!, ¡juro ante el “espíritu lobo”! ¡otorgarte la bendición de la licantropía!, ¡acéptalo!, ¡acepta al cambio!, ¡ACEPTA al LICANTROPO!


    Sin anestesia y con dos agujas de metal que emanaban cantidades de la energía blanca sobrenatural que saturaban todo el altar, la siniestra piel del lobo oscuro y el propio muchacho.


    Las agujas penetraban a profundidad la piel y carne de la espalda de Shogg, hilos se formaban desde la piel de lobo oscuro para enredarse a su carne expuesta. Un pequeño frasco con el contenido de un líquido rojo oscuro repletos de brillos luminosos, es abierto y vaciado sobre la zona donde se realizaba aquel carnicero procedimiento, el liquido es absorbido al instante, quedando rastros de brillos luminosos.


    Dos círculos mágicos de cinco lados se manifiestan, el primero rodeaba todo el altar y el segundo en la espalda de Shogg, quien manteniéndose consciente, gritaba a todo pulmón, experimentando un dolor como nunca, los hilos de la piel del lobo oscuro crecen aferrándose poco a poco a su carne.


    Sentía como su consciencia se desvanecía, ante todo el agonizante dolor que padecía, su cerebro quería apagarse y ahorrarle el sufrimiento, pero una advertencia de la mujer licántropa la detuvo.


    —¡No cierres los ojos!, ¡mantente despierto!, si te duermes o cierras los ojos demasiado tiempo, ¡MUERES! -Afirmo la misma fémina mientras manipulaba las agujas a un ritmo inhumano —Este ritual mágico debe completarse con ciertos requisitos, debes mantenerte despierto, experimentar en carne propia tu “unión” con la “piel de licántropo”, no puede haber intervención de ninguna droga en medio que altere ese proceso, todo debe ser natural, todo debe ser como esta en mis manos.


    Los gritos de Shogg sobresalían en todo la abandona edificación e incluso en los alrededores de la zona boscosa, luchaba por mantener su consciencia latente, una horrida tos sangrienta le acompaño en esta agónica situación. Siniestras visiones se manifestaron de seres sombríos a sus alrededores con largos hocicos y fauces, le miraban fijamente con un coro de risas burlonas mientras caminaban en circulo a cuatro patas.


    Una sombra más notoria surge a varios metros, una figura humanoide con cabeza y cola de lobo, de ojos rojizos como el fuego, extendiendo sus brazos como si tratara de alcanzarle, pero tan lejos para sentirlos, una voz espectral de tonalidad femenina le susurro al oído.



    —“[Abrázame]”


    [CONTINUARA]​
     
  4. Threadmarks: CAPITULO 4
     
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    CAPITULO 4

    AULLIDO 1: “Bienvenido a Uxile”

    Un claro en el bosque era el sitio montado de un campamento con numerosas tiendas de campañas, algunas destinadas a descansar, otras a guardar provisiones, materiales e incluso armas y armaduras. Bajo la noche de las tres lunas llenas, una fogata gigante se erige en el centro con una llama de metro y medio.


    Alrededor del fuego bailaban mujeres carentes de todas prendas, pero no eran féminas ordinarias, un pelaje recubre antebrazos y muñecas, pantorrillas, alrededor de los hombros, de orejas puntiagudas envuelte en este, en su dentadura la conformaban dos pares de colmillos en la boca y en su retaguardia un rabo animal de carácter lupino. Mujeres lobas o Licántropas eran sus identidades, bailaban con dicha con las manos en alto alabando las lunas como su símbolo central, girando alrededor de las llamas o con tomados de la mano con una pareja en las danzas.


    Un banquete con carne en abundancia, impregnado con el aroma de alcohol y almizcle, bebidas que se derramaban de bocas y sobre desnudas pieles, apasionadas lamidas en cuellos, pechos e intimidades excitadas, libertinaje al aire libre.


    Algunas licántropas aún estaban vestidas, con sus armas en mano y en total guardia, permitiéndosele comer, e incluso beber, incluso la ingesta de una botella entera de alcohol, poco o nada les afectaba sus sentidos.


    —Que mala suerte, me toco hacer guardia en la noche de “Lunaria” -Fue la queja de una de las lobas vestidas y armada, con el bostezar.


    —Al menos para la próxima “Lunaria”, nos tocara ser quienes lo disfrutan y otros harán este fastidio de trabajo.


    —¡Oh mujer!, eso es un mes, las lunas llenas solo salen en el último día de cada mes.


    Una adulta mujer lobo pelinegra de cola de caballo, prendas de cuero y un brazalete gris en la muñeca derecha, miraba hacia todos lados, buscando a alguien, hasta clavar sus ojos en tres jóvenes licántropas que habían llegado recién al campamento.


    —¿Dónde está? -Ella se dirigió a las tres con una mirada autoritaria —¿Dónde está Vazil?


    Las tres intercambiaron miradas ante la interrogante, el temperamento de la loba las ponía nerviosa ante cualquier tipo de respuesta que dijeran, y un silencio prolongado también seria signo de malinterpretaciones.


    —¡Sajia!, tan amistosas con las cachorras de la manada como siempre.


    Una voz hablo por las tres, la mujer loba canosa y fornido cuerpo respondiendo con el nombre de Vazil.


    —De todos los momentos para salir de cacería en la noche, tenía que ser curiosamente en el día de “Lunaria” -Expreso la licántropa de cola de caballo llamada Sajia.


    —Por suerte esta noche no le tocaba a nuestro grupo hacer la guardia, vamos, no te sientas frustrada, ya te tocara tu turno de disfrutar los placeres salvajes en el próximo fin de mes -Argumento la loba canosa con picardía —Mientras tanto, deléitate con esto…


    Cargando un saco consigo, de su interior tomo una botella al cual entrego a Sajia, su contenido era un fino brebaje alcohólica.


    —Las guaridas abandonadas abruptamente de forajidos y traficantes, siempre dejan algún que otro curioso tesoro, jejeje, muy bien chicas -Se dirigió a las guerreras lobas dándoles una botella a cada una —Son jóvenes, guapas y aún queda “Lunaria” para un buen rato, ¡disfruten la noche!


    Con su permiso, las tres se despiden respetuosamente de su mayor, caminando hacia la fogata gigante con el desnudarse y abrir las botellas para deleitar su contenido, mientras sus cuerpos chocaban tan íntimas como lascivo.


    —Podrás engatusar a las demás con tus bonitas palabras, pero no me convences a mí, algo estas planeando, esta “cacería” de última hora es demasiado sospechoso -La fémina de cola de caballo la miro con cierta hostilidad —¿Qué estas planeando?, como pongas en peligro a la manada…


    —¡Sajia!, Sajia… llevo tanto tiempo en esta manada, ¿crees que destruiría el mismo hogar al que formo parte?, en mi larga experiencia de vida puedo asegurar, que eso es una MALA IDEA -Argumento la canosa licántropa.


    —Solo llevas a lo sumo cerca de 4 años, estas aquí porque la alfa lo aprobó, y solo lo hizo por “lastima”, porque eres una vieja licántropa sin una manada.


    —Oh, ¿y esta “vieja” licántropa no ha aportado al bienestar de la manada?, brindando consejos de cacería a las más novatas, dotado de un conocimiento en torno a caminos, atajos y fauna, alguien acostumbrado a la ciudad y con el labial correcto, regatear precios de venta y compras para este campamento, ¿has olvidado que conseguí a un precio accesible y económico que todas nuestras lobas tuvieran un “arma encantada” a mano?, bueno… en tu caso, más bien un “Zear” -Miro el brazalete gris de Sajia.


    La mujer licántropa de cola de caballo no tenía argumento alguno para contrarrestar sus palabras, solo pudo en silencio aguantar la frustración de que su fallido intento de coacción, antes de marcharse, Vazil le declaro una última cosa


    —Esta cacería nocturna tuvo un propósito, eventualmente se los contare llegado el momento, y te aseguro que es por el bienestar de esta manada.


    La canosa loba se marchó hacia la festividad, quitándose hasta la última prenda y tomando una botella con bebida alcohólica del saco.


    —¡Nada como un buen “Lunaria” para estos huesos!, ¡mi carne me pide luna llena, calor y sexo! -Exclamo para abrir la botella mientras con un brazo levanto fácilmente a una desnuda licántropa joven para bañarle con el brebaje y lamerlo desde su piel.


    Sajia con un suspiro desconcertante, siguió en su guardia, abriendo su botella para sorber de esta.


    [–––––––]

    Sus ojos se abren lentamente, su cuerpo flotaba desnudo sobre una absoluta oscuridad casi parecía estar bajo agua, pero era capaz de respirar y no sentía el dicho tacto mojado en su piel, una luz tenue se observaba desde arriba, la única fuente luminosa entre toda la penumbra.


    —¿Dónde estoy?, mi último recuerdo… -Dijo con fragmentos de su memoria de su persona sobre un altar y un ritual macabro con una piel siniestra de lobo —El ritual… la piel… esa vieja licántropa… ¿yo morí entonces?


    Notaba como poco a poco aquella luz se hacía más distante de él, se estaba hundiendo más en una desconocida oscuridad, y justo cuando sus ojos comenzaban a cerrarse de nuevo, observa una figura humanoide oscura manifestarse desde aquella fuente luminosa, una de penetrantes ojos rojizos, una sonrisa de tinte diabólica y notables colmillos en su boca, extendiéndole una mano con garras de cuatro dedos.


    [–––––––]


    Sus ojos vuelven a abrirse, se pone de pie rápidamente y con confusión mira a su alrededor, se encontraba en una parte del bosque distinto al anterior, con un lago cristalino a sus espaldas, pero el panorama a su alrededor era lo más llamativo.


    —Esto… me deja aún más perdido y confuso que antes


    Un cielo nocturno sin estrellas repleta de columnas luminosas de varias tonalidades, resaltando un verde amarillento fuerte entre sus colores, un fenómeno de aurora boreal que acapara todo el cielo. Pero lo que destacaba entre todo era la gigantesca luna llena que casi parecía estar a casi nada del planeta, Shogg al mirarla fijamente sentía una atracción hipnótica a esta, como si su luz penetrara en su interior y ponía a latir su corazón de un ritmo acelerado. Volteo la vista, al separar sus ojos de la luna, sus latidos se calmaron y ya no podía oírlos.


    —«¿Esto es parte del ritual de esa vieja?, ¿a dónde fui ahora a parar?»


    Mirando a su alrededor vio que se encontraba dentro de un bosque de atmosfera única. Partículas de luces sobrevolaban en los alrededores en cantidad, un extenso prado rebosante de poder mágico, plantas exóticas con follajes rojos, naranjas e incluso fucsia que hasta se movían como organismos conscientes y observo un par de venados de pelajes azul con cuernos rojos que circulaban en la zona, alejándose al sentir su presencia.


    —«Tengo un mal presentimiento de este sitio»


    Un ruido proveniente de dos figuras acechándole detrás de un árbol capto su atención, cuando sintieron sus ojos, antes de que se ocultaran llego a notar lo que parecían dos seres de pie con cabezas de lobos y penetrantes ojos amarillentos.


    —«¿La fauna local ya me está acechando?, pero la manera en que me espiaban, ¿eran… lobos que estaban parados?» -Se cuestiono con cierto absurdo en sus propios pensamientos.


    Algo sale de los arbustos a gran velocidad, corriendo en cuatro patas entre gruñidos directo hacia Shogg, salta con sus garras y fauces listo para despedazar al humano, cuando este voltea para mirar a la bestia que le depreda, todo se tiñe de oscuridad.


    [CONTINUARA]​
     
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