Ciencia ficción La Gran Catástrofe - Pasado y Legado

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 6 Julio 2025.

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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos, amigo, parece que quién sea se dignó a devolvernos el foro... :angrycat: En fin, que bueno que pude retomar esta historia secundaria, porque leer en Discord no se siente igual. Ah, y buena foto de perfil, sé de qué juego viene, jejeje. :eyebrow:

    Antes que nada, quiero decir que este capítulo es 100% IA, lo noté en cuanto vi como te dirigiste a mí. :yagami: XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD lo siento, amigo, es que leí tu entrada en el blog y es tremendo. Ya sabes lo que pienso, pero igual, que loco. Que si plagios, clichés, IA's... a este paso cualquier obra que hagamos será falsa apenas la hagamos. :ewww:

    Bueno, al margen de eso, quería decirte que el anterior capítulo fue muy bonito y emocional, de hecho lo he etiquetado como 'adorable' (porque lo es, aunque adorable y triste a la vez :sadexo:). Y este capítulo ha estado también muy bien. Me está agradando que ahora las cosas se van enfocando más en los jóvenes y futuros protagonistas (al menos eso se presupone que serán). Sin más que añadir, paso directo a comentar.

    Al inicio podemos ver que Kite despierta en mitad de la noche debido a una pesadilla, y no es para menos. Él prácticamente presenció como sus padres fueron asesinados, en cierto modo, además de haber sido secuestrado y posteriormente rescatado por quién terminaría siendo su padre adoptivo. Debe dejar trauma eso en un niño y es lógico. Sky ve esto y le ofrece consuelo en forma de un dulce (una galletita de chocolate) que Kite acepta sin dudarlo. Y qué decir, es bonito ver a hermanos apoyarse mutuamente y ayudarse, no esperaba menos de Sky. :muffin:

    Después pasamos a un momento verdaderamente duro para Thomas, y es que su madre en ese punto ha fallecido de muerte súbita. Una verdadera lástima porque la madre de Thomas era una mujer muy interesante y de los pocos padres de los actuales protagonistas (por no decir el único) con vida, a excepción de Zion y Wagner. En fin, Thomas está muy afectado pero cuenta con el apoyo de su mujer Gwyn y de sus dos hijos Sky y Kite, que se muestran cariñosos con su padre para mostrarle su aprecio en una situación tan difícil. Esto los lleva posteriormente a esparcir sus cenizas en una montaña de Edagr, que no es la montaña que su madre quería porque no están en la Tierra, pero al menos le medio cumplió el deseo. Algo triste pero bonito a la vez. :/*-*\:

    La siguiente escena nos muestra a una Sky verdaderamente amable, pidiendo a Alicia y Natasha que si podrán ir a rescatar a los familiares de Artem y Winter, cuando la situación con la SG era un conflicto total y el grupo de Ace estaba buscando al grupo raptado de Gina, Nick, Hana, etc. Ver la bondad de la joven sorprende gratamente a los dos chicos recién llegados, que no esperaban algo así. Pero Sky siempre demostrando esa bondad que la caracteriza. :*{*:

    Acto seguido pasamos a algo más actual, donde Kite se siente afectado por la noticia de que los presos que mataron a sus padres han sido liberados. Pero su hermana le hace ver que pese a todo, él está con familia y amigos que le ayudarán de ser necesario, ya sea a enfrentarlos o a cualquier cosa. Ay, amigo, el grupo de angelitos que se está formando... Se vienen cositas en la parte IX, estoy seguro. :dancecat:

    Finalmente, vemos que Arick la ha terminado llevando a Sky a una cita a solas (AL FIN, LAKOR). Y se dicen muchas cosas bonitas en las que se prometen hacer frente juntos a todo lo que venga, además de consolidar su relación con unos apasionados besos (FALTÓ PONERLA, LAKOR. Pregúntale a tu padre, él sabe de eso). En fin, amigo, escena hermosa. :nice:

    En definitiva, buen capítulo. Parece que estos capítulos sobre los personajes jóvenes e hijos de los protas están asentando un poco la base de como comenzarán la parte IX y eso me agrada bastante. Así que quedo a la espera del próximo capítulo, sea de quién sea, será genial. Nos vemos, un abrazo. :Okibeta:
     
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  2. Threadmarks: Airin – La historia y la realidad
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe - Pasado y Legado
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Drama
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    Saludos. Aprovecho para publicar el siguiente capítulo de esta historia secundaria. El final está cada vez más cerca, y eso significa que también nos acercamos cada vez más al regreso de la historia principal.

    Quiero agradecer como en cada ocasión a mi gran amigo Manuvalk por estar siempre atento a lo que acontece en este universo, ya sea por el propio foro o por discord. Me da gusto saber que los capítulos anteriores han sido de su agrado, y espero estos también lo sean. Sin más para decir, dejo el capítulo.










    Airin – La historia y la realidad:

    — Papá, mamá, tengo una pregunta para hacerles.

    Gavril y Lara se encontraban realizando las preparaciones del almuerzo en su habitáculo en el interior del navío ruso. Vyon estaba leyendo un libro de historietas en una tableta perteneciente a su padre y prestada para que pudiera entretenerse en sus ratos de ocio. Sin embargo, el pedido de la chica llamó la atención de los tres. Toda su familia la estaba mirando, expectantes de saber qué sería lo que saldría de la boca de ella.

    — ¿Qué es lo que te inquieta, cariño? — Lara quiso que se sintiera en libertad de realizar las preguntas que ella quisiera.

    — Ya terminó el anuncio de su amigo Dmitri — decía ella con relación a la transmisión realizada por el expresidente ruso — Y quiero saber algo… Él dice que hay un hombre malo que lleva el mismo apellido que Winter. ¿Eso significa que Winter es malo?

    Gavril, quien era el instructor de su hija y del resto de niños en su formación militar, se vio obligado a contestar esa pregunta. Pudo notar que su hija tenía un tono triste en su expresión al lanzar esa interrogante, por lo que supo que necesitaría de una respuesta que pudiera reconfortarla para que se sintiera mejor. El hombre indicó a su esposa que se encargara de terminar con la cena. Se acercó hacia el sitio donde estaba su hija y se sentó en el suelo. Pese a que la pregunta solo la había hecho su hija, lo vio como una oportunidad de enseñarle a sus dos gemelos.

    — Vyon, ¿por qué no vienes arriba de papá? — Gavril invitó a su hijo a hacer lo mismo que él haría con Airin — Vengan para que pueda decirles algo importante.

    Ambos niños, con un gran amor por su figura paterna pese a lo estrictas que podían llegar a ser sus enseñanzas en ciertos momentos, no dudaron ni un solo segundo en acercarse a él. Los dos se sentaron en sus piernas y le daban un abrazo tierno a su padre, quien reía porque sentía un poco de cosquillas en el tacto con ambos niños.

    — Algo que tienen que saber, principalmente tú que lo has preguntado, Airin — empezó su relato — Es que lo que define si una persona es buena o mala son sus acciones, no su lugar de origen. Es verdad que hay un comandante con el mismo apellido de su amigo Winter ahí afuera…

    — Winter no es mi amigo — Vyon todavía recordaba su pequeña disputa con él.

    — Sería bueno que lo fuera, pero eso no viene al caso ahora — Gavril se sentía un poco apenado por esa actitud de su hijo — Lo que importa es que Winter no ha hecho nada malo al nivel de lo que hizo el comandante que tiene su mismo apellido. Él es el malo, no Winter. Cuando Winter sea un adulto, él tomará sus propias decisiones. Y cuando lo haga, todos podremos decidir si es bueno o malo.

    — Qué bueno, tenía miedo de que me prohibieran acercarme a él — Airin no deseaba mantenerse lejos de su amigo — Gracias por esto, papá.

    — Por nada, cariño — Gavril sonreía para sus pequeños — Ahora, ¿por qué no me ayudan a preparar la mesa? La comida de seguro estará lista pronto, ¿verdad amor?

    — Siete minutos o tal vez menos — contestó su esposa ante la pregunta.

    — ¿Escucharon eso, mis campeones? — Gavril creyó que les gustaría ser llamados así — Tenemos poco tiempo para cumplir con esta misión.

    Entre risas, Airin y Vyon se apartaron de encima de su padre, dándole la oportunidad a que este pudiera también ponerse de pie y dirigirse con sus dos pequeños al sitio en el cuál se guardaban todos los utensilios para que los cuatro pudieran disfrutar de un almuerzo en familia a bordo del navío, una actividad que Airin gozaba mucho de realizar, dado a que adoraba pasar su tiempo con ellos.

    […]

    Muchos años habían pasado desde aquella charla, pero la joven Utkin no fue capaz de pensar en otra cosa en el momento en que se encontraba bajo una sesión de entrenamiento en el planeta Tralio, bautizado en ese momento como Gea por la humanidad que eligió habitar el continente occidental de aquel mundo que habían descubierto y colonizado.

    Su padre decidió que les daría una lección de historia al mismo tiempo que los pondría a prueba con un entrenamiento físico. Por órdenes del padre de los gemelos, Airin y el resto de sus compañeros empezaron a realizar flexiones de brazos. El sitio elegido para realizar el trabajo era la zona de los muros que delimitaba el territorio ocupado por la humanidad en aquel planeta. Gavril y sus alumnos se encontraban del lado interior, a pocos metros de aquella muralla que mantenía lejos a los predadores, y de la cual solo los cazadores y exploradores podrían salir. En el lado de adentro, por lo menos en la zona donde se llevaba a cabo el entrenamiento no había nada más que un viejo árbol con flores rojas y hojas amarillas colgando de sus ramas.

    El comandante Utkin se paró apoyando la espalda en el tronco del árbol, y se preparó para empezar a narrar una lección para sus alumnos.

    — Hoy tocaremos con mayor profundidad un tema que no sale en ningún libro de historia, ¿saben por qué? — Gavril preguntó de manera retórica para los nueve estudiantes que tenía como cadetes — Porque es un tema reciente. Los libros cuentan cómo se llevaron a cabo los conflictos entre los países de Zenith y de Ascendency, y como tras la Gran Catástrofe que ustedes no llegaron a vivir, el último país cambió de nombre. Recuerdan ese nombre, ¿verdad?

    — Black Meteor, señor — contestó Katia, de forma correcta a la pregunta del militar.

    — Buena respuesta, Minami — Gavril sonreía al ver que el resto de los maestros hicieron un buen trabajo en su educación — Pero lo que no se cuenta en los libros es algo que quizá hayan oído hablar en alguno de los podcasts realizados por Dmitri. ¿Alguien sabe qué fue lo que hicieron Zenith y Black Meteor?

    — Yo creo que lo sé… — el joven Iker pidió permiso para responder — Recuerdo que invadieron un tercer país y lucharon allí, dentro de su territorio.

    — Bueno, sí fue algo que hicieron los dos, Evanson, pero no era lo importante aquí — Gavril tenía las miradas de sus cadetes sobre él — Ellos realizaron una misión de infiltración para saquear recursos. Estaban tan desesperados por ir al espacio, y al no querer utilizar sus propios recursos, fueron a buscar los de otra nación.

    — Señor, ¿es cierto que los recursos que ellos robaron no estaban siendo usados por esa nación? — fue la pregunta de Rosary, quien creía haber escuchado algo por el estilo.

    — No sé quién fue la persona que te enseñó eso, Volt, pero sí — Gavril se sorprendía con esa pregunta — Pero eso no quita gravedad al asunto. Los recursos de una nación son su propiedad y de su soberanía. El no entender eso, llevó a las naciones en los años previos a la Gran Catástrofe a entrar en guerra. La paz que llegó tras dicho acontecimiento sentó las bases para que todos los países del mundo, incluyendo aliados y enemigos de lo que un día fue nuestra nación, lo comprendieran y lo respetaran por fin.

    Antes de poder seguir con su charla de explicación, Gavril notó que sus alumnos estaban bajando el ritmo de su ejercitación, creyendo que se les estaba dificultando concentrarse en sus ejercicios físicos al mismo tiempo que prestaban atención a su lección de historia. Eso fue algo que no agradó mucho al comandante ruso, y lo llevó a dar una orden a los jóvenes.

    — Suban la velocidad de las flexiones, no se detengan solo para escuchar — su instructor tenía reservadas más cosas para ellos — Ahora no, pero cuando crezcan, les haremos pruebas para ver cómo se manejan en el exterior de los muros. Necesitarán estar concentrados cuando persigan a un animal salvaje para cazarlo, pero concentrados para saber si no se les está acercando un enemigo. Eso es lo que estamos trabajando aquí… — pronto, el comandante veía cómo los cadetes aumentaban de nuevo para llegar al ritmo inicial — Continuaremos. ¿Alguien aquí se ha puesto a pensar en lo importante que son los recursos para nosotros? Denme un ejemplo de algo que podamos utilizar. Sea lo que sea.

    — El árbol que está detrás de usted — Jessica respondió rápido, creyendo que sería una respuesta obvia pero correcta.

    — Es preciso, Delta — Gavril sonreía al ver que logró cumplir su objetivo al hacer que lo notaran — Los árboles pueden darnos desde frutos deliciosos para comer o cocinar, o incluso pueden darnos madera para hacer leña. Este árbol que está detrás de mí es un poco viejo. No soy un experto, pero sé que dentro de unos años más, será cortado para que podamos hacer leña con él. Hay un punto clave en lo último que dije. ¿Quién lo puede adivinar?

    El silencio reinó en todos ellos, y eso fue algo que no decepcionó a Gavril. Si bien, estaría orgulloso si alguien pudiera responderle correctamente, la realidad es que él no pensaba juzgar a ninguno de ellos por no poder contestar a una consigna como esa. Sin embargo, no se quedaría así por mucho tiempo.

    — Dijiste que todo eso sería en unos años más — su hija fue quien respondió lo que él quería.

    — Eso es correcto, ahí está la clave — Gavril supo que tenía por donde seguir — Este árbol sirve para que podamos tener leña, pero todavía no ha llegado su momento para usarlo. ¿Eso quiere decir que alguien tiene el derecho de venir a robárnoslo?

    — ¡No! — Vyon gritó como si estuviera furioso al respecto.

    — No lo estamos usando, pero eso no significa que deje de ser nuestro — Airin complementó a lo dicho por su hermano, pero de forma más calmada.

    — Y eso es el motivo por lo que los actos de Zenith y Black Meteor son intolerables — Gavril recordaba el momento en que ocurrió todo eso — Rusia siempre apoyó la idea de que Zenith y Black Meteor debían ser castigados por ese crimen. Pero otros países no lo vieron así. Ahora que no hay otros países y solo somos nosotros, es nuestro deber… mí deber, hacer que ustedes lo comprendan. Cuando ustedes crezcan, el ejército estará a sus órdenes. Deberán proteger la soberanía de la humanidad, cuidando que nadie aparezca para robar los recursos que son nuestros.

    — Señor, ¿cree que Zenith y Black Meteor estén allí afuera todavía? — Winter quería conocer la opinión de quien era su comandante.

    — Recuerdo haber visto en vivo una de las últimas transmisiones dadas por el líder de Zenith antes de que nuestra Tierra fuera arrasada — Gavril contestó con algo de dolor en sus recuerdos a lo preguntado por el chico — Por lo que él dijo, parecía que tenían aliados en otros mundos. No sé sobre Black Meteor, pero creo que es probable que Zenith pueda estar por allí. Descartar esa posibilidad sería tonto. Lo importante es que no están aquí.

    — ¿Y si vienen por nuestros recursos? — Vyon quería saber qué derivaría de su pregunta.

    — Evitaremos que se los lleven — Gavril fue severo al contestar — De ser necesario recurrir a la violencia, se hará. Pero como yo ya les he enseñado, estos recursos son nuestros. Si no vivo para ver cómo este bello árbol se convierte en leña, entonces lo verán ustedes. No deben permitir que nadie se los arrebate. Yo solamente espero que no tengan que encontrarse con nadie de Zenith… Nunca. Ni ustedes, ni su descendencia. La Caída de la Tierra fue un evento trágico, pero nos permitió alejarnos de ellos. Espero las cosas se mantengan así. Personas como las que habitaron en Zenith son aquellas que hay que evitar a cualquier costo.

    Airin miraba con asombro la manera en la que su padre acariciaba el árbol en el que previamente se estaba apoyando. Ella realmente creía en lo valioso de aquella lección. Desde la clase de historia sobre un acontecimiento reciente en la Tierra hasta la importancia de proteger los recursos de la humanidad. El ejercicio continuaba, y Airin tenía fijada una idea en su mente.

    — Hacernos fuertes para cuidar lo que es nuestro — era un pensamiento que le gustaba — Papá está haciendo un buen trabajo al entrenarnos.

    […]

    Airin se encontraba sentada en una mesa en el salón comedor de una nave perteneciente a los miembros de la Sociedad Galáctica. Miles y miles de recuerdos volvían a su cabeza mientras veía como mucha gente, entre los que se encontraban personas pertenecientes a su propia nación como también a los humanos que vivían en el planeta Edagr, ingresaban en aquella sala.

    A su lado se encontraba su amiga Rosary, quien fue la única compañera que estaba con vida y a su lado en aquel momento, la familia de su amiga, y también estaba Valiana. Un gran grupo de soldados entre los cuales la mayoría eran de la humanidad que habitaba el planeta al cual se dirigían, entró en la sala con comida racionada para compartir con la gente a modo de alimentarlos en el camino hacia Edagr. Había algunos soldados que había visto hacer compañía a su madre y a su padre cuando ambos estaban vivos para liderarlos entre ellos, pero el número mayoritario pertenecía a aquellos humanos que tenían su origen ya sea en Zenith o en Black Meteor.

    — ¿Qué dirían mi papá y mi mamá si estuvieran aquí ahora? — la joven Utkin no podía dejar de pensar en ellos dos — Siempre que les preguntabas sobre Zenith o Black Meteor, la respuesta involucraba algo malo. Ahora…

    — Ellos nos han salvado — Valiana, una familiar directa del comandante detrás de la operación de rescate, fue la primera en hablar — Tal y como Gina dijo que sucedería.

    — Es tan triste que ella no lo haya logrado — Rosary sentía un nudo en su pecho al pensar en ella — Era tan agradable. Cambió la forma en que vemos a estas personas. No merecía morir allí. Y su hija…

    — Me preocupa más ese otro soldado — Valiana no pudo evitar pensar en él — La forma en la que reaccionó da miedo.

    — Mientras que nosotras pudimos escapar con vida de Tralio, ellos perdieron mucho — Airin pensó en lo equivocados que eran sus prejuicios sobre esa gente, pese a que era algo que ya estaba empezando a imaginarse.

    — Ese hombre fue, ¿verdad? — señaló la madre de Rosary — El que va acompañado por ese alienígena.

    Las tres chicas fijaron su vista en la entrada a la sala, por la cual pudieron ver al comandante Ace Lakor ingresando al sitio en compañía de Allecreod. Ambos seres tenían una silla en mano, y tras entrar en la sala, se iban trasladando mesa por mesa para poder hablar con la gente a medida que estos comían en paz y tranquilidad. En la mesa donde Airin se encontraba, todavía no habían pasado a dar raciones ni para ella o sus acompañantes, por lo que asumieron que primero tendrían la oportunidad de comer antes de hablar con él.

    La joven Utkin pensó que se debería al hecho de que Valiana era un familiar de aquel hombre, puesto a que la última mesa por la que pasó, habiendo transcurrido un rato muy largo que dio la oportunidad a que se sirvieran dos porciones de comida enlatada y bebidas, fue la suya. Ace tomó asiento junto con Allecreod, acomodando las sillas para poder verlos a todos a la cara y que nadie apartara su mirada.

    — Lamento mucho la demora — el comandante centró la vista en los adultos presentes allí — ¿Ustedes son los padres de alguna de ellas dos? — Ace sabía que no sería el caso de Valiana.

    — Ella es nuestra hija, Rosary — contestó el hombre, con entusiasmo para con él — Airin es una amiga. Y usted de seguro ya conoce a Valiana.

    — Airin, las personas con la que hablé antes mencionaron tu nombre. Lo siento mucho, pequeña — el comandante expresaba sus condolencias — En más de una mesa mencionaron tu nombre, y los de tu familia. Yo también he perdido a mis padres, pero a diferencia de ti, no tengo recuerdos de ellos, más allá de sus nombres. Sé que debes estar sintiéndote muy mal ahora mismo.

    — Gracias por sus palabras, comandante — Airin veía a una persona muy respetuosa y con tacto ante ella — Pero es verdad. Arrojaron a mi padre al océano cuando tenía huesos rotos. Mataron a mi madre en frente de todos nosotros para dar un mensaje. Y mi hermano murió en una estúpida competición porque no pude hacerlo retractarse… Toda mi familia murió en ese horrible mundo, a manos de esos malditos seres.

    — No podía creerlo cuando me lo contaban, y lamento que sea verdad — Ace ofrecía un poco de apoyo para la chica — Tal vez esto parezca inoportuno, considerando los sucesos recientes. Pero por desgracia, tengo que hacerme cargo de esto ahora que estamos de camino hacia Edagr.

    — ¿Qué es eso exactamente? — preguntó la joven Volt con algo de curiosidad.

    — Asignarles una casa para que puedan vivir allí — Ace respondió a su pregunta — Los hemos sacado de un mundo oscuro, y ahora los llevaremos a que vivan con nosotros. Necesito saber en qué tipo de viviendas debo de colocarlos — tras dar sus explicaciones, Ace miró a Allecreod sacar una tableta para realizar anotaciones al respecto — Tus padres y tú vivirán juntos, Rosary. Pero necesito saber si están dispuestos a vivir junto a alguien más.

    — Airin vivirá con nosotros — la madre de Rosary habló en favor de su amiga — Ya ha estado con nosotros en Tralio. Y a nuestra consideración, ella necesita un hogar.

    — ¿Qué hay de ti, Valiana? — Allecreod anotaba todo mientras realizaba esa pregunta a la chica.

    — No sé si Winter y yo podamos quedarnos con ellos — Valiana no tenía una gran relación con los adultos allí presentes — Pese a que mi hermano es compañero de ambas, han estado viviendo en ciudades separadas por órdenes de los traliod. No creo que sea correcto quedarnos con ellas.

    — Lo sentimos, Valiana, pero la verdad es que no estamos seguros de si podremos tener a cuatro personas para mantener — el hombre pensaba en ese aspecto — Tendremos que trabajar en Edagr, me imagino. Solo nos estarían regalando un hogar y el resto lo tendremos que conseguir por nuestra cuenta.

    — Es correcto de forma parcial, la verdad es que… la milicia tendrá que hacerse cargo de la compra y asignación de propiedades — Ace estaba preocupado por aquel detalle — Las casas solamente eran regaladas a la gente cuando apenas llegamos a vivir en aquel mundo tras la guerra. Pero para evitar que se deterioraran por falta de mantenimiento, las entregamos a personas dispuestas a trabajar para cuidarlas hasta que aparecieran compradores… Estaremos llevando a mucha gente a ese mundo. No los podemos dejar en la calle, y no lo vamos a hacer. Pero esta clase de medida afectará la economía, solo espero que no mucho.

    — ¿Qué pasará con Winter y conmigo? — Valiana tenía esa inquietud — Yo tengo diecinueve años. No sé si legalmente soy una adulta bajo sus leyes.

    — Lo resolveremos, Valiana, no te preocupes — Ace quería tranquilizar a su prima — Como he dicho, nadie se quedará en la calle. Para cuando lleguemos a Edagr, todos aquí tendrán un techo bajo el cual dormir. Es un problema mío, no suyo.

    — Tendríamos que empezar ahora, mandar todo lo que tenemos y poner manos a la obra — Allecreod sugería al comandante — Sin Xorxaik, este trabajo nos podría llevar mucho tiempo. Pero debemos arreglarlo todo.

    — En eso tienes razón, Allecreod — Ace se puso de pie — Lamento si esta charla fue muy acelerada, pero la verdad es que es una responsabilidad gigante la que ha caído en nuestras manos. Tal vez hablemos en otra ocasión.

    Mientras el comandante de Exploración y Rescate y el ryfier a su lado se levantaban para marcharse a continuar su trabajo, dejando en esa ocasión las sillas que habían estado transportando mesa por mesa, Airin saludó haciendo el gesto de levantar la mano derecha, cuando el resto de quienes iban en su mesa saludaban agitando dicha extremidad.

    Los pensamientos de la chica tenían una mezcla de tristeza y de consuelo por la reciente conversación que habían mantenido con quien era un familiar de su amigo. Ella no podía evitar sentirse apreciada al ver que él en persona estuvo acercándose a la gente para empezar a conocerla, pero los recuerdos de quienes faltaban en su vida la llenaban de inquietudes que nunca podrían ser respondidas.

    — Cómo desearía que los cuatro estuviéramos juntos — Airin reflexionó al respecto sobre lo que acababa de suceder — Ustedes también merecían ser salvados. Me pregunto cómo habrían reaccionado al ver que fue el propio comandante que alguna vez despreciamos todos quien nos salvó de los traliod y nos ofreció un planeta y un hogar.

    La chica intentaba reírse para relajar su mente y alejar toda la negatividad, pero el peso de las muertes de sus familiares, siendo su madre Lara y su hermano Vyon tan recientes como para evitar que pudieran estar juntos pese a que ella sí lo había logrado, hicieron que Airin tuviera que cubrirse los ojos para así poder llorar en silencio. Rosary y Valiana notaron eso por lo que pasaba su amiga, ofreciéndole un abrazo para que ella supiera que no estaría sola, aunque a diferencia de ellas dos, tanto Rosary como Valiana tenían familia para hacerles compañía cuando pudieran pisar por primera vez el mundo nuevo al que se dirigían.

    […]

    A ti no te atraparon, es más, dudo que te hayan descubierto — Airin se mostró algo asombrada por eso — Y dicen que nos estabas siguiendo. ¿Cómo pudiste hacerlo sin que te vieran?

    Yo… los estaba espiando — Winter quería inventarse una excusa, pero en vez de eso, lo cambió por la verdad — Mi papá y mi mamá me compraron un regalo por mi cumpleaños número quince. Me regalaron unos prismáticos. ¿Sabes lo que son?

    Sí, creo que son esos que se usan para ver a lo lejos — Airin creía que era eso — Eso explica porque ni Iker ni yo ni los traliod te detectaron. Porque nos estabas viendo desde la distancia.

    Es correcto — Winter se sentía un poco intimidado por eso — Te vi a ti y a Iker saliendo de los muros, y decidí que quería seguirlos.

    Pero sigo sin entender cómo pudiste vernos — Airin se asombraba un poco — ¿Tan lejos puedes ver con ellos? Porque de alguna manera tuviste que detectar en donde nos encontrábamos, y dudo que puedas hacer eso con los prismáticos.

    Es que, no estaba muy lejos — Lakor sabía que tenía que decir la verdad — Estaba yendo en dirección a tu casa. De hecho, me faltaba muy poco para llegar cuando te vi marchándote con Iker.

    ¿Dijiste que estabas viniendo a mi casa? — Airin notó que su compañero se estaba sonrojando — ¿A qué venías?

    Es solo que… Renji muchas veces me dijo que conocía una colina dentro del territorio humano desde la cual se podía ver todo nuestro territorio — fue la respuesta de Lakor — Me pareció un buen lugar para probar mis prismáticos. Pero no quería ir solo. Pensaba en invitarte a ti.

    ¿A mí? — fue ese el turno de la chica para sonrojarse un poco.

    La conversación entre ambos jóvenes, la cual comenzó como un interrogatorio de Airin para tratar de conocer la verdad detrás de los dichos de su padre y su madre para explicar una situación conflictiva con el padre de Winter, terminaron yendo por un rumbo que permitió tanto a la joven Utkin como al joven Lakor exteriorizar sus sentimientos mutuos.

    Pese a que la humanidad estaba pasando por una etapa complicada tras haber sido capturados por los traliod, la chica, confiando plenamente en su madre y en el resto de la humanidad que había podido evadir la captura, tenía las esperanzas de que las cosas podrían mejorar en un futuro quizá no muy cercano. Con nuevos sentimientos en su corazón tras haberse enterado de las intenciones de su compañero, y de las hazañas que él había realizado para seguirla para asegurarse de que nada malo sucediera, Airin tenía claro lo que debía decirle en aquel entonces.

    Sé que no será mañana, y que no será sencillo. Pero regresaremos a nuestro hogar — Winter miró a Airin a los ojos mientras ella expresaba sus palabras, algo que la chica notó, y que apreciaba de su parte — Quiero que te cuides mucho, pase lo que pase cuando llegue el día. Cuando estemos de nuevo en casa, voy a estar esperando tu invitación a salir. Mi respuesta para ti siempre será sí.

    La chica notó como Winter empezó a sonreír tras haber escuchado de sus propias palabras que ella estaba considerando una cita con él. Adorando la manera en la que el chico sonreía, Airin se vio contagiada por aquel gesto, y no podía evitar hacerlo también. Ambos se morían de ganas porque el plan que llevarían a cabo la madre de Airin en compañía con el comandante Yukimura tuviera éxito, de modo que pudieran gozar de nuevo de la libertad que les habían arrebatado, teniendo en mente una idea para poder pasarlo bien estando juntos.

    […]

    — La vista es… — Airin expresaba mirando a través de los prismáticos — Hermosa, sin dudas. Edagr es mucho más bello que Tralio.

    Pese a que los planes de ambos consistían en una cita en el mundo donde habían aterrizado por primera vez, las circunstancias llevaron a que ese plan tuviera que cambiar. Aunque para la joven Utkin, la diferencia era para bien. Winter, tras haber dejado pasar un tiempo considerable para que su amiga y él pudiesen adaptarse a la vida en el planeta donde iban a vivir, decidió armarse de valor e invitarla a pasear junto a él. A diferencia de otras veces que salían con sus amigos, esta vez lo hicieron en solitario.

    Winter tenía nada más que una mochila con comida, bebida y sin falta, los prismáticos que le habían regalado nada más llegar al planeta Edagr. Junto con Airin, los dos estaban disfrutando de las vistas que podía ofrecer aquel mundo. Habían ido de paseo a un sitio en las montañas donde podías escalar por un sendero seguro, y desde el cual se podía llegar a un mirador con unas vistas que ambos jóvenes consideraban impresionantes.

    — Me alegra que al fin podamos disfrutar este momento — Airin expresó mientras dejaba los prismáticos en las manos de su compañero — Esto fue lo que debí haber hecho aquel día. Esperarte e irme contigo. Siento haber salido con Iker esa tarde.

    — Oye, descuida, no fui yo quien llegó primero — Winter deseaba no recordar más aquel día — Lo que importa es que ahora estamos aquí… Con un mundo hermoso por conocer. Mi primo me ha dicho que hay cientos de lugares hermosos por conocer. Como aquel bosque que está a lo lejos — comentó mientras lo empezaba a señalar.

    — ¿Qué tiene ese bosque? — Airin centró su vista en los árboles que se podían ver.

    — Se llama el Bosque del Ciervo, y dicen que allí se pueden ver animales similares a los que había en la Tierra, algo que solo hemos visto en fotos — Winter explicó a la chica — Tengo muchos deseos de poder invitarte a pasear por ese sitio, y por todas las maravillas naturales que pueda haber en este mundo.

    — Y yo tengo deseos de aceptar tu invitación, Winter — Airin estaba encantada con la iniciativa tomada por su amigo — Si este planeta tiene muchos sitios hermosos por recorrer, entonces, ya tenemos una tarea para realizar, juntos tú y yo.

    — Y lo haremos, créeme que lo vamos a hacer — Winter entonces empezó a pensar en algo que había hablado con un familiar suyo — Pero hay otra cosa que me gustaría proponerte.

    — ¿Qué es? — Airin se veía curiosa al respecto.

    — El día del cumpleaños de Arick, me quedé hablando con él cuando todos se fueron — comentó el chico — Sus padres son los líderes de la división de Exploración y Rescate. Ellos serán los que van a elegir a los soldados que partirán al espacio en misiones que puedan llegar a surgir. Y Arick dijo que los que tienen una plaza asegurada son aquellos que logren sacar las mejores notas en las academias militares.

    — ¿Eso quiere decir…?

    — Que, si nos esforzamos para lograrlo, tú y yo tendremos un sitio reservado para poder viajar a bordo de una nave espacial — Winter se llenaba de ilusión al hablar de aquello — Podremos ser exploradores del universo, viajar al espacio exterior, y ver de cerca un sinfín de estrellas y planetas.

    Airin quedó maravillada ante esa posibilidad. Toda exploración espacial en su vida había llegado a su fin cuando el Explorador Esperanzado aterrizó en el planeta Tralio para iniciar con un proceso de colonización que quedó incompleto. Desde aquel día, la siguiente y única vez que la chica pudo ir al espacio exterior fue cuando se dio el escape del planeta donde la habían convertido junto a toda la humanidad en una esclava. Al no estar tan familiarizada ni con la milicia ni con sus líderes, de no haber sido por su compañero, nunca se habría enterado de esa posibilidad. Winter notó como ella empezaba a tener una mirada mucho más esperanzadora y supo que ella estaba de acuerdo con él. Sin embargo, el joven Lakor no se iría de allí sin estar por completo seguro.

    — ¿Qué dices entonces, Airin? — Winter quería escucharlo de ella — ¿Te gustaría acompañarme en esta aventura para que ambos podamos conocer las maravillas que se esconden tanto dentro de este mundo como más allá de él?

    — Vivir mi vida viajando y admirando las maravillas que el universo nos ha regalado es algo que anhelo con toda mi alma — Airin se acercó a su pareja para abrazarlo y acercar su rostro al suyo — Pero solo si tú y yo estamos juntos para verlas.

    — Lo estaremos, Airin — Winter cerró los ojos y empezó a acercarse a ella — Tú y yo siempre estaremos juntos.

    — Que nuestro viaje de hoy sea el primero de muchos — Airin se preparaba para darle un beso — Y que cada lugar que visitemos sea testigo de cómo tú y yo nos queremos.

    Así, bajo la promesa de que siempre permanecerían unidos en sus viajes, sin importar a donde los llevara su destino, Airin y Winter fundieron sus labios en un beso que ambos ansiaban tener en el mirador de aquella montaña a la cual habían ido a tener el primero de lo que acordaron que serían cientos de paseos en la compañía del otro. Mientras ese beso tenía lugar, lo único que ambos jóvenes todavía no habían decidido para su futuro era cuál sería su siguiente destino, pero conscientes de que allí estarían los dos para disfrutarlo.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola, amigo, me alegra estar por aquí un día más para leer y comentar el capítulo actual, en este caso el de un personaje que no ha destacado apenas pero en el que tengo fe de que coja protagonismo (supongo que para eso tendrá que crecer algo más XD). Como siempre, voy a pasar a comentar lo más destacado para mi de cada escena.

    El inicio nos muestra a una Airin pequeña, en la nave que salvó a los rusos de la extinción de la Tierra provocada por el edagriano Arion. Al escuchar las transmisiones de radio del presidente Dmitri (bien muerto está :yagami:) y oír el apellido Lakor, le preocupa que su amigo Winter también sea igual de malo que ese comandante del que hablan, temiendo que le aparten de él. Gavril (otro que está bien muerto :dancecat:) se muestra afable con su hija y aprovecha para que Vyon (otro por el que no voy a llorar :ewww:) también le escuche, diciéndoles a ambos que Winter no es mala persona y que eso solo se sabrá con sus decisiones de adulto (se me olvida mencionar que Lara está presente y que tampoco la echo de menos. Vaya, en esta escena el único personaje al que le tengo un mínimo de estima es a la propia Airin :clap:).

    Acto seguido pasamos a una escena que, personalmente, me ha agradado bastante el como la has planificado y manejado. Lo que es una simple lección y entrenamiento parecen convertirse en algo especial y significativo para Airin, a quien de seguro se le quedó grabado ese momento en la retina. Me gusta como Gavril explica, como hay una lección en todo lo que hace, ya sea hacerles hacer flexiones y escuchar al mismo tiempo sin bajar el ritmo con el objetivo de que estén concentrados en todo y a todo momento, etc. Gran escena, amigo. :shark:

    Después avanzamos en el tiempo, en una escena donde Airin, Rosary, los padre de ésta y Valiana reciben la visita de Ace y Allecreod, una vez han sido salvados de las garras de los traliod y de la SG. Tratan el tema de la adquisición de viviendas (buen detalle el hecho de que se hable que regalar viviendas podría repercutir en la economía de Edagr) y vemos que Airin se quedará a vivir con la familia de Rosary, al encontrarse ella sin familiares con los que estar. Un hecho de la pone tremendamente triste y no es para menos.

    Luego recordamos mediante un flashback, el plan que tenía Winter de llevar a Airin a una colina en Tralio con vistas espectaculares, cuando ocurrió aquello de que Iker y ella fueron raptados por los traliod. Volviendo al presente, vemos que Winter la ha llevado a una colina pero en Edagr, utilizando esos prismáticos que él siempre quiso usar. Ambos jóvenes conversan acerca de toda la naturaleza y paisajes que podrán explorar en el nuevo planeta que habitan, pero entonces, Winter revela que gracias a sus familiares sabe que si sacan grandes notas en la academia militar, podrían formar parte de Exploración y Rescate, viajando por el espacio y descubriendo nuevos mundos. Esta idea maravilla a Airin, que accede a luchar por ello. Los dos se besan mientras certifican que ese va a ser su plan de futuro. :nice:

    Hacen bonita pareja, Winter y Airin, pero esta escena final me da miedo, amigo. Si van a ser exploradores, temo que enfrenten algo y uno de los dos muera... Sería horrible ver eso. Pero esto es LGC y es bastante probable que pase, así que solo me queda rezar para que no lo hagas :angrycat:. Sin más que decir, nos vemos a la próxima.
     
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  4. Threadmarks: Winter – El camino de un soldado
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe - Pasado y Legado
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    15
     
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    6774
    Saludos. Voy a publicar el siguiente capítulo de esta historia secundaria. Cada vez nos vamos acercando más al final, ya que incluido este de ahora, solo quedan 3 más.

    Quiero agradecer como hago siempre a mi gran amigo Manuvalk por sus comentarios y su presencia en esta historia. Me da gusto que le hayan estado gustando todos los capítulos mostrados hasta ahora, y espero los que restan también le gusten.

    Sin más novedades, dejo el capítulo.












    Winter – El camino de un soldado:

    El atardecer estaba por llegar en el planeta bautizado como Gea por los colonizadores humanos que habían sido capaces de establecer una zona segura para todos sus semejantes.

    En un claro cercano a uno de los ríos que se encontraba cerca de dicha zona, Winter, con tan solo doce años de edad en aquel momento, se encontraba entrenando junto con su padre ante la vista del comandante Renji Yukimura. Este miraba desde lejos como Winter trataba de lanzar ataques de puño contra su progenitor, que no respondía y simplemente se dedicaba a bloquear y a retroceder, dándole espacio al pequeño Lakor para que pudiera descubrir por su cuenta cómo dar mejores golpes y las posturas que debería de tomar para poder atacar de esa manera.

    Renji miró la poca luz que quedaba del sol, y decidió que sería mejor intervenir antes de que se les hiciera tarde. El comandante se acercó a ambos y con una seña les dijo que se detuvieran.

    — ¿Cómo lo hice, Renji? — preguntó entusiasmado el joven.

    — Atacas rápido, Winter — el comandante no se mostraba feliz pese a decir algo positivo de su estilo — Pero más que la rapidez, lo que importa es la efectividad de los golpes. Un golpe poderoso te ayudará más que cinco ataques seguidos que no hagan daño.

    — Pero no es que no tenga fuerza, es que mi papá es un adulto y yo solo soy un niño — el chico se mostró un poco frustrado por haber recibido una especie de reprimenda.

    — De hecho, la diferencia de edad no está relacionada a qué tanto daño hacen los golpes — Renji quería aprovechar la oportunidad de enseñarle eso al pequeño — Me sorprende mucho que estés usando las cosas que el comandante Gavril te haya enseñado. Creo que está haciendo las cosas mal a propósito.

    — ¿Por qué haría eso? — Vitali sentía curiosidad en lo que decía su amigo.

    — No puedo asegurarlo, pero si Winter no está mintiendo y está peleando como Gavril lo está enseñando, entonces hay algo mal aquí — el comandante se acercó al pequeño, agachándose para estar a su altura — Winter, pon atención, voy a enseñarte cómo debes dar un golpe. Trata de ver la posición de mis piernas y los movimientos de mis caderas y brazos. No lo ensayarás hoy, pero la próxima vez que vengamos, podrás intentarlo.

    — Está bien — el niño se mostraba con muchas ganas de aprender.

    — Vitali, quédate donde estás y extiende las manos con las palmas abiertas hacia el frente — indicó el comandante — Yo golpearé solo en esas zonas, no te preocupes por salir herido.

    — Tú nunca podrías hacerme daño, Renji, no tengo miedo de tus lecciones — Vitali decía con mucha relajación — Es más probable a que me haga daño yo solo a que tú pudieras lastimarme.

    Con deseos de ver qué clase de cosas podría enseñarle el comandante amigo de su padre, Winter se paró al costado listo para observar con atención los movimientos que realizaría Renji. Este comenzó moviendo las piernas y ajustando la posición de su cadera en el sentido en que lanzaba un puñetazo con la mano derecha. Su padre atajó el golpe, pero el niño llegó a percibir una pequeña mueca de dolor en su cara, sabiendo que el ataque debió de haber sido algo duro pese a no verse demasiado intenso. Los movimientos que Renji seguía usando eran similares, viendo como este retrocedía y sacudía las piernas al momento de atacar, haciendo que los brazos de su padre se movieran levemente tras poder detener los golpes.

    El pequeño estaba aprendiendo cosas que en clase no le eran enseñadas por su instructor, pensando que sería mejor que fuera el propio Renji quien diera las clases en vez del padre de Vyon y Airin, quien parecía más centrado en lecciones de historia y endurecimiento del cuerpo que en mostrarles como pelear en luchas cuerpo a cuerpo.

    Cuando el sol ya estaba por ponerse en el planeta, los tres se marcharon del lugar en dirección a la casa de Vitali. El hombre había invitado a su amigo a cenar con su familia en un día donde todos los trabajadores, alumnos, y maestros tenían la libertad de pasar sus horas a gusto.

    Tras haber llegado a la casa en donde la familia Lakor Aldan había sido asignada en el planeta Gea, los cuatro integrantes de dicha familia se sentaron a la mesa para comer lo que parecía ser un embutido acompañado por ensalada de frutas y verduras naturales del mundo en que vivían, junto con trozos de pan para poder comer como si se tratara de un sándwich. La cena fue amena para todos los que participaron en ella, aprovechando la oportunidad para saber más sobre los pasatiempos del comandante.

    — Dime, Renji, ¿qué opinas de nuestro hijo? — Fenya, madre de Winter y Valiana, quería conocer su punto de vista respecto a la profesión que le hicieron tomar — ¿Tiene madera de soldado? ¿O debería pensar en una forma para retirarlo de las clases?

    — Winter es un chico fuerte, sin dudas se alimenta perfectamente — el comandante quería lanzar una alabanza a su madre por alimentarlo — Con pulir un poco sus movimientos, será un soldado imparable. No tendrás que preocuparte por él. Cuando este pequeño crezca, las criaturas de este mundo le temerán. Lo verán venir y saldrán corriendo, pero él podrá con cualquiera de ellas. ¿No es así campeón?

    — S… sí — el chico estaba rojo de la vergüenza que le suponía un cumplido así — Espero poder hacerme fuerte. Quiero ser un gran soldado como tú o como papá.

    — Bueno, a mí me ha costado mucho convertirme en un soldado — Vitali se mostró modesto con su hijo — Y no debo ser de los mejores.

    — Bueno, aun así, estoy seguro de que no hay nada de lo que nos tengamos que preocupar — Renji centró su vista en la joven Valiana, quien estaba algo desanimada al ver que no se le daba atención — Porque aquí hay una chica que será una médica excepcional. ¿No es así, Valiana?

    — Sí, tío Renji — la adolescente contestó con orgullo, a diferencia de su hermano — Seré tan buena como lo es mamá.

    — Procuraré que papá no salga herido, pero si algo llega a pasar, sabemos quién estará allí para salvarlo — Renji estaba seguro de que de aquella familia saldrían buenos profesionales para la humanidad — Ustedes dos son un futuro para toda esta gente. Y en mi opinión, es un futuro brillante el que nos espera con los dos.

    — Lo único que lamento es que ese futuro debían de tenerlo en la Tierra — Vitali no podía sacarse de la cabeza ese pensamiento triste — Procuraremos dejarles un mundo en condiciones, y que esta nueva casa sea su hogar permanente.

    — Para eso es que estamos trabajando tanto, Vitali — Renji contestó a su amigo — Los frutos de cualquier árbol son dulces, pero tardan en crecer. Con este mundo es algo parecido.

    Disfrutando de la presencia del comandante, un gran amigo de la familia con ellos, la cena siguió su transcurso en paz y risas hasta que llegó el momento en el que un satisfecho Renji decidió que se marcharía a su casa para dormir bien, puesto a que después de cada día libre se venía sobre él un día atareado.

    — Bueno, espero que esta semana no sea la más pesada, como lo fue la última vez que tuve un descanso — Renji quería provocar risas con ese comentario — Nos estaremos viendo pronto. La próxima vez que cenemos, trataré de comprar algún jugo para los niños.

    — ¡Sí, sí! — Winter festejaba por eso, como si tuviera menos años de los que en realidad tenía — Lo siento, mamá. Pero es que me aburre un poco tomar agua todos los días.

    — No pasa nada, Renji — su madre ignoró las palabras del chico — Tú trae lo que puedas. A nosotros nos alcanza con que estés aquí para compartir junto a nosotros.

    — ¿Quieres que te acompañe a casa? — Vitali se ofreció a no dejar solo a su amigo.

    — Descuida, ya es algo tarde, y deberías hacer el doble de viaje — Renji no aceptó su propuesta — Quédate con tu familia. Y cuando puedas, lleva a Winter a entrenar para que practique lo que enseñé.

    — Eso haremos, tío Renji — el pequeño estaba emocionado por tener otra oportunidad de luchar junto a él.

    — Nos veremos pronto, familia — el comandante se despidió de ellos como un integrante más.

    Winter y Valiana levantaron las manos para saludarlo mientras su padre lo acompañaba hasta la puerta, abriéndola para él y cerrándola tras su paso. En la mente de Winter quedaron grabadas esas últimas palabras dichas por él. Tenía muchos deseos de ver si con lo que Renji le había enseñado era capaz de hacerse más fuerte y mejorar sus habilidades como un soldado en entrenamiento. Consciente de que él, al momento de hacerse mayor sería el futuro de la milicia, algo que el instructor Gavril Utkin le había enseñado con énfasis en las lecciones, el chico no se visualizaba siendo otra cosa que no fuera el mejor en su campo.

    […]

    Winter estaba caminando hacia el resto de sus amigos. La muerte del comandante Gavril Utkin en manos de los traliod estaba reciente en su mente, y se sentía en la necesidad de estar junto a ellos en aquel momento, principalmente para poder darle sus condolencias a Airin y Vyon, quienes de seguro necesitarían de sus palabras de apoyo más que nada, por más que él no lo viera como algo demasiado valioso. El chico no se sacaba de la mente que, de ser él quien hubiera perdido a sus padres, se sentiría mejor si alguien cercano fuera a darle sus condolencias por lo ocurrido.

    Era el último en llegar hacia el sitio en donde se encontraban sus compañeros, y algo raro notó cuando pudo ver que Iker se estaba marchando. Estaba extrañado al verlo de esa manera, ya que caminaba con la mirada baja. Por temor a decir algo que le pudiera caer mal, Winter decidió no preguntarle nada, y simplemente dejar que fueran sus compañeros quienes le explicaran lo sucedido con él.

    Tan pronto llegó, ni siquiera tuvo tiempo a dar un saludo, puesto a que Vyon tomó la palabra de forma anticipada.

    — ¿Ahora vienes? — el joven Lakor se sorprendía por la agresividad que mostraba su compañero — Cuando mi padre nos quiso reunir el día en el que nos atacaron, ni te molestaste en aparecer.

    — Mi papá no me permitió ir — Winter debió defenderse de la acusación.

    — ¿Es decir que ahora vienes a estar con nosotros solo porque ha muerto? — Vyon asumió que eso era lo que pensaba su compañero — Eres una mierda de persona.

    — Estás poniendo en mi boca palabras que nunca dije — la actitud de su compañero caía pesado en Winter — Solo vine aquí para mostrarles mis condolencias. Airin me pidió que viniera, así que, aquí estoy.

    — ¡No quiero tus malditas condolencias! — Vyon gritó furioso, como si tuviera la necesidad de atacar a alguien — ¡Seguro tú y tu familia están festejando por la muerte de mi papá!

    — Eso no es cierto, no somos unos monstruos — Winter no sabía qué hacer para calmar las cosas.

    — No, no lo son, son peores — Vyon le contestó — Tú viste a mi hermana y a Iker salir de los muros, y no dijiste nada a las autoridades. El hijo de puta de Iker sacó a mi hermana de los muros, y tú se lo permitiste. Quizá querías que a mi familia le pasará algo.

    — Eres un estúpido, Vyon — Winter se arrepintió de haberse acercado en presencia de él — Eres libre de creer en lo que tú quieras. Pero nadie en mi familia está feliz por esto.

    — Tú me tienes harto — el chico sentía deseos de darle un castigo — Tú papá vino a gritarnos a mí y a mi madre cuando mi padre estaba herido y mi hermana desaparecida. Ahora voy a ver qué tanto le gusta cuando yo te lastime y luego vaya a gritarle a su casa.

    Winter se puso en guardia cuando escuchó esas palabras amenazantes provenientes de su compañero, y se dio cuenta de que no fue en vano, ya que Vyon empezó a cargar hacia él en agresividad. Katia, Rosary, Jessica y Airin se apartaron cuando vieron que el hijo de Gavril y Lara había empezado una pelea, y Winter no tuvo más que evadir un ataque de puño que le iba dirigido a la cabeza.

    — ¡Vyon, detente! — su amiga Airin intercedió por él — ¡Winter no nos ha hecho nada! ¡No te ha hecho nada!

    — Él no, pero su padre sí — Winter no entendía por qué se desquitaban con él en aquel momento, pero sabía que no debía perder de vista a Vyon — Y ahora él va a sentir en su piel lo que se siente que te hagan pasar un momento de mierda cuando alguien a quien quieres está sufriendo.

    — Vyon, esto no es correcto — Jessica quería hacer algo para detenerlo — Sé que estás herido por esto. Pero no puedes atacar a Iker y a Winter para desquitarte.

    No fue necesario que preguntara por lo ocurrido con Iker, ya que la situación acabó por ser revelada en boca de sus compañeros de clase. Winter notó que Vyon se reacomodó y se paró frente suyo.

    — ¡Vyon! — Rosary quería que se detuviera.

    — ¡No está bien, le vas a dar problemas a tu madre! — Katia le recordó algo que él mismo dijo momentos atrás.

    El menor de los Utkin solo lanzó un grito incoherente al aire, para posteriormente lanzarse al ataque contra Winter una vez más. Este levantó ambas manos y tomó una postura defensiva, pero viendo el ímpetu con el que se lanzó su compañero, eligió simplemente mover las piernas para esquivar un nuevo puñetazo. Vyon ya no estaba escuchando a nadie alrededor, y simplemente se concentraba en Lakor. Este supo que no tenía otra opción más que hacerle frente allí mismo, pese al miedo que tenía por tener que ir contra el mejor de los cadetes.

    — ¡Te voy a dar una paliza! — Vyon gritó, preparándose para cargar de nuevo contra Winter — ¡Creo que te lo mereces!

    Winter vio con preocupación cómo su compañero volvió a salir corriendo hacia él. Sabía que no podría esquivar para siempre, así que decidió ser él quien se mostrara ofensivo. Trató de tener presente las lecciones dadas por Renji en su entrenamiento separado de las clases de la milicia, puesto a que las iba a necesitar para hacerle frente al hijo del instructor que comenzó con el entrenamiento militar en él.

    Vyon lanzó un puñetazo recto hacia él, cosa que Lakor fue capaz de bloquear usando su codo. Inmediatamente después, usando su mano libre, Winter le lanzó un gancho a Vyon, el cual le dio en la parte baja de la barbilla, haciendo que retrocediera un poco. Furioso por no haber dado el primer golpe, Utkin se acercó de nuevo hacia él y levantó pierna izquierda para derribarlo con una patada.

    Ágilmente, Winter giró su cuerpo al mismo tiempo que levantó sus brazos, moviendo sus codos hacia abajo. Ese movimiento le permitió golpear la pierna de su rival, causándole dolor al mismo tiempo que lo interceptaba exitosamente. Con ambos brazos, sujetó a Vyon en su sitio, para después darle un puñetazo al rostro con la mano derecha, metiendo un movimiento de caderas tal y como Renji se lo había explicado en su momento. Al lanzar el golpe, soltó la pierna del cadete, haciendo que este cayera de espaldas al suelo. Furioso, Vyon se levantó y empezó a lanzar golpes de puño de forma aleatoria contra él.

    Winter no podía descifrar un patrón de pelea en él, por lo que solo pudo limitarse a esquivar sus puños hasta que uno dio en el blanco. El puño izquierdo de Vyon entró en contacto con el rostro de Winter, y luego lo siguió con un potente rodillazo al estómago, finalizando con un codazo a la cabeza. Lakor estaba quejándose por el dolor, cuando vio otro golpe de puño con su cabeza como blanco. Tuvo que retroceder para esquivarlo, y luego de eso levantó la pierna con rapidez, consiguiendo darle una patada en la cabeza a Vyon. Este retrocedió mientras empezaba a frotarse la zona en donde recibió el ataque.

    — ¡Maldito de mierda! — Winter notó como su rival perdió la calma por completo tras aquel golpe.

    Casi como si estuviera hecho una furia, el joven cadete empezó a correr hacia Winter con un intento de placarlo. Winter pudo ver sus intenciones, y también corrió hacia él. Vyon sonreía al ver que sería una competencia de fuerza, en donde él podría ganar fácilmente. Pero antes de que se produjera un choque entre ambos, Winter se movió hacia el costado, haciendo que este se pasara de largo. Lo siguiente que hizo el menor de todos los cadetes fue girar su cuerpo usando como eje la pierna más próxima a Vyon, de manera que le dirigió un rodillazo con la otra pierna, impactando un ataque en la espalda.

    Vyon gritó, y para intentar responder rápidamente, lanzó un ataque hacia atrás con su brazo. Su rival lo vio venir, y le bastó con retroceder unos pasos para evadirlo, y así contraatacar con otro gancho que le propinó en la nariz. Mientras Utkin se sujetaba la zona del golpe, Lakor tomó algo de impulso para correr hacia él y darle una potente patada en el pecho, que lo terminó tirando de espaldas y muy adolorido al piso.

    — ¡Mierda! — Vyon se estaba retorciendo un poco por el dolor — ¡Carajo, esto no es posible!

    Su contrincante no se estaba levantando del suelo tras la última ráfaga de ataques que había recibido, lo cual hizo a Winter pensar que la pelea estaba terminada. Sus cuatro compañeras se quedaron mirando desde la distancia por miedo a ser lastimadas por Vyon, quien previamente había mostrado una conducta muy agresiva antes para con Iker y en segundo lugar con Winter. Todas quedaron asombradas al ver como el hijo de Vitali, y también el menor en edad de los siete, pudo no solo resistir la arremetida de Vyon, sino también salir victorioso del encuentro.

    El joven Utkin se levantó del suelo, derrotado ante la vista de todos sus compañeros exceptuando al joven Evanson quien ya se había ido. La humillación de aquel resultado le indicó que debía marcharse del lugar antes de seguir saliendo lastimado por Winter.

    — ¡Vyon! — Airin quería que se quedara para ofrecerle una disculpa a Winter por atacarlo — ¡¿A dónde vas?! ¡No te vayas!

    Nuevamente, el chico no hizo caso a su hermana mayor, quien decidió ir a perseguirlo. Winter lamentaba mucho el haberse acercado a aquel lugar únicamente para expresar su pésame por la muerte de su padre a Vyon y a Airin, y terminar lastimando a uno de los dos, aunque resultara ser por un acto de defensa propia. Pero algo que había aprendido era que sus habilidades en el combate no eran inferiores a las de aquel a quien veía hasta entonces como el mejor cadete de la milicia.

    […]

    — Winter, ¿te sientes bien? — la pregunta de Sky descolocó al joven.

    Estando en compañía de Airin, de Arick, de Kite y de la chica que le había hecho la pregunta, Winter estaba regresando a casa tras el final de la primera semana de asistir a la academia militar en el planeta Edagr.

    Semanas habían pasado desde el encuentro con la Sociedad Galáctica y el arribo al nuevo mundo donde tendría un hogar junto a su hermana y los parientes que habían contribuido a su rescate. Estando de acuerdo en asistir a la misma academia a la que irían Arick, Sky y Kite, él y Airin estaban muy emocionados por empezar ese período de clases junto a nuevos amigos. Pero en esa ocasión, el mayor de los dos Lakor parecía tener la mirada perdida en el camino, y no fue hasta que Sky le hizo una pregunta que salió de aquel trance en el que él se encontraba.

    — Me siento bien, descuida — el chico mostró una sonrisa a su amiga — Es solo que…

    — Tú también piensas en tu familia, al igual que yo — Airin contestó al ver que su novio no lo hacía — ¿Verdad?

    — Mentiría si dijera lo contrario — Winter dejó salir un poco de aire — Mi padre decidió convertirse en soldado cuando le dijeron que ese sería mi destino. Y un comandante amigo suyo solía entrenarme algunas veces. Me emocionaba salir de clases y tener entrenamientos especiales con ellos. Pensar que ahora ya no puedo…

    — Hey, descuida — Arick quería tranquilizarlo — Si tienes el deseo de tener una clase especial, podríamos hablar con mi papá. Él seguro lo haría por ti.

    — Gracias, Arick, pero no es el deseo de una clase lo que me hace pensar en estas cosas — Winter se sentía nostálgico — Era el poder hacerlo con mi padre y un amigo suyo… No sé si sea lo mismo. Y viendo que ese grupo criminal ha atacado hace poco una de las bases del ejército… Mejor no molestarlo.

    — Nada es una molestia cuando lo pide alguien de la familia — Arick le contestó, aceptando su punto de vista — Sabes que lo puedes pedir cuando quieras. Puedes quedarte con esa idea.

    — Lo agradezco, primo — Winter sonreía a su familiar.

    Los cinco chicos no tardarían en separar sus caminos, puesto a que, salvo Sky y Kite que vivían en la misma casa, todos deberían ir en direcciones diferentes para continuar con el trayecto que iban recorriendo. La primera semana había constado de ejercicios de calentamiento para poner en ritmo a aquellos cadetes que no practicaran deportes o realizaran actividad física fuera del curso, y las siguientes constarían ya de clases teóricas para poder graduarse con una educación avanzada al concluir los estudios.

    Arick, Sky y Kite saludaron con alegría a sus dos nuevos compañeros y amigos de curso, y así fue como el hijo de los ya fallecidos Vitali y Fenya se marchó en compañía de su amiga Airin, dispuesto a acompañarla hacia la casa de Rosary, que era en donde ella vivía.

    — Dime, Winter, ¿crees que, si dentro de un mes le escribimos a Iker y a Jessica, ellos acepten venir a la academia con nosotros? — Airin todavía sentía deseos de reunir a sus viejos compañeros — Por más que vivan lejos.

    — No lo sé, si ellos quisieran venir a esta academia con nosotros, tal vez lo hubieran propuesto desde el principio — Winter daba su opinión de lo que creía — Posiblemente sus padres los inscribieron en una academia cercana a sus casas. Recuerda que ellos deben trabajar y tal vez les guste tenerlos acudiendo a un lugar al que puedan llegar más rápido.

    — Al igual que tú, no puedo dejar de pensar en aquellos momentos cuando todavía estábamos en Tralio — Airin miró hacia el pasado — En ese entonces, tú y yo teníamos solo cinco compañeros más… — la chica guardó silencio en memoria de su hermano y de su amiga Katia — Y nos dijeron que era muy importante volvernos fuertes, porque éramos el futuro de la humanidad… Ahora, tú y yo decidimos volvernos más fuertes para poder tener la dicha de viajar por el universo si alguna vez nos eligen para una misión fuera de Edagr.

    — Todavía recuerdo esas palabras — Winter pensaba en lo que ella y él escucharon cuando eran pequeños — Pero te entiendo. Todo ha cambiado desde que estamos aquí. Solo Iker y Jessica siguen asistiendo a la academia como nosotros, solo que ya no junto a nosotros… Y tenemos muchos compañeros. Sin olvidarnos de todos los otros cadetes que deben estar cursando en las demás ciudades.

    — Será un reto ahora ser los mejores, y eso me emociona un poco — Airin veía el lado optimista de todo — Pero me haría más feliz si pudiéramos estar todos juntos. No me malinterpretes, yo disfruto tenerte a ti. Y tu primo y sus amigos son geniales…

    — Si pudieras elegir, volverías al pasado, ¿verdad? — Winter tenía curiosidad con su respuesta.

    — No sé por qué tendríamos que elegir — Airin lo pensaba con algo de tristeza — ¿Por qué simplemente no era posible que estuviéramos todos juntos? Nuestros amigos y nuestras familias, junto a las personas que estábamos aquí. ¿Realmente valió la pena que nuestro líder decidiera apartarse del camino de Zenith y de Black Meteor?

    — No creo que nos haga bien pensar en las cosas que no pudimos cambiar porque éramos muy pequeños o ni siquiera habíamos nacido — Winter pensó en que lo mejor sería aceptar y enfrentar antes de escapar — Ahora mismo, estamos en nuestro propio camino, y deberíamos seguirlo hasta el final.

    — ¿Y cuál camino es ese? — esa forma de expresarse le llamó bastante la atención.

    — El camino del soldado — contestó Winter, con mucha seguridad al pronunciarlo.

    Airin encontraba poéticas las palabras que decía su amigo respecto al presente que ambos enfrentaban, pero supo que tenía la razón. Ella y él se habían prometido hace unos días atrás que irían a cientos de lugares juntos, compartiendo los momentos más importantes de sus vidas, pero antes de ir hacia aquellos lugares, primero debían superar los obstáculos que se les presentaban en el frente.

    Tan pronto como Winter se aseguró que su compañera ingresase a su casa, el joven Lakor marchó de regreso a la vivienda que él y Valiana poseían, para así poder prestarle ayuda en caso de que ella lo requiriera en sus tareas para mantener la casa, y luego de eso, sentarse a descansar y almorzar tranquilo. Una sorpresa se llevaría cuando entró y encontró a su hermana en compañía de Artem, quienes lo estaban esperando con la mesa ya preparada para comer, habiendo un total de dos cajas que parecían ser de pizza como aperitivo, en compañía de un jugo de frutas en botella de vidrio.

    — Bienvenido a casa, Winter — su hermana mayor se le acercó y le dio un abrazo, mostrando su cariño por él — Me alegra que no tardaras demasiado, la pizza acaba de llegar.

    — ¿Por qué? — Winter no estaba comprendiendo nada.

    — Para festejar tu primera semana en la academia, campeón — Artem se acercó a él, y le dio una pequeña palmada en el hombro — Es un nuevo inicio para ti. Y queríamos festejarlo contigo.

    — Yo… gracias, no sé qué decir — Winter se veía maravillado por el gesto de su hermana y su cuñado.

    — No tienes qué decir nada, solo sentarte y comer con nosotros — Valiana le dio una invitación amistosa — Pero primero lávate las manos.

    Con una expresión de felicidad en el rostro, el cadete, en clases una vez más para alcanzar el objetivo que se había propuesto, se sentó en la mesa siendo rodeado de la familia directa más cercana que le quedaba, disfrutando en todo momento de la comida que ambos habían ordenado para él. No podía evitar recordar aquellos momentos en los cuales su familia en el planeta Gea organizaba cenas para sus amistades, y tenían la oportunidad de compartir con otras personas, incluido el comandante Renji.

    La nostalgia que sentía tras la salida de la academia y el tener la oportunidad de compartir con Valiana y Artem aquel momento provocaba muchas sensaciones encontradas en el chico, quien pronto optó por aprovechar para recordar los bellos momentos con felicidad para reforzar el buen rato que estaba pasando.

    — ¿Cómo te ha ido en este comienzo? — Artem fue el primero en preguntarle al respecto.

    — Fue una puesta en forma, la semana siguiente será teoría — Winter respondió con honestidad — No sé qué vendrá después.

    — ¿No tienen un programa para mostrarte? — Artem preguntaba en su desconocimiento — Valiana y yo todavía no hemos empezado nuestras clases en la escuela de medicina, y ya sabemos bien lo qué debemos estudiar.

    — Posiblemente, el ejército haga esto para que los cadetes no vayan preparados para ciertos desafíos — Valiana creyó que era el motivo para eso — Ten en mente que ellos evalúan cosas como la preparación para lo desconocido.

    — Algo así, al final de cada semana nos dejan un adelanto de lo que vendrá en la siguiente — Winter comía a gusto su porción — Muero de ganas porque lleguen los entrenamientos intensivos. Y tal vez algún combate.

    — ¿Con quién te gustaría luchar? — Valiana no sabía que su hermano apuntara a esa clase de formación.

    — Tal vez con Airin y con Sky — Artem aprovechó la oportunidad para una broma — Así tendrías alguna chance para acercarte a ellas.

    — En realidad, me gustaría luchar contra cualquiera que no fuera Airin — el joven sorprendió en la respuesta — Yo he sido entrenado por su padre, y Renji me dio consejos y clases especiales. Me gustaría poner eso a prueba para ver qué formación es la superior.

    — Bueno, en ese caso, ya sabes lo que debes hacer — Valiana apoyó su mano en su hombro — Papá dijo que nos estaría mirando. Seguro estará esperando que lo hagas sentir orgulloso.

    — Y eso haré, hermana — Winter vislumbraba su futuro más claro que nunca — Seré el soldado que él y Renji querían que yo fuera. El futuro brillante de la humanidad. Eso no cambió. Eso es lo que quiero ser.

    — Y tal como dijo el tío Renji, yo estaré cerca de ti para ayudarte a sanar si no puedo evitar que te lastimen — la joven Lakor tenía ese recuerdo presente de una de sus tantas cenas antes de que las cosas en Gea cambiaran para empezar a dirigirse al estado actual.

    […]

    Winter, Airin, Kite, Sky y Arick estaban con gran expectativa en una de sus tantas clases. En un gimnasio situado en la sala de mayor tamaño de la academia, los instructores militares, siendo acompañados y supervisados por el director de dicho establecimiento estaban dando a los cadetes la oportunidad de participar en combates uno contra uno para medir sus fuerzas y la eficacia de los estilos de pelea que habían aprendido en las clases en contra de sus propios pares.

    A medida que el director, portando una tableta con la lista de los cadetes inscritos y presentes en aquel día de clase, los iba llamando, estos se paraban sobre una lona de tamaño mediano, ocupando apenas unos pocos metros cuadrados. El desafío era simple. Había que tener derribado al adversario durante unos diez segundos, o bien, tirarlo fuera de la lona y asegurarse que pasara más de diez segundos sin poder reingresar, con un hándicap particular que indicaba que, a la segunda caída de la lona, el peleador quedaba descalificado, solo con el propósito de acelerar las batallas.

    Un par de combates tanto entre cadetes tanto del mismo sexo como mixtos habían pasado, hasta que finalmente llegó el turno de Winter para tener su batalla.

    — El próximo combate será entre Winter Lakor… — el director lo invitó a ponerse en la lona y prepararse — Contra Arick Lakor.

    El sonido de aplausos y gritos de emoción sonaron en los compañeros que estaban allí ese día. Todos entendían que la elección del combate no había sido cosa del azar, y que el propio director quería que se midieran ambos parientes en una batalla para ver sus fortalezas. Winter y Arick se miraron con una sonrisa al saber que la lucha de esa ocasión quedaba en familia, y avanzaron juntos a la pelea mientras eran vistos por Kite, Airin y Sky, quienes esperaban un buen combate de entrenamiento a manos de ambos.

    — Winter, entiendo que eres mayor que tu primo, y que tú también estabas siendo entrenado para volverte un soldado en su momento — contaba el director, esperando una respuesta del alumno.

    — Ambas son correctas — el mayor de los Lakor no quería entrar mucho en detalle.

    — Arick, tú eres menor que Winter, y empezaste tu entrenamiento después que él — el director ya lo conocía bien — Pero eres uno de los mejores alumnos de la academia. Considero que es una pelea justa para ti.

    — Lo veo también, director — Arick habló con respeto por la autoridad — Yo tengo algo que Winter no tiene.

    — Sí, justamente tienes prohibido usar tus poderes para pelear con la energía — el director se lo restringió — La heredaste de tus padres que también eran portadores de aquel poder. Winter no tuvo la oportunidad, y no será hasta su graduación que podrá obtener ese poder. Lucha a puño limpio contra él.

    Sabiendo que tendría que abstenerse de materializar energía de sus manos al momento de luchar, habilidad que cualquiera que tuviera a un familiar con dicho poder era capaz de heredar, Arick se mentalizó para el combate que tendría con quien consideraba su primo. Pese a que Winter ya había visto ese poder en demostraciones que Sky, Kite o incluso él habían realizado, no podía obtenerlo hasta no exponerse a la radiación para realizar la prueba de adquirirlo y ver si era compatible con su cuerpo. Winter estaba feliz por ver que se le había restringido esa habilidad a su primo, ya que así evitaría tener que preocuparse por los ataques a distancia, y sería una lucha cuerpo a cuerpo sin nada más para que interviniera.

    — Son libres de iniciar cuando quieran — el director les dio la invitación a comenzar.

    Winter rememoró aquel combate que tuvo contra Vyon, un adversario que para él era invencible hasta la ocasión que tuvo para finalmente enfrentarlo y ganarle. Teniendo presente que fue él quien esperó los ataques del oponente, decidió repetir la estrategia. Arick, viendo como Winter se ponía listo para defenderse, optó por ser el primero en atacar. El más joven de los dos se lanzó al frente tratando de fingir un placaje, pero tan pronto como se acercó a su rival, se lanzó en barrida al suelo aprovechando lo fino de la lona para arrastrarse sin obstáculos hacia él y tratar de patear las dos piernas de apoyo de su primo. Winter dio un salto para esquivar el ataque, y quería pisar el cuerpo de su rival aprovechando el impulso tomado. Movió los pies tratando de conectar el golpe a las costillas de Arick, pero este rodó con agilidad al mismo tiempo que levantaba su cuerpo con un giro que le permitió dar un codazo a Winter para derribarlo al suelo.

    El movimiento fue exitoso y Winter quedó boca arriba sobre la lona. Arick se preparó para situarse sobre él y así restringirlo, pero su primo fue más veloz. Levantó las dos piernas y le pegó una patada en el pecho con la planta de los pies, dando un impulso suficiente para que Arick retrocediera algo adolorido, sujetándose la zona pectoral donde recibió el golpe. Winter se puso de pie rápidamente, y aprovechando el estado de desventaja de su rival, se acercó a él con una patada voladora, la cual le encajó en el hombro, haciendo que Arick diera unos cuantos pasos hacia atrás y cayera fuera de la lona, sabiendo que tenía que volver a subirse antes de que pasaran diez segundos.

    — Uno, dos… — comenzó la cuenta el director.

    Arick, todavía con un leve dolor en las zonas golpeadas, se levantó y trató de entrar en la lona. Winter estuvo allí para sujetar su cuerpo con un fuerte agarre, justo en el límite. El plan de su primo era dejarlo allí hasta que pasara el tiempo.

    — Muévete — Arick estaba un poco molesto.

    — Ríndete — Winter lo desafió al mantenerse en su lugar.

    En una maniobra inesperada para Winter, Arick atacó con un cabezazo. Con la frente, golpeó en la nariz a su rival, movimiento que hizo que Winter se sujetara esa zona con dolor mientras que ingresaba en la lona, siendo acompañado por Arick, quien ya se encontraba de nuevo en aquel sitio, listo para lanzar su siguiente ataque. Con la pierna levantada a media altura, Arick propinó una patada al abdomen de Winter, causando que su rival se inclinara al recibir el impacto. El más joven de los dos dio un giro con su cuerpo para poder asestar un golpe de codo en la cara a Winter, derribándolo, pero haciendo que su cuerpo cayera todavía sobre la lona.

    Con algo de dolor en el pecho, Arick decidió tomarse el encuentro con calma. Si se acercaba a Winter y este volvía a sacarlo fuera de la lona, la lucha se habría acabado para él. El hijo del comandante Ace se alejó hasta el límite de la lona mientras veía a Winter poniéndose de pie. Una vez los oponentes ya estaban cara a cara de nuevo, Winter se lanzó al ataque. Arick estaba dispuesto a seguirle el juego, ya que él también deseaba su oportunidad para defenderse de sus ataques. El mayor de los dos realizó el amago de golpear con un golpe de puño, y cuando Arick movió los brazos para bloquear el ataque, este contestó dando un salto hacia atrás, movimiento que utilizó para darse impulso y pegar una patada en la rodilla de Arick, quien cayó sobre dicha articulación al suelo tras perder el equilibrio.

    Con gran rapidez, mientras su rival aprovechaba para recuperarse y ponerse de pie, Winter retrocedió nuevamente para tomar impulso y saltar hacia el pecho de Arick con las dos piernas extendidas, buscando patearlo fuera de la lona otra vez. Sabiendo que no podía esquivar hacia atrás, Arick no tuvo más opción que tirarse al costado para dejarlo pasar y así dejar que él cayera fuera. Las piernas de Winter lo pasaron de largo, pero tan pronto este veía sus brazos cerca de Arick, el mayor de los dos sujetó a su rival con fuerza y con el movimiento del salto que realizaron, los dos terminaron cayendo de encima de la lona y tocando el suelo. Sin embargo, solo uno de los dos caía por primera vez.

    — Winter gana el combate — el director estaba impresionado con la estrategia empeñada por el nuevo cadete — Creo que te confiaste al no apartarte más del camino, Arick. Pero aun así luchaste bien. Ahora levántense, y dense la mano. Fue una pelea justa. Y ahora tendrán su devolución.

    Airin, Kite y Sky fueron los primeros en aplaudir mientras veían como sus amigos se paraban tras la pelea y se saludaban con respeto mutuo, ya que la emoción de enfado y agresividad de la pelea se terminó tan pronto como esta fue concluida. Ni Winter presumía su victoria, ni Arick se sentía humillado por el resultado. Ambos sintieron que dieron lo mejor de sí, y se sonreían mutuamente al darse la mano como familiares y compañeros.

    Los jóvenes Lakor estaban de pie mientras esperaban el comentario del director, quien era visto por toda la clase y los instructores.

    — Arick, tú has sido muy agresivo, y tu movimiento para entrar de nuevo a la lona demostraba que te importaba más ganar el combate que tu integridad — el director aleccionaba al más joven — Nunca deberías atacar de esa forma en una pelea real. Es peligroso usar una parte tan crítica como tu cabeza para golpear a un enemigo. Si estuvieras en territorio enemigo, tal vez podrías haber derrotado a un agresor con un golpe así. Pero si recibes un daño crítico, estarás a merced de un próximo contrincante. Debiste buscar otra manera de entrar a la lona.

    Todos los estudiantes aprendían de aquella valiosa lección, dándose cuenta de que eso era más una prueba de habilidad de combate que un torneo donde lo que importaba era llevarse la victoria. Y vieron su visión acrecentada cuando vieron que Winter sería el siguiente en recibir una lección.

    — Winter, tú fuiste muy a la defensiva — el cadete lo escuchaba con atención — Creo que el prohibir a Arick usar sus ataques de energía te llevó a no atacarlo sabiendo que estabas a salvo a la distancia. Pero lo cierto es que, cuando estés contra un enemigo, no siempre sabrás qué clase de ataques tendrá bajo la manga. Esperar siempre su ataque puede ser peligroso, y más en distancias reducidas. Ahora están entrenando contra sus compañeros. Los conocen. Pero la mejor forma de luchar contra alguien es fingir que es un enemigo, que saben todo sobre ti, y que no sabes nada sobre ellos. Espero estos consejos sean útiles para todos. Ahora, pasemos al siguiente combate.

    Winter, contento por haber podido ganar la pelea y haber aprendido, regresó junto a Arick hacia la posición donde se encontraban sus amigos. Tras un tiempo en la academia militar, el soldado finalmente sentía que estaba haciendo más que simplemente recibir entrenamiento común y lecciones de historia, siendo estos una parte de la formación que iba dirigida hacia él como también lo eran los consejos de los más experimentados.
     
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  5. Threadmarks: Nova – El nacimiento de una guerrera
     
    Agus estresado

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    Saludos.

    Bueno, con todo el tiempo que el foro estuvo caído me he perdido la oportunidad de publicar los otros capítulos por aquí. Así que ya mejor apresuro las cosas y terminamos de una vez.

    Quiero agradecer a mi gran amigo Manuvalk por haberse tomado la libertad de leer los capítulos por Discord cuando el foro estuvo caído. Aunque también es una lástima, porque eso me privó de tener sus comentarios por aquí. Pero bueno, pasado pisado.

    Toca poner fin a esta historia secundaria y dar paso a la siguiente entrada en la historia, así que van los dos últimos capítulos seguidos.










    Nova – El nacimiento de una guerrera:

    Una niña de tan solo unos siete años de edad se encontraba recostada sobre la cama de la habitación en la casa donde vivía con su madre y su padre. La chica se encontraba con la vista fija a una pantalla plana que estaba colgada en la pared, sirviendo como una especie de televisión. En la pantalla ella podía observar imágenes de muchas figuras históricas importantes del planeta Tierra. Archivos de video que fueron rescatados y preservados eran ofrecidos como contenido histórico y educativo para la gente que podía consumirlos. Y aunque para que los niños pudieran verlos, ciertas partes estaban cortadas o restringidas, lo cierto era que a la niña le gustaba mirar esa clase de cosas.

    De vez en cuando, por el aburrimiento que sentía cuando notaba que un patrón se estaba repitiendo, la niña ignoraba la transmisión sin apagar la televisión, jugando con su largo cabello negro para tratar de entretenerse. Mientras estaba distraída en esos pensamientos, la puerta de su cuarto se abrió, y su madre, una mujer de unos treinta años, apareció con un chocolate para que ella tuviera algo dulce qué comer.

    — ¿Cómo va la princesa de mamá? — decía la mujer, con un entusiasmo que se cambió por preocupación cuando vio que Nova no se ponía muy contenta — ¿Qué pasa, Nova? ¿Te sientes mal?

    — No, mamá, es solo que estoy un poco aburrida — Nova contestó tratando de forzar una sonrisa para ella — Llevo veinte minutos mirando esta clase de guerreros, y solo mencionan a hombres. Es interesante, pero me gustaría ver también la historia de una mujer guerrera. ¿No hay alguna de la que yo pueda aprender?

    — No sé si encontraremos algo en registros viejos — la mujer tomó su dispositivo móvil, el cual permitía controlar el contenido que podía ver su hija en su televisión — Busquemos entre lo más reciente que hay…

    — Gracias por el chocolate — la niña lo tomó de la mano de su madre para empezar a abrirlo — Es mi favorito.

    — Bueno, has tenido un buen año escolar, al igual que los anteriores — comentó su madre, alabándola por llevar bien sus estudios — Creo que una pequeña recompensa es más que justa para mí preciosa.

    Mientras ella degustaba el chocolate entregado por su madre, esta se encargó de ordenar el contenido que su hija pudiera ver por fecha desde lo más reciente, sabiendo que la presencia de alguna mujer guerrera le sería mucho más sencillo de encontrar buscando desde ese punto. No tardaría demasiado en hallar algo que creyó que su hija podría llegar a disfrutar, y tan pronto como puso sus ojos en una captura, se lo comentaría.

    — ¿Qué te parece esto? — su madre leía lo que decía la pantalla — Natasha Zafiro. Es una de las heroínas que luchó en una batalla hace muy poco. Es una mujer y una gran guerrera.

    — Quiero verlo, pero ¿te podrías quedar conmigo? — la niña tenía la preocupación de que pudiera no gustarle lo que se mostraría — Así, si no me gusta, podrías cambiarlo.

    — Seguro, amor — su madre no tenía problemas con eso.

    De esa manera, la mujer hizo que el televisor del cuarto de su hija comenzara a reproducir el contenido dedicado a recopilar las hazañas que había vivido una figura que era considerada histórica para la humanidad por el hecho de haber estado presente en la guerra más reciente e importante de todas las que se habían librado últimamente. Esperaba que la presencia de una figura femenina pudiera ser del agrado de su hija, de modo de no ver siempre a guerreros varones en la pantalla.

    — “Natasha Zafiro es una soldado que tuvo su formación en Black Meteor” — el narrador del documental empezó a narrar esas palabras.

    — Mamá, ¿qué es Black Meteor? — preguntó Nova a su madre.

    La mujer, sabiendo que con solo el comienzo su hija ya tenía su atención en aquel documental, puso pausa para evitar que ella se perdiera de algún detalle y decidió contestar la pregunta de su hija de manera de no arruinarle la sorpresa.

    — Lo irás sabiendo todo cuando sigas yendo a la escuela, amor — su madre creyó que tal vez dejarle el entusiasmo le haría mejor en los estudios — Pero para responder fácilmente… era un país de la Tierra.

    — ¿La Tierra es el planeta donde nacieron papá y tú? — preguntó Nova, queriendo ver si estaba en lo correcto.

    — Es cierto, hija — su madre buscaba evitar ese tema de conversación con ella.

    — ¿Y yo en qué planeta nací? — Nova se mostraba más curiosa — ¿Soy de este Edirgar, o Edagari?

    — Edagr — su madre reía al ver como ella todavía no lo había aprendido bien — En la Tierra pasó algo que nos obligó a tener que venir aquí. No creo que lo mencione en este documental, y tal vez sería mejor que eso te lo enseñen en la escuela.

    — Está bien, pero entonces, ¿Natasha Zafiro nació en la Tierra como tú? — estaba lista para seguir mirando aquel documental, solo necesitaba la respuesta a dicha pregunta.

    — Correcto, cariño — su madre notó que no vinieron más preguntas, por lo que quitó la pausa del contenido.

    — “Natasha obtuvo un rendimiento destacable en la academia militar” — esas palabras del narrador llamaron la atención de Nova — “Sus notas altas la llevaron a ser considerada por el líder de aquella nación en ese tiempo, Abel Hartka. Él la seleccionó para formar parte del escuadrón del comandante Morris Grant en la misión que permitiría a ella y su equipo ser los primeros soldados de dicho país en partir al espacio, pero debido a la muerte de su primer comandante, ella partió bajo las órdenes de Frans Badir”.

    — Todos son hombres, como los de antes — Nova estaba frustrada al ver que Natasha no parecía ser el centro de atención de aquel documental.

    — “El viaje a través del universo estuvo lleno de peligros, tanto para ella como para sus compañeros de equipo. Mundos hostiles y envueltos en guerras hacían mella en el escuadrón, pero ella logró sobreponerse a la situación y sobrevivir el tiempo suficiente para formar parte de aquellos que consiguieron regresar a la Tierra tras convivir más de un año en el espacio sin éxito en la misión de hallar las respuestas. Para la próxima vez que les tocó partir, el comandante Frans se quedó en la Tierra para participar de una misión encubierta, ascendiendo a su compañero Xander Hexed a subcomandante y nombrarlo el líder del escuadrón en la nueva partida”

    — Qué molestia, dicen que ella fue una soldado hábil, pero los líderes siempre fueron hombres — Nova estaba preparada para decirle a su madre que quitara ese documental y pusiera otro.

    — “El puesto de subcomandante, sin embargo, no tardaría en llegar a ella” — el narrador prosiguió.

    — ¿En serio? — Nova se mostró ilusionada al escuchar esa parte de la narración.

    Siendo consciente de que ese hecho generaría en Nova el deseo de seguir mirando el documental, no pausó ni preguntó a su hija si quería dejar de mirarlo. Ella conocía de sobra las hazañas obtenidas por la comandante Zafiro, y segunda al mando de la división de Exploración y Rescate, por lo que solo tenía que mantener a su hija mirando hasta que llegara el momento que la permitiría engancharse a lo elegido por ella.

    — “Cuando su equipo llegó al planeta Triyr, siguiendo el rastro de una nave que creían era de la tripulación de Zenith, se encontraron con los habitantes de dicho mundo, pero con un peligro nativo de allí también” — las imágenes de unas bestias aparecieron en la pantalla mientras el narrador hablaba — “Estas son imágenes generadas por inteligencia artificial, basadas en lo que las cámaras exteriores de la nave de Black Meteor pudieron captar. No deben tomar esta foto como una imagen real de dichos monstruos, pero pueden verla como una aproximación. Buscando refugio de estos animales, el escuadrón de Black Meteor llegó hacia el poblado de una raza primitiva, conocida como los triyr, portando el mismo nombre que el planeta del cual eran oriundos”.

    — Qué feos — Nova se sentía asustada al ver esas imágenes.

    — “La tripulación de Black Meteor solo quería regresar a su nave, y los habitantes de aquel poblado prometieron serles de ayuda, jurando que lo único que deseaban era ayuda para cazar a los animales salvajes… pero todo era una trampa para poder robar la nave” — Nova escuchó esas palabras y se sentó sobre la cama, levantándose por primera vez tras haber estado acostada casi toda la tarde — “Lo que ellos querían era huir de aquel mundo, y estaban tan desesperados que no dudaron en robar una nave humana. Tecnología de otro mundo que podrían no comprender, pero no les importó. Llevaron a cabo su plan de forma secreta, y el subcomandante Xander Hexed cayó derrotado, y la nave humana pasó a manos de los nativos del planeta. Fue allí donde, para evitar que su equipo fuera vencido y abandonado en el planeta Triyr, Natasha tuvo que idear un plan para recuperar la nave robada y sacar a su equipo de allí. Valor, fuerza, astucia… Todas las cualidades que un líder de verdad debía mostrar en una situación crítica. Natasha lo hizo. Salvó a su escuadrón, recuperó la nave y ayudó a su equipo a huir del planeta donde podrían haber encontrado un destino cruel. Xander le cedió el puesto de subcomandante inmediatamente después de esa victoria”.

    — Natasha es genial, sabía que tenía que haber una mujer que fuera como ella — la niña se vio más motivada tras ver el documental, que había llegado a su fin en la versión apta para los niños — Pero ella es una comandante, y allí solo se dice que llegó al puesto de subcomandante. ¿Cómo continúa la historia?

    — Te lo enseñarán en la escuela, amor, solo debes tener paciencia — su madre acariciaba la cabeza de su hija — Hay cosas para las que no estás lista. Pero a medida que pase el tiempo, podrás conocerlo todo. Natasha también lo hizo así. Empezó como una soldado, pasó a subcomandante, y ahora es una figura que lleva un rango muy importante.

    — Mamá, ¿tú sabes más de Natasha de lo que dice el documental? — Nova tenía curiosidad en eso.

    — Conozco cosas que no se han contado allí, cariño — su madre quería contarle algo — Tu padre y yo te guardábamos esto para cuando supieras más, pero la verdad es que yo soy de Black Meteor. Nací en el mismo país que Natasha.

    — Increíble — Nova se paró en la cama y empezó a saltar de alegría — Eres del mismo lugar que ella. Eso es excelente. Mi mamá y Natasha nacieron en el mismo lugar.

    La mujer le hizo señas de que no saltara en la cama, pero no prohibió a la niña que mostrara su alegría saltando en el suelo, puesto a que, desde que empezó la tarde, finalmente había encontrado algo que ver que era de su agrado. Nova empezó a buscar en un mueble de su habitación la mochila donde guardaba sus cuadernos y sus lápices, y no tardó nada en acostarse sobre la cama, causando algo de intriga en su madre.

    — ¿Qué haces, amor? — sabía que estaba por dibujar, pero quería conocer qué.

    — Voy a hacer un dibujo de Natasha — Nova quería practicar y ver qué tal le salía — Si puedo dibujarla bien, me sentiré feliz.

    — Buscaré una foto de ella para que uses como guía — dijo la mujer.

    Tras haber encontrado lo que su hija podría necesitar, ella se encargó de enviar la imagen de Natasha hacia la pantalla para que así Nova pudiera tener un modelo para su dibujo. Con gratitud, la pequeña empezó a dibujar tratando de seguir con los ojos lo que mostraba en la pantalla. Su madre la dejó tranquila sabiendo que eso la mantendría ocupada, y se retiró en silencio para no interrumpirla. Estaba feliz de ver que su hija estaba pudiendo encontrar un pasatiempo para sus vacaciones, puesto a que faltaba un tiempo para que pudiera iniciar otra vez el período de clases.

    […]

    — ¡Allí está! — la niña señaló a lo lejos.

    — Nova, no señales, no es de buena educación hacerlo en público — su padre la corrigió.

    Un acto en memoria de los caídos en la guerra contra los edagrianos era realizado en la Plaza de los Héroes. Nova tenía nueve años en aquel momento, y en pocos días, no tardaría en cumplir diez, teniendo casi la misma edad que el evento que se estaba conmemorando en aquel día.

    Una década después de que finalizó la última guerra librada por la humanidad, los representantes del ejército optaron por hacer un acto en el que era considerado el día más sagrado para ellos. Ese día era un feriado global en el que no había ningún tipo de actividad laboral o educativa, excluyendo los servicios de emergencia si los hubiera. Nova, sabiendo que sus padres estarían disponibles para asistir al evento, pidió a ambos que la llevaran al lugar.

    Fue así como los padres de la joven niña tomaron junto a ella un tren desde Galaxy hacia Skymning, y de esa manera, pudieron estar presentes en el acto que se realizaría allí, mezclados con cientos de personas que tuvieron el mismo deseo. Nova no cabía más de la emoción cuando pudo ver a Natasha, un ídolo para ella, aparecer en un escenario montado en frente a la piedra conmemorativa principal. Los cuatro comandantes de la humanidad, representando tanto a la división de Defensa Civil y Terrirotial como a la de Exploración y Rescate, estaban en solitario en dicha plataforma, listos para poder hablar ante toda la gente.

    Los dos primeros en tomar la palabra serían Thomas Delleo y Natasha Zafiro. Ambos los segundos al mando de sus respectivas divisiones, aunque la atención de la joven Nova estaba puesta en la mujer a la que más admiraba.

    — Es un orgullo estar aquí para recordar en este día tan especial a todos aquellos que lucharon junto a nosotros — las palabras de Zafiro estaban llenas de nostalgia por lo vivido — Porque si no fuera por su espíritu, su fuerza, su bondad, y su humanidad, tal vez nosotros podríamos no estar aquí. Nos ha tocado vivir, y terminar la lucha que ellos comenzaron junto a nosotros. Y no hay mejor forma de honrarlos a todos ellos que estar aquí hoy. Asegurándonos de que nadie los olvide. Porque el día que sean olvidados, será el día en que se habrán ido para siempre. Y yo los amé tanto. Lucharon junto a mí desde el primer día, algunos incluso desde antes. Si permito que la gente los olvide, les estaría fallando. Y así como ellos no me fallaron a mí, yo no puedo permitirme caer. Por eso hoy, la Plaza de los Héroes recuerda. La ciudad de Skymning recuerda. El planeta Edagr recuerda… La humanidad recuerda. La comandante Natasha Zafiro recuerda.

    Nova encontraba belleza en las palabras dichas por la mujer a la que admiraba. Se veía altamente impresionada por la fuerza en su voz al hablar, y por su convicción al mirar a los ojos a toda la gente. Una vez que ella finalizó sus palabras, fueron Thomas Delleo, Gwyn Fairin y Ace Lakor los siguientes en dirigirse a soldados y civiles presentes en aquel lugar. Pero la atención de Nova no se apartó de Natasha. Su rostro sereno y su sonrisa de tranquilidad contagiaron en la niña una sensación que reforzó un pensamiento que estaba sintiendo desde hace tiempo.

    Al finalizar el acto, ella y sus padres, junto con algunas de las personas que habían hecho el viaje para estar allí, empezaron a marcharse. Nova, sin embargo, no perdía de vista a los cuatro líderes de la milicia, quienes ya no decían palabra alguna, y simplemente saludaban a la multitud que se marchaba. De pronto, la joven notó que su mirada y la de Natasha se cruzaron en un saludo. Pensando que era una oportunidad, ella levantó la mano y la agitó en un vaivén para poder darle un saludo a su heroína. Natasha sonreía, puesto a que le hacía ilusión entrar en contacto visual con una chica como ella, creyendo que era una inspiración para quien la estaba saludando.

    Dicho gesto no pasó desapercibido para Nova, que nunca olvidaría lo que acababa de vivir. Estuvo pensando en eso en todo el viaje de regreso a casa, el cual pasó tan rápido como un relámpago en el vacío, y antes de que se diera cuenta, ella ya estaba cenando un trozo de carne y ensalada con su mamá y su papá. Fue allí donde la chica decidió comunicarles el deseo que tenía en su interior.

    — Mamá, papá… — Nova se ganó la mirada de ambos — Quiero entrar a la academia militar. Apenas puedan enviarme, me gustaría estar allí.

    La mirada que intercambiaron sus padres demostró preocupación por la decisión tomada por su hija. No porque temieran por su vida, puesto a que, en los últimos años, los soldados casi no llevaban a cabo misiones ni combates, y sus tareas estaban más atadas a la vigilancia y el desarrollo y prueba de armamento militar. Sin embargo, era una declaración seria para los dos, ya que su hija acababa de elegir la profesión a la que se quería dedicar, teniendo solamente nueve años y otros nueve para que llegara el turno de su graduación.

    — Amor, si te anotamos en la academia militar, será difícil para ti cambiar de empleo después — su padre fue por el lado más pesimista — No imposible, porque tú eres nuestra hija, y una persona brillante. Pero si resulta no ser de tu agrado, tendrás que luchar para ejercer otra profesión.

    — No tenemos problemas en enviarte, Nova — su madre compartía esa visión, pero lo quería expresar con más gentileza — Tienes la libertad de elegir lo que tú desees ser. Pero más importante es que estés segura de eso.

    — Estoy segura, mamá — para ella, no había otro camino a seguir — Voy a ser tan buena soldado como Natasha.

    — Oh, hija mía, tú puedes ser la mejor — su padre buscaba alentarla — Si tú lo decides, claro está.

    — Lo decidí — tenía pensado insistir toda la noche si era necesario — No hace falta que me sigan preguntando más. Eso es lo que quiero ser. Y lo que voy a hacer es trabajar. Con tiempo lo conseguiré, ¿verdad, mamá?

    Su madre notó que esas palabras coincidían con las de una conversación que ambas habían tenido en el pasado, y entendía que para su hija era muy importante que le permitieran seguir por ese camino. Ni ella ni su padre la iban a detener de realizar sus sueños. Nova siempre mostró interés en la milicia, y el camino para convertirse en una soldado era una opción que esperaban que ella eligiera. Lo único que les sorprendía era que fuera la única en su mente.

    — Empezaremos a buscarte vacantes a partir de mañana, cuando abran las oficinas de las academias — su madre quería hacerle saber que tendría su apoyo — Tú solo concéntrate en ser la mejor, con la misma seguridad con la que nos lo comunicaste a tu padre y a mí.

    — Eso voy a hacer, mamá, seré la mejor — su hija le guiñó el ojo, con gran decisión — Ya lo verán.

    […]

    — Nombre completo — una mujer estaba con una tableta tomando lista a todos los cadetes que comenzaban su primer año en la academia, tratando de corroborar que los datos fueran los correctos.

    — Nova Breiner — con trece años, la adolescente se presentó con firmeza ante quien pasaba la lista.

    — Nova Breiner… — la instructora marcaba su nombre como correcto — ¿Por qué has venido a la academia militar?

    — Porque admiro a la comandante Natasha Zafiro — Nova fue sincera en su respuesta — Y si ella forma un equipo de soldados, yo estaré allí.

    — Un objetivo honorable, pero no muy sólido a mi parecer — la instructora no se veía muy convencida por las palabras de la chica.

    Nova lo tomó como una ofensa pese a que las intenciones de la mujer no eran tales. Ella realmente buscaba ser lo suficientemente buena, ágil, astuta, fuerte y adquirir cualquier característica necesaria para poder pelear algún día al lado de la mujer que admiraba. Mientras la instructora de la milicia pasaba lista, Nova aprovechaba la ocasión para conocer los nombres de sus compañeros, y ver si encontraba en alguno de ellos un fuego interior como el que ella sentía que tenía. Uno por uno los fue viendo a todos, chicos y chicas por igual, pero la realidad no le mostraba a nadie con similitudes.

    — La milicia no ha tenido conflictos serios, y buscan una vida tranquila — Nova juzgaba con decepción algunos rostros — Solo los que sean más fuertes que yo ahora me superarán, tal y como los hombres superaban a Natasha en su momento… Pero con el tiempo, yo les voy a ganar.

    Ese día fue el primero de muchos otros que se terminaron convirtiendo en semanas, luego meses y luego años. Pasaba el tiempo. Nova realizaba los ejercicios físicos en solitario, en equipo, las clases teóricas y las prácticas de combate. Había ciertas materias de ciencia que le representaban un desafío al comienzo, tales como matemática y geografía, pero con el tiempo, ella las fue dominando.

    En la mayoría de las materias en el programa de estudios, ella era quien ostentaba siempre el primer puesto. En aquello en lo que más destacaba por sobre todos los demás jóvenes entusiastas que buscaban tener un puesto alto en el promedio, eran las materias referidas a la milicia. Principios de estrategia, lucha individual, liderazgo, e incluso pruebas de fuerza y resistencia. Nova procuraba llevar su cuerpo al límite y más allá para nunca quedar en segundo lugar en ninguna prueba, aunque a veces era un objetivo que se escapaba de sus manos.

    Alabanzas de las autoridades de la academia era lo que más acostumbraba a llevar a su casa, siendo muy bien recibida por aquellos que formaban parte del proceso de formación de los soldados para el futuro de la humanidad.

    Nova pasaba cada prueba que se le ponía en frente, tratando de hacer lo mejor por sus notas y buscando destacar por encima de sus compañeros. A medida que crecía, se dio cuenta del gran número de academias que podía haber en el planeta, por lo que se dio cuenta de que la competencia para ser la mejor no solo era llevada a cabo contra los que asistían al mismo establecimiento que ella, sino también que tenía que ganar a otros en diferente sitio.

    — Quiero la oportunidad de poder verla — Nova pensaba en lo importante que era para ella conocer a la mujer que la inspiró — Superaré a todos los cadetes del mundo si eso es necesario.

    […]

    — ¿Esa no es la subcomandante Zafiro? — un hombre miraba a través de la ventana en un refugio del planeta Edagr.

    Tan pronto como escuchó el nombre de quien era su inspiración en la milicia, Nova se vio tentada a acercarse para revisar. Desde que las sirenas de emergencia empezaron a sonar en las calles, y los soldados llevasen a los civiles y personas no aptas para participar en un conflicto armado, Nova Breiner y sus padres pasaban sus días en uno de los tantos refugios preparados para mantener a las personas bajo la seguridad de la policía y los militares mientras Edagr estaba siendo testigo de un nuevo combate en contra de la Sociedad Galáctica.

    Nova sabía que la subcomandante Zafiro y el comandante Lakor habían marchado en una misión fuera del planeta, por lo que ninguno de los dos estaba presente en el momento en que comenzó esa batalla, quedando solamente los comandantes de DCT para hacerse cargo de la amenaza. Al mirar a través del ventanal del refugio, pudo notar como lo que dijo uno de los refugiados era cierto. Natasha estaba allí, con el casco en una de sus manos y dejando al descubierto su rostro y cabeza. Nova notó lo cansada que se veía, al mismo tiempo que una expresión de tristeza se podía ver allí.

    — El estrés debe ser mucho para quien es comandante — Nova pensaba seriamente en esa situación — Ella ya no lidera solo un equipo. Ella protege a la humanidad.

    No tuvo la oportunidad de verla por mucho tiempo, y ni siquiera de poder dirigirle una palabra, puesto a que tan pronto como la comandante acabó su charla con quienes protegían el refugio, la mujer se puso el casco y se marchó con un puñado de soldados, posiblemente a seguir librando batallas en el planeta Edagr.

    Sonidos de disparos eran todo lo que podía escuchar, tanto en días previos como en el presente, y eso dejaba a Nova un poco preocupada. Si bien, la muerte de cualquier ser humano era vista por ella como un hecho lamentable que representaba una situación horrible para los familiares y amigos de las víctimas, los pensamientos de la joven adolescente volteaban a quien era su inspiración.

    — Espero que no te lastimen, tengo muchas ganas de poder luchar contigo en el futuro — Nova juntaba las manos como si realizara una oración — Si esto hubiera sido dos años después, tal vez yo ya sería una soldado en tus filas lista para combatir…

    En la compañía de sus padres y del resto de los civiles que se refugiaban del peligro para mantenerse lejos de las manos de la Sociedad Galáctica, Nova pasó con temor y ligera ansiedad los días que duró el conflicto armado con las dos especies que integraban una sociedad hasta que el ejército fue capaz de repelerlas y hacerlas huir del planeta de forma exitosa.

    […]

    — Desagradecidos — Nova expresaba con furia, presionando los puños y estrujando su almohada.

    Desde la comodidad de su casa, puesto a que sus padres se negaron a ir al acto que realizó el ejército tras haberse dado el regreso del comandante Lakor y junto al resto de los humanos que habían sido llevados del planeta por parte de la Sociedad Galáctica, a la joven Breiner le tocó ver por medio de las cámaras como civiles tomaban piedras o verduras podridas y las arrojaban en contra de los soldados que estaban hablando para todos, forzándolos a armar una barrera con los escudos que les servían para protegerse de la agresión.

    No fue mucho más lo que pudo mirar, ya que las cámaras no tardaron en apagarse para que los periodistas que cubrían el evento pudieran retirarse y ponerse a resguardo en un lugar seguro, pero no fue necesario para ella continuar así. Nova simplemente apagó la tele y se fue al comedor tras prepararse algo para merendar en la cocina.

    Sus padres estaban trabajando en aquel momento, por lo que la casa contaba con un silencio sepulcral, que la dejaba totalmente sola con sus pensamientos.

    — No es la primera vez — la joven recordó el relato que había escuchado sobre los detractores acosando al ejército en el pasado — Luchar por esta gente para que ellos agredan… Bueno, supongo que eso explica todo.

    A la chica vino a la mente una conversación que tuvo previamente con algunos compañeros en uno de los tantos recesos que se llevaban a cabo en la academia militar. Ver la situación por televisión y pensar en un antecedente hicieron que ella pudiera encontrarle respuesta a una declaración pasada.

    Pero Nova… — un chico se mostraba sorprendido — ¿Tú solo quieres ser soldado para estar junto a uno de los héroes?

    Así es, es lo que me interesa a mí — la joven contestó con honestidad.

    Yo quiero ser soldado para proteger a mi mamá y mi papá, y también a mis tíos — contestó una chica mientras presumía por sus palabras — Quiero salvar a la gente si alguna vez tienen problemas.

    Yo también, me gusta mucho como suena la palabra “héroe de guerra” — otro de los chicos se ponía en su lugar — No sé a cuanta gente haya que salvar para que te nombren así. Pero me gustaría que me llamen con ese título.

    Tú no quieres salvar gente, ni a tus compañeros — la primera chica que habló le reprochó sus motivaciones — Eres egoísta.

    Nunca dije que no salvaría si tuviera que hacerlo — Nova se sentía intimidada con esa conversación — Si me uno al ejército, haré todo lo que un soldado debe hacer. Pero mi razón de estar aquí está clara.

    Eres egoísta, admítelo — uno de los chicos la molestaba — Por eso mismo tú nunca serás una heroína.

    Pesado — Nova deseaba que el receso acabase para volver a entrenar.

    Nunca había sentido dentro de ella el deseo de tener una armadura, un casco y un arma para luchar para proteger particularmente a las personas que la rodeaban, exceptuando a sus padres, ya que ninguno de los dos eran soldados. Nova siempre se veía a sí misma en un rango alto para servir al lado de la mujer que era su héroe.

    Hechos violentos contra los soldados, tal y como se mostraban por la tele, eran los que reforzaban su idea de nunca haberse interesado genuinamente por los civiles.

    […]

    Una vez que el tiempo continuó su avance, Nova mantuvo su constancia en la academia militar por los dos años que le quedaban para poder terminar. Con su objetivo y creencias siempre en su mente, la joven Breiner mantuvo su lugar como la cadete número uno de su establecimiento. Su promedio a veces subía, y en ocasiones llegaba a bajar, pero ninguno de sus compañeros llegaba a hacerle sombra en la competencia que ella se forjó con ellos.

    El último día de clases, donde los directivos e instructores militares despidieron a los jóvenes que ya habían alcanzado la mayoría de edad, Nova estuvo junto a su familia reunida en la entrega del diploma que le confería el título de soldado del ejército, libre para poder elegir entre las divisiones de Exploración y Rescate o Defensa Civil y Territorial. El diploma también le acreditaba un título de graduada en estudios superiores, de modo que pudiera seguir cualquier otra carrera si optaba por retirarse de la milicia alguna vez.

    Cuando el acto había finalizado, Nova y sus padres fueron a despedirse uno por uno de los instructores que acompañaron a la chica en su trayecto para convertirse en una soldado excepcional para la humanidad. El director fue el último a quien saludaron, y este, sabiendo quien era su mejor alumna, fue a decirle algo que debía considerar.

    — Tu desempeño ha sido intachable, Breiner — el hombre le dio la mano en señal de respeto — Eres la mejor de esta academia, y has dejado en alto el estándar que vamos a exigir a nuestros futuros graduados.

    — Muchas gracias… — Nova aceptaba con modestia su saludo.

    — Ahora, esto es algo que va dirigido solo a ti — el director se ganó la mirada de ambos — Entre hoy, mañana, o más tardar pasado mañana, el sitio oficial del ejército subirá los nombres y apellidos de los alumnos con mejor promedio. Serán diez en total. Esos diez serán invitados a una ceremonia especial. Recibirás una notificación si estás entre ellos, pero te aconsejo que estés atenta. Así podrás enviar un reclamo en caso de que no te inviten a esa ceremonia si resulta que estás entre los mejores.

    — Estaré atenta, entonces, será un honor representar a mi amada academia — Nova estaba ilusionada con esa ceremonia.

    — El honor será todo nuestro, Breiner — el director confiaba en verla allí — El orgullo que sentiremos todos cuando te veamos allí no tendrá nombre. Tal vez, si optas por convertirte en una instructora al momento de retirarte, lo puedas entender mejor.

    […]

    Con la idea implantada en su mente, Nova pasó dos días frente a su computadora personal actualizando la página oficial de la milicia. Tantos pensamientos pasaron por su mente desde que llegó a su casa. Desde que la página pudiera tener algún error, a la creencia de que su computadora podría estar descompuesta, y también la consideración de que posiblemente el director había exagerado al creer que ella estaría entre los diez mejores graduados.

    La impaciencia de la joven se acrecentaba con cada segundo que pasaba, hasta que, al fin, tras hacer clic en el botón de refrescar, ella logró ver una nueva sección que mencionaba algo de interés para ella.

    — “Los mejores de nuestra primera generación” — la chica hizo clic en el botón, lo cual la llevó a una nueva página — “La historia del ejército es larga. Han existido soldados casi desde los inicios de la humanidad. Hace un par de días, hemos graduado a una generación que nos toca en lo profundo como algo especial. No son los primeros graduados en el siglo, ni en la década, ni siquiera son los primeros graduados en el planeta Edagr… Pero sí son los primeros graduados que han llevado adelante toda su formación, desde el comienzo hasta el final, en nuestro mundo. Por eso se los considera la primera generación de soldados oriunda de Edagr. Hemos decidido otorgar un reconocimiento especial a diez cadetes que han sobresalido en promedio por encima del resto. No bajar los brazos nunca es la mejor característica que puede mostrar un soldado, y nuestros cadetes que lo han hecho, se merecen nuestro conocimiento. El día y lugar de la ceremonia aún no ha sido decidido, pero ya sabemos quiénes serán los afortunados en estar allí. A continuación, dejo la lista de todos aquellos que tendrán el privilegio de ser honrados por los cuatro comandantes del ejército. Firma atentamente, Sargion Norup. Orgulloso soldado, esperando la oportunidad de trabajar junto a ellos”.

    Nova se desplazó más abajo en la página, logrando divisar una lista que contenía diez nombres. Antes de visualizar la lista por completo, la chica cerró los ojos deseando verse allí. Movió la página un poco de forma que pudiera ver los diez nombres en su pantalla, para no tener que bajar y correr el riesgo de llevarse una decepción en caso de no estar presente. Tomó aire, y con tanta tensión como cuando daba los exámenes, Nova abrió los ojos. La felicidad que sintió cuando su nombre apareció allí no tuvo igual.

    — ¡Lo logré! — tuvo que contenerse para no dar un salto de la silla — ¡Lo logré! ¡Estoy entre los diez mejores! ¡Eso significa que… voy a poder conocer a los cuatro comandantes!

    La oportunidad de estar en persona en una ceremonia donde asistirían las autoridades del ejército era algo que ella añoraba con todo su ser.

    — Pronto te podré conocer… — Breiner se sentía en la gloria al pensar en ello — Podré decirte cuanto te admiro.
     
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  6. Threadmarks: Ulrik – El odio que crece dentro
     
    Agus estresado

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    Y bueno, como dije anteriormente, aprovecho y publico juntos los dos capítulos finales el mismo día. No mucho qué decir, todo ya quedó expresado en el mensaje anterior. Espero hayan disfrutado esta historia secundaria.

    Acostumbraba dejar unas preguntas al final, pero la caída del foro no me deja de tan buen humor, así que no será aquí. Nos vemos.






    Ulrik – El odio que crece dentro:


    El joven cadete estaba llegando en compañía de un soldado de la división de ER hacia un claro ubicado en un bosque alejado de toda zona urbana. Tenía una mochila en la espalda, mientras que quien lo acompañaba únicamente tenía una pequeña riñonera. Tan pronto como llegaron hacia un sitio por donde los árboles no eran tan altos y no estaban tan apegados como para bloquear la luz del sol del amanecer, quien le estaba escoltando hacia ese sitio se acercó a él.

    — Vendrá pronto, te lo prometo — le dijo el soldado, sacando una pequeña tarjeta de su riñonera — Usa esto para comprarte algo si te llevan a la base.

    Ulrik lo miró marchar por donde habían venido. Tenía que esperar a que su mentor estuviera en el lugar para dar comienzo con una clase particular que había pedido, y solicitó que todo se realizara en un sitio secreto, ya que no apreciaba entrenar con los compañeros qué estaban con él en la academia. Caminó de un lado a otro sin moverse de su sitio como si fuera un gato encerrado, hasta que escuchó el ruido de un vehículo militar acercándose. Una mujer bajó del asiento del conductor, mientras que Noak se bajó desde el lado del pasajero. Los dos se acercaron al joven hijo del fallecido ingeniero Mardh, puesto a que la compañera de Louryth quería verlo en persona.

    En el momento en que lo tuvo de frente, la mujer no pudo evitar hacer un comentario despectivo hacia el muchacho.

    — Está muy flaco — Louryth lo veía como una contra — No sé si tenga la suficiente musculatura para poder superar sus pruebas en la academia.

    — Eso es porque solo tiene la beca que le dan por estudiar en la academia — Noak quiso defender al joven — No puede permitirse gastar demasiado. Por eso lo vamos a ayudar.

    — Espero que no te equivoques con él, Noak — Louryth expresaba una preocupación por él — Si no logras fortalecerlo, podrían lastimarlo.

    — De eso me encargaré yo, tú ve y llévate el vehículo y busca al resto de tus compañeros para la patrulla — Noak le dio la orden a la mujer.

    Ulrik se sentía un poco ofendido por los comentarios que dijo Louryth, por más que ella los quisiese disfrazar de empatía y preocupación. El hecho de que no le agradara dicha mujer hizo que no dijera una palabra hasta que el vehículo no se hubiera alejado lo suficiente de ambos. El joven cadete quedó frente a frente y en solitario con quien era el exsoldado que le daría clases particulares.

    — ¿Quién es ella y por qué está diciendo esas cosas? — Ulrik tenía interés en saber al menos quién lo estaba defenestrando moralmente.

    — Es una compañera mía, y teme que esté cometiendo un error al hacerte parte de esto — Noak no ofreció disculpas en su nombre — Pero eres todo lo que tenemos, Ulrik. Tenemos más compañeros que tienen hijos, pero por miedo o inseguridad al respecto, prefieren no involucrarlos. Tú has sido muy valiente al aceptar infiltrarte por nosotros en la milicia para que sepamos bien lo que se lleva a cabo en las academias.

    — Lo hago para poder ayudar a quitar del poder a los responsables de las muertes de mis padres — el joven lo encontraba como motivación suficiente — Pero dime, ¿por qué viniste?

    — Tú lo pediste, solicitaste un tutor — Noak se sorprendió al escuchar esa pregunta — Y soy un ex militar. Trabajo en una empresa fantasma, por lo que soy el mejor de los que puede venir a ayudarte a entrenar.

    — ¿Y tú estás al nivel de los comandantes? — Ulrik preguntó más como curiosidad que como ofensa — Sé que sus hijos también son cadetes. Y me gustaría poder detenerlos.

    — Luché junto a ellos en la guerra que permitió que tú pudieras nacer aquí, eso no deberías olvidarlo — Noak se mostró furioso al interpretar eso — Es una de las tantas cosas que tenemos que cambiar. Yo también fui héroe en esa guerra, y parece que no se me tiene en cuenta porque no fui un comandante.

    — La vida es injusta para los que no estamos en el poder militar — Ulrik lo veía como una oportunidad para escalar más alto.

    — Y por eso estamos haciendo lo que estamos haciendo — el soldado le confirmó sus propósitos — Dime, ¿hay algún motivo en particular por el qué solicitaste un tutor de peleas? ¿O simplemente quieres adelantarte?

    — Hay un… mastodonte en mi clase — Ulrik se mostró sincero — No me ha tocado luchar contra él, pero a un tipo más grande y fuerte que yo lo derribó sin problemas.

    — ¿Tú luchaste contra algún compañero? — el hombre encontró una oportunidad de saber más cosas puertas adentro de las academias.

    — Sí, y gané, pero si ese gorila se me para en frente, no podré hacer nada — el joven no quería conformarse con algo así — Pero todavía tengo dos años para volverme más fuerte. Tu amiga tiene razón cuando dice que me veo débil físicamente, pero querer descartarme sin probarme es un error.

    — Bueno, en ese caso, tu entrenamiento empieza hoy — Noak empezó a prepararse para formarlo — Te convertirás en un soldado capaz de defenderse por sí mismo. Cosa que te vendrá bien, porque si llega a suceder alguna crisis, los comandantes te dejarán tirado para salvar a sus familias. Ven, vamos a ver qué tal golpeas.

    Ulrik se puso contento al ver que quien era su mentor compartía junto a él el odio por aquellos que trajeron dolor a su vida dejando morir a las dos personas que más le importaban. El nunca haber vuelto a ver a sus padres desde aquella vez en que se anunció su desaparición fue un dolor muy grande en el corazón del chico, y haberse quedado huérfano de por vida solo hacía peor esa sensación. Cuando no tuvo a dónde ir, un gran amigo le dio una distracción, y en la invasión que sufrieron, él también había perdido la vida. Consideraba responsables a los altos mandos del ejército, y gracias a eso, él se encontraba junto a Noak en ese momento.

    — ¿Volverás al ejército para que podamos luchar juntos? — Ulrik preguntaba mientras daba golpes de puño a los troncos de los árboles para mostrar sus posturas a su mentor.

    — Volveré el día que los comandantes actuales ya no se encuentren presentes — Noak confesó sus intenciones — Fui entrenado para luchar para explorar el universo y hacer todo lo que estaba a mi alcance por la gente que me rodeaba. Tan pronto eliminemos a nuestros obstáculos, volveré para hacer lo que debo.

    — Tal vez tú puedas ser un comandante y darme órdenes — el cadete esperaba esa posibilidad.

    — No será posible, al menos no mientras mi hija sea menor de edad — el exsoldado le cortó las ilusiones de raíz — No aceptaré ningún cargo que implique estar lejos de ella. Porque sé que, si me alejo lo suficiente, uno de los hijos de Ace podría llevársela. Y no quiero eso.

    — Eso suena como algo serio — Ulrik tenía muchas preguntas detrás de esa última frase.

    — Y lo es, el mocoso más joven de Ace vino a mi casa hace unos días, y todo lo que quiere es apartar a mi hija de mi lado — Noak contaba las cosas desde su punto de vista — Lo detuve, y eso provocó que Ace viniera a mi casa. Encontró la excusa para venir a tirarme mierda, siendo que él destruyó mi vida y a mi familia.

    Las palabras hostiles que decía su mentor en relación con las personas a las que Ulrik odiaba no hacían más que aumentar la furia que sentía el cadete mientras demostraba como daba puños y patadas al tronco. Noak sabía que en el chico encontró alguien que compartía sus sentimientos, por lo que no hacía más que alimentar esa sensación en ambos. Tan pronto tenía todo lo que quería de él en esa demostración, le hizo una seña para que se detuviera, acto seguido lo llamó para que se parara frente a él.

    — Hagamos de cuenta que yo soy el chico al que quieres derrotar — Noak quería prepararlo mentalmente — Intenta atacarme como si lo atacaras a él. Y luego de eso, cambiaremos de rol. Seré yo quien te ataque a ti. Te iré corrigiendo sobre la marcha.

    Con esa invitación para una batalla de entrenamiento, Ulrik cargó contra el exsoldado, tratando de acertar golpes en los puntos que creyó que serían débiles para el oponente que esperaba derrotar en la academia militar. Noak, mientras los ataques le llovían, esquivaba y le daba indicaciones de cómo debía atacar. Con muchos años de experiencia en el ejército, el soldado recordó todas las veces que luchó contra alienígenas en una batalla cuerpo a cuerpo, tratando de pasar al joven hijo de Nick toda la sabiduría de combate para que no tuviera miedo ni perdiera ante ningún enemigo, sin importar de quien se tratase.

    Ulrik disfrutaba de aquella ocasión, puesto a que veía diversión en las clases particulares, encontrando lo que creía que sería su vocación de por vida para su futuro, siendo que era una forma para poder hacer frente a lo que él consideraba una injusticia. Hubiera deseado no haber tenido que perder a sus padres para descubrir que ese era el camino que quería, pero ya no tenía más opción que seguir avanzando.

    Durante todo el día, maestro y alumno no oficiales se la pasaron entrenando. Noak aprovechó el tiempo para poder enseñarle posturas de defensa, golpes efectivos en puntos débiles e incluso tácticas de escape para cuando estuviera acorralado. Todavía faltaba mucho para que Ulrik pudiera estar listo para ser de los mejores, pero un comienzo era todo lo que les importaba en aquel momento. Ambos nada más habían hecho pausas para comer, en las cuales solo el chico comió algo para reponer fuerzas. Noak estaba más endurecido y podía soportar un tiempo sin tener que comer o tomar agua.

    La tarde empezó a caer, y eso fue lo que le dijo a Noak que era tiempo de que ambos se fueran hacia la base en donde se encontraba una gran parte de los soldados rebeldes que estaban junto a Jensen en sus objetivos para deshacerse de la cadena de mando militar. En el transcurso del camino, a Mardh se le formó una duda en su mente, recordando noticias que había visto por televisión.

    — Señor Noak… — se dirigió a él con respeto esa vez — ¿La idea de liberar a esos criminales fue suya? ¿O usted simplemente estuvo de acuerdo con quién la propuso?

    — Yo tuve la idea, y tomé la decisión — Noak se responsabilizó por eso — Sé que tal vez te den miedo, pero los tenemos controlados. Ellos se han comprometido con nosotros, pero eso no significa que los dejemos ir por allí haciendo lo que les plazca.

    — ¿Estarán en la base? — Ulrik se mostró algo asustado.

    — Sí, pero te dije que no les tuvieras miedo — lo que quería en aquel momento era tranquilizarlos — No quiere decir que vayas a verlos o a interactuar con ellos.

    — ¿Por qué fue que los liberó? — Ulrik quería conocer la verdad detrás de esa decisión.

    — Porque necesitamos toda la ayuda posible, y ellos pueden ser muy útiles, te sorprendería — Noak recordaba un momento vivido junto a Zig — Pero la verdad es que los hemos reclutado porque son descartables.

    — ¿Solo los está utilizando? — esa forma de hablar con confianza sorprendió al muchacho.

    — Criminales como ellos no tienen reservado un destino mejor — fue la contestación del exsoldado — Claramente, si ellos supieran que están siendo usados, no estarían contentos con nosotros.

    — ¿Entonces planea encerrarlos cuando hayamos acabado apartando del poder a los comandantes?

    — Eso no dependerá de mí, ya te lo dije. Otras personas tomarán esa decisión en sus manos y lo decidirán. Aunque yo preferiría que ellos fueran libres o se callaran la boca permanentemente antes que permitir que cayeran en celdas y hablaran sobre mí.

    — ¿Por su hija?

    — Exacto, no quisiera que ella se enterara de lo que he tenido qué hacer. Lo hago por ella, y es por eso por lo que no puede saberlo. Ella ha sufrido mucho cómo para exponerla a más cosas. Vio morir a su madre y mientras estaba destrozada, recibió la noticia de que su hermano mayor estaba bajo tierra. No necesita más pensamientos negativos en su mente. Por eso yo me salí del ejército. Oficialmente, no participo en nada de esto. Soy solo un guardia en una empresa de seguridad, y eso es algo que todo el mundo tiene que saber.

    El modo tan draconiano de hablar de Noak al referirse a esa clase de temas, principalmente el bienestar de su hija, le hizo saber a Ulrik lo importante que era toda esa operación para él. No tenía pensado decir una palabra al respecto a los criminales liberados hace meses atrás, ni siquiera tenía deseos de intercambiar palabra con ellos. Tras haber oído de su propia boca lo que mencionó, Ulrik tenía bien en claro que ni siquiera mencionaría algo de esa charla a nadie que no fuera su propio mentor.

    El camino hacia la base fue silencioso y tranquilo para los dos, incrementado además por el cansancio físico que les requirió haber llevado a cabo aquel entrenamiento. La base en donde Noak y los demás rebeldes se encontraban no quedaba demasiado lejos de aquel bosque, y les tomó poco más de una hora llegar hasta el edificio que habían elegido para operar. Ulrik entró, siempre detrás de quien lo guiaba a medida que caminaban por allí, encontrándose con muchos soldados que transportaban cajas, dispositivos, planos y muchos artefactos que no sabía qué podían ser, asumiendo que se trataría de suministros médicos o alimenticios.

    Noak y él caminaron hacia una puerta que daba paso a un pequeño comedor improvisado, con una mesa larga como si fuera para dar un banquete para una gran cantidad de personas importantes. Había gente comiendo, algunas en solitario y otras en grupo, charlando con quienes tenían en frente o al costado. La mesa era tan grande que incluso entre todos los que estaban allí no la completaban. Previo a haber entrado en aquel lugar, Noak había mandado a preparar una cena para él y para quien era su alumno desde aquel día. Solo tuvieron que sentarse por un momento y esperar, y fue allí cuando un soldado trajo dos platos con carne, un trozo de pan, una porción de papas y otra de ensalada.

    — Enseguida les traeré algo para que puedan tomar — comentó quien había alcanzado esa comida.

    Antes de que la persona pudiera retirarse, Ulrik ya estaba probando la comida, tomando un tenedor para comer las papas y la ensalada con una mano mientras que con la otra ponía la carne en el pan para poder armarse un bocadillo. Noak sonreía al verlo, empezando a comer a un ritmo mucho más calmado que él.

    — Te dieron una tarjeta, ¿verdad? — Noak quería saber si su compañero había cumplido su tarea.

    — Sí, es esta — Ulrik la sacó de un bolsillo de su pantalón — Pero no vi una máquina para usarla.

    — Te mostraré donde está, pero no te preocupes por la comida, aquí siempre tendrás un plato esperándote — se mostró amable el soldado — Como puedes ver, a los nuestros no les falta nada.

    — Lo he notado, me alegra estar con ustedes — Ulrik recordaba su experiencia mientras se quedó solo — La comandante Fairin nunca aparecía para traernos comida o ver cómo estábamos. La comida llegaba de parte de la policía.

    — ¿Me pareció que ese chico mencionó a Gwyn? — preguntó un hombre que acababa de entrar a la sala del comedor.

    Noak y Ulrik se dieron la vuelta, y pudieron ver allí a Arnold, Zigfried y a dos mujeres más que integraban parte de su grupo entrando en el sitio. Quien había realizado la pregunta era nada más y nada menos que Zig, quien tuvo mucho interés en el chico, y al verlo siendo tan joven, no dudó en preguntar.

    — ¿Este es el nuevo recluta que Louryth dijo que reclutaste? — preguntó el criminal, hablando en redundancias con una sonrisa.

    — Podría decirse que él fue el primero a quién recluté, ya que lo conocí antes de encontrarme con Louryth — Noak recordó los sucesos de aquel día — Pero sí, es él.

    — Vaya, entonces llevas en este grupo desde antes de que nos dieran nuestra libertad — Zig extendió su mano con el muchacho — Me puedes llamar Zig si no te gusta Zigfried. ¿Tu nombre cómo es?

    — Ulrik… — el joven sabía que él era un asesino, puesto a que había visto su imagen por televisión.

    — Está un poco cansado — Noak sabía que era más fácil decirle a Ulrik que no se asustara que convencerlo para no hacerlo.

    — Más que cansado, yo lo veo débil — Arker opinó sobre su cuerpo, tal y como Louryth hizo más temprano — ¿Lo vas a fortalecer? Porque en ese estado, los hijos de los comandantes lo harán pedazos si lo descubren.

    — No lo descubrirán, pero sí, lo haré más fuerte — Noak quería que se marcharan en aquel momento, pero no parecía algo posible — ¿Vienen a comer?

    — De hecho, queríamos hablar contigo y Louryth para que vinieran con nosotros a dar un paseo por el bosque — Zig reveló sus motivos para estar allí — Pero parece que tú estás cuidando al futuro de nuestra fuerza. Y posiblemente, prefieras cogerte a Louryth en tu casa antes que hacerlo en el bosque.

    — Diviértanse — Noak les deseaba suerte para poder quitárselos de encima.

    — Tú también, consíguele una novia al chico, seguro que lo apreciará — Zig lanzó una risa tras decir ese comentario.

    Ulrik se sentía incómodo teniéndolos a ellos cerca, más por saber lo que habían hecho que por otra cosa. Sin embargo, al mirarlos a los cuatro, principalmente a Zig, un nuevo pensamiento atravesó su mente. Uno que eligió no exteriorizar hasta que ellos se hubieran marchado y había terminado su comida y el agua que le habían alcanzado posteriormente.

    — No se ve como alguien que se arrepienta de haber matado a uno de los suyos — Ulrik se mostraba indiferente con él.

    — Ningún criminal que no se entregue voluntariamente está verdaderamente arrepentido de lo que hizo — Noak compartió su visión con el chico — Pero nos sirve para lo que queremos hacer. Ya los he enviado con armaduras a una base de Galaxy para que nos traigan material. Son eficientes, y no matan a nadie salvo que no sea absolutamente necesario. Por ahora, por lo menos.

    — Si tuvieran que matar a alguien, preferiría que mataran a los comandantes — Ulrik expresaba su deseo.

    — No nos conviene, Ulrik — el exmilitar aprovecharía para aleccionarlo — Ahora mismo, la gente que los adora es superior en número a los que los odiamos. Son héroes. Matarlos los convertirá en mártires, y a nosotros en asesinos que seremos repudiados por siempre… Hay que tener paciencia para hacer una cosa tal como eliminarlos. Primero tenemos que asegurarnos de que ya nadie los quiera. Piensa en eso siempre. No siempre debes matar a alguien que desprecias solo porque tienes la oportunidad. Las consecuencias de tus acciones podrían comerte vivo.

    Una vez más, el joven se vio contagiado por las emociones que transmitía el exsoldado en su forma de hablar sobre su misión, el camino a seguir y el objetivo a cumplir. Otra de las tantas cosas que podría llegar a aprender de su mentor, más allá de volverse un hombre fuerte para que pudiera servir en el ejército.

    […]

    Ulrik se detenía para mirar una vez más sus notas. Con esa ya era la quinta vez en el día que se tomaba el tiempo para apreciar los resultados obtenidos tras haber acabado ese período de clases. Todo lo que veía en la primera sección era el nombre de las materias propias del ejército, tales como educación física, manejo de armas simuladas, pelea individual y liderazgo de grupo. Y al lado de cada materia se encontraba la nota, donde ninguna bajaba de un diez. Ulrik sonreía plenamente mientras se acercó a la puerta del sitio en el que le indicaron que se encontraba esperándolo su maestro.

    — ¡Noak, mira esto! — Ulrik entró en la pequeña oficina donde Noak se encontraba junto con Louryth.

    El entusiasmo que mostró el cadete era llamativo para el hombre y la mujer, por lo que los dos centraron su vista en el joven, quien les alcanzaba su dispositivo móvil, desplegando un boletín con las notas que había recibido en la academia al finalizar el primer año de curso, quedando solamente uno más para que fuera la graduación.

    Noak y Louryth tomaron el teléfono y se pusieron a mirar, notando que arriba de todo se encontraban las asignaturas plenamente militares. No se mostraba nada que no fuera un puntaje perfecto, algo que dejó asombrados y para bien a Noak y su compañera. Aunque lo próximo que vieron los hizo borrar una sonrisa que estaba empezando a formarse en sus mentes.

    — ¡He derrotado a todos mis compañeros y he obtenido la nota más alta en cada actividad militar! — Ulrik lo expresaba como si fuera un niño emocionado al relatárselo a su padre.

    — Ulrik, eso está bien, pero esta academia a la que te enviamos no es solo milicia pura — Noak expresó con decepción una queja contra él — Mira tus notas en historia, matemática, lógica y física. Son demasiado bajas. Ya te habíamos dicho que tenías que sacar un buen promedio general en todas las asignaturas para que seas considerado un soldado destacado entre los demás y no simplemente una masa de músculos que sabe pelear.

    Fue de esa manera como toda la energía y buen ánimo que sentía el joven Mardh se derrumbó en tan solo un segundo. Era consciente de que en esas materias mencionadas por el exmilitar que le daba tutorías de combate le había ido mal, e incluso tenía pensado hablar sobre ello. Pero se había hecho la errónea idea de que sería felicitado por sus logros destacados en el campo más importante de un soldado, el de la acción, o al menos para él era ese mismo.

    — Te lo iba a decir hoy luego de celebrar — Ulrik quería mostrarse más optimista.

    — Considerando lo bajo de estas notas, debiste haberlo dicho hace meses — Louryth no perdió la oportunidad de regañarlo — Hiciste perder el tiempo a Noak en entrenar tu cuerpo cuando pudo haberte buscado maestros particulares para las materias que más te cuestan.

    — Pero necesitaba esas lecciones de combate, no sabes todo lo que me costó vencer a esa bestia gigante que está en mi curso — Ulrik lo encontraba como una justificación — No puedo dejar que me supere después de tanto esfuerzo que puse para eso.

    — Tal vez eso sea verdad, Ulrik, pero también lo es el hecho de que ahora más de la mitad de tu curso debe estar superándote en estas otras asignaturas — Noak estaba preocupado por su rendimiento — El promedio global del último año es lo que importa, no las notas de unas cuantas asignaturas de la milicia en este penúltimo año.

    — Está bien, supongo que no habrá celebración por mi rendimiento en las demás — Ulrik ya se resignó a siquiera esperar algo — ¿Qué es lo que haremos con mis notas bajas?

    — Te buscaré profesores particulares, y será mejor que levantes las notas desde el primer día de clases — el exmilitar se lo dejó muy claro — No tenemos entre nuestros aliados informáticos a nadie que haya participado en la creación del sistema de notas de la academia, y tampoco tenemos instructores militares allí. Así que hackear el sistema para modificar tus notas es un esfuerzo muy grande por un riesgo muy alto. Y no es necesario, ya que solo requiere que te sientes a estudiar. ¿Prometes que le dedicarás tiempo a estas materias?

    — Claro, lo prometo, lo prometo, por la puta madre — Ulrik tuvo que murmurar eso último.

    Sin llevarse siquiera una palmada en la espalda por su rendimiento en las asignaturas que consideraba importantes y a las que más esfuerzo había destinado, el cadete de los rebeldes se tuvo que retirar con algo de frustración para poder subirse al auto que lo llevaría de nuevo a la ciudad, desde donde debía de tomarse un tren para poder regresar a los dormitorios de las academias a sacar sus cosas para llevarlas a una pequeña casa donde viviría temporalmente mientras se encontraba en el período de vacaciones.

    Antes de atravesar la puerta y dejar la oficina, Ulrik volteó y se dio cuenta de que tanto Noak como Louryth no tenían la vista puesta en él, sino en una computadora portátil donde parecían investigar algo, posiblemente profesores particulares para él, de modo que pudiera levantar las notas de las materias cuyo puntaje era insuficiente para tener un promedio elevado.

    […]

    Ocho meses habían transcurrido desde aquella conversación. El período de vacaciones y el inicio a clases no tardaron en comenzar pronto para Ulrik, y tan pronto como empezó, el joven Mardh sentía como se iban volando los días en la academia, faltando nada más que un cuatrimestre para que llegara el tiempo de graduarse.

    Ese día, el primero de los tres de descanso que tendría antes de volver a las clases, había sido citado por Noak en la base de los rebeldes. Al entrar, pudo notar que, a comparación de la primera vez que se había presentado allí, más que solo pequeñeces habían cambiado. Luces más potentes y de bajo consumo, decoraciones, e incluso estantes para inventario. Objetos comprados o donados por soldados o civiles que habían podido reclutar para su propósito de derrocar a los comandantes militares, cuya posición no se debilitaba, ni siquiera considerando los esfuerzos realizados por todos los rebeldes.

    Ulrik pasó hacia una de las oficinas nuevas instaladas en el edificio, la cual contaba ya con tres máquinas expendedoras que funcionaban con la tarjeta que recibió desde el primer día que Noak fue su mentor. Un escritorio frente a una pared cubierta con un tablero con tareas asignadas y un par de planos estaba en la espalda de Noak, quien manejaba una computadora de gama alta. Tan pronto como fijó su vista en el chico, Noak le indicó que se sentara frente a él. El cadete que pronto se graduaría no notó la silla en frente de quien era su mentor de combate, y cuando se la señalaron, se sentó para estar cara a cara con Jensen. Su mirada no expresaba una charla de felicitación.

    — Tus notas en física y en lógica no están subiendo — la preocupación pasó de Noak a Ulrik — No confío lo suficiente en los profesores particulares como para reclutarlos y así conseguir que te den clases gratis. Me están saliendo muy caros, Ulrik, y no pareces aprovecharlos.

    — Son materias difíciles, Noak — Ulrik no quiso ni llamarlo señor — Me cuesta seguir el ritmo.

    — Se nota que te cuesta, pero difíciles no son, tú eres el que no se está esforzando lo suficiente — Jensen le reprochó por eso — Yo no necesité profesores particulares en mi formación, y he sacado mejores notas de las que tú has sacado hasta el momento. ¿Sabes por qué te mandé a llamar?

    — Porque me vas a enrostrar en la cara que fuiste mejor de lo que yo soy y siempre seré, ¿verdad? — Ulrik dijo lo primero que se le ocurrió.

    — Te mandé a llamar porque descubrí que los comandantes tienen algo planeado para los diez mejores promedios de todas las academias — la noticia llenó de asombro al cadete — Y quiero que tú estés entre esos diez. Pero si sigues sacándote notas tan bajas, no llegarás a estar en esa lista.

    — ¿Qué tan importante es eso que tienen planeado los altos mandos? — le picaba la curiosidad.

    — No lo sé, y eso lo vuelve todavía más importante — Noak buscaba que lo entendiera — En todas las academias que hay, tú eres el único que está de nuestro lado. Y si quieren a los mejores para algo realmente importante, entonces yo te quiero a ti ahí. No aceptaré menos con lo que me ha costado pagarte las clases particulares. ¿Podrás hacer un esfuerzo y subir tus notas? Sabes que hackear el sistema ya era un tema complicado antes, para esto no me lo quiero imaginar.

    Ulrik se veía asombrado con la manera de hablar de Noak, llegando incluso a transmitirle una enorme presión puesto a que ya no dependía de que sacara notas altas solo para ser tenido en cuenta como alguien importante en el futuro, sino que era crucial su presencia entre aquellos que serían premiados por estar entre los diez mejores de todos.

    — Lo haré, Noak, me pondré a leer todos los libros que existen si hace falta — Ulrik se mostraba comprometido con eso.

    — Eso me gusta oír — Jensen sonreía por primera vez desde que su alumno entró a la oficina — Dime, ¿tienes tu tarjeta para las máquinas?

    — Sí, aquí está — Mardh sacó de su pantalón dicho objeto para mostrarlo.

    — Perfecto, dámela — casi sin mediar palabra, Noak se la arrebató de las manos — Te la devolveré si consigues cumplir con lo que te pedí. Ya me ha costado mucho pagarles a los profesores como para que además vengas y te lleves comida gratis a tu casa. Gástate algo de la beca que te están dando, después de todo, eso sale de los impuestos de la gente que apoya a nuestros queridos comandantes.

    Molesto con el regaño, la solicitud y el gesto tomado por quien en su momento vio como un gran guía para él en el ejército, Ulrik se tuvo que poner de pie y sin pronunciar una despedida o siquiera estrechar la mano, se marchó de la oficina de Noak pensando en algo que lo acompañaría por el resto de su carrera militar.

    — Cuando hayamos forzado a esos asesinos a retirarse del poder, espero que tú te quedes con tu hija tal y como lo has dicho — Ulrik albergaba un ligero rencor hacia él — Eres un gran instructor de combate, pero también una persona de la cual no me gustaría recibir órdenes.

    […]

    — “Los mejores de nuestra primera generación” — el día había llegado, y Ulrik no podía estar más impaciente.

    Leer esa frase introductoria le hizo pensar que le esperaba una muralla de texto escrito por alguno de los militares para poder mandar una felicitación a quienes habían llegado a obtener los mejores promedios entre los soldados de todas las academias.

    — “La historia del ejército es larga. Han existido soldados casi desde los inicios de la humanidad. Hace un par de días, hemos graduado a una generación que nos toca en lo profundo como algo especial. No son los primeros graduados en el siglo, ni en la década, ni siquiera son los primeros graduados en el planeta Edagr… Pero sí son los primeros graduados que han llevado adelante toda su formación, desde el comienzo hasta el final, en nuestro mundo. Por eso se los considera la primera generación de soldados oriunda de Edagr. Hemos decidido otorgar un reconocimiento especial a diez cadetes que han sobresalido en promedio por encima del resto. No bajar los brazos nunca es la mejor característica que puede mostrar un soldado, y nuestros cadetes que lo han hecho, se merecen nuestro conocimiento. El día y lugar de la ceremonia aún no ha sido decidido, pero ya sabemos quiénes serán los afortunados en estar allí. A continuación, dejo la lista de todos aquellos que tendrán el privilegio de ser honrados por los cuatro comandantes del ejército”.

    Ulrik estaba feliz de que por fin su tortura al leer esas palabras de aquellos a quienes creyó los comandantes enemigos había terminado, puesto a que a él solamente le importaba conocer a los mejores diez soldados, puesto a que tenía que saber si él se encontraba allí, y ver si logró su cometido o si había fracasado tras los esfuerzos que Noak invirtió en él.

    — “Firma atentamente, Sargion Norup. Orgulloso soldado, esperando la oportunidad de trabajar junto a ellos” — leyó en voz alta el joven Mardh — Vaya, creía que una dedicatoria como esa vendría de habladores como el comandante Lakor o la comandante Fairin… Veamos esa puta lista.

    Los nombres estaban allí debajo para que cualquier visitante del sitio pudiera leerlos, junto con el promedio que habían obtenido.

    — Primer lugar: Arick Lakor, con un promedio de 9,57 — Ulrik reconoció ese apellido — ¡Maldito hijo de puta! ¡Yo tuve que quemarme las pestañas con los ejercicios que me dejaron los profesores, y a este seguro que le regalaron la nota porque es hijo del comandante Ace! ¡Ni siquiera se molestaron en disimularlo!

    Apenas había empezado a leer, y sin haberse encontrado su nombre, el enfado ya estaba apoderándose de él. Pese a que no esperaba verse en primer lugar, Ulrik se vio indignado al ver al hijo del comandante que dirigía la misión de rescate de la cual sus padres no fueron rescatados encabezando la lista.

    — Segundo lugar: Winter Lakor, con un promedio de 9,33 — Ulrik dio un golpe a la mesa sobre la que se apoyaba su computadora con la cual leía las notas — Esto tiene que ser un chiste. Los dos Lakor en la academia ocupan los primeros puestos… Los instructores habrán amañado las notas para esto. Es imposible que sea real.

    El hijo y el primo de Ace eran los dos primeros en la lista, para el disgusto del joven Mardh.

    — Tercer lugar: Nova Breiner, con un promedio de 9,19 — no reconocía el apellido de quien tenía ese puesto — Seguro ella debió haber sido el primer lugar de forma legítima. Cuarto lugar: Sky Delleo, con un promedio de 8,81… ¡Cómo no! ¡La hija de la puta que casi permite que me maten! Se ve que es Lakor el que lleva más peso en la academia.

    De los cuatro primeros nombres encontrados en la lista, solo uno fue el que no le provocó indignación a Ulrik, quien quería sacarse rápido el disgusto y pasar al quinto puesto, esperando encontrarse más temprano que tarde.

    — Quinto lugar: Kite Michael Delleo, con un promedio de 8,42 — dos golpes fueron los que se llevó la mesa en esa ocasión — ¡Les regalaron los primeros lugares a sus putos hijos! ¡Menos mal que yo era consciente de que no estaba para ser el mejor! ¡Me habría llevado la frustración de mi vida al ver estas posiciones!

    Sabía que no quedaban más familiares directos, por más que no fueran descendientes, de los comandantes que dirigían la milicia. Ese fue el único consuelo que encontró Ulrik tras haber visto los nombres que ocupaban la primera mitad de los seleccionados. De haber más gente para tomar los próximos lugares, él sabía que ya no tendría oportunidad de aspirar a los puestos restantes. Fue entonces que la esperanza volvió a su cuerpo, y que él comenzó a mirar lo que quedaba de la lista para ver si lo había conseguido.

    — Sexto lugar: Airin Utkin, con un promedio de 8,01 — ese apellido le era conocido, pero no lo podía recordar del todo bien — Séptimo lugar: Iker Evanson, con un promedio de 7,98. Octavo lugar: Jessica Delta, con un promedio de 7,76. Noveno lugar: Tyson Zima, con un promedio de 7,62. Décimo lugar: Ulrik… — el ver su nombre le hizo sentir una gran alegría, y decidió releer para confirmar que no estuviera viendo mal — Ulrik Mardh, con un promedio de 7,57… ¡Lo logré! ¡Logré entrar entre los diez mejores!

    Arrepentido de haberle dado un par de golpes a la mesa en frustración inicial, el joven Mardh se puso a saltar de alegría tras levantarse de su silla y encontrarse con que había cumplido con su objetivo, pese a las dificultades que había tenido con ciertas asignaturas que le costaron un poco de trabajo.

    Todavía metido en su jolgorio, el joven graduado de la academia militar entre los mejores diez fue a tomar su dispositivo móvil y escribirle a Noak para comunicarle la noticia. Tan pronto como estaba tecleando su aplicación de correos para poder hablarle, recibió un mensaje directo que era de Louryth Grayhill, compañera de Noak. Al abrirlo, este pudo ver su contenido, esperando no fuera una reprimenda de parte de alguien que lo cuestionó desde el inicio.

    — “Te felicito por tus logros, Ulrik, y Noak te invitó a que vengas aquí para poder abrazarte en persona” — el joven Mardh no creía lo que leía — “Dijo que tiene algo para darte, o para devolverte, si no entendí mal”.

    Siendo ya innecesario que escribiera su mensaje para el líder de los soldados rebeldes, Ulrik simplemente se limitó a guardar su celular en el bolsillo y buscar todo lo que necesitaría para salir de su casa y encontrarse con quien le había dado la formación necesaria para poder formar parte de los planes que los comandantes tuvieran en mente para él, sus propios hijos, y los otros cinco soldados que obtuvieron una nota alta durante las clases.

    Ulrik estaba más emocionado que nunca, puesto a que una nueva etapa comenzaría en su vida.

    Pasado y Legado ha concluido, pero La Gran Catástrofe continuará…
     
    • Reflexivo Reflexivo x 1
  7.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Bueno, amigo, pese a no haber podido comentar los tres últimos capítulos de este spin off, quisiera dejar al menos uno para darle cierre.

    He disfrutado mucho de las lecturas de los tres últimos capítulos. Winter es de mis jóvenes personajes favoritos y le auguro un desarrollo tremendo, al igual que a Nova, que se muestra como un personaje muy interesante de cara a lo que está por venir en la parte IX. Y finalmente tenemos al mini repel... digo a Ulrik, un personaje que más allá de que me empiece a caer mal por sus inclinaciones hacia el repel... digo, hacia Noak, es interesante para la trama por lo que puede aportar a ella, al no ser del bando "bueno", por así decirlo.

    En fin, amigo, esperemos que el foro resista y aguante mucho tiempo, porque leer en Discord no es lo mismo que leer aquí y al menos aquí los comentarios son parte posterior de la lectura.

    Con muchas ganas de ver lo que se viene en la parte IX. :dancecat:
     
    • Fangirl Fangirl x 1
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