Ciencia ficción La Gran Catástrofe - Pasado y Legado

Tema en 'Novelas' iniciado por Agus estresado, 6 Julio 2025.

Cargando...
  1.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

    Sagitario
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2013
    Mensajes:
    785
    Pluma de
    Escritor
    Saludos, amigo, parece que quién sea se dignó a devolvernos el foro... :angrycat: En fin, que bueno que pude retomar esta historia secundaria, porque leer en Discord no se siente igual. Ah, y buena foto de perfil, sé de qué juego viene, jejeje. :eyebrow:

    Antes que nada, quiero decir que este capítulo es 100% IA, lo noté en cuanto vi como te dirigiste a mí. :yagami: XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD lo siento, amigo, es que leí tu entrada en el blog y es tremendo. Ya sabes lo que pienso, pero igual, que loco. Que si plagios, clichés, IA's... a este paso cualquier obra que hagamos será falsa apenas la hagamos. :ewww:

    Bueno, al margen de eso, quería decirte que el anterior capítulo fue muy bonito y emocional, de hecho lo he etiquetado como 'adorable' (porque lo es, aunque adorable y triste a la vez :sadexo:). Y este capítulo ha estado también muy bien. Me está agradando que ahora las cosas se van enfocando más en los jóvenes y futuros protagonistas (al menos eso se presupone que serán). Sin más que añadir, paso directo a comentar.

    Al inicio podemos ver que Kite despierta en mitad de la noche debido a una pesadilla, y no es para menos. Él prácticamente presenció como sus padres fueron asesinados, en cierto modo, además de haber sido secuestrado y posteriormente rescatado por quién terminaría siendo su padre adoptivo. Debe dejar trauma eso en un niño y es lógico. Sky ve esto y le ofrece consuelo en forma de un dulce (una galletita de chocolate) que Kite acepta sin dudarlo. Y qué decir, es bonito ver a hermanos apoyarse mutuamente y ayudarse, no esperaba menos de Sky. :muffin:

    Después pasamos a un momento verdaderamente duro para Thomas, y es que su madre en ese punto ha fallecido de muerte súbita. Una verdadera lástima porque la madre de Thomas era una mujer muy interesante y de los pocos padres de los actuales protagonistas (por no decir el único) con vida, a excepción de Zion y Wagner. En fin, Thomas está muy afectado pero cuenta con el apoyo de su mujer Gwyn y de sus dos hijos Sky y Kite, que se muestran cariñosos con su padre para mostrarle su aprecio en una situación tan difícil. Esto los lleva posteriormente a esparcir sus cenizas en una montaña de Edagr, que no es la montaña que su madre quería porque no están en la Tierra, pero al menos le medio cumplió el deseo. Algo triste pero bonito a la vez. :/*-*\:

    La siguiente escena nos muestra a una Sky verdaderamente amable, pidiendo a Alicia y Natasha que si podrán ir a rescatar a los familiares de Artem y Winter, cuando la situación con la SG era un conflicto total y el grupo de Ace estaba buscando al grupo raptado de Gina, Nick, Hana, etc. Ver la bondad de la joven sorprende gratamente a los dos chicos recién llegados, que no esperaban algo así. Pero Sky siempre demostrando esa bondad que la caracteriza. :*{*:

    Acto seguido pasamos a algo más actual, donde Kite se siente afectado por la noticia de que los presos que mataron a sus padres han sido liberados. Pero su hermana le hace ver que pese a todo, él está con familia y amigos que le ayudarán de ser necesario, ya sea a enfrentarlos o a cualquier cosa. Ay, amigo, el grupo de angelitos que se está formando... Se vienen cositas en la parte IX, estoy seguro. :dancecat:

    Finalmente, vemos que Arick la ha terminado llevando a Sky a una cita a solas (AL FIN, LAKOR). Y se dicen muchas cosas bonitas en las que se prometen hacer frente juntos a todo lo que venga, además de consolidar su relación con unos apasionados besos (FALTÓ PONERLA, LAKOR. Pregúntale a tu padre, él sabe de eso). En fin, amigo, escena hermosa. :nice:

    En definitiva, buen capítulo. Parece que estos capítulos sobre los personajes jóvenes e hijos de los protas están asentando un poco la base de como comenzarán la parte IX y eso me agrada bastante. Así que quedo a la espera del próximo capítulo, sea de quién sea, será genial. Nos vemos, un abrazo. :Okibeta:
     
    • Adorable Adorable x 1
  2. Threadmarks: Airin – La historia y la realidad
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
    Miembro desde:
    28 Agosto 2012
    Mensajes:
    5,044
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Gran Catástrofe - Pasado y Legado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    5207
    Saludos. Aprovecho para publicar el siguiente capítulo de esta historia secundaria. El final está cada vez más cerca, y eso significa que también nos acercamos cada vez más al regreso de la historia principal.

    Quiero agradecer como en cada ocasión a mi gran amigo Manuvalk por estar siempre atento a lo que acontece en este universo, ya sea por el propio foro o por discord. Me da gusto saber que los capítulos anteriores han sido de su agrado, y espero estos también lo sean. Sin más para decir, dejo el capítulo.










    Airin – La historia y la realidad:

    — Papá, mamá, tengo una pregunta para hacerles.

    Gavril y Lara se encontraban realizando las preparaciones del almuerzo en su habitáculo en el interior del navío ruso. Vyon estaba leyendo un libro de historietas en una tableta perteneciente a su padre y prestada para que pudiera entretenerse en sus ratos de ocio. Sin embargo, el pedido de la chica llamó la atención de los tres. Toda su familia la estaba mirando, expectantes de saber qué sería lo que saldría de la boca de ella.

    — ¿Qué es lo que te inquieta, cariño? — Lara quiso que se sintiera en libertad de realizar las preguntas que ella quisiera.

    — Ya terminó el anuncio de su amigo Dmitri — decía ella con relación a la transmisión realizada por el expresidente ruso — Y quiero saber algo… Él dice que hay un hombre malo que lleva el mismo apellido que Winter. ¿Eso significa que Winter es malo?

    Gavril, quien era el instructor de su hija y del resto de niños en su formación militar, se vio obligado a contestar esa pregunta. Pudo notar que su hija tenía un tono triste en su expresión al lanzar esa interrogante, por lo que supo que necesitaría de una respuesta que pudiera reconfortarla para que se sintiera mejor. El hombre indicó a su esposa que se encargara de terminar con la cena. Se acercó hacia el sitio donde estaba su hija y se sentó en el suelo. Pese a que la pregunta solo la había hecho su hija, lo vio como una oportunidad de enseñarle a sus dos gemelos.

    — Vyon, ¿por qué no vienes arriba de papá? — Gavril invitó a su hijo a hacer lo mismo que él haría con Airin — Vengan para que pueda decirles algo importante.

    Ambos niños, con un gran amor por su figura paterna pese a lo estrictas que podían llegar a ser sus enseñanzas en ciertos momentos, no dudaron ni un solo segundo en acercarse a él. Los dos se sentaron en sus piernas y le daban un abrazo tierno a su padre, quien reía porque sentía un poco de cosquillas en el tacto con ambos niños.

    — Algo que tienen que saber, principalmente tú que lo has preguntado, Airin — empezó su relato — Es que lo que define si una persona es buena o mala son sus acciones, no su lugar de origen. Es verdad que hay un comandante con el mismo apellido de su amigo Winter ahí afuera…

    — Winter no es mi amigo — Vyon todavía recordaba su pequeña disputa con él.

    — Sería bueno que lo fuera, pero eso no viene al caso ahora — Gavril se sentía un poco apenado por esa actitud de su hijo — Lo que importa es que Winter no ha hecho nada malo al nivel de lo que hizo el comandante que tiene su mismo apellido. Él es el malo, no Winter. Cuando Winter sea un adulto, él tomará sus propias decisiones. Y cuando lo haga, todos podremos decidir si es bueno o malo.

    — Qué bueno, tenía miedo de que me prohibieran acercarme a él — Airin no deseaba mantenerse lejos de su amigo — Gracias por esto, papá.

    — Por nada, cariño — Gavril sonreía para sus pequeños — Ahora, ¿por qué no me ayudan a preparar la mesa? La comida de seguro estará lista pronto, ¿verdad amor?

    — Siete minutos o tal vez menos — contestó su esposa ante la pregunta.

    — ¿Escucharon eso, mis campeones? — Gavril creyó que les gustaría ser llamados así — Tenemos poco tiempo para cumplir con esta misión.

    Entre risas, Airin y Vyon se apartaron de encima de su padre, dándole la oportunidad a que este pudiera también ponerse de pie y dirigirse con sus dos pequeños al sitio en el cuál se guardaban todos los utensilios para que los cuatro pudieran disfrutar de un almuerzo en familia a bordo del navío, una actividad que Airin gozaba mucho de realizar, dado a que adoraba pasar su tiempo con ellos.

    […]

    Muchos años habían pasado desde aquella charla, pero la joven Utkin no fue capaz de pensar en otra cosa en el momento en que se encontraba bajo una sesión de entrenamiento en el planeta Tralio, bautizado en ese momento como Gea por la humanidad que eligió habitar el continente occidental de aquel mundo que habían descubierto y colonizado.

    Su padre decidió que les daría una lección de historia al mismo tiempo que los pondría a prueba con un entrenamiento físico. Por órdenes del padre de los gemelos, Airin y el resto de sus compañeros empezaron a realizar flexiones de brazos. El sitio elegido para realizar el trabajo era la zona de los muros que delimitaba el territorio ocupado por la humanidad en aquel planeta. Gavril y sus alumnos se encontraban del lado interior, a pocos metros de aquella muralla que mantenía lejos a los predadores, y de la cual solo los cazadores y exploradores podrían salir. En el lado de adentro, por lo menos en la zona donde se llevaba a cabo el entrenamiento no había nada más que un viejo árbol con flores rojas y hojas amarillas colgando de sus ramas.

    El comandante Utkin se paró apoyando la espalda en el tronco del árbol, y se preparó para empezar a narrar una lección para sus alumnos.

    — Hoy tocaremos con mayor profundidad un tema que no sale en ningún libro de historia, ¿saben por qué? — Gavril preguntó de manera retórica para los nueve estudiantes que tenía como cadetes — Porque es un tema reciente. Los libros cuentan cómo se llevaron a cabo los conflictos entre los países de Zenith y de Ascendency, y como tras la Gran Catástrofe que ustedes no llegaron a vivir, el último país cambió de nombre. Recuerdan ese nombre, ¿verdad?

    — Black Meteor, señor — contestó Katia, de forma correcta a la pregunta del militar.

    — Buena respuesta, Minami — Gavril sonreía al ver que el resto de los maestros hicieron un buen trabajo en su educación — Pero lo que no se cuenta en los libros es algo que quizá hayan oído hablar en alguno de los podcasts realizados por Dmitri. ¿Alguien sabe qué fue lo que hicieron Zenith y Black Meteor?

    — Yo creo que lo sé… — el joven Iker pidió permiso para responder — Recuerdo que invadieron un tercer país y lucharon allí, dentro de su territorio.

    — Bueno, sí fue algo que hicieron los dos, Evanson, pero no era lo importante aquí — Gavril tenía las miradas de sus cadetes sobre él — Ellos realizaron una misión de infiltración para saquear recursos. Estaban tan desesperados por ir al espacio, y al no querer utilizar sus propios recursos, fueron a buscar los de otra nación.

    — Señor, ¿es cierto que los recursos que ellos robaron no estaban siendo usados por esa nación? — fue la pregunta de Rosary, quien creía haber escuchado algo por el estilo.

    — No sé quién fue la persona que te enseñó eso, Volt, pero sí — Gavril se sorprendía con esa pregunta — Pero eso no quita gravedad al asunto. Los recursos de una nación son su propiedad y de su soberanía. El no entender eso, llevó a las naciones en los años previos a la Gran Catástrofe a entrar en guerra. La paz que llegó tras dicho acontecimiento sentó las bases para que todos los países del mundo, incluyendo aliados y enemigos de lo que un día fue nuestra nación, lo comprendieran y lo respetaran por fin.

    Antes de poder seguir con su charla de explicación, Gavril notó que sus alumnos estaban bajando el ritmo de su ejercitación, creyendo que se les estaba dificultando concentrarse en sus ejercicios físicos al mismo tiempo que prestaban atención a su lección de historia. Eso fue algo que no agradó mucho al comandante ruso, y lo llevó a dar una orden a los jóvenes.

    — Suban la velocidad de las flexiones, no se detengan solo para escuchar — su instructor tenía reservadas más cosas para ellos — Ahora no, pero cuando crezcan, les haremos pruebas para ver cómo se manejan en el exterior de los muros. Necesitarán estar concentrados cuando persigan a un animal salvaje para cazarlo, pero concentrados para saber si no se les está acercando un enemigo. Eso es lo que estamos trabajando aquí… — pronto, el comandante veía cómo los cadetes aumentaban de nuevo para llegar al ritmo inicial — Continuaremos. ¿Alguien aquí se ha puesto a pensar en lo importante que son los recursos para nosotros? Denme un ejemplo de algo que podamos utilizar. Sea lo que sea.

    — El árbol que está detrás de usted — Jessica respondió rápido, creyendo que sería una respuesta obvia pero correcta.

    — Es preciso, Delta — Gavril sonreía al ver que logró cumplir su objetivo al hacer que lo notaran — Los árboles pueden darnos desde frutos deliciosos para comer o cocinar, o incluso pueden darnos madera para hacer leña. Este árbol que está detrás de mí es un poco viejo. No soy un experto, pero sé que dentro de unos años más, será cortado para que podamos hacer leña con él. Hay un punto clave en lo último que dije. ¿Quién lo puede adivinar?

    El silencio reinó en todos ellos, y eso fue algo que no decepcionó a Gavril. Si bien, estaría orgulloso si alguien pudiera responderle correctamente, la realidad es que él no pensaba juzgar a ninguno de ellos por no poder contestar a una consigna como esa. Sin embargo, no se quedaría así por mucho tiempo.

    — Dijiste que todo eso sería en unos años más — su hija fue quien respondió lo que él quería.

    — Eso es correcto, ahí está la clave — Gavril supo que tenía por donde seguir — Este árbol sirve para que podamos tener leña, pero todavía no ha llegado su momento para usarlo. ¿Eso quiere decir que alguien tiene el derecho de venir a robárnoslo?

    — ¡No! — Vyon gritó como si estuviera furioso al respecto.

    — No lo estamos usando, pero eso no significa que deje de ser nuestro — Airin complementó a lo dicho por su hermano, pero de forma más calmada.

    — Y eso es el motivo por lo que los actos de Zenith y Black Meteor son intolerables — Gavril recordaba el momento en que ocurrió todo eso — Rusia siempre apoyó la idea de que Zenith y Black Meteor debían ser castigados por ese crimen. Pero otros países no lo vieron así. Ahora que no hay otros países y solo somos nosotros, es nuestro deber… mí deber, hacer que ustedes lo comprendan. Cuando ustedes crezcan, el ejército estará a sus órdenes. Deberán proteger la soberanía de la humanidad, cuidando que nadie aparezca para robar los recursos que son nuestros.

    — Señor, ¿cree que Zenith y Black Meteor estén allí afuera todavía? — Winter quería conocer la opinión de quien era su comandante.

    — Recuerdo haber visto en vivo una de las últimas transmisiones dadas por el líder de Zenith antes de que nuestra Tierra fuera arrasada — Gavril contestó con algo de dolor en sus recuerdos a lo preguntado por el chico — Por lo que él dijo, parecía que tenían aliados en otros mundos. No sé sobre Black Meteor, pero creo que es probable que Zenith pueda estar por allí. Descartar esa posibilidad sería tonto. Lo importante es que no están aquí.

    — ¿Y si vienen por nuestros recursos? — Vyon quería saber qué derivaría de su pregunta.

    — Evitaremos que se los lleven — Gavril fue severo al contestar — De ser necesario recurrir a la violencia, se hará. Pero como yo ya les he enseñado, estos recursos son nuestros. Si no vivo para ver cómo este bello árbol se convierte en leña, entonces lo verán ustedes. No deben permitir que nadie se los arrebate. Yo solamente espero que no tengan que encontrarse con nadie de Zenith… Nunca. Ni ustedes, ni su descendencia. La Caída de la Tierra fue un evento trágico, pero nos permitió alejarnos de ellos. Espero las cosas se mantengan así. Personas como las que habitaron en Zenith son aquellas que hay que evitar a cualquier costo.

    Airin miraba con asombro la manera en la que su padre acariciaba el árbol en el que previamente se estaba apoyando. Ella realmente creía en lo valioso de aquella lección. Desde la clase de historia sobre un acontecimiento reciente en la Tierra hasta la importancia de proteger los recursos de la humanidad. El ejercicio continuaba, y Airin tenía fijada una idea en su mente.

    — Hacernos fuertes para cuidar lo que es nuestro — era un pensamiento que le gustaba — Papá está haciendo un buen trabajo al entrenarnos.

    […]

    Airin se encontraba sentada en una mesa en el salón comedor de una nave perteneciente a los miembros de la Sociedad Galáctica. Miles y miles de recuerdos volvían a su cabeza mientras veía como mucha gente, entre los que se encontraban personas pertenecientes a su propia nación como también a los humanos que vivían en el planeta Edagr, ingresaban en aquella sala.

    A su lado se encontraba su amiga Rosary, quien fue la única compañera que estaba con vida y a su lado en aquel momento, la familia de su amiga, y también estaba Valiana. Un gran grupo de soldados entre los cuales la mayoría eran de la humanidad que habitaba el planeta al cual se dirigían, entró en la sala con comida racionada para compartir con la gente a modo de alimentarlos en el camino hacia Edagr. Había algunos soldados que había visto hacer compañía a su madre y a su padre cuando ambos estaban vivos para liderarlos entre ellos, pero el número mayoritario pertenecía a aquellos humanos que tenían su origen ya sea en Zenith o en Black Meteor.

    — ¿Qué dirían mi papá y mi mamá si estuvieran aquí ahora? — la joven Utkin no podía dejar de pensar en ellos dos — Siempre que les preguntabas sobre Zenith o Black Meteor, la respuesta involucraba algo malo. Ahora…

    — Ellos nos han salvado — Valiana, una familiar directa del comandante detrás de la operación de rescate, fue la primera en hablar — Tal y como Gina dijo que sucedería.

    — Es tan triste que ella no lo haya logrado — Rosary sentía un nudo en su pecho al pensar en ella — Era tan agradable. Cambió la forma en que vemos a estas personas. No merecía morir allí. Y su hija…

    — Me preocupa más ese otro soldado — Valiana no pudo evitar pensar en él — La forma en la que reaccionó da miedo.

    — Mientras que nosotras pudimos escapar con vida de Tralio, ellos perdieron mucho — Airin pensó en lo equivocados que eran sus prejuicios sobre esa gente, pese a que era algo que ya estaba empezando a imaginarse.

    — Ese hombre fue, ¿verdad? — señaló la madre de Rosary — El que va acompañado por ese alienígena.

    Las tres chicas fijaron su vista en la entrada a la sala, por la cual pudieron ver al comandante Ace Lakor ingresando al sitio en compañía de Allecreod. Ambos seres tenían una silla en mano, y tras entrar en la sala, se iban trasladando mesa por mesa para poder hablar con la gente a medida que estos comían en paz y tranquilidad. En la mesa donde Airin se encontraba, todavía no habían pasado a dar raciones ni para ella o sus acompañantes, por lo que asumieron que primero tendrían la oportunidad de comer antes de hablar con él.

    La joven Utkin pensó que se debería al hecho de que Valiana era un familiar de aquel hombre, puesto a que la última mesa por la que pasó, habiendo transcurrido un rato muy largo que dio la oportunidad a que se sirvieran dos porciones de comida enlatada y bebidas, fue la suya. Ace tomó asiento junto con Allecreod, acomodando las sillas para poder verlos a todos a la cara y que nadie apartara su mirada.

    — Lamento mucho la demora — el comandante centró la vista en los adultos presentes allí — ¿Ustedes son los padres de alguna de ellas dos? — Ace sabía que no sería el caso de Valiana.

    — Ella es nuestra hija, Rosary — contestó el hombre, con entusiasmo para con él — Airin es una amiga. Y usted de seguro ya conoce a Valiana.

    — Airin, las personas con la que hablé antes mencionaron tu nombre. Lo siento mucho, pequeña — el comandante expresaba sus condolencias — En más de una mesa mencionaron tu nombre, y los de tu familia. Yo también he perdido a mis padres, pero a diferencia de ti, no tengo recuerdos de ellos, más allá de sus nombres. Sé que debes estar sintiéndote muy mal ahora mismo.

    — Gracias por sus palabras, comandante — Airin veía a una persona muy respetuosa y con tacto ante ella — Pero es verdad. Arrojaron a mi padre al océano cuando tenía huesos rotos. Mataron a mi madre en frente de todos nosotros para dar un mensaje. Y mi hermano murió en una estúpida competición porque no pude hacerlo retractarse… Toda mi familia murió en ese horrible mundo, a manos de esos malditos seres.

    — No podía creerlo cuando me lo contaban, y lamento que sea verdad — Ace ofrecía un poco de apoyo para la chica — Tal vez esto parezca inoportuno, considerando los sucesos recientes. Pero por desgracia, tengo que hacerme cargo de esto ahora que estamos de camino hacia Edagr.

    — ¿Qué es eso exactamente? — preguntó la joven Volt con algo de curiosidad.

    — Asignarles una casa para que puedan vivir allí — Ace respondió a su pregunta — Los hemos sacado de un mundo oscuro, y ahora los llevaremos a que vivan con nosotros. Necesito saber en qué tipo de viviendas debo de colocarlos — tras dar sus explicaciones, Ace miró a Allecreod sacar una tableta para realizar anotaciones al respecto — Tus padres y tú vivirán juntos, Rosary. Pero necesito saber si están dispuestos a vivir junto a alguien más.

    — Airin vivirá con nosotros — la madre de Rosary habló en favor de su amiga — Ya ha estado con nosotros en Tralio. Y a nuestra consideración, ella necesita un hogar.

    — ¿Qué hay de ti, Valiana? — Allecreod anotaba todo mientras realizaba esa pregunta a la chica.

    — No sé si Winter y yo podamos quedarnos con ellos — Valiana no tenía una gran relación con los adultos allí presentes — Pese a que mi hermano es compañero de ambas, han estado viviendo en ciudades separadas por órdenes de los traliod. No creo que sea correcto quedarnos con ellas.

    — Lo sentimos, Valiana, pero la verdad es que no estamos seguros de si podremos tener a cuatro personas para mantener — el hombre pensaba en ese aspecto — Tendremos que trabajar en Edagr, me imagino. Solo nos estarían regalando un hogar y el resto lo tendremos que conseguir por nuestra cuenta.

    — Es correcto de forma parcial, la verdad es que… la milicia tendrá que hacerse cargo de la compra y asignación de propiedades — Ace estaba preocupado por aquel detalle — Las casas solamente eran regaladas a la gente cuando apenas llegamos a vivir en aquel mundo tras la guerra. Pero para evitar que se deterioraran por falta de mantenimiento, las entregamos a personas dispuestas a trabajar para cuidarlas hasta que aparecieran compradores… Estaremos llevando a mucha gente a ese mundo. No los podemos dejar en la calle, y no lo vamos a hacer. Pero esta clase de medida afectará la economía, solo espero que no mucho.

    — ¿Qué pasará con Winter y conmigo? — Valiana tenía esa inquietud — Yo tengo diecinueve años. No sé si legalmente soy una adulta bajo sus leyes.

    — Lo resolveremos, Valiana, no te preocupes — Ace quería tranquilizar a su prima — Como he dicho, nadie se quedará en la calle. Para cuando lleguemos a Edagr, todos aquí tendrán un techo bajo el cual dormir. Es un problema mío, no suyo.

    — Tendríamos que empezar ahora, mandar todo lo que tenemos y poner manos a la obra — Allecreod sugería al comandante — Sin Xorxaik, este trabajo nos podría llevar mucho tiempo. Pero debemos arreglarlo todo.

    — En eso tienes razón, Allecreod — Ace se puso de pie — Lamento si esta charla fue muy acelerada, pero la verdad es que es una responsabilidad gigante la que ha caído en nuestras manos. Tal vez hablemos en otra ocasión.

    Mientras el comandante de Exploración y Rescate y el ryfier a su lado se levantaban para marcharse a continuar su trabajo, dejando en esa ocasión las sillas que habían estado transportando mesa por mesa, Airin saludó haciendo el gesto de levantar la mano derecha, cuando el resto de quienes iban en su mesa saludaban agitando dicha extremidad.

    Los pensamientos de la chica tenían una mezcla de tristeza y de consuelo por la reciente conversación que habían mantenido con quien era un familiar de su amigo. Ella no podía evitar sentirse apreciada al ver que él en persona estuvo acercándose a la gente para empezar a conocerla, pero los recuerdos de quienes faltaban en su vida la llenaban de inquietudes que nunca podrían ser respondidas.

    — Cómo desearía que los cuatro estuviéramos juntos — Airin reflexionó al respecto sobre lo que acababa de suceder — Ustedes también merecían ser salvados. Me pregunto cómo habrían reaccionado al ver que fue el propio comandante que alguna vez despreciamos todos quien nos salvó de los traliod y nos ofreció un planeta y un hogar.

    La chica intentaba reírse para relajar su mente y alejar toda la negatividad, pero el peso de las muertes de sus familiares, siendo su madre Lara y su hermano Vyon tan recientes como para evitar que pudieran estar juntos pese a que ella sí lo había logrado, hicieron que Airin tuviera que cubrirse los ojos para así poder llorar en silencio. Rosary y Valiana notaron eso por lo que pasaba su amiga, ofreciéndole un abrazo para que ella supiera que no estaría sola, aunque a diferencia de ellas dos, tanto Rosary como Valiana tenían familia para hacerles compañía cuando pudieran pisar por primera vez el mundo nuevo al que se dirigían.

    […]

    A ti no te atraparon, es más, dudo que te hayan descubierto — Airin se mostró algo asombrada por eso — Y dicen que nos estabas siguiendo. ¿Cómo pudiste hacerlo sin que te vieran?

    Yo… los estaba espiando — Winter quería inventarse una excusa, pero en vez de eso, lo cambió por la verdad — Mi papá y mi mamá me compraron un regalo por mi cumpleaños número quince. Me regalaron unos prismáticos. ¿Sabes lo que son?

    Sí, creo que son esos que se usan para ver a lo lejos — Airin creía que era eso — Eso explica porque ni Iker ni yo ni los traliod te detectaron. Porque nos estabas viendo desde la distancia.

    Es correcto — Winter se sentía un poco intimidado por eso — Te vi a ti y a Iker saliendo de los muros, y decidí que quería seguirlos.

    Pero sigo sin entender cómo pudiste vernos — Airin se asombraba un poco — ¿Tan lejos puedes ver con ellos? Porque de alguna manera tuviste que detectar en donde nos encontrábamos, y dudo que puedas hacer eso con los prismáticos.

    Es que, no estaba muy lejos — Lakor sabía que tenía que decir la verdad — Estaba yendo en dirección a tu casa. De hecho, me faltaba muy poco para llegar cuando te vi marchándote con Iker.

    ¿Dijiste que estabas viniendo a mi casa? — Airin notó que su compañero se estaba sonrojando — ¿A qué venías?

    Es solo que… Renji muchas veces me dijo que conocía una colina dentro del territorio humano desde la cual se podía ver todo nuestro territorio — fue la respuesta de Lakor — Me pareció un buen lugar para probar mis prismáticos. Pero no quería ir solo. Pensaba en invitarte a ti.

    ¿A mí? — fue ese el turno de la chica para sonrojarse un poco.

    La conversación entre ambos jóvenes, la cual comenzó como un interrogatorio de Airin para tratar de conocer la verdad detrás de los dichos de su padre y su madre para explicar una situación conflictiva con el padre de Winter, terminaron yendo por un rumbo que permitió tanto a la joven Utkin como al joven Lakor exteriorizar sus sentimientos mutuos.

    Pese a que la humanidad estaba pasando por una etapa complicada tras haber sido capturados por los traliod, la chica, confiando plenamente en su madre y en el resto de la humanidad que había podido evadir la captura, tenía las esperanzas de que las cosas podrían mejorar en un futuro quizá no muy cercano. Con nuevos sentimientos en su corazón tras haberse enterado de las intenciones de su compañero, y de las hazañas que él había realizado para seguirla para asegurarse de que nada malo sucediera, Airin tenía claro lo que debía decirle en aquel entonces.

    Sé que no será mañana, y que no será sencillo. Pero regresaremos a nuestro hogar — Winter miró a Airin a los ojos mientras ella expresaba sus palabras, algo que la chica notó, y que apreciaba de su parte — Quiero que te cuides mucho, pase lo que pase cuando llegue el día. Cuando estemos de nuevo en casa, voy a estar esperando tu invitación a salir. Mi respuesta para ti siempre será sí.

    La chica notó como Winter empezó a sonreír tras haber escuchado de sus propias palabras que ella estaba considerando una cita con él. Adorando la manera en la que el chico sonreía, Airin se vio contagiada por aquel gesto, y no podía evitar hacerlo también. Ambos se morían de ganas porque el plan que llevarían a cabo la madre de Airin en compañía con el comandante Yukimura tuviera éxito, de modo que pudieran gozar de nuevo de la libertad que les habían arrebatado, teniendo en mente una idea para poder pasarlo bien estando juntos.

    […]

    — La vista es… — Airin expresaba mirando a través de los prismáticos — Hermosa, sin dudas. Edagr es mucho más bello que Tralio.

    Pese a que los planes de ambos consistían en una cita en el mundo donde habían aterrizado por primera vez, las circunstancias llevaron a que ese plan tuviera que cambiar. Aunque para la joven Utkin, la diferencia era para bien. Winter, tras haber dejado pasar un tiempo considerable para que su amiga y él pudiesen adaptarse a la vida en el planeta donde iban a vivir, decidió armarse de valor e invitarla a pasear junto a él. A diferencia de otras veces que salían con sus amigos, esta vez lo hicieron en solitario.

    Winter tenía nada más que una mochila con comida, bebida y sin falta, los prismáticos que le habían regalado nada más llegar al planeta Edagr. Junto con Airin, los dos estaban disfrutando de las vistas que podía ofrecer aquel mundo. Habían ido de paseo a un sitio en las montañas donde podías escalar por un sendero seguro, y desde el cual se podía llegar a un mirador con unas vistas que ambos jóvenes consideraban impresionantes.

    — Me alegra que al fin podamos disfrutar este momento — Airin expresó mientras dejaba los prismáticos en las manos de su compañero — Esto fue lo que debí haber hecho aquel día. Esperarte e irme contigo. Siento haber salido con Iker esa tarde.

    — Oye, descuida, no fui yo quien llegó primero — Winter deseaba no recordar más aquel día — Lo que importa es que ahora estamos aquí… Con un mundo hermoso por conocer. Mi primo me ha dicho que hay cientos de lugares hermosos por conocer. Como aquel bosque que está a lo lejos — comentó mientras lo empezaba a señalar.

    — ¿Qué tiene ese bosque? — Airin centró su vista en los árboles que se podían ver.

    — Se llama el Bosque del Ciervo, y dicen que allí se pueden ver animales similares a los que había en la Tierra, algo que solo hemos visto en fotos — Winter explicó a la chica — Tengo muchos deseos de poder invitarte a pasear por ese sitio, y por todas las maravillas naturales que pueda haber en este mundo.

    — Y yo tengo deseos de aceptar tu invitación, Winter — Airin estaba encantada con la iniciativa tomada por su amigo — Si este planeta tiene muchos sitios hermosos por recorrer, entonces, ya tenemos una tarea para realizar, juntos tú y yo.

    — Y lo haremos, créeme que lo vamos a hacer — Winter entonces empezó a pensar en algo que había hablado con un familiar suyo — Pero hay otra cosa que me gustaría proponerte.

    — ¿Qué es? — Airin se veía curiosa al respecto.

    — El día del cumpleaños de Arick, me quedé hablando con él cuando todos se fueron — comentó el chico — Sus padres son los líderes de la división de Exploración y Rescate. Ellos serán los que van a elegir a los soldados que partirán al espacio en misiones que puedan llegar a surgir. Y Arick dijo que los que tienen una plaza asegurada son aquellos que logren sacar las mejores notas en las academias militares.

    — ¿Eso quiere decir…?

    — Que, si nos esforzamos para lograrlo, tú y yo tendremos un sitio reservado para poder viajar a bordo de una nave espacial — Winter se llenaba de ilusión al hablar de aquello — Podremos ser exploradores del universo, viajar al espacio exterior, y ver de cerca un sinfín de estrellas y planetas.

    Airin quedó maravillada ante esa posibilidad. Toda exploración espacial en su vida había llegado a su fin cuando el Explorador Esperanzado aterrizó en el planeta Tralio para iniciar con un proceso de colonización que quedó incompleto. Desde aquel día, la siguiente y única vez que la chica pudo ir al espacio exterior fue cuando se dio el escape del planeta donde la habían convertido junto a toda la humanidad en una esclava. Al no estar tan familiarizada ni con la milicia ni con sus líderes, de no haber sido por su compañero, nunca se habría enterado de esa posibilidad. Winter notó como ella empezaba a tener una mirada mucho más esperanzadora y supo que ella estaba de acuerdo con él. Sin embargo, el joven Lakor no se iría de allí sin estar por completo seguro.

    — ¿Qué dices entonces, Airin? — Winter quería escucharlo de ella — ¿Te gustaría acompañarme en esta aventura para que ambos podamos conocer las maravillas que se esconden tanto dentro de este mundo como más allá de él?

    — Vivir mi vida viajando y admirando las maravillas que el universo nos ha regalado es algo que anhelo con toda mi alma — Airin se acercó a su pareja para abrazarlo y acercar su rostro al suyo — Pero solo si tú y yo estamos juntos para verlas.

    — Lo estaremos, Airin — Winter cerró los ojos y empezó a acercarse a ella — Tú y yo siempre estaremos juntos.

    — Que nuestro viaje de hoy sea el primero de muchos — Airin se preparaba para darle un beso — Y que cada lugar que visitemos sea testigo de cómo tú y yo nos queremos.

    Así, bajo la promesa de que siempre permanecerían unidos en sus viajes, sin importar a donde los llevara su destino, Airin y Winter fundieron sus labios en un beso que ambos ansiaban tener en el mirador de aquella montaña a la cual habían ido a tener el primero de lo que acordaron que serían cientos de paseos en la compañía del otro. Mientras ese beso tenía lugar, lo único que ambos jóvenes todavía no habían decidido para su futuro era cuál sería su siguiente destino, pero conscientes de que allí estarían los dos para disfrutarlo.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

    Sagitario
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2013
    Mensajes:
    785
    Pluma de
    Escritor
    Hola, amigo, me alegra estar por aquí un día más para leer y comentar el capítulo actual, en este caso el de un personaje que no ha destacado apenas pero en el que tengo fe de que coja protagonismo (supongo que para eso tendrá que crecer algo más XD). Como siempre, voy a pasar a comentar lo más destacado para mi de cada escena.

    El inicio nos muestra a una Airin pequeña, en la nave que salvó a los rusos de la extinción de la Tierra provocada por el edagriano Arion. Al escuchar las transmisiones de radio del presidente Dmitri (bien muerto está :yagami:) y oír el apellido Lakor, le preocupa que su amigo Winter también sea igual de malo que ese comandante del que hablan, temiendo que le aparten de él. Gavril (otro que está bien muerto :dancecat:) se muestra afable con su hija y aprovecha para que Vyon (otro por el que no voy a llorar :ewww:) también le escuche, diciéndoles a ambos que Winter no es mala persona y que eso solo se sabrá con sus decisiones de adulto (se me olvida mencionar que Lara está presente y que tampoco la echo de menos. Vaya, en esta escena el único personaje al que le tengo un mínimo de estima es a la propia Airin :clap:).

    Acto seguido pasamos a una escena que, personalmente, me ha agradado bastante el como la has planificado y manejado. Lo que es una simple lección y entrenamiento parecen convertirse en algo especial y significativo para Airin, a quien de seguro se le quedó grabado ese momento en la retina. Me gusta como Gavril explica, como hay una lección en todo lo que hace, ya sea hacerles hacer flexiones y escuchar al mismo tiempo sin bajar el ritmo con el objetivo de que estén concentrados en todo y a todo momento, etc. Gran escena, amigo. :shark:

    Después avanzamos en el tiempo, en una escena donde Airin, Rosary, los padre de ésta y Valiana reciben la visita de Ace y Allecreod, una vez han sido salvados de las garras de los traliod y de la SG. Tratan el tema de la adquisición de viviendas (buen detalle el hecho de que se hable que regalar viviendas podría repercutir en la economía de Edagr) y vemos que Airin se quedará a vivir con la familia de Rosary, al encontrarse ella sin familiares con los que estar. Un hecho de la pone tremendamente triste y no es para menos.

    Luego recordamos mediante un flashback, el plan que tenía Winter de llevar a Airin a una colina en Tralio con vistas espectaculares, cuando ocurrió aquello de que Iker y ella fueron raptados por los traliod. Volviendo al presente, vemos que Winter la ha llevado a una colina pero en Edagr, utilizando esos prismáticos que él siempre quiso usar. Ambos jóvenes conversan acerca de toda la naturaleza y paisajes que podrán explorar en el nuevo planeta que habitan, pero entonces, Winter revela que gracias a sus familiares sabe que si sacan grandes notas en la academia militar, podrían formar parte de Exploración y Rescate, viajando por el espacio y descubriendo nuevos mundos. Esta idea maravilla a Airin, que accede a luchar por ello. Los dos se besan mientras certifican que ese va a ser su plan de futuro. :nice:

    Hacen bonita pareja, Winter y Airin, pero esta escena final me da miedo, amigo. Si van a ser exploradores, temo que enfrenten algo y uno de los dos muera... Sería horrible ver eso. Pero esto es LGC y es bastante probable que pase, así que solo me queda rezar para que no lo hagas :angrycat:. Sin más que decir, nos vemos a la próxima.
     
    • Adorable Adorable x 1
  4. Threadmarks: Winter – El camino de un soldado
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
    Miembro desde:
    28 Agosto 2012
    Mensajes:
    5,044
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Gran Catástrofe - Pasado y Legado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    6774
    Saludos. Voy a publicar el siguiente capítulo de esta historia secundaria. Cada vez nos vamos acercando más al final, ya que incluido este de ahora, solo quedan 3 más.

    Quiero agradecer como hago siempre a mi gran amigo Manuvalk por sus comentarios y su presencia en esta historia. Me da gusto que le hayan estado gustando todos los capítulos mostrados hasta ahora, y espero los que restan también le gusten.

    Sin más novedades, dejo el capítulo.












    Winter – El camino de un soldado:

    El atardecer estaba por llegar en el planeta bautizado como Gea por los colonizadores humanos que habían sido capaces de establecer una zona segura para todos sus semejantes.

    En un claro cercano a uno de los ríos que se encontraba cerca de dicha zona, Winter, con tan solo doce años de edad en aquel momento, se encontraba entrenando junto con su padre ante la vista del comandante Renji Yukimura. Este miraba desde lejos como Winter trataba de lanzar ataques de puño contra su progenitor, que no respondía y simplemente se dedicaba a bloquear y a retroceder, dándole espacio al pequeño Lakor para que pudiera descubrir por su cuenta cómo dar mejores golpes y las posturas que debería de tomar para poder atacar de esa manera.

    Renji miró la poca luz que quedaba del sol, y decidió que sería mejor intervenir antes de que se les hiciera tarde. El comandante se acercó a ambos y con una seña les dijo que se detuvieran.

    — ¿Cómo lo hice, Renji? — preguntó entusiasmado el joven.

    — Atacas rápido, Winter — el comandante no se mostraba feliz pese a decir algo positivo de su estilo — Pero más que la rapidez, lo que importa es la efectividad de los golpes. Un golpe poderoso te ayudará más que cinco ataques seguidos que no hagan daño.

    — Pero no es que no tenga fuerza, es que mi papá es un adulto y yo solo soy un niño — el chico se mostró un poco frustrado por haber recibido una especie de reprimenda.

    — De hecho, la diferencia de edad no está relacionada a qué tanto daño hacen los golpes — Renji quería aprovechar la oportunidad de enseñarle eso al pequeño — Me sorprende mucho que estés usando las cosas que el comandante Gavril te haya enseñado. Creo que está haciendo las cosas mal a propósito.

    — ¿Por qué haría eso? — Vitali sentía curiosidad en lo que decía su amigo.

    — No puedo asegurarlo, pero si Winter no está mintiendo y está peleando como Gavril lo está enseñando, entonces hay algo mal aquí — el comandante se acercó al pequeño, agachándose para estar a su altura — Winter, pon atención, voy a enseñarte cómo debes dar un golpe. Trata de ver la posición de mis piernas y los movimientos de mis caderas y brazos. No lo ensayarás hoy, pero la próxima vez que vengamos, podrás intentarlo.

    — Está bien — el niño se mostraba con muchas ganas de aprender.

    — Vitali, quédate donde estás y extiende las manos con las palmas abiertas hacia el frente — indicó el comandante — Yo golpearé solo en esas zonas, no te preocupes por salir herido.

    — Tú nunca podrías hacerme daño, Renji, no tengo miedo de tus lecciones — Vitali decía con mucha relajación — Es más probable a que me haga daño yo solo a que tú pudieras lastimarme.

    Con deseos de ver qué clase de cosas podría enseñarle el comandante amigo de su padre, Winter se paró al costado listo para observar con atención los movimientos que realizaría Renji. Este comenzó moviendo las piernas y ajustando la posición de su cadera en el sentido en que lanzaba un puñetazo con la mano derecha. Su padre atajó el golpe, pero el niño llegó a percibir una pequeña mueca de dolor en su cara, sabiendo que el ataque debió de haber sido algo duro pese a no verse demasiado intenso. Los movimientos que Renji seguía usando eran similares, viendo como este retrocedía y sacudía las piernas al momento de atacar, haciendo que los brazos de su padre se movieran levemente tras poder detener los golpes.

    El pequeño estaba aprendiendo cosas que en clase no le eran enseñadas por su instructor, pensando que sería mejor que fuera el propio Renji quien diera las clases en vez del padre de Vyon y Airin, quien parecía más centrado en lecciones de historia y endurecimiento del cuerpo que en mostrarles como pelear en luchas cuerpo a cuerpo.

    Cuando el sol ya estaba por ponerse en el planeta, los tres se marcharon del lugar en dirección a la casa de Vitali. El hombre había invitado a su amigo a cenar con su familia en un día donde todos los trabajadores, alumnos, y maestros tenían la libertad de pasar sus horas a gusto.

    Tras haber llegado a la casa en donde la familia Lakor Aldan había sido asignada en el planeta Gea, los cuatro integrantes de dicha familia se sentaron a la mesa para comer lo que parecía ser un embutido acompañado por ensalada de frutas y verduras naturales del mundo en que vivían, junto con trozos de pan para poder comer como si se tratara de un sándwich. La cena fue amena para todos los que participaron en ella, aprovechando la oportunidad para saber más sobre los pasatiempos del comandante.

    — Dime, Renji, ¿qué opinas de nuestro hijo? — Fenya, madre de Winter y Valiana, quería conocer su punto de vista respecto a la profesión que le hicieron tomar — ¿Tiene madera de soldado? ¿O debería pensar en una forma para retirarlo de las clases?

    — Winter es un chico fuerte, sin dudas se alimenta perfectamente — el comandante quería lanzar una alabanza a su madre por alimentarlo — Con pulir un poco sus movimientos, será un soldado imparable. No tendrás que preocuparte por él. Cuando este pequeño crezca, las criaturas de este mundo le temerán. Lo verán venir y saldrán corriendo, pero él podrá con cualquiera de ellas. ¿No es así campeón?

    — S… sí — el chico estaba rojo de la vergüenza que le suponía un cumplido así — Espero poder hacerme fuerte. Quiero ser un gran soldado como tú o como papá.

    — Bueno, a mí me ha costado mucho convertirme en un soldado — Vitali se mostró modesto con su hijo — Y no debo ser de los mejores.

    — Bueno, aun así, estoy seguro de que no hay nada de lo que nos tengamos que preocupar — Renji centró su vista en la joven Valiana, quien estaba algo desanimada al ver que no se le daba atención — Porque aquí hay una chica que será una médica excepcional. ¿No es así, Valiana?

    — Sí, tío Renji — la adolescente contestó con orgullo, a diferencia de su hermano — Seré tan buena como lo es mamá.

    — Procuraré que papá no salga herido, pero si algo llega a pasar, sabemos quién estará allí para salvarlo — Renji estaba seguro de que de aquella familia saldrían buenos profesionales para la humanidad — Ustedes dos son un futuro para toda esta gente. Y en mi opinión, es un futuro brillante el que nos espera con los dos.

    — Lo único que lamento es que ese futuro debían de tenerlo en la Tierra — Vitali no podía sacarse de la cabeza ese pensamiento triste — Procuraremos dejarles un mundo en condiciones, y que esta nueva casa sea su hogar permanente.

    — Para eso es que estamos trabajando tanto, Vitali — Renji contestó a su amigo — Los frutos de cualquier árbol son dulces, pero tardan en crecer. Con este mundo es algo parecido.

    Disfrutando de la presencia del comandante, un gran amigo de la familia con ellos, la cena siguió su transcurso en paz y risas hasta que llegó el momento en el que un satisfecho Renji decidió que se marcharía a su casa para dormir bien, puesto a que después de cada día libre se venía sobre él un día atareado.

    — Bueno, espero que esta semana no sea la más pesada, como lo fue la última vez que tuve un descanso — Renji quería provocar risas con ese comentario — Nos estaremos viendo pronto. La próxima vez que cenemos, trataré de comprar algún jugo para los niños.

    — ¡Sí, sí! — Winter festejaba por eso, como si tuviera menos años de los que en realidad tenía — Lo siento, mamá. Pero es que me aburre un poco tomar agua todos los días.

    — No pasa nada, Renji — su madre ignoró las palabras del chico — Tú trae lo que puedas. A nosotros nos alcanza con que estés aquí para compartir junto a nosotros.

    — ¿Quieres que te acompañe a casa? — Vitali se ofreció a no dejar solo a su amigo.

    — Descuida, ya es algo tarde, y deberías hacer el doble de viaje — Renji no aceptó su propuesta — Quédate con tu familia. Y cuando puedas, lleva a Winter a entrenar para que practique lo que enseñé.

    — Eso haremos, tío Renji — el pequeño estaba emocionado por tener otra oportunidad de luchar junto a él.

    — Nos veremos pronto, familia — el comandante se despidió de ellos como un integrante más.

    Winter y Valiana levantaron las manos para saludarlo mientras su padre lo acompañaba hasta la puerta, abriéndola para él y cerrándola tras su paso. En la mente de Winter quedaron grabadas esas últimas palabras dichas por él. Tenía muchos deseos de ver si con lo que Renji le había enseñado era capaz de hacerse más fuerte y mejorar sus habilidades como un soldado en entrenamiento. Consciente de que él, al momento de hacerse mayor sería el futuro de la milicia, algo que el instructor Gavril Utkin le había enseñado con énfasis en las lecciones, el chico no se visualizaba siendo otra cosa que no fuera el mejor en su campo.

    […]

    Winter estaba caminando hacia el resto de sus amigos. La muerte del comandante Gavril Utkin en manos de los traliod estaba reciente en su mente, y se sentía en la necesidad de estar junto a ellos en aquel momento, principalmente para poder darle sus condolencias a Airin y Vyon, quienes de seguro necesitarían de sus palabras de apoyo más que nada, por más que él no lo viera como algo demasiado valioso. El chico no se sacaba de la mente que, de ser él quien hubiera perdido a sus padres, se sentiría mejor si alguien cercano fuera a darle sus condolencias por lo ocurrido.

    Era el último en llegar hacia el sitio en donde se encontraban sus compañeros, y algo raro notó cuando pudo ver que Iker se estaba marchando. Estaba extrañado al verlo de esa manera, ya que caminaba con la mirada baja. Por temor a decir algo que le pudiera caer mal, Winter decidió no preguntarle nada, y simplemente dejar que fueran sus compañeros quienes le explicaran lo sucedido con él.

    Tan pronto llegó, ni siquiera tuvo tiempo a dar un saludo, puesto a que Vyon tomó la palabra de forma anticipada.

    — ¿Ahora vienes? — el joven Lakor se sorprendía por la agresividad que mostraba su compañero — Cuando mi padre nos quiso reunir el día en el que nos atacaron, ni te molestaste en aparecer.

    — Mi papá no me permitió ir — Winter debió defenderse de la acusación.

    — ¿Es decir que ahora vienes a estar con nosotros solo porque ha muerto? — Vyon asumió que eso era lo que pensaba su compañero — Eres una mierda de persona.

    — Estás poniendo en mi boca palabras que nunca dije — la actitud de su compañero caía pesado en Winter — Solo vine aquí para mostrarles mis condolencias. Airin me pidió que viniera, así que, aquí estoy.

    — ¡No quiero tus malditas condolencias! — Vyon gritó furioso, como si tuviera la necesidad de atacar a alguien — ¡Seguro tú y tu familia están festejando por la muerte de mi papá!

    — Eso no es cierto, no somos unos monstruos — Winter no sabía qué hacer para calmar las cosas.

    — No, no lo son, son peores — Vyon le contestó — Tú viste a mi hermana y a Iker salir de los muros, y no dijiste nada a las autoridades. El hijo de puta de Iker sacó a mi hermana de los muros, y tú se lo permitiste. Quizá querías que a mi familia le pasará algo.

    — Eres un estúpido, Vyon — Winter se arrepintió de haberse acercado en presencia de él — Eres libre de creer en lo que tú quieras. Pero nadie en mi familia está feliz por esto.

    — Tú me tienes harto — el chico sentía deseos de darle un castigo — Tú papá vino a gritarnos a mí y a mi madre cuando mi padre estaba herido y mi hermana desaparecida. Ahora voy a ver qué tanto le gusta cuando yo te lastime y luego vaya a gritarle a su casa.

    Winter se puso en guardia cuando escuchó esas palabras amenazantes provenientes de su compañero, y se dio cuenta de que no fue en vano, ya que Vyon empezó a cargar hacia él en agresividad. Katia, Rosary, Jessica y Airin se apartaron cuando vieron que el hijo de Gavril y Lara había empezado una pelea, y Winter no tuvo más que evadir un ataque de puño que le iba dirigido a la cabeza.

    — ¡Vyon, detente! — su amiga Airin intercedió por él — ¡Winter no nos ha hecho nada! ¡No te ha hecho nada!

    — Él no, pero su padre sí — Winter no entendía por qué se desquitaban con él en aquel momento, pero sabía que no debía perder de vista a Vyon — Y ahora él va a sentir en su piel lo que se siente que te hagan pasar un momento de mierda cuando alguien a quien quieres está sufriendo.

    — Vyon, esto no es correcto — Jessica quería hacer algo para detenerlo — Sé que estás herido por esto. Pero no puedes atacar a Iker y a Winter para desquitarte.

    No fue necesario que preguntara por lo ocurrido con Iker, ya que la situación acabó por ser revelada en boca de sus compañeros de clase. Winter notó que Vyon se reacomodó y se paró frente suyo.

    — ¡Vyon! — Rosary quería que se detuviera.

    — ¡No está bien, le vas a dar problemas a tu madre! — Katia le recordó algo que él mismo dijo momentos atrás.

    El menor de los Utkin solo lanzó un grito incoherente al aire, para posteriormente lanzarse al ataque contra Winter una vez más. Este levantó ambas manos y tomó una postura defensiva, pero viendo el ímpetu con el que se lanzó su compañero, eligió simplemente mover las piernas para esquivar un nuevo puñetazo. Vyon ya no estaba escuchando a nadie alrededor, y simplemente se concentraba en Lakor. Este supo que no tenía otra opción más que hacerle frente allí mismo, pese al miedo que tenía por tener que ir contra el mejor de los cadetes.

    — ¡Te voy a dar una paliza! — Vyon gritó, preparándose para cargar de nuevo contra Winter — ¡Creo que te lo mereces!

    Winter vio con preocupación cómo su compañero volvió a salir corriendo hacia él. Sabía que no podría esquivar para siempre, así que decidió ser él quien se mostrara ofensivo. Trató de tener presente las lecciones dadas por Renji en su entrenamiento separado de las clases de la milicia, puesto a que las iba a necesitar para hacerle frente al hijo del instructor que comenzó con el entrenamiento militar en él.

    Vyon lanzó un puñetazo recto hacia él, cosa que Lakor fue capaz de bloquear usando su codo. Inmediatamente después, usando su mano libre, Winter le lanzó un gancho a Vyon, el cual le dio en la parte baja de la barbilla, haciendo que retrocediera un poco. Furioso por no haber dado el primer golpe, Utkin se acercó de nuevo hacia él y levantó pierna izquierda para derribarlo con una patada.

    Ágilmente, Winter giró su cuerpo al mismo tiempo que levantó sus brazos, moviendo sus codos hacia abajo. Ese movimiento le permitió golpear la pierna de su rival, causándole dolor al mismo tiempo que lo interceptaba exitosamente. Con ambos brazos, sujetó a Vyon en su sitio, para después darle un puñetazo al rostro con la mano derecha, metiendo un movimiento de caderas tal y como Renji se lo había explicado en su momento. Al lanzar el golpe, soltó la pierna del cadete, haciendo que este cayera de espaldas al suelo. Furioso, Vyon se levantó y empezó a lanzar golpes de puño de forma aleatoria contra él.

    Winter no podía descifrar un patrón de pelea en él, por lo que solo pudo limitarse a esquivar sus puños hasta que uno dio en el blanco. El puño izquierdo de Vyon entró en contacto con el rostro de Winter, y luego lo siguió con un potente rodillazo al estómago, finalizando con un codazo a la cabeza. Lakor estaba quejándose por el dolor, cuando vio otro golpe de puño con su cabeza como blanco. Tuvo que retroceder para esquivarlo, y luego de eso levantó la pierna con rapidez, consiguiendo darle una patada en la cabeza a Vyon. Este retrocedió mientras empezaba a frotarse la zona en donde recibió el ataque.

    — ¡Maldito de mierda! — Winter notó como su rival perdió la calma por completo tras aquel golpe.

    Casi como si estuviera hecho una furia, el joven cadete empezó a correr hacia Winter con un intento de placarlo. Winter pudo ver sus intenciones, y también corrió hacia él. Vyon sonreía al ver que sería una competencia de fuerza, en donde él podría ganar fácilmente. Pero antes de que se produjera un choque entre ambos, Winter se movió hacia el costado, haciendo que este se pasara de largo. Lo siguiente que hizo el menor de todos los cadetes fue girar su cuerpo usando como eje la pierna más próxima a Vyon, de manera que le dirigió un rodillazo con la otra pierna, impactando un ataque en la espalda.

    Vyon gritó, y para intentar responder rápidamente, lanzó un ataque hacia atrás con su brazo. Su rival lo vio venir, y le bastó con retroceder unos pasos para evadirlo, y así contraatacar con otro gancho que le propinó en la nariz. Mientras Utkin se sujetaba la zona del golpe, Lakor tomó algo de impulso para correr hacia él y darle una potente patada en el pecho, que lo terminó tirando de espaldas y muy adolorido al piso.

    — ¡Mierda! — Vyon se estaba retorciendo un poco por el dolor — ¡Carajo, esto no es posible!

    Su contrincante no se estaba levantando del suelo tras la última ráfaga de ataques que había recibido, lo cual hizo a Winter pensar que la pelea estaba terminada. Sus cuatro compañeras se quedaron mirando desde la distancia por miedo a ser lastimadas por Vyon, quien previamente había mostrado una conducta muy agresiva antes para con Iker y en segundo lugar con Winter. Todas quedaron asombradas al ver como el hijo de Vitali, y también el menor en edad de los siete, pudo no solo resistir la arremetida de Vyon, sino también salir victorioso del encuentro.

    El joven Utkin se levantó del suelo, derrotado ante la vista de todos sus compañeros exceptuando al joven Evanson quien ya se había ido. La humillación de aquel resultado le indicó que debía marcharse del lugar antes de seguir saliendo lastimado por Winter.

    — ¡Vyon! — Airin quería que se quedara para ofrecerle una disculpa a Winter por atacarlo — ¡¿A dónde vas?! ¡No te vayas!

    Nuevamente, el chico no hizo caso a su hermana mayor, quien decidió ir a perseguirlo. Winter lamentaba mucho el haberse acercado a aquel lugar únicamente para expresar su pésame por la muerte de su padre a Vyon y a Airin, y terminar lastimando a uno de los dos, aunque resultara ser por un acto de defensa propia. Pero algo que había aprendido era que sus habilidades en el combate no eran inferiores a las de aquel a quien veía hasta entonces como el mejor cadete de la milicia.

    […]

    — Winter, ¿te sientes bien? — la pregunta de Sky descolocó al joven.

    Estando en compañía de Airin, de Arick, de Kite y de la chica que le había hecho la pregunta, Winter estaba regresando a casa tras el final de la primera semana de asistir a la academia militar en el planeta Edagr.

    Semanas habían pasado desde el encuentro con la Sociedad Galáctica y el arribo al nuevo mundo donde tendría un hogar junto a su hermana y los parientes que habían contribuido a su rescate. Estando de acuerdo en asistir a la misma academia a la que irían Arick, Sky y Kite, él y Airin estaban muy emocionados por empezar ese período de clases junto a nuevos amigos. Pero en esa ocasión, el mayor de los dos Lakor parecía tener la mirada perdida en el camino, y no fue hasta que Sky le hizo una pregunta que salió de aquel trance en el que él se encontraba.

    — Me siento bien, descuida — el chico mostró una sonrisa a su amiga — Es solo que…

    — Tú también piensas en tu familia, al igual que yo — Airin contestó al ver que su novio no lo hacía — ¿Verdad?

    — Mentiría si dijera lo contrario — Winter dejó salir un poco de aire — Mi padre decidió convertirse en soldado cuando le dijeron que ese sería mi destino. Y un comandante amigo suyo solía entrenarme algunas veces. Me emocionaba salir de clases y tener entrenamientos especiales con ellos. Pensar que ahora ya no puedo…

    — Hey, descuida — Arick quería tranquilizarlo — Si tienes el deseo de tener una clase especial, podríamos hablar con mi papá. Él seguro lo haría por ti.

    — Gracias, Arick, pero no es el deseo de una clase lo que me hace pensar en estas cosas — Winter se sentía nostálgico — Era el poder hacerlo con mi padre y un amigo suyo… No sé si sea lo mismo. Y viendo que ese grupo criminal ha atacado hace poco una de las bases del ejército… Mejor no molestarlo.

    — Nada es una molestia cuando lo pide alguien de la familia — Arick le contestó, aceptando su punto de vista — Sabes que lo puedes pedir cuando quieras. Puedes quedarte con esa idea.

    — Lo agradezco, primo — Winter sonreía a su familiar.

    Los cinco chicos no tardarían en separar sus caminos, puesto a que, salvo Sky y Kite que vivían en la misma casa, todos deberían ir en direcciones diferentes para continuar con el trayecto que iban recorriendo. La primera semana había constado de ejercicios de calentamiento para poner en ritmo a aquellos cadetes que no practicaran deportes o realizaran actividad física fuera del curso, y las siguientes constarían ya de clases teóricas para poder graduarse con una educación avanzada al concluir los estudios.

    Arick, Sky y Kite saludaron con alegría a sus dos nuevos compañeros y amigos de curso, y así fue como el hijo de los ya fallecidos Vitali y Fenya se marchó en compañía de su amiga Airin, dispuesto a acompañarla hacia la casa de Rosary, que era en donde ella vivía.

    — Dime, Winter, ¿crees que, si dentro de un mes le escribimos a Iker y a Jessica, ellos acepten venir a la academia con nosotros? — Airin todavía sentía deseos de reunir a sus viejos compañeros — Por más que vivan lejos.

    — No lo sé, si ellos quisieran venir a esta academia con nosotros, tal vez lo hubieran propuesto desde el principio — Winter daba su opinión de lo que creía — Posiblemente sus padres los inscribieron en una academia cercana a sus casas. Recuerda que ellos deben trabajar y tal vez les guste tenerlos acudiendo a un lugar al que puedan llegar más rápido.

    — Al igual que tú, no puedo dejar de pensar en aquellos momentos cuando todavía estábamos en Tralio — Airin miró hacia el pasado — En ese entonces, tú y yo teníamos solo cinco compañeros más… — la chica guardó silencio en memoria de su hermano y de su amiga Katia — Y nos dijeron que era muy importante volvernos fuertes, porque éramos el futuro de la humanidad… Ahora, tú y yo decidimos volvernos más fuertes para poder tener la dicha de viajar por el universo si alguna vez nos eligen para una misión fuera de Edagr.

    — Todavía recuerdo esas palabras — Winter pensaba en lo que ella y él escucharon cuando eran pequeños — Pero te entiendo. Todo ha cambiado desde que estamos aquí. Solo Iker y Jessica siguen asistiendo a la academia como nosotros, solo que ya no junto a nosotros… Y tenemos muchos compañeros. Sin olvidarnos de todos los otros cadetes que deben estar cursando en las demás ciudades.

    — Será un reto ahora ser los mejores, y eso me emociona un poco — Airin veía el lado optimista de todo — Pero me haría más feliz si pudiéramos estar todos juntos. No me malinterpretes, yo disfruto tenerte a ti. Y tu primo y sus amigos son geniales…

    — Si pudieras elegir, volverías al pasado, ¿verdad? — Winter tenía curiosidad con su respuesta.

    — No sé por qué tendríamos que elegir — Airin lo pensaba con algo de tristeza — ¿Por qué simplemente no era posible que estuviéramos todos juntos? Nuestros amigos y nuestras familias, junto a las personas que estábamos aquí. ¿Realmente valió la pena que nuestro líder decidiera apartarse del camino de Zenith y de Black Meteor?

    — No creo que nos haga bien pensar en las cosas que no pudimos cambiar porque éramos muy pequeños o ni siquiera habíamos nacido — Winter pensó en que lo mejor sería aceptar y enfrentar antes de escapar — Ahora mismo, estamos en nuestro propio camino, y deberíamos seguirlo hasta el final.

    — ¿Y cuál camino es ese? — esa forma de expresarse le llamó bastante la atención.

    — El camino del soldado — contestó Winter, con mucha seguridad al pronunciarlo.

    Airin encontraba poéticas las palabras que decía su amigo respecto al presente que ambos enfrentaban, pero supo que tenía la razón. Ella y él se habían prometido hace unos días atrás que irían a cientos de lugares juntos, compartiendo los momentos más importantes de sus vidas, pero antes de ir hacia aquellos lugares, primero debían superar los obstáculos que se les presentaban en el frente.

    Tan pronto como Winter se aseguró que su compañera ingresase a su casa, el joven Lakor marchó de regreso a la vivienda que él y Valiana poseían, para así poder prestarle ayuda en caso de que ella lo requiriera en sus tareas para mantener la casa, y luego de eso, sentarse a descansar y almorzar tranquilo. Una sorpresa se llevaría cuando entró y encontró a su hermana en compañía de Artem, quienes lo estaban esperando con la mesa ya preparada para comer, habiendo un total de dos cajas que parecían ser de pizza como aperitivo, en compañía de un jugo de frutas en botella de vidrio.

    — Bienvenido a casa, Winter — su hermana mayor se le acercó y le dio un abrazo, mostrando su cariño por él — Me alegra que no tardaras demasiado, la pizza acaba de llegar.

    — ¿Por qué? — Winter no estaba comprendiendo nada.

    — Para festejar tu primera semana en la academia, campeón — Artem se acercó a él, y le dio una pequeña palmada en el hombro — Es un nuevo inicio para ti. Y queríamos festejarlo contigo.

    — Yo… gracias, no sé qué decir — Winter se veía maravillado por el gesto de su hermana y su cuñado.

    — No tienes qué decir nada, solo sentarte y comer con nosotros — Valiana le dio una invitación amistosa — Pero primero lávate las manos.

    Con una expresión de felicidad en el rostro, el cadete, en clases una vez más para alcanzar el objetivo que se había propuesto, se sentó en la mesa siendo rodeado de la familia directa más cercana que le quedaba, disfrutando en todo momento de la comida que ambos habían ordenado para él. No podía evitar recordar aquellos momentos en los cuales su familia en el planeta Gea organizaba cenas para sus amistades, y tenían la oportunidad de compartir con otras personas, incluido el comandante Renji.

    La nostalgia que sentía tras la salida de la academia y el tener la oportunidad de compartir con Valiana y Artem aquel momento provocaba muchas sensaciones encontradas en el chico, quien pronto optó por aprovechar para recordar los bellos momentos con felicidad para reforzar el buen rato que estaba pasando.

    — ¿Cómo te ha ido en este comienzo? — Artem fue el primero en preguntarle al respecto.

    — Fue una puesta en forma, la semana siguiente será teoría — Winter respondió con honestidad — No sé qué vendrá después.

    — ¿No tienen un programa para mostrarte? — Artem preguntaba en su desconocimiento — Valiana y yo todavía no hemos empezado nuestras clases en la escuela de medicina, y ya sabemos bien lo qué debemos estudiar.

    — Posiblemente, el ejército haga esto para que los cadetes no vayan preparados para ciertos desafíos — Valiana creyó que era el motivo para eso — Ten en mente que ellos evalúan cosas como la preparación para lo desconocido.

    — Algo así, al final de cada semana nos dejan un adelanto de lo que vendrá en la siguiente — Winter comía a gusto su porción — Muero de ganas porque lleguen los entrenamientos intensivos. Y tal vez algún combate.

    — ¿Con quién te gustaría luchar? — Valiana no sabía que su hermano apuntara a esa clase de formación.

    — Tal vez con Airin y con Sky — Artem aprovechó la oportunidad para una broma — Así tendrías alguna chance para acercarte a ellas.

    — En realidad, me gustaría luchar contra cualquiera que no fuera Airin — el joven sorprendió en la respuesta — Yo he sido entrenado por su padre, y Renji me dio consejos y clases especiales. Me gustaría poner eso a prueba para ver qué formación es la superior.

    — Bueno, en ese caso, ya sabes lo que debes hacer — Valiana apoyó su mano en su hombro — Papá dijo que nos estaría mirando. Seguro estará esperando que lo hagas sentir orgulloso.

    — Y eso haré, hermana — Winter vislumbraba su futuro más claro que nunca — Seré el soldado que él y Renji querían que yo fuera. El futuro brillante de la humanidad. Eso no cambió. Eso es lo que quiero ser.

    — Y tal como dijo el tío Renji, yo estaré cerca de ti para ayudarte a sanar si no puedo evitar que te lastimen — la joven Lakor tenía ese recuerdo presente de una de sus tantas cenas antes de que las cosas en Gea cambiaran para empezar a dirigirse al estado actual.

    […]

    Winter, Airin, Kite, Sky y Arick estaban con gran expectativa en una de sus tantas clases. En un gimnasio situado en la sala de mayor tamaño de la academia, los instructores militares, siendo acompañados y supervisados por el director de dicho establecimiento estaban dando a los cadetes la oportunidad de participar en combates uno contra uno para medir sus fuerzas y la eficacia de los estilos de pelea que habían aprendido en las clases en contra de sus propios pares.

    A medida que el director, portando una tableta con la lista de los cadetes inscritos y presentes en aquel día de clase, los iba llamando, estos se paraban sobre una lona de tamaño mediano, ocupando apenas unos pocos metros cuadrados. El desafío era simple. Había que tener derribado al adversario durante unos diez segundos, o bien, tirarlo fuera de la lona y asegurarse que pasara más de diez segundos sin poder reingresar, con un hándicap particular que indicaba que, a la segunda caída de la lona, el peleador quedaba descalificado, solo con el propósito de acelerar las batallas.

    Un par de combates tanto entre cadetes tanto del mismo sexo como mixtos habían pasado, hasta que finalmente llegó el turno de Winter para tener su batalla.

    — El próximo combate será entre Winter Lakor… — el director lo invitó a ponerse en la lona y prepararse — Contra Arick Lakor.

    El sonido de aplausos y gritos de emoción sonaron en los compañeros que estaban allí ese día. Todos entendían que la elección del combate no había sido cosa del azar, y que el propio director quería que se midieran ambos parientes en una batalla para ver sus fortalezas. Winter y Arick se miraron con una sonrisa al saber que la lucha de esa ocasión quedaba en familia, y avanzaron juntos a la pelea mientras eran vistos por Kite, Airin y Sky, quienes esperaban un buen combate de entrenamiento a manos de ambos.

    — Winter, entiendo que eres mayor que tu primo, y que tú también estabas siendo entrenado para volverte un soldado en su momento — contaba el director, esperando una respuesta del alumno.

    — Ambas son correctas — el mayor de los Lakor no quería entrar mucho en detalle.

    — Arick, tú eres menor que Winter, y empezaste tu entrenamiento después que él — el director ya lo conocía bien — Pero eres uno de los mejores alumnos de la academia. Considero que es una pelea justa para ti.

    — Lo veo también, director — Arick habló con respeto por la autoridad — Yo tengo algo que Winter no tiene.

    — Sí, justamente tienes prohibido usar tus poderes para pelear con la energía — el director se lo restringió — La heredaste de tus padres que también eran portadores de aquel poder. Winter no tuvo la oportunidad, y no será hasta su graduación que podrá obtener ese poder. Lucha a puño limpio contra él.

    Sabiendo que tendría que abstenerse de materializar energía de sus manos al momento de luchar, habilidad que cualquiera que tuviera a un familiar con dicho poder era capaz de heredar, Arick se mentalizó para el combate que tendría con quien consideraba su primo. Pese a que Winter ya había visto ese poder en demostraciones que Sky, Kite o incluso él habían realizado, no podía obtenerlo hasta no exponerse a la radiación para realizar la prueba de adquirirlo y ver si era compatible con su cuerpo. Winter estaba feliz por ver que se le había restringido esa habilidad a su primo, ya que así evitaría tener que preocuparse por los ataques a distancia, y sería una lucha cuerpo a cuerpo sin nada más para que interviniera.

    — Son libres de iniciar cuando quieran — el director les dio la invitación a comenzar.

    Winter rememoró aquel combate que tuvo contra Vyon, un adversario que para él era invencible hasta la ocasión que tuvo para finalmente enfrentarlo y ganarle. Teniendo presente que fue él quien esperó los ataques del oponente, decidió repetir la estrategia. Arick, viendo como Winter se ponía listo para defenderse, optó por ser el primero en atacar. El más joven de los dos se lanzó al frente tratando de fingir un placaje, pero tan pronto como se acercó a su rival, se lanzó en barrida al suelo aprovechando lo fino de la lona para arrastrarse sin obstáculos hacia él y tratar de patear las dos piernas de apoyo de su primo. Winter dio un salto para esquivar el ataque, y quería pisar el cuerpo de su rival aprovechando el impulso tomado. Movió los pies tratando de conectar el golpe a las costillas de Arick, pero este rodó con agilidad al mismo tiempo que levantaba su cuerpo con un giro que le permitió dar un codazo a Winter para derribarlo al suelo.

    El movimiento fue exitoso y Winter quedó boca arriba sobre la lona. Arick se preparó para situarse sobre él y así restringirlo, pero su primo fue más veloz. Levantó las dos piernas y le pegó una patada en el pecho con la planta de los pies, dando un impulso suficiente para que Arick retrocediera algo adolorido, sujetándose la zona pectoral donde recibió el golpe. Winter se puso de pie rápidamente, y aprovechando el estado de desventaja de su rival, se acercó a él con una patada voladora, la cual le encajó en el hombro, haciendo que Arick diera unos cuantos pasos hacia atrás y cayera fuera de la lona, sabiendo que tenía que volver a subirse antes de que pasaran diez segundos.

    — Uno, dos… — comenzó la cuenta el director.

    Arick, todavía con un leve dolor en las zonas golpeadas, se levantó y trató de entrar en la lona. Winter estuvo allí para sujetar su cuerpo con un fuerte agarre, justo en el límite. El plan de su primo era dejarlo allí hasta que pasara el tiempo.

    — Muévete — Arick estaba un poco molesto.

    — Ríndete — Winter lo desafió al mantenerse en su lugar.

    En una maniobra inesperada para Winter, Arick atacó con un cabezazo. Con la frente, golpeó en la nariz a su rival, movimiento que hizo que Winter se sujetara esa zona con dolor mientras que ingresaba en la lona, siendo acompañado por Arick, quien ya se encontraba de nuevo en aquel sitio, listo para lanzar su siguiente ataque. Con la pierna levantada a media altura, Arick propinó una patada al abdomen de Winter, causando que su rival se inclinara al recibir el impacto. El más joven de los dos dio un giro con su cuerpo para poder asestar un golpe de codo en la cara a Winter, derribándolo, pero haciendo que su cuerpo cayera todavía sobre la lona.

    Con algo de dolor en el pecho, Arick decidió tomarse el encuentro con calma. Si se acercaba a Winter y este volvía a sacarlo fuera de la lona, la lucha se habría acabado para él. El hijo del comandante Ace se alejó hasta el límite de la lona mientras veía a Winter poniéndose de pie. Una vez los oponentes ya estaban cara a cara de nuevo, Winter se lanzó al ataque. Arick estaba dispuesto a seguirle el juego, ya que él también deseaba su oportunidad para defenderse de sus ataques. El mayor de los dos realizó el amago de golpear con un golpe de puño, y cuando Arick movió los brazos para bloquear el ataque, este contestó dando un salto hacia atrás, movimiento que utilizó para darse impulso y pegar una patada en la rodilla de Arick, quien cayó sobre dicha articulación al suelo tras perder el equilibrio.

    Con gran rapidez, mientras su rival aprovechaba para recuperarse y ponerse de pie, Winter retrocedió nuevamente para tomar impulso y saltar hacia el pecho de Arick con las dos piernas extendidas, buscando patearlo fuera de la lona otra vez. Sabiendo que no podía esquivar hacia atrás, Arick no tuvo más opción que tirarse al costado para dejarlo pasar y así dejar que él cayera fuera. Las piernas de Winter lo pasaron de largo, pero tan pronto este veía sus brazos cerca de Arick, el mayor de los dos sujetó a su rival con fuerza y con el movimiento del salto que realizaron, los dos terminaron cayendo de encima de la lona y tocando el suelo. Sin embargo, solo uno de los dos caía por primera vez.

    — Winter gana el combate — el director estaba impresionado con la estrategia empeñada por el nuevo cadete — Creo que te confiaste al no apartarte más del camino, Arick. Pero aun así luchaste bien. Ahora levántense, y dense la mano. Fue una pelea justa. Y ahora tendrán su devolución.

    Airin, Kite y Sky fueron los primeros en aplaudir mientras veían como sus amigos se paraban tras la pelea y se saludaban con respeto mutuo, ya que la emoción de enfado y agresividad de la pelea se terminó tan pronto como esta fue concluida. Ni Winter presumía su victoria, ni Arick se sentía humillado por el resultado. Ambos sintieron que dieron lo mejor de sí, y se sonreían mutuamente al darse la mano como familiares y compañeros.

    Los jóvenes Lakor estaban de pie mientras esperaban el comentario del director, quien era visto por toda la clase y los instructores.

    — Arick, tú has sido muy agresivo, y tu movimiento para entrar de nuevo a la lona demostraba que te importaba más ganar el combate que tu integridad — el director aleccionaba al más joven — Nunca deberías atacar de esa forma en una pelea real. Es peligroso usar una parte tan crítica como tu cabeza para golpear a un enemigo. Si estuvieras en territorio enemigo, tal vez podrías haber derrotado a un agresor con un golpe así. Pero si recibes un daño crítico, estarás a merced de un próximo contrincante. Debiste buscar otra manera de entrar a la lona.

    Todos los estudiantes aprendían de aquella valiosa lección, dándose cuenta de que eso era más una prueba de habilidad de combate que un torneo donde lo que importaba era llevarse la victoria. Y vieron su visión acrecentada cuando vieron que Winter sería el siguiente en recibir una lección.

    — Winter, tú fuiste muy a la defensiva — el cadete lo escuchaba con atención — Creo que el prohibir a Arick usar sus ataques de energía te llevó a no atacarlo sabiendo que estabas a salvo a la distancia. Pero lo cierto es que, cuando estés contra un enemigo, no siempre sabrás qué clase de ataques tendrá bajo la manga. Esperar siempre su ataque puede ser peligroso, y más en distancias reducidas. Ahora están entrenando contra sus compañeros. Los conocen. Pero la mejor forma de luchar contra alguien es fingir que es un enemigo, que saben todo sobre ti, y que no sabes nada sobre ellos. Espero estos consejos sean útiles para todos. Ahora, pasemos al siguiente combate.

    Winter, contento por haber podido ganar la pelea y haber aprendido, regresó junto a Arick hacia la posición donde se encontraban sus amigos. Tras un tiempo en la academia militar, el soldado finalmente sentía que estaba haciendo más que simplemente recibir entrenamiento común y lecciones de historia, siendo estos una parte de la formación que iba dirigida hacia él como también lo eran los consejos de los más experimentados.
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso