Seikanji Yamagawa Las burlas, las revelaciones y las acusaciones eran sólo ruido para él. Se acomodó el arco al hombro, con calma despreocupada. —Yuki-Onna tiene razón. —se refirió a ella de esa forma para no revelar su identidad. —Haremos justicia cuando tomemos el castillo y no quede nadie con vida. Siguió al grupo afirmando con el mentón brevemente para sí mismo. Tenían aún un trabajo que completar y volver. Siempre volver. Off Topic: Sube a casilla 6 Esconder cuerpo 1
La serie de asesinatos continuó; al principio la sangre era escondida, después comenzó a caer sin importancia, nadie quedaba detrás de ustedes y no había opción de alertar a alguien. Un caballo salió corriendo de los establos obligando a los que aun estaban en el patio le siguieran, y en un intento de que los sirvientes los contuvieran ustedes los asesinaron en sincronía. Todos en ese piso habían muerto; todos menos uno. Se adentraron en la biblioteca y encontraron a un hombre dándoles la espalda, su kimono lleno del moni de los Mori; buscaba algo, no lo hacía con desesperación, se notaba que llevaba mucho tiempo intentando encontrar ese algo sin éxito; pero también se movía como una persona que tenía la certeza de que lo obtendría porque tenía todo el tiempo del mundo. Contenido oculto —Basho Takechi — dijo Noishi obligando a que aquel hombre se girara para mirarlo. Noishi se desprendió de la máscara y aquel hombre soltó lo que tenía en las manos. —¡Guardias!— gritó Basho pero nadie acudió a su auxilio. —Si buscas el último rollo debo decirte que Matahachi jamás lo escribió — agregó Noishi preparando su sable. Basho cerró los ojos y sonrió —Entonces el rollo se ha perdido para siempre; con la muerte de Matahachi. Noishi negó con una sonrisa —Fallaron al intentar matarlo. Su guardián nos espera fuera del castillo —Noishi comprimió el agarre al arma y no dejó que más palabras salieran de la boca del diplomático de los Mori, corrió hacia él tapó su boca y lo sacó de la biblioteca para darle muerte en el pasillo, evitando que su sangre manchara documentos de los los Akamatsu. —Hemos limpiado el primer piso, continuemos eliminando la basura del siguiente — mencionó Noishi mirando las escaleras; después clavó la vista en Riku y Misato —Ustedes y yo subiremos por las escaleras; los demás suban por el exterior y ocúltense en el escondite. Cuándo iniciemos el combate con los fieles a Shura, ustedes podrán interferir, si es que se sienten capaces. Noishi sabía algo que le ocultaba a Sei; Aki y Aoi pues los miró con preocupación —Pero si deciden no actuar; no interfieran. —se giró hacia Riku y Misato —Nos enfrentaremos a tres asesinos; uno de ellos es un shinobi, sabrá de técnicas de sigilo y seguramente también ha de poseer venenos; el otro es un cazador, tiene fuerza bruta; la última es una espiritista. Avancemos. Sei; Aoi y Aki subieron por la ventana y entraron al escondite marcado en el mapa; Noishi guió a Riku y Misato hacia el dojo principal. —Ustedes...—la voz de Noishi estaba llena de ira; su deseo de sangre era visceral, sus manos se comprimían en el sable y sus ojos brillaban; por fin podría tomar venganza. Contenido oculto —Wu Yon, el shinobi del asesinato; Bokuso, el cazador de herreros, Hainu; Mei Shishio, la amante de Satomi —Noishi presentó a los traidores frente a él. Misato pudo recordar a Hainu de la voz de Katsuhiro Ise; el aseino de herreros a órdenes de Gendo Mori. Para Riku, el nombre de Satomi resonó con preocupación en sus recuerdos. Seikanji escuchó el nombre de su maestro en las oscuridades de su escondite; Bokuso les había ayudado ¿No es cierto? ¿Por qué sería ahora un traidor?. Aoi había perdido el contacto con su maestro; él le había dejado una herencia que ahora llevaba en sus prendas. Él la ayudó a formarse como el arma letal que ahora era. Akihito escuchó el nombre de la otra mujer de su padre; la madre de sus medios hermanos. Estaba allí ¿Pero por qué? —¿Han venido a vengar la muerte de Matahachi o la de Kinsuke?— Preguntó Mei entre risas. —Matahachi ha estado estorbando en mis planes para encontrar a ciertas personas que deseo eliminar, nada personal—agregó Bokuso. Wu permaneció en silencio. 0 Wu Mei Bokuso Nivel 5 Pv=100/100 Fuerza= 20 Protección= 10 + 10 (yoroi) Katana= +10 Kunai= 6 Escuela= Asesinato Nivel 5 Pv=100/100 Fuerza= 15 Protección= 15 + 10 (yoroi) Katana= +10 Escuela= Shugendo Nivel 5 Pv=200/200 Katana= +11 (irrompible) Fuerza= 28 Protección= 2 + 10 (yoroi) Escuela= ? Contenido oculto: Etiquetas Monpoke Ikoma-kun Nekita rapuma Ayeah
Fujiwara no Riku Noishi mostró una personalidad muy fuera de si en presencia de estas tres personas, desconocidos para mí, pero que podrían tener alguna relación con los demás. Tres asesinos. Shinobi Cazador Espiritista ¿Amante de Satomi? Aquella pregunta ardía en una curiosidad inexplicable, alimentada por la falta de entendimiento. Poco entendía sobre la situación, que podía sacar de ella, solo podía primero prepararme para lo que podría suceder. Si me tomaban por sorpresa, eso sería todo, siempre ha sido y seguirá siendo así. No suelo hablar con el enemigo al combatir, y romper eso ahora sería extraño. Solo habían una cosa que no podía suelta en esta situación. "Te has comprometido mucho en el objetivo como para estar perdiendo los estribos ahora". Comenté hacía Noishi antes que su ira lo haga ciego frente al enemigo. "¿Qué han echo exactamente?". Si eran señalados como enemigos, poco me importaría si historia antes de atacar. Si voy a aprender sobre alguien, hacerlo frene a ellos suena a una desición terrible.
Aoi Nobunaga Aquella fue una matanza limpia y silenciosa, tal y como dictaba la misión. Recorrieron el lugar como las sombras que eran y, finalmente, llegaron a su meta. En silencio escuchó la advertencia de Noishi pero sacudió la cabeza en silencio. Era una misión, ¿Por qué decidiría no atacar? Pronto su pregunta tuvo respuesta. Dos de los traidores le eran completamente desconocidos pero su mirada se fijó en uno de ellos y apenas prestó atención a nada más. Su maestro. Le debía mucho a aquel hombre. Gracias a él dió con Ryoshi en primer lugar, también él fue quien la llevó junto a los Taira y le enseñó gran parte de lo que sabía sobre asesinato. Dejó escapar un pequeño suspiro, imperceptible y silencioso. — Wu es mío. — Susurró. Pues sabía que estaba destinado a morir de todos modos, al menos sería irónico hacerlo a manos de su última discípula. No precisó rebuscar demasiado. Abrigada por la sombras tomó una de las agujas que él le había legado y apuntó a su cuello. La aguja de Wu, con el veneno de Murai. Sería una muerte poética aunque esperaba acertar en alguna arteria vital y que la muerte de su maestro fuera rápida y clemente.
Seikanji Yamagawa Seikanji, oculto entre las sombras del escondite, sintió que el aire se espesaba cuando escuchó el nombre de Bokuso. La tensión de sus músculos fue inmediata; sus dedos se cerraron sobre la empuñadura de su kodachi mientras que la otra se aferraba al arco. Su mirada, fija en la silueta de Bokuso, no parpadeaba; una herida contenida. Apenas un susurro escapó de su garganta, inaudible para todos salvo los que estaban más cerca: —Maestro… ¿por qué? No era rabia inmediata lo que sentía, sino una punzada amarga de incomprensión. Si había una razón detrás de la traición, la descubriría. Y si no la había, si todo lo que recibió de Bokuso había sido una mentira desde el principio, entonces sus kodachis serían la única respuesta que daría. La duda lo corroía por dentro pero también lo fortalecía. Sus labios temblaban ligeramente, perdiendo también la iniciativa del ataque sorpresa que Aoi estaba a punto de realizar.
Misato Aoyama Nuestro avance fue prácticamente limpio y silencioso dejando apenas rastros que no podían delatar nuestra presencia en el lugar, el equipo fue bastante funcional a la hora de llegara nuestra meta, seguimos a Noishi hasta dar con un grupo de figuras que serían nuestros oponentes. Uno resonó en mi mente apenas fue nombrado; Hainu, el cazador de herreros que mi abuelo intentó atrapar pero jamás lo consiguió. Por supuesto también escuché de Wu Yon de parte de la señora Hatsu y más de palabras de Yin, fue el asesino que indirectamente acabó con el patriarca de los Tao, a través de Masaki. Justo aquí estaban los dos guerreros en los que tuve interés de enfrentar pero el caso no era conveniente, Aoi parecía tener algo muy personal con el asesino desde su puesto en la sombras podía percibir y escuchar su deseo de actuar, así que ella lo reclama como oponente. En silencio le desee suerte para que le diera fin al asesino. Di un paso y desenfunde a Aoyama, la misma forjada por los Ise, observando directo a Hainu. —Hainu...tal vez este acero sea familiar para ti—Declare frente al cazador que seguro no necesita largas explicaciones ni detalles para reconocer la obra de una de sus presas y el arma del cazador que trató de detenerlo, en ese momento en mis manos como una clara expresión de desafío.
Akihito Shishio Con precisión y silencio todos los que habitaban el piso habían caído, poco a poco se acercaban a la meta de recuperar Shiga, de liberarlo y de volverlo a quienes realmente les correspondía, sin importar los políticos de los Mori o los sirvientes infiltrados que se esforzaran por evitar sus destinos. Frunció ligeramente el ceño cuando Noishi les pedía que su pequeño equipo inicial fuera por el exterior y esperaran escondidos, especialmente recalcando el tema de sentirse capaces. ¿Qué era lo que sabía? ¿Por qué hacía tanto hincapié en no interferir o sentirse capaz de actuar? No preguntó nada antes de irse pero se quedó con ese mal sabor de boca mientras escalaba para tomar su lugar en el escondite, no sabía muy bien qué era lo que impulsaba a Noishi a ocultarles cosas que claramente le preocupaban sobre ellos o sus capacidades, pero solo sentía que en consecuencia solo les complicaba más las cosas o los obligaba a actuar a ciegas, haciendo todo un poco más riesgoso. Y entonces sucedió, justo cuando tomaba posición al lado de sus compañeros fue que pudo ver el rostro de todos los presentes y su estómago se revolvió con fuerza. La voz de Noishi diciendo el nombre de la primera mujer de su padre, de su madrastra, resonaba en su cabeza con un eco aterrador. Él debía volver a la casa de los Shishio, el hogar de Mei a explicar lo que había pasado con su padre, como se redimió, como tuvo la muerte de un héroe que quiso y esencialmente que murió siendo mejor persona. Si la asesinaban allí junto con las demás figuras presentes conocidas para sus compañeros, ¿qué se suponía que iba a decir si volvía a la casa familiar? ¿Le diría a sus hijos e hijas, sus medios hermanos que habían quedado huérfanos? ¿Que su padre planeaba volver pero no pudo y él no pudo evitar que su madre muriera? También, ¿qué le diría a su padre cuando saliera del castillo? La amaba, se lo había dicho. La amaba de la misma manera en la que amó a su madre. Ni siquiera le extrañaba tanto verla allí, si era como Rei... también pudiera estar buscando poder todavía, creer en lo que los Mori quisieran decirle, caer en la atención que Satomi pudo haberle dado por la personalidad de su padre, pero si Rei pudo darse cuenta en el error de los Mori y sus pasos, ¿por qué ella no podría? ¿Por qué tendría que morir también? —Necesito hablar con ella...—murmuró lo más bajo que pudo para no delatarse, sintiendo que le faltaba el aire —, si Rei se arrepintió... quizás... ella también...
Dojo principal [Noishi; Riku; Misato] [Aoi; Akihito; Seikanji] [Wu; Mei; Bokuso] Noishi escuchó la voz de Riku y sin mirarlo directamente contestó sin despegar la mirada de Mei — Asesinaste al pequeño Kinsuke a órdenes de Satomi ¿No es cierto? Mei sonrió ligeramente — Es gracioso cuando un asesino viene a reclamarle la muerte de alguien a otro asesino. —Era un bebé — Noishi estaba alterado; pero no gritó. Mei no respondió. Bokuso observó el acero de Misato —¿Entonces vienes a entregármelo? — su voz fue clara, no había burla en ella —¿Kyuzo? ¿Yamamoto? ¿Masamune? ¿Katsuhiro? Fueron muchos herreros que se escaparon —miró hacia Wu — Ahora entiendo por que nos reunieron aquí, necesitaban guardaespaldas. Wu afirmó —Han recurrido a nuestras deudas de honor —dijo preparándose para pelear — Ya lo dijo Bokuso, no es nada personal. Wu Mei Bokuso Nivel 5 Pv=100/100 Fuerza= 20 Protección= 10 + 10 (yoroi) Katana= +10 Kunai= 6 Escuela= Asesinato Nivel 5 Pv=100/100 Fuerza= 15 Protección= 15 + 10 (yoroi) Katana= +10 Escuela= Shugendo Nivel 5 Pv=200/200 Katana= +11 (irrompible) Fuerza= 28 Protección= 2 + 10 (yoroi) Escuela= ? Noishi Riku Misato Nivel= 5 PV= 100/100 Fuerza= 15 Katana Heike= 20 Protección= 15 +10 (yoroi) 1/3 Yoroi= 10 Nivel= 5 PV=100/100 Fuerza= 18 Protección= 12 + 10 (yoroi) Katana Setsuzoku= +19 +1 (Kensei) Voluntad= +4 ataque Buena reputación= +2 suerte Borracho= -2 defensa Nivel= 4 PV= 90/90 Fuerza= 22 Protección= 8 +1 (resistencia) + 10 (Yoroi Ise) +3 (sode) katana Aoyama +9 de ataque Contenido oculto: Etiquetas Monpoke Ikoma-kun pueden empezar la pelea Nekita rapuma Ayeah Ustedes pueden unirse; pero también pueden subir al siguiente piso si lo prefieren
Misato Aoyama Fruncí el ceño mientras fijaba mi objetivo en el cazador, debía ir con cuidado, podía ver que era alguien de gran resistencia y fuerza. —Solo completaré la tarea que mi abuelo dejó y dar paz a los herreros que aún viven. Con esas palabras inicie mi ataque sobre el cazador buscando un daño considerable, aunque sabía que podía ser difícil.
Fujiwara no Riku Deudas de honor. Aún si el diálogo no es una opción que llegara a tomar, podía entender que este combate era inevitable. Y ninguno de los tres vendría a este lugar por desición propia. Me coloque frente al llamado Wu, entendiendo que Misato iría por Bokuso y que Noishi está centrado en Mei. "¿Quien ha llamado a esas deudas? ¿Esa persona está arriba?". Solo podía imaginar que tipo de persona podría de haber tirado de deudas a estos tres, podría no tratarse de alguien común. "Manejas venenos, ¿Verdad?". Lo mire fijamente, reconociendo que aquello no era algo con lo cual arriesgar a mis compañeros. Contenido oculto Riku tiene un +1 en fuerza por bien alimentado. Ataque: 124 Defensa: Esquive/bloqueo
Aoi Nobunaga A sabiendas de las grandes capacidades de Wu como Shinobi, Aoi no quiso poner en riesgo la misión ni su equipo por lo que, antes incluso de que la aguja llegara a su objetivo, enhebró una saeta en la cuerda de su arco y la hizo volar silenciosamente en dirección al corazón de su antiguo maestro. Incluso el susurro de su cabello al ser acariciado por el aire de la cuerda al ser liberada se le antojó estruendoso. ¿Cómo no iba a él a darse cuenta de aquello? Recolocó el mechón despeinado mientras seguía la flecha con la mirada y, sin apartar la vista del objetivo, cargó la siguiente y volvió a apuntar. No habría tiempo para saludos. Tampoco para reproches.
Akihito Shishio Dejó caer su cabeza hacia atrás con total frustración cuando pudo escuchar la aclaración de Noishi, eso hacía mucho más difícil poder librar a Mei de su filo pero, no todo debía ser un imposible, ¿no? Siempre podía existir una posibilidad para que mínimo quien la juzgara su hermano y pudiera escapar un destino que dejara a otra familia incompleta en esta guerra. Solo tenía que construir esa posibilidad. ...De algún modo. Y más si esto se trataba también de las deudas de honor, si hablaba de una manera adecuada quizás pudiera convencerla de partir o ayudarlos a terminar todo esto porque al final del día, no habría nadie quien cobrara la deuda, nadie podría reclamarle. Debía creer que no dejaría a sus hijas atrás en un mundo construido por los Mori, que no querría que sufrieran lo que muchas mujeres de la corte, que querría que vivieran una mejor historia de lo que quizás ella vivió y que sus hijos no siguieran siendo armas de un imperio que los sacrificaría sin tener ninguna clase de consideración. Acomodó su capucha para poder revelar la mitad superior de su rostro y cuando sus amigos atacaron, también lo hizo aunque fuera en dirección al maestro de Umineko, luego retrocedió un par de pasos todavía sosteniendo su katana con firmeza para poder marcar un espacio propio para esa inevitable batalla. Solo una vez que se sintió cómodo con su distancia es que desvió su mirada hacia la derecha de Wu para poder encontrarse con la de Mei. No la miró con dureza o frialdad, era algo más cercana a la mirada de un niño que estaba ilusionado por ver a alguien nuevamente sin importar la circunstancias, porque estar cerca lo hacía más real. Le era inevitable recordar los momentos donde se había cruzado con ella bajo la tutoría de Rei, en cómo pese a que hubiera tenido todo el derecho de odiarlo siempre lo trató con cordialidad y amabilidad. —Señorita Mei —Dijo consiguiendo que su voz no flaqueara al tiempo en que le dedicaba el mismo saludo que solía darle cuando era niño, inclinándose para llegar a hacer un Saikerei por un corto tiempo para no descuidar su defensa frente a su oponente —. Me hubiera gustado verla de nuevo en otras circunstancias más agradables, pero ya que tiene que ser de esta manera, le ruego que no se involucre en esta pelea, los Mori no merecen un minuto más de su tiempo o lealtad, no les interesará lo que le pueda pasar.