Mencionó que si los había hecho ella, y el calor en el pecho fue totalmente natural, me sentía muy bien... como había dicho mamá en algún momento, estar enamorado se sentía bien, y correspondido era algo mucho mejor. No sabía que Kurosawa aún tenía páginas abiertas de historias pasadas, no sabría como me sentiría en caso de llegarlo a saber, y quizá preferiría no saberlo nunca. Me dejó un beso que no alcancé a corresponder, ya para el beso de la mejilla me sonreí con suavidad y negué cuando mencionó en que en algún momento pensó en preguntarme por mi sabor de chocolate favorito, y la verdad es que no tenía ninguno, solía ser un dulcero que no me fijaba mucho en el sabor porque de por sí todo me gustaba, no me complicaba en realidad más que cuando era yo quien iba a dar un detalle, ahí si me volvía demasiado dudoso por miedo de que no fuese a gustar. —Que bueno que no soy alérgico a nada hasta el momento —me reí tomando el que señaló y me lo comí también. Ya luego, cerré con cuidado la caja, la dejé a mi costado y tomé los espaguetis. —En casa lo esconderé en mi habitación, si lo dejo en la nevera mi hermano es capaz de que se me los come todos —murmuré medio en queja y ya luego destapé mi almuerzo, revolví los espaguetis y los probé medio desconfiado, pero a la final no sabían mal—, ¿quieres probar? pero... no vayas a esperar algo de restaurante, soy yo improvisando en la cocina con un video de internet.
Lo mejor era que Zoldryck no supiera nada más, era cierto que le había soltado la sopa en la enfermería el día que el necio se negó a dejarle ir, pero era innecesario hacerle saber que seguía pensando en esto. En lo que ya no tenía, en lo que había perdido para siempre y la sangre que existía a mi alrededor. Él no lo merecía y entre todo no creía que a mí me diera el corazón para admitirlo. Por eso seguí como si nada, por eso sepulté mis pensamientos en el fondo de la mente. Él dijo que no era alérgico a nada por ahora, dato que guardé en la memoria para el futuro y él comió ese chocolate también, sacándome una risa floja. Sumando a eso dijo que los escondería o su hermano se los comería, cosa que no era de extrañar. Como fuese, cuando quise darme cuenta estaba ofreciéndome de su comida y una tontería se me ocurrió. —Pues si no te molesta compartir conmigo, sí —contesté respecto a la comida. Podría haber tomado un bocado por mi cuenta, pero me incliné apenas hacia él y abrí la boca, esperando que me diera a probar su almuerzo.
Tragué grueso cuando se acercó y abrió la boca. Entendí el mensaje y di vueltas con el tenedor, captando el espagueti con la crema de leche, se lo acerqué lo suficiente y cuando ya se hizo con ellos lo alejé ladeando un poco la cabeza, mis cejas mostraron algo entre duda y preocupación. No sabía mal, pero ella si solía cocinar y lo que preparaba si sabía muy bien, por lo que no quería que pensara que era un total inútil en esto. Aguardé a su comentario en lo que procedía a revolver nuevamente mi comida. —¿Qué tal? Aunque hacía calor -lo suficiente para sentirme sudar un poco- por los árboles se sentía bastante fresco. Miré la piscina y me pregunté si sería mejor invitarla a un parque acuático o a cine. Debía ponerme a mirar que películas estarían en cartelera para esa fecha, y ver si valían la pena para llevarla conmigo o si definitivamente tendría que ver otras alternativas.
Recibí la comida con naturalidad y mastiqué con calma. En sí no sabía mal, la pasta no se le había pasado de cocinada y pues la crema con atún no era ciencia nuclear ni nada para pifiarla. Si acaso sentí que le faltaba un poco de alineo, corregir una pizca la sal y otros condimentos para darle algo más de sabor a la crema, pero supuse que eso le había pasado por no poder probarla antes de salir de la casa. —Está rico —contesté cuando pasé el bocado, tampoco iba a darle toda la cátedra. En su defecto, se me ocurrió algo así que hablé de nuevo—. ¿Quieres intentar cocinar más cosas? Podría enseñarte, no tengo problema. Lo había notado mirar la piscina también, pero no se me ocurrió lo que pudiera estar pensando y lo que hice fue prepararle un bocado con arroz y un trocito de pollo empanizado. Le di un toque suave en la pierna para llamar su atención y entonces le extendí los palillos con la comida para que probara también. —¿Tienes algunas comidas favoritas?
Sentí alivio cuando mencionó que estaba bien, pues al menos era comestible hasta para ella. Yo retomé el seguir comiendo luego de su comentario, bajé luego la comida con el jugo y asentí a su ofrecimiento de enseñarme. En realidad no era algo que me llamara la atención, pero si eso me hacía compartir más tiempo con ella funcionaba, y así también le diría a mamá que ya no era un inútil en la cocina, aunque sabía que le daría más o menos lo mismo. El tener tantas comodidades tenía sus cosas negativas, o no sabría muy bien como definirlo aún... —Me gusta mucho el Gibanica, es un pastel de queso que se realiza tradicionalmente en mi país, a, y también Poutine de Canadá, ese solía comerlo los fines de semana con mi hermano y Gen cuando vivíamos allá. ¿Y tú? Contenido oculto Por acá voy cerrando porque sé que no me dará para otra respuesta, gracias por la interacción fue divertida :D
Él accedió a mi oferta y aunque llegué a preguntarme si lo hacía por compromiso, la verdad era que tampoco tendría que pensarlo tanto. Tampoco iba a enseñarlo a prepararse cinco tiempos de comida capaces de impresionar a un chef, era solo un par de cosas para que pudiera cocinarse si de repente tenía antojo de algo y ya. Imaginaba que estos chicos, forrados como estaban, no necesitaban pensar tanto en sus comidas, pero daba lo mismo también. Ninguna de las dos comidas que mencionó me sonó de nada, por lo que otro día le pediría que me pasara los nombres por chat para al menos poder investigar en condiciones. Dudaba mucho poder preparar algo que era más... tradicional, pero no se perdía nada en el intento. No conté con que me regresara la pregunta y tampoco tenía una respuesta específica, así que improvisé. El nombre de Allen me molestó, debía admitirlo, pero bateé la sensación de inmediato. —Me gusta el curry —contesté unos segundos después. Me estaba comiendo el último bocado cuando me fijé en la hora, así que me puse a levantar campamento, dándole tiempo de hacer lo mismo. Cuando estuvimos de pie busqué su mano, la sostuve y me estiré para alcanzar a besarlo de nuevo. Fue suave, casi delicado, y le dejé un beso más en la comisura de la boca, también otro en la mejilla y el último en la punta de la nariz. —Vamos subiendo, cielo —le dije en voz baja y empecé a caminar sin dejar ir su mano. Contenido oculto por acá cierro x2 uwu estuvo lindo juntar a los niños <3
Suspiré con pesadez una vez llegué a la piscina, sin demorar ni un segundo en quitarme los zapatos para meter las piernas dentro del agua. Era una verdadera desgracia que odiara tanto el bañador escolar, porque no había nada que desease más en ese momento que darme un buen baño en la piscina, but alas... incluso mi talla me iba un poco pequeña y, para ser sinceros, hubiera preferido mil veces poder venir con uno de mis más que favorecedores bikinis. Me dejé caer hacer atrás mientras me comía uno de los bombones de Emi-chan, soltando un 'mhm' de pura satisfacción mientras movía un poco las piernas con aire distraído. El chocolate estaba muy rico y la niña había sido adorable, aunque me encontraba francamente decepcionada en general. Es que, a ver, ¿por qué nadie se había acordado de la rubia bombshell que les había regalado el mejor polvo de su vida? Such neglect, truly... —Igual debería empezar a ser más selectiva con mis ligues... —murmuré, mirando un nuevo bombón a contraluz—. Oh, but I like it so much, it's impossible! Grandes dilemas los que tenía yo, desde luego.
La vida seguía y las responsabilidades también mi vida no era fácil, pero yo no me le complicaba para ser hija de un don me tomaba todo muy fácil, pero en realidad nunca lo había sido desde el día en el que mi madre se fue al igual que mi abuelo y lo único que tenía era mi hermano menor el único que realmente me importa defender de este mundo lleno de peste. Porque si eso era lo que había, pura peste rondándonos. Como fuese, no sabía con certeza hacia dónde me dirigía, pero quería un lugar solo y tranquilo, una novedad eso en mí, pero no sabría decir cómo llegué a la piscina, pero así lo hice apenas y distinguí una cabellera rubia y yo sabía muy bien de quién era. Alisha. Cuando fue la última vez que tuve la oportunidad de hablar con ella, no recordaba, pero ahora que estaba aquí le preguntaría qué había hecho con el dibujo que realicé de ella. Tenía esa curiosidad rondando por mi mente. Poco sabría decir si me noto, pero apenas la alcancé. Me senté a su lado y recién noté que estaba comiendo chocolate. Bajé mi vista a donde tenía sus piernas. Entonces no me quite los zapatos hasta que le hablé. —Ali —sonreí ante de terminar de colocar las piernas dentro del agua—. Qué gusto verte, ¿esta muy rico el chocolate? Contenido oculto Heyo Amane
El solecito tan placentero dándome en la piel al mismo tiempo que el agua de la piscina regulaba mi temperatura corporal estaba siendo un combo asesino. Estaba haciendo lo posible por mantener los ojos abiertos, porque sabía que si los cerraba iba a quedarme frita en dos segundos, y la única manera de asegurarme de ello era comiéndome los chocolates, pues al menos así tenía una excusa para estar moviéndome constantemente. ¡Estaba comiendo dulces por un bien mayor, vaya! Me encontraba tan distraída con eso que ni siquiera noté la presencia de Eda hasta que estuvo a mi lado hablándome, aunque ni siquiera en ese momento reaccioné de manera visible por su cercanía. Giré la cabeza para mirarla, entornando los párpados con algo de pereza, y asentí un par de veces antes de volver a dirigir la vista al cielo. —Muy rico, Edam-chan, sobre todo porque lo hizo una linda kohai con mucho cariño~ —canturreé divertida, antes de llevarme las manos tras la nuca—. ¿Cómo has estado, bonita?