La enfermería, a diferencia de muchas otras salas, disponía de una luz cálida, si bien artificial, que confería a la sala de algo más que el blanco frío y aséptico de las estancias y maquinaría que habían estado encontrando hasta ahora. Al igual que con la zona de descanso, los colores y las tonalidades habían sido escogidas deliberadamente para darle al paciente esa sensación de familiaridad de la que podían resentirse al permanecer tanto tiempo alejados de la luz del sol. La sala disponía de todo tipo de medicinas para curar numerosas dolencias y enfermedades leves, así como para estabilizar casos más graves. Parecía bien armada para lidiar con los problemas que pudiesen surgir en estancias más prolongadas. En una de las pantallas, siempre encendida, podían notar algo extraño. ¿Qué era esa imagen, exactamente?
Olivia Müller Mis pasos me acabaron llevando a la recién descubierta segunda planta. Había un par de puertas a mi disposición, aunque la que consiguió llamar mi atención fue una que me condujo hacia lo que parecía ser la enfermería. La luz era mucho más cálida que en el resto de estancias del edificio, lo que seguramente ayudaría a cualquier posible paciente ingresado a sentirse más cómodo ahí dentro. Di una vuelta por el lugar con cierta curiosidad, observando con detalle los suministros que teníamos a nuestra disposición. Parecía que teníamos toda clase de medicinas y tratamientos disponibles, desde pastillas para un simple resfriado hasta instrumentos para estabilizar situaciones más graves. A pesar de que seguía sin agradarme la situación en la que nos encontrábamos, no negaría que tener una enfermería tan bien equipada era un alivio, pues al menos íbamos a poder mantenernos sanos mientras encontrábamos una manera de salir de ahí. Mientras continuaba mi examen, una de las pantallas llamó mi atención; estaba encendida y mostraba una especie de imagen. ¿Qué era eso...? Me acerqué, pues, con intención de investigar en mayor detalle aquella misteriosa imagen.
Olivia se acercó con intriga hacia la pantalla, notando el ligero resplandor que emitía al fondo de la estancia. Se respiraba una gran calma en la habitación, quizás era la primera vez que se encontraba verdaderamente sola desde que había despertado aquel nefasto día. Bueno, sola, lo que se dice sola... La cámara se giró siguiendo sus movimientos, haciendo zoom sospechosamente hacia ella. Lo que Olivia no sabía era que no era Zero si no Blick quien se estaba recreando con las vistas. Todos sus músculos se paralizaron cuando, en la pantalla, encontró una fotografía digitalizada demasiado familiar. Se reconoció a sí misma, con una bata blanca, ajustando los medidores en la pantalla contigua mientras otro chico, de espaldas en el lado contrario y con otra bata a juego, demasiado alejado como para poder identificar bien quién era, parecía extender uno de los instrumentos en su dirección. En la silla, acostada, reconoció a Ichigo con expresión febril, y a su lado Stan le estaba dando la mano, probablemente infundándole valor durante la espera. ¿Qué... demonios significaba todo eso? ¿Cuándo se habían hecho esa foto? Ella no recordaba nada de eso. Probablemente ninguno de los presentes. Si Olivia trató de avisar a alguien sobre la imagen o guardarla a tiempo, Zero no se lo permitió. El conejo apareció en la pantalla entonces, visiblemente molesto y sobresaltando a la joven al otro lado del aparato. —¿¡Ah!? ¿En qué momento han logrado filtrar esta imagen en mi sistema? Estúpidos humanos incansables... —La imagen desapareció entonces, y el conejo se limpió las patitas, tras un trabajo bien hecho—. Ea, listo. Es un PENA que no tengamos impresoras por aquí. Nada que hacerle~. >>¿Hm? —Zero enarcó una ceja al notar la expresión de Olivia—. ¿Qué? ¿Esperas algo más? Pues espera sentada, maja. Soy un conejo MUY ocupado, ¿sabes? ¡Estos estúpidos inquilinos son peores que unos críos de parvulario! Quizás, ahora que lo tenía delante y estaba sola, ¿podría aprovechar para sacarle algo de información? Claro que nada garantizaba que fuese a responder, pero no perdía nada por intentarlo. >>¿Dónde estamos exactamente? >>¿Qué era esa foto? >>¿Qué ganas tú con todo esto?
Olivia Müller Mi desconcierto inicial se volvió todavía más evidente al discernir mejor lo que había en aquella pantalla. Era una imagen de aquella misma enfermería, pero con un número de personas en su interior; era, de hecho, un grupo conformado por alguno de nosotros. Yo estaba entre ellos, vestida con una bata, mientras que Ichigo se encontraba en la silla, aparentemente enferma, y Stan estaba a su lado, a modo de apoyo. Había alguien más vestido con bata en aquella foto, pero estaba girado de tal manera que era imposible distinguir su rostro, y el hecho de que no recordara aquella escena en lo más mínimo no estaba ayudando a que lo identificara. Acerqué el rostro a la pantalla un poco más, con el ceño fruncido en señal de concentración, pero la imagen fue sustituida por la aparición de Zero antes de que pudiera distinguir algo de relevancia. Resoplé con algo de molestia mientras me erguía, viendo como el conejo se alegraba por su trabajo, y me crucé de brazos sin apartar la vista de la pantalla. Empezó a quejarse nada más notar mi atención puesta sobre él, aunque por el momento no parecía tener intenciones de irse lo que me hizo pensar que... ¿quizás podía aprovecharlo? —Oye, Zero. Hemos hecho tu jueguecito, hemos votado entre nosotros y hasta tenemos un traidor. ¿No crees que podrías darnos algo más de información ahora? Como por ejemplo... ¿dónde estamos exactamente? Contenido oculto what in the danganronpa is this
