La cabaña Cedar posee la misma estructura que el resto de los círculos de encuentro: una cabaña de madera amplia, cuya entrada se encuentra resguardada con su propio porche y numerosas sillas espercidas en él. En una de las vigas de madera, sobre la puerta, reposaba la bandera que le otorgaba la primera distinción frente al resto de ellas: su símbolo consistía en un cedro con ramas amplías y raices visibles, y frente a este una hoguera, rodeada por numerosas personas. Un emblema apropiado para la cabaña de los guardianes del legado. Al entrar, los chicos pueden observar un amplio espacio, salpicado por numerosas literas bien cuidadas. Amplias cristaleras se encuentran esparcidas en diversos puntos de la sala, iluminando cada recoveco de la estancia con luz natural. El segundo aspecto distintivo se encuentra en la decoración del interior. La paleta de colores empleada es el verde oscuro, el rojo terroso y el marrón, los cuales adornan las sábanas, el tablón de anuncios colgado cerca de la entrada y las cortinas, confiriéndole una temática propia al lugar. Solo poseen dos baños, ubicados a la derecha de la entrada. Ponerse de acuerdo sobre eso... iba a ser toda una odisea.
El avance del grupo Cedar, liderado por Hunter, tuvo un inicio... particular. Los campistas se despidieron del resto de grupos una vez la asignación fue realizada, siguiendo al monitor entre cuchicheos y miradas esporádicas hacia uno de los alumnos en concreto. Aren, quien se encontraba a su lado, no sabía si se encontraba más incómodo al saberse atrapado en el fuego cruzado de miradas o al ir acompañado por un tío con un arma. Cualquiera podría decir, con la altura y la complexión atlética de Itsuki, que podía ser una suerte de guardaespaldas... Pero para la mente catastrofista de Aren no era así en lo absoluto. —Qué locura —murmuró, mientras observaba el permiso especial del ejército. Le salió natural, directo de dentro, y agitó rápidamente las manos con nerviosismo y... cierto aire adulador bastante forzado, a decir verdad—. ¡Q-Quiero decir, es una locura tener a una eminencia como tú entre nosotros...! ¡Y con contactos de renombre, incluso! Bueno, se veía que aquel bobo no acababa de entender que su vida no estaba en peligro en realidad. ¿Iba a comportarse siempre así frente a Itsuki para asegurarse que no le hiciese nada? ¿Qué tan cobarde y asustadizo podía llegar a ser ese joven? Hunter les hizo un breve recorrido por las instalaciones, si bien no se detuvo en nada en concreto. La plaza central, el muelle junto al lago, la zona del escenario para actuaciones nocturnas de todo tipo (Aren se temió que lo de tomarle de escudo humano en un karaoke era una realidad cada vez más próxima). Les mostró desde el exterior la cabaña principal, donde se encontraban el comedor y la enfermería, y dirigió la caminata del grupo hacia su propia cabaña. —Las normas son sencillas —Una vez dentro, Hunter se volvió hacia los campistas, quienes alucinaban con la amplitud del lugar o se disputaban quién iba en la litera de arriba—. Nada de comida aquí dentro, las duchas se dan en la cabaña principal, en los vestuarios, dejando exclusivamente estos dos baños para otro tipo de emergencias. La repartición de las camas me da lo mismo siempre y cuando no discutáis por ello. Y si lo hacéis, al menos conseguid que no me entere de eso. Bueno, no sonaba a reglas muy difíciles, ¿no? El castaño decidió continuar entonces. >>A partir de la una no podéis salir de la cabaña, a no ser que haya un evento concreto de por medio. Y nada de meter animales aquí dentro —Suspiró con resignación—. No, no sería la primera vez que sucede. El monitor les permitió así un tiempo para asentarse en el lugar y dejar sus pertenencias. Aren seguía a un costado de Itsuki, probablemente planteándose si alejarse o no era buena idea. Si no lo hacía... ¿C-Compartiría litera con él? ¿Se lo cargaría si le decía que no? —Hey. ¿Es verdad lo que dicen por ahí? Aren dio un respingo del susto cuando otro chico se les acercó, vivaracho. Frunció el ceño al volverse hacia el intruso. ¿Es que querían darle un paro cardíaco entre todos o algo así? La nueva compañía tenía el cabello blanco y revuelto, y una sonrisa brillante en los labios. Era bastante menor que ellos, probablemente tendría quince años a lo sumo. >>La gente está diciendo muchas cosas, pero no pareces mal tipo. Qué suerte que estés en mi cabaña, mis hermanos se van a perder esto —soltó una risa baja, claramente entretenido con la situación. ¿Tenía familiares en las otras cabañas?—. Me llamo Ciro. He venido con mi melliza y nuestro hermano mayor. ¿También es vuestra primera vez aquí? Contenido oculto KingBishoujo
Mientras los demás seguían organizándose o eligiendo literas como si fuera una competición olímpica, me acerqué a Hunter con paso tranquilo, las manos en los bolsillos. — Una duda rápida — le dije, con tono casual, aunque algo divertido — Cuando hablaste de “emergencias” para usar los baños… ¿estamos hablando de cosas tipo brazo roto, crisis existencial, o simplemente apretón de última hora? Más que nada para no cagarla, literalmente. Le dediqué una media sonrisa, sin esperar mucho más. Supuse que con suerte no me mandaría a cavar mi propia letrina. Volví sobre mis pasos hacia Aren y me apoyé ligeramente en la litera más cercana. — ¿Prefieres arriba o abajo? — le pregunté, cruzándome de brazos — Me adapto a lo que te venga mejor, pero aviso que si roncas, la almohada voladora está asegurada. Entonces escuché esa voz animada. — ¿Es verdad lo que dicen por ahí? Alcé la mirada justo cuando Aren dio un salto en el sitio como si le hubiesen disparado. Pobre chico, se le iba a parar el corazón si seguíamos así. Frente a nosotros, el chaval peliblanco sonreía como si acabase de ganar un concurso. Joven, vibrante y sin un ápice de vergüenza. Su energía me hizo pensar en alguien que conocí hace tiempo, y por un segundo bajé la guardia. Solo un segundo. Le estreché la mano con seguridad cuando se presentó. — Itsuki. Y sí, primera vez aquí — me tomé un momento antes de añadir — Bueno, estuve aquí hace años, como campista. No fue una mala experiencia. Le eché una mirada rápida a Aren, que seguía algo encogido, y me incliné un poco hacia Ciro como quien comparte un secreto. — Él también es nuevo. Aunque creo que aún no lo ha asumido del todo — bromeé, con una media sonrisa. Me giré hacia Aren y le di un leve codazo con el hombro, como si quisiera sacarlo un poco de su burbuja. — Relájate. Aquí no hay enemigos, solo adolescentes con demasiada energía y un monitor que ya se quiere jubilar.
