Muy bien, tenían donde comer, dormir, lavar la ropa... ¿Pero dónde se aseaban realmente? Tenían baños en todas las plantas, pero no habían encontrado duchas como tal. Así fue como, en mitad de su exploración en la segunda planta, dieron con la joya de la corona hasta el momento: una zona de baños, separada para cada género, con una zona de duchas aisladas en la primera zona, y tras pasar la puerta al final de la sala encontraron... ¿una sauna? ¿Acaso aquella gente iba a escatimar en detalles en algún momento? La zona estaba provista de todo lo necesario para su aseo, siendo una zona lo suficientemente amplia para albergar a cada grupo al mismo tiempo. Era curioso, ciertamente. ¿Zero de verdad deseaba que estuviesen descansados y relajados? ¿De verdad había diseñado todas esas salas? Ese conejo resultaba más y más incomprensible por momentos.