Saint Seiya Rosas Rojas (ShijimaXCardinale Yaoi) ShijInale

Siendo amigos desde niños, pero durante la adolescencia se comenzaron a separar por personas externas e inseguridades de uno, mas cuando uno ya no esta dispuesto a aguantar esos malos tratos y desea terminar la amistad, los sentimientos genuinos salen a flote.

Los personajes le pertenecen a Masami Kurumada, lo mío solo es la historia.

Disfruta tu detalle aries_chanmimi.
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Capitulo 1 (Rosas Rojas)​

-¡¡¡YA DÉJAME EN PAZ!!!- Un joven de cabellos rojizos y un Bindi de un tono similar, le gritaba a un rubio con la larga coleta -¡¡¡SIEMPRE ESTAS MOLESTÁNDOME!!!-

Sin duda, la molestia en sus palabras revelaban como se estaba sintiendo, o como tuvo que aguantar al otro.

-¡¡¡¿QUÉ DICES?!!!- No comprendía por que el pelirrojo le hablaba de esta forma –Shijima… Estas… Jugando ¿Verdad?- Tembló su voz, sus verdes ojos se abrieron de golpe.

-¡¡¡CLARO QUE HABLO ENSERIO!!!- Siempre tan tranquilo, apenas si hablaba con cualquier otra persona, callaba lo que sentía, pues prefería ser así, pero este joven rubio había colmado su paciencia. –Cardinale… No sé qué te está ocurriendo, pero… Me molesta que actúes así- Se giró, para darle la espalda –Considera nuestra amistad terminada- Sin voltearlo a ver, dirigió sus pasos para dirigirse a su hogar.

Después de todo, las clases habían terminado, pero ya no soportaba a su más viejo amigo y del cual se había enamorado, pero… Ahora es completamente irreconocible.

Su forma tan fría de actuar, coqueto con cualquiera, arrogante por su belleza.

En su mente, ese no era el Cardinale del que se había enamorado profundamente desde su corta niñez.

-¡¡¡ESPERA POR FAVOR…!!! ¡¡¡SHIJIMA!!!- No podía verlo partir sin decirle nada, más cuando el pelirrojo rompió su amistad, quería una explicación y debía dar una.

Sin pensarlo, corrió detrás, para abrazarlo por la espalda.

El rubio de ojos verdes, usando un uniforme con chaqueta y pantalón rojo, igual al del contrario, representado que se encuentran en último año.

-Por favor… No te vayas- Comenzó a llorar, dejo escapara sus lágrimas en la espalda del contrario –Dime… ¿Qué hice mal? Por favor… Dame la oportunidad de cambiar…-

-Cardinale… ¿Qué no se supone que nadie debe ser digno de tus lagrimas?- Como deseo quitar esas suaves manos de su cuerpo, como lo rodeaban, pero su corazón se lo impidió.

Recordó, aquella vez… Que el rubio le dijo esto de una manera tan desagradable, en una pelea que ambos tuvieron y el Budista derramo lágrimas.

-Shijima, lo siento… No debí haberte dicho eso… Pero…- Bajo su mirada, apretando sus labios con fuerza, no podía confesar su amor aun.

-Tus nuevos amigos son más importantes para ti- Aparto aquellas delicadas manos, el dolor al decir aquella oración –Sera mejor que no nos vean juntos, si no… Tu popularidad bajara- No lo quiso ver, solo quiso seguir su camino, con el peso de su corazón.

Sus manos temblorosas, por aquel toque tan indiferente que Shijima le dio, las lágrimas nublando su vista, mirando el suelo.

Sus piernas flaquearon y se dejó caer de rodillas al suelo.

Su manera de comportarse los últimos meses, como había hecho sufrir al pobre pelirrojo por su comportamiento tan errático, presumiendo que la adolescencia lo trato tan bien, volviéndose un joven tan hermoso, y recibiendo tanta atención de todo su salón.

Volviéndose bastante popular, y sin contar que siempre ha sido brillante en el estudio, tenía todo en su mano.

Pensaba que podría tenerlo siempre, su mejor amigo, el de su infancia, Shijima se conocieron en la primaria, y desde el primer momento se volvieron tan unidos.

Durante su infancia, molestaban tanto al rubio, por ser bastante delicado, delgado incluso diciéndole que le quedaba ser doncel, pues en vez de ser un niño “Normal” parecía una fea niña.

El pelirrojo de cabellos largos ahora, varias veces tuvo peleas para defenderlo.

Fue su héroe desde muy chicos, y la admiración que tenía, se volvió una fuerte amistad y esta… Un profundo amor.

Cuando su belleza incremento, creía que podría tener la confianza de declarársele a Shijima, pero este nunca hizo ningún comentario de lo físico, siempre serio, sincero y hablando cuando fuera solo requerido.

Había pensando erróneamente que debía hacer algo más, para atraer su atención ahora de adolescentes.

Se juntó con personas que solo lo querían por su belleza, otros para aumentar su popularidad.

Incluso fue capaz de molestar a Shijima para divertirse un momento con sus nuevos amigos, pues ahora el pelirrojo fue bastante marginado, pero le daba igual.

Mas en un punto dijo algo que en verdad no sentía.

Que sus nuevos amigos eran más importantes para él que Shijima.

Si bien fue un instante en que discutieron, porque el rubio no ayudo al otro con un trabajo en binas y termino haciendo todo solo.

Recordó todo lo malo que ha hecho, todo por una sola razón.

Utilizo métodos equivocados, hirió a quien no quería lastimar nunca, y ahora la peor consecuencias es… Que termino su amistad y no para evolucionar a otra cosa.

Si no, para desparecer su contacto, no lo podía permitir, no quiera vivir en un mundo donde su hermoso héroe de cabellos rojos lo despreciaba.

-¡¡¡SHIJIMA, YO TE AMO!!!- Grito con todas sus fuerzas, no importaba si el otro estuviera lejos, quería ser escuchado -¡¡¡PERDÓNAME POR SER TAN ESTÚPIDO!!! ¡¡¡PERDÓNAME!!!-

Cerró sus manos en puño, para abrasarse a sí mismo, dejo escapara miles de lágrimas.

Todo fue un error, tratar de ganar el corazón de alguien… Por medio de celos, que viera su belleza, no funciono como deseo.

Ahora ya no sabía que hacer…

Agradecía que no hubiera más personas, no le gusta que nadie lo viera llorar, solo lo había hecho delante de ese pelirrojo, su refugio, su todo.

No esperaba que lo perdonaran, hizo cosas horribles.

Más cuando sintió unos brazos rodeándolo, la calidez que había conocido desde pequeño, y un corazón que escuchaba cada que las lágrimas le ganaban.

-¿Shijima?- Preguntó, dudando que fuera real, que ya estuviera delirando.

-¿Por qué actuaste así?- El mayor punto débil de este joven, es la belleza delante y sus lágrimas, como deseaba ser más fuerte, pero no quería dejarlo solo.

Apretó sus ojos, ocultándose en el pecho del otro –Quería que me vieras… Que te dieras cuenta que… Soy más hermoso ahora, que ya no soy ese niño feo de antes… Nunca me decías nada… Pensaba que… No te importaba de esa forma…- Sonrió amargamente –Fui un tonto-

-Si lo fuiste- Le confronto, pero es verdad lo que Cardinale comentaba –No decía nada… porque para mí, siempre has sido perfecto, bastante hermosos desde niños- Las mejillas de ambos enrojecieron.

Cardinale rojo de mejillas, incluso toda su cara pronto se volvería un tomate.

Shijima por su parte, solo las orejas se volvieron de ese color, agradecía que no tuviera aquellos verdes ojos delante.

-Pero… De pequeño, no era nada bonito…- Bajo su mirada avergonzado.

-Te dije que no hicieras caso de idiotas- Tan serio como es su costumbre, no se dejaba llevar tanto por sus emociones y mírenlo aquí, en la banqueta de rodillas abrazando a este joven.

-Perdóname… Por no hacerte caso… No debí permitir que me afectara, pero…- Volvía a querer llorar –Temía que te alejaras al final de mí, si alguien te gustara… Yo… Por hizo hice tantas tonterías-

-¿Qué más hiciste?- Cuestiono, porque a veces no era muy perceptivo en cosas sentimentales, no se percató de los esfuerzos que hacia el rubio por llamar su atención.

-Quería darte celos…- Suspiro, aun estando en los brazos del pelirrojo –Por eso Izo… Dejaba que me abrazara delante de ti- No estando orgullos de sus acciones.

Sin pensarlo gruño un poco… Bueno bastante molesto.

Incluso se aparato del rubio, para desviar su mirada y dejar ver su rostro de molestia.

-Creí que te gustaba- Apretó sus labios, cruzado de brazos.

-No… Tu eres quien me gusta, al que amo- Sujeto el rostro del budista, para que lo viera a los ojos –Cometí un terrible error, no fue la manera de llamar tu atención…- Sus lágrimas contenidas brotaron suavemente –Entiendo ahora… Si no me quieres volver hablar está bien… Lo aceptaré… Te lastime, te confesé que te amo, y puede que tu no… Sientas lo mismo- Limpio sus lágrimas con su mano libre –Soy un idiota…-

Shijima ver esa imagen del dolor de quien su corazón ha robado, y ha hecho lo que desee con él…

No lo podía dejar pasar.

Sujeto la mano que toca su rostro y la jalo a su cuerpo, provocando que el rubio fuera de frente hacia él.

Sujetando su cintura, lo beso.

Le doy igual si estaban sentados en el suelo, ya no podía permitir ni un instante que ese rubio hiciera estupideces, que solo dañara la amistad.

SI algo va a dañar su amistad que sea el amor genuino que se tiene.

Al final todos tienen problemas para confesarse, afrontar sus sentimientos.

Usualmente depende mucho de la personalidad de cada quien…

-¿Fue ahí cuando le dijiste a papá que lo quieras?- Un pequeño niño de cabellos rubios largos y ojos azules, con una piel blanca.

Las orejas del adulto solo se pusieron rojas –Si- No podía darle la cara a ese niño.

-Así es mi pequeño Asmita- Un hombre de cabellos rubios que llevaba en una coleta, ahora algo baja con una cinta blanca, cargo al pequeño –Me dijo que me ama y que nunca debería volver hacer una cosa así- Rio divertido –Tu padre me regaño esa vez- Haciendo un puchero.

El pelirrojo ahora adulto, desvió su mirada avergonzado, por como su esposo lo hacía ver como el malo delante del hijo de ambos.

-¿Y qué paso?- El niño sonrió, preguntándole al hombre que le doy vida.

-Pues… Nos hicimos novios, enfrentamos a cualquiera que quisiera destruir nuestro amor, terminamos la escuela, nos graduamos, me propuso matrimonio en un parque en primavera y nos casamos- Recodar su vida amorosa a lado de su amado desde la infancia, le traía ilusión y el ambiente aprecia tener rosas rojas –Y al año naciste tú, nuestra vida ha sido perfecta desde ese día- Y le doy un beso en al frente al retoño de su amor.

-Nuestra felicidad solo pudo ser más grande al tenerte Asmita- Agrego tan serio el pelirrojo, que no podía dejar de tener las orejas rojas y su semblante frio.

-Tu padre, es medio amargado, pero nos ama a ambos- Puso la mano libre en sus caderas, mirando al mencionado.

-Cardinale, deja de decirle eso al niño- Apretó su mandíbula enojado y cerro sus ojos, pues se supone que solo le conto a grandes rasgos como se confesaron sus padres.

-¿Por qué?, si es verdad… Eres amargado- Le dio aun así un beso en los labios a su esposo, que solo reacciono con nerviosismos.

El pequeño en brazos de no más de tres años, rio divertido al ver como sus padres se llevan.

Su inocente curiosidad, provoco una hermosa escena familiar.

En donde al final el rubio hombre, termino en el regaño del pelirrojo, mientras el pequeño niño, entre los abrazos del doncel.

Las risas no faltaron más por parte de Cardinale, enserio que Shijima hacia su mayor esfuerzo para no morir de vergüenza.

Nunca cambiara su manera de ser, sin importar el tiempo, sigue amando con mayor intensidad cada día a ese rubio hermoso.

Y de igual forma Cardinale, cada que pueda declarara su amor a su héroe de cabellera roja, que desde una tierna edad se enamoraron.

Dificultades en cada relación, antes de confesarse o a veces durante de esta, existirán, lo importante es que estén dispuestos ambos a luchar, aceptarse como son, perdonarse si alguna vez se lastimaron, pero ojo… Cosas que sin imperdonables como una infidelidad, eso nadie debe porque soportar, mucho menos maltrato psicológico o físico.

El amor como esta pareja nos mostró, puede que quieras llamar la atención de la persona que amas, y lo hagas de una forma errónea, pero al final lograron superarlo y ser felices.

Casados, con prosperas profesiones y un hijo que es clara muestra que sus genes hacen maravillas.
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Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Cómo están mis terrones de azúcar?

Espero que les gustara el One Shot, que les dejo en esta ocasión.

Si les gusto, déjenme un lindo comentario.

Los quiero mucho.

Y nos leeremos hasta después.

Ammu se va.