Contenido oculto: OST El tal Connor posó una mano sobre mi hombro y se dirigió a mí, o eso creo, porque no atinó con mi nombre ¡AH! ¡Esa es mi zona especial, no me toques! Viendo que uno de los participantes no era más que un niño que tendría algo menos de 12 años, me dirigí a él para calmarlo como sólo yo sé. ¡Oye, chaval! ¿Te gustan las matemáticas? Ten en cuenta que si no te gustan lo más probable es que MUERAS aquí. Oye, ¿por qué me miráis así? La culpa es del conejo que pone puzzles con números Poco después, la otra mujer se dirigió a mí procurando un clima de convivencia, a lo que respondí lleno de orgullo Señorita, creo que está bastante claro que no sé tratar con mujeres Pasaron los minutos, el último participante se demoraba, probablemente estuviera muerto. Oye, ¿qué os parece si nos colocamos a los lados de la puerta de la sala que aún queda ocupada y le gastamos una broma cuando salga? Podríamos cubrirnos la cabeza y abalanzarnos sobre él o ella, y le damos una paliza, pero de broma. Por desgracia, a estas alturas, la gente estaba empezando a ignorar mis geniales ocurrencias. Quizás una escopeta haga que me tomen más en serio, ¿dónde habrá una? Antes de que pudiera encontrarla, la última sala se abrió y salió una mujer desorientada. Entonces el conejo empezó a dar su narcisista discurso. Contenido oculto No dije nada más en voz alta, pero muchas cosas interesantes salieron a la luz. Esta vez me guardaría mis elucubraciones para mí, no es como si alguien pudiera leerme el pensamiento, ¿no? Estábamos encerrados, sumergidos bajo agua, mis temores se han confirmado. No parece que estemos cerca de la superficie, eso al menos se puede atisbar. Por la profundidad a la que estamos, no sé yo si simplemente el traje de buzo y el tanque de oxígeno de nuestras salas serán suficientes para salir. Zero the Third... Por supuesto, me había fijado en que todos llevábamos un 3 en el reloj, además del color y la agrupación. ¿Que sea un 3 y él sea Zero The Third está relacionado o es una coincidencia? Y más importante, ¿The Third? ¿Había ocurrido este juego con anterioridad en otras dos ocasiones con dos anfitriones más distintos? SIn embargo, dice que este resort está creado solo para nosotros, ¿tuvieron lugar los otros juegos en otro sitio? Este conejo se ha autoproclamado como nuestro anfitrión. Claro que la IA ha avanzado mucho, pero incluso si es autónoma, alguien ha debido programarla, una persona es el artífice de todo esto. ¿La estará controlando desde un despacho aquí? ¿O remotamente desde su casa? O, si efectivamente es autónoma, ¿qué necesidad hay de ello? ¿Por qué no es esa persona el anfitrión visible o por qué no la controlaría directamente? En este último caso, se me ocurre una razón: que el verdadero Zero sea uno de nosotros. Uno de nosotros está fingiendo su pérdida de memoria.... o tal vez no. Si todo está automatizado por esta IA preparada de antemano, bien podría haber hecho consigo mismo lo mismo que haya hecho con el resto para perder la memoria y volverse así un participante más, con convicción total para él mismo y para el resto. De ser así, podría ser cualquiera, incluso yo mismo. En cualquier caso, lo mejor es que gane este juego, más que para salir de aquí, para averiguar la verdad.
Frank "Buitre" Dubois Vaya, vaya, los ánimos parecían estar algo caldeados incluso previo a nuestra introducción. Lo que más me interesaba de momento era hablar con el conejo psicodélico de la pantalla, pero pronto las demás personas aquí consiguieron captar mi atención. El silbido de una patada me hizo alzar las cejas y girar el rostro mientras una sonrisilla asomaba en mis labios. El tal Connor se esmeró en contener la situación y entonces, mi querida compañera le aclaró una o dos cosas al rubio. —Sacrebleu —murmuré en voz baja, divertido. Pronto la última sala finalmente se liberó y, con eso, el pequeño lapin dio paso a la necesaria introducción. Por desgracia parecía disfrutar con creces del sonido de su voz, demasiado, por lo que aproveché la verborragia para sentarme y volver a atarme los borcegos en los pies. Espera, ¿Franky? Parpadeé, alzando la vista a la pantalla, y fue una chispa que se encendió de repente. Cierto, mi nombre era Frank. Zero The Third, decía llamarse. Vaya cosa complicada. No se molestaría si lo dejábamos en Zero, ¿verdad? La conversación siguió derroteros predecibles hasta que su vocecita chillona logró congelar el ambiente y el corazón me golpeteó contra las costillas. ¿Pagar por nuestros pecados? Me tomó un segundo soltar una risa nasal y la sonrisa, torcida, se me pegó a los labios. —¿Qué pecados, para empezar? —susurré, más como un pensamiento en voz alta. Reunir a un puñado de amnésicos y hacerles pagar crímenes que siquiera recordaban, ¿no era un poco cruel~? La idea me entretuvo y guardé las manos en los bolsillos, balanceándome suavemente sobre mis talones. Sólo quité una un instante para comprobar el número tres en mi reloj. Nueve puntos, ¿eh? Salir con vida... El escenario se iba montando despacio. Todavía ambiguo, aún indefinido, pero las primeras pinceladas aparecían y sentí una energía extraña vibrarme en el cuerpo. Me asomé por el hueco de la puerta apenas se nos permitió, curioso, y regresé las gafas arriba de mi cabeza para ver mejor. Me quedé asombrado, casi maravillado ante aquella imagen: sin importar cuánto me esforzara, el eterno azul se extendía hacia el infinito, transformándose en un negro profundo e insondable. Silbé en voz baja y avancé junto al resto. El querido lapin reapareció en un nuevo monitor y bautizó este circo demencial. "Proyecto Proteus". —¿Y cómo conseguimos esos nueve puntos? ¿Jugando tus juegos? —le pregunté, tranquilo.
Connor La última puerta se abrió, y salió de allí una mujer algo desorientada , desafortunadamente no hubo tiempo para intentar explicarle lo pocoque sabíamos de la situación, pues el conejo empezó con su monólogo lo que se llevó toda mi atención. Escuché atentamente lo que decía, mientras me llevé una mano al mentón y analizaba todo lo que decía. Sean verdad o mentiras, daría información valiosa sobre nuestra situación actual . Se hacía llamar a si mismo <Zero The Third> ... ¿Se creía acaso de la realeza? ¿O es qué era el tercero de su clase? Si indicaba que algo de este calibre ya se había hecho anteriormente y podía seguir realizandose podía ser bastante grave. Así como se hacía llamar The Third, todos nuestro relojes tenían un número 3 , pero parecía ser parte de un sistema de puntos. Si todos llegamos a 9 podríamos salir , había confirmado que era posible que salgamos todos, por lo que una de mis preocupaciones de que intente hacer enfrentarnos disminuyó considerablemente. Por otra parte, parecía que la instalación estaba a bastante profundidad, el azul del mar parecía interminable, la superficie siendo imposible de divisar; El Traje de buzo no sería suficiente. <Proteus> , si mi conocimiento no era erróneo, podría hacer referencia a Proteo, un Dios del mar, encajaba con el tipo de lugar que parecíamos estar encerrados... Me sonaba que había algo más, pero era algo que se me escapaba. Sin embargo, lo que más me consternó fueron unas palabras en específico de Zero... Cerré mi mano en un puño, mientras Zero saboreaba la tensión que había creado en el ambiente. Se estaba aprovechando de nuestra falta de recuerdos para generar dudas sobre qué podría haber ocurrido... — ¿Pagar por nuestros pecados? ¿Cuál es el punto si no podemos recordar qué hemos hecho? Nada puede justificar castigar incluso a un niño de esta forma . Incluso hacerlo con disfrute... Me repugna — — ¡Se hará Justicia! Tarde o temprano recuperaremos nuestros recuerdos, y me aseguraré de que el responsable tras todo esto pague. NO IMPORTA cuál sea el contexto o si ocurrió algo grave fuera, el goce de lo que para ti es un juego que solo causa sufrimiento a gente vulnerable es imperdonable.— — Por ahora no nos queda de otra que seguir este juego que propones, Zero. Pero saldremos Todos de aquí. Si pretendes lastimarnos, no dejare que te salgas con la tuya. — Habiendo recuperado un poco la compostura hacia el final luego de declarar mis intenciones, miré al resto del grupo antes de empezar a avanzar hacia la nueva sala al final del tunel en la que nos esperaba Zero. Él mismo lo había dicho, si era posible que *todos* salgamos juntos, estaba dispuesto a confiar plenamente en estas personas. Podrían ser actualmete completos desconocidos, pero no pensaba permitir que este "juego" les lastime.
"Stan" Marsh Pude notar como aquella chica intentaba acercarse más, incluso intentó estirar su mano un poco hacia mí, pero al ver el estado en el que me encontraba quizás pensó que sería mejor no hacerlo, y lo agradecí en ambos sentidos, tanto que hubiera respetado mi espacio como su inherente amabilidad al tratar de calmarme. Aun no me sentía del todo en confianza pero un gesto tan desinteresado solo para tratar de hacerme sentir mejor era algo digno de notar. La chica me contó su nombre, mientras a la par el señor de cabello castaño colocaba su mano sobre mi cabeza dándome palmaditas, o al menos eso parecía que trataba de hacer. El cuerpo se me tensó por un instante, pero al final lo deje estar, el tacto del señor y las palabras de la chica me ayudaron a por un breve instante sentirme en paz. —¿Momo y Hunter? —respondí con algo de duda, no sabía si esos eran nombre comunes o apodos, pero era bueno tener un nombre con el cual referirme a ellos. Puse mis manos detrás de mi espalda, aun incapaz de hacer contacto visual con cualquiera de los dos—. P-Pueden llamarme "Stan" si lo prefieren, es más rápido... Aun no sentía que podía confiar mi vida enteramente en ellos, agradecí su cortesía al tratar de hacerme sentir mejor, lo menos que podía hacer era tratar de devolver el gesto, así que alcé mi mano e hice un pequeño ademán para saludarlo para posteriormente volver a colocar mis manos tras de mí. Ser amable nunca había matado a nadie ¿no? Tras todo esto la ultima puerta se abrió, revelando a la ultima participante de este mórbido juego, una señora de lente que parecía aun un poco confundida. El conejo rápidamente notó esto y por fin nos explicó un poco de lo que estaba ocurriendo. No mención su nombre: ¿Zero el tercias? No,no,no ¿Zero por tres? ¡Demonios, debí prestar más atención! La criatura aprovechó mi situación para mofarse un poco, y tal cosa había surtido efecto, agaché la cabeza y me limité simplemente a guardar silencio. Abrió la puerta que parecía llevar a la salida, pero había truco, teníamos que conseguir un clase de puntos que se veían reflejados en nuestro reloj para poder abrirla puerta al exterior, no había otra manera todo lo demás era un mundo acuático insondable. Si queríamos salir teníamos que jugar. Eso respondía al donde estábamos, pero no al porqué; dicha respuesta llegó mucho más rápido de lo que creí: Pecados. Eramos...¿Pecadores? ¿Esto era un clase de infierno personalizado? La revelación me creo un agujero en el estomago, ¿había sido una mala persona? ¿por eso estábamos todos aquí? La sensación me provocó nauseas, el pensar en las cosas horribles que podrían haber hecho los demás, y aun peor, las cosas que yo había hecho para merecer estar aquí. Mi corazón empezó a latir rápidamente mientras llevaba mis manos a mi cabeza, por más que trataba no era capaz de recordar nada. Si Zero no estaba mintiendo quizás realmente merecía estar aquí... El sentimiento de desolación me golpeó fuerte, ahora ni siquiera podía confiar en mi mismo y en quien creía ser, para más sal en la herida, el sujeto de los ojos particulares volvió a hablar,con unas palabras que me helaron la sangre. Si no era capaz de resolver cualquier ejercicio matemático iba a morir aquí. Sus palabras fueron ásperas y con un tono un tanto burlón, pero no estaba diciendo ninguna mentira. Por favor, Dios, no me quiero morir. No me quiero morir... El señor de acento extranjero y el refinado comenzaron a hablar, cuestionando que debíamos hacer para ganar puntos y la tamaña injusticia que era juzgar nuestros pecados si ni siquiera podíamos recordar cuales eran, incluso me defendió un poco resaltando la desproporcionado hacerle esto a un niño, aunque eso solo me hacía pensar que cosa tan desproporcionada hice yo para estar aquí. Ya habría tiempo para pensar en eso, ahora solo quedaba esperar las instrucciones del Zero triple corona o como se llame para poder idear una manera de salir de aquí.
Dorothea Brend Respire aliviada luego de dar mil vueltas en esa habitación extraña. Por fin podía ser libre y averiguar cómo y porque había acabado en ese lugar, para colmo mis recuerdos eran un lienzo en blanco. —Bueno esto no puede ser más...¿Raro? Frente a mi había una cantidad de personas desconocidas en una extraña sala, tomé mis anteojos y di una limpieza rápida tratando de ver cada rostro desconocido en el lugar pero eso no sería lo más estrafalario en el lugar. —¿Un conejo?—pregunte más confundida que antes, al ver esa criatura hablar y actuar como un anfitrión, antes de preguntar algo el animal dió su discurso donde supimos su nombre; Zero...the third ¿Que clase de título era ese? Todo daba para más preguntas pero por ahora solo me limitaría a escuchar al conejo sobre lo que nos espera en este lugar. A medida que habló todo tomaba un giro oscuro, pronto nos dimos cuenta que estábamos muy lejos. Tras una puerta existia la clara evidencia de estar en las profundidades del mar. Enterarme de tal información solo hizo que una gota de sudor frío rodará por mi cuello. —Pero ¿porqué?—mi voz era un agudo susurro que muy pocos podían atender, si embargo el conejo pintoresco dió una "buena razón" para esta situación: pagar nuestros pecados. Pecados pero...¿Que habíamos hecho? Lo peor es ni siquiera poder recordar que hicimos para merecer tal castigo en las profundidades del mar ¿Era necesaria tal barbaridad? Solo quedaba esperar.
Momo Escuché la última puerta abrirse a mis espaldas, no tuve tiempo de regresar a ver quien era cuando el conejo empezó a parlotear otra vez. Casi me habia olvidado de él. Me levanté de un salto y giré sobre mis talones para observar la pantalla. Zero the third huh? Hubieron dos veriones ya? Seguramente fueron atroces si este bicho es más actual. Lo escuché a regañadientes, tragándome todos los insultos que querían salir de mi boca con solo verlo. Ni siquiera era era un conejo normal, tenia ojos rojos y flores decorativas, se veía horrible. Me callé porque sea como sea nos convenía prestarle atención. ¿Pecados? ¿Quién era él para hablar? Estoy segura que "secuestro" está en la lista de delitos federales, además de que lo hubiese hecho 9 veces, era casi cómico pensar que un psicópata cómo el nos iba lecciones de moral. Escuché que Connor empezó a hablar, tenía que reconocer que posee ciertos dotes de liderazgo... y de meterse dónde no le llamaban pero viene con el paquete ¿no?. Fue mucho más diplomático de lo que yo nunca hubiese sido. Regresé a ver a Stanley, quien se había escondido de vuelta y subí la mirada hasta Hunter. No le tuve que decir nada, porque detrás de esos ojos cansados, había alguien que pensaba cuidar a Stan pase lo que pase. De cierta forma me alivió saber que aún queda compasión en este lugar. Mientras todos se arremolinaban en la puerta, corrí hasta Skylar y la tomé del brazo como si fuésemos amigas de toda la vida. Ni siquiera la miré, lo hice como si fuese lo más natural del mundo. — ¿Y ahora qué? — le pregunté en voz baja
Contenido oculto El ambiente se sentía pesado, enrarecido tras aquella clase de revelaciones. Uno a uno, los presentes fueron avanzando a través del túnel submarino. Al otro lado un hermoso paisaje se abría ante ellos, tan vasto como el mismo océano en el que se encontraban inmersos. Pero les era imposible disfrutar de las vistas cuando eran demasiado conscientes de lo que significaba estar allí. De que aquel océano era su propia trampa mortal. Una tumba en la que habían sido encerrados con vida. Skylar contemplaba en silencio un banco de peces que nadaba cerca del cristal que los separaba cuando Momo se acercó. Su mirada lucía reflexiva (el solo hecho de que no estuviese soltando una de sus ocurrencias ya era una señal de alarma), pero pareció guardar sus preocupaciones en un cajón cuando se supo acompañada. —Ahora... Espero que o nos haga house tour del sitio —Sus pies retomaron la marcha, sin molestarle que se aferrase tan casual a su brazo. Mantuvo el mismo tono de voz que ella en todo momento—, o que nos diga que hay máquinas expendedoras por aquí cerca. Me muero de hambre. Era una verdad a medias. Esperaba poder comer algo, pero también esperaba muchas otras cosas. Más explicaciones, también, pues se habían sentido vagas hasta el momento. Pero eso era algo que Zero III estaba a punto de solucionar. —Los humanos os soléis sentir mejor cuando tenéis a alguien a quien cargarle la culpa de las cosas. Es una buena forma de evitar perder vuestra frágil cordura —A pesar de las acusaciones de los presentes, Zero se mostró desinteresado al respecto. Poco a poco todos se arremolinaron en la nueva antesala, de reducidas proporciones—. Cuando esa culpa recae en vosotros no tardáis en pasarle la pelota a otro, incapaces de aceptarla como vuestra. Injusticia esto, injusticia lo otro, blah blah blah... >>Si estáis aquí es porque MERECÉIS estarlo. Niños, adultos, ancianos... ¡Toodos ellos! Y si el problema aquí es la falta de memoria, tranquilos... —Zero les guiñó un ojo, resuelto. Pero eran incapaces aún de entender las implicaciones de sus palabras—. Eso no será ningún problema en el futuro. Hunter y Stanley fueron los últimos en unirse al grupo. Cuando el grupo estuvo completo, la mayor parte de miradas se dirigieron hacia la enorme puerta con ese nueve teñido de rojo en su superficie. Esa era la puerta que los separaba de su libertad, mientras que las escaleras selladas parecían conducir al resto del edificio submarino. ¿Qué tan grande sería aquel lugar? Estaban a punto de averiguarlo. —Una vez más, nuestro Franky aporta las preguntas adecuadas en los tiempos indicados. Te voy a hacer mi asistente a este paso —Se mofó la criatura, entretenida con cada una de las reacciones de los presentes—. Ya va siendo hora de pasar a lo importante, el meollo del asunto, la razón que nos tiene a todos en vilo... ¡Eeeel juego de las puertas cromáticas! >>Cuando ascendais a la primera planta, entre otras cosas, encontraréis tres puertas que no podréis abrir. Estas tres son grises en apariencia, pero cambiarán de color cuando llegue la hora. Vuestros relojes os avisarán en el momento, así que podréis hacer vida normal y esas cosas aburridas mientras tanto —Zero restó importancia a esta parte con un movimiento de su pata—. Cuando las puertas se iluminen, podréis acceder a ellas haciendo grupos de tres: una pareja y un solo. Entraremos en detalle sobre el funcionamiento de los equipos más adelante. ¡Ah, sí! Las parejas contáis como una sola entidad, ¡vuestro destino está enlazado al otro, así que más os vale llevaros bien~! Olivia frunció ligeramente el ceño, echando un vistazo sutil a Frank, y posteriormente a su reloj. No parecía muy contenta con este dato. >>Estas puertas os llevarán a distintas salas con acertijos y pruebas, como el que habéis completado hace un rato. Una vez logréis salir, se os entregarán unas tarjetas de identificación y cierta información sobre vosotros, sobre quiénes érais, o sobre el mundo exterior. ¿Acaso no soy el mejor anfitrión? —¿Qué sentido tiene quitarnos los recuerdos si nos los vas a devolver a trozos? —cuestionó Hunter, suspicaz. —Uno no sabe lo que es capaz de hacer por un poco de información, Hunty~ —canturreó Zero, de manera críptica. >>Con esas tarjetas identificativas podréis volver a las salas donde despertásteis para concluir el juego con la parte más interesante, y que será la que os de los puntos necesarios para salir de aquí. Su voz estridente dejó de escucharse por un momento. Una de sus tantas pausas dramáticas, pero que tenían su efecto aunque no deseasen admitirlo. Sembró la semilla de la expectación en cada uno de los presentes. Momo notó cómo Skylar apretaba su brazo de manera inconsciente. >>Tendréis que escoger si aliaros con la persona con la que colaborasteis en la sala... o traicionarla miseramente para lograr más de esos sucios puntos con los que salir de aquí. ¡Es SUBLIME! —Tras soltar una risotada, se colocó unas gafas de a saber dónde y se las ajustó, como un profesor a punto de dar clase—. Muy bien, niños. ¿Alguno está familiarizado con el Dilema del prisionero?
Connor Seguí escuchando las palabras de Zero a la vez que llegaba a la nueva sala. Estaba claramente tratando de meterse en nuestras cabezas, no había forma que esta sea una forma adecuada de castigo, sin importar cuál fuese el acto previo, la forma en que nos iba dando la información vagamente... Zero tenía otros motivos, averiguarlos sería clave para saber la verdad, y no lo que él nos quería hacer creer. Habría más salas con pruebas, y la recompensa era justamente piezas de información sobre nosotros... Nos había logrado quitar las memorias, y planeaba usarlas cómo motivación para obligarnos a participar. La crueldad y planificación detrás de todo este proyecto iba en aumento. Estaba determinado a hacer pagar a quién sea el responsable. Finalmente , Zero freno su explicación para preguntar sobre un término. Siendo algo con lo que estaba familiarizado, me limite a contestar friamente y explicar para el resto del grupo a que se estaba refiriendo, ignorando todas sus provocaciones y altanería previos. — El Dilema del Prisionero es un problema fundamental que pone a contraposición el interés grupal y el individual. Se asume que dos prisioneros son interrogados, sin poder saber qué es lo que responde el otro. Ambos tienen la opción de confesar su crimen o de no hacerlo. Si ambos lo confiesan, ambos son condenados a varios años de prisión. Pero si ninguno lo hace, solo recibirán una condena menor. Sin embargo, si sólo uno confiesa el crimen, el prisionero que confesó es liberado, mientras que el otro recibe una condena mayor. En todos los casos, si se analiza la situación de forma objetiva en pos del bien del grupo, si ninguno confiesa y reciben la menor condena es el mejor resultado posible. Pero si se ve el problema desde un punto de vista individual, confesar es lo que otorga el mejor resultado posible. — — Si dices que la votación será entre Aliarse y Traicionar, supongo que el número de puntos que ganemos dependerá de que elija cada uno al momento de votar. Si mencionaste que los relojes de PAIR contaban como una sola entidad, ¿Significa que votarán juntos y compartirán puntos? ¿Se puede saber cuántos puntos se supone que se obtienen luego de votar? — Miré de vuelta a la pantalla, esperando que siga dando explicaciones sin dar muchas más vueltas.
Contenido oculto El Dilema del Prisionero, sí, lo conozco. Es la disyuntiva entre permanecer guarro como un cochino o ir a la ducha con el riesgo que conlleva que se te caiga la pastilla de jabón y te violen por detrás. ¿Y dices que vamos a tener que pasar por eso? Porque yo ya acabo de bañarme hasta los muslos, puedo aguantar sin ducharme un rato. Contenido oculto Ah, que no era eso. (Ummm... Este Connor... Fue el primero en salir de su sala, parece que sabe mantener la compostura, algunos ya lo ven como un líder y tiene diversos conocimientos aun a pesar de la amnesia. En otras palabras, este tipo es un peligro) Por otro lado ¿el destino de las Parejas está ligado? Me alegro de ser un Solo, no quiero que ningún incompetente me sea un lastre
Momo El aire de tranquilidad que me daba Skylar me ayudó a ignorar el creciente pánico que amenazaba mis pensamientos. No tenía idea quién era esta chica (tampoco es que ella lo supiera si no tiene recuerdos), pero tenía una forma especial de alivianar el ambiente. Le de dedique una sonrisa y caminé con ella por ese largo y oscuro pasillo. Aún no terminaba de procesar el lugar en donde estaba ¿Cómo se supone que construyes un lugar así? Había una planta superior inclusive, presupuesto no les faltó. Miré a Skylar y sentí cierto agradecimiento de haber terminado con ella, a las buenas o a las malas, de verdad estábamos juntas en esto. Me había ayudado a resolver la primera sala y de cierta forma era un faro de calma en este medio de este océano de dudas y terror. Noté su cuerpo tensarse conforme el conejo hablaba, pero no dijo nada. El conejo dejó una pregunta al aire que no alcance a oir, pero enseguida escuché como más adelante Connor procedía a dar su explicación. Ugh, demasiadas palabras, pero entendí vagamente cosas como aliarse o traicionar. Este juego se iba haciendo cada vez más retocido. El rubio también habló, casi se me olvidó su existencia. — Afortunado es el resto que no te tiene que tener como equipo — dije en voz alta. Solté a Skylar y di un par de pasos hacia la pantalla. — ¡¿Y si no queremos entrar a la sala qué?! — le grité al conejo.
Zero aplaudió vigorosamente ante la intervención de Connor. Eso le ahorraba, desde luego, bastante saliva. —¡Bravo! ¡Bravísimo! Es tal y como lo dijo Conny: dependiendo de la elección de las partes involucradas, ambas obtendrán diversos puntos. Conseguir los seis restantes es vital para poder salir de aquí —Miró a Momo entonces, como si se refiriese específicamente a ella—, o quedarse a vivir en este lugar, en caso de no querer participar. Hagáis lo que hagáis, el juego tomará lugar de la misma forma. En la pantalla se mostró una tabla, con los respectivos puntos dependiendo de la elección escogida. Contenido oculto —Si por ejemplo la pareja azul escoge Ally, y la parte contraria también lo hace... ¡Ambos se llevarán dos puntitos, y serán amiwis para siempre! Pero, si esta pareja escoge aliarse, y su compañero solitario ha logrado colársela lo suficiente como para estar seguro de que se aliarán con él... ¡Puede elegir Betray, y estar mucho más cerca de irse a casa! Por si fuera poco, la parejita traicionada verá sus puntos mermados en dos... Lo merecen por crédulos, HAHAHA. >>Si los dos se traicionan, pues meh... Cero puntos. Aburrido, sin crédulos esta cosa no se mueve. ¡Así que espero grandes traiciones, muchachos! —Has dicho que nuestros puntos pueden ser reducidos —Agregó Olivia. Había algo que le escamaba de todo esto—. ¿Sucederá algo si esos puntos llegan a cero, o se vuelven negativos? —Ah, bueno, nada del otro mundo... Contenido oculto >>Solo... La muerte. El silencio se extendió en la sala, pesado como una losa. El color desapareció del rostro de algunos; otros se removieron, preguntándose si habían escuchado bien. —Te refieres a una muerte ficticia, imagino —Skylar se negaba a creer lo que acababa de escuchar—. Un game over como en los videojuegos, ¿no? —¿Qué gracia tendría eso? —Zero negó con la cabeza. De repente, el hecho de que un conejo estuviese soltando todas esas cosas lo volvía mucho más siniestro si es que eso era posible—. Vuestro game over será uno real: dejáis de existir, ¡fin! —¿Y cómo... pretendes hacer eso? —La rubia tragó saliva con esfuerzo, intentando mantener la compostura como buenamente podía. Echó un vistazo alrededor—. ¿Acaso estás aquí, de manera física, como para poder hacernos daño? —No necesito estar ahí, querida. ¿Recordáis vuestros relojes? —Alzó de nuevo la patita—. Estos poseen un químico que os será inyectado en el momento en el que vuestros puntos lleguen a cero. ¡Tan sencillo como eso! Las vidas humanas pueden ser tan, pero tan frágiles... Muchos se miraron la muñeca, perplejos. Hunter tensó la mandíbula, apretando los dientes con rabia. Pareció forcejear con el aparata en su muñeca, deseando arrancárselo con algo de fuerza. —Que te jodan. No pienso formar parte de est... —Eh eh eh, yo en tu lugar no haría eso, Hunty... —Se llevó una pata al mentón, reflexivo—. He dicho que el químico reaccionará a vuestros puntos, pero también lo hará en el caso de que intentéis quitaros los relojes de encima. La única forma de libraros de ellos es o cruzando la puerta, o que vuestro corazón deje de latir. Si eso sucede, ¡plof! —Hizo un gesto dramático a su vez—, adiós reloj, bienvenida la dulce libertad. Estaban... completamente atrapados. Sin escapatoria. Su única oportunidad era obedecer a aquel estúpido conejo, y seguir sus directrices. Acabar con ese siniestro juego, abrir la puerta... Y lograr regresar a casa. ¿Tendrían... a alguien esperándolos al otro lado? ¿Habría alguien que les estaría echando de menos en ese instante? ¿Alguien se habría dado cuenta de su desaparición? Tantas preguntas sin respuesta que solo aumentaban el nudo prieto que los paralizaba en el lugar. Como si Zero pudiese leer el ambiente, este dio un saltito, alejándose un poco de la pantalla en señal de despedida. —Bueno, creo que con esto ya está todo el pescado vendido. Esa expresión encaja bien en estas circunstancias, me parto —Nadie secundó sus risas, por supuesto—. Abriré la verja que os separa de las escaleras, y tendréis la primera planta a vuestra entera disposición. Podréis explorarla, convivir y hacer vida normal entre vosotros hasta que llegue la hora de iniciar la primera ronda de juego. Tendréis comida y agua repuesta cada ciertos días, y todas las comodidades que necesitéis. ¡Para que luego os quejéis! Podéis tomároslo como unas... largas y merecidas vacaciones. Algo así. >>¡Hasta más ver, mis queridos niños! ¡Haced amigos, disfrutad del tiempo juntos! Su sonrisa se extendió hasta lo imposible, ensombrecida por el juego de luces de la sala. >>Y apuñaláos más tarde por la espalda. See you soon! La pantalla, tras minutos que se sintieron eternos, terminó por apagarse del todo. Por un instante no supieron que decir; los ánimos estaban por los suelos, y tenían razones de peso para sentirse así. Lentamente, terminando con ese pesado silencio que les envolvió, la verja comenzó a abrirse, permitiéndoles dirigirse a las prometidas escaleras que les llevarían a otro lugar. Tras algunos momentos de duda, fue Olivia quien logró mandarle el aviso a sus piernas para que se pusieran en marcha. —...Vamos. Lo mejor será comprobar el lugar en el que estamos —Su voz no sonaba tan convencida como previamente. Aún así, se agradecía de cierta forma su esfuerzo—. Quizás, con algo de suerte, encontremos pistas sobre nuestro paradero. Pero lo primero será buscar alimento. Hunter chasqueó la lengua con disgusto. Si aquello que le atenazaba el corazón era algo similar al miedo, no podía imaginarse lo que debía estar sintiendo el pobre chaval. Se revolvió el cabello con pesadez, y dio otro paso al frente. —Quedarnos aquí parados será dejar que ese bicho nos gane —Se volvió hacia Stan un momento, dándole un ligero empujón—. Anda, vamos. Con algo de suerte encontraremos recambio o algo con lo que secarnos. Lentamente, los presentes lograron ponerse en marcha. Skylar sentía su corazón golpear con fuerza contra su pecho, pero si dejaba que la ansiedad le venciese sería el final. Lo sabía bien. De modo que con movimientos rígidos revisó su reloj; el de su compañera más tarde. Si su destino estaba de verdad unido, no podía permitirse ser un estúpido lastre. Tomó una bocanada de aire, cerró los ojos, y caminó hasta pasarle por el lado. Palmeó su hombro, sin mirarle a los ojos. Si lo hacía, probablemente sería incapaz de mantener aquel remedo de sonrisa. —Vamos a buscar ese tecito. ¿Crees que tendrán café también por aquí? Contenido oculto Bueno, con esto hemos acabado la introducción. Abriré varias salas más tarde, y seréis libres de rolear durante x periodo de tiempo libre. Espero que disfrutéis de este viaje chicos, ¡porque esto solo acaba de empezar!
¿Que los relojes nos matarán si intentamos quitárnoslos? ¿Y cómo va a saber eso el reloj? Ha, eso es claramente un farol para que no intentemos quitárnoslos. ¡Y es muy fácil de probar! Venga, que alguien se quite el reloj. ¿Yo? Lo siento, pero tengo una condición médica que me impide tratar de quitarme relojes.
Connor Sin decir más nada, observé la tabla de puntos. Era imposible llegar a 0 o 9 Puntos luego de solo una votación, por lo que tendríamos que pasar por aquel proceso un mínimo de dos veces... Si querríamos salir todos como grupo, se podría lograr de forma simple, pero tenía que ser luego de 3 votaciones en la que *todos* voten Ally. Las intenciones de Zero parecían ser tratar de manipularnos para que el mismo grupo se ponga contra si mismo. — Es bastante probable que lo que Zero dijo de los relojes sea cierto. Si ha sido capaz de borrar nuestras memorias y hacer estos preparativos en estas... instalaciones, no creo que escaquearía en una pieza fundamental en su proyecto como lo son estos relojes. Por favor, les ruego que tengan cuidado con los mismos . Es posible que más adelante encontremos alguna otra forma segura de quitarlos , pero no actuemos de forma precipitada — Era conciente que luego de que se haya ido Zero, el peso de sus declaraciones se hacía cada vez más real en el resto del grupo, después de todo nos había dicho una forma explicita en la que podríamos acabar muertos... sin recuerdos, ni ninguna idea de dónde estamos realmente. Las palabras de la mujer y luego de Hunter hicieron que saliera del trance de mis propios pensamientos. <No podemos dejar que Zero gane> Estaba en lo cierto, si sus intenciones eran quebrantar al grupo, tenía que asegurarme de levantar los espiritus. — Exploremos lo que haya en la planta superior. Según lo que dijo deberíamos encontrar alimentos y salas para poder descansar unos momentos. Sobre todo podremos relajarnos sin que él interfiera y poder presentarnos de forma más amena —
Frank "Buitre" Dubois Una sonrisa divertida revoloteó en mis labios al oír al conejito elogiando mis intervenciones tan oportunas, y a partir de allí me limité a presenciar el resto de la situación. Tal parecía que, al menos de momento, mi destino estaba atado al de la bella dama de allá que... ah, ah, no me estaba mirando muy entusiasmada, ¿verdad? Iba a romperme el corazón. Respondí a su tensión con una amplia sonrisa que me cerró los ojos un instante. La dinámica de la obra se limitaría a jugar y votar para intentar salir de aquí. Poco a poco, nos brindaría trozos de información sobre nosotros. Había algo que no me convencía, sin embargo... Si la estrategia para sobrevivir todos era tan sencilla como siempre votar aliarse, ¿dónde residía la complejidad? Regresé la vista al conejo tras estar divagando entre los demás y sonreí, divertido. Ah, ¿qué haría esa pequeña rata para manipularnos y buscar sembrar discordia dentro del grupo? Sólo de pensarlo se me llenaba el pecho de entusiasmo. No me interesaba en lo más mínimo hacerle daño a nadie de aquí, ¿hasta dónde llegarían las habilidades del anfitrión? Me moría de ganas de verlo. Mi bella fleur d'or fue la primera en intentar despertar al grupo del trance y moverse hacia las escaleras. Morir... Era una palabra densa y oscura, ¿verdad? La única posibilidad que imposibilitaba todas las demás posibilidades. ¿Cuáles serían mis chances de salir de aquí con vida? La muerte era aburrida, reducía todo a cero y ¿dónde estaba la emoción en eso? Me había rezagado un poco por rumiar entre mis pensamientos y entonces Connor habló, el noble y bienintencionado Connor. —Sí, sí~ Pasé a su lado, a ritmo tranquilo, y hablé sobre el final de sus para nada predecibles instrucciones sobre qué podríamos hacer arriba. Me apresuré ligeramente, brincando los escalones hasta alcanzar a mi compañera, y al llegar a su lado la miré de soslayo. Mantuve las manos dentro de los bolsillos. —¿Te ha decepcionado el curso de los acontecimientos, ma chérie? —indagué, impostando cierto grado de preocupación—. Y pensar que parecías tan satisfecha dentro de la sala...
Momo Muerte... Hasta ahora nunca había pensado en la muerte. Al menos que yo recuerde. Todo este tiempo me autoconvencí de que había una salida, que había una forma de solucionarlo y sin importar lo que pasara, saldría de aquí con vida. Tenia la fuerza, resolución y terquedad para enfrentarme a lo que se viniese encima. Pelearía con uñas y dientes hasta escapar. En mi mente sobreviviría a pesar de todo. Senti el piso hundirse, el reloj me estaba arrastrando a las profundidades ¿Y si se activaba por accidente? Tenia pegada a la muñeca mi condena de muerte. ¿Por qué tenía que terminar así? La palmada de Skylar me asustó y su voz me sacó del agujero de mis pensamientos. La miré con los ojos completamente abiertos de la impresión. — S-sí — me había olvidado como hablar, intenté concentrarme en su afirmación — Pero nuestra experiencia cercana a la muerte aún no termina. Quería que todo esto fuese una pesadilla. Sentí como Skylar tomó mi brazo e inconcientemente seguí al grupo hasta la planta de arriba.
Connor Frank pudo entender lo que sugería, y al girar las tarjetas pudimos obtener la respuesta. —Buen trabajo, gracias por su ayuda compañeros. — Sonreí satisfecho mientras esperaba como la cerradura se desbloqueaba, pero primero un sonido provino del armario, en donde encontré 5 tarjetas. —Son 5 tarjetas. 3 tienen nombres, una para cada uno; y las otras 2 asumo que será para lo próximo. Una para el PAIR y otra para el SOLO .— Antes de repartirlas sin embargo, las examiné para ver si tenían alguna diferencia más, y sobre todo, verificar los nombres que tenían escritas . Fruncí el ceño al escuchar la voz del conejo. Si nos estaba llamando, dudaba que fuera con buenas intenciones. Ajusté mi traje y salí por la puerta sin perder mucho tiempo. Por más que analizara la situación, no teníamos otra opción más que hacerle caso y ver que era lo que planeaba, tratar de resistirse o intentar ver otra salida solo sería un desperdicio. Teníamos que confiar en que sea lo que tenga el conejo en mente, no le dejaríamos salir con la suya. — Creo que para poder proseguir tendremos que ir hacia allí para reunirnos con el resto. Espero que no hayan tenido problemas con sus salas. — Me detuve mientras nos dirigíamos a la zona Delta por un momento, y miré a ambos . — Es posible que pronto intente algo, si es que lo que sigue son las votaciones. Recordad que su objetivo es generar discordia entre nosotros , pues si nadie vota por traición su juego no tiene sentido... — Cerré mi mano en un puño. Siendo sinceros ya estaba tratando de especular cómo podría hacerlo, pero tenía algo claro... no podría lograr mi objetivo por mi cuenta. — Sé que quizás es pedir mucho, pero debemos evitarlo. ¿Podría contar con su ayuda? Ya sea para no dejar que Zero influencie al resto, o resolver algún problema que surja en algún otro grupo. No pienso permitir que se salga con la suya... pero no puedo hacerlo solo — Contenido oculto Amane Gigi Blanche umu umu
Olivia Müller Tal y como había supuesto, la segunda parte del acertijo se encontraba debajo del microscopio, y tras juntar ambos trozos de papel, solo necesitamos unos pocos minutos más para descubrir la solución a la ecuación. Tras mostrar el resultado en dirección a la cámara, un nuevo cajón se abrió ante nosotros, dándonos acceso a la última tarjeta necesaria para lo que parecía ser el acertijo final. Aquel nos tomó algo de tiempo extra, pero Connor se percató de que debíamos darle la vuelta a las tarjetas y, con ello, la solución se hizo evidente. De camino a la zona Delta, no pude evitar darle vueltas a las tarjetas que también se nos proporcionó al completar todos los acertijos de la sala. Recordaba la máquina que había encontrado en la zona de descanso antes de tener que cruzar las puertas cromáticas, y aunque la idea de conocer algo más sobre nosotros sonaba bien, no pude hacer nada para reprimir la sensación de que algo malo nos estaba esperando. Era todo un poco raro, ¿no? Obligarnos a trabajar en equipo para luego darnos la posibilidad de traicionar al otro... Antes de adentrarnos en la sala, Connor se paró en seco para poder hablarnos. Lo escuché con atención, aunque en algún punto final de su discurso le dirigí una mirada disimulada a Frank, y me crucé de brazos una vez terminó, dejando salir un suspiro pesado. Podía ver que sus intenciones eran nobles, ¿pero evitar la discordia entre los demás? Zero, o lo que sea que estuviese detrás de él, nos había encerrado aquí y nos había quitado los recuerdos, ¿era sensato ir en su contra...? —Debemos ir con cuidado —acabé por contestar, sin entrar en demasiados detalles—. Zero parece tener todo el poder aquí dentro, y sea lo que sea que descubramos en esas tarjetas... quizás le dé la vuelta a todo.
Blick Winkel Frayer Contenido oculto En lo que se me hizo una eternidad, por fin llegué a la planta baja y accedí a la zona delta. Zona Delta, um... la letra delta es más como un triángulo, pero esta sala es circular. Claramente el que nos encerró aquí es un poser o un lunático, o ambas. Aunque bien podría haberlo nombrado pensado en la minúscula. En tal caso, sin duda el rabillo superior de la letra es ese túnel submarino que nos llevará a la salida, en [teoría]. Este son el tipo de elucubraciones que suelo tener conmigo mismo mientras camino a solas. Qué mala pata, de nuevo era el segundo en acabar mis puzzles, parece que ya había salido un grupo. Aunque, bueno, yo me había retrasado a propósito, en la próxima tryhardearé. O no. ¿Cómo se llamaba esta gente? ¿Connor, Olivia y Frank? Sí, así era. Lo recuerdo con fidelidad, como si pudiera leerlos de sus comentarios previos. No me di cuenta hasta llegar a la sala, pero en algún momento adelanté a Momo y Skylar, porque fui el primero en entrar a la amplia sala. ¿Tomaron otro camino? ¿O me las crucé pero estaba tan ensimismado en mis altos debates intelectuales internos que no las percibí? O quizás han sido secuestradas. O son Zero y han aprovechado para ir a la sala de control a acariciarse el conejo. El conejo virtual ese, digo. Claro, hemos asumido que Zero es una sola persona, pero no tiene por qué ser así. Podrían ser dos trabajando unidas, lo que encajaría con un PAIR. También podrían ser tres personas. Podrían incluso ser... todos. Sí... ¿Que todos tenemos amnesia? Mentira cochina. Seguro que sólo yo tengo amnesia y el resto están todos en el ajo. Es una conspiración náutica. ¿Quizás el propósito sea hacerse con mis patatas? O con algún conocimiento que sólo yo sé. Como, por ejemplo, una receta milenaria con las patatas. También es posible que en realidad yo conozca muy bien este lugar y por eso me hayan hecho olvidarlo. ¿Y si tratan de acceder a una caja fuerte que sólo se abre con mis huellas y han montado todo este tinglado para que la abra como parte de uno de los puzzles de estas salas? Muy bien encubierto, muchachos, pero no ha colado. Me dirigí a ellos y les señalé con el dedo según entraba en la sala. ¡He descubierto todos vuestros trucos, confesad ahora y saldréis vivos de aquí, Zeros! ¡Tengo cubitos en los calzones y no dudaré en usarlos!... Mierda, ya se me han derretido. ¿Cuánto calor desprende mi entrepierna?
Ichigo. La propuesta de Stan fue justo la que necesitábamos para salir. Había esperado con tensión una respuesta errónea... pero no quería ni imaginar que podía pasarnos si fallábamos. De modo que mientras el tiempo corría en nuestra contra y pensábamos una posible solución al acertijo, yo me oculté detrás del señor Hunter—Podía... llamarle así si no era en voz alta, ¿verdad?—y con una mano agarrada a su chaqueta asomaba apenas la cabeza para ver el acertijo. Tantas cerraduras me intimidaban. Era una persona indecisa y tener que tomar decisiones bajo presión me ponía muy nerviosa. Si fallábamos... ¿íbamos a... morir? En cuanto el pensamiento apareció en mi mente cerré los ojos con fuerza y zarandeé la cabeza. No, no. Teníamos que ser positivos. No iba a ayudarnos en nada pensar así. Incluso si en nuestra situación era muy difícil. Aunque no recordaba nada, ni siquiera como había llegado hasta allí, una cancioncilla sonaba en mi mente cada vez que dudaba. Da dos pasos hacia delante, si no sabes dónde ir. Por eso cuando las bombillas se iluminaron en color verde fue como si me hubieran quitado un peso enorme de encima. Dejé caer los hombros embargada por una alegría difícil de describir y esbocé una sonrisa genuina y agradecida. —Bien hecho, Stan—le felicité—. Nos has salvado. Pero el momento de felicidad no dudaría mucho. Debíamos reunirnos con Zero otra vez. Aún sujeta a la chaqueta del señor Hunter abandonamos el laboratorio tecnológico en dirección a la sala Delta. Pude escuchar una voz que venía desde allí. Era... ¿el señor rubio extraño? ¿Qué era lo que decía? No podía escucharle desde ahí. Contenido oculto Y mejor que no, Ichigo (?)
Momo El rubio era más confiable de lo que pensé. Colocó las esferas en los lugares correctos y, antes de que nos diéramos cuenta, ya estábamos afuera. Agarré el brazo de Skylar; tal vez lo apretujé un poco más de lo necesario. Otra sala que habíamos sobrevivido… juntas. La miré con una sonrisa mientras recogía la tarjeta que había quedado. No sé cómo lo había hecho, pero acá estábamos. —Zero necesitará más que una cámara de hielo para deshacerse de nosotras —resoplé, orgullosa. Me incliné a tomar la tarjeta que había quedado en la mesa. No estaba segura para qué era; tal vez una siguiente prueba. La felicidad de haber resuelto esto se fue diluyendo en cuanto recordé lo que seguía: el dilema del prisionero. Blick se había adelantado ya. Era incierto si elegiría traicionarnos o no. Si pudiera hablarle antes de que llegara con el resto… Corrí en su dirección, pero cuando llegué noté que había más gente en la sala: todo el grupo de Connor había llegado. Para variar, el mandamás terminando primero. Hmp. …¿Pero qué? Desde las espaldas de Blick pude ver las expresiones de confusión de todos, incluso… ¿aceptación? No importaba realmente, solo demostraba lo chiflado que estaba este tipo. Intenté tocar su brazo para llamar su atención. Un escalofrío me recorrió al primer contacto, y lo retiré de inmediato. — Ey Blick... Gracias por tu ayuda en la otra habitación — Dije con una sonrisa incómoda, esperando a que regrese a verme, bajé mi tono de voz, procurando que el resto no escuchase — Eh... ¿No piensas traicionarnos... verdad?