Había subestimado a la chica que defendió a capa y espada a la seta. El pobre bicho aún seguía temblando en el cubículo. No llegué a ver bien qué hizo, pero el pacificador terminó en el suelo. Lo esquivé por poco e intenté calmar la situación. Cuanto antes se resolviera el conflicto, mejor. Sin embargo, parecía que la suerte no estaba de mi lado aquel día. Sus... ¿secuaces? irrumpieron en la habitación buscando pelea. Un Grapploct avanzó con intenciones claras de iniciar el combate. Busqué rápidamente al Wooper, quien asustado por el golpe, había regresado a mi lado y miraba con temerosa expectativa los sucesos. No debí haber corrido tras este estúpido bicho. Un leve rastro de resentimiento se coló en mi pecho: solo quería evitar más problemas, y este pokemón seguía encontrándolos en cada esquina. Mi mente buscaba desesperadamente una salida cuando fuimos interrumpidos por esos Pokémon metálicos. Gracias al cielo. Por una mísera vez cumplían su función. Deberían haber intervenido antes, latas inútiles. Seguí sus instrucciones y salí del baño. Pero, como era de esperarse, las provocaciones de los compañeros de “Chuck” —nombre que le venía perfecto al imbécil— impidieron que el conflicto terminara ahí. Pelear era siempre mi último recurso, pero si no quedaba otra opción, podía usar a la castaña para cubrir mi retirada. Tal vez, si lograba desviar la atención hacia ella, evitaría el enfrentamiento. Aunque, a estas alturas, estaba claro que la seta era solo una excusa: lo que realmente buscaban era armar una pelea en medio del barco. Idiotas. Los cánticos del resto tampoco ayudaban. El tipo del Impidimp me miraba con ganas de iniciar algo, mientras mi Wooper, sonriente e ignorante del caos, parecía disfrutar el momento. Cada que veía su cara sentía más y más rabia. Era hora de que se hiciera cargo del desastre en el que me había metido. La pelea comenzó entre la mujer y el del Grapploct. La Tinkaton resultó ser mucho más fuerte y desquiciada de lo que aparentaba. —Más te vale que lo cumplas —mascullé, más para mí que para ella. Me habían acorralado y mis opciones de huida se reducían con cada segundo que pasaba. Solo quería terminar con esto. Wopper: Bofetón lodo [-8 PS] Compañero pokémon: WOOPER: Veneno/Tierra Lvl. 1 (100 exp. sig. lvl.) Rasgo: >> En batalla: si sufre un ataque destructor o asesino, lanza 1d3 y si sale 1, envenena al objetivo con 1d3 de daño por turno. >> Fuera de batalla: puede paralizar a humanos comunes y pokémon pequeños si les golpea con su veneno. Hacer esto mucho lo debilita. Estadísticas: >> Vida: 17/28 >> Ataque: 6 >> Defensa: 6 >> Velocidad: 1 Movimientos: >> Bofetón lodo [Control] (5+2 Potencia, Tierra. Lanza además 1d3, y si sale 1, el objetivo no puede usar en su siguiente turno un ataque de estilo destrucción o asesino) (3/4) >> Provocación [Tanque] (todos los enemigos le atacarán a él solo hasta su siguiente turno) (3/3) Siguiente movimiento (lvl. 2): Tanque/Disrupción/Destrucción Contenido oculto Estoy medio perdida con el combate please be patient I'm dumb No sé que tipo de ataque es Sorpresa, pa ver si lanzar el dado de mi rasgo o no.
Zuki se lanzó con su martillo, golpeando a Grapploct con un golpe seco que lo mandó volando algunos metros. El "wow" que el improvisado público canturreó al ver aquello solo fue un poquito de sal en la herida de su entrenador, que se agravó aún más cuando los otros pacificadores empezaron a silbar para alabar al Tinkaton. Molesto y enrojecido, quién sabe si de vergüenza o de ira, tu rival te señaló. —No creas que dejaré que esto quede así... ¡levanta, Grapploct, vamos! ¡Arréale un buen puñetazo, pero esta vez que duela de verdad! Ataque: Puñetazo (-23 PS OOOOF) GRAPPLOCT: Lucha Lvl. 6 Rasgo: >> Ciertos ataques de destrucción ganan la posibilidad adicional de inmovilizar al rival (impiden usar por un turno movimientos de destrucción o asesinato). Estadísticas: >> Vida: 12/42 >> Ataque: 14 >> Defensa: 12 >> Velocidad: 9 Movimientos: >> Puñetazo [Destrucción] (8+2 Potencia, Lucha. 1/10 inmovilización) (3/5) +30 experiencia Orden de turnos: - Tinkaton - Grapploct *** Contenido oculto Ta perfecto Kat. De hecho me equivoqué yo que tendría que haber lanzado el dado, ya que Impidimp atacaba primero y te puse y todo que usó sorpresa, pero no lo llegué a lanzar (?) Te edité ya yo mismo el daño, te hizo 11 PS de pupa (oof). El tipo del Impidimp te miraba con expresión altiva cuando vio el intercambio de vuestros dos pokémon estar más o menos igualado. Analizó tu expresión, y esbozó una media sonrisa confiada. —Vaya, tu pokémon es un poco... lento. En todos los sentidos, ¿o no? —comentó, intentando provocarte—. ¿De dónde lo sacaste? Más bien, ¿de dónde eres tú? Tienes poca cara de pacificador, ¿es que acaso te metiste en la primera profesión en la que te admitieron sin pensar demasiado? Y se rio, acompañado de su Impidimp, que hizo lo mismo. Lo hacía para provocarte, estabas seguro, pero, joder. Claro que no tenías cara de pacificador. No lo eras. —Venga, Impidimp, ataca de nuevo. ¡Viento feérico! Ataque: Viento feérico (-9 PS, OOFito) IMPIDIMP: Siniestro/Hada Lvl. 1 Rasgo: >> Ataques de Disrupción con probabilidad de fallar tendrán -1 cara en el dado que lancen, salvo que este sea de 2 caras de base. Estadísticas: >> Vida: 12/20 >> Ataque: 7 >> Defensa: 5 >> Velocidad: 6 Movimientos: >> Sorpresa (9 Potencia, Normal. Garantiza un mínimo de 3 puntos de daño, siempre que la suma de ataque + potencia sea superior a la defensa base del rival, independientemente de la tirada de dados) (2/3) >> Viento feérico [Control] (5+2 Potencia, Hada, golpea a todos los enemigos) (3/4) +20 experiencia Orden de turnos: - Impidimp - Wooper *** Por un momento, viste el rojo en tus manos y tu mente empezó a plantearse lo peor. ¿Sangre? ¿Tenías sangre en tus manos...? Por fortuna para ti, la lucidez volvió rápidamente, y fuiste consciente de qué sucedía en realidad. No... no era sangre. No era nada que estuviese en tu mano. Solo era el reflejo de la luz que había en todas las paredes, de esa extraña sustancia que circulaba por tubos. Brillaba intensamente, lo suficiente como para que se proyectase sobre ti. Todo tenía un tono rojo allí, en ese pasillo, de hecho. Pudiste fijarte entonces en esa sustancia. El rojo era de un tono bastante claro, y era casi transparente, translúcido, al menos. Recuerdos nefastos volvieron a ti entonces. Tú quizá no habías tenido experiencia con el uso de esa energía, pero vaya si la conocías. Ese resplandor era el mismo que usaban los pokémon que mandaba Galar en la guerra contra Kalos. El mismo que rodeó al Arma Definitiva cuando disparó. Era energía dinamax. Circulaban por los diversos conductos de aquel barco energía dinamax. Pero, ¿para qué? Definitivamente no era para dar combustible, porque recordabas bien las enormes chimeneas humeantes: el barco se movía al estilo tradicional, con carbón o lo que fuese. Entonces, ¿por qué coño había energía dinamax? Estabas bastante seguro de que lo era, eso estaba claro. Tsk. Había cosas que olían muy mal en ese barco. Aunque quizá eso era de esperarse.
El golpe que Zuki le había dejado caer al Grapploct y los vitoreos de la gente me habían dibujado una pequeña sonrisa en los labios, gesto que no tardó nada en desvanecerse. La enana se distrajo, no tenía idea con qué, y fue apenas un segundo que su rival aprovechó para descargar un violento puñetazo contra su pequeño cuerpo. Por un segundo dejé de respirar, dejé de prestarle atención a todo, hasta que Zuki se incorporó y sacudió la cabeza, espabilándose del golpe. Chasqueé la lengua y eché un vistazo al otro enfrentamiento. Odiaba admitirlo, pero aún era imposible cantar victoria. Chuck, ese infeliz... ¿tendríamos que darle al robador serial de zapatos? Sobre mi cadáver. —¡Zuki, concéntrate! —exclamé, firme—. Esto es importante, no te contengas. Y la enana, para variar, me tomó demasiado en serio. Tinkaton: Martillo colosal alv [-0 PS] :( Contenido oculto TINKATON: Hada/Acero Lvl. 8 Rasgo: >> En batalla: su martillo gigante le otorga ventaja al atacar con movimientos destructores y asesinos (+5 de ataque), pero se rompe si lo usa demasiado (6 usos). Puede decidir atacar con o sin martillo, salvo para usar "Martillo Colosal", que requiere del martillo. >> Fuera de batalla: puede buscar y encontrar metales y materiales similares. Si encuentra suficientes, ella misma los puede usar para reparar su martillo o crear uno nuevo. También puede acertar a objetivos con gran precisión bateando objetos pequeños con su martillo. Estadísticas: >> Vida: 12/40 >> Ataque: 11 (+5) >> Defensa: 15 >> Velocidad: 17 Martillo: 3/6 Movimientos: >> Golpe metálico [Destrucción] (10+2 Potencia, Acero) (3/5) >> Viento feérico [Control] (5+2 Potencia, Hada, golpea a todos los enemigos) (4/4) >> Martillo Hielo [Destrucción] (10 Potencia, Hielo) (5/5) >> Atizar [Destrucción] (10 Potencia, Normal) (5/5) >> Martillo Colosal [Asesino] (20+2 Potencia, Acero; requiere usar el martillo) (1/2)
Al otro lado de la puerta sorpresivamente me encontré a alguien más, era el primer humano que me encontraba en días luego de tanto robot, y juzgando por lo que estaba haciendo no parecía que se esperase compañía. ¿Se habría sumado en alguna de las paradas que hizo el barco, o directamente se habría colado? De todas formas mi trabajo no era de seguridad, por lo que no quería lidiar con ello. — Hey, tú. ¿ Qué se supone que haces aquí ? No me informaron que habría alguien más trabajando junto a los pokémon — Fue lo primero que solté, algo brusco y con cara de pocos amigos. Observé por un momento al resto de las celdas en donde se encontraban todos los pokémon "defectuosos" , la mayoría había aceptado su condición, sin esperanzas de poder mejorar. Sin duda una imagen miserable, y una sensación que conocía demasiado bien. — Si quieres sacar al Tauros de la celda para examinarlo usa la puerta de la celda. Tanto él como el Empoleon no se ven en condiciones como para ir gastando energías. Esos sin contar que puedes activar una alarma de seguridad, no me apetece que venga el Valiant aquí si empiezan a chillar los sistemas de seguridad — Al ser la primera vez que revisaba la sala, en realidad no estaba seguro que forma de vigilancia o seguridad hubiese allí, pero al mencionárselo al polizón igual y se lo pensaba dos veces antes de seguir cansando a los pokémon para ese despropósito. Si me habían dado la tarea de "arreglarlos" , seguramente la puerta tendría alguna forma de abrirse a la que debería poder acceder, o eso quería creer. No es cómo si pudiese confiar en el sentido común del Valiant, visto la tarea que me había asignado. Contenido oculto Por si no queda claro, sería revisar la sala para ver si hay cámaras o algún rollo de sistema de seguridad en las celdas. Y de qué forma se podría abrir la puerta unu unu
Lo miré con hastío sin hacer caso a sus provocaciones. No tenía fundamentos para sospecharlo, pero aún así una ligera duda de mi coartada me picó. No tenía que inmutarme, ganar y salir era lo único que tenía que hacer. — Agradezco no tener cara de pacificador, no quiero verme tan idiota como tú Ya estabamos enfrentándonos, no es que el conflicto fuese a desescalar si cerraba la boca. Uso Poción en Wooper WOOPER: Veneno/Tierra Lvl. 1 (100 exp. sig. lvl.) Rasgo: >> En batalla: si sufre un ataque destructor o asesino, lanza 1d3 y si sale 1, envenena al objetivo con 1d3 de daño por turno. >> Fuera de batalla: puede paralizar a humanos comunes y pokémon pequeños si les golpea con su veneno. Hacer esto mucho lo debilita. Estadísticas: >> Vida: 18/28 >> Ataque: 6 >> Defensa: 6 >> Velocidad: 1 Movimientos: >> Bofetón lodo [Control] (5+2 Potencia, Tierra. Lanza además 1d3, y si sale 1, el objetivo no puede usar en su siguiente turno un ataque de estilo destrucción o asesino) (3/4) >> Provocación [Tanque] (todos los enemigos le atacarán a él solo hasta su siguiente turno) (3/3) Siguiente movimiento (lvl. 2): Tanque/Disrupción/Destrucción Contenido oculto David no mates a mi bichito porfa
Anna De repente, las tornas parecían girarse a favor de tu rival. Zuki atacó con fuerza con su martillo, pero Grapploct fue capaz de esquivarlo... y el golpe previo había impactado con dureza en él. Los silbidos del "público" se transformaron en expresiones de asombro, y rápidamente los vítores iban cambiando, de uno a otro. Ahora no todo el mundo te apoyaba... porque ya no estaba tan claro quién iba a perder. Y eso a tu rival le dio un claro chute de autoestima, evidentemente. —Je... ¿qué decías, niña? Tu monstruo rosado no sabe usar ese martillo, te lo he dicho. Y por sí solo, sin su querida arma, ¡no vale para nada! ¡Grapploct, otro puñetazo, vamos! ¡Que duela! Grapploct: Puñetazo (-3 PS) GRAPPLOCT: Lucha Lvl. 6 Rasgo: >> Ciertos ataques de destrucción ganan la posibilidad adicional de inmovilizar al rival (impiden usar por un turno movimientos de destrucción o asesinato). Estadísticas: >> Vida: 12/42 >> Ataque: 14 >> Defensa: 12 >> Velocidad: 9 Movimientos: >> Puñetazo [Destrucción] (8+2 Potencia, Lucha. 1/10 inmovilización) (2/5) +30 experiencia Orden de turnos: - Tinkaton - Grapploct *** Kris Usaste una poción de las que llevabas encima para curar a tu compañero, y eso hizo que tu oponente alzase una ceja, cruzándose de brazos. Repentinamente, algunos pacificadores de entre el público reaccionaron con ligeros abucheos. —Vaya, vaya, recurriendo a objetitos, ¡qué poco competitivo! —se burló el entrenador, quien estaba disfrutando claramente del encuentro. Se fijó entonces en que su Impidimp estaba tosiendo... ¡se había envenenado cuando golpeó a Wooper con su primer ataque—. O-Oye, ¿¡qué le hizo tu saco de tierra a mi Impidimp!? Tché... ¡viento feérico, vamos! Contenido oculto Olvidé el dadito para ver si envenenabas tras mi primer golpe, por tu rasgo! Lo tiré arriba y salió que sí envenena ª. Entonces tiré dado de daño por veneno arriba y perdí 1 PS más. Ahora debo tirar otro dado de 3 caras, y así todos los turnos, vas quitándole vida pasivamente por el veneno en cada turno, al margen de lo que le pegues. ¿Se viene stall con pociones hasta que muera? Ataque: Viento feérico (-0 PS) IMPIDIMP: Siniestro/Hada [ENV] Lvl. 1 Rasgo: >> Ataques de Disrupción con probabilidad de fallar tendrán -1 cara en el dado que lancen, salvo que este sea de 2 caras de base. Estadísticas: >> Vida: 10/20 >> Ataque: 7 >> Defensa: 5 >> Velocidad: 6 Movimientos: >> Sorpresa (9 Potencia, Normal. Garantiza un mínimo de 3 puntos de daño, siempre que la suma de ataque + potencia sea superior a la defensa base del rival, independientemente de la tirada de dados) (2/3) >> Viento feérico [Control] (5+2 Potencia, Hada, golpea a todos los enemigos) (3/4) +20 experiencia Orden de turnos: - Impidimp - Wooper *** Aunque la situación entre aquel chico y tú fue un poco tensa, y no fue difícil deducir por sus ropas que era alguien externo a Valthyria (¿un polizón, quizás?), no solo lucía bastante fuerte junto a aquel Empoleon, sino que parecía estar intentando abrir los barrotes de uno de los pokémon que había allí. En ese momento, tus ojos se deslizaron hacia las esquinas del techo, donde usualmente se ocultaban cámaras y otros sistemas de vigilancia. No tardaste en darte cuenta de que, en efecto, había lo que parecían un par de cámaras muy discretas escondidas allí, grabando lo que sucedía. Estaba claro que la "tripulación" (es decir, Valiant y su ejército de Ferrosoldados) debía tener conocimiento de la presencia de ese tipo allí. Entonces, ¿por qué no venía nadie a frenarlo? En fin, intentaste buscar también la forma de abrir los barrotes, que era, a fin de cuentas, lo que el polizón parecía intentar. Te fijaste entonces en algo que llamó tu atención: entre dos celdas había una toma de corriente junto a un botón. Tus céleres ojos siguieron en un segundo el recorrido que hacían los cables que salían de dicho botón, y observaste que, en efecto, todos ellos conectaban con las distintas celdas. ¿Era aquella la forma de liberarlos, acaso? Tenía sentido: no había nada conectado a la toma de corriente, por lo que sería difícil que cualquier otro abriese las celdas. Solo alguien capaz de darle electricidad al sistema podría presionar ese botón y que hiciese algo. Alguien como tú, por ejemplo. Dale, check de percepción, que chambee tu stat op.
¿El jodido pulpo de verdad había esquivado eso? Parpadeé, anonadada, y tuve que comerme los ánimos renovados del imbécil de su compañero. Le eché un vistazo al martillo de Zuki y supuse que sólo le bastaría para algunos golpes más. La chiquilla los diseñaba duros que te cagas, pero jamás atendía demasiado a la... durabilidad. Se le destartalaban rápido. Bueno, era pokémon, no ingeniera. Mal que me pesara, ya había empezado a barajar otras posibilidades. Bajo ningún concepto les entregaría al pobre bicho que seguía aferrado a mi pierna. Ignoré las provocaciones del tipo y volví a alzar la voz hacia mi compañera. —¡Zuki, te lo juro por Arceus, si fallas este golpe te prohíbo recolectar metales por una semana! ¡Ni un mísero clavo, ¿me oyes?! La enana me miró como si le hubiera dicho que maté a su madre y se volvió contra el pulpo. Tinkaton: Golpe metálico (con martillo) [-0 PS] TINKATON: Hada/Acero Lvl. 8 Rasgo: >> En batalla: su martillo gigante le otorga ventaja al atacar con movimientos destructores y asesinos (+5 de ataque), pero se rompe si lo usa demasiado (6 usos). Puede decidir atacar con o sin martillo, salvo para usar "Martillo Colosal", que requiere del martillo. >> Fuera de batalla: puede buscar y encontrar metales y materiales similares. Si encuentra suficientes, ella misma los puede usar para reparar su martillo o crear uno nuevo. También puede acertar a objetivos con gran precisión bateando objetos pequeños con su martillo. Estadísticas: >> Vida: 9/40 >> Ataque: 11 (+5) >> Defensa: 15 >> Velocidad: 17 Martillo: 2/6 Movimientos: >> Golpe metálico [Destrucción] (10+2 Potencia, Acero) (2/5) >> Viento feérico [Control] (5+2 Potencia, Hada, golpea a todos los enemigos) (4/4) >> Martillo Hielo [Destrucción] (10 Potencia, Hielo) (5/5) >> Atizar [Destrucción] (10 Potencia, Normal) (5/5) >> Martillo Colosal [Asesino] (20+2 Potencia, Acero; requiere usar el martillo) (1/2)
De nuevo, el golpe de Zuki fue evadido. Parecía estar o bien demasiado distraída, o bien sin tomarse las cosas en serio... porque ya llevaba un par de golpes fáciles que fueron casi ignorados por aquel Grapploct. Una tercera opción era pensar que el Grapploct era más hábil que ella, claro, pero mejor descartamos esa opción. En todo caso, su entrenador estaba emocionado. Tenía a Zuki muy, muy cerca de ser debilitada, y con eso tendría la victoria. No le importaba siquiera si el Toedscool terminaba en unas u otras manos; todo cuanto quería era la satisfacción de verte perder. —Tu Tinkaton no da una, ¿eh? ¡Otro puñetazo más! ¡A puñetazo limpio ganaremos, no nos hacen falta martillos enormes! Grapploct: Puñetazo GRAPPLOCT: Lucha Lvl. 6 Rasgo: >> Ciertos ataques de destrucción ganan la posibilidad adicional de inmovilizar al rival (impiden usar por un turno movimientos de destrucción o asesinato). Estadísticas: >> Vida: 12/42 >> Ataque: 14 >> Defensa: 12 >> Velocidad: 9 Movimientos: >> Puñetazo [Destrucción] (8+2 Potencia, Lucha. 1/10 inmovilización) (1/5) +30 experiencia Orden de turnos: - Tinkaton - Grapploct
Noté los abucheos del público después de usar la poción, pero también el estado en el que había quedado el pobre bicho después de los dos golpes del Impidimp. A pesar que no fuese mío estaba enfrentándose en el duelo sin acobardarse, no lo podía dejar perder así como así. La muchedumbre pedía sangre, que estos "pacificadores" fuesen los encargados de mantener el "orden y seguridad" de la nación era para reírse. El Impidimp se distrajo con el veneno y a penas hizo daño en su siguiente ataque. La batalla estaba terminando, por fin. Wooper usa Bofetón Lodo WOOPER: Veneno/Tierra Lvl. 1 (100 exp. sig. lvl.) Rasgo: >> En batalla: si sufre un ataque destructor o asesino, lanza 1d3 y si sale 1, envenena al objetivo con 1d3 de daño por turno. >> Fuera de batalla: puede paralizar a humanos comunes y pokémon pequeños si les golpea con su veneno. Hacer esto mucho lo debilita. Estadísticas: >> Vida: 18/28 >> Ataque: 6 >> Defensa: 6 >> Velocidad: 1 Movimientos: >> Bofetón lodo [Control] (5+2 Potencia, Tierra. Lanza además 1d3, y si sale 1, el objetivo no puede usar en su siguiente turno un ataque de estilo destrucción o asesino) (2/4) >> Provocación [Tanque] (todos los enemigos le atacarán a él solo hasta su siguiente turno) (3/3) Siguiente movimiento (lvl. 2): Tanque/Disrupción/Destrucción Contenido oculto ZUKI NOOOOOOOO ¿El dado de veneno lo tiras con el Impidimp o lo tiro yo?
Nada sirvió demasiado, y cuando aquel último puñetazo dejó a Zuki tumbada en el suelo sentí un pinchazo de culpa por haberla arrastrado a esto. Seguía firme en mi idea de defender al pokémon de Chuck y sabía que Zuki habría peleado conmigo en cualquier escenario. Lo sabía, claro, pero eso no me evitaba el mal trago de lo demás. Me agaché, invitando al protagonista de todo este lío a subirse a mi hombro, y me adelanté hasta alcanzar a mi compañera. El martillo había caído a su lado con un golpe seco que hizo vibrar las placas metálicas del suelo. Recogí su cuerpito con cuidado, la estreché contra mi pecho y me erguí; sentir su respiración acompasada me calmó levemente. Mientras tanto, el Wooper seguía dándole pelea al Impidimp. Busqué a Chuck con la mirada, sólo eso, y lo observé fijamente por varios segundos. Luego, giré el rostro hacia el muchacho albino y su pokémon. A él le estaba yendo mejor, pero ¿qué pasaría si ganaba? ¿Sería un empate? ¿Qué hacíamos con eso? Exhalé con pesadez. De momento, sólo podía esperar. Contenido oculto dont mind me, sólo un pequeño relleno que quería largar por si la situación vuelve a escalar o pasan muchas cosas JAJAJA
El del Impidimp miró el combate que sucedía a su lado y sonrió al ver que el de su bando ganaba. Se encogió de hombros mientras vuestros pokémon peleaban. —Vaya, vaya, vaya. Tu amiguita ha perdido. Eso significa que si yo gano, la seta es nuestra, ¿eh? —Toedscool apretó instantáneamente aún más la pierna de Anna—. Qué bien. No necesitaba motivación para darte una paliza, pero ahora tengo un poquito más de ganas, todavía. ¡Sorpresa, Impidimp! Impidimp: Sorpresa (-3 PS por el daño mínimo) Contenido oculto Lo tiro yo, dw IMPIDIMP: Siniestro/Hada [ENV] Lvl. 1 Rasgo: >> Ataques de Disrupción con probabilidad de fallar tendrán -1 cara en el dado que lancen, salvo que este sea de 2 caras de base. Estadísticas: >> Vida: 2/20 >> Ataque: 7 >> Defensa: 5 >> Velocidad: 6 Movimientos: >> Sorpresa (9 Potencia, Normal. Garantiza un mínimo de 3 puntos de daño, siempre que la suma de ataque + potencia sea superior a la defensa base del rival, independientemente de la tirada de dados) (1/3) >> Viento feérico [Control] (5+2 Potencia, Hada, golpea a todos los enemigos) (3/4) +20 experiencia Orden de turnos: - Impidimp - Wooper
Sus provocaciones dejaron de surtir efecto hace tiempo, no importaba lo alto que hablara el resultado estaba definido. Mi vista se enfocaba en el Impidimp, quien estaba en su límite. Pobre bicho a merced de su insolente dueño. Patético. Miré a Wooper atacar por última vez, no necesitaba decirle que hacer. Wooper ataca base [-2 PS] Contenido oculto Gigi mi reina me dijo que hay un ataque base que se hace solo con mi ataque vs la defensa del rival, hopefully I'm doing it right WOOPER: Veneno/Tierra Lvl. 1 (100 exp. sig. lvl.) Rasgo: >> En batalla: si sufre un ataque destructor o asesino, lanza 1d3 y si sale 1, envenena al objetivo con 1d3 de daño por turno. >> Fuera de batalla: puede paralizar a humanos comunes y pokémon pequeños si les golpea con su veneno. Hacer esto mucho lo debilita. Estadísticas: >> Vida: 15/28 >> Ataque: 6 >> Defensa: 6 >> Velocidad: 1 Movimientos: >> Bofetón lodo [Control] (5+2 Potencia, Tierra. Lanza además 1d3, y si sale 1, el objetivo no puede usar en su siguiente turno un ataque de estilo destrucción o asesino) (2/4) >> Provocación [Tanque] (todos los enemigos le atacarán a él solo hasta su siguiente turno) (3/3) Siguiente movimiento (lvl. 2): Tanque/Disrupción/Destrucción
¿S...Sangre? Fue lo primero que cruzó mi mente, un pensamiento casi automático que me hizo separarme del pomo y dar un pequeño giro hacia la derecha para observar mi palma y buscar la fuente de la hemorragia. Ni mi muñeca, ni mis otros dedos, tampoco habían cortes bajo las negras mangas de mi camiseta. ¿De dónde...? Darle un segundo vistazo tras el pequeño sobresalto me ayudó a darme cuenta. Mi espalda y melena contra la fuente de luz lograron hacer sombra sobre mi carpo para restarle consistencia al líquido y dejarme ver lo que realmente era: Un recuerdo. En la frontera, en los campamentos, incluso en las bases más generales, siempre que ese brillo se veía en el enemigo la alarma sonaba. Nos llamaban a nosotros, soldados capaces de usar la megaevolución, pues era la única manera de frenarles. Frenesí contra frenesí, energía contra energía, ojo por ojo. Algunas veces perdíamos poco y otras veces salíamos destrozados, pero era la misma experiencia para los del otro bando. Ver la energía dinamax se volvió en algo del día a día durante casi cinco años, y es que parecía no haber más problemas que los obvios. Las personas la aguantaban con cierta naturalidad en niveles bajos (No me pasará nada por tocar el líquido éste) y los Pokémon tampoco se veían afectados por niveles más altos, sino que acababan beneficiándose y accediendo a más capacidades, fenómeno dinamax, lo llamaban. El problema nació cuando alguien decidió bañarnos con ella con un solo disparo. El arma. Recordé buscar, uno o dos días después de la explosión, con desesperación entre los escombros que volaron. Perdimos toda señal de las tropas enviadas al otro lado de la frontera y se nos aseguró que ir en rescate inmediato solo podría alterar más las relaciones políticas que mantenían nuestros líderes. Por suerte, las zonas más cercanas a la frontera con Kalos no acabaron sufriendo ni un décimo de lo que ocurrió en el epicentro del impacto. No. Ahí quedó mucho más que cenizas y un yermo desolado. Los cimientos e incluso algunas estructuras se mantenían en pie y cubiertas de polvo. Todavía tenía esperanza de encontrarla, era mi único deseo. Y por eso recuerdo vívidamente la euforia que sentí al ver sus ojos dorados apenas abiertos bajo el peso de unas placas de aluminio. Estaba viva. Sobrevivió a todo eso como muchos otros soldados lo habían hecho. Lástima que entonces no sabíamos que sobrevivir al arma no era una opción. Quienes no se hacían polvo, poco a poco se desbarataban a lo largo de los meses. Y quienes los acompañamos, no pudimos hacer nada más que ver como la vida se les escapaba en cada suspiro, en cada queja. En cada momento con dolor. Al ardor en mi pecho abrió espacio para que una sensación gélida acariciara mi corazón. Voltear a ver mis huellas siempre terminaba igual; Caminar hacia delante no parecía una opción mejor. Solo estar estático me mantenía... Solo me mantenía y ya. Era lo mejor. Sin embargo, hoy todo salió de lo común. ¿Qué hacía ahora persiguiendo a un robot asesino? Marcoh... Apenas lo conocía. Ni siquiera pude volver a formar la imagen de su rostro. esto... ¿Lo hacía por él? ¿Lo hice por la rubia que murió en la ciudad?... No lo sé. Pero entendía que no quería ver el cuerpo muerto de ese hombre. No quería más. No lo soportaría. Y si quería hacer algo al respecto, ¿siquiera podía?, tenía que... ¿Seguir? Levanté la cabeza antes de continuar y miré a los lados. Los tubos llenos de fluidos me dijeron por fin de dónde vino esa mancha. ¿Qué hacía aquí esa energía? El barco... Usaba chimeneas. No por nada llamó mi atención esas nubes negras antes del desembarque. ¿Era normal que estuviera por todas partes? Yo... No entiendo. Y exprimir tanto mi cerebro empezaba a darme problemas. —Me duele la cabeza. Fue lo último que pude pensar antes de abrir finalmente la puerta del fondo del pasillo y seguir mi camino.
Contenido oculto Woopermicasita sisisi Bam. El ataque de Wooper tumbó a Impidimp, sentenciando por fin la batalla. Su dueño quedó paralizado, enrojeciéndose luego de ira, pero no dijo nada; se limitó a tomar a Impidimp en brazos y a girar la mirada, quizá algo humillado por todo lo que te había dicho para... acabar perdiendo. Chuck, contrariado, miró a ambos lados. Una victoria para su bando, una derrota. —¿Y ahora qué? ¿Esto qué quiere decir? —Señaló a Vince desde su posición, furioso—. ¡Eh, tú eres el que tuviste la genial idea! ¿Qué se supone que hagamos ahora? ¡Toedscool es mío! Vince se encogió de hombros. —A ver, hermano, yo lo dije claro, creo: el que gane se queda con la seta. Nadie ganó, así que yo digo que nadie se lo queda. El Toedscool es libre por ahora, ¿sí o no? Risas se suscitaron entre el "público", y Chuck, lleno de ira, arremetió de repente contra Vince, agarrándolo del uniforme. Vince no se sobresaltó demasiado, sin embargo. —¡¡No me vengas con gilipolleces!! Si estuviese armado haría rato que se habría acabado esta tontería, subnormal... pero tú no tienes pokémon contigo, así que a ti sí te puedo arrear de hostias. ¡Le vas a tomar el pelo a tu-! Vince hizo en ese momento un gesto con la cabeza. Chuck, poco a poco, giró la cabeza, y vio a un Drakloak flotando a su lado, muy cerca, mirándolo de cerca. —... tócame y te clava una dracoflecha en la cabeza. ¿Qué te parece ese trato, Chuckito bonito? Finalmente, Chuck soltó a Vince y se echó hacia atrás con el rabo entre las piernas, casi literalmente. Sus dos colegas se reían, incluso. Nadie fue a consolarle cuando se perdió entre la gente. Poco a poco, el bullicio se fue calmando, y Vince se acercó cuando los pacificadores volvieron cada uno a sus asuntos. Se dirigió a ti y a Anna, poniendo una mano en el hombro de cada uno. —¡Joder! Mira que me lo habéis puesto difícil para justificar que el champiñón se quede lejos de ese loco, ¿eh? Menos mal que tú has ganado, campeón —te dijo a ti—, porque si no ni mi evidente ingenio ni mi sigiloso compañero nos habrían sacado de esa con facilidad. Se giró luego, y se fijó en un detalle: aparentemente, habíais servido de inspiración, porque ahora se sucedían al menos tres combates en distintas partes de la enorme sala. La gente había empezado, presa del aburrimiento, a realizar combates pokémon deportivos entre ellos. Se cruzó de brazos, una mano en el mentón. —Hey. Fijaos, los... "guardias" no están parando ninguna batalla pokémon. Sin embargo, interrumpieron rápidamente el conflicto entre humanos, en el baño, en cuanto escaló un poco. ¿Os habéis fijado? Me pregunto por qué será... Bueno, Vince tenía razón... parecía que los combates entre pokémon estaban permitidos, pero no querían que se dañasen entre humanos. ¿Se debería a algo en particular? —... hace tiempo también que no vienen y se llevan a uno de nosotros, como hicieron con Marcoh —observó después, reflexivo—. Joder, cuántas preguntas sin respuesta. La primera de todas la más importante: qué coño hacemos aquí, ¿eh, Hiradaira? Vaya con Vince. Era un poco subidito, pero... no era un mal tipo. O no lo parecía, desde luego. —Tu nombre no lo sé, albino —te dijo, de repente, dándote una palmada—. Preséntate, ¿no? ¿O qué? Yo soy Vince, de la división de Artejo. ¿Tú en qué puesto estabas destinado? Tu cara no me suena de nada.
Wooper acertó el último golpe contra el Impidimp, sacándolo de combate. Tenía que reconocer al pequeño, su sonrisa bobalicona y actitud inocente no era un obstáculo cuando se trataba de pelear. Huh, a fin de cuentas sí era un Pokémon de pacificador. Pero no éramos amigos, era solo parte de mi coartada. Vi como mi rival se retiró con prisas del combate, tanta charla agrandada solo sirvió para avergonzarlo más. Había conocido suficientes bocones en la vida como para reconocer uno. Sacudí la cabeza, una imperceptible sonrisa apareció fugazmente en mi rostro hasta que recordé la situación en la que estaba. La intensidad de la batalla me había hecho olvidar momentáneamente que no era más que un polizón en este barco. Un barco del imperio lleno de pacificadores nada menos. Y mis intentos de alejarme solo me llevaron a ser el centro de atención. La ansiedad empezó a sofocarme el pecho, a penas pude controlar mi respiración y no develear lo cerca que estaba de un ataque de pánico. Solo hacía falta un paso en falso, un desliz, para que toda la mentira se desmorone. Estaba caminando al borde del precipicio, si fallaba... No, aún no. Estudié mi entorno y vi como Chuck retrocedía ante Vince y su Drakloak. Irónico, el que nos incito a pelar podía haber participado, pero se limitó a ver el caos. Ahora la seta que empezó todo este problema se encontraba aferrada al hombro de esa mujer, noté que cargaba el Tinkaton en sus brazos. Si hubiesen habido apuestas, estoy seguro que ninguno hubiese predicho este resultado. El trago que me debía tendrá que ser el mejor de mi vida para compensar. Analizándola un poco más, no parecía una ciega seguidora del imperio, si eso, se había entrometido entre un pacificador y su Pokemón designado. Si hubiese dado un paso al costado no habría conflicto y ahora podría estar respirando en paz. Sin embargo decidió pelear hasta el final por el bienestar de un pokemon que ni siquiera conocía. Interesante. Cierta nostalgia me nubló los pensamientos pero se fue tan pronto como llegó. Hace mucho que los actos desinteresados habían salido de mis prioridades y la última vez que intenté ayudar terminé prisionero en un barco, este barco. Y saldría con vida, a pesar de todo, como siempre. La felicitación de Vince me agarró por sorpresa, me sacudí incómodo después de que me puso su mano en el hombro. Las consecuencias de mis acciones acababan de llegar. Lo miré intentando mantener la calma, no tenía intenciones ni forma de saber que yo no era un pacificador. ¿Verdad? Di un respingo, justo en el clavo. No podía ser peor la verdad, miré a la chica que me había metido en todo esto mientras intentaba recordar el nombre que escuché en el escáner. — Soy Adam — Dije firmemente. — Me encontraba en la Isla de la Armadura. El tono fue intencionalmente seco para no darle oportunidad a seguir preguntando. Aunque saber más de mi situación me serviría para trazar un plan mejor. — ¿Sabes hacia dónde nos dirigimos? Sí era un comunicado oficial que me había perdido, podía argumentar que era nuevo en el puesto... Espero.
Ver al Wooper tan pequeñito ganando su combate fue tanto una patada a mi orgullo como un enorme alivio, y más pronto que tarde primó la segunda sensación. Al menos Zuki no se enteraba de nada aún, que la enana odiaba perder casi tanto como cuando la apretujaba para que dejara a los Corviknight en paz. El pacificador del Impidimp se retiró y mi cuerpo se tensó instintivamente al volver a oír la voz de Chuck. Vince le encontró la vuelta de rosca para estirar el asunto, cosa que agradecí, y la situación estuvo a nada de escalar de vuelta. Esto era un no acabar. Por suerte los robots intervinieron y, casi como si nada hubiese ocurrido, la tensión se diluyó. Me picó en la lengua la tentación de recordarle a Chuck que le quedaron los zapatos por el baño, pero ya no tenía muchas ganas ni derecho de tocar huevos ajenos. Cuando el público se dispersó y el imbécil se retiró, tomé una gran, gran bocanada de aire y la solté de golpe. Vince, el chico albino y yo nos reunimos. —Gracias por intervenir —le dije a Vince, con una sonrisa honesta; poco a poco fui capaz de alegrarme por el resultado de la contienda y deslicé la mirada al otro muchacho—. Y gracias por ayudar. Bueno, un poco acabaste arrastrado por la cara, así que perdón por eso. Pero, oye, bien está lo que bien acaba, ¿cierto? Me reí en voz baja y giré el rostro hacia el pokémon que, ahora, descansaba en mi hombro. Era... extraño y no muy agraciado, pero se había asustado tanto que verlo me ablandaba el corazón. Despegué un brazo de Zuki, el opuesto, para acariciarle la cabeza brevemente, mientras Vince le hablaba a quien acabó presentándose como Adam. Era cierto que los robots sólo habían intervenido en los conflictos entre humanos, pero no tenía la menor idea qué hacíamos aquí ni adónde íbamos, aún menos descifraría el comportamiento de un puñado de autómatas. —Bueno, normal, ¿no? —apunté, con una sonrisa amarga e irónica—. Después de todo, los pokémon sólo son herramientas, ¿por qué habrían de interesarse? Los dos años alejada de todo esto casi me habían permitido olvidarlo, pero ahora volvía a estar allí. Los pokémon viajaban de mano en mano según disposiciones gubernamentales y solicitudes personales de los pacificadores, se catalogaban y archivaban como meras armas y también eran tratados como tales. Tristes, hambrientos, golpeados o llenos de cicatrices. Lo había visto todo, y ahora volvía a estar allí. Rodeada de la gente que lo causaba. Intenté batear los pensamientos y miré a Adam mientras le respondía a Vince. Era un muchacho de pocas palabras, ¿eh? Ante su pregunta, suspiré y me dispuse a responder. —Estamos en el mismo barco, literal y metafóricamente —bromeé, tranquila—. Hace un rato hablaba con Vince sobre eso, no parece haber información oficial ni nada del estilo. Al menos a nosotros nos recogieron de Galar, y desde entonces hemos viajado un largo tramo. Puede que todos estos robots provengan de Paldea, según las teorías de un amigo suyo —indiqué, señalando a Vince con la barbilla—. Así que... tal vez estemos regresando a Paldea, tal vez no. Tal vez nos escupan en medio de la Coalición y nos obliguen a pelear, nunca se sabe. Al terminar la idea, sonreí bastante amplio de repente y fijé mi atención en Adam. —¡Bueno! —Reboté apenas sobre mis talones—. ¿Vamos a tomar ese trago o qué? Yo digo que hay que celebrar y... ¿ponerle nombre a esta setita? ¿Tienes nombre, chico, o tendremos que recordarte como el Robador Serial de-? ¡Rob! ¡Robby! O Robin. O Bobby... Da igual, ¿me ayudarían a arrastrar este martillo hasta la barra? Les juro que definitivamente no pesa los cien kilos que aparenta. Aquello último, claro, lo pedí alternando la vista entre Vince y Adam, con toda la ilusión impresa en el gesto.
Vince silbó, alzando las cejas oscuras. —Hostias, ¡la Isla de la Armadura! Qué recuerdos. Veraneaba allí cuando era pequeño. Antes de la guerra y todo eso, claro. Pero he oído que Valthyria la ha convertido en una sucursal de extracción de energía dinamax, ¿no? Deben tener entonces a un buen puñado de pacificadores por allí. Tío, la de tiempo que hace que no piso por allí... desde que estamos bajo el Imperio, en fin, uno no puede viajar tanto como antes. Había cierto grado de desidia en aquellas palabras, pese a que Vince las enmascarada con una continua sonrisa. Ese comentario, sin embargo, logró que arrugase el ceño ligeramente. No estabas segura si fue por llamar a los pokémon "herramientas" o porque, simplemente, Vince tenía una réplica a ese argumento. Algo te decía que no veía a su Drakloak como una herramienta tampoco él, precisamente. Hablando del Drakloak, había vuelto a desaparecer. No se le veía por ninguna parte. Esos pokémon fantasma y sus poderes... —Hmm. Sí, pero, ¿qué es un pacificador sin "herramientas"? —Usó deliberadamente los dedos para dibujar comillas en el aire al decirlo—. Que los pokémon se apalicen entre ellos no debería ser bueno tampoco para el Imperio, ¿no? De lo contrario, cuando lleguemos a donde quiera que sea que vamos a llegar, nos soltarán allí, ¿y qué? ¿Tendremos a todos nuestros pokémon debilitados, sin poder luchar, todo porque han dejado que nos peleemos entre nosotros con ellos? Se me hace raro. >> Aunque bueno, tampoco sabemos qué planean. Eso responde a tu pregunta, por cierto, Adam. Ni puta idea de adónde vamos ni por qué estamos aquí; nadie tiene ni la más remota idea. Y a mí me empieza a poner nervioso de cojones todo eso. Contenido oculto Joder los checks de constitución de Anna, está más fuerte que el ajo la tía (? Con ayuda de "Adam" y de Vince, lograste llevar el martillo, que pesaba sustancialmente más de lo que parecía (¿cómo podía Zuki con semejante armatoste, cargándolo ella sola todo el día?), y por fin pudisteis acercaros a la barra. Cada vez estaba más vacía, sin embargo: los pacificadores no habían parado de comer en todo el tiempo, y allí nadie reponía las existencias, aparentemente. Vince soltó una queja, después de dar un hondo suspiro tras el esfuerzo de cargar con aquel martillo: —¡Esto es un completo aburrimiento! Y encima nos estamos quedando sin aperitivos. ¿Cuánto tardaremos en llegar, eh? Podrían por lo menos decirnos algo, no tenernos aquí, rodeados de estos robots inexpresivos... En ese momento, los ojos vivaces del chico empezaron a escrutar la sala, dándose cuenta, ahora que muchos pacificadores se enfrascaban en combates pokémon, de algo que le hizo meditar, mano en el mentón. Se acercó un poco a ambos, y os susurró: —... oye. Ahora que lo pienso. Somos ciento y la madre aquí, todos pacificadores que sabemos pelear con los pokémon, ¿no es así? Y ellos son cuatro guardias pelados. ¿Qué... qué nos impide exactamente rebelarnos contra esos robos y salir de esta puta sala? Puso los ojos en blanco, y luego murmuró con la boca pequeña: —Ya, ya, al llegar a la orilla se nos caerá el pelo y el Imperio nos mandará a un calabozo o algo peor, y yadah, yadah... ¿o no? Es decir, ¿qué van a hacer, castigar a todo el cuerpo de pacificadores del Subgobierno Galariense enterito? ¿Quedarse sin fuerzas del orden? Vale que esto sea un Imperio y que mande el que manda, pero yo digo que merecemos, como mínimo, que se nos informe, ¡y si no se nos informa, yo digo que a por ellos! Joder, ¿había bebido, o qué? Vince estaba... proponiendo instigar una revolución allí mismo, básicamente. Se estaba viniendo muy arriba muy rápido, quizá por el subidón que le dio haber podido gestionar la situación del Toedscool (quien por cierto, no se despegaba, literalmente, de Anna) tan bien...
Suponía que Vince tenía su punto. ¿De qué serviría esta empresa que se habían montado si los pacificadores arruinaban a sus pokémon? Lo pensé un par de segundos, viendo alrededor, y me detuve en los guardias robotizados junto a las puertas. Había huecos en el argumento, claro, pero... —Quizá tengan ideas diferentes para ellos y para nosotros —rumié, y fruncí el ceño. La idea me dejó un sabor amargo al fondo de la garganta y presioné a Zuki contra mi pecho sin ser consciente. Si la producción de estos... seres era un hecho y abundaban en Paldea, ¿cuál era el objetivo? ¿Reemplazar a los pokémon? ¿Reemplazarnos a nosotros? De la forma que fuese, no pintaba muy bien. Y de todos modos, ¿tenía sentido agobiarnos con eso? Intenté renovar los ánimos, proponer los tragos y... bueno, estaba el tema del martillo. Correteé hasta la barra, dejé a Zuki recostada en un taburete y volví, con las manos libres. Arrastrar el martillo nos significó una buena cuota de esfuerzo, pero para mis casi nulas expectativas de lograrlo nos había ido bastante bien. Recargué mi peso en la barra y estaba escrutando las bebidas que quedaban cuando Vince empezó a hablar. Ya su tono bajo evidenciaba parte de sus intenciones, pero no fue hasta que empezó a ahondar en sus ideas que giré el rostro para mirarlo directamente, seria y con una cuota de alarma en mis ojos. Una parte de mí quería pedirle que cerrara el puto pico, y la otra sabía que llevaba razón. Sabía que era... una probabilidad, una que había pensado durante años. —Estás asumiendo que todas y cada una de las personas en esta habitación te seguirían —respondí tras algunos segundos, regresando la vista al frente—. Y lamento decepcionarte, grandulón, pero mi apuesta es que somos setenta por ciento imbéciles y treinta por ciento gente decente. Y estoy siendo optimista. Instigar una revuelta lo escupiría dentro de una celda y el cuento se habría acabado. No tenía sentido. —Muy bien, te lo has ganado —agregué, volteando hacia Adam—. ¿Qué quieres beber? Yo te lo preparo. Un par de buenos años congelándote el culo ciertamente te enseñan algunos trucos para mantener la tripa caliente.
Vince pareció recibir bien la cortante respuesta sobre mi ocupación, no presté mucha atención a sus palabras, pero sí a la sonrisa que no llegaba hasta sus ojos. El buen ánimo parecía estar mal intencionado ¿Sabía este de mi mentira? Imposible, ni siquiera los robots con su tecnología de punta y escaners habían notado que no pertenecía ahí o tal vez estaban jugando conmigo. Era demasiado fácil suplantar identidades solamente usando el uniforme correcto. Bueno también lo tenía a él... Mi Wooper estaba sentado a lado de mi pie, se había acostumbrado a esa posición a pesar del riesgo de ser aplastado. Sonreía, encerrado en su propia burbuja, completamente ajeno al caos que lo rodeaba. Sin embargo, su compasión y determinación me hacían dudar si, en realidad, esa cabecita no era solo aire. Me había vuelto insensible tras ver a tantos Pokémon ser tratados como simples herramientas, que el pequeño ser a mis pies comenzaba a parecerme casi... Humano No puedo decir que esperaba esta respuesta, aunque realmente no sabía que esperar. Pero estábamos todos en la misma situación, pacificadores o no. Al fin, podía dejar de fabricar excusas de porqué no tenía la más mínima idea de qué estaba pasando. Sin embargo, la mentira estaba lejos de acabarse. Hiradaira, así la había llamado Vince, apareció aún con energía y el Toadscool en el hombro pidiendo ayuda para cargar el arma que su bicho había dejado tirada. Dios mío. La mujer se equivocaba, ese martillo debía pesar más que 100 kilos. Por suerte la barra no se encontraba tan lejos. Después de ayudar a arrastrarlo inhale profundamente, nunca estuve hecho para este tipo de esfuerzo. Tome asiento en uno de los bancos, sin mediar palabra y me limité a escuchar las fantasías de Vince. ¿Rebelarnos? Si tanto necesitaban a los pacificadores no habrían encerrado a decenas de ellos en el barco, dejándolos fuera de combate hasta que pisasen tierra firme. Y no contentos con eso, trajeron 4-5, quizás más, pokemon metalizados para VIGILAR a los agentes del orden que supervisaban al resto de civiles. Quien haya ordenado esta pequeña excursión no confiaba en ellos evidentemente. Y sin un destino claro para nadie, esto era diferente a una operación organizada. No estaban en una posición para negociar términos. Sin embargo, no lo interrumpí, analicé sus facciones durante unos segundos para después fijar mi atención en el fondo de la barra. Adquirir información sería clave para trazar un plan mejor y hablando de eso, quedé atento a la respuesta de la mujer. La alarma en sus ojos no llegó hasta su voz, pero la noté y me alegró saber que no todos los integrantes de este barco vivían a base de delirios de grandeza. No necesitaba más problemas, conseguir información era lo único que podía hacer antes de pisar tierra firme. Me ofreció un trago, casi lo había olvidado. Tal vez pedirle su especialidad alivianaría el ambiente, pero mi instinto me detuvo a secas. No podía confiar en ella. No sabía que pondría en esa bebida. Siempre podía ser una emboscada. — Una botella de agua es suficiente, tengo el estómago revuelto No se lo iba a rechazar, pero había un límite en lo que estaba dispuesto a arriesgar.
Cruzaste al final la puerta, tu mano tirando del pomo y este reaccionando con un "clac", para luego poder ver qué había al otro lado. Y te encontraste con un pasillo más, esta vez en horizontal... que se doblaba a izquierda y derecha, doblándose en cada esquina y siguiendo por ambas. Frente a ti observaste una pequeña cámara que estaba justo al abrirse la puerta, y viste de reojo, asomado aún y sin entrar en el pasillo, cómo dos de esos "Marowak" patrullaban los mismos, caminando de arriba abajo, y apareciendo en tu campo de visión solo cuando llegaban a la esquina. Justo bajo la cámara, en la pared que tenías nada más salir del otro pasillo, había una puerta abierta, que llevaba a una sala alargada, oscura, llena de extrañas máquinas. Y, al fondo de esta, un brillo rojizo se percibía, pero ese brillo... no era como el de la energía dinamax, no. Era otro tipo de brillo. Un rojo más parecido a un oscuro fuego, de alguna forma. Repentinamente, por la misma megafonía por la que escuchaste la voz de Chance, oíste otra voz. Una metálica, robótica, que sabías bien a quién pertenecía. Ese puto robot de antes. El jefe de todo aquello, aparentemente. —COMENZANDO PRUEBA DE VOLUNTAD Y FUERZA. PREMIO POR TRIUNFO: VIDA DE UN INOCENTE. CASTIGO POR FALLO: MUERTE. ¿Acaso estaba jugando contigo? —EN LA SALA FRENTE A TI SE HA DEJADO UN REGALO. ÚSALO A TU ALBEDRÍO. TU OBJETIVO AGUARDA AL FONDO. LOS FERROSOLDADOS TIENEN UNA ORDEN CLARA: DETENER A LOS FUGITIVOS, A CUALQUIER PRECIO. Oíste pitidos y sonidos metálicos a través de la megafonía, como si la máquina estuviese haciendo algo... y luego oíste, repentinamente, una voz humana. Marcoh. —¡Socorro! ¡Ayuda, por favor! Y de pronto se calló de nuevo. La voz de aquel robot, de aquel, como dijo Marcoh, monstruo, dijo, antes de desaparecer todo sonido: —... TIEMPO MÁXIMO PARA COMPLETAR PRUEBA: TREINTA MINUTOS. *** Las bebidas estaban todas al alcance y disponibles, pero lo cierto es que, salvo por múltiples botellas de agua, quedaba poca cosa. Había algún que otro refresco y zumos de bayas, ¡e incluso un par de botellas de vino! Eso último hacía cuestionarse si pretendían ponerlos en acto de servicio... o, bueno, teniendo en cuenta cuánto tiempo llevaban ahí encerrados, quizá prepararon el vino para darles un "entretenimiento" a los más conflictivos y evitar que se matasen entre ellos, algo que parecía no estar muy lejos de ser una preocupación válida. Con todo, evidentemente, el vino estaba más que gastado. Iba a ser que la propuesta de Adam de tomar solo agua no sería la más descabellada, al final... porque había poco más a esas alturas. ¿Significaba eso que estaban llegando, o es que habían contado mal las reservas de provisiones? ¿O quizás el "cáterin" les traería algo más pronto? Vince esbozó una sonrisilla divertida. —No sé en qué porcentaje me incluyes a mí, ¿debería ofenderme? Luego suspiró, agachando algo la cabeza, brazos cruzados. —Pero sí, sí, ya sé, tienes razón. Es una mierda, eso desde luego. ¡Ni siquiera es que ser pacificador sea una pasión mía ni nada así! Pero cuando Tyre Chance se anexionó Galar y Gérie, era o someterse o arriesgarte a ser perseguido o puesto a trabajar en fábricas bajo condiciones lamentables. Al menos yo lo hice por supervivencia, no sé vosotros. >> La gente parece tan acostumbrada, sin embargo. Llevamos una vida normal. Joder, yo mismo me levanto normalmente cada día, voy a mi puesto, hago mis patrullas, y vuelvo a casa, como si nada. Y no hace tanto, joder: como ocho años o así, ¿no? No es tanto como para que esta situación se haya convertido en el pan de cada día de los Galarienses. Lo peor... es que, si en Galar estamos ya medio adaptados tras solo ese tiempo, no me quiero ni imaginar cómo será la cosa en Galeia, que llevan quince años con Chance al mando. Frunció el ceño, hinchando uno de sus pómulos mientras parecía reflexivo. Se agenció rápidamente una lata de refresco y se la bebió prácticamente de un trago... para luego eructar forma poco discreta. —... ah, un poco de azúcar para el cerebro, ¿eh? Nunca viene mal. Veamos: yo necesito hacer algo, chicos. Lo que sea. No me voy a quedar aquí quieto sin saber nada hasta que les dé la gana a esos robots. Así que descartando mi plan maravilloso de revolución, tenemos que pensar algo. Si tan solo pudiésemos salir de esta sala y por lo menos chusmear un poco fuera, igual podríamos incluso ver a qué tierra nos aproximamos, o algo... pero las puertas están no solo vigiladas sino también cerrad- Y, en ese momento, tuvo una idea. Los ojos saltones se abrieron mucho, y esbozó una sonrisa de oreja a oreja. —¡Ajá! ¿Cómo no lo he pensado antes? Vale, Hiradaira, Adam, atentos, atentos. Tengo una idea que es cojonuda. Pero eso sí... necesito que me distraigáis un momento a los soldados esos de metal, ¿vale? Solo lo justo para que se aparten de una puerta. ¿Créeis que podréis? ¡Os he salvado el culo a vosotros y a la setilla, yo creo que me lo debéis! ¿Q-Qué ocurrencia tuvo ahora...?