Shimane Islas Oki

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 29 Diciembre 2023.

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    Ayeah

    Ayeah Shinobi

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    Aoi Nobunaga

    Observó a Noishi alejarse hasta perderlo de vista, escuchando las palabras de Ryoshi con la mirada fija en el shinobi y volviéndose hacia él sorprendida por su abrazo.

    Cerró los ojos para disfrutar de la breve sensación del calor corporal y devolvió el gesto, envolviendo a ambos hombres con toda la fuerza que deban sus propios brazos más pequeños que los de Ryoshi, fundiéndose en aquel abrazo a tres que se sentía como un hogar.

    No es culpa tuya. — Añadió en un susurro, corroborando las palabras de Dozan. Se alejó con suavidad para poder mirarlo a los ojos y sonrió muy levemente. — Ésta no es nuestra última noche juntos, pero aprovechemos el tiempo regalado como si lo fuera.

    Tomó sus manos con firmeza ignorando el rubor de sus mejillas y lo besó con intensidad.
     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Kohaku Ishikawa
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    Rengo sugirió la posibilidad de pedirle ayuda a un shugenja y yo asentí, pues era una gran idea. Sora había detectado la energía de mi padre en el oso de madera, tal vez hubiese algo en el pincel o algún otro objeto que nosotros fuésemos incapaces de percibir. Creía que las escuelas funcionaban como los tipos de energía espiritual: se suponía que trabajaran en conjunto, no rivalizando ni pretendiendo neutralizarse.

    —Un shugenja... Sí. —Volví a asentir, procesando las posibilidades—. No conozco demasiados. Está Sora, lo último que supe de ella fue que se dirigía a Kamakura. Puedo intentar contactarla. Después... Conocí a otra shugenja en Shimotsuke, pero será difícil alcanzarla sin viajar directamente y dudo que tengamos el tiempo o las posibilidades. ¿Tú conoces a alguien, Rengo?

    Siguiendo una línea similar, Mara habló sobre la caja musical que Hana había portado. Aún la recordaba, la melodía rebotando en el vacío oscuro del bosque, en Tsu, y también en Kamakura, cuando Rengo no lo soportó más y bloqueó sus emociones. Al parecer, dicho objeto emulaba la locura de los Harima y había provocado la... inestabilidad de Hana. Inmediatamente pensé en Kyogi. Tratándose de una shugenja y con sus intenciones iniciales, no sería descabellado que la caja musical hubiese sido obra suya. De por sí había alterado las enseñanzas de Itami.

    Intenté hacer memoria de lo que Mitsuyo me había hablado sobre el shugendo, pero... no, no había nada similar a la caja musical.

    —Wara ningyou, recuerdo que los shugenja de oscuridad pueden crearlos. Son muñecos de paja que cargan maldiciones y pueden enfermar e incluso matar a alguien. Es... es lo más cercano que conozco a las prácticas oscuras del shugendo.

    Lo dije más bien en un intento de ordenar mis ideas, ya que probablemente Rengo supiera de esto mejor que yo. Todo nos regresaba siempre a Hana, a Taiki, a Hoshi, a todos quienes habían muerto y se suponía nos guiaran. Era frustrante.

    Desvié la mirada al cielo y suspiré; a juzgar por el filo de las sombras, mejor iba buscando a Hachi y al resto. Regresé todos los objetos a mi bolsa con calma y le sonreí a Rengo. La posibilidad de no volver a verlo y de dejar tantas incógnitas en el aire me punzaba, pero no me quedaban opciones. Ya había aceptado ir a Kioto.

    —Tranquilo, lo resolveremos. De una forma u otra. —Bajé la vista a shi—. Mara, sé que no te caigo muy bien, pero ¿podrías dejar el canal entre nosotros abierto? Nos sería útil poder seguir comunicándonos aún en la distancia. También está el asunto de los shikigamis. —Miré a Rengo y mi sonrisa se ensanchó—. Me gustaría saber si logras crear uno.

    Me incorporé del césped, sacudiéndome un poco la ropa, y le pregunté al muchacho si me acompañaba a la playa. Chiasa fue la primera en recibirnos, la vi corretear desde la distancia y me agaché, ofreciéndole mi mano para que trepara a mi hombro con mayor facilidad. Una vez allí repasé con la vista a los presentes, aunque mi atención se la robaron por completo Yume y Tamura. Sonreí con una mezcla algo agridulce de emociones, pues me alegraba que hubiese decidido demostrarle sus sentimientos, pero también recordé los planes con los que habíamos fantaseado en el barco. Planes que no podrían ser.

    —Ya estoy listo —le dije a Hachi tras acercarme, y luego viré hacia Yume para darle un fuerte abrazo; en la confidencialidad de la cercanía agregué—: Cuídate.

    Prolongué el contacto un poco más, me tragué un repentino nudo en la garganta y entonces retrocedí, apoyando las manos en sus hombros. Le sonreí una última vez y me giré hacia Rei, Akihito y Rengo, reparando en el pequeño zorro a medio camino. Incliné el torso en una reverencia de despedida.

    —Nos vemos —murmuré, sereno.

    Aún sentía la aprehensión en el pecho, el pequeño agobio de lo que nos esperaba por delante, pero no tenía sentido canalizar nada frente a estas personas. Había tomado mi decisión y debía apegarme a ella.


    como pusiste que en el próximo post ya nos movíamos intenté condensar las despedidas y shalala, perdón si algo quedó medio apiñado
     
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    rapuma

    rapuma Maestre

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    Seikanji Yamagawa

    Le dedicó especial interés a la fabricación del mala que Tsubaki encargó la tarea con total liderazgo, indicando qué corteza y qué árbol eran necesarios para que sea perfecto. Concienzudamente Seikanji trabajó junto a Aki, concentrado y feliz de poder hacer un pequeño respiro en la tensión que flotaba en la isla.

    Los malas serían encargados para la correcta comunicación entre los equipos que pronto tomarían rumbos distintos. Era una guerra, habría bajas. Aún quedaban muchas por llegar. Es por esa misma razón que el mala que estaba tallando con tanta pasión era la que le entregaría a Aki. No importaba que estuviera junto a él ahora mismo. No perdería jamás su rastro.

    Luego la historia que Tsubaki empezó a contar rompiendo así el hechizo del momento; Seikanji se encontró con una historia que involucraba a Takeda en una lucha sobre la justicia que lo dejó sin hablar por unos momentos; oyendo la voz de Tsubaki relatar una epopeya que parecía sacada de los viejos relatos. Alzó las cejas, sorprendido. Ahora entendía el por qué de los que le seguían tan fervientemente. Era un hombre honesto, el prototipo ideal de ideología. Y quizá el único.

    —Parece un hombre increíble ese Takeda. —dijo con emoción, sin sorna, sonriendo ahora que Tomoe aparecía ante ellos. —Ojalá podamos conocerle pronto.

    Siguió atento al intercambio entre los demás pero con los ojos puestos en la madera que tallaba con precisión. Reiko bostezó y se acostó detrás de él, sirviendo de soporte para Tomoe y Aki. Seikanji se recargó un poco el cuerpo en ella mientras alzaba la vista de pronto y miraba muy atento a los ojos de Aki.

    Él había incendiado Iga.

    Recordó la lluviosa noche que les tocó al regresar a Koga, luego del incendio en la aldea secreta de Iga. El rostro de Murai, carente de cuencas, se recortaba tenebroso en la puerta para recibirlos.

    Seikanji se estremeció mientras un arrepentimiento estremecedor y un dolor se incrustaba para siempre en su corazón.
     
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    Nekita

    Nekita Amo de FFL

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    Akihito Shishio
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    Se mantuvo asintiendo ante las palabras de Matahachi aunque no conociera la mayoría de esos nombres de las personas que le habían ayudado, aunque tampoco le parecía muy importante no saberlo del todo, tan solo parecía importante que tuviera lo que quisiera hacer claro y con la motivación de regresar a esta isla.

    Luego, cuando estuvo a punto de decirle que haría lo que pudiera con respecto a Yume (por el simple hecho de que no se conocían mucho como para acercarse de esa manera), la susodicha apareció así que tan solo se limitó a recibirla con una sonrisa y un asentimiento de cabeza antes de tomar un paso hacia atrás para darles a todo ese grupito algo de espacio para que trataran sus asuntos y dijeran sus despedidas.

    —Si mi padre termina escabulléndose en tu barco, hazle recordar que debe ser silencioso para que no afecte su plan —Dijo en dirección a Matahachi por la preocupación notoria de su padre ante el asunto —. Tengan éxito en su misión y vuelvan sanos, huir siempre es una opción si todo sale mal... Nos veremos pronto. —Se reverencio ante el grupo y miró en dirección a Yume con una sonrisa.

    —Aunque seguramente no lo necesite señorita Yume, si surge cualquier cosa puedo apoyarla en lo que necesite.

    Sonrió y esperó por alguna clase de indicación de Yume si deseaba ayuda para regresar con los demás en la pequeña base improvisada.
     
    Última edición: 1 Diciembre 2024
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    Yuzuki Minami
    Bosque [Central]

    Tsubaki repitió mis palabras, luego Aki dijo que quería conocer a Takeda y pronto fue el primero quien aclaró que tardaríamos en reunirnos, pero que ambos podíamos hablarle de él ante lo que asentí con la cabeza. La forma en que lo dijo me pareció certera, así que podíamos usar algo de este tiempo para contarles lo que habíamos vivido junto al que considerábamos nuestro líder, nuestro señor y, en mi caso, mi hermano.

    Hayato habló entonces, estaba por responder su duda, pero el joven la contestó y no vi que hiciera falta añadir nada más. La presencia de la loba que Seikanji presentó como Reiko no me sobresaltó, pues me recordó a Kiba, por lo que miré al animal con interés en vez de miedo y le dediqué una sonrisa más bien inconsciente.

    El caso fue que buscamos los materiales para los malas, pero ya cuando había que tallar pues no había mucho que pudiera hacer. Suspiré con cierta pesadez, frustrada, y le di un toquecito a Hayato en el hombro.

    —¿Me ayudas, cariño? —le pedí con suavidad, un poco avergonzada.

    Sabía que no debía sentirme mal por esto, que de hecho él había pedido protegerme y siempre estaba dispuesto a ayudarme con lo que fuese, pero seguía siendo un niño. Se suponía que fuese al revés, que yo le ayudara a él, pero las cosas habían terminado de esta manera y no había mucho que hacer al respecto más que acostumbrarse.

    Dado que podía cooperar de forma limitada, eso me permitió escuchar con más atención la anécdota de Tsubaki de lo vivido en Sado, donde Takeda perdió el brazo. En esa historia se concentraba su esencia, la resistencia de su carácter y la benevolencia que muchos subestimaban, siempre era tratado como menos por ello, cuando era el hombre que no había cobrado el brazo que había perdido no por cobardía, si no porque sabía que no era así como debía ser. En medio de la historia apareció Tomoe para añadir algo, al parecer había estado oyendo todo.

    —Es maravilloso —acoté al comentario de Seikanji, mirando a Hayato con la tarea que yo no podía hacer—. Tenemos muchas historias sobre él e incluso las más pequeñas y sencillas reúnen su verdad. Hace algún tiempo, mientras estábamos en otra misión, sufrí heridas graves y Takeda estaba preocupado por ello, insistí en seguir el camino, pero tomamos un desvío porque mi estado no se dejó a discusión. Fue así como llegamos a las cenizas de Fujimi, que ahora sé fue arrasada por Gendo Mori y los suyos... plantando la mariposa Taira; entre el fuego y el caos encontramos a Hayato, nuestro pequeño Hayato.

    Estiré la mano hacia el niño, hundiendo los dedos con suavidad en su cabello, y aproveché la interrupción para seguir hablando.

    —Takeda, incluso en ese escenario, se hincó y le preguntó su nombre. Allí le dijo... ¿Te acuerdas, Hayato, de lo que dijo Takeda? "Tu clan perdurará porque has sido fuerte, sobreviviste; no debes culparte jamás por estar vivo; pelea porque te has aferrado a la vida". —No sabía ni cómo yo lo recordaba con tal especificidad, pero entendía de dónde venían las palabras que le había dicho—. Le dijo lo que habría querido escuchar él cuando pasó por lo mismo. Hubo un momento, al principio de mi viaje, en que lo buscaba porque se suponía que debía servirle, pero más tarde cuando entré en las murallas de Nagoya buscándolo... Lo hice porque habían tomado a mi hermano y no pensaba dejarlo solo, porque él no me dejó sola a mí. Su mayor fortaleza es el amor que puede entregar y es algo que siempre defenderé, nunca dejaré que lo menosprecien por ello.

    La interrupción se me había extendido, pero pronto salió más información y Tsubaki se levantó, alarmado, al escuchar lo de Mako. Noté cómo el muchacho se estremeció y guardé silencio también, comprendiendo que lo que se acababa de revelar era pesado.


    me quedó medio raro por colar la narración ahí, pero es trabajo honesto
     
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    Amelie

    Amelie Game Master

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    Playa
    [Matahachi; Akihito; Rei]
    [Tamura; Yume]
    Oshin; Reijiro]
    [Kohaku; Rengo]


    Rengo y Kohaku avanzaron hacia la playa después de que Mara aceptara de mala gana seguir esa conexión con Kohaku.

    "Así es, no me agradas. Así que no te confundas, dejaré abierta nuestra conexión porque a mi me es conveniente"

    Al ver a los que se reunían en la playa Rengo negó —He intentado hacer memoria, había una chica que conocimos brevemente Natsu y yo. Su nombre era Konoe. Me salvó la vida después de que me separara de Natsu, estaba ebrio —sonrió — Fue cuando dejé la caja de música en la playa después de que Kato me la regresara —se golpeó la frente recordando dicho suceso nuevamente, después negó — Sentía energía en ella; pero ella no veía espíritus como nosotros, después reveló que Sora la entrenó en el shugendo. Mencionó también a su abuela que vive en Yoshino, en la prefectura de Nara, creo que es igual de complejo viajar allá como a Shimotsuke o intentar buscar a Sora — dijo frustrado.

    "Y hubiese sido muy injusto dejarte morir, Rengo"

    Rengo recordaba las palabras de Konoe para después recordar sus respuestas.

    "Konoe, tus creencias chocan por completo con las mías. Has salvado a alguien quien avanza en un camino de obscuridad...
    las plegarias no funcionan, es por eso que te dieron esa katana."


    —Me caía tan bien; ella, Natsu y yo hubiéramos sido muy buen equipo —
    dijo con tristeza para después mirar a Kohaku— Konoe me juraba que los Dioses si escuchaban las plegarias; pero el único que nos responde es Mara, y es porque no tiene de otra.

    "Prometí permanecer a tu lado hasta que encontraras a tu amigo y lo hice. Y sin embargo, ahora me siento incapaz de desentenderme. No eres un demonio, Rengo. Lo sé. Y tampoco lo son Gotho-san o Fusatada-san"

    "Oh, Kuroki; no. Él no es un demonio, él es luz"

    —Konoe... —se repitió el nombre de aquella mujer que a pesar de su corta edad, le parecía la sabiduría encarnada — Natsu nunca fue un demonio; ahora Kuroki se está convirtiendo en uno y yo —dijo tomando su ahora cabello blanco — Sigo sin saber que soy; pero ya sé perfectamente dónde pertenezco —tomó el listón y afirmó ante Kohaku — Si logro hacer al shikigami te pasaré la información con Mara. Y si tú logras algo antes que yo, házmelo saber.

    Habían llegado a la playa; Kohaku se acercó a Matahachi y Rengo se incorporó con Akihito y Yume.

    Matahachi reparó en las palabras de Akihito y afirmó —Dudo que se escabulla en el barco, sabe que lo necesitan aquí —se despidió de Akihito para girarse de inmediato al escuchar la voz de Kohaku, y antes de reaccionar, éste abrazó a Yume quién lo abrazó de regreso.

    —Cuídense por favor— dijo sin soltar a Kohaku para después susurrarle —Creo que le he dejado claro a Tamura lo que siento por él — se separó de él y no le dio mayor información, dejándolo expectante mientras se acercaba a Akihito. Rengo también se acercó por si necesitaba ayuda pero Yume lo miró — Necesitas dormir, no digas nada; ya vámonos —dijo hacia Rengo para después mirar a Akihito para que él la ayudara a regresar; no quiso volver a mirar atrás para no ponerse a llorar. No pudo ver la expresión de absoluta tristeza en Tamura mientras ellos se alejaban.

    Rei salió del barco; se despidió del grupo justo cuando Oshin y Reijiro llegaban para embarcarse; éste último traía en brazos a Fukuro; aquel búho que trajo aquel mensaje. Oshin tenía los ojos rojos; al parecer aquella despedida también le había costado bastante; Reijiro sonreía, pensando que Genichi y Masaharu estarían más seguros en la isla, les hizo prometer que ellos no se embarcarían a la isla de piedra. El no poder hablar sería una gran desventaja en una misión como esa.

    Eiji dirigió el barco; él los llevaría directamente a Kioto, a un sitio llamado Mizayu.

    Nekita continúa abajo
    Gigi Blanche
    Yugen nada más para recordar a Konoe








    El rol de Kohaku continúa en Mizayu







    Isla
    [Ryoshi; Aoi; Dozan; Noishi]


    Dozan desvió la mirada mientras el par se besaba; intentó distraerse un poco mientras la noche terminaba.

    Noishi regresó por la madrugada; había conseguido infiltrase por su gran habilidad. Encontrado la madriguera del enemigo, debajo de la prisión dónde ahora tenían a Kyuzo.

    El cuervo de Aoi voló hacia las islas, dónde Mako recibiría la noticia. El trio observó la luna, en unas horas más descendería al horizonte. Y fue en ese momento que todos pudieron verlo.


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    Dozan y Ryoshi lo miraron sin tanta preocupación; pero Noishi mostró verdadero miedo —¿Qué es esa cosa? —preguntó regulando su voz para no dejar escapar algún grito.

    —No lo sé; pero eso es lo que los ha condenado, y cada vez está más cerca — agregó Ryoshi.

    —Quiere que no olvidemos que nos está observando, pareciera que nuestra falta de movimiento lo incomoda— agregó Dozan mientras aquella criatura levantaba su brazo para volver a señalarles — "Muévanse"

    —Pero debemos esperar a los demás — insistió Noishi.

    —Nosotros no ponemos las reglas — dijo Ryoshi avanzando al interior de la caverna mientras señalaba la marea — Cada paso que da esa cosa hace que la marea suba; a este paso subirá tanto que nos terminará ahogando antes de que entremos a la isla.

    Noishi comenzó a explicarles la distribución de la isla mientras se adentraban.
    Isla-de-piedra.png Isla-de-piedra-subterrane.png

    La prisión dónde tenían a Kyuzo tenía a tres guardias que no parecían ser muy hábiles. Explicó que no vio a Kyuzo, sólo una mazmorra en el interior dónde cree que el herrero estaría cautivo. También aclaró que debían matar rápido a aquellos hombres o sus gritos alertarían a todos los que estaban en el subterráneo.

    Ayeah
    Debes tirar un d20 de sigilo.
    Ryoshi y Dozan harán lo mismo. Noishi no necesita tirarlo.




    Bosque
    [Aki; Tsubaki; Seikanji; Yuzuki; Hayato; Tomoe]


    —Iga, Koga; ya da lo mismo — le trató de quitar importancia Tomoe

    Tsubaki negó pero Hayato interrumpió extendiéndole un mala hacia Yuzuki; no estaba completo; no eran el número de perlas que debía de tener, era más una simple pulsera que un objeto de culto; aun así estaba bonito; se lo amarró a Yuzuki en su mano —Qué bueno que desviaron a Fujimi — mencionó.

    —Mi hermana siempre me dijo que Takeda no podía haber crecido como un mal hombre; que ella lo recordaba como un niño muy dulce —agregó Tomoe —Yo insistía que la guerra cambiaba a todos, y la maldad siempre prevalecía en el hombre — miró a Hayato y luego a Yuzuki —Aun debo comprobarlo con mis propios ojos —sonrió altiva pero sin ser amenazadora— Pues después de esta guerra me pelearé con él por el Imperio.

    —Pues vas a perder
    — le dijo Tsubaki también sonriendo.

    Ambos se enfrascaron en un vaivén de comentarios pasivo agresivos mientras los demás se enfocaban a lo suyo.

    —Tal vez nosotros podemos conocer Kamakura; después de recuperar Uji, claro — agregó Aki hacia Seikanji — Sería lindo conocer el sitio dónde Hana y Hoshi crecieron.

    Tal vez Yuzuki tendría otras palabras hacia Kamakura; pero el tiempo se consumía agradablemente. Y no tardaron en volver hacia la herbolaria, dónde todos los demás aguardaban.

    rapuma
    Zireael

    Continúa abajo



    Casa-comun.png
    Casa en construcción

    [Aki; Tsubaki; Seikanji; Yuzuki; Hayato; Tomoe]
    [Akihito; Rei; Yume; Rengo]

    [Haku; Midori; Kushina; Hiro; Hajime
    [Shino; Murai; Konan; Inagaki; Mako]

    [Genichi; Masaharu]
    [Riku; Kojiro; Togashi]

    El cuervo había llegado oculto entre la noche con su plumaje negro y limpio. Mako leyó las palabras y las expresó a Murai quién estaba a su lado; rápidamente pidió a Konan e Inagaki que reunieran a todos en aquel sitio.

    Ambos shinobis encontraron a los pequeños grupos menos a Xiao y Torii.

    —Tenemos problemas— indicó Mako leyendo las palabras de Noishi —Al parecer hay un subterráneo dónde varias personas se han reunido —Dijo mientras dibujaba unos mapas en la tierra para ejemplificar la información que Noishi había recolectado.

    Isla-de-piedra.png Isla-de-piedra-subterrane.png
    Estos mapas estarán disponibles en spoiler en el primer post de las islas Oki.

    —Es un grupo pequeño pero fuerte; veintitrés personas. Saizo está entre ellos con sus hombres. Al parecer hay un túnel secreto que ha de conectar con alguna prefectura o con la isla dónde están ustedes, no estoy seguro; pues hay un cuartel protegiendo esa entrada. En la prisión hay tres guardias; no parecen los soldados más aptos, será fácil asesinarlos con la técnica de Haku. Y si se falla debemos eliminarlos rápidamente, sus gritos pueden alarmar al subterráneo. En el subterráneo está la madriguera, allí están Saizo y sus hombres junto a dos mujeres que parecen se las líderes de aquel grupo interno; una de ellas ha de ser Keiko. Allí hay quince; en el cuartel están los otros seis, no pude investigar mucho allí. Logré envenenar sus suministros; así que vengan por la mañana, debemos actuar antes de que sepan sus efectos; hay herboristas hábiles aquí así que sabrán curarse, debemos usar ese tiempo a nuestro favor —leyó Mako y pausó brevemente, se le notó preocupada —Nosotros ya no podemos salir de aquí, algo sucedió en el mar. El mar exige el sacrificio de nuestro enemigo, si no se lo damos, Dozan, Umineko y yo no volveremos.

    —Carajo; esto acelera las cosas. Ahora no tenemos el barco de Eiji; el grupo de Matahachi se fue a la hora del perro —agregó Rei.

    —Tendremos que ser un grupo más pequeño entonces, utilizaremos mi barco, hice a Eiji arrastrarlo hasta acá —mencionó Kojiro

    —¿Tres personas más o menos caben allí?— dudó Inagaki — Es poco para considerarse un refuerzo.

    —Cabríamos unos seis si nos apretamos bien —Kojiro dijo con algo de incomodidad — Pero con la corriente tan fuerte como dicen que es, no sé si aguantemos todos a bordo.

    Rengo volteó a todos lados —¿Y Torii? Tal vez el podría llevarnos en su bruma mágica.

    Algunos lo miraron extrañados. Aquello era una buena idea. ¿Pero cómo podrían encontrarlo?

    Rengo pareció escuchar algo; una idea de Mara seguramente. después miró a Akihito —Perdón — dijo para después pisar la cola esponjosa de Kousei, su nuevo zorro que dormía a un lado de Akihito.

    Kousei aulló de dolor y al instante Rengo se hincó para acariciarlo y disculparse encarecidamente con la criatura, acariciando su cabeza para que se tranquilizara. Pero aquel acto de maldad había dado resultado, allí estaba nuevamente Torii quién volvió a aparecer ante el grupo.

    Torii se acercó a Kousei y lo revisó con cuidado para después devolverlo a Akihito después de golpear a Rengo en la nuca; este después de recibir su castigo le explicó con cuidado lo sucedido, pidiéndole el favor de llevarlos a la isla de piedra.

    —Espera— interrumpió Rei sonriendo al sentir que iba a dar una gran idea— Tal vez sea mejor sólo enviar a Torii para que saque a Kyuzo de allí. Y nos evitamos toda la sangre.

    Hubo un silencio; Murai lo estaba considerando; pero al final negó —Noishi mencionó en su misiva que ellos no podían salir de aquella isla o morirían. Debemos pelear, no vamos a dejarlos a su suerte.

    —Además, si no tienen algo que me ancle a esa persona; no podré llevarlos con ella—
    agregó Torii.

    Shino le extendió una shakuhachi a Torii —Esto nos llevará con Noishi — dijo mientras Torii tomaba la flauta.

    Todos afirmaron. Todos menos Kojiro.

    Rengo afirmó —Hoshi y yo ya habíamos visto los espíritus que siguen a Ryoshi y Dozan; se veían hostiles.

    —Incluso alguien como yo tiene un límite; sólo podre llevar a quince de ustedes ¿Quién irá? —preguntó Torii.

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    Bruno TDF
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    Ayeah

    ¿Quién va a la isla?
     
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    Amelie ha tirado dados de 20 caras para Dozan Total: 5 $dice
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    Aoi Nobunaga

    El tiempo se escurría entre sus dedos con aquella calma fingida que precedía a la tempestad.
    Dedicó aquellas horas a tratar de enterrar la inquietud en algún rincón recóndito de su alma y esforzarse por crear un bello recuerdo que ayudara a Ryoshi a sobrellevar el posible desenlace de aquella aventura.

    Cuando Noishi regresó, los tres se encontraban juntos observando la luna... Y lo que se le antojó la mirada de la misma muerte.

    Tragó saliva y se esforzó por devolver la mirada a aquel ente con la misma intensidad: No tenía miedo y no se dejaría amedrentar.
    No iba a abandonar aquel mundo incompleta dejando su otra mitad atrás.

    Le dedicó un gesto obsceno, impropio de ella, y se volvió para darle la espalda y enfrentar el desafío que se presentaba ante ellos.

    Vayamos a pagar esa estúpida deuda. — Susurró con decisión, sacando un kunai en cada mano y encabezando la marcha.
     
    Ayeah ha tirado dados de 20 caras para Sigilo Total: 12 $dice $dice
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    Fujiwara no Riku

    Había estado ocupado una buena parte del día, metido en la herbolaria de aquí, enfocado en la tarea por la cual había venido. Haciendo uso de mí botica, preparando medicina.

    Tenía en entre mis manos la mayor cantidad que abre llegado a preparar en un solo dia. Esperaba, que terminara siendo útil. Aunque puede que esté prefiriendo que no termine por ser de esa manera, desearlo solo puede significar un deseo de que sean envenenados.

    Había estado ordenando, limpiando después del trabajo como sentía que debía hacerlo, hasta que escuche esa llamada de reunirnos.

    Considerando por unos momentos, termine por aceptar el llamado al terminar rápidamente lo que me quedaba por ordenar.

    Al irme acercando, termine por cruzarme intencionalmente con Yuzuki. A quien rápidamente le hice entrega de las medicinas que había preparado para ella. "Aquí tienes, lo acordado".

    Al llegar al punto de reunión, termino siendo importante, confusa por la aparición de un nuevo ser, pero en lo que parece será una misión en acción inmediata...

    Acabe pensando por unos instantes, intentando ir considerando pros y contras de este asunto. Que, creía, estaría más halla de lo que debería estar involucrandome en sus asuntos.

    Aunque, éramos una alianza... Y podría conseguir algo que me concierne.

    "Iré". Hablé sin moverme mucho de mí lugar, diciéndome hacia aquel ser. "Tengo un asunto con Kyuzo". Termine por aclarar mis motivos en unas pocas palabras al resto. "Participaré en ese derramamiento que se pide, si así resulta ser". Agregue medio con el fin de respectar esta alianza, a pesar de lo diga pensando en Noishi.

    Voltee un poco la mirada, mirando hacía Kojiro de a quien había estado sus últimos gestos. O la ausencia de ellos. "¿Conflictuado?". Pregunté luego de una consideración, de a qué se debería su estado.

    Recordando sus palabras de esta mañana, en ese grupo en la isla están el motivo de su rencor. Grupo, cuya vida va a necesitar apoyo para volver.

    O podría ser por este mismo ser, que bien podría estar escupiendo en las habilidades de negación que ha desarrollado.

    Para Riku:
    Nota: esto está actualizado solo lo que agregaría, sin sumarlo lo que está ya preparado.

    -hangontan: x5
    (Me sobra una hierva de manzanilla)

    -Hidroxicloroquina: 5
    (Gastado todo)

    -Sauce: 5
    (Gastado todo)

    - Galantamina: 5

    - Reishi: 3

    - Jengibre: 3


    Para Yuzuki:

    -hangontan: 1


    -Hidroxicloroquina: 1

    - Sauce: 1

    - Sanguijuelas: x10

    -Carbon activo: 1

    -Galantamina: 1

    -Reishi: 1

    -Jengibre: 1

    - Escama misteriosa: 1
     
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    rapuma

    rapuma Maestre

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    Seikanji Yamagawa

    —Me encantará conocer Kamakura contigo. —fue la respuesta de Seikanji hacia Aki mientras le sonreía y le entregaba el mala finalizado; se lo colocó en la muñeca derecha con cautela, como si fuera muy frágil entre sus dedos. Le sonrió y le susurró mientras Tsubaki y Tomoe relajaban el ambiente. —Te encontraré siempre. No importa cuanto tiempo me tome, no importa que tan lejos te encuentres. Siempre te encontraré.

    Luego asistieron a la reunión definitiva de aquel cónclave que formaron en las islas Oki. Necesitaban voluntarios para partir hacia las islas en busca de Kyuzo y para reforzar la avanzadilla que ya se encontraba en terreno hostil. Riku fue el primero en ofrecerse voluntario. Seikanji miró en su dirección, admirando aún más el espíritu de aquél hombre que parecía nada detenerle. No tuvo dudas, tampoco preguntas, solo una determinación tan firme e inamovible como las montañas. Afirmó hacia él y luego se giró nuevamente hacia Torii.

    —Acompañaré a Riku-san. —habló desde su posición, junto a Aki. —Me hubiera gustado contar con la maestría de Konan. Me gustaría tener un buen ojo como el gran Hayato o la destreza de Aki en el arco. Aunque sin duda la puntería de la señorita Yuki-Onna no me vendría mal—le guiñó un ojo al pequeño y sonrió en dirección a la médica. —Por favor, quédate aquí. Alguien tiene que enseñarme a tirar con el arco a distancia a mí regreso. Además necesitamos que alguien cuide del shihan en nuestra ausencia.

    El temor de Seikanji a que le pasara algo lo obligaba a hablar rápido, apurado por la ansiedad de no querer ver a esa persona en un escenario de muerte.
     
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    Nekita

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    Akihito Shishio

    Asintió a las palabras de Matahachi y se despidió de él deseándoles suerte y éxito una vez más antes de recibir a Kohaku y Rengo con una sonrisa acompañada de una leve sorpresa al no ver a alguien nuevo a su lado, pero suponía que entonces era probable que solo se hubieran limitado a hablar él y Kohaku antes de hacer esa pequeña misión espiritual, luego cuando vio a Osin también le deseó exito y la despidió desde su lugar para no hacerle todavia mas complicada la partida.

    Así cuando Yume estuvo preparada la ayudó a regresar hacia los demás, en especial cuando parecía que estaban buscando reunir a todos para el siguiente plan de acción.

    Claro que, lo menos que esperó oír fue que la isla contigua tuviera un pequeño ejército que pudiera o no estar conectado a esta isla y que además los espíritus del mar ya estaban amenazando las vidas de sus compañeros, rápidamente su mente lo transportó a cuando Dozan había hablado sobre lo que les había ocurrido y no pudo evitar quedarse un momento especulando lo que debió de haber pasado para que ahora estuvieran con aquella soga en el cuello, tanto así que solo notó a Rengo cuando se disculpó de repente con él y escuchó el chillido de Kousei seguido de todo lo que eso provocó.

    —Está bien, esta bien no lo hizo apropósito...tranquilo. —Murmuró hacia Kousei una vez que Torii se lo entregó, cargándolo para poderlo tener pegado a su pecho y darle unas cuantas caricias conciliadoras.

    —No podemos dejar a Umi y a su equipo por su cuenta, si puedo ayudar asistiendo a la isla lo haré. —Dijo hacia el grupo, asintiendo con seguridad aunque si temía por lo que tenían que enfrentar.

    —¿Pero sería prudente verificar que no exista un tunel a esta isla por nuestra seguridad?
     
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    Amelie

    Amelie Game Master

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    Casa-comun.png
    Casa en construcción

    [Aki; Tsubaki; Seikanji; Yuzuki; Hayato; Tomoe]
    [Akihito; Rei; Yume; Rengo]

    [Haku; Midori; Kushina; Hiro; Hajime
    [Shino; Murai; Konan; Inagaki; Mako; Haku]

    [Genichi; Masaharu]
    [Riku; Kojiro; Togashi]

    Kojiro miró a Riku —Vamos — no explicó su duda, sólo estaba seguro de que no abandonaría a su alumno.

    Tsubaki avanzó junto a Seikanji y Yuzuki. Dejando atrás a Tomoe y Aki. Hayato también avanzó junto a Yuzuki, él iría a dónde ella vaya.

    Yume; Midori; Hiro y Hajime se quedaron junto a Murai quién aun insistía en que podía ir; pero Haku le negó con autoridad.

    Rei avanzó también junto a Konan dejando atrás a Shino e Inagaki, diciéndoles que no podían perderlos por lo tanto debían quedarse resguardados. Además con suficiente fuerza para poder defenderse si un ataque sorpresa acontecía. Inagaki afirmó, ambos estaban preparados para ello.

    Genichi y Masaharu también se quedaron atrás; al no poder hablar podría resultar contraproducente en una misión dónde debían poder comunicarsr con facilidad y discreción.

    Torii contó a aquellos que viajarían con él: Seikanji; Yuzuki; Riku; Togashi; Akihito; Tsubaki; Kojiro; Hayato; Rengo; Rei; Konan; Kushina; Mako y Haku. Serían sólo catorce y Murai parecía muy frustrado de que él no le permitieran viajar; pero no dijo nada, entendió que sería un gran estorbo. Entendió que su tiempo ya había pasado y por breves momentos volvió a maldecir a los Fujiwara, para después negar.

    —No puedo quejarme — dijo casi como un susurro para si mismo; después levantó la frente al grupo —Los estaremos esperando, a cada uno de ustedes. Cuídense unos a los otros.

    Y antes de que se fueran, un discreto Xiao se unió al grupo. Rengo lo miró y sonrió.

    Torii comenzó a esparcir las brumas y con ellas envolvió a todos los voluntarios.



    Anochecer.png

    La noche se estaba acercando a su fin, la madrugada estaba próxima, así que debían actuar rápido.

    Casa-Armamento.png
    Prisión
    [Seikanji; Yuzuki; Riku; Togashi; Akihito; Tsubaki; Kojiro; Hayato; Rengo; Rei; Konan; Kushina; Mako; Haku; Xiao; Torii]
    [Ryoshi; Aoi; Dozan; Noishi]

    Noishi se adentró a la prisión con su delicadeza y sigilo de siempre; fue seguido de Aoi quién pisó el suelo de madera y crujió ante su peso. Dozan y Ryoshi hicieron lo mismo.

    Las pisadas de los guardias indicaron que habían sido descubiertos; y antes de que Noishi pensara que hubiera sido mejor entrar por cuenta propia; las brumas inundaron la estancia haciendo imposible ver algo.

    Sólo se escucharon tres golpes suaves, cuerpos que caían siendo amortiguados.

    La bruma se disipó, y para la sorpresa de Noishi; Dozan; Aoi y Ryoshi; un basto grupo de sus compañeros arribaban de una manera completamente inexplicable. Seikanji limpiaba sus kodachis; al igual que Riku y Yuzuki sacudían el filo de sus katanas. Akihito; Tsubaki y Togashi habían sido los que acomodaban los cuerpos de los guardias en el suelo, evitando que se colapsaran e hicieran un fuerte sonido que alertara a los que estaban abajo.

    —Recibimos su mensaje — dijo Haku hacia Aoi y Noishi —Gracias por los detalles.

    Rengo y Xiao sostuvieron a Torii quien se había desmayado; el hannyo utilizó toda su fuerza en aquel impulso, había quedado drenado y necesitaría descansar.

    Rei dio un golpecito en dónde parecía que estaría el prisionero —Herrero, hemos venido por ti.

    No había respuesta.

    Inspeccionaron aquella puerta de roble; y metal. No podría romperse. Rengo revisó algunas escrituras que pegaron el las paredes. Akihito, Tsubaki y Togashi inspeccionaron a los guardias y encontraron las llaves, Togashi las tomó y abrió los cerrojos los cuales rechinaron al desprenderse. Abrieron la puerta y tardaron un poco en ajustar sus ojos ante la gran oscuridad.

    En el interior pudieron ver al herrero; estaba encadenado, su rostro completamente desesperanzado; frente a él, descansaba un cadáver prácticamente momificado aun con su ropa cubriéndolo, no tenía ninguna de sus manos y sus mangas estaban manchadas de un café oscuro. Sangre seca.

    8ef4fe8dbaa6877e41d2edb89512c50d.jpg

    —Soy el culpable de esto —balbuceó Kyuzo.

     
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    Ayeah

    Ayeah Shinobi

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    Aoi Nobunaga

    Maldijo entre dientes al escuchar el tablón del suelo chirriar bajo sus pies y, de nuevo, maldijo dos y hasta tres veces al escuchar a sus compañeros repetir exactamente el mismo error.
    En otras circunstancias hubiera sido incluso divertido notar que estaban compenetrados hasta eso punto... En otras circunstancias.

    Suspiró adoptando una posición de ataque mientras desenvainaba tres de sus kunai dispuesta a no dejar que los guardias dieran la voz de alarma. Mientras agudizaba el oído para escuchar las pisadas de éstos se recordó que debía ser rápida.
    Calculó la distancia y el momento en que el primero de ellos haría su entrada en base al sonido... Que se detuvo de súbito.

    Apenas un parpadeo, extrañada, y contempló cómo la neblina que había llenado la gruta se disipaba tras tres golpes sordos y daba paso al nutrido grupo que había acudido en su ayuda.

    Sonrió para sí, orgullosa del rápido vuelo de su nuevo compañero que había resultado más útil de lo que jamás se habría atrevido a imaginar y asintió en dirección a Haku.

    Me alegra que Cuervo lo lograra. — Susurró. — Tendré que recompensarlo si vuelvo...

    Miró a Ryoshi dubitativa, luego a Dozan y, después, al resto.
    No tenía que hacer aquello sola. Ya no.

    Cuando vuelva. — Se corrigió. — Lo recompensaré cuando vuelva. — Y su tono sonó fuerte y confiado esta vez, pues estaba segura de que ahora lo lograrían: No podía permitirse fallar.

    Dejó que fueran otros quienes entraran en aquella celda y montó guardia en la puerta, temerosa de haber alertado a alguien más.

    Ya no estaba allí en una misión de rescate sino en una de asesinato.

    Y en esas tenía mucha, muchísima experiencia.
     
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    Monpoke

    Monpoke Absol

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    Fujiwara no Riku

    El desplazamiento hacía la ubicación de Noishi fue extraña, entre la bruma, fue difícil distinguir el cuando dejamos la isla y llegas a esta prisión.

    Al menos, el encargarnos de los guardias era algo obvio por hacer. Tomados por sorpresas, no tuvieron mucho que hubieran podido hacer.

    Al acabarlos, vigile los alrededores los alrededores permaneciendo junto a Kojiro, en caso de algún intruso, a la espera de que las puertas de la celda se abran.

    Abierta la celda, me asome a mirar junto a los demás, esperando encontrar únicamente a aquel herrero. Kyuzo.

    En la obscuridad había dos figuras, dos cuerpos. Uno de ellos sin vida y que parece haber pasado una terrible condena aquí. El otro, un desconocido, pero el cual se hallaba con vida. Pero afrontando lo que parece ser una gran pérdida...

    A pesar de ello, mis ojos cayeron de manera pesada sobre el otro cuerpo. Tratando de entender y averiguar la conexión que se estaba llevando acabo en mí mente.

    Perdido en trance, camine hacia delante unos pasos, tratando de conseguir una mejor visión de aquella persona fallecida...

    Soy el culpable de esto

    Nisiquiera voltee a mirarlo, enfocado en el... Cadáver como estaba, aún así, le quise transmitir unas pocas palabras.

    "No te culpo". No llegue a entender el porque le decía aquellas palabras, que bajo cual derecho me vi de minimizar el peso de su carga. "Poco se de él, aún si importa el como llego a esta situación, es como decidió irse...".

    "Su hogar, su familia, amigos... sus alumnos, él no desearía que paguen el peso de su reputación, de sus creaciones. Pero así no ha sido su historia...". Cerré los ojos, recordando aquello que me habían contado de él, del como valientemente estaba preparado para responder por su hogar ante Gendo Mori.

    En un momento dado, fue que me di cuenta de quien podría tratar. Averiguandolo antes de siquiera llegar a pensarlo, el shock frenando mis pensamientos y emociones en esta situación.

    "Ha sido una cadena de eventos desafortunados y malentendidos, pero voy a creer que se quien es el principal responsable de todo esto... No te voy a culpar, pero si decides quedarte pudriendo aquí, te haré responsable de algo diferente".

    De manchar el esfuerzo y valor que ha dedicado a protegerlos.

    No lo fulmine o siquiera lo he mirado, toda mí atención... En el cadáver de quién fue la única familia que tuve esperanza de que viviera...

    Alguien tiene una mantita para taparlo?
     
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    rapuma

    rapuma Maestre

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    Seikanji Yamagawa

    Su cerebro no tardó tanto esta vez en asimilar lo que estaba sucediendo; el transporte místico a través de la niebla de la noche. Cada vez sucedían más cosas que no creía estar vivo para ver, cosas extrañas que no tenían explicación alguna. Parecía estar acostumbrando la presencia de estos extraños fenómenos que incluían demonios y fantasmas.

    Por eso fue tan rápido y certero cuando sus pies tocaron la piedra dura de la prisión de la otra isla. Limpió sus kodachis y afirmó en dirección a Aoi mientras se quedaba con ella a su lado, haciendo vigía. El silencio era alucinante, total y absoluto, sin resquicio de vida que permitiera la fuga de esa realidad muda, agotada por la muerte. Roto el mutismo entonces por las palabras de Riku, que se repetían en ecos atravesando un silencio hasta entonces sin fisuras.
     
    Última edición: 19 Diciembre 2024 a las 9:08 AM
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    Bruno TDF

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    Togashi

    Desde que hubiera bajado de la montaña junto con Rengo, necesitó mantenerse apartado del resto de la isla para templar alma y mente. En ese tiempo que transcurrió en soledad, Togashi meditó entre los árboles y entrenó con la espada utilizando un solo brazo, las cuentas del Mala de Benkei tintineando en su muñeca. Y, sentado en una piedra, abrigado por el silencio; rememoró más de una vez su conversación con Mara, en donde descubrió y aprendió cosas que fueron todo un desafío para su mente poco instruida en asuntos espirituales. Esto, sin que pudiese evitarlo, también le traía a la mente las lágrimas que compartió con Rengo, luego de que tuviera que darle la triste noticia de la pérdida de Benkei, el hombre al que los dos apreciaban como familia.

    Habían compartido la ilusión de verlo otra vez, de ponerlo al día sobre sus andanzas… Algo que el egoísmo irracional de Kuroki y su afán de poder les arrebató.

    A Togashi le resultó extraño conocer a Torii y una sensación similar le hormigueó en las carnes luego de que el hannyo los trasladara a la otra isla con… una bruma. Pese a lo paranormal del asunto, el herrero no se sorprendió tanto como cabría de esperar, y eso debió atribuirlo a su convivencia con Rengo en la cima de la montaña, además del ya mencionado intercambio con Mara en el espacio de su propia mente…

    Reaccionó a la par de sus camaradas, que con movimientos certeros arrebataron la vida de los guardias que vigilaban aquella estancia; evitó que sus cuerpos inertes se desplomaran con estrépito y los acomodó en un rincón para revisarlo. Fue así que encontró la llave en el momento que los demás descubrían la robustez de una puerta de roble…

    Detrás de la cual encontraron a Kyuzo… y un cadáver momificado, sin manos.

    Togashi entró en la prisión con lentitud, intercambiando la mirada entre el hombre al que conoció como el armero errante y el otro, aquel que llevaba tanto tiempo sin descansar. Notó la desgarradora desesperanza en la forma en que Kyuzo habló, con el rostro en dirección al rostro consumido, de cuencas vacías. La voz de Masamune, susurrando desde un rincón de sus memorias, también hablaba:

    Siempre nos pidió que jamás reveláramos su nombre…

    Pero uno de sus alumnos falló a esa promesa…
    Soy el culpable de esto

    Riku había entrado antes que él. Togashi lo observó, recordando la promesa que junto a Kojiro le hizo a Kyuzo en los caminos. Quizá nadie habría anticipado que los cuatro se verían nuevamente en una situación como esa… Las palabras del Okudera, además, terminaron por confirmar que aquel era el cuerpo de Keisho, maestro de Kyuzo, Masamune y Yamamoto, los tres más grandes herreros de Japón. Togashi lo escuchó con respeto, pero mientras tanto se acercó con lentitud hasta Kyuzo, frente al cual se inclinó para que pudiera verlo a la cara.


    No te voy a culpar, pero si decides quedarte pudriendo aquí, te haré responsable de algo diferente.


    Togashi asintió, pues comprendía lo que estaba queriendo transmitirle Riku. Apoyó las manos con firmeza sobre los hombros de Kyuzo y lo sacudió ligeramente, con cuidado de que las cadenas que lo ataban no hicieran ruido.

    Levanta la cabeza y mírame. Soy Togashi —le dijo; su voz era firme—. Mi camarada tiene razón, no puedes quedarte en este lugar, culpándote. Estamos aquí por ti, por lo que necesitamos que tu llama interior se avive —volvió a sacudirlo, despacio, para que espabilara—. Kyuzo… no pienso abandonar a otro herrero a su suerte… Ya hemos perdido a muchos de nosotros, y con ellos su legado…

    >>Salva la herencia que vive en tus manos.

    Herencia. Eso era lo que significaba el nombre de su maestro, Keisho Okudera.
     
    Última edición: 19 Diciembre 2024 a las 1:09 PM
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    Zireael

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    Yuzuki Minami
    Prisión

    Hayato me extendió un mala, no estaba completo, pero de por sí no era eso lo importante en este caso. Era un niño afectuoso y agradecido, lo veía todos los días, en pequeñas acciones como estas, fue el dulce de durazno, esta pulsera y era su deseo por protegerme a pesar de todo. Sonreí sin darme cuenta y murmuré un "Gracias" bastante quedo.

    No dije nada más respecto a lo demás, ni siquiera cuando Tomoe dijo que pelearía con Takeda por el Imperio, pues me parecía que la respuesta de Tsubaki era suficiente. Sobre Kamakura... mejor lo dejaba así, ¿no? Además, ahora mismo prefería Kamakura que todo lo que habíamos pasado en Kioto.

    Al volver a la herbolaria, concentrada como estaba en nuestra tarea y la conversación, no anticipé que luego de haber dejado a Rengo con Kohaku luego ya hubieran ausencias. La idea de haberlo dejado ir sin decir nada me atenazó el pecho, sobre todo porque al no dejar ir a Rengo tampoco quería decir que otro debía tomar su lugar. La idea de los sustitutos me parecía horrible justo porque era así como existían los Harima, pero era tarde ya. Sin embargo, la idea de que pudiese ser la última vez que lo veía, como ocurría con los demás, no fue de mucha ayuda.

    No fue que tuviéramos demasiado tiempo que invertir en pensar, pues aquí también habían cosas que hacer, demasiadas. Escuché el nombre de Saizo, arrugué las facciones y guardé silencio, esperando. Una parte de mí se sentí inútil, no creía poder ser de ayuda para el grupo a media fuerza, pero recordé los conocimientos de Murai y también los de las Minami. No se trataba de sólo empuñar una katana.

    Pero allí donde yo fuera, iría Hayato.

    Si algo le pasaba no me lo perdonaría.

    Dudé muchísimo, pero al cabo de un rato alcé la mano con algo de duda y me ofrecí unirme al grupo que acudiría en búsqueda de Kyuzo. Así formamos un grupo de catorce personas, a Murai no le quedó más que aguantarse las ganas de acompañarnos porque nada hacíamos con el cojo y ciego.

    Con ayuda de la bruma pudimos solucionar las cosas relativamente rápido, tuve que volver a empuñar al colmillo y usé el brazo limitado como parte de soporte para el peso, pero sentía la falta de fuerza original. Era una buena katana, una buena sombra, que merecía ser utilizada en todo su potencial, algo que ahora mismo yo no poseía. Habría que solucionarlo pronto.

    Inspeccionando a los guardias conseguimos las llaves, así pudimos abrir las pesadas puerta y en su interior tuvimos que acostumbrarnos a la oscuridad. Cuando logramos ver algo allí estaba el herrero y el cadáver frente a él... casi momificado. La imagen quiso darme náuseas, incluso a mí que me echaba la vida entre venenos, sangre y heridas, pero hice de tripas corazón y me mantuve estoica. No podíamos demorar demasiado aquí.

    Además... esto se parecía demasiado a las mazmorras.

    Parpadeé algunas veces, disipando los recuerdos inconexos, y escuché a Riku hablar, luego a Togashi y empecé a inquietarme. Permanecí callada una vez más, pero atenta a cualquier alerta proveniente del exterior, donde se habían quedado Seikanji y Umineko.


    hice malabares pa que la cosa tuviera coherencia, a saber si se pudo (? post para ponerme al día, otra vez
     
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  17.  
    Amelie

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    [Seikanji; Yuzuki; Riku; Togashi; Akihito; Tsubaki; Kojiro; Hayato; Rengo; Rei; Konan; Kushina; Mako; Haku]
    [Ryoshi; Aoi; Dozan; Noishi]
    [Xiao; Torii]


    Rei miró a Aoi —¿Cuervo? ¿Ese es su nombre? — le preguntó rompiendo la tensión — Eres como Kumo que a su búho lo llamó Fukuro— búho en japonés — Es como si Akihito aquí presente le hubiera llamado kitsune a su zorro.

    Ryoshi sonrió al ver a todos los refuerzos que habían llegado; después miró a Aoi — Yo le pondré el nombre a nuestros hijos — dijo burlón para después abrazarla con genuina emoción; cómo un niño pequeño que se emocionaba por ver que tenía más amigos para jugar bajo la lluvia.

    Varios esperaron fuera de aquella prisión; aun así escuchaban lo que sucedía.

    Los que vieron el cuerpo momificado empezaron a preguntarse por por qué estaba allí. ¿Una simple tortura para que cuando Kyuzo llegara perdiera la cordura? Un hombre sin mucho ímpetu ni esperanza era más fácil de manipular. La crueldad del enemigo era evidente.

    "No te voy a culpar, pero si decides quedarte pudriendo aquí, te haré responsable de algo diferente"

    —Pensé— Kyuzo pausó —En verdad yo tenía fe de que aun siguiera con vida —dijo ante Riku.

    "Levanta la cabeza y mírame. Soy Togashi"

    Levantó la vista y se acercó a él para colgarse de brazo, su pierna de palo no estaba, y mostraba varios golpes en sus manos —Debí haber esperar en Omori; pero estaba tan cerca de mi maestro, él —se giró al cuerpo momificado y sin completar su frase se levantó, mirando a Riku — No seré una carga para ustedes.

    Rengo tomó de la mano a Yuzuki y la apretó ligeramente, estaba nervioso, podía notarlo pues ya conocía perfectamente sus actitudes —Dice que no debes culparte por su muerte; pero si te quiere reprender por haberte ido sin terminar bien tus estudios. Dice que no todo es la práctica; también la teoría es importante, la filosofía del alma templada. ¿Qué acaso te debe caer otro caballo encima para que te des cuenta?— sonrió nervioso —Eso dice él —señaló al cadáver.

    Kyuzo miró a Rengo con los ojos completamente abiertos, cómo si el cansancio, la tristeza y el dolor ya no estuvieran en su cuerpo —Alma templada.

    Rengo afirmó para después ver a Riku — Dice que tu te has convertido en un guerrero muy fuerte; pero que estás muy fachoso, dice que debes vestir mejor si quieres encontrar una mujer y hacer perdurar el apellido Okudera. Que ya estás grandecito para comenzar a hacer una familia.

    Miró al cadáver —Usted, Togashi y yo debemos hablar.

     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Yuzuki Minami
    Prisión

    Era siempre igual, ¿no? Y es que allí era donde estas personas tenían razón, minar la voluntad de las personas, trastocar sus cimientos, los volvía más fáciles de manipular y por consecuencia las piezas colapsaban más rápido. La estrategia funcionaba, era vieja como el mundo mismo, y no por ello dejaba de ser terriblemente cruel. Pensé todo eso sin poder sacar el cadáver de mi campo de visión y sin dejar de oír las voces ni de ver los recuerdos fragmentados de Kioto.

    Kyuzo dijo que no sería una carga para nosotros, comprimí los gestos de nuevo y si saqué los ojos de los restos fue porque sentí que alguien alcanzó mi mano. Percibí los nervios en el agarre, los nervios de Rengo, y volteé el rostro para poder mirar su perfil mientras hablaba. En un intento que podía pasar por burdo le dediqué una caricia con el pulgar, quizás no lo calmara, pero de algo serviría.

    ¿Estaba hablando por el muerto?

    ¿Cuánto llevaba escuchándolo?

    La sensación de inquietud aumentó, recorrí el lugar con la vista y luego volví al menor de los Harima, que soltó algo que desentonó con el escenario general. No lo reprendí, si eran las palabras del maestro, bueno, ¿quién era yo para cuestionar su naturaleza? De todas formas, volví a mirar el cadáver cuando Rengo le dirigió la palabra, que debían hablar decía.

    —¿Con el maestro? ¿Ahora? —dije en un murmuro, más para Rengo que para el resto. Seguía sin soltar su mano—. Deberías... procurar ser conciso.

    Seguía nerviosa aquí, en esta prisión. Era otro equivalente a una tumba, como las murallas de Nagoya.

    —El paso del tiempo nos pone en riesgo.
     
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    Ayeah

    Ayeah Shinobi

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    Cuando Seikanji se situó le dedicó un asentimiento de reconocimiento a su vez y sonrió con timidez, formando un mudo "Gracias" con los labios para no romper aquel silencio. Había desconfiado mucho de aquel muchacho pero ahí estaba acudiendo a su llamado y montando guardia a su lado.

    Miró a Rei con curiosidad cuando habló y simplemente asintió.
    Es un cuervo, no iba a llamarlo Ardilla. — respondió con un encogimiento de hombros. — Kitsune es un buen nombre... ¿No?

    Inclinó la cabeza dudosa y se volvió hacía Ryoshi en busca de aprobación. Éste se limitó a abrazarla y su respuesta hizo que su piel de tornara color carmesí intenso.
    Se encogió dentro de los brazos del pirata y escondió el rostro en su pecho.
    Entonces todos tendrán nombres de ave.— Murmuró contra su piel con una sonrisa triste en los labios.

    Nunca había temido a la muerte pero la posibilidad de que su tiempo fuera limitado hizo que la imagen de aquel futuro se escapara entre sus dedos.
    Y ahora que quizás no pudiera tenerlo lo quería con desesperación, lo necesitaba como el oxígeno que respiraba.

    Sentía un nudo en la garganta por lo que no pudo seguir hablando y entonces las conversaciones del interior de la celda llenaron el silencio ocupando su mente con temas menos dolorosos.
     
    Última edición: 20 Diciembre 2024 a las 1:16 AM
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    Bruno TDF

    Bruno TDF Usuario VIP

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    Togashi

    Antes de pedirle que alzara la cabeza, Kyuzo llegó a pronunciar que había tenido fe en encontrar a su maestro con vida. Oírlo hizo que dejara escapar el aire de sus pulmones, en un suspiro suave, largo. Comprendía a la perfección ese tipo de anhelo, pues él mismo había pasado sus últimos años aferrado al deseo de saber que su hermano mayor seguía vivo. Ahora que tenía la tranquilidad de saber que su corazón seguía latiendo, no podía ni quería imaginarse el escenario adverso, justo como el le tocaba padecer a Kyuzo.

    El armero errante escuchó sus palabras y lo usó de pilar para colocarse en pie. Togashi recibió con cuidado el brazo que pasó por sus hombros y lo aseguró tomándolo de la mano, en cuya piel del dorso percibió relieves, probables marcas de golpes o quemaduras. La oscuridad aún no le dejaba distinguir del todo los detalles que le rodeaban… Sólo la palidez del cadáver destacaba… Con su otro brazo aferró el cuerpo de Kyuzo y lo ayudó a levantarse sobre una sola de sus piernas, pues el soporte que usaba para caminar sobre la extremidad faltante… ya no estaba.

    Le habían quitado todo.

    Si Rengo no hubiese intervenido con palabras que lo desconcertaron al principio, Togashi le habría reprochado a Kyuzo por considerarse una carga… Los dos herreros se giraron al unísono hacia el joven Harima, quien aferrado a la mano de Yuzuki habló del accidente del caballo y… de la filosofía del alma templada. Eran cosas de las que no le había hablado en la cima de la montaña, que no debía conocer de ninguna forma. Hasta donde podía inferir, Rengo no había tenido trato con Masamune o Yamamoto. Pero cuando el joven señaló al cadáver, terminó por soltar otro suspiro.

    Mientras que el asombro de Kyuzo fue exuberante, a Togashi se le vio más bien resignado.

    La actitud de quien acepta cosas nuevas a las que todavía se está acostumbrando.

    Cuando Rengo, tras transmitirle unas palabras a Riku, le dijo al cadáver que tenía que hablar con ellos, simplemente lo miró con una mezcla de interés y confusión. Yuzuki apuntó cierta urgencia en la situación al pedirles que fueran concisos, lo que sonaba lógico y, al mismo tiempo, demostraba que estaba mucho mejor acostumbrada que él a las cosas que sucedían alrededor del joven Harima.

    Togashi miró el cuerpo de Keisho.

    Porque el herrero siempre debe mostrarse con fuertes convicciones, se debe volver una inspiración; porque aquel que sepa afilar el espíritu de los demás, forjará un alma templada... —citó, para luego voltearse hacia Kyuzo; afirmó los agarres que lo ayudaban a tenerse en pie—. Me dijiste que era la frase de tu maestro.

    Su atención se dirigió entonces a Rengo y afirmó, dispuesto a hablar con el espíritu que los acompañaba.

    No hay forma de que los demás también podamos escucharlo, ¿no es así? —quiso confirmar.
     
    Última edición: 20 Diciembre 2024 a las 11:56 AM
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