Sala de entrevistas

Una cosa era cierta, no tenía muchas ganas de atender mis responsabilidades académicas, pero tampoco era dado a hacer el vago tan de gratis si debía ser sincero. Me había echado la siesta porque la entrevista era del grupo de Rowan y Sasha, no mía, y hoy pues al menos ya no estaba lloviendo a cántaros y eso mejoraba un poco el asunto de tener que ser un estudiante, digamos, decente.

Wickham había pasado por mi escritorio, en resumen dijo que se la sudaba si aparecía, no le respondí en sí porque no creí que hiciera falta y bajo esa lógica dejé el tiempo correr un rato. Rowan me preguntó si no pensaba mover el culo en algún punto, así que simplemente me levanté, bajé en el ascensor y luego de comprarme una botella de agua subí a la primera planta mientras me bajaba un par de tragos.

Al llegar a la sala me planté en la puerta sin ninguna clase de aviso real, así que me comí un poco del numerito de mis compañeros y siquiera cambié de cara. Solo le di otro sorbo al agua, parpadeé y luego solté la tontería de turno, aunque ni yo mismo supe hasta dónde podía entenderse como una broma o no. Tampoco importaba mucho en verdad.

—Pueden fingir que no existo hasta que llegue el invitado de honor. Sería una lástima cortar algo tan bonito.

Aunque ya lo había cortado, claro.

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y la interrupción fui yo, im sorry JASJAJ

 

—¡Es que siempre intentan comprarlo! —me defendí, repentinamente indignado, y cuando dijo que Matty no le interesaba de momento la miré con sorpresa, primero, después sospecha—. "De momento"... Todas iguales.

Suspiré, dramático, y dejé morir el tema allí. Luego alcanzamos la sala de entrevistas y le solté la oferta muy liviano, la cual ella pareció cazar sin problema. Seguí su recorrido con atención pero bastante relajado, y aguardé a que se recostara contra uno de los escritorios para avanzar en su dirección. Mis piernas quedaron a los lados de las suyas, me regodeé en el trayecto de sus ojos y estuve a punto de contestarle cuando la voz de Sakai irrumpió en el espacio.

Mi expresión se ensombreció, clavé la vista más allá de Riamu y exhalé por la nariz. Al parecer sí se había iluminado. Giré el rostro hacia él y retrocedí levemente, hundiendo las manos en mis bolsillos.

—Well, the more, the merrier —comenté al aire, en un tono ambiguo como el suyo, y seguí yendo hacia atrás hasta trazar una distancia neutral con la chica—. ¿Tu viejo te avisó algo de a qué hora llega?

 

Las reacciones de Joey eran tan graciosas que simplemente no podía evitar reírme con cada cosa que decía o hacía, con la ofensa sobre la supuesta preferencia de las chicas por su hermano sin ser ninguna excepción; así fue cómo llegamos a la sala de entrevistas. Una vez ahí, yo me alejé para apoyarme en la mesa y él, por supuesto, no tardó en volver a acortar las distancias para colocarse justo enfrente de mí, sus piernas atrapando las mías. Mi oferta también había sido bastante intencionada, y estaba convencida de que Joey tendría una respuesta a la altura de la misma, pero entonces...

La nueva voz masculina se coló en la sala y me devolvió a la realidad de golpe, haciendo que la sangre me subiera a las mejillas a la velocidad de la luz. Ay, Dios, nos acababan de pillar en una situación tan... íntima, ¡qué vergüenza! Me tapé el rostro con las manos, aprovechando los segundos de escondite que Joey me otorgó al quedarse delante de mí, e hice lo posible por controlar mis nervios para cuando me tuve que quedar expuesta.

—Me ha dicho que estaba llegando, eh...

Justo en el momento en el que giré el rostro para responderle a Joey, mi móvil vibró dentro del bolsillo, así que lo saqué para comprobar el mensaje y... efectivamente, ese era mi padre avisándome de que acababan de dejarlo en la entrada de la academia. Me separé de la mesa como un resorte y siquiera le hice mucho caso a los chicos mientras me alejaba hacia la puerta, asomando la cabeza por la misma hasta que vi a mi padre aparecer y le hice una señal con el brazo para que viniera.

>>¡Papá! —exclamé nada más verlo, rodeando su muñeca con mis dos manos para llevarlo hacia el interior del aula—. ¡Hola! ¡Mira, te voy a presentar a mis compañeros! Él es Joey y él es Torahiko.

Mi pobre padre era un hombre bastante tranquilo, por lo que se dejó arrastrar por mi chute de energía sin poner demasiada resistencia, y solo se permitió dejar salir una pequeña carcajada cuando terminé de presentar a los muchachos.

—Encantado, chicos. Mi nombre es Masashi...

—¡Espera, papá! ¡Tienes que presentarte en la entrevista!

Sin darle mucho espacio a réplicas a ninguno de mis acompañantes, arrastré de nuevo a mi padre hacia una de las sillas disponibles e, inmediatamente después, hice lo mismo con Joey y Tora en el lado contrario, dejando un hueco en el medio para poder colarme entre ellos. Saqué mi móvil para ponerlo a grabar y levanté el pulgar hacia el entrevistado, haciéndole saber que podía empezar.

—Bueno, como estaba diciendo... —retomó con algo de gracia, dejando la bandolera que traía sobre la mesa—. Mi nombre es Yumemi Masashi, tengo cuarenta años y trabajo como director de cine. Estoy aquí para responder todas vuestras preguntas... aunque no me puedo quedar mucho tiempo.

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por aquí el outfit del señor uwu7

 

Noté la reacción de Wickham, al pobre hombre le agüé la fiesta sin pretenderlo en verdad, su respuesta se quedó en la misma ambigüedad que la mía y habría pasado el asunto, pero a Riamu se le hizo un desastre, el bochorno le alcanzó el rostro y me hizo alzar ligeramente las cejas. A ver, no decía que esperaba que fuese inmune a la interrupción, pero igual la vergüenza se me seguía antojando bastante incomprensible en cualquier escenario.

Solo cuando se separó de la mesa si le hubieran dado un toque de electricidad me hice a un lado, pues seguía casi en la puerta, y pronto la chica estaba arrastrando a su padre dentro, no mucho después de que Wickham preguntara por él asunto y ella contestara que estaba por llegar. Nos presentó, luego de que dijo mi nombre hice una reverencia un poco informal y algo de gracia me hizo que el tipo se dejara arrastrar por su hija sin más, aunque seguro estaba acostumbrado de por sí.

El hombre se presentó, ella lo cortó y de repente, hablando de dejarse arrastrar, pronto estuvimos todos sentados como si fuéramos piezas de una casa de muñecas. No acabó de gustarme la imagen mental, pero no por ello sentí molestia hacia ella, solo bateé la sensación.

Riamu sacó el móvil para grabar, ahí caí en que no traía en qué tomar notas, así que dejé la botella de agua al frente y saqué el móvil para por lo menos hacerlas allí. Para tener algo de compromiso con la causa.

—Le agradecemos mucho que accediera a ayudarnos con este proyecto, Yumemi-san. Es un placer conocerlo y trataremos de no quitarle demasiado tiempo —empecé en vistas de que en apariencia estábamos preparados. Todo lo solté habiendo cambiado a un tono más cordial y después de relajar las facciones, lo suficiente para dedicarle una sonrisa modesta—. Podríamos iniciar con una pregunta un poco amplia. ¿Qué lo llevó a interesarse por el cine y decidir convertirse en director? Tengo entendido que es un área en la que cuesta abrirse paso.

 

El hombre se quedó esperando tranquilamente a que su hija acomodara todo lo necesario para la entrevista, desde sus propios compañeros al móvil que haría las veces de grabadora. Riamu tenía muchísima energía, eso era algo que había sacado de su madre, y era innegable que un padre siempre se sentiría orgulloso de ver toda esa energía enfocada en el ámbito académico. Cuando todo estuvo preparado, pues, Masashi se presentó con la voz lo suficientemente alzada para ser captada correctamente por el micrófono, pero sin perder en ningún momento el aire calmado que le rodeaba.

La primera pregunta vino del muchacho rubio... Torahiko había dicho Riamu que se llamaba, ¿cierto? El hombre lo escuchó hablar con atención, sonriéndole con suavidad primero y adoptando un expresión más seria después, cuando empezó a sopesar la respuesta que debía dar.

—La explicación más sencilla es decir que fue vocación —acabó contestando, recuperando la sonrisa amable del inicio—. Es un poco difícil rastrear el origen, a decir verdad, porque es una de esas cosas que simplemente supe desde que he tenido uso de razón. Siempre supe que quería capturar historias de alguna manera y... bueno, supongo que después de ver mi primera película en el cine tuve claro que mi objetivo iba a ser ver mi nombre reflejado en la gran pantalla. Tienes razón en que es un mundo bastante cerrado, especialmente ahora que las productora solo quieren usar grandes nombres conocidos para promocionar sus películas, pero yo tuve mucha suerte en ese sentido... mis padres tuvieron el dinero y los contactos para abrirme paso más fácilmente. Confiaron en mí, porque sabían que tenía el talento, y a partir de ahí solo tuve que esforzarme para demostrárselo al resto del mundo.

 

Tras la aparición del hombre y el consiguiente chute de energía de Riamu, en un abrir y cerrar de ojos acabamos todos dispuestos en torno a la mesa de entrevistas. Sakai abrió la ronda de preguntas, detalle que me hizo mirarlo de reojo, y decidí suprimir la sonrisa que quiso asomarse. Masashi respondió y yo me seguí distrayendo en mis propios pensamientos. ¿Sería algo así como un nepobaby? ¿Nepoboomer? Aunque realmente no entendía del todo bien esos conceptos...

—¿Con qué tres palabras describiría su carrera cinematográfica hasta el momento? ¿Tiene un proyecto predilecto, el que lo haga sentir más orgulloso o le tenga más cariño?

 

—Oh, interesante pregunta... —murmuró el hombre tras escuchar la cuestión inicial de Joey, llevándose la mano al mentón en un gesto pensativo—. Satisfactoria, desde luego, y también muy emocionante... pero todavía algo verde. Están siendo los mejores años de mi vida, ¡y estoy muy contento con todo lo que he conseguido hasta ahora! Aun así, sé que todavía tengo mucho por aprender y un largo camino que recorrer... muchas veces siento que mi carrera todavía está en sus inicios, a decir verdad —finalizó su primera tanda de respuestas con una sonrisa ligera, antes de relajar el cuerpo y permitir que un poco de melancolía se colase en su expresión—. En cuanto a mi proyecto favorito... seguramente sea la respuesta más cliché del mundo, pero tiene que ser mi primera película. Bueno, en realidad fue un cortometraje que hice para un pequeño festival de mi barrio... Era de miedo y quedé en tercer lugar, ¡pero para mí es muy especial!

Riamu se había quedado escuchando las respuestas de su padre con una atención que pocas veces se le podían ver, casi como... ¿si nunca hubiera escuchado esa información? Quizás ese fuera el caso. Sea como fuere, la atención del hombre se posó sobre su hija en cuanto terminó de responderle a Joey y ella se dio cuenta de que le tocaba aportar una pregunta a la entrevista.

—¡Ah, sí! ¡Es mi turno! —exclamó, enderezando la espalda de golpe—. Has trabajado con actores, guionistas y otros directores, tanto internacionales como nacionales, y mi pregunta es... ¿crees que el mercado de fuera se está abriendo al nuestro? Quiero decir, ¿cómo ha sido tu experiencia en ese sentido?

—Uhm... sigue siendo bastante difícil abrirse paso en el mercado internacional, ciertamente, aunque el verdadero reto es conseguir volverse relevante para el público extranjero, que está tan acostumbrado al cine occidental. Pero la animación japonesa siempre ha sido muy apreciada al otro lado del charco, claro ejemplo son las películas de Ghibli, y hace poco hemos visto como una película coreana ha ganado cuatro Óscar y otros tantos premios internacionales más, así que diría que las oportunidades están ahí. Hay muchas esperanzas entre nosotros, mis compañeros y yo, de que el cine asiático se acabe volviendo mainstream con el tiempo.

 

En medio de las preguntas había ido tomando notas en el móvil de forma intermitente, para no dejar de prestarle atención al hombre. No era yo un gran fan del cine ni nada, pero al menos como conversación no estaba tan mal, así que puntos por eso. Todo fuese por no aburrirme con el famoso proyecto.

De cualquier manera, la pregunta de Riamu hizo que se me ocurriera otra, así que volví a tomar la palabra.

—La pregunta es similar, ¿pero cree que el cine asiático se ha adaptado a un público occidentalizado o por el contrario el público se ha comenzado a mostrar más abierto a lo que las producciones asiáticas tienen para ofrecer en comparación? Teniendo en cuenta las diferencias culturales, la globalización y demás. Sin dudas a Ghibli occidente le guarda cariño, pero pasamos de eso a ver una producción coreana llevarse los Óscar y otros premios. Es un salto importante.

 

—Diría que ambas condiciones se han tenido que dar —volvió a responder papá en dirección a Torahiko, asintiendo un par de veces con la cabeza en un gesto algo pensativo—. Ha habido mucha influencia del cine de Hollywood en Japón, así como en otros países asiáticos, y eso inevitablemente ha hecho que nuestro arte cambie y evolucione; el arte se alimenta de más arte, después de todo. Quizás para algunos directores haya sido de manera inconsciente, puede que otros se hayan adaptado en busca de esa gloria internacional... eso ya es algo que no puedo saber. Por otro lado, también creo que el público occidental ha empezado a interesarse más por otras producciones; quizás se han cansado un poco de lo que Hollywood tiene que ofrecer y buscan algo diferente, algo que nuestra cultura y forma de hacer películas pueden ofrecerles.

Y casi como si hubiera estado preparado de antemano, el móvil de papá empezó a sonar nada más él terminó de contestar aquella pregunta, por lo que tuvo que pedirnos perdón antes de salir rápidamente de la sala para poder responder a la llamada. Suspiré quedo mientras apagaba la grabadora de mi propio teléfono y renové la sonrisa al mirar a los chicos, intentando hacer como si nada.

—¡Bueno! Creo que con eso llegamos a las preguntas mínimas, así que... —suspendí el silencio un par de segundos, guardándome el móvil dentro del bolsillo—. Voy a ver si papá quería añadir algo más, un segundo...

Salí así de la sala, encontrando a mi padre no muy lejos de una de las ventanas del pasillo, y esperé a un par de metros que acabara su llamada, acercándome a su posición una vez ese fue el caso. La expresión de su rostro era tan evidente que supe incluso antes de formular la pregunta en mi mente cuál iba a ser la respuesta; aun así, no pude hacer nada para evitarla.

>>¿Pasa algo?

—Nada grave, no te preocupes. Me necesitan en Seúl para algo de trabajo, eso sí. ¿Necesitabais algo más para la entrevista?

—No, no, hemos acabado, pero... pensaba que ibas a pasar el fin de semana conmigo...

—Lo siento, cielo, no puedo dejar esto colgado. Prometo que te lo voy a recompensar, ¿vale?

—Mhm.

Vi cómo se alejaba por el pasillo tras haberme revuelto un poco el pelo y tuve que aspirar un montón de aire para dejarlo salir poco a poco, en un suspiro que buscó controlar... bueno, las ganas de llorar que me entraron. Cuando finalmente sentí que estaba preparada, volví a la sala de entrevistas con una sonrisa ligera decorándome los labios.

>>Papá se ha tenido que ir, muchachotes, así que parece que hemos acabado por aquí. Me voy a poner a transcribirlo ahora y luego lo entrego, así que no os tenéis que preocupar de nada más —les informé, habiéndome colocado a poca distancia de ellos, y tras pasear la vista entre ambos, acabé por centrarme en Joey unos segundos extra—. Parece que sí vas a poder venir a mi casa este finde. Luego escríbeme si necesitas que compre algo específico... más te vale hacerme una comida rica —le amenacé, incluso señalándolo con el dedo índice para parecer más estricta, pero al final me relajé con una risilla y le dejé un beso en la mejilla.

Me despedí de Tora con la mano después y salí de la sala. Primero iba a tener que recoger mis cosas del aula y luego tendría que bajar a la biblioteca para ponerme con la transcripción... después entregaría el trabajo, ¡y a casita por fin! Ni tan mal, ¿verdad?

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por aquí cierro, señoritas uwu7

 

Después de soltar mis preguntas la verdad fue que desconecté bastante. De por sí mi interés en las actividades académicas era nulo y no sentía particular afición por el cine, no distinguía bien todo eso del mercado internacional, que occidente, que ser mainstream y no sé qué. Me comía la saga de Fast and Furious al hilo y con papas, probablemente mi existencia fuera una desgracia para un verdadero cineasta como este ilustre señor.

Regresé a la realidad cuando el móvil del tipo empezó a sonar y Riamu declaró el final de la entrevista. Los vi salir por la puerta y me quedé allí como estaba, medio derretido contra la silla, de brazos cruzados y con un tobillo sobre la rodilla opuesta. Había girado la cabeza casi como un búho para seguir su recorrido y luego miré a Sakai, a mi lado. No dije nada, paseé los ojos por el techo y básicamente me quedé papando moscas hasta que Riamu regresó. Anunció que ella se encargaría del resto y yo empecé a relajar la postura, preparándome para incorporarme.

—Pero qué aplicada, Ri-chan —la molesté en un murmullo.

Iba a seguir picándola cuando dijo que este finde podía, desviando mi foco de atención hacia dichos planes, y asentí con una cuota de ilusión impresa en el rostro. ¡Qué maravilla! ¿Mañana podría volver a usar el jacuzzi? Que alguien me pinchara, por favor, esto era demasiado bueno para ser verdad.

—¡La mejor de tu vida! —afirmé plenamente convencido tras su amenaza.

Me quedé quieto al recibir el beso en la mejilla, una sonrisilla satisfecha se me plantó en los labios y la despedí con un suave "nos vemos, Ri-chan". Volví a quedarme a solas con Sakai, volví a mirarlo y solté un "adiós, hombre" en lo que me iba. Técnicamente los dos íbamos a la 3-1 pero imagina que me aventaba por las escaleras o algo, ¡habría sido una tragedia! ¡Una gran, gran tragedia!

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por acá cierro yo también <3

 

Yumemi respondió mi pregunta, ante lo que fui asintiendo ligeramente y cuando terminó, casi como si la cosa fuese un sketch, al tipo le sonó el móvil y se tuvo que retirar para atender. El suspiro de Riamu me hizo mirarla de reojo antes de que hablara y se fuera con su padre, no dije nada, eché la espalda en la silla y terminé de anotar un par de cosas antes de guardarme el móvil en el bolsillo.

Cuando volvió, dijo que ella lo transcribía y lo entregaba y entonces enfocó la atención en Wickham. Me comí el numerito sin que me importara en lo más mínimo, despedí a la chica con un movimiento de mano. Me fui levantando casi con pereza, en ese rato el moreno se retiró y se despidió, ante lo que contesté un "Adiós" de lo más escueto, ya habiendo reseteado los sistemas al default.

Hombre, ni que fuese a aventarlo por una ventana, ¿cómo iría yo a arruinarle a un tipo la velada tan bonita que lo esperaba el finde? Había que saber respetar, la solidaridad también era importante. En cualquier caso, salí de la sala, cerré la puerta y pensé en ir a echarme una siesta en la enfermería para prepararme para la noche que nos esperaba en el bar, pero al asomar la cabeza vería a los bellos durmientes, así que me iría a clase.

Ni modo, tocaría trabajar con el sueño que ya tenía en el sistema. Que mi malhumor se lo comieran los chicos y ya.

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relleno just because, pero pues vale de cierre uvu