"La moderna concepción de la felicidad, donde la búsqueda del placer está en el centro y donde cada individuo es un juez solitario de sus propios deseos, está en el corazón de la crisis de nuestra civilización." — Erich Fromm Más, más y más. En el mundo de hoy el problema es el signo "+". La cuantificación máxima de todo lo que es percibido como deseable, esa es la crisis de nuestra civilización. Exceptuando en aquellos ámbitos evidentes, donde la máximización es enemiga de otra maximización más deseable, y al ser contradictoria, debe abandonarse una en pos de otra; toda norma de la cultura hegemónica en el mundo que habitamos implica que uno debe maximizar. Se maximiza la fama. Se maximiza el dinero. Se maximiza el sexo. El mundo de hoy es una configuración particular y última del capitalismo. Cuando comenzó, como modo de producción y sistema de vida, fue configurando el mundo en sus aspectos materiales más básicos, solo en ellos, y afectando poco a poco otros ámbitos de la cultura y la política. Pero hoy en día ha afectado el espíritu y la conciencia humana, trastornando sus valores y principios, hasta la autopercepción y los fines de la existencia. En sus principios, la lógica del capital era producir más y más bienes. El objetivo era aumentar el grosor de la vida material, tan pobre en centurias anteriores. Hoy, la lógica del capital abarca todo, y el capitalismo, como un virus, ha llegado incluso a configurar el reino de los sentimientos, para convertirlos en una entidad cuantificable, ergo, maximizable. Se ha perdido la virtud, o se la ha reemplazado. Los estoicos apelaban a la virtud de la paciencia y de la frugalidad. Pero hoy la virtud es siempre el tener más. Más dinero, más sexo, más fama, más musculatura, más experiencias, más likes, más ofertas, más cursos, más libros leídos, más videojuegos jugados, más obras escritas, más canciones en una playlist, más emociones, más felicidad, más exámenes aprobados, mayor promedio, mayor tamaño fálico, mayor capacidad de ahorro, mayor casa o vivienda, mayor cantidad de amigos, mayor destreza en el deporte, mayor crecimiento económico. Mientras el planeta se adentra en una crisis medioambiental incuestionable, y nos demanda menos, menos y menos, el sistema que hemos logrado configurar para nuestras vidas nos exige más, más y más. La penalización de no adaptarse a este mundo es el ostracismo, la negación de tu existencia. "¿Y vos quién sos? ¿Quién te conoce?", es una frase recurrente que funciona en la sencillez para descalificar al otro. El "¿quién sos?" alude a la imposibilidad de que la otra persona sea un "quien", ya que no tiene un nombre famoso, ni por su dinero, ni por su popularidad, ni por ninguna cualidad, característica o actividad que se haya maximizado. El "¿quien te conoce?" pretende recordarle que si fuera un "quien" reconocible, se rodearía de otros "quienes" de su mismo nivel, pero si "no lo conoce nadie" (es decir, es conocido, pero por los "otros") entonces es porque es en sí mismo, un "nadie", "otro nadie" más. Y el sistema también los maximiza, a los "otros", los quieren en más cantidad. Porque mientras más sean mejor, mayor el contraste. He aquí una de esas contradicciones entre los signos "+". Para que el contraste sea mayor, ellos, los que han maximizado todo, deben ser necesariamente menos. Deben ser pocos, los menos posibles, y así es como el contraste logra maximizarse. Porque si el mundo ha configurado nuestros espíritus para tener más, en todos los aspectos, hasta la felicidad, entonces es preciso que para que eso adquiera valor otros carezcan de ello. Y mientras más sean los que menos tienen, mayor valor adquiere la maximización de los pocos maximizadores de la vida.
A medida que leía tu escrito, que también se le podría llamar reflexión, recordé el concepto de otredad sobre el cual leí hace varios años, y lo pensé justo antes de que mencionaras explícitamente a los marginados como otros. La otredad es peligrosa y necesaria para el sistema en el que vivimos, del cual bebemos y también se alimenta de nosotros. Es una simbiosis que parece inevitable, una máquina enorme a la cual no tenemos idea cómo hacerle frente y que nunca parece satisfecha. ¿La maximización tiene límite? Un límite natural, digamos, no el límite que eventualmente imponga el planeta. Me atrevo a decir que no, y pensarlo de esa forma da algo de miedo. Los sistemas, sin embargo, tienden a desplomarse bajo su propio peso, como si, hablando en términos hegelianos, contuvieran desde su creación la semilla de su propia destrucción. La problemática se establece cuando el germen destructivo es tan grande, tan voraz, que amenaza con consumir hasta la última gota del agua que tenemos y el aire que respiramos. ¿Qué nos queda después de ese estallido? Es un comentario breve, pero hablar más sería repetir lo que ya vos expresaste de forma muy elocuente. Me gustó mucho el escrito, es conciso y directo, y se pasea entre la elegancia de una prosa cuidada y la necesaria ridiculez de ciertos patrones de la maximización. Me refiero más concretamente a este párrafo, que creo es mi favorito. Te mando un saludo desde acá, o sea, a un par de cuadras de tu casa jeje
Siento que tu escrito me ha hecho reflexionar, es un golpe a la realidad actual preocupante. Obviamente con el paso de los años la forma de vida ha ido evolucionando y si bien hemos conseguido avances beneficiosos, también nos estamos creando un estilo de vida y una dependencia no tan sana. Ahora parece que necesitemos la aprobación de la gente, especialmente virtual, para ser alguien y sobre todo, enseñar todas las cosas buenas que nos pasan. Pensar que una persona es mejor por tener más likes, más seguidores, más dinero, etc. es un error. ¿En qué momento nos hemos perdido? ¿En qué momento nuestra valía se mide con esos parámetros? Es superficial. Me parece muy atrayente la temática que has escogido para el escrito, puede generar un debate muy interesante. Además de poner ejemplos claros, dejas en claro las consecuencias negativas que tienen en el planeta. Me gusta cómo lo describes, mientras siempre buscamos más, el entorno nos está pidiendo menos. También me gusta el contraste final, para que esos valores sean deseables tienen que ser exclusivos y estar al alcance de pocos. La típica frase de unos tanto y otros tan poco. Esto puede que sea cosa mía, pero esos momentos de diálogo que usas palabras como "vos", "sos" que yo en mi día a día no uso, me han hecho sonreír y la lectura se me ha hecho más liviana y cercana en esos momentos. En definitiva, el escrito ha sido sugestivo, directo y reflexivo. Distinto a lo que estoy acostumbrada a leer. Gracias por compartirlo.
Interesante análisis. Este tema no es nuevo, es una conversación que, me atrevería a decir, muchos han tenido en algún momento de su vida, ya sea hablando entre pares o meditándolo con la almohada. Pero también estoy seguro de que muchos han atacado este problema con avatares en concreto: la necesidad de fama/popularidad/atención, el acaparar posesiones, el hambre insaciable de dinero, la corrupción que genera la ambición descontrolada, etc. En ese sentido, creo que es la primera vez que veo a alguien atacar el tema desde un punto más abstracto que sea común a todos ellos, el "+". Me encanta, le da cierto toque primordial al problema. Me gustó que se empezara hablando del "+" como un sinónimo de maximizar en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida, aunque personalmente difiero en la segunda parte, cuando se menciona la ironía de perseguir la maximización de forma acotada a unos pocos elegidos. No es una contradicción, "maximizar" y "minimizar" son dos caras de una misma moneda llamada "optimización". Es esta moneda donde creo yo que se esconde la abstracción del "+", la maximización es solo una herramienta posible. Buscamos maximizar lo que nos conviene, pero también buscamos minimizar lo que no nos conviene. En la jerga de los videojuegos esto comúnmente se llama "Min-Max", seguro que algún erudito tendrá un concepto más intelectual para referirse a lo mismo, pero creo que esa es la respuesta a lo que planteas al final. En la búsqueda de optimizar nuestros intereses se esconde la obsesión y perdición de muchos: más dinero trabajando lo menos posible, mejor calidad de vida gastando lo menos posible, mayor fama y éxito teniendo la menor cantidad de responsabilidades, etc. Tiene sentido que una consecuencia lógica del min-max a nivel social sea concentrar los recursos en unos pocos: más poder, diluido en la menor cantidad de gente posible. El "+" de hoy no es un problema porque todos quieran perseguirlo, sino porque, en proporción al resto, solo unos pocos tienen la posibilidad de hacerlo. Es un sistema que sobrevive a partir de la canibalización de aquellos que no lo logran. Respecto a la narración (esto ya es a pito personal), soy más fan de las profundizaciones que de solo mencionar una problemática sin más. Tenemos este gran problema y... Fin. ¿Siquiera podemos hacer algo al respecto? ¿Hay alguna luz al final del túnel en tu opinión? ¿No tenemos salvación? Parte de la magia de este tipo de presentaciones es que muchos de los debates que surgen no ocurren tanto porque compartamos diferentes puntos de vista, que es lo que personalmente más me intriga ver, sino porque cada uno elige hacia dónde desviar la conversación, son intenciones muy distintas. Me hubiera encantado conocer tu opinión al respecto, pero también entiendo por qué cualquiera evitaría casarse con una conclusión: este problema que presentas es de por sí demasiado extenso para abordar en un solo tratado, es más que seguro que otros más capaces (je) que nosotros ya habrán discutido esto mismo con la extensión y profundidad que merece. Sin mencionar que esta decisión trae un coste obvio, el de podar los distintos significados que los lectores podrían abstraer en favor de discutir si la reflexión nos parece correcta o no. Esto último quizás nos sacaría del debate que intentas introducir, así que puede que no casarse con una conclusión específica sí haya sido la mejor opción, quién sabe. Voy poner en práctica mi propio consejo y casarme con una solución, sea correcta o no: creo que una forma de corregir el problema es ponerle una correa, confinar al "+", controlarlo. Eso nada más, que ya este comentario se me hizo muy largo jaja. Solo esta afirmación debería dar pie a muchos argumentos tanto a favor como en contra, pero de nuevo, sería más un debate para llegar a un consenso que considere la mayor cantidad de pros y contras de la solución propuesta, no una discusión abierta donde todos puedan plantear sus perspectivas respecto a la problemática original. Respecto al escrito en sí, como ya te han comentado es una narración ligera para la comprensión lectora que te mantiene interesado desde el principio, así que me alegra que se aproveche este potencial clasificando al público objetivo con "para todas las edades". Es un buen ejemplo de que es posible hablar sobre ciertas dimensiones de la vida adulta a cualquier público mientras se haga de la forma adecuada. Gran reflexión, da para conversar largo y tendido. Me ha gustado mucho. Saludinos.