Kuroki Fusatada Gendo se veía complacido por mi pregunta, y aunque ignoró lo otro que le consulté, no tardé en dirigir mi mirada hacia el hombre que había señalado, un sujeto que parecía tener incluso una mirada severa, su nombre era Kuyo, y Gendo no tardó en explicar no solo las razones por las que me debería acercar a él, si no incluso, el cómo se ganó el respeto del mismo Gendo. Me contó la historia de cómo obligó a Murai a asesinar a su hermano, debido a lo acontecido en Kioto y los Fujiwara, por lo que, todo fuese con tal de no romper lazos, si no obligarlos a obedecer, Kuyo fué el responsable de hacer más cruenta la venganza y el castigo, y debido a que estaba mentalizado a dejarme llevar por el papel, no evité ir sonriendo al ir entendiendo el porqué Gendo anhelaba esterchar lazos con el hombre, Gendo hablaba con emoción, se percibia a leguas que disfrutaba lo que me narraba, yo no le quité la mirada al hombre, solo escuchaba con paciencia, mientras internamente me sorprendía por el detalle de que Murai hubiese sido alguien tan sometido e incluso sensible... hasta donde sabía, era una persona en extremo imponente y siniestro. Personalmente me sorprendía entonces que Gendo no lo tomase como un cercano, alguien en el que incluso Saizo aún le tenía dudas, pero no pregunté nada, creía que las respuestas hacia ello se resolverían solas. —Ahora entiendo porqué me lo presenta, Maestro. Un hombre que es capaz de maquinar la venganza más cruenta de todas para dejar en claro quién es el que manda... O, si lo pongo en mi caso, que busco vengarme de todo en lo que me han fallado y amenazado... Entonces él será quien me ayudará perfectamente en dicho propósito, ¿no es así?—. Dije, con calma, pero sin borrar la sonrisa. Así que Kuyo... Parecía ser la persona más importante a tomar en cuenta ahora mismo, un detalle interesante a tomar en cuenta.
Salón Imperial [Kuroki; Gendo; Sayuri; Daidoji; Saizo] Gendo afirmó satisfecho a la reacción de Kuroki —Si, él puede ayudarte —dijo para después indicarle a Kuyo que se acercara. Kuyo avanzó, al parecer estaba esperando la indicación; mostrando respeto a su nuevo Emperador sin romper los límites acercándose como si fueran familia. —Mi señor —dijo colocándose de rodillas ante Gendo. —Mi muchacho quiere conocerte —dijo Gendo refiriéndose a Kuroki. Kuyo profundizó su mirada en Kuroki — Un joven con un ascenso apresurado —dijo Kuyo hacia Gendo — Tus emociones podrían engañarte si lo sigues tratando como a un hijo propio —miró a Gendo esperando que éste le mandase a callar; pero no lo hizo. —¿Por qué no he de tratarlo como a un hijo propio? Ha cumplido con más de lo que muchos subordinados han intentado por estaciones sin éxito alguno — Gendo hablaba calmado, no había tomado las palabras de Kuyo con la frivolidad con la que fueron dichas. O tal vez lo entendía; pero Gendo necesitaba de Kuyo, incluso más que cualquier guerrero con increíble fuerza. Kuyo miró a Kuroki nuevamente — Sota fue igual a ti —volvió a mirar a Gendo; pero esta vez Gendo no sonreía, su mirada era distinta, severa —Los pones a prueba enviándolos a morir. —Si regresan de una misión compleja, merecerán heredar a Konton — dijo con violencia. —¿Morir por un sable? Desperdicias a guerreros capaces, ahora me has nombrado consejero de guerra, tu estratega. Así que espero me escuches, si el joven Kuroki es tan fuerte como pregonas en cada esquina de este castillo, nunca lo envíes a ninguna misión solo —dijo clavando su mirada en Kuroki — Aquellos que obtienen mucho poder a tan corta edad podrán ver el horizonte pero no saben que hay más allá, y se limitan a saberlo —volvió a enfocar a Gendo — Y aquellos que le dan el poder a alguien tan joven sólo por su fuerza suelen ser más cortos en visión, incluso más que el joven a quién le confían su vida —negó —Sobreponer a alguien nuevo en la corte sobre aquellos que te han servido por mucho más tiempo es un insulto, y deberías recompensar a aquellos a los que has insultado antes de que sea tarde. Gendo bufó con fuerza —Retírate, Kuyo. Antes de que decida arrancarte los dientes. Kuyo hizo una reverencia a Gendo, después miró a Kuroki e hizo lo mismo; pero su mirada era distinta. Kuroki lo entendió, en el círculo cercano de Gendo sólo había personas que lo alababan y no lo contradecían, eso lo incluía a él y su juego de hacerlo creer que lo seguía ciegamente. ¿Pero eso dónde dejaba a Saizo? ¿Por qué la relación con él era distinta? Gendo no le quitó la vista a Kuyo hasta que lo tuvo suficientemente lejos —Es un hombre bastante útil; pero cree que sabe todo y eso me irrita, detesto que me crean un imbécil — Otra cosa en la que Gendo se parecía a Kuroki, una de las razones por la que confiaba en él. Se veía reflejado en el joven Kuroki —Pero en el momento que me deje de servir... —le sonrió a Kuroki —... te daré la libertad de matarle. A pesar de que Sayuri me lo había pedido primero, creo que ella lo entenderá si se trata de ti. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Gendo no tardó en mostrarse complacido por mis palabras y mandó a llamar a Kuyo, quién no tardó en aproximarse y lo hizo con respeto, a lo que puse atención al intercambio, no pensando ni dos veces el señalar lo que le molestaba, o mejor dicho, ofendia. Tal como pensé... Habían personas molestas por mi repentina aparición, lo cual no debía ser solo desconfianza, si no incluso odio, recordé las primeras palabras que me dedicó Daidoji, el cómo anhelaba ponerme a prueba, tal vez yo debería empezar a mentalizarme que ellos hicieran lo mismo, no sería de extrañarme, menos si lo hacían incluso por sorpresa. Cuando ví la oportunidad, decidí hablar, sin quitarle la fría mirada de él en ningún momento desde que me hablaban de él: —Entiendo la molestia, Kuyo... Pero demostraré que soy digno de estar en donde estoy, puedes estar seguro de eso, solo es cuestión de tiempo—. Dije, serio cuando el hombre ya me había reverenciado a modo de despedida, por lo que lo ví irse sin más. Si, no había dicho una promesa, no había dicho que lo vería, ni siquiera que un tal vez por ahí. Solo que el propio tiempo y destino me darían el momento de demostrarles que yo estaba aquí por una muy buena razón. Cuando Gendo me siguió hablando, la frase de que detestaran que lo vieran como un imbécil me sorprendió, a lo que la reacción fué mirarlo... No sabía si aquello era una sutil forma de decir que era como era porque antes lo habían subestimado hasta que estalló; como yo. Pero por mucho que no quisiera, no evité empatizar con él, cuando terminó de hablar, sonreí de vuelta. —Será interesante... Si pude con Taiki, creo que tengo una buena oportunidad—. Respondí con calma, para volver la vista al frente, reflexivo. Era una lástima, veía en Kuyo una potencial semilla de la discordia si conseguía manipular la suficiente la información que poseia, pero su comportamiento delataba que me rechazaba solo por estar en donde estaba, era inviable... Esto estaba siendo más difícil que el hacer ver a los cercanos de Gendo que estaba de su lado, lo mejor era seguirme apoyando en ellos y tener que buscar otras alternativas, todo lo que tenía era a Akechi, y esperaba que el chico del búho consiguiera su meta y no le pasara nada... >>De todos modos tendré cuidado con él, es evidente que no le caigo bien. Por ahora simplemente seguiré adelante, sus palabras no me hacen mella alguna, no debes preocuparte por eso, además, qué importa lo que diga... Si no pudieron conseguir lo que yo, es muestra de que no consiguieron esforzarse lo que debieron... Pero ahora al fin tienen su oportunidad, deberían estar agradecidos por ello... La oportunidad de acabar con los Minamoto y todos sus aliados para poner fin a esta guerra, es sencillo... Si todo sale bien, la recompensa será magistral y más que duradera—. Dije con calma, volviendo a observar a cada uno de los presentes, para por mi parte suspirar. >>Yo sé... Que eres el único que me ha tratado como merezco por ver el potencial que tengo, la verdad es que en toda mi vida siempre me han tenido en duda, siempre me han subestimado, creo que nadie se habia detenido a pensar de lo que era capaz... Ni siquiera Hiraga, siempre me tuvo cierta estima pero... Al final podía percibir esa... Maldita duda de que presentían que yo no lograría mucho. Ojalá estuviera con vida para hacerle ver lo equivocado que estaba. Pero ya tendré mi oportunidad con nuestros enemigos, así que me conformo con eso... Maestro, gracias—. Dije como último hacía Gendo, sonriéndole agradecido. Bueno... Creo que dentro de todo esto ha salido bien, pero no era mas que el comienzo del improvisado plan... Me pregunto si Akechi se estará moviendo a su manera, y de qué modo, solo esperaba que no le ganase el impulso, temía que cometiera alguna tontería por la rabia que experimentó ayer.
Salón Imperial [Kuroki; Gendo; Sayuri] Tras la salida de Kuyo; varios de los presentes abandonaron el salón haciendo una reverencia formal frente a Gendo antes de hacerlo. Gendo sonrió nuevamente al escuchar de la muerte de Taiki de voz de Kuroki —Y por haber logrado matar a Taiki créeme que muchos de los presentes deben entender tu posición. Kuyo habla como viejo a pesar de su juventud. Recomiendo que no le hagas enojar, si bien nuestro odio mutuo nunca se ha ocultado... es un aliado poderoso quien tiene alineados sus objetivos con los míos por el momento. Gendo se notaba muy cómodo con la presencia de Kuroki; nada en sus acciones, palabras o movimientos demostraba lo contrario. Sayuri se acercó para saludar a ambos, le dio dos golpecitos en la cabeza a Kuroki y después separó la mano con rapidez —Lo siento, no debo tratarte como un niño. Me es difícil porque eres adorable —dijo avergonzada. —¿A sucedido algo?— preguntó Gendo a Sayuri. —Es Akechi; se ha enterado de lo sucedido con su amigo Ikeda— dijo sin demostrar preocupación alguna. —Ahora sabe que está solo, bien — aseguró viendo a Kuroki con otgullo —Con Kuroki junto a nosotros, se perfectamente que somos invencibles. Sayuri sonrió —¿Sabes cuánto tiempo buscó a un heredero? —le dijo a Kuroki —Secuestró a varios e intentó obligar a muchos otros —negó —todos acabaron mal... —Todos menos uno — dijo Gendo apretando los puños. —¿Sigues molesto por Matahachi? Yo insisto en que ese no era Matahachi... ¿Un shinobi? —negó —¿Cómo podría serlo? —Jamás dejó a Kozaemon... y sabemos que ese imbécil ha arruinado varios de nuestros planes; Kotaro decía que la enemistad con Murai le parecía una farsa. Creo que ese niño no sólo negó mis enseñanzas, sino que adoptó las de Murai —Gendo se notaba molesto mientras hablaban de Matahachi; su molestia era demasiado visible, era un odio muy intrínseco que no lo dejaba soltarlo. —Eso explicaría como pudo sedarnos a Daidoji y a mí... pero aun no lo sé; nadie puede ser tan hábil. Y menos con un físico inestable como el suyo — Sayuri hablaba con mucha seguridad; pero su rostro había dejado de sonreír. Gendo notó ese cambio en las emociones de Sayuri —No quería recordártelo— La manera en la que se comportaba Gendo con su círculo cercano era algo que no se veía la gran mayoría del tiempo. —Es inevitable...—dijo Sayuri para después mirar a Kuroki —... y justo a eso venía; Kuro. Quería preguntarte... Kato... Gendo sonrió molesto de inmediato. —Ese hombre me quitó al amor de mi vida; la persona que me complementaba —dijo con gran tristeza — ¿Sabes por qué Kato atacó en Saitama? Por qué tuvo que matar a mi Kotaro...—parecía que iba a romper en llanto; pero bajó la mirada y permaneció allí unos momentos hasta que volvió a levantar el rostro. —Yo tengo la misión de matar a Kato Harima —mencionó Sayuri con intensidad —Cualquier información que puedas darse será muy valiosa para mí y mis hombres. Gendo la miró con fiereza —Tu misión está a mi lado; Kuyo mencionó que es seguro que los Minamoto intenten recuperar Ibaraki para evitar ataques inesperados. Aun tenemos a uno de los Ikeda que podremos utilizar en contra de nuestros enemigos... se lo llevaremos a Iori con los refuerzos para que ejecute el castigo que creas adecuado para mantener el orden. —Kuyo está dejando morir a mis hombres sólo para desestabilizar un poco al enemigo; no me parece justo —reclamó Sayuri —Sucederá lo mismo que en Wakayama. —¿También crees como Kuyo que Kato se movilizará a Ibaraki? —preguntó Gendo. —Takeda ha estado movilizando a ese hombre a cumplir misiones que un humano normal no haría en su sano juicio... como enfrentarse a tres de nuestros generales más fuertes en Saitama — retomó Sayuri —Si perdemos Ibaraki... al menos me llevaré a Kato conmigo y caeré con mis hombres. Gendo bufó molesto; lo estaba considerando. Al parecer no sería tan tajante en respuesta hacia Sayuri —Deja que pueda pensarlo mejor... Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada —Lo haré, maestro. Seré cauteloso—. Respondí sin darle más vueltas al asunto, no hacía falta, la recomendación era clara, poco después de que todos se retirasen, Sayuri se aproximó a hablar, a quién saludé de vuelta, mientras me dejaba acariciar, no es que fuese algo ajeno la verdad, pero al final negué sin darle más vueltas—. Está bien, no te preocupes, lo permito—. Dije, dedicándole una breve sonrisa antes que ella y Gendo se pusieran a hablar, a lo que presté atención. Ya sabían lo de Akechi pero no mi alianza con él... bien, deben estar creyendo que tenían a Akechi completamente sometido, eso servía. Gendo no parecía estar en lo absoluto incómodo por mis acciones y preguntas, todo estaba yendo a pedir de boca, pero como siempre, era mejor no precipitarme ni confiarme, seguía pendiendo todo de un hilo, y cualquier mínima sospecha podría traerme problemas, pero mientras justo estos dos me tuvieran en la estima que me tienen... Tenía un buen margen de acción. Miré tanto a Gendo como a Sayuri cuando se dirigieron a mí, sonriéndoles por un momento, hasta que llegaron a la parte de Matahachi, cosa que me hizo alzar levemente las cejas... Eso podría explicar, bueno, no podría decir literalmente su brutalidad porque salvaje no era, su cuidado y planificación no eran cosa de alguien como los hombres de Gendo, que daban unos accionares más similares a atacar por aniquilar. Aún así, eso podría explicar cómo es que tiene tanto poder, cómo es que se ganó tantos escaños como me había revelado hace tiempo. Me sorprendió saber que el chico parecía haber sido entrenado por Kozaemon... Inevitablemente recordé a Kenzaburo y no evité sentir un breve nudo en la garganta al escuchar eso, tenía tantas ganas de conocer a ese hombre antes... Estaba seguro que pese a su personalidad tan combativa, habría aprendido cosas que tal vez, me habrían salvado de otras a comparación de hoy. De cualquier modo, me deshice de esos pensamientos y seguí prestando atención, mientras me venía enterando que Murai también lo había entrenado, cosa que no me sorprendía y hasta lo había intuído si me había dicho que era Shinobi de Koga, sin embargo, pronto llegaron al punto más importante, por lo que miré a Sayuri mientras revelaba que estaba ahí por información acerca de Kato. Gendo gesticulaba emociones y palabras que casi nunca veía, era evidente que si lo hacía en mi presencia delataba el grado de confianza que me tenía, algo que inevitablemente me dolió en el fondo por lo que planeaba hacerle, bueno, tal vez yo no estaba perdido del todo, pero de nuevo, no había la suficiente "conexión" como antes con mis emociones para en verdad sentir duda o similar, por lo que mantuve mi mirada en Sayuri mientras escuchaba el intercambio con atención, pero decidí esperar a que terminasen de hablar, por lo que ahora yo me puse reflexivo. Veamos... Ellos creen que Takeda es alguien que manda a Kato a misiones suicidas sin importarle el cómo acabe el hombre, y aunque conocía la razón de su actuar en Saitama, creo que convenía hacerles creer que, efectivamente, la vida de Kato no le importaba a Takeda... Si tan solo ellos supieran lo importante que es Kato para los Minamoto y sus aliados... —Kato... Una vez casi consiguo derrotarlo, su fuerza es abrumadora como su velocidad de ataque, pero ya lo he encarado un par de veces, creo que efectivamente, es más importante hacer alguna estrategia que obligue a los Minamoto y su gente a retroceder de Ibaraki si esa es su intención, el problema con Kato es que él no se detiene por cuestiones morales ni similares, si él lo ve preciso, atacará a matar así sepa que puede morir, y eso Takeda también lo sabe. Odio decir que no he tenido la interacción suficiente con Kato como para poder ayudarlos como debería, pero... lo que sí sé es que no camina solo, aún si quiere dar esa apariencia, si buscas encararlo, es mejor que te prepares para una posible batalla campal, ignoro si Kuyo tiene conocimiento de eso, pero Kato ha sido un hombre muy reservado y no me ha permitido ni conocerlo ni saber qué otra clase de cosas hace al final de cuentas—. Inicié, antes de pasar al punto de Saitama. >>Todo lo que sé es que Kato llegó a Saitama buscando algo, nunca me dijeron realmente lo que pasó en realidad, pero intuyo que fué por perseguir a los Demonios Carmesí, y Dai estaba ahí, por lo que no sería una oportunidad a perder, además, con lo que en aquél entonces era el asunto de la Guerra en Shizuoka, era otra buena razón, eliminar a los posibles futuros Comandantes que estarían presentes en dicha batalla... lo que no entiendo es cómo Kato supo que se estaban reuniendo en Saitama, pero no me extrañaría que se las arreglase de alguna manera, o apoyándose en alguien. Como intuirán, los Minamoto nunca terminaron de tomarme en la estima que ustedes sí lo hacen, por lo que tampcoo me decían las cosas, pero tratando de conectar puntos de lo que me fuí enterando dias posteriores, es todo lo que puedo sacar—. Dije con calma, sin dejar mi pose reflexiva, pues genuinamente no estaba del todo enterado de la razón, sabía que Masuyo había muerto allí, y que Murai estaba rondando también por la zona, pero no era algo que les diría, por mucho que lo odiase, debía incluso considerar a Murai como un posible aliado en esto, pese que los recuerdos del cómo había envenenado de muerte a Takano me invadían por instantes. Luego miré a ambos, esperando su respuesta y reacción, no sabía si con ello era suficiente, pero me preocupaba más que todo lo que dije sonase ilógico.
Salón Imperial [Kuroki; Gendo; Sayuri] Sayuri afirmó ante Kuroki al escuchar todo lo relatado —Tiene sentido que fuera por Dai, el cómo supo que estaría allí es lo que aun me preocupa. Gendo sonrió —Si Kuroki casi pudo derrotarlo significa que tu podrás tener una buena oportunidad de hacerlo; si no se mueve solo seguramente viajará con la shugenja de Yoshino —afirmó a Sayuri —Si lo desarmas podrás inutilizarlos unos momentos; sé que con tu habilidad no tendrás problema. Sayuri sonrió ampliamente, Gendo con esos consejos le estaba dando la autorización. —La idea de perderte no es algo que pueda permitir. Ve a hablar con Kuyo, que él disponga a los números perfectos para que tú puedas tener tu venganza y seas capaz de regresar a mí. Además, si no ves a ese hombre en primeras líneas... —No desgastaré mis energías y mucho menos mi vida si algo no sea mi venganza...—dijo Sayuri con seguridad. Daidoji avanzó rápidamente junto con Saizo hacia dónde estaban ustedes; Sayuri los saludó pero Daidoji se notaba nervioso mientras miraba a Gendo — Es Akechi... — dijo para después mirar a Kuroki —Le han dicho quienes ejecutaron a su amigo Ikeda... no está nada feliz; seguramente te estará buscando. —Akechi siempre ha sido un problema; es tiempo de mandarlo a su última misión —intervino Saizo. —Tengo la misión perfecta para Akechi —mencionó Sayuri — Puede ir conmigo a Ibaraki; que sea el grupo de exploración. —Es una gran idea que será sugerida a Kuyo — indicó Gendo —Yo iré a... —A ningún lado —interrumpió Saizo, borrando la sonrisa de Gendo, obligándolo a inclinar las cejas en señal de enojo; pero antes de que pudiera expresar su queja, Saizo continuó —Puedes darle esa misión a Norimasa o Taguchi; que ellos eliminen a esos cabos sueltos. —¿Acaso insinúas que no podré contra Matahachi y Rei? —se burló Gendo —Creo que has tardado demasiado. Pudiste haberlo eliminado en Ritto con la ayuda de Yokubo; pero te distrajo ese pirata... —sentenció Saizo —Pierdes tus objetivos constantemente. Si cometemos un error perderemos números. —Son eso... números —Gendo enfrentó con molestia a Saizo. Saizo negó molesto, después miró a Kuroki —No busques a Akechi; crear un conflicto interno sería riesgoso para nuestro Emperador. Gendo soltó un bufido —Ahora entiendo por qué me sugeriste que fuera Kuroki quien ejecutara a Ikeda... tu desconfianza es igual de riesgosa para tu Emperador ¿Lo sabes? —el reclamó de Gendo parecía no importarle a Saizo quien no quitó la mirada de Kuroki. Tanto Saizo como Gendo sabían que Akechi era un enemigo que les era útil; sabían que Akechi no estaba de acuerdo con ellos pero se movía en el mismo bando, así que funcionaban. Aun así la desconfianza siempre ha existido, y Saizo sabía que el nuevo integrante debía alejarse de este tipo de personas. Obligó a matar a uno y ahora está enemistado con el otro. Contenido oculto Gigavehl Acompañar a Gendo Sugerir unirse a la misión de Norimasa o Taguchi Acompañar a Sayuri a Ibaraki Enfrentar a Saizo Buscar hablar con alguien más.
Kuroki Fusatada Al final Sayuri y Gendo siguieron hablando entre ellos, siendo la primera mostrandose más que satisfecha por la respuesta y también preguntandose lo ocurrido, eso solo delataba que ni ellos conocían el contexto... bien, eso era muy bueno. Seguí prestando atención, manteniendome en silencio, cuando de pronto Daidoji y Saizo ingresaron con prisa, pero el chico se veía nervioso, a lo que no evité expresar cierta confusión por ello. Habló, revelando la razón de su angustia... Akechi se había enterado que había asesinado a Ikeda, algo que personalmente no me provocaba nada, ni siquiera si tuviera mis sentimientos aún, quiero decir, ya lo conocía, teníamos una alianza, para mí no cambiaba nada que yo matara a Ikeda o Gendo lo hubiese hecho, el hombre estaba condenado igual. Lo que sí hice fue fruncir el ceño... ¿Quien había sido el genio que se lo dijo? No evité mirar por un momento a Saizo, pero era pronto para hacer nada... Tampoco sabía si su furia era real, y si quería venganza, lo esperaba con gusto. Seguí escuchando con atención, mientras todo se resumía en que ahora tenía, irónicamente, limitaciones cuando yo debería ser uno de los primeros en poder caminar tranquilamente por Kioto por mucho que no pudiera salir, así que suspiré y me crucé de brazos, sin hacer contacto con Saizo aún, mientras terminaba de escucharlos. Bueno... Ya conocía a Matahachi y Rei, no podían caer fácilmente, prefería esto la verdad, prácticamente estaba ante una decisión que determinaria mi posible última estancia en esto y mi fracaso o éxito en mi propósito... Tenía... Un par de opciones factibles. Presentía que si fastidiaba a Saizo no me dejaria nada bueno, por lo que lo miré, manteniendo la seriedad. —Me quedaré con Gendo... De todos modos, si no podrá salir, prefiero entonces aprovechar para volverme todavia más fuerte, después de todo, hay muchas cosas a solventar además de Matahachi, Kato o Akechi—. Finalicé, si en verdad sacarían a Akechi de aquí, ya podría encargarse de dar mi mensaje si conseguía ver el momento, era un chico listo, seguro vería el momento propicio. Mientras me mantuviese a lado de Gendo y en Kioto, podría seguir conociendo a detalle los planes más importantes... Si tan solo tuviese una fuga... Quería decirle unas cosas a Saizo, especialmente para reforzar la puya de la desconfianza, diciendo algo como "Creí que estando aquí con ustedes ya era motivo de sobra para conocer hasta las consecuencias de sus órdenes", así de simple, pero no quería estropear nada. >>No me cruzaré con Akechi, ya sé que no es de fiar—. Dije como último, relajando la postura, mirando aún a Saizo.
Salón Imperial [Kuroki; Gendo; Sayuri; Daidoji; Saizo] —Bien, eso lo decide entonces. Yo también permaneceré aquí— Impuso Saizo. —Yo iré a hablar con Kuyo —intervino Sayuri al notar la mirada severa de Gendo hacia Saizo. A ella no le gustaba quedarse a oírlos pelear, y tenía demasiadas cosas por hacer, hombres que movilizar y estrategias que realizar. Daidoji la siguió por simple instinto de supervivencia; ya conocían a aquel par. —Cómo es tu costumbre, se te olvida quién es quien manda aquí —La voz de Gendo aun era serena; pero su mirada se tornaba violenta —Si Kuroki se queda en Kioto, no necesito a todos mis hombres valiosos aquí. Me gustaría conversar con Kuyo al respecto, creo que tú deberías ser quien elimine al estratega de los Minamoto y también al traidor de Hashimoto, así traerme con vida a Takeda. Sabes que eso es algo que sólo a ti podría confiarte —Tú sigues creyendo que esto es una cuestión de envidia, no es así. El puede tomar mi lugar en cualquier momento, mi puesto no es algo que me interese...— Saizo miró a Kuroki —Tú seguridad si. Gendo sonrió; pero había una vena en su frente que comenzaba a resaltar, el hombre no estaba alegre. —Tú no confías ni en Daidoji ni en Sayuri; aun así has aprendido a dejarlos actuar por su cuenta. Tendrás que acostumbrarte a esa misma dinámica ahora con Kuroki. Porque sabes Saizo... estoy comenzando a perder la paciencia con tu maldita desconfianza a todas mis decisiones. —Eres un depredador al que le divierte jugar con su presa; algo en lo que te pareces a Kuyo. Yo no soy así, yo hubiera eliminado a Matahachi cuando no trajo a los Kamino directamente a Kioto; pero me lo impediste y ahora te ha mutilado. Yo hubiera eliminado a Yuzuki y Ukita en Nagoya si tú no me lo hubieras impedido... —¡NO FUISTE CAPAZ DE ELIMINAR A MATSUDA! — Golpeó Gendo su silla mientras se levantaba irritado, Gendo pasaba a Saizo ligeramente en altura; pero al estar en un escalón arriba en la plataforma del Emperador, le sobrepasaba una cabeza —¡NO FUISTE CAPAZ DE ELIMINAR A LA PERSONA DEL ARCO! —Lo sujetó con fuerza del cabello —Vienes a decirme que tus planes serían mejores y no eres capaz de ejecutarlos... Saizo sujetó la muñeca de la mano con la que Gendo aprisionaba su cabello; no la haló con fuerza; sólo la apretó. —Tu toma de poder ha sido apresurada; crees tener el poder suficiente para hacer lo que te plazca —Apretó tan fuerte la mano de Gendo que esta se tornó completamente roja y se hinchó, obligándolo a soltar el cabello de Saizo con delicadeza. Gendo se apresuró y con su otra mano sujetó con fuerza el cuello de Saizo —Yo puedo hacer lo que me plazca. Recuerda tu lugar. Saizo soltó la mano de Gendo y con esto Gendo soltó el cuello de Saizo. —Ahora...—Gendo volvió a sentarse, tratando de tranquilizarse —...Dime cuál es tu teoría —miró a Kuroki con una sonrisa conciliadora, cómo si aquel percance jamás hubiera existido —Saizo ha tratado de dilucidar quién asesinó al pequeño Kinsuke. Saizo bufó frustrado —No es algo que quiero discutir frente a él. Gendo miró al techo y respiró profundamente; demostrando su desesperación por el asunto, y sin bajar la mirada continúo —Sea lo que me vayas a decir, aunque saque a Kuroki de aquí... eventualmente lo voy a mantener informado. Si va a estar a mi lado debe de ser partícipe en todo para mantenerme a salvo. —Tu terquedad nos va terminar matando, amigo mío — dijo Saizo esperando que Gendo bajara la mirada para observarlo, no lo hizo. —Di lo que quiero escuchar; y deja de decir lo que me irrita... —Entonces decido guardar esta información, incluso para ti — Saizo no era alguien que pareciera temer de Gendo. Pues era evidente que ese tipo de respuesta traería una severa consecuencia. El movimiento de Gendo con aquella katana envejecida había sido tan rápido e inesperado que no hubo tiempo a réplica a pesar del intento de Saizo por esquivarlo. —¿Cuántas cicatrices más quieres en tu rostro, amigo mío? El corte había sido profundo pero no mortal; y al ser un corte en el cachete la sangre brotaba con voracidad. Pero Saizo no cubrió la herida, lo miró como siempre lo hacía. —¿No vas a responder, Saizo?—le preguntó Gendo mientras limpiaba su katana. Saizo no lo hizo; sólo se limitó a darle la espalda y salir de aquella habitación aun con su sangre escurriendo por su rostro. Pero tampoco Gendo hizo otro movimiento hacia Saizo, no lo persiguió y no le pidió a Kuroki que lo eliminara. —Es mi mejor amigo —dijo Gendo hacia Kuroki —Sólo que a veces nos tratamos como hermanos —miró a Kuroki —Seguro que tú también tuviste relaciones complejas entre los tuyos. Las personas con gran poder siempre las tenemos, es algo normal. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Mi decisión era firme, pero a pesar de todo, Saizo no cedería en su decisión de mantenerse con nosotros, algo que honestamente no me importaba... Como si no fuese ya suficiente con tener extremo cuidado hasta con los gestos que hiciera. De cualquier modo, Sayuri y Daidoji decidieron retirarse, gesto que me llamó la atención, pero aunque los hubiera replicado, no me quedó de otra mas que quedarme con Saizo y Gendo, por lo que solamente me quedé escuchando y observando con calma. Una fuerte discusión no tardó en desatarse, una que incluso hasta a mí me hizo sentir incómodo aunque no hiciera nada mas que quedarme estático, observando con atención, mirando a Saizo aún cuando me la devolvía, incluso miré a Gendo cuando se dirigió a mí, a lo que le afirmé, demostrando que estaba prestando atención, incluso que no lo juzgaba por lo que sucedía, pero Saizo continuó insistiendo que no compartiría nada conmigo... Chico listo... Pero no podías tocarme mientras aún tuviera a Gendo a mi merced... Y sabía que eso Saizo lo entendía, sabía que por mucha desconfianza que me tuviese, no podía tocarme, no podía hacerme nada... Para eso es que había hecho todo lo que había realizado, por eso le había hecho entender al mismo Gendo que entendía por completo su filosofía... Por eso le había cortado la mano a Yuzuki, por eso había asesinado a Ikeda con su Escuela... Por eso siempre mostraba interés en todo lo que me ofrecía, porque sabía que esa era la fórmula perfecta para mantener a alguien prácticamente cegado por mí. Todo con el fin de obtener mi Venganza... Y no me importaba tener que pasar por encima de todos y traicionar a toda Japón para conseguirlo. Aún así, no hice nada, ni dije nada, solo me mantuve atento, pero lo que realmente me sorprendió es que Saizo no diría nada de su teoría, pero más me sorprendió la velocidad con la que Gendo atacó a Saizo, lo había hecho tan rápido y fuerte... Que hasta le dejaría otra cicatriz en el rostro. En ese momento lo entendí, cuando creí que esas cicatrices había sido por una brutal pelea, un entrenamiento o algo más... Ahora se revelaba que eran por causa de Gendo... ¿Y aún así se llamaban amigos? Saizo no le respondió al Mori, y simplemente se retiró, lo vi irse mientras me quedaba en silencio, huh, supongo que fué buena idea reservarme el comentario al final de cuentas... Relajé la expresión de sorpresa y miré a Gendo cuando se dirigió a mí, a lo que terminé suspirando con cierto pesar, afirmando. —Y justamente una de esas amistades me había dedicado palabras tan severas que me cambiaron por completo... Son... El motivo por el que decidí cambiar, porque si incluso uno de ellos me veía como un monstruo, y los Minamoto jamás me tuvieron en la estima que creí... Entonces comprendí que jamás tendría un lugar entre ellos, que hasta por menos me terminarían matando—. Revelé, y es que justamente me había dado cuenta de eso, cuando discutí con el otro chico del Búho, estaba aquí... porque mis sentimientos me habían rebasado... Me habían rebasado y consumido por completo, por eso ya no conectaba con las mismas, porque simplemente ya no existían... >>Pero ahora es distinto, y a pesar de todos los percances, no puedo sentirme más agradecido, no te preocupes, sé que tu amistad con Saizo es honesta, porque si a pesar de todo continúa aquí, es porque en verdad te aprecia, y no puede haber amistad más fuerte y férrea como esa—. Dije a pesar de todo honesto, pues era la verdad, todo lo que pasé con Rengo... Casi que hasta podía empatizar con Saizo hasta cierto grado. >>La verdad es que hasta me intriga... ¿Qué los llevó a ser tan unidos, Maestro? ¿Cómo es que aquella amistad escaló hasta una fraternidad?—. Pregunté, realmente curioso por ello, porque si algo era verdad... es que creo que cualquier persona sana ya habría dejado a Gendo, digo, hasta yo sabía que me quedaba solo con todo lo que hice... ¿Pero con Saizo? En verdad debía haber un motivo realmente poderoso como para incluso casi que dejarse dañar de esa manera.
Salón Imperial [Kuroki; Gendo; Sayuri; Daidoji; Saizo] Y así era. Kuroki era intocable bajo la protección física o verbal de Gendo. Así como Matahachi lo estaba con Akishino. Ambos habían convencido a aquellos titanes que su vida era digna de ser conservada a toda costa. —Los amigos que frenan tu poder no son dignos de permanecer a tu lado, Kuroki. Si quieren que vivas minimizado junto a ellos, pensando igual que ellos... no son tus amigos. Si quieren forzarte a creer en ellos, a forzarte a abandonarte... no son tus amigos — dijo con seguridad ante Kuroki —Saizo es el único que habla conmigo sin intentar cambiarme; podremos odiarnos de vez en cuando; pero entendemos nuestros espíritus. A Saizo es al único que le permito ser impertinente pues sabe que yo responderé con violencia y él no podrá quejarse porque ha sido culpa suya —sonrió —Esas son las únicas amistades que vale la pena conservar. Por eso Shiori ganó mi perdón, se sacrificó por ti como debe hacerlo un verdadero amigo, sin juzgar tus razones. Shiori se sometió a ti cuando conoció tu fuerza, esa es la ley natural de este mundo. Shiori murió con honor al sacrificarse para que tú terminaras con el maldito Ishikawa. Saizo volvió a acomodarse en el asiento sin siquiera limpiar la sangre de su rostro; parecía que lo portaba con orgullo. Kuroki comparó aquella amistad con la que tuvo con Rengo. Rengo lo encaminó a tantos peligros que ni él mismo entendía; y Kuroki lo separó de aquellos que consideraba sus enemigos; lo había protegido todo ese tiempo, a alguien que era mayor que él físicamente pero ingenuo mentalmente. Lo ayudó a salir adelante y pudo verlo mejorar en Nagoya desafiando a Kato, demostrando que podía ser mejor. Eso lo había hecho Kuroki por cuenta propia, sin esperar nada a cambio. Así que era de esperarse que Rengo le perdonara todo, Rengo se lo debía. Lo cargó todo ese tiempo para que Rengo alcanzara su verdadero poder; Saizo hacía lo mismo por Gendo. —Para formar a un verdadero líder, siempre se necesita que un demonio lo levante —dijo Gendo llevándose la mano al rostro, embarrándose de la sangre de su amigo — Saizo es ese demonio; él podría hacerme daño y decide mejor someterse ante mi voluntad, pues sabe que soy superior. Es por eso que hoy estoy aquí, y es por ello que...—miró a Kuroki — Takeda jamás podrá estar dónde estoy yo. Ni Yuzuki, ni Takano son los demonio que él necesita. Si él hubiera elegido a Kato como su mano derecha... él estaría aquí —se burló ampliamente y miró nuevamente al techo — Mika Sugihara... ella separó a Sogo de todos los Harima, una verdadera demonio; pero nunca fue de Sogo, oh no...—sonrió con arrogancia — la única mujer verdaderamente digna de mí; mi demonio. Uno que murió por mí. Miró a Kuroki —Este es mi momento Kuroki; y lo disfrutaré hasta el final —Le señaló — Pero yo buscaré al demonio que te levante; tú serás el siguiente después de mí. Bufó conforme, este era ahora su Imperio, y todos debían someterse —Kaito Harima lo entendió muy bien: Destruye lo que más ama; puede que caiga en el abismo del olvido o renazca como demonio, y cuando adquiere la mirada de un demonio, será capaz de derrotar al otro; así su sangre trasciende, el legado sigue —afirmó — ¿Lo entiendes, Kuroki? Sólo un demonio puede levantar a otro. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Gendo empezó a responderme acerca de mi situación, y dejando en claro porqué los que me habían estado limitando no merecían estar a mi lado, de nuevo le presté atención, no tardando en mencionar lo de Saizo, la razón por la que le permitía desafiarlo de un modo tan severo... Incluso mencionó el caso de Shiori y el porqué la había perdonado, explicando así la razón por la que lo comparaba a la actualidad, y no tardé en entenderlo también, era así entonces... Incluso mi caso para con Rengo lo conectaba, y se hacía más evidente lo que pasaba, entonces... Saizo era como yo, lo daba absolutamente todo por Gendo, y es así como Gendo alcanzó lo que es ahora, por ello se había forjado aquella amistad tan férrea. Sin embargo, algo que no esperé fue el siguiente punto, algo relacionado con Demonios... Y aunque pronto entendí que no tenía nada que ver con cosas espirituales, al menos, no esa clase de espiritualismo, no evité mostrar ligera sorpresa por todo lo que decía, no solo acerca de Takeda y el porqué para Gendo jamás alcanzaría a ser Emperador, si no lo que incluso el mismo Mori quería hacer para conmigo, lo que era el escaño final para al fin ser como él... Toda la frase del mismo Kaito Harima me dejaron igual de sorprendido por lo tan... singular, e incluso llamativo que era, el grado de significado y las palabras utilizadas... No pude evitarlo pero... a pesar de todo, las entendí por completo, incluso en esos momentos debía expresar algo singular, no solo era sorpresa, pero no era admiración, aún así, era como cuando hallabas algo que estabas buscando sin saberlo pero no era lo que esperabas, era extraño, ni siquiera sabía si era aterrador que lo entendiera... Solo sabía que esas palabras tenían mucha razón y sentido. Era casi como si lo que hizo Taiki hubiese sido justo todo eso... No, no solo lo de Taiki... Aún recordaba que Rengo, si modificaba ciertas cosas de mi nombre, especialmente del modo en como lo escribía, podría significar también "Demonio Negro" recordaba que en su día era incluso hasta absurdo para mí llegar a ser alguien así, pero ahora... Se veía tan posible. Aún así, a pesar de todo, seguía luchando por los Minamoto, por irónico, cruel o hasta polémico que fuese... ¿Porqué lo hacía? ¿Porqué si una tan cercana a Takeda había estado rondándole la idea de matarme? ¿Porqué si una fuerte amistad se quebró hasta un grado brutal por haber querido defender un propósito por encima de una familia? Yo había entendido a Kato de todas maneras cuando mató a mi padre, incluso me había atrevido a decir que era lo mejor antes que mi padre cometiese una locura más... ¿Es que acaso en verdad yo estaba mal? ¿En verdad estaba enfermo? Pues al final... Incluso en ese momento, todo lo que amaba... No, en ese momento aún tenía Nagoya, a Kawa, a Benkei... Incluso los Yoshioka pero... Ahora. Fuí calmando la expresión, no hacía falta que dijera nada para hacerle ver a Gendo que entendía por completo dicha filosofía, no me gustaba, para nada... Pero cierto era sobre el cómo creabas a un Demonio metafórico, ¿cómo Kato alcanzó a ser quien es? ¿Y Gendo? ¿Acaso también era otra persona completamente destruída? ¿No era maldad innata? Pronto fuí entendiendo algo que en parte me temía y a la vez me aliviaba, y es que si no terminaba completamente corrupto era porque aún había una última cosa, la misma que le dije a Akechi... Insistía porque sabía que aún Takeda confiaba en mí, de alguna manera, él quería detenerme, y quería justamente eso, cuando todo acabara quería pedirle una última cosa, pero no para mí, si no para Shiori... Sabía que sería enjuiciado, sabía que moriría igual, y no me importaba. No, en efecto, aún no había tenido a mi Demonio... Aún no lo era totalmente por mucho que yo estuviera tan cambiado, pero la verdad es que... Sin saberlo, sí había un Demonio allá afuera, no lo sabía porque no quería pensar en eso, no quería de nuevo sugestionarme y agravar algo que ya de por sí está por caer... había cierto individuo entre los Minamoto que sí tenía la fuerza suficiente para terminar de destrozar lo poco que ya quedaba de mí, un sujeto que también le había dado cosas desinteresadamente, y aún creía profundamente que podría darme el beneficio de la duda, pero estaba terriblemente equivocado... La última defensa de mi ya de por sí destrozada cordura estaba más que vulnerable, y era casi seguro que acabaría siendo arrasada también. —Ahora lo veo claramente—. Inicié, tranquilo, pero también con absoluta seguridad, mirando una vez más a Gendo cuando me recompuse—. Prácticamente ese sería mi última prueba... ¿No es verdad? Terminar de ser un Demonio—. Añadí, comprendiendo ahora que ese de seguro era la prueba final para ser merecedor de Konton, lo que ya entendía era la prueba máxima y definitiva de que Gendo tenía a su verdadero sucesor. Era... doloroso, pero si efectivamente aquello se volvía realidad... yo... >>Es curioso, una vez aquellos de esos "amigos" me dijeron que si escribían de cierto modo mi nombre, podía significar "Demonio Negro". Supongo que no me dí cuenta que lo decían de forma bastante literal...—. Concluí, a lo que terminé reverenciandole de nueva cuenta. >>De nuevo, maestro... Me ha hecho entender cosas de las que aún ignoraba, muchas gracias—. Dije, para volver a erguirme. Definitivamente tenía los días contados... Y no lo decía solo por mi vida...
Salón Imperial [Kuroki; Gendo; Yokubo] Gendo colocó su mano al hombro de Kuroki y lo apretó con fuerza —Lo serás pronto, un demonio de fuego. Sólo debemos encontrar a los sirvientes perfectos... —dijo con una gran sonrisa —Podemos buscar uno a uno, si no sirven se van descartando bajo tu propio filo, no es bueno conservar los que no son útiles. Escuchó que Kuroki aun seguía llamándolos amigos y borró su sonrisa, a pesar de que había ironía en la voz de Kuroki —¿Aun tienes ataduras con alguien de los Minamoto? —preguntó con seriedad —Si es así tendremos que hacernos cargo de ellas ¿No crees? Negó —Pero ahora es momento de celebrar Kuroki; tal vez después podemos ir a matar a tus "amigos" —miró a Kuroki — Eres joven ¿No es cierto? ¿Has estado con alguna mujer? ¿Quieres que arregle algo para ti? Podemos ir al palacio Katsura, es allí ahora dónde las tenemos a las mejores, podrás elegir si lo deseas —Apretó los puños e intentó disimular su enojo al haber perdido también a Yuzuki... él hubiera disfrutado tanto estar con ella. Desvió su mirada a Yokuko quién esperaba paciente en la entrada por si Gendo requería algo —¡Yokubo! —gritó para que el joven se acercara. —Mi señor —dijo Yokubo con una reverencia. —Ve con Kuyo, indícale que Saizo debe movilizarse lo antes posible, y que preparen un palanquín para nosotros — ordenó Gendo. —Así se hará, mi señor —reverenció Yokubo antes de salir de la habitación. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Volví a dejarme mientras Gendo me respondía, a lo que no evité sonreírle ligeramente de nuevo, sin dudas aquello de matar a los que no eran útiles solo reforzaba el hecho de que en definitiva jamás podría estar de su lado, quiero decir... simplemente yo no era así, era capaz de destruir algo valioso si eso me llevaba a conseguir un objetivo mayor por un bien mayor, pero nunca porque solo quisiera conseguir algo personal o hacerme sentir mejor, pues si bien esta venganza era personal, también era ayudar al país entero eliminándolo. De cualquier modo, no pareció hacerle gracia mi sarcástico comentario, lo que parecía ser el primer error, preo aún así, sentía que ya había saltado las más cruciales, así que... no es que realmente me preocupara. —Bueno... Si al menos es cierto es que no dudo- Pero me interrumpí cuando Gendo negó, al querer aclarar mejor que era momento de celebrar y no pensar en eso y... sentía que tenía razón, incluso me vi interesado en aquella idea, aunque no en estar en compañía de una mujer, cierto es que ya me hacía falta un poco de consuelo, de deshacerme un momento de las presiones políticas, los dilemas morales y todas esas cosas... Y aunque yo mismo me había buscado esto, no dejaba de sentirme aún más solo de lo que jamás me había sentido, tal vez era por el simple hecho que sabía que ya no recuperaría nada... Tanto metafóricamente como literalmente, tanto por mis decisiones como lo que fue destruido y asesinado, así que, al menos, anhelaba que si iba a poder disfrutar una última vez... ¿porqué no? Una fiesta del que no me iba a sentir precisamente feliz pero estar en un ambiente así puede y sienta el último consuelo que la vida y el destino me permitan sentir antes del inevitable final... Así que al ver cómo Gendo movilizaba a su hijo, no pude evitar esta vez sonreír un poco más amplio. —Me gusta la idea, aunque sí me gustaría pedirte algo, fuera de todo aquello—. Dije ya más en confianza. >>Quisiera ver a Senkaku y hablar una vez más con él, tengo aún conmigo algo que no he querido dejar ir tan fácilmente, se trata de una katana que creo tener entendido, es forja de Hoshi, aunque... Bueno, se destruyó en Nagoya, cuando Kyogi estaba realizando el ataque al Castillo de allí—. Dije sinceramente, hablaba por supuesto del destruído Senki, sabía... que seguramente era imposible recuperar lo que era, pero jamás pude inspeccionarla adecuadamente, y si no contaría con Yokubo para respuestas, tal vez entonces Senkaku pueda ayudarme en ello...
Salón Imperial [Kuroki; Gendo; Yokubo] Gendo miró a Kuroki cuando hizo aquella petición; sonrió ligeramente —¿Para que quieres ver a Senkaku entonces? ¿Es por lo de su habilidad de unión?— negó —Eso sólo sirve para carne humana; lo que necesitas es hablar con un shugenja que sepa de armas espirituales como lo hacía Kyogi; y tal vez con un herrero. Y yo conozco a alguien que es las dos cosas —Gendo lo redireccionó, no necesitaba investigar nada si Gendo podía darle las respuestas. Podría evitarse muchos enredos y malos entendidos si todo lo consultara con él. Gendo miró a Yokubo —Vamos al palacio Katsura para pasarla bien un tiempo, has aviso a Giotai que Kuroki quiere verlo; lo haremos allá en el palacio. Yokubo no pudo ocultar su mirada de terror ante aquel nombre —Pero él... No pudo terminar su frase pues recibió una bofetada de Gendo; cayendo de sentón hacia atrás para evitar que la violencia fuera mayor. —Iré por él; mi señor —corrigió Yokubo con una reverencia hasta el suelo. Gendo miró a Kuroki —Giotai es primo de Keiko Sawayama; la mujer de Kuyo. Si Kuyo muriese todo el poder de los Sawayama recaería en él. Un hombre muy fuerte y excéntrico. ¿Recuerdas el cementerio dónde llevamos a Shiori? Él vive en una pequeña casa cerca de allí porque prefiere estar alejado de la política, menos mal porque tenerlo en el castillo sería un gran conflicto —que aquellas palabras vinieran de alguien que también era un conflicto político; era decir algo. Yokubo salió del salón mientras Gendo le indicaba a Kuroki el camino. Fuera del palacio ya los esperaba un palanquín el cual los llevaría al palacio Katsura. Palacio Katsura [Gendo; Kuroki] Antes de que llegaran al palacio; Gendo observó a Kuroki —Giotai detesta a Senkaku; así que por favor no menciones su nombre en su presencia —soltó una risa seca —La última vez que alguien le preguntó por Sen terminó matando a demasiadas personas. Un hombre inestable; pero que será útil en la guerra. El palanquín se detuvo. y los recibió Eiji Nakamura. —Bienvenidos mis señores— dijo con una reverencia para guiarlos hacia el interior del palacio, al salón principal. Las mujeres se acomodaron en almohadillas; ninguna los miraba, tenían los ojos cerrados. Para Gendo, todas eran lo mismo; por ello no hubo presentaciones, todas portaban los mismos tipos de ropa; Gendo sólo arrastró a la que por infortunio tenía más cerca y la llevó a una de las habitaciones de aquel lugar. En eso había terminado el hogar que alguna vez perteneció a los Minamoto. Eiji miró a Kuroki; esperando que hiciera lo mismo que su maestro. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Para mi genuina sorpresa, Gendo no tardó en redirigir mis intenciones para con Senki, en primera me confundió un poco saber que la peculiar técnica de Senkaku servía solo en la carne... Y eso que recordaba haber visto una vasija reparada, aunque pronto lo achaqué a que también ciertos materiales servían, y no necesariamente con cualquier cosa. Aún así, no hizo falta preguntar nada, pues el mismo Gendo ya me dejaba en bandeja lo que anhelaba, y todo apuntaba a que era cuestión de hablar con una persona en específico, uno que parecía cumplir con lo que el mismo Hoshi consiguió en su día, es así como llamó a Yokubo, pero el no solo verlo por primera vez expresar algo, si no que incluso ver la bofetada y su inmediata corrección así como las posteriores palabras de Gendo para conmigo me dejaron... francamente preocupado y pensando aunque no pudiera expresarlo. ¿Porqué todos los que manejaban esas artes parecían ser tan... malignos? Seguía sin creerme que era cuestión casi que de modelos, Rengo era un caso distinto, y aún si hubiese acabado mal, seguiría sin apoyar la idea de Taiki, simplemente... me seguía intrigando. De cualquier modo, no dije nada, sentía que no hacía falta, aunque solo había afirmado a la parte de si recordaba a donde habíamos enterrado a Shiori, ya decía yo que si me atrevía a explorar por ahí, por mucho que fuesen en las afueras de la ciudad sería una terrible idea... Poco después acompañé a Gendo para llegar al palanquin, donde simplemente me puse cómodo junto al Mori, y me dispuse a... supuse, mentalizarme lo mejor que pude para lo que parecía de nuevo había pedido algo que no esperaba del todo... Nos fuimos desplazando con relativa calma, mientras volteaba a ver a Gendo cuando volvió a dirigirse a mí, explciando un poco más a detalle quién era Giotai, al menos... más que explicarme era darme un consejo, pues resultaba que el hombre detestaba a Senkaku, de cierto modo me hizo preguntarme el porqué... ¿Sería porque el chico manejaba un arte similar pero no igual? Aunque saber que el hombre había hecho un genocidio solo porque preguntaron por él, y si sumábamos que antes el mismo Gendo decía que era una persona problemática... Dioses... En verdad este Clan y los Sawayama están podridas... Solo me hacía sentir más rabia que Hiraga hubiese hecho lo que hizo... —Un personaje cuanto menos singular, por lo que veo... Pero no te preocupes, Maestro, Senkaku no existe en estos momentos para mí. Solo quiero saber como mínimo si la katana poseía algo más que ya no pude conocer en su momento... Ahora que si la devuelve a como era antes y se puede utilizar de nuevo, bienvenido sea—. Finalicé dedicándole una tranquila sonrisa, recordaba las palabras de Taiki y lo que quería hacer con mi alma... Y como había hecho en su momento, a mí ya no me dirán o acusarán de nada solo por un detalle, les daría razones para serlo, y si en verdad tanto me veían como alguien que acabaría con miasma por mi "corrupción", pues bienvenido sea... personalmente no es como que ya me importe nada lo que piensen de mí, o al menos, eso creo. Se sintió cómo llegamos a nuestro destino, y ambos bajamos para ser recibidos por Eiji, a quién también salude sin mucho dilema e ingresamos, mientras veía como la cosa había cambiado... Por dentro bufé, el simple hecho de estar aquí me hacía sentir horriblemente incómodo, las imágenes de lo que hice, por mucho que no lo parecieran, me golpearon con fiereza y me estaban volviendo a carcomer y recordar cómo, aparentemente, yo mismo había arruinado todo, y aunque seguía firme que no era precisamente mi culpa, decidí simplemente aplacar lo más rápido posible esos pensamientos, solo observé cómo Gendo prácticamente arrastraba a una desdichada, y cuando Eiji me miró, lo percibí de reojo, por lo que suspiré y caminé un poco, estudiando a cada mujer medio por encima, bueno... suponía que todos teníamos una primera vez, y si ya era el final esto, ¿porqué no aprovechar el momento? Le troné los dedos a una que estaba cerca mío, quien tenía cierta figura, la misma mujer pudo entenderlo y sin decir nada ambos nos desplazamos a un sitio más privado, no hacía falta darle más vueltas, me serviría para intentar mentalizarme en qué diantres voy a decir como mínimo ante una persona aparentemente mucho peor que la misma Kyogi...
Palacio Katsura [Gendo; Kuroki] Kuroki salió de su habitación; la mujer salió detrás de él, agradecida con el muchacho. Esto hizo sonreír ligeramente a Gendo quien ya esperaba afuera, su rostro lleno de sudor y su cabello desaliñado. La mujer que salió de aquella habitación tenía un semblante muy distinto al de las demás, incluso se notaba que había sido golpeada pues sangraba de la nariz. Gendo inspeccionó a Kuroki, no se notaba cansado ni demostraba indicio de ninguna actividad física; en sus manos llevaba un papel, algo que confundió genuinamente a Gendo; pero cuando iba a preguntar, Eiji los interrumpió; pues Giotai llevaba tiempo esperándolos en el salón principal. Kuroki y Gendo salieron del pasillo para encontrarse con Giotai. —El que me tuvieran esperando entre chillidos y maullidos me cansa; pero estoy aquí porque Yokubo me lo rogó y no puedo negarle mucho...— El aura de Giotai era muy distinta a la de Gendo; su intimidación era más misteriosa por lo que se sentía una presencia incómoda. Tal vez equiparable a la de Kato teniéndolo como un enemigo. Giotai mostraba gran molestia, acomodado de manera holgada en un asiento. Su actitud espantó a las mujeres presentes pero él no las observaba a ellas; sólo posaba aquellos ominosos ojos en Gendo y Kuroki. Gendo se acercó a él sin temor alguno, lo tomó del hombro y lo sacudió como un saludo entre amigos —Ya calma; podías haberte divertido mientras esperabas. Pero tus preferencias... Giotai quitó su hombro del agarre de Gendo con un movimiento rápido. —Este es mi alumno; él fue el que logró derrotar a Ishikawa — anunció Gendo mientras señalaba a Kuroki. Haciendo que Giotai se separara de su asiento, acercándose a Kuroki con genuino interés. —Un Fusatada—dijo con seguridad, levantándose para acercarse a Kuroki y sujetar un mechón de cabello de Kuroki, sin lastimarlo; lo examinó. Kuroki pudo notar las marcas en las muñecas de Giotai; era la técnica de Senkaku, eso significaba que esas no eran las manos originales de Giotai. —Quiere hablar de temas que yo no entiendo; así que te traje aquí para que lo ayudes en ausencia de Kyogi— Agregó Gendo con sinceridad —Por eso me la he jugado en molestarte; pero sabía que te interesaría conocerlo. Kuroki es alguien interesante. —Si lo es —dijo Giotai soltando su cabello y arrebatándole el dibujo que había hecho para regresar a su silla —¿Qué es lo que quieres, Kuroki? Si me parece entretenido te ayudaré —miró el dibujo, posiblemente el primer dibujo de Kuroki —Si eres insulso como me lo parecen tus habilidades artísticas, te prohibiré estar en mi presencia. Gendo le arrebató el dibujo hecho por Kuroki de las manos de Giotai, no disimuló su mueca de disgusto; después miró a Kuroki — Tu habilidad es con la espada; pero no sabía que no la usabas en el lecho —dijo señalando a la mujer dibujada — Si no has visto a una mujer desnuda, nunca entenderás la anatomía debajo de tanta ropa —dijo con decepción, pues Gendo hubiera disfrutado tener un camarada para sus furtivos escapes al palacio Katsura —Estoy rodeado de puro inapetente sexual. Extraño la presencia de Kotaro, él también compartía estos gustos. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Salimos de la habitación, y la mujer parecía a gusto, no era para menos, aprovechando en cierto modo el escándalo de fondo, me atreví incluso a conversar un poco, nada extraordinario, solo una pequeña experiencia nueva en mi vida. ¿Yo? ¿Tener relaciones? Era algo que me importaba tanto como el bienestar de Gendo, es decir, nada... No era miedo, simplemente lo veía como una perdida de tiempo, me mantendría más distraído, necesitab canalizar de alguna manera los honestos nervios que llevaba sintiendo desde ya hacía rato, y quería por una vez al menos en mi vida ilustrar algo, así que eso hice, y aunque el resultado no me pareció malo, tampoco parecía sublime, aún así, me sentía un poco más relajado, por lo que ya era hora... Salimos de la habitación, ahí Gendo me recibió aunque sin palabras, lo ví confundido y yo no me inmuté, estaba por decir algo cuando Eiji nos llamó, por lo que fuimos a la otra sala, ahí ya estaba él... Giotai Sawayama. Tan pronto hicimos contacto visual, no evité soltar un breve bufido, no hacia él, simplemente es que... había algo bastante único en él de un modo negativo. Su forma de imponer solo con su presencia era... similar pero distinta a la de Gendo, incluso a la de Kato, o Kyogi aunque ella lo hiciera de otra manera. Hasta ese momento no me pude dar cuenta de la clase de gente a la que me estaba no solo rodeando, si no a la de personas que he encarado, tanto por las buenas como por las malas, aunque la impresión era verídicamente intimidante, incluso me atrevería a decir que abrumadora, conseguí estar firme, neutro, pero eso no quitaba que en el interior me sentía... nervioso. Ni Kyogi me había dejado así, tampoco Gendo, aunque ya me había cerrado, es mas, ni siquiera Kato, aún si ya había asumido la posibilidad de encararlo a muerte y esta vez en serio, de alguna manera Giotai era definitivamente diferente, y aquello me hizo pensar si así se sentiría estar ante Mara, o peor... A pesar de todo, estaba volando un poco en ideas, aquello era bueno en cierto modo, pues no me permitía perder la calma, hasta cierto grado, pero tampoco me estaba permitiendo concentrarme del todo, aquello era problemático, pues me hacía propenso a cometer un severo error, de cualquier modo, solo debía concentrarme y no dejarme abrumar, no estando tan cerca de lo que quería conseguir... El recibimiento era en forma de crítica, algo que Gendo atajó como si de su amigo se tratara, aunque Giotai apartara el hombro, el Mori pronto señaló lo interesante, que yo había sido el que había asesinado a Taiki, y eso captó el genuino interés del sujeto, lo percibí, y de alguna manera me tranquilizó como también captó mi atención, hasta ahora, el tinte que me daban de él no era en vano, pero de todas las posibilidades, el que se interesara por alguien que había matado a un verdadero incordio, no estaba en ellas, lo que posiblemente lo hacía algo más abierto que Kato. Giotai se me acercó, yo no me moví, aunque me extrañó un poco que sujetara un mechón de mi cabello, por mero reflejo miré su mano, me confundía que apuntase a mi cabello para después afirmar que era un Fusatada con absoluta seguridad, podría achacarlo a que ya había oído de mí, pero si era así... ¿Porqué decirlo como si identificara por sí mismo mi linaje? Casi parecía que estaba viendo en mí a un espécimen excéntrico... Y de alguna manera no sentía que fuese solo porque mi familia se reveló contra el Imperio, porque Shiori me ayudase o porque estaban casi todos extintos. Recordé brevemente la historia de Shima acerca de los albinos... ¿En verdad estaría relacionado del porqué le prestaba relevancia a mi cabello? Tan pronto me soltó, su siguiente accionar en verdad me hizo hasta gemir de sorpresa, pues cuando menos lo esperé había tomado el papel, aunque pronto relajé la expresión, era rápido... lo cual era un problema, su breve crítica, aunque fría, no me interesaba, el verdadero objetivo era distraerme, el que me hubiese salido perfecto no era en lo absoluto relevante, al menos el sujeto parecía expresivo dentro de lo normal, así que sentía la comunicación podría ser algo fácil. Gendo se mostró decepcionado, no me sorprendía, era una obviedad ya para estas alturas, pero igual no me inmuté, debía de todas maneras tener cuidado con mis palabras y lo que hiciera, tampoco quería un genocidio gratuito, por mucho que estuviese en Kioto. Ahora bien, el tema por fortuna era fijo, pero... ¿En verdad mis palabras iban a ser cruciales? Era raro que se interesara por mí pero me advirtiera que si no le convencía, no solo no me querría fuera de su vista, si no que incluso me prohibiera estar ante él, Giotai... me resultaba indescifrable por ahora, no solo por su aura, o que ni tuviese sus manos originales, lo cual solo me hacía más escándalo porque... ¿cómo era que odiaba a Senkaku? por lo que me decían, hasta podría ser que se las arrancara él mismo por negarse a tener algo de él. Gendo lo trataba con cierta soltura, así que eso decía algo, tal vez lo mejor era simplemente hablar con calma, ir directo al punto como él hacía, en teoría no tenía porqué temer si Gendo estaba conmigo, yo no dejaba de ser alguien útil, después de todo. —Cuando forje mi nuevo clan, y sobretodo, cuando ganemos esta guerra, celebraré como es menester. Pero si haré mi clan, quiero hacer el diseño del blasón como yo quiera, así que veía oportuno también empezar a practicar desde ya; agradezco su honestidad, de cualquier modo—. Inicié para zanjar ese asunto, por lo que clavé, aunque con cierta dificultad eso sí, mi mirada en Giotai, por mucho que intentara aplacar este extraño sentimiento, no podía... era tan raro, y eso lo volvía incómodo. —Quería verte porque poseo algo que creo podría ser de tu interés, se trata de una katana, forja del mismo Hoshi Harima... Su nombre es Senki, aunque fué destruída, rescaté sus fragmentos con la esperanza de que un Shugenja pudiera estudiarla, o mejor aún, reconstruírla, asumiendo que aquello es posible, claro—. Inicié con seguridad, una que hasta me sorprendió, porque incluso creí que los nervios se me denotarían un poco, tal vez aquello era genuina muestra que quería alcanzar mi objetivo fuese cual fuese el precio. >>Sé que es un arma que alguien como tú puede comprender, pues poseía un líquido negro, entendí después que aquello era miasma, así que, por eso estoy aquí hablando contigo ahora mismo, quiero entender exactamente lo que hace, y porqué posee un aspecto tan similar a Shi—. Añadí, revelando aquello último, por sí es que también le podría interesar que yo no era ningún inepto a lo que le estaba consultando, que sabía a lo que me estaba metiendo, y no me asustaba pedirle su ayuda, quería pensar que a él le gustaba que se dirigieran así. Poco después de finalizar, saqué la tela donde aún poseía a Senki envuelta, sabía que no podía dejar aquella katana ahí arrumbada, por mucho que estuviese destruída, incluso "vacía" después de ver cómo Kyogi absorbía el miasma. Me omitía detalles, en parte por cautela, pero también por hacer ver que solo me interesaba la katana y nadamas, tampoco es que le viese relevante señalar algo más, lo que importaba era la katana y punto. Aún así, mantuve la tela en mis manos, no desenvolví nada, solo me quedé a espera de que se acercara, me dijera que abriera la tela, yo me acercara o lo que fuese, si este asunto le parecía, como decía, insulso, entonces nunca hubo nada de qué hablar...
Palacio Katsura [Gendo; Kuroki; Giotai] Gendo analizó las palabras de Kuroki con respecto a restablecer a los Fusatada; su mente corrió al instante, pensando en quién sería una digna esposa. Pensó en una mujer de buena casta, una que él no haya tocado, algo que limitó sus opciones — La familia Kamino aun tiene una heredera — Se refería a Hina. Kuroki lo sabía — Akishino fue un imbécil al confiar en Matahachi; seguro ahora no será tan fácil dar con ella porque ha alterado todos los registros; pero sería una buena adquisición para restaurar a los Fusatada, además que según Kyogi, la niña poseía poder espiritual. Si Gendo pensaba a profundidad ese tipo de eventos para sus cercanos; seguramente también tenía un plan para él. ¿No es cierto? Una mujer que sería perfecta para él y proliferar con su clan. Una de las hijas de Akishino, eso habían mencionado. Kuroki continuó con la explicación de Senki; Giotai le indicó que se acercara con los restos de aquel objeto, cuando lo hizo, Giotai tomó uno de los fragmentos —Esto ya es basura; la energía que dices que poseía ya no está más. Gendo suspiró frustrado; la historia le había parecido interesante. —Pero podemos forjar algo nuevo; tengo los materiales adecuados, sólo necesito de tus manos para completarlo —miró los pedazos en la tela —Pero si este metal tiene valor sentimental para ti; podemos volver a fundirlo, y usar su materia —miró a Gendo —Y también necesitaré a Yokubo. Gendo afirmó —Puedes disponer de él — dijo para después mirar a Kuroki — No creí que estuvieras tan interesado en todo lo espiritual y esotérico. ¿Esto se dio por tu amistad con mi sobrino? —sonrió. —Perderlo a él fue estupidez de tu hermana; cómo perder el espejo fue estupidez tuya —le recriminó Giotai a Gendo y este al instante llevó su mano a Konton. Giotai se levantó — ¿Vas a negarlo? A ambos se los advertí —sonrió mirando a Konton —¿Vas a castigarme? Sabes que lo disfrutaré. Gendo lo miró con desprecio y después se dirigió a Kuroki —Esta es la clase de enfermo con el que trabajarías. Sus gustos particulares son cuestionables; pero su trabajo es bueno. —Akumu —agregó Giotai sin ningún preámbulo — Tu padre fue un hombre astuto; una mente privilegiada como la de Kuyo me atrevo a decir. Pero su desesperante deseo de traer a la vida a los muertos y después su incansable búsqueda por su hija lo distrajo de poder ser alguien poderoso. Es por ello que uno debe pelear por sí mismo, no por los demás. Akumu era el ichijama de una yokai, una que odió profundamente a tu padre. Yokai que tengo cautiva en estos momentos, y ella nos ayudará a hacer el arma que quieres. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Gendo no tardó en responderme acerca del asunto de mi clan, y sopesó opciones, ya iba reconociendo sus gestos, no tardó en decirme que lo mejor sería ir por Hina Yamato, algo que, si bien no tenía del todo descartado, sus posteriores palabras me hicieron entender el porqué no la había visto aquí, en verdad Matahachi había movido todo para evitar que el Imperio hiciera nada tanto con ella como con nosotros, me alegraba no haber dicho nada del chico en su día, así como se zanjaba ya ese asunto que también me tenía preocupado, supongo que ya no tendría que culparme yo por ello. Luego me acerqué a Giotai para mostrarle la destrozada katana, en efecto, lo más obvio y probable se hizo... Senki era inservible, y parecía que ni así se podía sacar nada en claro, era una verdadera lástima, tal vez al final en verdad no había servido de nada rescatarlo, maldita sea. Gendo me acompañó en dicha frustración, pero pronto Giotai aclaró que no todo estaba acabado, de hecho, aún se podría hacer algo, Senki ya no existiría, pero una nueva forja sí, aunque se necesitara de Yokubo para ello, e incluso, "mis manos". Por un momento reflexioné si aquello lo decia de forma literal o metafórica, como fuese, que reciclara el metal no tenía del todo importancia en mí, no del todo porque... quería saber si de alguna manera aquella katana en verdad se había vinculado a mí o similar, sentía que de alguna manera, me había protegido de la flecha incendiaria de esas mujeres... Como fuese, estaba dilucidando la respuesta cuando escuché a Gendo, por lo que iba a confirmarle aquello cuando el mismo Giotai confrontó a Gendo, a diferencia de Saizo, aquí hasta parecía que Giotai buscaba ese tipo de castigo, un masoquista... Creía ya ir entendiendo porqué Gendo lo consideraba un problema, no podía someterlo como lo hacía con los demás, sin mencionar que como yo, le era útil, sin dudas entendía su posición. Seguí escuchando a ambos hombres, y aunque en un inicio me confundió la mención de Akumu, no evité mostrar cierta sorpresa que una Yokai odiara a muerte a mi padre... ¿Tal vez por ello se justificara el cómo mi padre decidió casi que hipnotizar a Tamano? Tendría bastante sentido, aunque parecía que la respuesta a ello llegaría pronto. —Está bien, Maestro—. Inicié hacia Gendo, relajando ya la expresión—. De nada hubiese servido movilizar todo esto si me retracto en el último momento, quiero esta katana de vuelta, aún si ya no es casi la misma, así que con eso me basta, y si, todo el interés a estos temas ha sido gracias a Rengo, admito que me resulta muy interesante—. Añadí, para volver a mirar a Giotai—. También me gustaría que el metal sea reutilizado, sí. Si hay que ver a dicha yokai, eso haremos entonces—. Respondí decidido a aquello, no tenía miedo, en cierto modo, me preocupaban más otros individuos... Ya había visto de todo en esta guerra, y ya lo estaba dando todo, casi que incluso mi alma por esta venganza, así que realmente preocuparme por una yokai que encima Giotai afirmaba tener cautiva no es que fuera de mis mayores preocupaciones, en cierto modo, temía más por las reacciones de Giotai que otra cosa.
Palacio Katsura [Gendo; Kuroki; Giotai] —Entonces tu alumno será mío por un tiempo —inició Giotai para después levantarse y comenzar a caminar al exterior —Tú ve y ocúpate de la política mientras yo llevo a Kuroki con Yoko —dijo hacia Gendo. Gendo negó; pero antes de que pudiera decir algo Giotai interrumpió —Iremos con Yokubo, Kuroki jamás estará desprotegido. Sé que no puedes confiar en mí pero puedes hacerlo en Yokubo y en tu nuevo alumno. —No te dejes engañar, parece un simple niño pero podría eliminarte —le recordó Gendo a Giotai para después mirar a Kuroki — Si hace algo que amerite la muerte, tienes mi autorización de tomar su vida — Gendo se acercó a Kuroki, lo tomó del hombro con fuerza — Tu fuerza y la mía son incomparables; el fuego que podemos causar los dos juntos no se equipara a nada sobrenatural, la fuerza física es superior. Giotai soltó una carcajada —¿Estás celoso de que pueda robarte a tu alumno? Gendo lo miró con severidad, esta vez no dijo nada que acompañara aquel porte que se mantuvo estoico ante Giotai, quién al ver a Gendo en completa seriedad borró su sonrisa. Giotai no se movió hasta que Gendo parpadeo, aligerando sus facciones para dejar escapar a Giotai de la prisión silenciosa que causó aquel brece instante. Gendo volvió a mirar a Kuroki —Sólo confío en ti; utiliza Giotai y después vuelve al Castillo —Gendo fue el primero en salir del Palacio, dejándolos atrás. —Bien —dijo con algo de nerviosismo — Yokubo nos espera, vamos hacia el cementerio; vivo cerca de allí. Taller de Giotai [Kuroki; Yokubo; Giotai] Giotai guio a Kuroki hasta las afueras, la noche caía; a pesar de ello se sentía un clima cálido, el cual incrementó cuando comenzaron el recorrido por el hogar de Giotai el cual estaba iluminando con muchas linternas. Aquel sitio no era una simple casa pequeña; era amplia pero no había sirvientes, sólo Yokubo se encontraba allí esperándolos en la entrada, levantó la vista cómo si buscara a alguien más. —No, Yokubo. Gendo no ha venido con nosotros — dijo Giotai haciendo que Yokubo desviara la mirada, parecería que al no tener a Gendo cerca, Yokubo se relajaría pero no fue así —Me adelantaré a mi habitación. Llévalo a la suya, les hablaré cuando todo esté listo. Yokubo afirmó y le pidió a Kuroki que lo siguiera. El lugar estaba desierto; el calor de las lámparas era algo intimidante era como estar dentro de una fragua. Yokubo le señaló una habitación y deslizó la puerta para permitirle pasar; cuando Kuroki entró Yokubo lo hizo detrás de él, para después cerrar la puerta y comenzar a preparar un poco de té en el fogón de la habitación. Al terminar el preparado se lo extendió a Kuroki —Bebe —ordenó. Contenido oculto Gigavehl