Mamá, no quiero. Mamá, no quiero hacer la tarea, es difícil y hace que me duela la cabeza. Mamá, no quiero hacer deporte, es cansado y muy bullicioso. Mamá, no quiero estudiar, es aburrido y me hace sentir tonto. Mamá, no quiero comer mis verduras, hace que la boca me sepa amarga. Mamá, no quiero tender mi cama, no tiene sentido si mañana la deberé volver a tender. Mamá, no quiero salir, el sol quema mucho y mi vista se cansa. Mamá, no quiero jugar, no tengo amigos para hacerlo y el pensar en hacerlo es cansado. Mamá, no quiero hablar, no tengo nada qué decir. Mamá, no quiero comer, siento que el hambre se ha ido y todo sabe a arena. Mamá, no quiero dormir, hay tanto en mi cabeza que mis ojos no se cierran. Mamá, no quiero despertar, cuando mis ojos se cierran siento que todo es mejor. Mamá, no quiero moverme, no me quiero levantar, no quiero mirarte, no quiero hablar. La cama es más segura para estar. Mamá, ya no quiero llorar, pero todo fluye solo sin que lo pueda parar. Mamá, no quiero ayuda, no creo nadie me pueda ayudar. El corazón se me parte, y ya no encuentro voluntad. Mamá, no sé qué me pasa, no sé si estoy bien o estoy mal. Mamá... quisiera ya no despertar.
Este relato me toca especialmente de cerca, por desgracia. No es algo que viva, es algo que veo en gente muy cercana y muy querida para mí. Cómo se convierten lentamente en una sombra de quiénes fueron, cómo se van apagando y entumeciendo, hasta que ya no sienten nada. El mundo deja de tener sentido y ya no ven la necesidad de seguir avanzando. Es muy doloroso, pero es la realidad. Y me da mucha rabia que haya gente que no le conceda la importancia que merece y lo trate como algo pasajero, como una emoción más. Por eso agradezco que existan escritos como el tuyo, pues pese a ser crudos están visibilizando algo que sufren en silencio miles de personas cada día. Creo que lo mejor es cómo lograste que con una estructura tan simple expresases tanto. La progresión y decadencia desde temas nimios y banales hasta sentimientos mucho más fuertes y pesados fue progresiva y realista. Son las mismas fases que yo he visto en los demás, puedo dar fe de ello. Me gustaría seguir leyendo cositas tuyas, no dejes de escribir nunca!
Si uno busca los síntomas de la depresión en internet el primer resultado debiese arrojar a este relato. Es la manera más literaria que he visto de representarla. No me choca tanto la crudeza de las palabras -quizá por la familiaridad de haberlas habitado- sino por ser la madre la aludida. Como debe de doler el recibir esas palabras por parte del ser que trajiste al mundo y amas más que a todo... Muy conmovedor.