Única y detergente Dejé caer mi cabeza sobre mis manos, miré con hastío el panorama. La clase era ruidosa como siempre, el profesor batallaba por dar la materia y en lo único que podía concentrarme era en ellas. Tan lindas, ¡O geniales! No podía ser única y diferente con tanta chica peculiar en clases, ¿No? Una friki, una Otaku, otra darks y el resto de normies... una rockera por ahí. Suspiré con el ceño bien fruncido, ojos cerrados. Tampoco quería ser la nerd, ni la que le quería agradar a todos los hombres. No quería ser un fiasco en clases, pero tampoco la cerebrito con las mejores notas. Miré con más amargura cómo el profesor escribía en la pizarra. No quería ser nada... —¡Oh, que lindos tus pendientes! —escuché una voz dulce a mi lado, la miré ceñuda... Sonreí con ligera sorpresa. —¡Ah! ¿Te gustan?— La chica asintió, la sonrisa que tenía se reflejaba en sus ojos con gozo—, los compré en una feria hace poco. —¡Oh! ¿La que abrieron en la plaza? —¡Sí esa misma! —respondí con entusiasmo. —Ay, me encantan —dijo casi que conmovida, reí con suavidad un poco contrariada, era un poquito exagerada la chiquilla. —Guardé el Instagram de la tienda, puedo dártelo —resolví con calma, mi compañera me miró con sorpresa otra vez, me sonrió con más tranquilidad, pero su cara aún expresaba alegría. Nunca hablamos tanto, la chica siempre parecía metida en su mundo, leía... de esos comics chinos, bueno, asiáticos, cómo fuera. —¡Me encantaría...! Aunque puede que al final compartir no estuviera tan mal.
¿Cómo somos especiales? ¿En qué forma somos únicos, especiales y "detergentes"? La pregunta que ronda por la mente de muchos jóvenes.... Yo desde los 23 ya suelo ser más realista y frío, y digo cosas como "nadie es especial y el mundo no extrañará a nadie"....
Ché, el cuento está "bien", más que nada porque me gustan los retratos que me parecen intimistas, requieren de valentía de parte del escritor, pero, y te lo digo porque es editable y harías una obra muy bonita, le faltó un gancho al final, algo que haga sonar la musiquita esa de chan chan chaaan, o que simplemente cerrara todo con una sorpresa o cualquier sentimiento producido. No puede terminar con el mismo cariz con el que empezó.