Eldritch Horror: Azathoth Encuentros

Tema en 'Partidas Inacabadas' iniciado por Maialc, 1 Marzo 2023.

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    Maialc

    Maialc Iniciado

    Aries
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    Los encuentros dependen de la localización donde terminen sus acciones, entiéndanlo como una respuesta a sus acciones o una consecuencia de las mismas. Hay varios tipos de encuentros y al iniciar una nueva ronda de encuentros se les darán las opciones entre las que pueden elegir para realizarlos. Estos encuentros pueden traer resultados positivos y negativos.

    Encuentros de Localización:

    Los encuentros de localización tienen probabilidades de obtener algo útil para los investigadores en cada sitio.

    San Francisco: Mayor probabilidad de obtener mejoras en Observación.
    Arkham: Mayor probabilidad de obtener hechizos de Encantamiento (en el mapa dice Hechizos Ensalmo, pero creanme, son Encantamientos). Son hechizos "pasivos" por decirlo de alguna forma, su efecto se resuelve instantáneamente, sin necesidad de realizar una acción.
    Buenos Aires: Mayor probabilidad de obtener hechizos de Ritual. Son hechizos que requieren una acción para funcionar.
    Londres: Mayor probabilidad de obtener Pistas. Las pistas sirven para resolver misterios. Resolviendo misterios ganan, así de simple.
    Roma: Mayor probabilidad de obtener mejoras en Voluntad.
    Estambul: Mayor probabilidad de obtener mejoras en Influencia.
    Shangai: Mayor probabilidad de obtener mejoras en Saber.
    Tokyo: Mayor probabilidad de obtener ayuda para derrotar monstruos (o de generarlos)
    Sidney: Mayor probabilidad de obtener mejoras en Fuerza.

    En las demás ubicaciones también pueden tocarle este tipo de cosas en los encuentros pero de manera mucho más aleatoria.

    Lo primero a tener en cuenta es que si hay un monstruo en la ubicación se debe resolver un encuentro de combate. Cualquiera de los investigadores puede comenzar con el encuentro pero hasta que el monstruo no desaparezca no se podrá realizar encuentros de otra índole.
    Los encuentros, como las acciones, pueden llevar algunas horas de duración, dependiendo de la dificultad y la demora que lleve terminarlos, pudiendo algunos realizar más encuentros que otros o en su defecto darles más tiempo a realizar acciones.
     
    Última edición: 10 Marzo 2023
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    Maialc

    Maialc Iniciado

    Aries
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    Gianna Fiore: Shangai Mori

    Decides viajar desde Bombay a Shangai y en cuanto llegas ahí...

    Puedes optar por realizar un encuentro en Shangai o realizar un encuentro general de ciudad.

    Agatha Milebourne: Oceano Atlántico Sur (11) Ichiinou

    En tu viaje hacia Buenos Aires se interponen miles de leguas. Un poco aburrida dando vuelta en cubierta el capitán llama tu atención para comentarte algo. Su nombre era Mauricio, un hombretón grandote y de mediana edad, probablemente de origen portugués.

    —Hermosa mañana, ¿verdad?

    La verdad es que después de tanto viaje, de ir y venir y estar tan preocupada en lo que está ocurriendo no sabes si es de mañana, de tarde o qué. Pero tomando en cuenta que ya vienen varias noches seguidas con la aparición de la terrible luna bordó en el cielo y las olas tremendamente peligrosas azotando la nave ver el hermoso sol en el cielo y las aguas calmas te motivaron un poco a sonreír.

    —Estamos a punto de pasar cerca de un famoso y misterioso naufragio. Si lo desea, podemos detenernos un momento a inspeccionar el estado general del barco y puede hacer una corta incursión de buceo para visitar el lugar. No se preocupe que tenemos un excelente equipo de exploración. ¿Qué me dice?

    Debes tomar una decisión, esa parada posiblemente ralentice tu viaje pero cualquier ocasión para investigar algo podría ser buena para ese momento de tanto misterio.

    John Doe: Estambul Slam

    Debido a tu decisión de quedarte tus opciones no son muchas, puedes investigar un poco ahí en Estambul o puedes enfrentar un poco a le gente por ahí en la ciudad, sea como sea, has decidido que el destino vaya hacia ti.

    Puedes optar por un encuentro en Estambul o un encuentro general de ciudad.

    Leah Miller: Buenos Aires April BookLover

    En tu ubicación te encuentras bien y decides no moverte. Mientras estas revisando cosas, surge un situación interesante...

    Puedes optar por un encuentro en Buenos Aires o un encuentro general de ciudad.

    Torahiko “Byakko” Sakai: Bogotá (7) Yáahl

    En Bogotá das algunas vueltas intentando descifrar un poco lo que está sucediendo. Sin embargo, tienes la mala suerte de encontrarte en el mercado con una pequeña banda de contrabandistas de armas que habías ayudado a desbaratar hacía poco tiempo. Eso nada tiene que ver con lo que estás investigando pero cuando te ven y van hacia ti no te queda más opción que escapar de ellos, después de todo tienes la acción en la sangre. Escalas como un maldito tigre por los puestos de mercaderes en la calle mientras los disparos te van rosando el trasero. Escapas de las garras de un grandote de casi dos metros y dejas fuera de combate con un puñetazo a un tipejo que creía que podía contigo. Cuando otro desgraciado intenta acuchillarte lo evitas y ahí va un rodillazo en el estómago. El cuarto sujeto ya es un problema porque te apuntó con una Colt en la frente. No tenías muchas expectativas de sobrevivir a eso pero para tu suerte la milicia de la ciudad acudió en poco tiempo y tus rivales no les quedó otra opción más que huir, no sin antes darte a entender que cuides tu espalda pues te encontrarían.

    Un poco aliviado, te das la vuelta para irte y te topas con una multitud molesta. Son al menos diez mercaderes listos para darte una paliza por convertir su lugar de trabajo en coladero. A ver como está esa Influencia tuya, será mejor que intentes arreglar las cosas.

    Ophelia Byrne y Hunt Macavoy: Sydney Gigi Blanche rapuma

    Debido a que deciden investigar juntos tendrán que elegir juntos hacia dónde los llevan sus pasos.

    Pueden internarse en Sidney a investigar o simplemente recorrer los alrededores de la ciudad.

    Fiorella Bianchi: Roma quem

    Luego de tu llamada decides moverte un poco pero no demasiado, con recorrer los sitios conocidos crees que será suficiente para empaparte de conocimientos para empezar la delicada tarea de desentramar ese misterio.

    Puedes elegir ir dar algunas vueltas por Roma o por los suburbios.

    Leila Westminster: Fort Providence (4) Ikoma-kun

    Internándote en el inaccesible e incómodo paraje de Canadá te preguntas por qué rayos decidiste ir por ahí. Sin dudas tu instinto de reportera es más fuerte que tu lógica y le agradeces a eso porque contra todo pronóstico encuentras un pequeño poblado en ruinas. No es el pueblo de Fort Providence, es un poco más al norte, pero el sitio está devastado. Sacas unas fotos y tomas una libreta, sin dudas es hora de investigar.

    De lejos puedes ver que el sitio no era muy grande y posiblemente no hubiera más de diez edificaciones pero te sorprende mucho que todo esté destruido. Será mejor que pongas a prueba tu talento de investigación.

    Hora de tirar los dados y probar que tan buena Observación posees.





    Revisen lo que les ha tocado y decidan al respecto o tiren los dados correspondientes, cualquier duda la dejan en comentarios. Tengan en cuenta que aquí también pueden rolear y que si se extienden también pueden consumir tiempo.
     
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  3.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    Torahiko Sakai
    Bogotá (7)

    Me costó un poco más de tiempo del que había anticipado, pero al final el movimiento de contactos solucionó la cuestión, como siempre. El tipo del mercado negro me soltó una mierda que sonaba a puto delirio de opio, que no sé qué de la luna en estado de némesis y que me cuidara de las mareas y las tormentas. Luego lo del presagio en tiempo de Cometas.

    En general poca gente le prestaba atención a los locos, ¿no? Si podían nos subían a todos a un barco y nos lanzaban al mar para morir, era así de sencillo, pero en este pedazo del mundo uno aprendía a acudir a los que sonaban como cabras para encontrar fragmentos de información que no se podían conseguir por medios tradicionales. Bajo esa lógica era que había sabido categorizar las locuras que decía la gente desde muy joven, lo suficiente para saber cuando censurar las propias, las ajenas y cuándo guardarlas en el cajón de recursos que me servían para moverme por la vida.

    Ya cuando dejé al tipo tranquilo me detuve en alguna esquina, saqué la misma libreta donde tenía anotados los números del resto de idiotas, y anoté lo que el hombre me había dicho entre algunas otras cosas que tenía allí apuntadas. Luego de eso continué dando vueltas por la ciudad esperando descifrar algo más, pero se veía que el día de hoy solo iban a seguir ocurriendo cagadas porque en el mercado me encontré a los contrabandistas de cuarta que había pretendido desbaratar.

    No parecían muy contentos.

    Tampoco tenía demasiada opción, así que activé las piernas de inmediato y escalé por los puestos con más agilidad de la que los cabrones de seguro estimaban, los tiros me rozaron el culo y maldije en voz alta, en japonés eso sí. Me libré del gorila de turno, del siguiente me deshice rápidamente y conseguí librarme de la puñalada también, pero como había despertado meado por una manada de elefantes o algo la huida no me duró mucho.

    Sentí el cañón del arma en la frente antes de siquiera conseguir enfocarla, vete a saber de dónde había salido el jodido imbécil, pero alcé las manos por instinto reduciendo los movimientos prácticamente a cero. Lo que me salvó fue la milicia, los obligó a ponerse en marcha y con eso pude volver a respirar, aunque fue solo para darme cuenta de la gente fastidiada, los del mercado tienen cara de estar tan hartos del espectáculo como yo de haber tenido que treparme por sus puestos y me veo en la obligación de volver a levantar las manos, por más que no les importara que no quisiera hacerles daño.

    Querer era un verbo un poco caprichoso, la verdad era que no me interesaban. Me podían salir más caros los putos mercaderes que darle un empujón a un niño.

    —Eh, no hace falta ponernos violentos, ¿no? —dije con cierta cautela, poniéndome la cara más inocente que pude conseguir todavía con las manos alzadas, y ladeé la cabeza ligeramente lo que hizo sonar el cascabel—. Podemos llegar a un acuerdo.
     
    Zireael ha tirado dados de 6 caras para Influencia Total: 7 $dice $dice
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  4.  
    Kao

    Kao 

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    Tal como ella esperaba, la reunión había sido fructífera, agradeció a su conocido formalmente, y pidió permiso para investigar en la biblioteca unos cuantos escritos, que eran registros de experiencias bastante similares, relatos que evocaban a locuras inimaginables... algo que la ciencia no pudiera explicar

    Adentrándose en esos amplios pero en estas horas no muy concurridos salones, pudo oír un ruido, como si hubiera alguna presencia allí, ¿Una persona?, ¿Un animal?.

    Caminó hacia él, atraída como una polilla a una luz durante la noche, salió por la puerta de entrada y observó en las calles

    de entre las 2 opciones decido ir por un encuentro en mi locación de Buenos Aires:D, ¿me diría con que me encuentro para poder acruar en función a ello? Sjsjjs
     
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  5.  
    rapuma

    rapuma Maestre

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    Hunt Macavoy

    Se sentía intranquilo y cada tres calles que caminaban giraba su rostro y observaba tras sus pasos, con esperanza de seguir viendo su barco anclado en el puerto hasta que ya comenzó a ser imposible poder visualizarlo. Se rascaba el cuello y la cabeza con nervios, mirando hacia derecha e izquierda, como si estuviera esperando que algo ocurriera.

    —¿Con qué personas exactamente tienes que hablar? —preguntó con rudeza, no porque sintiera algo en contra de ella, simplemente por el estrés que estaba sintiendo al estar tan lejos de su hábitat y tan dentro de una ciudad que por norma general siempre evitaba.
     
    Última edición: 26 Marzo 2023
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  6.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
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    Ophelia Byrne
    Sydney

    Hunt lució claramente contrariado ante mi propuesta, mas acabó por aceptar y se afianzó de mi mano para ponerse en pie. No creía que fuera a ocurrirme nada a plena luz del día, en el centro tan abarrotado de la ciudad, pero podía valorar sus intenciones. Eran claras y transparentes, como el tono de sus ojos; encontraba allí una suerte de tranquilidad que, quizás, otras personas darían por sentado. Pero no en mi caso.

    Yo no podía hacerlo.

    Le sonreí, fue una suerte de agradecimiento silencioso y atravesamos el puerto hasta comenzar a hundirnos en el bullicio de la capital. Hunt seguía visiblemente nervioso, lo cual era... bueno, era un poquito divertido. Para la enésima vez que lo noté voltearse, suspiré con suavidad y me enredé a su brazo sin aviso de algún tipo.

    —Calma, old man. Tienes que aprender a confiar más allá de donde llegan tus ojos. —Renové el aire de mis pulmones y repasé la calle con la vista; la muchedumbre, la energía y el dinamismo de tantas vidas interconectándose me llenaba el cuerpo de entusiasmo—. He hecho migas con algunas personas un tanto peculiares de la ciudad, me gustaría platicarles al respecto y contrastar opiniones.

    Había notado la aspereza en su tono de voz, mas en ningún momento la tomé personal o me ofendí por ello. Pobre criatura, debía estar pasándola mal. No se me ocurría forma alguna de ayudarlo, sólo... bueno, tendría que aprender a manejarlo por sí mismo.

    Al final del día siempre nos encontrábamos solos.


    Heyo, elegimos tener el encuentro internándonos en Sydney a investigar
     
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  7.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
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    Gianna Fiore
    Shangai

    Viajé, viajé, soporté. Si odiaba algo eso era la cantidad de gente que había a mi alrededor, que desagradable. Ya sentía cómo tanta cantidad me trasmitiría alguna enfermedad rara asiática, pero bueno, desde que terminé algunos estudios en Japón y terminé en Bombay las extrañezas eran casi que pan de cada día. Me conseguí un interprete que me pudiera traducir el chino a cualquiera de los idiomas que manejaba, le pedí que me llevara a la biblioteca nacional. ¿Habría gente que estuviera interesada en investigar el tema de la luna roja? Si es que lo había, seguro me los encontraría en una biblioteca, porque todos querrían encontrarse con vestigios de algo así en el pasado para reafirmar cualquier teoría tirada de los pelos.

    Veamos qué tenía la ciudad de Shangai para ofrecer.

    Realizo un encuentro en Shangai uwu
     
  8.  
    Maialc

    Maialc Iniciado

    Aries
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    Gianna Fiore: Shangai Mori

    Luego de un agotador e irritante viaje en tren desde Bombay hasta Shangai te topas con la horrenda realidad del sitio. No crees haber metido tus manos nunca en algo mas podrido que esa ciudad. No hay muerto, no hay tumor ni deformación más abominable que esa ciudad explotando de gente, olores y enfermedades. Para tu suerte, la gente es aún mas huraña que tú así que recorres el lugar con gran tranquilidad, impresionada por la cantidad de sitios a los que puedes meterte, tecnologías que solo creías que existían en libros de mitos y leyendas y tanta basura que no podía ser posible que exista.

    Lo que encontraste también fue una larga pasarela de mendigos en plena calle, eso también había en Bombay pero por alguna razón en Shangai se veía horrible, como si esos mendigos no debieran estar ahí, como si pudieran elegir otro destino pero ellos mismos hubieran elegido ser mendigos y vivir de las limosnas que las personas les dan en la calle.

    Uno de ellos llamó tu atención. Un viejito delgado, al borde de la desnutrición, con una barba larga, tupida y canosa pero con una mirada aún más joven que la tuya. Parecía a punto de cazar un venado con esa mirada severa y penetrante. Te observó y se te entumecieron las manos y los pies. No querías acercarte a él pero tu espíritu te fue arrastrado pesadamente. Él no te habló, te saludó con un asentamiento de cabeza, debió darse cuenta que no hablarían el mismo idioma. Con su huesuda mano te mostró un cuenco de bambú frente a él con pequeños bloques en forme de bambú en forma de luna. No sabes como, pero entendiste que usaba esas piezas para predecir el futuro. Sin decirte nada, te dio una de las piezas y entendiste completamente como usarlas para ver el futuro. No sabías por qué, no sabías cómo, pero lo entendías. No te hacía falta nada, sabías predecir el futuro con eso y comprendiste que seria efectivo. Te quedaste absorta en tus pensamientos y tratando de entender si los acontecimientos como la luna roja estaban llevando a mucha gente a percibir este tipo de cosas.

    Obtienes Mejora de Saber.

    El mendigo no dejó de tener su mano levantada y te observaba con una mirada severa. Esperaba un pago de tu parte.

    Intenta negociar con él, usa tu Influencia.

    Leah Miller: Buenos Aires April BookLover

    Fuiste hacia el encuentro de aquella silueta que resultó ser un alto y delgado caballero de elegante smoking con un sobretodo negro. Te observaba con un rostro incómodo pero decidido. Podía decirse que se mantenía joven a pesar de que por las pronunciadas arrugas de sus ojos parecía ser bastante mayor. No se dijeron nada, pero el sujeto te hizo una seña como para que lo acompañes. Lo seguiste debido a tu curiosidad aunque te asombraste hasta a ti misma por haberlo hecho y lo más asombroso fue luego el auto al que lo habías seguido. Un Rolls Royce negro impecable lo esperaba, con un chofer. Elegante, abrió la puerta y te invitó a subir. Estabas reticente en un principio.

    —Muchacha, estás buscando respuestas a algo con lo que seguramente puedo ayudarte. Soy Leopoldo Astudillo, integrante de la Logia Lautaro y mis conocimientos... —se interrumpió para mirarte con sus penetrantes ojos grises y lo sentiste. Lo percibiste. Algo te hizo estremecer por completo—, están fuera de este mundo.

    Todos los sentidos se te pusieron en alerta, tu cerebro dio una alarma y tu cuerpo reaccionó al instante. Las piernas temblaron y se te paralizaron. Los brazos, duros como el cemento seco, se te enfriaron y sentiste como se erizaban todos los bellos que podrias llegar a tener. Empezaste a sudar, mucho, tu estómago rugía una sinfonía imposible que jamás habías oido y no podías haber imaginado que existiría. En pocas palabras sentiste los ojos de ese tipo metiendose en tu cerebro, observando, catalogando y dejando de lado lo que no le importaba como tus sentimientos y tus deseos.

    Cuando pudiste volver a la realidad te diste cuenta que ya estabas subida en el auto y se movían. Ibas al lado de Leopoldo quien ya no te observaba. No lograste entender si el hecho de que no te estuviera mirando te aliviaba o te molestaba.

    ¡Aprendes un Hechizo Ritual!
    Alimenta la mente
    HECHIZO
    Tipo: Ritual
    Descripción: Como una acción prueba Saber (-1). Si pasas mejora una característica de un investigador en tu espacio, incluyéndote. Luego, sucede un efecto misterioso.

    —Tienes la posibilidad de entrar en la Logia, convénceme que eres una persona competente —te dijo sin dejar de observar por la ventanilla las vacías y oscuras calles de Buenos Aires.

    Puedes elegir unirte o no hacerlo. Si intentas unirte vas a tener que poner a prueba tu Influencia.

    Torahiko “Byakko” Sakai: Bogotá (7) Yáahl

    Los lugareños estaban por darte la paliza de tu vida. Dos hombretones te sujetaron de los hombros y brazos, otro te sometió por la cabeza y dos mujeres regordetas se acercaron con escobas, listas para hacerte vaya a saber el cosmos qué cosa. Antes de que te hicieran algo, la potente voz de una mujer se alzo entre la multitud.

    —Calmados. Suelten a ese hombre, por favor.

    La que hablaba era una cuarentona que conservaba una silueta esbelta y de encontraba vestida con refinadas ropas de seda bastante fuera de lo común para ese sitio donde se encontraban. Los mercaderes instantáneamente te soltaron. No sabías quien era pero te pareció haberla visto en algún momento.

    —Este ciudadano tiene capacidad de reparar todos los daños causados con mejoras. Realicen los cambios correspondientes y envíen el listado de sus gastos a la alcaldía. Disculpen las molestias.

    Los mercaderes se retiraron al instante, murmurando por lo bajo bastante mas serenos. La mujer se te acerco y te tendió una mano. Era morena y tenia cabello castaño ondulado, atado con una liga.

    —Soy Catalina de Adelconar, secretaria y esposa del alcalde de Bogotá. He oído un poco de ti —al decir eso observó tu tatuaje—, alístate que vienes conmigo.

    Ganas 1 Enfoque.

    No te quedó opción mas que seguirla por detrás. Iba sola, no parecía tener custodios a la vista, se metió por callejones de la ciudad tan oscuros y nauseabundos que ni tú escapando de unos matones te hubieras metido. En uno de esos callejones estiró su mano y te tironeo de la camisa hacia ella como si quisiera arrastrarte. Te sorprendió su fuerza y su intensa actitud.

    — Te salvé hace un momento y ahora trabajas para mí. Harás lo que te diga. Necesito que vayas hasta un hangar al sur de la ciudad y retires todo lo que encuentres, habrá una carreta preparada a pocos metros del lugar. Todo lo que haya en el lugar lo llevarás al sindicato de cafeteros en Medellín. ¿Has entendido o debo repetirlo? Retírate que debo dar explicaciones a la milicia.

    No te han dado muchas explicaciones ni muchas opciones pero no eres del tipo que sigue ordenes sin saber por qué, si bien es cierto que te salvo y te interesa sobremanera el tema de hacer negocios con la esposa de una de las personas mas influyentes de Colombia. ¿Qué harás?

    Ophelia Byrne y Hunt Macavoy: Sydney Gigi Blanche rapuma

    Juntos decidieron explorar el centro de Sidney. La ciudad era pintoresca y se respiraba un aire fresco y limpio casi podria decirse que salvaje. Investigar de a dos era un poco mas seguro que hacerlo solo y divertido tambien aunque Hunt se sintiera un poco fuera de órbita. La ciudad se encontraba extrañamente vacía y sombría incluso a horarios en que el sol todavia se encontraba presente. Las nubes, si bien presentes, no parecían ser por completo las responsables de opacar el sol, había algo más, como un velo invisible y extrasensorial que atenuaba la luz en el lugar.

    No fue mucho el tiempo que recorrieron haciendo preguntas al azar en algunos mercados o intentando oír comentarios de aquellos que conversaban en la calle que notaron algo sobrenatural. La gente los veía. Los observaba y se los quedaba mirando pero de una manera nada disimulada. Era como si tuvieran puesta una gran X roja en la cara y todos pudieran verla. Muchos incluso se alejaron de ustedes o intentaron desviarlos para evitar hablar con ustedes.

    Recorriendo las calles sin entender llegaron a un edificio en construcción y se detuvieron al percibir casi al unísono un olor entre podrido y horriblemente nauseabundo. Hunt intentó recordar si alguna vez se había metido en una montaña de tripas de pescado que oliera peor que eso pero le fue difícil recordarlo. Ophelia definitivamente nunca había olido algo asi de horrible pero al instante, como una catarata, las imágenes de personas desgarradas, desangradas, mordisqueadas, despellejadas y otras... imágenes que no entiendes como es que pasan por tu mente porque no podrias ni haberlo imaginado pues no parecían cosas físicamente posibles.

    Entonces percibieron un movimiento y fue muy tarde para huir. Una enorme figura encapuchada, con gran capa negra envolviéndolo cayó desde una altura imposible y aterrizó brutal y destructivamente cerca de ustedes. Se cubrieron como pudieron ante aquella sobrenatural y aterradora figura. Se acercó lentamente hacia ustedes. El terror los paralizó por completo.

    — No están preparados para lo que se avecina. Ustedes llegaron hasta aquí.

    Su voz era una orquesta embrujada con notas quebradas y repulsivas de ultratumba y de timbre bajo y resonante. Querían taparse los oidos con todas sus fuerzas pero sabían que habia algo mucho mas preocupante que su voz. Esa criatura los destrozaría, enfrentarlo era terriblemente peligroso. ¿Era posible que sobrevivieran a un combate? ¿Había posibilidades de escapar? Debían resolverlo rápido.

    Pueden enfrentarlo juntos o solo uno. Escapar pueden intentarlo pero es aún mas peligroso. Pruebe Fuerza cualquiera que lo vaya a enfrentar y si deciden huir lo haran juntos, en ese caso hagan una única tirada cada uno.
     
    Última edición: 31 Marzo 2023
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  9.  
    Zireael

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    Torahiko Sakai
    Bogotá (7)

    Estos malditos colombianos me iba a cagar a palos casi que por deporte, porque no había sido yo el que comenzó a volar plomo en medio mercado, y aunque intenté cortar las cosas por la paz me cayeron encima. Me restringieron el movimientos de las extremidades y eso bastó para que me desatara, a pesar de que había tratado de ser una persona relativamente decente; busqué zafarme como un desquiciado, pero apareció otro hijo de puta a someterme por la cabeza y aparecieron las putas viejas con los palos de escoba.

    Si me daban un solo minuto más iba a morderle la mano al primero de estos imbéciles que alcanzara, lo juraba por mis muertos, porque no iba a ser la primera ni última vez que tenía que defenderme a punta de mordiscos. Seguía tratando de soltarme cuando una voz se alzó, firme; era de una mujer y fue suficiente para que el montón de locos (el burro hablando de orejas) me soltaran de una vez.

    Me aparté y contuve el impulso de escupir hacia alguno del montón de puro milagro mientras me ajustaba la ropa, fastidiado. Decir que podía convertir los daños en mejoras era bastante exagerado, pero se le agradecía la ayuda a la distinguida señora, que no tardó en presentarse como Catalina de Adelconar. Si una cosa sabía hacer esa sobrevivir o al menos lo intentaba, así que recibí su mano y no dije nada cuando dijo que había oído de mí, luego de reparar en el tatuaje.

    No me quedó mucha opción, era ella o los puñeteros bogotanos así que la decisión estaba tomada. La desgraciada se metió en los callejones más asquerosos de la ciudad y el cuerpo se me tensó incluso antes de que me tocara, porque no era ningún estúpido por mucho que pudiese parecerlo.

    Que fuese a sacar sus mierdas de un jodido hangar.

    Ajá, ¿y por qué? No era un puto perro.

    Que sí, que hacer negocios con los grandes del lugar siempre era bueno, pero eso de trabajar sin explicaciones era una mierda y nadie me lo iba a negar. Entendía que no era más que una pieza, me había dedicado a ello el suficiente tiempo para tenerlo claro, pero también sabía que necesitaba un poco más de claridad en el trabajo.

    Todo fuese por el bien de la mercancía, ¿no?

    Hice el amán de retirarme como me estaba diciendo, pero regresé sobre mis pocos pasos, todavía con la molestia pegada al cuerpo aunque revuelta con la tensión que me había provocado la forma en que me había arrastrado en su dirección para soltarme la sopa. Me la estaba jugando un poco, la verdad.

    —Eso de atender órdenes sin demasiados detalles siempre sale mal, no para el que la mueve que en general importa bastante poco, si no para lo que sea que se está movilizando —resolví, aparentemente calmado—, algo que una mujer tan distinguida como usted no puede permitirse, me imagino.


    bruh la pregunta es bastante abstracta idk, a ver si me suelta más info o algo (?
     
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  10.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Ophelia Byrne
    Sydney

    Había algo extraño en la ciudad, saltaba a la vista. El corazón de Sydney, siempre tan dinámico e indómito, se encontraba peculiarmente sereno. Vacío, incluso. ¿Sería una simple coincidencia? ¿La subjetividad me estaría jugando una mala pasada? No estaba segura. Las personas, a su vez, parecían reaccionar a nosotros. Muchos nos miraban con recelo, miedo, incluso. Se alejaban, rehuían el contacto y fingían en cuanto me acercaba a hablarles. Estaba habituada a que las personas me vieran como si fuera un bicho raro o un fenómeno, pero esto era diferente.

    Algo enfrascada en mis pensamientos debido a la confusión, acabamos pasando junto a un gran edificio en construcción. Tuve que detenerme en seco apenas una nube nauseabunda nos alcanzó de repente, olía terriblemente mal y estuvo a punto de darme vuelta el estómago. Me llevé una mano al rostro y fruncí el ceño, alzando a ver a Hunt. Estuve por hablarle cuando apareció en mi mente una ráfaga de imágenes, lo suficientemente nítidas y palpables para abstraerme de la realidad. Había... Dios, eran muchísimos cadáveres. Miembros arrancados, cuerpos mutilados y carne desgarrada. Sangre, vísceras, moscas y aquel olor putrefacto.

    Quise vomitar.

    No supe cuánto tiempo permanecí en ese estado. Al volver en sí, sentí una certeza insoportable y me erguí, alcanzando el brazo de Hunt para llamar su atención. La respiración me iba algo irregular, traté de modularla y arrastré al hombre un paso en retroceso justo cuando aquella extraña figura aterrizó frente a nosotros. El suelo vibró, su oscuridad pareció tragárselo todo y se cernió en toda su estatura. Mi cuerpo se paralizó.

    La carne podrida.

    Las personas asesinadas.

    ¿Tendría que ver con eso?
    Ophelia.
    Su voz resonó, alcanzó los recovecos más incómodos de mi cuerpo y reaccioné en automático. Miré alrededor, pillé un tubo de hierro a velocidad y me planté frente a él. Era una criatura desconocida, oscura y aterradora, pero desde cierta distancia lograba oír la voz de mi padre llamándome y se parecían.

    Se parecían.

    —Hunt —siseé, precavida; el corazón me martilleaba el pecho.

    ¿Qué nos separaba de la montaña de cadáveres que había visto? Un trazo muy frágil y delgado, pero no quería morir aún. Me negaba fervientemente a hacerlo.
     
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    rapuma

    rapuma Maestre

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    Hunt Macavoy

    Desde el instante en que Ophelia lo tomó del brazo, el marinero cobró una inesperada fortaleza y alzó su pecho y el mentón mientras caminaban por la ciudad. No pasó desapercibido la hostilidad en el ambiente y Hunt no pudo evitar pensar que estarían mejor dentro de su barco, con el mar bajo el casco de madera. Aún así, arrugó el entrecejo y recorrió con su mirada de hombre de mar todos los rincones de las calles para desmoralizar cualquier asalto que podría ocurrir.

    —Ophelia, ¿te encuentras bien? —inquirió Hunt cuando la muchacha quedó paralizada por unos segundos, como si estuviera teniendo una especie de ataque de pánico aunque el marinero no sabía muy bien la causa. —¿Estás bien?

    El olor allí era fétido, animal. Un olor que no le recordaba ni a las visceras de los pescados, aquél olor que se le impregnaba bajo sus uñas por semanas aunque las lavara con jabón. ¿Qué estaba ocurriendo? Pero apenas pudo seguir divagando, Ophelia había vuelto en sí y le apartó justo cuando una figura descendía con violencia frente a ellos. Hunt trastabilló y cayó sobre su trasero.

    —¿Qué... qué...?

    Pero la pregunta había muerto en su garganta, su mente no podía asimilar que aquella cosa estuviera frente a él, hablando y mostrando su horrible corpachon. Probablemente se hubiera quedado allí sin saber qué hacer, pero ver a Ophelia tomar las riendas y enfrentar aquella cosa le estimuló para poder reincorporarse.

    —¡Ophelia! —gritó con terror, viendo cómo se abalanzaba con un tubo de hierro contra aquella figura horrenda. El marinero se quedó congelado unos pocos segundos en donde movió con violencia su cabeza y apretó sus dientes. Su cuerpo parecía querer escapar pero la adrenalina del momento le había insuflado una valentía que no creía propia de si mismo. Se abriría el camino a puñetazos; su cuerpo era duro y sus manos fuertes. Cerró los puños y éstos se convirtieron en dos piedras macizas que no dudó en estrellar contra la cara de aquel ser con el fin de derrumbarlo para poder escapar.
     
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    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

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    Leila Westminster

    Perfecto Leila tuviste que tomar la peor ruta posible—Masculle mientras me internaba cada vez más en aquella tierra alejada de la mano de Dios. Estaba jugandome todo para tener una pista exclusiva, algo que pudiera resultar clave al momento de ir a Arkham y develar la verdad tras el suicidio de la desdichada mujer.

    Al internarme en aquel paraje arrugue la nariz por el asco, por nada de este mundo deseaba tener contacto con la mugre que pueda estar esperando en algún agujero. Algunas veces no sabía que pasaba por mi mente.

    Sin embargo aquello no resultaba del todo tan mal.

    No sabía a qué zona del mapa había llegado pero, sin duda no esperaba un pueblo fantasma cerca de Fort providence. Mire de un lado al otro dándome cuenta el desorden imperante. Tome mis anteojos para pulir sus cristales y así no pasar de largo alguna pista.

    —Camara lista y...bien—busque tanto mi cámara y la libreta aunque casi pierdo la paciencia por perder mi lápiz...casi tardo una eternidad pero di con el.

    —Espero no haber perdido todo mi recorrido solo para nada.
     
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    Kao

    Kao 

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    Fuera de este mundo. . . esas palabras resonaban en su mente como si fueran un eco, aún luego de salir de aquel "trance", estaba convencida de que, si de alguna forma quería comprender lo que ocurría. Este era el camino indicado que debía de tomar... pero, ¿Una invitación a una logia?, siendo francos, nunca le había interesado este tipo de asociaciones. ni creía que podían ser útiles... nunca antes le había interesado.
    Porque, incluso si no le había dicho información nueva, sintió que había acabado de aprender algo, como si hubiera visto dentro de ella, y le hubiese hablado.

    ¿Cuál era su propósito?, ¿Quienes lo conformarían?, ¿Por qué habían llegado hasta ella?, ¿Cómo llegaron justo en este momento?

    Pese a todas las dudas que se repetían sin cesar en lo más profundo de su ser, sabía para sí que este no era momento de dudar, y quedarse sin tomar una elección... podría ser algo de lo que se arrepintiese por el resto de sus días, por lo cual inhalaría, y mirando fíjamente a Leopoldo con expresión seria dijo con plena convicción

    —¿Qué necesito hacer para demostrar que merezco ser parte de ella?—
     
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    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
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    Gianna Fiore
    Shangai

    De por sí la estación y el tren estuvieron repletos de gente, las cosas no mejoraron al llegar a la gran ciudad. Tan pintoresco como recordaba oriente, solo que a diferencia de Japón aquí parecía haber mucha, mucha, muchísima más gente y podía distinguir entre los distintos orientares, no todos eran de la gran China, había una mezcolanza de gente y, aunque me miraran con extrañeza la mayoría, con oportunidad los mendigos y con rechazo muchos otros, la verdad es que lograba identificar por ahí uno que otro extranjero que compartía rasgos más similares a mí. Cómo fuera, manteniendo contacto mínimo caminé por las calles de Shangai y, sin querer, terminé frente a un hombre que, cuanto menos, era peculiar. Aunque... ¿Quién era yo para juzgar? Siempre vistiendo con ropas negras y con la melancolía seria en la cara.

    Parecía desnutrido, pero reconocía el peligro cuando lo tenía al frente, así que solo aumenté la seriedad en mi ceño aun más fruncido y me tensé ante el escalofrío que me brindaron mis extremidades a lo largo de mi espalda. Accedí a lo que me ofrecía, le seguí el juego y terminé inspeccionando el artilugio por mí misma...

    Interesante, cuanto menos.

    ¿Sería un estafador? En aquella ciudad repleta de misticismo era creer o sentir que todo era una parafernalia, engaño tras engaño, estafa tras estafa.

    —Uhm... —solté a penas inaudible, a penas me movía lo justo y necesario, siempre con el desagrado por delante. Lo miré desde mi altura, si él me observaba como presa, yo le miraría como un humano.

    Como un descorazonado humano.

    Miré mis prendas, metí mis manos en un bolsillo oculto de mi gran falda negra. Saqué una bolsita, deshice el nudo, pagué lo que estimé conveniente: El mínimo que, sentía, debía permitirme por una baratija mística que la mera intuición me decía que, solo en una de esas, podía funcionar. Prefería ahorrar por un buen hospedaje antes que gastar en algo tan poco científico, sincera y llanamente.

    —Aquí tiene —dije monocorde y fría, en japonés, seguro eso lo entendía por sobre otro cualquier idioma, eran vecinos, ¿no? Y seguro tuvieron muchos conflictos~

    Le entregué las monedas y me cercioré de que estuviera satisfecho con la paga, sino, tendría que ir aflojando el bolsillo con mala gana.
     
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