A los pies del delirio caí yo, me volví nada; ni restos ni polvo. Qué paisajes los de mi noche eterna qué deseos porque no vea su final; que no me encuentre… ¡Allá viene en sombra presurosa! Encarna la vida que pienso ya no tengo; augura en unas aguas se vierte y yo la busco como quien busca lo imbuscable. Narices ciegas que se privan de ver a dos palmos me hallo y no hay quien encuentre. Ya lo decían las profundidades: nunca aprendí a nadar. ¡De allá regreso y allá voy! No memoricé, yo, lo que es vivir en el hoy… No me despedido donde jamás he estado; dicen el tiempo es algo prestado, la renta es cara y mi desdichado velero en tormenta ha encallado… ¡del naufrago se han olvidado! El abismo es taciturno; la locura cotidiana, en hombros de la desdicha caen tormentas y en eterno dueto se baten contra un horizonte que surca las olas. Se dice existen mundos más allá de esto... ¡Qué espera impaciente! ¡Qué espera impaciente! ¡E impaciente esperó lo inesperable! A versos y cantos solemnes himnos de las tantas y tantas veces que, perdido y delirando, se supo naufragante. ¡Me llevará a tierra! Me llevará a Tierra si así lo quiere… Y me dice “siente la marea que le sigue a una corriente”. Hace mucho de las aguas escuché de algo llamado tierra me creí sola en este interminable océano sin fondo; ambicioné nadar contracorriente. ¡Lo sé! La locura me lo ha dicho: ¡Qué voy y vengo! ¡Qué me pierdo! ¡Qué regreso! Eternamente de aquí para allá… Soy partícula y el océano mismo sí por azares del destino suspiro y me lo permito.
El naufragar de una mente en decadencia. Podría pensar en la demencia, pero prefiero darle la interpretación de una identidad perdida. En la vida, seguir la corriente de algunos, puede socavar nuestra identidad. ¿Quién somos? ¿Soy yo o soy lo que quieren que sea? Cuando la presión de alguien nos obliga a hacer cosas que no queremos, nos convertimos en náufragos en un océano que le pertenece y nos hace ir de aquí para allá, de allá para acá y las olas de sus propias ideas, ahoga más y más nuestra identidad, tanto, que nos cuesta recuperar el oxígeno puro de nuestra existencia pasada. ¡Saludos! Gracia por compartir.
Hola, me ha gustado la poesía en cuanto al ritmo acelerado que tiene, como la rutina, el no tener un objetivo, o no identificarse como persona en el mundo puede ser tan devastador como sentirse ahogado en el mar hasta sentirse parte de él mismo. Cuando se menciona de algo llamado tierra sentí que se refiere a que encontrar la salida a los problemas desde afuera puede parecer sencillo más no lo es para quien lo esta viviendo, que más parece un rumor que alguien dijo. Siento y vi las ansias de poder conseguirlo y vencer la locura en que más de una vez se puede sentir inmerso. Saludos