One-shot Bombones para Shaoran [Sakura Card Captor]

El despertador no paraba de sonar y Kero ya no podía luchar más contra sus párpados, que estaban por abrirse con el incesante sonido de aquel cachibache infernal.
—¡Sakura! —gritó el guardián tratando de que su amiga reaccionase y apagase el despertador.
Lo cierto era que le daba igual si no iba al colegio, pero él debía descansar lo suficiente para jugar luego a videojuegos y poder pasar esa fase en la que estaba atascado o claro, si surgía también estar listo para atrapar alguna carta o lo que sucediese.
Salió de su pequeño cajón, muy a regañadientes, viendo que Sakura no reaccionaba y se posó encima de ella.
—Shaoran —balbuceaba en sueños, evidentemente sonrojada— acepta esto, lo hice para ti —seguía balbuceando.
Y justo cuando Kero, estaba a punto de echarle un cubo de agua por encima para que despertase, lo sobresaltó de repente despertando bruscamente.
—¡Kero! ¡Hasta en sueños tienes que comerte los chocolates que hago para Shaoran! —acusó gravemente a su amigo, que estaba evidentemente mojado, porque se le había escapado de las manos el cubo y se le había caído encima.
El guardián, la miró con evidente cara de enojo y haciendo un mohín se dio la vuelta.
—No te preocupes, solamente me comí la mitad de los chocolates, la otra mitad de los comió Toya.
Sakura dio un salto en la cama, al escuchar lo que había dicho.
—¡No puede ser! ¡¿Y ahora qué le regalo a Shaoran!? —la cazadora de cartas empezó a corretear nerviosa por la habitación, quería castigar a Kero, pero estaba lo suficientemente preocupada por no tener un regalo para el cumpleaños de su novio como para no hacerlo.
La chica se sonrojó al simplemente pasársele por la cabeza el concepto 'novio'. Todavía no se hacía a la idea de que estaban 'juntos' y ni siquiera sabía si eso era cierto y eso que ya habían pasado los años y los dos, estaban pendientes de empezar estudios superiores.
—Ah, no te preocupes, Shaoran está ya cansado de comerse tus chocolates, seguro que con estar contigo en el día de su cumpleaños tiene más que suficiente. No hay mayor privilegio que estar con la cazadora de cartas —dijo el guardián hinchando el pecho en pose orgullosa.
Sakura rodó los ojos como respuesta. Y reparó en la hora.
—¡Encima es muy tarde! ¿Cómo no me despertaste antes? ¡Que solo faltan diez minutos para que llegue Shaoran! ¡Y yo en pijama!
—Traté de despertarte pero dormías como un tronco, ni siquiera escuchaste el despertador durante más de una hora, no me culpes a mí, es tu culpa por perezosa y por estar hasta las tantas haciendo repostería.
Sakura empezó a revolotear de un lado para otro, en cualquier momento llegaría Shaoran y no estaba lista. Sacó del armario el último vestido que le había hecho Tomoyo, especialmente para esa ocasión y se lo enfundó en un momento. Se aseó, se retocó el pelo y en ese instante, ya estaba sonando el timbre.
—Diablos, ya está ahí, se me va a caer la cara de vergüenza al no tener ni un triste regalo para él —dijo Sakura casi para sí misma apesadumbrada.
Fue corriendo a abrirle, para que a parte de no tener nada para él, no tuviese que esperar en la puerta plantado en el día de su cumpleaños.
Allí lo vio, con una cálida sonrisa y con los mofletes sonrojados. Estaba tan radiante como siempre.
—Buenos días —dijo titubeante Sakura, en cuanto pudo recobrar el suficiente aliento como para vocalizar y sacudió la cabeza— digo, ¡feliz cumpleaños!
Después de eso, se tiró a los brazos de Shaoran, fundiéndose en un abrazo con él.
—Gracias —dijo el chico vacilante, mientras la abrazaba y hundía su cara en el pelo de Sakura, para aspirar todo su aroma. Para el chico Sakura olía a primavera.
Estuvieron así varios segundos, abrazados y Sakura estaba a punto de reparar en su drama, en que no tenía nada para él cuando escuchó un carraspeo detrás de ellos.
—¡Feliz cumpleaños mocoso!
Sakura le iba a dedicar una mirada furibunda a Kero en cuanto le escuchó, pero vio como traía su caja de bombones perfectamente empaquetada, la cual evidentemente no se habían comido y le cambió la cara a una completamente desencajada.
—Sakura tan despistada como siempre, se dejaba tu regalo atrás, aquí tienes, se tiró parte de la madrugada preparando estos bombones para ti.
La sangre acudió al rostro de Sakura en ese momento, pero pronto aquel bochorno y se cambió a alegría al ver el rostro alegre de Shaoran recibiendo los bombones.
Nunca dejaría de amar a aquel chico y esperaba que Kero le acompañase siempre en esa aventura, aunque a veces quisiese hacerlo desaparecer por meterle en situaciones tan embarazosas. Pero la vida no sería tan divertida sin ellos.
—Por cierto, si falta alguno es que Sakura se comió algunos en el proceso, que escuché como le rugían las tripas —les espetó Kero antes de esfumarse riéndose.
Sakura y Shaoran se miraron y se echaron a reír a carcajadas. Aquel sería un cumpleaños muy feliz, no les cabía duda.

¡Gracias por estar otro día más con nosotros en el Rincón de Kero!​