Long-fic de Naruto - Una niñera o ¿Algo más? [NeTen]

Ola! vengo de nuevo con la conti, espero no haber tardado tanto jeje
pronto sera mi cumple (el 26 de febrero) y este sera mi pequeño regalito :3

Capitulo 12
​

—¿Qué pasa aquí? —interrogue.

Haruka volteo a verme enseguida.

—Hay cariño que bueno que estas aquí. Me acabo de enterar de que la cocinera no cocina y quien hace sus tareas es la niñera ¡Eso no es posible! La estas manteniendo de a gratis. Así que decidí despedirla, pero tú “amable niñera” se opuso —dijo lo último con gran sarcasmo. Quise por momentos arrancarle la lengua por hablar así de un ángel, pero ya tendría oportunidad de hacerla pagar.

Dirigí mi vista a las otras dos personas que estaban ahí. Tenten tenia una rabia que jamás había visto antes.

—Señor Hyuga si usted quiere despídame en este mismo momento, pero no tiene por que ser así con la señora María que tantos años ha dedicado a esta casa, si bien empecé a cocinaren su lugar fue decisión mía, aprobada por usted—pronuncio desafiantemente.

—¡Eso es imposible! Neji nunca haría algo…

—Haruka tu no tienes ninguna autorización para despedir a nadie, esta es mi casa no tuya y yo decido que hace cada uno de mis empleados. María y Tenten una disculpa por este mal entendido, ahora me retiro a trabajar.

En cuanto dije eso, vi relajar el semblante de esas dos mujeres. Me alivio ver como suspiraba Tenten tan tranquilamente y me sonreía dulcemente.

—Gracias señor—pronuncio.

—Pero… ¡¿ y la comida?! —protesto Haruka.

Me gire y la vi desafiante.

—Si no te parece hazla tu misma. No te matara cocinar.

***​

Tenten

Después del alboroto que se hizo tan temprano en la mañana el resto de la semana fue un infierno. Esa mujer me odiaba y me veía como una amenaza, y yo estaba muy consiente de que eso. Buscaba cualquier pretexto para intentar humillarme y rebajarme, pero ¿Acaso creía que todas las mujeres son estúpidas como ella?

Logre salir victoriosa en cada situación, su única ventaja era que era “mi jefa”, cosa que no dejaba de restregarme cada cinco minutos.

Comenzó a condicionarme en las cosas que podía y no podía hacer con Amaya, así como la ropa gris y opaca que debía usar cuando estuviera en servicio.

Neji dejo de asistir en la casa, yo me ocupaba de Amaya un rato y luego se la dejaba a su madre que salía con ella a centros comerciales, clubs deportivos y demás eventos sociales que la pequeña decía detestar.

—Ya no quiero salir con ella, me molesta. No quiero usar esta ropa tan ñoña.

—No digas eso, tu mama te quiere pero no sabe como demostrarlo. Dale tiempo, ser madre no es fácil.

—Pero para ti si.

—A mi también me costó en un inicio entender a los niños. Por eso debes darle una oportunidad, me haría realmente feliz que te lleves bien con tu mama, y no solo a mi, a Neji también, que ha estado haciendo un gran esfuerzo por ti ¿No lo crees?

Amaya simplemente quedo en silencio. Me observó con los ojos llenos de tristeza, pero al final terminó asintiendo.

Mi teléfono comenzó a sonar, vibraba en mi bolsillo. Lo tomé echando un rápido vistazo a quien me marcaba, fue una sorpresa ver el nombre en la pantalla. Lo guardé nuevamente en mi bolsillo y me despedí de Amaya, pronto irían Neji y la “Señora Hyuga” a darle las buenas noches, tal como lo habían hecho la última semana.

Neji y yo no volvimos a cruzar palabra alguna de lo que sucedió en Navidad y mantuvimos una fría relación laboral. Todo lo que teníamos en común era el cuidado de Amaya y nada mas, el mágico encanto de los días pasados desapareció como el humo.

Cuando llegué a mi habitación. El teléfono en mi bolsillo no había dejado de vibrar. Contesté con la boca seca, el estomago se me había revuelto y las manos me sudaban.

— ¿Bueno?

—Tenten, quiero verte ¿Podemos hablar? Es importante.

—Esta bien…

***​

Neji

—¡Haruka por dios! ¡Es tu hija!—exclame desconcertado.

—Yo no tengo… Yy-yo ¡No estoy lista para esto! ¡No puedo hacerlo! —respondió histérica—. ¡Quiero, quiero viajar, conocer el mundo! Ir a todas partes y no pertenecer a ninguna. Ser reconocida por mi trayectoria, mi carrera, por mis meritos; no por los de ser una “gran señora” o porque me case con un millonario. Y sinceramente, no estoy lista para ser madre.

—¿Y tu crees que yo no? Yo también tengo ambiciones y metas. ¿Crees que quiero ser padre de la noche a la mañana? Pero estoy tomando la responsabilidad, tú también deberías hacerlo—contraataque furioso—. ¿Acaso no sientes nada al verla?

Haruka echo un vistazo a la cuna que había en la habitación, donde reposaba Amaya que apenas tenía unos días de haber nacido. Contemplo largo rato a esa criatura que respiraba tan tranquilamente, ajena a todo lo que sucedía a su alrededor.

—No—respondió secamente.

Mis ojos casi se salían del asombro ¿Acaso esa mujer tenia hielo en sus entrañas?

—No puedo verla como mi hija y menos reconocerla como tal. Si tú quieres quedarte con ella adelante, si quieres regala o dónala a un orfanato de ricos donde la adopte una pareja de ancianos y la mimen el resto de su vida ¡adelante! ¡Nadie sabrá lo que paso entre nosotros! Pero no me vengas a mí diciendo que asuma algo que no puedo hacer.

La furia que me inundo era demasiada ¿Esa mujer era peor que una hiena? Cerré mis ojos tranquilamente, respire y los abrí nuevamente.

—Vete al diablo—le conteste con la mirada mas frívola que jamás me había salido. Ella se asusto de inmediato, pues apenas dio un brinquito y salió por la puerta con sus maletas tan rápido como pudo.

—Lo siento. No puedo con el paquete—pronuncio deteniéndose brevemente en la puerta.

Desapareció por más de cinco años, y ahora venia a querer tomar el papel que renuncio tanto tiempo atrás. Nunca le importo las consecuencias de aquello.

Tal como lo dijo cumplió lo que quería, era reconocida por sus meritos, viajaba de un lado a otro, iba a tantos eventos sociales que salía seguido en revistas y alfombras rojas de muchos tipos.

Yo por otro lado yo deje todo lo que era para cuidar de mi hija. Mi padre me apoyo muy a su modo y se encargo de hacerme ver mi suerte, aunque aprendí a valorar muchas cosas que antes nunca fui capaz de ver.

Me cerro las puertas de la casa, sin mas remedio que trabajar en su empresa para ganarme lo que le daría de comer a mi hija, también la cuidaba personalmente ya que con el sueldo que ganaba apenas podía cubrir la colegiatura de mi universidad— pues aun seguía estudiando y a pesar de que era uno de los alumnos llamados genios, y que había aventajado mas de la mitad de la carrera en tan poco tiempo me faltaba poco mas de un año y medio año para terminar la carrera—, mantenernos a los dos y pagar los gastos del alquiler—que era una pocilga, pero habitable y barato al fin— donde me quede hasta los primeros seis meses de vida de mi princesa.

Debo admitir que al principio maldije mi suerte e intente desquitarme con Amaya, pero al final termine rendido ante sus encantos. La primera vez que me llamo papá mis penas se desvanecieron.

Al medio año de vivir solo Rock Lee me ofreció irme a vivir al departamento que compartía con Sasuke y Naruto mis compañeros de la facultad, nunca había creído en la amistad, pero aprendí mucho en ese año y medio que viví con ellos. Compartíamos los gastos del departamento donde vivíamos, era un lugar pequeño, pero mucho más acogedor y decente que el lugar donde vivía con mí hija. Me ayudaron en varias ocasiones a cuidar de mi pequeña cuando me era imposible hacerlo, mi padre me dejaba cada vez más y más responsabilidades sin que mi sueldo aumentara un peso.

Sasuke después dejo el departamento, pues se caso y formo una familia con Sakura. Aunque pasaba bastante seguido a visitarnos y mas de una vez se quedo con Amaya en casa, como su niñero.

Y aunque todos los ajenos a mi creían que ganaba bastante bien, la verdad era que hasta los de limpieza ganaban más que yo, incluso llegue a tomar ropa prestada de los chicos porque la mía ya no me quedaba o estaba muy desgastada. Y ellos amablemente me la brindaban, entendían mi situación y comprendían por lo que pasaba.

Fueron tiempos en los que me costo ganarme cada centavo de mi miserable sueldo, pero aun así me ayudaba a sobrevivir. Cuando Amaya cumplió dos años, Naruto y Lee se empeñaron en hacerle una pequeña fiesta de cumpleaños, ese día mi papá llego de visita anunciándome que yo era el nuevo presidente de las compañías Hyuga en Japón, decisión que tomaron él y mi tío en conjunto.

Me felicito por haber tomado seriamente mis responsabilidades y aguantar de esa manera, también que así como yo habían varios padres y madres solteras que sufrían por darle el pan cada día a sus hijos. Me había puesto a prueba esos dos años, y ahora estaba seguro de que podría hacerme cargo de cualquier dificultad en el futuro.

Después de eso, busque la manera de dar becas a alumnos que fueran padres o madres solteras y aumentar un poco el salario de mis empleados conforme su situación, eso le dio una gran fama a las empresas Hyuga y una categoría mucho mayor.

En esos momentos estaba de pie en medio del viejo departamento donde viví con Lee por más de un año. Recordando como nos quedábamos hasta noche cantándole canciones de cuna a Amaya que iban desde calculo integral, diferencial hasta ciencias sociales. O cuando salía de viaje como siempre me mantenían informado de mi hija mediante video llamadas con la computadora. Los muebles que ya viejos, se rompían y reparábamos con periódico o madera vieja que encontrábamos de regreso a casa.

Sin embargo, a pesar de todo lo sucedido, de todo lo aprendido y las palabras de mi padre, ahora no sabía como enfrentar lo que estaba pasando en esos momentos. ¿Qué debía hacer?...

***​

Tenten

Mi celular no dejaba de sonar. Lo veía desde mi cama recostada vibrar y parpadear la lucecita que me indicaba quien era. Sabía la finalidad de aquella “bonita” llamada, pero tenia miedo de contestar, de oírme decir aquello que no quería, pero que sin remedio alguno tendría que hacer tarde o temprano.

Ese día descansaba y apenas había amanecido me salí de aquella mansión tan rápido como pude. Dejando la comida preparada para el resto del día.

Me arregle como antes solía hacerlo antes de que llegara la bruja, ropa linda de colores claros y marche al encuentro de ese día.

La mañana era fresca, estábamos en pleno invierno apenas unos días había sido año nuevo y uno de los días más tristes de mi vida. Me dieron el día libre pues la “nueva familia” se fue a festejar a un restaurante de lujo, donde la niñera no tenía lugar. Ese día fui un rato a caminar por las tiendas que aun estaban abiertas, y me uní a un evento para personas que estaban solas en año nuevo e hice una nueva amiga.

Llegue al restaurante a las nueve de la mañana y ya me estaban esperando en la mesa que se había reservado, el mesero me recorrió la silla para que me sentara y recogió mi abrigo y bufanda. La persona frente a mi sonrió.

La mesa era sencilla, justo para dos personas y coronada al centro con una bella rosa roja al centro. Estaba ubicada cerca de una ventana por donde entraba el aire fresco de la mañana.

No había mucha gente, apenas unas cuantas personas demás de nosotros, y bastante retiradas de nuestra ubicación.

—Pensé que no vendrías.

—Pues aquí estoy. Kidomaro…

Él seguía manteniendo su sonrisa coqueta, con un gran aire masculino. Esta vez no llevaba su típico traje gris, llevaba ropa más casual, pero sin dejar de ser elegante.

—Me alegra verte. Estas hermosa, aun con esa tristeza en tus ojos.

Me sorprendió en cuanto lo escuche decirme aquellas palabras ¿Cómo podía ver eso tan fácilmente? apenas y se me notaba. No había adelgazado ni tenia ojeras, es mas hasta feliz lucia, porque siempre sonreía por todo.

Iba a protestar cuando el me hizo guardar silencio.

—No es necesario que digas nada, sé porque estas así ¿Olvidas que te conozco bastante bien? —selle mis labios, no tenia caso hacer una objeción o decir algo. Me volvió a mirar y su cálida sonrisa mañanera se esfumo—. Y pensar que yo también te hice tener esa mirada en tus ojos.

—¿De que hablas? —cuestione de inmediato.

—Sé que te falle como pareja. Sabía muy bien lo que tú querías, pero me daba miedo equivocarme y hacerte sufrir en vano. Me disculpo por ello.

—¿A que te refieres?

—A lo de formar una familia. Era consiente de la presión de todos a tu alrededor, de tus amigas, de tu familia, de todos. Pero tú jamás te atreviste a presionarme, al contrario siempre me defendías a mi y mi postura, tomabas mis palabras y las convertías en tuyas. Algo muy valiente.

Me había quedado muda. ¿Acaso me conocía mejor nadie? ¿Cómo podía saber tanto sobre mi? ¿Era capaz de descifrar mi mirada? ¿Desde cuando? ¿Por qué? ¿Quién diablos era él? Ese no era Kidomaro ¡No el que yo conocía!

—Después de cada conversación sobre matrimonio e hijos ponías una cara feliz, pero tu mirada era triste, tan triste como la de ahorita.

¡Maldita sea! ¿Era transparente o algo por le estilo? Me sentía avergonzada, él era la primera persona que me decía tantas cosas, que se percataba de mis emociones y sentimientos sin que yo me diera cuenta ¿Qué más sabría sobre mí?

—Tenten—pronuncio seriamente mi nombre. Lo observe fijamente, sin despegar mi mirada de él—. Sé que no es el momento, y también que es demasiado tarde, pero no puedo evitar hacerlo, tú eres consiente de que soy un imprudente, tú mejor que nadie me conoce, tanto como yo a ti. Y aunque ya leí tu carta donde me decías adiós, la he ignorado por completo, para decirte esto.

Trague grueso. Sabia lo que me diría ¿Estaba preparada para oírlo?

—Sé que he cambiado, que nuestra relación se enfrió, que no conozco el amor y mucho menos a mí. Que soy como un chiquillo egoísta; que soy un anticuado, que rompimos y volvimos una y otra vez, que te he hecho enfadar más de una vez, pero siempre soy yo mismo contigo ¿Qué debo hacer?

—¿Por que haces esto? —pregunte con un nudo en la garganta. Mis ojos estaban a punto de derramar litros y litros de lágrimas, me estaba derritiendo por dentro.

—Te necesito—Hizo una pausa—. Tenten, cásate conmigo.

Me quede muda, solo pude sollozar y tratar de contener mi llanto con mis manos tapando mi boca. Tenía tantas emociones y sentimientos encontrados.

A mi mente habían llegado de golpe tantas cosas. La manera tan casual y divertida en que lo conocí, los momentos que pasamos juntos la manera de contentarme cada vez que nos enfadábamos. Yo también había sido egoísta con él, dejaba que él me conquistara y pidiera perdón, sin mover un dedo. Porque sabía que el vendría de nuevo a mi, tarde o temprano.

En ese entonces estaba segura de mis sentimientos y los de él.

Se levanto de su silla, tomo la rosa que estaba al centro de la mesa inclinándose ligeramente sobre mí. La coloco en una de mis manos y cuando la sujete del tallo se deslizo una hermosa sortija de matrimonio.

—Solo piensas en ti mismo, eres un idiota…—pronuncie llorando. Lo golpeé suavemente con mis puños en el pecho, el me abrazo en silencio.

—Solo quiero que me hagas el hombre más feliz del mundo. Sé que puedes hacerlo.

Cuando me tranquilice nos llevaron el desayuno. No estaba segura de porque, pero la comida me había parecido deliciosa.

—No necesito que me respondas de inmediato, piénsalo. ¿Recuerdas un viaje de negocios que te había mencionado antes? He sido transferido a la sucursal en Londres—Hizo una pausa— .Y si aceptas te estaré esperando en la estación del tren, haremos una breve parada en Okinawa y después iremos a Londres en avión. Y no creo que regresemos a Japón en un buen rato.

Deje el vaso que iba a empinarme en la boca en el aire. ¿Ir a Londres?

—Ya no tienes como excusa tu trabajo, ni nada que te ate a este lugar. Y sabes que puedes trabajar allá también. Si te presentas ese día en la estación lo tomare como un sí, pero si aun así te arrepientes y no vas me iré sin ti, porque lo tomare como un no.

-.-.-

—¿Bueno?

—¿tienes una respuesta?

—Si. Iré contigo.


.-.-..-.-.-.-.-.

bueno hasta aqui les dejo, espero lo hayan disfrutado
tratare de no tardar en traer la conti

¿Les gusto?
¿hubo parte favorita?
La vida de padre soltero es dura ¿Se imaginaban que Neji habia sufrido de esa manera?
¿Podra Haruka convertirse en a madre ideal de Amaya?
¡Kidomaro al fin regreso! y viene por todo ¿Que les parecio su propuesta?
Tenten ha decidido irse ¿Que opinan?
¿que esperan para el prox cap?

att:Himeko-chan♥

 

Hola a todo@s!Regreso despues de un año, esta vez no dire excusas, pero realmente me disculpo por haber dejado esto a la deriva. He querido terminar este fic, pero comence dudar del fianl e incluso aun me estoy debatiendo un poco en como terminarlo.
Espero que puedan perdonarme y seguir leyendo mi fic, ya casi se acaba, yo creo que de dos a tres cap y lo termino, puede que me extienda un poco mas, pero en sí ya se terminara pronto.

Tambien comenzare otro fic que me ha estado dando vueltas en la cabeza por mucho tiempo, sera una trama mas madura, pero ojala lo lean tambinen, ya luego les avisare.

nota: uso el termino mufa* porque segun recuerdo era una forma de llamarle a alguien que traia mala suerte, asi que uso la palabra haciendo referencia a este significado.

Capitulo 13​

—Señor Hyuga, tengo que hablar con usted.

Levante mi vista de los papeles que me habían tenido tan entretenido. Desde que llegaba a la casa me encerraba en mi despacho a revisar y corregir los documentos pendientes de la oficina, simplemente me enfrascaba en mi mundo para huir de lo demás.

—Lamento interrumpirlo, sé que esta ocupado, pero lo que tengo que decirle también es muy importante.

Deje todo sobre el escritorio. Le preste toda mi atención, me hablaba en un tono bastante serio y formal.

—Señor debo informarle que renunció, y me marcho en tres días—anunció con una mirada temeraria.

—No puedes…—susurre sin pensarlo. Esas palabras me habían dejado helado, apenas podía mover mis labios. —Es decir, Amaya…

—Lo siento señor, pero mi decisión esta tomada. No lo hice a la ligera, sino basándome en fundamentos muy importantes, el primero es que la razón por la que me contrató ya no es necesaria, Amaya tiene una madre que cuide de ella. Segundo: necesito hacer mi propia vida—levanto su mano izquierda mostrándome sus delgados dedos, un destello me cautivo —. Me voy a casar y dejare el país.

Quede inmóvil al escuchar esas palabras, el piso desapareció junto a todo mi entorno dejándome en una densa obscuridad, mis sentidos no respondían y nada tenía ya sentido ¿Qué era eso que estaba escuchando?

—Ahh…—murmure apenas para mi mismo.

Me quede en silencio observándola, no había nada en sus ojos, ni siquiera un destello de felicidad aun cuando me informo de esa gran noticia, al contrario era como ver dos canicas opacas, simples botones. Su cuerpo era un recipiente vacío.

—Quisiera pedirle que por favor aun no le avise a la señorita Amaya, hasta un día antes. No quiero que se arme un gran alboroto—hizo una pausa, y soltó un suspiro—. Bueno eso es todo.

Se dio la vuelta y justo cuando llego a la puerta decidí hablar.

—Tenten—la llame—. Felicidades.

—Gracias—respondió antes de salir.

Me levante de mi asiento al tiempo que todo lo que estaba sobre mi escritorio caía al suelo, tome una botella y me la empine. Mi vida se había ido al carajo con tan sólo aparecer Haruka, ella era mi mufa*.

Solía verla como la causante de todos mis males, cuando en realidad la culpa la tenía yo mismo, Haruka insistía en la familia ideal para mi princesa, como debería ser, que papel jugaba cada uno, etc. Siempre creía que lo hacía más para convencerse a ella.

Mi ángel se me iba, moría de ganas por atarla con una cuerda de oro a mi casa y jamás dejarla salir, tenerla como un pequeño gorrión que me levantara todas las mañanas y alegrara mis días. Sí, todo eso era muy egoísta, y una estúpida idea. Bebí unas cuantas copas más y guarde la botella, pronto llegaría Amaya de un lujoso spa y no quería darle semejante espectáculo.

***​

Tenten

Cuando salí del despacho de Neji sentí como todo se venia abajo, me lleve las manos a la boca sofocando mi llanto, esperaba ver al menos una expresión más emotiva en él, sin embargo solo se quedo en silencio, y me felicito ¡Me felicito!

Corrí a la habitación que tenía. Me arroje sobre la cama y desahogue todo lo que traía dentro, ese anillo que llevaba puesto me quemaba como si estuviera al rojo vivo, y aun así era incapaz de quitármelo, pues al final fue un escudo tras el cual me escondí cobardemente.

Los siguientes dos días transcurrieron tan tranquilamente que parecía que nada podría ser capaz de romper esa tranquilidad.

—Amaya, cuando termines de cenar tengo algo importante que decirte—pronuncie dulcemente.

La pequeña niña volteo a verme con sus grandes ojos inocentes. Asintió con una sonrisa y comió mas rápido, eran evidentes las ansias por aquello que le diría, seguro esperaba una gran sorpresa.

Me sentí culpable, aunque tampoco había otro camino. Le dije que me esperara en el despacho de Neji, y la alcanzaría en diez minutos. Neji y Haruka continuaron en la mesa comiendo a un ritmo más lento.

Entré al despacho topándome de frente con esa criatura que ingenuamente creía que le diría algo bueno.

—Amaya—tome aire—. Mañana por la mañana me voy de esta casa.

La pequeña palideció. La sonrisa se borro tan bruscamente y la sustituyo una mueca estoica, sus ojos se opacaron.

—No puedes—pronunció. Esas palabras me sacaron una pequeña sonrisa, su padre había dicho lo mismo “no puedes”. Definitivamente compartía más que genes con Neji.

—Lo siento Amaya, me voy a casar y me iré con mi prometido. No puedo cuidar de ti toda la vida, además tu ya tienes una mamá que te quiere mucho—explique lo más dulce que pude.

—¡No! No puedes, no puedes dejarme. Llévame contigo—pronunció desesperada. Saltó de donde estaba sentada y corrió a abrazar mis piernas con fuerza—. No puedes dejarme, yo te quiero ¡Te quiero mucho! —levanto su rostro empapado de lagrimas, sus ojos eran tan transparentes y sus sentimientos tan evidentes. Casi podría jurar que esa niña me amaba tanto como a su padre.

Trate de zafarme, increíblemente no pude. Me sujetaba con una fuerza impropia de su edad.

—Además, prometiste que estarías junto a mí.

—Siempre estaré contigo, en todas las cosas que te enseñe y aprendiste de mi.

Me agache abrazándola, yo también tenia ganas de llorar, se me estaba partiendo el corazón. Esa niña me había robado algo que jamás podría recuperar, esa niña no era solo una niña que cuidar, era una hija.

Trate de calmarla, y cuando casi lo lograba me empujo ligeramente y salió corriendo. La perseguí sin pensarlo dos veces, dimos hasta el comedor donde aun permanecían sus padres comiendo.

—¡Papá Tenten se quiere ir! —anunció agitada.

Neji asintió y no dijo nada más.

Haruka volteo a verme, me reviso de pies a cabeza y sonrió de pronto, como si hubiera encontrado un tesoro perdido al ver mis dedos.

—Que hermoso anillo, así que por eso te vas ¡Felicidades Tenten! —Se levanto de su silla, como magia le surgió una gran simpatía por mi y me estrecho fuertemente—. Esto hay que celebrarlo—Se fue a la cocina.

Neji y yo nos quedamos en silencio, observándonos mutuamente. Haruka regreso con una botella de vino y tres copas en la mano, sirvió un poco en cada recipiente.

—Brindo por tu felicidad querida—anunció efusivamente—. Y la de tu futuro esposo.

Los tres nos unimos a su circo, alzamos las copa y en silencio bebimos aquel vino que me supo a veneno, era como espinas recorriendo mi garganta. Amaya nos observo con incredulidad y salió corriendo, esta vez no la seguí, ese ya no era mi trabajo.

Al día siguiente desperté gracias una fría e inusual ventisca en la habitación, me había ido a dormir sin cambiarme de ropa y por mucho menos cobijarme. Mi cuerpo estaba entumido y un ligero ardor vibraba en mi garganta, lo primero que vislumbre fueron mis maletas ya empacadas, solo debía tomarlas y salir de esa casa. Llame al servio de taxis, debía salir de ahí cuanto antes.

Cuando salí de mi habitación arrastrando mis cosas encontré a Neji de pie en el segundo piso junto a la escalera, parecía como si estuviera esperando por mi, sacudí mi cabeza ligeramente, eran ideas mías y no valía la pena desperdiciar energía en eso. Ya no.

—Has despertado.

—Sí, solo espero a que venga un taxi a recogerme—me excuse dirigiéndome escaleras abajo.

—Vaya, estas muy impaciente por tu nueva vida—pronunció con cierto sarcasmo.

—Sí, y la verdad es que esto no hubiera sido posible sin usted. Se lo agradezco—respondí serenamente, a esas alturas lo que menos quería era una confrontación. Además de que sentía mi orgullo herido y no dejaría que me amedrentara tan fácilmente.

Esa ocasión él era mas inexpresivo de lo usual, cosa que me inquietaba bastante e incluso me provocaba un ligero temor. Al descender las escaleras recordé el día en que había llegado a esa casa, a diferencia de aquella vez no me ofreció su ayuda con lo que cargaba.

—Te deseo suerte.

—Agradezco sus buenos deseos, y espero que usted también tenga una buena vida.



Deposite mis pertenencias en el suelo esperando con impaciencia mi transporte. Cuando por fin sonó el claxón respire profundo, tome mi maleta arrastrandola hasta la enorme puerta principal, sin duda las rueditas que tenía eran una enorme ayuda.

***​

Neji

No dormí en toda la noche, para cuando el sol comenzaba a salir me incorpore para permanecer sentado sobre la cama con las manos entrelazadas, ella se marcharía en breve. Me hubiera gustado que las cosas terminaran de otra forma, que Haruka nunca hubiese aparecido y que la que estuviera ahí como señora de la casa fuera Tenten.

Recorrí el pasillo al tiempo que admiraba como el cielo cambiaba a traves de las ventanas, cuando escuche que la puerta de su habitación se abría me paralice: se iba. Unos tenues rayos de sol iluminaron su esbelta figura haciendo brillar no solo sus ojos que despedían un halo mágico, sino su castaña melena recogida como siempre en dos coquetos moñitos, además la ropa que llevaba era como el aderezo perfecto. Frente a mi estaba un ángel.

No conversamos mucho, apenas unas cuantas palabras al azar que de mi parte estaban llenas de cierto resentimiento ¿Cómo se iba y me dejaba? pero ¿Qué derecho tenía yo a decir eso? Honestamente me lo merecía, no tuve el valor de aferrarme a ella, patéticamente me consolaba creer que esa era la mejor decisión que podía tomar. Yo no podía darle nada porque estaba atado a Haruka y Amaya por el resto de mi vida, a ese paso arruinaría no sólo la mía, sino también la suya.

Cuando bajó las escaleras permenecí de pie en silencio tratando de guardar cada detalle de ella, cualquier cosa; el lunar bajo su oreja, su ceño fruncido, sus delicadas manos, sus caderas de diosa, su tersa piel ¡Todo! Así en un futuro podría recordarla y mantenerla en un lugar donde sólo estaríamos Tenten y yo. Además temía acercarme a ella, porque si lo hacía la sujetaría y jamás podría dejarla ir.

Sonó un claxon sacándome de mis pensamientos, maldije tanto ese sonido, el momento había llegado y yo aun no terminaba de memorizar la forma de sus orejas. De inmediato camino a la puerta, esa por donde una vez entro para cambiar nuestras vidas.

—¡Dios Neji, que falta de educación! Hay que ir a despedirla—anuncio una chillona voz junto a mi.

Haruka corrió tras la castaña abrigada únicamente con su bata, llevaba unos tubos en el cabello y ni una gota de maquillaje. Instintivamente yo la seguí, alcance a ver como Tenten abordaba el taxi, el pequeño auto se fue alejando hasta desaparecer en algún punto, Haruka agitaba su mano encantadoramente y gritaba buenos deseos.

Entramos a la casa y ella se dirigió a su habitación meneando las caderas. Al girarme mi pequeña me observaba con sus ojitos llorosos, estaba en pijama sosteniendo uno de aquellos panditas que Tenten le había regalado tiempo atrás.

—¿Ya se fue…?—apretaba fuertemente el peluche, si el pobre estuviera vivo ya lo habría matado.

Asentí lo mas amable que pude, su pequeño rostro se desfiguro en una mueca de dolor, el llanto comenzó a brotar sin intenciones de parar. La tome en mis brazos, yo también tenia ganas de echarme a llorar como ella, mi pequeña era muy valiente por expresar como se sentía. Cuando se calmo le pedí que fuera a vestirse apropiadamente, tenía trabajo que hacer y estaría en mi despacho.

Unos pequeños golpecitos en la puerta llamaron mi atención.

—Adelante.

—Papi ¿Puedo pasar?

—Claro, princesa. Dime que pasa ¿Te sientes mal?

Amaya guardo silencio unos segundos, me causo un poco de gracia la expresión que tenía, hasta ese momento no había sido consciente del parecido que esa niña tenía conmigo, sentí como si me viera a mi mismo a su edad.

—Pues, papi… Quiero negociar: ¿No se pude ir Haruka y regresar Tenten?

Una pequeña sonrisa surco mi rostro, me pregunte lo mismo varias veces.

—Haruka es tu mamá.

—Sí, pero yo no la quiero como mamá, yo te había pedido a Tenten—respondió inconforme.

Me sorprendió la tranquilidad con que me expresaba sus… ¿Quejas? era como cuando un cliente va al súper a servicio al cliente para quejarse porque no le gusto el color de la licuadora que compro. Es una licuadora, y le sirve para lo mismo, pero no es el color que esperaba.

—¿Y porque no te gusta Haruka?

—Mmmm pues es buena gente, pero me pone ropa que no debo ensuciar, no juega conmigo y me lleva a lugares donde todos me agarran y me soban, ella les dice spa… ademas desde que ella esta aquí tu siempre estas enojado. Todo era más feliz cuando sólo estaba Tenten.

Una niña de cinco años poseía una visión mas sensata de todo.

—¿Entonces no quieres a Haruka como mamá?

—No, yo quiero a Tenten.

—¿Propones algo?

—¡Vamos por Tenten! Podemos alcanzarla—gritó dando pequeños saltitos.

Cerré mis ojos mientras entrelazaba mis dedos a la altura de mi mentón.

—Vamos por Tenten.

Amaya que me observaba en silencio brinco de alegría, se coloco sus manitas en la boca para ahogar su grito de felicidad, su rostro se ilumino como una lampara incandescente. La tome entre mis brazos junto a mi abrigo y salimos del despacho.

***​

Tenten

Llegue a la estación con las piernas temblando y un hueco en el estomago. Una voz anunciaba el tren que dentro de poco partiría, muchos por no decir todos ya habían abordado.

Vislumbre una silueta en medio de aquel anden vacío que ocasionalmente observaba su reloj, casi llegaba hasta ella cuando sentí un golpe en el pecho, me detuve unos instantes: la duda me había asaltado ¿Estaba haciendo lo correcto? ¿Era la mejor decisión? ¿Me arrepentiría en un futuro? ¿Terminaría humillada si volvía? Entonces entendí que debía volver ¡De verdad debía volver! ¡Amaya me necesitaba! ¡Tenía que regresar y aclarar toda aquella absurda situación! No importaba si me rechazaba, al menos lo habría intentado. Todo ese tiempo había intentado vivir sin arrepentimientos, así que sólo debía correr con todas mis fuerzas de regreso.

Mis piernas no respondieron. Yo solo contaba con el deseo y no el valor, pequeñas lágrimas llenas de miedo e impotencia resbalaron una a una por mis mejillas, me estaba desmoronando por dentro, intente parar el llanto con mis manos ¿Que caso tenía regresar? Ya no tenia un lugar al cual volver. Levante sutilmente el rostro, Kidomaro me observaba atentamente con una cálida y amable sonrisa.

Salte a sus brazos pegandome a él hasta estrujarlo con mis pequeñas manos. En ese momento sólo quería fusionarme con su ser y dejar de ser yo, dejar de sentir. Sus brazos me cubrieron suavemente y una sensación de paz me invadió.

La ultima llamada para abordar sonó. Kidomaro subió al tren extendiéndome su mano para sujetarla, pero retrocedí ligeramente; cualquiera que fuera mi elección decidiría mi futuro ¿Debía tomarla? sostuve su mirada unos segundos.

—Tenten—Sentí que susurraban a mi oído como alguien llamándome, sin embargo al girarme la plaza seguía vacía.



Recargue mi cabeza sobre el hombro de Kidomaro, el anden desaparecía conforme avanzaba el tren, lance un suspiro: el viaje acababa de comenzar.





-.-.-.-.-.-.

Bueno hasta aqui el capitulo

Espero puedan dejarme un comentario, se los agradecere mucho y de todo corazon <3 y tambien me disculpo por los errores o fallas que lleguen a encontrar en el cap :)

¿Quejas? ¿Dudas? ¿Sugerencias? Se acepta de todo

les dejo unas pequeñas preguntar por si gustan contestarlas, gracias :D

¿Les gusto?
¿Hubo parte favorita?
¿Tenten se habra ido para siempre?
¿Como esperan que termine?


att:Himeko-chan <3

 

hola a todos!
Estoy de vuelta para concluir esta historia, tengo años intentando hacerlo pero una u otra circunstancia no me ha sido posible
Esta vez solo dejare el capitulo, sin preguntas ni nada, ahora si vengo decidida a terminarla de preferencia en este año y como máximo en Enero
Muchas gracias a quienes comentaron el ultimo capitulo, especialmente a ti Pire, gracias por ser tan paciente conmigo ❤️
Como ya he mencionado antes me disculpo por errores de puntuación u ortográficos que puedan haber, gracias

Capitulo 14​

Querido Neji:



No sé muy bien por donde comenzar a escribir, han sucedido muchas cosas durante todo este tiempo, debo decirte que mi intención nunca fue lastimarte o herir a Amaya, simplemente estaba asustada y como siempre corrí hacia tí. Te has de preguntar a que me refiero con esto, sí no nos hemos visto por los últimos cinco años, a decir verdad yo si los había visto a ustedes, he estado merodeando sus alrededores todo este tiempo, incluso ya conocía a Amaya en persona, aunque me temo que ella no lo recuerda.

Cuando me sentía muy triste o desamparada solía ir a su guardería a visitar a una conocida que tengo ahí, usaba cualquier pretexto con tal de ir y pasar un rato con los niños entre los que estaba Amaya, siempre fue una niña muy amable y dulce. Nunca supo que yo era su mamá, siempre fui su onee-chan.

Hace cinco años cuando mis padres recibieron la noticia de mi embarazo, tuve muchos problemas con ellos: mi madre siempre lloraba desconsolada en su habitación y mi papá no me bajaba de mujerzuela barata así que al dejarlos a ti y a Amaya termine cortando lazos con ellos, hasta hoy no he vuelto a hablarles. En una ocasión corrí bajo una terrible tormenta hasta el pequeño departamento donde vivías y me quede fuera por horas sin atreverme a tocar la puerta ¿Recuerdas que una vez encontraste ropa de bebe junto a la puerta con una nota? Bien, yo deje esa bolsa al ver por lo que estabas pasando, compre esa ropita con el sueldo de mi primer trabajo decente, le quite las etiquetas y si no mal recuerdo, el papel decía algo de que era ropa usada pero podía servirle a tu nena. Quise que se viera como un gesto de donación, caridad o algo por el estilo.

Ambos pasábamos por un momento difícil, la gran diferencia era que tu tenías amigos que te apoyaban y yo en cambio, estaba sola, totalmente sola. Pero siempre me repetía a mi misma que debía continuar, no podía darme por vencida, no después de haber perdido todo. Me esforcé hasta el punto de llevar mi cuerpo al limite y volverme anorexica; no contaba con los recursos para ir a un gimnasio así que me las arreglaba para lucir una bonita silueta, tenía varios trabajos de mesera y cajera al tiempo que terminaba mi carrera y de paso participaba en cualquier evento de modelaje sin importar que me pagaran o no, lo importante era darme a conocer. Adicionalmente no comía bien, el desgaste físico era demasiado para mi cuerpo y yo sostenía una alimentación muy escasa: pagaba la escuela o mi comida.

Dos años después llego mi primer propuesta grande, la que me lanzo al estrellato y me hizo famosa por el mundo, así mismo conocí al hombre de mi vida: Utakata, mi manager y principal apoyo, conocí muchos hombres y tuve romances a morir, pero al final siempre terminaba sola. Utakata, un hombre paciente y sensible me ayudo a superar muchos de mis traumas y enderezar mi camino. Cuando me di cuenta estaba perdidamente enamorada de él. Mentiría si te dijera que no tuvimos nada.

Nuestra separación surgió cuando uno de mis ex-amores apareció, él simplemente acudió a mi como un amigo a pedir consejo, pero Utakata malinterpreto la situación acusándome de una mujer cualquiera, escucharlo decirme esas palabras fue como ver a mi padre encolerizado gritandome las mismas palabras mientras me abofeteaba y pateaba en el piso. Debo aclarar que Utakata jamás me ha golpeado.

Yo no pude soportarlo, hice mi maleta y corrí hacia el único hombre, no, mas bien la única persona que jamás me había agredido y que al contrario me había defendido antes: nunca olvidare la vez que le dimos la noticia a mi papá, justo cuando estaba a punto de golpearme te interpusiste. Nadie antes se había atrevido a desafiarlo y menos por mí, nunca antes alguien me había protegido.

Tengo una enorme gratitud contigo, has sido un hombre maravilloso conmigo a pesar de que no me lo merezco. Te abandone en cuanto pude, y me fui sin mirar atrás, y ahora vuelvo a hacer lo mismo.

Siempre supe de tus sentimientos y los de Tenten. Yo estaba realmente asustada había perdido mi lugar en el mundo ¿A donde podía ir? Ya sabía que Tenten era muy importante, pero entonces ¿Dondé quedaba yo? Ella era la mujer perfecta para ustedes, y yo no tenía nada para competir limpiamente a excepción del simple hecho de ser la madre biológica de Amaya. No me costo mucho darme cuenta del rechazo de mi pequeña, había olvidado a su onee-chan de la guardería.

Ver como con mi llegada se había arruinado todo me destrozo, odiaba ver como todos huían de mí, pero ustedes eran lo único a lo que me podía aferrar en este mundo.

Hace unos pocos días recibí una llamada de Utakata, y a pesar de que logro conmoverme y le perdona aquella ofensa, sé que jamás volveré a verlo con los mismos ojos, voy a su encuentro porque quiero escuchar sus disculpas en persona, mas me temo que nuestra relación se termino en todos los sentidos. Él aseguro amarme, pero si realmente lo hubiera hecho no hubiera dudado de mi, además ¿Qué sucederá la próxima vez? ¿Siempre va a malentender todo? ¿Me insultara y dará una paliza? No estoy dispuesta a pasar lo mismo que con mi padre. La verdad no soy muy inteligente, y sólo sigo mis instintos, no suelo dar segundas oportunidades por temor a otra falla y corro cuando me asusto.

Por otro lado también he decidido irme de sus vidas, sé que es tarde pero tengo la esperanza de que aun puedas corregir todo lo que cause, que nuevamente soluciones mi desastre ¡Ve tras Tenten! Aun estas a tiempo, lucha por lo que quieres.

A estas alturas no creo que quieras recibir un consejo de mi parte, pero de corazón espero que la próxima vez seas más honesto contigo y vayas por lo que quieras, no permitas que alguien como yo se vuelva a meter en tu vida.

Con cariño Haruka.​

Esa fue la carta que dejo Haruka sobre mi cama dos días después de la partida de Tenten. Guarde la carta en un cajón de mi despacho.

—¿Puedo pasar?

—Adelante, dime que sucede.

—Papá, crees que se recupere pronto.

—Eso espero hija.

—Papá, hay unos señores en la sala—se paro de puntitas intentando alcanzarme, curvo su pequeña manita para susurrarme—. Creo que vienen a ver a Haruka.

Me incorpore tranquilamente, sacudí mi saco y salí tomado de la mano de Amaya. De pie a mitad de mi estancia vi una pareja que rondaba los setenta años, algunas canas comenzaban a asomar, vestían trajes elegantes en colores sobrios perfectamente planchados, cada hebra de cabello estaba en el lugar que correspondía y sus expresiones faciales eran de las mas austeras.

—Buenas tardes señores Lee, se ven muy bien—me incline un poco hacia Amaya—. Ellos son tus abuelos saluda.

Mi pequeña sujeto su vestido e hizo una cortes reverencia, ya le había comunicado que conocería a los padres Haruka, así que comenzó a prepararse por su cuenta, quería dar una buena impresión, después de todo conocería a sus abuelos maternos.

—Mucho gusto mi nombre es Amaya Hyuga.

La anciana se arrodillo frente a ella contemplándola unos minutos en silencio, luego se abalanzo sobre mi pequeña empapandola en lagrimas.

—Al fin te conozco, eres una niña preciosa ¿Amaya, verdad?—su esposo se acerco un poco para pedirle que se tranquilizara al ver la carita desconcertada de mi princesa—. Perdón pequeña, me deje llevar. Soy tu abuela Azuka.

Amaya asintió con una dulce sonrisa limpiando las mejillas de la señora.

—Haruka se encuentra en una de las habitaciones de arriba, Amaya los conducirá con gusto.

Mi princesa sujeto gentilmente la mano de su abuela—por aquí, síganme por favor.

Ví como ascendían las escaleras, una escena muy tierna por cierto, mas mi mente andaba en otro lado.

Tres meses. Tres meses desde que mi ángel se había ido, tres meses sin saber nada de ella. No había ningún rastro que me llevara a ella, incluso sus amigas afirmaban desconocer donde se encontraba o algún numero donde llamarla. Siempre he creído que me castigaban por haber actuado así con Tenten.

Ahora ¿Por qué sí Haruka se había marchado dos días después de la partida de Tenten sus padres la buscaban en mi casa? El día que se fue Tenten Amaya y yo corrimos a buscarla al aeropuerto, pero ¿Porque no la encontré a pesar de que gritaba como loco su nombre? Justamente por eso, ella estaba en un anden y yo en un aeropuerto, lugar equivocado. Jamás me informe sobre cual sería la ruta que tomaría, hasta que recibí una llamada de Hinata preguntándome a que hora salía el tren de la castaña.

Regrese a mi auto y maneje al anden lo más rápido que pude, pero fue demasiado tarde cuando llegue seguí gritando su nombre con la esperanza de que ella escuchara mi voz, mas el lugar estaba vacío.

De igual manera me quede ahí toda la tarde con mi princesa esperando que en cualquier momento apareciera mi ángel con su singular gracía y un ligero retraso, cosa que nunca sucedió. Dos días después una llamada me informo que Haruka había sufrido una grave accidente, éramos el numero que tenía para cualquier emergencía y por ello nos habían contactado.

Subí hasta la habitación donde se quedaba Haruka, me imaginaba que estaría molesta conmigo ya que le había avisado a sus padres de su estado sin su consentimiento, pero teniendo en cuenta que eran su única familia… Honestamente me sorprendió verla con una radiante sonrisa en el rostro, los vendajes que llevaba en la cabeza y brazos pasaban a segundo plano al ver el brillo en sus ojos, incluso su piel ya no lucia ese blanco enfermizo que la acompaño las semanas anteriores.

Su padre se limitaba a observar todo en silencio, no se movía, no hablaba, no gritaba, en cambio de sus orbes brotaban gordas lagrimas

Decidí retirarme sin hacer ruido.

—Señor, la señora Haruka quiere verlo.

En la habitación todos esperaban mi llegada. Al ver sus rostro supe que la reconciliación familiar se había llevado a cabo, el rostro de todos brillaba incluso el de mi princesa ¡Claro! Ahora sabía que tenía un abuelo y abuela, y que al parecer la querían demasiado, pues la tenían entre sus brazos.

—Muchas gracias por habernos llamado, Neji—agradeció Takumi, el padre de Haruka.

Asenti con la cabeza.

—Neji, muchas gracias por todo has sido un ángel para mí. Mis padres quieren que me vaya con ellos, pero honestamente quisiera pasar un poco más de tiempo aquí en tu casa con Amaya.

—Claro, puedes quedarte el tiempo que gustes.

—Neji, me gustaría poder hablar contigo un momento.

—Claro señor—asentí cediéndole el paso para salir de la habitación.

Estando a solas pude notar como le temblaban las manos.

—No sé como empezar a decir esto, es difícil después de todo lo sucedido, lo único que puedo decir en concreto es gracias. Te has convertido en un verdadero hombre. Justo en este momento me doy cuenta de que me habría gustado que tu relación con Haruka hubiese prosperado, me pregunto ¿Sí yo hubiese apoyado a los dos todo hubiese resultado mejor?

—Tal vez, yo también me hice esa pregunta muchas veces.

—Creo que si ustedes quisieran intentarlo una vez mas…

—Se lo agradezco señor, sin embargo ya lo intentamos y no funciono. Además me temo que mi corazón nunca podrá corresponderle, ya es de alguien más.

—Entiendo. De igual manera te lo agradezco.

Lo invite a tomar un trago y conversamos sobre cosas triviales. Cuando mire por el ventanal solté un suspiro, lo único que podía hacer era esperar a que pasaran los días.

***​

—Mamá.

Me gire de inmediato al sentir una pequeña mano sujetar mi vestido.

—Cariño aquí estoy, te equivocaste. Mil disculpas señorita—pronuncio una mujer sujetando al pequeño que minutos antes me había llamado mamá. Hacía tiempo que nadie me llamaba de ese modo, todos se dirigían a mi como una gran señora.

—No hay problema señora, con permiso.

Seguí avanzando por la acera, podía decir que realmente era feliz, mis días estaban llenos de una paz indescriptible, me levantaba y arreglaba lo mas primorosa que podía, salía a caminar, de compras, tomaba el té con unas amigas, etc. Recientemente había tomado un curso de pintura al óleo y siendo sincera descubrí que las artes no eran mi vocación, no tenia trabajos tan malos, pero tampoco tan buenos.

Me dirigía justo a celebrar mi aniversario con Kidomaro el clima era realmente bueno, al pasar por una boutique mi reflejo en los cristales hizo que me dirigiera hasta el aparador donde contemple mi figura, no encontré ningún rastro de la antigua Tenten, actualmente era una mujer que siempre iba a la moda y con clase, algo de maquillaje y un porte soberbio. Esa Tenten sencilla y de mirada dulce había desaparecido.

Mi madre fue una de las personas más felices cuando se entero que me iba al extranjero con kidomaro. A Ino y las chicas les informe a traves de una llamada telefónica, no tenía el valor de enfrentarlas a la cara, seguro harían que me arrepintiera de mi elección, pero esta vez yo quería ser quien realmente escogiera y no ellas por eso no lo consulte con nadie, muy a su pesar me desearon suerte. Hinata también me hizo saber sus buenos deseos sin ninguna pregunta.

La sortija que llevaba brillo con el destello del sol, regrese a la realidad, acomode mi cabello y mi ropa un poco.

Al llegar al restaurante Kidomaro me recibió con una coqueta sonrisa, pero mi vista se dirigió a sus ojos que desbordaban amor por mi, algo así como un sentimiento infinito.

—Eres muy encantadora ¿Cómo le haces para ser así todo el tiempo?—recorrió mi silla con elegancia.

—¡Ya basta!—respondí entre risas—. Siempre me haces sonrojar, tú también eres un encanto.

—Pero no tanto como tú—Nos sirvieron una comida deliciosa. Después de juegos y risas tontas nos retiramos a nuestro hogar.

En la casa donde vivíamos yo no hacia nada, había quien limpiara, cocinara y lavara, me dedicaba a vivir como toda una señora de alta sociedad, ya no me esforzaba por involucrarme en temas referentes al mantenimiento de la casa.

Recostados en la cama apoye mi cabeza sobre su pecho, el acariciaba mi cabello dulcemente. Ese hombre se había vuelto mi refugio, prácticamente él era mi razón de vivir, le sonreí calladamente, sujete su rostro y bese su frente.

—He estado pensando seriamente en algo.

—¿Y se puede saber que es?

—Trabajas demasiado, el tiempo libre que tienes lo pasas conmigo, y aun así me siento muy sola muchas veces…

—¿Qué sugieres?—su mirada se torno repentinamente obscura, esa lucecita que siempre brillaba desapareció. Incluso su cuerpo estaba tenso.

—Sugiero que formalicemos esto y ampliemos la familia, quiero niños Kidomaro.

Me miro totalmente atónito, seguramente esperaba lo peor.

—¿Por que hablas de eso tan repentinamente?

—Hoy cuando iba a nuestro encuentro un pequeño me confundió con su madre, sentir esa pequeña manita me estremeció el corazón y fue cuando me di cuenta de que también quería que alguien me llamara mamá y sujetara mi mano, quiero una familia Kidomaro—pronuncie entre lagrimas.

Limpio suavemente mis lagrimas con sus pulgares.

—¿Estas segura? ¿Eso es lo que quieres?—me inclinó un poco sosteniéndome en sus brazos.

Asentí llena de firmeza, mis ojos llorosos hacían más dramática mi petición pero ¿A quien le importaba? Al fin había decidido enfrentar mi destino, así que eso haría.

—Tranquila cariño, si estas segura eso haremos: tendremos una hermosa familia—susurro besando mis labios. Asentí sin ser consiente de que un inusual fuego ardía en mis ojos.

Me condujo hasta la cama donde beso el dorso de mi mano hasta llegar a mis hombros, se me erizo la piel, cada que posaba sus labios sobre mi experimentaba descargas eléctricas. Era la primera vez en todo el tiempo que llevábamos juntos que sus manos recorrían mi cuerpo con aquellas ansias, su deseo por mi era abrumador sentía que me ahogaba y aun así ¡Me fascinaba! Aquel caballero que cada que tocaba aquel tema me decía que él no haría algo que yo no quisiera y que no llevaba prisa, que prefería respetar mi espacio se había ido de vacaciones y parecía que no volvería pronto.

Solté un suspiro mientras que la luz de una luna redonda y brillante bañaba la habitación silenciosamente, ver ese resplandor fue como una gran sacudida, por primera vez desde mi llegada no cerré las cortinas, me había olvidado de aquel astro que me atormentaba noche tras noche recordándome lo que tanto anhelaba y que jamás podría tener.

Mis pupilas desaparecieron tras mis párpados que cayeron suavemente al compás de una dulce tonada, no podía huir más, había llegado el momento de enfrentar y darle un nuevo significado a la luna.

***​

—Papi me siento muy mareada.

—Tranquila, ya casi llegamos a la casa y podrás descansar.

—¿Porque el abuelo vino tan lejos?

—Buen punto le preguntaremos más tarde.

Acaba de llegar a Londres, mi padre nos esperaba en el aeropuerto y debo decir que me sorprendió bastante, nos había invitado a pasar una vacaciones con él en una pequeña villa que tenia la familia a las afueras de la ciudad.

En el auto Amaya no dejo de interrogar a su abuelo, yo aproveche para descansar un poco, el viaje había sido bastante largo y cansado, toda una travesía y más en compañía de una niña que viajaba por primera vez.

Mi padre nos recogió en su auto, nuestro destino era una villa familiar a las afueras de la ciudad, hicimos una breve parada en una plaza comercial ya que mi papá quería hacer unas compras de ultimo momento. Amaya se bajo del carro fascinada con el nuevo paisaje que se dibujaba ante sus ojos.

—¡Tenten!—grito de la nada corriendo hacia una multitud.

—¿Amaya que sucede? No corras así—la regañe cuando logre alcanzarla.

—Pero papá era Tenten ¡Era Tenten!—grito desesperada apuntando hacia el frente—.¡Tenten esta aquí! ¡Vamos a buscarla, se escapa!

De inmediato intente buscarla pero la pequeña multitud que había se disperso dejando la plaza vacía, ella no estaba. Mi princesa juraba haberla visto, me describió incluso su ropa: una blusa verde y una falda blanca con tacones y el cabello recogido en un moño. Sin embargo no me emocione, lo más probable era que solo fuese su imaginación, su mente nos había jugado una broma a causa del largo viaje.

Al llegar a la villa Amaya se olvido de todo, el ambiente con aires tropicales y la hermosa piscina la endiosaron, corrió a jugar con los niños de los empleados que estaban ahí de visita ¿Quien diría que Amaya sería tan sociable?

Tiempo atrás corría a esconderse entre mis piernas como si alguien fuese a raptarla, siempre a la defensiva, huyendo de la gente y ahora corría libremente y sin que le molestara que una niñera la persiguiera. Tiempo atrás ya la habría hecho correr despavorida por toda la casa.

Me dirigí a la terraza de la habitación donde me quedaría, el sol brillaba intensamente desde ahí ¿Amaya realmente había visto a Tenten? Yo no había encontrado ni un rastro que delatara su presencia, pero algo me tenia muy inquieto.

Al día siguiente Hinata llego con su familia a la villa, bien podíamos decir que por primera vez en años estaban todos los Hyugas reunidos, al menos los que quedaban vivos.

—Neji ¿Como has estado?

Encogí mis hombros sutilmente—. Supongo que bien, gracias. ¿Y tú?

—Muy bien, Aoi y Akari comenzaran la primaria dentro de poco, están muy emocionados ¿Y Amaya?

—También iniciara pronto la primaria, decidió ir al mismo colegio que irán sus amigas.

—Que bueno, me alegro mucho. Cada vez es más sociable, se ha vuelto una niña mas hermosa de lo que era y seguro será una maravillosa señorita, tendrás mucho trabajo Neji—dijo pícaramente, haciendo referencia a que mi princesa tendría muchos pretendientes.

Por la tarde dimos un recorrido por algunas zonas turísticas, sin embargo la idea de que podría encontrar a Tenten ahí y que quizás solo nos separaban unos metros de distancia taladraba mi cabeza. De igual manera no me olvidaba de un pequeño detalle, Tenten podría estar ya casada y con hijos, cuando desapareció de mi vida anuncio que se casaba y se marchaba del país.

Me pase la tarde buscando una cabeza que se asomara entre la multitud con dos graciosos moños, así como un chiquillo esperando ver como un avión surca el cielo, y aunque logre ver varios peinados similares ninguna de aquellas chicas era ella. Lo mas sensato era aceptar que mi princesa se había equivocado, quitarme de la mente esa idea y disfrutar de aquel viaje.

—Neji ¿Puedo pasar?—interrogo una dulce voz.

—Adelante Hinata—camino hasta mi cama sentándose en el borde, apoyo una de sus manos sobre la mia.

—La sigues buscando.

—¿A qué te refieres?—interrogue sin voltear a verla.

—A Tenten.

Mi cuerpo se paralizo y de inmediato gire mi vista en ella.

—Estuviste buscándola todo el día, pude darme cuenta y creo que no fui la única. Naruto también lo noto—Sonreí para mis adentros ¿Naruto? ¡¿El más idiota y despistado de la tierra?! Enserio debía de estar mal.

La mire inquisitivamente.

—¿De verdad la amas?—pregunto tímidamente.

—Sí—respondí con voz ronca, permanecía en silencio unos segundos y entonces moví mis labios—. Realmente siento que me muero sin ella, nada tiene sentido y lo que me mantiene cuerdo es mi pequeña, no puedo imaginarme una vida sin ella. Se volvió mi universo, y por tonto la perdí. Soy patético y sé que no la merezco, pero también sé que la necesito.

—Comprendo—respondió levantándose tranquilamente—. Te dejo descansar, Neji onii-san.

Sonreí amablemente, tenía tiempo que no la escuchaba decirme así.

Después de una hora recibí una llamada de Lee, me anuncio que me habían invitado a una cena la siguiente noche a la que debía asistir para dar los correspondientes saludos por parte de las empresas Hyuga, ya que estábamos en negociaciones con ellos.