Pokémon: A new World

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Goeld, 21 Junio 2014.

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    Goeld

    Goeld Iniciado

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    Pokémon: A new World

    Prólogo


    Amanecía en la región de Katha, dos mejores amigos jugaban en las afueras del pueblo Rindo, en una montaña de tamaño considerable. Ellos tenían vista a la pradera de Vest, donde se encontraba solitaria una casa de campo. Los dos amigos eran Emma y Gabriel, quienes tenían apenas diez años.
    Una tarde, se quedaron contemplando el anaranjado sol que se ponía en el horizonte. Era una vista hermosa, pero notaron que algo no andaba bien: la casita en la pradera estaba siendo atacada por seres que no se podían distinguir. La madre de Emma, le dijo que eran dragones, y lo mejor sería que entren a casa.
    Al día siguiente, los dos niños volvieron a ver a la pradera de Vest, y no vieron otra cosa que una pequeña casa quemada aún humeante. Los dos se sintieron tristes por quienes habían habitado aquel hogar en el campo.
    Desde el bosque, una joven de dieciséis años observaba la casa. Tenía un cabello marrón oscuro y se cubría con un tapado de color marrón claro.

    -Qué ataque fue ese… al menos uno fue lo suficientemente inteligente. Si me lo llego a encontrar… no tendrá la misma suerte.
     
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    Salem

    Salem Vieja sabrosa

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    Buenas tardes. :D O buenos días/noches, dependiendo del lugar en que te encuentres. (?)

    Soy una persona que se interesa mucho por los fanfics de Pokémon en los cuales los escritores crean nuevas regiones y lugares. Me parece genial, expande las posibilidades, pero aún así, este tipo de fanfics, son difíciles de manejar. Hay que ser detallista, porque no es lo mismo que hablar de una región conocida (ejemplo: Kanto), y creo que, por más que lo que has publicado sea un prólogo, erraste en lo que mencioné.
    Me parece demasiado corto para prólogo, 234 palabras no me ayudan a interesarme más por el escrito, es más, llegan a aburrirme. Así que te aconsejes que medites bien todos los detalles, descripciones e ideas que tengas para el fanfic, hagas una síntesis, y que te tomes el tiempo para pensar cómo hacer un buen prólogo; entretenido, divertido, que genere interés al público para que siga leyendo tu historia.
    Creo que eso es básico, y por la longitud del escrito, no hay mucho que decir.

    La narración podría estar mejor; es como si los hechos sucedieran demasiado rápido, no te da tiempo de entenderlos bien (la parte del dragón). Trabaja en eso para mejorar. Sobre ortografía no hay nada que decir, está bien, aunque yo diría que en vez de usar los guiones (-) uses la raya de diálogo, ubicada en la barra de herramientas (—).
    Me interesaría mucho saber qué va a ocurrir con los pequeños de aquí en más. Es novedoso crear nuevos personajes, te da más libertad para escribir. Me dejó con mucha intriga el final: ¿quién será esa misteriosa chica? Mmm... espero saberlo pronto.

    Mucha suerte, y mejora. :D
     
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    Goeld

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    Pokémon: A new World

    Prólogo reeditado


    Katha… ubicada varias leguas al norte de Sinnoh, era una región donde se encuentran todo tipo de pokémon gracias a su enorme variedad de climas y ambientes. Tenía mucho potencial, y contaba con criaturas de gran poder, el poder de la evolución y la Megaevolución. Pero tras ellas se encontraban quienes querían adueñarse de ese poder para sembrar el mal en el mundo.

    Amanecía en la región, dos mejores amigos jugaban en las afueras de Rindo, un pequeño pueblo situado en una montaña de tamaño considerable, que en sí era parte de la cadena montañosa Aspear. Ellos tenían vista a la pradera de Vest, vasta en zonas verdes y “plagadas” de pokémon, donde se encontraba solitaria una casa de campo. Los dos amigos eran Emma y Gabriel, quienes tenían apenas diez años.

    Una tarde, se quedaron contemplando el anaranjado sol que se ponía en el horizonte, cerca del Bosque Durin. Era un hermoso espectáculo, pero notaron que algo no andaba bien: la casita en la pradera estaba siendo atacada por seres que no se podían distinguir. La madre de Emma, Astrid, le dijo que eran dragones, y lo mejor sería que entren a casa, ya que para ellos no sería problema llegar al pueblo. Desde lo alto se podían distinguir las intensas llamaradas y aleteos de los pokémon que irrumpían en la humilde propiedad. Los dragones, criaturas dotadas de mucho poder. Eran bestias a las que la naturaleza no podía afectar. Un pokémon dragón era sin duda uno de los peores rivales a los que uno se podía enfrentar.

    Al día siguiente, ya calmada la tempestad, los dos niños volvieron contemplar la pradera de Vest, y no vieron otra cosa que una pequeña casa quemada aún humeante. Los dos se sintieron tristes por quienes habían habitado aquel hogar en el campo.

    Desde el bosque, una joven de dieciséis años observaba indiferente la casa. Tenía un cabello marrón oscuro y se cubría con un tapado de color marrón claro. Con sólo verla parecía que había hecho algo.


    —Vaya, creí que acabarían por terminar con esa casa… Parece que sólo uno se dio cuenta de que huir era lo más seguro. ¿Dónde estará, apropósito? Espero no sea vengativo —rió la chica.

    Desde unos metros, más profundo en el bosque aún, un niño pequeño miraba a escondidas detrás de un árbol con lágrimas en los ojos. "No la voy a perdonar... no lo haré."
    ///

    Bueno, traté de mejorarlo lo más que pude sin revelar mucho. Espero que ahora sea de su agrado. Gracias Lush :)


     
    Última edición: 21 Junio 2014
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    Goeld

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    Bueno, aquí estoy otra vez :) . He tratado de seguir indicaciones y aprender un poco antes de publicar este primer capítulo. Espero que sea de su agrado.
    //
    Pokémon: A new World

    Capítulo Primero: Nuevos luchadores
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    La mañana había teñido el cielo de gris en el pueblo. La leve brisa matutina que soplaba venía de la mano con el frío montañés. El viento suave empujaba las naranjas hojas que se desprendían de los árboles otoñales. En Rindo se notaba la temperatura que azotaba a las personas. Helaba las manos y forzaba a todos a no salir mucho de sus casas. Pero ese día no. Ese día se veía afectado por un calor abrasador. El calor que es propio del fuego del combate pokémon.

    Mucha gente del pueblo Rindo, desde niños hasta ancianos, era seducida por la lucha pokémon contra pokémon. Tanto que algunos se empezaron a llamar “Luchadores de Rindo” y se emprendían en un viaje épico por la región de Katha a modo de entrenamiento. Bastante gente se unió al grupo, sin dar importancia al género o a la edad. Sin duda, en Rindo el combate pokémon era todo un arte.

    Se encontraban en el centro del poblado los miembros del grupo de los Luchadores, presenciando un exquisito combate en el que participaban dos de los veteranos. Ellos estaban completamente inmersos en la pelea, viendo y analizando cada movimiento para responder con otro. Entre el público yacían sentados una joven pelirroja de unos quince años, al lado de un chico un año menor con un cabello negro no muy oscuro. Ambos estaban vestidos con ropa de colores azules, tonos fríos como el ambiente en el que estaban. Ellos eran Emma y Gabriel Livingstone, dos hermanos apasionados por las luchas. Aspiraron por mucho tiempo a participar en el grupo, y el día de hoy era el inicio de su viaje de un año.

    Pese a la enorme emoción que les traía la actividad, el salir, recorrer la región, conocer gente, pokémon, también era un más que enorme riesgo y una prueba sólo para los más fuertes. El mundo no estaba hecho para gente débil, había que ser fuerte y poder enfrentarse sin miedo a todas las adversidades que pudieran aparecer. Eso era normalmente ignorado por los novatos, creían que todos los iban a ayudar en su viaje y que en el mundo sólo existía gente buena. La mayor preocupación se la llevaban los familiares de los Luchadores, quienes no podían tolerar que les pasara algo.

    Por el lado positivo, aquella travesía era una gran experiencia, y serviría mucho para el futuro de cualquier Luchador. Ahora era el turno de Emma y Gabriel, quienes estaban muy dispuestos a realizar el viaje.

    Faltaban aún algunas horas para comenzar, estaba todo listo: equipaje, pokémon, hecho. Permanecían sentados observando tranquilamente los combates que se realizaban. Las risas y charlas de los miembros del grupo como fondo de un encuentro alegre entre los Luchadores. Pero Emma creyó escuchar algo fuera de lo común. Como una veloz ráfaga de viento que se dirigía a donde estaban. Las risas y voces las escuchaba cada vez con menos intensidad. Era como si estuviera omnisciente con respecto al resto del mundo. Confundida, miró al cielo gris. No vio nada hasta que pasaron unos segundos, cuando se posaron dos enormes figuras de aspecto intimidante. Eran Salamence y Hydreigon, dos pokémon de tipo dragón.

    Ambas criaturas aterrizaron en el suelo del pueblo causando un pequeño estruendo que asustó un poco a las personas. Los dos pokémon comenzaron a atacar desenfrenadamente el pueblo con multitud de movimientos sumamente poderosos. Potentes llamas azotaban las casas y consumían la madera como si fueran simples hojas de papel. Garras se hundían tanto en piel de pokémon como de personas. El inminente ataque acabaría con el pequeño pueblo de Rindo, y tomaría una a una las vidas de sus habitantes.

    El terror y la tensión que sembraban los dragones eran inevitables para cada una de las personas. Los veteranos Luchadores ordenaron huir y no perder el tiempo en una lucha que terminaría en desgracia. Voces provenientes del interior de la mente de Emma gritaban “¡Corre! ¡No te quedes ahí!”, pero ella permanecía inmóvil ante el caos. Su hermano tuvo que tomar la decisión. Tomó a su hermana del brazo derecho y la forzó a correr con él fuera del pueblo. Constantemente ambos giraban y observaban cómo el pueblo donde crecieron se reducía a cenizas, sin poder evitar que las lágrimas salieran de sus ojos.

    Descendían por el empedrado camino que se formaba en la montaña. Con pasos débiles y rostros preocupados llenos de tristeza. Encontraron un espacio detrás de una gran roca que les permitía esconderse hasta que pase lo peor y, con suerte, pasar inadvertidos ante los pokémon. Emma daba golpes y patadas al aire mientras su hermano la retenía.


    —¡Déjame ir! ¡Tenemos que pelear, ayudar!—exclamaba la pelirroja.

    —¡No podemos, entiende! Ni siquiera juntos ni Torchic ni Riolu podrían hacer nada contra ellos, hermana.

    —Pero… debemos intentar.

    —Sería en vano. Lo siento.


    Los dos estaban perdiendo a su familia, amigos y a todos a quienes conocían. Ninguno de los dos pudo evitar romper en llanto ante la penosa situación. Se quedaron llorando por varios minutos, Emma pegada al hombro de su hermano y él conteniéndola. El ataque que habían presenciado antes estaba sucediendo con ellos. Por fin pudieron sentir lo que sintieron aquellas personas de la casita de campo en la pradera. Unos minutos que parecieron horas transcurrieron hasta que el ruido provocado por el ataque cesó, al mismo tiempo que terminó el llanto de los dos hermanos Livingstone.

    Se pusieron de pie débilmente sobre el suelo cubierto de tierra y arena. Miraron fijamente a una pared de roca que les obstaculizaba la vista hacia el pueblo. Detrás salieron los dos pokémon volando y levantando cenizas encendidas por el fuego. Sigilosa y lentamente los dos volvieron a Rindo, con esperanza de que alguien siguiera vivo. Pero cuando llegaron el pueblo casi había desaparecido, ningún rastro de vida. Muchas pokéballs carbonizadas por las llamas y cuerpos muertos que causaron tristeza y algo de repugnancia en Emma y Gabriel. Tratando de minimizar el dolor, el chico de cabello negro se llevó a su hermana fuera del lúgubre lugar en que se había convertido Rindo.

    Esa vez no lloraron, pero la tristeza se notaba en los rostros de los hermanos. Una pregunta surgió de la chica. “¿Qué vamos a hacer ahora?” Gabriel no supo qué responder.
     
    Última edición: 26 Junio 2014
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    wasabi

    wasabi Flamer Comentarista empedernido

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    Antes que nada gracias por invitarme, aunque no estoy muy familiarizada con el fandom pues le di una leída.

    Quedó mucho mejor el Prólogo, debo decir, pero pudiste editar el primer mensaje y no publicarlo dos veces. c: Es bueno que atiendas los comentarios, eso habla muy bien de ti como escritor, pues estás dispuesto a mejorar.

    La redacción quedó mejor, aún siento unos huecos pequeños en la historia donde se salta repentinamente de un lado a otro y se le pierde el hilo un poco. De la ortografía bien, yo no sé de eso pero la vi bien.

    En el segundo capítulo hubiera impactado más describir cosas como experiencias vividas o personas amadas por ambos y así, el impacto hubiera sido mayor cuando dices que todo quedó carbonizado y supongo que el pueblo no era más que cenizas encendidas y un olor desagradable en el ambiente. Es algo cruel pero efectivo, pues creo que la historia de los hermanos irá enfocada a este suceso desgarrador y a los dragones que al parecer están molestos por algo y más por esa zona ¿Qué traerán? Es lo primero que me puse a pensar. Espero también vayas hablando de a poco de ese tema, que se vayan atando cabos a lo largo del fic.

    Buen fic, espero y lo continúes.
     
    Última edición: 26 Junio 2014
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    Goeld

    Goeld Iniciado

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    Capítulo Segundo: Misma suerte
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    El devastador ataque a Rindo dejó a los hermanos exhaustos, en un sentido emocional. Tanto que tuvieron que buscar un lugar cómodo para dormir hasta un nuevo día y pensar en su futuro. Bajaron de la montaña tomando el camino norte hasta la costa y pasaron la noche allí.

    A primera hora del otro día despertaron, hacía mucho frío, estaban cubiertos de arena y el viento era tan fuerte que tuvieron que salir de allí para no morir congelados. Emma aún seguía pegada a su hermano, se sentía insegura sin él a su lado, se sentía débil. Descendieron la ladera de la montaña tomando el camino sur, con rumbo al extenso Bosque Durin, antes de llegar a la Pradera de Vest. Las pequeñas y afiladas piedras se incrustaban en los zapatos de los jóvenes causando un molesto dolor en sus pies. Pero luego los esperaba un gran colchón de tierra blanda y hojas resecas que crujían cuando las pisaban.

    Cuando ya habían llegado al bosque en la zona de la montaña, Gabriel recordó algo, cerca de ahí se encontraba el Pueblo Watmel, al pie de la montaña. Decidieron quedarse allí un tiempo para pensar más qué harían con sus vidas ya sin poder volver a su hogar de origen. Entonces tomaron camino en dirección sudeste. En la caminata recordaban muchos de sus momentos con su familia, amigos, con todos quienes habitaban Pueblo Rindo. Una voz resonó en la cabeza del chico, era la voz del líder del grupo, empezaba a recordar sus miles de anécdotas y cientos de consejos.

    De repente una persona se cruzó en su camino. Llegó corriendo con velocidad, casi como huyendo. Los miró pocos segundos y desapareció de nuevo entre los árboles y la maleza. Aquel había sido un encuentro bastante extraño y curioso. Seguido y no por coincidencia, se cruzó alguien más, una bella chica de cabello dorado y ropas negras. Corría también, pero parecía que estuviera buscando algo.


    —¿No han visto a un chico, alto, ropa negra y de cabello marrón pasar por aquí?— Preguntó al tiempo que exhalaba cansada y con las manos sobre sus rodillas.

    —Sí, acaba de adentrarse al bosque. —Respondió bastante curiosa Emma, ya despegada de su hermano.

    —Gracias, se los devolveré algún día.

    —¡Espera!— Solicitó Gabriel —¿No sabes cómo llegar a Pueblo Watmel?

    La chica rubia los miró sorprendidos —¿Watmel? Fue… destruido. Hubo un ataque, ¿no se enteraron?

    —¿Ataque? ¿Cuándo?— Preguntó impactada la pelirroja.

    —Hace unos minutos, por suerte nadie murió. Ayer atacaron Rindo, creo firmemente que el chico tiene algo que ver.

    —Lo sabemos— comentó Gabriel —Nosotros somos los únicos sobrevivientes del pueblo.

    La joven, sorprendida, hizo una pausa para pensar —¡Síganme!


    Los tres iniciaron una carrera en la misma dirección que el chico que había pasado hace unos minutos. En el transcurso, la rubia les dijo que se llamaba Alma, y empezó a contarles sobre el ataque al pueblo Watmel.


    /Flashback/

    Yo estaba tranquila, paseando por la plaza central. Era un día común y corriente, como cualquier otro. Pero escuché varios gritos. Dos pokémon dragones, Salamence y Hydreigon, si no mal recuerdo, aparecieron y empezaron a atacar sin piedad al pueblo. Todos los habitantes empezamos a correr en todas direcciones. En mi huida del lugar, lo vi. Ese chico estaba escondido, mirando a los dos pokémon. No se veía asustado y cada tanto miraba de lado a lado como buscando algo. A su lado había un pequeño dragoncito, un Axew, creo. Me quedé detrás de un árbol esperando a que las fieras se fueran. Cuando lo hicieron, él corrió. Los estaba siguiendo, claramente él tenía algo que ver con el ataque, no podía ser otra cosa. Por suerte las personas se salvaron, pero me dejó muy intrigada y empecé a seguirlo.

    /Fin flasback/


    Mientras Alma había contado eso, ellos se encontraban corriendo agitadamente, esquivando ramas y pisando anaranjadas hojas de árboles otoñales. La hierba alta rozaba sus piernas suavemente como una leve brisa. Ya habían encontrado al obvio causante de todos los ataques, contando también el de la casa en la pradera. Sólo él podía ser, era el único que podía estar detrás de toda la operación. ¿Pero con qué fin? No le veían sentido alguno, ¿qué trataba de hacer atacando esos pueblos y propiedades? Eso todavía era un misterio para los tres jóvenes.

    Cuando se encontraron en la Cascada de Aspear, un salto de agua que terminaba en un río que descendía por la montaña, se encontraron con aquel chico. Estaba sentado en una roca, parecía cansado por la corrida. Se encontraba descalzo, ya que se había quitado los zapatos para que sus pies rocen el agua del río. Haciéndose paso pisando algunas rocas, la rubia bajó.


    —Al fin te encuentro.

    El extraño la miró intrigado —¿Quién eres? ¿Qué buscas?

    —No te hagas, ambos sabemos por qué te estaba buscando— le dijo Alma —¡Ralts, ve!


    Y de la Ball de la chica salió elegantemente un pequeño Ralts, de extravagantes colores azules, rosa pálido y rojo. Era un pokémon variocolor. El desconocido se resignó de la diplomacia y sacó también a su pokémon: un poderoso Charmeleon de tipo fuego. “¡Ralts, usa Confusión!” ordenó su entrenadora. Ondas psíquicas aparecieron en el aire y derribaron al lagarto naranja. Aún así, Charmeleon seguía en excelente forma para luchar. “¡Furia dragón!” exclamó el chico. Su pokémon lanzó de su boca una enorme bola parecida al fuego, que impactó poderosamente contra el tipo psíquico y hada. Antes de que Alma pudiera dar otra orden, Charmeleon usó Ascuas, como había ordenado su entrenador justo cuando Ralts cayó. El pequeño pokémon se debilitó.

    Terminada la batalla, el misterioso entrenador devolvió su tipo fuego a la Pokéball, se puso los zapatos y se retiró velozmente del lugar. Los dos hermanos quisieron reconfortar a Alma por la derrota, pero ella no temía por eso. Ella se sentía preocupada por la magnitud del chico, ni siquiera pudieron vencer a su Charmeleon, por lo que sería una locura enfrentar a sus dos grandes dragones. La rubia no sabía qué podía hacer, pero por lo pronto se preocuparía por encontrar un lugar donde quedarse con Emma y Gabriel.
     
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