Poderes, Peleas, Rescates y Amor

Tema en 'Fanfics abandonados TV, Cine y Comics' iniciado por Dietrich, 13 Enero 2013.

  1.  
    Dietrich

    Dietrich Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    6 Agosto 2011
    Mensajes:
    112
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Poderes, Peleas, Rescates y Amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2846
    Los géneros de esta historia son "Acción/Épica", "Ciencia Ficción" y "Amistad".

    Es temprano en la mañana y suenan todas las bocinas para que los militares comiencen a despertar. El planeta Oriákles, hogar de dos poderosos ejércitos militares. Las bocinas suenan durante unos segundos y todos los soldados se despiertan. Cuando las bocinas dejan de sonar, alguien comienza a hablar a través de los altoparlantes.

    ******: ¡Comando Kolímpus, despierten, prepárense y vayan a desayunar!. ¡El entrenamiento de hoy deberá ser mejorado una vez más!. ¡Así que quiero verlos a todos muy bien preparados para todo!.

    Todos los soldados reconocen la voz de su superior y comienzan a prepararse inmediatamente. Luego de un poco más de diez minutos, todos los soldados marchan al comedor. Todos reciben su desayuno y sus tazas de café y comienzan a desayunar. Diez minutos después, el desayuno termina y todos los soldados se dirigen marchando a los baños a limpiarse para el día de entrenamiento. Y cinco minutos después, todos escuchan de nuevo a su superior, pero esta vez, hablando con un megáfono.

    ******: ¡Comando Kolímpus, listos y a la base de entrenamiento para recibir sus instrucciones!.

    Todos los soldados terminan de limpiarse y se dirigen marchando a la base, donde su superior está esperándolos.

    ******: ¡Comando Kolímpus, formen fila!.

    Todos los soldados se forman en una ordenada fila frente a su máximo superior.

    ******: ¡Buenos días, soldados!.

    Todos los soldados le hacen el saludo militar.

    Soldados: ¡Buenos días, General Austin!.

    Se escucha un tono de disgusto en una única voz y el General Austin ya sabe quién de sus soldados habló así. Pero aunque eso también lo disgusta a él, continúa dando las instrucciones así que comienza a caminar hacia la izquierda y luego hacia la derecha y viceversa para dar las instrucciones.

    General Austin: ¡Atentos a sus instrucciones, soldados!. ¡Primero correrán por la pista de neumáticos, se formarán en fila y lo harán uno tras otro!. ¡Luego deberán correr por quince minutos por toda la pista y traten de que los impedimentos de la pista no los detengan ni los retrasen!. ¡Luego irán hasta la pared y deberán trepar dos al mismo tiempo hacia arriba!. ¡En la pared deberán trepar con una velocidad mayor a la de ayer!. ¡Después tomarán sus armas y me mostrarán qué tanto han mejorado su puntería con los disparos!. ¡Quiero ver qué tan buenos son disparando desde lejos!. ¡Yo elegiré cuáles armas usarán primero y cuáles se usarán una tras otra!. ¡El entrenamiento debe seguir siendo mejorado!. ¡¿Todo está claro?!.

    Soldados: ¡Sí, señor!.

    Hay uno de los soldados a quien no se escuchó responder con el mismo tono. El General Austin camina hacia ese soldado.

    General Austin: Soldado Tyrone, ¿quiere que lo mande a hacer entrenamientos más enérgicos para que aprenda a responder correctamente?.

    Tyrone: No es necesario, Austin.

    General Austin: Pues entonces responda CORRECTAMENTE como todos los demás.

    Tyrone: Como quiera, apestosa mula de carga.

    El General Austin se enojó muchísimo.

    General: Como castigo por esa falta de respeto, tú, Tyrone, no comerás absolutamente nada durante dos días a partir de este instante.

    Tyrone: OIGA, USTED NO PUEDE...

    General Austin: ¿ME ESTÁS CONTRADICIENDO, ALCE?. ¿QUIERES DOS DÍAS MÁS?.

    Tyrone se queda callado y solamente niega con la cabeza.

    General Austin: ¡Soldados, comiencen el entrenamiento ya!.

    Los soldados se forman en fila y corren uno tras otro por la pista de los neumáticos. El general Austin los observa y ve que lo hacen muy bien. Luego corren los quince minutos por la pista de impedimentos. El general Austin observa todo atentamente y ve que todos los soldados lo hacen a la más completa perfección. Ningún impedimento los retrasa ni los detiene, justo como el general Austin quería que lo hicieran. Luego van a la pared. Dos soldados son los primeros en trepar por las cuerdas de la pared. Luego van otros dos y luego otros más y así lo hacen todos. El general Austin observa que de verdad lo hacen con más velocidad que ayer. Después, los soldados van a la armería con el general Austin para que él seleccione qué armas usarán primero.

    General Austin: PRIMERA ARMA: RIFLES DE ASALTO M-16.

    Los soldados toman sus rifles y salen para afuera. El general Austin toma sus binoculares para mirar si la puntería de sus soldados da buenos o malos resultados. El general Austin selecciona cuáles soldados comenzarán primero.

    General Austin: ¡Escúchenme bien, llamaré a doce y vendrán para acá en fila!. ¡Deberán apuntar a los blancos móviles y les dispararán!. ¡Si su puntería falla, deberán fallar lo menos posible!. ¡Ahora los llamaré, así que escuchen atentamente!.

    El general Austin comienza a llamarlos.

    General Austin: ¡Soldado John Rossell!, ¡soldado Tommy Connor!, ¡soldado Robert O’Connell!, ¡soldado Arthur Buttons!, ¡soldado William Parker!, ¡soldado Alexander Black!, ¡soldado Steven Johnson!, ¡soldado Tyrone Kiróka!, ¡soldado Jimmy Quinn!, ¡soldado Harry White!, ¡soldado Neo Anderson!, ¡y soldado Mekano Carter!.

    Los doce soldados avanzan en fila y se forman uno al lado del otro, mirando hacia los blancos que avanzan de izquierda a derecha y viceversa.

    General Austin: ¡Soldados, preparen!.

    Los soldados se preparan.

    General Austin: ¡Apunten!.

    Los soldados apuntan en dirección a donde están los blancos. El general Austin espera tres segundos y da la orden.

    General Austin: ¡Fuego!.

    Los soldados disparan a cada blanco que aparece. El general Austin mira atento cada disparo y ve que efectivamente, los soldados han mejorado su puntería. Los soldados disparan hasta que se les terminan las balas.

    General Austin: ¡Descansen armas!. ¡Bien hecho!. ¡Más municiones!. ¡Prepárense los siguientes doce soldados!.

    Durante largo rato, el general Austin sigue llamando más soldados y todos practican sus punterías. Después de terminar con los Rifles de Asalto M-16, usan las Metralletas UZI. Después los Fusiles de Asalto Tavor, después usan las UZI de nueve milímetros, después las Auto Calibre 12 con Cargador, después la Diapositiva Larga 45 con Rayo Láser, después los Lanzagranadas Individual M319, después los Rifles de Asalto MA37, después los Rifles M392, después las Ametralladoras M60, después la más poderosa y favorita del General Austin, la Ametralladora Automática de Cañón Rotativo M61 Vulcan, después la otra más poderosa, el Lanzagranadas M79, después el Rifle de Batalla BR55HB SR, después los Rifles de Asalto HK416, después los Rifles de Asalto G36, después los Rifles de Asalto AK101, después los Fusiles de Asalto AK103, después los Rifles de Asalto H3BR55, después el Lanzagranadas MGL y por último, la Carabina M4. Después de practicar la puntería con todas las armas, el general Austin ve que todos sus soldados tienen una puntería increíblemente buena.

    General Austin: ¡Soldados, felicidades!. ¡Ustedes tienen la puntería perfecta que esperaba!. ¡Después continuaremos con los otros entrenamientos, ahora vayan a almorzar!.

    Todos los soldados se dirigen al comedor a recibir sus almuerzos, pero voluntariamente, Tyrone no se mueve.

    Tyrone: Bueno, Austin, como yo no puedo comer nada, me iré a los dormitorios.

    General Austin: Entonces vete, que no te quiero ver.

    Tyrone se va a los dormitorios y el general Austin se va al comedor. Después del almuerzo, una mujer va a los dormitorios para hablar con Tyrone. La mujer es Uniqua, la esposa del soldado Tyrone Kiróka y sargento del comando militar. Uniqua entra a los dormitorios y encuentra a Tyrone sentado en el suelo al pie de su cama. Ella se incorpora a su altura y le habla con sentimentalismo.

    Sargento Uniqua: ¿Tyrone?.

    Tyrone gira la cabeza hacia ella.

    Tyrone: Hola, Uniqua.

    Ambos se besan en la boca por un segundo.

    Sargento Uniqua: Tyrone, sé lo que el general Austin hizo porque le faltaste el respeto.

    Tyrone: Ojalá no hayas traído ninguna comida. Austin se enojaría mucho contigo si lo haces y no quiero que también te castigue a ti.

    Sargento Uniqua: No, no lo hice. Venía por otra cosa.

    Tyrone: ¿Por cuál cosa?.

    Sargento Uniqua: Venía a decirte que hablé con él sobre eso y logré que rebaje tu castigo de dos días a un día. Así que solamente por hoy no comerás.

    Tyrone es tomado por sorpresa.

    Tyrone: ¿Lo hiciste por mí?.

    Sargento Uniqua: Sí, sólo fue por ti. Tú ya sabes que el rango del general Austin es superior al mío, así que yo no puedo hacer nada más.

    Tyrone: Lo entiendo. Y gracias.

    Sargento Uniqua: De nada. Y por favor, nunca vuelvas a hacer que el general Austin te castigue otra vez, porque podría castigarte con algo peor que la comida. Si vuelves a faltarle el respeto, quizás yo ya no tenga tanta suerte como ahora para hacer que te rebaje otro castigo.

    Tyrone: Está bien, te prometo que ya nunca volveré a faltarle el respeto. Pero tú eres la única a quien más respeto en este ejército y sabes que sólo es porque eres mi esposa y porque Austin y yo estamos enemistados.

    Sargento Uniqua: Lamento no decirte lo mismo sobre el respeto. Yo siempre te he respetado, pero como el general Austin es un superior y desde que trabajo con él, es mi obligación respetarlo más a él que a ti. Y debo respetarlo más que a todos en este ejército.

    Tyrone: No es necesario que te lamentes por eso.

    Sargento Uniqua: Está bien.

    Tyrone: ¿Austin sabe que tú eres así de sentimental sólo conmigo?.

    Sargento Uniqua: Sí, lo sabe desde que nos conoció.

    Tyrone: ¿Y le parece mal que tú seas sentimental siendo una sargento?.

    Sargento Uniqua: No.

    Tyrone: ¿Y cómo supiste que le falté el respeto y que él me castigó?.

    Sargento Uniqua: Cuando estaba con él en el comedor, vi que tú no estabas y le pregunté porqué no estabas ahí y el general me dijo todo.

    Otros dos soldados llamados “Pablo” y “Tasha” entran a los dormitorios a ver a Tyrone.

    Pablo y Tasha: Hola, Tyrone.

    Tyrone: Hola.

    Pablo y Tasha: Saludos, sargento Uniqua.

    Pablo y Tasha le hacen el saludo militar. Uniqua se endereza y les hace el saludo militar también.

    Sargento Uniqua: Saludos, soldados.

    Tyrone: ¿Qué hacen aquí?.

    Pablo: Quisimos venir a verte.

    Tasha: Sabemos que el general Austin te castigó porque le faltaste el respeto de esa manera.

    Tyrone: ¿Cómo lo supieron?.

    Tasha: El general Austin nos lo dijo en el comedor.

    Tyrone: Uniqua, ¿dónde estuviste tú cuando estaba entrenando?.

    Sargento Uniqua: Estaba ordenando mi dormitorio.

    Tyrone: Ojalá hubieras estado conmigo cuando Austin me castigó.

    Sargento Uniqua: Aunque hubiera estado contigo en ese momento, yo no habría podido ayudarte.

    Tyrone: ¿Por qué no?.

    Sargento Uniqua: Yo no me entrometo en asuntos que no me involucran. Cuando el general Austin me contrató para trabajar para él, me enseñó una regla que desde el principio supe que siempre debería obedecer. Me enseñó que nunca debo interponerme en asuntos en los que yo no esté involucrada.

    Tyrone: Desearía que tú fueras la general y desearía tenerte a ti como mi jefa de alto rango.

    Sargento Uniqua: Sé porqué lo dices. Yo no soy tan severa contigo como lo es él. Pero nada de eso se puede cambiar. Creo que el general Austin dejaría de ser severo contigo si él y tú se reconciliaran.

    Tyrone: Y como ese asunto no te involucra, es mejor que no te pida que le pidas a él que se reconcilie conmigo. Además que yo no sé si tenga alguna posibilidad de reconciliarme con él.

    La sargento Uniqua le asiente con la cabeza y vuelve a mirar a los dos soldados.

    Sargento Uniqua: Soldados Pablo y Tasha, ¿el general Austin los autorizó a venir o ustedes vinieron sin autorización?.

    Tasha: El general Austin nos autorizó a venir, sargento Uniqua.

    Sargento Uniqua: Entonces no hay problema.

    Pablo: Con su permiso, sargento Uniqua, debemos volver con el general porque cuando le pedimos que nos dejara venir a ver a Tyrone, sólo nos dio unos minutos. Si nos tardamos más tiempo en regresar, el general Austin irá a buscarnos.

    Uniqua les hace el saludo militar.

    Sargento Uniqua: Adelante, soldados.

    Pablo y Tasha le hacen el saludo militar.

    Pablo y Tasha: Muchas gracias.

    Pablo y Tasha se retiran de los dormitorios.

    Sargento Uniqua: Tyrone, yo también debo irme o el general Austin me buscará. Y creo que es conveniente para ti venir conmigo.

    Tyrone: Está bien.

    Tyrone se para y sale con Uniqua de los dormitorios.

    Tyrone: Uniqua, ¿tú también le pediste a Austin que te autorizara a venir a verme?.

    Sargento Uniqua: Sí.

    Los soldados del ejército entero están regresando con el general Austin. El general Austin nota la ausencia de su sargento y tres de sus soldados, pero éstos llegan antes de que comience a buscarlos con la mirada. Pablo y Tasha se detienen y le hacen el saludo militar.

    Pablo y Tasha: Soldados Pablo y Tasha reportándose, señor.

    El general Austin se lo corresponde.

    General Austin: Fórmense, soldados.

    Pablo y Tasha: Sí, señor.

    Pablo y Tasha se forman junto a todos los soldados.

    Sargento Uniqua: Sargento Uniqua reportándose, general Austin.

    Uniqua le hace el saludo militar y el general Austin le corresponde. Ahora, Tyrone lo saluda.

    Tyrone: Soldado Tyrone Kiróka reportándose, Austin.

    General Austin: Fórmese, soldado.

    Tyrone se forma al lado de Pablo. El general Austin y la sargento Uniqua caminan delante de los soldados y se detienen en el medio.

    General Austin: Sargento Uniqua, dígales usted.

    Sargento Uniqua: Sí, señor.

    Uniqua dirige la mirada a los soldados.

    Sargento Uniqua: ¡Soldados, en vista del mejoramiento que han logrado en el entrenamiento, el general Austin le informó de su mejoramiento al Comando Yilíga y el Comando Yilíga decidió que todos recibirán un sueldo más alto!.

    A Tyrone le alegra más que Uniqua lo dijera.

    General Austin: ¡Estamos seguros de que es lo que esperaban, ¿verdad, soldados?!.

    Soldados: ¡Sí, señor!.

    A Tyrone le disgusta que el general Austin lo diga en lugar de Uniqua. El resto del día transcurre con normalidad. Cuando llega la noche, los soldados regresan a los dormitorios.

    Tyrone: Uniqua, me encantaría que estuviéramos juntos aunque sea por una noche. Pero sé que eso es imposible porque tú eres mi superior.

    Sargento Uniqua: Es verdad. Por ser una superior, no puedo estar en los dormitorios de los soldados. Debo estar en mi propio dormitorio en el cuartel.

    Tyrone y Uniqua se besan por cinco segundos.

    General Austin: Sargento Uniqua, soldado Tyrone, su tiempo se terminó.

    Tyrone: Buenas noches, Uniqua.

    Sargento Uniqua: Buenas noches, Tyrone.

    La sargento Uniqua retrocede al lado del general y los tres se hacen el saludo militar y se retiran a sus respectivos dormitorios. Tyrone se va a los dormitorios al mismo tiempo que el General Austin y la Sargento Uniqua se van a su cuartel, que a la vez es una fortaleza. A la mañana siguiente, el satélite militar recibe una extraña señal de radio que proviene desde el espacio. La información llega a manos de las máquinas receptoras del satélite militar del comando, unas máquinas controladas con ordenadores militares especializados para esto, que se encuentran en el refugio antiatómico subterráneo del comando Kolímpus, un refugio a 730 metros de profundidad de la superficie. Los hombres que trabajan en eso llaman al número de teléfono del general Austin. El teléfono del general suena y el general se despierta y contesta la llamada.

    General Austin: Habla el general Austin. ¿Quién llama?.

    ******: General Austin, soy Stanford, desde el refugio antiatómico.

    General Austin: ¿Qué quieres, Stanford?.

    Stanford: Es mejor que escuche esto, señor.

    Stanford pone el teléfono en el parlante de la máquina que detecta la señal de radio espacial y se escucha un sonido curioso y desconocido. El general Austin es tomado por sorpresa. Tres segundos después, Stanford retoma la conversación con el general.

    General Austin: Stanford, ¿saben qué es eso?.

    Stanford: Sí, señor. Es una señal de radio de otro mundo. Viene desde el espacio.

    General Austin: ¿Seguro que todas las máquinas están funcionando correctamente?.

    Stanford: Sí, señor, no tienen ninguna falla. La distancia calculada desde la fuente que produce ese sonido es de sólo 375.000 kilómetros. La recepción radar se ha deteriorado, pero hemos sido capaces de descubrir algo más. Se estima que tiene un diámetro de 15 kilómetros y una masa de aproximadamente una cuarta parte de la distancia entre el refugio y la superficie.

    General Austin: ¿Y qué es eso?. ¿Un súper meteoro?.

    Stanford: No, señor. Definitivamente no.

    General Austin: ¿Cómo lo sabes?.

    Stanford: Bueno, señor, está descendiendo.

    El general no lo puede creer.

    General Austin: ¿Está qué?.

    Stanford: Descendiendo, señor. Desciende muy lentamente. Y estamos recibiendo más información. La máquina nos informa que se dirige directamente al comando.

    El general ha quedado verdaderamente perplejo.

    Stanford: Entonces, ¿quiere que suene las alarmas o qué otra cosa hago?.

    General Austin: Suena las alarmas, pero antes dime otra cosa. ¿Tienen idea de qué lugar viene esa cosa?.

    Stanford: Las máquinas sólo ubicaron que viene desde el espacio exterior, pero no han ubicado desde qué parte del espacio.

    General Austin: Y si esa cosa está descendiendo hacia nosotros, ¿significa que es una especie de nave o algo así?.

    Stanford: Sí, señor, descubrimos que es una nave. Y no hay nada que la detenga.

    General Austin: ¿Y sabes a qué hora llegará esa nave?.

    Stanford: Por la velocidad que lleva, calculamos que llegará al comando a las 15:15 de la tarde.
     
  2.  
    Dietrich

    Dietrich Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    6 Agosto 2011
    Mensajes:
    112
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Poderes, Peleas, Rescates y Amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2966
    Dicho esto, el general decide que suenen las alarmas.

    General Austin: Suena las alarmas ahora.

    Stanford hace sonar las alarmas. Todos los soldados despiertan y se preparan más rápido que ayer. Como esa nave vuela tan lento, los soldados tienen tiempo para desayunar y luego bañarse y lavarse la boca, así que hacen todo inmediatamente. Durante el desayuno, Tyrone comienza a sentir algo que durante toda su vida esperó no sentir. Comienza a sentir la nave acercándose, pero también siente algo más. Dentro de esa nave, puede sentir la presencia de alguien a quien Tyrone le tiene un miedo incontenible desde que era un niño. Sentir esa presencia lo invade de miedo. Él sabe quién es y a qué viene al planeta. Cuando los soldados salen de los baños, el general Austin les habla en voz alta a sus soldados que los entrenamientos de hoy están cancelados por lo de la nave que viene. Al medio día, Tyrone está con Pablo en los dormitorios, mientras el general Austin y la sargento Uniqua están siendo cuidados por muchos más soldados armados en el cuartel. En el dormitorio, Pablo nota que Tyrone se ve nervioso.

    Pablo: Tyrone, ¿por qué estoy viendo que pareces estar nervioso?.

    Tyrone: Es porque sí lo estoy. Hay algo que debo decirle a Austin. Si tuviera un teléfono para llamar al cuartel. Si pudiera, llamaría a Uniqua.

    Pablo: ¿Cómo piensas llamar al cuartel?. El general Austin tiene un número privado y es difícil conseguirlo. Además, si quieres ir para allá, necesitamos la autorización de él o de la sargento Uniqua.

    Tyrone: No sé cómo voy a llamar.

    Tyrone comienza a intentar pensar en alguna forma de poder llamar al teléfono celular de la sargento Uniqua. Él piensa durante unos segundos, hasta que se le ocurre una idea.

    Tyrone: Ya sé cómo voy a llamar. Lo haré desde el refugio antiatómico.

    Pablo: ¿Vas a ir al refugio?.

    Tyrone: Es la única forma de llamar al cuartel.

    Tyrone comienza a caminar a donde podrá ingresar al refugio y Pablo lo sigue.

    Pablo: Aunque tengo curiosidad por saber lo que te sucede, no estoy de acuerdo en que vayas al cuartel. No tenemos permiso de ir.

    Tyrone: Por eso le pediré permiso a Uniqua. Sólo ella va a darme ese permiso.

    Pablo: ¿Por qué no se lo pides al general?.

    Tyrone: Austin no va a darme permiso. Y si se lo pido o trato de explicarle lo que quiero explicarle, no va a escucharme.

    Pablo: Quisiera que esto nunca hubiera comenzado. No puedes hacer esto.

    Tyrone se detiene y se gira hacia Pablo, quien también se detiene.

    Tyrone: Intenta detenerme.

    Pablo sabe que no puede hacer nada más, así que decide no intentar detenerlo.

    Tyrone: ¿Qué cosa prefieres?.

    Pablo: Sólo continúa.

    Tyrone se gira hacia donde iba y él y Pablo continúan caminando. Llegan hasta la entrada del refugio y Tyrone abre la puerta y ambos entran. Caminan hasta donde está el ascensor que lleva hasta el refugio. Tyrone abre la puerta del ascensor y entra, pero Pablo no entra.

    Tyrone: No me retrases. ¿Vas a venir?.

    Pablo: Tyrone, no sé si sea buena idea hacer lo que haces.

    Tyrone: Ahora sólo me importa decirle a Austin lo que sé. ¿Así que vas a venir o no?.

    Un segundo después, Pablo entra al ascensor y Tyrone se mueve hacia la izquierda para hacerle espacio a Pablo. Una vez que Pablo entró al ascensor, Tyrone cierra la puerta y mueve la palanca para ir hasta abajo. No hablan nada en todo el tiempo que les toma llegar hasta abajo. Luego de varios segundos, llegan al refugio. Tyrone abre la puerta y sale con Pablo dejando la puerta cerrada. Ambos corren por un pasillo corto y Tyrone abre la puerta de entrada. Stanford es el primero en notar que ellos llegaron.

    Stanford: Soldado Tyrone, soldado Pablo, ¿qué están haciendo aquí?.

    Tyrone: Hay algo que sé sobre la nave que viene hacia acá y tengo que decírselo al general. Quiero usar el teléfono para llamar a Uniqua.

    Stanford: El general Austin nunca ha dicho si el teléfono puede ser usado por quienes no trabajan en el refugio.

    Tyrone: No te pregunté eso y déjame usar el estúpido teléfono de una vez.

    Stanford decide no negarse.

    Stanford: El teléfono está por acá. Síganme.

    Stanford los lleva hasta el teléfono.

    Stanford: Aquí está el teléfono.

    Stanford toma el teléfono.

    Stanford: ¿Quiere que marque el número?.

    Tyrone le quita el teléfono.

    Tyrone: Yo lo hago.

    Tyrone comienza a marcar los números uno por uno.

    Tyrone: 5-5-5-7-6-0-0.

    El teléfono celular de Uniqua suena y ella lo contesta.

    Sargento Uniqua: ¿Hola?.

    Tyrone: No cuelgues, cariño.

    Uniqua se sorprende al reconocer esa voz, pero aunque habla en voz baja para evitar gritar, igualmente se le escucha el asombro en el tono de la voz.

    Uniqua: Tyrone, ¿cómo conseguiste este número?.

    Tyrone: Olvida eso y escúchame. Quiero ir a hablar con Austin, así que te pido que me autorices a ir al cuartel.

    Sargento Uniqua: Está bien, estás autorizado.

    Tyrone: Gracias. Y ahora hazme un favor. Ve a la entrada del cuartel y espérame ahí hasta que llegue.

    Uniqua: ¿Y qué tengo que hacer?.

    Tyrone: Ya te dije que me esperes ahí hasta que llegue, eso quiero que hagas.

    Uniqua: Está bien, lo haré, pero no sé qué quieres.

    Uniqua se encamina rápidamente a la entrada y Tyrone cuelga el teléfono y Uniqua termina la llamada.

    Uniqua: ¿Cómo lo hace?.

    Tyrone corre de vuelta al ascensor.

    Pablo: ¡Tyrone, no me dejes aquí!.

    Pablo corre hacia Tyrone. Tyrone abre la puerta del ascensor y Pablo lo alcanza y entra cerrando la puerta. Tyrone acciona la palanca para que los lleve hasta arriba.

    Pablo: Gracias por esperarme.

    Tyrone sabe que el agradecimiento de Pablo es falso porque no lo esperó. Luego de varios segundos, llegan a la superficie. Tyrone y Pablo salen del ascensor dejando la puerta cerrada y corren para encontrarse con Uniqua. Los dos corren y corren hasta que llegan con Uniqua. Los dos le hacen el saludo militar.

    Sargento Uniqua: Tyrone, no me dijiste que vendrías acompañado.

    Tyrone: Perdón por no decírtelo, pero necesito que me lleves a la oficina de Austin ahora mismo.

    Sargento Uniqua: Está bien. Pablo, ven si quieres.

    Pablo: Gracias.

    Ingresan al cuartel y caminan rápidamente por diferentes pasillos.

    Pablo: Esto es algo que nunca creí que pasaría. Entrar al cuartel por primera vez.

    Después de caminar por unos segundos más, llegan hasta la oficina. La Sargento Uniqua abre la puerta y entra con los soldados.

    Sargento Uniqua: Tyrone, no sé si él querrá verte.

    Tyrone: Sí, entiendo, estamos perdiendo el tiempo, así que como no va a escucharme, debemos irnos.

    Pablo mira a Tyrone sintiendo curiosidad sobre porqué dice que el general no va a escucharlo.

    Pablo: ¿Por qué no iba a escucharte?.

    Tyrone: Porque hace tres años nos peleamos.

    Sargento Uniqua: Tyrone tuvo un encuentrito problemático con el general y lo golpeó.

    Pablo no puede creer que eso haya sucedido.

    Pablo: ¿Golpeaste al general?.

    Tyrone: Todavía no era general. Yo lo golpeé, él me golpeó y nos peleamos.

    Sargento Uniqua: Una pelea que tú iniciaste. Sucede que cuando el general me contrató para trabajar con él pocos días antes de convertirse en general, Tyrone creyó que yo tenía una aventura.

    Pablo vuelve a preguntarle a Tyrone.

    Pablo: ¿Con el general?.

    Sargento Uniqua: Lo cual no era cierto...

    Tyrone: Oye, oye, o vas por él o nos regresamos a los dormitorios.

    Sargento Uniqua: Está bien, voy por él. Quédense aquí y no toquen nada.

    La Sargento Uniqua sale de la oficina y se va a buscar al general.

    Pablo: ¿Golpeaste al general?. No puedo creerlo.

    Los dos siguen esperando ahí mientras la Sargento Uniqua todavía no regresa.

    Pablo: Ahora sé porqué el general y tú están enemistados y porqué le faltaste el respeto ayer.

    El general abre la puerta y se disgusta de ver a Tyrone en su oficina, así que ahora le habla con disgusto a Uniqua.

    General Austin: No tengo tiempo para esto.

    Sargento Uniqua: Dos minutos, general, por favor.

    Tyrone: Te dije que no me escucharía.

    Pablo camina hacia el general y le hace el saludo militar.

    Pablo: Saludos, general. Sé que no es el momento adecuado para saludar pero igualmente quise hacerlo.

    Tyrone decide irse y olvidar todo, pero Uniqua discute un poco con él hablando al mismo tiempo que él para convencerlo de hablar.

    Sargento Uniqua: Tienes que decirle ahora.

    Tyrone: Ya viste que no va a escucharme, ¿así que de qué sirve?.

    Sargento Uniqua: Tyrone, díselo ahora que tienes la oportunidad.

    Tyrone: ÉL NO QUIERE ESCUCHARME, YA TE LO DIJE.

    Sargento Uniqua: ¡Tyrone, díselo!.

    Con ese grito, la Sargento Uniqua convence a Tyrone de hablar. Así que Tyrone le dice lo primero al general.

    Tyrone: Sé lo que sucede.

    El general se mueve tres pasos hacia Tyrone.

    General Austin: Adelante, dilo.

    Tyrone: Bien, sucede que sé que una nave viene hacia acá y sé todo sobre esa nave, incluso sé quién está en esa nave. Lo sé, porque siento la presencia de la persona que viene dentro de esa nave. Es una presencia maligna, es una persona que en veintitrés años creí que nunca más volvería a ver, porque viene del mismo planeta de donde yo vine desde que tenía siete años de edad. La persona que viene en esa nave se llama “Unapírium Kiróka” y es una vieja enemiga mía. Cuando yo tenía siete años, huí de mi planeta natal fugándome en una pequeña nave que logré tomar. Había huido de mi planeta para siempre. Durante todos estos años creía que estaba a salvo de Unapírium, pero ya vi que me equivoqué. En mi planeta natal somos capaces de sentir las presencias de otros seres de nuestra misma raza y de razas diferentes.

    General Austin: ¿Estás hablando de que esa enemiga tuya sintió de alguna forma tu presencia en este planeta?.

    Tyrone: Así es. Y no sé cómo, pero sé que sintió mi presencia aquí y por eso viene para acá. Viene para destruirme. Quiere destruirme porque hace veintitrés años asesinó a mis padres y no pudo matarme a mí. Creo que sé porqué viene. Viene porque aunque estuve fuera de mi planeta en todos estos años, ella siguió sintiendo que yo soy una amenaza para su reinado. Si se devuelve a nuestro planeta, lo hará si ha logrado asesinarme. Mi padre era el rey de mi planeta natal y Unapírium lo asesinó para ser la reina. Lo supe porque mi madre me lo dijo. Cuando Unapírium supo que mi madre me dijo lo que ella le hizo a mi padre, también la asesinó. Me había dado cuenta de que Unapírium quería asesinarme también, pero yo escapé antes de que ella pudiera hacerlo.

    Pablo: ¿Y por qué después de veintitrés años sintió tu presencia aquí y no la sintió antes?.

    Tyrone: Porque yo disminuí demasiado mi energía, no la energía corporal, sino otra clase de energía. Una energía con la que se nace en mi planeta natal. Esa energía permite ser detectado en cualquier parte, incluso fuera del planeta. Yo había disminuido demasiado mi energía para que Unapírium nunca pudiera detectar dónde estoy, pero de alguna forma pudo finalmente detectar mi energía aquí, a pesar de haber estado tan reducida en todos estos años. Y ahora viene para acá para destruirme.

    Sargento Uniqua: Tyrone, ¿por qué te ves tan nervioso?.

    Tyrone: Porque estoy nervioso. No he estado tan nervioso desde que Unapírium quiso matarme. Si alguien se enfrenta a Unapírium, no podrá derrotarla. Yo soy el único que puede derrotarla. Ella tiene los mismos poderes que yo.

    Pablo: ¿Y por qué sabes tanto de esa tal Unapírium?.

    Tyrone: Porque Unapírium no es sólo mi enemiga. Ella es mi tía.

    El general, la sargento y Pablo quedan impactados. Nunca se imaginaron que un propio pariente fuera tan malo.

    Tyrone: (pensando) Aún siendo un militar y aún después de haber estado entrenando con mis poderes durante veinte años, no me siento capaz de atreverme a pelear con Unapírium. No sé si habré logrado superar los poderes de ella. A pesar de mi entrenamiento, no estoy seguro de poder enfrentarme a ella, ni siquiera creo poder derrotarla.

    El nerviosismo de Tyrone se convierte en terror. Las pocas horas pasan hasta que la nave entra al planeta. En este momento, Tyrone está solo, así que se le ocurre sólo una cosa. Y es escapar del comando. Tyrone mira hacia todas partes para asegurarse de que nadie esté mirándolo. No hay nadie mirándolo, así que disminuye su energía hasta el 0% y comienza a correr en dirección hacia el Éste. Después de correr por treinta metros, da un último paso y de ahí comienza a volar hacia el Éste a una velocidad increíble de setecientos kilómetros por hora. Mientras está volando, Tyrone espera que nadie pueda verlo, sobretodo Unapírium. Sin previo aviso, incontables cantidades de naves pequeñas salen de la nave nodriza y vuelan hasta el comando. El general Austin grita lo más fuerte que puede.

    General Austin: ¡SOLDADOS, TOMEN SUS ARMAS Y SUS AVIONES Y DESTRUYAN A TODAS LAS NAVES!.

    Muchos de los soldados, entre ellos Pablo y su compañero Jimmy Quinn, suben a sus aviones y despegan. Otros soldados toman muchas de las armas y se preparan para cuando las naves lleguen. En tanto, Tyrone ya se ha alejado del comando por 173 kilómetros de distancia, así que aterriza suavemente y comienza a correr en la misma dirección. Mientras tanto, los aviones vuelan y tratan de alejar del comando el mayor número de naves posible. Pablo lidera a los pilotos que vuelan con él.

    Pablo: ¡Atención, soldados, soy Pablo!. ¡Escúchenme bien, síganme a donde yo vaya, nos llevaremos a esas naves y cuando podamos, las destruiremos, ¿entendido?!.

    Soldados: ¡Entendido!.

    Pablo y los otros pilotos vuelan directamente hacia las naves, pareciendo que chocarán contra todas para destruirlas. Pero estando a pocos metros antes de chocar con las naves, Pablo que está al frente, se desvía hacia la izquierda, en dirección al desierto. Todos los aviones lo siguen inmediatamente y muchas de las naves se desvían también y los persiguen. El número de aviones que vuelan es el número de naves que los persiguen para destruirlos. El resto de todas las naves pequeñas siguen volando hacia el comando. La idea de Pablo no funcionó del todo bien. Las naves que persiguen a los aviones comienzan a dispararles.

    Pablo: ¡Maniobras evasivas!.

    Los aviones esquivan los disparos, pero desgraciadamente, un avión es destruido.

    Pablo: ¡Soldados, divídanse!.

    Todos obedecen y se separan yendo a cualquier lado, haciendo que cada nave los siga adonde vayan. Desgraciadamente, por más que se esfuerzan en evitar los disparos, los aviones son destruidos uno por uno.

    Pablo: ¡Tienes uno detrás de ti, Tommy!. ¡Te lo sacaré de encima ahora!.

    Pablo le dispara un misil a la nave, pero algo extraño ocurre. Cuando el misil iba a destruir la nave, algo de un color verde azulado apareció alrededor de la nave y el misil se destruyó sin haber tocado la nave, el impacto del misil con lo que chocó sólo hizo que la nave se desviara, pero al menos se la quitó de encima a Tommy.

    Tommy Connor: ¡¿Ya se fue?!.

    Pablo: ¡Sí, se fue, pero no pude destruirla!. ¡Algo apareció alrededor de la nave y destruyó el misil sin que la tocara!.

    Otra nave persigue a Pablo y comienza a dispararle para destruirlo pero por suerte para Pablo, a la nave le falla la puntería por no tenerlo tan cerca.

    Pablo: ¡Oh no, a mí no me dispares esa basura verde!.

    Jimmy Quinn: ¡Te lo quitaré de encima, espera un segundo!.

    Jimmy localiza a la nave en su radar y le dispara un misil, pero ocurre lo mismo que con la primera nave que Pablo trató de destruir.

    Jimmy Quinn: ¡No se pueden destruir, Pablo, tienen escudos protectores indestructibles!. ¡Ningún intento de destrucción funcionará contra ellos!.

    Pablo: ¡Se me ocurrió algo!. ¡Ven conmigo al desierto, tal vez ahí podamos encontrar otra forma de destruir a las que nos sigan!. ¡Volemos rápido y bajo!.

    Jimmy Quinn: ¡De acuerdo!.

    Pablo y Jimmy vuelan juntos y logran que dos naves los persigan. Mientras vuelan, las dos naves les disparan intentando destruirlos, pero ellos logran evadir todos los disparos. Después de volar por ocho kilómetros llegan al desierto. Se han alejado demasiado del comando. En el comando, nadie ha podido destruir ni una sola nave y muchos soldados han muerto tanto en tierra como en los aviones. Otros soldados, entre ellos, Tasha con el General Austin y la Sargento Uniqua se fueron al interior del cuartel y ahí están escondidos con otros soldados que sobrevivieron. Muchos soldados están muriendo. Es una batalla perdida para el comando.

    Pablo: ¡Los tenemos detrás de nosotros a las seis, Jimmy!.

    Jimmy Quinn: Entendido.

    Pablo: ¡Vamos, vamos, vamos, vamos, muévete, muévete, muévete!.

    Jimmy Quinn: ¡No puedo evadir a la que me persigue!.

    Pablo: ¡Yo tampoco, así que sólo sigamos!.

    Jimmy Quinn: No puedo evitarlo.

    Pablo: Sí, tú puedes. Sólo hazlo en la forma en que te enseñé.

    Jimmy Quinn: Voy a intentar algo.

    Pablo: No hagas nada estúpido.

    Jimmy Quinn: Tú me conoces.

    Pablo: Eso es lo que quiero decir.

    Jimmy comienza a ladear a una velocidad excesivamente rápida, lo cual es indebido.

    Pablo: ¡Jimmy, Jimmy, no puedes ladear a esa velocidad!. ¡Jimmy, se está acercando a ti!.

    A la máscara de Jimmy se le termina el oxígeno y se la quita.

    Pablo: ¡Ponte la máscara de nuevo!. ¡Es una orden!.

    Jimmy Quinn: ¡No puedo respirar!.

    Solamente habiéndose quitado la máscara, Jimmy puede seguir respirando. Desgraciadamente para él, su suerte se ha terminado.

    Pablo: ¡Jimmy!.

    Jimmy sigue esquivando como puede.

    Pablo: ¡JIMMY!.

    Jimmy es destruido.

    Pablo: ¡JIMMY, NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!.
     
  3.  
    Dietrich

    Dietrich Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    6 Agosto 2011
    Mensajes:
    112
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Poderes, Peleas, Rescates y Amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2679
    La nave que destruyó a Jimmy se devuelve al comando, mientras la otra seguirá persiguiendo a Pablo hasta que logre destruirlo.

    Pablo: ¡Ven por mí, ven por mí!.

    La nave dispara todo el tiempo aunque todos los disparos le fallan gracias a que la velocidad con la que Pablo vuela le permite evitar que le lleguen los disparos. Ahora mismo está pasando por el cañón del desierto.

    Pablo: ¡¿Qué estás disparando?!.

    Pablo da vueltas por todos los lados por donde puede pasar.

    Pablo: ¡¿Todavía no me alcanzas?!. ¡Vamos, pequeño, vamos!.

    Pablo continúa volando y esquivando los disparos, pero de pronto, en su pantalla se enciende la alarma que indica que le queda poco combustible al avión. Él continúa volando ignorando la alarma. Los disparos de la nave impactan una parte de la pared del cañón y una enorme roca se cae, pero Pablo pasa al otro lado justo a tiempo. La nave sigue persiguiéndolo hasta que a Pablo se le ocurre una idea cuando ve que más adelante hay camino cerrado.

    Pablo: A ver si puedes volar a ciegas.

    Pablo mueve una palanca y por arriba de los impulsores del avión sale un paracaídas que se desprende del avión y queda atascado en el parabrisas de la nave.

    Pablo: ¡Espero que tengas bolsas de aire!.

    Pablo abre su parabrisas y sale expulsado del avión y el avión se destruye al chocar con la pared de roca. El paracaídas se desatasca del parabrisas de la nave pero lo único que su piloto alcanza a ver, es que se acerca velozmente a la pared de fuego del avión destruido. El piloto de la nave alcanza a evitar chocar frontalmente pero sólo logra elevar un poco su nave y ésta se estrella enteramente con la orilla superior de la pared de roca del cañón y pierde el vuelo terminando en un aterrizaje forzoso para finalmente detenerse. Pablo va cayendo con el paracaídas al suelo con algo de velocidad. Cae al suelo bruscamente pero sale ileso. El paracaídas cae sobre él, él se lo quita de encima y se quita el casco y mira a la nave que quedó inmóvil en el suelo a varios metros de él.

    Pablo: Estúpido bastardo.

    Pablo se levanta y trata de avanzar hacia la nave.

    Pablo: ¡Eso es, te vencí!.

    Intenta avanzar pero todavía tiene enganchado el paracaídas y el paracaídas se quedó atorado en el suelo.

    Pablo: ¡Déjame, déjame!.

    Pablo logra desengancharse el paracaídas y ahora camina hacia la nave.

    Pablo: ¡Mira tu nave, toda estropeada!. ¡¿Quién es el hombre, eh, quién es el hombre?!. ¡Me iré por otro avión y te destruiré junto a tus amigos!.

    Pablo se sube encima de la nave tratando de encontrar dónde está el piloto.

    Pablo: ¿DÓNDE ESTÁS, EH?. ¿DÓNDE ESTÁS?.

    Pablo encuentra una puerta y la abre y ahí aparece el piloto. El enemigo trata de lanzarse encima de él para atacarlo pero Pablo le da un fuerte puñetazo en la cabeza y lo deja inconsciente.

    Pablo: Bienvenido al planeta Oriákles.

    Pablo se sienta sobre la nave dándole la espalda sin preocupación al enemigo.

    Pablo: Esto sí es un encuentro cercano del tercer tipo como dicen en las películas.

    A Pablo se le ocurre algo. Entra ahí y le toma la cabeza al enemigo y le rompe el cuello para estar más tranquilo. Ahora que ese enemigo está muerto, Pablo se devuelve al comando caminando. En el comando, todos los aviones fueron destruidos y ahora las naves aterrizaron en todas partes y sus pilotos han tomado por asalto el cuartel y entraron. Los enemigos disparan rayos de energía de sus manos contra todos los soldados que encuentran. Algunos soldados están armados con rifles de batalla br55hb sr, otros con rifles de asalto m-16, otros armados con carabinas m4, otros con las UZI de nueve milímetros, otros con las Auto Calibre 12 con Cargador y otros con la Diapositiva larga 45 con Rayo Láser. Todos los soldados disparan a los enemigos, pero pese a los esfuerzos, son los enemigos quienes están venciéndolos. La nave nodriza llega, pero en lugar de aterrizar, se queda flotando arriba del comando por ochocientos metros. La enemiga más temida de todos, la misma Unapírium sale de la nave y entra al cuartel. Un enemigo lanza un rayo de energía que atraviesa las paredes hasta la oficina del general y un pedazo de cemento que salió volando de la pared golpea fuertemente a la Sargento Uniqua en la cabeza y cae al suelo. El general se da cuenta y trata inútilmente de despertarla.

    Unapírium: ¡Deténganse ya!.

    Todos los enemigos dejan de matar y al ver esto, los soldados dejan de disparar. Los enemigos toman como un secuestro a todos los soldados que no murieron y les arrebatan todas sus armas. Los soldados ya no pueden hacer nada. El General Austin intenta sentir los latidos cardiacos de la Sargento Uniqua y afortunadamente logra sentirlos, pero eso no le quita el nerviosismo. Si no la salva, Unapírium podría hacerle algún daño.

    Unapírium: Ustedes cuatro, vengan conmigo.

    Cuatro aliados de Unapírium la siguen por todas las paredes agujeradas. Llegan hasta la oficina y al momento en que los aliados ven al general, lo toman como rehén. Unapírium se detiene por un segundo y mira a la Sargento Uniqua, pensando que está muerta. Luego le dirige la mirada al general.

    Unapírium: ¿Eres el líder de todos los que están en este lugar?.

    Austin: A ti qué te importa, vieja bruja.

    Unapírium: Lo tomaré como un sí. Todos están derrotados. Y ahora, éste será nuestro nuevo hogar. Aquí sentí la presencia de quien vine a buscar. Y como estuvo aquí, posiblemente lo conocen. Se llama “Tyrone Kiróka” y vine para destruirlo. Así que ahora dime, ¿dónde está Tyrone Kiróka?.

    General Austin: Sólo te digo que no sé dónde está.

    Unapírium: Oh, con que no lo sabes. Pues creo que puedo creerte, ya que antes de venir podía sentir su energía aquí, pero ya no la siento. No la siento en ninguna parte, ni aquí, ni allá afuera. Pero una pequeña parte de mí me está diciendo que él volverá. No sé cuándo, pero estoy segura de que volverá.

    Unapírium tiene una idea.

    Unapírium: Se me ocurrió una cosa. Todos los que sobrevivieron serán mis esclavos a partir de ahora. Y te propongo un buen trato. Si son mis esclavos, deberán hacer todo lo que yo quiera. Pero si alguno se niega, entonces morirá. Y más te vale que cumplas, o si no, ya sabes lo que pasará contigo.

    General Austin: ¿Tengo elección?.

    Unapírium: No. No hay elección para nadie.

    Ahora, Unapírium les habla a sus dos aliados que tienen retenido al general.

    Unapírium: Tráiganlo y síganme.

    Unapírium se va por la pared agujerada y los aliados la siguen. Pero cuando el cuarto aliado va a salir por la pared, ve que la Sargento Uniqua comienza a despertar.

    Múdi: ¡Unapírium, espere, esta mujer está despertando!.

    Unapírium: ¿QUÉ DIJISTE, MÚDI?. Ustedes dos, quédense aquí con él y no lo suelten.

    Los dos aliados obedecen y Unapírium se devuelve corriendo a la oficina, donde se encuentran sus dos aliados que miran a la sargento. Unapírium entra a la oficina y observa a la sargento abrir los ojos.

    Unapírium: Sujétenla antes de que intente algo.

    Aliados: Sí, señora.

    Los dos aliados levantan a la Sargento Uniqua y la sostienen de los brazos. La Sargento Uniqua despierta completamente y ve a los dos aliados que la sujetan.

    Sargento Uniqua: Oigan, ¿quiénes son ustedes?. ¿Y quién soy yo y en qué lugar estamos?.

    Unapírium: (pensando) No recuerda quién es y no recuerda en dónde está. Eso significa que perdió la memoria.

    Unapírium encuentra una forma de aprovechar esto y continúa hablando en sus pensamientos.

    Uanpírium: Esto puede beneficiarnos después de todo.

    Ahora, Unapírium le habla a la Sargento Uniqua como una mujer educada.

    Unapírium: Querida, ¿estás preguntando quién eres tú?.

    La Sargento Uniqua mira a Unapírium con confusión.

    Sargento Uniqua: Sí. No recuerdo quién soy. Y tampoco recuerdo cómo llegué a este lugar. Todo está destruido aquí, pero no recuerdo haber visto nada de lo que hay aquí.

    El general ha escuchado todo lo que la Sargento Uniqua ha dicho y también se da cuenta de que el golpe que recibió en la cabeza le hizo perder la memoria.

    Unapírium: Bueno, querida, yo sí recuerdo cuál es tu nombre y recuerdo quién eres.

    Sargento Uniqua: ¿Ah sí?.

    Unapírium: Sí, querida. Tu nombre es “Akári” y eres mi hija adoptiva. Pero tú nunca tuviste la costumbre de llamarme “Madre”, así que sólo me llamas por mi nombre.

    Sargento Uniqua: Está bien. ¿Y cómo se llama usted?.

    Unapírium: Yo me llamo “Unapírium”. ¿Lo recuerdas?.

    Sargento Uniqua: No.

    Unapírium: Pues ése es mi nombre. Y también recuerdo que cuando cumpliste dieciséis años, quise que fueras mi sirvienta y tú aceptaste, así que desde el día que cumpliste dieciséis años, eres mi sirvienta personal. Me atiendes para todo lo que necesite y haces lo que te ordeno.

    La ahora falsamente nombrada “Akári” sonríe creyéndose todas las mentiras.

    Uniqua: Entonces está bien.

    Unapírium: Sí. Muy bien.

    Unapírium decide probar su suerte, así que llama a los aliados que tienen al general.

    Unapírium: Ustedes dos, vengan aquí con él.

    Los dos aliados traen al general.

    Unapírium: Veamos qué pasa.

    Los aliados entran con el general.

    Unapírium: Escucha, Akári, escúchame con mucha atención. ¿Recuerdas quién es él?.

    El general sabe que la Sargento Uniqua no podrá reconocerlo.

    Akári: No, no lo recuerdo. Creo que si lo hubiera conocido antes, lo recordaría, pero no lo recuerdo.

    Unapírium: Está bien, con eso es suficiente. Vámonos. Ustedes dos pueden soltarla, no hay peligro. Akári, sígueme.

    Los aliados que retenían a la Sargento Uniqua la sueltan y ella sigue a Unapírium junto a los demás aliados. Unapírium les cuenta a todos sus aliados lo de la idea que tiene.

    Unapírium: Lo primero que quiero que hagan, es que reconstruyan todo este lugar y lo dejen como estaba antes de que llegáramos. Quiero que absolutamente todo lo que hay en este lugar, aquí y afuera de aquí, sea reconstruido. Y si alguno de ellos se opone y si hasta trata de atacarlos, pueden matarlo.

    Los aliados le asienten con la cabeza. Ahora, Unapírium le habla al general.

    Unapírium: ¿Este lugar tiene algún nombre?.

    General Austin: Se llama “Comando Kolímpus”.

    Unapírium: Yo tengo un mejor nombre. Desde hoy se llamará “Comando Déiver”.

    Y así, con el comando Kolímpus ahora nombrado “Comando Déiver”, comienza una pesadilla entera para todos los soldados que no murieron, excepto para la Sargento Uniqua. Dos horas después de haber comenzado todo, Pablo logra regresar caminando al comando. Tres aliados que Unapírium puso como guardias avistan a Pablo y le hablan a Unapírium por un walkie talkie.

    ******: Jefa, aquí llegó uno de los dos que se habían ido volando del comando. ¿Quiere que lo matemos?.

    Unapírium le contesta.

    Unapírium: No, no lo maten. Esclavícenlo también. Llévenlo a donde están los otros y pónganlo a trabajar. Cuando lo tengan dominado, díganles a todos lo que deben hacer.

    ******: Entendido.

    Ahora les habla a otros dos aliados por el mismo walkie talkie.

    ******: Escuchen, llegó uno de los dos que se habían escapado. Tómenlo y esclavícenlo. Llévenlo a donde están los otros y hagan que trabaje.

    ******: Entendido.

    Los dos aliados se acercan a Pablo armados con rifles de asalto M-16. Se le acercan a escondidas sin que él lo sepa. Cuando ya lo tienen a su alcance, lo toman prisionero. Por su actuar y por recordar que nunca los había visto en el comando, él se da cuenta de que son de los que llegaron con Unapírium.

    ******: Escucha, sigue caminando y no te resistas o te vamos a matar. Haz todo lo que te digamos o vamos a matarte.

    Pablo sabe que lo más conveniente para él es obedecer, así que lo hace.

    ******: Pon las manos en la nuca y continúa caminando hasta donde te diga.

    Pablo lo hace y ellos lo llevan hasta los dormitorios donde tienen a todos los soldados y a Tasha y al general.

    ******: Detente aquí.

    Pablo se detiene y ese aliado le habla a los dos que tienen haciendo guardia en la entrada de los dormitorios.

    ******: Éste acaba de llegar de otra parte. Es de este comando. Tenemos órdenes de la jefa de traerlo donde están todos los otros y de esclavizarlo para que trabaje también.

    ******: Métanlo.

    ******: Avanza.

    Pablo entra a los dormitorios y se encuentra con Tasha y el general y todos los soldados esclavizados que no murieron.

    ******: Aquí quédate y no digas nada ni tampoco intentes nada.

    Pablo se sienta al pie de su cama y uno de los enemigos saca unas esposas de ésas que se ponen en los tobillos pero que son lo suficientemente largas para que se pueda caminar teniéndolas puestas.

    ******: Por tu bien, no te resistas o te mato.

    Pablo quiere resistirse a lo que ese enemigo quiera hacerle, pero se aguanta las ganas de hacerlo. El enemigo le encadena los tobillos.

    ******: ¡Todos, levántense!.

    Todos se levantan al mismo tiempo.

    ******: ¡Salgan de aquí y sígannos!.

    Los dos aliados de Unapírium salen para afuera y los sobrevivientes esclavizados los siguen. Sale hasta el último soldado y luego cierran la puerta de los dormitorios.

    ******: ¡Deténganse todos y formen una línea frente a nosotros!.

    Todos obedecen. Llegan muchos otros enemigos que les entregan cubetas y todo lo necesario para reconstruir todas las partes que se destruyeron del comando.

    ******: Con todo lo que tienen, deben reconstruir todas las partes destruidas de ese cuartel. Si no lo hacen, pueden estar seguros de que morirán. Ahora vayan.

    Todos reciben las cosas para la reconstrucción y avanzan hacia el cuartel siendo vigilados todo el tiempo. Llegan al cuartel y comienzan a reconstruir todo por dentro y por fuera. En tanto, después de recorrer doscientos metros más corriendo, Tyrone llega hasta el final de un bosque y cuando sale de ahí, mira hacia delante y se da cuenta de que hay un pequeño pueblo cerca de donde él está. Es un pueblo que más bien parece algo como una tribu, porque hay carpas medianas y grandes y muy grandes y hay gente por todas partes, algunos salen de las carpas y otros entran a ellas. Tyrone siente curiosidad sobre porqué hay una tribu en estos años en los que las tribus ya no existen. Él decide entrar a ver, así que eso hace. Se adentra un poco y de pronto aparece una mujer joven a su lado. Curiosamente, esta mujer está vestida como las otras personas que están ahí. Usan ropas que se usaban en las tribus hace siglos.

    *****: Hola.

    Tyrone se detiene y gira la cabeza hacia la mujer.

    Tyrone: Hola.

    *****: ¿Cómo te llamas?.

    Tyrone: Me llamo “Tyrone Kiróka”. ¿Cómo se llama usted?.

    *****: Me llamo “Josefina Smith”. Nunca te había visto por aquí.

    Tyrone: Debe ser porque yo no soy de por aquí. Vengo de otra parte muy lejana. ¿Dónde me encuentro?.

    Josefina Smith: Estás en el pueblo “Nótimol”. Este pueblo es una tribu guerrera.

    Tyrone: Así que eso es. Una tribu guerrera. ¿Desde cuándo existe esta tribu?.

    Josefina Smith: Desde el año 1.492.

    Tyrone: ¿No hay otros pueblos cerca de aquí?.

    Josefina Smith: Si te fueras de aquí, no encontrarías otro pueblo en muchos kilómetros a la redonda. ¿Quisieras irte?.

    Tyrone: No, quiero quedarme aquí. No sé por cuánto tiempo me quede ni por cuánto tiempo puedo quedarme.

    Josefina Smith: Aquí puedes quedarte por el tiempo que quieras.

    Tyrone: Gracias. Ahora que estoy aquí, quisiera poder conocer a quien sea el jefe de esta tribu. ¿Hay algún jefe en esta tribu?.

    Josefina Smith: Claro que sí.

    Tyrone: ¿Usted lo conoce?.

    Josefina Smith: Claro que sí. Es mi padre.

    Tyrone: ¿A su padre le agradará conocerme, o se enojará porque yo esté aquí sin pertenecer a este pueblo?.

    Josefina Smith: A mi padre le agrada conocer gente. No es como los jefes de otras tribus que les desagrada que lleguen personas de otras partes.

    Tyrone: ¿Puede llevarme con su padre, Josefina?.

    Josefina Smith: Claro que sí. Sígueme a donde yo vaya.

    Tyrone: Está bien.
     
  4.  
    Dietrich

    Dietrich Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    6 Agosto 2011
    Mensajes:
    112
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Poderes, Peleas, Rescates y Amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    3500
    Tyrone sigue a Josefina por diferentes partes. Mientras camina, ve más gente parada afuera de otras carpas. Muchas carpas son medianas y algunas cuantas son grandes y otras pocas son muy grandes. Ellos siguen caminando hasta que llegan afuera de una carpa muy grande.

    Josefina Smith: Es aquí.

    Tyrone: ¿Aquí vive su padre?.

    Josefina Smith: Sí. Es un chamán muy poderoso. ¿Quieres entrar a conocerlo?.

    Tyrone: Está bien. Pero antes dígame otra cosa. ¿Cómo le llaman a su papá?.

    Josefina Smith: Bueno, yo le llamo “papá”, pero en todo el pueblo le llaman “jefe”.

    Tyrone: Está bien.

    Josefina abre la entrada de la carpa y entra y Tyrone entra después de ella y ve que hay más personas sentadas alrededor de un hombre.

    Josefina: Papá, mira a quien me encontré.

    El jefe mira a Tyrone sin poder recordar haberlo visto antes.

    Jefe del pueblo: ¿Por qué no recuerdo haberlo visto antes?.

    Josefina Smith: Es que él es nuevo aquí. Acaba de llegar.

    Jefe del pueblo: Con razón no recuerdo haberlo conocido. ¿Cómo te llamas, amiguito?.

    Tyrone: Soy Tyrone Kiróka. Esta señorita me dijo que usted es el jefe del pueblo y que ella es su hija.

    Jefe del pueblo: Así es.

    Tyrone: ¿En esta tribu son pacíficos o pelean aunque no hayan guerras?.

    Jefe del pueblo: Cuando hay guerras, casi todos van a ellas y pelean. Los que sobreviven regresan a la tribu. Y cuando no hay guerra, somos pacíficos como si fuésemos una tribu de ésas que no son tribus guerreras.

    Tyrone: ¿Y sólo viven aquí o a veces se trasladan a vivir a otros lugares diferentes?.

    Jefe del pueblo: Sólo vivimos aquí. En esta tribu no somos nómades.

    Tyrone: ¿Y hace cuánto tiempo que no han tenido una guerra?.

    Jefe del pueblo: Hace setenta años.

    Tyrone: ¿Le molestaría si le pregunto su edad?.

    Jefe del pueblo: No, claro que no. Si quieres saber mi edad, te la diré. ¿Quieres saber mi edad?.

    Tyrone: Sí, jefe, por favor.

    Jefe del pueblo: Yo tengo sesenta años de edad.

    Tyrone gira la cabeza hacia Josefina.

    Tyrone: Y usted, Josefina, ¿cuántos años tiene?.

    Josefina Smith: Yo tengo 33 años.

    Tyrone piensa para sí mismo.

    Tyrone: Tiene la misma edad que Austin.

    Ahora, Tyrone habla con palabras.

    Tyrone: Jefe, cuando nace alguien en este pueblo, ¿quién entrena a los niños para las guerras que puedan haber alguna vez y a qué edad empiezan a entrenarlos?.

    Jefe del Pueblo: Los niños comienzan a recibir entrenamiento a partir de los trece años y ellos son entrenados por diferentes maestros. Maestros que también están preparados para la guerra. Los niños son entrenados no sólo para pelear, sino también para ser insensibles al dolor.

    Tyrone: ¿Y cuánto tiempo toma entrenar a los niños para las guerras y para que se vuelvan insensibles al dolor?.

    Jefe del Pueblo: Sólo seis meses.

    Tyrone comienza a pensar que si él entrena lo que entrenan en esta tribu, podría volver al comando para pelear con Unapírium y derrotarla.

    Tyrone: Jefe, hay algo que quiero decirle.

    Jefe del pueblo: ¿Y qué es?.

    Tyrone: Bueno, es la razón por la que vine a parar en este pueblo.

    Todos prestan atención a lo que Tyrone va a decir.

    Tyrone: Hace 23 años, cuando yo tenía siete años de edad, escapé para siempre de mi verdadero hogar porque en mi familia tenía una tía que era malvada. Mi padre era el rey del lugar donde yo vivía, pero mi tía quería ser la reina y estaba celosa de que ella no fuera la reina, así que planeó atentar contra mi padre. Ella lo asesinó para tomar su lugar como rey. Mi tía se convirtió en la reina del lugar donde yo vivía porque asesinó a mi padre y sólo asesinando a mi padre podría convertirse en la reina de mi hogar. Como mi padre era el rey de mi hogar, significaba que yo era el príncipe y que si mi padre moría, entonces yo sería el rey de mi hogar. Mi tía lo sabía. Y me enteré de lo que mi tía le hizo a mi padre porque mi madre me lo contó. Y cuando mi tía supo que mi madre me contó eso, también la asesinó. Y sintió que yo era una amenaza para su reinado, así que decidió asesinarme también. Pero yo me fugué de ahí y durante 23 años mi tía nunca me encontró. Como habían pasado tantos años desde que me fui de mi hogar sin que mi tía pudiera encontrarme, llegué a creer que ella nunca me encontraría. Pero hoy, ella de alguna forma que no sé cuál, logró encontrarme en donde estuve en todos estos años. Así que yo volví a irme de donde estaba, porque le tengo miedo a mi tía. Ahora siento deseos de enfrentarme a mi tía para derrotarla y salvar al lugar que ahora es mi hogar, pero no me siento capaz de enfrentarme a ella. Por eso quiero pedirle a usted, jefe, que me deje hacer los entrenamientos que les enseñan a los niños en este pueblo, que me enseñen todas las maneras de pelear que les enseñan a los niños y que también me enseñen a ser insensible al dolor, para que de esa forma, yo pueda enfrentarme a mi malvada tía y recuperar el segundo hogar del que me fui por escapar de mi tía.

    El jefe, Josefina Smith y la gente dentro de la carpa han quedado orgullosos con la decisión de Tyrone. Nunca antes vieron a nadie que quisiera luchar tanto como él por lo que claramente es justicia. El jefe está absolutamente dispuesto a poner a Tyrone a entrenar absolutamente todas las maneras de combate que usan en la tribu.

    Jefe del pueblo: ¿Quieres entrenar ahora?.

    Tyrone: Sí, jefe, por favor.

    Jefe del pueblo: Está bien.

    El jefe manda a llamar a todos los maestros de la tribu y cuando llegan a la carpa, les explica todo y el entrenamiento de Tyrone comienza. En tanto, en el comando Déiver, Unapírium ha decidido algo nuevo, hacer que un soldado del antiguo comando se alíe con ella, así que sale para afuera a elegir a alguien, para que además le hable sobre el comando. Ella es acompañada por dos aliados suyos y mira a los soldados. Como técnicamente sabe que el general es el jefe, aunque ni ella sabe que su rango es el de general, sabe que él nunca se aliaría con ella, así que decide buscar a otro soldado. Los mira uno por uno mientras camina, hasta que elige a Mekano Carter.

    Unapírium: Tomen a ése y llévenlo adentro.

    Sus dos aliados toman de los brazos a Mekano y se lo llevan. El general observa todo sin imaginar porqué se llevan a Mekano ni adónde. Unapírium y sus dos aliados llegan con él a la oficina que ahora es suya. Unapírium sabe perfectamente lo que va a hacer con Mekano. Ella se sienta en la silla detrás del escritorio y analiza a Mekano y de alguna forma que sólo ella posee, se da cuenta de que todo será fácil con Mekano.

    Unapírium: ¿Cuál es tu nombre?.

    Mekano: “Mekano”.

    Unapírium: ¿Y tu apellido?.

    Mekano: “Carter”.

    Unapírium: ¿No te gustaría trabajar conmigo?.

    Mekano: ¿Y por qué debo hacerlo?.

    Unapírium comienza a hablar con Mekano y con todo lo que le habla, increíblemente, logra que él se una a ella. Como Mekano se alió con ella, Unapírium ordena que no esclavicen más a Mekano. El general Austin y sus soldados fueron mantenidos en los dormitorios y en la cuarta madrugada del mandato de Unapírium, Pablo le contó al general Austin que Jimmy y él se habían ido hasta el desierto y que Jimmy murió y que por eso regresó solo. Después de ese día, pasaron seis meses. La fecha actual es once de Septiembre por la mañana. Tyrone logró terminar su entrenamiento y ahora está dispuesto a volver al comando y terminar con lo que sea que Unapírium haya hecho. Ahora, Tyrone está despidiéndose de todos en la tribu.

    Tyrone: Jefe, señorita Josefina, maestros, les agradezco por todo el entrenamiento y por haber sido buenas personas conmigo. Ahora debo partir y hacer justicia contra lo que mi tía le hizo a mis padres y contra lo que debe haberle hecho a mi segundo hogar.

    El jefe de la tribu, Josefina y los maestros y todos los que conocieron a Tyrone están felices porque Tyrone quiera hacer la justicia que corresponde y por haberlo tenido en su tribu.

    Jefe del pueblo: Hasta siempre, Tyrone.

    Josefina Smith: Hasta siempre, amigo Tyrone.

    Todos se despiden de Tyrone y con esa última despedida, Tyrone se va corriendo. Cuando se ha alejado por doscientos metros del pueblo, se detiene y emprende el vuelo hasta el comando. Él sigue manteniendo su energía en cero, lo que le facilitará llegar al comando sin ser detectado por Unapírium. Mientras va volando, se le ocurre ir a otro lado, así que se desvía hacia el Sur. Después de volar por 54 kilómetros, llega hasta el comando Yilíga. Se identifica y pide hablar con el general y los otros tres superiores del comando, lo autorizan y habla con el general y los otros superiores sobre qué pasó y quién está ahora al mando del ex Comando Kolímpus y de inmediato, innumerables cantidades de aviones y tanques emprenden el camino hacia el comando Déiver para derrotar a Unapírium y su ejército. Tyrone vuela hacia el comando nuevamente y llega hasta ahí. Sin ser detectado por nadie, Tyrone llega hasta donde están los guardias que habían avistado a Pablo. Antes de que ellos puedan matarlo, Tyrone los mata primero y por fortuna para él, nadie fuera de ahí se da cuenta. Ahora, comienza a intentar detectar la presencia de los soldados que no murieron. Los detecta en los dormitorios así que se dirige a los dormitorios sin ser visto por nadie. Cuando se aproxima a la entrada, se queda agachado detrás de un arbusto porque ve a los dos guardias. Tyrone les apunta con los dedos índices de las dos manos y les dispara a la cabeza al mismo tiempo y logra asesinarlos. Ahora, se acerca y los agarra a ambos y los esconde detrás de otros arbustos más grandes. Ahora, va sigilosamente hacia la puerta, la abre y la cierra luego de entrar. Encuentra a todos acostados en las camas con la mirada hacia el techo. Nadie mueve la mirada hacia ningún lado porque piensan que debe ser algún aliado de Unapírium.

    Tyrone: Hola de nuevo.

    Todos se sorprenden de escuchar esa voz y se levantan con la mirada hacia la entrada y miran con impacto a Tyrone.

    Pablo: Tyrone, eres tú.

    El general Austin siente que le disgusta verlo, pero al mismo tiempo se alegra y decide dejar de lado su disgusto por ahora.

    Tasha: ¿Dónde estuviste todo este tiempo?.

    Tyrone se aleja de la puerta y les cuenta dónde estuvo escondido y todo lo demás, estando seguro de que el general va a despedirlo del ejército por ese acto tan cobarde que tuvo. El general y Pablo y Tasha quedan impactados cuando Tyrone les dice dónde estuvo escondido en todo este tiempo.

    Tyrone: Austin, estoy seguro de que ahora ya no me quieres en el ejército, ¿verdad?.

    El general y Pablo y Tasha salen de su asombro.

    General Austin: No, no es así. Te necesito aquí, sobretodo porque sólo tú puedes acabar con Unapírium.

    Ahora, Tyrone les cuenta que le pidió ayuda al comando Yilíga.

    General Austin: Que bien que lo hiciste. Nosotros no pudimos derrotar al ejército de Unapírium. Somos muy pocos. Los aviones del comando Yilíga son muy rápidos, así que llegarán pronto para acá. Los tanques quizás lleguen un poco después pero eso no importa. Se me están ocurriendo muchas cosas.

    El general comienza con lo primero.

    General Austin: Todos vayamos hasta el refugio y cuando lleguemos, tomemos las armas que hay ahí. Tyrone, tú estás al mando por ahora, así que llévanos.

    Tyrone: ¿Y qué pasó con Uniqua?.

    El general hizo una pausa por tres segundos.

    General Austin: ,,, Ella perdió la memoria y ahora cree que se llama “Akári”, porque Unapírium la engañó diciéndole que ése es su nombre.

    El general le cuenta rápidamente todo.

    Tyrone: No lo puedo creer.

    Tyrone logra quitarles las esposas de los tobillos a todos y ahora se van hasta el refugio. Todos entran y los primeros dos soldados entran al ascensor. Así lo siguen haciendo hasta que los dos últimos bajan hasta el refugio. Ahora que ya están todos juntos, el general les cuenta todo lo que se le ocurrió.

    Tommy Connor: General Austin, ¿qué es lo que quiere hacer?.

    General Austin: Vamos a organizar un contraataque en contra de Unapírium y todo su ejército.

    Tommy Connor: ¿Un contraataque?.

    General Austin: Sí, un contraataque. Haremos un contraataque y pelearemos contra todo el ejército de Unapírium. En tierra podremos vencerlos mejor que en el aire, pero también tengo una idea para vencerlos en el aire.

    Tommy Connor: General Austin, perdone que lo contradiga, pero un contraataque no se organiza así. Idear un contraataque lleva tiempo, hay que planearlo mucho.

    General Austin: Vamos a hacer récord.

    El general continúa.

    General Austin: Todavía está guardada la nave en la que llegaste a nuestro planeta, Tyrone. Tú entrarás a tu nave con Pablo y llevarán este ordenador de pantalla plana portátil. Ustedes dos volarán hasta la nave nodriza y cuando estén adentro, deberán instalar un virus de ordenador en sus sistemas. Una vez que el virus haya sido instalado, la nave nodriza y todas las naves pequeñas perderán sus escudos y podremos atacarlos con los aviones que construimos y los destruiremos. Cuando nos esclavizaron, nos hicieron ponerles cuatro misiles y muchas cantidades de balas de avión a todos los aviones que nos hicieron construir como los que eran nuestros, así que usaremos todo en contra de ellos para destruirlos. El comando Yilíga nos ayudará a triunfar en esta lucha. Ya verán que ganaremos. Tal vez algunos mueran, pero hay que correr el riesgo. Atacaremos por sorpresa a todos los que podamos atacar en tierra. Seguramente nos atacarán con las naves pequeñas, pero eso no importa. Nosotros tomaremos todos los aviones que nos obligaron a construir. Todos atacarán cuando yo dé la orden y Stanford la repita. Vamos a lograr nuestra liberación de esta esclavitud. Es nuestra liberación o nuestra muerte. ¿Todos están de acuerdo en todo?.

    Todos: ¡Sí!.

    General Austin: Entonces vamos a trabajar. Tomen todas las armas que hayan aquí.

    Todos se ponen en marcha y sacan todas las armas que siempre tienen guardadas en el refugio. El general le entrega ese ordenador a Tyrone y Tyrone lo recibe.

    Tyrone: Austin, ¿por qué Mekano no está aquí?.

    El general hizo una pausa por dos segundos.

    General Austin: , Se alió con Unapírium y supe que él también sabe lo que le pasó a Uniqua.

    Tyrone queda impactado. El comando Yilíga llegará en poco tiempo. El general Austin se quedará con unos pocos soldados en el refugio. Tyrone y Pablo se van del refugio y toman la nave y emprenden velozmente el vuelo hasta la nave nodriza. Como van en esa nave en lugar de ir en uno de los aviones, podrán entrar en la nave sin ser destruidos ni reconocidos. Encuentran una entrada en la nave, pero de pronto, la nave comienza como a volar sola.

    Pablo: ¿Qué está pasando?, ¿por qué la nave hace eso?.

    Tyrone ve que Pablo intenta volver a manipular los controles de la nave.

    Tyrone: No toques nada, no toques nada. Supuse que eso pasaría, nos está atrayendo.

    La atracción los lleva volando hasta la entrada con forma de triángulo apuntando hacia abajo. Pasan volando por lo que parece ser un túnel iluminado y muy grande. Después de pasar por el túnel, llegan a un espacio abierto verdaderamente enorme.

    Tyrone: Deben haber muchísimos aquí. Unapírium supo cómo hacer que el ejército aumentara. Me pregunto que estarán planeando.

    Pablo gira la cabeza y mira a Tyrone.

    Pablo: Creo que están preparando otra invasión.

    Vuelven a mirar hacia delante y ven que se aproximan a la torre de control donde está el piloto que controla la nave nodriza. Pablo comienza a preocuparse.

    Pablo: Esto, esto no me gusta, es estúpido, pueden vernos.

    Tyrone: No, no, no, está bien equipado. Radio AM/FM, sillas reclinables y ventanas opacas.

    Tyrone presiona un botón y puertas eléctricas aparecen de los dos lados y cierran el parabrisas de la nave, impidiendo que ellos puedan ser vistos. La nave es anclada y Tyrone presiona unos botones en el ordenador y en la pantalla aparece “Negociando con los huéspedes”. En muy pocos segundos logran entrar en los controles de los sistemas.

    Tyrone: Entramos.

    Tyrone comienza a presionar unos botones y rápidamente, la instalación del virus comienza. En el refugio, observan una pantalla de los ordenadores donde están viendo todo lo que está pasando con la instalación.

    Stanford: Señor, están instalando el virus.

    El General Austin les habla a los soldados que esperan su orden de ataque y ellos lo escuchan por walkies talkies.

    General Austin: Soldados, el paquete ha sido entregado. Prepárense para el ataque.

    Tasha: Entendido, general.

    Todos recuerdan que Tyrone les habló del súper rayo antimateria que está en la parte inferior central de la nave nodriza y que es el arma principal que las naves grandes como ésa tienen. Todos los soldados están preparados para la orden de ataque. Después de pasar unos segundos, el virus termina de instalarse.

    Tyrone: El virus está dentro.

    Las pantallas de control de la nave nodriza comienzan a pestañear. Stanford le levanta el pulgar al general, a modo de decirle que todo está listo.

    General Austin: Entrega completa. Ataquen.

    Stanford: Entrega completa. Pueden atacar.

    Todos los soldados salen de donde están escondidos y comienzan el fuego a discreción contra todos los enemigos. Los pilotos en los aviones despegan y comienzan a disparar también. De pronto, se escucha otro ruido de aviones en el cielo y muchísimos aviones más aparecen en los radares. Los soldados en tierra miran hacia el cielo. Han llegado los refuerzos, el comando Yilíga ha llegado. Muchas naves enemigas despegan y comienzan a atacar a los soldados, pero el comando Yilíga recibe la orden de ataque.

    General del comando Yilíga: Comando Yilíga, ataquen.

    Ahora llegan los tanques de guerra del Comando Yilíga. Los pilotos de los aviones de los dos comandos y los tanques del comando Yilíga disparan fuego a discreción y los aliados de Unapírium comienzan a morir.

    Tyrone: Bien. Ya terminamos. Vámonos a casa.

    Pablo: Con gusto.

    Pablo toma los controles y abre las puertas del parabrisas y a él y Tyrone se les ocurre saludar al piloto.

    Pablo: Oye, aquí estamos, míranos.

    Tyrone: ¿Cómo estás, eh?.

    Pablo: Adiós. Los queremos mucho y los extrañaremos.

    Tyrone: Adiós.

    Tyrone toma los segundos controles y a través de ellos le dispara rayos de energía al piloto. No lo mata pero sí le destruye los controles de la torre y la nave se desengancha. Rápidamente, Pablo acciona la nave para que vuele hacia la salida, pero tres naves los persiguen y les disparan para destruirlos.

    Tyrone: ¡Nos persiguen!.

    Pablo habla como si no lo supiera.

    Pablo: OH, ¿EN SERIO LO CREES?.

    Pablo vuela mientras logra evadir los disparos. Entran al túnel y vuelan velozmente hacia la salida, pero ambos ven que la salida comienza a cerrarse.

    Tyrone: Mira, mira, se está cerrando.

    Pablo: ¡Cállate, cállate, cállate!.

    Tyrone: Más rápido. Más rápido. Más rápido. Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos.

    Pablo acelera la nave hasta su máxima velocidad mientras grita asustado. Finalmente, logran salir de la nave nodriza justo en el último segundo. La salida se cerró y las tres naves que los perseguían no alcanzan a detenerse y se destruyen al chocar con las puertas.

    Pablo: ¡ELVIS HA DEJADO EL EDIFICIO!.

    Tyrone: Oh, muchas gracias. Te quiero mucho.

    Pablo se relaja.

    Pablo: ¿Ahora adónde quieres ir?.

    Tyrone: Al comando. Voy a ver a Unapírium.

    Pablo: Entiendo, te vas a enfrentar a ella.

    Tyrone: Sí.

    Llueven disparos por todas partes. A algunos aviones se les terminaron los misiles así que disparan con balas. Las balas también logran destruir a las naves enemigas. El general Austin y Tasha salieron del refugio y se fueron al cuartel. Desde el comando se puede ver a la nave de Tyrone regresando, pero nadie se da cuenta porque siguen peleando. Muchos pilotos de avión del comando Yilíga han sido destruidos, pero ahora, la batalla está perdida para el comando Déiver. El comando Yilíga y los soldados del antiguo comando Kolímpus están ganando. Pablo disminuye la velocidad de la nave y la aterriza en una zona segura donde no llegan los disparos. Ambos salen de la nave y Pablo se agarra de Tyrone y Tyrone vuela a setecientos kilómetros por hora, llegando a la entrada del refugio en un segundo. Tyrone entra al ascensor y Pablo lo sigue y bajan hasta el refugio. Cuando llegan abajo, salen del ascensor y se encuentran con Stanford.
     
  5.  
    Dietrich

    Dietrich Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    6 Agosto 2011
    Mensajes:
    112
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Poderes, Peleas, Rescates y Amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    4512
    Stanford: Llegaron.

    Tyrone se pone sentimental.

    Tyrone: Stanford, antes de hacer lo que quiero hacer, quiero pedirte perdón por la forma en que actué cuando supe que Unapírium venía para acá. Estaba demasiadísimo nervioso y no pude controlar mis nervios.

    Stanford: Lo entiendo, Tyrone. Y te perdono.

    Tyrone: Gracias. Ahora, ¿tienes armas?.

    Stanford: Sí. ¿Cuáles quieres?.

    Tyrone: Necesitamos una Ametralladora Automática de Cañón Rotativo M61 Vulcan y muchas municiones. Un Lanzagranadas M79 y un cinturón que pueda portar quince granadas. Un Rifle de Asalto M-16 con doble cargador. Una UZI de Nueve Milímetros y una caja de treinta municiones. Una Diapositiva Larga 45 con Rayo Láser con tres cargadores. Y un Rifle de Asalto HK416.

    Stanford: Entendido.

    Stanford le entrega todas esas armas y Tyrone le da la UZI y la Diapositiva Larga 45 y el Rifle de Asalto HK416 a Pablo, quedándose él con la Ametralladora y el Rifle de Asalto M-16 y el lanzagranadas.

    Pablo: Tyrone, ¿por qué me das estas armas?.

    Tyrone: Necesito un buen compañero y tú eres el único que tengo ahora.

    Pablo: Entendido, amigo.

    Stanford: Buena suerte.

    Tyrone y Pablo: Gracias.

    Tyrone y Pablo meten las armas al ascensor y se hacen un espacio para entrar. Tyrone cierra la puerta y acciona la palanca y se van para arriba. Mientras el ascensor sube, los dos cargan sus armas. Pablo comienza a ponerle balas a la UZI y luego le pone un cargador a la Diapositiva Larga 45 y luego le pone un cargador al Rifle de Asalto HK416. Al mismo tiempo, Tyrone prepara la ametralladora poniéndole la cadena de balas y luego le pone el doble cargador al Rifle de Asalto M-16 y luego se pone el cinturón que porta las quince granadas y saca una y se la pone al lanzagranadas. El ascensor llega arriba justo cuando terminan de cargar las armas y Tyrone abre la puerta y sacan las armas y salen del ascensor y cierran la puerta.

    Tyrone: Pablo, si ves a cualquier enemigo aquí en tierra, no dudes en disparar. Yo me encargaré de dispararles a los que están en el aire.

    Pablo: Entendido.

    Tyrone: ¿Listo?.

    Pablo: Sí, señor.

    Tyrone: Avista a los enemigos.

    Pablo localiza a muchos.

    Pablo: Ya los tengo.

    Tyrone: Dispara ya.

    Ambos comienzan a dispararles a quemarropa a todos los enemigos que encuentran. Durante un largo rato les disparan a todos los enemigos que tienen a la vista. Después de ese largo rato, se les terminan supuestamente todas las municiones.

    Tyrone: Ya no me quedan municiones, pero no importa.

    Pablo: Entonces vamos al cuartel.

    Tyrone deja sus armas y se quita el cinturón de las granadas y Pablo deja la UZI y esconde la Diapositiva Larga 45 entre su ropa y corren rápidamente hacia el cuartel y al entrar se encuentran con el General Austin y con Tasha.

    Tasha: Regresaron.

    Tyrone: ¿Dónde está Uniqua?.

    General Austin: Unapírium la tiene en la oficina.

    Tyrone: Vamos todos.

    Los cuatro corren por los pasillos, pero cuando dan vuelta por otro pasillo, se encuentran cara a cara con Mekano.

    Tyrone: ¿Dónde está mi esposa Uniqua?.

    Mekano: Está con Unapírium. Si quieren que recupere la memoria, yo entregaría eso primero.

    Mekano señala el rifle de Pablo.

    General Austin: Pablo, te ordeno que no lo hagas.

    Pablo gira la cabeza hacia el general y le habla en voz muy baja, logrando que Mekano no lo escuche.

    Pablo: No se preocupe, general, yo tengo un as bajo la manga.

    El general le asiente con la cabeza a modo de decirle que le cree y Pablo gira la cabeza hacia Mekano y camina hacia él y le entrega el rifle.

    Mekano: Bien hecho.

    Pablo se devuelve con los tres.

    Tyrone: Disculpa, ¿qué hay de mi esposa?.

    Mekano: No tiene memoria.

    Tyrone se da cuenta de que Mekano le mintió y se enfurece y trata de agarrarlo para darle una paliza, pero Tasha y el general lo sujetan con mucha fuerza.

    Tyrone: ¡Eres un-- te voy a...!.

    Los dos siguen sujetándolo, logrando impedir que agarre a Mekano.

    Mekano: No debiste intentar eso. Por querer lastimarme, todos morirán.

    Mekano les apunta con el rifle y Pablo sonríe asesinamente.

    Mekano: Sonríes antes de tu muerte. Que admirable.

    Pablo: No sonrío por mi muerte, sino por la tuya.

    Mekano: Que chiflado estás.

    Mekano jala el gatillo, pero no pasa nada. Vuelve a jalar el gatillo, pero sigue sin pasar nada.

    Pablo: Esa arma ya no tiene balas, tonto. Pero ésta sí.

    Pablo mete la mano derecha en su abrigo y extrae la Diapositiva Larga 45 y le apunta a Mekano y le dispara en menos de un segundo en la cabeza y lo asesina. Al ver esto, Tyrone entra en confusión.

    Tyrone: ¿Todavía tenías la Diapositiva Larga 45?. ¿No te habías quedado sin municiones también?.

    Pablo: Yo nunca dije que se me habían terminado todas las balas. No te diste cuenta, pero cuando a ti se te terminaron las municiones, a mí también se me terminaron las municiones con el rifle HK416 y la UZI, pero se me ocurrió reservar la última bala de la Diapositiva Larga 45 para terminar con el traidor. Y como ya vi, mi idea funcionó bien.

    El general queda orgulloso de Pablo por la idea tan bien pensada que tuvo. Ahora, el general le toma el hombro izquierdo y lo gira hacia él y Pablo ve que el general le está sonriendo.

    General Austin: Te espera una medalla de honor por esto, soldado Pablo.

    Pablo se pone muy contento.

    Pablo: Gracias, señor.

    El general le da la mano a Pablo. Tyrone y Tasha también quedaron orgullosos de él.

    Tasha: Pablo, yo también estoy orgullosa de ti.

    Tyrone: Y yo también, Pablo.

    General Austin y Tyrone y Tasha: Felicidades, Pablo.

    Pablo: Gracias, general. Y gracias, Tyrone y Tasha.

    Tyrone: Ahora, quiero encargarme solo de lo último. Quiero rescatar a Uniqua y asesinar a Unapírium solo. Así que si el general lo quiere, váyanse con él al refugio para estar seguros.

    El general se asombra porque Tyrone lo haya llamado “general”, porque desde que se pelearon, Tyrone nunca lo trató con ese respeto y por haberse peleado, nunca le llamó “general”. Los cinco se conocen desde que eran niños, pero después de esa pelea que tuvieron, pareció que Tyrone nunca más le llamaría por una forma respetuosa al general. Los tres le asienten con la cabeza y se van corriendo. Tyrone siente sus presencias mientras se van. Cuando él siente sus presencias dentro del refugio, aumenta su energía al 100%, logrando que Unapírium lo sienta.

    Unapírium: Finalmente está aquí. Es hora de la batalla final.

    Tyrone va corriendo velozmente hacia la oficina de Unapírium hasta que llega y abre la puerta y se encuentra cara a cara con Unapírium. Tyrone la mira con una mirada asesina.

    Unapírium: Creciste mucho luego de tantos años. Al fin estás listo para rendirte.

    Tyrone: No estoy aquí por eso, vieja bruja.

    Unapírium: ¿Ésa es la forma en que me recibes después de tanto tiempo sin verme?.

    Tyrone: Si sabes lo que te conviene, no luches y huye.

    Unapírium: No volveré a mi reino hasta haberte exterminado.

    Tyrone le señala con el dedo índice de la mano izquierda y se le acerca hasta estar delante de ella mientras Uniqua mira todo.

    Tyrone: Pronto veremos quién estará muerto.

    Unapírium le agarra la muñeca izquierda y le sonríe malévolamente.

    Unapírium: Ya maté antes y puedo hacerlo de nuevo, Tyrone.

    Sin ningún miedo, Tyrone le agarra la muñeca a ella y quita su mano de su muñeca con fuerza.

    Tyrone: YA NO TENGO SIETE AÑOS, TÍA UNAPÍRIUM.

    Súbitamente, una imagen aparece en la mente de Uniqua. Ella recuerda a Tyrone diciendo “Unapírium no es sólo mi enemiga. Ella es mi tía.” y cuando recuerda eso, recupera la memoria. La restaurada Sargento Uniqua se va de la oficina velozmente y ambos comienzan a pelear. Llueven golpes y golpes. Uno trata de golpear al otro y el otro evade los golpes y luego trata de corresponder. Primero Unapírium golpea y golpea a Tyrone al mismo tiempo que él logra protegerse de algunos golpes. Pero Unapírium rompe su defensa y lo golpea repetidas veces. Ella continúa golpeándolo hasta que cuando casi logra darle otro golpe de derecha, Tyrone le agarra el puño y sin que Unapírium pueda reaccionar, Tyrone le da un súper golpe que le fractura el pómulo izquierdo y ahora empieza a apuñetearle la cabeza repetidas veces como en una pelea de pandillas callejeras. Tyrone la golpea con izquierda y derecha y viceversa y luego comienza a golpearla en el estómago y luego vuelve a golpearla en la cabeza. Unapírium intenta responder pero Tyrone la está venciendo. Él la agarra de la ropa y la arroja contra una pared y Unapírium queda aturdida y tirada sin moverse. Tyrone sabe que todavía no está muerta. En todo el comando, el Comando Yilíga tiene casi ganada la batalla. La gran mayoría de los enemigos han muerto. Unapírium se tambalea tratando de pararse.

    Tyrone: Hasta nunca, tía Unapírium.

    Tyrone le apunta con las manos abiertas y en un segundo le dispara un rayo de energía que la envuelve por completo. Antes de que el rayo de energía atraviese la pared por la cual se saldrá del cuartel para el exterior, Tyrone termina de expulsar su energía y el rayo desaparece junto con Unapírium. Finalmente, Unapírium ha muerto y después de veintitrés años, Tyrone ha vengado las muertes de sus padres. Afuera del cuartel, la batalla está terminando con el ejército de Unapírium, pero la nave nodriza abre el arma principal.

    General Austin: Están preparándose para disparar su arma principal.

    Tommy Connor: Nosotros los destruiremos primero.

    Tommy vuela con dos pilotos a sus lados y los tres desvían su vuelo hacia el rayo de la nave.

    Tommy: Apuntando doce en punto.

    ******: Santo cielo, están en todos lados.

    Tommy ve que están disparándoles por la espalda.

    Tommy: Bandidos atrás de ustedes.

    Piloto 1: Los veo, los veo.

    El piloto de la izquierda es destruido.

    Stanford: Líderes de escuadrón, revisión de armas. Pilotos del uno al seis.

    General Austin: Ya no hay tiempo. Deben destruirlos ya.

    Tommy: Estoy apuntando al blanco.

    Logra apuntar.

    Tommy: Ya lo tengo. DISPARE.

    Tommy dispara su misil y todos en el refugio miran por el radar a ver si lo logra, pero el misil impacta una compuerta abierta que le sirvió como escudo al rayo y por lo tanto, el disparo falla.

    Tommy: Fue un impacto negativo. Fue I.N., impacto negativo. Se me terminaron los misiles. Piloto 2.

    Piloto 2: Ahí voy.

    El piloto 2 es destruido también.

    Stanford le habla al General Austin.

    Stanford: Señor, se dispararon todos los misiles.

    El General Austin le habla a Tommy.

    General Austin: YA NO HAY TIEMPO, SALGA DE AHÍ, TOMMY.

    Tommy: No hemos terminado.

    General Austin: ALÉJESE DE AHÍ LO QUE MÁS PUEDA.

    Tommy: ¡¿A nadie le sobró un último misil?!.

    De pronto, alguien inesperado llega.

    ******: ¡Perdón por haber llegado tarde, Tommy!.

    El piloto aparece en el radar y en medio de la batalla.

    ******: Me había atrasado un poco allá atrás.

    Tommy: PILOTO, ¿ESTÁ ARMADO?.

    ******: Armado y listo, señor. Voy para allá.

    Este piloto todavía tiene un misil.

    Stanford: ¿Quién es este hombre?.

    General Austin: Póngalo en el altavoz.

    Ponen a ese piloto en el altavoz.

    Stanford: Piloto, identifíquese de inmediato, señor.

    ******: Soy yo. Alexander Black, señor.

    Alexander Black hace el saludo militar.

    Alexander: Yo no iba a decepcionarlo. Sólo quíteme de encima a esos bastardos por unos segundos, ¿de acuerdo?.

    Stanford: De acuerdo. Soldados Tommy Connor, John Rossell y Neo Anderson, vayan y protejan a este piloto, ¿de acuerdo?.

    Los tres pilotos reciben la orden.

    Tommy: Muy bien. Vamos a cubrir al señor Alexander Black. ¡Caballeros, despejen el camino!.

    Los tres pilotos comienzan a disparar balas y logran destruir dos naves.

    Tommy: Los atraeremos y será todo suyo.

    Alexander: JAJA, cuidado, allá voy.

    Alexander Black logra ubicar el blanco.

    Alexander: Lo tengo en la mira. Piloto 7, dispare.

    Alexander presiona el botón para disparar el misil, pero algo falla y el misil no se dispara. Alexander se da cuenta y trata de volver a disparar.

    Alexander: Piloto 7, dispare.

    El misil no se dispara y Alexander ve que su radar dice que el disparo no sucederá.

    Alexander: Está atorado. No va a dispararse.

    Tommy: Maldición.

    Falta muy poco para que disparen el rayo. Alexander piensa en los hijos adolescentes que tiene y decide sacrificarse.

    Alexander: Háganme un favor. Díganles a mis hijos, que los amo mucho.

    Se dan cuenta de lo que Alexander va a hacer. Alexander se quita la máscara de oxígeno.

    Alexander: ¡MUY BIEN, BASTARDOS INFERNALES!. ¡EN EL NOMBRE DE MI RAZA, TODOS MORIRÁAAAAAAAAAN!.

    Alexander vuela a toda velocidad hacia el rayo. Los aliados de Unapírium encienden el rayo y lo preparan para disparar y destruir todo. En la nave nodriza ya se han enterado de que Unapírium y casi todos los suyos han muerto así que no les da importancia que los suyos en tierra también mueran.

    Tommy: Buena suerte, amigo.

    Los enemigos lanzan el apuntador hasta el suelo para ubicar la puntería.

    Alexander: ¡Hola, chicos!. ¡AQUÍ ESTOOOOOOOOOOY!.

    Y justo en el último segundo, cuando los enemigos iban a disparar, Alexander impacta el rayo y lo destruye y el rayo explota y seguidamente, la nave entera comienza a incendiarse.

    Tommy: ¡Lo hizo!. ¡El gran combatiente lo hizo!.

    En el refugio gritan de alegría y en todo el comando miran lo que pasa con la nave nodriza y también gritan de alegría. Finalmente, ya todos los enemigos han muerto. La batalla ha terminado con el Comando Yilíga victorioso. Los disparos terminaron y todos los aviones aterrizan donde pueden. La nave nodriza comienza a ir hacia delante y seguidamente comienza a caer a tierra. Ahora que todo terminó, Tommy Connor le habla al General Austin por un walkie talkie.

    Tommy Connor: General Austin, ¿puede escucharme?.

    General Austin: Sí, Tommy, adelante.

    Tommy Connor: Todo ha terminado. Hemos ganado. Ya puede salir del refugio.

    General Austin: Entendido.

    Todos los enemigos dentro de la nave nodriza están muertos. La nave cae a tierra a muchos metros de distancia del comando. El general y Stanford entran al ascensor y suben a la superficie y cuando salen del ascensor, se encuentran con la Sargento Uniqua, quien les hace el saludo militar al tenerlos delante de ella.

    Sargento Uniqua: Saludos, General Austin. Saludos, Stanford.

    General Austin: ¿Eres tú, Sargento Uniqua?.

    Sargento Uniqua: Sí, señor, he vuelto.

    El general queda muy sorprendido y también Stanford y a la vez quedan felices por darse cuenta de que la Sargento Uniqua recuperó la memoria. Durante un rato, el ascensor sube y baja trayendo a los demás. La Sargento Uniqua los saluda a todos y Pablo y Tasha se alegran inmensamente de que Uniqua haya recuperado la memoria. Ahora, Tyrone llega con ellos.

    Tyrone: Asesiné a Unapírium. Hemos terminado todo.

    El General Austin camina hacia Tyrone llevando una hermosa y alegre sonrisa.

    General Austin: Tyrone,, felicidades.

    Tyrone se da cuenta de que el general ya no sigue enojado y le da la mano.

    Tyrone: Gracias, General Austin.

    La Sargento Uniqua, Pablo y Tasha y Stanford se alegran mucho de ver que finalmente, el general y Tyrone terminaron de estar enojados uno con el otro y se reconciliaron.

    Sargento Uniqua: Tyrone, ya volví.

    Al oír que ella lo llama por su nombre, Tyrone se da cuenta de que Uniqua recuperó la memoria y se emociona inmensamente. Los dos se abrazan con una alegría increíble. Luego de tres hermosos segundos, rompen el abrazo.

    Sargento Uniqua: Si me preguntas cómo recuperé la memoria, cuando dijiste que ya no tienes siete años y llamaste “tía” a Unapírium, recordé cuando dijiste que Unapírium no es sólo tu enemiga, sino que es tu tía. Así recuperé la memoria.

    Los dos vuelven a abrazarse y luego dejan de hacerlo y se besan por cuatro apasionantes segundos.

    General Austin: Reconstruir todo el cuerpo militar del comando me llevará un tiempo.

    Tyrone y Uniqua dejan de abrazarse.

    Tyrone: Lo sé, amigo.

    General Austin: Es la única vez que esto-- ¿amigo?. ¿Me llamaste “amigo”?.

    Tyrone: Sí. Eso hice.

    General Austin: ¿Sabes hace cuánto tiempo que no me llamabas “amigo” en lugar de sólo “Austin”?.

    Tyrone: ¿Bastante?.

    El general abraza a Tyrone. Hacía mucho tiempo que no estaba contento de escuchar a Tyrone llamarlo “amigo”. Tyrone le corresponde el abrazo.

    Pablo: Que hermoso. Después de tanto tiempo, por fin se reconciliaron.

    Tasha: Sí. Por fin pudimos ver lo que nunca antes pudimos presenciar.

    El general y Tyrone dejan de abrazarse y la Sargento Uniqua se acerca a ellos.

    Sargento Uniqua: Nos alegra que por fin dejaran de estar enojados.

    El general y Tyrone hablan para sí mismos.

    General Austin y Tyrone: Igual a mí.

    La Sargento Uniqua abraza a Tyrone y él le corresponde el abrazo. Mientras se abrazan, se besan tiernamente en sus bellas bocas por cuatro segundos.

    Tyrone: General Austin, ¿qué era lo que decía?.

    General Austin: Que es la única vez que esto pasaba. Nunca antes había ocurrido algo que me hiciera tener que reconstruir a todo mi ejército. ¿Y quieres que te diga una cosa, Tyrone?.

    Tyrone: ¿Qué cosa?.

    General Austin: Como tú derrotaste a Unapírium, también te ganaste una medalla. Tú y Pablo se han ganado medallas de honor por lo que han hecho.

    Tyrone se pone igual de contento que Pablo.

    Tyrone: Gracias, señor. Muchas gracias.

    General Austin: Y ahora, te pido algo que debí pedirte hace mucho tiempo. Te pido tu perdón por haber sido severo y mala persona contigo por todo este tiempo.

    Tyrone se asombra porque el general le pida perdón por su severidad y su cero amabilidad hacia él. Por tres segundos se queda quieto como estatua, pero después reacciona con una sonrisa.

    Tyrone: Sí, señor, lo perdono por siempre.

    Por un segundo, el general queda con cara de asombro pero después reacciona con una sonrisa también.

    General Austin: Gracias, amigo.

    Tyrone: De nada, general amigo. Y yo también le pido perdón a usted por lo mismo y por haberle faltado el respeto en ese día antes que Unapírium llegara.

    General Austin: Sí, también te perdono por siempre.

    Tyrone: Gracias, señor.

    Los dos se sonríen y se dan la mano. A las tres de la tarde, Tyrone y Pablo son celebrados. El General Austin volvió a renombrar al comando como “Comando Kolímpus”. Ahora, ellos van caminando en medio de todos los soldados del Comando Kolímpus y el Comando Yilíga, hasta que se detienen estando a varios metros del General Austin y la Sargento Uniqua. Dos segundos después, continúan avanzando. Los soldados se giran hacia donde los dos soldados caminan juntos. Los dos suben unos cuantos escalones y se paran delante del General Austin y la Sargento Uniqua. El general toma una medalla y la sargento toma la otra medalla y se las colocan al mismo tiempo. Tyrone y Pablo se giran hacia la enorme multitud de soldados y todos les aplauden. Un día después, todo es normal nuevamente, pero no todo es completa felicidad porque Tasha se da cuenta de algo que no tomaron en cuenta.

    Tasha: Tyrone, si Unapírium era la reina de tu planeta y tú la asesinaste, eso significa que ahora, tú eres el rey de tu planeta.

    El general, la sargento, Pablo y Tasha se dan cuenta de que Tasha tiene razón y se apenan.

    Tyrone: Tienes razón, Tasha.

    La Sargento Uniqua se entristece porque no desea para nada perder a su esposo y el general y Pablo y Tasha están apenados porque no quieren perder a su amigo, pero todos saben que si Tyrone quiere volver a su planeta, entonces debe hacerlo aunque se opongan.

    Uniqua: Si tú quieres volver a tu planeta, entonces puedes irte. ¿Ves hacia allá?.

    La Sargento Uniqua señala la nave en la que Tyrone había venido al planeta.

    Tyrone: Sí.

    Sargento Uniqua: Es tu transporte. A ti te corresponde tomar el lugar de Unapírium como rey de tu planeta. Si lo deseas, toma tu nave y vete para siempre.

    Pablo: Yo no quisiera que te vayas, pero es lo que debes hacer. Ahora eres el rey de tu planeta así que te corresponde ir y reinar como tenías que haberlo hecho hace veintitrés años.

    General Austin: Si te vas, Tyrone, te juro que nunca te olvidaré. Y aunque no te fueras, yo nunca volveré a enemistarme contigo.

    Tyrone se gira hacia la nave y da diez pasos hacia ella, pero de ahí no avanza más. Gira su cabeza hacia los cuatro, quienes lo miran muy apenados porque no quieren que se vaya. Él vuelve a girar la cabeza hacia la nave y la mira por cinco segundos, pero en lugar de avanzar hacia ella para irse, extiende la mano derecha hacia la nave y dispara un rayo de energía y la destruye por completo. El general, la sargento, Pablo y Tasha quedan sorprendidos porque él destruyó la nave en lugar de abordarla para irse. Tyrone se da media vuelta y regresa con ellos.

    Tyrone: No pienso ir a ningún lado. No me iré de aquí. Aquí es mi casa y ustedes son mi familia. Aquí es donde quiero quedarme para siempre y aquí es donde siempre me quedaré. Nunca me iré de aquí. Seguiré aquí en el ejército hasta que me jubile. Me quedaré con ustedes por siempre.

    Los cuatro lo miran con caras de asombro. Están más sorprendidos que antes porque Tyrone eligió quedarse y al mismo tiempo sonríen porque están verdaderamente felices. Pero la felicidad del general y Pablo y Tasha se convierte en un asombro bastante grande porque vuelven a recordar dónde les dijo Tyrone que estuvo escondido.

    General Austin, Pablo y Tasha: TYRONE, ¿DIJISTE QUE HABÍAS ESTADO EN NÓTIMOL?.

    La Sargento Uniqua se impacta al escuchar ese nombre.

    Sargento Uniqua: ¡¿Estuviste en Nótimol?!.

    Tyrone no entiende por qué se asombran tanto.

    Tyrone: Sí, ahí estuve. ¿Por qué actúan con tanto asombro?.

    Todos: Es que no podemos creer que estuviste ahí. Nótimol no existe desde hace cientos de años.

    Ahora, Tyrone es quien no puede creerlo.

    Tyrone: ¿Cómo que no existe?. Yo estuve ahí. Y me parece tan extraño que exista una tribu guerrera en estos años en que las tribus ya no existen.

    Pablo: Déjenme que yo se lo cuente por favor.

    General Austin, Sargento Uniqua y Tasha: Está bien.

    Tyrone: ¿Qué me vas a contar, Pablo?.

    Pablo: La historia de Nótimol.

    Tyrone: ¿Historia?.

    Pablo: Sí.

    Tyrone: ¿Y cuál es esa historia?.

    Pablo: La historia es que ese pueblo verdaderamente existió, pero fue hace cientos de años. Esa tribu existió desde el año 1.492, pero terminó de existir en 1.600. La razón de porqué dejó de existir, es porque en 1.600, un incendio destruyó a todo ese pueblo. El jefe de ese pueblo era un chamán muy poderoso que cuando la tragedia ocurrió, tenía sesenta años. El jefe del pueblo tenía una hija llamada “Josefina Smith”. Josefina Smith tenía 33 años cuando el pueblo entero murió. Era un día de tormenta eléctrica. Era un día en que la gente descansaba en sus carpas y otras personas estaban fuera de sus carpas. En la tarde de ese día, un rayo le pegó a la carpa del chamán de ese pueblo y el fuego se expandió verdaderamente rápido a todas partes. Nadie en el pueblo pudo salvarse. Toda la gente de ese pueblo murió ese día. Desde ése entonces, la tribu Nótimol no existe.

    Tyrone: Estoy verdaderamente impactado por eso. Significa que durante todo el tiempo que estuve ahí, tuve una experiencia paranormal.

    Todos: Así es.

    Tyrone se relaja del impacto y todos también.

    Tasha: Oye, Tyrone, cuando te fuiste del comando, ¿Unapírium fue a buscarte?.

    Tyrone: No. Cuando Unapírium llegó y me fui, no disminuí mi energía hasta dejarla en mínimo. Esa vez desaparecí toda mi energía por completo. Bajé mi energía hasta dejarla en cero por ciento.

    Tasha: Entonces si tenías tu energía en cero por ciento, ¿no podías usar tus poderes ni volar?.

    Tyrone: No, Tasha. Aunque mi energía estuviera en cero por ciento, yo podía seguir usando mis poderes y también podía seguir volando. La raza a la que pertenezco puede usar el vuelo y los otros poderes aún cuando nuestra energía está en cero por ciento.

    Tasha: ¿Y en tu planeta bajaban su energía hasta el cero por ciento?.

    Tyrone: Sí.

    Tasha: ¿Y por qué lo hacían?.

    Tyrone: El único motivo era para no ser detectados. Sólo por eso lo hacíamos.

    Tasha: Ya entiendo.

    Pablo: Tyrone, ¿qué nos habías dicho cuando nos contaste cómo conociste a la Sargento Uniqua y a sus padres?.

    Tyrone: Cuando llegué a este planeta, aterricé mi nave en donde supe que siempre estaría oculta y donde sólo yo sabría dónde estaba. Dejé la nave ahí y estuve solo, hasta que Uniqua y sus padres me encontraron. Les dije que estaba solo porque no conocía el lugar donde estaba y me adoptaron. Me dejaron quedarme siempre con ellos y lo hice. Desde el momento en que salí de mi planeta, había disminuido mi energía para evitar que Unapírium me encontrara. Un día después, les dije a Uniqua y sus padres toda la verdad sobre mí. Y ellos me creyeron porque sus padres eran creyentes en la existencia de extraterrestres. Uniqua también era creyente en eso desde los cuatro años. No necesité darles ninguna evidencia porque me creyeron desde el principio. Y el mismo día que les dije la verdad sobre mí, les di demostraciones de mis poderes y se impactaron por lo que yo podía hacer, pero eligieron mantenerlo como un eterno secreto. Decidieron no contárselo nunca a nadie más y que sería un secreto que se llevarían a la tumba. Después de ese día, cuando los conocí a ustedes tres, les conté toda la verdad y me creyeron.

    Pablo: Lo último sí lo recuerdo.

    General Austin: Yo también.

    Tasha: Yo también.

    Sargento Uniqua: Yo también.

    Después de unos meses, llegaron muchísimos más soldados al Comando Kolímpus y al Comando Yilíga y el cuerpo del ejército se restauró. Esa victoria fue recordada eternamente y pasó a la historia. Después que el General Austin y Tyrone se reconciliaron, nunca más volvieron a pelear y el general nunca más volvió a ser severo con Tyrone. Desde esa vez, siempre fue amable con él y Tyrone también fue amable con él y siempre lo trató con verdadero respeto y nunca volvió a faltarle el respeto de ninguna manera y el general nunca más volvió a castigarlo con nada. Desde el día que se reconciliaron, el general les dijo a su sargento y a sus tres soldados que de ahora en adelante les permitía a Tyrone y Uniqua dormir juntos dos veces a la semana y que siempre los dejaría. Primero, la Sargento Uniqua duerme todas las noches de Lunes con Tyrone en los dormitorios y en las noches de Jueves Tyrone duerme con la sargento en el cuartel. El General Austin siempre se los permitió y nunca les quitó esa autorización. Tyrone tomó su experiencia paranormal como algo positivo y vivió con la marca de esa experiencia para siempre. Y todos vivieron por siempre felices en el Comando Militar Kolímpus.

    FIN
     
    Última edición: 25 Febrero 2014
  6.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    4 Mayo 2010
    Mensajes:
    1,177
    Pluma de
    Escritora
    ¡Hola! A ver, antes que nada, ¿recuerdas que te pedí informe de la serie en la que los personajes se basaron? Bueno, como leí el primer capítulo solamente y muy a mi parecer todo era original, me preguntaba, ¿por qué lo pone en esta sección del foro, entonces? Y es que no me gusta leer fanfics cuando no tengo una imagen mental de personajes que ya existen. De allí que, cuando me diste la información, tuviera que investigar en internet pues en el momento no supe de quiénes se trataba XD Cuando lo hice, me dieron ganas de pegarme un tiro. Ps, ¡claro, los Backyardigans! Una de mis series favoritas de la infancia (ya no tan infancia en realidad; más bien preadolescencia) y que aún me encanta ¡¿cómo pude olvidarla?! En serio que casi me doy un golpe por tonta.

    Al saber esto, fue inevitable para mí continuar leyendo hasta el final de este fic; además, tenía curiosidad por saber cuáles escenas de la película "El día de la Independencia" y "Kung fu Panda" usarías. Bueno, saber que Tyrone y Uniqua estaban casados aquí me pareció extrañamente gracioso; no malo, pero gracioso. Quizás como nunca los imaginé así, me resultara extraño, pero bueno. He decir que me los proyecté mentalmente muy diferentes a como son en la serie; humanizados con características de ellos mismos como el color de ropas y cabello o estilo de vestimenta, pero nah, ¡qué más da!

    La historia me gustó; supiste como mantenerme en ella y eso se debe a la forma de narrativa que usas; si bien, te esforzaste por describir las cosas y las situaciones, no resultó una descripción terriblemente agotadora o tediosa y eso me permitió leer sin contratiempos. El que no tuvieras faltas ortográficas ayudó un montón. Diría que no hubiese estado mal que profundizaras a la hora de describir más el sentir de los personajes en ciertos momentos, como cunado Pablo ve a su camarada Jimmy morir, o cuando Tyrone descubre que Uniquia perdió la memoria; Al final, son cuadros en la vida de cualquiera que impactarían bastante. Sin embargo, no seré estricta en cuanto a ello dado que el género en el que está basado es acción épica, por lo que importan más las escenas de lucha y ciencia ficción; por lo que muy bien.

    Conseguí distinguir, creo yo, todas las escenas de la película de la Independencia. Cuando descubren que las navecillas de los invasores no pueden ser destruidas por el escudo protector; cuando Pablo intenta evadir a la nave que va tras él y lo consigue soltando eso del paracaídas para hacer que choque la nave enemiga y al dirigirse a ésta como el machoman que es, sale el individuo y lo golpea en la cabeza (ja, imaginarme a Pablo actuando como el personajes que interpretó Will Smith en ese film, me mató XD); la otra es cuando Tyrone y Pablo van a la nave nodriza a inyectar el virus para desactivar el escudo. ¿Estoy correcta? Espero que sí. Eso sí, las escenas tomadas de Kung Fu Panda no las hallé. Será que no recuerdo la película, sí la vi, pero no la recuerdo porque nomás no se me hizo ver una escena igual o parecida. En fin.

    Todos los personajes muy carismáticos. Hasta Unapírium me pareció interesante; quizás sea el hecho de que no hubiera lastimado realmente a todo el comando, sino que hasta decidió hacer un trato con ellos y rehacer parte de las instalaciones dañadas. Siento que si no fuera porque anhelaba con locura el puesto de reina en su planeta, en realidad habría sido una persona... con la cual tratar XD. Pablo se llevó la medalla de honor de mí al volverse mi personaje favorito en este fic XD. Fue tan genial que... uy. El comandante Austin también me gustó mucho. Por cierto, esto si te reprocho. Creo que Tasha, Uniqua y Austin debieron cumplir un papel más importante en la historia. No digo que no hubieses dejado a Tyrone y Pablo como héroes, pero los otros tres debieron hacer algo más que simplemente damas y caballeros en peligro. No sé, un trabajo en equipo así bien chulo por parte de los cinco habría ido bien. Me convencí de eso mayormente cuando leí que los cinco eran amigos de la infancia. Creo que el género de la amistad habría quedado más solidificado.

    En general, me gustó todo. El final, claro, debía ser el feliz que tanto exiges y te fascinan. Los enemistados se volvieron grandes amigos de nuevo; Unapírium dejó de existir y ser una amenaza para nuestro amigo Tyrone; éste se quedó junto con sus camaradas rechazando su puesto legal como futuro rey de su planeta y vivió encantado al lado de su esposa Uniqua, con quien ya podría dormir dos noches a la semana XD Jajajaja, este detalle también me hizo reír a lo loco. Muy bueno, muy bueno. Ahora sólo te hago unas preguntitas. ¿De dónde sacaste los nombres que utilizaste aquí para los otros personajes y las bases y el comando y eso? ¿Invención tuya también o tomados de algún otro lado? Igual, ¿dónde obtuviste el nombre de tantas armas o.o? Conozco algunas de las mencionadas por videojuegos, pero acá pones muchísimas. ¿Cómo las obtuviste? Esta principalmente me interesa que me la respondas porque puede que las necesite en un futuro para alguna historia :rolleyes:

    Ya pues, me voy o te va a dar pereza leer tanto. Ah, sí, otra cosa. Si haces un fic de los Backyardigans otra vez, no te lo pienses dos veces e invítame que leo y comento. Lo mismo, dime si mis comentarios sin fin te molestan que me esfuerzo por resumirlos. Sé honesto conmigo como veo que eres; me gusta la sinceridad. Ahora sí, me despido agradeciendo la invitación. Te me cuidas mucho.;)

    Hasta otra.
     
  7.  
    Shayury

    Shayury Guest

    Hola!
    Gracias por invitarme y siento no haberte comentado antes. Tengo que empezar a decirte dos cosas antes de darte mi opinión sobre esta historia. La primera es no me gusta nada el tema de militares y guerras (puedo soportar las antiguas, pero no las modernas) y puede que por eso me haya resultado pesado. La segunda es que no puedo juzgar o aconsejarte en la forma narrativa que has escrito la historia, pues no se cual has utilizado y no se si esta bien o mal. Apartando estas dos cosas puedo decirte que tu forma de narrar ha sido clara.

    En cuanto a los personajes los que más me han gustado ha sido la tía de Tyrone, es decir, Unapírium. Me ha encantado ese personaje por sus palnes, uno de ellos no matar a los soldados y dejarlos como esclavos o cuando decide no matar a la sargento Uniqua y convertirla en su sirviente. Otro personaje que me ha gustado bastante ha sido Pablo por como era. Me lo imagino sonriendo y bromeando hasta en algunas situaciones malas. Otro personaje que me ha gustado ha sido que ha destruido la nave nodriza sacrificándose. No se muy bien porque me ha gustado, puede ser porque ha preferido su muerte antes de la de sus compañero aun teniendo una familia esperándolo en casa. Se a comportado como un héroe, igual que Jimmy, que se ha sacrificado salbando a su amigo. Creo que el unico personaje que no me ha gustado ha sido la sargento Unique. Me ha resultado un personaje neutral, es decir, que no hubiera estado no hubiera pasado nada.

    Cuando has llamado la atención ha sido la invasión alienigena eso es lo que me ha enganchado de nuevo y también otro de los sucesos que me ha gustado ha sido cuando Tyrone va a la tribu guerrera. Me he llevado un chasco al saber que eran fantasmas. :( Pero a la vez me ha gustado que lo fueran. Otra cosa que me ha gustado ha sido la historia de Troyne, como perdió a sus padres (asesinados por su tía) y como tuvo que huir de su planeta para ponerse a salvo.

    Espero no haberte ofendido con mi comentario.

    Adiós!! =)
     
    Última edición por un moderador: 23 Agosto 2013

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso