The Hunger Games La vida aquí nunca es facil

La vida nunca, pero nunca es fácil, era una frase que escuchaba mucho aquí en el distrito 12, ya había llegado a comprobarlo, pero no tanto como los demás, eso se debía a mi posición como mascota, si amigos, una mascota.


—Arriba Lady, a trabajar —es lo primero que escuchó decir antes de abrir los ojos, enseguida al recuperar mi vista la primera persona que veo es a mi dueña Prim lista para comenzar otro día de trabajo.

Les explicare, me llamo Lady y si no lo saben soy una cabra, suena a que llevo un difícil estilo de vida ¿verdad?, pero gracias a mi dueña mi vida ha sido más cómoda en muchos sentidos, al despertar cada mañana nos ponemos a trabajar, al ser una cabra que produce leche ella se encarga de hacer varios quesos y yogurt con ello, no es gran cosa, pero siempre veo a Prim trabajar tan duro y gracias a ese trabajo mi vida es mucho mas fácil ya que se encarga de darme todo lo que necesito y me alegro poder ayudarla, lo único que me molesta es que ese bueno para nada Buttercup también se beneficia y a poco ayuda con el negocio, pero en fin, esa es otra historia.

—Listo Lady —escuchó decir a Prim tomando un balde ya lleno de leche— Sera suficiente por ahora, te aviso cuando necesite más —como no puede entenderme solo suelto un ´´be´´ con la confianza de que entienda que estaba bien y viendo como volvía a trabajar, voy a tomar una siesta mientras ella se encarga de preparar todo para su siguiente salida. Al poco rato de terminar Prim se despidió de mí y salió de la casa para poder vender lo que había hecho hoy.

En verdad quería a Prim, era una niña muy buena y atenta, y gracias a que ella me cuidaba y me daba un uso productivo podía llevar una vida tranquila, lo que es más que bueno si vives en el distrito doce, si salgo de aquí, sin duda no le recomendaré a nadie que venga acá de vacaciones. Mientras mis pensamientos divagaban alguien había entrado a la casa y antes de que me diera cuenta ya había entrado a la habitación.

—¡Oh! Hola Lady —la que había entrado era Katniss, la hermana mayor de mi dueña, me alivie al verla pasar y de cierta forma también estaba alegre, Katniss era muy linda y se debía saber que era tan linda como fuerte, en el distrito doce había muchas personas con malas intenciones que podían robarte en cualquier momento y eso me preocupaba al momento en que Prim salía a vender el queso, pero ya todos sabían que no era buena idea ya que cualquiera que se metía con Prim se metía con Katniss y ese era un gran error.



Paso otro rato, hasta que volví a escuchar que la puerta se abría y espere a que esa persona entrara a la habitación, espero adivinar esta vez quien es.

—Regresé —Prim había vuelto, me quede observándola feliz al ver que había regresado sin ningún problema, luego de haber saludado a Katniss ella vino directo hacia mí— Me fue bien, así que necesitaré un poco mas hoy ¿de acuerdo? —un momento ¿había escuchado bien? Fue un buen día, esa noticia era estupenda, era raro que se vendiera mucho, y que haya vendido todo lo que hicimos hoy era todo un logro aquí, Katniss también se alegro por Prim empezando así una larga conversación, paso media hora y Katniss tuvo que salir de nuevo, aprovechando esto mi dueña se puso a trabajar para ver si podía vender algo más, si tienes suerte por aquí es mejor aprovecharla, nunca sabes cuánto te va a durar.



Al poco rato que Katniss se marchará, pude escuchar a otra persona entrar por la puerta, yo y Prim nos alarmamos un poco, no pudo ser Katniss al irse hace tan poco, esperamos un poco y vimos entrar a un hombre a la habitación, vi poco de él ya que era bastante alto y apenas alcanzaba a ver su rostro pero destacaba su delgadez y podía ver algunas cicatrices en su rostro.

—Disculpe ¿Es usted Primrose? —preguntó aquel hombre con un tono de voz alto pero que alcance notar algo de fatiga.

—Sí, soy yo ¿para qué me necesita? —le respondió cortante mi dueña, tampoco le agradaba que haya entrado a la casa sin nuestro permiso.

—Escuche que usted vendía quesos y me gustaría comprar algo —escuché su respuesta, al principio me emocione, pero por alguna razón también sentí que había otra razón aparte de ello.

—Por ahora no tengo más, tiene que volver en otro momento —era verdad, en ese momento estábamos haciendo más y tomaría tiempo.

—¿En serio no tiene nada guardado? En verdad lo necesito —ese sujeto empezaba a mosquearme, era demasiado insistente para querer comprar solo un poco de queso, Prim suspiro algo fastidiada al igual que yo.

—Está bien… voy a ver, acompáñeme —se llevo al hombre a la otra habitación esperando que hubiera algo guardado de hace días esperando que con eso se conformara, trate de calmarme pensando que nada malo iba a pasar, desafortunadamente… me equivoque, fuí sorprendida por alguien, no alcance a ver quien pero antes de darme cuenta me había atrapado en el interior de un saco.

Traté de resistir, me moví y hice tanto ruido como pudé esperando que alguien me oyera, pero parece que nadie me escucho y pude sentir como aquella persona que me había atrapado comenzaba a correr frenéticamente.

—¡Lady, Lady! —escuchaba gritar a Prim mientras me llevaban, su tono era desespera y sabia que no podía hacer nada, me sentí culpable, me atraparon sin problema sin que yo haya podido hacer verdadera resistencia, lo que menos quería es ser una carga para Prim y ahora me preocupa que pueda pasar si ella me busca…




Paso el tiempo hasta que por fin la persona que me cargaba dejo de correr, dio una larga carrera corriendo y de ello empezó a jadear bastante, y como podía oír no estaba solo, había otra persona con él y yo estaba casi segura que era la misma persona que pretendía comprarnos hace poco.

Me tiraron al suelo, no sin antes amarrar el saco donde me tenían para no escaparme, trate como pude pero no lograba nada, sin poder hacer nada más solo pude escuchar como esos hombres hablaban, escuche como hablaban de Katniss y me sorprendía que no siguieran corriendo como locos, en ese momento me sentía extrañamente tranquila lo que me hizo mantenerme quieta por un tiempo.


Rato después el sujeto recogió el saco donde estaba, parecían listos para irse y eso me alarmó, nuevamente intenté escapar pero era inútil, nada funcionaba, estaba preparada para resignarme en aquel momento.

—¿Qué es eso? —guardé silencio para escuchar y tratar de saber de que hablaban esos dos.

—Parece un gato… —escuche decir del otro y me extrañe al escuchar que mencionaron a un gato, en ese momento algo paso, no estaba segura que había sido pero la persona que me llevaba cayó de espaldas por algo soltándome de una manera estrepitosa, mientras gritaba con fuerza por el daño que supuestamente le había provocado el gato en el rostro. Él otro parecía algo intimidado pero parecía que iba a patear al gato pero al igual que su compañero también fue atacado por algo que por ahora no reconocía.

Abrieron la bolsa y pude salir, fui la cabra más feliz del mundo al ver que era Prim la que abrió la bolsa, me abrazó enseguida y si ese momento hubiera tenido brazos le hubiera correspondido. Miré alrededor para saber que paso y lo que vi fue algo más impresionante de lo que esperaba, el perezoso gato Buttercup se encontraba encima del sujeto que me llevaba, este yacía inconsciente en el piso y el gato se estaba lamiendo la patita sobre su pecho.

El otro sujeto no me sorprendió mucho, la razón del anterior grito era que Katniss le había disparado una flecha en la pierna para evitar que lastimarla a Buttercup y al parecer por otra cosa termino inconsciente.


—Qué bueno que estas bien Lady… —estaba muy feliz, Prim me abrazo de nuevo lo que me hizo sentir ya segura, nunca creí que el perezoso de Buttercup ayudara en mi rescate, aunque siempre supe que era muy arisco no lo pensé, pero en ese momento gracias a ellos, me sentí la cabra más afortunada del distrito doce, gracias a ellos, este sitio no es tan malo.


Fin

Bueno fue un gran placer escribir esto, yo mismo me di problemas para hacerlo cuando fue muy sencillo, gracias por su atencion, hasta otra