La novia zombie.

Bueno, como dije anteriormente en mi comentario que había cometido un error acerca de este escrito así que bueno, lo siento y espero que ahora si les guste de verdad Y desde ya gracias a todo a aquel que se tome la molestia de leer.:)


La novia zombie.


“Solo aquellos que su cuerpo ya se sobre un cajón en las profundidades de la tierra, cuya alma esta barada en un mundo de fantasías solo podrá atravesar la puerta a un mundo desconocido y aquellos corazones perdidos que busquen un lugar serán bienvenidos”


Si te atreves a abrir las puertas de esta fantasía serás un monstruo más…

Bienvenido al cementerio gris, de lo muerto y podrido donde todos alguna vez fuimos humanos, tuvimos un cuerpo fresco, tuvimos alguna vez un corazón latente.

Mi nombre es Laura y tengo casi 20 años de edad; y esta es mi historia de amor, tragedia y fantasía.


En el cementerio Gris traspasando más allá de la luz y la oscuridad… se centran criaturas espeluznantes y repugnantes- que habitan aquellas cuyas lapidas ante los ojos de los mortales… para nosotros es nuestro hogar, nuestra comunidad después de la vida y la muerte.
En aquella comunidad de zombies, vampiros, gárgolas, hombre lobos, mujeres momias y todo lo que te puedas imaginar. Reina el ser mas despreciables de todos.

El gobernador supremo de nuestro mundo; El era el coco… Otilio.


― El coco, el ser mas feo como su nombre ― el es un ser arrogante y de mal carácter; todos los que vivimos aquí en el cementerio gris le debemos dar una cuota como paga, un alquiler, (vivimos aquí y no es gratis).
Cuando yo era peque la convivencia era mejor… Teníamos empleo y un buen ataúd para dormir.
Mi padre dice que yo llegue de pequeña- si no soy su hija biológica… el me adopto porque me encontró abandonada en un ataúd pequeño.Yo ya estaba en descomposición- Me estaba pudriendo…
Era una niña consumida… se me veían partes de mis huesos, me faltaba un ojo, tenia una pata media coja y estaba verde con algo de morado.
Mi padre es un gran científico ya que me reparo y me enseño a mantener mi carne fresca, dos veces por semana debo meterme en una tina con cubitos de hielo para refrescar mi carne.
Me puso un ojo nuevo, me cosió los brazos y me enseño a caminar.
Yo era un zombie y como sabemos los zombies nos descomponemos rápidamente pero somos casi inmortales: Aunque necesitamos de carne fresca para vivir, pero da la casualidad que yo ¡Salí vegetariana! la única en mi especie.

Desde ese día me crió como su hija. Ahora tengo casi 20 años, soy verde, alta y delgada, uso un vestido con agüeros y no estoy a la moda. No como vampiresa o lobina, las chicas mas col del cementerio.
Yo trabajo con mi padre en su tienda de experimentos porque soy muy débil para trabajar como los demás; tenemos un taller mecánico donde arreglamos a defectuosos como yo que llegan de la morgue y pasan cientos de kilómetros a través de la muerte.

Yo tengo una extraña enfermedad letal: Mi padre trabaja en mi cura desde hace años, Yo se que no me queda mucho tiempo de vida por eso suelo deprimirme a veces, soy feliz pero me da angustia tener que dejar a papá solo; también hay días que me siento inútil, no puedo trabajar en la fabrica como los demás a causa de mi enfermedad, no me molesta trabajar con papá pero a veces me siento triste por no ser un monstruo normal.
No puedo tener una vida como los demás, ni trabajar como los demás… por eso el conde coco me dejo trabar como ayudante de mi padre.
Todos salen de noche o de día en busca del caos con los mortales, menos yo, yo solo los observo desde mi balcón. Suspiro y los miro partir.
Por eso mi sueño es casarme con un vestido blanco…muy elegante, sobre el altar de piedras antes de morir y quedar en el olvido de la muerte.


—Laura ¿otra ves estas hablando sola?— se escucha una vocecilla de tras de la joven.

—Hola lobina- jeje es que así no me aburro tanto— responde la joven zombie.

—Si tú lo dices- suspiro la lobita— para poner sus manos en su cintura y entrecerrar los ojos.

— Oye Laura, ¿oíste la nueva noticia? — Pregunto lobina emocionada dirigiendo su mira hacia la cima de aquella roca donde Laura estaba sentada.

— ¿No, de que? —pregunto Laura aun suspirando

—Es que el conde va elegir a los 5 jóvenes mas ágiles y veloces para el día del banquete mi padre asegura que voy estar en uno de ellos—.

—Eso es ge-ni-al —respondió Laura con poco interés. (El banquete es un evento que se celebra cada cuatro años en el cementerio, donde consta de una carrera de obstáculos y se corona a los mejores deportistas, además de los fuegos artificiales y mucha comida e bebida).

— ¡Hay no cambias mas eh! — tal parece que no eres una de nosotros—. Dijo lobina y se marcho del lugar. Despidiéndose con la mano alzada dejando ver unas largas y perfectas uñas.


Claro que no soy una de ustedes ¿que pensaban?, no puedo salir de las rejas del cementerio, no puedo ir a casar como ustedes, ni asustar mortales. Ah soy una podrida zombie. Eso me frustra mucho...Nunca pude sentirme como parte de ellos— yo no soy igual, (soy vegetariana)
Solo quiero casarme antes de morir eternamente. Me preguntaran si tengo algún pretendiente divinamente monstruoso, pero no, no tengo todos los de aquí están podridos.

¡Yo quiero casarme con un mortal! si lo se… estoy loca ¿verdad?

Les voy a contar un secreto:

Hace unos meses me salio de mi ataúd, era de madrugada aun no salía el sol… me cubrí la cara y Salí a caminar. (Esa noche no había podido pegar ojo, me sentía un poco triste y no paraba de dar vueltas en mi ataúd).
Y de lejos puede ver con mis ojos siberianos; al mortal mas lindo del mundo, el se encontraba arrodillado sobre una tumba con rosas en la mano.
Desde ese día salía cada mañana a mirarle desde esta piedra. ¡Me quiero casar con el!

SI soy una zombie… pero a el le encantan los ¡zombies! ¿Como lo se?

Simple hable con el. Y se llama lío— me hice pasar por humana (con maquillaje, bueno mucho maquillaje) Me acerque a el...

Desde aquella vez nos hicimos muy amigos; el creía que yo era la hija del portero del cementerio que acompañaba a su padre a abrir los grandes portones negros del lugar.
Hablamos mucho todas las madrugadas, cuando el sol-cito daba sus primeros rayos sobre nosotros, el iba a visitar a su abuela fallecida pero luego reconoció que seguía yendo por mi- le gustaba platicar con migo y a mi poco a poquito me comenzó a gustar estar cerquita de el.

Pero cuando era la hora de la despedida sentía un cosquilleo de tristeza en mi estomago, el se despedía con la mano bien alzada y una sonrisa bonita, yo me quedaba apoyada de las rejas cubriendo mi rostro… y cada vez que nos decíamos chau, cada vez me sentía más triste.
Pero yo era como una cenicienta, solo que estaba un poquito pasada y salir corriendo era la única opción. Nadie podría saber nuestro secreto. Aunque siempre perdía una pierna o se me caía un ojo cuando iba de regreso a fingir que dormía plácidamente.

Y así ya habían pasado varias semanas cuando me di cuenta que estaba realmente estaba enamorada de el y una mañana de otoño tome el valor…para confesarle mis sentimientos, estaba nerviosa, me sentía rara ya que no sabia lo que el me diría.
Estábamos como siempre platicando cerca de mi roca favorita… el me contaba entusiasmado sobre su día pasado, yo intentaba prestarle atención pero estaba tan espantada, no sabia como empezar, como le diría que m-me gustaba-


—L-Lio, yo tengo que con-confesarte algo— Sentía que mis mejillas ardían, comencé a tartamudear su nombre…

—Laura, ¿pasa algo? — me miraba incrédulo.

—B-bueno yo… tu sabes q-que me gusta, ¡me g-gusta estar con vos! — le dije casi gritándole, cerré mis ojos e infle mis mejillas con aire.

—A mi también me gusta estar con vos, Laura— me respondió el con una voz suave y cálida, abrí mis ojos grandes de la sorpresa.

— Pe-pero Lio a mi, a m-mi me gustas de otra forma— estaba un poco decepcionada, agache mi mirada…

— A mi también me gustas de otra forma— esta vez su vos sonaba nerviosa y podía notar un ligero sonrojo en sus mejillas. No supe que decir…

— Me gusta esa rareza de tus actos, me-me gustan tus ojos, no se porque tratas de ocultar su belleza…—

— Lio...y-yo— Mis ojos estaban goteando algo que alguna vez le llame lagrimas.

—M-me gusta la palidez de tu piel, Me-me gustas mucho tú—

—Lio! tu también m-me gustas mucho…pero hay algo que debes saber…— yo no soy normal, Yo m- me enamore de ti pero debes saber que estoy, estoy muerta. — cerré mis ojos con fuerza—solo por amarte digo que te puedes marchar… Lio, soy un zombie—

— ¿Alguna vez te conté que me gustaban los zombies? — y me sonrío, era simple y bello… su sonrisa me enamoro. No sabia que hacer, el solo me abrazo y yo le correspondí.
No quería separarme de sus brazos,eran fuertes y me sentía segura.

Y como verán ese fue mi secreto:

Lio entendió que estaba en un cuento de hadas, solo que era real y no de hadas si no de monstruos y aun así quiso estar conmigo. Yo siempre supe que su corazón buscaba un lugar…
Cuando decidimos estar juntos y nunca separarnos tomamos la decisión de estar cerca, el por mi se hizo uno con nosotros… por fuera tenia una cubierta humana pero yo sabia que por dentro tenia un monstruo mas.


—Un humano, ¡¿Laura estas, loca?! —grito mi padre cuando le llegue con la noticia.

— ¡Pe-pero papá el no es cualquier humano! — tenia que defender nuestro amor y explicarle a papá que nos amábamos.

— ¡El es de los nuestros! y lo quiero¡ — insistí.

— Pero Laura…—

— Papá tu sabes que yo…— convencí a mi padre que nada me haría cambiar de opinión y termino por aceptar nuestra locura de amor.

Al pasar los meses llego el día del gran banquete, lobina fue una de las ganadoras, estaba feliz por ella. Esa noche mientras mirábamos los fuegos artificiales lío me propuso matrimonio.

Estaba tan emocionada mi sueño estaba a punto de cumplirse.


Y en fin esta es mi larga historia… llego el día de mi boda; yo estaba tan linda, tan ilusionada. Era de noche y todo estaba tan hermoso…Tenía puesto un vestido blanco como en mis sueños… un velo caía sobre mi pálido rostro y mis manos sostenían un ramillete blanco de tulipanes.

Camine por el altar de piedras tomada del brazo de mi padre.

El lugar estaba adornado de velas, calaveras y unas bellas flores blancas. Mis amigos presente y él esperándome en el altar, vestido de traje negro con una leve sonrisa en su rostro; rodee mi débil brazo en el suyo y le susurre que estaba guapo.


— Tu también estas guapa— me dijo al oído…

Cuando mi padre me entrego a mi futuro y "podridito" esposo… sentí un alivio en mi muerto corazón. Me aferre fuerte a Lio, me corrían las lagrimas— no lo podía evitar. Era mi último día de vida, desde días atrás todo estaba cambiando en mí; Me sentía cansada y estaba sin fuerzas.


—¿Laura que s-sucede? —Ya no tenia fuerzas para sostenerme, estaba casi desmayándome—Lio por favor no llores.

—Tu y yo sabemos muy bien, q-que—(mí tos esta mas aguda)— que yo estoy muriendo.

—N-no Laura, no…no me dejes— me suplicaba mientras me sostenía en el suelo.

— Sonreí y mire a todos con una felicidad dolorosa —No se preocupen, no quiero que lloren por mi; Papà te quiero y Lio, gracias,— acaricie su rostro,te amo.



Siempre supe que mi padre le contó de mi pronta muerte y es por eso que pediste mi mano.


—¡Laura!¡Laura! — escucho gritar mi nombre mientras iba quedando inconsciente. Cerré los ojos y ya me fui haciendo cenizas… ese fue mi fin.


Si, morí, yo ya estaba muerta, mi esencia se estaba esparciendo, podía observar su dolor por mi partida. Debo admitir que fui feliz y mi sueño se hizo realidad. Me hice cenizas para el viento—Esa es mi historia, la de una novia zombie.

Se preguntaran como les estoy contando esta historia si ya estoy muerta, ¿verdad? simple no se olviden que soy un monstruo, un zombie inmortal. Solo que ya no tengo cuerpo solo sueños…
Los sueños siempre te mantienen vivo… Atentamente: una novia zombie que no para de soñar.