Hija de dragones

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por arya, 28 Agosto 2015.

  1.  
    arya

    arya Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    20 Enero 2015
    Mensajes:
    172
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Hija de dragones
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1857
    Hola, he de decirles que soy nueva en esto de crear una historia propia, ya que solo e hecho fics de anime así que acepto sus críticas.

    Pd: No sean tan duros conmigo. :(




    Capítulo 1- la promesa que no pude cumplir

    Si hubiera sabido que esa noche perdería lo que más amaba, abría hecho lo imposible para mantenerles a mi lado.


    Era en época de invierno, mi hermano, mi abuela y yo estábamos jugando en la fría nieve. Mi padre y mi madre estaban en casa. Recuerdo que mi padre estaba discutiendo con mi madre en su cuarto. Le dije a mi hermano y a mi abuela que necesitaba ir al baño, que por supuesto, era mentira, lo hice para así ir a escuchar a mis padres; apoye mi oreja en la pared del cuarto en donde discutían mis padres.

    Pude escuchar a mi madre claramente decir, que mi hermano tendría que partir hacia Kasto, la ciudad más peligrosa de todas, y debía partir en 3 días

    Escuchar eso, fue como si me dieran una puñalada al corazón, mi hermano y yo éramos demasiados unidos. No podía soportar la idea de que se fuera de mi lado. Al instante un millón de preguntas invadieron mi mente como; “y si no volvería jamás” “y si se pierde en el camino de regreso a casa” “y que tal si… muere”. Esa última se quedó plasmada en mi mente, de la nada empecé a temblar; me abrace a mí misma para tranquilizarme un poco, pero era imposible.

    Sentí una mano cálida en mi hombro, sabía que se trataba de mi hermano, gire lentamente para abrazarlo, unas lágrimas salieron sin previo aviso, mi hermano correspondió a mi abrazo. Recuerdo que me dijo:

    —No llores, no he muerto ¿o sí?.— Me dijo aferrándose más a mi

    —No, pero temo que suceda.—Le respondí, mientras él limpiaba mis lagrimas

    —Eso nunca sucederá.— Me dijo tratando de tranquilizarme.

    —Esta vez yo te protegeré a ti.— Le dije zafándome de nuestro abrazo

    —Claro, “es una promesa”.—Me dijo dedicándome una cálida sonrisa y revolviendo mi cabello
    —¿¡Chicos, que pasa, por que tardan tanto!?—Llamó mi abuela interrumpiéndonos el momento

    —Será mejor que vallábamos con la abuela Cally, o sino ya sabes cómo se pondrá si no nos encuentra.— Me dijo mi hermano en voz baja, para que nuestros padres no se percatasen que los estábamos espiando.

    Fuimos corriendo hacia el patio donde se encontraba nuestra abuela. Al llegar, nuestra abuela nos dijo:

    —Chicos, ¿porque habéis tardado tanto?, bueno no importa a lavarse la manos que he preparado la cena mientras ustedes habían ido al baño. Y decidles a vuestros padres que ya es la hora de cenar, y decidles que la sorpresa está casi terminada.—Nos indicó la abuela Cally

    —¿Qué sorpresa abuelita?.—Le pregunte

    —Pronto lo sabrás pequeña Alice.—Me dijo mientras me sonreía

    Me gire para ir con mi hermano a mandarles el recado a nuestros padres. Al llegar al cuarto en donde discutían mis padres, mi hermano toco su puerta, al instante mi padre fue el que abrió, a juzgar por su rostro diría que estaba enfadado.

    Pude observar a mi madre sentada al final de la cama con sus ojos llorosos. Al notar mi presencia, mi madre como pudo secó sus lágrimas, corrí a abrazarla, no me digne a preguntarle por qué lloraba, yo ya sabía el porqué de sus lágrimas, así que solo me dispuse a abrazarla y entregarles el mensaje de la abuela Cally. Mi madre al escuchar la palabra “sorpresa” se levantó de la cama rápido y diciendo:

    —Es verdad casi se me olvidaba, gracias Alice.—Me levanto en sus brazos y besando mi frente

    —¿Mamá y cuál es la sorpresa?.—Al decir esto mi madre me regalo otro beso y su típica sonrisa.

    —tendrás que esperarte Alice.—Dicho eso me bajo de sus brazos, revolvió mi cabello y se fue a donde mi abuela con mi hermano dejándome sola con mi padre.

    A decir verdad me encantaba ver a mi madre así, con su típica sonrisa que a cualquiera podría alegrarle el día, mi madre era de tez blanca, tenía un hermoso cabello rojizo, y unos bellos ojos azules.

    Me acerque a mi padre este solo me devolvió su más cálida sonrisa extendiéndome su mano, le devolví la sonrisa y le di mi mano, me subió a sus hombros y juntos nos dirigimos a la cocina.

    En cuanto a mi padre, era un hombre de tez morena, cabello y ojos negros, aunque aparentaba ser un hombre rudo y sin sentimientos, a veces podría llegar a ser el hombre más tierno del mundo, eso es lo que más me gustaba de mi padre, que sabe guardar muy bien sus sentimientos.

    Al llegar a la cocina estaban las luces apagadas, mi padre me bajo de sus hombros, me indico que fuera a prender la luz, al prenderla.

    —¡¡Sorpresa, feliz cumpleaños Alice!!.—gritaron al unísono mi familia e incluso mi padre.

    Que torpe soy como pude olvidar mi cumpleaños. No pude evitar dar pequeños saltitos de lo feliz que estaba, fui corriendo a abrasarlos. El primero en acercarse fue Erik mi hermano y mi padre Bill.

    —Feliz cumpleaños pequeña Alice, ten, papá y yo hemos hecho esto.— dándome un cálido abrazo y revolviendo mi cabello, me entrego una hermosa daga; en el mago un hermoso dragón y en la hoja un escrito que decía “nunca te rindas”.salte a abrasarlos a ambos.

    —No le digas a tu madre que te hemos dado esto ya sabes cómo se pondría, será mejor que la guardes.—dicho esto mi padre me abrazo y me dio un beso en mi frente igual que lo hace mi madre.

    —Te quiero.—me dijo mi hermano abrazándome con fuerza

    —yo también.— le dije correspondiéndole a su abrazo.

    —Erik, la vas a asfixiar.— mi madre y mi abuela le decían a mi hermano al unísono, mientras este me soltaba y revolvía mi cabello.

    —Pequeña Alice, déjame darte esto.— mi madre extendió su mano para darme un precioso collar; de oro con tres piedras preciosas grises que colgaban de este, y dijo—Tu padre me lo regalo cuando nos conocimos.— me dijo poniéndome el collar,— te queda precioso Alice.—no aguante más y me lance a abrazarla y le dije:

    —Eres más hermosa cuando sonríes madre.— y le di un bes en su frente

    —Te amo Alice.—me dijo llorando

    —yo más madre.—le respondí secando sus lágrimas.

    —¡Adivinen todos, he hecho un pastel!.— nos dijo con mucho entusiasmo mi abuela, mientras ponía el pastel en la mesa.

    Pronto llego la hora de ir a la cama. Me despedí de todos y nos fuimos a la cama con mi hermano ya que dormíamos en la misma habitación en camas separadas, mi abuela en otra habitación, y mis padres juntos en otra.

    Estaba a punto de quedarme dormida hasta que escuche un ruido en la habitación de mi abuela, corrí a su habitación. Y allí la vi tirada en el piso pidiendo ayuda. Corrí hacia ella poniendo su cabeza en mis rodillas.

    —Alice…por…favor...tráeme mi… medicamento.—Me dijo casi moribunda

    Me dirigí a su mesa de noche, y para la mala suerte mía no quedaba nada ni siquiera un medicamento nada. Me desespere.

    —¡¡MAMÁ, PAPÁ AYUDA, AYUDENME!!.—Grite lo más fuerte que pude para que me lograran escuchar.

    —Abuela, escúchame iré al pueblo por medicinas y por un doctor solo resiste, por favor.—le dije con lágrimas en mis ojos.

    Al escucharme gritar mi madre, padre y hermano vinieron de inmediato. Vieron a mi abuela en mis rodillas, la deje suavemente en el piso.

    —Cuídenla vuelvo enseguida.—Les dije mientras corría hacia la puerta

    —Alice a dónde vas.— Me gritaron mis padres y hermano

    —A conseguir medicina— les grite

    Salí corriendo al pueblo, pero a pesar que me daba prisa por llegar lo cuanto antes al pueblo, por más que aceleraba el paso se me hacia una eternidad llegar, mire hacia el cielo la luna tan grande y luminosa, rogaba a los dices que no apartaran a mi abuela de mi lado, mis pies sangraban por las piedras del camino, pero no me importo, tenía que llegar como fuera al pueblo.

    **************************************************************************************

    En el rancho

    —Madre no nos dejes resiste un poco más.— Le decía Carrie a la abuela

    —Alice ya se ha tardado mucho no crees madre.—Le dijo Erik a su madre

    —La iré a buscar, Bill quédate con Erik.—Les ordeno su madre mientras bajaba las escaleras

    —No, yo iré.—dijo Bill mientras abría la puerta

    —Hola…—Saludo un hombre en la puerta

    —Oh…no.—Murmuro la madre de Alice al ver al hombre en la puerta.

    ************************************************************************************

    Con Alice


    Afín he llegado, me dije para mis adentros. Corrí hacia una casa en donde mi abuela solía comprar su medicina y en donde vivía un doctor. Entre, pregunte por el doctor Ferreiro, me dijeron que no se encontraba, luego le pregunte si tenía algunas medicinas. Una chica me las paso y me dijo que fuera corriendo hacia mi casa, porque era peligroso, para una niña de mi edad que deambulara sola a estas horas de la noche, le di las gracias y me fui directo a mi casa. Mis pies me dolían mucho pero aun así no podía parar tenía que llegar a llevarle la medicina a mi abuela.

    Al llegar a mi hogar escuche un grito supe al instante que se trataba de mamá corrí a abrir la puerta.

    —¿Mamá?...¡¡Haa!!.—Pegue un grito de horror al ver una espesa y roja sangre proveniente de mi madre y padre, al ser traspasados por una espada.

    Unos hombres se dieron cuenta de mi presencia. Cerraron la puerta que estaba detrás de mí

    —¡¡Alice vete, huye ahora!!—me gritaba mi hermano.

    —NO, NO TE DEJARE.—le grite

    —valla, valla ¿pero que tenemos aquí?.— se dirigió a mí, uno de los hombres.

    —NO, NO LA TOQUES, MALDITO BASTARDO.—Le grito al hombre que se me estaba acercando

    Al escuchar esto el hombre, se enfadó y clavo una espada en el estómago de mi hermano.

    —NOOOO, HERMANO.— fui corriendo a tomar el cuerpo de mi hermano.—No, no hermano no puedes dejarme sola, lo siento hermano no pude cumplir mi promesa.—le rogaba a mi hermano

    — No llores…cof…cof, eres más hermosa cuando sonríes. Y además…siempre…estaré contigo.—me dijo mientras me acariciaba mi mejilla

    —no hermano no no me dejes.— vi como mi hermano cerraba poco a poco sus ojos.—No no hermano, hermano NOO, MALDITOS BASTARDOS.— vi como de mi cuerpo salió una enorme explosión de fuego dañando todo a su paso. Pude ver como esos hombres ardían y gritaban de dolor, me asuste tanto ver que de mi salió esa enorme explosión de fuego, que Salí huyendo de allí. Corrí hacia lo más profundo del bosque me tropecé con la rama de un fangoso árbol y caí.

    —Has… vuelto.—Se dirigió a mí una bella voz

    CONTINUARA…

    Acepto sus críticas, no sean tan duros conmigo por favor :( y si quieren que no lo siga más háganmelo saber
     
    • Me gusta Me gusta x 2

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso