Long-fic una desventurada Aventura

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Luna Toretto, 16 Junio 2014.

  1.  
    Luna Toretto

    Luna Toretto Pupilas que dilatan, deleitan y delatan.

    Escorpión
    Miembro desde:
    1 Diciembre 2013
    Mensajes:
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    una desventurada Aventura
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4011
    Esto esta escrito para la Actividad Tea Time, aclaro es un One-shot solo que lo dividí por partes, espero sea de su agrado. Gracias por leerme ( los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi yo solo los tome prestados )

    Una desventurada Aventura

    - Capítulo I -

    “Preludio”

    En un recóndito lugar del inframundo justo al lado de una fuente de lava se hallaba una pequeña salita de esas que están en los hoteles lujosos, en el centro de esta había un tazón con varios tipos de caramelos todos ellos con un delicioso aroma a cianuro y belladona, a un lado de ellos descansaban unas pequeñas y mortíferas Adelfas que a su vez eran rodeadas por 6 tazas de té hirviendo; los dueños de las bebidas estaban sentados esperando a su ultimo integrante.

    Los extraños huéspedes estaban conformados por un rarito sádico, un calvo pirómano, un enano venenoso, un bipolar sangriento, un gigante glotón y un robot asesino. Pero a nuestro de por si curioso grupo se le sumaria uno más que a paso lento entraba por las enormes puertas de hierro forjado, una vez dentro echo un vistazo al lugar logrando enfocar su vista en sus compinches y con una alegría notoria fue hacia ellos.

    Al notar su presencia el primero en recibirlo es el rarito — ¡Hermano Bankotsu! — le grita con una voz chillona al moreno soberbio.

    — ¡Hermanos! — les responde con una radiante sonrisa, que de inmediato se borra al posar su azulina mirada en el calvo — Renkotsu — dijo calmado

    El mencionado sudo frio y con voz temerosa respondió — ¿S-si Her-ma-no? —

    Bankotsu lo miro y en su rostro se dibujó una sonrisa de superioridad — Sabes lo que te pasara si intentas algo en nuestra contra — dijo calmado e impactando a sus demás hermanos.

    — Hermano mayor — lo llamo el bipolar para romper la tensión

    — ¿Qué quieres, Suikotsu? —

    — Debemos ir hacia allá — le informo apuntando con el dedo índice a un gran mostrador

    Y sin decir nada el moreno se puso en pie comenzando su andar hacia aquel lugar todos captaron el mensaje siguiéndolo el camino no era largo pero si asombroso: en las paredes había exquisitas pinturas de hombres siendo torturados y desmembrados de las más divertidas e inimaginables formas, de su techo colgaban candelabros labrados en huesos los cuales sostenían velas que eran las causantes de la elegante iluminación. Pronto se vieron ante el imponente recibidor,

    Fueron recibidos por una bella mujer de piel blanca y cabello castaño, sus ojos marrones se posaron en ellos y sus labios rojos hablaron — ¡Bienvenidos! —

    — ¿A dónde? — preguntaron los 7 al unísono

    — Al Inframundo — les informo

    — ¿Qué hacemos aquí? — cuestiono Rnkotsu

    — Registrarse —

    — Pero…— estaba a punto de replicar cuando una voz lo hizo callar

    — ¡Silencio! — Le dijo Bankotsu con un tono amenazante — ¡no me interesa donde estamos solo a donde vamos! — dicho esto el calvo guardo silencio

    La joven mujer ni se inmuto, se dio la vuelta para tomar una vieja libreta junto con una pluma y tinta la coloco sobre el refinado mostrador — Firmen — y así lo hicieron uno por uno coloco su firma en el papel amarillento, ella les retiro la libreta y dijo — sigan derecho y llamen a la puerta — al concluir desapareció en una nube de humo.

    Los 7 guerreros continuaron su andar por los gloriosos pasillos, sus pasos se detuvieron justo delante de la mencionada puerta.

    — Jakotsu, hazlo — inquirió el moreno a su hermano

    — Como gustes — dijo mientras aclaraba su garganta — ¡Puerta! — grito

    Todos lo observaron incrédulos — ¡Puerta! — volvió a gritar

    — ¿Qué haces? — cuestiono Suikotsu

    Ladeando su cabeza respondió — ¿qué más?, estoy llamando a la puerta — dijo colocando sus manos en señal de aclaración — pero creo que no vendrá, así que mejor daré unos golpecitos tal vez alguien nos oiga — respondió con una gran sonrisa. Sus compañeros no sabían si aplaudir su brillantez o golpearlo por idiota, nada de lo anterior sucedió ya que la puerta se abrió.

    Los guerreros quedaron impactados ante el paisaje, no sabían si era día o noche puesto que no había ni sol ni luna, es más ni una pomposa nube o tintineante estrella sobre el cielo color magenta. La puerta se cerró detrás de ellos sacándolos de su concentración.

    — ¿Y bien? — pregunto Mukotsu

    El moreno estiro los brazos y dijo — ¡andando! —

    — ¿A dónde? Y ¿por dónde? — cuestiono el pirómano

    — No lo sé, ¿acaso planeas quedarte aquí? — pregunto viéndolo a los ojos, Renkotsu negó en silencio y siguió a sus hermanos.

    El sendero que tomaron era formado por una especie de pequeñas y molestas piedrecillas que se incrustaban en sus pies, la vegetación del lugar le daba un aspecto lúgubre debido a que en su mayoría se trataba de árboles gigantescos pero secos que de ellos pendían frutos marchitos. Ya había pasado un largo tiempo desde que comenzaron su andar y no tardaron en llegar las humildes opiniones.

    — Hermano Bankotsu — llamo el pequeñín

    — ¿Qué es lo quieres Mukotsu? —

    Un poco titubeante hablo — ¿Te has preguntado en dónde estamos? —

    Sin si quiera detenerse a mirarlo respondió — no —

    — Es diferente a la última vez — agrego Renkotsu

    Deteniendo su andar los miro a todos — ¿Qué les preocupa?, ya estamos muertos —

    — No es eso hermano mayor — le informo Jakotsu — lo que pasa es que este sitio es raro — soltó una risita — y mira que yo sé de eso —

    Bankotsu permaneció callado ante la opinión de sus camaradas, dio media vuelta y continuo su andar al tiempo que decía — disfruten el paisaje y relájense —

    En silencio siguieron a su joven líder, mientras dirigían su vista a algún lugar inespecífico. La escases de viento hacia un ambiente hostil y seco a su al redor, las grandes montañas de color carbón distaban de ser agradables inclusive las grandes piedras eran insulsas y mundanas; todo en ese lugar era opaco sin vida como ellos, sus pasos siguieron adelante y poco a poco el paisaje cambiaba a uno más amenazante, parecía que el tramo anteriormente recorrido solo era el preludio a su verdadero destino.



    - Capitulo II -


    “It is Hell, Honey”


    Los siete hombres iban caminando entre una espesa bruma lila, cada paso que daban resonaba en el lugar haciendo eco en sus oídos, el panorama ante sus ojos era confuso cuando creían ver una montaña en realidad se trataba de un ser gigante durmiendo, las pequeñas piedras en el camino se movían paranoicas esquivando sus pies pues eran nada más y nada menos que humanos en miniatura, lo que creían nubes en el cielo eran desagradables cerdos voladores y ni hablar de lo que creyeron el sol que resulto ser las posaderas de un enorme dragón gripiento.


    A pasos cautelosos continuaron con su recorrido sin detenerse a mirar, detrás de ellos dejaron un gran riachuelo de aguas turbias y pestilentes, lo pasaron de largo debido a las náuseas que les provocaba. Pero algo no andaba bien y los 7 sujetos se pusieron a la defensiva ya que una presencia extraña los acechaba.


    — ¡Preparados! — ordeno el mayor, los demás asintieron y fijaron su vista a diferentes puntos al momento que tomaban posiciones de combate.


    — ¡Miren nada más, unos lindos bocadillos! — dijo una voz empalagosa de la nada

    Los guerreros se miraron entre sí sin comprender — ¡Muéstrate cobarde! — reto el ojiazul

    — ¡jajaja! No seas mal educado, está bien lo hare — y ante ellos apareció un joven demonio de cabellos negros recogidos en una coleta baja, ojos violetas, nariz respingada y labios coquetos, vestía un traje de etiqueta negro con corbata lila y camisa blanca, sus zapatos eran un par de hermosas pesuñas con esmalte de uñas en ellas

    Al verlo su cara parecía un poema, esperaban todo menos eso y permanecieron en un silencio mortal.

    — ¿No dirán nada? — cuestiono el demonio

    — ¿Qué cosa eres? — pregunto Jakotsu dedicándole una mirada inquisidora y una mueca divertida.

    El susodicho inflo los cachetes indignado y le respondió — ¡No soy cosa!, mi nombre es Belzze y soy un demonio —

    Mientras 6 de ellos no sabían que hacer ante tal visión, Jakotsu tenía un brillo sin igual en sus ojos.

    — ¡Eres tan raro! — grito de emoción — ¡me agradas! —

    Belzze se acercó a él mirándolo detenidamente primero el rostro, el cabello, su pecho, espalda, piernas hasta los pies y justo ahí soltó un gritito de alegría — ¡al fin, alguien me comprende! — acto seguido ambos se sujetaban sus manos mientras derramaban gruesas lágrimas y mocos. Los demás solo observaron la patética escena que se formó, inclusive ya había pajaritos saliéndoles del trasero los cuales cargaban letreros con frases cursis.

    No soportando más ridiculeces el moreno estallo — ¡basta! — Exclamo llamando la atención de aquellos zopencos — ¡vámonos Jakotsu! — ordeno

    Rompiendo ambos en un llanto desgarrador voltearon a ver a Bankotsu — ¡no nos separes! — dijeron al unísono — ¡somos almas gemelas incomprendidas! — continuaron derramando amargas lágrimas.

    Soltando un suspiro y tocándose el puente de la nariz expreso — Bien, si este — arrastro sus palabras despectivamente refiriéndose al demonio — va a venir con nosotros tendrá que guiarnos —

    Con una enorme sonrisa le dijo — ¡claro guapo! — en Bankotsu se hizo notorio un tic en el ojo izquierdo; y sin tiempo que perder los 7 hombres y el demonio comenzaron su andar.

    Con forme avanzaban podían apreciar los exóticos paisajes que ese lugar les brindaba, de vez en cuando Belzze les decía que era lo que ante sus ojos se mostraba. — Este sitio es engañoso, se le conoce como Limbo — todos los escuchaban atentos — pero en realidad solo es el Infirno, solo que a la gente le gusta exagerar e inventan cosas —.

    — Yo nunca creí en el infierno, sin embargo aquí estoy — afirmo el moreno

    — Es verdad, antes todo era oscuro y nada no había nada — dijo Jakotsu

    Renkotsu hablo con suma cautela — concuerdo con ambos, anteriormente parecía que solo dormíamos — los demás solo asintieron.

    Viéndolos de frente y con voz melódica les dijo — eso mis amores es parte del encanto — un escalofrió recorrió la espalda de 6 de ellos.

    Mientras caminaban podían observar centenares de demonios aburridos o siendo molestados por pequeñas y encantadoras aves que cantaban desafinadamente, además de que eran acompañadas por los gritos desgarradores de unos insignificantes humanos. Sin embargo el paisaje era otra cosa, la naturaleza en ese lugar era simplemente sublime, a su manera claro, los arbustos que estaban a la orilla del camino tenían un extraño color grisáceo, de ellos brotaban pequeñas flores amarillas con centro negro no tenían olor pero si irritaban la piel al tacto.

    — ¡Por eso te dije que no las tocaras! — gruño Belzze

    — Es que son tan bonitas — chillo Jakotsu

    Bankotsu al borde de un colapso nervioso dijo — ¿hay algún remedio? —

    El extraño demonio coloco su mano en su barbilla y con una sonrisa siniestra grito — ¡sí!, solo necesitas la saliva de un enano —

    Todos voltearon a ver a Mukotsu, quien tenía una sonrisa demasiado ancha además de unos ojos endemoniadamente lujuriosos. Los ojos cristalinos del rarito decían que no quería tal atrocidad y antes de que pudiera reprochar el moreno de larga trenza hablo — ¡Jakotsu asume las consecuencias! — y todos miraron divertidos como el pequeñín se acercaba a su presa le tomo las manos y poco a poco saco su desagradable y enorme lengua que pazo sobre sus manos cubriendo de baba la delicada piel del mercenario afeminado.




    - Capitulo III -


    Oscuridad


    Con un rarito al borde del suicidio y un demonio dramático nuestro grupo avanza entre los nublados caminos, rodeando una colina mohosa divisaron un largo y claro camino grisáceo de baldosas resbalosas.

    — ¡Ahhhh! — gritaron todos al unísono al caer, algunos de boca otros de espaldas y algunos menos afortunados como Renkotsu sobre Belzze en una posición un tanto comprometedora.

    — Aquí no pelonchas — dijo divertido mientras lo sujetaba con fuerza y lo atraía más hacia él.

    El agravado no dijo nada solo se levantó tan rápido como pudo y esquivo las miradas y las risas de los demás. Después de haber superado aquel pecaminoso incidente continuaron con su andar esta vez viéndose rodeados de nada absolutamente nada; ante ellos solo se erguía el resbaloso camino gris y nada más.

    — ¿Y bien? — pregunto un confundido Bankotsu

    — No lo sé — dijo Belzze igualmente confundido

    — ¿Cómo que no sabes? —

    — Pues no sé, esto no estaba aquí antes —

    Mientras un colérico mercenario agredía verbal y físicamente a un sádico y temeroso demonio algo ocurría en aquel lugar.

    — Banki — llamo algo intranquilo el afeminado pero él no respondió

    — Hermano mayor — esta vez fue nombrado por Renkotsu obteniendo el mismo resultado

    — ¡Hermano Bankotsu! — gritaron todos alterados y esta vez sí captaron su atención

    Viéndose interrumpido por los incesantes murmullos de sus compañeros detuvo el estrangulamiento del indefenso demonio y enfurecido grito — ¡¿Qué?! —

    Antes de que ellos respondieran se vieron rodeados de una espesa neblina que opacaba su visión pues la densa bruma era tan negra como el pelaje de un gato.

    — ¿No pudieron avisar antes? — les reprocho el mayor y soltando a su presa suspiro

    — Algo raro pasa aquí — afirmo Belzze — mi papi debe estar haciendo unos ajustes —

    — ¿tu papi? — preguntó Jakotsu

    — Sí, mi papi es el amo y señor de TODO esto — dijo el haciendo énfasis en la palabra

    — Pues si ese es el caso, ¡andando! — ordeno Bankotsu

    No dieron más de cinco pasos cuando su poca visión se volvió totalmente nula, la oscuridad reinaba.

    — B-banki — dijo Jakotsu con voz temblorosa

    — ¿Qué? — fue el monosílabo que dijo el líder

    — ¿Vamos a caminar así? —

    Con voz fastidiada respondió — ¡sí! —

    Nadie dijo nada por el bien de su integridad física, continuaron caminando a oscuras y no a tientas, más bien iban hechos bolita para evitar tropezarse y/o extraviarse además trataban de no terminar con la poca paciencia que aún le quedaba al moreno. Mas sus intentos fueron en vano debido al escalofriante grito que dio Kyokotsu.

    — ¡Ahhhh! —

    Con los nervios alterados y la paciencia extinta el ojiazul detuvo su andar ocasionando una colisión que lo dejo aplastado en el suelo.

    — ¡Quítense de encima ahora! — grito enfurecido

    No tardaron más de 5 segundos en reaccionar y de no ser por la oscuridad hubieran podido ver la mirada asesina que tenía en ese momento.

    — ¡¿Me quieres explicar que carajos te pasa Kyokotsu?! —

    — L-lo s-sien-to her-mano m-mayor — respondió con tartamudeo — p-pero algo j-jalo mi cabello —

    El mayor no dijo nada solo dejo que el silencio inundara el lugar, después de un rato solo dijo — ¡Déjense de idioteces y andando! — y acto seguido todos volvieron a tomar sus posiciones para volver a formar su protectora bolita.

    Debido a la densa oscuridad su camino era tortuoso, estaba claro que los guerreros llevaban sus sentidos al máximo pero aun así dudaban a cada paso aunque no lo demostraran, fue en un instante en que la oscuridad se vio interrumpida por un haz de luz azulada y a lo lejos se escuchó un relámpago.

    El demonio alarmado grito — ¡corran! —

    Nadie le reprocho y comenzaron la carrera frenética en contra de los escandalosos truenos que iluminaban brevemente el lugar, una tormenta eléctrica se desato sobre sus cabezas sin piedad los devastadores rayos de luz destrozaban el poco camino que tenían, y no conforme con aquello el cielo comenzó a llorar pero no era una lluvia cualquiera esta quemaba al contacto, lo deshacía todo a su paso además de que dejaba resbaloso el ya de por si baboso suelo.

    Su frenética huida era dolorosa quejidos de dolor escapaban de sus bocas y uno que otro gritillo por parte de los afeminados, la agonizante carrera se tornó mortal, por sus pies pasaba una densa bruma lila intentando derribarlos ahora era una carrera en contra de ese lugar.

    — ¡No se detengan! — grito Bankutsu

    Él tenía razón pues a lo lejos se veía una puerta, en ese momento los rayos caían sin tregua y la lluvia ya había arrasado con sus ropas; al estar frente a la puerta no supieron que hacer pues estaba cerrado.

    — ¡Tenemos que jalar de las cadenas! — informo Belzze apuntando a ambos costados de la puerta.

    Se dividieron en grupos y comenzaron a tirar, la tarea no era sencilla pues aún continuaba la tormenta además la endemoniada puerta era pesada y sacando fuerza y coraje de donde no tenían lograron abrir solo poco la dichosa entrada y rápidamente todos se colaron dentro.



    - Capitulo IV -


    El Amo y Señor

    El mirarlos daba risa, su cabello estaba y no estaba, es decir, en algunas partes ya no tenían pelo, sus caras y cuerpos estaban rojos por las quemaduras y sus ropas ¿cuáles ropas? aunque podían considerarse afortunados de tener aún un trozo de tela cubriéndoles su intimidad.

    El mercenario tomo al pequeño demonio por el cuello y levantándolo del suelo grito — ¡¿Qué carajos fue eso?! — después lo arrojo cual saco de basura.

    — N-no lo s-se — respondió difícilmente

    Colérico lo golpeo directamente en el rostro — ¡¿Es todo lo que sabes decir?! —

    El demonio se incorporó, su mirada se volvió roja y de su cuerpo desprendía vapor estaba molesto con el moreno y encarándolo le dijo — ¡yo también quiero una explicación, mira como he quedado! — termino de decir para romper en llanto.

    El mercenario se quedó sin habla y sin ánimos de nada pues era inútil lidiar con ese sujeto, así que decidido le informo — busquemos a tu padre — y al demonio se le ilumino la mirada emprendiendo el camino.

    Dicho lugar, según palabras de Belzze, era el santuario de su papi pero al pobre demonio se le desencajo el rostro al observar el lugar; había cabañas a medio construir, caminos que te dirigían a un rio de aguas cristalinas y a sembradíos, también había un camino de marfil que conducía a unas escaleras las cuales eran la entrada a un hermoso palacio que casi rosaba el cielo.

    El primero en hablar fue Jakotsu — tu papi tiene un gusto exquisito —

    El demonio lo fulmino con la mirada a la cual Jakotsu solo sonrió ladinamente — que buen gusto ni que nada — y comenzó su andar hacia el palacio mientras mascullaba por lo bajo.

    En el transcurso pudieron observar a grandes demonios construir las casas y los caminos, el lugar se parecía al mundo de los vivos salvo por el cielo y las aguas verdes pero cristalinas era un lugar raro pero acogedor. El camino era tranquilo y sin complicaciones, los guerreros observaban todo con curiosidad, Ginkotsu apreciaba las pequeñas mariposas con alas de fuego, Jakotsu se enamoraba de uno que otro demonio, Renkotsu apático como siempre, Mukotsu lloraba a mares al no ver una futura esposa, Suikotsu se divertía imaginando al doctorcito en aquella situación, Kyokotsu babeaba por un suculento ogro y Bankotsu quería aclarar cuentas con el supuesto “señor” del lugar.

    Pronto estuvieron frente a las enormes escaleras de marfil que subían casi hasta el cielo y sin dudarlo comenzaron a subirlas a cada paso que daban podían notar que estas se hacían cada vez más verticales obligándolos a usar todo su equilibrio para no caer, el tramo fue bastante cansado y cuando llegaron a la sima estaban exhaustos y solo se dejaron caer en el fresco suelo.

    Una vez regularizada su respiración se pusieron de pie y miraron su vista al frente, esperando ver a un ser parecido a Belzze y claro que lo vieron pero no en el lugar y mucho menos en esa posición, estaba en el piso en cuatro patas imitando a un descansa pies y tampoco esperaron que alguien tuviera descansando plácidamente sus pies sobre su espalda mientras bebía cómodamente sake.

    — ¿p-pa-pi? — pronuncio con voz quebrada el pequeño Belzze

    El mencionado sudo frió y lo miro con un rostro sombrío incapaz de dirigirle la palabra.

    — ¿Quiénes son? — pregunto el sujeto mientras daba un sorbo a su bebida

    Los guerreros lo miraron intrigados mientras Belzze lloraba amargamente en los brazos de Jakotsu.

    — Somos los sietes guerreros y ¿tu quién diablos eres? — pregunto altaneramente Bankotsu

    El demonio se puso en pie dejando ver su imponente armadura, camino sin prisa hacia el grupo de humanos, su cabello atado en una coleta se mecía con su andar, llegando a la altura de los humanos era evidente su gran tamaño, los inspecciono con sus orbes doradas y una sonrisa de medio lado enmarco su rostro — Soy “Inu no taishȯ Amo y Señor de este lugar” — dijo con voz grave y fría.

    - Capítulo V -


    Explicaciones

    Los presentes abrieron sus ojos como platos, aquellas palabras fueron inesperadas.

    — ¿Cómo que el amo y señor? — pregunto Belzze viendo de reojo a su papi

    Con una elegante sonrisa Inu no dijo — A ese ni le hables porque no te responderá — y anticipándose a su pregunta — fue parte del trato —

    El demonio ya no dijo más, pero era el turno de cierto mercenario molesto — Disculpe amo y señor — lo llamo con sarcasmo — ¿qué ha sido todo ese teatro? —

    El gran demonio levanto una ceja y divertido respondió — no quiero que cualquiera pise mis dominios —

    El aludido perdió la compostura — ¡no digas idioteces, exijo una explicación! —

    Soltando una leve risa respondió — pues veras aquí el “señor todo lo puede lord”, entiéndase Lucifer se creía superior a mí — dijo mientras se encaminaba a su cómoda silla y estiraba los pies sobre su sirviente — le dije que se equivocaba así que decidimos dejarlo a la suerte, y colocando varios retos en un recipiente elegiríamos uno para enfrentarnos — hizo una pausa para llamar a una joven demonesa que le sirvió sake.

    Nuestros espectadores miraban la escena confundidos y cierto enano con lujuria, después de hidratarse un poco prosiguió — el reto que salió era absurdo — dijo divertido — “Rayuela”, ¿pueden creerlo perdió en un juego infantil? — no pudo contener la risa, ni tampoco los presentes; las carcajadas resonaban en el palacio y como si fuesen viento se esparcieron en todo el lugar, recobrando la compostura y secándose unas escurridizas lagrimas les dijo — el trato era algo material, en este caso este lugar y Sounga, además de un extra yo admitiría que él es mejor que yo y el que sería mi sirviente —.

    Ninguno lo podía creer, algo tan patético era imposible pero sus ojos lo confirmaban; Inu no prosiguió — y en cuanto a sus desafortunados incidentes no fue mi culpa, estoy remodelando y llegaron en mal momento — admitió, los mercenarios tenían un tic nervioso — por cierto, si van a permanecer en este sitio cámbiense de ropa y bajen a ayudar — termino de hablar y volvió a beber pero ellos no se iban — ¡que es lo que esperan, andando! — ordeno.

    El líder de los guerreros no protesto, no estaba de ánimos ya después se desquitaría con el afeminado demonio. Se dirigió a las escaleras con sus camaradas tras él y ahí los esperaba una demonesa con ropas nuevas, las cogieron y bajaron las escaleras.

    Se encontraban vistiéndose a medio camino, las miradas inquisitivas del pequeño demonio se posaban en Bankotsu pero ya no importaba, su molestia era enorme y estaba acumulando su ira para desquitarse con Renkotsu o con el susodicho. Llegando a tierra comenzaron a andar, el ordeno separarse, quería estar solo y analizarlo todo.

    El camino no era molesto todo era paz y tranquilidad, una vez desviado del pulcro sendero pudo observar a los demonios construyendo las casas y a unos cuantos humanos ayudar. Él no quería eso — ¿Quién rayos era ese sujeto? — pensaba el mercenario mientras se dirigía hacia el lago.

    Una vez cerca de este tomo asiento bajo un árbol, no había sol, es mas no sabía si existía tal cosa en ese lugar, ni siquiera una miserable brisa de aire fresco y ese molesto cielo magenta le daba nauseas. Él quería ver un caos al llegar, pero no, lo único que consiguió fue otro rarito, quedarse sin pelo y para rematar un asqueroso lugar de vida de ensueño.

    — Maldito loco — refunfuño el moreno, ya tendría tiempo de pensar en cómo volver todo un caos, después de todo ellos eran 7 y el solo uno.

    Divertido contemplo a las peces o ¿aves? saltar fuera del agua, respiro hondo y fijo su azulina mirada en el horizonte — será divertido — afirmo para sí y cerró sus ojos dejándose vencer por el sueño.

    Después de todo él era “Bankotsu Líder de los siete guerreros” el más fuerte y quería seguir siéndolo, estaba claro que un torpe demonio no se lo impediría. Ese lugar y todo lo que en el habitaba seria suyo.


    Continuara….
     
  2.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Pluma de
    Escritora
    Hola xD

    Una gran aventura han vivido estos personajes en este mundo del averno, tan raro y bien definido. Precisamente la actividad se trata de crear mundos extraños y fantásticos y tú has creado uno. Describiste bien el entorno e hiciste que los 7 guerreros se vieran en apuros, y también confieso que me sacaste varias sonrisas con la narración, sin embargo hubo momentos en que me pareció forzada la lectura.

    Y en cuanto a esta, debo decirte que se da por supuesto que este es un foro en español, no obstante al redactar tu escrito lo has hecho al estilo amaricano... o inglés, pero ni siquiera lo hiciste bien, porque la redacción en inglés no utiliza los guiones en los diálogos, además, el guión después de terminar el diálogo no va. En cuanto a la ortografía, noté la ausencia de muchos acentos.

    Aquí las palabras que deben llevar acento en tu escrito:

    último, echó, sumaría, sudó, frío, miró, pensará, llamó, informó, cuestionó, guardó, inmutó, colocó, retiró, preguntó, estiró, habló, agregó, continuó, escasés, infló, gritó, exclamó, expresó, hacía, resultó, ordenó, retó, haré, arrastró, reprochó, suspiró, dejó, jaló, reprochó, desató, tomó, golpeó, desencajó, fulminó, pronunció, caminó, inspeccionó, enmarcó, levantó, náuseas, respiró, fijó, afirmó y sería.

    Pezuña se escribe con z, no con s.

    Una disculpa por la corrección. ¿Por qué lo hago? Porque deseo que si te gusta escribir, mejores en estos aspectos.
    Tienes una muy buena imaginación, sigue así y no te desanimes. Adelante siempre. Por ahora, mi calificación es:

    2/5
     

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