Sin salida

Tema en 'Relatos' iniciado por Shassel, 13 Marzo 2014.

  1.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    29 Octubre 2012
    Mensajes:
    465
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Sin salida
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4608
    Este es un tema creado para la Actividad: Cuentos oscuros organizada por Cygnus, espero la disfruten.


    SIN SALIDA
    La vida es sencilla, es fácil cometer errores. Los caminos son solo caminos hasta que uno decide detenerse y no continuar.

    Un error, un camino… es extraño como todo puede detenerse en tan solo un segundo. Si tan solo lo hubieran sabido antes…


    Era un día cualquiera, el clima era inquietante y el aburrimiento abrumador. A tan solo unas horas de anochecer, ellos ya habían decidido todo. Un par de cámaras, una filmadora, unos cuantos chistes y eso era todo. La hora de su pequeña y última aventura estaba a punto de iniciar.

    Al llegar a la entrada del antiguo edificio, ninguno daba crédito a lo que veían sus ojos. Como era posible que aquella rústica pieza de arquitectura permaneciera aún como nueva, las leyendas que corrían a su alrededor sonaban cada vez más absurdas. Cerca de 80 años abandonada y todo parecían haberse levantado hace apenas unas horas, incluso podías sentir el olor a pintura fresca y la fragancia de rosales frescos recorriendo el ambiente. Era incómodo ver el brillo de las lustrosas ventanas chocar contra tus ojos y esa inexplicable sensación de intranquilidad acariciar tu espina.

    Mentira o realidad, el hospital de “San Crisóstomo”, se había vuelto, en los últimos días, el centro de atención de la inquieta mente de las 5 traviesas siluetas que en ese mismo instante saltaban sobre los muros del hospital para adentrarse en su misterio.


    — ¡Están listos, muchachos! —gritó entusiasta, Alexey, el más joven del grupo mientras encendía su costosa grabadora y la dirigía hacia donde se encontraban sus amigos.

    — Serás idiota —le espetó Irina un tanto molesta, el frío que comenzaba a sembrarse a su alrededor era suficiente para alterarle los nervios—, espera a que entremos en el hospital primero, si sigues gastando la pila de la filmadora en estupideces, no podremos filmar el momento en el que el engendro que se esconde en ese hospital te arranque los intestinos. Jajaja

    — Ehm, veremos quién se come a quién —replicó el joven con sarcasmo, jamás le permitiría verlo temblar.

    — Bien, recuerden bien sus prioridades y repórtense en la recepción del hospital en cuando recojan evidencia, chicos —ordenó con mesura, Antonina, quién, forzando su alma a no temblar y escapar del recinto, disponían como debía llevarse a cabo la misión que sus locos amigos y ella se auto-designaron.

    — Sí, mi general —respondió Yuri burlonamente, su pose chico molesto podía salir a flote incluso en los momentos más inoportunos.

    — Deja ya de molestarla, Yuri —le reprendió Sergey con severidad, la manera en que ese chico molestaba a su novia estaba empezando a colmarle la paciencia—, si sigues así te juro que…

    — Qué, ¿qué, Romeito? ¿Acaso tu noviecita no tiene los pantalones para defenderse sola?

    La cara de molestia que le dedicaron todos los presentes fue suficiente para callar el pesado humor del rubio por al menos unos instantes. Incluso él percibió que su comentario había sido inapropiado y estúpido. A veces le costaba comportarse adecuadamente frente a una chica.

    — Como sea, vayamos ya a ese hospital y terminemos con esto de una vez —masculló con indiferencia, intentando, sin éxito, desviar la atención del resto.

    Sin perder más tiempo, el grupo de jóvenes se adentró en el hospital y se repartió los distintos niveles de la enorme estructura. Sergey y Antonina en la planta alta. Yuri y Alexey vigilarían el 4to y 3er piso mientras Irina y Mijail se encargaban del 2do y 1er piso.

    La media noche ya casi llegaba y ninguno había encontrada nada que pudiese ayudarlos a cumplir la apuesta hecha con el resto de sus compañeros del instituto. Tras revisar los cientos de cuartos que albergaba el enorme hospital, todos estaban a punto de rendirse y aceptar su derrota.

    — Esto es tonto —bufó Yuri mientras se tumbaba en el suelo y tiraba la cámara a una de las esquinas de la enorme y vacía habitación—, nadie nos dijo que este hospital no tenía ni el más mínimo rastro de evidencia.

    — ¡Mi cámara! —gritó Alexey mientras corría a alcanzar la cámara que yacía solitaria sobre el suelo—, mira tio, si tanto quieres quejarte y ser un estorbo, porque no te largas y dejas de fastidiar mis pertenencias.

    Tras dos horas de quejas y reclamos, el joven estaba fastidiado de la actitud de su compañero. La soledad y oscuridad del hospital eran pocos comparados con la molestia que había resultado ser su acompañante.

    — Bah, si eso es lo que quieres, por mí, está bien. Solo no vengas llorando a mí cuando tengan que pagar los diez mil pavos que apostaron.

    — ¡La apuesta la hicimos los 6! —replicó el joven con frialdad. Pero el joven ya ni siquiera le oía, la prisa por abandonar el lugar y dirigirse al primer bar que encuentre eran más fuertes que su preocupación por las amenazas de su amigo.

    Viéndose abandonado, Alexey decidí recoger su cámara y continuar con su cacería de imágenes paranormales, tanta era su furia que ni siquiera se dio cuenta que la cámara había captado una imagen extra al caer producto de la desesperación de Yuri.

    Ya casi era media noche y aun sin evidencias, los 5 jóvenes decidieron abandonar su investigación y proceder a reunirse en la planta baja tal como había sido acordado antes de llegar al recinto médico.

    Sus rostros lucían agobiados, diez mil rublos era una cantidad importante de ignorar. Ahora es cuando comenzaban a arrepentirse de haber hecho una apuesta tan ridícula.

    — Fantasmas, sí, como no… —susurró Irina mientras recorría una por una, todas las fotos que había logrado captar con su cámara.

    — Esto fue una tontería, no sé cómo pudimos hacer la apuesta, idiota Vitaliy, idiota apuesta, idiota Yuri… —gritó molesto Alexey mientras se reunía al resto del grupo y les entregaba la cámara.

    — Eh —dijo con curiosidad Antonina al verlo llegar sin compañía—, ¿Y el idiota que iba contigo? ¿Dónde está?

    El interrogado frunció el entrecejo aún más y tras a escupir con desdén en dirección a la salida del hospital, finalmente accedió a contestar la pregunta.

    — Se ha largado —gritó con cólera—, además, no piensa ayudar a pagar la apuesta. Si no fuera por ese idiota ni siquiera estaríamos aquí y ahora…

    El resto suspiró con fastidio. No era la primera vez que Yuri hacía algo como eso pero, resultaba tedioso tener que pagar, por milésima vez, los platos que él rompía.

    — Olvídate de ese imbécil y concéntrate en la misión, si no reunimos evidencias de que este lugar esta “hechizado”, Vitaliy nos hará pagar la apuesta que el desgraciado de Yuri hizo con él —le dijo Mijail con su acostumbrado tono neutral, a pesar de su rostro serio y hasta un poco malhumorado, él nunca perdía los estribos.

    — No hemos reunido nada y ya solo nos queda un lugar por recorrer —le replicó Antonina mientras trenzaba su larga cabellera rubia con desesperación—, y yo, no pienso bajar a…la morgue—Apenas y pudo completar la frase, por más que quisiese disimularlo, su blanca piel se erizaba ante la sola idea de tener que ir a ese lugar.

    — Tus nervios están comenzado a aburrirme, Antonina —reclamó la otra fémina del grupo—, ahora veo por qué los hombres nos consideran unas miedosas. No avergüences más a nuestro género y baja de una maldita vez.

    Ahogando una risa malsana, todos comenzaron el descenso al subsuelo. Unas sórdidas campanas comenzaron su sepulcral canto nocturno desviando la sensible atención de los jóvenes aventureros. Ni siquiera percibieron que, al momento de abrir la puerta, había escogido el camino equivocado. El pasillo escalonado que dirigía al último piso, parecía muy distinto a la arquitectura del resto del edificio, sus paredes empedradas y húmedas lo hacían parecer mucho más antiguo de lo que realmente era, las telarañas polvorientas que se extendían graciosamente a lo largo del camino parecían querer detenerlos y obligarlos a dar marcha atrás. De apoco, la temperatura del ambiente comenzó a descender haciendo que la mayoría tiritara sutilmente a través de sus gruesos abrigos de piel. Considerando el lugar al que iban y la hora a la que se encontraban, ninguno prestó verdadera atención al clima.

    La llegada al lugar fue de lo más aburrida, ninguno, a excepción de Antonina, parecía estar asustado e incluso hubo una que otra broma sobre los miles de relatos que corrían alrededor del origen del hospital, todos estaban al tanto de que el mismo había servido de refugio a las víctimas de la guerra fría pero, a más de los rumores, ninguno conocía nada acerca de las causas que llevaron a un hospital tan prestigioso como el “San Crisóstomo” a su total abandono.

    — No es curioso —señaló Sergey mientras terminaba de revisar las ultimas fotos que había capturado la cámara de Alexey—, a parte de esas horribles pinturas y cuadros en el 2do piso, este lugar no tiene nada, es decir, está en perfecto estado pero, no tiene nada. Ni muebles, ni instrumental quirúrgico, nada. Ni siquiera hay basura o polvo acumulado.

    — Todos nos dimos cuenta de eso, Sergey, la pregunta es qué haremos ahora —dijo Antonina un poco más relajada.

    — Buscar bóveda por bóveda, qué más —contestó Irina con una mirada sádica resplandeciendo gracias a la luz de las linternas que le servía al grupo para iluminarse.

    — Estás… loca... — gritó torpemente Antonina, sus dientes no podían evitar castañear por la mezcla de frío y miedo cerniéndose sobre su cuerpo. Odiaba admitirlo pero, estaba asustada.

    Debatiéndose entre miradas, los cinco jóvenes parecían un poco reacios a acatar la idea de Irina, una extraña sensación de intranquilidad les impedía instintivamente actuar de una vez por todas. Inmutados ante el desconcierto, paralizados por la superstición, ninguno se atrevió a moverse hasta que…

    — Yo, no me atrevería a hacer tal locura si fuera vosotros —musitó una extraña y femenina voz a sus espaldas, la sorpresa de a ver sido encontrados en un lugar prohibido, los hizo instintivamente salir corriendo de miedo en cualquier dirección posible, la joven misteriosa, solo pudo contener una risa mientras veían como, entre trompicones, los jóvenes chocaban contra la pared del antiguo salón, ninguno había visto que la única entrada o salida del lugar estaba siendo bloqueado por la femenina presencia—. ¡Calma, calma! ¡No les haré nada! Tranquilos —les dijo la joven con parsimonia, el momento de las bromas había acabado ya.

    — ¿Quién es usted? —gritó Sergey en tono autoritario.

    — Tan solo una chica buscando aventura —les respondió coquetamente mientras se giraba sobre sus talones y avanzaba lentamente hasta las bóvedas de metal que en tiempos antiguos se usaba como depósito de cadáveres—, y esto no es, precisamente, algo que ninguno de vosotros quisiera abrir, no, si de verdad valoran sus preciosos traseros.

    La obscuridad del lugar les impedía ver a ciencia cierta el aspecto de la mujer, y aunque su voz sonaba madura; sus pasos eran sutiles y delicados. Nadie quería encararla, su presencia sorpresiva solo consiguió paralizarlos aún más. Una mujer, sola y a esa hora, solo podía significar problemas.

    Atosigado por la inquietud, Sergey enfocó la linterna hacia aquella mujer probando que ella, sorprendida, cerrara los ojos instintivamente hasta acostumbrarse al severo cambio de luz. La belleza de sus finos rasgos y la ligereza de su vestimenta, solo consiguió cautivar a Sergey y el resto de sus amigos de una manera extraña, parecía ser extranjera, cabellera negra y recogida en un moño, un largo y delicado vestido blanco que le llegaba a las rodillas y unos sencillos zapatos de tacón bajo. No llevaba abrigo y a pesar de la baja temperatura, su piel lucía cálida y ninguna opresión sacudía su cuerpo. Lucía radiante, como una modelo lista para el primer flash de la sesión fotográfica.

    — Los depósitos reúnen bacterias, bacterias peligrosas —continuó ella rompiendo el silencio—, acaso ¿no pensaron en ello?

    Como si hubiesen sido golpeados por un rayo luminoso, todos inclinaron la cabeza avergonzados, no tenían argumento con el cual defenderse. El único que parecía no poder confiar aún en ella era Sergey, sus profundos ojos azules la miraban atento sin perder uno solo de sus movimientos.

    — Oye —musitó Antonina a la defensiva.

    — ¿Sí?

    — ¿Qué haces aquí, tan sola y… sin un abrigo?

    La mujer solo esbozó una sonrisa pícara que dejó a todos aún más perplejos, su silencio comenzaba a ser molesto.

    — Al igual que vosotros, solo he venido a investigar, mi nombre es Eliana —dijo finalmente mientras se dirigía a las escaleras—, vamos — susurró en un murmullo que todos parecieron escuchar claramente pues, ni bien terminó de decir estas palabras, ellos no pudieron evitar seguirla.

    — ¿A dónde vamos? —le preguntó Alexey un tanto sorprendido y asustado.

    — Saben, —respondió ella sin devolverle la mirada—, hace 70 años, una enfermera apellidada McConelly fue designada a este hospital tras haber sido retirada como apoyo a las fuerzas armadas situadas en Berlín Occidental. No sé mucho a lrespecto pero, al parecer, tras un embarazo traumático y conflictivo que terminó en aborto, la mujer decapitó al hijo del director del hospital y le entregó su cabeza en una caja decorada como un hermoso regalo, el director, al ver a su único hijo de esa manera enloqueció de rabia y asesinó a la enfermera ocultando su cuerpo en algún lugar de este enorme hospital. Enterrada, incinerada o diseccionada, nadie sabe a ciencia cierta como pero, luego de su horrendo crimen, la mujer desapareció y poco después también lo hizo el director del hospital.

    Todos escuchaban la historia sin atreverse siquiera a parpadear, la seriedad de las palabras de la mujer los envolvía en una extraña aura de fascinación y escepticismo. De entre las miles de teorías locas del lugar, ninguno había escuchado antes aquella historia.

    — ¿Y tú…?—le preguntó Alexey un tanto sorprendido—, ¿Cómo sabes eso?

    — Investigo, niño —respondió ella con mesura—, investigo. Y por eso tan ustedes también. ¿No?

    — ¿Y la maldición? —intervino Irina— ¿Sabes algo al respecto?

    — Uhm, que os puedo decir. Creo que deberían verlo con vuestros propios ojos. Si la leyenda es cierta, es tarde ya como para poder escapar, no sin antes, terminar el juego.

    Ni bien terminaron de subir los escalones de regreso a la romera planta, el olor a carne putrefacta golpeo sus narices, obligándoles a reprimir su aliento y cerrar los ojos por un instante. La imagen impecable del hospital había sido transformada en la horrenda y dantesca escena de un matadero. Sus paredes lucían sucias y descoloridas. Sus ventanales ennegrecidos apenas y dejaban entrar los tenues rayos de la luna. Los pisos lucían desgastados y cuarteados, y, además de los cientos de papeles regados y maldiciones escritas a lo largo y ancho de las paredes, el lugar seguía estando vacío.

    — Qué diablos… —señalo Sergey atónito. Sus ojos parecían querer saltar de su rostro y su mandíbula se tensó junto con sus puños. En solo unos segundos, toda su concepción de la realidad y la lógica pegó un brinco por la ventana y escapó de su cabeza.

    Sus amigos estaban igual de conmocionados, Irina casi se desmaya al darse cuenta de lo sucedido, aferrada fuertemente al brazo de Sergey, permaneció impávida con la boca abierta y sus iridiscentes ojos brillando debido a la presencia de unas traicioneras lágrimas. Incluso la seriedad y fortaleza de Antonina parecieron derrumbarse, su cuerpo temblaba con evidencia y su dorada cabellera parecía haber encanecido en tan solo unos segundos.

    Sorpresa no era algo que describiese aquella situación tan absurda. Si es que era una broma, la brevedad con la que aquel lugar se trasformó así era, totalmente, increíble e improbable.

    — Ese Yuri —dijo Mijail provocándoles un espasmo a todos los presentes—, será idiota —Dominado por su mente lógica, prefirió omitir los aspectos sobrenaturales y buscar, bajo todos los medios, una manera de evitar que sus amigos cayesen víctimas de un coma.

    Como si de un rayo de luz se tratase, todos comenzaron a reír entre improperios contra la broma astuta de su desaparecido colega.

    — Creo que será mejor que nos vayamos —sugirió Alexey—, ya nos la pagará mañana ese idiota de Yuri.

    — Sí —confirmó Antonina—, y que ni se le ocurra pensar que escapará de la deuda.

    — Sí mejor ya vámonos —insistió Irina, quien aún no salía por completo de la impresión. ¿Señorita, viene usted también? — preguntó dirigiéndose a la reciente miembro de la expedición.

    — Me temo que, aún necesito hacer algo —respondió con frialdad mientras se dirigía a los escalones que llevaban a la segunda planta—, supongo que, nos veremos después —terminó por decir. Al ver la decisión con la que aquella mujer se alejaba en dirección a las sombras, los jóvenes se marcharon del lugar sin prestarle demasiada importancia, estaban cansados y si, aquella mujer había logrado entrar sola sin que nadie la percibiera, era más que evidente que no necesitaría ayuda para salir del lugar—. Claro, si es que logran sobrevivir —sentenció la chica en un murmullo tan débil que solamente ella pudo escucharlo.

    Agotados tanto física como emocionalmente, los jóvenes se dirigieron a una de las salidas del edificio dispuestos a marcharse del lugar. Sin embargo, al empujar la enorme puerta de acero, todos se sorprendieron al ver que esta no cedía, aún, cuando todos aplicaron su peso contra ella. Parecía haber sido sellada herméticamente y por más lucha que hicieron, ninguna consiguió moverla ni siquiera un centímetro.

    Furioso ante la situación, Alexey tomó una de las piedras que encontró a su alcance y la estrelló contra uno de los ventanales del edificio rompiéndola en mil pedazos.

    — Larguémonos de una vez —les indicó a los demás.

    Sin embargo, justo cuando todos se disponían a salir, una extraña tela rojiza que se extendía a lo largo y ancho de la ventana les obstruyó la salida. Todos permanecieron petrificados al observar como aquel amorfo lienzo goteaba un espeso líquido marrón.

    — Yu… ¡Yuri! — musitó presa del pánico Antonina al reconocer, gracias a la luz de su linterna, el rostro magullado de Yuri convertido en aquel lienzo. No, no solo era su rostro, toda su piel había sido convertida en una horrorosa cortina humana.

    Dando trompicones el grupo empezó a dar marcha atrás parecía una manada de caballos desbocados buscando la salida de una caja cerrada no sabían exactamente a donde ir las ventanas y esa puerta eran su única salida

    — Ahora ven a lo que me refiero — les dijo Eliana apareciendo repentinamente a sus espaldas —el hospital esta maldito, si no logramos encontrar la respuesta jamás lograremos salir de aquí. Lo sabrán si van al segundo piso

    Ninguno entendió nada… la sorpresiva aparición de la chica, la piel de su amigo convertida en cortina… su mundo se había vuelto loco y no había forma de evitarlo… ¿O sí?

    Sin preguntas, corrieron a la parte de arriba dejando a la chica nuevamente atrás. Estaban asustados que no percibían nada más que el intenso latir de su corazón golpeándolos en el pecho.

    — Las imágenes —gritó Alexey al ver como los cuadros que hace solo unos instantes habían estado lleno de imágenes de hombres y mujeres de antaño, ahora lucían completamente en blanco— Qué ocurrió con las imágenes?

    — Son almas condenadas —le respondió Eliana nuevamente, como hace unos minutos, había vuelto a parecer frente a los chicos aun cuando ellos la había abandonado en el piso inferior. Los chicos no pudieron evitar emitir un grito ahogado al escuchar la voz de aquella misteriosa dama pronunciándose a sus espaldas.

    — Almas condenadas… —susurró lóbregamente Sergey—, mire, señorita, si lo que pretende es jugarnos una broma junto con el idiota de Yuri, felicidades, han sido muy convincentes pero…

    — ¡Ja! —espetó la chica con desprecio. Y, tras dirigirles una mirada asesina, se desmaterializó en una ráfaga de viento helado que bañó el ambiente en un frío que parecía incrementarse a cada instante—. Piensa lo que quieras — le gritó a través del viento—,solo te diré que tienen una hora para encontrar la verdadera esencia del mal que oculta este lugar, de lo contrario, solo conseguirán terminar como un cuadro más de este despreciable salón.

    El eco de su voz retumbó incansablemente contra las paredes de su cabeza una y otra vez, a partir de verla desaparecer, ninguno movió un solo músculo, ni siquiera podían gritar o pensar con coherencia. Su sentido de supervivencia los había hecho paralizarse de miedo y, a estas alturas, ninguno entendía nada acerca del laberinto en el que, por una tonta apuesta, habían terminado encerrados.

    Arrastrando los pies con torpeza, Alexey se acercó al lugar donde había desaparecido la chica y, extendiendo la mano, comenzó a dar manotazos a la nada. ¿Había sido real? Atosigado por las crecientes dudas, volvió abajar a la primera planta y, sin miramientos, arrancó la cortina sanguinolenta hecha con la piel de su amigo.

    — Es una broma —rió de manera maquiavélica—, solo una broma —continuó diciéndole a la nada. Se estaba volviendo loco. Acercando a su boca la mano que aferraba aquella extraña cortina, le dio un poderoso mordisco devolviendo su estómago poco después, el sabor metálico y nauseabundo de la sangre coagulada golpeó su conciencia de un modo perturbador. Era real, su mayor miedo se había vuelto realidad. Su amigo estaba muerto, había mordido su piel, estaba encerrado y no tenía idea de cómo escapar.

    La mirada atónita del resto de sus amigos recayó sobre él al verlo caer de rodillas sobre la piel de su amigo. Si es que necesitaban una respuesta, ninguno parecía querer comenzar a buscarla, sus mentes permanecían en blanco y sus corazones no podían detener el ritmo acelerado al que corrían. Aun cuando la solución más lógica era la de dividirse y encontrar por separado lo que sea que aquella mujer fantasma necesitase, ninguno quiso hacerlo. No después de lo de Yuri.

    — La oficina del director —musitó Antonina entre sollozos, su fortaleza había desaparecido por completo. Solo pensaba en lograr salir de aquel horrible lugar y salvar la vida. Abrigados bajo aquella leve esperanza, tomados de las manos, comenzaron el ascenso hacia el lugar más lógico que se les vino a la mente: la planta alta, el lugar en el que antes solía estar la oficina del director. Además, no tenían muchas opciones.

    Si la historia de la mujer había sido una pista, era necesario encontrar las causas por las que la enfermera McConelly decapitó al hijo del director y desapareció sin dejar rastro. Eso y, porqué habían desaparecido los rostros de aquellas pinturas.

    El tiempo estaba en su contra y justo cuando creían que nada más podría estar peor, las baterías de sus linternas se acabaron sumergiéndolos en la más profunda oscuridad. El susto de verse indefensos en aquel lugar, los hizo soltarse de las manos y cubrir sus bocas con las mismas para intentar ahogar sus gritos. Grave error.

    — ¡Antonina! —le susurró una voz temerosa.

    — ¿Alexey? —volvieron a llamar.

    — Sergey…

    — ¡Irina! ¡Ayúdame!

    — ¡Mijail! ¡Por aquí!

    A los oídos de cada uno, una diferente voz comenzó a guiarlos en variadas direcciones para separarlos uno de otro. Cegados, solos y atemorizados, todos comenzaron a sumirse en una extraña visión del antiguo hospital y sus habitantes.

    Sus paredes atestadas de enfermos, las habitaciones rebosantes siendo vaciadas poco a poco. La oficina del director…

    — ¡Enfermera McConelly! —le gritó un maduro aunque atractivo hombre de bata blanca a una de sus subordinadas, sin embargo ella no pareció intimidarse ante la prepotencia del hombre y, ocultando las lágrimas que manaban de sus ojos. Se alejó de él sin regresar siquiera a verlo.

    Ignorando las causas de aquella situación, Antonina permaneció de pie, muy quieta y silenciosa. Atraída por un poder sobrenatural, decidió abandonar su prudencia y seguirá a aquel hombre hasta su oficina.

    La habitación lucía lujosa, llena de libros y sofisticados muebles de madera. En una esquina, sobre un intrincado anaquel, su vista se detuvo al ver encerrados en lustrosos frascos de variados tamaños, un sinfín de pequeños corazones, cerebros y otras vísceras que no supo identificar. La imagen era demasiado asquerosa para su gusto, mas, aun cuando tenía ganas de vomitar, no pudo hacerlo. Los golpes que aquel hombre comenzó a propinar a todos los muebles que aparecieron a su paso desviaron su atención por completo. El hombre lucía molesto, su sofisticado y varonil rostro permanecía tenso en una horrible expresión de descontento cada vez que centraba su vista en un delicado papel que arrugaba y estiraba desenfrenadamente.

    Intimidada ante la violencia de aquel hombre, Antonina se encogió sobre su tamaño y permaneció nuevamente inmóvil sin saber que más hacer. Permaneció largo tiempo, la furia del hombre parecía ser incontrolable, fue solo al ver como el hombre abandonaba el papel en uno de los cajones de su escritorio y dejaba la oficina, que ella tuvo el valor que volver a moverse.

    Al verse sola y momentáneamente a salvo, decidió registrar la oficina y revelar la causa de semejante berrinche por parte del hombre. Tomó el papel entre sus manos y lo leyó

    TEST DE EMBARAZO: Positivo”

    La enfermera, estaba embarazada, dijo para sus adentros. Pero, ni siquiera pudo detenerse a analizar la situación por mucho tiempo ya que la foto amarillenta de un niño con su padre y su flamante madre brillaron ante sus ojos con mayor intensidad. Pero no solo eso…

    “Nos veremos donde siempre” Te ama, Eliana. Se leían al reverso de una hermosa carta decorada con flores secas.

    — ¡No! —gritó Irina al comprenderlo todo.

    — Yo era joven…—le susurró otra voz a sus espaldas. La joven solo pudo caer de bruces al ver a la anteriormente bella mujer volver transformada en un cadáver putrefacto— Lo amaba, él no. Es solo que… como él conocía mi historia pensé que… solo él podría amarme. Me violaron, me degradaron como a cualquier mujerzuela y luego, cuando me reasignaron a este hospital… solo quería comenzar de nuevo, solo quería ser feliz.

    Atragantada por su propia saliva, Antonina comenzó a toser con brusquedad sin dejar de ver a aquella mujer enjuta que la miraba con profunda tristeza. Quería hablarle, suplicarle que la perdone a ella y sus amigos pero, el miedo que anudaba su garganta era tan grande que apenas y podía respirar.

    — Un alma en pena es un alma confundida, resentida… Los vivos son solo enemigos que no quieren ayudar —continuó la mujer—. Nadie lo entiende, por eso están aquí —le indicó la mujer en tanto aparecían frente a la asustada muchacha todos aquellos cuadros que descansaban en la segunda planta—. Primero fueron los pacientes, luego las enfermeras, los doctores, nadie quiso ayudarme, nadie entendió mi dolor. Debía llevármelos, solo entonces podrían saber cuánto se sufre en el infierno. Yo estaba embarazada. Él no quería un escándalo que alejase a su acaudalada mujer. Y por eso…—Las lágrimas comenzaron a brillar sobre el carcomido rostro de la mujer— ¡Asesinó a mi bebé! ¡Me asesinó a mí! ¡Y luego ocultó mi cadáver en el lugar donde juró que me amaría eternamente! ¡No es justo! ¡ÉL DEBÍA MORIR! ¡Ustedes deben morir! Nadie puede liberarme…—Y tras decir esto, el brillo enceguecedor de un rayo atacó a Antonina sin darle tiempo a reaccionar, eso fue todo.

    Cuando logró despertar, el pálido brillo de la luna le iluminó la vista revelando su final. lejos de ella, convertidos en tristes fotografías a blanco y negro enmarcadas en un pequeño cuadro, sus amigos le miraban con tristeza sin dejar de golpear el aparentemente delicado cristal que cerraba su jaula. Quiso extender sus manos, romper el cristal que también encerraba su mundo y escapar pero… la risa burlona de aquella extraña mujer mirándola fijamente la frenó en seco y la obligó a llorar.

    — No —canturreó Eliana mientras acunaba el cuadro de Antonina entre sus brazos—, no te puedes ir, lo siento. No quiero estar sola, no quiero…





     
    • Me gusta Me gusta x 4
  2.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    28 Abril 2011
    Mensajes:
    4,151
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Bien, veamos.

    Pondré el argumento aquí ya que no lo colocaste:

    3. Tu protagonista es un joven adolescente que, junto con cinco amigos, acude por diversión a un viejo hospital abandonado que cumplió sus funciones durante la época de la Guerra Fría. Movido por la curiosidad, él y sus acompañantes deciden entrar con linternas y recaudar información acerca de su existencia y qué cosas verdaderamente ocurrían ahí. El hospital tiene una leyenda urbana: determinen ustedes cuál. Necesitaré que me digan qué fue lo que vieron cuando se adentraron en su oscuridad absoluta, puesto que algún ser (decidan ustedes cuál) los acecha y les ha impuesto una condición espeluznante para poder salir con vida. Elaboren su historia, sus personajes, decidan si todos viven, algunos mueren o todos mueren, y sobre todo por qué ocurren esas cosas.

    El argumento lo has respetado casi al pie de la letra, incluso colocando a los seis personajes que se te han pedido, junto con la condición del espectro y su constante acecho. Lo único que te faltó respetar fue el hecho de que el hospital debía cumplir sus funciones durante la Guerra Fría, y tú lo encuadraste en la SGM. Independientemente de la trama de tu relato, debías ceñirte a ello... En fin.

    Veamos, la trama es delicada y minuciosa, explicando con ello la extensión del relato, que me parece muy apropiada dado que se narra Horror/Aventura. Aciertas muy bien al darle una base o respaldo a todos los acontecimientos, explicando al final por qué ocurre todo, quién es el espectro que se aparece en el hospital y por qué ronda ahí. Incluso qué pide. Fue lo más agradable de leerlo, que al final quedó convincente, con una historia detrás de todo y situaciones paralelas que terminan conectándose.
    La ambientación es muy buena, pero sólo después de la mitad en adelante. Yo quería saber cómo lucía la fachada y los primeros cuartos que investigaron y sentí que en eso nos quedamos cortos. Eso sí, nada puedo reprochar de la segunda parte del cuento, en donde se nos ofrecen minucias del entorno, los cuadros, las ventanas, etcétera. Incluso la visión en donde se encuentran con el director y la enfermera fue bastante buena.
    Un problemita que veo es el desarrollo de los personajes. Nos quedamos muy cortos en ello, también. Creo que manejar seis personas te resultó un poco pesado, no dejándoles una personalidad muy definida a ninguno y sobre todo, una amplia participación. Me parece que el hecho de que sólo uno haya sido eliminado durante el transcurso del relato dejó que cinco personajes con características muy distintas se fundieran en uno solo, un personaje grupal. Tanto trabajo te costó desarrollarlos que incluso confundes al final el nombre de Antonina con el de Irina. Hubo personajes como Mijail o la misma Irina que parecían tener propuesta y resultaron muy invisibles para el final. Asimismo, me hubiera gustado que Alexey tuviera un rol más protagónico. Así que en el apartado de los personajes, no me agradó mucho.
    Aunque a esto último debo hacer una excepción: el personaje antagonista es maravilloso. Es un verdadero misterio desde el principio, y disimula bien sus negras intenciones, sin llegar a lo cliché, tratando de "aliarse" en cierto punto con los muchachos. No había casi dudas de que ella era un fantasma por como nos lo habías planteado desde que la hiciste aparecer, pero supongo que fue parte de la intención. Además, el hecho de ser "malvada pero víctima en el fondo" siempre refleja un tanto de dulzura interna.
    Por ese lado, me gustó bastante la antagonista.

    En la ortografía no hay mucho que reprochar, si bien hubieron algunos detalles; el uso de los guiones de diálogo necesitas practicarlo ya que no es correcto dejar un espacio luego de ellos.


    Dando trompicones el grupo empezó a dar marcha atrás parecía una manada de caballos desbocados buscando la salida de una caja cerrada no sabían exactamente a donde ir las ventanas y esa puerta eran su única salida

    A veces hay que revisar las comas, punto final, etcétera.

    En fin, el cuento es entretenido, no demasiado original pero convincente. Considerando que había que ceñirse a un argumento pre-establecido, lo has hecho bien. Básicamente esto era lo que esperaba de un argumento como el 3.

    Mi valoración: 8.5/10
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  3.  
    Yukionnatifa

    Yukionnatifa Stephanie la Loca

    Leo
    Miembro desde:
    17 Febrero 2014
    Mensajes:
    624
    Pluma de
    Escritora
    Pese, que mi en temática favorita, no me gustan los grupos de adolescente... te puedo decir que fue bueno tu relato.
    Me confundí un poquito con los personajes, pues no los podía ubicar del inicio de tu historia y hube que regresarme donde los presentaste, esto a mi me causo conflicto por la poca personalidad que recibieron.
    El final me pareció realmente bueno, me encanto este ente obvio, pero que por miedo nadie se atreve a reconocer, y me gusto también la transformación del lugar en el clímax.
    y lo que mas me encanto fue la personalidad de Eliana, tanta soledad y sufrimiento...

    Gracias por tu aporte:)
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Bugs Bunny

    Bugs Bunny Guest

    Me ha gustado y siento que es uno de los pocos que he leído de la actividad que ha alcanzado lo pedido. Pese a que la temática del hospital es cliché, me sorprendió de forma grata el detalle de las descripciones limpias y los cuadros. El desarrollo de los personajes tampoco estuvo mal, aunque mientras leía me pareció que te llegaste a confundir entre Irina y Antonina, pero es comprensible, después de todo tuviste que desarrollarlos a todos en un sólo one-shot.

    Algo que no me agradó fue la forma en que se llegó al final, me parece que Yuri fue el único que tuvo un final bizarro, mientras que de los otros no supe nada, siento que personajes como Irina y Mijail tenían potencial y se quedaron cortos. Mi opinión sobre tu escrito realmente es exacta a la de Cygnus.

    Hubieron algunas faltas y también lo que ya señaló Cygnus en la puntuación, pero sin embargo no ha sido un mal trabajo.

    Mi calificación: 8
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  5.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    13 Mayo 2008
    Mensajes:
    2,911
    Pluma de
    Escritor
    Siento que este es un argumento complicado, no por la trama, sino por los protagonistas. Siempre he tenido problemas con las historias que tienen múltiples personajes. A veces me cuesta recordar a cada uno y tengo que re-leer todo de nuevo para ubicarme y eso al final me molesta un poco, pero creo que eso ya es mas algo personal.

    En tu caso, me gusta la ambientación, me gusta la historia, el fantasma y la narración la siento adecuada. Aunque hubo momentos en los que la fuerza que había tomado el curso de la historia se aflojaba, igual no afectó en mucho.

    Algo que si podría decirte es que los tipos de personajes que usaste son bastante comunes... Me refiero a que son los típicos muchachos de película de terror hollywoodense que se adentran a un lugar abandonado por mera diversión. ¿Y que puedo decir?, yo esperaba mas sangre y muertes grotescas. Aunque ese detalle de la cortina con la piel del amigo me gustó bastante.

    No quiero repetir lo que ya dijeron los otros jueces, a mi parecer hiciste un buen trabajo, seguiste bien el argumento y pudiste hacer una historia de terror bastante aceptable viniendo de un argumento tan cliché.

    El aspecto técnico tuvo sus fallas, cometiste algunos dedazos y me parece que usaste mal la puntuación en varias partes. Pero igual eso no quita que la historia haya sido buena.

    Mi calificación : (8/10).

    Saludos.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  6.  
    Bruno TDF

    Bruno TDF Usuario VIP

    Libra
    Miembro desde:
    9 Octubre 2012
    Mensajes:
    5,563
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    A riesgo de repetir lo que ya expresaron los jueces, me gustaría ofrecer mi opinión.
    El cuento en general me pareció muy bueno, pero se vio afectado por el tema de la presentación de los personajes y detalles de la puntuación.

    Por lo que vi en el comentario de Cygnus, te fue asignado una determinada estructura para disparar la labor creativa, y eso incluyó un hospital hechizado, elemento bastante típico en el relato de horror. Lo que me gustó bastante fue que el hospital presentara cierta "pureza" como rasgo ominoso y sobrenatural, ya que se contrapone con aquello que se suele ver con más frecuencia en éste género, y es que el escenario se vea deteriorado y putrefacto desde el comienzo, con murciélagos y árboles muertos :P. A pesar de que el hospital sí adquiere, hacia la mitad de tu relato, un aspecto típicamente terrorífico, eso logró que la trama se volviese mucho más interesante.

    Al margen de lo mucho que me agradó la ambientación, la introducción del cuento me resultó bastante confusa, al punto de que me vi obligado a volver a leerme algunas líneas para comprender qué estaba ocurriendo y dónde se encontraba parado cada personaje. Aquí, cada uno de ellos hizo una intervención conversacional, lo cual me pareció idóneo para presentarlos, pero eso no ocurrió con Mijail, que más adelante es nombrado, sin más, como acompañante de Irina en la inspección del primer y el segundo piso. Luego interactúa con los demás, pero termina en las sombras.
    La personalidad de los protagonistas no alcanzó a manifestarse con mucha fuerza, salvo el caso de Eliana, cuya forma de ser, aspecto y trasfondo me encantaron.

    En otras cuestiones, la escena de Yuri devenido en cortina de ventanal fue, sencillamente, brutal. También la imagen final.

    Por último, noté errores de puntuación y dedazos. No afectaron mucho a la lectura, pero el dilema está en que se repitieron bastante. Mi recomendación es que realices algunas lecturas minuciosas a los próximos escritos, con el fin de dar cacería a esos detalles.

    Sin más, ¡un saludo, gracias por tu cuento!
     
    • Me gusta Me gusta x 2

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso