Desperté de un bosque blanco donde el musgo y la maleza eran sábanas y almohadas, donde las hojas de los árboles eran retazos de sueños, historias. Y me acordé de ti, Paula. Recordé aquellas tardes de verano, tu pelo rizado y tu voz infantil. Evoqué tus historias, y tus sueños de bailarina, de tus piernas largas, desparramadas por el suelo de la cocina, entre risas, volteretas y más risas. Casi dormido, casi despierto, como cuando venías a buscarme a casa de mi tío Alfonso. Bajo la almohada ya suave de tantos lavados, mi mundo era completo. Solos, tú y yo. Éramos niños, y ni siquiera sabíamos lo que significa todavía. Podíamos mirarnos a los ojos, reír como tontos y contarnos casi cualquier cosa. Todo menos lo que aún no existía, porque no sabíamos lo que significaban aquellas cosquillas, esas palabras sin letras, los calores sin color. Tus manos y mis manos nunca se encontraron, pero torpes, se topaban con nuestros cuerpecitos casi infantiles. Jugamos a encontrarnos y a rebuscarnos. Juegos de niños, sueños de mayores, fantasías de por vida. Vencejos locos y tomates maduros. Tardes de siesta en agosto, en la penumbra de la casa de tu abuela. Risas y ecos de pisadas que rebotan en suelos blancos y paredes verdes. Escondidos, jugamos a nuestros propios juegos, a tocar y ser tocado, a susurrar y escuchar. Cerramos los ojos, y no queremos abrirlos, respirando aliento dulce bajo las sábanas, siguiendo ese juego, sin reglas, sin nombres, sin un propósito. Juegos de niños. Solo me queda tu nombre, Paula. Ya olvidé tu rostro, tu voz, tu risa infantil. Pero aún perdura dentro de mí, los días de siesta y sombra, bajo la almohada, aquel deseo de ser solo niño, y nada más.
Lindo... Un lindo recuerdo en forma de soliloquio. Es hermoso a su manera, muy nostálgico. Pero no sobresalen tanto las sensitivas, más que la prosa efervescente –se nota improvisada-, que aun así está bien hilada y estructurada. Me encanta que el cuerpo y la virtud están apoyadas en tu lenguaje más que en el recuento de los recuerdos. En conclusión... mas textos así, por favor. Sin más. Buenas noches, y buena suerte.