Nunca desobedezcas

Tema en 'Relatos' iniciado por Sora Taka, 10 Marzo 2014.

  1.  
    Sora Taka

    Sora Taka Halcón del cielo

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    22 Febrero 2013
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    Escritora
    Título:
    Nunca desobedezcas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    5216
    Hola mundo :D
    Aqui les vengo yo con una nueva historia, y esta es una de horror para la actividad "Cuentos Oscuros" organizada por Cygnus.

    Yo tome el argumento dos para hacer dicha historia, el cual es este:
    2. Tu personaje es un pequeño de ocho años que vive en una mansión con toda su familia. Como única norma estricta, se le ha impuesto desde que tiene uso de memoria, que las luces de esa casa deben ser apagadas justo antes de las 12 de la medianoche, sin que quede un solo foco o vela prendidos. El niño no sabe por qué, pero debe obedecer; sin embargo, una noche de soledad se plantea por qué existe esa norma y qué ocurriría si lo desacatara... Quiero una historia elaborada, que me digan qué fue lo que ocurrió al desobedecer y, sobre todo, por qué. Necesitamos un soporte a esa historia, una base.

    Bueno, espero que la historia aunque es un tanto rara y algo retorcida les guste a ustedes mis queridos lectores n.n

    Cygnus espero mi historia sea valida al igual que el final que le puse.

    Sin mas que decir creo que empezaremos la historia, pero antes, pondré una imagen que dibuje imaginándome a mi querido personaje de este escrito, como no soy muy buena dibujando no esperen mucho XD de hecho, el dibujo sigue en blanco y negro pero si mi inspiración vuelve puede que lo cambie por uno mejor c: Y también si quieren, leerlo con una música de fondo ---> Música
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    Nunca desobedezcas
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    La vida de la familia Colville siempre fue una aferrada a las reglas y normas que habían sido impuestas por el tátara-tátara abuelo del pequeño Noah, las cuales fueron establecidas a seguir desde hace ya muchos años atrás…

    Nadie había cuestionado nunca nada sobre dichas reglas puestas por el señor William Colville como a mediados del siglo XIX y hasta ahora nadie las comprendía del todo, aunque sí se habían oído rumores de que cosas desastrosas pasaban cuando dichas normas eran rotas…

    Una de las tantas normas era la de apagar todo apiste de luz antes que el reloj de la sala resonara tres veces a media noche… Esta y muchas más eran cumplidas por toda la familia Colville que aún se había decidido a vivir en la mansión del tátara-tátara abuelo William, la cual estaba establecida a los pies de una de las montañas boscosas de Atlanta.

    El último descendiente de William; Noah Colville; era un niño de cabellos pelirrojos de solo ocho años de edad que vivía con sus padres y su hermana mayor en dicha mansión en Atlanta.

    Ellos eran los últimos que se habían decidido por vivir en la casa del tátara-tátara abuelo William luego de que los primos del padre de Noah se fueran despavoridos de la mansión con intenciones de no volver a pisar la casa.

    Aunque nunca se supo la razón de aquello…

    Pero luego más tarde para dar por terminado ese enigma solo se habían inclinado a la posibilidad de que hubieran roto una norma en la mansión… También hay que recalcar que desde entonces no había habido algún indicio de Thomas, hijo de los primos del padre de Noah, quien había desaparecido unos días antes de que los padres de Thomas no quisieran volver a la mansión.

    Con ese suceso tan fresco como el agua, los padres de Noah; el Señor Felipe IV Colville y la Señora Nathalia Gales; habían decidido instruir a sus hijos con todas las normas que se tenían que seguir dentro y en los alrededores de la casa, en ese tiempo, cuando recién se habían ido a vivir a la mansión, Noah solo era un bebé de tres meses de edad y Sophia; su hermana mayor; era una niña de dos años y cinco meses de edad … Así que para ellos había sido muy fácil enseñarles las cosas desde que empezaron a ser capaces de razonar y así que las siguieran sin objetar nada.

    Pero a veces… las cosas no salen como uno siempre quiere y la curiosidad es tan tentadora que decirle que no es casi imposible, aun mas en un niño de solo ocho años…

    **********​

    Nuestra historia comienza una tarde fría del mes de julio en los jardines de la gran mansión.

    La familia Colville se encontraba haciendo sus habituales ocupaciones en la casa, nuestro protagonista de hoy es ni nada más ni nada menos que Noah Colville, el menor y el más joven entre toda la familia Colville que aún quedaba viva.

    El pequeño Noah era; como habéis leído antes; un pequeño de piel blanca como la nieve, de cabellos cortos de color rojo vino y de ojos ámbares, unos ojos tan raros que se decía que dentro de la familia solo un niño nacido bajo la luna cada diez años lo podía tener… aunque para aquellos portadores de tales hermosos ojos no se le garantizaba un futuro y aquello se le había sido dicho a los padres de Noah, pero ellos rechazaron cualquier absurda profecía o superstición puesta por el tátara-tátara abuelo…

    — ¡Noah, Sophia es hora de la merienda! —exclamó la madre de ambos niños mientras sostenía una bandeja donde reposaban galletas caseras y dos vasos grandes de leche…

    Los niños al escucharla dejaron de lado el juego que jugaban en el jardín y corrieron a las puertas de cristales de donde su madre los llamaba, al llegar al lugar con una gran felicidad tomaron su merienda que les había traído su madre.

    —Niños, ya van a ser las seis, ¿saben lo que significa, verdad? —indagó la señora Nathalia mirando a sus hijos con una sonrisa.

    — ¡Sí mamá! —Dijeron al coro los pequeños niños mientras dejaban los vasos sobre la bandeja que estaba en la mesita cerca de las puertas de cristal— Tenemos que estar adentro de la casa y no ir al bosque ya que es el toque de queda ¿verdad? —continuó Sophia, ella era una pequeña de cabellos castaños rojizos y de ojos celestes, su piel era un poco más morena que la de su hermano y vestía un overol jardinero de mezclillas con una blusa de color rosado…

    —Sí hija, así que mis queridos niños es mejor que vayan a sus habitaciones hasta la hora de la cena ¿vale? —mencionó la mujer recogiendo entre sus manos la bandeja con los vasos vacíos de leche…

    Noah asintió junto con su hermana y ambos entraron en la casa cerrando las puertas de cristales desde adentro.

    —Noah ¿vamos a jugar a las escondidas? —indagó Sophia con una sonrisa a su hermanito, ella quería mucho a Noah ya que era su único hermano que tenía y además de eso, era solo con él con quien podía jugar ya que no tenía amigas cerca de la casa.

    — ¡Claro!, yo me escondo primero ¿sí? —mencionó Noah con ojos brillantes a lo que su hermana mayor por solo dos años asintió a su pedido.


    Los niños empezaron su juego vigorosamente teniendo como campo toda la casa, la cual era muy buena teniendo escondites por todos lados, algunos detrás de la armaduras, otros en el piano de salón y así muchos más en las cuales los pequeños se la ingeniaban para ocultarse.

    Las horas pasaron y la cena llegó como siempre al sonar las ocho de la noche, la familia completa se encontraba en el comedor deleitando la comida que hacían las cocineras de la casa y la señora Nathalia.

    Como era costumbre, en la hora de la cena la familia no interactuaba muchas palabras y solo estaba el silencio abrigador y cómodo que siempre se sentía en todo el comedor.

    Al terminar la cena, la señora Nathalia envió a sus hijos a bañarse para que luego se fueran a dormir, los pequeños muy obedientes acataron la orden de su madre y cada uno se fueron a sus habitaciones a tomar su respectivo baño como había dicho su madre.

    Esto era tan rutinario en la vida de la familia Colville que Noah en medio de su baño se preguntó el por qué siempre tenía que ser así, sus padres no le habían dicho en ningún momento porque tenían que realizar todo aquello u obedecer esas normas…

    —Me pregunto qué pasaría si no obedezco una de esas normas… ¿mi mamá me castigaría? —decía el pequeño mientras soplaba la espuma que tenía entre sus manos.

    Y con ese pensamiento en mente Noah firmó sin saber una gran sentencia que estaba por suceder…

    Al terminar de bañarse su madre lo arropo en la cama para que su querido hijo durmiera, pero lo que ella no sabía era que dentro de la mente de Noah se conjuraban más de mil dudas que no se atrevía a preguntar pero que había decidido probar por sí mismo…


    Las horas pasaron y Noah no lograba conciliar el sueño debido a sus intrigas, el pequeño quería saber si en realidad era tan malo desobedecer a una de esas normas y aquello estaba haciendo que una idea que nunca se le atravesaría por su mente pasó…

    Se removió entre los edredones y luego se sentó contra el espaldar de la cama todo pensativo y curioso como cualquier otro niño de su edad, miró el reloj que estaba sobre su mesita, con cuidado encendió la lámpara y al ver la hora se exaltó un poco.

    Eran las 11:59 pm.

    Noah recordó que no debía haber ninguna luz prendida en toda la casa cuando sonaran las doce en punto… Con rapidez llevó su mano al interruptor de la lámpara con intenciones de apagarla, pero se detuvo unos segundos antes…

    Esto también se tomaría como romper las normas ¿verdad? En ese caso, era mejor dejar la luz prendida a ver qué pasaba si no la apagaba.

    El niño pronto escuchó el sonido de ultratumba que daba el reloj de la sala de estar, era un sonido muy diferente al que siempre escuchaba a cada hora del día, eso llamo más a la curiosidad de Noah.

    Con decisión de saber que pasaría ahora que aun había una luz prendida se levantó de la cama y tomó su pequeña linterna prendiéndola en el proceso, de ese modo, ahora habían dos brillantes luces en toda la casa…

    No se escuchaba nada alrededor por el momento y eso estaba empezando a convencer a Noah que no había nada de malo el no apagar las luces antes de las doce, soltando un suspiro pequeño quiso volver a su cama para poder dormir.

    Pero aquello fue retenido al escuchar el sonido de una tormenta estar azotando sus ventanas, eso le pareció raro ya que aunque estuviera haciendo frío afuera no había probabilidad que se empezara una tormenta…

    —Pero si todo está quieto… —dijo el pequeño con inocencia mientras miraba por la ventana que afuera no había ninguna tormenta, aun así los ruidos de eso se escuchaban cada vez más cerca, era como si ahora la tormenta estuviera dentro de la casa, pero aquello era imposible.

    Intrigado por aquello Noah comenzó a acercarse a su puerta para luego abrirla y sacar un poco la cabeza para mirar afuera… Un melodioso canto se empezó a escuchar, parecía ser una de esas músicas antiguas cantadas solo como compañía la brisa.

    Aquel canto se entremezclaba con ese ruidoso sonido de tormenta que al principio parecía tranquilizador, pero luego el canto se tornaba macabro y frío…

    Noah empezó a salir de su habitación como si estuviera hipnotizado por el canto tan peculiar, lo siguió y siguió aun sin darse cuenta que estaba caminando mientras su mano se aferraba muy fuerte de su linterna, sus pasos se detuvieron en un peculiar cuadro donde se puede ver a un señor de rasgos mayores con una severa mirada en su rostro.

    Fue entonces que Noah recobró su sentido y miró el cuadro, con sus pequeñas manos tocó una de las puntas y una espesa niebla negra se formó en la pared atrayéndola hacia adentro con fuerza, Noah quiso retroceder al asustarse, pero para entonces fue tarde, esa niebla ya se lo había tragado…


    Los ojos de Noah se abrieron con miedo al darse cuenta que seguía con vida, temeroso aferró la linterna a su pecho y miró a su alrededor, gracias a la luz que daba su linterna logró divisar un pasillo, parecía el pasillo donde estaba el cuadro, eso lo tranquilizó un poco teniendo el pensamiento que si se iba por la izquierda llegaría a su habitación y de inmediato se metería a la cama para dormir.

    Ha entrado…

    Pero no hay más humanos que vivan en la casa…

    Las luces siempre fueron apagadas… él ha prendido una…

    Unos murmullos chillones se escucharon a lo lejos, eso asustó de sobremanera a Noah que ya tenía lágrimas que estaban por salir de sus orbes ámbares, los murmullos no eran muy audibles haciendo imposible que el pequeño los escuchara a la perfección.

    El pelirrojo tomó aire y empezó a dar unos pasos con la linterna enfrente para poder mirar… el pasillo era como en el que antes se encontraba antes que esa negrura lo consumiera, pero en este todo estaba deteriorado y el aire era muy frío.

    Unos ruidos empezaron a escucharse de una puerta abierta que estaba unos pasos delante de Noah, el pequeño tembló al escuchar un chillido horrendo desde la habitación, como no tenía a donde más ir y volver no era una opción dio tres pasos suaves y sin hacer ruido se acercó al filo de la puerta.

    Dentro de la habitación había algo de más de horrendo y traumático para un niño, eran unos seres de piel humana de más de esqueléticos que se encontraban comiendo con ferocidad algo que parecía ser un ser humano…

    Los ojos de Noah se abrieron y su corazón empezó a latir con fuerza en su pecho, esa escena era de más de horrenda, sus ojos empezaron a dejar caer sus lágrimas sobre sus mejillas, aquello pareció advertir a esos cinco seres que alguien más había en el lugar.

    Uno de ellos levantó el rostro todo ensangrentado y empezó a olfatear el aire, de repente los cinco monstruos miraron a la puerta encontrándose con una pequeña luz caer en el pasillo, Noah ahogo un grito al verles el rostro, ellos no tenían ojos, en lugar de eso había unas cosas como raíces desprenderse de esos agujeros negros, sus narices eran casi inexistente y sus bocas no tenían labios y dejaba al descubierto aquellos dientes filudos u ensangrentados…

    El sexto sentido de Noah le dijo que no era bueno quedarse en ese lugar pero sus piernas no lograban responder, uno de los seres esqueléticos se puso de cuatro patas y empezó a caminar con rapidez hacia la entrada donde estaba el niño.

    Noah se horrorizó al ver eso acercarse a él y con toda su fuerza de voluntad empezó a correr mientras lloraba por el miedo “¡Papá, mamá ayúdenme!” gritaba en su mente en busca de un consuelo o que lo despertaran de esta pesadilla.

    La criatura lo seguía por detrás, chocando contra los muebles dando ruidos muy penetrantes y escalofriantes, Noah continuó con su llanto mientras escapada torpemente por el pasillo que parecía no tener fin.

    El pequeño niño logró ver entre su llanto una habitación que parecía estar abierta, sin perder tiempo se metió en ella y la cerró apoyando su espalda contra la puerta, la criatura arremedio contra la puerta intentando abrirla pero la madera era demasiado gruesa para lograr romperse con rapidez.

    Los sollozos de Noah aumentaron en exceso llevando sus manos a su rostro sin desprenderse de su única “arma”; la linterna; con miedo de que otra de esas cosas estuviera en esa habitación alumbró el lugar viendo que era una cocina, la cocina de su casa para ser exactos…

    El sonido de un cuchillo dar contra una tabla de madera hizo crecer falsas esperanzas en el corazón del niño, con rapidez y alumbrando el lugar se acercó y alumbró lo que pudo en busca del sonido.

    — ¿Mamá? ¿Ma…má eres t-t-tú? —indagó con voz quebradiza y un toque de esperanzas pero no recibió respuesta, fue entonces cuando la linterna dio contra un hombre joven vestido de chef.

    Lo primero que pensó Noah al verlo fue que era un intruso en su casa, pero luego recordando aquellas bestias anteriores descartó la idea de que fuera su hogar, ese dulce hogar donde había crecido en estos últimos años…

    Pero luego miró con detenimiento al sujeto, no parecía ser un monstruo y parecía muy normal…— S-Señor… ¿Qu-quién es usted? —preguntó Noah con miedo de que sus suposiciones fueran erróneas.

    — ¡Oh! ¿Quién eres? ¿Un nuevo sirviente del amo? —indagó sin responder a las preguntas del niño mientras echaba algo de carne a una olla.

    — ¿Eh? N-No… y-y-y-yo me perdí… ¿Dónde estoy? —dijo el pelirrojo con miedo y entonces el joven dejó de cortar las verduras y miró al niño de ocho años.

    —Perdido eh… ¿sabes?, acércate un poco, quisiera ver si estás bien —dijo con una amabilidad muy curiosa pero para el pequeño Noah que estaba aún traumado por la escena anterior vista en la anterior habitación aquellas palabras fueron como un pequeño alivio para sus oídos.

    El pelirrojo se acercó al joven y este lo miró a los ojos— Mmm… pareces bien, además, tienes unos bonitos ojos… ¡Oh casi lo olvido! ¿Me puedes ayudar un momento en el desayuno? —dijo con una sonrisa de más de alegre, como si hubiera encontrado lo más valioso para salvar su vida.

    — ¿En qué? —la respuesta tan inocente de Noah satisfació de sobremanera al cocinero que tomando una de sus manos la subió a la mesa y la puso sobre el tablero.

    —Con una mano para empezar… —dijo con voz siniestra mientras sacaba su cuchillo que estaba en su mano oculta tras su espalda, Noah al ver lo que quería hacer gritó muy fuerte y dando golpes intentó separarse pero el joven era más fuerte.

    Fue entonces cuando se dio cuenta que lo que sobresalía de la olla eran unos huesos humanos y una cabeza, eso lo horrorizó y con más fuerza dio patadas y golpes con la linterna intenta escapar.

    El joven no se dejó superar por un niño y de una gran cortada con el cuchillo contra la piel del niño logró atravesar la hasta llegara la tabla de madera, el sonido de los huesos romperse y la sangre estar saliendo hicieron que Noah gritara tan fuerte como le daba su voz, sus ojos se colmaron de lágrimas de dolor y miedo más que nunca en su vida.

    — ¡Ha~! La carne joven es la preferida del amo ¡seguro me dejará libre cuando se la de! —dijo el joven chef con ojos llenos de locura mientras sostenía su premio.

    Aquellos segundos cuando el joven admiraba su premio el pequeño niño lloraba mientras retrocedía y buscaba la manera de salir del lugar, pero esto fue visto por el cocinero, que al ver a su salvación querer escapar tomó el cuchillo y con pasos lentos se acercó al niño desangrado.

    — ¿Pero a dónde vas? Dijiste que me ayudarías a ser el desayuno… ven ¡y ahora dame esos hermosos ojos que le pertenecen a mi amo desde que tu abuelo firmó un trato! —dijo con locura mientras se acercaba al niño, pero sus intentos fueron frustrados cuando alguien por detrás le dio con un sartén.

    — ¡Ven! ¡¿Estás muy mal?, vámonos! —eso era lo único que Noah en medio del shock logro escuchar mientras era jalado por otro joven como de dieciocho años y era llevado por otra habitación.

    Corrieron unos minutos más hasta llegar a una habitación donde el joven vendó la muñeca apuntada del menor. Noah miró con horror su brazo izquierdo que ahora no tenía mano, fue doloroso cuando el joven le cauterizó la herida, tanto que estuvo a punto de desmayarse…

    —Niño ¿Quién eres? ¿Cómo llegaste? ¿Cómo te llamas? —indagó el joven de cabellos castaños y ojos curiosamente ámbares como los de Noah.

    El niño ya con sus antiguas dos experiencias se separó del joven y con lágrimas en su rostro tomo su linterna con su única mano y la puso como arma…

    —Tranquilo pequeño, yo… no soy malo… Puedes estar tranquilo, si quieres me presento yo primero; Soy Thomas Colville Magne, hace diez años que estoy aquí y no he tenido la oportunidad de encontrar una salida —dijo con un dejes de tristeza y Noah parpadeó en desconfianza y a la vez esperanzas, pero con lo sucedido antes se obligó a no tener esperanzas en esta persona.

    —Yo… yo soy Noah Colville Gales… acabo de llegar y no sé qué hago aquí —dijo soltando sollozos pero pronto recordó que el nombre de Thomas se le era familiar, era el nombre del hijo muerto de los primos de su padre— t-t-t-tú e-e-estas m-muerto… —dijo con quebradiza voz pensando en la posibilidad que estuviera él también muerto.

    —No, no, estoy vivo, me sostuve vivo en este lugar como pude… Un momento, ¿tú eres Noah? ¿El pequeño bebé Noah? ¡Vaya que has crecido! —dijo con una pequeña sonrisa en su rostro tan pálido como el de un muerto.

    — ¿Por qué estás aquí, por qué estoy aquí? —preguntó con desesperación el niño pelirrojo sin comprender todo lo que ocurría, él quería ya regresar a casa, estar con sus padres y su hermana, volver a su vida…

    —Pues, por desobedecer las normas o mejor dicho, haber abierto las puertas a donde vive el Dios con el que nuestro Tátara-tátara abuelo William hizo un trato —esas palabras hicieron que Noah empezara a pensar que tal vez ese chico no era una amenaza además de ser un familiar suyo…

    — ¿Un trato? ¿Cómo es eso? —mencionó Noah mientras se mantenía a una distancia prudente de Thomas dentro de la habitación, el castaño lo miró y con un suspiro empezó a decir:

    —En este tiempo en el que viví escondiéndome de todos esos seres, buscando una manera de salir, tenía diez años en ese entonces y fue muy duro escapar de todo aquello cuando aquí no había luz al sonar las doce que es cuando despiertan. —Empezó diciendo mientras se levantaba y guardaba las cosas que utilizó en una mochila— En estos años me enteré que el abuelo había hecho un trato con un Dios malvado que come humanos, al parecer el negocio del abuelo no iba bien que llegó a esos extremos poniendo como ofrenda dar un de sus descendientes cada diez años para que la familia siga prosperando, por lo que entonces el Dios le dijo “quien nazca con los ojos del Sol me pertenecerán para siempre, me los llevare cuando las luces alumbren el umbral a la media noche” —continuó Thomas con la mirada baja sin atreverse a mirar los ojos de Noah.

    —Ojos del Sol… —murmuró Noah en shock, recordó las incontables veces en las cuales lo alababan con esas palabras al ver sus ojos, pero nunca creyó que esos ojos le traerían todo esto, “¿Entonces moriré a manos de ese Dios? ¡No quiero!” pensó asustado nuestro pequeño protagonista.

    —Pero el abuelo tiempo después del trato no quiso perder a su nieta quien había nacido con dichos ojos, era la segunda persona con esos ojos en la familia y el abuelo sabía que tenía que dársela a él, pero amaba tanto a su nieta que buscó maneras de engañar al Dios… Y fue así como nacieron las normas, eran para burlar al Dios, el Dios solo despertaba a media noche y paraba despierto hasta el comienzo del alba, pero desconocía todo lo que ocurriera en el día, por lo que si no había luz a media noche el Dios pensaría que no había nadie más en la familia y se iría olvidando, pero aparecí yo luego de tantos que llegaron por lo mismo y empezó a buscarme y ahora estas tú y el cocinero encargado de… bueno, el cocinero te vio y le puede decir al Dios —esas palabras eran demasiado complejas para que la mente joven del niño las entendiera del todo, pero con solo escucharlas supo que estaban en grandes problemas.


    No pasó mucho para que Thomas convenciera a Noah de ir a darle fin de una vez por toda al trato del tátara-tátara abuelo William, para la pobre mente ya trastornada de todo lo sucedido aquel comentario era el más razonable para así poder volver a casa con su familia y reconfortar su corazón con ellos.

    —Ven Noah, la recamara del “amo” se encuentra en la habitación del fondo de este pasillo, tenemos que ir y quitarle el contrato, así podrá acabar todo —dijo Thomas con rostro serio a lo que el niño asintió, aferrándose con su solitaria mano la linterna al pecho dio los primeros pasos para ingresar en el pasillo seguido de Thomas que dijo que le iba cuidar de ataques que llegaran por detrás…

    Sonidos de una fiera se empezaban a escuchar de una gran puerta a la que llegaron, era una puerta como de tres metros y era de un rojo muy vivo con sangre que chorreaba hasta al piso, Noah se asustó mucho por aquello e hizo todo lo posible para no gritar o hacer algo que llamara la atención…

    —Yo abriré la puerta y tú entrarás primero ¿vale? Tranquilo, que no te pasará nada —aquellas palabras le daban un poco de mala espina pero pensó que era solo su imaginación y asintió convencido de que todo acabaría bien.

    Thomas miro con tristeza a Noah, pero este no logro ver esa mirada.

    Abriendo la gran puerta de a poco, Noah empezó a acercarse para ver si era seguro seguir, pero de pronto fue empujado por Thomas para luego cerrar la puerta, eso causó un mayor terror a Noah al darse cuenta que tal vez había sido engañado.

    —Thomas ábreme, ábreme, tengo miedo Thomas —decía entre el comienzo de sus sollozos mientras se levantaba del piso y se acercaba a la puerta para empezar a golpearla un poco en busca que Thomas le abriera.

    —Lo siento Noah, en verdad lo siento, me disculpare con mi tío y mi tía cuando salga, en verdad lo siento —dijo Thomas en una mezcla de alegría porque iba a salir de este lugar que lo traumó en estos diez años pero también tristeza ya que dejaría a su primo en su lugar en este odioso mundo…

    — ¿Por qué te disculpas? Dijiste que saldríamos juntos, abre Thomas, por favor abre, no quiero estar solo aquí —menciona con lágrimas por todo su rostro salpicado en sangre mientas daba leves golpes con su única mano.

    —Noah, para deshacer el trato e irme me dijo que tendría que traer a un niño de ojos como el Sol menor de los diez años para así devorarlo con las escrituras del contrato y anular todo… Yo no quería ser comido y le dije que le conseguiría otro, además de que mi alma ya no era “blanca” como lo es la tuya Noah. —dijo con una risa macabra que ocultaba sollozos y sus ojos se desorbitaron de alegría— Como lo siento Noah, pero tú llegaste antes de que yo pudiera planear algo para traer a un niño de ojos como el Sol, al principio no quería hacerlo pero es la mejor manera de salir de aquí, tu por la muerte y yo por la vida —dijo mientras sacaba de su mochila un frasquito donde tenía un poco de la sangre de Noah.

    Noah empezó a llorar al escucharlo, no quería esto, no quería acabar así, ¿Por qué tuvo que pasarle todo esto? ¿Por qué tuvo que querer saber qué pasaría si no apagaba las luces? El niño se arrepentida desde el fondo de su alma haber hecho tal estupidez, si existían normas eran por algo, eso le dijeron sus padres, nunca debió romperlas…

    —Thomas… por favor no lo hagas, no me dejes… ¡Thomas! —la voz de Noah empezaba a aumentar mientras su desesperación y deseos de vivir se intensificaban.

    El castaño por su parte echo la sangre sobre una vela y esperó paciente haciendo caso omiso a las súplicas de Noah.

    —Al fin saldré, al fin saldré… En verdad lo siento Noah, como lo siento, pero no tenía opción, como llegue cuando mi alma ya no era “blanca” mi destino iba ser el ser uno de esos seres si no conseguía un remplazo, te agradezco por aparecer pero lamento lo que te estoy haciendo, en verdad lo lamento —las palabras de Thomas se repetían incesable veces como una manera de olvidar lo cosa más horrible que estaba haciendo.


    Unos ruidos se escucharon en la habitación donde Noah estaba, un gran ser se alzó entre las sombras, Noah sintió miedo, un miedo superior a los otros y golpeo la puerta y aumento sus suplicas para que lo abrieran, pero fue imposible…

    —Por favor… Thomas no me dejes —mencionó sus últimas palabras audibles con quebradiza voz mientras sus ojos rojos e hinchados dejaban caer sus últimas lágrimas.

    Thomas escuchó desde el otro lado de la puerta conteniendo sus impulsos y dejando su rostro ser recorrido por las lágrimas al escuchar los gritos de Noah dentro de la habitación, se escuchaban tan dolidos y desgarrados, un final muy horrible para un alma tan blanca como la tenía Noah…

    El castaño encendió la vela y esta alumbró azul, con ella empezó a caminar escuchando todavía como la bestia comía ferozmente y a la vez lentamente disfrutando de los gritos del pequeño Noah….

    El rostro de Thomas estaba empapado en lágrimas y no paraba de pedir lo siento en todo el trayecto que cruzó hasta la llegada donde se suponía estaba la entrada a la mansión…

    ¿Quién eres? ¿Qué quieres?

    —Quiero salir, tengo la vela con la luz para poder abrir la puerta, también ya le di a su Dios a un niño de ojos como el sol —dijo Thomas pensando que dentro de poco lograría salir y volver a ver la luz, volver a ver un mundo normal con personas humanas…

    Jajajajaja, me haces reír, nuestro Dios no deja salir a nadie, es una orden de que todo lo que entra se queda y si quieren irse se los comerá, wajajaja

    Las voces chillonas empezaron a reír en coro haciendo que las esperanzas de Thomas se esfumaran, había sido engañado también, el Dios lo había engañado…

    Una espesa niebla negra tomó la vela prendida con la sangre de Noah y se la arrebató de las manos al castaño, este se exaltó al volver a estar en la oscuridad y un millar de manos lo empezaron a agarrar de los brazos, aquello hizo que sus ojos se abrieran de sobremanera y gritara que lo soltaran, más lo único que se oía eran las risas chillonas y como repetían una y otra vez la misma frase mientras Thomas era arrastrado por algún tipo de demonio mientras sus gritos desgarradores se escuchaban en la penumbra del lugar.

    Nunca desobedezcas las órdenes del amo

    Aquello fue lo último que se escuchó sumergiéndose nuevamente al silencio eterno de la noche…
     
    Última edición: 12 Marzo 2014
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  2.  
    Bugs Bunny

    Bugs Bunny Guest

    Me gustó el detalle del pacto y la característica que le diste para cerrarlo.

    La narración no es mala, pero tuviste algunos fallos con los tiempos, ortografía y expresiones, te los citaré:
    Un error que me parece tienes acá, es que hablas de un sólo descendiente cuando también está su hermana. En tal caso pudiste haber puesto algo: "uno de los últimos", suena mejor.
    Lo que está en azul es cosa de plurales, te faltaron esas s. La oración que resalté es más que nada algo curioso, pues indicas que los padres rechazaron cualquier profecía o superstición, pero sin embargo cumplían las normas al pié de la letra, eso me indica que ellos pese a todo trataban de evitar algo, aunque se diga aquí lo contrario.
    Está muy rebuscada esta oración, simplemente poner un: tomaron la merienda que les trajo su madre.
    No lleva tilde.
    Esta frase aquí se me hace de más y rebuscada, intenta meter suspenso, miedo, pero en realidad arruina lo que está por venir. Así lo veo yo.
    Está en pasado y debe tildarse.
    Aquí tienes una contradicción, mal uso de tiempos y una narración más que rebuscada. Esa oración tiene dos opciones, ser cambiada por: y aquello estaba provocando una idea que no había pasado por su mente antes. O: y aquello estaba haciendo que una idea que jamás creyó pensar, pasara por su mente.
    Acorde a lo anterior en esa oración, suena mejor un 'pasaría'.
    Nuevamente el pasado, tilde.
    Ese diálogo, me parece un poco contradictorio, sólo tienes que leerlo.
    Así como está, es incorrecto, la palabra acorde al texto sería: entendibles.
    Esa muletilla tuya "de más" la has usado en una cantidad criminal. Evítala, puedes tranquilamente quitarlas y el cuento seguirá igual.
    Aquí tienes la tilde en pasado que faltó, ese "u" que sólo es en caso de que la siguiente palabra comience con o, pero esa frase que marqué, no sé qué trataste de escribir. Te marco el error.
    Intentando.
    Ahí está faltante la conjugación correcta del verbo hacer, y un detalle: acá dices abuelo pero en todo el fanfic e incluso después (aunque luego cometes el mismo error) haces la diferencia de tátara-tátara abuelo.
    Ahí te faltó la o, y el plural está de más porque comenzaste en singular, también marqué la tilde.
    Nuevamente otra tilde.
    Me parece que sonaría mejor si en vez de ese para, estuviera un quien.
    Pronombre personal, tú.
    Usar una mayúscula después de una coma es un error que tienes más de una vez, la mayúscula sólo se utiliza al comienzo de un párrafo/oración, nombres propios, después de un punto seguido o aparte y por supuesto los signos, pero jamás después de una coma.

    Había citado muchísimos errores más, pero pienso que ya sería demasiado. Como notarás fallas mucho con las tildes en pasado y futuro, tienes problemas con la conjugación de ciertos verbos, los tiempos, plural y singular. La narración en lo personal la encontré muy rebuscada, como te mostré en algunas oraciones que cité, y llegué a cansarme a medida que leía.

    Básicamente mi opinión está entre líneas a medida que leas lo que respondí mientras cité. En mi opinión el motivo que le diste al argumento no estuvo malo, y el final quizás un poco inesperado, pero de llegar al horror, no realmente. Horror con esto sólo sentirá un niño de la edad de tu protagonista.

    Mi calificación: 6
     
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  3.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

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    Pues... creo que Bugs ya te ha mencionado todos los errores técnicos por señalar, así que solamente daré mi opinión sobre la trama:

    Creo que de los que he leído hasta ahora el tuyo ha sido el "mejorcito" por así decirlo. Seguiste bien el argumento y sacaste una buena historia, con todo eso del pacto con el Dios, las criaturas, la crueldad que cometiste al final... (Me dio cosita por el niño) Y aunque la narración me resultó algo tediosa, pude disfrutar del relato, aunque no podría decir que me dio miedo... De hecho creo que lo unico que me medio perturbó fueron los monstruos sin ojos que se estaban comiendo a alguien. Me los imaginé bastante bien.

    Además pienso que usaste palabras muy... ¿bonitas? para un cuento de terror... y siento como que no queda con la atmósfera (?). De ahí en fuera no podría decir más, hiciste un buen trabajo con la trama dejando de fuera todas las fallas ortográficas y gramaticales.

    Por entregar a tiempo te sumaré un punto.

    Mi calificación (7/10).


    Saludos.
     
    Última edición: 20 Marzo 2014
  4.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Pensé que éste ya lo había comentado, me tocó leerlo de nuevo.
    Lo que me preocupa no es tanto los errores ortográficos, sino que los errores gramaticales abundan... sobre todo fue muy notorio en la primera parte de la narración, casi en cada párrafo encontraba alguna falta de concordancia gramatical y eso es grave. Ya varios te los mencionó Nino, pero es que cada vez que leía "ojos ámbares" se me revolvía el estómago.
    Bueno, sin centrarme tanto en los errores de escritura, me iré directo a la trama.

    No estuvo mal, te ceñiste mucho a lo que se indicó como argumento, lo respetaste bien y supiste sacarle jugo. Parece que te inspiró mucho la idea, porque lo del pacto fue muy creativo. No muy original, pero sí muy creativo y fantástico. No es un punto malo, a mí me agradó. El hecho de que hubiera un dios y lo del sacrificio que ocurre al final, fue como la gota amarga del cuento, el final fue distinto a lo esperado y eso le da un plus. Sin embargo... noto que metiste demasiadas cosas que no tenían nada que ver. Muchos detalles que al final o nos confundían o nos distraían. Mucho de este cuento pudo haberse comprimido.

    Podría decirse que tu escrito está más basado en la Aventura, sin embargo difiero de la opinión de arriba. Sí contiene Horror como su ingrediente principal, y no es que me haya dado miedo, sino que reconozco el esfuerzo por haber planteado una historia con imágenes grotescas por todos lados.

    Por los errores ortográficos y las cosas que arriba te señalaron, yo te daré un 8.

    Mi valoración: 8/10
     

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