de Dragon Ball - Los Recuerdos de una gran Amistad [Actividad]

Krillin se hallaba en la playa en Kame House, contemplando el gran mar que tenía en frente. Pensando y meditando todo lo que había pasado en los últimos años después de la batalla contra Cell. Ya de eso no habían pasado más de cinco años, se sentía muy feliz a pesar de la pérdida de su mejor amigo, ya que ahora tenía una familia; una esposa y una pequeña hija, la cual amaba con todo sus ser.

Miró al cielo, esperando nada. En esos momentos se preguntaba ¿Cómo fue que conoció a Goku? Oh, aquel grandioso hombre, gran guerrero y sobre todo; su héroe. Porque Goku, se había convertido en su héroe número uno, y eso no iba a cambiar por nada.

Se rio un poco al recordar la manera poco bonita en las cuales se conocieron, el con su cabeza clavada en la arena y Goku, cuando no, rescatándolo de su propia torpeza. Al principio odiaba al pelinegro, y es que desde el principio había demostrado ser mejor que él. Y el maestro Roshi siempre se impresionó de las capacidades de — en ese entonces — enano. Que infantil era antes. Ahora podía admitir sin problemas que sentía envidia de Goku, envidia del hombre más fuerte del mundo, o tal vez de la galaxia. Pero, aquella envidia y aquel odio, fueron convirtiéndose en admiración y poco a poco en amistad.

¿Por qué estaba recordando aquellos viejos tiempos justo ahora? No tenía idea, pero desde que se despertó muy temprano lo único que hacía era recordar a aquel hombre.

Aun recordaba la vez que entrenaron por primera vez, cuando el maestro les pidió encontrar la piedra con la marca y — como era de esperarse — cuando Goku la halló, él, descaradamente se la quitó. Y a pesar de ello, el karma le devolvió a Goku el favor con la horrible comida de Lunch.

Se rio al recordar aquel día, aun le seguía dando gracia. Aunque en el momento no podía estar más que enojado y ¿Cómo no estarlo? Uno esperando una grata comida y llegan y le dan esa… Cosa. Pero eso ya quedó en el pasado, y estaba seguro de que algún día le iba a contar a su querida hija aquellas grandes anécdotas que vivió junto a sus amigos y el hombre más fuerte del mundo.

— ¡Papí! — Escuchó la suave voz de querida hija, la cual estaba aprendiendo a decir sus primeras palabras, pues ya tenía un año de edad.

— ¿Mmm? — Krillin se dio la vuelta y vi a su esposa Dieciocho cargando a Marron en sus brazos, la pequeña reía y le sonreía juguetona a su padre.

— El almuerzo está listo. — Dijo la rubia, con una media sonrisa pero aun conservando su mirada seria.

— Oh, que bien.— Contestó Krillin sonriente y dirigiéndose a donde se encontraba la mujer, para luego entrar a la casa. No sin antes echarle una última mirada al resplandeciente cielo. — Estoy seguro de que algún día nos volveremos a ver — Pensó.

No había un cómo, un cuándo, ni un porqué de aquella amistad. Simplemente comenzó y jamás terminó y el de corta estatura sabía que nunca iba a terminar, a pesar del mundo que los separaba tenía esa corazonada de que volvería a ver a su amigo. No, su mejor amigo.

Contenido oculto: Notas

¡Ah! Esto fue un delirio para mi, al menos la adivinanza fue fácil ¿Qué opinan? ¿Cómo me salió? Patético ¿verdad? Pero es que ya no me podía salir de esto, una vez que entro ya no salgo U_U
Espero que les haya gustado, y no sé, dejen comentarios ¡Saludos!