La noche de la expiación.

Tema en 'Relatos' iniciado por Elayne, 11 Marzo 2014.

  1.  
    Elayne

    Elayne Lo onitumo lati sọ: wuyi lati pade rẹ.

    Cáncer
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    Escritora
    Título:
    La noche de la expiación.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4309
    Hola a todos, debo decir que me horrorice puesto que he tenido sueños raros al castillo que sí es real, mas la historia no. Aunque algunos datos como las hijas presidente son ciertas.
    Bien, espero que les guste, a pesar de mi tardanza he estado replanteando la idea, puesto que no quedaba conforme. Ahora gracias por leer y que lo disfruten.

    La noche de la expiación.

    «Cuando te vea, nunca te rías, podría quitarte esa sonrisa de una sola mordida»

    […]

    Nadie lo quería, a nadie le importó,

    Y, ¿quieren que él los ame?

    No existe perdón, ni existe olvidó,

    Solo existe la ocasión.


    Ocasión para pagar caro la injuria,

    Momento propicio para la inocencia

    E ingenuidad por parte del hablador

    Ese, que no se detiene y nunca podrá

    Pero antes de ello, la vida se le quitará…

    […]


    —Hermoso—concluyó la maestra—. Bueno, muchas gracias por la lectura Edgar. Ahora, abran la página correspondiente a este tema.

    Los estudiantes sacaron sus libros, leyeron al unisonó un poema de Becker, armonizando la clase matutina. Todos menos Danilo. Él miraba por la ventana, interesado en algo más, en cualquier cosa menos en la clase de literatura.

    La escuela emblemática para varones impartía todo tipo de cursos en 1913, en el pequeño pueblo de Islay eran pocos los niños que iban a la escuela, y una minoría los que asistían a la escuela emblemática. Danilo era un afortunado, según desde el punto de vista de otros niños. Vivía por los caminos de Mejía, cerca del puerto y frente la estación del tren. Su hogar era un castillo construido encima de un peñasco, entre las playas de la comunidad. Un lugar que era descrito como el monumento emblemático de Islay y Arequipa; «La casa Blanca» era llamada así, por la piel de sus visitantes, los cuales se reunían en dicho lugar a pasar fastuosos días veraniegos con la esposa del señor Forga y sus hijos, entre estos últimos Danilo.

    Era invierno, así que las visitas dejaban de acaparar la atención por parte de la familia. Y en esas largas noches, el castillo siempre era callado y de temple voluble, influenciado por el murmullo del mar. En algunas mañanas se escuchaban la llegada de pescadores después de su largo viaje o algún buque petrolero en busca de arribar; el puerto de Islay era el más importante en el sur peruano en aquel entonces. Por lo tanto, el tren pasaba cada tres días, el ruido era algo que los pobladores no soportaban, por eso decidían vivir lo más lejos posible de las playas. Pero a pesar de todo eso, el castillo por dentro siempre estaba en silencio.

    —Y ¿Cómo haces para regresar?

    —Camino—respondió el pequeño niño.

    —¿Por las playas?

    —No, por las vías, odio ensuciarme los pies con la arena.

    —Pues para cruzar a tu casa tendrías que pisar arena.

    Y Danilo se rió, entonces explicó cómo llamaba a sus sirvientes, para que los lleven en sus brazos hasta el castillo. Juan, su amigo imaginó la escena pintoresca, comenzaron hablar de travesuras vividas con anterioridad y entonces el tema de los retos entro.

    —¿Cuál es la regla que nunca debes romper?

    —Bueno, que siempre lleve buenas notas, ¿por qué lo preguntas?

    —Mi mamá tiene la loca idea de que todos debemos dormir antes de las doce. No sé pero ayer, me desperté por un sonido en la cocina, quería levantarme pero… recordé lo que dijo mi mamá.

    —Uh gallina, te reto a que hoy te quedes toda una noche en la cocina y con una vela.

    —Bueno, no me importaría. Pero yo te reto a que desapruebes el año.

    —¿Eh? ¿Por qué? Eso es más terrible.

    Y ambos se rieron, porque realmente eran como hermanos, Danilo quería muchísimo a «Juancito» más que a su hermano Víctor. Se habían conocido cuando eran unos infantes, puesto que la madre de Juan era una conocida de la familia. Lo que muchos no sabían era que la familia era algo huraña, esa imagen solo lo proyectaban con sus hijos Danilo y Víctor, sabían que sus padres podían tratar gratamente a los visitantes pero que podían matarlos con sus palabras, llenas de odio y asco. Era difícil de entenderlos, puesto que eran tan humanos como los de afuera, pero ellos mismos se exaltaban.

    Aunque Danilo jamás le tomó importancia a la actitud de sus padres, se cuestionaba ese comportamiento cada día más. Su madre se encerraba horas y horas en su dormitorio, su padre no estaba en casa casi nunca. Y su hermano Víctor era un empedernido artista a sus cortos seis años, siempre estaba: escribiendo, leyendo, pintando, tocando música, etc. Todo menos hablando con la gente. El a cambio, tenía muchos amigos, era muy sociable y travieso. No le iba bien en la escuela, pues era muy hablador hasta distraído.

    En casa, todos lo amaban y aunque su madre era fría, de noche lo abrigaba tiernamente y le recordaba que nunca saliera después de la doce. Todo parecía ser normal, demasiado, si es preciso explicar. Pero lo que le causaba curiosidad al pequeño niño, era la bebe de los Forga, una rarísima niña de 3 ó 4 años. Que no caminaba ni hablaba, y a decir verdad, nadie hablaba de ella, era como un secreto. La única persona que cuidaba de ella era su madre.

    Hubo dos oportunidades que le vio el rostro, la primera vez, era un día verano, cuando de repente aparecieron las hijas del presidente B. de Leguía. De inmediato Teresa, la madre de Danilo, busco a la niña y la llevó al torreón. Fue cuando Danilo subía las escaleras, en busca de su pelota, la vio en los brazos de su madre, mientras esta estaba de espaldas, un leve sentimiento se formó en su estómago, cómo si con una sola mirada le comunicara algo con esos ojos grises y rostro longevo apunto de reírse. La niña dijo algo, pero ¿Qué?

    Entonces se lo dijo a Víctor, el cuál asustado por sus palabras revisó todos los libros de la casa, para encontrar una respuesta, pero no. Entendieron que aquella niña, llamase como se llamase, era anormal. Anormal porque ningún niño a esa edad te mira así, rara porque jamás un niño se vería como viejecito. Por eso Víctor le pedía que parara de investigar, pues todo se tornaba muy macabro a medida que avanzaban, que podría esa verdad, explotarle en la cara.

    La segunda vez que la vio, el dormía profundamente, una tarde de verano. Entre pesadillas se despertó, para cuando abrió los ojos, una mirada pétrea lo miraba desde el borde de la cama. Y asustado, se fue para atrás cayendo al suelo, espero que fuera una mera ilusión, un engañó mental, pero unos minutos después el cuerpo de la niña iba rectando hacia la puerta.

    Y nunca le había contado eso a nadie, pasando una semana se planteó el desafío de Juan. Dos días después de pensarlo detenidamente, se encontró a sí mismo, escondido en la cocina, después de decirle a su madre que no entrara pues tenía una gripe de muerte y no quería contagiarla.

    Danilo, sentado debajo de la mesa en el comedor el cual tenía cubriéndole un mantel rojo vino, espero pacientemente una hora, desarmando y armando el mismo juguete. Escuchando también como se despedían las muchachas de servicio. Cuando hubo por fin, llegado las doce, los nervios lo dominó «No existe el cuco» Pasó por su tierna mentecilla, ¿cómo podría existir? Sería imposible, desde niño le enseñaron que eso era una burda mentira. Luego, siguió esperando una hora, dos horas después. Y el desafío pedía por lo menos una hora, pero él, empecinado en saber que podían hacer sus padres de noche se había quedado media hora más.

    A los quince minutos, miró el gran reloj que tenía el comedor. Decidió rendirse, cuando estaba a punto de salir, escucho un murmullo en la oscuridad. Uno demasiado profundo, cómo una hiena en busca de comida. El dio paso atrás, desde la corta vista que pudo mantener vio a un ser cuadrúpedo, saqueando la comida. Danilo respiró con profundidad, prefirió esperar a que se fuera, mientras lo iba observando. La luna comenzó a colarse por la ventana y le dio más facilidad para ver al animal. Sus ojos se abrieron al encontrar a un humano, pequeño y deforme, su cabeza al revés se sostenía de sus piernas y brazos en una posición de la araña. Mientras caminaba con dificultad quejándose por el dolor tal vez, rodeaba a su alimento de forma histriónica, daba gritos y alaridos al aire. Olía el ambiente y sentía que alguien más estaba ahí. Pronto Danilo se dio cuenta que lo estaba buscando, se escondió mucho mas al fondo de la mesa, para que no sea descubierto. Y espero nervioso a que el ser se calmará.

    Pero no se calmó y rompiendo el silencio del castillo, destrozando los objetos del lugar encontró a Danilo cuando hubo roto el mantel. Y Danilo pudo apreciar el rostro del ser, que mantenía una enorme sonrisa en sus labios negros y carnosos, mostrándole los dientes con pedazos de carne putrefacta. Y viéndole a los ojos reconoció quien era, pero aun no podía dar crédito a lo que veía. En vez de eso, rezo por que su madre no apareciera en la puerta, mucho menos Víctor que no tenia culpa de su curiosidad. Y llorando porque sabía que era el final, la puerta se abrió, llamándole al ser con un nombre que Danilo casi confundió «Lucy».

    El ser, camino lento riendo en voz alta, murmurando cosas, murmurando «Mamá» Danilo levanto la vista y vio a su madre, la cual tranquilamente se llevó al ser, mientras sus ojos se clavaban en Danilo con sutileza. Y luego cuando «esa cosa» hubo por fin desaparecido, ella tomó al niño y lo llevo a su habitación con brutalidad. Su madre lo tiró contra el suelo mientras cerraba la puerta con rapidez, entonces asustado se puso a llorar en silencio mientras miraba a Víctor, el cual dormía aun profundamente. Y en silencio se recriminó “estúpido, estúpido, estúpido”

    —Sé que mañana no volveré. Eso es lo que te quería contar— Danilo se hallaba camino a su casa y miraba los rieles del tren. A su lado se encontraba su buen amigo Juan, que lo miró expectante.

    —¿Iras de viaje?

    —Sí muy lejos, Juancito, te extrañaré.

    —¿Cuándo?

    —Hoy—rió tímidamente para agregar después—. pero recuerda amigo mío, seré un gran marinero.

    Y sin entender realmente lo que quiso decir Danilo, Juan vio irse al pequeño niño con un montón de sueños rotos, iba en silencio por las vías del tren. Cabizbajo y ensimismado en las olas del mar, vio a lo lejos a Danilo, por última vez.

    Danilo, poco a poco vio al castillo, se quedó en las vías del tren, sabiendo lo que iba a pasar. Un castigo. Pero estaba seguro que el castigo sería la muerte. Casi entre lloriqueos, se quedó viendo el mar, por última vez, dejó sus cosas y corrió por la orilla, arrepintiéndose por su mala decisión. Por que hasta ese momento jamás había disfrutado de la brisa y el recorrer del agua en sus pies. Se preguntó en voz alta «¿Diosito existes?» Y respondiéndose, de una forma burlesca porque no halló respuesta dijo «Quiero que me hagas más cuidadoso la próxima vez»

    Cuando por fin decidió entrar al castillo, la tarde ya había caído, su madre con maletas en la mano le explicó rápidamente: Hoy nos iremos de viaje todos, menos tú. Víctor a lado de esta no entendía tampoco, pues su rostro estaba lleno de interrogantes. Y sabiendo lo que sucedería Danilo le lloró a su madre, pidiéndole que no lo dejara solo. Pero fue inútil, su madre no le interesaba, ella lo trataba con desdén y despreció. Lo abandonó, encerrándolo en la cocina, dejándole solo acceso al cuarto donde estaba “ella”. Sabía que pronto saldría, pues no se hallaba nadie en casa y el silencio se avecino de pronto. Y escuchando un auto venir e irse, las últimas esperanzas se quedaron en solo pensamientos. Llorando amargamente espero, mientras con nerviosismo se comía las uñas, miró hacia la ventana.

    Eran las once, para cuando ese ser buscaba su alimento nocturno. Danilo escondido en anaquel, escuchó su gruñido y desesperación, la niña sufría una constante transformación en cada paso que daba. Danilo, con la respiración frenética no podía despegar los ojos. Para cuando ella lo vio, de un salto subió al anaquel, el corrió desesperado hacia la habitación, pero el “ente” era mucho más rápido. Y lo alcanzó, entonces estando frente a frente, pudo ver de nuevo esa negra sonrisa que dibujaba en su rostro, mostrando sus dientes esta vez llenos de sangre, mientras se escuchaba un murmullo “¿Cómo es tu carne pequeño niño, dura e insípida o suave y exquisita?”

    El niño corrió hacia otro lado, pero cuando vio la ventana pensó en algunos minutos atrás sobre lanzarse a la mar. Y rompiéndola sin importar ya nada se lanzó. En el mar, miró de lejos el castillo que aún silencioso, dejaba entrever que se había salvado. Cuando salió, una pregunta quedó en sus labios incompleta, aun así sonriente, victorioso y con muchas esperanzas estaba. Pues aquel ser, solo en el castillo se podía mantener. Repentinamente se acordó de Juancito, pensando que tal vez esto, podría considerarse solo un sueño. Un amargo sueño y cuando llegara el amanecer se escaparía en el tren.

    Y caminando desde la playa hasta las vías, yendo a paso lento, vio de lejos la estación antigua aun cerrada, pero que aquellos banquillos le servirían de apoyo por esa única vez. Siguió caminando mirando hacia atrás, solo para asegurarse que la pesadilla no lo seguía.


    Un disparo de repente se escuchó, para cuando Danilo estaba tendido en el suelo, entendió que no era el fin, si no el comienzo de sus pesadillas, su madre con un mazo enorme en la mano se acercó. Y mirándolo sutilmente, levantó el mazo y rompió sus piernas. Los gritos por parte de Danilo no se hicieron esperar, la carne empezó a destrozarse y alguien de lejos reía con furor, mientras el “ente” aplaudía y babeaba con furor. Para cuando sus ojos borrosos por el llanto vieron a su hermano Víctor traer una enorme piedra, el terror lo invadió e intento escapar.

    —¡Eh! ¿Dónde vas? —El silencio se hizo repentino y con gran asombro Danilo miraba a Víctor, el cual tenía la voz más grave que nunca.

    —¿Por qué? —Preguntó Danilo. Entre lágrimas en los ojos.

    —Porque estabas destinado hacer su alimento. Además, quiero recodarte que te lo dijimos. No debiste inmiscuirte, suficiente era saber que ella no era normal…

    —¡Solo fue curiosidad!

    —Bueno, Danilo, la verdad que esperaba a que lo hicieras algún día. El humano siempre ha tenido ese deseo, lo que no sabe es que se puede encontrar con algo desagradable…

    —Hablas como si no fueras uno, ¿no eres mi hermano Víctor? No me hagas esto, déjame ir, aun quiero vivir…

    —¡No soy la misma peste que tú, no soy un humano asqueroso!—dijo Víctor, casi perdiendo la compostura luego se calmó y prosiguió—. Cada recuerdo o momento vivido que evoques sobre nosotros, son solo una mentira. Una idealización de tu mente humana—Danilo se petrificó por tales sutiles palabras, una última lágrima le salió y preguntó con el poco valor que tenía:

    —Entonces ¿Quién eres en realidad?

    —Mi pequeña mascota con corazón humano, ¿te diste cuenta que tu madre solo es un maniquí más?—y aquel niño rió grotescamente con una voz distorsionada, a Danilo le heló por completo la sangre—. Digamos que soy “diosito”

    Y le rompió la cara con la piedra, la nariz se disloco hasta comenzar a seccionarse en partes mientras sus pómulos se hundían. Había muchos gritos y dolor, aun así Víctor siguió golpeando con fuerza, dejando los ojos de Danilo solo intactos. Se lo llevó a rastras hacia la puerta del castillo y antes de retirarse dijo por última vez.

    —¿Sabes? Si sonríes tal vez ella te mate más rápido. Sería bueno intentarlo.

    Para cuando la bestia llamada Lucy lo miró con esos enormes dientes, Danilo sonrío y sus labios fueron arrancados de un mordisco.
     
    Última edición: 16 Marzo 2014
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  2.  
    Bugs Bunny

    Bugs Bunny Guest

    Bizarro... Al fin.

    La historia realmente tiene más o menos lo que se busca, sin embargo me quedaron algunas interrogantes. Por ejemplo el origen de Víctor y los cambios de actitudes. No hay algo que me justifique lo que sucede, realmente lo veo como un detalle muy importante el justificar cada cosa, pues no hay una base sólida de la cuál agarrarme para pensar una situación en concreto.

    Las descripciones no estuvieron mal y resalto el hecho de dar esas fotos tanto del ser como de la casa, pues son una ayuda muy buena para el desarrollo de los diferentes lugares donde ocurren los hechos. Tuviste algunas faltas de ortografía, como "hacer" en vez de "a ser", tildes faltantes y otras mal empleadas, mayúsculas, cosillas así que cuando gustes puedo especificar.

    Mi calificación: 8
     
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  3.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

    Libra
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    Bueno pero ahora se están agarrando la manía de matar a niños de formas grotescas, no está mal pero me da cosita (?).

    A mi la trama me enredó un poco.. me dejas muchos detalles sin aclarar, como que al final nunca entendí si esa niña era su familiar o no. Pones "la hija de los Forga", pero ¿quienes son los Forga? ¿y por qué viven en la misma casa?. Después dices que la niña le dijo algo a Danilo, algo que no entendió y que después empezó a investigar junto con su hermano Victor... Pero nunca supe que era eso, o mas o menos a que se refería, de hecho al final nunca supe el por qué de todo esto...¿Cuál es el origen de tanta rareza?.

    Otra cosa es, ¿cómo es que el niño estaba tan seguro de que lo matarían esa misma noche? y todavía fue tan tonto como para regresar..., aunque bueno esa es opinión mía... Pero siguiendo con mis hilos sin atar esta el que su madre sale diciendo que se irían todos de viaje excepto él. ¿Pero y la servidumbre donde quedó?. ¿Por qué tuvieron que hacer como que se iban para después regresar y cometer toda esta barbarie?.

    En la noche después de la persecución y la captura del niño revelan que al final ellos no eran su familia, sino algo que había idealizado en su mente, una ilusión. ¿Entonces de donde salió Danilo? ¿como lo engendraron?. Por ahí hubo también un balazo sin justificar...

    Bueno, que te puedo decir hubo muchos aspectos dejados al aire... Son muchas las cosas que me confundieron, sin embargo el monstruo, el final y la trama vista desde un punto general me ha agradado bastante. Como dijo Bugs tuviste algunos errores ortográficos.

    Y en lo personal siento que el one-shot debiste hacerlo un poco mas largo por lo complejo de la historia... Sin mas que decir te daré mi calificación:

    (6/10)

    Tuve que bajarte puntos por entregar después de la fecha límite.

    Suerte.
     
    Última edición: 21 Marzo 2014
  4.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Escritor
    Bueno, he aquí el relato que mejor entendió la idea de los "Cuentos Oscuros".

    A mí me ha encantado. No fue necesario que mezclaras un montón de géneros, no hay aventura ni romance, ni siquiera verdadero terror. Aquí solamente hay escenas grotescas una detrás de otra, con una narración bastante interesante, que no traba, que sigue de forma secuencial y lógica los acontecimientos valiéndose de varios recursos literarios que quizá los utilizaste a sabiendas o quizá sin querer. Pero todo ha formado un verdadero pastel.

    Me encantaron las escenas. Básicamente esto es lo que imaginaba al escribir el argumento dos. Una niña que se transforma en un animal bizarro y extraño, con una sonrisa negra, comiendo carne... persiguiendo al joven... bueno, una escena horrible y cabal. Perfecta para lo que se pedía.

    Y después tenemos la escena que me voló la cabeza: la llegada de su madre y su hermano. Nada tiene coherencia, nada tiene cohesión, nada tiene explicación, ¿pero qué no es eso, acaso, lo que le imprime el carácter de horripilancia? Nadie se espera (ni se justifica) por qué el pequeño Víctor habla de tal manera, ni hace falta. Nadie se espera, tampoco, que llegue la madre a romperle las piernas de esa forma tan increíblemente repentina y violenta. Y luego Víctor azotándole la cara contra la roca. Una escena tan grotesca como increíble.

    La narración ya dije que me encanta. Tu manera de narrar es poco cotidiana, parece casi una crónica con destiempos. Los diálogos no son clichés, son imaginativos. Son cotidianos. Los recursos literarios empleados son originales, pero ten cuidado con el abuso del hipérbaton. Hubo frases como "con muchas esperanzas estaba", "solo en el castillo se podía mantener" que no suenan del todo agradables. Los dedazos ya te los mencionaron antes.

    Mi valoración: 9.5/10
     
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