Hoenn Travelers

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Incógnito, 12 Enero 2014.

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  1.  
    Incógnito

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    Hoenn Travelers
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    Mi más cordial saludo al que lea esto. Comencemos con una aclaración. Si estabas esperando leer cualquier tipo de shipping, te equivocaste de fanfic. ¡Pero espera! Me gustaría que te tomaras la molestia de leerlo antes de decir "bah, yo quería un shipping" y salir. Este relato posee personajes originales, por lo que su querido Ash o el famoso Red no estarán presentes. Sin más vueltas, les dejo que lean. Espero que les guste.
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    Dos niños corrían hacia el gimnasio pokémon de la ciudad. Era un caluroso día de verano en Malvalona. Aquellos niños se apuraban en llegar, pues ese día estaba de visita Dracón, miembro del Alto Mando de Hoenn. Entraron velozmente y lo vieron hablando con Erico, el líder de Malvalona. Lo que los niños querían era escuchar una de las historias que Dracón les podía contar, pues en sus viajes en el mar conoció muchas cosas. Dracón y Erico los recibieron con una sonrisa, pues ya sabían lo que querían. El líder abandonó la conversación con Dracón y se unió a los niños para escuchar él también una historia.


    ― Bueno, ¿qué historia puedo contar hoy?

    ― ¡Aventuras! ¡Aventuras! ― exclamaban los niños.

    ― ¿De aventuras? Está bien, les contaré una historia un tanto larga. Nuestra historia se remonta hace muchísimos años, donde los líderes de gimnasio y el alto mando ni siquiera existían…


    ///

    Era una noche tormentosa. Lo único que alumbraba aquel bosque era la luz de los rayos. Llovía a cántaros, y caminar sin caer era muy difícil, peor corriendo. ¿Quién huía, y de qué? Un joven corría por el bosque tratando de escapar de una amenaza. Sostenía un huevo en sus brazos, pues cazadores furtivos lo estaban buscando. Estaba aterrado, acababa de presenciar la muerte de un enorme pokémon a manos de hombres malvados. Lo único que ellos querían era aquel huevo. El pokémon que lo estaba cuidando era de gran tamaño y, aunque él no lo supiera, sumamente poderoso. Seguía corriendo, con la esperanza de perderlos. Pero al mirar atrás se topó con un río, y tropezó al otro lado. Llegaban los cazadores, y sabía que un río no sería capaz de detenerlos. Pero en cuanto los hombres intentaron cruzarlo, el río se puso muy agresivo, al tiempo en que se escuchaban los truenos más fuertes. La lluvia aumentó enormemente y el río se volvió imposible de cruzar, nadie sabía por qué. Los cazadores intentaron cruzarlo, pero no obtuvieron más que un hombre herido. Decidieron rodearlo por un pequeño desfiladero, pero eso dio tiempo al joven para que huyera y saliera del bosque. Esta vez se había salvado.

    Aquella había sido una horrible experiencia, pero eso no lo detuvo para volver al bosque al día siguiente en pleno sol. Caminó por el bosque con el huevo, temiendo que si lo dejara en casa los cazadores podrían robarlo mientras no esté. Al llegar al río de la noche anterior, no vio nada fuera de lo común, sólo agua. Se sentó al lado de este cuerpo de agua, a pensar cómo habría podido suceder algo así. Cuando miró bien, observó un pequeño brillo en el agua, era una especie de bola. La sacó del agua, y vio que era una esfera de un color azul marino. Le pareció extraño, y lo llevó a casa para examinarlo.

    Volvió a pueblo Pardal, donde él vivía. Llamó al profesor Digory, un experto en pokémon en esa época. No era más que un viejo algo excéntrico, pero era un buen tipo. Lo invitó a su casa para que examinara el huevo. El profesor le saludó alegremente, él era amigo de los padres del joven, a quien conocía desde que había nacido. El joven puso el huevo sobre la mesa, pero al ver los rasgos desconocidos del mismo, Digory se sorprendió.


    ― Bueno, sin duda no puedo identificarlo. Nunca había visto un huevo como éste. ¿De dónde lo sacaste? ―le preguntó.

    ― Unos cazadores furtivos asesinaron a un pokémon en el bosque, yo me acerqué y tomé el huevo. No quería que se quedaran con él.

    ― Debió haber sido en lo más recóndito del bosque, porque no sé de la existencia de ningún pokémon que deje un huevo como este. ¿Viste cómo era, Dylan?

    ― No lo vi bien, pero pude distinguir unas alas rojas, y un cuerpo azul. Tenía una larga cola y parecía un dragón― respondió Dylan.

    ― Alas… ¿rojas dices? Y un… ¿cuerpo azul de dragón? ―decía Digory, temblando.

    ― ¿Qué le pasa? Está temblando, como si le hablara de un monstruo.

    ― Dylan, me tienes que prometer que nunca volverás a ese bosque. El pokémon que acabas de describir es demasiado poderoso para que cualquier persona de este pueblo si quiera intente enfrentar. Es Salamence―dijo, mostrándole un dibujo y sin dejar de temblar―, este pokémon es uno de los más raros en todo Hoenn, así como uno de los más poderosos, y no sólo de esta región. ¿Has oído hablar sobre un terrible dragón en Kanto? Es casi lo mismo.

    ― ¿Qué quiere decir? ― preguntó Dylan, ahora con miedo.

    ― Que de alguna forma, tienes suerte que esos cazadores estuvieran allí. Porque enfrentarte a Salamence habría sido muerte sin dudarlo. ¡Deshazte del huevo! Si los cazadores lo tienen, podría ser el fin para mucho de lo que conocemos.



    El profesor le dijo que empaque sus cosas, porque debería hacer un viaje. Un viaje del que quizá no vuelva. Su rumbo no existía, sólo debía dejar el pueblo, algo muy duro para él. No sabría si seguiría viajando o se quedaría en alguna ciudad cercana, sólo sabía que ya no había lugar para él en Pardal. Eso lo puso triste a tal punto que echó unas lágrimas, pero no tenía otra opción. El profesor se le acercó y le dijo: “No sé si te saldrá todo perfecto, no puedo asegurarlo. Lo que puedo asegurar es que saldrás adelante, así como lo hiciste anoche en el bosque. Sé fuerte y hazlo.”

    Se despidieron con un fuerte abrazo, no sabían si se volverían a ver. Pero antes de que cerrara la puerta para partir, el profesor se acordó de algo: él le había traído un regalo a Dylan. Se acercó al chico y le dio algo envuelto en una tela vieja. Antes de que pudiera preguntar qué es, Digory le dijo adiós y se fue. Dylan no sabía qué era, pero una joven de su misma edad sí. Era una chica que vivía también en pueblo Pardal, conocía a Dylan, y le gustaba ser la mejor en todo.


    ― ¿Qué esperas? Ábrelo.

    ― ¿Amelia? ¿Por qué te interesa tanto esto?

    ― Quiero ver qué te tocó, es un pokémon.


    ¿Pokémon? Se preguntó Dylan, pues nunca le habían regalado uno antes. Al quitar la tela vio una pokéball, era de un color plateado en su totalidad y estaba hecha de metal. La abrió y dejó salir un pokémon: era un Torchic, del tipo fuego. Amelia rió, puesto que ella dejó salir a su Mudkip, del tipo agua. Pero esto no le importó a Dylan, él prosiguió con lo que debía hacer. Al ver la enorme mochila que cargaba en su espalda, Amelia concluyó que salía de viaje. Pero el chico le dijo que era un viaje riesgoso, y que era probable que no volviera. Esto no afectó a la chica, sólo hizo que se entusiasmara, y decidió acompañarlo. Dylan no pudo decirle nada, pues Amelia tenía un carácter fuerte y decidido. Sin decir una palabra, ambos comenzaron el viaje, sin rumbo aparente.

    Ese día comenzaba una aventura que ambos nunca olvidarían…
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    Bueno, concluimos acá por hoy. ¿Viste que no era tan malo que no sea un shipping? Bueno, si te gustó, te podés poner al tanto de las actualizaciones. Comentá, pero no es una obligación. Si vas a hacerlo, me gustaría que fuera algo relevante: "me gustó porque..."; "mi parte favorita fue"; "no me gustó porque". Y también los comentarios que traen análisis de errores y esas cosas son muy bienvenidos. Hasta la próxima.
     
    Última edición: 12 Enero 2014
  2.  
    Salem

    Salem Vieja sabrosa

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    Perfecta ortografía y narración. Nada que decir sobre eso, excepto que no se deja espacio después de la raya de diálogo. Si es el mismo Word el que te lo coloca de ese modo, omitilo en la revisión. Te lo cuento porque a mí me pasaba lo mismo. También en el principio podrías haber utilizado más sinónimos para Érico y Dracón, porque repetías mucho los nombres, pero ue, no es algo "grave", por así decirlo.

    Pasando a la trama y todo eso. Me encantó, es interesante y te atrapa. Hoenn es una región llena de pokémon interesantes, y Salamence y sus pre-evoluciones son de ellos. Estuviste muy bien al utilizar a un líder del Alto Mando que tuvo una carrera o una vida tan interesante como marino, porque de él pueden salir mil historias más.

    La parte del río me recordó al Señor de los Anillos, pero fue genial. Una de mis suposiciones es que es un huevo de Bagon, tal vez; uno nunca sabe.

    Muchímas gracias por invitarme, me ha encantado. Espero que me avises cuando tengas la continuación porque con mucho gusto, la leeré.
     
  3.  
    Incógnito

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    Ahora que lo dices, me recordó también a la parte en que frodo salta a la balsa para escapar y después llegar al Pony Pisador (Hell Yeah Señor de los Anillos). Si te recordó a otra escena, dímela. Saludos y gracias por comentar.
     
  4.  
    Incógnito

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    Buenos días, tardes, noches al que lea. Ya he traído aquí conmigo el segundo capítulo de Hoenn Travelers. Espero que disfruten leyendo esta historia.
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    Se acercaba la tarde en el oeste. El sol se ocultaba para pueblo Pardal, abriendo paso a la oscura noche. Los dos jóvenes caminaban en dirección oeste sobre aquellos terrenos cubiertos de ceniza volcánica. A lo lejos, el Monte Cenizo, irradiando una brillante y hermosa luz roja cercana al cráter del volcán. Pese a ese espectáculo de la naturaleza, la belleza terminó al ver el bosque iluminado por la luz de la luna. El miedo entró en la mente del chico. Sólo tenía que seguir un sendero que lo llevara al Puerto Cascada, sin adentrarse mucho entre los árboles. Pero el temor era inevitable, podría encontrarse con cualquier cosa allí dentro, y corría peligro al llevar el huevo en su mochila.

    Se adentró al bosque, pero la voz de los árboles no ayudaba a mantener la calma. No faltaban los sonidos extraños, y la terrorífica danza de los arbustos al encontrarse con el viento. Detrás de él, la chica seguía su camino tranquilamente. Ella no sentía temor, para ella no era un más que simple bosque en la noche. Pero los árboles no estaban satisfechos, faltaban aún mil sustos por venir. Pero se encontraron con una amenaza mayor: las primeras voces como susurros empezaron a oírse. Dylan y Amelia intentaron identificar de dónde venían aquellas voces: al norte. El joven decidió tomar otro camino, pero su fuerte compañera lo obligó a acompañarla.

    Llegaron hasta una especie de campamento―a una distancia segura―, donde estaban reunidos hombres y mujeres vestidos de extraños atuendos rojos con detalles negros. Lo más llamativo era una gran letra “M” en el área que cubre la espalda. Murmuraban entre ellos alrededor de una gran fogata. En un momento todos se callaron, al mismo tiempo que sale una mujer adulta de una de las tiendas. Su vestimenta era casi la misma que la de los demás, pero ésta parecía de algún modo superior. Tenía un largo cabello rojo, del color de las llamas. No más salió, se dirigió al centro, cerca de la fogata, y pronunció algunas palabras.


    ―Señores, sé que han trabajado arduamente hasta ahora, pero me ha llegado una noticia de nuestro “amiguito” ―al decir esto, empujaron a un hombre vestido de marrón y un sombrero, como si hubiera salido de un safari.


    En ese momento Dylan lo identificó de inmediato, era uno de esos cazadores furtivos que lo habían perseguido la noche anterior.


    ―Teníamos el huevo, pero un niño nos lo arrebató y salió corriendo. Cuando quisimos seguirlo, el río se puso extremadamente violento, como las aguas que azotan los barcos en el océano. Consiguió escapar.

    ―Sólo fue una pequeña lluvia, y los ríos no tienden a ponerse así. Excusas, excusas. Y, ¿quién me dices que lo tiene?

    ―Un adolescente que vive en Pardal, cerca de aquí. No vive nadie fuerte, y en las noches sería el momento perfecto para atacar.


    Esto hizo que Dylan se ponga nervioso. De él era la culpa si esos hombres atacaban el pueblo, todo por llevar ese simple huevo. Él no podía dejar que eso pasara, debía impedirlo de algún modo.


    ―Bien. Iremos ahora mismo. ¡Empaquen todo! ¡Quiero que me traigan ese huevo, aunque tengan que arrancárselo de sus manos muertas!


    El grupo guardó todo a velocidades impensables y salió en dirección a Pardal. La mujer no fue con ellos, pero también partió y abandonó el lugar. Dylan quería llegar al pueblo e intentar detener su ataque. Pero antes de que pudiera dar tres pasos, un joven saltó de un árbol y cayó en frente de Dylan. Aparentaba tener su misma edad, pues eran casi de la misma altura.


    ―¿En serio vas a enfrentarte a todos esos soldados? ―le preguntó.

    ―¿Soldados?

    ―Son del Equipo Magma. El grupo salió a la luz hace unos meses, causando escándalos en el Bosque Petalia. Están buscando un huevo de un dragón sumamente raro. Lo encontraron en el bosque, es extraño, porque creo que el último estaba en la Cascada Meteoro.

    ―Yo tengo ese huevo. Por eso me han perseguido los cazadores. Si se los entrego, dejarán el pueblo en paz.

    ―Por supuesto, dejarán tu amado pueblito en paz. Pero todo Hoenn caerá más tarde. Con ese dragón tan poderoso, obtendrían los recursos suficientes para empezar la búsqueda de la esfera roja, y así despertar al Pokémon Legendario Groudon. Su plan es despertarlo y acabar con los mares, pues aman la tierra y aborrecen el océano.

    ―¿Y qué crees que deba hacer?

    ―Seguir tu camino y evitar el suyo. No dejar que obtengan jamás ese huevo. Es por el bien de todo el mundo.


    Dylan se lo pensó y el extraño tenía razón. Preferible era evitar una catástrofe mundial a salvar a su querido pueblo Pardal. Era duro, pero debía seguir su camino. El extraño―quien reveló que se llamaba Greg― les dijo que los acompañaría por un rato, ya que debe ir a Petalia tomando el barco desde Puerto Cascada. Debían seguir hacia el oeste un quilómetro y medio hacia el sur, no les tomaría mucho tiempo. Siguieron el sendero marcado, a paso rápido pero a la vez silencioso. El tal Greg parecía saberse tan bien el bosque como la palma de su mano: tomaba atajos ocultos y los llevaba por los lugares que generalmente evitarías sin pensarlo. En menos de lo esperado, levantaron la mirada al frente y ya estaban en una pendiente al lado del puerto. Bajaron cuidadosamente, entraron a la recepción y compraron los tickets.

    Tenían suerte: el barco zarpaba en unos minutos. Subieron y en poco tiempo estaban surcando las costas de la zona oeste de Hoenn. Subieron a cubierta para relajarse, para mirar el océano. Había mucha gente en los bordes del barco, y se pudieron distinguir algunos murmullos. Unos hablaban del tiempo, pero uno en particular decía algo sobre Pardal. Había dicho que el pueblo estaba siendo atacado mientras hablaban, y que había gente herida. Dylan no pudo evitar sentirse mal al escuchar esto. Se pudo escuchar a Greg decir que “ojalá el profesor esté bien.”



    ―¿Conoces al profesor Digory? ―preguntó Amelia.

    ―Sí, somos grandes amigos. Lo ayudo con sus investigaciones. Yo mismo le enseñé todo sobre el bosque. Y fue él quien me dio a mi querido Treecko ayer.

    ―Así que tú fuiste el primero al que le dio un pokémon… interesante―decía la chica.

    ―De todas formas, eso no importa ahora. Lo que importa es que debemos evitar que el Equipo Magma despierte a Groudon… evitar que suceda una catástrofe…―interrumpió Dylan.


    El barco seguía en las frías y oscuras aguas de Hoenn, para llegar pronto a Ciudad Petalia.
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    Bueno, llegamos hasta aquí. Tenemos el inicio del Equipo Magma y el nuevo personaje. Espero que les haya gustado. Comenten si quieren, digan su parte favorita quizá, lo que quieran. Lo que sí, es que, como habrán visto, hay unos lugares que no existen. Estamos hablando de Hoenn hace más de cien años, no es igualito al actual.
     
    Última edición: 13 Enero 2014
  5.  
    Salem

    Salem Vieja sabrosa

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    Holu. Gracias por avisarme que habías continuado.

    Noté algunos errores mientras leía:

    a)" Dylan y Amelia intentaron identificar de dónde venían aquellas voces: al norte. El joven decidió tomar otro camino, pero su fuerte compañera lo obligó a acompañarla."

    Creo que en esa oración quedaría mejor "del norte".

    b) Confundiste los tiempos en algunas oraciones. No se sabía si narrabas en presente o pasado.

    Bueno, fuera de eso, todo bien. La narración y ortografía, perfectas. Yo esperaba que fuera el equipo Aqua, ya sabés... Salamence es azul... El equipo Aqua ama el océano. (?) No, no tiene sentido, lo sé.
    Prácticamente con Salamence, el equipo Magma podría dominar el mundo. Es una excelente idea, ¿por qué no se le ocurrió a Game Freak hacerlo en la historia original? Asdf.

    Espero que el equipo Magma no haga nada malo con pueblo Pardal, solo lo espero.

    Avisame cuando esté el siguiente.
     
  6.  
    Enllamas

    Enllamas Iniciado

    Tauro
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    Me ha gustado la historia, da un refrescante giro a la típica trama de Pokemon, ojala este Fic tuviese mas capítulos, apetece leerlos para pasar el rato. Sigue así;
    1. Pocas faltas, detalles menores ya mencionados
    2. Narración poco complicada, da detalles sin divagar.
    Solo lamento que sean tan cortos, ¿Podrías hacerlos mas largos?
     
  7.  
    Incógnito

    Incógnito Iniciado

    Cáncer
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    Buenos días. Me tardé un poco más de lo esperado, pero valió la pena. He decidido extender mi mínimo a dos mil palabras, para que no se les hagan tan cortos los capítulos (muchos me lo habían dicho ya). Bueno, sin más preámbulo, aquí está.
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    Dylan estaba cansado ese día, eran muchas cosas en las que pensar. Se fue a dormir a su camarote poco después de contemplar las brillantes luces de Férrica durante la noche. Esperaba que al día siguiente no se le hagan tantos problemas como en ese entonces. Pero con el Equipo Magma rondando, iba a ser algo difícil.

    Despertó gracias a que la ventana direccionaba la luz del sol directo hacia su cara. Se levantó y fue al baño a lavarse la cara. No podía dejar de pensar en todo el peso que llevaba encima. En cuanto lo recordó, sacó el huevo de su mochila. Vio que de vez en cuando se movía un poco. Eso seguramente indicaba que el pokémon dentro nacería pronto. Miró su mochila y vio aquella brillante esfera azul sobresaliendo de un bolsillo lateral. Se acordó que Greg había dicho que el Equipo Magma usaría la esfera roja para despertar a Groudon. Entonces pensó que la esfera azul tendría alguna relación con el Coloso de los Mares, Kyogre, enemigo mortal de Groudon. Poco a poco cobraba más sentido, ya que un objeto con los poderes de alguien que controla el agua, no sería raro que al “activarse”, el agua se vuelva violenta repentinamente.

    Pero la voz del capitán diciendo “Llegaremos en unos minutos” interrumpió sus pensamientos. Salió de su camarote, la fría brisa marina lo despertó completamente. Subió a cubierta, y vio a Greg con unos binoculares apuntando al Bosque Petalia, era obvio que buscaba algo. Rápidamente bajó su mirada a un paño azul que sostenía en la mano, si lo mirabas con atención, parecía que tenía escrita una “A” en un estilo un tanto extraño.

    Greg pareció escuchar algo, era un pequeño bote acercándose rápidamente. El bote tenía la misma insignia que el paño de Greg. ¡Entra a tu camarote, rápido! Le gritó a Dylan. El chico lo hizo dejando a Greg contra los “villanos”. Tenían similitudes con el Equipo Magma, pero en vez de rojo tenían trajes azules. El Equipo Aqua, surgió unos meses antes que el Magma. Su objetivo es el contrario: expandir el mar. Esta vez no se encontraba su líder sino un par de simples soldados. Éstos lograron subirse al barco con unos arpones.

    Uno de ellos sacó dos pokémon para enfrentarse a Greg: Carvanha y Poochyena. El chico sacó a su querido Treecko. Era fuerte contra Carvanha, pero aún así eran dos contra uno. Carvanha atacó usando Mordisco y, cuando Treecko intentó sacárselo, lo empujó el Placaje de Poochyena, haciendo que la herida causada por las fauces de Carvanha empeorara. Mientras peleaban, el segundo soldado estaba intentando abrir la puerta del camarote de Dylan. Pudo hacerlo tras unos momentos de forcejeo. Empujó a Dylan, tomó su mochila y le avisó al otro soldado. Pero el dueño del huevo sacó a Torchic, y éste último usó Ascuas a los pies del miembro del equipo Aqua.

    Logró hacer que se cayera y Dylan tomó la mochila. Mientras, Greg seguía luchando. Con el Absorber de Treecko venció a Carvanha, pero seguía herido y no podía luchar contra Poochyena. Llegó un Tailow en picada, asestando Picotazo en la cabeza del pokémon Siniestro. Después Mudkip, venciéndolo con Pistola agua. Ambos soldados tuvieron que retirarse ese momento. Se supo el dueño de Tailow cuando Amelia llegó y lo devolvió a la Pokéball. Lo primero que hizo fue preguntar quiénes eran.


    ―El Equipo Aqua. Enemigos naturales del Equipo Magma. Su plan es expandir el mar, utilizando la esfera azul―esas palabras resonaron en la mente de Dylan― para despertar a Kyogre. Ellos también estuvieron en el bosque buscando el dragón. Tengo una seria enemistad con ellos.

    ―¿Por qué? ―preguntó Amelia.

    ―Me infiltré en su laboratorio en el Monte Pírico hace un mes. Tomé la única referencia de la ubicación del dragón en el bosque de Pardal. La rompí en sus caras y salí huyendo. Yo soy el protector de ese bosque, por eso soy un enemigo. Después obtuvieron otra referencia menos acertada, por lo que el Equipo Magma encontró al pokémon primero. Suerte que tú estabas ahí, Dylan.

    ―Yo lo veo más como una maldición―confesó Dylan.


    El capitán interrumpió su conversación dando el mensaje de que ya habían llegado a Petalia. Los tres jóvenes descendieron del barco y se quedaron en la ciudad para almorzar. Mientras comían, vieron en la televisión una noticia sobre el Equipo Aqua. “Se ha avistado al grupo de vándalos que se hacen llamar Equipo Aqua en una ruta marítima cercana a Pueblo Azuliza. Pero también se los ha visto rondando por Pueblo Escaso. Se recomienda evitar esos lugares hasta nuevo aviso”.

    Estaba claro que lo primero que iban a hacer los tres era ir a investigar a Escaso. Pero antes de eso decidieron descansar, sus Pokémon estaban heridos y probablemente habría conflicto si se encontraban con el Equipo Aqua. Dylan se puso a pensar seriamente acerca de su situación, pues no estaba en la mejor posición de todas. “Con la esfera azul en mano, el Equipo Aqua tiene dos razones para buscarme… De todos modos, sólo espero que el Pueblo Pardal esté bien.”

    Mientras que Amelia pensaba en cosas completamente diferentes. “Bien. Si Dylan va a tener un pokémon tan poderoso como dice Greg, quizá pueda hacerle frente a mi Beldum. Ahora que lo pienso, debo ir a retirarlo pronto…” Aquel pensamiento revelaba la personalidad competitiva de Amelia. Pero no pasó mucho tiempo hasta que el dueño de Treecko decidió partir. Los otros dos no tuvieron más opción que acompañarlo.

    Siguieron el camino de las tranquilas calles de Ciudad Petalia, llena de vegetación, llena de vida. La población era escasa, no se escuchaba un ruido si recorrías la ciudad. Hasta que llegaron a la ruta 103. Había una buena cantidad de árboles, pero no tanto para ser un bosque. Se podían presenciar pequeños estanques naturales, dónde podías ver tu reflejo en el agua de color azul. Pero Dylan sintió algo, se sentía observado, pero se mantenía tranquilo.

    Escuchó un muy pequeño sonido. Era bastante extraño, pues casi podría jurar que alguien le había susurrado. Sabía que era cercano allí, pero lo sintió demasiado cerca. Tan cerca que creyó por un instante que sólo lo había imaginado. Pero volvió. Esta vez lo escuchó muy claramente: “No pareces ser como los hombres malos que estuvieron aquí antes. Es más, presiento que hace poco salvaste la vida de alguien.” Dylan no podía creer lo que oía, les dijo a sus dos acompañantes, pero ellos aseguraron que no habían escuchado nada. “Ellos no pueden oírme. Es telepatía, ¿conoces de eso? Oh, ¿y esto? Llevas un objeto muy poderoso contigo… como una vieja reliquia. Espera, siento algo más, la presencia de otro pokémon, pero no llevan suficientes pokéballs… Oh, ya veo, es un hue- ¡¿Qué?! ¡No sabía que llevabas un dragón antiguo ahí!”


    ―¿Dragón antiguo? ―preguntó Dylan.

    ―¿De qué hablas? ―Amelia estaba intrigada.

    ―¡Calla!

    “Son criaturas de un inmenso poder. Tan grande, que supera al de algunos de los que ustedes suelen llamar legendarios. Sin duda, el profesor estaba en lo correcto.” Dylan no sabía qué decir, sólo recordó lo que le había dicho el profesor Digory sobre Salamence. Pero a todo esto, ¿cómo podía saber esta voz lo que el profesor le dijo privadamente? “Porque leo tu mente. No en su totalidad, sólo las cosas en las que has pensado últimamente. No puedo leer la de otras personas, por alguna razón. Debe ser por algún tipo de conexión entre nosotros. Oh, espera. A quien llamas Equipo Aqua está aquí. Cercano a mí, suerte que estoy escondida.”

    ―El Equipo Aqua… ¿aquí? ¿Escondida?


    Amelia y Greg sólo podían ver lo extraño que se comportaba su compañero. ¿Con quién hablaba? ¿Y por qué ellos no podían escuchar su voz? Pero Dylan les indicó que vayan al norte. Corrieron hacia allí, y en un instante Dylan se detuvo repentinamente después de correr unos metros. “Podrían oírnos”, dijo el chico. Esperaron unos segundos que parecían minutos, hasta que dio la orden de avanzar. Llegaron a un lugar con mucha vegetación y grandes arbustos. De uno de ellos, salió un pequeño pokémon blanco y verde. “Al fin podemos vernos, soy Ralts, un pokémon psíquico.”

    Dylan la saludó. Una de las primeras cosas que hizo después de eso fue preguntarle acerca de sus poderes, dejando de lado todo lo demás. “Bueno. Todos tus pensamientos están en tu mente. Cada uno de ellos tiene una puerta, así como tus recuerdos. Inconscientemente puedes recordar algo aunque no pienses en ello. Mientras lo hagas o lo hayas hecho últimamente, esa puerta estará abierta. Yo nací con la habilidad de poder ver a través de esas puertas. Una de las puertas que están abiertas siempre es el lenguaje, por eso es que sé tu idioma. En fin, otra habilidad que tengo es lo que yo llamo visión lejana. Me permite ver ciertas cosas, personas o lugares que están lejos durante unos segundos. Lamentablemente esa técnica me deja exhausta. ¿Te ha quedado claro cómo funcionan mis poderes?” Dylan asintió con la cabeza. Era sorprendente, nunca había pensado en que eso fuera posible. Y juzgando por el hecho de que esa Ralts nació con esas habilidades, que pasara eso no era muy común.

    Los otros dos estaban confundidos, no sabían que estos podían entenderse, pero eso parecía. Dylan les explicó al instante. Ellos tres estaban ante un Ralts con habilidades sobresalientes de los demás, era bastante impresionante. Pero el pokémon psíquico detectó algo. “Oh, tu huevo. Está…” El chico lo sacó rápidamente de su mochila, y empezó a brillar intensamente. En unos segundos la luz enceguecedora terminó y se pudo ver a un pequeño pokémon azul con una cabeza como de piedra. “Bagon” dijo Greg. Era un pokémon tipo dragón. Por el color y el tipo, estaba claro que en algún momento evolucionaría en un Salamence. Pero hasta que eso sucediera, le quedaba mucho tiempo por delante. “¿Qué esperas? Atrápalo con una ball.” Le dijo Ralts, Dylan procedió. Sacó una Pokéball y lo capturó fácilmente, ya que era un recién nacido. Notaron que a lo lejos venía un marino corriendo con un Pelipper volando a su lado. Lo detuvieron y le preguntaron por qué lo hacía, el hombre les dijo que había visto en las noticias que estaban robando su barco en el puerto de Petalia. “Equipo Aqua” le dijo Ralts a Dylan. Decidieron ayudar al marino y fueron corriendo al puerto. El Equipo Aqua estaba a mucha distancia como para que el grupo de jóvenes pudiera atacar, por lo que Amelia sacó a su Tailow y el hombre de la marina usó a Pelipper. Ambos pokémon alcanzaron volando el barco, y Pelipper usó Pistola agua para empeorar la vista de los soldados. Cuando estuvieron casi sin poder ver, Tailow se acercó en picada usando Picotazo. Lo lamentable para aquellos soldados era que no llevaban encima ningún pokémon, pero justo salió un hombre alto y robusto de la cabina del capitán, cuando el barco se detuvo. Era Félix, según Greg, líder del Equipo Aqua. Félix sólo sonrió, no usó ningún pokémon contra las dos aves. Se puso una especie de máscarade oxígeno y se lanzó al mar junto con sus secuaces. Nadie entendió lo que quiso hacer, pero pudieron recuperar el barco de todos modos.

    Cuando lo hicieron, le pidieron al marinero que los llevara hasta Pueblo Azuliza. Aceptó con gusto. El viaje iba a ser un poco largo, por lo que los tres jóvenes decidieron descansar hasta llegar. Lo que no sabían, es que Ralts se había infiltrado en la mochila de Dylan. Ella había decidido acompañarlos en su viaje con objetivo de detener a los equipos malvados.
     
    Última edición: 16 Enero 2014
  8.  
    Incógnito

    Incógnito Iniciado

    Cáncer
    Miembro desde:
    25 Diciembre 2013
    Mensajes:
    33
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Hoenn Travelers
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2165
    Buenas noches. Ya les traje el cuarto capítulo de este fanfic, y viene con acontecimientos interesantes a mi parecer. Espero sus comentarios.
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    Seguían viajando por el mar para llegar a Azuliza. Pero luego de que pasara media hora desde que salieron desde Petalia, inició una tormenta. Llovía muchísimo, era común que pasara en el mar, pero el marinero no había visto algo como esto antes. Las olas azotaban la embarcación fuertemente. Y por si fuera poco, estaban cerca de grandes rocas que podrían fácilmente destruir el barco.

    Las aguas se pusieron turbulentas, en lo que Dylan recordó aquel día en que obtuvo el huevo de Bagon. Seguido de eso recordó la mención de Greg de la esfera azul, que tenía los poderes de Kyogre. El chico corrió hacia su mochila, mientras el barco se tambaleaba de un lado a otro. Sacó de un bolsillo lateral aquella esfera del color del mar, y vio que estaba brillando intensamente.

    Cuando se dio cuenta, los demás tripulantes estaban preocupados por su aproximación a las enormes rocas. En tan sólo unos segundos podrían chocar contra ellas y sería el fin. “¡Garra metal!” Gritó alguien a una cierta distancia del barco, cuando miraron en dirección a las rocas, habían sido destruidas por un pokémon de un rojo metálico intenso. Tenía un par de pequeñas alas y pinzas al final de cada brazo.

    Después de eso se lo vio volver a la pokéball. Los que abordaban el barco siguieron el haz de luz que dejaba la ball al abrirse. Vieron un enorme pájaro marrón claro y, con él, a una chica de cabello castaño, con un traje negro y una bufanda blanca―pues estaban en invierno―. El capitán del barco insistió en que la chica lo aborde.

    Devolvió al pokémon a su respectiva ball y se sentó en una parte techada. Los demás no pudieron evitar preguntarle algo, sea cómo se llama, de dónde viene, que hacía en medio de aquella tormenta, etcétera.


    ―Me llamo Emma. Nací aquí en Hoenn, pero me crié en la región de Johto. Pasaba por aquí porque quería llegar a Pueblo Azuliza―dijo Emma, respondiendo a las preguntas.

    ―Soy Dylan, vivo en Pueblo Pardal. Nosotros también vamos a Azuliza.

    ―Amelia, gusto en conocerte.

    ―Y yo soy Greg, mi hogar está en los bosques de la región, encantado.


    Los cuatro se la pasaron charlando toda la tarde hasta llegar a Pueblo Azuliza. En esa conversación, supieron que los pokémon antes vistos eran Scizor, de tipo Bicho y Acero, y Pidgeot, Normal y Volador. Eso fue todo respecto a los pokémon de la chica, pues Emma no quiso decirles más.

    Al cabo de dos horas, los cuatro jóvenes y el marinero llegaron a su destino. Era una pequeña isla al sur de ciudad Petalia. En ella había una posada, dos pares de casas y una cueva muy antigua. La nueva chica, Emma, se fue a la posada a descansar. Mientras que los otros tres fueron a explorar la Cueva Granito.

    Entraron en una gran caverna, no había mucho para ver, sólo una cueva llena de rocas y nada más. Al fondo, un agujero con una pequeña escalera de mano que descendía a un sótano en el subsuelo. Los tres caminaron hacia ella y bajaron.

    Abajo, la oscuridad aumentaba e impedía que los jóvenes vieran más allá de dos metros. Se desplazaron tanteando con las manos apoyadas en esas rocosas paredes empolvadas. Al avanzar unos cuantos metros, el piso había desaparecido para el pie derecho de Amelia. Algo asustada, extendió su pierna un poco más y pudo sentir unas barras de madera, otra escalera.

    La chica y Greg la bajaron cuidadosamente tratando de no caer. Al hacerlo, avisaron a los gritos al atrasado Dylan, quien se había desviado por una pared de la derecha. Sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, y pudo distinguir una nueva escalera de mano que bajaba hacia un nivel inferior. Descendió por ella, pero no pudo encontrar a sus compañeros.

    El chico que iba solo empezó a escuchar sonidos extraños en el interior de la cueva. Tras unos segundos de silencio, pudo distinguir el sonido de una pesada roca rodando por el suelo. Hubo un pequeño temblor que hizo que el joven cayera. Con la mano pudo tocar un buen trozo de madera seca, que sería útil para hacer fuego.

    Sacó a su Torchic de la pokéball, y le ordenó que utilice Ascuas en la madera. Así pudo hacer una antorcha, aunque no duraría mucho. Al tener el sótano iluminado, pudo ver muchas rocas y un techo lleno de estalactitas. La roca que había escuchado rodar no era una roca sino el pokémon Graveler, y no parecía feliz por las visitas.

    Un pokémon de fuego como Torchic no podría enfrentar a un Tierra/Roca, y Bagon era un recién nacido. Aún así, no tuvo más opción que luchar con lo que tenía. Sacó al dragón de su ball y los mandó a luchar contra Graveler. El pokémon de tipo fuego se acercó y lo atacó con Ascuas, pero este ataque resultó casi inútil. Graveler utilizó Lanzarrocas para debilitar a Torchic.

    Sólo quedaba Bagon, pero dudaba de su capacidad al haber nacido hace menos de cinco horas. El pequeño dragón sólo sabía usar Golpe Cabeza y Mordisco, movimientos que no serían eficaces contra un pokémon con tanta defensa como su oponente. Cuando Graveler intentó atacar, la Ralts que había permanecido oculta en la enorme mochila de Dylan salió por fin para defender al “dragón antiguo”.

    El joven se llevó una buena sorpresa, no se había dado cuenta de que la pokémon psíquico había partido de Petalia con él. Sin embargo, no podía dejar de pensar en Bagon. Ralts decidió enfrentarse a Graveler utilizando Confusión. No fue del todo eficaz, pero logró dañarlo un poco. Pese a eso, el pokémon roca devolvió el daño usando Magnitud, en este caso, la potencia era de 4.

    Un pequeño brillo salió de entre las rocas, brillo que pertenecía a un pokémon. Dylan vio que era un pequeño animalito de un color plateado con manchas negras, y sus patas eran negras en su totalidad. Este pequeño pokémon atacó al Graveler utilizando Garra metal, el mismo ataque que había usado el Scizor de Emma anteriormente. Este movimiento causó un daño severo en Graveler.

    Cuando el último quiso atacar de nuevo, Ralts usó Confusión nuevamente, confundiendo a Graveler. Al estar confundido, Graveler se chocó contra la pared, dándose un buen golpe. Este era el momento perfecto, y el pokémon Acero lo debilitó con el mismo movimiento que usó anteriormente.

    Estaban ya cantando victoria, pero dejaron de hacerlo al ver que el golpe que se había dado Graveler contra el muro había provocado que una estalactita cayera y rompiera la escalera por la que bajó Dylan. Al ver esto, el pequeño pokémon que derrotó a Graveler dio una señal de que lo siguieran. Eso hicieron, pues Dylan, Ralts y Bagon no tenían alternativa.

    El pokémon los guió por una gruta con el suelo quebradizo, por lo que Dylan cargó a Bagon y a Ralts. Cuidadosamente lograron cruzar, al fondo se veía una escalera de mano que subía, iluminada por la luz de un hueco en el techo.

    Al subirla, Dylan pudo ver que estaba en la misma cueva en la que comenzó con Amelia y Greg, sólo tenía que bajar una pequeña pendiente. Al hacerlo, aparecieron sus dos compañeros por la primera escalera, alegres de ver a Dylan a salvo. Ambos pudieron notar que junto a él estaban Ralts y un desconocido, sin contar a Bagon.

    El joven les explicó que Ralts se había infiltrado en su mochila sin darse cuenta, y que el pequeño lo había ayudado en un problema con un pokémon. Todos salieron de la cueva sanos, y fueron a ver a Emma. Pero cuando preguntaron por ella en la posada, la anciana que los atendía les dijo que ya se había ido. Salieron de ahí y el marinero vio el pokémon que Dylan llevaba consigo.

    “Veo que tienes un Aron” le dijo, revelando la identidad del pokémon. En ese momento el chico empezó a hacerle preguntas acerca de él, y pudo saber que era un pokémon Acero/Roca. Sin pensarlo dos veces, decidió capturarlo, ya que en poco tiempo se había convertido en un buen amigo y en fiel compañero. Hablando de capturas, Ralts le dijo que quería acompañarlos, y también que deseaba que Dylan fuera su entrenador.

    Sin dudarlo capturó a Ralts también. Con ella y Aron en el equipo, ya eran cuatro de los seis pokémon que Dylan podía llevar, convirtiéndolo en quien más pokémon llevaba en el momento. Lo que faltaba e iba a ser lo más difícil era entrenarlos a los cuatro.

    “Perfecto, ahora tengo dos rivales. ¡Y lo peor es que Emma parece ser demasiado fuerte! No creo poder vencerla, hasta eso trato de superar a Dylan…” pensaba Amelia. Sin dudas, si quería ser la mejor, Emma era un reto bastante difícil, al parecer. Pero no pensaba rendirse, al menos por ahora.

    El capitán del barco les preguntó si se quedarían, ya que debía partir más tarde a ciudad Portual. Los jóvenes dijeron que irían con él, ya que no había nada más que hacer allí. Para pasar el tiempo, Amelia y Greg decidieron hacer una batalla contra Dylan, para comprobar qué tan fuerte es con cuatro pokémon.

    El chico decidió aceptar, aquella batalla comprobaría que tal le va entrenando pokémon. Fue entonces cuando dio inicio la batalla bajo aquellas nubes negras que cubrían el cielo. Sacando todos a sus pokémon, y Greg dando a conocer que tenía un Numel guardado todo este tiempo, comenzó la batalla. Eran dos de Amelia contra dos de Dylan, lo mismo para Greg.

    La chica debía enfrentarse a Bagon y a Torchic. Ordenó a su Mudkip atacar con Pistola agua al pokémon fuego, disparo que fue muy efectivo contra este último. Sin embargo, a Dylan se le ocurrió atacar en forma dos contra uno, para intentar debilitar más rápidamente a sus oponentes. Sorprendentemente, esto estaba dando resultado. Entre los Mordiscos de Bagon y los Arañazos de Torchic, pudieron hacerle un buen daño a Mudkip. Pero llegó Tailow usando Picotazo contra el mini dragón. Esto no fue suficiente, pues Dylan decidió seguir con el mismo plan. Al cabo de medio minuto, Mudkip cayó debilitado.

    Ahora tocaba Tailow, quien estaba lleno de energía. Mientras atacaba con su movimiento de siempre, Torchic pudo utilizar Ascuas y hacer que se quemara. Las quemaduras causaban daño continuo y disminuían la fuerza del pokémon volador. En eso, Bagon utilizó Golpe cabeza, movimiento que hizo caer a Tailow en la arena mojada. Se debilitó.

    Era el turno de Greg, con Treecko y Numel contra Aron y Ralts. Trecko utilizaba Absorber contra Aron, y Numel atacaba con Ascuas a Ralts. Pero no eran débiles, Aron asestó Garra metal contra Treecko, causándole mucho daño. Al mismo tiempo, Ralts alteró el estado de Numel con Confusión. Con Numel confundido y Treecko gravemente herido, las cosas no iban bien para Greg.

    Pese a su situación, el guardián de los bosques decidió seguir luchando. Dio la orden a Trecko de usar Ataque rápido mientras Numel atacaba con Magnitud. Afortunadamente, el último ataque llegó a su nivel más alto, sin logrando debilitar a Aron.

    A pesar de esto, causó un buen daño en Treecko, lo que lo dejó expuesto para recibir la Confusión de Ralts, haciendo que se debilitara. Eran Fuego/Tierra contra Psíquico. Pero este último no pudo hacer mucho debido al daño causado por Magnitud. Finalmente, Numel la debilitó con Ascuas, asegurando la victoria de su entrenador.

    Aquella había sido una buena batalla, y quien quería ser la mejor había terminado en último lugar. Aún así decidió que seguiría entrenando para que no ocupen mucho más tiempo el puesto del mejor entrenador. A lo lejos, la silueta de una mujer los había estado observando durante toda la batalla. “No es muy fuerte ahora, pero tiene el potencial que busco” pensaba la chica.

    Apenas terminaron, el marinero llamó a los tres jóvenes, diciéndoles que estaban a punto de zarpar. Subieron al barco y comenzaron viaje rumbo a Ciudad Portual, una de las más grandes en toda la región de Hoenn. En la embarcación, Dylan empezó a preguntarse ciertas cosas sobre Emma, sabían cosas de ellas, pero aún así era bastante enigmática.
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    Bien, aquí hemos terminado. Emma parece bastante fuerte, y será una gran competencia para Amelia, ¿o no lo será? Ya veremos. Aquí unas preguntitas para aquellos que deseen entretenerse un poco.
    • ¿Podrá Amelia eventualmente derrotar a sus rivales?
    • ¿Cuál es el motivo de la repentina aparición de Emma en Hoenn?
    • En los últimos momentos de la batalla, Emma dice que alguno de los tres héroes tiene el potencial que busca, ¿de quién crees que hablaba?
     
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