Contenido oculto Esta historia la he escrito para el juego "¡Pidamos dulces!", el dulce me lo ha dado @Mary Uchiha, a la que quiero dar las gracias. <3 El golpear de la muerte 18 de junio de 1990 “Toc, toc, toc”, todos los días escucho eso de madrugada, unos golpes sordos contra la pared de mi cuarto. A veces creo que me estoy volviendo loco, que todo lo que percibo desde que me mudé aquí no es más que producto de mi imaginación. Siento como si algún día fuese a acabar como el protagonista de “El Resplandor”, aunque yo no tengo familia aquí a la que matar, pero sí percibo que voy a perder la cabeza, voy a llegar a ese extremo de locura sin retorno. Siempre que intento hablar de ello con alguien al final se terminan tomando a risa lo que les digo, como si simplemente fuese una persona que está de broma, pero no, esto va en serio. Cada día siento como si mi espíritu estuviese más lejos de este mundo y más cerca del mundo de las sombras, cada vez que escucho esos golpes, cada vez que me cuestiono de dónde vienen, siento como si la presencia de alguien estuviese aquí, acechándome. Un fantasma vengativo quizás, no lo sé. He intentado buscar ayuda de profesionales, pero no son más que burdos fantoches que lo único que quieren es sacarme el dinero. ¿Cómo pueden jugar así con algo tan serio? Si al final va a ser cierto que voy a estar loco y al final el único profesional al que voy a tener que recurrir será a un psiquiatra. Quizás solamente una camisa de fuerza sea lo que ponga fin a mi locura o desate todavía más mi drama interior. 26 de junio de 1990 Hoy Katherine me ha dejado. Ella afirma que ya no soy como antes, que se me han metido cosas en la cabeza que no son reales. Dice que necesito ayuda y que ella no puede estar ahí para acompañarme. Que me estoy volviendo algo que le da un miedo horrible. No sé si existe Dios, pero si es así, espero que se esté riendo a carcajadas, porque a mí este destino que me ha tocado no me hace ninguna gracia. Y los golpes no cesan. De madrugada, durante horas, ese “toc, toc, toc”, vuelve. ¿Qué es? Lo he pensado mucho, he pensado que a lo mejor simplemente son las estructuras del edificio que se quejan con el frío de la noche. No lo sé. He llamado a un exorcista, mañana por la mañana vendrá y seguramente no solucionemos nada, pero estoy dispuesto a intentarlo todo. Quiero acabar con esto y quiero que Katherine me vuelva a ver como lo que era antes, no como lo que soy ahora. 15 de julio 1990 Hace una semana hice una fiesta en casa, vino toda la familia, fue un día bastante agradable. Me olvidé de todos los problemas por unos momentos. Es agradable tener a los tuyos cerca. Hoy he revelado las fotografías de ese día, lo que he visto ha sido realmente aterrador. No sé lo que es, una sombra al lado de mis tías, como colgada del techo. Justo donde escucho los horribles sonidos. He visitado a Katherine, le he dicho que por favor mirase las fotografías, que vería que no estoy loco, que tengo razón de que algo pasa en mi casa. Me golpeó y me dijo que no le volviese a ver, que no tenía ganas de pasar por aquello. Me dijo que era un monstruo. Estoy destrozado y aterrado al mismo tiempo. He perdido al que creía el amor de mi vida y está ahí, esa presencia, la presencia de algo que no sé lo que es, pero que me aterroriza todas las noches, con esos golpes. ¿Qué es y qué quiere de mí? Por cierto, el exorcista vino el otro día, pero no se atrevió a pasar el umbral de la puerta. Dijo que en el piso se escondía algo demasiado malo, demasiado poderoso para él. No sé si era un simple paripé, pero el dinero sí lo reclamó. Así que posiblemente fuese un estafador. Aunque en realidad de veía muy aterrado. 3 de agosto de 1990 Hace unos días le envié una carta a Katherine con una copia de la fotografía. Hoy me ha llegado respuesta, pero no era ella quién me escribía la carta, si no su nuevo novio, un tal Scott, el cual me amenazaba con que si seguía aterrorizando a su novia vendría a por mí y me despellejaría vivo. Entiendo que Katherine me tuviese miedo, pero Scott parece un tío realmente peligroso, de esos con los que no me gustaría cruzarme. 17 de agosto de 1990 Hoy he recibido otra carta de Scott. Al parecer la fotografía que le envié a su novia le está consumiendo, no puede parar de pensar en ella. Me ha amenazado con cosas muy atroces, me ha insinuado que yo soy una especie de brujo que maldice a la gente. ¿En qué cabeza tiene sentido eso? Mientras tanto mi tormento no cesa, esos golpes siguen y siguen, ¿Cuándo pararán? *** —¿Usted conocía a Mathew Henderson? —el policía miró inquisitivamente a Katherine. —Él fue mi novio, sí, le conocía bastante bien. —¿Por qué cree que alguien querría matar a Mathew? —No lo sé, últimamente se había vuelto muy huraño, puede que se ganase algunos enemigos… —¿Es consciente que nuestro principal sospechoso es su nuevo novio Scott? Hemos encontrado cartas amenazantes de él y además hemos encontrado un diario en el que escribía de vez en cuando Mathew, en el que habla sobre sus tormentos, sobre usted y sobre Scott, entre otras cosas. ¿Era consciente de que su ex-novio tenía ciertas paranoias? —Eso también empezó a ocurrirle a Scott… —¿Cree usted capaz a Scott de despellejar a Mathew y colgarlo de los pies en su casa? Katherine se llevó las manos al rostro y negaba con la cabeza repetidas veces, aquel infierno la estaba sobrepasando. Ahora lo entendía todo, aquellos golpes de los que hablaba Mathew, eran los de su propio cadáver golpeando la pared después de ser asesinado por Scott. Estaba segura de que su novio lo había hecho, que le había matado. ¿Pero qué demonios era aquella locura? ¿Por qué ambos habían perdido la cabeza? ¿Le tocaría ahora a ella también? —Scott lo hizo, estoy segura. —¿Por qué está segura? —Porque es una locura. En ese momento, Katherine recordó nítidamente los golpes que se escuchaban en casa de Mathew. “Toc, toc, toc”, ¿cesaría aquello con su muerte?
