COMO CADA NOCHE.

Tema en 'Relatos' iniciado por Yukionnatifa, 13 Marzo 2014.

  1.  
    Yukionnatifa

    Yukionnatifa Stephanie la Loca

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    Título:
    COMO CADA NOCHE.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1581
    Cada noche desde que podía recordar, Aiden era acostado por la criada en turno y arropado hasta las orejas; y cada noche como podía recordar, cada persona en la gran Mulberry House, se encerraba al escuchar la primera campanada de la media noche.

    Para él estaba bien, nunca había tenido problemas con aquello; la regla era simple de recordar, nada de luces después de la primera campanada, nada de caminatas por los grandes corredores… nada de ruido. Desde que el pequeño Aiden tenía uso de razón, siempre había tenido problemas para conciliar el sueño, así pues, aun después de que lo abandonasen en su habitación y hecho bultito debajo de los gruesos cobertores, jamás podía conciliar el sueño; y era aquello que ocurría después de la hora, lo que se lo impedía; sabia por voces de sus criados que nadie, ni siquiera el velador se quedaban fuera de sus alcobas después de la primera campanada, y aun así él juraba escuchar risas ya entrada la media noche; sabía que era improbable que alguien rompiera aquella norma, pues todos parecían aterrados al pensar quedarse solo un segundo después de aquella hora...

    La risas… tan armoniosas, tan alegres le producían una profunda envidia, él, que nunca había conocido la alegría pese tener escasos 8 años, él, que jamás había reído con tanto ímpetu como aquellas misteriosas voces, y él que nunca sabría lo que era una carcajada.

    Aquella noche como siempre, y repitiendo el hartante ritual, Aiden fue arropado y olvidado, y sus lamparillas de aceite fueron extinguidas, poco falto para que lo encerrasen con candados.

    Sin en cambio aquella noche algo sería diferente, en lugar de esperar el alba para conciliar el sueño, Aiden rompería la regla de la gran casa, quería ver la razón de aquellas cantarinas risas, quería saber ¿por qué tanta alegría?, quería saber que tenían, que a él le faltaba. Después de todo aquello solo era una regla, y una regla rota si nadie se enteraba, no haría daño.

    Cuando los pasos de la moza se aceleraron en el corredor, y el gran reloj principal marco la media noche, Aiden solo espero un poco, y cuando estuvo seguro que ya nadie quedaba, deslizo sus pequeños pies al frio piso de madera; descalzo como iba, el frio de otoño se coló en su pequeño cuerpo y el vaho de su aliento se marcaba en la oscuridad. Con pasos trémulos y ansiosos, se dirigió al picaporte de su habitación y con su manecita abrió despacio la puerta.

    Un pie fuera de la estancia y el otro aun en su habitación, era la emoción, y su cuerpo temblaba con frenesí, no era el frio de la estación era claramente su propia excitación, por fin sabría la razón de aquella singular regla. Cuando sus dos pies estuvieron fuera y se aseguro una vez más, que no había nadie cerca, caminó hacia las enormes escaleras que llevaban al comedor.

    La casa era enorme, y así de noche y sin una chispa de luz Aiden sentía perderse; cuando hubo llegado al gran comedor una corriente de gélido viento agito sus pijamas, pero aquello era normal, se dijo así mismo, era otoño debía hacer frio. Con prisa y algo de ansiedad se decidió moverse de aquel salón, pues las cantarinas voces no estaban allí; cuando giro en sí mismo una sonora carcajada retumbo, no era cantarina, no era alegre y sin duda alguna no era la que Aiden buscaba…

    Su corazón acelerado, y su respiración agitada era todo lo que podía escuchar, la frívola carcajada se volvió a escuchar, un escalofrió recorrió lentamente su columna, y una película de sudor cubrió su frente.

    Aiden estaba paralizado sus pies enganchados en el piso no pretendían moverse, otra ventisca de helada recorrió el lugar, y desde la esquina a su espalda, escucho un jadeo tosco, una respiración enferma; tratando de controlar su cuerpo, el chiquillo corrió con torpeza atreves del gran comedor y así como su inconsciencia lo hacía moverse, su terror lo obligo a mirar hacia atrás. La luna iluminaba el pasillo, la fina plata vestía el lugar, Aiden detuvo su carrera en seco, pues ahí al final del corredor yacía una colosal figura, toda obscura en su inmensidad, la cosa extendió su brazo como queriendo alcanzar al niño, su jadeo enfermo volvió a escucharse y como si jalasen el peso muerto de algo, se escucho al arrastrarse. Con los ojos desencajados de terror, Aiden contuvo un grito y girando en sus talones corrió tan rápido como sus pulmones se lo permitían, corrió y corrió y para él fueron eternos minutos, ya ni siquiera sabía donde se hallaba; cuando su cuerpo exigió aire el chico freno, y agotado como estaba se derrumbo en sus rodillas. Miro atónito a su alrededor, la oscuridad era imponente y asfixiante, sus latidos acelerados sonaban con furia en sus oídos y su pelo se pegaba a su frente empapada, estaba aterrado, nunca lo había estado, Acaso ¿esta era la razón de la regla?... ni un sonido más se escucho; ni el jadeo, ni las risas, ni su corazón agitado; Algo no iba bien y él lo sabía, el pánico se apodero del niño y haciéndose ovillo en aquel piso desconocido, cubrió sus oídos con sus manos y rogo que el alba llegase pronto.

    Como invocadas por el miedo ajeno, las cantarinas risas sonaron con nitidez, perfectas y alegres, ajenas al terror de Aiden, recordando el inicio de aquella odisea, el pequeño se levanto con furia del piso… Eran aquellas maltitas risas y su recordatorio de una alegría falsa y de una felicidad ficticia, las que lo habían llevado ahí… y ahora con descaro se burlaban de su suplicio.

    Caminó guiado por el sonido y su envidia, aquel miedo se había apagado de momento no había nada mas en el que no fuera ira, ¡Dios! Apenas era un niño, un niño infeliz, y atormentado, un niño que prefería ser acosado por aquella espantosa sombra, a seguir escuchando un segundo más aquellas estúpidas risas. Cuando sentía que aquellas emociones colapsarían en el, al fin las encontró. Eran tres niñas rubias tan perfectas, tan hermosas, y tan alegres… que pena.

    -¡CALLAOS, YA!- Grito con su furia contenida Aiden, a las tres jovencitas que lo ignoraban, mas cuando el grito se apago con el eco, las jovencitas lo miraron tan fijamente que de nuevo al chico se le erizo la piel. Como cascaras vacías y sin vida las figuras encantadoras se deslizaron al piso, y de cada una se libero una obscura figura…

    Con malicia las tres espectrales sombras rieron a carcajadas, y extendiendo un brazo largo y podrido, una de ellas acaricio al muchacho. Con el alma en su garganta y paralizado por completo, Aiden observo aquellos macabros rostros, no había nada en ellos, no había nada que no fuera oscuridad, no había nada que no fuera infinita obscuridad.

    De una boca que no podía ver una de ellas susurro a su oído- Dos…-, y soltándolo, Aiden aprovecho aquel segundo de libertad y huyo.

    Corrió ahora hasta lo que parecía ser su cocina, jadeante tembloroso y muy asustado, Aiden replegó su espalda a la gran pared de loza blanca, estaba fría pero no importaba él buscaba el control de su desbocado corazón, y el quicio de sus nervios; miro entonces la alacena entre abierta y dispuesta, metiendo su pequeña mano a ella, saco una vela, era vieja, pues la cera ya estaba amarilla y se veía usada, pero era algo, pues en aquella oscuridad en algún momento se volvería loco.

    Se escuchaba a lo lejos de nuevo, el arrastrar de un cuerpo; con sus manos temblorosas se aferro asi mismo y escondiéndose dentro de la alacena espero; las negras figuras se arrastraban con sus pútridos brazos y con sus cabezas sin rostro buscaban sin éxito, cuando una de ellas se irguió, Aiden se sintió nada… Aquella cosa era envolvente y asfixiante como la oscuridad, era desoladora como su propia soledad y terriblemente avasallante. Cuando se hubieron marchado el muchacho quiso regresar a su habitación para deshacer así su falta; aferrando la vela en sus manecitas, y mirando con cuidado el lugar, subió deprisa las escaleras, abrió el picaporte de su puerta y encerrándose en la seguridad de su habitación; se metió en los edredones de su cama para mitigar el frio.

    Ya se disponía a cerrar sus ojos y olvidar aquella amarga pesadilla, cuando el jadeo enfermo soplo su nuca; con desesperación Aiden encendió su pequeña vela, deseaba asustar a las sombras, deseaba convencerse de que no había nada, mas cuando la luz ilumino su estancia la colosal sombra yacía a su lado y esta vez con voz clara y potente dijo- Tres…- Sin aviso tomando su pie, arrastro al niño por el pasillo; Aiden gritaba con llanto y suplicaba lo ayudasen, alguien debía oírlo, pero nadie salió a su auxilio; incluso cuando pasaron por la alcoba de sus padres , tuvo la esperanza de que lo salvaran que le dijeran que no era real, pero nada de aquello sucedió. Aun con la vela en la mano y arañando la madera para detener el avance solo consiguió que su pequeña fuente de luz se resbalara en medio del enorme corredor. Sus gritos cada vez mas desgarradores se fueron apagando conforme la pequeña luz de la vela caída se extinguía.

    Tres eran las reglas que se debían respetar, como cada noche antes de la primera campanada que anunciaba la llegada de la obscuridad…
     
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  2.  
    Ela McDowell

    Ela McDowell Entusiasta

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    ¿Qué te puedo decir?

    Tu escrito es interesante, con un toque imaginativo que me gustó. Sin embargo, he de ser sincera, y espero no tomes a mal mi opinión. Fue molesto para la vista, sobre todo por el uso incorrecto que le diste a los signos de puntuación y los errores ortográficos, que fueron faltas de acentuación en su mayor parte.

    No he leído ningún escrito de horror en mi vida, así que cualquier cosa que te diga al respecto es mentira. Te diré que fue un poco escalofriante, particularmente la escena en la que vuelve a sus aposentos. Pobre niño. Sentir el abandono de las personas que amas mitiga nuestras últimas esperanzas.

    No olvides seguir practicando y con el tiempo mejorarás.

    Saludos.
     
  3.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Bueno, veamos.

    Primero, el argumento. Voy a copiarlo aquí dado que no señalas cuál es:


    2. Tu personaje es un pequeño de ocho años que vive en una mansión con toda su familia. Como única norma estricta, se le ha impuesto desde que tiene uso de memoria, que las luces de esa casa deben ser apagadas justo antes de las 12 de la medianoche, sin que quede un solo foco o vela prendidos. El niño no sabe por qué, pero debe obedecer; sin embargo, una noche de soledad se plantea por qué existe esa norma y qué ocurriría si lo desacatara... Quiero una historia elaborada, que me digan qué fue lo que ocurrió al desobedecer y, sobre todo, por qué. Necesitamos un soporte a esa historia, una base.


    El argumento que elegiste lo trabajaste bien, es decir, respetaste las indicaciones del párrafo y le metiste bastante de tu propia imaginación. La trama me parece correcta dentro de lo que tú aportaste, el enfoque es bueno. Hay bastante de misterio en el relato, pero las escenas en donde se topa con el monstruo y las tres niñas rubias que finalmente se transforman en algo grotesco es a momentos escalofriante. Lo único que al respecto voy a reprochar es que jamás nos explicaste por qué ocurrían estas cosas. Te centraste mucho en lo gráfico, y olvidaste el requisito final del argumento: necesitamos una base, que nos digas por qué ocurren esta serie de cosas. Lo del monstruo está bien, ¿pero es que acaso con tanto grito del niño los padres no salían a rescatarlo, pese a que ellos sabían que a las 12 de la noche llegaban monstruos a invadir la casa? Digo, porque ellos fueron los que le colocaron esta regla.

    Hay otro pequeño gran detalle. No sólo hay faltas de ortografía sino errores sintácticos, que como ya lo señala Ela, nos entorpecen la lectura. Supongo que debió ser por la prisa de publicar, pero si tomabas 10 minutos más para revisar en Word, quizá hubieras entregado un escrito más limpio en ese sentido.

    Por lo demás, la ambientación fue buena; nos quedamos algo cortos en las descripciones del entorno para imprimirle más terror, creo, aunque tuviste un buen juego con lo de la oscuridad y la tensión de que el niño prendiera la vela. Buen final, sin dudas; yo esperaba que el niño se salvara una vez estando en su cama y no fue así. Como dije, el apartado de terror está muy bien, sólo me faltó que me hicieras comprender por qué ocurrían toda esa serie de acontecimientos como se te pidió.

    Mi valoración: 8/10
     
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  4.  
    Yukionnatifa

    Yukionnatifa Stephanie la Loca

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    n.n estoy muy agradecida, de sus comentarios. Ya lo he dicho varias veces, mi fuerte no son los acentos... lo sé, es bochornoso... me he esmerado mucho y créanlo que lo revise, pero mi maravilloso editor ya no estaba despierto(si tengo editor... sin pago, pero lo tengo) y estos benditos acentos me rompen la cabeza... leo mínimo un libro al mes para mejorar mi ortografía...
    Con respecto al hecho que nadie lo salvo... bueno es gente egoísta... que piensan ustedes de unos padres que botan a su hijo al "cuidado" de una criada, sin dudas estaban mas preocupados por su vida, que por un niño desobediente :)
    Y la explicación a los sucesos... perdón... pero cero que si lo hice un poquito mas a mi gusto ... hay cosas horribles e inexplicables en este mundo... y la gente cobarde no se toma la molestia de saber el por que de aquello.

    Mil gracias por su tiempo en esta narración amater :)
     
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  5.  
    Bugs Bunny

    Bugs Bunny Guest

    Me encantó ese detalle de contar las reglas, y me gustó también que no le diste muchas vueltas al escrito, fue acertado no marear al lector con tanta palabrería. Más que nada fue evitar el cliché del argumento de prender la luz primero, mandar eso al final me pareció maravilloso. Primero levantarse, segundo salir y tercero encender la luz, muy bueno.

    Fuera de la ortografía que es lo que arruina la presentación, concuerdo con Cygnus en ese detalle de que faltó la justificación. Yo me imaginé lo de los padres cuando no vi como personaje a la típica madre amorosa, así que en ese aspecto no resalto mucho, pero el porqué sí faltó, y hubiera sido aún mejor con eso.

    Las descripciones del lugar tampoco estuvieron mal, pude imaginarme con ciertos detalles a las criaturas y las dueñas de las risas. Cuatro antagonistas fueron suficientes.

    Mi calificación: 8
     
  6.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

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    Excelente, me gusta la narración que empleaste. No describes de más, pero si nos das bastantes detalles que son indispensables para perturbar al lector. Las criaturas y el ambiente que pusiste me gustó mucho. Aunque me molestaron un poco los errores gramaticales y ortográficos aun así pude disfrutar bastante de la historia, no me importó demasiado el hecho de que no hayas aclarado algunas cosas, pues eran fáciles de imaginar. Sin embargo, eso no quita el que era un punto marcado en el argumento elegido, "Un soporte o base para la historia".

    También el hecho de que la razón por la que salió a investigar fue la envidia que le tenía a esas risas tan alegres. No usaste la típica curiosidad, y ese sentimiento de rencor que le plasmaste desde el inicio me pareció bastante interesante y al igual que Bugs, adoré el detalle de contar las reglas que fueron desobedecidas.

    En cuanto a manejo de trama te llevas mis felicitaciones.

    Si hablamos de aspecto técnico las faltas ya te las mencionaron, así que paso a calificar de una vez.

    (8/10).

    Saludos :3.
     
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  7.  
    Bruno TDF

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    Me agradó la narración. Es cierto que se encontró afectada por la persistencia de errores gramaticales, pero me parece que si los obviáramos, si los pensáramos como corregidos, su ritmo viene a tener una ligereza que hizo que todos los acontecimientos vividos por Aiden quedaran adecuadamente compactados, sin necesidad de mayor extensión.

    En esa brevedad el protagonista tuvo un desarrollo interesante. No en la descripción, sino las acciones que realizaba, donde termina reflejando parte de su psicología; por ejemplo, la envidia hacia las risas y el consecuente intento por alcanzarlas, lo que muestra un alma infantil no sólo abandonada físicamente en su habitación, sino afectivamente. Se aprecia una sensación de soledad, un abandono que de a poco vira hacia lo tenebroso, para culminar en el clímax final, donde sus gritos, al parecer, son deliberadamente ignorados (pero tengo otra hipótesis: quizás, después de la medianoche, la persona que se queda fuera de los pasillos de la casa pierde todo tipo de comunicación con las habitaciones. Por más que grites, los demás escucharán el silencio).

    La descripciones, aunque pocas, también estuvieron a la altura de la ligereza. La imagen que más me agradó evocar fue la primera aparición del monstruo, en esa luz de la luna, "fina plata", que "vestía" el pasillo.

    Respecto a la trama, me pareció muy buena y enganchó desde el comienzo, en parte porque el misterio necesario para darle desarrollo ya es mencionado hacia el principio. Pero tengo que volver una vez más a la psicología del personaje, porque la envidia y el abandono emocional del protagonista vuelven todavía más interesante el asunto si tenemos en cuenta que el personaje apenas tiene ocho años, lo arropan, etcétera. Ni qué decir de la intriga por saber qué pasará cuando desobedezca la enigmática regla: lo que le ocurrió al final, volvió satisfactoria la lectura (si obviamos los errores gramaticales).
     
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