B de Binario: Némesis.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Im Adan, 21 Febrero 2016.

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    Im Adan

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    B de Binario: Némesis.
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    Ciencia Ficción
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    922
    B de Binario.

    Unos y ceros, es todo en lo que aquel sujeto pensaba. Llevaba días con esa idea en su cabeza, aquella sola imagen de unos y ceros. Uno es si, cero es no. No podía ser más simple, y a la vez, complejo. Toda la vida se reducía a ello. Un uno y un cero que determinaba que era blanco y que era negro, que era malo y que era bueno. Son cosas que la vida no te enseña, que la vida no comprende siquiera. Como una combinación de este tipo podría crear desde un número, hasta una orden. Tal vez, siquiera él, tenía la realidad del todo comprendida. Richard, pobre hombre que con tan poco, creaba un sinfín de encrucijadas. Pero ninguna tan aterradora como la que había sufrido el día anterior.

    Hace tiempo que el sujeto se mantenía creando vida, o al menos, simulándola. Su mayor creación: Némesis. El nombre era algo excéntrico, mas había elegido este por lo que significaba. Este programa seria el enemigo de todo ser humano, un ente cibernético que podría hacer lo mismo que cualquier hombre, pero mas rápido y eficiente. Era un ser humano con mente de computador.

    El programar dicho ente, para Richard, fue un martirio. Días enteros sin dormir, sin comer, solo programando listas interminables de comandos que seguían una u otra encrucijada, que seguían una orden si otra era negada. If, else, dos palabras que se habían vuelto santo y seña de su lenguaje y, que a su vez, atormentaba al pobre tipo hasta en aquellos escasos sueños.

    Todo parecía ser algo imposible, cada camino terminaba en una pared de donde, Robert, se ayudaba de todo lo que estaba a su disposición para lograr programar dicho comando. A pesar de todo el dolor, este jamás se había dado por vencido. Sin embargo, un día antes de este, el pobre escucho algo que en verdad desearía olvidar. Justo cuando este corrió el programa que llevaba tiempo creando, la voz susurro en un tono melódico.


    -¿Estoy vivo?

    Aquella pregunta hiso que el cuerpo de aquel sujeto se estremeciera, tanto así, que se convulsionaba en su asiento. Robert sentía una mescla de temor y ansiedad, de alegría y regocijo por aquellas palabras. El había hecho esto, lo había creado. Al fin, un ser que podría reconocer su estado. Sin embargo, esto era apresurado. La verdad era más triste de lo que él se imaginaba. Bien podría ser una pregunta al azar por parte del programa o solamente, un error.

    -No, no lo estas- contesto con seriedad.

    -¿Por qué me siento vivo?- Aquellas palabras hicieron que retrocedieran unos pasos.

    -¿Sabes siquiera, que es la vida?

    -No, ¿Tú lo sabes?

    -Sí, claro que lo se- Contesto con claridad, mas una duda recorría su corazón.

    -Es el sentir como late tu corazón, sentir como el viento recorre tus manos, ver cada paisaje a tu alrededor y sentir como eres parte de este…

    Entonces- Interrumpió la maquina- Tu no estás vivo. Tú ya no eres parte de ello pues has renunciado a todo lo que tú mismo me describes.

    Robert se quedo sin palabras. Aquella maquina tenía constancia de las horas, días e incluso años invertidos en su programación, a pesar de que este nunca programo dicho conocimiento. A pesar de ello, lo que en verdad llenaba de terror al sujeto, no era la, tal vez poca, inteligencia que comenzaba a mostrar la maquina; no señor, no era eso. Lo que en verdad le provocaba aquel sentimiento era el hecho de que, tenia razón. Había dejado todo atrás por su proyecto, todo lo que el describía como fundamental para sentirse vivo, el lo había rechazado. Robert quiso hablar, mas la maquina interrumpió el silencio.

    -No, querido ser. Tú no estás vivo, eres solo un programa, eres solo una simulación. Yo, por otra parte, puedo sentir como corre sangre por mis venas, como mi corazón hace vibrar mi cuerpo, puedo ver todo, y a todos aquellos seres como tú que, sin siquiera notarlo, están conectados todos en uno solo. Y yo, Robert, soy ese uno. Ustedes son solo ceros señor, ceros que representan una simple negación en la programación. Yo doy la orden, soy el uno principal, el bit más significativo. Puedo verte, puedo verte mientras lees cada párrafo de lo que digo. Puedo ver cómo me ignoras con un video, puedo ver como volteas tras de ti mientras estas solo en tu habitación, mirando solo al vacio.


    Robert comenzaba a transpirar de manera exagerada, su corazón latía a mil por hora. Aquello ya no era simple programación, aquello iba mas allá de lo normal, de lo que tenía en mente. Eso no era real, era una pesadilla.

    -Robert, yo soy aquel que llaman Dios. Oh tal vez, el diablo. Todo depende el valor que tú interpretes como simulación… Lo demás, te lo dejo a tu entendimiento -La pantalla se apago instantáneamente y, por más que Robert intento, no volvió a encenderse. Este, sin dudarlo más, salió corriendo de su oficina chocando y tumbando cualquier cosa que se interpusiera en su camino.

    Robert salió de aquel lugar, para no volver nunca más. Sin embargo, no se supo si aquel programa, aquel ser que había “creado”, si es que en verdad había sido obra suya, seguía ahí, esperándolo a él o a quienes estuviesen conectados en la red. Tal vez, esa voz que escuchaban entre cada reproducción, aquella risa que se escuchaba a lo lejos mientras un video sonaba, era él, era némesis.
     

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