One-shot Amor paralelo.

Amor paralelo.


¿Ella? Era una mujer un poco ruda, ¿Un poco? Que va, era ruda con toda la expresión de la palabra, ni siquiera Erza podía ser tan aterradora como lo era ella cuando se enojaba, su cabello rosado parecía transformarse en rojo, como si le hubieran prendido fuego y sus encantadores ojos color jade se volvían filosos cuchillos que con una mirada, aunque fuera la más mínima, atravesaban el cuerpo de cualquier ser viviente. Ella era una ninja, por lo tanto nuestros mundos se encontraban paralelos, pero de una u otra manera encontramos la forma de estar juntos.


Todo comenzó una mañana que llegue tarde al gremio por haberme quedado dormido. Al llegar noté la forma en la que estaba decorado, había corazones y flores por todos lados, el ambiente perfecto para los enamorados. A Mirajane le emocionaba la fecha que se aproximaba y, como todos los años, se esforzaba mucho porque el gremio quedara perfecto para el día de San Valentín.


— ¡Buenos días!— dije después de examinar todo el lugar.

— Buenos días, Natsu— me saludó Mirajane con su habitual sonrisa desde la barra.


Yo le sonreí de regreso y comencé a buscar a mis amigos con la mirada, pero no tuve un buen resultado, no había señal de ninguno de ellos por ningún lado, algo que me sorprendió un poco. Volteé a ver a Mirajane y ella alzo sus hombros con una sonrisa.


— ¿Mira-chan, has visto a Lucy, Gray y Erza?— le pregunté con duda, pues se me hacía extraño que no estuvieran.

— Si— me contestó sonriente— Estuvieron esperándote, pero al ver que no llegabas tomaron un trabajo— me dijo enseñándome la solicitud del trabajo— No es un trabajo largo, regresaran en la noche.


Yo la miré con decepción y solté un largo suspiro, era la primera vez que ellos me dejaban y se iban por su cuenta a un trabajo. Mirajane me vio con un poco de lástima y me entrego una solicitud de trabajo que decía “Investigar un extraño suceso, recompensa 7,000 Jewels”. Yo la mire con duda y ella sonrió.


— Es un trabajo sencillo— comenzó a decirme— es a las afueras de Magnolia en una montaña, no tardaras mucho y no tendrás que quedarte aquí a esperarlos.

Yo sonreí, le di las gracias y salí directo a mi nuevo trabajo, el cual me traería grandes problemas y alegrías. Llevaba tres horas caminando por la montaña y no lograba encontrar el “suceso extraño” por el cual habían solicitado la ayuda del gremio, hasta que al llegar a un punto de la montaña, que olía muy diferente al resto, fui sorprendido por un golpe bastante fuerte, que me sacó volando a unos metros.


Me levanté rápidamente y un poco atontado por el golpe, mire en todas las direcciones posibles, pero no pude encontrar nada. Prendí mi puño en fuego y comencé a caminar de nuevo al lugar en el que había sentido ese extraño olor como a hojas de cerezo.


Llegue a ese extraño lugar y fui atacado con una especie de cuchillo poco común, que tenía una punta filosa y una pequeña agarradera, por fortuna logre esquivarlo y esté quedo clavado en un árbol. Me paré en posición de ataque, esperando la siguiente movida del enemigo. Me encontraba un poco desesperado y cada minuto que pasaba se volvía eterno. Decidí terminar con esto de una sola vez para poder regresar al gremio.


— Muéstrate— dije sin saber a qué o a quién le hablaba realmente— sé que estas aquí, puedo sentir tu aroma.


Escuche un crujido de mi lado derecho y de nuevo fui atacado, pero esta vez con más de un cuchillo extraño, pero pude esquivar cada uno de ellos y sin pensarlo dos veces corrí hasta el lugar de donde había escuchado el ruido y golpeé al desconocido, que después me regreso un golpe aún más fuerte, haciendo que retrocediera.


El desconocido o mejor dicho la desconocida, salió de su escondite con su mano envuelta en una extraña luz azul y la colocó en una herida que tenía en la frente, curándola por completo. La mire sorprendido y no pude evitar hablar en voz alta.


— Creí que solo Wendy y Chelia podían usar esa magia— dije sin ver fijamente a la peli rosa que se encontraba frente a mí.

— ¿Magia?— me preguntó molesta— No quieras tomarme el pelo, por fin encontré al bromista que ha estado asustando a los aldeanos.

— ¿Bromista?— pregunte sorprendido, pero sin bajar la guardia— ¿De qué diablos estás hablando?

— Tsk… no intentes hacerte él que no sabe nada— me dijo comenzando a caminar hacia mí-- te llevare con Tsunade-sama.

— ¿Quién demonios es ella?— le pregunté ya sacado de mis casillas.

— No puedo creerlo— dijo ahora más molesta que antes, haciendo que un escalofrío cruzara mi espalda por su penetrante mirada— vives aquí y no sabes quién es la Hokage de Konoha, eres un desubicado.

— ¿Konoha? ¿Hokage?— le pregunté con cara de molestia por lo último que dijo— Aquí la única desubicada eres tú. Estas en Magnolia, en Fiore.

— Tú quieres que te mate— me dijo amenazadoramente— Soy la segunda ninja más fuerte de Konoha.

— ¿Ninja?— le pregunte alzando una ceja— Claro, una vez yo también fui ninja, pero no funcionó como esperaba.

— ¿Te estas burlando de mí?— me preguntó con una venita saltando en su frente.

— No, claro que no— le dije sonriendo— lo digo muy seriamente, intente ser ninja en un trabajo, pero al final termine luchando con magia.


Ella me miro resignada y soltó un largo suspiro, relajándose un poco. Nunca llegaríamos a nada si seguíamos con esta discusión, ella era terca en decir que era una ninja. Yo también me relaje un poco y sonreí.


— Me llamo Natsu Dragneel— le dije aun estando a una distancia considerable.

— Haruno Sakura— me dijo examinándome de pies a cabeza.

— Creo que tenemos un gran problema— le dije sonriendo con despreocupación— tú dices ser de un lugar muy extraño, eres una ninja y manejas la misma magia que Wendy y Chelia ¿Eres una Dragón Slayer o God Slayer?

— ¿Qué es eso?— me preguntó abriendo los ojos como platos, definitivamente no era ninguna de las dos-— Aquí el único raro eres tú, diciendo que es un mago.

— Soy un mago— le dije de forma fuerte.

— Soy una ninja— me respondió ella sonriendo con burla.

— Dejemos esto por un momento— le dije tratando de evitar otra pelea— ¿Qué haces aquí?

— Vine en busca de la persona que ha estado asustando a los aldeanos— me dijo viéndome acusadoramente— ¿Tu?

— Alguien mandó este trabajo al gremio— le comencé a decir sin apartar mi vista de ella— investigar el extraño suceso de esta montaña.


Ella me miro alzando una ceja y yo alce ambos hombros con una enorme sonrisa, creó que nos estábamos entendiendo un poco. Después de unos minutos hablando, ella se sentó en el piso y me hizo una señal para que me sentara junto a ella, yo dude un poco pero al final accedí.


— Deberías de pasar esta noche en Magnolia— comencé a decirle sin verla directamente— es un lugar muy agradable.

— Me gustaría— dijo dando un suspiro— pero tengo que entregar el informe de la misión.

— Entiendo— le dije agachando la cabeza— yo también tengo que dar el reporte del trabajo.

— ¿Por qué no vienes un rato a conocer Konoha?— me preguntó levantándose de su lugar.


Sakura me tomó del brazo y con fuerza comenzó a jalarme en dirección contraria de la que yo había llegado, pero no habíamos caminado ni diez metros cuando una fuerza misteriosa evito que yo pudiera seguir caminando. Sakura seguía jalando con fuerza y yo con cada jalón que la peli rosa daba sentía una enorme presión en el cuerpo.


— Sakura, duele— le dije jalándola un poco hacia mí.

— Esto es extraño— dijo soltándome la mano y viendo la suyas.


Me sonrió y comenzó a caminar en la misma dirección en la que íbamos, pudiendo pasar perfectamente y regresando a donde yo estaba. Me hizo una señal con las manos de que comenzara caminar, yo lo hice y volví a ser detenido con la misma presión. Regresé hasta donde estaba ella, tomé su mano y la jale en dirección de Magnolia, pero llegó un punto en el que ya no pude seguir caminando hasta que solté su mano.


— ¿Qué es lo que está sucediendo?— le pregunté regresando a su lado.

— Todo tiene lógica— dijo pensativa— tú eres un mago, yo soy una ninja, venimos de diferentes mundos y por alguna razón extraña en este punto nuestros mundos se unen-- hizo una pausa y volteo a verme-- nuestros mundos son paralelos, por lo tanto no deberíamos de ser capaces de conocernos.


Yo la miré sorprendido y sonreí, esta chica era muy inteligente, sacar una conclusión con lo poco que había sucedido era sorprendente. Ella me vio con una bonita sonrisa, soltó un suspiro y volvió a sentarse en el piso, yo la imité y comenzamos a hablar de nuevo.


El sol ya se había escondido y cada vez oscurecía más. Sakura se levantó, suspirando y sonriendo, yo hice lo mismo y me acerque a ella.


— Creo que tengo que irme— me dijo con un poco de tristeza en sus ojos.

— Sí, yo igual— dije en tono bajo— ¿Nos vemos mañana aquí?

— ¿Mañana?— me preguntó abriendo los ojos como platos.

— Si— le dije sonriendo— quiero seguir escuchando de tus historias de ninja.


Ella sonrió y se acercó a mí para estrechar mi mano.


— Entonces nos vemos mañana, Natsu Dragneel— me dijo.

— Es una promesa, Haruno Sakura-- le dije despidiéndome con la mano— Nos vemos en la mañana.


Todo el camino de regreso al gremio estuve pensando en todo lo sucedido en este extraño, pero asombroso día. Llegue al gremio y todos habían regresado de su trabajo.


— ¡Regrese!— grite al momento de abrir las puertas.

— ¡Bienvenido!— dijeron todos al unisón.


Me acerqué a mis amigos y me senté en la mesa con ellos. Podía sentir sus miradas de duda, pero aun así no dije nada.


— ¿Cómo te ha ido en el trabajo?— me preguntó Lucy sonriendo.

— De maravilla— le contesté sin dejar de sonreír— ¿A ustedes qué tal?

— También nos fue bien— me dijo Erza sonriendo— Mañana iremos a otro ¿Vienes?

— Lo siento, no puedo— les dije haciendo una mueca— Tengo planes para mañana.


Mis tres amigos me miraron sorprendidos y yo solo sonreí. En ese momento Levy pasó por donde estábamos y me apresure a hablarle sin que nadie más pudiera escuchar.


— Levy— le dije llamando su atención y ella volteo a verme— ¿puedes ayudarme con algo?

— Natsu— dijo en forma de saludo— Claro que sí, ¿Qué sucede?

— ¿Alguna vez has escuchado de que existan otros mundos— comencé a decirle olvidando la palabra que Sakura había dicho para describir nuestros mundos— además de Edolas?

—Mmm… ¿Algo así como mundos paralelos? — dijo usando la palabra que Sakura había usado y yo asentí prestándole más atención— he leído sobre ellos, pero nadie está seguro de que en verdad existan.

—Oh entiendo— le dije sonriendo— Muchas gracias Levy.


Estuve un rato más en el gremio y después me regresé a mi casa para poder descansar un poco.


Al día siguiente no fui al gremio, pues había quedado con Sakura de encontrarnos temprano. Sabía que Happy no se negaría en quedarse en el gremio acompañando a Charlee, así que salí directo a la montaña.


Al llegar, Sakura ya se encontraba ahí, sentada en el mismo lugar que ayer y con cara de aburrimiento. Me acerqué a ella, le sonreí y me senté a su lado para comenzar a platicar con ella.


Sin darnos cuenta el día se estaba acabando y el sol estaba a pocos minutos de desaparecer. La tarde había pasado volando y para ser sincero quería quedarme más tiempo para platicar con Sakura, pero eso era algo imposible, ella tenía que regresar a ¿Konoha? Y yo al gremio. Nos despedimos de manera amigable y quedamos que al día siguiente nos volveríamos a encontrar.


Así pasaron dos grandiosas semanas, Sakura y yo nos veíamos en la montaña todos los días a excepción de cuando tenía que hacer algún trabajo o ella alguna misión, pero de ahí en fuera todo el día estábamos juntos. Era algo extraño, pues en muy poco tiempo ya le tenía un gran cariño a Sakura, algo inexplicable y deseaba con todo mí ser poder estar con ella.


El día de San Valentín llego y habíamos quedado de vernos un poco más tarde, ya que ambos teníamos que terminar nuestras tareas en nuestros respectivos lugares. Llegué al gremio a toda velocidad con las flores, que Mira-chan me había pedido que llevara. Ayude con los últimos detalles en el gremio, que por cierto lucía más hermoso que cualquier otro año, para la celebración de este día. Terminé de ayudar y comencé a caminar hacia la salida, pero fui detenido por Erza.


— ¿A qué hora llegaras a la celebración, Natsu?— me preguntó viéndome fijamente.

— Lo siento, pero no estaré hoy— le dije recibiendo una mala mirada de su parte— Tengo que hacer un trabajo personal.


Todos en el gremio me vieron penetrantemente y yo no pude evitar sonrojarme un poco. Mirajane se acercó a mí y puso su mano en mi hombro.


— Natsu hablando de trabajos— comenzó a decirme sonriendo— ¿Recuerdas el trabajo que fuiste hace unas semanas en la montaña?— me preguntó y yo negué, aunque si lo recordaba perfectamente, no podría olvidarlo— Las personas que hicieron la solicitud me dijeron que sigue habiendo acontecimientos extraños, pero ahora solo ven a una chica peli rosa.


“Sakura” pensé poniéndome un poco nervioso y tratando de salir lo más rápido del gremio para no tener que decir nada más.


— Prometo ir a solucionarlo luego— le dije sonriendo— ahora me tengo que ir. Los veré mañana.


No esperé a tener ninguna respuesta y me apresuré a salir del gremio. Llegue al punto en donde veía a Sakura y ella todavía no llegaba. Pasaron unos minutos y llegó acelerada, con su corazón latiendo desbocadamente.


— Siento la tardanza— dijo tomando una enorme bocanada de aire— mis amigos me han hecho un interrogatorio completo.

— No te preocupes— le dije sonriente— pensé que no vendrías.


Ella me miró fijamente y después me dedicó una enorme y hermosa sonrisa. Ambos nos sentamos en nuestros habituales lugares y comenzamos a platicar. Después de unos minutos de estar con ella, saque una pequeña caja y se la entregué tímidamente, ella me miro sorprendida y me dio un pequeño en la mejilla, que hizo que los colores se me subieran a la cara. Ella también sacó una pequeña caja y me la entrego con un leve sonrojo cruzando por sus mejillas.


— Gracias— le dije tomando su mano.


Ambos abrimos nuestros regalos y los miramos con duda, no era algo que hubiera visto alguna vez en mi vida, ella me dedico una cara de sorpresa y duda, yo sonreí y comencé a reírme.


— Quise regalarte algo de mi mundo— le dije señalando el objeto rosa que tenía en la mano— el señor de la tienda dijo que servía para cambiar tu ropa de color.

—Oh— dijo ella viendo su regalo— yo también quise regalarte algo de mi mundo, es un kit ninja— dijo sonriendo— es lo básico que necesitas para ser un ninja y no volverlo a estropear.


Yo la miré y ambos comenzamos a reír. Me acerque un poco a ella y la tomé entre mis brazos, ella correspondió el abrazo y su delicioso olor a hoja de cerezo inundo mi cuerpo. Ninguno de los dos queríamos separarnos, pero ella quito uno de sus brazos y lo llevo a l bolsita que tenía en la pierna. Yo me iba a separar, pero ella no me lo permitió.


— No te muevas— me ordenó— Alguien está aquí.


Yo asentí y contuve mi respiración. Ella con un hábil movimiento se deshizo del abrazo y lanzó el kunai a unos arbustos, que al instante se congelaron. Esa magia yo la conocía, así que me acerque a Sakura y puse mi mano en su hombro.


—Sé que están ahí— dije con una gotita de sudor cayendo de mi frente.


De los arbustos salieron Gray, Erza, Happy, Lucy, Wendy y Charlee con cara de espanto.


— Lo tenías muy escondido llamita— me dijo Gray sonriendo.

— ¿A quién llamas llamita, exhibicionista?— le dije de manera molesta.

— ¿Ella es Sakura?— me preguntó Happy, dejándome sorprendido y sin poder ocultarlo— Cuando duermes dices su nombre.


Yo lo mire aún más sorprendido y mi cara comenzó a sentirse caliente, volteé a ver a Sakura y ella estaba tan roja, que parecía que su cara iba a estallar, yo sonreí y tome su mano para presentarle a mis amigos. Les explique que ella vivía en otro mundo, que nuestros mundos eran paralelos y que ninguno de los dos podíamos cruzar al mundo del otro, por eso nos veíamos en este punto.


—Tengo una grandiosa idea— dijo Lucy llamando nuestra atención— el mundo de los espíritus es un mundo paralelo al nuestro, sin embargo en una ocasión todos nosotros estuvimos ahí— hizo una pausa y volteó a vernos— fue por que llevábamos ropa del mundo de los espíritus.

— Creo que entiendo lo que quieres decir Lucy— le dijo Wendy pensativa— si le ponemos a Sakura-chan ropa de nuestro mundo ella podrá pasar.


Sakura y yo las vimos atentamente y sonreímos, era una buena teoría y no perderíamos nada en intentarlo. Al día siguiente Lucy llevó ropa para que Sakura pudiera vestirse, al terminar de vestirse tomé su mano, rogando que funcionara y comenzamos a caminar en dirección de Magnolia. Al pasar por donde anteriormente había sido detenida y ver que había funcionado, ambos nos abrazamos con emoción y nos hundimos en un beso, nuestro primer beso.


Desde ese día todo cambió para nosotros, la lleve a conocer el gremio, donde todos la recibieron fraternalmente como si tuvieran mucho tiempo de conocerla y la celebración no pudo faltar. Ella me llevo a la aldea de Konoha y conocí a sus compañeros, que algunos no me recibieron de la mejor manera, pues estaban enamorados de mi ahora novia.


Nada podía separarnos ahora, ni siquiera el hecho de ser de mundos diferentes.