¡La fastidiosa vida de Cleo-PATRA!

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por heart daly, 4 Enero 2016.

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¿Lo continuo?

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    heart daly

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    ¡La fastidiosa vida de Cleo-PATRA!
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    Hola, ¿como están? me gustaría compartirles mi fic/novela original en que me esmere bastante.
    Si te interesa te invito a leerla y seria importante que me dejes tu opinión, eso me ayudaría mucho. Como también me alegraría... mucho. XD
    Quizás parezca una montaña rusa al principio pero si gustan le pueden dar una oportunidad.

    “Patas para arriba”


    Prólogo.



    ― Espera, gatito, lindo gatito… ¡No, no huyas!.


    ¡Hola! Como ya notarán, esa chica agitada que persigue al minino escurridizo soy yo y mi nombre es Cleo. Seguramente se estarán preguntando qué me llevó a corretear a ese animalito, ¿no?

    Bueno, verán. Era un día como cualquiera, de esos monótonos en donde la gente como yo hace sus quehaceres de la vida tales como andar tranquilamente en bicicleta, por ejemplo. Era ese momento de la tarde en donde ya caía el sol. La brisa era suave y dejaba entrever el hermoso paisaje en el cielo, perfecto para la ocasión.

    Me gusta mucho esa sensación cuando el cabello baila con la brisa primaveral. Con una sonrisa marcada en el rostro y mis ojos en el cielo, paseaba mientras mis piernas hacían ese movimiento de subibaja en los pedales de la bici.

    Inconscientemente, era una máquina que conducía mientras buscaba solución a los problemas que me aquejaban. Que por cierto, eran muchos…


    La velocidad era lenta y sin rumbo. Iba distraída, sumergida en tormentas interiores, cuando emergí del subconsciente y mi atención se posó sobre un cuerpo en miniatura que me sacó completamente de mis pensamientos con un suave quejido. Giré mi rostro y vislumbré un felino de hermosa apariencia sobre un frondoso árbol.

    Él me miró con determinación, yo con admiración. Estiró sus patas y… se lanzó sobre mí.

    Saltó magistralmente mientras sus pelos se mecían en el aire, rebotando sobre mi cabeza. Sentí sus patitas suaves y pequeñas unos segundos antes de que se dejara caer al suelo.

    ― ¿Miau? ― La preciosidad de su maullido inocente me provocó una sonrisa y ladeé la cabeza mientras bajaba un pie del pedal ―. ¿Miau?


    Así sentado mientras movía su cola me decía “llévame contigo” y, ¿cómo negarme si era una bolita de pelos tan adorable? Me bajé de la bicicleta apoyándola contra el mismo árbol y con la clara intención de tomarlo entre mis brazos.

    En el tiempo que me acerqué, traté de hacerlo lento y cuidadosamente para que no huyera. Él sólo me miró con aquellos ojitos aguados. Mostró cariño con su ronroneo y me dio respuesta a, tómame, pero cuando no me quedan más que unos centímetros de distancia, el gatito comenzó a alejarse de mí.


    ― ¡Oye, espera! ― grité y comencé a perseguirlo con emoción ―. Gatito, ¿a qué juegas? ¡Ven!


    Era un gato coqueto, cínicamente coqueto. Su caminar era glamoroso, sacudía con mucho estilo su cola de un lado al otro. Su pelaje negro como la noche se vislumbraba con la luz del atardecer.


    ― Es peligroso ir por allí. ― Lo claro era que estaba corriendo por medio de la calle. Y yo fui tras él ―. ¡Cuidado!


    Mi corazón se aceleraba y me temblaba la voz. Apresuré el paso para llegar antes que aquellas ruedas… pero mis piernas eran inútiles, acababan obstruidas por el largor de mi falda.

    Estaba a unos centímetros de cogerlo y a unos centímetros de ser atropellada.


    Sucedió ese momento que marcaría una huella en mi vida. La pata correcta que me regresaría al principio de mi todo, él.

    Sería una pena saber el final antes que conocer el inicio, ¿verdad?

    Esta es mi historia y como toda historia tiene un motivo para serlo, por lo tanto se merece la oportunidad de ser relatada. En ella no prometo un cuento de hadas, ni el amor perfecto... mucho menos dos amantes prohibidos, ni tampoco el mejor beso. Después de todo, sólo soy una chica con una vida, algo fastidiosa.

    Bienvenidos a mi desastrosa vida, una caótica vida… llena de…cosas de chicas.


    Eso seria todo por ahora. :)
     
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    Pues esta divertido xD

    realmente no sé mucho que decir considerando que no es mi estilo los originales pero es curioso que todo inicie con un gato xD
     
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    Ichiinou

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    Vale, no sé cómo se me ha podido escapar tu escrito... pero creo que se debe a que lo has colocado en la sección de obras terminadas cuando es un long-fic en desarrollo todavía. Tienes que tener cuidadito con eso, puedes solicitar que te lo muevan, si quieres.

    Me gusta la forma en la que no narras, en primera persona, es muy interesante. Además de que ese gato misterioso se me antoja divertido y no sé, por alguna razón me esperaba algo como Haru en el Reino de los Gatos al principio, pensé que de repente iba a ponerse a hablar el gato o algo así. xD

    Suena bastante interesante, quiero saber cómo continúa y algún día conocer el final. Te animo a seguir con la historia.

    Y lo que sí, te daré un consejo personal, cuando escribas una historia, escríbela por ti, ten la seguridad de que quieres crearla y quieres darle forma al universo que surge en tu cabeza, así es cómo nacen las mejores historias, no esperes a que nadie te dé permiso, porque nadie es quién para limitar tu creatividad.

    *Modo filosófico desactivado*

    Y nada más, espero la continuación.

    ¡Un saludo! :)
     
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    heart daly

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    Me gustaría agradecerle a la Niña Elric por toda su ayuda...
    Aprendí bastante en el trayecto de trabajar con ella. ¡Muchas gracias! ^^


    Capitulo uno.

    Sólo soy una chica.



    ― ¿Te lastimaste? ― Pregunto tirado en el suelo.

    ― Yo… ― Limpie mis mejillas y alcé la cabeza para mirarlo.

    El me miro con un brillo especial en sus ojos.

    ― ¿Miau?.



    Téngase por entendido que yo no soy nadie excepcional.
    Sólo soy una chica normal, una de tantas historias más… que sólo deja un poco de ella en unas cuantas paginas de Word.
    Mi mundo es desordenado, descontrolado, imperfecto… mi mundo siempre ha estado patas arriba. Como tal lo indica mi actual impetuoso caso que más adelante os cantaré.
    Todo desastre tiene un principio y posibles soluciones… dicen.

    Crecí como aquella niña que se escondía detrás de las faldas de su madre, la que evitaba hablar con la gente, era el típico caso de, “bicho raro”. Por ende no esperen una protagonista de un metro ochenta, de curvas perfectas y larga melena rubia. No, yo soy Cleo, una joven de cabello castaño oscuro y ojos almendras, ni más ni menos.

    A medida que iba creciendo despertó en mí la pasión por los libros, devorando cada palabra de amor que ante mis ojos se asomaban como un puñado de sueños con lo que podía deleitarme sin sujetar saliva.
    Fue entonces cuando mi fabula favorita era, lees y amarás.
    Creo que no fue suficiente, y, de aquella manera tan inocente termine acá, ahora, narrando mi vida en un diario íntimo.
    Lo que por el momento solo me amarga la existencia, me ata a peligrosas cartas amenazadoras, me asechan, me acosan, no puedo respirar ni dormir sin despertar en un sobresalto. Busco desesperadamente al ladrón de mis pensamientos. Al que hurto.

    Mi propio y “vulgar” libro.

    Para ser exactos, esto de narrar mi vida en un cuaderno lleno de “cosas de chicas” comenzó desde que tenía dieciséis años-después de enamorarme tantas veces de los galanes de mis libros predilectos- era yo escribiendo mi propia historia real, que al principio, en realidad era una terapia debido a algunos trastornos de mi infancia.

    No tuve en cuenta en ningún momento que esto podría ser peligroso, ¿peligroso? Que tan de peligroso tendría el diario íntimo de una adolescente. Ven… nada de malo.

    Al principio. Después todo se fue a la mierda.

    Era, yo frenéticamente desahogando palabras a diestra y siniestramente. Amaba lo que hacia, amaba escribir, me fascinaba contar cada detalle perfectamente narrado en mi hermoso diario... pero todo acaba en la cañería cuando una simple pregunta ajena a ti, te mueve el piso.
    ¿Que fue lo que paso?
    Me encontraba meditando en una posición casi muerta, era un esqueleto con la mandíbula entreabierta que suya había echa una mosca.

    Y la respuesta es tan sencilla, nada. Yo era Cleo y mi vida era un fastidio. Te invito a leerla.
    ¿Cuento contigo? Si es así, adelante.

    Cuando creces, tienes la finalidad de devorarte al mundo de un bocado, cuando en realidad es al revés. Y resulta que te das cuenta que sólo eres una adolescente promedio que busca lo que todo adolescente busca. ¡Vivir nuevas experiencias!
    Y era cuando yo tenía dieciséis años, pero en mí fantasía tenía veinte. Mi mente se abría a nuevas cosas, como a esos amores que en su mayoría mueren en el intento.

    Pasas de “novios imaginarios” a “novios reales”. Y sucesivamente se convierte en un espiral de emociones suicidas.

    De alguna manera cayo sobre mi en tela de juicio la “castidad divina”, y es que toda acción tiene reacción y yo pagaría por ello. Pero sin saber continúe plasmando como un perfecto cronograma cada detalle de mi vida en mi diario, que comía, que perfume usaba, a quien amaba. A quienes odiaba.


    Mi cuaderno bordado con mi esencia era mi identificación, mi visa, mi libro… no pensé que algún día se volvería en mi contra.
    Si vuelvo unas hojas atrás podría decirles exactamente en que día y en que momento consideré a mi propia vida como un desastre.
    Haciendo memoria sin esfuerzo puedo decir que…
    Alrededor de seis años recuerdo haber probado ese sabor que te deja el abandono familiar.
    A mis primeras lágrimas derramadas por un niño, a la inocencia del primer amor fallido.

    Crecí en un pequeño pueblo con pocos habitantes, pero a pesar de eso y como dice la frase “pueblo chico, infierno grande”. Y ése era exactamente mi caso.
    Me críe en una familia bastante formal y con reglas un poco ajustadas en cuanto al “hay que mantener las apariencias”. Pero como la niña que era, carecía de entendimiento.
    No entendía mucho el mundo en el que los adultos vivían, pero a pesar de mi ignorancia, de alguna manera supe que los padres también lloran. Que no son tan fuertes como nos hacen creer.

    También goteaban por los ojos.

    Era hija única y como tal estaba un poco sola, y comenzó a doler, doler mucho desde el momento en el que entendí que mi mundo no era más que un espejismo, un cuento de hadas que sólo está dentro de su libro.
    Comprendí de una manera dolorosa que aquello que entendía por amor era más complicado de lo que creía.

    Que una familia feliz no consta solamente de tener padres juntos y la mascota que te gusta. A veces no es suficiente… para ellos no lo es y hay que aceptarlo tal cual es.

    Y el tiempo corría como un reloj de arena y yo estaba atrapada dentro… nada se parecía a lo de antes y, después de un período de reconocimiento, me encontraba merendando sola, almorzando sola, cenando sola y yendo a la cama sola, sin un cuento antes de dormir. Ni el beso de las buenas noches.
    Me preguntaba mientras observaba las pelusas en la ventana. ¿Que sucedía? Y podía ver…

    Mamá estaba cada día más delgada, su piel pálida y áspera; cada vez notaba mejor las arrugas de sus ojos. ¿Mi padre? Él era un hombre de negocios que llegaba tarde a casa y había ocasiones en las que ya ni siquiera llegaba.
    Tal vez ellos estaban muy ocupados para mí, o simplemente los problemas de adultos eran superiores a su fuerza. Por suerte era verano, y como tal, no había clases, lo mejor de la vida. Vacaciones de verano… me pasaba la tarde fuera jugando con niños en el parque. Ya saben...

    Pero en ese verano también descubrí que era el amor, el sentimiento era más dulce que el chocolate. Sin saber como, ni cuando pero sentía bichitos en mi estomago-pequeñas hormigas que trabajaban en nuevas sensaciones-.

    El niño que me gustaba era encantador, amable y siempre olía a caramelo. Lautaro; el niño de ojos esmeraldas y cabello rebelde aunque lo más encantador, la figura sonriente de su rostro.

    ¿Como me enamore de él?

    Muchos se preguntarán, pero no tengo una respuesta y no sé si algún día la tendré.

    Aja, pero no todo era tan maravilloso.

    Una de aquellas tardes, tan corrientes, como de costumbre mi madre pasaba echada en su cama por ende salía a jugar con Lautaro y los demás. Siendo un hecho que Cleo, ósea yo. Estaba enamorada y no lo ocultaría.

    Pero todo salio mal… muy mal, recuerdo haber llegando llorando a casa como una descosida, abatida totalmente.
    Asquerosos insectos, verdes y pegajosos insectos, una de las desventajas del verano. Los insectos... haciendo memoria creo haber tragado varios en mi intento de escapa masiva.


    ― Cleo, ¿a ti te gusta Lautaro? ― ¡Hay caramba!

    ― B-bueno yo… ― Murmuré casi sin aliento, mas violeta que una uva.

    Mientras de reojo veía a los varones jugar.

    ― Vamos Cleo, dinos ― Insistió la “pequeña Madie”. Pequeña bruja de melena rubia, para su edad era bastante cruel y mandona.

    ― S-si, si me gusta ― Dije roja como un tomate ― me gusta mucho ― respondí y a lo que ellas se echaron a reír.


    No entendía el porqué de su diversión pero no me gustaba la idea de su burla.

    ― Chicas, ¿por qué ríen? ― Pregunté apenada y encogida de hombros.

    ― Bueno veras… te diremos sólo porqué eres nuestra amiga ― Dijo Sara, la verdad nunca entendí quien era. Estatura baja, pecas café en sus mejillas. ¿Que les dice?

    Las mire sin entender.

    ― Cleo, ¿tu desearías tomar la mano de Lautaro? ― Preguntó Madie apuntándome con su dedo índice.

    ― C-creo que si, ¿p-pero no es muy pronto para eso?― Rayos que era eso.

    ― ¡No podrás nunca! ― Sus gritos se fundieron en una sola voz haciendo eco en mis oídos, me puse algo nerviosa y chille un poco.

    ― ¡A él no le gustan las niñas! ― ¿A caso era una broma?

    Me eche a reír sin creer palabra.


    ― Cleo, Lautaro es gay ― Dijeron.

    ― ¿Qué es eso? ― Pregunte curiosa.

    ¿Un caramelo, quizás? Siempre olía a uno.

    ― Es un niño que ama a otros niños ― respondió Madie ― también odia las niñas que lo aman, ¿entiendes Cleo?. Si le confianzas tu amor. Te odiará, para siempre.

    ― ¿Eh? ― Me sonroje ― Pero y- yo ― me eche a llorar.

    ― Es alérgico a ti, Cleo. No te preocupes, él nunca lo sabrá ― Mustio Carla. Una niña bastante robusta, alta, ojos negros y saltones.

    Sé que Salí disparada del lugar mientras lloraba a moco tendido. Y gritando por la calle, es un gay, Lautaro es un gay… a medida que espantaba los bichos de mi cara, la gente me miraba un tanto extrañada.

    Repito, pueblo chico, infierno grande.


    ¿Que era un gay exactamente? Algunas niñas decían que era una enfermedad muy grave. Otras decían que eran como los vegetarianos… siendo que si una chica se confesaba aquel chico “gay” que amaba, él la odiaría.


    Fin del capitulo.
     
    Última edición: 18 Enero 2016
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    Ichiinou

    Ichiinou Amo de FFL Comentarista destacado

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    Vaya, qué tierna Cleo con lo de no saber qué significa gay, lo que sí... Para mí que esas petardas se lo inventaron, seguro que lo hicieron para hacer sufrir a Cleo y así quedarse con Lautaro... pobrecillo, con lo bien que huele. <3

    La verdad es que esas teorías sobre la homosexualidad me dan un poquito de asco, la gente así me repugna. Si es que hay que ser cerrados de mente. D:

    El capítulo ha estado batante bien, aunque me costó un poco ubicarme en el tiempo, está bien. Tiene su emoción e imagino que esto será importante para la historia. (?) A ver qué se cuece...

    En cuanto a la redacción... en mi humilde parecer faltan descripciones y, te faltan varias tildes, algunos despistes por ahí ortográficos y la puntuación en ocasiones no es correcta. Debes repasar bien el escrito.

    Espero la continuación, a ver qué ocurre en la vida de nuestra Cleo. <3

    ¡Un saludo! :)
     
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