FanficsLandia Necesito Orientación (Urgente)

Tema en 'Literatura experimental' iniciado por Luncheon Ticket, 6 Febrero 2019.

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    Luncheon Ticket

    Luncheon Ticket THE BE(a)ST

    Virgo
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    Título:
    Necesito Orientación (Urgente)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1470
    Basta de orientadores asustando nuevitos. Es momento de invertir los papeles. Y nadie mejor para eso, que un desorientador.




    Necesito Orientación (Urgente)



    Moonffins, la flamante líder de orientadores dio un breve suspiro. La mentoría para el grupo que estaba a su cargo había finalizado hace aproximadamente quince minutos. Se puso a pensar que no era fácil ostentar tales responsabilidades, la carga era pesada. Quiso distraerse, esos pensamientos negativos no eran de mucha ayuda. Entonces recordó qué la retenía allí, la razón por la que se encontrara tan solitaria en aquella sala. Una carta misteriosa. Un mensaje anónimo que le pedía por favor que se quedase después de hora para tratar un asunto muy urgente. De repente oyó unos pasos a lo lejos, procedían del pasillo. Comenzó a impacientarse, el sonido era más y más cercano. Y mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina, viene Norde rumbeando.

    —Dichosos los ojos que te ven, Moonffins —dijo el joven dragón apenas verla, con acento muy particular. Griego, tal vez.

    La aludida se sobresaltó. Se levantó de su asiento inmediatamente, como alterada. ¿Por qué Norde? ¿Qué estaba tramando? No sería una consulta, eso era seguro. Él contaba con una experiencia considerable entre los orientadores. Aunque, aparentemente, había dejado el cargo.

    —¿Sabes? Te pido disculpas, Norde. Acabo de recordar que tengo un compromiso y debo irme —anunció la muchacha, mientras ordenaba sus cosas—. Hablaremos en otra ocasión, supongo.

    Moonffins se dispuso a marcharse, pero se detuvo repentinamente a unos escasos metros de la puerta. Un brazo había obstaculizado su camino. Era el joven, quien al parecer estaba decidido a que su encuentro íntimo no se viera pospuesto. Ella, ante esto, se sintió atemorizada. Reculó un poco, sin saber qué decir o qué hacer. Jamás hubiera imaginado estar en una situación como esa. La preocupación y la incertidumbre la atenazaban.

    —Lo siento, Moonffins. Pero no puedo dejarte ir —el muchacho se acercaba lentamente a ella, su voz ahora exudaba un tono imperante—. He estado esperando este momento desde hace mucho tiempo. Por favor, no lo vayas a estropear.

    Él sonrió maliciosamente al descubrir la manera en la que su víctima se cubría la carita con un cuaderno, apenas dejando al descubierto su mirada. Una mirada que imploraba auxilio a la nada, que parecía buscar una manera de huir. La mirada de una niña que sabía que no podría zafarse de ese atropello y no le quedaba otra alternativa más que recurrir a generar, aunque sea, lástima o empatía. Pero ello ocasionaba el efecto contrario. El impulso de llevar a cabo ese deseo tan placentero no amainaba en el corazón del draconiano.

    —Por favor, Norde… no hagas esto —pudo sentir cómo unos dedos le acariciaban el pelo al costado de su frente, hasta reacomodarlos detrás de la oreja.

    La vista puesta en el suelo, los hombros trémulos. La idea de que quizás estaba atrapada dentro de una pesadilla. Su mente parecía un torbellino de sensaciones y pensamientos sin orden ni concierto. Y él ya estaba apartando el cuaderno, para encontrarse con sus labios. Y ella quería gritar, pero no era capaz. Un jadeo, con la duración de un segundo, se escapó de su boca. Sin darse cuenta, colocó una de sus manos en el pecho del muchacho, como queriendo empujarle. Y qué te pasa calabaza, la puerta se abrió abruptamente.

    —Ya fue… Moonffins. Renuncio, pasó de nuevo —Monna había ingresado a la estancia, pero se quedó petrificada al descubrir lo que estaba sucediendo.

    Tenía el cabello un poco desaliñado y su mano derecha sostenía un vaso de campari. El silencio era muy denso, nadie atinaba siquiera a comentar algo. Norde pareció recobrar la compostura, se acomodó el cuello de la camisa y se alejó sin despedirse, cerrando la puerta tras de sí. A Moonffins, por el contrario, las piernas le fallaron y se desplomó sobre el suelo. La recién llegada corrió para auxiliarla. Parecía que lo que había pasado la dejó en estado de shock. Monna la sostuvo y trató de darle aire, abanicando la mano que tenía libre.

    —Así que el dragón te quería dar con todo y matraca, nena —comentó, mientras intentaba reincorporarla.

    Moonffins abrió los ojos. Se quedó mirando a su socorrista por unos segundos, hasta que arremetió contra ella.

    —¡Mira lo que has hecho! ¡Me iba a dar con todo y matraca, pero tuviste que aparecer! —la muchacha iba alzando el timbre de su voz a cada palabra—. ¡No puedes ser más inoportuna, querida! Y por supuesto, no te vas a quedar sin tu merecido castigo.

    Dicho y hecho, la líder orientadora tomó la credencial de su subalterna, el mismo que fungía como prueba de su cargo. Intentó romperlo, pero era inútil. Aparentemente el plástico que lo recubría era demasiado firme y resistente. Monna bebió un poco del contenido de su vaso, después lo sacudió suavemente. El hielo golpeaba el cristal del recipiente, produciendo un sonido apetecible. Otro sorbo más, el líquido rojizo era exquisito. Al percatarse de que su esfuerzo era en vano, Moonffins arrojó la credencial al suelo para pisotearlo numerosas veces. Acto seguido, lo escupió. Entonces lo levantó para examinarlo, pero estaba acaso más reluciente que antes. La mujer a su lado extendió la mano para recuperarlo, ella se lo devolvió.

    —No tienes idea de cuánto te odio ahora mismo, loca borracha —musitó, a la vez que observaba con cierto encono la manera en que su colega volvía a colocar la credencial en su uniforme.

    —Conozco al dragón ese, Moonffins. Le gusta jugar de nueve y hacer muchos goles. Incluso en cancha embarrada, si me entendés. No va a ser la última vez que se te arrime —Monna quiso tomar otro trago más, pero apenas si saboreó unas gotas, el cóctel se había acabado.

    —No te entiendo, y creo que es mejor así —Moonffins apartó la mirada, con fastidio.

    Como dando por finalizada la charla, Monna se despidió antes de retirarse. Pero a medio camino se detuvo. Oyó un sonido aciago y quebradizo, como un sollozo contenido. Comprendió que la fuente de aquel ruido era su propia compañera. Ella estaba de espaldas, sus hombros se sacudían de forma sutil y era evidente que se cubría la cara con las manos. En ese instante, Moonffins sintió un abrazo reconfortante desde atrás y, dándose la vuelta, lloró desconsoladamente.

    —Te pido disculpas —la voz de Monna exhibía una fuerte tonalidad maternal—. No te pongas así, no es para tanto.

    Monna la observaba, muy apenada. Y cada caricia que le dispensaba a su cabecita era como una palabra de afecto, un quiero cuidarte. Se dio cuenta de que su superior ya no lloraba. Quizás ahora estaba padeciendo la transición entre la congoja y la calma, el alivio. Eso la hizo sentir satisfecha. Tal vez porque era una forma de reivindicarse. La sensación de bienestar no le duró mucho, porque notó que algo se metía debajo de su falta, subiendo por uno de sus muslos muy despacio.

    —No me jodas —Monna la apartó alevosamente—. Mi etapa de bisexual college ya quedó muy atrás. No me permito estas boludeces. Bueno, no estoy lo suficientemente ebria.

    —Está bien, puedo percibir tus indirectas —comentó la líder, por lo bajo.

    —Creo que estoy siendo bastante directa —replicó la mujer, con aire sereno.

    Moonffins se puso de pie, resignada. Se sacudió el polvo y la suciedad de su atuendo. Luego se reacomodó la falda, también las mangas. Una vez finalizada la tarea, supo que su actitud no había sido la adecuada. Mucho menos para alguien de su rango. Sintió mucha vergüenza. Por haber perdido los estribos y acometer contra alguien que solo buscaba ayudarle. Por forzar algo que era imposible. Por no obrar con mesura. Quiso decir algo, pero titubeó. Preparó sus cosas, bajo la atenta mirada de su camarada.

    —Sabes lo que se siente, ¿verdad? —Moonffins empezó a hablar, finalmente—. Eso de amar a alguien y que esa persona solo esté interesada en individuos de poca monta. Unos imbéciles que no saben apreciarla y suelen jugar con su corazón. Cuando uno desaparece, viene otro, como una interminable sucesión de cretinos infames. Unos canallas itinerantes, eso es lo que son. Y yo tengo que vigilarlos, acompañarla para que no la lastimen, pero nunca puedo evitarlo. Ellos siempre lo logran. Es una historia de nunca acabar. Y ya estoy muy cansada, hastiada. Eso debe estresarme, me genera un comportamiento bastante errático. Solo me queda seguir. Quizás algún día, ella abra lo ojos. Quizás.

    Colocó la correa de su morral sobre uno de sus hombros y abandonó el lugar. Monna contempló el paisaje que se recortaba entre el marco de la ventana. Historias como estas eran muy entretenidas e interesantes. Historias como estas no se hallaban fácilmente todos los días. ¿Renunciar? Todavía no, eso podría esperar. Además, se le antojaba otro trago.
     
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    Meowffin

    Meowffin "Nunca des por hecho que no pueden"..

    Tauro
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    Esto no debería ir en personas reales, a menos que esa Moonffins lo sea. Y los signos de puntuación... yo los usaría de otra forma.

    Felicidades por tu escrito, me gusta mucho la comedia. :3
     
    Última edición: 6 Febrero 2019
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    Luncheon Ticket

    Luncheon Ticket THE BE(a)ST

    Virgo
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    Meowffin, Morde y Donna son propiedad de The Walt Disney Company. Les cambié los nombres para no tener que pagar el copyright. Así que son reales, claro que sí.
    :P

    Y sobre los signos de puntuación, es porque últimamente me gusta narrar sin desvariar demasiado, con oraciones breves. Creo que me siento cómodo así, a pesar de no ser del todo correcto.
    Por supuesto, muchas gracias por tu comentario.
    ;)!!
     
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    Mana

    Mana Equipo administrativo Líder de Orientadores Orientador

    Virgo
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    Uuuh, me gustó bastante, especialmente en la parte donde me imagino todo uwu.

    Lindo escrito. :3
     
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    Luncheon Ticket

    Luncheon Ticket THE BE(a)ST

    Virgo
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    Escritor
    Ahora me pregunto... ¿y cuál esa parte donde te imaginas todo? (Aunque me hago una idea, ¡jajajaja!).

    Muchas gracias por tu opinión, eres muy tierna. Me recuerdas a cierto personaje relacionada a Moonffins, una tal NanaWHYcalm. Puede que más adelante se sume a las aventuras y desventuras de la líder orientadora (?)
    ;)!!
     
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    Morde

    Morde Dragón con caverna

    Sagitario
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    Khé... no, lo siento, esto lo tengo que comentar con un meme, no existe otra forma

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  7.  
    Meowffin

    Meowffin "Nunca des por hecho que no pueden"..

    Tauro
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    Perita, Diccnero.. Si van a seguir hablando... mejor sigan esta conversación en vuestros perfiles, porfa.. :3
     
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    Donna

    Donna Entusiasta

    Capricornio
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    Cosas como estas nos hacen reflexionar sobre nuestro papel en el grupo; tanto nos preocupamos por orientar a los nuevos que nos hemos alejado de nosotros mismos. Somos un grupo disfuncional. Y me pregunto yo, ¿acaso lo que necesitamos no es nada más que un alivio momentaneo, etéreo y grato?
    Cada uno hace su propia catarsis. La piel, el descargo físico, tiene su alivio, claro, pero Moonffins y Norde aún no lo tienen claro.
    Espero que Moonffins no se haya quedado molesta conmigo. Quizá el manifiesto de los llamados "desorientadores" nos ha dejado en alerta, o quizá nos preocupa el hecho de que el equipo se quede sin usuarios nuevos que orientar. O, quien sabe, quizá el sexo casual sea suficiente catarsis para nuestro problema, así como uno hace la lista de mandados.
    El tiempo se nos va pensando, y pensando se nos van las botellas.

    Estimados desorientadores, en parte, dejenme deciles que los envidiamos.
     
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  9.  
    Donna

    Donna Entusiasta

    Capricornio
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    ¿Menciona ya que esto fue muy creativo y satírico, y que no paré de reirme en todo el relato?
     
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  10.  
    Luncheon Ticket

    Luncheon Ticket THE BE(a)ST

    Virgo
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    Una reflexión muy profunda, mi estimada Monna. Por eso mismo valoro tanto su desempeño y su capacidad para interpretar las letras. Así, incisiva, opulenta, ingeniosa, intelectual... como esa tal Malena Pichot. O quizás Sol Pérez (figuras nacionales de una sobriedad incuestionable, como ya no hay).
    Venga, véngase para este lado. Que respirar un aire nuevo le va a hacer muy bien (?)
    XD

    Ahora en serio (y, por supuesto, ya para agradecer también tus apreciaciones) es genial que al menos esto te haya sacado unas risas. Pasa que al terminar de escribirlo no consideré que fuera tan cómico como me lo propusiera en un principio. Y hasta me dejé algunas cosillas en el tintero. Por eso mismo, qué bueno haber logrado que te divirtieras un poco. Se siente bien.
    :)!
     
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