Fantasía E de Entusiasmo

Una vez un hombre escalo una montaña, Luego miró la montaña y les dijo a las nubes:


- ¡Entusiasmo tengo!


Entonces una nube muy envidiosa por lo que dijo aquel hombre, ideó un plan para espantarle del lugar… Su entusiasmo acaparaba todo el lugar, y era horrible estar con una persona de ese estilo, así que la nube le dijo al hombre:


- Oye… Yo te puedo ayudar a encontrar otras cosas para hacer, lo único que debes hacer es irte de aquí.


Pero el hombre ya estaba satisfecho con lo que había hecho, así que le dijo:


- No gracias, yo ya estoy satisfecho aquí.


¿Qué podría hacer la nube? Inspeccionó el lugar y se dio cuenta que no había más montañas.


- ¡Pero no hay más montañas, con el tiempo te aburrirás! -Dijo la nube.


Pero el hombre ya estaba conforme en ese lugar, no quería más porque ya había acabado su cometido, así que le dijo:


- No importa, estoy bien en donde estoy.


Pobre nube… No sabía qué hacer, ese hombre tenía mucho entusiasmo, pero con el paso del tiempo, la nube se dio cuenta de que no había frutas ni animales, así que le dijo:


- ¡Señor, no vez que te vas a morir de hambre, no hay comida por el lugar!


Pero el hombre aun así no quería irse del lugar.


- Cuando me dé hambre lo aguantaré, no hay necesidad de irme.


¡Dios! La nube casi explota de lo enojada que estaba, no soportaba al pequeño ser… Así que ella se empezó a mover de izquierda a derecha, salían relámpagos, y se escuchaban truenos por todo el lugar.


La nube cambió su aspecto y se volvió de color negro… Y entonces una fuerte tormenta empezó. El hombre no sabía qué hacer, lo único que pudo hacer fue correr por su vida.


La nube lo perseguía, pero él era más rápido, pero inevitablemente el hombre se cansó.


El muchacho no sabía qué hacer, no podía huir, así que le tocó rogar.


– Señora nube ¡Por favor, no me quite la vida!


Pero la nube hacia caso omiso a sus plegarias. Entonces cuando iba a lanzar un rayo muy grande para matarle, el hombre encontró una cueva. Rápidamente corrió hacia el lugar, y la nube no lo pudo alcanzar.


– Algún día vas a salir – Dijo la nube.


El hombre no sabía qué hacer, ¿Pelear o huir? Miró por todo el lugar, y se dio cuenta que había un camino por el cual pasar, al seguir por ahí se observó y entendió que la única forma para vencer a la nube era tener más entusiasmo que nunca.


Así que se preparó física y psicológicamente, inhalo y exhalo, entonces corrió lo más rápido que pudo, y cuando salió del lugar dijo:


– Tú no me podrás vencer porque tengo mucho entusiasmo.


Entonces la nube se dio cuenta de todo el entusiasmo que tenía, no tuvo más remedio que irse corriendo del lugar, y así acaba todo.


Fin.