Nikolah Cruz Vaya, todo iba a ser mucho más complicado de lo que creía. Parecía que todo lo que quedaba por hacer era ir hacia el módulo este. Saludé a Erwin, diciendo que cualquier cosa que necesitara podría avisarnos, busqué a Talía, subiéndola de vuelta a mis hombros, y nos dirigimos ambos hacia aquél lugar. Allí, pude ver que mi hermano Alpha se encontraba conversando con la alguacil que mi compañera había interrogado, si mal no recordaba. Tal vez lo mejor sería ir a conversar con alguien más. ¿Y quién mejor para hacerlo que un pokémon que habla? Con Talía sobre mis hombros, me dirigí hacia el Chatot de Henry. — ¡Buenas, mi querido pájaro! Supongo que escuchaste todo la masacre y la muerte que ocurrió por estos lares hace un par de días, ¿no?
La chica, ya de por sí insegura, parecía mucho más tensa entonces. Al ver a Alpha, lo reconoció como uno de los miembros de aquellos chicos que ya vinieron previamente a resolver el crimen, y, entre sollozos, dijo: —Ay, ¡qué bien que venís! ¿V-Vais a resolver este caso...? ¿A-A descubrir qué ha pasado? >> Preguntar por sus movimientos durante el incidente. >> Preguntar por la "posesión" de los presos. >> ¿Cómo te encuentras? Las mesas de trabajo mostraban diversos utensilios que pondrían la piel de gallina a cualquier persona con un mínimo de empatía: además de los utensilios típicos de cualquier laboratorio, había argollas de metal para atar a pokémon a las mesas, aparatos para propinarles descargas eléctricas, quemaduras y otro tipo de impulsos, soportes para mantenerlos quietos y forzarles a abrir la boca, probablemente para suministrarle oralmente algún producto, aparatos que lucían como camas de torturas, con mecanismos para estirar de sus extremidades... todo aquello era realmente horrible. Sin duda, hacían todo tipo de experimentos con los pokémon, sin ningún tipo de piedad, ¿eh? >> Obtienes: "Experimentos en pokémon". Chatot, para variar, estaba alicaído, sin ganas de decir nada... no parecía reaccionar mucho. Sin embargo, sí que alzó la cabecilla para mirar a Nikolah: al menos, era consciente de que estaba allí. Ya era algo... >> Sobre el incidente... >> Sobre Henry... >> Sobre tus actos como traficante... >> ¿Te encuentras bien? Así, logró abrir el baúl, pero no sirvió para mucho más que para encontrarlo completamente vacío... seguramente, lo que fuese que había ahí guardado había sido sacado recientemente. Pero, al menos, sirvió de algo examinar el baúl: el pequeño cierre de metal, similar a una horquilla, se desprendió cuando Emily tiró de él. ¡Q-Quizá con eso pudiese...!
Nikolah Cruz Incliné mi cabeza hacia un costado, mientras observaba curioso al pokémon. No parecía la criatura lasciva y con ganas de insultar que había conocido. Incluso la muerte de Henry no lo había puesto así, o al menos, eso parecía. Debió haber pasado por mucho en estas últimas horas. — Oye, ¿te encuentras bien, amigo?— pregunté, con expresión preocupada. Podía ser todo lo malvado que quisiera, pero seguía siendo un pokémon y alguien con sentimientos.
Ian Y encontramos, sin mucho problema, el lugar que estábamos buscando: La base del P.A.M. Su cuartel de operaciones, que tal y como habíamos supuesto, estaba aquí mismo. Y claro, ahora estaba vacío; sus miembros habrían escapado, ¿O habrían muerto todos en el incidente? De momento, era difícil decirlo. Aún así, parecía que todo lo que usaban para los experimentos se quedó aquí, incluyendo los propios pokémon. Cuando el resto comenzó a investigar, descubrimos que habían pokémon modificados, y no pude evitar acordarme del Leafeon de hace poco o de la propia trituradora. Inconscientemente terminé apartando la vista, y mis ojos se quedaron mirando en dirección a unos cuanto archivos que había en el lugar. Me acerqué a ellos y, decidido, los tomé con cuidado. —Veamos que es lo que aquí escrito.
Dante Miles De cierta forma le hubiera gustado equivocarse en cuanto a su nueva área de investigación se refería, pero no, sus obvias sospechas fueron confirmadas cuando se acercó. Era realmente lo que se había imaginado en su cabeza cuando pensó en una película de terror. Los instrumentos presentes para hacerles daño, para retenerlos, para obligarlos a cooperar con sus experimentos daba a entender la poca humanidad de los que trabajaron allí, aquellos pobres pokémon realmente necesitan otras vidas, algo que les mostrara que no todo sería como este lugar. Con Ian dirigiéndose a lo que iba a encaminarse después, decidió caminar hacia los supuestos almacenes.
Emily Hodges El baúl estaba vacío, pero no le di importancia porque conseguí otra cosa mejor: el cierre se descolgó y con ello conseguí algo muy parecido a una horquilla. —Bien, bien —murmuré, mirando el metal entre mis manos. Rápidamente me puse de pie y me acerqué a la puerta, intentando forzar la cerradura con el cierre que había conseguido.
Liza White Mi cabeza iba a estallar de un momento a otro. Togekiss, tras unos minutos de vuelo, consiguió hallar una pequeña isla no demasiado lejos de donde dejamos las Islas Artistas. Y no tardamos en presuponer que aquella sería la prisión a la que debíamos acudir. Jamás había escuchado de un lugar así, ni era consciente de su existencia. Pero a medida que me acercaba a las puertas de aquella escalofriante y gigantesca prisión, siempre escoltada por Togekiss, y tras darle cientos de repasos a los mensajes para intentar acudir con alguna información al menos, comprendí que algo había sucedido en el anterior caso al que el resto de holders parecían haber acudido en mi ausencia. Justice... ¿Quién demonios era, y a qué clase de justicia o venganza se estaba refiriendo? ¿Qué... Qué les había hecho? Pensar que los holders habían resultado dañados hizo que mi terror aumentase, y este fue a peor en cuanto puse los pies dentro del recinto. Por suerte, pronto se me informó de la división a la que se habían expuesto todos aquellos que se encontraban ayudando con la investigación, y fingiendo que comprendía lo que debía hacer, decidí ir al despacho donde se encontraba Erwin. Tuve que contener las ganas de vomitar al presenciar aquella escena. Decenas de cadáveres... Estaban... ¿Q-q-qué había ocurrido aquí? ¿Todo esto... había sido obra de Justice? Intentando no permanecer demasiado tiempo allí, confusa y aturdida como me encontraba, se me informó que si quería colaborar en la investigación, lo mejor que podría hacer ahora era hablar con algunos testigos en el módulo oeste. Suspiré, adentrándome en el lugar algo más informada gracias a Erwin. Tenía miedo de ir en contra de lo dicho por el tal Justice, pero según me habían dicho, había poca gente en esta zona, y prefería ayudar así. Solo esperaba no perjudicar a Emily con mis actos. Aquel módulo parecía estar ciertamente concurrido. Observé en silencio, tratando de mantener la calma, a todos los alguaciles, presos y miembros de la CSG que se encontraban por allí. Hasta que visualicé a Sear. Era al primero al que reconocí, y aunque él no supiese quién era, presupondría que era parte de los holders que estaban ayudando con el caso. —Hola... ¿Sear? ¿Podríamos hablar?
—Cruack... —musitó Chatot, alicaído, tembloroso—. E-Estoy bien, cruack. N-N-No me pasa nada. ... parecía tener miedo, ¿eh? Los archivos parecían registros de distintos pokémon y experimentos realizados sobre ellos. Había... demasiados como para ponerse a leerlos todos. ¿Había alguno en particular que interesase? Podían buscarse alfabéticamente, tanto por la inicial de la especie del pokémon como por la inicial del entrenador que fue entrenador del pokémon. En los almacenes no había nada de especial interés... todo cuanto uno podía encontrar eran más aparatos, utensilios y cacharros como los que ya había fuera, diseñados para manipular a los pokémon. Parecían estar... bien provistos, ¿eh? ... clic. Tras mucho tiempo intentándolo, finalmente la cerradura pareció ceder... y la puerta pudo abrirse para Emily. Tendría que ir con cuidado, porque tal vez el tipo estuviese por el lugar aún, pero... ¡q-quizá pudiese salir, o encontrar alguna forma de comunicarse con el exterior para pedir ayuda! Estaba bien, ¡iba a salir de allí, seguro! Emily no puede continuar de momento, deberá esperar a que avance la investigación por el otro lado. —Oh, hey, hola —dijo Sear, alzando una mano a modo de saludo—. ¿Qué tal? Está la cosa... tensa por aquí. ¿Otra vez tenéis que venir vosotros a meteros en estos problemas? No tenéis edad para esto... Pese a que trataba de ser sarcástico, en su tono de voz se notaba que él también estaba afectado por lo sucedido. >> Sobre el incidente... >> Sobre el P.A.M... >> Sobre Justice... >> ¿Cómo te encuentras?
Nikolah Cruz No, obviamente Chatot no estaba bien. Me arrodillé un poco, para estar a su altura, y le dediqué una sonrisa cálida, a ver si lograba calmarlo. Tal vez se había asustado por todos los eventos de ayer (¿quién no lo haría?) pero tal vez había algo más detrás de esos temblores. — Oye, es obvio que no te encuentras bien.— dije, en voz baja y tranquila.— No tienes que tener miedo, ¿sí? Nadie te va a hacer daño, ya no. Me disculpo por las palabras y la actitud que tuvo antes, no estuvieron bien. Has pasado por mucho, puedo notarlo, y lo mejor hubiera sido no haber arremetido contra ti de esa manera. Ahora inspira lentamente, y cálmate. Estarás mejor, te lo prometo. >> Dime, ¿recuerdas algo del incidente? Tal vez hablando se te pasen las penas. Volví a dedicarle una ancha sonrisa. No tenía sentido presionar algo que estaba a punto de quebrarse, cuando lo quería cuerdo. >> Sobre el incidente...
Liza White Una pequeña sonrisa irónica se dibujó en mi rostro ante su respuesta. Desvié la mirada por un instante. —Sí... Quizás seamos demasiado jóvenes para estar metidos en algo así. Pero no tenemos elección —suspiré, recordando el mensaje que había leído hacia apenas unos instantes. Volví la atención hacia Sear, tratando de mostrarme lo más tranquila posible. Él también debía estar pasándolo mal—. ¿Y tú? ¿Cómo... Cómo te encuentras después de todo esto? >> ¿Cómo te encuentras?
Hubert No dije nada durante el descenso hacia la guarida del P.A.M. Mimi me increpó por mi actitud y contó cómo le había prometido a Emily que la protegería y que jamás la dejaría sola. Sólo para que, horas después, ella desapareciera a manos de un criminal cuyos métodos desconocíamos. Comprendía el estado en el que se encontraba Mimi, claro que lo comprendía. Estaba seguro de que todos estábamos muy afectados por la situación de Emily, por no saber su paradero ni qué estaba ocurriendo con ella. Pero para Mimi debía ser más duro que nada. Era terriblemente triste. Mientras las puertas del ascensor se abrían de par en par, me puse al lado de Mimi y la miré a los ojos: —Un Honda siempre cumple con su palabra —dije—. Es una premisa que te oí decir un par de veces —asentí—. Es demasiado pronto para concluir que no eres una persona de confianza o sentirte hundida. Todavía estás a tiempo de proteger a Emily, y eso es salvándola de las garras de Justice. >>A Emily no le gustaría que estés así. Trata de ser fuerte por ella, ¿de acuerdo? Le di una palmada amistosa en el hombro y me dirigí al lugar que más había llamado mi atención dentro de la guarida del P.A.M. La sala del fondo, la que estaba sin rotular.
Mimi Honda Las palabras de Dante se me antojaron lejanas. Las escuché como un murmullo distante. Cuando quise responderle las puertas del ascensor ya se habían abierto y pronto el grupo dentro se dispersó entre lo que intuí era una especie de nave industrial subterránea. ¿La guarida del P.A.M? No estaba segura. De todos modos, apoyada en la pared del elevador abrazada a mí misma y regodeándome en mi propio sufrimiento no podía prestar atención a nada. Oía las voces pero no las escuchaba. Simplemente pasaban a un lado y a otro sin ser procesadas por mi cerebro. Me sentía completamente miserable. ¿Cómo había dejado que algo así sucediese? ¿Cómo había...? ¿Cuanto más tenía que sufrir? ¿Es que no podía dar ni dos pasos sin que ocurriese una desgracia? Hasta que Hubert me habló. "Un Honda siempre cumple con su palabra" —¿Eh? Aquella frase que yo siempre solía decir me sorprendió y alcé la cabeza para mirarle. Estaba segura de que tenía los ojos vidriosos por las lágrimas, de que mi aspecto no debía ser el mejor... pero sus palabras me llenaron de nuevo de determinación. Había fallado, eso era obvio... pero aún no estaba todo perdido. Sí. Yo era una Honda. Yo era Mimiko Honda. Y los Honda manteníamos nuestra palabra. Emily estaba en algún lugar, sola y encerrada y cuanto más tiempo pasase lamentándome y no haciendo nada peor sería. No podía permitirme perder el tiempo lloriqueando por las esquinas como una idiota. Cuarenta y ocho horas. Ese era el tiempo que solían dar los secuestradores a sus víctimas... no habían pasado ni dos. Asentí con un brillo nuevo en los ojos. Un brillo que no era causado por las lágrimas. —Tienes razón Hubert—dije—. Aún es pronto para rendirse. Salvaré a Emily de ese desgraciado... cueste lo que cueste. Abandoné el ascensor detrás de él... solo para descubrir lo que ya sospechaba, aquella realmente era la guarida del P.A.M. Aquellas jaulas, aquellos pobres pokémon encerrados convertidos en aberraciones y aquella suerte de mesa de tortura sembraron mi corazón de una ira sin precedentes. Me hubiera acercado y lo hubiera destrozado todo si no supiera que eran pruebas y que no debía tocar nada. Esos... bastardos del P.A.M. ¿Qué clase de mente enferma e inhumana podía jugar de esa forma con la vida de otros seres? De pronto la muerte de Henry, Ellie y Bert no me parecía tan horrible. Pero alejé ese pensamiento cuanto antes de mi mente porque coincidir mínimamente en algo con Justice me hacía sentir arcadas. Su justicia era enfermiza, de ninguna forma podía estar de acuerdo con eso. Caminé entre las mesas de metal, tratando de mantener la calma. Y abrí la puerta de los aseos... aunque no esperaba encontrar nada.
—C-Cruack. Yo estaba aquí, en este módulo, así que no vi nada, pero... he escuchado que, ¡cruack!, han matado a todos los criminales del módulo norte y sur, ay. Y p-parece ser que tienen un especial odio hacia el P.A.M., ¿eh? Uf... ¿c-crees que tendrá rencor hacia los pokémon también, quienquiera que hubiese hecho eso? ¡C-Cruack! Vaya... parecía temer por su vida, ¿eh? No en vano él también, a su manera, colaboraba con el P.A.M.... pese a haber sido víctima de los experimentos, él estaba encantado con el resultado. —Oh, maaaaaan —suspiró, de forma ciertamente exagerada—. Todo esto es como muy heavy, ¿no? Pensar que me he salvado por los pelos... estuve aquí con Pansear, y por eso, y solo por eso, me libré de morir. Todos los demás del módulo norte cayeron... ugh. Y, de hecho, no tenía ni que estar aquí. Supongo que fue un milagro que sobreviviese... Nueva opción disponible: ¿Por qué no tendrías que estar aquí durante el incidente? Tan pronto como Hubert se dirigió a la sala sin rotular, Farrow se acercó a él. Cruzaron ambos la puerta, y el inspector, al ver lo que había tras ella, se llevó una mano al mentón. —Vaya... parece que pasaban aquí días completos. Pero... me pregunto qué será aquello. Tras la puerta había un largo pasillo, lleno de habitaciones a ambos lados. Al fondo, cuatro habitaciones se escondían tras unas puertas lujosas, denotando que eran las dependencias de los jefes, probablemente. Parecía una zona para dormir, como si, en efecto, pasasen días enteros allí, quedándose incluso a dormir. Pero tal vez lo más curioso era una extraña máquina, ubicada justo en el extremo contrario del pasillo. ¿Para qué serviría aquello?
En efecto, poco había que ver allí... aquello no eran más que aseos comunes y corrientes, equipados con duchas desinfectantes y bastante amplios en general. Nada más que eso... ninguna pista se podía encontrar allá.
Liza White Saber que el pequeño Pansear estaba completamente sano y habían permitido que se quedasen juntos en la prisión me hizo sentir aliviada. Era un detalle por parte de la prisión que permitiesen dejar a sus compañeros pokémon junto a ellos, o al menos con visitas ocasionales. Después de todo, Sear estaba aquí por su querido amigo. Pero mientras me explicaba que solo algunos módulos se vieron afectados por la... ¿masacre?, y que él tuvo la suerte de estar con Pansear aquí durante el incidente, algo pareció captar mi atención. Desvié los pensamientos que me hacían imaginar a los holders dentro de aquel horrible escenario, necesitaba estar completamente concentrada si quería hacer algo para ayudar. Ellos estarán bien, yo... Yo confío plenamente en ello. —¿Disculpa? ¿Por qué no tendrías que estar aquí durante el incidente?
Nikolah Cruz Mhh, interesante. Temía por su vida. Lo cual era bastante lógico, teniendo en cuenta que él era, en cierta manera, miembro del PAM. ¿La ira de Justice se centraría solo en humanos? Aunque pensándolo bien, si solo resultaron afectados el módulo norte y el sur... Era complicado. Si acaso alguno de los miembros del PAM hubiera estado en el módulo este con sus pokémon (si es que los tenían ahí, obviamente) cuando todo hubiera ocurrido, ¿hubieran sido afectados igual? ¿O lo que sea que afectó a los reos, solo se liberó en esos módulos? Justice habrá planeado todo de forma meticulosa, pero un solo factor podría haber alterado bastante su plan. — Vaya, conque de ahí viene tu miedo. ¿Piensas que tus actos como traficante y ayudante del PAM podrían convertirte en un objetivo? Tiene cierta lógica.— dije, pensativo, mientras me rascaba la barbilla, cuidadoso de no tirar a Talía.— Pero dime, ¿podrías hablarme un poco más de esos actos? Si me refrescas la memoria un poco, puede que te traiga un poco de paz el ver que no estabas tan relacionado como creías. >> Sobre tus actos como traficante...
Mimi Honda —Tsk. Cerré la puerta de un golpe seco. Poco había que ver allí... y el penetrante olor a antiséptico de aquella habitación me enfermaba. Fuera, al fondo de la habitación, Hubert y Farrow habían entrado en una sala sin rotular. Me acerqué a ellos. Y cuando lo hice, un escalofrío recorrió mi espalda. Un escalofrío que me provocó un estremecimiento por todo el cuerpo. Maldita sea. Me recordó vagamente a la Guarida de Gamma donde encontré sobre los planes que tenía Kappa con Victini. Allí empezó todo el asunto de Lambda y mi falso secuestro. ... Ojalá este fuese también el caso. —¿Qué diablos es eso?—inquirí acercándome a la extraña máquina que había en el extremo del pasillo. No pude evitar recordar la máquina en la que Kappa colocó a los legendarios del resto de Holders. Esa máquina usada para extraer energía... Apreté con fuerza los puños.
Hubert Llegamos a una sitio que, por su disposición y características, parecían ser las dependencias de los que trabajaban en el P.A.M. Farrow, quien se había acercado, fue de la misma opinión, así como también le llamó la atención un artefacto que podía verse al fondo de aquel pasillo. —Parece ser una máquina —dije—, una muy extraña. Iré a inspeccionarla. Dicho y hecho, me acerqué cautelosamente a la ya mencionada máquina, seguido por Mimi.
Alpha Xenodis. Vaya, la mujer se veía más nerviosa que la última vez que le había visto... Normal. Yo no quería estar aquí, ella tampoco... No creo que alguien realmente guste de ello. —Bueno, es la idea. Pero menos mal que sobreviviste, ¿no hubo incidentes en tu zona? >> Preguntar por sus movimientos durante el incidente
Ian Lockhart Pronto me di cuenta que eran demasiados datos y demasiados pokémon como para ponerme a hacer un análisis detallado. No teníamos micho tiempo, eso lo sabía bien, así que debía ser selectivo. De momento, tenía 3 sujetos en mente, así que empezaría por allí. Y de esos, el que deseaba investigar desde el primer momento era... —La E, de Eelektross. Comencé entonces a hojear rápidamente los archivos, buscando la vocal.