Había llegado un mensaje a la Pokédex convocándonos a una reunión en la Sala de Reuniones, y allí que fui. Pero Deino parecía haber decidido quedarse en el lugar a saber por qué. — No creo que quieras quedarte aquí —le dije, lo cual hizo que me siguiera...
Hubert, Alpha, Devan y Emily entraron en la sala, y descubrió que allí estaban ya reunidos todos los investigadores: el jefe, Bert, el inspector Farrow, el agente Erwin y, por supuesto, el agente de la interpol, Handsome. Toda una comitiva de profesionales que estaban esperando a los holders. Farrow era el único que seguía de pie. Daba vueltas y vueltas alrededor de la mesa, reflexivo. —Bien. Tenemos un caso curioso, cuanto menos —comenzó a explicar—. Las investigaciones han llevado a la conclusión de que, en efecto, se ha producido un intercambio entre las fichas de Henry, la víctima, y Clive, un chico del módulo norte que estaba diseñando un túnel para escapar. La muerte, efectivamente, se cometió con una pistola, y todo apunta a que sucedió el disparo dentro del túnel. Túnel que, por cierto, daba con el exterior, sirviendo tanto de salida como de entrada al módulo. >> Henry apareció muerto en una celda que no le correspondía. En un módulo que no le correspondía. Y creo que uno de los mayores misterios de todos los que barajamos es averiguar cómo hizo para acabar allí, en el módulo norte. Cómo y, también, por qué fue allí donde el asesino decidió que muriese; esos son puntos claves en este tema. ¿Fue casualidad que acabase en el módulo norte? ¿Lo preparó el asesino todo para que el crimen sucediese en el lugar deseado? ¿Cómo lo logró Henry, si estaba siendo escoltado de vuelta a su celda tras el interrogatorio con Handsome, y en ningún momento tuvo la oportunidad de desviarse del trayecto de la CSG a la celda, por ser un preso de alta peligrosidad? >> ... trataremos, aquí, de darle respuesta a estas preguntas. Pero antes, me temo que tenemos que hacer algo muy duro para mí, especialmente bajo estas circunstancias: y es nombrar a un sospechoso. Conste, ante todo, que no se trata, en principio, más que de un ejercicio de lógica. Necesitamos estudiar la posibilidad de que alguien hubiese cometido el crimen y, a raíz de ahí, ir viendo si las piezas del puzle encajan, ir solventando cuestión a cuestión. Por eso, no quiero que ninguna acusación aquí vertida se tome, en un principio, como algo definitivo. Es, de momento, meras sospechas. Miró a los holders recién llegados. —Pero antes de proponer mi sospechoso, me gustaría saber qué opináis vosotros, chicos. Sé que es precipitado, pero, ¿quién créeis, en vuestra humilde opinión, que pudo matar a Henry?
Ian Lockhart Llegué a la Sala de Reuniones al poco de enterarme de lo sucedido, puesto que aún seguía dentro de las instalaciones de la CSG. Allí, estaban todos reunidos, en lo que parecía ser la recta final del caso. No había logrado dar con mucha información, ni sabía tampoco muy bien lo que pasaba, dado que no había tenido tiempo para analizar a profundidad las pruebas presentadas. Sin embargo, ante el silencio sepulcral en el que nos habíamos quedado ante la pregunta que se nos formuló, tuve que decir algo. —Puede que esté pecando de falta de cordura, pero sabiendo que fue en el exterior... yo no puedo descartar al jefe Albert.
Mimi Honda No esperaba una respuesta diferente. —Veo que tu estancia en la cárcel tampoco te ha cortado esa lengua viperina que tienen los McRoy—repliqué entonces, seca. Y en ese momento, la miré directamente a los ojos y sujeté las rejas de su celda entre mis manos. —Dime Ellie, siento curiosidad... ¿Sufres aquí? ¿Te duele haberlo perdido todo? Vives en la misma inmundicia, encarcelada como una rata. ¿Qué humillante debe ser eso para alguien que lo poseía todo, verdad? Yo preferiría estar muerta antes que acabar donde tú. Apreté los barrotes cuando recordé todo lo sucedido durante el caso en Óleo. Nina... habló conmigo. Había hablado conmigo, preocupada por "Ronnie" minutos antes de su asesinato. Aún a veces lo pensaba y me torturaba creyendo que podría haberlo evitado. Si hubiera sabido antes de lo que esta zorra maldita era capaz. —Y aún así no sufres ni la mitad del dolor que tuvo que pasar Nina—continué—. Estás viva y es mucho más de lo que mereces. Eres una desgraciada que lo ha perdido todo, aferrándote a un orgullo vacío y a una familia que te abandonó en cuanto tuvo la más mínima oportunidad. Pero no siento la más mínima compasión por ti. >>No tienes nada que perder y mucho menos que ganar. No eres nada, Ellie McRoy. Una prisionera, una lacra más de la sociedad a la que tan superior te creías. Y cada minuto, cada segundo que pases aquí, viviendo en la mierda, compartiendo tu vida con los plebeyos que tanto dices odiar, espero que sean una completa, total y absoluta tortura. Cuando me aparté de la celda le sonreí, forzando una cínica sonrisa. Sardónica, pues no procedía de una felicidad interna. No estaba feliz. De hecho, no sentía más que un profundo y asolador odio. >>Tu sola presencia es un insulto para los Honda, así que tranquila... tampoco quiero quedarme mucho tiempo aquí. No quiero que se me pegue lo poca cosa que eres ahora.
Una pregunta muy directa ante la que no tenía una respuesta del todo clara. Aun así, dije: — El culpable es alguien que debió haber estado fuera... de los implicados, se me ocurren Albert y Clive. Albert parece tener una coartada sólida, y teniendo en cuenta que el crimen parece haber sido cometido en el túnel de Clive... quizás haya sido él.
Hubert En la sala se encontraba el detective Farrow, así como Erwin y el inspector Handsome. Estaba, también, el jefe del Cuerpo de Seguridad del Galeia, al que hasta este momento no había llegado a conocer en persona; su nombre era Bert. Así con Alpha, Emily, Ian, Devan y yo reunidos en el lugar, Farrow decidió que era suficiente para comenzar a hablar. Caminaba de un lado a otro, reflexivo, de seguro con un torbellino de preguntas en su cabeza. Como tantas veces me ocurría a mí; al igual que ahora mismo me sucedía. El detective hizo un repaso de los misterios que implicaban el caso que nos competía ahora. Lo que me tomó por sorpresa fue su pregunta. No tuve que pensarlo, porque ya tenía una respuesta. Lo que no me agradaba era tener que decirla en voz alta, teniendo en cuenta a quién apuntaba. Dudé un breve instante, bajo la atenta mirada de Serperior… Yo… Quería convertirme en detective. Deseaba trabajar para el Cuerpo de Seguridad de Galeia y ayudarles a aplacar las fuerzas del crimen en general. Sabía que, de estar equivocado en lo que iba a responder, esa oportunidad podría perderla para siempre… Pero mi camino era más que claro: debía alcanzar la verdad y protegerla a toda costa. Alcé la mirada. —Debido a las ubicaciones del Puerto, del Módulo Norte y de la desembocadura del túnel… —empecé, intentando mantener un tono tranquilo— mi sospechoso es Bert, el jefe de la CSG aquí presente.
Talía Wells~ Después de hablar con Farrow decidí echarle un vistazo al Módulo Oeste para ver todos los pokémon que allí habían. Al cabo de un rato, cuando decidí marcharme, observé en la pokédex cómo todos habían acabado de interrogar a las personas y Farrow nos llamó a la sala de reuniones para al fin encontrar al asesino. Menudo yuyu. Al llegar vi que ahí se encontraban todos los investigadores y algunos holders, así que me acerqué lo más silenciosamente posible a Alpha al ser el único al que conocía. Así me sentía más segura en ese ambiente tenso. Me había quedado en blanco cuando Farrow contó básicamente un resumen de todo el caso, y al pedirnos un sospechoso claramente no pude hablar. Esa persona en la que estuve sospechando desde hacía un buen rato… no me veía capaz de mencionarla, porque básicamente era imposible que él lo hiciera, ¿verdad? De pronto una voz conocida cortó el silencio del lugar y, para mi sorpresa, mencionó a la misma persona que había en mi mente. ¡Y no solo él! Otro de los chicos también tenía las mismas sospechas. Si ellos pensaban lo mismo que yo… quizá no era una idea tan descabellada señalarlo, ¿verdad? —Lo siento, pe-pero… yo también siento sospechas por el señor Alberto.
Emily Hodges Y ahí estábamos, en lo que se podía considerar la recta final. Era momento de juntar todas las pruebas y dar con el culpable, pero primero Farrow nos pidió que declarásemos nuestras sospechas. Por mucho que me costase, asentí cuando Hubert acabó de hablar. Me crucé de brazos, mirando a otro lado con preocupación. —No tiene que significar nada, claro, pero de primeras concuerdo con Ian y Hubert. El señor Albert es sin duda el más sospechoso para mí también...
Así las cosas, cuatro de los presentes señalaron al mismísimo jefe de la CSG, allí presente, y otro, Devan, apuntó a Clive como culpable. Albert rio, con buen humor, al escuchar las acusaciones. —¡Pero bueno, chicos, qué tonterías decís! Es impensable que yo, el jefe del cuerpo encargado de proteger a la sociedad de Galeia de los criminales, sea el asesino, ¿no creéis? Tengo coartada, de hecho. ¡Es absurdo! Farrow meditó en silencio. —Sin duda, es absurdo —se encogió de hombros—. Así que parémonos a analizar lo menos absurdo: Clive como culpable. >> Dos cosas surgen en contra de esta teoría. La primera, un testimonio del propio Clive, que afirmó que él nunca llegó a terminar su túnel. De ser eso cierto, alguien más debió completarlo. Claro que este "problema" se elimina asumiendo que mentía. Pero el segundo problema... es de difícil solución. Veamos, alguien cambió las fichas del propio Clive y de Henry, en aras de hacernos creer que estaban en módulos erróneos. Y, de hecho, Henry acabó allí, en el módulo norte; justo como el que cambió los archivos quería. Alguien sabía ya que iba a suceder ese "cambio", y Clive no pudo, en absoluto, moverse de su módulo, por lo que ni pudo manipular los archivos, ni pudo manipular a Henry de ninguna forma para que acabase dentro de su celda. >> De modo que, descartando lo menos absurdo, solo nos queda lo absurdo. ¿No es así? Contenido oculto Bert enarcó una ceja. —¿Qué insinúas...? —preguntó el jefe, tenso. Zack Farrow, agarrando su gorra, sonrió con confianza. —Nada, solo insinúo una absurdez. Y es que, escúcheme, jefe, no se me ocurre nadie mejor que usted para manipular los archivos. Y la víctima, de hecho, salió de la torre de la CSG, justo donde usted tiene su base de operaciones. Es absurdo, pero creo que usted es el más indicado para hacerlo. —¡T-Tengo coartada! Tú mejor que nadie sabes que no estaba en la isla. ¡Salí en mi barco, rumbo a Ciudad Lienzo! —E-Es cierto, Zack —comentó Handsome, algo asustado ante el devenir de los hechos—. Se marchó, tanto tú, como Erwin y yo podemos corroborarlo. Y alguien que tomó un barco tiene una coartada perfecta. Erwin, nervioso, miraba en todas direcciones, confuso ante la situación. —Ah, no se ponga nervioso, jefe —Zack sonrió—. Ya dije que esto no es más que un ejercicio de lógica. Y, ¿qué mejor que un buen enigma para comenzar este ejercicio? >> Veamos. Dice mi estimado colega Handsome que quien tomase un barco en la hora del crimen tendría una coartada perfectamente blindada. Pero yo, como pienso en lo absurdo, creo, absurdamente, que es justo al revés: el asesino debe ser quien cogiese un barco. —¿Eh? —Erwin lucía perdido. —F-Farrow, ¿qué diantres...? Pero Zack no le dejó hablar, interrumpiéndo a su jefe con un gesto con su mano, indicándole que esperase. —Oh, señor, no vaya tan rápido. Dejemos que sean los chicos los que hagan el ejercicio de lógica. Usted está bien curtido en el uso de la lógica no-absurda, ¿cierto? —... —Vamos, chicos —le dijo Farrow, confiado, a los holders—. Solo quien tomase un barco podría cometer este crimen. ¿Por qué? Mostradme la prueba que corrobora lo que digo.
Hubert Miré a Farrow. —Solo quien tome un barco puede haber cometido el crimen —dije—, porque no se pueden tener armas dentro del recinto de la Prisión. Todas se depositan en el Puerto. [- Pistola misteriosa Averiguado por Nikolah a través de Erwin. Henry recibió un disparo, pero no se encontró pistola en ningún sitio. Es más, no pueden introducirse pistolas en el recinto, hay controles en todas las entradas... los funcionarios no llevan ni pueden llevar estando dentro de la cárcel, y ni siquiera los miembros de la CSG, podemos llevarla ahí dentro; todas las armas son depositadas en un almacén, bajo llave, que hay en el puerto, lejos de la prisión, a los bordes de la isla, para que así los agentes las recojan únicamente al salir para alguna operación. No obstante, no falta ninguna pistola, y todas tienen la totalidad de balas.]
—Bingo —dijo Zack Farrow ante las palabras de Hubert—. La pistola con la que se cometió el crimen debe de haber salido del puerto. Y nadie podría haber usado un arma sin salir de la isla. —Pero eso que dices es imposible —comentó Bert, brazos cruzados—. Si salí de la isla, no pude matar a nadie. Tomé un barco y me fui a Ciudad Lienzo. —Ah, pero es que aquí pensamos de forma absurda, señor Albert. Si partimos de la base de que el asesino tuvo que salir de la isla, entonces... —... entonces el asesino tuvo que regresar con el arma. ¿No es así? Erwin había completado las palabras de Farrow, y la mirada de odio y decepción de Bert se clavó en él, horadándole con fuerza. —Exacto. Sería extremadamente sencillo, de hecho... tan solo tendría que salir con su barco y su arma, dar un pequeño rodeo en barco, y parar momentáneamente en la orilla en otra parte de la isla. No necesitaba siquiera de un punto bueno para atracar, bastaba con parar el barco un momento. Luego entraría sigilosamente en el túnel, entraría a la celda y ¡pam! un disparo lo haría todo. —... tu teoría tiene un fallo, Farrow —insistió Bert—. Mi pistola está en la consigna, como todas las demás, y sigue allí, con todas sus balas. Desconfiar en mí te lleva a hacer toda esta trama de extrañas acusaciones infundadas. —Al revés, más bien —contraatacó Farrow—. Es justo porque confío en usted por lo que sospecho de usted. Porque yo no dudo en ningún momento que su viaje a Ciudad Lienzo sea falso, señor Albert. Tuvo tiempo más que de sobra de coger el barco, dar un rodeo a la isla, dejar el barco, matar a Henry, regresar al barco, llegar a Lienzo, hacer sus gestiones y regresar. Y, ¿sabe qué? En la comisaría de Lienzo pudo perfectamente recargar balas, y, al regresar con total normalidad, usted dejaría su pistola, impoluta, en la consigna del puerto. —... grrr... Farrow... no sabes cuánto te estás equivocando. Y te lo demostraré ahora. —Oh, no, por favor —dijo él, haciendo aspavientos con las manos—. No tiene que demostrarme nada a mí. Demuéstreselo a los chicos. Y así, Albert miró a los holders y, con mirada seria, comenzó a declarar. Albert - Sobre mi participación en el crimen (Parte 1) Si asumimos que la teoría de Farrow es cierta, que ya es asumir, surge un problema muy grande. Y es que no tuve por qué hacerlo yo... pueden existir más posibilidades. Si asumimos que eso es posible, cualquier miembro de la CSG puede ser culpable, ¡porque cualquiera pudo tomar un barco! Por tanto, lo que afirma usted, señor Farrow, es una completa falacia, y no me apunta en absoluto como único sospechoso.
Emily Hodges El hecho de que Farrow confiase en nuestras deducciones era sin duda algo que me daba confianza. Quizás no era una idea tan descabellada, aunque, claro, si teníamos razón... si el jefe de la CSG era culpable... sería verdaderamente problemático. ¿Hasta donde llegaría el poder de la PAM? Escuché la declaración que el jefe estaba haciendo tras las acusaciones con atención, intentando señalar cualquier fallo. —Es cierto que cualquier pudo tomar un barco, pero solo fue registrada su salida el día del asesinato, y además, en las mismas horas... Si asumimos que eso es posible, cualquier miembro de la CSG puede ser culpable, ¡porque cualquiera pudo tomar un barco! - Registro de salidas del barco de Albert Obtenido por Emily en el puerto En el puerto se registran las salidas y llegadas de los distintos barcos, que pertenecen a los miembros de la CSG y a los alguaciles de la prisión. Al parecer, es imposible salir de la isla si no es con un barco, y el único barco que salió de la isla según los registros del puerto fue el de Albert, y salió el día del crimen, a las 19:40, para regresar a las 21:30.
Había obtenido un testimonio completo de Sear, o eso creía yo, pero sin embargo no había sido de mucha ayuda. Fue justo en ese momento que recibí el mismo mensaje que todos los holders, de dirigirnos hacia la Sala de Reuniones para, valga la redundancia, una reunión. Así que, sin dirigirle una palabra más al convicto ex-breakdancer, marché en aquella dirección. La puerta de la sala se encontraba entreabierta, y por ella pude espiar a las personas allí reunidas. Observé que Hubert, Alpha, Emily e Ian se encontraban presentes allí, así como también Farrow y Erwin, y un entrenador pokémon más a quien yo no conocía, acompañado por un Deino, pero que creía era uno de los holders que había visto con Farrow cuando llegué a la prisión. También estaban presentes dos investigadores quienes, a juzgar por la información que poseía sobre ellos, debían ser Bert y el agente Handsome. Sorprendentemente, Mimi no se encontraba allí dentro; me preguntaba donde se había metido la Honda, no la había visto de camino hacia allí. Sin embargo, no ingresé directamente a la sala. Me quedé allí afuera, de espaldas y apoyada contra la pared, escuchando a la reunión desarrollarse. Escuchar lo que decían me permitió tener una mejor idea sobre lo que estaba ocurriendo en aquel lugar, así como aprender nueva información que hasta entonces desconocía. De cualquier modo, parecía que las sospechas habían virado hacia Bert, y Farrow parecía listo para arrestarlo en el acto, a pesar de que fuese técnicamente su jefe. Sin embargo, Bert tenía sus coartadas, y un interrogatorio comenzó. Parecía ser el momento para entrar, pero… me contuve. Quizás lo mejor era esperar ahora, escuchar lo que se decía, y quizás eso podía ayudarme a encontrar al asesino, así como también a encontrar las contradicciones en lo que decía Bert… Contenido oculto Sorry pero quería rolear algo; me quedé atrás por no poder pasar mucho por aquí el día de ayer xD
El silencio se hizo. Bert miró a Emily con unos ojos fríos, cargados de puro odio. Pero pronto se recompuso, tomó aire y dijo: —Vale, de acuerdo. Puede ser. No obstante, es solo una posibilidad, no hay pruebas de ello. No podéis probar que fuese yo el que hizo todo eso, por más que lo intentéis. Farrow, entonces, intervino. —La clave para desvelar este misterio es hablar de cómo se consiguió llevar a Henry al módulo norte. Si averiguamos eso, tendremos acorralado al asesino. Pero Bert rio. —Lástima que no podáis demostrar tal cosa... porque... Albert - Sobre mi participación en el crimen (Parte 2) ... Henry estaba siendo interrogado por Handsome, ¿cierto? En esta misma sala. Estaban los dos en privado. Por supuesto, Henry vino escoltado por alguaciles todo el tiempo... y en las grabaciones de las cámaras del recinto se aprecia cómo entra desde el módulo sur a la torre. Posteriormente, tanto él como su escolta salieron de la torre, bajando del ascensor y tomando exactamente la misma salida que tomaron para entrar. Es decir... saldrían al módulo sur, otra vez. No obstante, el cadáver apareció en el módulo norte. ¡Henry acabó el módulo norte! Si no podéis probar cómo sucedió eso, no tenéis nada. Clive puede ser tan culpable como yo... solo necesitaría de un cómplice que cambiase las fichas... y eso lo pudo hacer Farrow, Erwin, y cualquier miembro de la CSG, ¿no es así?
Hubert —Sobre el punto que menciona respecto a la salida de Henry de esta Torre -dije, sumamente serio- me temo que existe la opción de que no haya sido así. Una opción absurda --sonreí--: la torre giró sobre su eje, según cierto documento hallado en su despacho. [- Planos de la estación espacial Obtenidos por Talía en el despacho del jefe Albert. En la torre de la CSG había unos planos de una antigua estación espacial. Al parecer, estaba compuesta por una torre y una serie de lanzaderas adheridas a esta. La torre giraba sobre su eje al accionar un mecanismo, haciendo, pues, que girasen las lanzaderas, que también estaban diseñadas para rotar. También se encontraron planos de la cárcel, afirmándose que se construyeron los módulos desde cero, pero que se mantuvo el "diseño original" para la torre. ¿Estarán conectados ambos planos?]
—... oh. Ya imaginaba que saldría ese tema a la luz —Albert meditó en silencio—. De modo que alguien ha fisgoneado en mis cosas, ¿eh? Handsome, incrédulo, dijo: —¿E-Estás diciendo que la torre puede girar sobre sí misma? De ese modo... —... lo que estaba en el sur, si gira 180 grados, quedará al norte, y viceversa —completó Erwin—. Sabía que la torre provenía del diseño de una estación espacial, pero no imaginaba que aún pudiese hacer eso. Pero Bert, confiado, se encogió de hombros. —Eso sigue sin demostrar nada. Porque, veréis... aunque los módulos fueron construidos desde cero, dado que se mantuvo el sistema de la estación espacial, se mantuvo la funcionalidad de estos. Por lo que, si la torre hubiese girado... también los módulos lo habrían hecho. Y el resultado sería que nada cambiaría: Henry seguiría regresando al mismo módulo, el sur. —... ngh —Erwin parecía frustrado—. Si eso es cierto, entonces- Pero fue interrumpido por Farrow. —Pero no lo es. Los módulos no giraron, pero la torre sí. Y tenemos una prueba para demostrar que los módulos no giraron, ¿verdad? —y miró a los holders, esperando que descubriesen de qué hablaba.
Ian Lockhart —Por supuesto, no me cabe la menor duda de eso. Y todo gracias a un comentario casual, a un testimonio "insignificante". Qué absurdo todo esto, ¿No? ...Ugh, Farrow me estaba contagiando. >>Si Lara siguió viendo los árboles mientras esperaba, entonces... los módulos jamás rotaron. Testimonio de Lara Obtenido por Devan de Lara Lara estaba siendo chantajeada por Blaise, que era el cabecilla de una red de tráfico de drogas dentro de la prisión, a la cual pertenecía el propio Henry. Periódicamente, acudía a verse con Chatot para recibir de éste droga del exterior. Para ello, usaba el pasillo que conecta el módulo sur y el oeste. Durante el día del asesinato, a la hora en que sucedió el mismo, Lara asegura haber estado esperando, mirando los árboles del exterior de la prisión que se vislumbraban desde la ventana del pasillo.
—... ptché —Albert se mordía el labio, tenso. Había sido arrinconado, y lo sabía. Tal vez por eso agachó la cabeza, ensombreciéndose su rostro, y comenzó a acariciar su barba. Se levantó con cuidado, y esbozó una sonrisa malvada que pudo apreciarse bajo la sombra de su rostro encogido. Y la risa malvada que comenzó a proferir perforó los oídos de todos los presentes. Principalmente porque era calmada, silenciosa... tétrica. Contenido oculto Había revelado su verdadera naturaleza, pero... este no había sido un cambio brusco de personalidad a un alter-ego maníaco, como sucedió con Sear, Ellie o el propio Henry. No, Bert... seguía manteniendo su porte, su serenidad... pero la elevó a un nivel siniestro. Calmado, meditando palabra a palabra... aquel tipo no era como el resto de criminales con los que habían tratado. Aquel tipo era... frío como el hielo. —... ¿sois mínimamente conscientes de que podría alzar la voz y llamar a mis hombres ahora mismo, a los miembros de la CSG, para acusaros de intentar increparme? ¿Sois mínimamente conscientes del poder del que dispongo? Yo soy la ley. Soy el que decide lo que es o no es susceptible de ser investigado. Farrow pareció sentir el cambio en el ambiente. De pronto, todo se había endurecido, enturbiado. Como una espesa niebla que se acumulaba sobre los presentes. Pero, calmado, frunció el ceño y respondió. —Solo estamos barajando una posibilidad, jefe. Ya dije que no teníamos que tomarnos esta acusanción en serio en principio. Si nos equivocamos, bastará con que nos lo hagas ver. Y el jefe, sonriendo con malicia, asintió. —De acuerdo... pero aseguraos de no excederos. Ni un solo paso en falso será tolerado. Andaos con cuidado en lo que hacéis y decís. Albert - Sobre mi participación en el crimen (Parte 3) De acuerdo. Concedo que los módulos son estáticos... pero, incluso en ese escenario vuestro, las cosas siguen sin encajar. Siguen existiendo errores evidentes. Imaginemos, por un momento, que Henry y su escolta entraron, en efecto, en el módulo norte pensando que era el sur. Sí, de acuerdo, la posición de las celdas de Clive y de Henry era la misma, y los módulos son idénticos en aspecto entre sí... ... pero los presos no son los mismos en un sitio y en otro. Si Henry caminase por el módulo norte, se cruzaría con alguien por los pasillos de las celdas y rápidamente se daría cuenta de que ese no era su módulo, pues no vería caras conocidas. Vuestra versión de los hechos es, simplemente, ilógica.
Ian Lockhart —Entiendo, mi estimado jefe de policía. No haremos nada arriesgado ni daremos pasos en falso. Por eso mismo le agradezco tanto... que nos deje una contradicción de manera tan sencilla. Así, no tendremos ningún problema sobre qué es lo que debemos decir o hacer, gracias. Y sonreí, con arrogancia. Si Henry caminase por el módulo norte, se cruzaría con alguien por los pasillos de las celdas y rápidamente se daría cuenta de que ese no era su módulo, pues no vería caras conocidas. - Actividad deportiva Obtenida por Mimi del guardia que custodia a Clive Al parecer, el día del asesinato, casi todos los presos de todos los módulos estaban realizando actividades deportivas en los respectivos patios.
—Ah, claro, ya veo por dónde vas —comentó con calma Albert—. Si todos estaban en la actividad deportiva, en el patio, entonces no se cruzaría con nadie, ¿es eso? Por favor... qué simple eres. >> Ahora, pregunto... ¿cómo se supone que iba a asegurarme yo de que los presos estaban todos en el patio? Sabemos que, poco después del crimen, Clive se escapó de la actividad, ¿no es así? ¿Y si otro más lo hacía? ¿Crees que me arriesgaría? Por supuesto que no, no soy alguien que se arriesgase a eso. Por ello, si no estaba seguro de que todos los presos estaban en el patio, no habría iniciado este plan absurdo del que me hablas, esta rotación de la torre de la CSG. ¿Cómo explicas eso, entonces? ¿Cómo insinuáis que pude saber si los presos estaban en el patio?